Consagración 27
Consagración 27
Consagración 27
CONSAGRACION
DE COLOMBIA A
SAN JOSE
PASOS
V/ San José, custodió y protector de los Corazones unidos y traspasados de Jesús y María.
R/Inflama mi corazón para que en El solo reine, mi Dios Jesús, como reinó en tu santo corazón.
En vez de gloria:
V/Jesús, José y María
R/Les doy el corazón y el alma mia.
San José • Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo:
escúchanos, Señor,
• Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo: ten
misericordia de nosotros.
Hijo, quiero que mi carpintería sea un refugio de amor para ti, un lugar de delicias en el que
encuentres paz, seguridad y quietud a tu alma. Búscame, cuando te sientas asediado por el espíritu
del mal; como terror de los demonios, te defenderé, te haré fuerte en la tentación. Búscame,
cuando te sientas triste; recuerda que soy consuelo de los atribulados y rogaré a Dios que derrame
en tu corazón gotas de alegría. Búscame, cuando sientas que has perdido la ilusión de vivir, para
despertar en ti amor por las cosas que haces, espíritu de agradecimiento a Dios; porque, aún,
respiras y te mueves de un lado al otro. No te olvides de mis consejos, sólo quiero llevarte a una vida
interior profunda, sacarte del superficialismo, del hedonismo y del materialismo.
Quiero compartirte el dolor y amargura que padecí, cuando en una de mis jornadas estuvo perdido
el Niño Jesús por tres días. Una gran tristeza invadió mi Corazón, sentía un vacio por su ausencia,
creía no haber cumplido fielmente con la misión de proteger al hijo de Dios. Ante la ausencia del
Niño Jesús me sentía sin fuerzas, el sol había perdido su brillo. Ese sentimiendo de nostalgia y de
fracaso perduró por tres días.
Hoy te invito a permanecer siempre al lado de Jesús, jamás te separes de El; no te dejes arrebatar
este gran tesoro, eres el más afortunado de todos los hombres, has encontrado la perla que no tiene
precio; a su lado nada te faltará, te sentirás felíz, protegido, tu corazón rebosará de paz; su amor
sana tus herdias, remienda tu corazñon roto, despedazado por las experiencias que han marcado
tu vida negativamente; que perfume celestial avivará, en ti, el deseo que tienes de alcanzar la
santidad. En mi carpintería podrás encontrarte con El, deleitarte ante su divina presencia. No
entiendo como tantas personas pueden vivir sin Jesús.
Oración Final