Economía Política
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Estudiante de medicina
Brigada : 2.4
Año 64 de la Revolución
Resumen
El término globalización ya forma parte del lenguaje cotidiano y se ha vuelto imprescindible en el debate
público. Aunque es complejo, ambivalente y políticamente controvertido, ayuda a explicar ciertos
problemas actuales o al menos a delimitarlos.
Asi, vamos nos a proponer respuestas sobre los mecanismos que han causado la integración de los
pueblos de America Latina a la globalización neoliberal y cuales fueron las consecuencias de ella sobre
ellos.
Abstract
The term globalization is already part of the everyday language and has become essential in public
debate. Although it is complex, ambivalent and politically controversial, it helps to explain certain current
problems or at least to define them.
In the perspective of defining and describing the concept of globalization in general terms, this research
allows us to question and answer the role played by Latin American countries against globalization, but
more specifically, against neoliberal globalization.
Thus, we are going to propose answers about the mechanisms that have caused the integration of the
peoples of Latin America to neoliberal globalization and what were the consequences of it on them.
Este fenómeno ha continuado en casi todo el mundo a lo largo de la historia, especialmente a través de
conquistas militares y grandes exploraciones. Pero la globalización se ha acelerado principalmente
gracias a los avances tecnológicos en el transporte y las comunicaciones. Tiende a acentuar los
fenómenos de difusión y homogeneización a través del espacio mundial, asi que promueve capacidades
para la gobernanza global y la acción internacional: Cooperación y arreglos (institucionales o más
informales), acomodación entre diferentes intereses, regulaciones.
Desarrollo
La globalización como un fenómeno económico y financiero (con el desarrollo del comercio y los
intercambios monetarios y financieros), abarca un campo mucho más amplio que el de la simple
circulación de bienes, de servicios y de capital. La globalización tiene, de hecho, varios aspectos:
Globalización económica : desarrollo del comercio, con actores transnacionales como las
empresas transnacionales.
Globalización financiera : surgimiento de las finanzas globales, con intercambios financieros
internacionales, intercambios monetarios, etc.
Globalización cultural : interpenetración de las culturas en toda su diversidad, pero también
emergencia de una supracultura globalizada.
Globalización política : desarrollo y creciente influencia de organismos internacionales como la
ONU o la OMS, así como de ONG.
Globalización sociológica : circulación de información en tiempo real, interconexión e
interdependencia de los acontecimientos y sus consecuencias.
Globalización geográfica : nueva organización y jerarquía de las diferentes regiones del mundo,
en constante evolución.
De Estados a grupos supranacionales
En efecto, ya no podemos pensar en los territorios, y en particular en los territorios nacionales, como
células aisladas entre sí, campos cerrados en los que se desarrollaría una historia propia, autosuficiente
y autoexplicativa. Las relaciones entre naciones y más aún entre los múltiples territorios que las
componen, ya veces las atraviesan, imponen un cambio de mirada.
Este cuestionamiento afecta particularmente a los espacios nacionales, que desde hace cerca de dos
siglos, desde la progresiva pavimentación del mundo en Estados independientes, han sido el nivel
espacial privilegiado para comprender las dinámicas sociales, aquel donde se organizaba la vida política
y económica, generalmente la cultura y la lengua, incluso en estados federales marcados por una gran
diversidad interna. Las decisiones de política económica, las formas de gobierno, el dinero, el sistema
tributario, la educación se basaban en estos límites espaciales. Los países eran entonces los territorios
del desarrollo, con la globalización no se suprime la escala nacional, pero se la compite con otros niveles
escalares, en particular con la formación de grandes grupos geoeconómicos (Unión Europea,
MERCOSUR, ASEAN, NAFTA) más o menos sindicatos, organizaciones internacionales.
El neoliberalismo es una teoría económica que defiende el libre mercado y limitar el papel del Estado
como la clave para el avance tecnológico y la prosperidad económica.
Esta doctrina se caracteriza por confiar en el buen funcionamiento del mercado y desconfiar de la
intervención del Estado en la economía o en la esfera privada de los ciudadanos. Los neoliberales
abogan por privatizar servicios públicos como la sanidad o la educación, y minimizar los impuestos, ya
que entienden que al Estado no le corresponde prestar servicios públicos. El resultado es un Estado del
bienestar reducido donde se prima al individuo sobre la comunidad.
A diferencia de otras regiones el neoliberalismo latinoamericano quedó afectado por el impacto de las
sublevaciones populares. Puede ser visto como etapa del capitalismo, estrategia de libre-comercio,
política económica o gobierno derechista. Para definir si se encuentra a la ofensiva o en repliegue hay
que distinguir esas cuatro acepciones. El librecambismo postula una imaginaria inserción natural en el
mercado mundial y reproduce el subdesarrollo que genera la exportación primaria.
Crisis y fracasos
Al comienzo del nuevo siglo irrumpió la crisis del neoliberalismo latinoamericano. Los desequilibrios
generados por ese modelo salieron a flote en toda la región, junto a la creciente primacía del sector
exportador en desmedro del desenvolvimiento interno. Aumentó la heterogeneidad estructural de la
economía y se concentraron las actividades más rentables en un puñado de empresas.
La capacidad del estado para priorizar las decisiones de inversión quedó muy debilitada. Las dos etapas
neoliberales de ajuste y apertura no sólo deterioraron los ingresos populares. También provocaron la
desintegración de la vieja industria local gestada durante la sustitución de importaciones.
Se acentuó la vulnerabilidad de todas las economías ante la descontrolada afluencia o salida de capitales
externos. También se intensificó la dependencia del vaivén internacional de los precios de las materias
primas. Las economías latinoamericanas volvieron a soportar la carencia estructural de divisas. No
pudieron respaldar las reservas, ni mantener bajo control el tipo de cambio, la tasa de interés o el nivel
de inflación.
Tantos en términos de inversión como de comercio exterior, la integración económica de América Latina
tiende a diversificarse, tanto a nivel intrarregional como en el comercio con Europa y fundamentalmente
Asia.
Esta es una tendencia que se viene dando desde hace algún tiempo en la región, que ha tenido que lidiar
con diferentes orientaciones políticas en los Estados Unidos (Bush y Obama).
Favorece a los poderosos. Los países comercialmente más robustos pueden beneficiarse de la
no intervención estatal en la balanza comercial exterior, inundando los mercados locales ya que
la producción nacional no logra competir en igualdad de términos.
Genera cambios vertiginosos. Sobre todo en las formas de vida y de trabajo de los trabajadores,
lo cual puede resultar en crisis futuras e imprevisibles.
No beneficia a los trabajadores. En los casos de no ir acompañado de un movimiento libre de
trabajadores.
Migra el empleo. Sobre todo cuando se trata de naciones más desarrolladas explotando a
naciones menores, las industrias y los comercios tienden a mudarse hacia donde haya
condiciones más favorables y ello a menudo destruye el empleo.
Desigualdad. Promueve un conjunto de estrategias económicas que tienen impacto social y que
generan una gran diferencia de clases. Por ejemplo, solo aquellos que tienen acceso a los
servicios privados, como la educación, podrán alcanzar un mejor desarrollo profesional. La
mayoría de quienes no tienen acceso a ese tipo de servicios, no pueden progresar.
El monopolio. Promueve que el poder sea controlado por una minoría elitista que acapara la
productividad y la oferta de servicios. Quienes no tienen o no pueden generar dinero, no logran
llevar a cabo sus propios negocios, pero sí son necesarios como mano de obra del sistema
productivo.
Los problemas ambientales. Promueve la obtención de la mayor ganancia en el menor plazo
posible. En muchos casos eso implica no respetar los procesos y las normas establecidas para el
cuidado de los recursos y del medio ambiente, del aprovechamiento de los recursos no
renovables, de la calidad de vida de las personas o del desarrollo industrial responsable.
Intervencionismo extranjero. Entre los problemas que algunos ven al proceso globalizador está
una cierta disminución de la soberanía nacional. Como los países están tan interrelacionados en
lo económico, social, político y cultural, cualquier desvío de las pautas generales es visto con
recelo.
Algunos países, como Venezuela, Bolivia y Ecuador, buscan una respuesta diferente en el marco de lo
que Hugo Chávez ha llamado «socialismo del siglo XXI». La esencia de este esquema es el aumento del
control interno del gobierno sobre sus recursos naturales y estratégicos como la mejor forma de
conseguir mayores beneficios para sus ciudadanos. Es una manera viable de proceder, pero también
riesgosa, pues requiere capacidad técnica y fuentes de capital más allá del sector privado y las
instituciones financieras internacionales.
Hasta ahora, solo Venezuela cuenta con excedentes de capital, generados por el alto precio del
petróleo, que le permiten implementar inversiones y programas sociales internos y también apoyar a
países como Bolivia, Ecuador, Argentina y Nicaragua, que comparten la misma perspectiva de expansión
estatal. Los pequeños países del Caribe también se han beneficiado del petróleo barato ofrecido por
Venezuela. Por otro lado, el ya mencionado Banco del Sur es una iniciativa importante impulsada por
Venezuela, al igual que las propuestas de inversiones en ambiciosos proyectos de infraestructura, como
gasoductos regionales, o programas locales de desarrollo, a través de la Alternativa Bolivariana para las
Américas (ALBA).
Con estas iniciativas, Venezuela intenta construir una alternativa a las inversiones privadas y los
préstamos de las instituciones financieras internacionales. A pesar de las posibilidades que estos
proyectos ofrecen, sobre todo como una opción más para la diversificación de las relaciones
internacionales, lo cierto es que todas ellas se desarrollan en el marco internacional de la globalización,
en el cual predomina el sector privado. Y hasta el momento, en ninguno de los países que buscan un
camino alternativo (ni siquiera en Venezuela) se ha registrado una disminución de las actividades
comerciales internacionales, y ninguno ha dejado de aprovechar los beneficios que de ellas derivan.
En suma, la retórica antiglobalización no ha llegado a concretarse en hechos, más allá de los ajustes
internos que apuntan a un mayor papel del Estado en la economía. Pese a ello, en la medida que los
altos precios internacionales del petróleo se mantengan y Hugo Chávez siga en el poder, la nueva
modalidad de socialismo puede seguir siendo una alternativa para algunos países de la «marea rosa».
Pero ninguno de estos dos factores está asegurado en el futuro. Además, todos los países seguirán
moviéndose en la realidad de la globalización, que limita las posibilidades de transformación hacia el
socialismo, por más nuevo que sea. La perspectiva más probable en estos tres casos, entonces, es la
creación de economías mixtas adaptadas al mundo globalizado.
En suma, a pesar de las formulaciones analíticas e ideológicas que señalan lo contrario, y aun en un
contexto de asimetría y dependencia económica, América Latina cuenta con ciertos espacios de
maniobra. Parte de la explicación del fracaso del modelo económico que culminó en los 80 radica en las
políticas económicas estatizantes aplicadas por gobiernos generalmente autoritarios que se negaban a
aceptar los márgenes de acción que existían, incluso en un marco de asimetría y dependencia.
En las décadas de 1960 y 1970 se logró, es cierto, una reducción de la dependencia económica, sobre
todo comercial y de inversiones, pero al costo de limitar las oportunidades internas, lo cual dificultó la
generación de ingresos fiscales y la atracción del capital necesario para mantener y expandir el modelo.
Este fracaso explica en buena medida la búsqueda de nuevas opciones económicas y políticas que derivó
en la implementación de reformas de mercado y el avance de los procesos democráticos en las últimas
décadas. Este doble camino, transitado en forma paralela a la extensión de la globalización, genera
nuevas y mayores posibilidades para los gobiernos de América Latina.
Métodos
Fuentes duplicadas
Conclusión
En suma, las estrategias de los gobiernos latinoamericanos para responder a la globalización no suponen
una novedad absoluta, sino más bien un intento de acomodarse a su dinámica mediante iniciativas
pragmáticas y realistas que permitan lograr sus objetivos nacionales a través del aprovechamiento de los
espacios que hoy ofrece el mundo. Estas estrategias reflejan el reconocimiento de que los países de la
región, aunque incapaces de cambiar la naturaleza misma de la globalización, cuentan con buenas
oportunidades para avanzar en sus objetivos nacionales. Los datos más recientes indican que han tenido
cierto éxito y sugieren una continuidad, aunque por supuesto condicionada al respaldo popular en los
procesos electorales que, afortunadamente, ya son rutina en casi toda América Latina.
Referencias