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Crónica

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Crónica : GABRIEL OSBRONO

Estaba aturdido, realmente quería saber que pasaba por las noches, cuando las personas
desesperadas querían salir corriendo, cada escena que tenía o pasaba por mí mente era una
duda, una curiosidad … así que un día sin más pensar decidí ir para vivir por al menos unos
cuantos minutos ese infierno del cual nadie, incluyéndome podría estar libre de vivirlo

Sin pensar más tome esa decisión, sabía muy bien a lo que me enfrentaba. pero era necesario.
todos tenían que saber lo que pasaba. por ellos. Porque sean libres y puedan volver a ver la luz
del día sin rejas, los colores sin que tengan que ser del color gris, para que vuelvan a sonreír

Así que al día siguiente Sali muy temprano, como sí me fuera a ir a la guerra, sentía muchos
nervios, pero quería saber, o al menos lograr hablar con uno de ellos…, lástima que el taxi se
demoró y me hice tarde, el general de aquella cárcel me recibió con voz firme diciendo, llego 5
minutos tarde, pero pase le muestro el camino

La cárcel dese ya no daba una muy buena impresión, se sentía que realmente me mentían para
no volver a salir, mientras más entraba pude observar que los muros eran del color negro y ese
pasillo se hacía mucho más grande. Que más afondo del penal se podía escuchar una voz grave
que entonaba la “marsellesa aprista” rápidamente dejé de observar muy detalladamente y me
di cuenta de que ya estábamos adentro. El penal parecía una especie de jaula rectangular
dividida entre tres pisos horizontales en donde se distribuían, de abajo hacia arriba; y fue
entonces que decidí preguntarle al general como es que se dividían los prisioneros y me
respondió asentando la cabeza, en el primero habitan los vagos, la escoria del lugar, aquellos
seres errantes, locos, así como los que se dedican a la prostitución, son los que han perdido
toda esperanza. En el segundo están los delincuentes no avezados como violadores, ladrones,
primerizos y estafadores. Y en el tercero se encuentra como ya queda dicho los presos políticos

Mientras el general hablaba, y mis ojos recorrían de una manera desesperante, del como iba a
hacer para hablar con algunos de ellos, y fue ahí entonces que lo vi, es como que si hubiese
estado esperándome, lo pude ver en sus ojos, así que rápidamente pause al general,
pidiéndole que me dejara hablar con ÉL, abrió la puerta y al entrar a ese piso o celda, sentí
que lo que Él me iba a contar era mucho más de lo yo había visto al entrar

Entré, me presenté, e hice preguntas no tan difíciles para que entrara en confianza y así le
fuera más fácil contarme, mientras tanto yo iba a ir tomando apuntes para este gran libro del
cual me había propuesto para que fuera distinto a lo que ya había escrito

Nos trasladaron de noche. Pasamos directamente por una puerta, del pabellón de celdas en la
intendencia al patio del Sexto. Desde lejos pudimos ver, a la luz de los focos eléctricos de la
ciudad, la mole de la prisión cuyo fondo apenas iluminado mostraba puentes y muros negros. El
patio era inmenso y no tenía luz. A medida que nos aproximábamos, el edificio del Sexto
crecía. Íbamos en silencio. Y a unos veinte pasos empezamos a sentir su fetidez,
Cargamos nuestras cosas. yo llevaba un delgado colchón de lana era de los más afortunados
otros sólo tenían frazadas y periódicos. marchábamos en fila. Abrieron la reja con gran
cuidado, pero la hicieron chirriar siempre, y cayó después un fuerte golpe sobre el acero. El
ruido repercutió en el fondo del penal. Inmediatamente se sonó una voz grave entonó las
primeras notas de la marsellesa aprista, y luego otra altísima que empezó la Internacional. unos
segundos después se levantó un coro de hombres que cantaban, compitiendo, ambos himnos.
ya podíamos ver las bocas de las celdas y la figura de los puentes El Sexto, con su tétrico cuerpo

estremeciéndose, cantaba, parecía moverse. Nadie en nuestras filas cantó y permanecimos en silencio,

escuchando. El hombre que esta adelante de mí, lloraba. Me tendió la mano, sosteniendo con dificultad su
carga de periódicos a la espalda. me apretó la mano, vi su rostro embellecido, sin rastros de su dureza
habitual. Era un preso aprista que me había odiado sin conocerme y sin haberme
hablado nunca. Lo examiné detenidamente, extrañado, casi aturdido. Creí que al oír la
marsellesa, entonada por esos pestilentes muros, me rechazaría aún más. Sabía que era un hombre del
Cuzco, de la misma lengua que yo, pero no fue así

Y fue allí donde descubrí que todos lo que pertenecían a este penal tenían mas de 20 meses de
estar aquí parecía que ya se habían acostumbrado a este lugar, como si se hubiesen vuelto parte
de ellos, así como también que en este lugar se cometía muchos actos, como violación ,
corrupción, injusticia estafa y violencia, pero lo mas fuerte en que un personaje llamado clavel
el cual era obligado a prostituirse y era violado por los presos, al contarme eso sentí que la
palabra infierno si describía este lugar, aun no me cabía en la cabeza, lo que pasaba cuando las
personas eran encarceladas en este horrible lugar, continua le dije al muchacho
Clavel era ya homosexual lo que al final este chico termina por enloquecer, pero lo mas triste
fue que mi amigo Camac muriera en mis brazos
Estaba tan atento que se me había olvidado de la hora, cuando de repente el guardia toco la
celda
Señor ya tiene que salir, su hora ya acabo y por más que suplique por unos minutos mas no me
dejaron, así que tuve que salir de la celda prometiéndome que volvería otra vez , y esta vez con
más tiempo
Le agradecí a Gabriel por lo dicho y por su tiempo dedicado al contarme algo, aunque fue breve,
pero me dejo con ganas de saber mucho más sobre este penal del cual todos hablan
Dejándome con una del que el Perú es un país bueno, pero también malo
Y sabiendo que este prisión se comete la injusticia, violaciones, corrupción, vulnerando los
derechos de los prisioneros, tratándolos como animales aspirando salir corriendo para no volver
a pisar dicha cárcel, cambiando sus vidas si es que tuvieren la oportunidad

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