Anexo 3.23 V Resumen Cosmovisión
Anexo 3.23 V Resumen Cosmovisión
Anexo 3.23 V Resumen Cosmovisión
23 V
Consideraciones Conceptuales Caracterización GHPI
“DESARROLLO DE INFRAESTRUCTURA Y MEJORAMIENTO DE
CAPACIDAD PRODUCTIVA DE COLLAHUASI”
CONTENIDO
1.1 Presentación
En atención a que los grupos humanos indígenas del área de influencia del sector Cordillera del
Proyecto pertenecen a los pueblos Aymara y Quechua, a continuación se presentan algunas
consideraciones que dan el marco conceptual a la caracterización de los mismos.
Este marco conceptual considera aspectos de la identidad Quechua, la cosmovisión del pueblo Aymara
y las principales ceremonias y ritos de los pueblos andinos.
Las comunidades quechua de Tarapacá basan su identidad indígena en antecedentes históricos que
señalan que los lugares que hoy habitan fueron otrora asentamientos incaicos.
1) Achilas o Mallcus, que son los espíritus de las montañas que circundan sus pueblos.
2) Pachamama, la madre tierra celebrada en su propio lugar de vivienda a niveles de los 4.000
metros de altura en la cordillera o en el altiplano y venerada como la siempre fértil madre
universal que alimenta toda la vida del mundo.
3) Amaru: la serpiente que se vincula con la economía de las aguas; los ríos y los canales en
altura. Estos, son a su vez los tres sectores o niveles del Akapacha (el medio que habitamos,
la Tierra). Además, poseen una visión tripartita de su hábitat, compuesto de las cumbres de
la montaña, la cordillera en los niveles de pastoreo y de agricultura complementaria y los
valles y quebradas de la precordillera.
Sin conflicto alguno, la cosmovisión ancestral convive con la religión católica impuesta en el periodo de
conquista, evidenciado un importante proceso de sincretismo religioso.
Los Aymara acuden a los cerros tutelares (donde habitan los espíritus de sus ancestros y la naturaleza),
cuando se encuentran en situaciones de crisis o necesidad tanto personal como colectiva. Por medio
de este culto la comunidad espera que este poderoso espíritu los beneficie con sus riquezas de aguas
productivas y con su protección.
Para la ceremonia en el cerro tutelar, la comunidad se reúne, sube al cerro y levanta un palo llamado
“arco”, que es revestido como pastor y ornado con los signos señoriales de prestigio para representar
al espíritu del cerro.
Luego, se instala una “mesa altar” de piedra, donde se ha dispuesto sahumerios, coca y alcohol. Es en
esta mesa ceremonial donde se realiza el sacrificio animal o “huilancha”, en el marco de una serie de
oraciones y plegarias.
La ceremonia culmina con la realización de una comida ritual (con la carne del sacrificio), que es
compartida por todos los asistentes, junto a alegres danzas.
El rito de la marcación del ganado, o enflorecimiento o floreo, se realiza para identificar los animales de
cada familia y para rogar buenas nuevas para los animales y la comunidad.
Primero se reúne la familia dueña del ganado para marcar a sus animales (primero las hembras y luego
los machos), luego el ganado es reunido en sus corrales y posteriormente con una aguja de saco, se
traspasa la oreja con una lana que en la parte de al medio lleva un pompón de llamativos colores (todo
ello en medio de cantos rituales e ingesta de cuatro rondas de alcohol).
Los colores elegidos por cada familia para distinguir a sus animales de su rebaño, son escogidos dentro
de un consenso entre toda la comunidad.
Los tornos de las llamas son decorados con lanillas de intensos colores amarrados en el pelaje del
animal.
Generalmente al final del rito se realiza una comida que se comparte con todos los asistentes.
El año nuevo o Machaq Mara, celebra la renovación; y es una ocasión para solicitar a las deidades;
abundancia y prosperidad en el nuevo año que inicia.
Generalmente el ritual se inicia alrededor de las 20:00 a 21:00 horas del 21 de junio. Se suelen colocar
bostas secas en el suelo, formando un cuadrado que imita el corral del ganado. Tras dicha designación,
se prende fuego a los “corrales” hechos de bosta, con apoyo de pajas y queroseno, orando como
“¡miratawa!” (“¡que multiplique!”).
Luego es colocado en el suelo, un tejido ritual (con hojas de coca y una botella de alcohol) frente a la
hoguera. Luego el “yatiri” o sabio Aymara ora invocando a las deidades.
Para finalizar, se arroja una copita de alcohol a la hoguera para pedir por la abundancia del ganado y la
prosperidad de la familia.
1.5 Bibliografía
• Maria Ester, Grebe, 1989. El culto a los animales sagrados emblemáticos en la cultura aymara
de Chile. Revista Chilena de Antropología, Santiago, Chile.
• Junko Seto. 2012. Un estudio antropológico de las fiestas Aymaras, Tesis doctoral, Universidad
de Salamanca, España.
• Hidalgo. Jorge. (Ed.). 1996. Etnografía: sociedades indígenas contemporáneas y su ideología.
Santiago, Chile: Editorial Andrés Bello.
• http://chileprecolombino.cl/pueblos-originarios/
• http://chileprecolombino.cl/pueblos-originarios/quechua/historia/