Los Bunkers

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 5

Los Bunkers

Unidos inicialmente por su afición común a la canción de molde beatle, los integrantes de Los
Bunkers mostraron con el tiempo otras aristas e inquietudes creativas, ampliando también sus
planes y la ambición de su alcance. De Concepción a Santiago, y de ahí al DF mexicano, el
quinteto mantuvo una misma formación durante quince años y en muy diversas circunstancias
laborales y de vida. Durante ese período no encontraron competencia en Chile para un tipo de
sonido que buscó dotar de referencias latinoamericanas el molde de rock de guitarras
importado y aprendido por su aplicada melomanía. La potencia de su sonido en vivo y la
disposición a un trabajo profesional de constante autoexigencia fueron dos de las marcas
distintivas en su identidad como banda. Con su mudanza a México, en 2008, Los Bunkers se
convirtió en el nombre chileno con mayor actividad en ese país por casi seis años, hasta que
en marzo de 2014 anunciaron un «receso indefinido», que al fin se resolvió en 2023 con
masivos conciertos de regreso y un nuevo álbum (Noviembre).
Leer más

Años

Concepción, 1999 - 2014


Reunidos en 2022
Región de origen

Biobío
Décadas

2000 |2010 |2020 |


Géneros

Pop, Rock

Integrantes

Álvaro López, voz y guitarra (1999 - 2014).


Mauricio Durán, guitarra y voz (1999 - 2014).
Francisco Durán; guitarra, teclados y voz (1999 - 2014).
Gonzalo López, bajo (1999 - 2014).
Manuel Lagos, batería (1999).
Mauricio Basualto, batería (2000 - 2014).

Rock junto al Biobío


Es otro de los grupos destacados surgidos en Concepción. Para cuando se asentaron en su
formación definitiva, todos sus integrantes acumulaban experiencia en otras bandas,
proyectos informales desarrollados durante la adolescencia, de entre los cuales destacó la
alianza de Mauricio Durán y Mauricio Basualto en Los Biotles y, luego, Grass (tambien con
Pedro Araneda, futuro Pettinellis). En los años ochenta, el baterista había formado parte de la
recordada banda Los Cuatro Amigos del Doctor (en la que tambien militó Mauricio Melo,
de Los Santos Dumont). Pero, como nunca en esos proyectos, la fundación de Los Bunkers
tuvo para sus asociados una intención profesional.
Sus referencias estéticas eran, entonces, las de bandas históricas. Para su debut en vivo (julio
de 1999, en la Universidad Federico Santa María), se vistieron como los Beatles; rompieron un
bajo, como los Who, y cerraron con un cover de los Kinks. Junto al Biobío, eran tiempos de
auge punk, con Machuca y Pegotes elevando la distorsión de locales como Cariño Malo y
Medio Toro. Pero Los Bunkers tenían en mente algo aún más radical: «Por un lado, queríamos
hacer algo distinto. Pero, por otro, sentíamos que estábamos agarrando la parte más agresiva
del mod».

Tan en serio hablaban, que en menos de un año sus integrantes ya se habían mudado a
Santiago, organizado una serie de presentaciones, y autoeditado un minidisco con seis temas
(Jamás). Para julio del 2000, la banda ya tenía organizado lo necesario para grabar un álbum,
prueba de lo bien aceitada que siempre ha estado su mecánica de composición, basada casi
siempre en las ideas de los hermanos Francisco y Mauricio Durán, dos jóvenes de influencia
amplias, que pueden nombrar a The Jam, Otis Redding y Salvatore Adamo entre sus
preferencias. Primero la grabación y luego el sello: los Bunkers autogestionaron su disco,
comprometieron a Mauricio Melo (Los Santos Dumont) como productor, ubicaron en radios el
tema "El detenido" (con una letra inspirada en Viviana Díaz, presidenta de la Asociación de
Familiares de Detenidos Desaparecidos) y recién entonces comenzaron a considerar ofertas
de disqueras. Su fichaje con la etiqueta Big Sur les permitió remezclar y sacar a tiendas ese
debut oficial: Los Bunkers (2001).
Por su condición de conciudadanos y gustos musicales en común, fue natural que la banda se
asociara en diferentes oportunidades a Álvaro Henríquez. El músico se encargó de producir el
segundo álbum del grupo, grabado cuando Los Bunkers ya habían pasado a ser un nombre
prioritario de la multinacional Sony Music. Fue también el líder de Los Tres quien los invitó a
participar en sucesivas apariciones de La Yein Fonda y, luego, de un disco tributo a Violeta
Parra (Después de vivir un siglo, al cual la banda aportó una version de "Gracias a la vida").

Los Bunkers apuntaron a un trabajo de difusión amplia, que presentaron a través de


conciertos por todo el país, con singles enérgicos y radiables. Pese a ello, sus canciones
pocas veces se han distraído en versos livianos. El título más difundido de Canción de
lejos (2002) fue "Miño", un homenaje al militante comunista que en noviembre del 2001 se
inmoló frente a La Moneda a modo de protesta por las víctimas de la asbestosis que rodeaban
las fábricas de la industria Pizarreño. «Tu propia tristeza se incendió», cantaban ahí. «Como
que le tenemos pánico a escribir malas letras», decían.
Su presencia en conciertos colectivos se hizo frecuente, e incluyó su participación en el
festival de homenaje a Salvador Allende, en el Estadio Nacional (durante el cual tocaron un
par de temas junto a Claudio Parra, de Los Jaivas), en septiembre del 2003; y luego en la
presentación conjunta de Quilapayún e Inti-Illimani, en agosto del 2004 (estadio Víctor Jara).
Al grupo le acomodaba ser parte de proyectos que excedieran el círculo puramente rockero.
Dentro de tal filosofía debe también inscribirse su participación en tres bandas sonoras de
películas de revisión social: los documentales Estadio Nacional y Actores secundarios, y la
exitosa Machuca (a la cual aportaron el tema instrumental "Carrerón").
Investigación en la raíz folclórica
Su interés por la Nueva Canción Chilena se plasmó de modo poderoso en La culpa, el disco
que la banda publicó en el 2003 y que fue de inmediato alabado en varios comentarios de
prensa. Eran canciones de crudeza rockera, pero moderadas por timbres de, por ejemplo,
quenas y charangos. Los versos estaban a la altura del inquietante título, y se debatían entre
el resentimiento amoroso de "No me hables de sufrir" y la queja amarga de "El festín de los
demás". A través de un disco profundo, Los Bunkers habían añadido otro eslabón a la cadena
de tristeza que afirma nuestra música popular.
Su admiración por Violeta Parra es cosa sabida, pero el grupo la reafirmó en ese disco con
una nueva versión para "La exiliada del sur” y, en mayo del 2004, con una serie de conciertos
con versiones propias para sus canciones. Poco antes se habían presentado por primera vez
en el Festival del Huaso de Olmué (lo repitieron en el verano del 2006), y entonces ya no hubo
dudas sobre el vínculo profundo que el grupo pretendía forjar con la tradición. En esa misma
línea puede considerarse su colaboración con el debut solista de Álvaro Henríquez, otro
rockero penquista interesado en las raíces sonoras locales, y a quien apoyaron en las
sesiones de grabación del disco Álvaro Henríquez, y luego en su presentación, en diciembre
de 2004.

Crudo y eléctrico fue el sonido de Vida de perros, el álbum que Los Bunkers publicaron a fines
del 2005, y que impuso rápidamente en radios los singles "Ven aquí" y "Llueve sobre la
ciudad". Acaso lo más sorprendente del disco fue el tenor de sus letras, por primera vez tan
reveladoras de las emociones íntimas de los hermanos Durán. Según ellos, se trataba de
canciones «de la etapa más mala del amor», y no había contraargumento posible ante letras
como las de "Te vistes y te vas" o "Vida de perros".
Los Bunkers en México
Vida de perros fue el primer disco internacional del grupo, con edición en Estados Unidos,
Argentina, Uruguay y México gracias a convenios con las etiquetas Nacional y EMI-México. A
la capital de este último país viajaron en mayo del 2006 para participar del festival Vive Latino
y realizar su primera ronda de promoción extranjera. La invitación a ese festival se repitió al
año siguiente pero entonces ya no tuvo sentido volverse de inmediato a Santiago: como
ninguna otra banda rock activa en Chile, Los Bunkers podían sostener sin problemas largas
giras por el mercado más competitivo de la música hispana.
El impulso se profundizó a mediados del 2008, cuando los músicos se instalaron con muebles
y compañeras en Ciudad de México, justo a tiempo para promocionar su nuevo álbum, Barrio
estación. Opacado por problemas legales que les impidieron distribuir el disco en la principal
red de disquerías chilenas (Feria del Disco) y una posterior disputa con su manager, el grupo
logró de todos modos dar a conocer el trabajo más ambicioso en arreglos hasta la fecha. Su
foco principal de promoción para ese trabajo fue México, y allá fraguaron, a mediados de
2009, una alianza clave, cuando se oficializó su trabajo local con el manager de un grupo tan
importante como grupo Café Tacuba, logro inédito para una banda local.
Su decisión de publicar un disco lleno de versiones para composiciones de Silvio Rodríguez
fue sorprendente pero bienvenida. Música libre (2010) tuvo estupenda acogida en radios,
donde se ubicaron sus lecturas para temas clásicos del fogateo ochentero como "Quién
fuera", "Ángel para un final" o "Al final de este viaje" (con la voz invitada de Manuel García,
con quien los hermanos Durán colaborarían más tarde en el álbum Acuario, del cantautor). En
2011 el premio como Mejor Documental Nacional a Los Bunkers: un documental by Sónar en
el festival IN-EDIT confirmó el interés masivo por el grupo, la lealtad de su audiencia y la ágil
dinámica de sus proyectos.

En agosto de 2013, la presentación de La velocidad de la luz en el Movistar Arena de Santiago


marcó un récord como el lanzamiento con más público en vivo para un disco chileno hasta
entonces. Nuevos temas como "Bailando solo" y "Si estás hablando mal de mí" fueron hits
radiales y llevaron al grupo por nuevos escenarios continentales y exigentes giras por Chile.
Por eso sorprendió su anuncio de querer entrar en un «receso indefinido», hecho público a
fines de marzo de 2014.
Un show en el festival Vive Latino en México DF fue el último antes de su voluntaria pausa.
Tras la separación, los dos bloques del grupo iniciaron proyectos pop y rock independientes.
Los hermanos Mauricio y Francisco Durán colaboraron en discos de Los Santos
Dumont y Los Ángeles Negros, y en 2017 regresaron con la banda Lanza Internacional,
mientras que Álvaro y Gonzalo López, hicieron lo propio en 2015 con la formación de López.
Mauricio Basualto se integró por un tiempo a la banda en vivo de Manuel García, así como a
la producción de conjuntos penquistas.
El retorno de Los Bunkers se fue dando a plazos. Hubo hitos marcados en 2019 (13 y 14 de
diciembre), con sorpresivos conciertos de apoyo a las movilizaciones ciudadanas, tanto en la
ex Plaza Baquedano como en la Universidad de Concepción; y al fin en marzo de 2023 a
través de la minigira "Ven aquí", con masivos conciertos en grandes recintos de Santiago
(Estadio Santa Laura), Concepción (Estadio Ester Roa) y Viña del Mar (Quinta Vergara).
Fue la antesala de un subidón imparable, que incluyó otros shows en el extranjero, nuevos
singles en radios y la publicación de un álbum de material fresco, titulado Noviembre (2023),
junto con su tercera aparición en el Festival de Viña del Mar, en 2024. Esta sería
especialmente destacada por la participación de Cancamusa como baterista invitada,
sustituyendo a un Mauricio Basualto aquejado por problemas de salud entonces.

También podría gustarte