Apunte Civil Posesion y Modos de Adquirir Al Dominio

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POSESIÓN

Art. 700 y siguientes.

La ley la define como: la posesión es la tenencia de una cosa determinada con ánimo de
señor o dueño, sea que el dueño o el que se da por tal tenga la cosa por sí mismo, o por
otra persona que la tenga en lugar y a nombre de él.

Todo dueño siempre es poseedor pero no siempre el poseedor es dueño. Lo normal es


que el dueño sea poseedor y el poseedor sea dueño y como la ley presume las cosas
normales dice que el poseedor es reputado dueño mientras otro no repute serlo. Es una
presunción simplemente legal. En este caso nos podemos encontrar con 2 situaciones
distintas:
- Que el poseedor sea dueño.
- Que el poseedor no sea dueño y aquí hay que distinguir:
a) Que puede estar de buena fe; puede tener la convicción de que adquirió la cosa de
quien era dueño.
b) Puede que el poseedor este de mala fe; tenga conocimiento efectivo de que no es
dueño pero se comporta como tal.
En ambos casos la regla general es que ese poseedor puede llegar a hacerse dueño a
través del modo de adquirir prescripción. En un caso será por prescripción ordinaria;
cuando se este de buena fe por lo que el plazo es menor; 2 años para los muebles y 5 para
los inmuebles. Si hay mala fe opera la prescripción extraordinaria que es de 10 años tanto
para muebles como inmuebles.
La definición dice que debe haber tenencia de una cosa determinada y los autores han
dicho que la ley se refiere a cosas corporales. Pero el art. 715 expresamente dice que la
posesión de las cosas incorporales se rige por las mismas reglas que las cosas corporales.
Esta posesión técnicamente se llama cuasiposesión. Las cosas incorporales se clasifican en
derechos reales y derechos personales. Unánimemente se piensa que los derechos reales
se pueden poseer y el art. 715 se referiría a ellos; aquellos que se tiene sobre una cosa sin
respecto de determinada persona. Se poseen mediante su ejercicio.

Hay discusión respecto de los derechos personales; aquellos que son los que sólo pueden
reclamarse de ciertas personas, que, por un hecho suyo o la sola disposición de la ley, han
contraído las obligaciones correlativas. Para algunos (la minoría) los derechos personales
también pueden ser poseídos y la principal razón que dan es que el art. 1576, que está
ubicado en el pago, habla de la posesión del crédito que es un derecho personal. Para la
mayoría los derechos personales o créditos no se pueden poseer por las siguientes
razones:

- Art. 1576; posesión del crédito, se refiere no a la posesión del derecho personal
mismo sino que la posesión del instrumento donde consta el crédito.

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- En las cosas incorporales la posesión se manifiesta por el ejercicio de la cosa
incorporal, sin embargo cuando el derecho es personal por su primer ejercicio se
extingue y por lo tanto no admite un ejercicio prolongado. La posesión supone un
ejercicio prolongado porque es un acto continuo pero los derechos personales no
admiten una posesión prolongada.
- En el mensaje del código se dice que el usufructuario no posee la cosa
usufructuaria (donde recae el usufructo) pero posee el usufructo (derecho
personal) de ella. También se dice que el arrendatario nada posee y el arrendatario
posee derechos que nacen de un contrato; derechos personales. Por lo que los
derechos personales no se pueden poseer.

ELEMENTOS DE LA POSESIÓN

1.- Corpus o tenencia: es el elemento material u objetivo de la posesión. Es la potestad de


hecho que se tiene sobre la cosa. Savigny dice que el corpus no supone necesariamente
un contacto inmediato con la cosa sino que consiste en la manifestación de un poder de
dominación del derecho de propiedad, el actuar como dueño de la cosa.

2.- Ánimus o ánimo: es el elemento subjetivo intelectual y consiste en comportarse como


señor y dueño de la cosa. No es lo mismo que la creencia porque el poseedor puede estar
de mala fe y lo posee igual.

En doctrina se discute que elemento es más importante. Nuestro código considera que el
elemento más importante es el ánimo (lo mismo que se da en el domicilio) porque puede
que el poseedor pierda la tenencia de la cosa pero si sigue comportándose como dueño
sigue siendo poseedor. En cambio si el poseedor pierde el ánimo y comienza a reconocer
el dominio ajeno pierde la posesión aunque mantenga la tenencia.

SEMEJANZAS ENTRE DOMINIO Y POSESIÓN

1.- Ambas son exclusivas; solo una persona puede ser dueña o poseedora de toda la cosa
lo que no obsta a que haya dueños o poseedores de partes alícuotas.

2.- Por regla general ambas recaen sobre cosas determinadas.

3.- Ambas están protegidas por acciones. El dominio o propiedad es protegido por la
acción reivindicatoria y la posesión por acciones posesorias.

4.- En ambas el titular (dueño o poseedor) puede usa, gozar y disponer.

DIFERENCIAS ENTRE DOMINIO Y POSESIÓN

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1.- El dominio supone una relación jurídica.
La posesión supone una relación de hecho.
2.- El dominio se puede adquirir por modos de adquirir.
La posesión se puede iniciar en virtud de distintos títulos.
3.- Mayoritariamente se piensa que la posesión a diferencia del dominio es un hecho.

VENTAJAS DE LA POSESIÓN

1.- La posesión está amparada por una presunción simplemente legal de dominio. Art. 700
inciso 2 y por lo tanto quien diga que el poseedor no es dueño debe probarlo; la carga de
la prueba recae sobre quien alega.

2.- La posesión habilita para llegar al dominio a través de la prescripción que puede ser
ordinario o extraordinaria.

3.- Si el poseedor es condenado a restituir la cosa a su dueño se aplican las reglas de las
prestaciones mutuas y si el poseedor esta de buena fe tiene una serie de ventajas; no
responde por los frutos, responde por los deterioros solo si se aprovecho de ellos y tiene
derecho a que se le restituyan las mejoras.

4.- Está protegida por acciones posesorias que solo operan cuando la posesión recae
sobre bienes raíces o derechos reales constituidos sobre ellos, por lo tanto no siempre
está protegido.

5.- Cierto poseedor, que tiene que ser regular, puede ejercer la acción reivindicatoria y se
llama acción publiciana.

Cosas susceptibles de posesión


Art. 700 Se puede poseer una cosa determinada corporal o incorporal, ya que el art. 700
no excluye las cosas incorporales y el Art. 715 las acepta.
Cosas incorporales: Ej. Dº de usufructo. Consiste en el uso y disfrute, facultad que otorga
la cosa incorporal.
Bienes corporales no susceptibles: Bienes comunes a todos los hombres, bienes de uso
público.
Bienes incorporales no susceptibles de posesión: No existe ningún Dº real o personal que
no pueda ser susceptible de posesión Art. 1576. Referidos al crédito, exceptuando el Dº de
dominio Ej. Dominio de Dº público.
Existe discusión a la factibilidad de ejercer posesión de Dº ajeno en que el ejercicio
significa agotamiento del mismo. Art. 1576 cc. En Chile si se puede.

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Clases de posesión
I.- Posesión regular e irregular: esta clasificación se hace atendiendo a la apariencia de
dominio que en ellas se presenta.
II.- Posesión útil y posesión viciosa: se hace atendiendo a la forma en que se adquiere la
posesión.
III.- Posesión continua y posesión ininterrumpida: según la forma de conservación de la
posesión.
I.- Posesión regular e irregular (art.702 inc.1)
La posesión regular es la que procede de justo título, que se adquiere de buena fe y previa
tradición, si el título es traslaticio de dominio. La posesión irregular es aquella en que
faltan uno o mas de estos requisitos (arts.702 y 708).
Cuando concurren los 3 requisitos estamos ante la posesión regular, que es como decir
que hay una mayor apariencia de dominio en el poseedor. Cuando concurren todos los
requisitos, el poseedor se presenta al exterior con mayor apariencia de ser dueño de la
cosa que en aquellos casos en que faltan uno o más de estos requisitos.
Por ello, el legislador reconoce más ventajas al poseedor regular que al irregular, pero,
ambas son posesiones y como tales concurren a la adquisición del derecho por
prescripción, con distintos plazos en una y otra. Así, la posesión regular conduce a la
prescripción ordinaria, cuyos plazos son de 2 años para muebles y 5 años para inmuebles.
En tanto, la posesión irregular lleva a prescripción extraordinaria en un plazo de 10 años.
Por otro lado, tanto la posesión regular como la irregular, dan origen a la presunción de
dominio del art.700 inc.2, disposición que no hace distinción al respecto.
En cuanto a los requisitos de la posesión, es importante tener en cuenta el art.702 inc.2,
en orden a que para calificar la buena fe, se atiende al momento en que se inicia la
posesión; si ésta se adquiere de buena fe, la posesión va a ser regular (con los demás
requisitos), aún cuando el poseedor pierda después la buena fe.
Requisitos de la posesión regular
1.- Justo Título.
2.- Buena fe.
3.- Tradición cuando el título es traslaticio de dominio.

I.- Justo título


Art.703 CC. El justo título es constitutivo o traslaticio de dominio.
Son constitutivos de dominio la ocupación, la accesión y la prescripción.

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Son traslaticios de dominio los que por su naturaleza sirven para transferirlo, como la
venta, la permuta, la donación entre vivos.
Pertenecen a esta clase las sentencias de adjudicación en juicios divisorios, y los actos
legales de partición.
Las sentencias judiciales sobre derechos litigiosos no forman nuevo título para legitimar la
posesión.
Las transacciones en cuanto se limitan a reconocer o declarar derechos preexistentes, no
forman nuevo título; pero en cuanto transfieren la propiedad de un objeto no disputado,
constituyen un título nuevo.
El título es el hecho o acto jurídico que habilita para la adquisición de un derecho, porque
es la justificación de esa adquisición. El título por sí, no produce la adquisición del
derecho, sino que para que éste opere se necesita la concurrencia del modo de adquirir, el
cual en caso de no ser eficaz como tal, produce si una consecuencia, cual es la de colocar
al adquirente en posesión de la cosa. Para que ello suceda es necesario que el título sea
apto para legitimar posesión y que el modo sea válido. Los títulos que legitiman posesión
son aquellos que habilitan para adquirir el dominio u otro derecho real. Ellos son:

a) Los títulos constitutivos de dominio ocupación, accesión y prescripción


(art.703 inc.2). El relacionado con la prescripción merece un comentario, porque la
verdad de las cosas es que ella no es título que legitime la posesión, porque toda
prescripción supone necesariamente la posesión de la cosa, sin posesión no hay
prescripción.
Es decir, es un elemento básico de ella la posesión y, por lo tanto, no puede decirse que
la prescripción sea un título que legitime posesión.
Respecto de la ocupación como título posesorio, hay confirmación en el art.726. Esta
decisión legal de tener a la ocupación como título para poseer provoca reflexiones,
que pronto conducen a enjuiciarla. Ya se ha dicho que el título posesorio constituye
la aplicación o justificación al porqué se posee. Entonces, admitir a la ocupación
como título significa aceptar como explicación “poseo porque ocupo”, lo que
equivale a decir “poseo porque sí” o “poseo porque poseo”. En definitiva tener a la
ocupación como título constituye una formalidad terminológica, en el fondo se está
admitiendo prescindir de título, y así está reconocido en los arts.726 y 729.

b) Los títulos traslaticios de dominio son los actos o contratos que generan
para una de las partes la obligación de transferir el dominio o constituir un derecho
real. Esta obligación se cumple o se extingue a través del pago o tradición de la
cosa.
Pertenecen a esta clase de títulos los contratos de compraventa, donación entre vivos, el
aporte en la sociedad, la transacción sobre cosa no disputada (art.703 incs.3 y 6). El
art.703 inc.3 dice que el título traslaticio es aquel que por su naturaleza sirve para
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transferir el dominio, o sea, señala claramente que el título no transfiere el derecho, sino
que él sirve para transferirlo desde que habilita a una de las partes para hacer la tradición,
desde que le impone la obligación de transferir el dominio de la cosa. La adquisición del
derecho se produce sólo mediante la tradición de la cosa, no mediante el título, aun
cuando sea traslaticio.
c) Los títulos de transmisión. Trátase aquí de la sucesión por causa de muerte, este
título legitima posesión, porque según los arts.688 inc.1 y 722 inc.1, por el solo
hecho de deferirse la herencia el heredero adquiere la posesión legal de ella.
Además, el art.704 n.4 señala que el heredero aparente tiene un justo título, de
donde cabe deducir que el heredero tiene un título que legitima su posesión del
derecho de herencia. Este aspecto tiene importancia para la adquisición por
prescripción del derecho de herencia.
Estos títulos constitutivos, traslaticios y de transmisión son títulos que legitiman posesión,
esto es, que el adquirente de la cosa (o del derecho), aunque no adquiera el derecho que
le corresponde por el respectivo modo de adquirir, adquiere posesión legítima, porque el
título es suficiente para adquirir dicha posesión y, porque si el modo de adquirir no operó
como tal, le otorgó la posesión al adquirente.
En este evento, el adquirente va a ser poseedor sin derecho, pero podrá llevarlo a adquirir
el derecho correspondiente por medio de la prescripción; as¡, en la venta de cosa ajena, la
tradición que se haga no va a producir adquisición del dominio, porque el vendedor
tradente carecía de ese derecho, pero si va a poner al adquirente en posesión de la cosa,
posesión que va a ser legitimada por el título traslaticio de la compraventa en este caso y,
además, posesión que le va a permitir adquirir el derecho por prescripción.

Títulos que no son aptos para poseer.


Así como hay títulos que legitiman posesión, existen también títulos que no la legitiman y
son aquellos que no son aptos para poseer, tienen tal calidad:
- Los títulos declarativos de dominio u otro derecho real. Son los actos jurídicos y
sentencias judiciales que se limitan a declarar un derecho ya adquirido por otro título
distinto del que ahora se indica; tienen este carácter:
 La sentencia de adjudicación en juicio divisorio (art.703 inc.4).

 Los actos legales de partición (art.703 inc.4).

 Las sentencias judiciales sobre derechos litigiosos (art.703 inc.5).

 Los contratos de transacción sobre cosas disputadas (art.703 inc.6).


Estos son títulos declarativos del derecho porque reconocen o declaran en favor de una de
las partes un derecho ya adquirido por otro título distinto, el cual legitima posesión.

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Por ejemplo: si en una transacción se reconoce a una de las partes el dominio sobre un
bien litigioso; la transacción es un contrato, luego, es un título, pero un título que se
limita a reconocer el dominio que ya había adquirido por un título anterior, el cual es el
que legítima la posesión.
Esta regla tiene una excepción tratándose de sentencias de adjudicación en partición
entre herederos u otros comuneros o de actos legales de partición entre comuneros, en
que estos títulos que son declarativos, por excepción legitiman la posesión exclusiva que
en virtud de la adjudicación adquiere el adjudicatario sobre la cosa que le ha sido
adjudicada; esto dice el art.703 inc.4: Pertenecen a esta clase las sentencias de
adjudicación en juicios divisorios, y los actos legales de partición.
No dice cómo podría entenderse por la ubicación de este inciso que se trata de títulos
traslaticios de dominio, pues estos títulos no sirven para transferir ningún derecho, sino
que son títulos declarativos que reconocen la existencia de un derecho anterior, pero
producen un efecto propio de los títulos traslaticios de dominio, cual es el de legitimar en
el adquirente una posesión exclusiva, posesión a la cual van a servir de título y que
además es distinta de la posesión proindiviso o común que existe entre los comuneros
sobre la cosa antes de la sentencia o acto de partición. La situación sería la siguiente:
Pirinola, Lalo y el Righetti son herederos de un inmueble que adquieren por sucesión por
causa de muerte, manteniéndose durante cierto tiempo en la indivisión, llegando un
momento en que hacen la partición y se le adjudica a Pirinola el inmueble; aquí tenemos
dos títulos: uno, es la sucesión por causa de muerte que es el que legitima la posesión de
los tres, porque es el título de la posesión proindiviso de los tres herederos y que fue el
modo de adquirir; y otro, que es el acto de partición, que es un título declarativo que va a
producir el efecto del título traslaticio que es el de legitimar la posesión de Pirinola sobre
el inmueble que le fue adjudicado y del cual pasó a ser dueño exclusivo.
Pero, se presenta un problema en relación con el art.718 inc.1, pues éste dice que la
posesión exclusiva del adjudicatario se retrotrae a la fecha en que comenzó la posesión
proindiviso. Por lo tanto, hay un efecto retroactivo, una verdadera ficción, en virtud de la
cual se considera que el adquirente era poseedor exclusivo de la cosa adjudicada desde la
muerte del causante. Por su parte, el art.1344 inc.1 dispone que el acto de partición en
adjudicación es declarativo del derecho del adjudicatario, porque éste es reputado dueño
desde que comienza la indivisión. Podría sostenerse en este caso que siendo la posesión
única, el título que legitima la posesión es aquel que originó la posesión proindiviso, o sea,
la sucesión por causa de muerte.
Pero, realmente no es así, porque estas disposiciones deben entenderse en el sentido de
que, la regla de la retroactividad de la posesión exclusiva y del efecto declarativo de la
partición del art.718 inc.1, no pasan de ser una ficción que tiene una finalidad muy
precisa, cual es la de dejar sin efecto, por ser inoponible a los comuneros que no
concurrieron o no consintieron, todas las enajenaciones y gravámenes que uno de los
comuneros hubiere ejecutado respecto de una o todas las cosas comunes que en la
partición se le adjudican a un comunero distinto (art.718 inc.2 y 1344 inc.2 CC).
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Pero, esta ficción no lleva en manera alguna en materia posesoria, a desconocer que en
realidad hay dos posesiones distintas: la posesión proindiviso, que va desde que comienza
la indivisión hasta el acto de partición; y la posesión exclusiva que va desde el acto de
partición en adelante. Esta afirmación se funda en las siguientes razones:

a) el art.703 inc.4 asimila el acto de partición al título traslaticio, y ello sólo


puede tener por objeto que legitime la nueva posesión exclusiva, no puede tener
por objeto identificar el acto de partición plenamente con el título traslaticio,
porque por la partición no se transfiere ningún derecho, característica propia de los
títulos traslaticios, sino que por la partición sólo se declara un derecho que ya
existía.
Cuando el art.703 inc.4 asimila los títulos declarativos que allí enumera a los títulos
traslaticios, lo hace con un fin específico: el de legitimar la nueva posesión exclusiva
que en virtud del acto de partición se ha generado, no pudiendo en caso alguno
identificarse de manera total con el título traslaticio, pues no hay traslación de
derecho.
b) Por otro lado, el art.701 dice que es posible que una cosa sea poseída a varios
títulos. El art.718 faculta al poseedor exclusivo para agregar a su posesión el tiempo
de posesión proindiviso; luego, si puede el poseedor hacerlo, entonces queda en
claro que se trata de dos posesiones distintas.
De todas estas posiciones se concluye necesariamente que los actos o sentencias de
partición son títulos que legitiman la posesión exclusiva, la cual es distinta a la anterior
posesión proindiviso. Esto no deja de tener cierta importancia que radica en que a la
persona a quien se le adjudicó la cosa puede invocar frente a terceros cualquiera de los
dos títulos, los que legitimarán su posesión, lo cual le permite llegar a la adquisición del
dominio por prescripción.
Pero, ello sólo frente a terceros, porque respecto de los demás comuneros sólo va a poder
hacer valer su posesión exclusiva, no pudiendo invocar frente a ellas el tiempo de
posesión proindiviso, porque durante dicho lapso su posesión no sería exclusiva ni
determinada, justamente porque poseía en común con los demás indiviso; en cambio, el
acto de partición o la sentencia de adjudicación le van a conferir un título de posesión
exclusiva y determinada, el cual puede perfectamente invocarse frente a los otros
comuneros, porque se trata de una posesión diferente de aquella que con ellos tenía.
Dentro de los títulos que no legitiman posesión está n los de mera tenencia (arts.714 y
716 CC) Cuando hay mera tenencia, también nos encontramos ante una persona que tiene
una cosa en su poder, pero, a diferencia de lo que sucede en la posesión, no lo tiene con
ánimo de señor o dueño, sino que por el contrario, reconoce dominio ajeno. Es decir, el
tenedor de la cosa, la tiene en lugar y a nombre del titular del derecho de dominio; por
esto, el título de mera tenencia no legitima posesión, desde el momento en que el mero
tenedor reconoce que la cosa que tiene en su poder pertenece a otro individuo. Por otro
lado, la mera tenencia no se transforma en posesión por el solo transcurso del tiempo
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(art.716), pero es posible que si el mero tenedor deja de reconocer el dominio ajeno y se
comporta como dueño, pudiera transformarse en poseedor. Pero, cuando hay mera
tenencia en sí misma, hay reconocimiento que la cosa es ajena y, por ello, si bien está la
tenencia de la cosa (aspecto material), falta el animus (aspecto subjetivo) y, por
consiguiente, no hay posesión. Por lo tanto, el mero tenedor tampoco podrá adquirir el
derecho por prescripción.

El título tiene que ser justo.


El justo título es el requisito de la posesión regular (art.702). Por justo título se entiende
aquel que formalmente cumple con los requisitos necesarios para poder atribuir el
dominio, de tal forma que si el título no conduce a la adquisición del dominio
posteriormente, es por una circunstancia ajena o extraña al título en sí mismo, pero no
por estar viciado él.
Así sucede en la venta de cosa ajena, cuando el título (contrato de compraventa) reúne
todas las condiciones para operar la adquisición del dominio estamos frente a un justo
título, y la no adquisición del dominio no se debe a una circunstancia propia del título, sino
que a hechos ajenos a los que a él normalmente corresponde.
Por ello, se dice que justo título es todo hecho o acto jurídico que por su naturaleza y por
su carácter de verdadero y válido es apto para atribuir en abstracto el dominio. Este
análisis de la aptitud legal del título para adquirir el dominio se hace en abstracto, esto es,
considerando sólo el título en sí mismo, sin atender a otras circunstancias ajenas al título,
circunstancias que en el caso concreto pueden determinar que no opere la adquisición del
dominio no obstante que el título reúne todas las condiciones necesarias para que la
adquisición del dominio se produzca.
Así como hay justos títulos, existen también los títulos injustos. En materia de títulos
injustos el legislador chileno siguió el siguiente sistema: no da una definición de título
injusto, sino que se limita a hacer una enumeración taxativa de ellos, pero esta
enumeración, si bien es de carácter taxativo, no es específica en el sentido de que no
contempla casos especiales de títulos injustos, sino que casos de carácter general. Así, se
señala como título injusto en el n.3 del art.704 a aquel que adolece de un vicio de nulidad,
como la enajenación que debiendo ser autorizada por un representante legal o por
decreto judicial, no lo ha sido. En este n.3, quedan comprendidos todos los títulos nulos,
aun cuando el ejemplo se refiere a algunos de ellos, sea la causa de nulidad, la falta de
objeto, un error, falta de causa, etc.
Los títulos injustos presentan la característica de adolecer de vicios o defectos que
impiden la transferencia del dominio, vicios o defectos que dicen relación con la
regularidad del acto en sí y no con la calidad de dueño que pueda o no tener quien otorga
el título. El título es injusto entonces, cuando adolece de algún vicio o defecto o no tiene

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validez respecto de las personas a que se refiere. Esta enumeración taxativa y gen‚rica que
el legislador hace de los títulos injustos está en el art.704. Art.704 CC

No es justo título:
1.- El falsificado, esto es, no otorgado realmente por la persona que se pretende;
2.- El conferido por una persona en calidad de mandatario o representante legal de otra
sin serlo;
3.- El que adolece de un vicio de nulidad, como la enajenación que debiendo ser
autorizada por un representante legal o por decreto judicial, no lo ha sido; y
4.- El meramente putativo, como el del heredero aparente que no es en realidad
heredero; el del legatario cuyo legado ha sido revocado por un acto testamentario
posterior, etc.
Sin embargo, al heredero putativo que por decreto judicial se haya dado la posesión
efectiva, servir de justo título el decreto; como al legatario putativo el correspondiente
acto testamentario que haya sido judicialmente reconocido.

Análisis de los títulos injustos


1.- Título falsificado.
Indica el art.704 que tal es el no otorgado realmente por la persona que se pretende. Esto
es lo mismo que decir que el título no es auténtico en los términos del art.17 CC; ejemplo
de título falsificado seria un contrato de compraventa en que una persona ha suplantado
al comprador o al vendedor, o bien, si se trata de una compraventa celebrada por
escritura pública, dicha escritura no ha sido autorizada por el notario que se dice
autorizarla.

2.-El título conferido por una persona en calidad de mandatario o representante legal de
otra sin serlo.
En este caso el título es injusto porque ha sido otorgado por una persona que no tiene la
representación de quien dice representar y, por esta razón, por consiguiente, a su
respecto es como si no se hubiere realizado. También es injusto el título otorgado por un
representante legal que diga relación con los bienes de su representado pero que no se
relacione con el poder de representación legal que tiene el representante; la falta de
representación legal o convencional se produce no sólo cuando jamás ha existido
mandato o representación legal, sino también cuando éstas han existido y también

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cuando aún habiendo representación legal o mandato, el representante se extralimita en
sus atribuciones, o sea, cuando va m s allá de las atribuciones que le fueron conferidas.

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3.- Los títulos que adolecen de un vicio de nulidad
El título que adolece de un vicio de nulidad es un título injusto y ello porque el título nulo
no es apto para operar transferencia y, por esta razón, la posesión que se adquiere no
responde a un derecho ni aun aparente, que la justifique. El título es injusto sea que la
nulidad que lo afecte tenga el carácter de absoluta o relativa.
El legislador en el art.704 n.3 no hace diferencia respecto a la clase de nulidad, es cierto sí
que el ejemplo que pone es un caso de nulidad relativa, pero este ejemplo no debe
tomarse como limitativo de la regla, en el sentido de que el legislador la
está‚ restringiendo sólo a los casos de nulidad relativa, muy por el contrario, es lógico
concluir que si el título que adolece de nulidad relativa es un título injusto, con mayor
razón lo ser el que adolece de nulidad absoluta. En esto, el CC chileno tiene un enfoque
distinto que el que se da en la legislación francesa, porque en ella sólo es título injusto
aquel que adolece de nulidad absoluta, en tanto que el que está afectado por nulidad
relativa tiene el carácter de justo título. Ahora, un título que fue relativamente nulo,
puede sanearse por medio de la ratificación o por otro medio legal y, en ese caso, la
validación se retrotrae a la fecha en que se confirió el título nulo (art.705). Entre nosotros,
los autores estiman que esta disposición del art.705 es aplicable exclusivamente a los
casos de nulidad relativa, porque habla de ratificación y sólo es posible sanear por
ratificación los casos de nulidad relativa, y en caso alguno, los de nulidad absoluta.
El problema que se presenta a propósito de la nulidad relativa sólo opera si entendemos
que para que el título sea injusto la nulidad debe ser declarada. Esto es así debido a que la
nulidad relativa (su acción) sólo se establece en beneficio de ciertas personas, y sí ésta no
es la interesada en declarar la nulidad del título quien realmente está interesado se vería
en la imposibilidad de lograr tal declaración.
Para sortear esta dificultad se ha propuesto que se debe permitir a quien tenga interés en
que el título sea injusto, que invoque la nulidad relativa para el sólo efecto de tenerse por
injusto, manteniéndose el acto respectivo como válido para los demás efectos legales, los
cuales se extinguirían sólo cuando se anule a petición de quien tenga la acción de nulidad.
La solución, aunque artificiosa, parece bastante funcional.
4.-Los títulos putativos.
Son aquellos en que solamente existe en la imaginación de la persona que lo invoca, se
apoya en antecedentes que no son reales ni verdaderos, es decir, tiene como base un
error. No es este el caso de un título que adolece de algún defecto en su origen o en su
forma, sino, lisa y llanamente, de un título que no existe.
El n.4 del art.704 nos indica como ejemplo de título putativo el del heredero aparente que
en realidad no es tal, o el del legatario cuyo legado ha sido revocado por un acto
testamentario posterior. La persona a la cual en un testamento se le instituyó legatario,
tiene por ese acto un título; si con posterioridad por otro acto se revoca el testamento y
no se le instituye nuevamente como legatario y el presunto o aparente legatario entra en
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posesión de la cosa legada, en realidad, va a carecer de título, pero en apariencia va a
tener uno que es el primitivo testamento; pero este título aparente que tiene este
legatario es injusto. El heredero que en una sucesión intestada cree tener la calidad de tal,
porque ignora que existe otro heredero de mejor derecho, también va a tener un título
aparente (título injusto); y por el hecho de carecer de justo título, estas personas no van a
tener la calidad de poseedor regular, sino que ser n poseedores irregulares.
Pero, en este art.704 n.4 hay un aspecto de especial interés que es el contemplado en el
inc. final de este artículo, el cual se refiere al caso del heredero aparente a quien por
resolución judicial se le hubiere dado la posesión efectiva de la herencia, y dice que a este
heredero le va a servir de justo título el decreto judicial que decreta la posesión efectiva;
lo mismo que al legatario le va a servir de justo título el testamento que le sirve de título y
que haya sido judicialmente reconocido. Por consiguiente, la regla general es que el
heredero y el legatario putativo no tengan justo título, pero si al heredero putativo se le
concedió la posesión efectiva de la herencia va a tener un justo título que va a ser el auto
o decreto de posesión efectiva, y el legatario también va a tener un justo título que va a
ser el correspondiente acto testamentario que haya sido reconocido judicialmente.
Qué importancia tiene que a estos herederos o legatarios putativos se les reconozca un
justo título de la manera descrita anteriormente?
Tiene importancia para los efectos de la prescripción, porque este heredero aparente o
putativo ha obtenido la posesión efectiva de la herencia, en tanto que el heredero
putativo que no ha obtenido la posesión efectiva requiere de una posesión de 10 años
para adquirir el derecho real de herencia por prescripción (art.1269).
Al legatario putativo le sirve de justo título el acto testamentario que haya sido
judicialmente reconocido.
Produce este efecto cualquier reconocimiento judicial que se haya realizado al testamento
en cualquier procedimiento o gestión judicial, incluso puede ser practicado este
reconocimiento en la tramitación de la posesión efectiva de la herencia del causante.
Si el título es el acto testamentario judicialmente reconocido, se ha dicho que se aplica
sólo al legatario de especie o cuerpo cierto, no al de género, ya que este último sólo tiene
un crédito contra la sucesión o contra el heredero gravado.

II.- Buena fe.

El art.706 inc.1 CC nos indica qué debemos entender por buena fe en materia posesoria:
“La buena fe es la conciencia de haberse adquirido el dominio de la cosa por medios
legítimos, exentos de fraude y de todo otro vicio”. Entonces, la buena fe es un elemento o
requisito de carácter eminentemente subjetivo y también esencialmente personal, porque
es la convicción íntima y personal del individuo de haberse adquirido el dominio por los
medios legales correspondientes y sin que exista vicio alguno. Justamente por este
13
carácter subjetivo y personal de la buena fe es que ella es propia de cada individuo, no
pudiendo transmitirse o transferirse a otras personas. El mismo art.706 inc.2 nos señala
como es la buena fe cuando el título es traslaticio de dominio: si una persona, cuando hay
un título traslaticio de dominio - por ejemplo, la compraventa -, tiene la íntima convicción
de que la cosa ha sido vendida y entregada por la persona que estaba facultada o que
tenía atribuciones para transferir el dominio, el adquirente va a estar de buena fe porque
va a estar convencido de que adquirió la cosa por medios legítimos sin intervención de
vicio alguno.
Esta convicción íntima que tiene la persona que adquirió la posesión puede o no coincidir
con la realidad de las cosas; si no coincide, por haber circunstancias impeditivas de la
adquisición del dominio, significa que el poseedor ha incurrido en un error; si se trata de
un error de hecho y es un justo error (error excusable), la buena fe si existe (art.706 inc.3);
ejemplo: el de la venta de cosa ajena por una persona que habitualmente vende esas
cosas, como por ejemplo una casa automotriz.
Ahora, el caso de la mala fe se da en aquel que compra, por ejemplo, una cosa a sabiendas
que es ajena, porque en ese caso su error no existe; o bien, adquiere un inmueble
embargado y, en tal caso, el error no es excusable porque existen los medios legales para
que éste hubiera tomado conocimiento de la existencia del embargo (debería haber
revisado los registros del Conservador de Bienes Raíces). Por último, en materia de buena
fe, el error en materia de derecho hace presumir la mala fe del poseedor (art.706
inc.final).

Prueba de la buena fe

El art.707 establece una presunción respecto de la buena fe que dice que la buena fe se
presume, excepto en los casos en que la ley establece la presunción contraria. Esta es una
presunción simplemente legal, por consiguiente, admite prueba en contrario. Como es
una presunción simplemente legal, quien alega la existencia de mala fe tendrá sobre sí el
peso de la prueba.
Este art.707 establece una presunción que coincide con la normalidad de las cosas que
suceden; lo normal es que las personas obran de buena fe y, la excepción, es la actuación
de mala fe, por eso justamente la existencia de esta presunción. Pero, hay ciertos casos
en que el propio legislador establece la presunción en contrario, esto es, entra a presumir
la mala fe, y ello sucede:

 Cuando se invoca un error de derecho (art.706 inc.final);

 La existencia de un título de mera tenencia hace presumir la mala fe, no dando


lugar a la prescripción, salvo que concurran determinadas circunstancias: que el
que se pretende dueño no pueda probar que en los últimos 10 años se haya
reconocido expresa o tácitamente su dominio por el que alega la prescripción;
14
que el que alega la prescripción pruebe haber poseído sin violencia,
clandestinidad ni interrupción por el mismo espacio de tiempo (art.2510 n.3);

 También se presume la mala fe después que el poseedor ha contestado la


demanda (art.907 inc.3 y 707 inc.1).
Uno de los problemas que se plantea es el de determinar el momento en que debe existir
la buena fe para calificar la posesión de regular. Esto ha sido discutido largamente en la
doctrina y no hay pleno acuerdo en la legislación comparada porque la duda es si es
necesaria la buena fe sólo al momento de adquirirse la posesión o si es necesaria en ese
momento debiendo mantenerse durante todo el tiempo de posesión. Una y otra solución
han sido aceptadas por las diversas legislaciones y también en épocas distintas.

El CC chileno establece en forma muy clara que para la existencia de la posesión regular es
suficiente que haya buena fe al momento de iniciarse la posesión, no siendo necesario
que posteriormente subsista.
Por consiguiente, podría darse perfectamente el caso de una persona que adquirió la
posesión de buena fe y posteriormente la haya perdido (art.702 CC).
La buena fe es un elemento total y absolutamente personal, por consiguiente, para
calificar si esa persona se encuentra en buena o mala fe, solamente habrá que atender a
las circunstancias en que el se encuentra, si el análisis de las circunstancias de sus
antecesores, porque la buena fe no se traspasa de un poseedor a otro.

III.- Tradición cuando el título es traslaticio de dominio

En caso de que se trate de un título constitutivo no se requiere de tradición porque el


título, como sucede con la ocupación y la accesión, es a la vez modo de adquirir. Luego,
en estos casos de títulos constitutivos va a ser necesario sólo el justo título y la buena fe.
La misma situación sucede en la sucesión por causa de muerte, esto es, en el título de
transmisión, el cual va a ser a la vez título modo de adquirir; pero, en el caso del título
traslaticio de dominio, sucede que éste por sí mismo no produce la adquisición del
derecho, porque en el título traslaticio hay una clara separación entre el título y el modo
de adquirir.
No es lo mismo que en la ocupación, accesión, etc., en que el título es a la vez modo. Por
eso, cuando el título es traslaticio de dominio, para que exista posesión regular se
requiere de la tradición; si no hay tradición, y el título es traslaticio de dominio, no va
haber posesión regular (art.702 inc.3).
La ley establece algunos casos en que se presume la tradición:
En el art.702 inc.final: La posesión de una cosa a ciencia y paciencia del que se obligó a
entregarla, hará presumir la tradición, a menos que ésta haya debido efectuarse por la
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inscripción del título, porque en este caso, la única forma de efectuar la tradición es
mediante la competente inscripción; si no hay inscripción no hay tradición, aún cuando el
adquirente detente la cosa en su poder. Luego, esta presunción del art.702 inc.final es
aplicable sólo respecto de los bienes muebles y de las servidumbres (con su
contracepción), porque en estos 2 casos la tradición no se efectúa mediante la inscripción;
no se aplica esta presunción a los inmuebles, es decir, el dominio y derechos reales
constituidos sobre inmuebles (salvo el de servidumbre), porque respecto de éstos se
aplica el art.686 CC, porque exige que la tradición se realice mediante la competente
inscripción.
A propósito de las servidumbres tampoco sería aplicable, pues su tradición es solemne
(escritura pública).
Posesión Irregular
El art.708 CC nos dice cuando la posesión es irregular: posesión irregular es la que carece
de uno o m s de los requisitos señalados en el art.702. En cuanto a sus efectos, podemos
señalar los siguientes:
a) Tanto la posesión regular como la irregular pueden conducir a la adquisición del
derecho por prescripción, existiendo si, una diferencia entre ambos casos, porque el
poseedor regular adquiere por prescripción ordinaria; mientras que si es irregular, va a
operar la prescripción extraordinaria.
La acción reivindicatoria - que está definida en el art.889 CC: es la que tiene el dueño
de una cosa singular de que no está en posesión, para que el poseedor de ella sea
condenado a restituírsela.- se confiere al dueño de la cosa, confiriéndose por excepción
al poseedor regular que estaba en vías de ganar la cosa por prescripción (art.894 CC).
(Acción Publiciana).
b) La presunción del art.700 inc.2 opera tanto respecto del poseedor regular como del
irregular. El legislador no ha establecido ninguna diferencia o limitación al respecto.

c) Los interdictos posesorios pueden ser hechos valer tanto por el poseedor regular
como por el irregular. El legislador tampoco establece limitaciones a este respecto
(arts.916 y 918 CC).
Posesión inútil o viciosa: art. 709; también se llama viciosa. Son posesiones viciosas las
violentas y las clandestinas. Se llaman inútiles porque no habilitan para llegar al dominio
por la prescripción ni ordinaria ni extraordinaria.
Se clasifican en violenta y clandestina:

Violenta: art. 710 y 711; la ley dice que es la que se adquiere por la fuerza; se critica
porque la posesión no se adquiere sino que se inicia. La fuerza puede ser actual o
inminente y según el art. 711 la posesión violenta puede ser de 2 formas:
- Cuando se inicia por la fuerza.

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- Cuando en ausencia del dueño una persona se apodera de la cosa y volviendo el
dueño no la repele.

Como la fuerza puede ser actual o inminente entonces esta puede consistir en vías de
hecho propiamente tales o en amenazas o intimidaciones.
La fuerza debe tener los requisitos para que vicie la voluntad (grave, injusta,
determinante), en estos casos esta posesión violenta no habilita para llegar al dominio por
prescripción porque le falta un requisito que debe tener la posesión y es que esta debe ser
pacifica.
La doctrina ha discutido que pasa cuando cesa la violencia y puede haber 2 consecuencias:

1.- Una vez que desaparece la posesión se convierte en útil; o sea, el poseedor violento
cuando cesa la violencia podría llegar al dominio por prescripción.
2.- Otros creen que la violencia marca en forma definitiva a la posesión por lo tanto
aunque cese ese poseedor nunca podrá llegar al dominio por prescripción por las
siguientes razones:
- Cuando la ley define la posesión clandestina emplea una palabra que acá no emplea y en
la posesión clandestina nadie discute que si cesa la clandestinidad se puede llegar al
dominio por prescripción y la ley utiliza la palabra ejerce que en la posesión violenta no
usa.
- Los autores dice que el legislador muestra en distintos artículos un total rechazo hacia la
fuerza y por lo tanto es lógico que a la fuerza se le de un trato más duro y diferente que en
este caso aunque la violencia desaparezca sigue marcando a la posesión. Ej. De este trato
por parte de la ley: art. 2510; la ley da varias facilidades para que opere la prescripción
pero no obstante exige que no haya violencia. El plazo para pedir nulidad relativa es más
duro en el caso de la fuerza.

Clandestinidad: art.713 se ejerce ocultándola a quienes tiene derecho para oponerse a ella
y en este caso esta posesión no habilita para llegar al dominio por prescripción porque le
falta un requisito que es que la posesión sea pública.
No consiste en ocultar la calidad de poseedor a todas las personas sino que en ocultarla a
quienes pueden oponerse al poseedor clandestino. Quienes pueden oponerse son:
- El dueño.
- Un poseedor con mejor derecho como regular.
- Incluso un mero tenedor si tiene un título que le de este derecho como un
arrendatario o un usufructuario.

La ley señala que por la prescripción se puede adquirir el dominio de todas las
servidumbres salvo 2 categorías:

1.- Servidumbres discontinuas de toda clase; son aquellas que se ejercen a intervalos de
tiempo y suponen de un hecho actual del hombre. Ej.: servidumbre de tránsito y esto se

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debe a que para llegar al dominio por prescripción debe tener como requisito la
continuidad.
2.- Servidumbres continuas inaparentes; son aquellas que pese a que se ejercen en forma
continua no se conocen como una señal exterior y esto se debe a que le falta la
publicidad; o sea son clandestinas porque no se ven. Ej.: acueducto.

Los autores creen que la clandestina a diferencia de la violenta, cuando cesa la


clandestinidad la posesión se convierte en útil y por lo tanto podría llegarse al dominio por
prescripción, y dependiendo de la posesión sería regular o extraordinaria.

AGREGACIÓN DE LA POSESIÓN

La posesión es un hecho personal, no se transmite ni se transfiere, sin embargo la ley


como forma de dar seguridad jurídica y favorecer la llegada al dominio por la prescripción
permite lo que se llama agregación de la posesión, también se llama adjunción o unión de
posesiones y es la facultad que tiene el poseedor de agregar o sumar a su posesión la de
sus antecesores para así llegar más rápido al dominio por prescripción. Art. 717. Tiene
ciertas limitaciones:
- La apreciación se hace con las mismas calidades y vicios con que los antecesores
tenían la posesión. La Corte Suprema ha dicho que basta con que uno de los
antecesores haya sido poseedor irregular para que toda la posesión se convierta
en irregular,
- La agregación se debe hacer respecto de una serie ininterrumpida de antecesores.

COSAS QUE SON SUSCEPTIBLES DE POSESIÓN

I.- Las cosas corporales, art. 700. Los requisitos deben es que deben ser:
- Cosa determinada.
- Comerciable; lo señala la ley cuando regula la prescripción.

Dentro de la posesión hay distintos tipos de posesión:


 Coposesión.
 Mera tenencia.
 Interversión
 Contradicción.

II.- Las cosas incorporales; acá se habla de cierta posesión y mayoritariamente se refiere a
derechos reales porque en los personales la posesión no es continua.

COPOSESIÓN

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Es una comunidad en la posesión, es decir, se presenta cuando varias personas son
poseedoras de partes alícuotas de un mismo bien.
Art. 718; habla de la coposesión y reitera que cuando uno de los poseedores se adjudica la
cosa se produce un efecto retroactivo entendiéndose que nunca hubo comunidad en la
posesión (efecto declarativo en la adjudicación).

MERA TENENCIA

Una persona puede encontrarse respecto de una cosa en 3 situaciones:


- Puede ser dueño.
- Puede ser poseedor.
- Puede ser mero tenedor.

Art. 714; habla de la mera tenencia y dice que es la que se ejerce sobre una cosa no como
dueño sino que en lugar y a nombre del dueño. El mero tenedor siempre reconoce el
dominio ajeno solo tiene el corpus pero no el animus por lo que poseedor y mero tenedor
son conceptos excluyentes y el mero tenedor como reconoce el dominio ajeno nunca será
dueño por prescripción.
El mero tenedor puede serlo de 2 formas:

- Que tenga un derecho real y como consecuencia de el tiene la tenencia de la cosa.


Ej.: usufructuario.
- Debe su título a un contrato, hay un derecho personal. Ej.: comodatario,
arrendatario.

CARACTERISTICAS

1.- Esta permanentemente reconociendo el dominio ajeno, su ánimo no es de señor y


dueño.
2.- Es absoluto porque el mero tenedor lo es respecto de todas las personas, ante todas es
mero tenedor.
3.- Es perpetua, el mero tenedor nace, se desarrolla y muere siendo mero tenedor y sus
herederos también serán meros tenedores.
4.- La mera tenencia es inmutable, no puede transformarse en posesión. El mero tenedor
por su voluntad no puede mejorar su título. Art. 716

La ley consagra una aparente excepción en el art. 2510 regla nº 3 en donde señala reglas
muy favorables para que se llegue al dominio por prescripción pero la regla tercera señala
que si hay un título de mera tenencia se presume la mala fe y no operará la prescripción,
salvo que concurran 2 circunstancias:

- Si es el que se pretende dueño no puede probar que en los últimos 10 años se le


ha reconocido su dominio en forma expresa ni tácita.

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- Que el que alega la prescripción prueba haber poseído sin violencia, clandestinidad
ni interrupción por el mismo tiempo.
Acá no interviene solo la voluntad del mero tenedor sino que también se exige la
pasividad del dueño.

5.- La mera tenencia como tal siempre obliga a restituir

Consecuencia jurídica de la mera tenencia

Art. 896. El mero tenedor de la cosa que se reivindica es obligado a declarar el nombre y
residencia de la persona a cuyo nombre la tiene.
Art. 928. Todo el que violentamente ha sido despojado, sea de la posesión, sea de la mera
tenencia, y que por poseer a nombre de otro, o por no haber poseído bastante tiempo, o
por otra causa cualquiera, no pudiere instaurar acción posesoria, tendrá sin embargo
derecho para que se restablezcan las cosas en el estado que antes se hallaban, sin que
para esto necesite probar más que el despojo violento, ni se le pueda objetar
clandestinidad o despojo anterior. Este derecho prescribe en seis meses.
Restablecidas las cosas, y asegurado el resarcimiento de daños, podrán intentarse por una
u otra parte las acciones posesorias que correspondan

AGREGACION DE POSESIONES

Art. 700. La posesión es la tenencia de una cosa determinada con ánimo de señor o dueño,
sea que el dueño o el que se da por tal tenga la cosa por sí mismo, o por otra persona que
la tenga en lugar y a nombre de él. La posesión puede ejercerse personalmente o a través
de un representante o mandatario.
La posesión inicia o termina en el poseedor
Art. 700 inc. 2º Podrá agregarse en los mismos términos a la posesión propia la de una
serie no interrumpida de antecesores
Para que proceda debe tratarse de posesiones continuas e inmediatas y además pueden
ser múltiples
Limitación:
1.- Por los vicios, ya que se también se apropia de estos
2.- Que la sucesión de los anteriores no sean continuas
Doctrina: Los llama unión, accesión, adjunción y conjunción.

INTERVENCIÓN DE LA POSESIÓN

Consiste en la transformación del poseedor en mero tenedor o viceversa; acá lo que varía
es el ánimo y no el corpus. Teóricamente pueden darse 2 casos:

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- Una persona de poseedor puede pasar a ser un mero tenedor.
- Un mero tenedor, por un cambio en la disposición anímica, deja de reconocer el
dominio ajeno y pasa a ser poseedor. Nuestra legislación no lo permite para llegar
al dominio a través de la prescripción.

Para la mayoría de los autores en la interversión existe un cambio en la causa o título por
el cual se tiene la cosa, por eso muchos hablan de que la interversión se da en el título.

CONTRADICCIÓN

Se presenta cuando el mero tenedor deja de reconocer el dominio ajeno y el verdadero


dueño se mantiene en uno absoluta pasividad. Art. 2510 regla nº 3.

ADQUISICIÓN, CONSERVACIÓN Y PERDIDA DE LA POSESIÓN

Se critica que se hable de adquirir la posesión porque mayoritariamente se piensa que la


posesión es un hecho y no un derecho y los hechos se inician, los derechos se adquieren.

CAPACIDAD PARA ADQUIRIR O INICIAR A POSESIÓN

Art. 723.
La ley da una regla especial apartándose de las reglas dadas respecto de la capacidad
patrimonial.
Establece que una persona aunque sea incapaz puede iniciar posesión salvo 2 grupos de
personas que ni siquiera pueden iniciar posesión de los bienes muebles:

1.- Dementes: cualquier persona con enfermedad mental (tomada en su sentido natural y
obvio). No pueden porque un requisito de la posesión es el ánimo y el demente carece de
voluntad jurídica y por lo tanto no puede tener ánimo.

2.- Infantes: están dentro de los impúberes y son los menores de 7 años. Salvo ellos
cualquier persona puede iniciar la posesión de bienes muebles o inmuebles pero si esta
persona no tiene la libre administración de sus bienes (incapacidad) para ejercer los
derechos que tiene como poseedor tiene que actuar debidamente representado (si se
trata de un absolutamente incapaz o incapaz relativo) o autorizado por su representante
legal (relativamente incapaz)

Se inicia la posesión, de acuerdo a las reglas generales, personalmente o a través de un


representante. En caso de iniciarse por representante para ver el momento en que se
inició la posesión hay que distinguir:

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- Si actuó por representante legal o convencional; donde se entenderá que la
posesión se inició de inmediato porque automáticamente los derechos se
entienden radicados en el patrimonio.
- Cuando se adquiere a través de un agente oficioso; persona que actúa a favor de
otra sin ser representante legal no convencional. En este caso se entiende que es
iniciada una vez que se acepta lo obrado por el agente oficioso. Una vez aceptado
opera con efecto retroactivo. Art. 721.

La ley establece una regla especial respecto de la posesión del derecho real de herencia
porque se inicia en el momento mismo en que fallece el causante por el solo ministerio de
la ley (no hay ánimo ni corpus de los herederos).

Respecto de la adquisición, conservación y pérdida de la posesión se distingue entre:

I.- Bienes muebles: aquellos que pueden ser trasladado de un lado a otro ya sea por si
mismo o ayudados por una fuerza externa.

Se inicia desde el momento en que se dan los 2 elementos de la posesión; el corpus y el


ánimo.
Se conserva la posesión de estos bienes, según la posición mayoritaria, manteniendo el
animus; que el poseedor mantenga su comportamiento de señor y dueño. Prueba de esto
son 2 art.: el 725 y 727. Esta voluntad o ánimo del poseedor debe estar presente para que
se pueda conservar la posesión del bien y como la ley presume lo normal, presume que
esta voluntad de mantiene.
Se pierde la posesión de estos bienes normalmente cuando se pierde el animus y el
corpus. También puede ser que se pierda por perder el animus, pero se debe mantener el
corpus, lo que cambia es la actitud anímica; deja de comportarse como dueño y comienza
a reconocer el dominio ajeno (se transforma en mero tenedor). También hay casos en que
la ley establece que al perderse el corpus se pierde también la posesión aunque se tenga
el animus; estos casos son:
- Art. 726; se deja de poseer una cosa cuando otro se apodera de ella con ánimo de
hacerla suya.
- Cuando sin pasar la posesión a otras manos es imposible ejercer actos posesorios.
Ej.: cuando una heredad ha sido inundada y la ley entiende que para que se de esta
permanencia las aguas no pueden o deben retirarse antes de los 5 años porque si
se retiran antes el dominio vuelve al antigua dueño y por lo tanto la posesión
también. Art. 2502 nº 1. y 653.
- Cuando el animal bravío recupera su libertad natural; cuando los animales
domesticados dejan de reconocer el imperio del hombre. Art. 608 inciso 2.
- Cuando los hombres de mar para aligerar la nave arrojan cosas, no se pierde el
dominio pero si la posesión. Art. 624.

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II.- Bienes inmuebles: aquí se hace una diferencia y se distingue entre los inmuebles
inscritos y los no inscritos porque si bien el objeto del legislador es que todos los
inmuebles estén inscritos todavía no es así y hay inmuebles no inscritos y por eso que la
inscripción es prueba de posesión y no de dominio.

Inmuebles no inscritos

Se inicia o adquiere la posesión según la mayoría de los autores según las reglas para los
bienes muebles y por lo tanto para iniciar la posesión es necesario el corpus y el animus
porque el art. que regula esta materia no distinguen entre muebles e inmuebles y la única
excepción que hace es para los casos expresamente exceptuados por la ley entre los que
están los inmuebles inscritos porque a ellos la ley les dio un tratamiento beneficioso.

Se conserva la posesión también aplicando las reglas para los muebles; se debe mantener
a los menos el animus aún cuando hay casos en los que si se pierde el corques se pierde la
posesión.

Se pierde la posesión de la misma forma que los muebles; cuando falta corpus y animus.
Se hace esto para incentivar la inscripción.

Hay un caso especial; cuando un tercero inscribe un título relativo a un inmuebles no


inscrito y el problema es si esa sola inscripción le permite para iniciar posesión o si de
todas maneras necesita el corpus y el animus. Hay división; algunos piensan que la
inscripción es una ficción legal que representa en abstracto los 2 elementos de la
posesión; el animus y el corpus y por lo tanto en ese caso el tercero si iniciaría posesión
porque además se sanciona la negligencia del que no se preocupa de inscribir versus la
preocupación del que si lo hace. Otros autores sostienen que la inscripción solo es una
garantía de la posesión; un requisito para materializar el corques y el animus pero lo
posesión material o efectiva se debe también verificar porque de lo contrario la
inscripción solo sería de papel que no probaría nada. Esta discusión es muy relevante para
la teoría de la posesión inscrita.

TEORÍA DE LA POSESIÓN INSCRITA

Se refiere a la adquisición, conservación y pérdida de la posesión de los bienes inmuebles


inscritos.
En cuanto a la adquisición o inicio de la posesión de los bienes inmuebles inscrito hay que
distinguir:

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a) Título constitutivo: para iniciarla no es necesario proceder a la inscripción porque
los títulos constitutivos son a la vez modos de adquirir que a su vez no requieren
inscripción. Son:
- Accesión; cuando se adquiere el dominio del inmueble que accede al principal no
se necesita de una inscripción especial.
- Prescripción; no es necesario la inscripción porque si bien el art. 689 exige que la
sentencia que declara como adquirido un inmueble se inscriba por la prescripción
de debe inscribir pero se exige como requisito de publicidad.
- Sucesión por causa de muerte; no se necesita inscripción ya que esta se exige para
mantener la historia de la propiedad raíz.

b) Título translaticio: para iniciar la posesión del inmueble inscrito hay que distinguir:
- Posesión regular; para iniciar posesión regular y se invocó un título translaticio de
dominio tiene que hacerse la inscripción porque la posesión regular tiene que
cumplir con 2 requisitos y uno eventual (tradición). También hay que hacer
inscripción porque según el art. 724 si la cosa es de aquellas cuya tradición debe
hacerse por inscripción nadie puede adquirir la posesión sino por ese medio. Según
el art. 728 para terminar la posesión inscrita es necesaria una nueva inscripción. El
art. 729 acepta que se inicie la posesión de in inmueble incluso en forma violenta o
clandestina siempre que no este inscrita.
- Posesión irregular; para iniciarla la doctrina distingue:
 Algunos autores dicen que para iniciar la posesión regular de un inmueble inscrito
no se necesita de inscripción porque de acuerdo a la ley la posesión irregular es
aquella que carece de uno o más requisitos de la posesión regular y podrá faltar el
requisito de la tradición cuando se invoca un título translaticio de dominio
 La mayoría de los autores y la jurisprudencia estiman que siempre para iniciar la
posesión regular o irregular de un inmueble inscrito se necesita de la inscripción
porque:
- El art. 724 no distingue entre posesión regular e irregular.
- Según el art. 728 nº 2 mientras subsista la inscripción el que se apodera de la cosa
no inicia posesión y tampoco distingue entre posesión regular ni irregular.
- El art. 2505 dice que contra título inscrito no opera la inscripción de los bienes
raíces o de los derechos reales constituidos en ellos sino en virtud de otro título
inscrito, por lo tanto, este art. exige que haya inscripción porque desde ahí
comienza a correr el plazo de prescripción.
- En el mensaje del código civil se dice que la inscripción de la posesión real y
efectiva de un inmueble, mientras no se haya cancelado, el que se apodera del
inmueble es un mero tenedor.
- Nuestro código persigue que el inmueble se inscriba y por lo tanto sería contrario a
esta aspiración del legislador el que se pudiese iniciar aunque sea posesión
irregular de un inmueble inscrito sin la inscripción.

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En cuanto a la conservación de los inmuebles inscritos (art. 728) aquí también algunos
autores señalan que si una persona se apodera materialmente de un inmueble inscrito
podría iniciar posesión irregular porque de acuerdo al art. 708 esta posesión es aquella
que le falta uno de los requisitos de la posesión regular.
Se dice por la jurisprudencia que mientras el poseedor tenga su título inscrito el que se
apodera la cosa no inicia posesión ni regular ni irregular.

En cuanto a la perdida de la posesión de los inmuebles inscritos se pierde por la


cancelación de la inscripción. Art. 728.
Se puede cancelar:
- Por voluntad de las partes.
- Por una nueva inscripción en que el poseedor inscrito transfiera su derecho a otro.
- Por decreto judicial.

En el caso de la voluntad de las partes y el decreto judicial se debe hacer una


subinscripción al margen de la inscripción. En el caso de la nueva inscripción
automáticamente, por el solo hecho de transferir el derecho a otro se entenderá
cancelada la inscripción.

Posesión inscrita:
Es la que tiene la persona a cuyo nombre figura en la inscripción de bienes raíces, en base
a esta inscripción la ley presume que se tienen los elementos, por eso es necesario que se
cancele, para saber que se ha perdido su calidad de poseedor.

Modos de adquirir el dominio


Para la transferencia de bienes por actos entre vivos, en la historia del Dº se han ido
configurando diversos sistemas.
Con precedentes romanos, en muchas legislaciones, entre ellas la nuestra, para la
transferencia del dominio y demás Dº reales y aun personales, se exige la concurrencia de
2 elementos jurídicos: Un titulo y un modo de adquirir.
Título: Es el hecho o acto jurídico que sirve de antecedente, para la adquisición del
dominio.
Modo de adquirir: Es el hecho o acto jurídico que produce efectivamente la adquisición
del dominio.
Con el sólo título, pues, no se adquiere el dominio de las cosas: De él nace solamente un
Dº personal, el Dº de exigir que posteriormente se transfiera el dominio por el obligado,
mediante por el correspondiente modo de adquirir, el ejemplo mas claro lo proporciona la
compraventa: perfeccionando el contrato de compraventa, el comprador aun no es dueño
de la cosa comprada ni el vendedor la ha hecho ajena; con el contrato, el vendedor se ha
obligado a transferirla al comprador; posteriormente, el dominio se transfiere cuando el
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vendedor efectúa al comprador la entrega o tradición de la cosa vendida. De ahí que
suela expresarse que son los modos de adquirir la fuentes de donde emanan los Dº reales.
En la práctica, esta dualidad frecuentemente no se percibe con nitidez. Así acontece en el
título masivamente empleado, la compraventa de muebles que es consensual; el modo
suele seguir tan inmediatamente al título, que casi se confunden: Se produce acuerdo en
la cosa y en el precio e inmediatamente se entrega la cosa vendida. Pero se distinguen
claramente en la compraventa de inmuebles, en la cual primero se celebra el contrato por
escritura pública y posteriormente, cumpliendo el contrato, tal título se inscribe en el
registro conservatorio, con ese acto de inscripción (forma en que se efectúa la tradición
de inmuebles) se produce la transferencia del dominio.
Los títulos que habilitan para la posterior transferencia del dominio son llamados títulos
translaticio de dominio. Son innumerables, legalmente no tiene un número cerrado y
pueden revestir la forma y características que acuerdan los particulares. Generalmente
adoptan la forma de contratos: Compraventa, permuta, donación, aporte en propiedad a
una sociedad. Tal el sistema denominado romano del título y modo, o del efecto personal
del contrato.

En el CC Art. 588. Los modos de adquirir el dominio son la ocupación, la accesión, la


tradición, la sucesión por causa de muerte, y la prescripción.
De la adquisición de dominio por estos dos últimos medios se tratará en el Libro De la
sucesión por causa de muerte, y al fin de este Código. Aquí se señalan los modos de
adquirir el dominio, pero dentro del sistema acordado por el legislador no basta que
opere el modo de adquirir para que se produzca la adquisición del dominio u otro derecho
real, porque en el sistema chileno la adquisición del dominio y otros derechos reales es un
fenómeno complejo que no opera por un sólo elemento, sino que para que se produzca la
adquisición del dominio y demás derechos reales deben concurrir los 2 elementos
mencionados anteriormente:
En otros sistemas jurídicos como el francés, la adquisición del dominio se produce
solamente por medio del título, no requiriéndose que opere el modo.
Esta distinción entre el título y modo de adquirir es muy clara respecto de algunos modos,
por ejemplo: la tradición, en que est perfectamente separado el título del modo de
adquirir tradición; en los otros modos de adquirir el título se confunde con el modo, e
incluso, hay autores que niegan esta dualidad para los modos de adquirir que no sean
tradición.
En el sistema francés, por la sola celebración del contrato de compraventa el comprador
adquiere el dominio de la cosa que le fue vendida. En cambio, en el sistema chileno por el
contrato de compraventa el comprador no adquiere el dominio de la cosa vendida, sino
que pasa a ser titular de ciertos derechos y contrae ciertas obligaciones: tiene derecho a
que se le entregue la cosa y tiene la obligación de pagar el precio. Para que se adquiera el
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derecho de dominio es necesario que además del título opere el modo de adquirir, en este
caso, la tradición. La forma de hacer la tradición va a depender de si la cosa es mueble o
inmueble.
El Título es el hecho o acto jurídico que habilita para la adquisición del dominio o derecho
real respectivo (e incluso derechos personales), porque justifica jurídicamente dicha
adquisición. Así, son títulos el contrato de compraventa, la donación, la permuta, etc.
Viene a ser la causa remota de la adquisición del dominio.
El modo de adquirir es el hecho o acto jurídico eficaz para hacer operar la adquisición del
dominio o derecho real correspondiente, o sea, es el mecanismo por el cual opera esta
adquisición. Los modos de adquirir están señalados en la ley y la constitución política Art.
19 Nº 24.
En el art.588, pero esta enumeración es incompleta, la mayoría de la doctrina opina que
esta es taxativa, otros autores mencionan como modo de adquirir: el usufructo legal que
tiene el marido, como administrador de la sociedad conyugal sobre los bienes de la mujer
y la del sobre los bienes del hijo, la en la expropiación por causa de utilidad pública.
A través de estos modos de adquirir puede adquirirse, en general, todos los derechos
reales, pero hay ciertas excepciones: la ocupación y la accesión sólo sirven para la
adquisición del derecho de dominio, las servidumbres discontinuas de todas clases y las
servidumbres continuas inaparentes no pueden ganarse por prescripción adquisitiva
(art.882 CC). Las servidumbres se clasifican en continuas y discontinuas (art.822) y en
aparentes e inaparentes (art.824).
Es importante dejar constancia que para adquirir un bien sólo se puede utilizar un modo
de adquirir. Además, sólo la ley puede establecer modos de adquirir, las partes no.
La ley no define los modos de adquirir, simplemente en el art. 588 los enumera:
ocupación, accesión, tradición, sucesión por causa de muerte y prescripción. A estos se le
debe agregar la ley.

1.-Ocupación: modo de adquirir el dominio de cosas corporales muebles que no


pertenecen a nadie y cuya adquisición no está prohibida por las leyes chilenas ni el
derecho internacional. Está regulada en el art. 606 y siguientes.

2.- Accesión: modo de adquirir el dominio de cosas corporales muebles e inmuebles por el
cual el dueño de una cosa pasa a serlo de lo que ella produce o de lo que se junta a ella.

3.- Tradición: modo de adquirir el dominio de las cosas corporales e incorporales. La ley
define: consiste en la entrega que el dueño hace de una cosa a otro habiendo por una
parte la facultad e intención de transferir el dominio y por la otra la capacidad e intención
de adquirirlo. Art. 670 y siguientes.

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4.- Prescripción: no está definido como modo de adquirir pero se puede decir que es un
modo de adquirir las cosas ajenas por haberlas poseído durante cierto tiempo y
concurriendo los demás requisitos legales. Art. 2492 y siguientes. Cuando opera como
modo de adquirir es prescripción adquisitiva y cuando opera como modo de extinguir es
prescripción extintiva.

Clasificación de los Modos de Adquirir


1.- Modos de adquirir originarios y derivativos.
2.- Modos de adquirir a título universal y a título singular.
3.- Modos de adquirir a título gratuito y a título oneroso.
4.- Modos de adquirir por acto entre vivos y por causa de muerte.

1.- Modos de adquirir originarios y derivativos.


Se dice que el modo es originario en los casos que produce la adquisición del dominio
independientemente del derecho anterior de otra persona; no hay en este caso una
derivación de un derecho de un titular a otro. En estos casos, el derecho es creado por el
modo de adquirir en el titular. Son de esta categoría: la ocupación, la accesión y la
prescripción, que opera respecto a cosas que antes pertenecían a otro dueño, pero
sucede que quien adquiere la cosa por prescripción no deriva su derecho del dueño
anterior, sino que al contrario, lo adquiere en contra del titular anterior; luego, no hay una
derivación del anterior titular al nuevo titular, sino que hay una creación del derecho en el
nuevo titular.
A la inversa, el modo es derivativo cuando la adquisición del derecho de dominio se
produce fundada en un derecho anterior que tendría otra persona, por ejemplo: la
tradición y la sucesión por causa de muerte. En el modo de adquirir derivativo hay una
relación entre el antiguo titular del derecho y el nuevo titular del mismo.
La distinción tiene importancia para determinar el alcance y las características del derecho
del adquirente: cuando éste se adquiere por un modo derivativo no sólo se debe examinar
al actual titular, sino que también habrá que analizar los derechos de los anteriores
titulares, por una razón sencilla que es una aplicación del principio de que “nadie puede
transferir más derechos de los que realmente tiene”.
Así, el que tiene un derecho afecto a condición resolutoria y lo transfiere, el nuevo titular
lo adquiere afecto a la condición resolutoria, si el bien está afecto a gravamen sucede lo
mismo. En cambio, si el modo de adquirir es originario, para ver el alcance y extensión de
ese derecho sólo habrá que estarse a la situación del actual titular y basta examinar el
acto o hecho que configura el modo y la cosa sobre la que recae.

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2.- Modos de adquirir a título singular y a título universal.

Modos a título singular cuando a través de él se adquieren bienes determinados o cuotas


en los bienes determinados. Es a título universal cuando se adquieren universalidades
jurídicas o una cuota de ellas.
El modo de adquirir a título universal produce adquisición de la totalidad del patrimonio
de la persona o de una cuota de ese patrimonio; en tanto que el modo de adquirir a título
singular produce la adquisición de determinados bienes o derechos.
Los dos modos de adquirir que son siempre a título singular y nunca a título universal son
la ocupación y la accesión. Hay un modo que puede darse en ambos títulos
indistintamente, que es la sucesión por causa de muerte: ser a título universal cuando
opera la adquisición de una herencia y a título singular cuando produce la adquisición de
un bien determinado. Hay dos modos de adquirir que generalmente son a título singular,
son la tradición y la prescripción, pero que toman el carácter de modo de adquirir a título
universal cuando se trata de la prescripción del derecho de herencia (cuando un heredero
aparente llega a adquirir por prescripción la herencia del que está en posesión) y de la
cesión del derecho de herencia.
3.- Modos de adquirir a título gratuito y a título oneroso.
Esta clasificación se hace según el sacrificio pecuniario que importa el modo. As¡, si quien
adquiere el derecho no ha hecho ningún sacrificio pecuniario, el modo de adquirir es a
título gratuito, ejemplo: la ocupación. En cambio, si para la adquisición del derecho la
persona ha tenido que hacer un sacrificio pecuniario, el modo de adquirir ser a título
oneroso.
La sucesión por causa de muerte y la prescripción son modos de adquirir a título gratuito
siempre. La tradición podrá ser a ambos títulos (si el antecedente es la donación, será a
título gratuito; en cambio, si el antecedente es la compraventa ser a título oneroso).
4.- Modos de adquirir por acto entre vivos y por causa de muerte.
Esta clasificación se hace atendiendo a si es o no necesario para que opere el modo de
adquirir el fallecimiento del titular del cual se deriva el derecho. Si el modo de adquirir
requiere para operar la muerte de la persona de quien éste se deriva, se trata de un modo
de adquirir por causa de muerte o por acto de última voluntad, por ejemplo: la sucesión
por causa de muerte.
El modo de adquirir es por acto entre vivos cuando para que opere el modo no es
necesaria la muerte del titular, por ejemplo: la ocupación, la accesión, prescripción y
tradición.

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Campo de aplicación de los modos de adquirir

A través de este modo se puede adquirir el dominio del Dº real de dominio, también el
dominio de los demás Dº reales y también los derechos personales o de créditos ya
existente.

¿Se puede adquirir una misma cosa por más de un modo de adquirir?

No, operando un modo de adquirir no es necesario otro, no se puede adquirir aquello de


que ya soy dueño

 Ocupación: bienes corporales muebles.


 Accesión: bienes corporales muebles o inmuebles.
 Tradición: bienes corporales muebles e inmuebles, derechos reales y personales, cosas
singulares y universales.
 Sucesión por causa de muerte: bienes corporales muebles e inmuebles, cosas
singulares y universales, otros derechos personales y reales.
 Prescripción: bienes corporales muebles e inmuebles, bienes singulares y universales,
derechos reales con limitaciones (servidumbre). Los derechos personales no, porque no
admiten posesión.
1. OCUPACIÓN

Es un modo de adquirir originario singular por acto entre vivos y a título gratuito

Está regulado en los artículos 606 hasta el 642.


Se define como: un modo de adquirir el dominio de las cosas que no pertenecen a nadie y
cuya adquisición no está prohibida por las leyes chilenas ni por el derecho internacional.

Doctrinario: Exige copulativamente 2 elementos:


Material: aprehensión material
Intelectual: Intención de adquirir la propiedad
Los incapaces absolutos no podrán adquirir nunca por ocupación.
En el caso de la aprehensión material propiamente tal esta puede ser física o inminente
(art. 617 y 618) Ej. El cazador que le dispara a la presa (animal) para hacerlo suyo.

Campos de aplicación de la ocupación


Nos referimos a aquellas cosas que se pueden adquirir:
1º Cosas que carecen de dueño: Res nulli y res derilectae, solo nos encontramos en la
naturaleza mueble, ya que conforme al Art. 590 CC en Chile no existen bienes vacantes
inmuebles por pertenecer al Estado.

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La ocupación también se refiere a “cosas corporales” el CC se refiere a los animales
bravíos, domésticos que recobran su libertad natural y aquellas cosas que han sido
abandona por su dueño.
Animales bravíos: Res Nullis
Animales domésticos y cosas abandonadas: Res derilectae.

2º Que estas cosas además puedan ser adquiridas por cuanto su adquisición no está
prohibida por leyes y el Dº internacional, es decir que puedan ser adquiridas.
Debe estar prohibida la adquisición, es decir que esté prohibida el ingreso al patrimonio
del particular. (Art. 622)
Art. 635. Si naufragare algún buque en las costas de la República, o si el mar arrojare a
ellas los fragmentos de un buque, o efectos pertenecientes, según las apariencias, al
aparejo o carga de un buque, las personas que lo vean o sepan, denunciarán el hecho a la
autoridad competente, asegurando entre tanto los efectos que sea posible salvar para
restituirlos a quien de derecho corresponda.
Los que se los apropiaren, quedarán sujetos a la acción de perjuicios, y a la pena de hurto.

Art. 636. Las especies náufragas que se salvaren, serán restituidas por la autoridad a los
interesados, mediante el pago de las expensas y la gratificación de salvamento.

Art. 637. Si no aparecieren interesados, se procederá a la publicación de tres avisos por


diarios, mediando quince días de un aviso a otro; y en lo demás se procederá como en el
caso de los artículos 629 y siguientes.

Art. 638. La autoridad competente fijará, según las circunstancias, la gratificación de


salvamento, que nunca pasará de la mitad del valor de las especies.
Pero si el salvamento de las especies se hiciere bajo las órdenes y dirección de la
autoridad pública, se restituirán a los interesados, mediante el abono de las expensas, sin
gratificación de salvamento.

Art. 639. Todo lo dicho en los artículos 635 y siguientes se entiende sin perjuicio de lo que
sobre esta materia se estipulare con las potencias extranjeras, y de los reglamentos
fiscales para el almacenaje y la internación de las especies.

Art. 640. El Estado se hace dueño de todas las propiedades que se toman en guerra de
nación a nación, no sólo a los enemigos sino a los neutrales, y aun a los aliados y los
nacionales según los casos, y dispone de ellas en conformidad a las Ordenanzas de Marina
y de Corso.

Art. 641. Las presas hechas por bandidos, piratas o insurgentes, no transfieren dominio, y
represadas deberán restituirse a los dueños, pagando éstos el premio de salvamento a los
represadores.

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Este premio se regulará por el que en casos análogos se conceda a los apresadores en
guerra de nación a nación.

REQUISITOS

1.- Que la cosa no pertenezca a nadie.


- Puede ser que la cosa nunca haya tenido dueño.
- Que la cosa haya tenido dueño pero que el inequívocamente haya manifestado su ánimo
de dejar de ser dueño.
- Que la cosa haya tenido un dueño pero que se ignore quien es y resulta absolutamente
imposible encontrarlo. Aquí nos encontramos frente al caso de un tesoro.
Por este requisito se concluye que por la ocupación sólo pueden adquirirse cosas
corporales muebles porque coexisten las cosas inmuebles que no tengan dueño. Art. 590.

2.-La adquisición no debe estar prohibida ni por las leyes chilenas ni el derecho
internacional. Hay veces en que se prohíbe adquirir cosas muebles por ej. Vedas, bienes
que se encuentran en captura bélica.

Estas 2 está en la definición, sin embargo faltan 2:

3.- Que exista una aprehensión material: este requisito es indispensable para que existe
ocupación.
Luis Claro Solar dice que la base de la ocupación es la aprehensión material de la cosa y
consiste en la tenencia de ella.
Por este requisito no se pueden adquirir cosas incorporales por no ser susceptibles de una
tenencia física.

4.- Ánimo: la persona que adquiere por ocupación debe hacerlo con el ánimo de hacerse
dueño de la cosa.

CARACTERÍSTICAS

1.- Es a título gratuito


2.- Es a título originario.
3.- Es singular
4.- Es un acto entre vivos.
5.- Es un acto jurídico.

REGLAS APLICABLES A LA OCUPACION

I.- Ocupación de cosas animadas (pesca, caza): art. 607. La caza y la pesca son especies de
ocupación por las cuales se adquiere el dominio de los animales bravos. Se debe agregar

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que en algunos casos se puede adquirir el dominio de los animales domesticados. El art.
608 clasifica los animales:
- Animales bravíos o salvajes: que son aquellos que viven normalmente libres e
independientes del hombres.
- Domésticos: que son aquellos que viven ordinariamente bajo la dependencia del
hombre.
- Domesticados: que son aquellos que por naturaleza son bravos pero son acostumbrados
a la domesticidad reconocen en cierto modo el imperio del hombre. Ej. León del circo.
Abeja.

Es muy importante esta clasificación porque de acuerdo a la ley los animales bravíos se
pueden adquirir siempre por ocupación. Los animales domesticados pueden adquirirse
por ocupación cuando desconocen imperio del hombre. Los animales domésticos pueden
adquirirse por ocupación porque reconocen a la persona a que obeceden.

Para la caza y la pesca la ley establece:

- Se puede pescar y cazar en tierras ajenas con el permiso del dueño.


- Si no se tiene el permiso lo que se cace es para el dueño quien además tendrá
derecho a la indemnización de perjuicios. (Ley de caza nº 18.892). Esta pesca
tendrá que ser de naturaleza deportiva.
La ley da reglas especiales respecto de las abejas y palomas. Art. 618, 619, 620 y 621.

II.- Ocupación de cosas inanimadas (invención y hallazgo): art. 624. Es una especie de
ocupación por la cual el que se encuentra una cosa inanimada que no pertenezca a nadie
adquiere el dominio apoderándose de ella.
Dentro de ella encontramos el descubrimiento de un tesoro. Art. 625 nº 2; Se llama tesoro
la moneda o joyas, u otros efectos preciosos, que elaborados por el hombre han estado
largo tiempo sepultados o escondidos sin que haya memoria ni indicio de su dueño.

REQUISITOS

1.- Deben ser monedas, joyas u otros bienes preciosos.


2.- Deben haber sido elaborados por el hombre.
3.- Deben haber estado largo tiempo separados o escondidos. No deben existir memorias
o indicios de quien fue su dueño.

III.- Captura Bélica: es una forma de ocupación especial porque sólo procede a favor de los
Estados. Es la apropiación de bienes muebles e inmuebles que hace un Estado en tiempos
de guerra.

2. ACCESIÓN

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Art. 643 al 670 código civil. “modo de adquirir por el cual el dueño de una cosa pasa a
serlo de lo que ella produce o de lo que le junta a ella.

La doctrina ha criticado que la accesión sea un modo de adquirir y a dicho que es derecho
de dominio (facultad de goce) ya que resulta lógico que el dueño de una cosa sea dueño
también de lo que produce y se junta a ella pero para nuestro código es un modo de
adquirir.

CARACTERÍSTICAS

 A título gratuito.
 A título singular.
 Por acto entro vivos.

CLASES

 De frutos, discreta o por producción : en esta clase e accesión es donde más


criticas hay ya que los autores sostienen que el dueño de una cosa se hace dueño
de los frutos por una aplicación simple del derecho de dominio. Es una suerte de
Dº de dominio

Los frutos de una cosa pueden ser: (Art. 643, 537,784, 644, 645,647inc. 2º)

*Producto y frutos no son lo mismo

Frutos civiles: son las cosas que se dan periódicamente sin alterar n forma sustancial la
materia de la cosa que los produce.

Productos: son cosas que se dan sin periodicidad y significan una destrucción o
disminución sustancial de la cosa que los produce. Ej.: madera de un árbol.

El código civil confunde ambos conceptos y los hace sinónimos.

CLASIFICACIÓN DE LOS FRUTOS

Naturales: Art. 644. “Son los que da la naturaleza ayudada o no de la industria


humana” Pertenecen al dueño de la cosa que los produce sin perjuicio de las
excepciones legales. Art. 646; los derechos constituidos por las leyes, derechos
constituidos por las leyes a favor de terceros, derechos del arrendatario y
usufructuario.)
Los frutos pueden estar en estado pendiente (mientras adhieran a la cosa que los
produce) o pueden estar en estado de percibidos (separados de la cosa que los

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produce) y en estado consumido cuando se ha consumido verdaderamente o cuando
se han enajenado. El consumo puede ser físico o jurídico.
Civiles: no están definidos por la ley, el Art. 647 sólo pone ejemplos. La doctrina dice
que son: “la utilidad que se obtiene de una cosa como equivalente del uso o goce que
se da de esa cosa por un tercero.
Alessandri dice que los frutos civiles representan al derecho de goce ya que viene a
equiparar los frutos que una persona habría adquirido si hubiese explotado el la cosa.
Ej.: los intereses. Art. 647.

Los frutos civiles pertenecen al dueño de la cosa que los produce con las mismas
limitaciones que los frutos naturales. Art. 648.

Los frutos civiles pueden estar:

Pendientes: cuando se deben


Percibidos: desde que se cobran o según doctrina están percibidos los frutos civiles
una vez que se han pagado efectivamente. Ej. Cobro pero no pagan.

Dominio de los frutos ( art. 646, 648y 1816)

La regla general es que los frutos naturales y civiles pertenezcan al dueño de la cosa
fructuaria, ello sin perjuicio de que los derechos que se constituyan a favor de 3º ya
sea por la ley o un hecho de otro, ej. Poseedor de buena fe.
El usufructuario se hace dueño de los frutos por un hecho del hombre. El arrendatario
se hará dueño de los frutos por un hecho del hombre.

 Continua, por unión o propiamente tal : el dueño de la cosa pasa serlo de lo que se
junta.

Puede ser:

I.- Accesión continúa de Inmueble a Inmueble (natural o del suelo): la cual puede ser de 5
tipos:

 Aluvión: Art. 649. Aumento que recibe la rivera de la mar, un río o lago por el lento
e imperceptible retiro de la aguas. El terreno del aluvión se forma por los
sedimentos del agua y produce que el agua se retire de su primitiva rivera. El retiro
de las aguas deber ser lento e imperceptible y también definitivo.
El terreno del aluvión pertenece a los propietarios ribereños quienes deben
imaginariamente prolongar sus líneas de demarcación, con excepción de los puntos
habilitados ya que el terreno pertenece a un Estado.
 Avulsión: aumento que sufre un predio por la brusca violencia de una u otra
fuerza natural violenta que trasporta una porción del suelo de un terreno a otro.

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Se discute si es por la fuerza del agua o por cualquier fuerza natural violenta. Como
se sabe quien es el dueño del terreno esa persona lo puede reclamar para llevarlo
a su lugar de origen con un plazo de 2 años para hacerlo.
 Cambio de cause o Mutación del albeo: Art. 654. “Si un río varia su curso, la ley
señala que los propietarios riberanos deben adoptar o pedir que se adopten las
medidas para que las aguas vuelvan para que las aguas vuelvan a su curso normal y
si ello no es posible la ley señala que la parte del río que quedó descubierta accede
a los propietarios riberanos igual que las reglas del avulsión.

Art. 655. “Si un río se divide en 2 brazos que no se vuelven a juntar, el terreno que
queda descubierto accede a los propietarios riberanos. Art. 653: si un terreno es
inundado y las aguas se retiran dentro de 5 años subsiguientes el dominio de ese
terreno vuelve a sus antiguos dueños.

 Formación de una isla: Art. 597 “ Las nuevas islas que se formen en el mar
territorial o en ríos y lagos que puedan navegarse por buques de más de cien
toneladas, pertenecerán al Estado
Art. 656. Acerca de las nuevas islas que no hayan de pertenecer al Estado según el
artículo 597, se observarán las reglas siguientes:
1. La nueva isla se mirará como parte del cauce o lecho, mientras fuere ocupada y
desocupada alternativamente por las aguas en sus creces y bajas periódicas, y no
accederá entre tanto a las heredades riberanas.
2. La nueva isla formada por un río que se abre en dos brazos que vuelven después
a juntarse, no altera el anterior dominio de los terrenos comprendidos en ella; pero
el nuevo terreno descubierto por el río accederá a las heredades contiguas, como
en el caso del artículo 654.
3. La nueva isla que se forme en el cauce de un río, accederá a las heredades de
aquella de las dos riberas a que estuviere más cercana toda la isla;
correspondiendo a cada heredad la parte comprendida entre sus respectivas líneas
de demarcación, prolongadas directamente hasta la isla y sobre la superficie de
ella.
Si toda la isla no estuviere más cercana a una de las dos riberas que a la otra,
accederá a las heredades de ambas riberas; correspondiendo a cada heredad la
parte comprendida entre sus respectivas líneas de demarcación prolongadas
directamente hasta la isla y sobre la superficie de ella.
Las partes de la isla que en virtud de estas disposiciones correspondieren a dos o
más heredades, se dividirán en partes iguales entre las heredades comuneras.
4. Para la distribución de una nueva isla, se prescindirá enteramente de la isla o
islas que hayan preexistido a ella; y la nueva isla accederá a las heredades
riberanas como si ella sola existiese.
5 Los dueños de una isla formada por el río adquieren el dominio de todo lo que por
aluvión acceda a ella, cualquiera que sea la ribera de que diste menos el nuevo
terreno abandonado por las aguas.

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6. A la nueva isla que se forme en un lago se aplicará el inciso 2. de la regla 3.
precedente; pero no tendrán parte en la división del terreno formado por las aguas
las heredades cuya menor distancia de la isla exceda a la mitad del diámetro de
ésta, medido en la dirección de esa misma distancia.

Para que opere tiene que darse 2 requisitos:


- Que surja una isla en ríos no navegables por buques de mas de 100 toneladas, o
sino el Estado es dueño de la isla.
- La isla debe formarse en forma definida sino es mirada como cauce o lecho del río
o lago.

Este tipo de accesión es importante producto que la Corte Suprema ha señalado que el
propietario por accesión no necesita una nueva inscripción del dominio ya que la
inscripción de la antigua propiedad comprende esta nueva.

II.- Accesión de Mueble a Inmueble o accesión Industrial: Art. 668 y 669. Tiene lugar en 3
casos:
 Plantaciones
 Siembras
 Edificaciones
Para las 3 se aplica la misma regla.

Para que opere esta forma de accesión es necesario que no exista vínculo intelectual
previo porque si existe vínculo previo el modo de adquirir que opera es la tradición.
Además es necesario que una de las partes ignore que esta recurriendo a esta forma
de accesión. Esta accesión se denomina industrial porque es distinta a la natural
porque aquí no obedece a un hecho natural sino que a un hecho humano. También es
necesario para que opere que los materiales, plantas o vegetales se incorporen en
forma permanente; vale decir, tienen que ser inmuebles por adherencia.

Esta forma de accesión se da cuando se construye, se planta o se siembra e suelo


ajeno o bien cuando en suelo propio un tercero construye, planta o siembra. El
principio principal es que en todos los casos la ley considera como principal el suelo y
por lo tanto el dueño del suelo se hace dueño de lo edificado, sembrado o plantado
debiendo indemnizar al dueño de los materiales por su valor.

Cuando se edifica, siembra o planta con materiales ajenos. Se pueden dar 2


situaciones: Art. 668.

I.- Si el dueño de los materiales no tenía conocimiento que de ellos hacia el dueño del
suelo la ley distingue 3 hipótesis distintas:

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 Si el dueño del suelo actuó con justa causa de error, es decir, tiene fundados
motivos para creer que los materiales eran suyos, el dueño de los materiales
deberá pagar su justo precio o devolver otros de la misma calidad y cantidad. Art.
668 nº 1.
 El dueño del suelo actúa sin justa causa de error; aquí además de la obligación
anterior existe otra que es la indemnización de perjuicio al dueño de los
materiales.
 Si actuó a sabiendas queda sujeto a la acción criminal competente.

II.- El dueño de los materiales sabía del uso que se le estaba dando por el dueño del
suelo, aquí independientemente del ánimo de cómo actúa el dueño del suelo la regla
es la misma; el dueño del suelo debe pagar el justo precio de los materiales o devolver
otros de la misma cantidad y calidad y en este caso la Corte Suprema ha dicho que
existe una convención tácita entre las partes y por lo tanto no hay accesión sino que
opera la tradición.

Cuando se edifique, plante o siembre con materiales propios en suelo ajeno. Art.
669. La ley distingue 2 situaciones:
 Si el dueño del suelo no tuvo conocimiento aquí la ley le da al dueño del suelo un
derecho alternativo: quedarse con lo construido, sembrado o plantado pagando la
indemnización o que obligue al dueño de los materiales que le pague el justo
precio del terreno con los intereses.
 Si el dueño del suelo sabía, en ese caso está obligado a pagar lo edificado,
sembrado o plantado. Aquí como el dueño sabía hay convención tácita y por lo
tanto opera la tradición.

III.- Accesión de mueble a mueble. Art. 657 a 667. Es tiene modalidades y puede ser de 3
tipos: Adjunción, especificación y mezcla

1.- Adjunción: Art. 657. Este se verifica cuando 2 cosas muebles perteneciente a dueños
distintos se juntan una a otra pero de modo que pueden separarse y subsistir cada uno
una vez separados. Ej.: cuando el diamante de una persona se empasta en el anillo de
otro.

Elementos:

- Tiene que unirse 2 muebles.


- Estas cosas deben tener distintos dueños.
- Estas cosas muebles deben poder separarse.
- Tiene que haber ausencia de conocimiento de alguno de los dueños porque de lo
contrario habría convención y por lo tanto tradición.

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Si se dan contratos separados la ley establece que el dueño de la cosa principal se hace
dueño de la accesoria:

 Si una de las cosas es de mucha más estimación que la otra esa a ser principal y
además dice que se mira como de más estimación la cosa que tuviera para su
dueño un gran valor de afección. Art. 659.
 Si no es posible estimar que esa es de mayor más estimación, la ley señala que la
cosa que sirva para el uso, ornato o complemento de la otra va a ser la accesoria.
Art. 660.
 Si no se pueden aplicar las normas anteriores, es principal la de mayor volumen y
se hará dueño de la viva especie el dueño de la cosa principal debiendo pagar el
dueño de la cosa accesoria su valor. Art. 661.

2.- Especificación: Art. 662. Es la creación o producción de una cosa viva empleando
materiales ajenos sin el conocimiento del dueño.
Requisitos para que opere.

- Se necesita que el especificante cree una obra nueva.


- Debe emplearse materiales ajenos sin que su dueño lo sepa.

En la doctrina se ha discutido la naturaleza jurídica de la accesión pero se dice que es un


modo de adquirir porque es la unión de 2 cosas: materia ajena y el trabajo propio. Hay
autores que piensan que aquí no hay accesión, más aún que no se unen 2 cosas de
distintos dueños sino que interviene solo una cosa que es la materia ajena la cual es
transformada por el trabajo humano.
Art. 662. ¿Quién se hace dueño?
Regla

Regla 1º: Es que el dueño de la materia se hace dueño de la obra pagando su hechura
Regla 2º: Art. 662 nº 3; si la nueva obra o artefacto es de mucho mayor valor que los
materiales el especificante o también llamado artífice puede quedarse con la obra
pagando al dueño de los materiales la indemnización de perjuicios correspondiente.
Regla 3º: Si pertenecía en parte o un especificante y en parte a un tercero. Pertenecerá a
ambos en proporción, dueño de la materia solo a prorrata, especificante prorrata la
materia y la obra

3.- Mezcla: Art. 663. Es la unión de 2 o más cuerpos sólidos o líquidos que se compenetran
o confunden sin que puedan separarse.
Art. 663. Si se forma una cosa por mezcla de materias áridas o líquidas, pertenecientes a
diferentes dueños, no habiendo conocimiento del hecho por una parte, ni mala fe por otra,
el dominio de la cosa pertenecerá a dichos dueños proindiviso, a prorrata del valor de la
materia que a cada uno pertenezca.
A menos que el valor de la materia perteneciente a uno de ellos fuere considerablemente

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superior, pues en tal caso el dueño de ella tendrá derecho para reclamar la cosa producida
por la mezcla, pagando el precio de la materia restante.

¿Quién es el dueño?
Regla: La ley señala que si no hay conocimiento de al menos uno de los dueños nace una
comunidad entre los dueños que se unieron a prorrata del valor de los materiales.
La ley señala una situación especial y es que si una de las cosas mezcladas es de mucho
mayor valor que la otra el propietario de ella puede reclamarla pagando al otro el valor de
sus materiales. Art. 663 nº 2. Otra regla especial esta en el Art. 662 inciso final
(especificación). Los materiales de obra viva son en parte ajenos y en parte del
especificante, en este caso la ley estipula que también nace una comunidad en proporción
a los derechos de cada uno.

REGLAS COMUNES DE ADJUNCION, ESPECIFICACION Y MEZCLA DE ACCESIÓN DE


MUEBLE A MUEBLE.

1.- Para que opere esta accesión debe haber conocimiento por al menos de uno de los
dueños. En estos casos el dueño que desconocía la situación tiene derecho a que se le
restituyan sus materiales o bien tiene derecho a que se le pague su valor. Art. 665.

2.- Art. 664. Si el dueño de los materiales unidos quiere recuperarlos y no tuvo
conocimiento puede exigir la separación a costo de quien los unió

3.- Art. 666. El dueño de los materiales que tuvo conocimiento del uso que se hizo de ellos
se presume que consintió en ese uso y sólo tiene derecho a que se le pague s valor. (Aquí
hay tradición.)

4.- Art. 667. Si se hizo uso de un material ajeno sin conocimiento del dueño y sin justa
causa de error existe la obligación de indemnizar al dueño de la materia o materiales de
devolver estos o pagar su valor y procede en su contra la acción penal respectiva.

3. TRADICIÓN. (Art. 670 al 699)

Art. 670. La tradición es un modo de adquirir el dominio de las cosas y consiste en la


entrega que el dueño hace de ellas a otro, habiendo por una parte la facultad e intención
de transferir el dominio, y por otra la capacidad e intención de adquirirlo.
Lo que se dice del dominio se extiende a todos los otros derechos reales.

Al igual que la ocupación es un acto jurídico que supone la manifestación de voluntad de 2


personas que son el tradente que es el que transfiere el dominio y el adquirente que es el
que lo adquiere. Por lo tanto es un acto jurídico bilateral y además es un acto jurídico de
disposición porque implica una disminución del patrimonio para el tradente y un aumento
del patrimonio para el adquirente y es por esto que también es un acto jurídico

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patrimonial. NO ES UN CONTRATO. Es una convención (crea, modifica o extingue derechos
y obligaciones) y la tradición extingue derechos y obligaciones. Es un pago; una forma de
cumplir con la obligación. Supone un título previo (contrato).

CARACTERÍSTICAS

1.- Modo de adquirir a título derivativo: supone una relación entre el adquirente de un
derecho y el antecesor que en este caso se llama tradente y es por esto que para
determina qué derechos tienen el adquirente hay que ver que derechos tenía el tradente.

2.- Es una convención: Es una acuerdo de voluntades determinadas a producir efectos


jurídicos (extinguir obligaciones)

3.- Es necesario la concurrencia de un título: Para que exista y tenga validez, denominado
“Título de traslaticio de dominio”. ( 675, 703). Son constitutivos de dominio la ocupación,
la accesión y la prescripción.

2.- Modo de adquirir a título singular: por regla general. Se adquieren cosas
determinadas, individualizadas aunque excepcionalmente se adquieren universalidades
jurídicas como el derecho real de herencia, cuando un tercero adquiere de un heredero,
todo o una cuota de su derecho real de herencia.

3.-Modo de adquirir entre vivos:

4.- Puede ser a título gratuito u oneroso; según el título translaticio de dominio que lo
anteceda.
La tradición, jurídicamente es distinta de la entrega (simple entrega o entrega material) ya
que ésta es el traspaso material que se hace de una cosa a una persona sin ánimo de
transferir el dominio. Es in título de mera tenencia en donde el tradente no quiere
transferir el dominio y el adquirente no quiere adquirir.
En la tradición hay entrega jurídica, vale decir, hay ánimo de transferir. Y esta entrega
puede ser real o simbólica.

Campos de la aplicación de la Tradición

1.- Por tradición se adquiere el dominio que se tiene sobre cosas corporales (670 inc.1º)

2.- Se adquiere la especie de dominio sobre las cosas cosas incorporales (583) y
específicamente sobre Dº reales (670 inc. 2º) y Dº personales que ya existan con
anterioridad a la tradición (699).( Dº personales surgen del contrato y ley)

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3.- Es mencionada como antecedente necesaria para llegar a la posesión (Art. 683) (La
tradición), según los autores, pero según el profesor no es la tradición la que sirve de
antecedente y es solo una entrega de la especie.

Tradición: Especie Entrega: Género

DIFERENCIAS ENTRE LA SIMPLE ENTREGA Y LA TRADICIÓN


Art. 670 CC. El código no distingue entre entrega y tradición a pesar de que el CC no tiene
claro que no son lo mismo, existe un error de redacción.
1.- En la entrega material NO hay ánimo ni de entregar ni de adquirir dominio.
2.- La tradición debe estar antecedida por un título translaticio de dominio, en cambio l
entrega material la antecede un título de mera tenencia.
3.- Por la tradición, si se dan los requisitos, el adquirente adquiere el dominio y en la
entrega material el que recibe la cosa sólo adquiere la mera tenencia.
Nuestro código confundió entrega con tradición por ejemplo en el art. 1443 cuando define
los contratos reales, también en el art. 1824 en donde una de las obligaciones del
vendedor es hacer la entrega de la cosa (debe ser tradición). Hay artículos en que los
emplea correctamente.

La entrega material tiene importancia porque:


- Es la forma por la cual se perfeccionan los contratos reales como el comodato y
arrendamiento.
- Convierte al que recibe la cosa en mero tenedor por lo cual tiene una serie de
obligaciones.

Requisitos de la tradición

1.- Un tradente y un adquirente capaces (671).


2.- Consentimiento de ambos.(672, 673, 674,676, 677, 678)
3.- Existencia de un título traslaticio.(675)
4.- Entrega de la cosa.

1.- Un tradente y un adquirente capaces.


Al hablar de las características de la tradición dijimos que ella era una convención, o sea,
un acto jurídico bilateral el cual por su propia naturaleza requiere de la concurrencia de a
lo menos dos partes en la tradición: el tradente (aquella parte que transfiere el derecho) y
el adquirente (aquella parte que lo adquiere).

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El art.671 CC dice que el tradente es el que por tradición transfiere el dominio de la cosa
entregada por ‚l o a su nombre. Pero, para que el tradente pueda transferir el dominio es
necesario que sea titular del derecho, ya que se pueden dar dos situaciones:

 Que el tradente sea titular del derecho de dominio.

 Que el tradente no tenga tal calidad.


Si el tradente es dueño de la cosa que entrega por la tradición transfiere el derecho. Si no
lo es, la tradición como acto jurídico es perfectamente válida, no adolece de vicio que
afecte su validez, pero esa tradición por quien no es dueño, no surte el efecto de transferir
el dominio, no produce el efecto que señalan el art.670 CC, porque el tradente carece de
ese derecho de dominio y nadie puede transferir más derechos de los que realmente
tiene.
Debemos relacionar al art.682 y 683 con el 1575.
El 1575 nos señala que el pago por quien no es dueño no es valido.
El art.682 y 683 nos indican que la tradición de quien no es dueño es válida, pero no
produce sus normales efectos de transferir el dominio, sin perjuicio de otros efectos
jurídicos.
Si bien algunos estiman que lo correcto es esto último y que el 1575 sólo incurrió en una
improbidad del lenguaje, resulta claro que este artículo declara nulo el pago y, en
consecuencia, el acreedor puede pedir la declaración de nulidad de ese pago y continuar
demandando la prestación que se debe.
Relacionando ambas normas debemos señalar que el acto por el cual el deudor entrega al
acreedor una cosa ajena, es válido en cuanto tradición, y al entrar en posesión del objeto
puede el acreedor llegar a ganarlo por prescripción; pero es nulo en cuanto pago,
pudiendo por tanto pedir su nulidad, restituir lo recibido y continuar demandando el pago
al deudor.
Los arts.682 y 683 CC dejan en claro que la tradición hecha por quien no es dueño de la
cosa no produce el efecto de transferir el dominio, no obstante ser v lida, produciendo
otras consecuencias de relevancia jurídica: el adquirente por la tradición adquiere la
posesión de la cosa, porque la recibe con ánimo de señor y dueño y, teniendo la calidad
de poseedor de la cosa, puede llegar a adquirirla por prescripción.
Por otro lado, si quien hizo la tradición no era dueño de la cosa y con posterioridad este
tradente adquiere el dominio de la misma, se reputa que el adquirente es dueño desde
que se hizo la tradición (art.672 en relación con el 1819), así por ejemplo: si A vende a B
una casa de que no es dueño y se la entrega, B adquiere sólo la posesión, pero no el
dominio; pero si en seguida A adquiere el dominio de la casa, se reputa que B es dueño,
no desde el día en que A adquirió el dominio, sino desde el día en que se efectuó la

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tradición; si después de haber adquirido el dominio A hubiese vendido la casa a W,
subsistir no obstante el dominio de B sobre la casa.
Ahora, el art.670 señala que el tradente tiene que tener la facultad de transferir el
dominio. Esta expresión se refiere al poder de disposición que el tradente debe tener,
poder que entre otros supuestos implica el tener capacidad de ejercicio, es decir, lo que
aquí requiere el legislador es que el tradente tenga aptitud legal para disponer del
dominio de la cosa por sí sólo. Por su parte, el adquirente debe tener capacidad para
adquirir la cosa. El art.670 exige capacidad tanto en el tradente como en el adquirente.
Hay autores que fundados en el art.670 sostienen que el legislador no exige la misma
capacidad para ambos; están de acuerdo en que se les exige capacidad al tradente y al
adquirente, pero esta capacidad exigida no es la misma. Según Alessandri, el tradente
debe tener capacidad de ejercicio, es decir, aptitud para disponer de la cosa, y el
adquirente debe tener capacidad de goce, esto es, debe estar investido de ese atributo de
la personalidad que lo habilita para adquirir derechos. Pero lo anterior no es válido,
puesto que para ambos se trata de un acto jurídico, y si no se tiene la capacidad plena de
ejercicio, la tradición va a ser nula.
Pero, según Somarriva, la capacidad que la ley requiere en el adquirente es la capacidad
de administración y en el tradente la de disposición, la plena capacidad de ejercicio, lo que
se vería corroborado por dos disposiciones: art.1575 inc.2 tampoco es válido el pago en
que se debe transferir la propiedad, sino en cuanto el que paga tiene facultad de enajenar
y este pago no es otra cosa que la tradición y la facultad de enajenar de que habla supone
la capacidad de disposición; la otra disposición es el art.1578 n.1, según el cual el pago
hecho al acreedor es nulo si el acreedor no tiene la libre administración de sus bienes
(esta disposición está en relación al adquirente).

2.- Consentimiento de ambos (tradente y adquirente)


Siendo la tradición un acto jurídico bilateral, el consentimiento de las partes es un
requisito esencial, de tal manera que si no hay consentimiento la sanción en nuestro
derecho positivo será la nulidad absoluta, conforme al art.1682. En doctrina este acto
sería inexistente por falta de un requisito de existencia.
El consentimiento en la tradición consiste en la intención compartida entre tradente y
adquirente de transferir el uno y adquirir el otro el derecho de que se trata, o sea, la
intención compartida en orden a que se produzca una traslación del derecho del
adquirente al tradente; esto queda claro por los arts.670, 672 y 673 CC.
Puede suceder que haya consentimiento pero que el tradente no sea el verdadero dueño
de la cosa, o incluso, puede darse un caso que el adquirente no sea el verdadero
adquirente. En este caso, la tradición es v lida, pero inoponible al verdadero dueño y al
verdadero adquirente, y siendo inoponible, ellos pueden ratificar esa tradición haciéndola

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v lida retroactivamente por la ratificación (art.672 y 673), y por ende, haciéndola producir
todos sus efectos a su respecto.
En esta materia del consentimiento se deben ver 3 situaciones:
a.- tradición por medio de representante.
b.- representación del tradente en la venta forzosa.
c.- vicios del consentimiento en la tradición.

a.- Tradición por medio de un representante. Hay que considerar que por medio de un
representante puede en general realizarse todo aquello que pueda hacerse
personalmente, salvo casos en que existe prohibición legal a este respecto, situación
que no es la que se da en materia de tradición, porque

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aquí no sólo no hay prohibiciones, sino que la ley autoriza expresamente la representación
a su respecto (art.671 incs.2 y 4).
Además, el art.674 dice relación con la tradición hecha por mandatario o
representante legal, y sostiene que para que esa tradición sea válida es necesario
que el mandatario o representante actúe dentro de los límites de su mandato.
En el art.674 el legislador repite principios legales en materia de representación,
porque es un principio general, que para que el acto del representante obligue al
representado, este debe actuar dentro de la esfera de sus atribuciones. Si se
extralimita ese acto ser inoponible al representado.

b.- Representación del tradente en las ventas forzosas. Son ventas forzosas aquellas que
se producen como consecuencia de un litigio (decreto judicial) que se hacen en
pública subasta; estas ventas se efectúan a requerimiento del acreedor para
obtener el pago o la indemnización con el producto que se obtenga del remate.
En la venta forzosa también nos encontramos con un tradente y un adquirente: el
adquirente es el tercero que en la subasta se adjudicó la cosa subastada, y el
tradente es el deudor, o sea, el dueño de la cosa que se remata.
Pero, se plantea el problema de que a esta enajenación forzosa no concurra el
deudor, dueño de la cosa subastada, por ello la ley establece que concurra a esta
tradición el juez como representante legal del deudor (art.671 inc.3).
La representación del juez se justifica con la teoría de la voluntad de la
representación, en la cual, la voluntad que concurre es la del representante y, en
este caso, el juez. Un segundo argumento se encuentra en que el deudor dio su
consentimiento en forma t cita a esta venta forzosa en virtud de su contratación de
la deuda, quedando con ello el acreedor con el derecho de prenda general sobre
todos los bienes del deudor (arts,2465 y 2469).
Hay ventas que no son forzosas pero que se hacen por medio de la justicia, ejemplo:
venta de derechos del pupilo (art.399).
Es difícil aceptar que el representado pueda incluso manifestar una voluntad
contraria (negativa) a que se haga la tradición. Para justificar al juez en su
representación forzada tenemos:

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 La teoría de la representación modalidad, en la cual la única voluntad que
concurre es la del juez, del representante.

 El derecho de prenda general de los acreedores (art.2465), con el cual el deudor,


al contraer una obligación, sabe que ha de responder de ella con todos sus bienes
actuales y futuros y, entonces, al contraerla estaría consintiendo en una eventual
enajenación forzada posterior para pagar su deuda. Esta explicación, eso sí, se
hace insuficiente para explicar las ejecuciones fundadas en obligaciones
extracontractuales (como las destinadas al pago de un delito).

c.- Vicios del consentimiento en la tradición. La tradición es un acto jurídico bilateral y, por
lo tanto, a su respecto deben concurrir los elementos o condiciones de todo acto
jurídico, pudiendo también ser afectada por los vicios de que un acto jurídico puede
adolecer. Así, también pueden presentarse en la tradición los vicios del
consentimiento, en cuyo caso, la tradición adolecerá de nulidad.
El legislador reglamentó especialmente el error en materia de tradición y así, se
contienen normas sobre el error en la tradición, el que puede recaer en la cosa
tradida (art.676), el error en cuanto a la identidad de la especie produce nulidad
absoluta, ejemplo: esto acontece si A compra un caballo determinado, y B en vez de
entregarle dicho caballo le hace entrega de otro; también puede recaer en la
persona, si recae sólo sobre el nombre la tradición es válida (art.676 inc.2), esto es
lógico porque la tradición es un pago y no es necesario que para que el pago sea
válido este se efectúe por el deudor (arts.1572 y 1576), pero para que el pago sea
válido si que debe hacerse al acreedor, ya que hecho a otra persona significa que el
deudor no ha cumplido la obligación; también puede recaer en el título (art.677): el
error en el título invalida la tradición, cuando una sola de las partes supone un título
traslaticio de dominio, como cuando por una parte se tiene el ánimo de entregar a
título de comodato y por otra se tiene el ánimo de recibir a título de donación, o sea,
cuando por las dos partes suponen títulos traslaticios de dominio, pero distintos.

3.- Existencia de un título traslaticio de dominio


Lo exige expresamente el art.675 inc.1: Para que valga la tradición se requiere un título
traslaticio de dominio, como el de venta, permuta, donación. La exigencia de un título
traslaticio de dominio queda fuera de toda discusión y es en la tradición en la que se
presenta con mayor claridad la dualidad título-modo.

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En los casos en que el título es traslaticio de dominio, o sea, en que genera una obligación
de dar (la obligación de dar son las de transferir el dominio o constituir un derecho real);
cuando el título justifica la transferencia del dominio, se denomina título traslaticio de
dominio (art.703 inc.3): Son traslaticios de dominio los que por su naturaleza sirven para
transferirlo.
El título traslaticio, no obstante su denominación, no opera la adquisición del dominio del
actual al nuevo titular, sino que la transferencia se va a producir por la tradición, es decir,
por ese acto jurídico distinto del título y que opera con posterioridad a éste. El título o
contrato genera derechos y obligaciones. Así, si entre dos personas se genera una
compraventa y recae sobre cosa mueble, el contrato quedará perfecto desde que haya
acuerdo en la cosa y en el precio, y si se trata de un inmueble, desde el otorgamiento de
escritura pública.
En ambos casos, de la compraventa surgen obligaciones y también derechos, para uno la
obligación de dar la cosa vendida (vendedor) y para el otro la de pagar el precio
(comprador); para el vendedor surge una obligación de dar, o sea, de transferir el
dominio, y esa obligación de dar la cumple el vendedor mediante la tradición del bien
respectivo.
El título traslaticio es un contrato; en cambio, la tradición es una convención distinta al
contrato y que opera con posterioridad a éste. Los títulos traslaticios m s frecuentes son:
la compraventa, la permuta, la donación, el aporte en propiedad a una sociedad, dación
en pago, etc.
El art.675 inc.2 exige que este título traslaticio además debe ser válido respecto de la
persona a quien se confiere, esto es, que no debe adolecer de un vicio de nulidad, porque,
si el título es nulo, su nulidad impide que pueda operar la tradición, porque los defectos
del título repercuten en la tradición.
La nulidad de la tradición procede generalmente cuando se ha declarado la nulidad del
título que la precede; si el título traslaticio es nulo, la tradición no opera la transferencia
del dominio. Así, de acuerdo con el art.1796 está prohibido el contrato de compraventa
entre padre e hijo de familia; ahora bien, si un padre le vende al hijo una casa y después se
inscribe esta transferencia en el Registro del Conservador del Bienes Raíces, este título no
es válido y, por lo tanto, tampoco ha existido tradición (al hablar de título nulo nos
referimos tanto a la nulidad relativa como a la absoluta).
El examen literal del art.675 conduce a reconocer que consagró a la tradición, en cuanto
modo de adquirir, como un acto causado. Si no hay titulo o es nulo la tradición es nula.
El alcance de esta nulidad es lo que no queda claro. No deja claro si la nulidad del titulo
(que anula la tradición) priva a la tradición de todo efecto, hasta el punto de estimar que
no sólo no transfieren el dominio, sino que además nunca el adquirente recibió la cosa
con animo de dueño, es decir, que nunca entró en posesión; o es que es nula en cuanto

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mecanismo que traslada el dominio, porque en el hecho, si dejó al adquirente en
posesión:
La primera alternativa se apoya en el principio genérico del efecto retroactivo categórico
de la nulidad.
La segunda respuesta parece más acorde con el sistema general del CC. Los fundamentos
son:

 La parte final del art.675 muestra que la regla parece estar dirigido más bien al traslado
del dominio, sin referirse al punto de la posesión.

 El art.704 tiene por títulos injustos, en sus números 3º y 4º, el nulo y el aparente,
ambos casos en los cuales, si bien en injusto, el título existe y otorga carácter de
poseedor regular.

 El CC considera titulo para poseer a la ocupación, lo que equivale a admitir posesión sin
título, por lo que no parece coherente impedir la posesión si existe título pero nulo.

4.- Entrega de la cosa


Este hecho material que consiste en poner la cosa a disposición del adquirente
confiriéndole posesión, es el hecho externo que pone en clara evidencia la circunstancia
de haber tradición. El adquirente tendrá un apoderamiento material de la cosa y tendrá
ánimo de señor y dueño sobre ella, lo que se desprende de que el título es traslaticio y de
haber recibido la cosa por tradición. Por estas dos circunstancias, el adquirente va a tener
la posesión de la cosa porque va a reunir los requisitos para ella (art.700 CC).
Pero, no toda entrega constituye tradición, sólo tiene la calidad de tal la entrega cuando
existe la situación a que se refiere el art.670 de transferir el dominio, por una parte, y de
adquirir el dominio, por otra. Si el título es traslaticio de dominio la entrega constituye
tradición y confiere posesión; pero si no lo es de dominio, sino de mera tenencia,
entonces la entrega no constituye tradición y no confiere posesión, y quien recibió la cosa
tendrá la mera tenencia de ella, porque estar reconociendo dominio ajeno y la entrega
constituir sólo una simple entrega y no tradición (tiene un carácter de título de mera
tenencia: el arrendamiento, el depósito, el comodato. Ver art.714).
La entrega en la tradición sirve para figurar la transferencia del dominio, pero hay ciertos
casos en que esta entrega no concurre, no obstante lo cual hay tradición, situación que
ocurre con ciertas cosas incorporales que no pueden entregarse materialmente, ejemplo:
el derecho de servidumbre, derecho real de herencia (ya que en ellos la tradición se hace
en forma especial).

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Efectos de la Tradición
Los efectos van a ser distintos según si la persona que efectúa la tradición es o no dueña
de la cosa que entrega, debemos distinguir entonces:

1.- Caso en que el tradente es dueño de la cosa que entrega.


En este caso, la tradición opera como modo de adquirir el dominio o derecho real, es
decir, el adquirente va a adquirir el derecho de dominio o el correspondiente derecho real
y además va a entrar en posesión de la cosa y esta va a ser una posesión con derecho a
ella. Es decir, tratándose del dominio, el adquirente va a ser poseedor y dueño; tratándose
de otro derecho real ser poseedor y titular del derecho real.
El derecho de dominio se traspasa del primitivo al nuevo titular por medio de la tradición,
pero no sucede lo mismo con la posesión pues ella se adquiere personalmente por cada
individuo (art.717 CC): Sea que se suceda a título universal o singular, la posesión del
sucesor, principia en él...
Ahora, si el tradente tenía un derecho afecto a condición resolutoria, o un derecho afecto
a un gravamen (como la hipoteca), el adquirente lo recibe en idénticas condiciones, sin
que su situación mejore en algo; es decir, si el derecho del tradente era resoluble, el
adquirente lo adquiere con la misma calidad; y si el derecho del tradente estaba afecto a
un gravamen, el adquirente lo recibirá en las mismas condiciones (todo ello es
consecuencia de ser la tradición un modo de adquirir derivativo).

2.- Caso en que el tradente no es dueño de la cosa que entrega.


En tal caso, la tradición es valida, pero no opera como modo de adquirir, porque el
tradente no puede transferir un derecho que no tiene (art.682 inc.1). Pero la tradición así
efectuada es importante en los siguientes aspectos:
a) Coloca al adquirente generalmente en posesión de la cosa tradida, porque
habiendo tradición se van a cumplir los requisitos del art.700 para estar en
posesión de la cosa. Este efecto no sólo se produce cuando el tradente no es
dueño, sino que también en el caso anterior queda en posesión de la cosa.
El adquirente generalmente quedará en posesión de la cosa, porque mediante las
tradiciones simbólicas podría darse el excepcional caso de que alguien efectúe a
otro la tradición de una cosa que, además de no pertenecerle, nunca la haya tenido
a su disposición. Aquí el adquirente, si bien tiene el ánimo de dueño, no tiene
posesión, pues le faltará el elemento tenencia.

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b) No importa si el tradente tiene o no la posesión, incluso. adquiere posesión
aún cuando el tradente haya sido mero tenedor, lo que es una consecuencia
importante de que la posesión es personal.

c) Es importante que el adquirente entre en posesión de la cosa, porque


teniendo posesión puede llegar a adquirir el dominio por prescripción, aun
cuando el tradente hubiese carecido de dominio (art.683).
Si el tradente no es dueño, el adquirente va a ser un poseedor sin derecho, pero puede
ocurrir que el tradente no haya sido dueño de la cosa al tiempo de la tradición y que la
adquiere con posterioridad.
En tal caso, el efecto propio de la tradición se produce desde que ésta se hace y no
desde que el tradente adquirió el dominio (es decir, su efecto se retrotrae, art.682
inc.2).
Época para pedir la tradición
Lo normal es que la tradición se realiza tan pronto como se celebra el contrato, o sea,
inmediatamente después. Esto se desprende del art.681 CC: Se puede pedir la tradición de
todo aquello que se deba, desde que no haya plazo pendiente para su pago; salvo que
intervenga decreto judicial en contrario.
Pero, esta regla general de que se puede pedir la tradición en forma inmediata tiene 3
excepciones:
1.- Cuando existe pendiente una condición en el título. Es decir, cuando el título es
condicional (condición suspensiva); ejemplo: ofrezco al José regalarle una casa si se
recibe de abogado, naturalmente que José no puede pedir la entrega mientras no se
reciba.
2.- Cuando hay un plazo pendiente para el pago. En este caso, no puede pedirse la
tradición sino hasta después del cumplimiento del plazo respectivo.
3.- Cuando existe un decreto judicial en contrario que ordena no efectuar el pago o
retenerlo. Hay dos posiciones que justifican esta disposición: art.1578 n.2, de acuerdo
con el cual es nulo el pago que se hace al acreedor si por el juez se ha mandado retener
el pago; el art.1464 n.3 señalan que hay objeto ilícito en la enajenación de la cosa
embargada por decreto judicial. Como la tradición constituye enajenación, habría
objeto ilícito y, por lo tanto, nulidad absoluta.
De tal manera que cuando hay un decreto judicial que ordenó retener el pago o cuando se
ha embargado la cosa con la que debe pagarse, el deudor no podrá hacer la tradición y el
acreedor estar impedido de demandarlo. Hemos visto que algunos de los casos en que
no puede hacerse la tradición tan pronto se celebra el contrato, son aquellos en que el
título es condicional. También la tradición puede ser condicional, según se desprende del

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art.680 CC, que dice que “la tradición puede transferir el dominio bajo condición
suspensiva o resolutoria, con tal que se exprese”.
No es la tradición la que esta sujeta a modalidades, son los efectos de ella los que está n
afectados a determinada modalidad.
Tradición bajo condición resolutoria
En realidad, donde puede concurrir la tradición es en el título y no en la tradición, como se
desprendería del art.680; como tal, no puede estar bajo condición resolutoria. La
condición resolutoria existe en el título traslaticio de dominio que ha precedido a la
tradición, por ejemplo: le doy a A una casa hasta que se reciba de abogado, en este caso
yo hago la tradición de la casa y A adquiere el dominio bajo condición resolutoria, porque
si se recibe de abogado va a dejar de ser dueño de la casa. La condición resolutoria en este
caso, existe en el título, y como toda alteración o modificación en el título se extiende a la
tradición, resulta que ésta también quedará sujeta a la misma condición; pero la condición
en sí misma estará contenida en el título.
El art.680 dice: con tal que se exprese. Las condiciones, en la generalidad de los casos, se
expresan porque son una modalidad y estas son elementos accidentales del acto jurídico
(art.1444). El problema se plantea con el art.1489 que establece la condición resolutoria
tácita: En los contratos bilaterales va envuelta la condición resolutoria de no cumplirse por
los contratantes lo pactado. La duda es si a la luz de lo dispuesto en el art.680 inc.1 se
aplica también cuando opera la condición resolutoria t cita. La doctrina está dividida:

 Un sector sostiene que el art.1489 no es aplicable a la tradición, porque el art.680


inc.1 dice: ...con tal que se exprese; señalando que el art.1489 establece una
condición resolutoria tácita, y siendo tácita, no habría expresión de ella y, por lo
tanto, no podría afectar a la tradición al tenor del art.680.

 Otro sector, estima que el dominio se puede transferir tanto bajo condición expresa
- tal como lo exige el art.680 inc.1-, como también bajo condición resolutoria tácita y
argumentan en la siguiente forma: la tradición, dicen, requiere de un título
traslaticio de dominio, y este título puede estar afecto a condición resolutoria
expresa o tácita. En el caso que ese título se resuelva, significar que ese título dejará
de existir y ese efecto es el propio de la condición resolutoria tácita. Si el título deja
de existir, mal podría subsistir la tradición que es una consecuencia de ese título; si
así no fuere se estaría aceptando la existencia de un efecto sin la causa previa.
Tradición bajo condición suspensiva
Pacto de reserva de dominio o cláusula de antigua construcción
Esta tradición es una situación mas bien de carácter teórico, de escasa aplicación práctica,
y ello porque la condición suspensiva es el acontecimiento futuro e incierto del cual
depende el nacimiento de un derecho, de modo que mientras la condición no se cumpla,

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el derecho no nace y, por lo tanto, la tradición generalmente se hará después de cumplida
la condición suspensiva.
Pero, el art.680 pareciera decir otra cosa, en realidad se ha entendido que este artículo se
refiere a la situación en que con anterioridad al cumplimiento de la condición se entregue
la cosa a quien no es su adquirente y, en tal caso, cuando se cumpla la condición, el
adquirente va a pasar a ser dueño de la cosa sin necesidad de una nueva entrega, pues
ésta se hizo previamente.
Se dice que la tradición bajo condición suspensiva no transfiere naturalmente el dominio,
porque el propietario no se ha desprendido de ella en favor del adquirente, sino que la
transferencia se va a producir sólo una vez que haya acaecido el hecho futuro e incierto en
que consiste la condición, teniendo lugar de pleno derecho y sin necesidad de ningún acto
o manifestación de voluntad ulterior (esta es la opinión de Luis Claro Solar).
El art.680 permite esta condición suspensiva con su efecto normal de mantener el
dominio en el tradente, cuando se pacta bajo la condición de que no se pague el precio;
por los términos del precepto se concluye que está referido a la compraventa (sólo en ella
hay precio, vendedor y cosa vendida).
Por otra parte el art.1874 dispone que las cláusulas de reserva de dominio hasta el pago
del precio no producirán otro efecto que poder demandar el cumplimiento o la resolución
del contrato, es decir, ningún efecto especial, en todo caso no el efecto literal de la
efectiva reserva del dominio, y el adquirente recibiría el dominio desde la entrega misma
no obstante el pacto.
Se entiende que prevalece el último precepto por ser de carácter particular, aplicable
precisamente a la compraventa. Esto es discutible, pues el art.680, pese a su ubicación, es
aplicable sólo a la compraventa.
Pese a los argumentos, el profesor Peñailillo estima más favorable la aplicación del
art.1874 por las dificultades prácticas que puede tener el art.680 con su cláusula. Sin
recurrir a esta cláusula el vendedor encuentra protección en el art.1489 y respecto de
terceros se dispone de los arts.1490 y 1491.
Formas de efectuar la tradición
La tradición se clasifica atendiendo a la forma como ella se efectúa y para ello debe
atenderse al derecho que se transfiere o constituye mediante la tradición y a la naturaleza
mueble o inmueble de la cosa sobre la cual dicho derecho recae, y así distinguiremos
entre:
1.- tradición de Dº reales del dominio sobre muebles.
2.- tradición de Dº real del dominio sobre inmuebles
3.- tradición de otros derechos reales (menos el de herencia).
4.- tradición de Dº reales ya existente.
53
1.- Tradición del dominio sobre muebles (art.684 CC)
Se hace esta tradición del dominio sobre muebles en forma que la cosa tradida quede a
disposición del adquirente, o sea, se le confiere posesión al adquirente. Lo que se desea
figurar es la transferencia del dominio y es para este objeto que se hace la entrega de la
cosa (art.684 inc.1).
La entrega puede revestir 2 formas: real y ficta o simbólica.
a.- Es real cuando se hace física o naturalmente, bien sea porque se permite su
aprehensión material (art.684 n.1: permitiéndole la aprehensión material de la
cosa presente), o porque se le muestra al adquirente (art.684 n.2: mostrándosela).

54
b.- Es ficta o simbólica cuando la entrega de la cosa se hace figurar mediante un
símbolo que representa la cosa sobre la cual va a recaer la tradición y que la pone
bajo el poder o acción del adquirente.
Las situaciones contempladas en el art.684 ns.3, 4 y 5 se refieren justamente a la entrega
ficta o simbólica, de estos 3 números el legislador contempla 4 casos de tradición ficta o
simbólica, en una enumeración que se sostiene que no tendría carácter taxativo. Estos
casos son:
1. - Art.684 n.3: Entregándole las llaves del granero, almacén, cofre o lugar
cualquiera en que está guardada la cosa.
2. - Art.684 n.4: Encargándose el uno (tradente) de poner la cosa a disposición del
otro (adquirente) en el lugar convenido.
3. - Art.684 n.5: Por la venta, donación u otro título de enajenación (título
traslaticio) conferido al que tiene la cosa mueble como usufructuario,
arrendatario, comodatario, depositario o a cualquier título no traslaticio de
dominio (es decir, al adquirente, si éste ya era mero tenedor de la cosa mueble:
traditio brevi manum);
4. Constitutio posesorio: Recíprocamente por el mero contrato en que el dueño se
constituye usufructuario, comodatario, arrendatario, etc. Es decir, consiste en el
título de mera tenencia otorgado al tradente, primitivo dueño, y además en un
título traslaticio otorgado en favor del adquirente.
a.- Tradictio brevi manu: Por un título de enajenación de dominio
concedido al que tiene la cosa mueble a cualquier otro título no translaticio
de dominio. Ej. Comprar libro.
b.- Constitutio posesorio: Dueño del libro, se lo vende a otro pero sigue
manteniendo su uso.
La doctrina opina que todos los casos del art.686 son simbólicos.

 Tradición de muebles por anticipación.


 Taxatividad de las formas legales.
 valor comparativo.
2.- Tradición del dominio sobre bienes inmuebles
Es normalmente ficto y se hace por la inscripción del título en el Registro del Conservador
de Bienes Raíces (arts.686 inc.1, 687, 696 y 724 CC). Es decir, la tradición del derecho de
dominio sobre bienes inmuebles es solemne y la solemnidad es la inscripción del título. Si
se omite esta inscripción el adquirente no adquiere el dominio, ni tampoco la posesión del
inmueble. Lo que sucede es que la inscripción del título simboliza la entrega y confiere
posesión, cual es la posesión inscrita.
55
Esta inscripción representa a 2 de los elementos de la tradición que son el consentimiento
y la entrega, debiendo concurrir también los otros requisitos de ésta como lo son la
capacidad de las partes y el título traslaticio.
Cuando el dominio se adquiere por un modo de adquirir distinto de la tradición también
se practica la inscripción, pero ello no tiene por objeto operar la adquisición del dominio,
sino que juega un rol distinto, por ejemplo: en la sucesión por causa de muerte cuando
entre los bienes hereditarios hay inmuebles, debe practicarse la inscripción de esos
inmuebles a nombre de los herederos, pero, esa inscripción, no tiene por objeto operar la
adquisición del dominio, sino que su finalidad es la de conservar la historia de la
propiedad raíz (art.688 CC), ya que si no se hiciese no habría una adecuada continuidad
entre todas las inscripciones.
Cuando la tradición se efectúa mediante inscripción, lo que se inscribe es el título, o sea, el
contrato que consta en la respectiva escritura.
Ámbito de aplicación de esta tradición del sistema registral:
- La inscripción procede tratándose de los bienes raíces (686) (al dominio que se
tiene sobre los bienes raíces)
- Al Dº de usufructo y de uso constituido de inmueble (bienes raíces)
- Al Dº de habitación de censo
- Al Dº de hipoteca
Tratándose del dominio de servidumbres excepcionalmente se produce a través de
la escrituración.
Excepción: Servidumbre de alcatarillado se verifica a través de la inscripción
Registro: Es el conjunto de instrumentos en que se va dejando constancia de las
mutaciones jurídicas que tiene lugar en determinadas clases de bienes a través de
la historia se han conocido 2 grandes sistemas de registro:
Sistema real: Que se organiza en base a los predios
Sistema personal: Que se organiza en base a las personas respecto a quienes se
refiere las constancias y anotaciones. Nuestro sistema no obedece en forma pura
sino más bien un sistema mixto o a la época de la mutación y el conservador está
obligado a llevar un índice de las personas.
Este sistema se caracteriza por ser legalista, el Eº responde por el, posee sus propio
funcionario, el conservador está obligado a ser un estudio legal previo antes de
proceder a la inscripción.
Las inscripciones del punto de vista procesal constituyen un medio de prueba.
( Art. 686 al 688).
56
Tradición de cuota: El CC no se refiere expresamente ésta, por que la doctrina hace
una distinción entre cuota singular o universal.
Concepto de cuota: Es aquella parte, porcentaje o fracción, en que una cosa puede
ser dividida material o intelectualmente y participaría de la cuota del carácter
mueble o inmueble que tenga la cosa que se divide.
Tratándose de una cuota de una cosa singular mueble, la tradición deberá
efectuarse según las reglas del 684 CC.
Tratándose de una cuota de una cosa singular inmueble, la tradición se verifica
según el Art. 687 inc. 3º, mediante la inscripción de cada cuota.
Si la cuota es sobre una cosa universal, la doctrina se divide, por que aquellos que
aceptan el concepto de universalidad jurídica la cual no tiene carácter de cosa
mueble o inmueble de los bienes que la conforman, la modalidad de la tradición se
verifica conforme a la regla del 684 (tradición cosas muebles).
En cambio aquellos que solo aceptan el concepto de universalidad de hecho y por
ende entiende de una cosa universal comparte la calidad de mueble o inmueble de
los bienes que la componen, señalan que si es mueble se aplica el 684 y si es
inmueble el 686.
En la práctica tratándose de cosas singulares no existe problema para proceder ya
sea mueble o inmueble, en cambio si se trata de una cosa universal no vale la pena
hacer una distinción de universalidad de hecho jurídica, ya que en Chile los
inmuebles se deben inscribir.
Tradición de muebles sujetos a sistema registrales: 684. El sistema de registro no
es más que un medio probatorio o de control administrativo, la tradición se verifica
de la misma forma que los bienes muebles.
3.- Tradición de Derechos reales menos el de herencia
Tradiciones especiales:
Dº litigioso: Art. 1911 al 1914. Consiste en la cesión del evento incierto de la litis. La
tradición de este derecho requiere de título y modo. Los autores distinguen entre
Dº real y Dº personal
Dº real: La tradición debe efectuarse según el Art. 684, si además recae sobre cosa
mueble y Art. 686 si recae sobre cosa inmueble.
Dº personal. Art. 1901 Los Dº personales ya existen, la tradición se verifica a través
del título documento.
4.- Tradición de Derechos reales ya existentes
Tradición de derechos personales. Art. 699, 1901, 1902, 1903, 1905.
57
El art. 699 señala la entrega del título del cedente (tradente) al cesionario
(adquirente). Se ha discutido que se entiende por título en este caso.
Mayoritariamente se sostiene que es un instrumento donde consta el crédito
cedido. Ej.: crédito entre yo y Juan Pérez para diciembre pero necesito la plata
urgente y lo vendo más barato y paso el instrumento en donde consta el crédito. El
problema es que no siempre consta por escrito y en esos casos se deberá redactar
un instrumento en donde se deje constancia del crédito y de la cesión.
Alessandri critica esto sosteniendo que en estos casos lo que se transfiere no es
una cosa corporal sino un derecho (cosa incorporal) y por lo tanto la tradición no
solo puede hacerse por la entrega sino que también puede se puede hacer de
manera simbólica, como por ejemplo permitiendo que el cesionario cobre el
crédito. Es una tesis minoritaria.

El art. 1901 y siguientes da reglas a seguir para la tradición de los créditos y la ley
habla de créditos personales y esto se ha criticado porque es una redundancia
porque el crédito es personal pero se dice que Andrés Bello empleó esta expresión
para dar constancia de que estas reglas se aplican a los créditos nominativos que
son aquellos en los que esta indicada con toda claridad la persona del acreedor de
modo que sólo se le puede pagar a él.

 Hay créditos a la orden: en donde la tradición se hace por el endoso. Y hay


créditos al portador cuya tradición se hace por la simple entrega. Estos están
regulados por el código de comercio.

REGLAS DEL CRÉDITO NOMINATIVO

Se distingue entre:

Cedente y cesionario.
Deudor cedido.

Esta regulación esta dentro de los contratos pero por razones históricas. La cesión del
crédito personal no es un contrato sino la forma de hacer tradición.

 Cedente: (tradente) y Cesionario (adquirente). Se hace por la entrega del título


que hace el cedente al cesionario pero es inoponible ante el deudor que se
denomina en la cesión deudor cedido. Para hacerlo oponible al deudor debe pasar
que:
- Se le notifique la cesión. Art. 1902. Para que al deudor le sea oponible la cesión el
cesionario debe notificar la cesión exhibiéndole al deudor el título donde consta la
cesión, la designación del cesionario y la firma del cedente. Para algunos debe ser
una notificación judicial pero mayoritariamente se piensa que puede hacerse a

58
través de un ministro de fe (notario) mientras no se le notifique le es inoponible la
cesión. Por este requisito la cesión de créditos se diferencia de la novación por
cambio de acreedor. Las principales diferencias son:
a) En la cesión del crédito basta con la notificación al deudor, en la novación por
cambio de acreedor se necesita el consentimiento del deudor.
b) En la cesión del crédito pasa con todos sus privilegios, gravámenes; en las mismas
condiciones en que los tenía el cedente, la única limitación es que no se traspasan
las excepciones personales. Art. 1905 que se oponen para el solo acreedor. En
cambio en la novación por cambio de acreedor se entiende que nace una nueva
obligación.
- Aceptación. La notificación al deudor no es necesario cuando él ha aceptado la
cesión. Art. 1902 y 1904. La aceptación no es necesaria pero puede darla el
deudor.

La tradición del derecho real de herencia

El problema que nos plantea este derecho es que a diferencia de los otros derechos reales
este no se ejerce sobre un bien determinado, sino que recae sobre una universalidad
jurídica, que es el patrimonio del causante o una parte alicuota del mismo.
El derecho de herencia es el que tiene el heredero sobre un patrimonio dejado por un
difunto o sobre una parte alicuota de ese patrimonio. El heredero no adquiere el derecho
de herencia por tradición, sino que por sucesión por causa de muerte, pero este heredero,
una vez que tiene la calidad de titular del derecho real de herencia, puede transferir a un
tercero ese derecho, y en este caso, tendrá que hacer la tradición de este derecho.
El heredero que le transfiere el derecho de herencia a un tercero se denomina cedente y
el tercero que lo adquiere se denomina cesionario, y la tradición se denomina cesión.
La tradición, tratándose del derecho de herencia, supone necesariamente un título
traslaticio de dominio (art.675 CC), si el título traslaticio es la compraventa, ese contrato
va a ser solemne, debiendo constar por escritura pública según el art.1801 del CC, que
señala:
Tratándose de la cesión del derecho de herencia, esta cesión no recae sobre bienes
determinados que están comprendidos en la herencia, sino que sobre la universalidad del
patrimonio o una parte alicuota del mismo.
El art.686 del CC no comprende el derecho de herencia al señalar aquellos derechos cuya
tradición se efectúa mediante la inscripción del título en el Registro del Conservador de
Bienes Raíces. Por lo tanto, la tradición del derecho de herencia no sería de esta forma.
Del texto del art.686 del CC como del siguiente y de los arts.54 y 78 del Reglamento del
Conservador, que determinan los bienes cuya tradición debe efectuarse por la inscripción
y reglan la forma y solemnidades de ella, aparece con claridad que esas disposiciones se
59
refieren a inmuebles singulares, individualmente especificados, requisitos que no se
encuentran reunidos en la tradición del derecho hereditario, puesto que estos derechos
por su naturaleza jurídica no comprenden bienes determinados sino una universalidad, un
conjunto de bienes indeterminados, o una cuota de ellos, entre los cuales aun en el
supuesto de existir bienes raíces, no se transmiten por la cesión otros derechos que los
que pueden corresponder al cedente para que el cesionario los haga valer por sí¡ solo en
el juicio de partición, o fuera de éste, conjuntamente con los demás coherederos.

Prescripción Art. 689: “Siempre que por una sentencia ejecutoriada se reconociere, como
adquirido por prescripción, el dominio o cualquiera otro de los Dº mencionados en los art.
686 y siguientes, servirá de título esta sentencia, se inscribirá en el respectivo registro”
Esto no es tradición, ya que se adquiere por prescripción. La sentencia no es constitutiva,
sino declarativa y la inscripción no es tradición, solo tiene fines de publicidad y registro,
para continuar la historia de esa propiedad. (2513cc)

Respecto de la tradición de legados (1909), debemos distinguir:

 Legado de género: solo tiene un derecho personal (crédito) contra los herederos,
haciendo la cesión de acuerdo a las normas para los derechos personales.

 Legatario de especie o cuerpo cierto: tiene el dominio del bien por sucesión por causa
de muerte, ciñéndose a las reglas generales de la tradición, dependiendo si es mueble o
inmueble.
4. PRESCRIPCION

Art. 2492 CC La prescripción es un modo de adquirir las cosas ajenas, o de extinguir las acciones y
derechos ajenos, por haberse poseído las cosas o no haberse ejercido dichas acciones y derechos
durante cierto lapso de tiempo, y concurriendo los demás requisitos legales.

Una acción o derecho se dice prescribir cuando se extingue por la prescripción.


Está tratada en el título XLII del libro IV del CC (arts.2492 y siguientes). Aquí el legislador
reglamenta la prescripción adquisitiva (como modo de adquirir las cosas ajenas) y la
prescripción extintiva (como modo de extinguir las acciones y derechos ajenos).
La definición misma permite apreciar el distinto rol que se asigna a cada una de las
formas de prescripción. La prescripción adquisitiva hará adquirir el dominio de una cosa
por el hecho de haberse poseído dicha cosa durante un cierto lapso de tiempo, existiendo
inactividad del titular del derecho que prescribe por el mismo lapso. La prescripción
extintiva produce la extinción de la acción de una persona por haberse mantenido el
titular en la inactividad por un cierto lapso. Por ello es que el legislador, al referirse a los
modos de adquirir, señala a la prescripción, como también lo hace al referirse a los modos
de extinguir obligaciones.

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El hecho que el legislador trate en conjunto a ambos formas de prescripción no se debe a
que estime que ambas son una misma cosa, sino que lo hace reconociendo las distinciones
que existen entre ambas. El legislador las reglamenta conjuntamente por varias razones:
1. - Por los precedentes legislativos que tuvo en vista al dictar estas normas: entre estos
precedentes está el CC francés, que también trata ambas formas de prescripción en un
solo título; igual situación se presenta en el CC español (1851) comentado por Florencio
García Goyena.
2. - Porque numerosas reglas se aplican a ambas prescripciones, como son las
contempladas en el párrafo 1 del título XLII.

Reglas comunes a ambas clases de prescripción

1.- La prescripción debe ser alegada de acuerdo al art.2493 quien quiera aprovecharse de
la prescripción debe alegarla; esto significa que el juez no puede declararla de oficio.
Esta disposición se funda en que el tiempo por sí solo no produce la prescripción, sino
que es necesario que además concurran la posesión y la inactividad del titular, o la
inactividad del titular y la existencia de la obligación.
Estas son circunstancias que no pueden ser conocidas ni comprobadas por el juez si no
son alegadas por quien quiere aprovecharse de ellas. Luego, una de las razones en que se
funda este principio es que al tribunal no le constan todos los elementos de la
prescripción, los que deben ser alegados y probados por quien quiere aprovecharse de
ella. Además, no cabe duda que otra razón que ha llevado al legislador a establecer esta
regla es que aún con todas las ventajas que la prescripción presenta, no puede
desconocerse que tiene algo de expropiatorio, desde que se priva a alguien de lo que le
pertenece sin ninguna especie de compensación. Por ello, el legislador ha estimado útil el
dejar a la conciencia del prescribiente el aprovecharse o no de esta institución y, por ello,
impone la obligación de alegarla a quien pretende aprovecharse de ella. Además, si el juez
pudiera declararla de oficio estaría dejando sin aplicación lo dispuesto en el art.2494 que
establece el principio de que la prescripción puede ser renunciada; además, la declaración
de oficio de los jueces iría contra el principio establecido en el art.10 del COT, según el
cual los tribunales de justicia, por regla general, no actúan de oficio sino que a petición de
parte.
Por excepción, el juez puede declarar la prescripción de oficio tratándose de:
a) Prescripción de la acción penal.
b) Prescripción de la pena.
c) Prescripción de la acción ejecutiva cuando la obligación conste en un título
ejecutivo que tenga m s de 3 años de antigüedad desde que se hizo exigible
(art.442 CPC).

61
En lo que dice relación con la forma de alegar la prescripción adquisitiva, ella siempre se
alega como acción, no pudiendo oponerse como excepción. Por lo tanto, si el demandado
quiere alegarla tendrá que recurrir a la reconvención.
La alegación de la prescripción adquisitiva ha suscitado varias cuestiones, algunas de las
cuales han debido resolverse por los tribunales:
A) Substancialmente, no existen términos sacramentales para alegarla; basta una
manifestación de voluntad clara en tal sentido. Pero no basta una vaga referencia a
ella, sino que debe alegarse en términos concretos, aunque pueda aceptarse una
alegación tácita, si se deducen claramente los argumentos del prescribiente. En todo
caso, deban indicarse al juez los elementos esenciales que la configuran (como ocurre
con el plazo, que para saber si está cumplido, es necesario señalar desde cuando ha de
empezarse a contar).
B) En el ámbito procesal se ha planteado una controversia de evidente interés práctico,
acerca de la forma de alegarla.

 Se ha sostenido que sólo procede alegarla como acción, es necesario obtener


una declaración positiva del tribunal en orden a que habiéndose cumplido las
exigencias, la cosa es del dominio del prescribiente, de modo que una pura
excepción opuesta en base a la prescripción sería insuficiente. Como el art.310
del CPC se refiere a la “excepción de prescripción”, y dispone que ella puede
oponerse en cualquier estado del juicio, se estima que el precepto es sólo
aplicable a la prescripción extintiva (por lo demás la adquisitiva, por su
naturaleza exigen un juicio de lato conocimiento, lo que no se daría si se acepta
se oponga como excepción). De esta manera, si el prescribiente es demandante,
en su demanda accionará la prescripción en tanto que si es demandado, al
contestar deberá alegarla, como acción, mediante una reconvención.

 Se ha negado también esa alternativa, apoyándose en el postulado, ya no muy


compartido, de que la acción nace de un derecho. No existe la acción de
prescripción, porque ésta es sólo un modo de adquirirlo. Así, lo que el
prescribiente puede hacer es ejercer una acción que derive del dominio,
señalando como causa de pedir la prescripción. Si se le demanda, si podría
excepcionarse mediante la prescripción, lo que reconoce el art.310 CPC, que no
distingue entre prescripción adquisitiva y extintiva.

 Hay quienes afirman que puede alegarse como acción y como excepción,
señalando que la acción y la excepción no son sino simples medios o posiciones
procesales que adoptan los derechos o intereses controvertidos: en ambos hay
un derecho o interés que se hace valer y será la sentencia la que declarará cual
merece garantía legal. Incluso se ha señalado que el demandado no podría en
este caso reconvenir, sólo excepcionarse. La jurisprudencia ha sido vacilante.

62
2.- La prescripción puede renunciarse se renuncia a la prescripción cuando cumplido el
plazo respectivo el prescribiente manifiesta su voluntad de no ejercerla, no se podrá
renunciar en forma anticipada (art.2494 inc.1).
La renuncia supone dos elementos:
a) Que la prescripción está cumplida, pues, si no lo esta, el reconocimiento que el
prescribiente hace del derecho del titular constituye una interrupción natural de
la prescripción y no una renuncia de la misma (art.2518).
b) Capacidad de enajenar en el prescribiente (art.2495), porque la renuncia de la
prescripción priva de la adquisición de un derecho y ello se asemeja a la
enajenación. Si la renuncia la hace un representante, deberá cumplir con las
mismas exigencias que la ley impone a la enajenación del respectivo bien.
La renuncia de la prescripción puede ser:

 Expresa es la que se hace en términos formales y explícitos.

 Tácita consiste en el reconocimiento que el prescribiente hace del derecho del titular
(art.2494 inc.2).
El efecto de la renuncia es que el prescribiente no adquiere el derecho, el cual permanece
íntegramente en el patrimonio del titular, no operando el modo de adquirir o extinguir en
su caso. Pero este efecto de la renuncia es relativo, porque afecta sólo al prescribiente
(renunciante); y si los prescribientes son varios y renuncia uno de ellos no haciéndolo los
demás, aquellos que no renunciaron pueden perfectamente invocar la prescripción sin
que pueda oponérseles la renuncia que hizo uno de ellos (art.2496).
3.- La prescripción corre por igual y con los mismos plazos a favor y contra toda clase de
personas no importa el que sea persona natural o jurídica (y si son de derecho público o
privado). Actualmente no existe entre nosotros la prescripción de cortísimo tiempo con
que antes se favorecía a las personas jurídicas de derecho público (art.2497).
PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA. ART. 2492 Y SIGUIENTES

Es un modo de adquirir el dominio de las cosas ajenas por haberse poseído las cosas
durante cierto lapso de tiempo y concurriendo los demás requisitos legales (art.2492).
Pero, mediante esta prescripción no sólo se adquiere el dominio sino que también se
pueden adquirir otros derechos reales, salvo los que la ley expresamente exceptúa
(servidumbres discontinuas o continuas inaparentes arts.882, 2498 y 2513).
En cuanto a la posibilidad de adquirir por prescripción los derechos personales, el tema se
inicia con una polémica sobre posesión de esta clase de derechos.
En el CC chileno hay dos preceptos que, en lo concerniente al objeto que se prescribe,
aparecen dirigidos sólo a los derechos reales. (arts.2498 y 2512). Entonces, esos textos
63
constituyen argumentos para el rechazo de la prescripción de derechos personales, sea
que se repudie o se admita su posesión. En cambio quien insista en que es posible
ganarlos por prescripción, dirá que esas reglas no excluyen expresamente la prescripción
de los derechos personales, que la circunstancia de dirigirse a los reales no implica
necesariamente excluir a los personales.
Existe una regla en el CC (art.2517) que dispone que “toda acción por la cual se reclama un
derecho se extingue por la prescripción adquisitiva del mismo derecho”, la que es
aplicable, sin duda, a los derechos y acciones reales. Si se estima que los derechos
personales no pueden ganarse por prescripción, entonces esa regla del art.2517 se está
entendiendo reducida sólo a las acciones y derechos reales.
Como modo de adquirir la prescripción tiene un carácter originario porque el derecho se
crea en el adquirente. Desde otro punto de vista, es un modo a título gratuito y por acto
entre vivos. Es singular salvo en el caso del derecho de herencia.
Requisitos de la prescripción adquisitiva
1.- Cosa susceptible de adquisición por prescripción.
2.- Posesión útil y continua.
3.- Tiempo de posesión.

1.- Cosa susceptible de adquisición por prescripción.


Pueden adquirirse por prescripción todas las cosas comerciables y que puedan ser
objeto de dominio y demás derechos reales (art.2498 CC). Por lo tanto, quedan
excluidos los derechos personales que jamás se adquieren por prescripción, sólo
pueden extinguirse por la prescripción extintiva.
Tampoco se pueden adquirir por prescripción las servidumbres discontinuas y las
continuas inaparentes; también se excluyen las cosas incomerciables.
2.- Posesión útil y continua.
La posesión de la cosa corporal mueble o inmueble cuyo dominio se va a adquirir por
prescripción (o en su caso, tratándose de la prescripción del respectivo derecho real) es un
elemento fundamental de la prescripción adquisitiva (arts.2492 y 2498). Debe tenerse
presente lo siguiente:
a) Si se trata de un inmueble inscrito la posesión sólo puede adquirirse mediante la
inscripción (arts.724 y 2505).
Respecto de los inmuebles no inscritos la doctrina está dividida, exigiendo algunos la
inscripción y otros no la requieren, bastándoles sólo la aprehensión material.
b) La posesión puede ser regular o irregular: ambas formas de posesión sirven para que
opere la prescripción adquisitiva; la única diferencia es que cuando la posesión es
irregular el tiempo de prescripción es más largo.
64
c) La persona que está prescribiendo para completar el plazo de prescripción puede
agregar a su posesión la de una serie continua e ininterrumpida de antecesores,
pero debe hacerlo con todas sus calidades y vicios (arts.717 y 2500 CC).
d) El art.2499 da una regla relativa a la omisión de actos de mera facultad y la mera
tolerancia, y señala que la omisión de actos de mera facultad, y la mera tolerancia
de actos de que no resulta gravamen, no confieren posesión, ni dan fundamento a
prescripción alguna.
La ley la define como: “modo de adquirir las cosas ajenas o de extinguir las acciones y
derechos ajenos por haberse poseído las cosas o no haberle ejercido dichas acciones y
derechos durante un lapso de tiempo y concurriendo los demás requisitos legales”. Art.
2492.

Con esta definición se concluye que la prescripción puede ser adquisitiva o también
conocida como usucapión o bien puede ser extintiva o

Prescripción adquisitiva: aquella que permite adquirir el dominio de las cosas ajenas.

Prescripción extintiva: aquella en virtud de la cual se extinguen las acciones para exigir el
cumplimiento de la obligación.

Por la prescripción extintiva nunca se extinguen obligaciones lo que se extingue son las
acciones para exigir el cumplimiento de la obligación.
La doctrina ha criticado que el legislador regule la prescripción en el libro IV que habla de
las obligaciones y de los contratos pero mayoritariamente se justifica por:

- Es razonable que el último título del código hable de la prescripción y con ello pone
fin a las incertidumbres jurídicas.
- Es razonable que se regule la prescripción adquisitiva y la extintiva juntas porque
ambas tiene como elemento común el transcurso del tiempo.

La ley en el art. 2492 define en forma conjunta ambas prescripciones;


Prescripción adquisitiva es un modo de adquirir las cosas ajenas por haberse poseído
durante cierto lapso de tiempo y concurriendo los demás requisitos legales.
Prescripción extintiva es un modo de extinguir las acciones o derechos ajenos por no
haberse ejercido estas acciones o derechos durante cierto lapso de tiempo y concurriendo
los demás requisitos legales.

UNIDAD DE LA PRESCRIPCIÓN

Algunos autores como Pothier sostiene que la prescripción adquisitiva es totalmente


distinta de la extintiva porque son 2 instituciones diferentes. Pero mayoritariamente se

65
piensa que la prescripción es una sola porque toda prescripción adquisitiva es a la vez
extintiva y viceversa.

Es fundamento de la prescripción el dar seguridad jurídica a las cosas


.
No puede ganarse por prescripción:

Art. 2505. Contra un título inscrito no tendrá lugar la prescripción adquisitiva de bienes
raíces, o de derechos reales constituidos en éstos, sino en virtud de otro título inscrito; ni
empezará a correr sino desde la inscripción del segundo

Regla: No corre prescripción sin título inscrito.

Bienes muebles --------posesión------------ 2 años

Bienes inmuebles ------posesión----------- 5 años

Contrato no inscrito tiene solo posesión material y no corre el tiempo de prescripción por no estar
inscrito.

Regla General: Contra título no corre prescripción

Excepción: Contra título inscrito corre la prescripción, por otro título inscrito, quedando limitado a
2 tipos de casos:

- Regularización de la posesión ( DL 2495)

- En caso de fraude o error en el momento de inscribir y el conservatorio inscribe igual.

¿Puede adquirirse por prescripción los Dº personales?

Doctrina:

1.- Dº personales: Un 3º cobra el crédito periódicamente, no se puede tener posesión, ya que se


agota, no existe el elemento posesión.

2.-Otros autores opinan que no se puede, por lo señalado en los Art. 2498 y 2512 y se refieren a
los Dº reales.

3.- Otros autores concluyen que una interpretación como la anterior impondría una interpretación
limitada del Art. 2517, ya que no limita las acciones reales.

4.- 2498 y 2512 CC: Nos dice que no procede a las acciones reales.

Conclusión: Ninguna norma dice que los Dº personales no se puedan adquirir por prescripción y
nos lleva a analizar las materias de pago
66
CARACTERÍSTICAS DE LA PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA

1.- Es a título originario, por cuanto de su Dº no deriva el anterior titular de Dº


2.- Es por acto entre vivos.
3.- Es a título gratuito.
4.- Generalmente es a título singular pero excepcionalmente por prescripción se puede
adquirir el derecho real de herencia que es una universalidad.

ELEMENTOS DE LA PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA

- Que la cosa sea susceptible de ganarse por prescripción.

- Que la cosa se haya poseído.

- Que transcurra el tiempo que la ley señala.

COSAS SUSCEPTIBLES DE PRESCRIPCIÓN ADQUISITIVA. ART. 2498

La regla general es que todas las cosas se puedan ganar por prescripción.

Las excepciones son:

 Los derechos personales porque la mayoría de los autores dicen que estos derechos
no se pueden poseer.
 Los derechos de la personalidad porque son inherentes al individuo por ser derechos
extra patrimoniales.
 Los derechos reales expresamente exceptuados como las servidumbres discontinuas
de toda clase y las inaparentes.
 Las cosas incomerciables.
 Las cosas indeterminadas porque por regla general la prescripción recae sobre cosas
específicas.
 Las cosas propias.

POSESIÓN DE LA COSA

El prescribiente debe ser un verdadero poseedor; deben tener ánimo de señor y dueño.
Los meros tenedores nunca pueden prescribir.

ACTOS DE MERA FACULTAD Y MERA TOLERANCIA

La ley dice que si el dueño incurre en algunos de estos actos no confiere posesión ni da
fundamento para que se alegue la prescripción. Art. 2499.

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Los actos de mera facultad son los que cada cual puede ejecutar en lo suyo sin necesidad
del consentimiento de otro y por lo tanto si el dueño no ejecuta uno de estos actos no por
eso concede derechos a un tercero.

Los actos de mera tolerancia son aquellos que para el que los soporta implica el ejercicio
de un derecho de permitirlos o no, permitiéndose por una benevolencia; por estos actos
el dueño permite que un tercero realice una determinada conducta pero por simple
benevolencia o condescendencia.

PRESCRIPCIÓN ENTRE COMUNEROS

Unos dice que si un comunero comienza a hacer uso de la cosa con ánimo de señor y
dueño podría prescribir.

Otros dicen que no porque la prescripción necesita posesión exclusiva y si un comunero


hace solo a usar de la cosa habría un acto de mera tolerancia por parte de los otros.

Algunos dicen que un comunero solo puede prescribir si hay título que justifique una
posesión exclusiva.

TRANSCURSO DEL TIEMPO

La ley exige que la cosa se haya poseído por cierto tiempo en forma continua; no
interrumpida y así le da la posibilidad al dueño para reclamar su derecho. Se estudia en la
interrupción de la prescripción y la prescripción entre comuneros.

Prescripción entre comuneros:


Se ha discutido si un comunero puede o no llegar a hacerse dueño exclusivo de la cosa
común por prescripción. Hay 3 posiciones:
1.- Nuestra jurisprudencia sostiene que la prescripción nunca puede operar entre
comuneros porque:
a) Se dice que la prescripción exige como requisito fundamental la posesión y en la
comunidad los comuneros no poseen en forma exclusiva, ellos siempre están
reconociendo el derecho de los demás comuneros.
b) En la comunidad todo comunero tiene derecho a usar la común y por lo tanto bastará
con que uno de ellos se decida a usarlo para que el que esta poseyendo no pueda
prescribir.
La acción de partición es imprescriptible y por lo tanto en cualquier momento un
comunero podría pedir su partición y si un comunero actúa como dueño exclusivo habría
solo un acto de mera tenencia por parte de los demás comuneros y no faculta para
adquirir por prescripción.

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2.- Hay otros autores en doctrina que señalan que su puede operar porque:
a) El código no lo prohíbe de manera expresa.
b) Es posible que un comunero ejerza derecho posesorios de esos que solo da el derecho
de dominio y por lo tanto que desconozca el derecho de los demás. En este caso el
derecho de los demás comuneros se mantiene en pasividad, se puede llegar al dominio
por prescripción.
c) Si bien la acción de partición es imprescriptible esta acción solo va a existir mientras
exista la comunidad y la comunidad deja de existir cuando un comunero se hace dueño
por prescripción.
d) Si la ley permite que un mero tenedor pueda llegar al dominio por la prescripción con
mayor razón lo puede hacer un comunero. Art. 716 y 2510.

3.- Hay quienes creen que la prescripción entre comuneros solo se puede dar cuando uno
de ellos tenga un título que pueda justificar su buena fe.

Reivindicación de la cuota:
La acción reivindicatoria es una acción que la ley concede al dueño de la cosa singular
de la que no está en posesión para que el poseedor de ella sea condenado a
restituírsela. Art. 889. Se discutía si el comunero puede o no reivindicar su cuota y la
Corte Suprema ha sostenido que si la cuota es de cosa singular y está determinada
procede la acción reivindicatoria. Cuando es una universalidad, si esta es la herencia
también procede la acción reivindicatoria aunque en el derecho real de herencia se
llama acción de petición de herencia pero es lo mismo.

Interrupción de la prescripción.
La interrupción de la prescripción es una situación impeditiva de ella, obsta a que haya
prescripción porque la posesión debe ser continua. Por ello, se señala que la interrupción
de la prescripción perjudica al prescribiente y beneficia al titular: lo que realmente
sucede es que la interrupción de la posesión es a la vez interrupción de la prescripción.
La interrupción de la prescripción puede ser de dos clases:
1.- Interrupción natural de la prescripción.
Es todo hecho material, sea de la naturaleza o del hombre, que hace perder la posesión de
la cosa. De acuerdo al art.2502 la interrupción es natural en los siguientes casos:

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a) Cuando sin haber pasado la posesión a otras manos se ha hecho imposible el ejercicio
de actos posesorios, como cuando una heredad ha sido permanentemente inundada.
Pero, en relación a este ejemplo hay que tener presente que si la heredad ha sido
permanentemente inundada por un plazo que no pase de 5 años, ella vuelve a su
primitivo dueño; si esta inundación dura más de 5 años, cuando termina esa inundación el
poseedor anterior a la inundación pierde la posesión de la cosa, pero aún más, no sólo
pierde la posesión sino también el dominio de ésta, el cual no vuelve al antiguo
propietario sino que pasa a los propietarios riberanos quienes adquieren este derecho por
accesión.
Aquí surge un problema, y es que si esta forma de interrupción es o no aplicable a los
inmuebles inscritos.
Algunas opiniones señalan que ello no seria posible porque la inscripción representa el
corpus y el animus, los que no se perderían sino que subsistirían no obstante cualquier
impedimento material mientras subsista la inscripción. Otros sostienen que esta forma de
interrupción natural de la prescripción también es aplicable a los inmuebles inscritos, para
ello se fundan en que esta disposición no distingue entre inmuebles inscritos y no inscritos
y, además, consideran el tenor literal del art.2502 inc.2 del que aparece que hay
interrupción natural de la prescripción cuando por hecho de la naturaleza es imposible el
ejercicio de actos posesorios materiales y esto no depende de si el inmueble esté o no
inscrito, sino de la naturaleza misma de los actos que se producen.
Esta forma de interrupción natural de la prescripción tiene también importancia por otros
aspectos; así, ella no produce el efecto propio de toda interrupción de la prescripción, el
efecto general es que se hace inútil, haciendo perder todo el tiempo transcurrido con
anterioridad a la interrupción; en cambio, esta forma de interrupción del n.1 del art.2502
sólo tiene como efecto el descontar el plazo de prescripción durante el tiempo que dura la
interrupción.
b) Cuando se ha perdido la posesión por haber entrado en ella otra persona
(n.2 art.2502): es claro que se deja de poseer una cosa cuando otro se apodera de
ella con ánimo de hacerla suya, salvo los casos expresamente exceptuados por la
ley (art.726).
A este respecto, y mientras subsista la inscripción, los actos de apoderamiento material
del inmueble no confieren posesión ni ponen fin a la existente (art.728); luego, tratándose
de inmuebles inscritos, los actos de apoderamiento material no constituyen interrupción
de la prescripción.

El efecto que produce esta forma de interrupción de la prescripción es el propio de todas


ellas, o sea, se pierde el tiempo anterior a la interrupción a menos que el poseedor
recupere legalmente la posesión, pues en tal caso se entiende que no hay interrupción y la
prescripción continúa durante el lapso de duración de la interrupción (arts.731 y 2502 inc.
final).

2.- Interrupción civil de la prescripción (art.2503) Art.2503 CC

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Interrupción civil es todo recurso judicial intentado por el que se pretende verdadero
dueño de la cosa, contra el poseedor.
Sólo el que ha intentado este recurso podrá alegar la interrupción; y ni aun él en los casos
siguientes:
 Si la notificación de la demanda no ha sido hecha en forma legal;
 Si el recurrente desistió expresamente de la demanda o de declaró abandonada la
instancia;
 Si el demandado obtuvo sentencia de absolución.
En estos tres casos se entender no haber sido interrumpida la prescripción por la
demanda.
Se produce por todo recurso judicial intentado por el que se pretende verdadero dueño
de la cosa contra el poseedor. Lo que sucede es que el dueño abandona su inactividad y
demanda al poseedor, notificándosele antes de que transcurra el plazo de prescripción.
El problema se origina en la redacción del art.2503, porque en él se habla de recurso
judicial. Se ha entendido que al emplear este término se está refiriendo a una acción que
el dueño interpone contra el poseedor, debiendo esta acción estar necesariamente
fundada en el derecho de dominio; no puede, por lo tanto, tener una causa distinta del
derecho de dominio.
Aun cuando la ley no lo dice expresamente, la jurisprudencia uniformemente sostiene que
la interrupción se produce al notificarse legalmente la demanda. La jurisprudencia ha
resuelto que hay interrupción aunque quien demanda sea relativamente incapaz y por
este hecho se anule posteriormente lo demandado por éste, ello porque el incapaz al
demandar ha salido de su inactividad y ha quedado claramente demostrada su intención
de reclamar para sí la cosa poseída por otro. La jurisprudencia ha dicho también que hay
interrupción aun cuando la demanda se entable ante un tribunal incompetente, puesto
que el titular ha salido de su inactividad.
El efecto de la interrupción civil de la prescripción es el de hacer perder todo tiempo de
prescripción corrido con anterioridad a la interrupción, de tal manera que si la posesión
empezara nuevamente, se iniciaría también un nuevo plazo distinto e independiente del
que corría con anterioridad y todo el tiempo de posesión anterior no tendría eficacia.
El legislador contempla 3 casos en que no obstante existir una demanda judicial del titular,
el ejercicio de esta acción fundada en el derecho de dominio no produce la interrupción
civil de la prescripción:
 Cuando la notificación de la demanda es nula por no haberse hecho en la forma
indicada por la ley (art.2503 n.1).
 Cuando el actor se ha desistido expresamente de su acción, o cuando por sentencia
judicial se declara abandonada la instancia (art.2503 n.2).
 Cuando el demandado o poseedor es absuelto en la sentencia definitiva.

Quienes pueden alegar la interrupción de la prescripción


La interrupción natural puede ser alegada por todo aquel que tenga interés en ello,
porque se funda en hechos materiales de carácter objetivo y plenamente susceptibles de
prueba.
71
La interrupción civil sólo puede alegarse por el titular o dueño que ha intentado la
demanda judicial, ello porque esta forma de interrupción se basa en la relación procesal
de carácter relativo y, por lo tanto, sólo concierne a las partes litigantes (art.2503 n.2).
Lo que sucede con la interrupción de la prescripción cuando se trata de la posesión de una
sola persona es muy claro, pero es distinto cuando dice relación con el condominio o
coposesión.
En el condominio existen varios dueños y la interrupción natural de la prescripción va a
beneficiar a la totalidad de los propietarios, porque es objetiva e importa un impedimento
o pérdida de la posesión. En la interrupción civil, la demanda intentada por un
copropietario produce la interrupción de la prescripción en beneficio de la totalidad de los
copropietarios, porque esta demanda es un acto de conservación dentro de la comunidad
y como tal beneficia directamente a todos los comuneros (art.2504). Si hay coposesión, la
interrupción, o sea, el caso en que la demanda ha sido deducida solo contra uno de los
coposesores, dicha interrupción no perjudica a los demás coposesores porque la
interrupción civil, por ser una relación procesal, es de efectos relativos y sólo afectar a
quienes se notifique la demanda. La interrupción natural, por ser natural y objetiva afecta
a todos los coposesores, porque la posesión se pierde o impide para todos ellos.

 Prescripción entre comuneros.


Tipos de prescripción
Es necesario que el poseedor haya poseído la cosa por un cierto lapso de tiempo que
indica la ley y que el dueño está‚ inactivo por el mismo plazo. Este plazo es breve para la
posesión regular y más largo para la posesión irregular.
En el caso de la posesión regular hay que distinguir si el bien es mueble (2 años) o si el
bien es inmueble. (5 años ) art.2508.
En tanto que en la posesión irregular el plazo de prescripción es de 10 años tanto para los
muebles como para los inmuebles (posesión adquisitiva extraordinaria, arts.2506 y 2510).

Prescripción adquisitiva ordinaria.

Ella requiere de posesión continua y regular de 2 años para los muebles y de 5 años para
los inmuebles.
Este plazo comienza a correr en el momento en que se inicia la posesión y corre hasta
cumplirse su curso legal; por ello, siempre que por alguien se alegue la prescripción, es
necesario que se indique cuándo empezó a correr dicha prescripción, porque sin ello no
se sabría desde cuándo debe computarse el plazo y hasta cuándo debe hacerse.
Suspensión de la prescripción ordinaria
Que es un beneficio por el cual ciertas personas que son dueños o titulares del derecho
que va a extinguirse por prescripción se ven favorecidos en el sentido de que no corre en

72
su contra la prescripción, sino que detiene su curso mientras dichas personas estuvieran
en algunas de las situaciones del art.2509.
El efecto de la suspensión de la prescripción es impedir que ella continúe o comience a
correr; de modo que, si había corrido algún plazo antes de la suspensión, dicho plazo se va
a computar después, una vez que la causal de suspensión termine.
Hay una distinción notoria entre la interrupción y la suspensión de la prescripción, porque
en la interrupción el efecto es hacer perder todo el tiempo que había transcurrido antes
de la interrupción, salvo el caso del art.2502 n.1.
En cambio, cuando hay suspensión de la prescripción el curso del plazo de prescripción se
detiene mientras subsista la causal que originó la suspensión, o bien no empieza a correr y
terminado el motivo que dio lugar a la suspensión el plazo continua corriendo o comienza
a correr.
Esta suspensión de la prescripción opera en favor de ciertas personas a que se refiere el
art.2509: menores, dementes, sordomudos y todos los que están bajo potestad paterna o
bajo tutela o curatela; también opera en favor de la herencia yacente y de los cónyuges,
en relación con la mujer casada la prescripción no se suspende en favor de la mujer
divorciada perpetuamente y de aquellas separadas totalmente de bienes (las separadas
parcialmente no se suspende respecto de los bienes que ella administra). La ley dice que
la prescripción se suspende siempre entre cónyuges, o sea, que los cónyuges no pueden
adquirir por prescripción el uno los bienes del otro, entendiéndose que toda prescripción
esta suspendida entre cónyuges, sea que el régimen sea de sociedad conyugal, de
separación de bienes o de participación en los gananciales (?), porque el fundamento de
esta suspensión radica en la necesidad de mantener la paz conyugal, ya que de lo
contrario se correría el peligro de permanentes juicios entre cónyuges a objeto de
interrumpir la prescripción; porque en el régimen de sociedad conyugal el marido tiene el
usufructo de los bienes de la mujer, es mero tenedor de ellos, por lo tanto no es poseedor
y no podría ganarlos por prescripción.
Está fuera de discusión el que la prescripción ordinaria se suspende siempre entre
cónyuges, pero se plantea una controversia en relación con la prescripción extraordinaria,
ya que ésta - por regla general - no se suspende en favor de nadie.
Cuando opera la suspensión en la prescripción ordinaria ella no puede durar más de 10
años, porque cumplido dicho lapso de tiempo el poseedor puede alegar la prescripción
extraordinaria respecto de la cual no hay suspensión conforme al art.2511.

Prescripción adquisitiva extraordinaria


Ella requiere de posesión irregular durante 10 años, trátese de bienes muebles o
inmuebles (arts.2510 y 2511).

73
 En relación con la posesión, ella debe ser irregular (art.708), no requiriéndose título de
dominio u otro requisito.

 En relación con el mero tenedor, este no se transforma en poseedor por el mero


transcurso del tiempo (art.716), por lo tanto respecto de él no opera la prescripción.
Si el mero tenedor por un acto suyo desconoce el dominio ajeno y se transforma en
poseedor podrá prescribir, siempre que su posesión no sea violenta ni clandestina
(art.2510 n.3).

 En relación con la tradición, tampoco es necesaria la inscripción para la adquisición de


la posesión irregular de bienes inmuebles no inscritos, según un sector de la doctrina.
Pero hay quienes estiman que la posesión irregular de un inmueble no inscrito se
puede adquirir por actos de simple apoderamiento y sin inscripción; si se trata de
inmuebles inscritos, sea la posesión regular o irregular, será necesaria la respectiva
inscripción (arts.724, 728 y 730 inc.2). Por lo tanto, está fuera de discusión que para
adquirir por esta prescripción un inmueble inscrito siempre es necesaria la inscripción
del poseedor presuntivo, porque sin ella no habría posesión y, por lo tanto, no podría
operar la prescripción adquisitiva. Es por ello que el art.2505 exige la inscripción en el
poseedor cuando se trata de un predio inscrito y se sostiene que el art.2505 es
aplicable tanto a la prescripción ordinaria como a la extraordinaria.
En relación con la prescripción adquisitiva extraordinaria ella se puede interrumpir natural
o civilmente y no se suspende en favor de nadie, salvo en el caso de los cónyuges
(discutible).

Prescripción contra título inscrito

Art.2505 CC. Contra un título inscrito no tendrá lugar la prescripción adquisitiva de bienes
raíces, o de derechos reales constituidos en éstos, sino en virtud de otro título inscrito; ni
empezar a correr sino desde la inscripción del segundo.
La interpretación del art.2505 ha originado problemas:

 la primera duda es si este artículo se aplica a ambas clases de prescripción o sólo


a la prescripción adquisitiva ordinaria.

 la segunda duda es si se puede adquirir por prescripción extraordinaria un predio


inscrito sin título de posesión y sólo con la posesión material.
Hay autores que estiman que el art.2505 sólo es aplicable a la prescripción adquisitiva
ordinaria, de tal manera que por prescripción adquisitiva extraordinaria podría adquirirse
un predio inscrito sin necesidad de inscripción y teniendo sólo la posesión material; en
apoyo de su posición dan los siguientes argumentos:
a) Del mensaje del CC se concluye con mediana claridad que la idea es que los derechos
se consoliden una vez extinguido el plazo de prescripción extraordinaria.
74
b) El art.2510 no exige título alguno para la prescripción extraordinaria y como ella sólo
requiere de posesión irregular no seria necesaria la inscripción siempre que haya
posesión material. Este artículo tampoco exige tradición y como ésta, tratándose de un
inmueble (especialmente inscrito), es la inscripción puede omitirse cuando se trata de
la posesión irregular, operando as¡ el art.2510.
c) En caso contrario, jamás tendría aplicación la prescripción extraordinaria contra título
inscrito sin nueva inscripción, protegiéndose de esta manera al poseedor ficto que
tiene sólo una inscripción a su favor en contra de aquel que realmente tiene la
posesión material del inmueble, que lo explota y lo hace producir.
Sin embargo, otros sostienen que el art.2505 se refiere a ambas clases de prescripción, de
modo que por la prescripción adquisitiva extraordinaria no puede adquirirse el dominio
de un predio inscrito, sino mediante la competente inscripción de un nuevo título, no
siendo suficiente por lo tanto que el prescribiente tenga posesión material de la cosa
durante 10 años. Los argumentos de quienes sostienen esta posición son los siguientes:

 El art.2505 no distingue entre ambas formas de prescripción y, por lo tanto, debe


aplicarse a las dos, siempre que se está‚ prescribiendo contra un poseedor que tenga
título inscrito.

 El art.2505 está ubicado antes de la norma que distingue entre prescripción ordinaria y
extraordinaria, con lo cual se estaría indicando que es una regla común a ambos tipos
de prescripción. En el Proyecto de CC (1853) el art.2505 estaba situado entre las reglas
aplicables a la prescripción adquisitiva ordinaria solamente, pero en la redacción
definitiva se le dio su actual ubicación quedando como regla común a ambos tipos de
prescripción.

 Al existir oposición entre el art.2505, que exige título inscrito al prescribiente, y el


art.2510, que no exige título alguno y por lo tanto tampoco exige inscripción, debe
recurrirse a la norma del art.13 CC, debiendo prevalecer el art.2505 por ser una norma
especial para los predios inscritos, en tanto que el art.2510 es una norma de general
aplicación, ya que abarca todos los bienes sin especificación.

 Dentro del elemento lógico de interpretación deben concordar, para que exista la
debida correspondencia y armonía, el art.2505 con los arts.724, 728 y 730, porque
para prescribir hay que poseer y si se trata de un inmueble inscrito nadie puede
adquirir su posesión, ni aun irregular, sino por este medio (inscripción), inscripción que
cancela la del poseedor anterior (arts.728 y 730).

 No es efectivo que jamás operaría la prescripción adquisitiva extraordinaria contra


título inscrito, de aceptarse la opinión anterior, porque tendría aplicación cuando
existe posesión irregular por falta de justo título o buena fe, pero no podría tener lugar
tratándose de la falta de inscripción que motivase la posesión irregular.

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 En cuanto a la crítica de la posición contraria en orden a que se dejaría sin protección
al poseedor material frente al ficto o simbólico, ella no es efectiva porque conforme al
art.730 inc.2 si el poseedor material ha practicado la competente inscripción va a
tener la posesión regular o irregular según el caso y va a poder ganar el dominio por
prescripción.
Efectos de la prescripción adquisitiva
Su efecto fundamental es producir la adquisición del derecho de dominio. Declarada ella
judicialmente se entiende adquirido el derecho en la misma ‚poca en que se iniciara la
posesión. Por consiguiente, la misma sentencia es declarativa y retrotrae sus efectos al
comienzo de la prescripción; por ello, los frutos percibidos durante el plazo de
prescripción pertenecen al prescribiente aún cuando esté de mala fe; se consolidan los
gravámenes constituidos por el prescribiente y caducan los del anterior propietario.
La sentencia que declara la prescripción adquisitiva debe inscribirse en el registro de
propiedad del Conservador de Bienes Raíces respectivo, como un requisito de
oponibilidad frente a terceros (art.2513 CC).
La doctrina da distintos fundamentos a esta retroactividad, como la presunción de que el
antiguo propietario abdicó de su dominio antes de iniciarse la posesión, que debe
protegerse a terceros que ya durante la posesión contrataban con el poseedor teniéndola
por dueño.
Varias consecuencias producen esta retroactividad, por ejemplo, el poseedor queda
dueño de los frutos producidos durante la posesión, aunque haya estado de mala fe;
quedan firmes los gravámenes o cargas que haya constituido en ese tiempo; y,
estrictamente, le han de ser inoponibles los que haya constituido el propietario en la
misma época.
En la práctica, sí, es difícil que tengan lugar relaciones jurídicas del dueño con terceros,
pues se daría patente la existencia de un poseedor cuando un tercero quisiera entrar en
contacto con la cosa par el cumplimiento de sus relaciones.
Es natural, por otra parte, que la inactividad del dueño cesará, antes que contratando con
terceros, mediante un acto de interrupción al poseedor.

 Efecto liberatorio. (Usucapion liberatoria)


 Sentencia.

Prescripción adquisitiva de otros derechos reales


Los derechos reales distintos del dominio se adquieren por prescripción de acuerdo a las
mismas reglas del derecho de dominio (art.2512), salvo las excepciones siguientes:

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1. - El derecho real de herencia se adquiere por la prescripción extraordinaria de 10 años
(art.2512 n.1), adquiriéndose por prescripción ordinaria de 5 años cuando el heredero
aparente tiene auto de posesión efectiva en su favor (arts.1269 y 704 inc. final).
2. - El derecho de censo se adquiere por prescripción extraordinaria de 10 años.
3. - El derecho de servidumbre cuando la servidumbre es continua y aparente, se
adquiere por prescripción única de 5 años, sin entrar a distinguir si es regular o
irregular (arts.2512 y 882).
Acciones protectoras:

Ver “Bienes” Prof. Daniel Peñailillo: Diversas formas de protección.

1-.La acción reivindicatoria Art.889 CC

La reivindicación o acción de dominio es la que tiene el dueño de una cosa singular, de


que no está en posesión, para que el poseedor de ella sea condenado a restituírsela.
Por lo tanto, la acción reivindicatoria es la que tiene el dueño no poseedor contra el
poseedor no dueño. Igualmente, tiene acción reivindicatoria el titular de cualquier otro
derecho real (excepto el derecho real de herencia) cuando ha perdido la posesión de su
derecho, porque no puede ejercerlo debido a que otro lo está ejercitando sin que ese
derecho le pertenezca (art.891 inc.1). El derecho real de herencia está protegido por la
acción de petición de herencia (arts. 891 inc.2 y 1264).
Por medio de la acción reivindicatoria se obtiene que se declare el dominio de dueño y se
ordene restituirle la cosa a éste.
Surge el problema, en relación con los inmuebles, de si corresponde acción reivindicatoria
a un propietario que, teniendo inscrito a su nombre un inmueble, le es arrebatado
materialmente. La solución al punto ha de buscarse en el tema de la adquisición,
conservación y pérdida de la posesión, y que plantea a su vez la polémica sobre el valor de
la inscripción, con dos grandes posiciones.

 Considerando que la inscripción conservador es única y suficiente prueba de posesión,


no procedería hablar en tal situación de pérdida de posesión, por lo que no
competería al perjudicado la acción reivindicatoria; tal afirmación es consecuencia de
la posición que atribuye valor absoluto y excluyente.

 Pero bien puede sostenerse también que no obstante tener posesión inscrita, al
privarse al integrante de la posesión, su fase material, y podría en tal caso el dueño
reivindicar al no ser íntegramente poseedor. Hay fallos que así lo han resuelto.
Para que proceda esta acción deben concurrir los siguientes requisitos:

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1.- Dueño que no esta en posesión (reivindicante privado de su posesión).
2.- Un poseedor de la cosa.
3.- Cosa reivindicable.

1.- Dueño que no está en posesión.


El dueño es la persona que debe ejercitar la acción reivindicatoria, pero este dueño no
debe estar en posesión. Puede ejercerla sea que tenga la plena o nuda propiedad,
absoluta o fiduciaria de la cosa (art.893).
Le corresponde al dueño probar su dominio, porque debe destruir la presunción del
art.700 que ampara al poseedor. La forma en que va a probar el dominio va a ser distinta
según el modo de adquirir que operó:
A) Si el modo es originario: bastará con acreditar que han concurrido sus
elementos (los que configuran el modo de adquirir) para acreditar el dominio.
B) Si el modo es derivativo: no basta con probar que operó el modo, ya que con
esta sola prueba no tendrá acreditado el dominio, porque puede suceder que el
antecesor no haya sido dueño y, en tal caso, nada pudo transferir al sucesor.
Como consecuencia de ello el dueño va a tener que recurrir a la prescripción como
prueba del dominio y causa de pedir de su acción reivindicatoria y, en caso de que él no
haya completado el tiempo de posesión que se requiere para que opere la
prescripción, podría recurrir a la sucesión de posesiones del art.717. En este caso,
quien ejerce la acción reivindicatoria, con la prescripción va a justificar su dominio
frente a la sola posesión del demandado, siempre que éste no oponga la prescripción
adquisitiva del dominio.
Un conflicto que puede presentarse es aquel en que el reivindicador no puede invocar la
prescripción en su favor y en tal caso el juez deber enfrentar los títulos de posesión del
demandante y del demandado, porque la presunción del art.700, que favorece al
poseedor, puede ser destruida con una presunción judicial que favorezca al reivindicador
si éste prueba asistirle una posesión de mayor calidad que la del demandado hasta el
momento en que perdió esa posesión. En este caso, nos enfrentamos ante la valoración
comparativa de los títulos de posesión. En el caso de los inmuebles, todo este sistema
juega sobre la base de las inscripciones posesorias o de la posesión material en su caso
(arts.924 y 925). Tratándose de la prueba de posesión de muebles y, según algunos
también de inmuebles no inscritos, pueden emplearse todos los medios probatorios sin
limitación, ya que se trata de probar hechos posesorios.
Hay que tener presente que si el poseedor demandado invoca una prescripción adquisitiva
en su favor y logra acreditarla dictándose sentencia que le favorezca, ello significa que se
extinguió el dominio del reivindicador y también la acción reivindicatoria (art.2517), esto
es, que la acción reivindicatoria prescribe dentro del plazo en que el poseedor adquirió el
dominio por prescripción adquisitiva.
78
El dueño, para poder intentar la acción reivindicatoria, debe haber perdido la posesión, o
sea, debe estar desposeído.
Tratándose de muebles, esta pérdida de posesión se produce por el apoderamiento
material de la cosa por parte de un tercero. Cuando se trata de inmuebles inscritos la
pérdida de la posesión puede producirse por la pérdida de la posesión inscrita solamente,
conservándose la posesión material; por pérdida de la posesión material, conservándose
la posesión inscrita; y por pérdida tanto de la posesión inscrita como de la posesión
material.
El hecho de poder ejercerse la acción reivindicatoria no significa que el dueño esté privado
de las acciones posesorias, las cuales también pudieran ejercerse; pero acontece que
estas acciones posesorias tienen un breve plazo de prescripción (un año contado desde la
perturbación); por ello, el titular podría estar imposibilitado de ejercitarlas, debiendo
recurrir a las acciones reivindicatorias.
Hemos visto que la acción reivindicatoria la ley se la concede al dueño, pero existe la
acción publiciana, que es la misma acción reivindicatoria pero concedida al poseedor
regular que ha perdido la posesión cuando se hallaba en el caso de poder ganar el
dominio de la cosa por prescripción (art.894). Esta acción publiciana no puede ejercerse
contra el dueño ni contra el poseedor de igual o mejor derecho (art.894 inc.2).
Este artículo 894 plantea la duda con respecto a la expresión que se hallaba en caso de
poderla ganar por prescripción. Algunos estiman que estaría en esta situación el poseedor
que cumplió el plazo de prescripción y que no tiene aún sentencia declarativa de la
prescripción en su favor, señalándose que no puede tratarse del poseedor que tiene plazo
de prescripción pendiente, porque estaríamos ante una situación que implicaría un
interrupción de la prescripción que impediría ganar la cosa por prescripción, o sea, no
estaría el poseedor regular en el caso de poder ganarla por prescripción (se trataría de una
interrupción natural de la prescripción).
Otros estiman que se trata del poseedor regular a quien le ha corrido todo o parte del
plazo de prescripción, porque tanto en uno u otro caso estaría en posibilidad de adquirir la
cosa por prescripción y, si bien la pérdida de la posesión es una interrupción natural, si se
recupera la posesión por medio de esta acción debe entenderse que no ha habido
interrupción, quedando habilitado el poseedor para ganar la cosa por prescripción.
2.- Un poseedor de la cosa.
Es el sujeto pasivo en contra de quien se ejerce la acción reivindicatoria, es el actual,
poseedor de la cosa y, en algunos casos, aquel que dejó de poseer.

 Por regla general la acción reivindicatoria se ejerce contra el actual poseedor,


entendiendo por tal a aquel que posee la cosa al momento de la demanda (art.895).
Luego, la acción reivindicatoria por regla general no se dirige contra el mero tenedor.

79
Hace excepción a esta regla el art.915 que permite ejercer esta acción contra el mero
tenedor que tiene indebidamente la cosa.
En las otras situaciones el mero tenedor está obligado a declarar bajo juramento el
nombre y residencia de la persona a cuyo nombre tiene la cosa, bajo sanción de multa
y arresto que decretar el juez en su caso (arts.896 CC y 282 CPC).
Si el mero tenedor, actuando de mala fe, suplante al poseedor, deber indemnizar al
prescribiente todos los perjuicios que con su acción le hubiere causado (art.897). La
jurisprudencia ha aplicado esta regla con bastante amplitud, es decir, sea que el
detentador desde un comienzo carezca de antecedente que lo justifique o que haya
empezado a detentar con un título justificante, pero mientras detentaba quedó sin
justificación; ambos serían, al tiempo de la demanda “injustos detentadores”.
Si el poseedor hubiere fallecido, la acción reivindicatoria se ejerce en contra de los
herederos coposeedores, o bien, contra alguno de ellos; pero, en este último caso, podrá
intentarse la acción solamente por la parte o cuota de la cosa común que éste posea, o
sobre la parte material que le haya sido adjudicada. En cambio, las acciones personales
por las prestaciones mutuas que corresponden al poseedor difunto en favor del
reivindicador se transmiten al heredero a prorrata de sus cuotas hereditarias (arts. 899 y
1354). Esta situación se plantea as¡ porque la posesión es personal e intransferible (se
trata de un hecho), en cambio, las obligaciones hereditarias (como las prestaciones
mutuas) son perfectamente transmisibles y divisibles entre los herederos.
Dependiendo de las actitudes que puede asumir el demandado se pueden presentar
distintas situaciones que dejan la situación en reñido debate:
A) Podría sostener que el demandante no es el dueño (simplemente lo niega, o agrega
que el dueño es un tercero).
B) Que él, (el demandado) no es el poseedor de la cosa (en este caso, el actor tendría que
intentar probar que si lo es. Aquí debe recordarse el art.915, con el cual el actor puede
ejercer esa acción en contra del injusto detentador, en

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subsidio de la reivindicatoria. Sin perjuicio de que podría ser usada como única.)
C) Que él (el demandado), es el dueño. En este caso, el litigio pasa a constituir un juicio de
dominio; en el que ambas partes se disputan la propiedad del objeto.

 La segunda situación es aquella de quien dejó de poseer: la acción reivindicatoria se


puede dirigir excepcionalmente contra el ex poseedor. En esta materia deben verse
dos situaciones: la del ex poseedor de buena fe y la del ex poseedor de mala fe:
1- Situación del ex poseedor de buena fe: se trata del que adquirió la posesión de la cosa
con esta calidad, o sea, creyendo que adquirió la cosa por medios legítimos. Para
determinar si procede acción reivindicatoria en su contra hay que distinguir:

 Si perdió posesión fortuitamente: no hay acción reivindicatoria en su contra.

 Si perdió la posesión por su culpa: no procede la acción reivindicatoria y sólo hay lugar
a la indemnización de perjuicios por el hecho ilícito (art.2314).
Si perdió la cosa por haberla enajenado y en razón de dicha enajenación se ha hecho difícil
o imposible su persecución para el reivindicador, habrá que determinar si el ex poseedor
enajenó de buena o mala fe, o sea, sabiendo o no que la cosa no le pertenecía al
momento de la enajenación:

 Si enajenó de buena fe: se produce una subrogación real y el reivindicador puede pedir
la restitución del precio recibido por el ex poseedor, es decir, lo que percibió de la
persona a quien le enajenó (art.898 inc.1). Cuando el reivindicador recibe el precio del
ex poseedor, está ratificando tácitamente la enajenación hecha por éste, que hasta ese
momento le es inoponible (art.898 inc.2).

 Si enajenó de mala fe: el reivindicador puede intentar la acción reivindicatoria para la


indemnización de todo perjuicio (art.898 inc.1).
2- Situación del ex poseedor de mala fe: para determinar si hay o no acción reivindicatoria
en su contra, también hay que distinguir si perdió la cosa fortuitamente o por hecho o
culpa suya:

 Si la perdió fortuitamente no hay acción reivindicatoria en su contra, quedando sólo


sujeto a responder de los frutos y deterioros, teniendo si derecho a las expensas
invertidas en la cosa durante el tiempo de posesión (art.900 inc.2).

 Si perdió la cosa por hecho o culpa suya hay acción reivindicatoria en su contra como
si actualmente poseyese (art. 900 inc.1). Es decir, la acción reivindicatoria se intentar
por la cosa si es posible y por el precio de la enajenación en subsidio, m s las
indemnizaciones por prestaciones mutuas. Si el reivindicador recibe el precio hay
ratificación t cita de la enajenación hecha por el ex poseedor de mala fe (art.900
inc.3). La misma regla se aplica al poseedor de buena fe que durante el juicio y por
culpa suya se ha colocado en situación de no poder restituir la cosa (art.900 inc.4).
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3.- Cosa reivindicable.
Son las cosas corporales muebles e inmuebles y todos los derechos reales, salvo el
derecho real de herencia. El único requisito para que proceda la acción reivindicatoria es
que se trate de una cosa singular o determinada, porque en caso contrario no seria
posible poseer (arts.889 y 700). Por ello es que no se puede reivindicar la herencia que es
una universalidad jurídica, la cual no esta carente de protección, porque se ampara en la
acción de petición de herencia.
También es reivindicable una cuota determinada proindiviso de una cosa singular
(art.892). El art.890 inc.2 establece lo que se nos presenta como una excepción de cosa
reivindicable, pero realmente no hay tal excepción ya que las cosas allí mencionadas son
reivindicables previo reembolso al poseedor de lo que pagó por dichas cosas y lo que haya
gastado en repararla.
El art.890 inc.3º ha generado problemas por presentar una aparente contradicción con el
art.115 CPP. En tal caso debería primar el art.115 CPP por ser una norma especial, en
atención a que ordena devolver el bien sin obligación de reembolsar.
En contra de esta opinión se estima que en realidad no hay tal oposición puesto que el
CPP sólo señala la oportunidad de restitución de la cosa al dueño, permaneciendo el
derecho de reembolso que el art.890 otorga al adquirente.
Respecto de los derechos personales, el legislador no los menciona. Sobre ellos hay
también una especie de propiedad, pero en realidad como ellos recaen directamente
sobre la cosa, hace difícil la posibilidad de reivindicarlo. Conviene puntualizar que el título
o instrumento en que consta el derecho personal es perfectamente reivindicable.
Prestaciones Mutuas

Una vez resuelto el litigio que origina la acción reivindicatoria surgen determinadas
obligaciones entre el reivindicador y el poseedor vencido, en caso de haberse acogido la
acción reivindicatoria. Estas obligaciones reciben el nombre de prestaciones mutuas, las
que tienen importancia porque también se aplican cuando se declara la nulidad del
contrato (art.1687) y también cuando se ejerce la acción de petición de herencia
(art.1260).
Aquí hay que distinguir entre las prestaciones del reivindicador en favor del poseedor y
las prestaciones de poseedor en favor del reivindicador:

1.- Prestaciones del poseedor en favor del reivindicador


a) Restitución de la cosa: debe restituirla en el plazo señalado por el juez (art.904). Se
comprenden aquí¡ también los bienes inmuebles por adherencia y por destinación, las
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llaves del edificio y títulos que conciernen al bien inmueble si se hayan en manos del
poseedor (art.905 incs.2 y 3).
b) Debe indemnizar por los deterioros de la cosa: el poseedor de mala fe responde por los
deterioros que por su hecho o culpa ha sufrido la cosa (art.906); no responde del caso
fortuito, a menos que el poseedor se haya constituido en mora (arts.1547 y 1672). El
poseedor de buena fe, mientras ésta subsista, no es responsable de los deterioros que
por su hecho o culpa haya sufrido la cosa, salvo que se hubiera aprovechado de dichos
deterioros, como por ejemplo: si hubiere aprovechado dichos deterioros destruyendo
un bosque y vendiendo la madera (art.906 inc.2).
A este respecto hay que tener presente que el poseedor de buena fe inicial, mantiene
este carácter hasta la contestación de la demanda, porque desde el momento en que
reconoce los títulos invocados en la demanda, aún cuando pueda seguir confiando
plenamente en que le son propios, ya no puede tener una convicción absoluta de un
derecho; por ello es que el poseedor de buena fe inicial responde de los deterioros que
por un hecho o culpa suya sufra la cosa a partir de la contestación de la demanda. La
ley lo libera de indemnizar los deterioros anteriores, por cuanto él ha actuado creyendo
ser el dueño de la cosa.

c) También debe proceder a la restitución de los frutos: la extensión de esta prestación


también es variable según si el poseedor esté de buena o mala fe. En materia de frutos
la buena o mala fe del poseedor se refiere al tiempo de percepción de ellos (art.913).
Lo importante es la percepción, por ello se ha resuelto que si una persona siembra de
buena fe, pero al momento de cosechar está de mala fe, para los efectos de la
restitución de los frutos se la considera de mala fe.
El poseedor de mala fe es obligado a restituir los frutos naturales y civiles de la cosa, y
no sólo los que él ha percibido, sino que también aquellos que el dueño de la cosa
hubiera podido percibir con mediana inteligencia y actividad teniendo la cosa en su
poder (art.907 inc.1). Si no existen frutos deber pagar el valor que tenían o hubieran
tenido al tiempo de percepción de esos frutos, considerándose como no existentes los
que se hubieran deteriorado en su poder (art.907 inc.2).
El poseedor de buena fe no es obligado a la restitución de los frutos percibidos antes de
la contestación de la demanda; en cuanto a los percibidos con posterioridad, se sujeta
a las mismas reglas que el poseedor de mala fe.
Esta restitución se refiere a los frutos líquidos, porque la ley dispone que debe
abonarse al que hace la restitución de frutos los gastos ordinarios que ha invertido en
producirlos (art.907 inc.final), estos gastos tienen que abonarse necesariamente a
cualquier poseedor que restituye frutos, porque cualquier persona que produce frutos
incurre en gastos (incluso el dueño). Cuáles gastos se abonan? los gastos ordinarios,

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que son los que corresponden a una explotación normal de la cosa y cuyo valor no
excede del valor de los frutos.

d) Debe restituir los gastos del pleito, conservación y custodia: en primer término, en
cuanto a los gastos de conservación y custodia, dicho pago, si hubiera sido necesario, lo
hará el reivindicador al secuestre, pero el poseedor vencido es obligado a reembolsar
dichos gastos, siempre que esté de mala fe (art.904), porque si se encuentra de buena
fe no pesa sobre él la obligación de reembolsar. En lo que se refiere a las costas del
juicio habrá que estarse a lo que disponga la respectiva sentencia, de acuerdo a las
normas contempladas en el CPC.

2.- Prestaciones del reivindicador en favor del poseedor

a) El abono de los gastos ordinarios que ha invertido el poseedor en la producción de los


frutos.
b) El abono de las expensas y mejoras que el poseedor ha hecho en la cosa (art.907 inc.
final).
Mencionamos lo relativo a los gastos ordinarios necesarios para la producción de frutos,
pero qué sucede con las expensas y mejoras de la cosa durante el tiempo de su posesión?
El demandado que ha sido vencido en el juicio hizo gastos en la cosa a fin de procurar el
cuidado y conservación de la misma. El problema que se nos plantea es el del reembolso
de estos gastos y el de la medida en que deben ser reembolsados.
En general, se denominan expensas o mejoras los gastos hechos en una cosa y ellos
pueden ser de 3 clases:
* Necesarias,
* Útiles,
* Voluntarias.
* Expensas necesarias: son aquellas que aseguran la conservación de la cosa, de tal
manera que si ellas no se realizan se produce el deterioro o menoscabo de la misma. Estas
expensas pueden ser:

 ordinarias: son los gastos m s o menos periódicos que exige el uso natural de la cosa
y que son indispensables para su conservación y cultivo.

 extraordinarias: son los gastos que deben realizarse por una sola vez o transcurridos
largos intervalos de tiempo y que dicen relación con la conservación o la manutención
de la cosa.

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El principio general es que todo poseedor tiene derecho a que se le abonen las expensas
necesarias invertidas en la conservación de la cosa, porque también el reivindicador
hubiera tenido que incurrir en ellas. Si estas expensas se invirtieran en obras permanentes
se abonar n al poseedor dichas expensas en cuanto hubieran sido realmente necesarias,
pero reducidas a lo que valgan las obras al tiempo de la restitución (art.908 inc.2).
Dichas expensas en obras permanentes constituyen expensas extraordinarias; no es por lo
tanto el caso de expensas ordinarias que se imputan a los gastos ordinarios realizados
para la producción de frutos. Puede suceder que estas expensas necesarias no se hayan
invertido en algo que deje resultados materiales permanentes, como por ejemplo: la
defensa de la finca; caso en el cual también deben ser abonadas al poseedor en cuanto
aprovecharen al reivindicador y se hubieren ejecutado con mediana inteligencia y
economía (art.908 inc. final).

 Expensas útiles: son las que aumentan el valor venal de la cosa. Para establecer las
normas de la restitución de estas expensas hay que distinguir entre el poseedor de
buena fe y el de mala fe (la fe se califica al momento en que se hicieron las
mejoras):

 El poseedor de buena fe tiene derecho a que se le paguen las expensas útiles


que hubiere realizado en la cosa antes de la contestación de la demanda; pero
como la ley exige que la buena fe exista al realizarse las mejoras, podría
probarse por el reivindicador el hecho de que el poseedor habría perdido la
buena fe antes de contestar la demanda y, en este caso, éste no tendría
derecho a las mejoras. Lo que se persigue es evitar enriquecimientos injustos
(sin causa) por parte del propietario reivindicador que obtuvo en el juicio. Si
bien el poseedor vencido tiene derecho a las mejoras útiles, con el objeto de
hacer efectivo este cumplimiento y que el reivindicador no esté obligado a
reembolsar el total de las expensas, es que el reivindicador puede elegir entre el
pago de lo que valgan al tiempo de la restitución las obras en que consten las
mejoras, o el pago de lo que en virtud de dichas mejoras valiere m s la cosa en
dicho tiempo (art.909 inc.3).

 En cuanto a las obras hechas después de contestada la demanda, el poseedor


tendrá solamente los derechos que en virtud del art.910 se conceden al
poseedor de mala fe (art.909 inc.final), es decir, no tendrá derecho a que se le
abonen las expensas útiles a que hicimos referencia, pero podrá llevarse los
materiales de dichas mejoras, siempre que pueda separarlos sin detrimento de
la cosa reivindicada y que el propietario rehuse pagarle el precio que tendrían
dichos materiales después de separado (art.910).
 Expensas voluptuarias se hacen para la comodidad u ornato de la cosa. En este
caso no se hace distinción entre el poseedor de buena fe y el de mala fe para efecto de su
reembolso, ya que el propietario reivindicador no ser obligado a pagarlas al poseedor de

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mala ni de buena fe, los que sólo tendrá n respecto a ellas el derecho que por el art.910 se
concede al poseedor de mala fe respecto de las expensas útiles (art.911).
El poseedor que ha sido vencido en el juicio debe restituir la cosa reivindicada, pero
también tiene derecho a que se le paguen las mejoras necesarias y útiles, y para asegurar
el reembolso de las expensas la ley le confiere al poseedor un derecho legal de retención,
es decir, puede retener la cosa en su poder mientras el reivindicador no le pague o
asegure el pago de las mejoras a cuyo reembolso tiene derecho (art.914).

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La declaración de este derecho puede solicitarse como medida precautoria en el juicio de
cobro que el poseedor vencido haya intentado contra el reivindicador o como incidente en
el juicio de reivindicación.

 Extinción de la acción por prescripción.

 Algunas normas procesales.


2-.Acciones posesorias art. 916 al 950

Las acciones posesorias tienen por objeto conservar o recuperar la posesión de bienes
raíces o de derechos reales constituidos en ellos.
Por regla general, estas acciones protegen la posesión de los bienes raíces y,
excepcionalmente, la mera tenencia de ellos, cuando se ha sido violentamente despojado
de ésta (art.928); pero, en este último caso, en doctrina se discute si se trata o no de una
acción posesoria.
Las acciones posesorias se denominan interdictos; ellas tienen por fundamento la
conservación de la paz social, pues su finalidad es la de evitar que los particulares con
prescindencia de la autoridad pública se hagan justicia por sí mismos o alteren con sus
acciones la situación existente, todo ello referido a los inmuebles. Además, si bien es
efectivo que la posesión por ser tal tiene la protección de la ley sin que se considere el
derecho que puede o no corresponder al poseedor, es claro que la mayor parte de la
veces la posesión representa el legítimo ejercicio de un derecho; por ello, darle amparo a
la posesión significa que indirectamente se le está dando al propietario o titular del
derecho real que corresponda.
Las acciones que protegen al poseedor le permiten la conservación o recuperación de la
cosa, pero también le permiten mantener el curso de la prescripción adquisitiva, que
puede ser interrumpida por un despojo del cual el poseedor fue víctima.
Características de las acciones posesorias.
Para que procedan las acciones posesorias es necesario:
1. Posesión útil y continua de un año a lo menos.
2. Una cosa susceptible de la acción posesoria o un derecho real susceptible de tal
acción.
3. Perturbación o despojo de la posesión.
4. Que la acción posesoria no está prescrita.

1.- Posesión útil y continua de un año a lo menos (art.918).


No se distingue si la posesión debe ser regular o irregular, por lo tanto ambas sirven; pero
debe ser útil, de manera que no se confiere la acción posesoria al poseedor clandestino ni
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al violento. Por excepción y con el objeto de evitar justicia por mano propia, la ley concede
al poseedor violento o clandestino la querella de restablecimiento en el caso en que sea
despojado violentamente de su posesión (art.928).
La posesión debe ser continua, o sea, no interrumpida durante un año a lo menos
(art.918). Para completar el año el poseedor puede recurrir a la accesión de posesiones
(arts.920 inc.final y 717). Luego, no es necesario que quien acciona tenga por sí el año
completo de posesión.
El dominio no interesa ni es cuestión que se debate (art.923); las inscripciones de dominio
que puedan hacerse valer en el juicio sólo se consideran en cuanto ellas acrediten
posesión y servir n para probar si la posesión subsiste o se ha extinguido. La prueba de la
posesión le competer a quien intente la acción posesoria, por lo tanto, hay que distinguir
para estos efectos entre inmuebles inscritos (art.924) y no inscritos (art.925).
Acciones posesorias en la coposesión.
2.- Cosa susceptible de acción posesoria.
Sólo lo son los inmuebles y los derechos reales constituidos en ellos (art.916). Luego, los
muebles y los derechos reales sobre ellos no está n amparados por las acciones
posesorias. El titular de un derecho real sobre inmueble tiene la acción posesoria incluso
contra el dueño si éste pretende perturbarle o privarle de la posesión de su derecho; aún
más, si la posesión de alguno de estos derechos es perturbada por un tercero, el dueño
tiene la obligación de auxiliarle en el caso de requerirlo el poseedor (art.922).
La sentencia que recaiga en el juicio posesorio va a afectar al dueño sólo en cuanto se
controvirtió su derecho, pero no lo afecta cuando no intervino en el juicio y lo
controvertido fue la posesión del inmueble y no el derecho.
La ley señala expresamente que desde la apertura de la sucesión los herederos pueden ser
sujetos activos o pasivos de la acción posesoria, o sea, desde que tienen la posesión legal
de la herencia (art.919).
3.- Perturbación o despojo de la posesión.
Para que proceda una acción posesoria es necesario que el poseedor haya perdido la
posesión, o bien, que ella haya sido perturbada. Si se pierde la posesión se dispone de la
querella de restitución; si se ha sido privado violentamente de ella, se tiene la querella de
restablecimiento o despojo violento; y si sólo ha sido perturbada la posesión se tiene la
querella de amparo.
Cualquiera que sea la acción posesoria, recae sobre el poseedor el peso de la prueba en 2
aspectos:

 la posesión.

 los hechos que configuran el despojo o perturbación de ella.


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4.- Que la acción posesoria no esté prescrita

 La querella de amparo prescribe en un año, contado desde la perturbación (art.920


inc.1).

 La querella de restitución prescribe en un año, contado desde el despojo (art.920


inc.2).

 La querella de restablecimiento prescribe en 6 meses desde el despojo violento.


Esta norma del art.920 inc.3 es importante porque el plazo comienza a correr desde el
último acto de violencia o desde que cesa la clandestinidad. Estos plazos corren contra
toda persona y no se suspenden en favor de nadie por ser una acción especial (art.2524).
El problema de estos plazos es que son demasiado cortos y prescrita la acción el poseedor
que ha perdido su posesión sólo podrá recurrir a la acción reivindicatoria, para lo cual
podrá probar el dominio; tampoco podrá recurrir a la acción publiciana, siempre que sea
poseedor regular y está‚ en vías de ganar la cosa por prescripción.
A las acciones de amparo, restitución y restablecimiento (de acuerdo al art.549 CPC), hay
que agregar la denuncia de obra nueva y ruinosa y también el interdicto especial del
art.941.
Ver “bienes” Daniel Peñailillo: Prueba de la posesión.
1.- Querella de amparo.
Tiene por objeto la conservación de la posesión del inmueble o del derecho real
constituido en él, liberando al poseedor de los actos que perturban su posesión.
Turbación, embarazo o molestia causada a la posesión es todo acto o hecho voluntario,
ejecutado de buena o mala fe, que sin despojar a otro de su posesión, entraña o supone
disputar o cuestionar el derecho que pretende tener el poseedor de ejercerla.
Si la perturbación proviene de una autoridad pública hay que observar la situación de
hecho y sus circunstancias para determinar si procede o no la querella.
Si el poseedor inscrito se opone a una inscripción de un derecho real sobre su inmueble, o
bien rechaza una inscripción ya verificada, tal situación configura querella de amparo.
Esta acción otorga tres derechos al poseedor (art.921):

 Obtener que se ponga fin a los actos perturbatorios.

 Que se le indemnicen los perjuicios que la perturbación le hubiere causado.

 Que se le de seguridad que aquella persona a quien fundadamente teme no alterar


su posesión (lo que se puede hacer bajo apercibimiento de multa).
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2.- Querella de restitución
Su objeto es recuperar la posesión perdida. El poseedor despojado de su posesión puede
pedir que se declare en su favor la restitución de su posesión, puede pedir que se declare
en su favor la restitución de la posesión y la indemnización de perjuicios que el despojo le
hubiere causado (art.926). Esta querella debe dirigirse contra quien actualmente posee la
cosa, aún cuando él no haya sido el autor del despojo de la posesión; pero, la acción de
indemnización de perjuicios debe dirigirse contra aquel que despojó de su posesión al
poseedor y, si son varios, la responsabilidad es solidaria, o sea, cada uno de ellos responde
por el total de los perjuicios (art.927).
Como unos mismos hechos pueden importar turbación de un sector del inmueble y
despojo de otro sector de él, pueden plantearse simultáneamente amparo y restitución. Y
en caso que no esté claro si los hechos constituyen turbación de posesión, bien pueden
plantearse una en subsidio de la otra. Tal podría ser la actitud que puede adoptarse
cuando al poseedor inscrito se le priva de la posesión material, en que podría intentarse
acción posesoria de restitución y, en subsidio, de amparo.
3.- La querella de restablecimiento o despojo violento
Tiene por objeto recuperar la posesión o la mera tenencia de un inmueble o de derechos
reales constituidos sobre inmuebles cuando se ha perdido en virtud de un despojo
violento. Para que proceda esta querella, el despojo de que es víctima el poseedor tiene
que haber sido mediante la violencia, si no hay violencia no procede la querella de
restablecimiento, sino la de restitución. Esta querella de restablecimiento presenta otra
particularidad, cual es que no solamente es titular de ella el poseedor, sino que también el
mero tenedor y, aún más, el poseedor violento y clandestino. Esto es as¡, porque el
fundamento de esta querella es evitar la acciones violentas al margen de la ley.
Por eso es que esta acción se concede incluso al poseedor cuyos derechos no son
susceptibles de ser amparados por acciones posesorias, como lo seria el poseedor de
servidumbres discontinuas y aparentes (art.928 CC).
Para intentar esta querella o acción de restablecimiento no se requiere tiempo de
posesión ni de mera tenencia, lo único que es necesario acreditar es el despojo violento.
Esta acción prescribe en el plazo de 6 meses, contados desde el acto de despojo violento,
y la sentencia que en la causa respectiva se dicte no produce cosa juzgada respecto de
otras acciones posesorias, por lo tanto ellas podrá n intentarse si el poseedor pierde la
querella de restablecimiento (art.928 inc.3).
Querellas especiales (o acciones posesorias especiales)

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a) La denuncia de obra nueva.
b) La denuncia de obra ruinosa.
c) Interdicto especial del art. 941 CC.

Las acciones posesorias especiales están sujetas a las siguientes normas que les son
comunes:
1.- No es requisito la posesión útil y continúa durante un año: basta el hecho de probar
posesión, ello es así porque estas acciones tienen por objeto la conservación provisional
de una posesión ya existente.
2.- Estas acciones posesorias son indivisibles activa y pasivamente para el caso de que
haya pluralidad de sujetos activos y pasivos: esto es, que cualquiera de los sujetos activos
pueden intentarla y cualquiera de los sujetos pasivos pueden ser afectados por ella en el
caso contrario. En cambio, la acción de perjuicios que de ella pudiera emanar es divisible
activa y pasivamente, pudiendo cobrarse a cada uno la porción a que es obligado (art.946
CC).
3.- Estas acciones posesorias no pueden ejercerse para perturbar el ejercicio de derecho
de servidumbre legalmente constituido, aún cuando el titular de ella la haya adquirido
por prescripción (arts.947 y 950 inc.final).
a) La denuncia de obra nueva
Tiene por objeto impedir toda construcción u obra nueva denunciable que se trate de
levantar en el terreno que otro posee.
Son obras nuevas denunciables las que indica el art.931, estando la regla general en el
art.930 inc.1: el poseedor tiene derecho para pedir que se prohíba toda obra nueva que se
trate de construir sobre el suelo de que está en posesión.
b) Denuncia de obra ruinosa
Tiene por objeto obtener al demolición, reparación o afianzamiento de una obra, árbol o
edificio que amenaza ruina (arts. 932 inc.1 y 935 CC, art.571 CPC).
Esta denuncia supone un daño eventual que puede sufrir un vecino de un edificio, árbol u
obra que amenaza ruina. Si los perjuicios eventuales no fueren graves, el demandado
podrá perfectamente afianzar (caucionar) los eventuales daños que se pudieran causar al
vecino (art.932).
El juez puede acoger la denuncia y disponer la demolición o reparación de la obra; pero,
pudiera ser que ante la sentencia el demandado se resistiere a demoler o reparar la obra,
en tal caso, el querellante puede efectuar él la reparación a costas del querellado (art.932
inc.1). Ahora, si sucede que se destruye el edificio y ya se hubiere notificado la querella al
dueño de éste, dicho propietario tendrá que indemnizar de los perjuicios a los vecinos

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afectados (art.934), a menos que sea por caso fortuito, salvo que se acredita que ese caso
fortuito provocó la caída debido al mal estado.
La acción de denuncia de obra ruinosa no prescribe mientras haya justo motivo para
precaver el daño (art.950 inc.2).
Acción publiciana

Regulado en el CC en el Art. 894 dentro de la acción reivindicatoria. Existe un caso en que


la ley le concede la acción reivindicatoria a cierto poseedor y se llama acción publiciana y
se la concede al poseedor regular que se encontraba en vías de llegar al dominio por la
prescripción cuando ha sido privado de su posesión y por lo tanto en este caso basta con
probar la posesión regular.

Se puede ejercer acción publiciana:

- Para algunos solo cuando haya cumplido todo el plazo de prescripción.


- Mayoritariamente se piensa que esta acción se debe ejercer antes de cumplido el
plazo de prescripción porque la ley habla del poseedor regular que se haya en el
caso de poder ganar el dominio por prescripción y si se hubiese cumplido el plazo
sería dueño. Otra razón es que esta acción no se puede ejercer contra el dueño ni
contra quien posea con igual o con mejor derecho.

REQUISITOS ACCIÓN PUBLICIANA

1.- Que se haya perdido la posesión de la cosa.

2.- Que esta posesión haya sido regular.

3.- El poseedor regular tiene que haberse encontrado en vías de llegar al dominio por la
prescripción.

4.- No se puede ejercer contra el dueño ni contra quien tenga posea con igual o mejor
derecho.

DIFERENCIA ENTRE LA ACCIÓN PUBLICIANA Y LA ACCIÓN REIVINDICATORIA

a) En una se prueba el dominio y en la otra la posesión regular.

b) Una es una acción absoluta; se ejerce contra cualquiera, mientras que la otra tiene
2 limitaciones

92
¡¡ S U E R TE !!

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