Manual Seom Cuidados Continuos Segunda Edicion
Manual Seom Cuidados Continuos Segunda Edicion
Manual Seom Cuidados Continuos Segunda Edicion
MANUAL
SEOM DE
CUIDADOS
CONTINUOS
© 2014. Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM)
ISBN-10.: 84-697-1440-6
ISBN-13.: 978-84-697-1440-9
MANUAL
SEOM DE
CUIDADOS
CONTINUOS
Dr. Miguel Ángel Alonso Bermejo Dr. Francisco Javier Barón Duarte
F.E.A. Servicio de Oncología Médica. F.E.A. Servicio de Oncología Médica.
Complexo Hospitalario de Ourense (CHOU). Complejo Hospitalario Universitario
Ourense de Santiago. A Coruña
Dra. María del Mar Muñoz Sánchez Dr. Josep Manuel Piera Pibernat
F.E.A. Servicio de Oncología Médica. Jefe de Servicio. Servicio de Oncología Médica.
Hospital General Virgen de la Luz. Cuenca Hospital Donostia de San Sebastián.
Guipúzcoa
Dra. Berta Mª Obispo Portero
M.I.R. IV Servicio de Oncología Médica. Dra. Mª Dolores Pineda Pineda
Hospital Universitario de la Princesa. F.E.A. Servicio de Oncología Médica.
Madrid Hospital General de Ciudad Real. Ciudad Real
ÁREA DE HABILIDADES
433 COMUNICACIÓN E INFORMACIÓN.
APOYO PSICOEMOCIONAL
Dr. Angel Inoriza Rueda
Hospital General Juan Ramón Jiménez.
Huelva
En este contexto, el cuidado del paciente con cáncer está sufriendo grandes cambios y
somos conocedores de que tanto ellos como sus familiares tienen unas necesidades físicas y
psicológicas cada vez más complejas que exigen ser abordadas adecuadamente. Por ello, los
cuidados continuos y el tratamiento de soporte -que abarcan desde el momento del diagnóstico
hasta la etapa final de la vida- forman parte de nuestro quehacer cotidiano.
La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), consciente del compromiso que esto
representa, se implica activamente velando por ofrecer a sus socios formación continuada que
favorezca una atención integral e individualizada a todos los pacientes con cáncer.
Fruto de ello es esta segunda edición del Manual SEOM de Cuidados Continuos que recoge a lo
largo de 43 capítulos el manejo de los síntomas más habituales pero también los cuidados al
final de la vida y una serie de capítulos sobre aspectos tan diversos como la importancia de la
comunicación, la bioética en cuidados continuos, la prevención del estrés laboral, la medicina
integrativa o el valor terapéutico del humor.
Este segundo Manual SEOM de Cuidados Continuos no hubiera sido posible sin la inestimable
colaboración y el trabajo de la Sección SEOM de Cuidados Continuos y los 98 autores - todo ellos
profesionales de reconocido prestigio- que a través de sus páginas hacen un repaso exhaustivo
pero eminentemente práctico de los diferentes ámbitos que se engloban dentro del Cuidados
Continuos. El resultado es un Manual que sin duda será de gran ayuda para los médicos que
en su día se enfrentan a estas situaciones y que servirá como referencia para nuestra práctica
asistencial.
Gracias a todos los autores, a la coordinadora del Manual, Dra. Yolanda Escobar y a todo el
Comité editorial por el excelente trabajo realizado.
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Introduccion
Dra. Yolanda Escobar Álvarez
Coordinadora de la 2ª Edición del Manual SEOM de Cuidados Continuos
El cisplatino fue aprobado para su uso en el cáncer de testículo y ovario por la FDA en 1978. Por
esas fechas yo estaba estudiando la carrera de Medicina, de forma que, cuando me incorporé
como MIR, el producto era una novedad en España; por supuesto, no existían gran parte de los
actuales citostáticos y de los fármacos biológicos no se había oído hablar. La especialidad era
joven, los médicos residentes de Oncología Médica éramos pocos y la tarea por hacer, enorme.
Desde el principio fui consciente de que los fármacos eran eficaces para el tratamiento de muchos
tumores (el binomio cisplatino-cáncer de testículo era extraordinario por sus resultados) pero
sucedían cosas que, claramente, se nos escapaban de las manos.
Las nauseas y vómitos del propio cisplatino ocurrían muchas veces en la propia sala de
tratamiento, de forma incesante y violenta, produciendo en los pacientes un inevitable rechazo
a la quimioterapia. Para controlar esa emesis usábamos dosis altas de metoclopramida que, en
ocasiones, producían unas disquinesias musculares muy molestas.
Por supuesto, se respetaba la pauta de pre y posthidratación pero ¡qué poco sabíamos de los
mecanismos de la nefrotoxicidad y qué ajenos vivíamos al mundo hidroelectrolítico!
Y luego estaba el dolor de los pacientes oncológicos, al que hacíamos poco caso. No preguntábamos
sistemáticamente por él, no lo evaluábamos y, realmente, no usábamos opioides, o apenas, para
tratarlo.
Los pacientes asumían los síntomas y las complicaciones como un peaje inevitable y nosotros
hacíamos lo mismo. Pero eso es el pasado.
17
Cuidados
Continuos
Ahora, cuando contemplo la cantidad y variedad de fármacos y técnicas que se han desarrollado
desde entonces, tanto para el tratamiento específico como para el control de los síntomas y
complicaciones de la enfermedad y su tratamiento, me parece que hemos dado pasos de gigante
en nuestra especialidad.
Por supuesto, se curan más pacientes, se cronifican muchos tumores y las fases avanzadas de la
enfermedad también se controlan mejor y durante más tiempo pero la emesis, la mielotoxicidad,
la nefrotoxicidad, el dolor y tantos otros problemas vinculados al cáncer siguen ahí, mezclados
con las nuevas toxicidades causadas por los fármacos de últimas generaciones, las cuales aún
estamos empezando a conocer y manejar.
Al leerlo comprobarás que se han abordado todos los temas relevantes y se han actualizado de
una forma didáctica y atractiva para los lectores.
Como coordinadora del Manual quiero agradecer el gran trabajo que han hecho autores y
correctores, la ayuda inestimable del personal de SEOM, la generosa colaboración de Grünenthal,
Mundipharma, Prostrakan y Otsuka y, por supuesto, tu interés al consultarlo.
Espero y deseo que el contenido de este libro te sirva de ayuda y dentro de unos años asistas a su
tercera edición, a la que se habrán incorporado los conocimientos que, a día de hoy, son futuro.
Tu futuro.
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CONCEPTOS
LOS CUIDADOS CONTINUOS. (Terapia
de Soporte y Cuidados Paliativos)
Dra. Ana Blasco Cordellat
Médico Adjunto. Servicio de Oncología Médica
Hospital General Universitario de Valencia
Las estimaciones de la OMS indican que cerca de 20 millones de personas padecerán cáncer en
2020 y fallecerán debido a la enfermedad unos 12 millones, los cuales precisarán tratamientos
paliativos durante la evolución de su enfermedad hasta la muerte. Estos datos muestra la
relevancia que tiene en la actividad cotidiana de los oncólogos conocer no sólo las actuaciones
terapéuticas encaminadas al control de los procesos tumorales sino también aquellas otras
que intentan mejorar el estado general, incluyendo el control de la toxicidad y los efectos
secundarios del tratamiento antitumoral, pautas y consejos dietéticos, prevención y tratamiento
de las infecciones, medidas de soporte hematológico, rehabilitación en todos sus aspectos, apoyo
psicológico, social y espiritual y la resolución de las urgencias oncológicas.
La visión del cáncer como una enfermedad sistémica, heterogénea y de una elevada complejidad
ha llevado a una toma de conciencia acerca de que los pacientes deben recibir una atención
oncológica de calidad proporcionada por equipos multidisciplinares altamente cualificados, (3,4)
siendo el miembro principal de este equipo el oncólogo médico, capaz de ofrecer un enfoque
integral que acerque la investigación clínica y traslacional al área de los cuidados más básicos (5).
Esta atención integral debe cubrir todas las fases de la enfermedad, desde la prevención y el
diagnóstico hasta los cuidados paliativos del enfermo en fase avanzada y el manejo del final de
la vida.
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Cuidados
Continuos
En la práctica clínica es difícil plantear la atención al paciente como una ruptura, pues los efectos
secundarios de los tratamientos y el deterioro clínico van apareciendo de forma progresiva; de ahí que
se superpongan los tratamientos específicos con los tratamientos de soporte o de control sintomático,
formando parte de un todo “continuo”. De esta forma, desde la Oncología Médica, surgió el concepto de
“cuidados continuos”.
En 1998, desde la American Society of Clinical Oncology (ASCO) se subrayó la necesidad de que el oncólogo
fuera responsable del “cuidado continuo” de sus pacientes, a lo largo del curso de la enfermedad (6). En esta
misma línea, Catane y Cherny lideraron una serie de iniciativas para facilitar la integración de los cuidados
paliativos en la oncología médica (7,8); así, en 1999, desde el seno de la Sociedad Europea de Oncología
Médica (ESMO) y liderado por Catane, se constituye el Palliative Care Workig Group, cuyo principal objetivo
es sentar las bases del cuidado integral del paciente oncológico (7).
Siguiendo este modelo de atención continuada al enfermo oncológico, en el año 2000 la Sociedad
Española de Oncología Médica (SEOM) creó el Grupo de Cuidados Paliativos, cuyos objetivos eran
analizar la actividad paliativa de los servicios de oncología médica, planificar, desarrollar y potenciar los
cuidados continuos dentro de la práctica clínica habitual; este grupo se transformaría, en 2003, en la actual
Sección de Cuidados Continuos, dedicada a establecer directrices para mejorar los cuidados de soporte y
paliativos que se ofrecen en y desde la oncología médica, colaborando estrechamente con los diferentes
profesionales implicados en la mejora de la calidad de vida de los pacientes con cáncer. (9,10)
Entendemos por cuidados continuos la atención a la persona enferma en su realidad total: biológica,
psicológica, familiar, laboral y social mediante un manejo integral, atendiendo a las necesidades de cada
una de las fases de la enfermedad (figura 1), sin que se produzca una ruptura en la atención del paciente
y aplicando, en función de las necesidades, tratamientos de soporte, control sintomático y cuidados
paliativos y atendiendo tanto al paciente como a los familiares en la etapa final de la vida (figura 2).
Las distintas etapas de la evolución de la enfermedad se deben entender como una continuidad,
con posibilidades de retorno a fases previas, lo que hace que los pacientes puedan recibir, en
función de sus necesidades, un tipo u otro de atención e, incluso, en un mismo momento se
puedan solapar varios tipos de atención. Debemos tener siempre presente que los tratamientos
curativos y sintomáticos no son excluyentes, de ahí la necesidad de plantear los cuidados del
paciente con cáncer como un modelo de atención continuada.
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Cuidados
Continuos
Los cuidados continuos están dirigidos a disminuir los síntomas de la enfermedad, proporcionar
un apoyo psicosocial y prestar ayuda en la toma de decisiones respecto al tratamiento. Entre
otros beneficios, los cuidados continuos permiten un adecuado control del dolor, la ansiedad y la
pérdida de apetito. Este modelo de atención debe ser supervisado y coordinado por el oncólogo,
en estrecha relación con un equipo multidisciplinar del que formarían parte: enfermería,
psicólogos, equipos de atención domiciliaria y cuidados paliativos, trabajadores sociales y equipos
de Atención Primaria (5). El oncólogo tiene un papel fundamental de comunicación, participación,
información y atención compartida con Atención Primaria y el resto del equipo.
Hoy en día no hay dudas sobre la superioridad en muchos pacientes con enfermedad avanzada del
tratamiento oncológico activo (quimioterapia, inmunoterapia, fármacos antidiana…) respecto al
mejor tratamiento de soporte pero también se ha demostrado que la atención continuada aporta
al enfermo un aumento de su calidad de vida, además de influir en el aumento de la supervivencia.
En el estudio de Temel, publicado en 2010, se comprobó que los pacientes que recibían cuidados
continuos tenían una mejor calidad de vida, con una menor incidencia de depresión (casi un 50%
menos) que los pacientes que no los recibían (11); además, los pacientes vivían más tiempo y un
porcentaje menor de ellos precisaban cuidados muy intensivos en las fases más avanzadas de la
enfermedad, como quimioterapia, hospitalizaciones o visitas a urgencias.
Por tanto, los cuidados continuos deben ser aplicables a lo largo de todo el proceso evolutivo,
empleando los recursos adecuados en función de las necesidades del paciente en cada momento. La
continuidad de los cuidados durante el transcurso de la enfermedad y en todos los ámbitos del sistema
sanitario es una necesidad básica tanto para el paciente con cáncer como para sus cuidadores (12).
Así, los objetivos de los cuidados de soporte que plantea la MASCC son:
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Cuidados
Continuos
El campo de acción de los cuidados de soporte es muy amplio, por lo que existen múltiples
posibilidades para la investigación y la mejora continua en forma de:
La mejora de la atención a los enfermos en fase avanzada y terminal es uno de los retos
planteados en todos los sistemas sanitarios. La Estrategia en Cáncer del SNS (EC-
SNS) contempla, dentro de sus objetivos, que “en los pacientes en situación avanzada
y terminal de cáncer se realizará una valoración de las necesidades del paciente y su
familia, estableciéndose un plan interdisciplinar de cuidados paliativos en cualquier
nivel asistencial” (16).
Los cuidados paliativos ofrecen una atención integral al paciente con enfermedad
avanzada o terminal y a sus familiares, entendiéndola como el cuidado total y activo
cuando la enfermedad no responde a los tratamientos curativos (14). La OMS aceptó
en 1990 (17) la definición de cuidados paliativos propuesta por la EAPC (Asociación
Europea de Cuidados Paliativos) (18), modificándola en 2002 para establecer que “los
cuidados paliativos son un enfoque que mejora la calidad de vida de los pacientes y
familias que afrontan los problemas de una enfermedad con compromiso vital, a través
de la prevención y el alivio del sufrimiento mediante una identificación precoz y una
esmerada valoración y tratamiento del dolor y de otros problemas físicos, psicosociales
y espirituales” (19).
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Cuidados
Continuos
Los principios sobre los que se fundamentan los cuidados paliativos son (20):
• Alivio
del dolor y otros síntomas prevalentes, con especial atención a las necesidades
emocionales, sociales y espirituales, así como a los aspectos prácticos del cuidado de
enfermos y familiares.
• Información, comunicación y apoyo emocional, permitiendo al paciente expresarse y decidir
sobre las actuaciones a realizar, dándole en todo momento respuestas claras y honestas.
• Considerar la muerte como un proceso normal, sin acelerarla ni retrasarla.
• Ofrecer un sistema de soporte para ayudar a los pacientes a vivir tan activamente como les
sea posible hasta la muerte.
• Ayudar a las familias a adaptarse a la enfermedad y al duelo.
• Mejorar la calidad de vida.
• Aplicar estos cuidados de forma precoz en el curso de la enfermedad, junto con otros
tratamientos que puedan prolongar la vida o mejorar su calidad.
• Asegurar la continuidad asistencial a lo largo de la evolución, estableciendo mecanismos de
coordinación entre todos los niveles y recursos implicados.
Para poder aplicar estos cuidados en la forma y momento adecuados tenemos que reconocer
cada una de las fases por las que pasa un paciente oncológico (figura 1) y, especialmente, el
hecho de que la enfermedad metastásica avanzada no es sinónimo de enfermedad terminal. De
ahí que, en 1993, desde la OMS se considere en fase terminal al “paciente con enfermedad muy
avanzada, activa, en progresión y con un pronóstico vital limitado” (21), enumerando los criterios
clínicos que la caracterizan:
Esta situación debe ser asumida por profesionales cualificados con experiencia asistencial
actualizada y se recomienda que sea el oncólogo responsable del paciente el que tome la
decisión de su necesidad de cuidados paliativos, la cual quedará sujeta a un ulterior revisión
en función de los cambios que puedan producirse en la evolución del paciente. Mediante este
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Cuidados
Continuos
Las necesidades de los pacientes terminales van más allá de los problemas médicos,
siendo necesario un abordaje multidisciplinar centrado en el paciente y en su familia
y focalizado en el control de los síntomas, la información y la comunicación; esto hace
que los cuidados paliativos deban integrarse en todos los ámbitos del sistema sanitario:
hospital, Atención Primaria, hospitalización domiciliaria, urgencias, residencias y
servicios ambulatorios, mediante equipos con una formación adecuada y una acreditación.
(22)
(Figura 3)
Dentro del objetivo planteado desde la Sociedad Europea de Oncología Médica de ofrecer
una atención continuada e integrada al paciente con cáncer, se creó en 2003 el programa de
acreditación de Centros Integrados de Oncología y Cuidados Paliativos, por el que se reconoce la
excelencia en el cuidado del paciente oncológico y un alto nivel de integración entre la oncología
médica y los cuidados paliativos.
• Promover la integración de los cuidados paliativos en las guías de cuidados de los pacientes
oncológicos.
• Alentar la formación en cuidados paliativos de los oncólogos médicos, así como de otros
profesionales de la salud.
• Ampliar la cooperación entre la ESMO y otras organizaciones médicas, así como con otras
organizaciones a nivel mundial que apoyen el desarrollo de los cuidados paliativos.
- “Screening” que permita identificar a los pacientes que precisen cuidados paliativos.
- Disponibilidad en “tiempo real” de intervenciones de carácter paliativo en la actividad
asistencial diaria.
- Disponibilidad de cuidados oncológicos para todos los pacientes de cáncer que están en
cuidados paliativos.
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Cuidados
Continuos
El centro se compromete a mantener la filosofía de los cuidados continuos y del “no abandono”
de los pacientes a través de un programa continuado paliativo y de soporte, de forma que aquellos
pacientes con cáncer avanzado que ya no se beneficien de las terapias antitumorales accedan de
manera continuada y progresiva a estos cuidados.
2. El centro debe proporcionar una atención domiciliaria de alta calidad, con apoyo y coordinación
entre los especialistas en oncología médica y los profesionales que se encargan de la atención
domiciliaria. Los servicios de atención domiciliaria pueden depender del propio centro o de otro
diferente debiendo, en todos los casos, mantenerse la continuidad y la comunicación entre los servicios.
3. El centro debe ofrecer programas de apoyo familiar; deben evaluarse de forma rutinaria las
necesidades de los familiares de los pacientes con cáncer avanzado, disponiendo de
asistencia psicológica y apoyo social cuando se precise.
4. El centro debe realizar evaluaciones rutinarias de los síntomas físicos y psíquicos, así
como de las necesidades sociales de los pacientes, disponiendo de una infraestructura que
permita la realización de estas intervenciones de manera oportuna de forma que, cuando se
detecte un mal control sintomático, se pueda evaluar y tratar con la urgencia que lo precise
en función de la naturaleza y la gravedad del problema. Se deben evaluar los apoyos sociales
de forma rutinaria, para que se puedan solucionar las necesidades que vayan surgiendo, con
especial atención a aquellas que puedan impedir una correcta atención domiciliaria.
5. El centro dispondrá de personal médico y de enfermería experto en la evaluación y el
tratamiento del dolor en el paciente oncológico, así como del resto de síntomas físicos.
6. El centro debe disponer de expertos en la evaluación y el tratamiento de los problemas
psicológicos y del distrés que puedan aparecer en los pacientes o sus familiares. Debe
disponer de equipos de psicólogos, psiquiatras y cuidados espirituales, con posibilidad de
realizar diferentes terapias: relajación y terapias de grupo, entre otras.
7. El centro debe disponer de un servicio de atención para los situaciones urgentes de mal
control sintomático (físico y/o psíquico), pudiendo ser atendidos los pacientes en el propio
centro o en su domicilio.
8. El centro mantendrá los cuidados prestados por el equipo de expertos y los medios también
cuando los pacientes presenten estabilización de los síntomas, ingresando a los pacientes
con síntomas mal controlados para estabilización de los mismos.
9. El centro debe atender a aquellos pacientes en los que no se puede realizar asistencia
domiciliaria y los casos de claudicación familiar.
10. El centro mantendrá los medios y los cuidados expertos incluso en la etapa final de la
vida, comprometiéndose a proporcionar un alivio adecuado del sufrimiento en los pacientes
agonizantes y atendiendo también a las necesidades de sus familiares; si es preciso,
se facilitará la atención hospitalaria, con especial atención a los deseos del paciente,
prevaleciendo las normas éticas de autonomía del paciente y beneficencia.
11. El centro debe participar en la investigación básica o clínica relacionada con la calidad de
vida de los pacientes con cáncer.
12. El centro participará en programas de formación clínica para mejorar la integración de la
oncología y los cuidados paliativos.
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Cuidados
Continuos
SITUACION ACTUAL
En el informe Moses Task Force Phase III (2008) realizado por ESMO sobre la situación
de la oncología en Europa, se destaca que existen infraestructuras dedicadas a los
cuidados paliativos en el 87,2% de los países analizados, siendo la mayoría de ellas
infraestructuras no especializadas. En el 52,5% de dichos países son los oncólogos los
que participan en la provisión de los cuidados paliativos.
CONCLUSIONES
Debemos tener siempre presente que el centro de nuestra actividad es el hombre
enfermo y a él debemos adecuar las diferentes estructuras asistenciales (10). La atención
integral oncológica tiene que estar presente desde el inicio de la enfermedad, mediante
el tratamiento activo y de soporte necesarios para controlar el sufrimiento del enfermo
y de su familia y para mejorar su calidad de vida. El adecuado control de los síntomas
físicos, la correcta comunicación con el enfermo y su familia, la atención a las necesidades
psicoemocionales, el apoyo sociosanitario adecuado y la escucha activa de las necesidades
espirituales, todo ello dentro de un marco de máximo respeto, nos va a permitir adecuar
nuestra actuación a las necesidades concretas del paciente a lo largo del curso de su
enfermedad.
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Cuidados
Continuos
RESUMEN
CUIDADOS CONTINUOS
CUIDADOS PALIATIVO
TRATAMIENTOS DE SOPORTE
Cuidados últimos días Atención al duelo
Paciente y familia
Diagnóstico
Tratamiento activo Tratamiento sintomático Muerte
Últimos días
Presentación Recurrencias de vida
Aguda
Supervivientes Aumento de la
debilidad
Cronicidad
Figura 2.- Diferentes tipos de cuidados que recibe el paciente con cáncer a lo largo de su
enfermedad desde la perspectiva los cuidados continuos.
Cuidados
Cuidados del final de
Paliativos la vida
Atención
Cuidados al duela
Tratamiento
de soporte
oncológico (con intención
curativa, aumento de la
supervivienda o paliativa
Enfermedad Duelo
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Cuidados
Continuos
UHD
Síntomas Síntomas
físicos emocionales
Oncología Atención
Médica Aspectos Primaria
Sociales
− Docencia − Fisioterapeutas
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Cuidados
Continuos
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Cuidados
Continuos
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Práctica asistencial . SEOM Octubre 2013.
32
CONCEPTO DE CALIDAD DE VIDA.
MeTODOS DE EVALUACIoN uTILES
Y DE FaCIL APLICABILIDAD CLiNICA
Dr. César A. Rodríguez Sánchez
Médico Adjunto. Servicio de Oncología Médica.
Hospital Universitario de Salamanca.
Dentro de los ensayos clínicos, estas medidas centradas en el paciente han cobrado
también una especial relevancia y generalmente están incluidas en muchos de los ensayos
fase III, permitiendo evaluar desde parámetros puramente sintomáticos, como el dolor, la
astenia o las náuseas, hasta conceptos más complejos, como la capacidad de llevar a cabo
las actividades diarias.
33
Cuidados
Continuos
y en relación con sus objetivos, expectativas, normas y preocupaciones. Se trata de un concepto muy amplio
que está influido de un modo complejo por la salud física del individuo, su estado psicológico, su nivel de
independencia, sus relaciones sociales, así como por la relación con los elementos esenciales de su entorno”.
• Una dimensión física, entendida como la capacidad de realizar actividades físicas de la vida
diaria, teniendo en cuenta además los síntomas derivados de la enfermedad y su tratamiento.
• Una dimensión psicológica, en relación con el sufrimiento psicológico, la falta de bienestar
emocional, la ansiedad o la depresión y su influencia en las actividades diarias.
• Una dimensión social, que incluye las relaciones del individuo con los demás y las
interacciones con el entorno en el que vive.
Dentro de los ensayos clínicos puede emplearse para valorar el impacto de una
enfermedad en la población, realizar comparaciones entre tratamientos nuevos y otros
ya establecidos o incluso contribuir en la aprobación de nuevas terapias antitumorales 5.
Además, diferentes estudios sugieren que la CVRS puede tener un valor pronóstico en
diferentes tipos de tumores 1,6, ya que una peor CVRS con frecuencia refleja el impacto
de una mayor carga tumoral y/o comorbilidad en pacientes con cáncer avanzado. Por
último, facilita el intercambio de información entre el médico y el paciente, dando lugar
a una comunicación más fluida y permitiendo identificar las áreas de interés individual
así como el grado de satisfacción con los servicios recibidos.
A la hora de medir la CVRS es importante tener en cuenta que los pacientes pueden
cambiar sus percepciones a lo largo del tiempo, como consecuencia de una variación
de sus estándares, de sus valores o de su concepto de calidad de vida en el transcurso
34
Cuidados
Continuos
Por otra parte, aunque existan diferencias estadísticamente significativas en la CVRS dentro de
un ensayo clínico, es importante plantear si estas son clínicamente relevantes. Una diferencia
clínicamente relevante (“meaningful change”) se define como la mínima diferencia en CVRS que sea
capaz de provocar un efecto sobre el tratamiento del paciente. Pueden observarse variaciones en
función de si la CVRS mejora o empeora8, de forma que, en casos de mejoría, pequeñas ganancias
suelen tener un valor significativo y relevante, mientras que cuando empeora la CVRS las pérdidas
suelen ser menos relevantes, quizás debido a que los pacientes tienden a minimizar evoluciones
negativas de su enfermedad. La determinación de esta mínima diferencia relevante ayudará a
determinar el verdadero valor del tratamiento y su efecto sobre el paciente.
Además, para que los cuestionarios de medida de la CVRS puedan ser aplicados de forma fiable, deben
cumplir unas características psicométricas adecuadas: validez (el cuestionario mide lo que realmente quiere
medir), fiabilidad (su aplicación en igualdad de condiciones proporciona resultados similares) y sensibilidad al
cambio (el cuestionario permite medir la existencia de diferencias a lo largo del tiempo)9.
Entre la amplia variedad de instrumentos destinados a medir la CVRS, pueden diferenciarse dos tipos:
genéricos o específicos para una enfermedad particular.
Los instrumentos genéricos pueden ser aplicados tanto a la población general como a grupos específicos
de individuos, con o sin una enfermedad, dado que suelen incluir un amplio espectro de dimensiones de la
CVRS. Según su estructura pueden dividirse a su vez en dos tipos:
35
Cuidados
Continuos
Los instrumentos específicos están destinados a evaluar las diferentes dimensiones de la CVRS en
pacientes con una determinada patología. Aportan una mejor estimación de los síntomas relacionados con la
enfermedad y poseen mayor sensibilidad para detectar mejoras o deterioros en la CVRS a lo largo del tiempo.
Una estrategia común es la combinación de un instrumento genérico con uno específico, con el
fin de cubrir las principales áreas de impacto de la CVRS.
INSTRUMENTOS GENÉRICOS.
• Cuestionario de salud SF-36 (Short Form 36 Health Survey Questionnaire)
Consta de 8 dominios, 4 correspondientes a aspectos físicos (función física, rol físico, dolor general y
salud general) y otras 4 a aspectos del área psíquica o mental (vitalidad, función social,
rol emocional y salud mental). Cada dominio tiene varios ítems que suman en total 36.
Es una herramienta sencilla y suficientemente validada, con una versión disponible en
castellano10. Puesto que no es específica para pacientes con cáncer, constituye una
buena elección en estudios de cribado o con supervivientes. Presenta el inconveniente
de unos mecanismos de puntuación relativamente complicados y la dificultad para
su cumplimentación por los pacientes en algunos ítems. Se ha diseñado una versión
abreviada, el cuestionario SF-12, que puede completarse en 5 minutos.
• EuroQoL-D512
Se trata de una medida genérica, simple, cuyo diseño permite su uso como auto-
cuestionario, ideal para encuestas por correo o para su administración durante la
entrevista clínica. Consta de 3 partes: una descripción del estado de salud del individuo
en 5 dimensiones diferentes (movilidad, cuidado personal, actividades cotidianas, dolor/
malestar y ansiedad/depresión), una puntuación del estado de salud actual a través de
una escala visual analógica y por último una valoración de la preferencia del individuo
por determinados estado de salud hipotéticos sobre una escala visual analógica igual a
la anterior. Es el único instrumento adaptado al español que produce un valor índice para
ser usado en estudios de coste-efectividad.
36
Cuidados
Continuos
Dentro de los instrumentos específicos para medir la CVRS en pacientes con cáncer, se han
diseñado cuestionarios dirigidos a determinados tipos de tumores, como es el caso del cáncer de
pulmón (Lung Cancer Symptom Scale, EORTC QLQ-LC13 o FACT-L), cáncer de mama (EORTC QLQ-BR23
o FACT-B), tumores de cabeza y cuello (EORTC QLQ-H&N37 o FACT-H&N) o cáncer colorrectal (EORTC
QLQ-CR29 o FACT-C). También se han desarrollado cuestionarios sobre tratamientos (por ejemplo, FACT-
EF para pacientes con nutrición enteral o FACT-BMT en trasplante de médula ósea) o síntomas específicos
(por ejemplo, FAACT en caquexia-anorexia o FACIT-F para evaluar el impacto de la astenia).
37
Cuidados
Continuos
En la tabla 1 se resumen las características principales de los cuestionarios empleados con más
frecuencia en los pacientes con cáncer.
Tabla 1.- Resumen de las características principales de los cuestionarios más utilizados en la
evaluación de la CVRS en pacientes con cáncer.
CUESTIONARIOS DE CV GENÉRICOS
Física, emocional, Uso generalizado
36 ítems
SF-36 General funcional, social y
Likert/dicotómicos
Validado en castellano
salud general Puntuaciones altas = mejor CV
Uso generalizado
Física, funcional,
Módulos específicos para
cognitiva, social, 30 ítems
EORTC QLQ-C30 Cáncer
emocional y Likert/dicotómicos
diferentes tipos de tumor
Muy útil en ensayos clínicos
valoración global
Validado en castellano
Física, psicológica,
39 ítems Útil en ensayos clínicos
RSCL Cáncer funcional y
Likert Validado en castellano
valoración global
SF-36: Short Form 36 Health Survey Questionnaire; NHP: Nottingham Health Profile; EORTC
QLQ-C30: Quality of Life Questionnaire, Core 30 de la Organización Europea para la Investigación
y el Tratamiento del Cáncer; FACT-G: Functional Assessment of Cancer Therapy Scale, General;
RSCL: Rotterdam Symptom Checklist; CARES: Cancer Rehabilitation Evaluation System.
38
Cuidados
Continuos
Con este objetivo, el National Institutes of Health (NIH) ha desarrollado un nuevo modelo
conceptual para medir las diferentes dimensiones de la CVRS, Patient-Reported Outcomes
Measurement Information System (PROMIS)15, compuesto por 3 áreas de salud (física, mental y
social), que engloban 9 subdominios y están representados por 38 y 8 bancos de ítems de áreas
específicas en adultos y niños, respectivamente, de los cuales se obtienen un perfil de salud y una
evaluación global estandarizada a través de dominios y poblaciones (Figura 1).
39
Cuidados
Continuos
CONCLUSIONES
La CVRS es un concepto amplio que refleja el nivel de satisfacción del individuo con su salud
y con la influencia de esta sobre su funcionamiento global. Todas las definiciones destacan la
propia percepción del paciente como aspecto fundamental de la CVRS, así como su carácter
multidimensional, que incluye la valoración de síntomas físicos propios del cáncer, los debidos
al tratamiento, los aspectos funcionales (capacidad para realizar actividades cotidianas), los
aspectos psicológicos y los aspectos socio-familiares.
Existen diferentes instrumentos que evalúan la CVRS en los pacientes con cáncer, entre los que
destacan el cuestionario EORTC QLQ-C30 y el Functional Assessment of Cancer Therapy Scale,
General (FACT-G), ambos validados actualmente en la población española. Estas herramientas,
junto a los nuevos cuestionarios adaptativos informatizados, nos permiten conocer mejor la
perspectiva del paciente sobre su estado de salud. Su incorporación en la práctica clínica y su
adaptación a nuestro entorno constituyen puntos importantes a tener en cuenta a la hora de
40
Cuidados
Continuos
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41
DOCENCIA EN CUIDADOS CONTINUOS
Dr. Carlos Camps Herrero
Jefe de Servicio. Servicio de Oncología Médica.
Consorcio Hospital General Universitario de Valencia. Valencia
En nuestro modelo de sociedad, que se corresponde con la de los países desarrollados, el cáncer
es la segunda causa de mortalidad y no cabe duda que en estos momentos se ha convertido en un
problema sanitario de primer orden. Factores tales como los hábitos de vida y el envejecimiento
demográfico condicionan que tanto su incidencia como mortalidad aumenten en términos
absolutos. Por tanto, podemos decir, que a pesar de los importantes avances en la comprensión
y manejo del cáncer de las últimas décadas, sigue siendo uno de los principales problemas de
salud mundial.
43
Cuidados
Continuos
En los últimos años, la Oncología Médica ha experimentado un gran desarrollo con la introducción
de innovadoras técnicas diagnósticas y tratamientos cada vez más eficaces. La biología molecular
está posibilitando un mayor conocimiento de la cancerogénesis, la investigación de factores
pronósticos y predictivos de respuesta, y el desarrollo de terapias dirigidas frente a dianas
moleculares. Todos estos avances están consiguiendo aumentar la supervivencia y curación de
muchos tumores, pero no podemos olvidar la importante toxicidad que producen los tratamientos
y el sufrimiento que pueden ocasionar; incluso debemos considerar los problemas que aparecen
en los largos supervivientes. (3)
Los tratamientos curativos y sintomáticos no son excluyentes entre sí, sino que forman parte de
un todo en el control de los pacientes con cáncer. A pesar de la importancia que los cuidados
paliativos han ido adquiriendo en la práctica médica, los planes de estudio en el pregrado siguen
centrados en la curación del enfermo, se explica poco el control de los síntomas o la comunicación
con el paciente, y nada acerca del proceso de la muerte. Esto hace que surjan sentimientos de
fracaso, impotencia y frustración en el personal que atiende a los enfermos con cáncer o con
otras patologías incurables.
La mejora de la atención de enfermos con cáncer es uno de los retos que tiene planteados la
Sanidad Española. Los instrumentos para responder a las necesidades de los enfermos y de
sus familiares deben focalizarse en el control de síntomas, la información y la comunicación.
Para que esto pueda llevarse a cabo de forma coordinada hace falta un equipo multidisciplinar
con formación adecuada y acreditada. Todo esto justifica la necesidad de realizar una docencia
adecuada de los cuidados en el enfermo oncológico, tanto en pregrado como en postgrado, y que
ésta debería ser impartida siempre por oncólogos médicos con amplia experiencia en paliación,
en colaboración con médicos dedicados a los cuidados paliativos de los pacientes con cáncer y
psicólogos.
44
Cuidados
Continuos
• Por último, podría existir un nivel superior de docencia, que se realizaría en el postgrado,
y que abarcaría conocimientos necesarios para lograr una asistencia clínica especializada
y conocimientos de gestión e investigación en cuidados paliativos del enfermo con cáncer.
Este nivel sería el alcanzado por los médicos que se van a dedicar específicamente a los
cuidados paliativos en enfermos oncológicos.
DOCENCIA PREGRADO
En lo que respecta a la formación del personal sanitario nos encontramos en nuestro país
con una situación que ciertamente resulta paradójica: mientras que la Oncología Médica surge como
especialidad dentro de la Medicina Interna desde hace más de tres décadas, la enseñanza de la misma
en el pre-grado no ha seguido una evolución paralela. Durante muchos años, en las Facultades de
Medicina no se han impartido de forma integrada y coordinada conocimientos sobre la biología y la clínica
del cáncer, ni se ha planteado la capacitación que debería tener un estudiante en torno a este grupo de
enfermedades al terminar sus estudios. Esto es especialmente grave si se tiene en cuenta que el médico
general o de familia es el que atiende en primera instancia al 90% de estos pacientes y el que se va a ver
involucrado en la atención continuada y paliación del 50% de pacientes que no se curan. (4) Hasta hace poco
tiempo, ni siquiera se contemplaba la docencia de la Oncología desde un enfoque integrado, y la Medicina
Paliativa muchas veces no se llegaba ni a mencionar. Resulta difícil creer que un médico pueda terminar
su licenciatura sin conocer los conceptos básicos de los cuidados paliativos, cuando la gran mayoría de
los enfermos que tratará a lo largo de su vida los necesitará en mayor o menor medida. Esto ha ocurrido
en nuestras facultades de manera generalizada hasta hace pocos años, y, desgraciadamente aún sigue
siendo muy frecuente.
Para afrontar el problema de Salud Pública que el cáncer representa se celebró en 1986 en Europa, bajo
los auspicios del Advisors Committee on Medical Training, una mesa redonda sobre “aprendizaje en
cáncer” aportando información sobre la enseñanza del pre-grado en oncología, se concluyó que existía
una falta de uniformidad en los programas de formación y una clara insuficiencia en su contenido. De una
forma más precisa la Comisión Europea en su programa “Europa contra el Cáncer” y la rama educativa
de la EORTC definían un programa que incluía desde la epidemiología, desarrollo del cáncer y principios
de prevención y detección precoz, al manejo y tratamiento del paciente con cáncer, incluidos cuidados
paliativos y de soporte. En 1996 se establece un nuevo plan de acción comunitaria contra el cáncer que se
prolonga hasta el 2002 y cuyos resultados se han revisado posteriormente. En este sentido, en las últimas
décadas la importancia de que todos los estudiantes de medicina aprendan sobre el cáncer y sobre el
cuidado de los pacientes oncológicos se ha visto respaldado por las diferentes sociedades científicas y
universidades, considerándose una asignatura independiente en la mayoría de países y poniendo hincapié
en la trascendencia que la oncología esté impartida por personal cualificado y especializado, como se
recoge en una revisión sistemática de 48 artículos sobre la enseñanza de pregrado en oncología publicada
en 2006 (5).
En Europa, estudios recientes, han objetivado que la formación de pregrado en Oncología Médica en
la Unión Europea presenta importantes diferencias entre países. La Oncología Médica se incluía en el
programa de formación pregraduada en el 56% de los países analizados en el estudio MOSES II (2006),
patrocinado por la European Society for Medical Oncology, que incluye también países que no pertenecen
a la UE. En 2008,el estudio MOSES III encontró que la Oncología Clínica estaba incluida en casi todos los
países con un programa de pregrado unificado (93.3% de los países), en 10 de ellos como una asignatura
45
Cuidados
Continuos
separada y con carácter obligatorio en 13. El curso en donde se incluye la asignatura de Oncología Clínica
era el 4º en 3 países, 5º en 4 países y 6º en 3 países, con un importante número de horas dedicadas a
Oncología / Oncología Clínica (10-87; mediana: 30 horas). (6)
En nuestro medio, en la década de los 90 las distintas Facultades de Medicina de España fueron
incluyendo progresivamente la Oncología en su programa de licenciatura, y desde entonces, se considera
una asignatura de asistencia obligatoria en la mayoría. Podemos decir, que en España, como en el resto
de la UE, se está realizando el proceso de cambio de la formación de pregrado en Medicina desde las
tradicionales Licenciaturas a los Grados adaptados al Espacio Europeo de Educación Superior (Bolonia,
1999). Una de las fuerzas que impulsan la creación del Espacio Europeo de Educación Superior es facilitar
la libre circulación de profesionales. Este cambio introduce la posibilidad de mejorar la formación de
pregrado en Oncología Médica, siguiendo las recomendaciones, de la Comisión Europea.
Para analizar cuál es la situación real de nuestras universidades, en el marco de los trabajos que la
SEOM desarrolla como preparación de las Reuniones de Docentes de Oncología, se ha realizado una
encuesta, dirigida a los decanos de las facultades de Medicina de toda España, con objeto de realizar
un diagnóstico de situación de la formación de pregrado en Oncología Médica, 27 decanos de las 36
facultades de Medicina identificadas contestaron a la encuesta: 20 facultades (55,54%) tienen un
programa específico e independiente, 15 de ellas como obligatoria o troncal y en 5 como optativa. En 9
facultades (25%) el programa de formación en Oncología Médica es específico, pero no independiente,
mientras que en 7 (19,4%) no hay programa específico. En 24 facultades (66,66%) el programa de
formación en Oncología Médica es obligatorio y específico aunque no en todas es independiente. En 5
de las 20 facultades con curriculum específico en Oncología Médica esta asignatura tenía un carácter
optativo, siendo en el resto troncal (título de Licenciatura) u obligatoria (título de Grado). En relación con
los cuidados paliativos, 5 facultades tienen una asignatura específica (2 optativa); en 15 está integrada
en Oncología; en 7 facultades no existe asignatura específica; en 3 está integrada en Geriatría o Onco-
Hematología; y en 6 no disponible. (7)
Actualmente, en España, según la Orden ECI/ 332/ 2008 de 13 de febrero de 2008 por la que se establecen
los requisitos para la verificación de los títulos Universitarios oficiales que habiliten para el ejercicio
de la profesión de médico, y el Real Decreto 1393/2007 de 29 de octubre por el que se establecen
la ordenación de las enseñanzas universitarias oficiales, dentro de los contenidos formativos de
Patología Humana al que se le conceden 110 créditos ECTS se encuentran dos apartados que afectan
a la Oncología Médica:
46
Cuidados
Continuos
De igual forma, otras destrezas necesarias como la comunicación con pacientes al final de la vida y con sus
familias, el manejo integral del duelo y el trabajo interdisciplinario, han sido paulatinamente incorporadas
en los currículos académicos, aunque el contacto del estudiante con la práctica real de los cuidados
paliativos sigue siendo limitado. (11) Diferentes modelos pedagógicos se han propuesto para optimizar la
difusión de una cultura de cuidados al final de la vida en programas de pregrado tanto en medicina como
en enfermería, acompañados de una necesaria profundización en aspectos no técnicos de los cuidados al
final de la vida, como son el desarrollo de destrezas comunicativas y el énfasis en una medicina basada en
el paciente más allá de la enfermedad. En una encuesta nacional de estudiantes de medicina, residentes
y profesores de la escuela médica en los Estados Unidos, menos de 1 de cada 5 alumnos declararon que
habían recibido entrenamiento formal en el cuidado del paciente al final de la vida. Además, casi todos los
residentes y profesores encuestados creían que eran necesarios cambios curriculares para mejorar la
educación en este sentido. (12)
A día de hoy, en Europa, el estudio MOSES III señala, asimismo, que la Medicina paliativa está siendo
lentamente reconocida como una parte indispensable de la enseñanza multidisciplinar de la Oncología a
estudiantes de Medicina, hallando que la Medicina Paliativa formaba parte de la formación de pregrado
en sólo un 28% de los países analizados. Existía como asignatura en el 75% de los países nórdicos, siendo
por el contrario rara en los países mediterráneos. (6).
En los últimos años, en algunas Facultades de Medicina en España se está introduciendo la Medicina
Paliativa como una asignatura independiente o bien dentro del programa de Oncología. La docencia de
esta disciplina debería considerarse como un objetivo prioritario en aquellas facultades donde todavía no
se realiza. Recientemente, se ha publicado un estudio que analiza el panorama actual de la enseñanza de
medicina paliativa en las universidades españolas, revisándose los planes de estudio del grado de medicina
de todas las facultades españolas identificando asignaturas con la denominación «medicina paliativa» o
«cuidados paliativos», se objetiva que 20 de 39 facultades de medicina en 2013 tienen una asignatura con
la denominación cuidados paliativos en su nuevo plan de estudios de grado; en 6 facultades se imparte
como materia única de la asignatura, con una carga docente media de 3 créditos. Cuando se imparte junto
a otras materias (oncología, geriatría o medicina de familia), la carga docente es variable. En 14 centros la
materia se imparte dentro de una asignatura obligatoria y en el resto la asignatura es optativa. Por tanto,
los autores concluyen que la mitad de las facultades de medicina de España incluyen en sus nuevos planes
de estudio una asignatura en la que se impartirá la materia de cuidados paliativos. La medicina paliativa va
incorporándose progresivamente a la formación de los futuros médicos españoles. (13)
47
Cuidados
Continuos
A pesar de que se haya avanzado notablemente en la formación de pregrado en Oncología Médica, se está
todavía lejos de alcanzar las recomendaciones de los docentes de Oncología en España (Córdoba, 2010) (26),
así como de las recomendaciones de la Comisión Europea.
Las recomendaciones por parte de los profesores especialistas en Oncología Médica de nuestro país
son que debería introducirse en toda España un programa sobre Oncología basándose en los
siguientes contenidos: conocer la enfermedad tumoral, su diagnóstico y manejo, y cuidados
paliativos. Podrían impartirse por separado la oncología y los cuidados paliativos. No obstante,
teniendo en cuenta las estrechas relaciones entre ambas materias y los contenidos comunes
teóricos, pero sobre todo, en los aspectos de habilidades, podría ser una asignatura única
con dos partes que se denominará Oncología Clínica y Cuidados Paliativos en el enfermo
oncológico. En este sentido y siendo conscientes de las diversidad de las situaciones en
nuestras Universidades, se proponen dos opciones: una, solo el programa de Oncología
Clínica, pero incluyendo temas de soporte y paliativos, u otra un programa con dos partes,
más amplio, en el que una primera es de Oncología clínica y una segunda parte de Cuidados
paliativos oncológicos.
Ya hemos comentado previamente que en el pregrado la enseñanza de Medicina Paliativa tendría un nivel
básico o de impregnación. Los conocimientos de cuidados continuos en el paciente oncológico que se
recomiendan adquirir son:
• Historia,
Principios y Bases de la Medicina Paliativa. Conceptos generales. Enfermedad no
curable y fase terminal. Terapia de soporte y cuidados continuos
• Informacióny Comunicación eficaz con paciente y familia. Cómo dar las malas noticias.
Proceso de adaptación a la enfermedad terminal: reacciones emocionales.
• Principios
generales del control de síntomas. Uso de fármacos en cuidados paliativos. La vía
subcutánea.
• Dolor oncológico: Epidemiología, Fisiopatología, Evaluación y Estrategia terapéutica.
• Epidemiología, Fisiopatología, Evaluación y Estrategia terapéutica de los Síntomas Generales:
Caquexia-Anorexia, astenia, pérdida de peso. Fiebre tumoral. Prurito.
• Epidemiología, Fisiopatología, Evaluación y Estrategia terapéutica de los síntomas
Gastrointestinales:
Boca seca/dolorosa. Disfagia. Síndrome de aplastamiento gástrico. Náuseas y vómitos.
Estreñimiento. Diarrea. Tenesmo rectal. Manejo de la obstrucción intestinal.
• Epidemiología, Fisiopatología, Evaluación y Estrategia terapéutica de los síntomas respiratorios.
48
Cuidados
Continuos
DOCENCIA POSTGRADO
Los cuidados paliativos sólo se recomiendan como especialidad independiente en países de
centro Europa. En este campo en Europa existe una necesidad crítica de programas de
formación con estándares internacionales y nacionales.
49
Cuidados
Continuos
En nuestro país, siguiendo el ejemplo de los Estados Unidos de América, en 1970 se creó la
Sociedad Española de Oncología (SEOM), como sociedad multidisciplinar de oncología clínica de
ámbito nacional. El reconocimiento oficial de la especialidad de Oncología Médica fue solicitado
en julio de 1977 a los Ministerios de Educación y de Sanidad, cuya acción iba a ser decisoria en la
redacción del Real Decreto 2015/1978 de 15 de Junio por el que se regula la obtención de títulos de
especialidades médicas. La Oncología Médica fue reconocida en España al promulgarse el citado
Real Decreto, convirtiéndose así en uno de los primeros países de la Unión Europea que apostó por
la docencia reglada y programada de la Oncología Médica. Así, la primera convocatoria de plazas de
formación de la especialidad fue en 1978 y comenzaron a formarse los primeros oncólogos médicos
españoles mediante un programa de residencia. La primera Comisión Nacional de Oncología Médica
se constituyó en abril de 1979. Coincidiendo con la publicación del Real Decreto 127/ 1984 de 11 de
enero por el que se regula la formación médica especializada y la obtención del título de Médico
Especialista. Desde entonces, la evolución de la Oncología Médica ha sido vertiginosa.
• Realizar una historia dirigida y global para el control de síntomas al final de la vida.
• Diagnosticar e iniciar el tratamiento de los síntomas del paciente en las últimas fases de la
vida.
• Aplicar las escalas del dolor e iniciar el tratamiento.
• Conocer las indicaciones de los diferentes tratamientos invasivos y no invasivos para el
control del dolor.
• Evaluar el grado de dependencia y limitación funcional.
• Evaluar y prevenir la sobrecarga del cuidador.
Los Servicios de Oncología Médica, en cooperación con otras estructuras asistenciales, deben
ofrecer una atención integral al paciente con cáncer en todas las fases de la enfermedad; desde
el mismo momento del diagnóstico hasta las fases avanzadas, incluyendo la atención en la etapa
final de la vida. Actualmente, la necesidad de atención paliativa contra el cáncer es mayor que
nunca, no obstante, se necesitan más esfuerzos para realizar la integración de los cuidados
50
Cuidados
Continuos
paliativos en el modelo y visión de la atención integral del cáncer, así como un mayor interés
en la docencia de nuestros especialistas para mejorar sus habilidades y capacidades en
comunicación, para proporcionar una mejora en la toma de decisiones en pacientes con
neoplasias avanzadas, dotándoles durante su etapa formativa de herramientas para superar
las barreras que impiden una correcta atención de nuestros enfermos en consonancia
con los objetivos de nuestros pacientes y una práctica clínica basada en la evidencia. Todo
residente de oncología debe aprender a tratar la sintomatología asociada a los enfermos con
cáncer en los distintos periodos evolutivos de la enfermedad, siendo fundamental la docencia
específica en cuidados paliativos, y recomendándose rotatorios específicos en unidades
especializadas. (16)(17)
Además de estas rotaciones, todo residente de Oncología Médica sería deseable complementar
la formación a través de la realización de cursos monográficos sobre distintos aspectos de los
cuidados continuos y comunicación. En este sentido desde el grupo de Cuidados Continuos
de SEOM se realiza en Valencia desde 2005 un simposio anual para residentes, en el que
asisten aproximadamente 90 participantes al año, y en el que se tratan temas sobre el
manejo de síntomas y terapia de soporte en el paciente oncológico, así como habilidades
comunicativas y de relación con el enfermo, que como se ha dicho son imprescindibles en la
formación curricular del residente de oncología médica.
DOCENCIA CONTINUADA
En el campo de los cuidados paliativos en una encuesta de situación realizada para realizar
la Estrategia en Cuidados Paliativos del Sistema Nacional de Salud (Ministerio de Sanidad y
Consumo en 2007), trece CC.AA. informaban sobre actividades de formación continuada. En
once de ellas se realizaban diversos cursos, talleres y seminarios de nivel básico, la mayoría
presenciales, dirigidos fundamentalmente a médicos y enfermeras. Once CC.AA. informaban
sobre actividades relacionadas con especialistas en formación, particularmente de medicina
familiar y comunitaria. Durante los años 2007 y 2008 en España, recibieron formación de
nivel básico 12.809 profesionales sanitarios, de nivel intermedio 1.545 y de nivel avanzado
479, correspondiendo en su mayor parte a profesionales de medicina y de enfermería. Se ha
considerado formación básica a la realización de cursos específicos de entre 20 y 40 horas de
duración. En la formación intermedia se han incluido cursos de 40-80 horas, acreditados, cursos
de Tercer Ciclo (Doctorado) y estancias de 1-2 meses en Unidades de Paliativos. Por último se
ha considerado formación avanzada a la realización de cursos Máster y de Estancias iguales o
superiores a 3 meses en Unidades de Cuidados Paliativos. (18)
• Launiversidad de Cantabria que desde 1989 imparte anualmente un Curso Monográfico del
Doctorado titulado “Medicina Paliativa: la atención al paciente no curable”.
• La Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid, organiza el Máster en Cuidados
Paliativos y tratamiento de Soporte del enfermo neoplásico que se imparte anualmente
desde 1994.
51
Cuidados
Continuos
La formación continuada de los especialistas es crítica en una especialidad en la que los avances en
diagnóstico, estadiaje y métodos de pronóstico y tratamiento evolucionan rápidamente. La formación
médica continuada en oncología está impulsada por distintas instituciones en cada país. Algunos ejemplos
de instituciones que se encargan, impulsan y establecen la formación médica continuada para que los
profesionales en oncología se beneficien de ella son los Sistemas Nacionales de Salud, las asociaciones
médicas, las universidades, las sociedades científicas o los hospitales, entre otros. La manera de obtener
una formación óptima en cuidados continuos y tratamiento de soporte, es por tanto, a través de:
Los programas de formación continuada en Oncología médica para especialistas tienen como objetivo
principal el de mejorar su capacitación para un correcto ejercicio profesional, acorde con los progresos
que van produciéndose en cuanto a la prevención, diagnóstico precoz, patogenia, diagnóstico y tratamiento
de las enfermedades oncológicas, así como en los avances tecnológicos e insistiendo en los cuidados
de soporte y paliativos.
52
Cuidados
Continuos
Entre las actividades que lleva a cabo SEOM destacar el simposio en cuidados continuos que
se realiza desde 2010 cada dos años, así como la puesta en marcha de jornadas intensivas,
cursos y plataformas on-line, como el curso que organiza E-oncología y la Sociedad Española de
Oncología Médica centrado en el enfoque multidisciplinar de tratamiento de soporte y cuidados
paliativos, cuyo objetivo es mejorar la calidad de vida de los pacientes a través de la prevención y
el alivio del sufrimiento con la impartición de esta actividad formativa dirigida a los profesionales
médicos.
Aunque en los últimos años se está consiguiendo una mayor sensibilización del colectivo médico
hacia los cuidados continuos en el paciente con cáncer, todavía no se ha alcanzado la importancia
que debiera tener como disciplina. Las unidades de cuidados continuos deben adoptar las medidas
necesarias para facilitar la realización de actividades de formación continuada y de investigación
y docencia de sus profesionales, desarrollando un programa de formación continuada para
la actualización de su personal en los conocimientos relativos a calidad asistencial, debe
desarrollar una oferta docente que se integre en el programa de formación continuada dirigido a
los facultativos del hospital, dedicados o no a los cuidados paliativos. (19)
CONCLUSIONES
La enseñanza de los Cuidados Paliativos, aunque ha progresado desde mediados de los años
ochenta, requiere todavía una mayor atención y un mayor impulso. El desarrollo de programas de
entrenamiento que identifiquen la complejidad y necesidad de la interdisciplinariedad, demandan
una re-comprensión del fenómeno del sufrimiento y de la muerte en nuestra sociedad, es
fundamental adquirir conocimientos necesarios sobre la atención integral en soporte, cuidados
paliativos y cuidados al final de la vida.
53
Cuidados
Continuos
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54
Cuidados
Continuos
55
Objetivos y Planificacion de la
Investigacion en Cuidados Paliativos
Dr. Javier Espinosa Arranz
Jefe de Sección. Servicio de Oncología Médica.
Hospital General de Ciudad Real. Ciudad Real
Los Cuidados Paliativos se realizan a través de cuatro elementos básicos: una buena comunicación,
un control adecuado de los síntomas, diversas medidas para aliviar o atenuar el sufrimiento, dar
apoyo a la familia antes de la muerte y durante el proceso del duelo. Por tanto, la investigación
en esta esfera de la Medicina tiene que desarrollarse en dichos elementos.
57
Cuidados
Continuos
Investigar con todo lo que tenga que ver, directa o indirectamente, con la posibilidad de aportar más
bienestar es un objetivo loable. Para la mayoría de clínicos el método experimental, especialmente
en el campo de la investigación médica es el único método fiable para demostrar determinadas
hipótesis. Esto dificulta en parte la investigación y desarrollo ciertos tratamientos en el campo de los
CP, tales como las terapias alternativas puesto que se desconoce el mecanismo de acción de gran
parte de ellas.
El equipo investigador debe respetar la autonomía de los pacientes mediante una información veraz y
continua, exponiendo con claridad los objetivos del estudio y las opciones. Es preciso formular un plan
de cuidados que deberá consensuarse con el enfermo. Es vital escuchar las prioridades y objetivos el
paciente, uno de los principales pilares de la medicina paliativa. Debe respetarse la opción de poder
retirarse en cualquier momento de la investigación. Se deben evaluar las ventajas del tratamiento
(beneficencia), los riesgos (no maleficencia), y respetar su derecho al mejor tratamiento existente
posible (justicia). Debe siempre respetarse la dignidad del enfermo durante toda la investigación,
buscando aliviar su dolor y sufrimiento por encima de los intereses del estudio. Y sobre todo respetar
su autodeterminación. La información será nuestra mejor aliada para lograr3la adherencia del paciente
paliativo a los futuros estudios. En este sentido, los autore Roy y McDonald describen algunas de las
peculiaridades de la investigación en CP en las que inciden los componentes éticos:
• El objetivo, que siempre ha de estar correlacionado con conceptos como bienestar, calidad de
vida o con factores que los condicionen.
• Vulnerabilidad. Suelen ser pacientes muy frágiles, con mucha dependencia emocional de los
profesionales y con una gran confianza depositada en ellos, lo que les hace más susceptibles a
determinadas propuestas, aunque éstas no vayan a tener un beneficio directo para ellos. Riesgo
potencial de manipulación.
• Competencia. Los participantes en la investigación deben comprender sus opciones y ser capaces
de tomar una decisión y comunicarla. A veces los profesionales tienen dificultad en apreciar déficits
enmascarados de la función cognitiva, lo que cuestionaría la validez del consentimiento dado.
• Inestabilidad clínica, con polifarmacia y con riesgos de yatrogenia.
58
Cuidados
Continuos
Una vez planteado el problema y la magnitud de mismo hemos de analizar ciertas cuestiones
problemáticas que pueden aparecer en la investigación en CP:
• Existe el riesgo de tratar a los pacientes y sus familias meramente como medios para un fin
investigador, contraviniendo por tanto la filosofía de los CP.
• Para el profesional de CP es fundamental salvaguardar el bienestar del paciente y esto se
ace desde un contacto personalizado con el mismo; sin embargo la naturaleza impersonal
del método experimental conlleva una despersonalización implícita, lo que puede conducir
a lo denominado como conflicto de rol, pues en ocasiones entran en contradicción algunos
procedimientos u objetivos del estudio con el objetivo paliativo del bienestar del paciente.
• El consentimiento informado puede resultar problemático. En ocasiones éste puede estar
influenciado por el estado emocional del paciente sin ser un consentimiento como tal.
• Los pacientes de los CP son vulnerables y cabe la posibilidad de que al firmar el consentimiento
informado se creen una espectativa personal de mejora al participar en la investigación. Es
por ello por lo que debemos informar muy bien a nuestros pacientes para que no se creen
falsas expectativas
• En investigación cualitativa los investigadores argumentan que el hecho de dedicar tiempo
y atención al paciente suele ser vivido como positivo por los pacientes; sin embargo, también
puede ser una experiencia estresante. En ocasiones, determinadas preguntas a familiares,
por ejemplo, han suscitado crisis emocionales al constatar los sujetos déficits importantes
que, hasta aquel momento, su no conciencia les hacía no vivirlo como problema.
Para cuidar la moralidad de todo el proceso, sugerimos tener en cuenta las siguientes pautas y
reflexiones:
• Los pacientes tienen derecho a participar en la investigación, lo cuál puede añadirles sentido
a sus vidas, al realizar una contribución positiva al bien común y público.
• La competencia del sujeto para otorgar consentimiento informado debe estar asegurada.
• Debemos preguntarnos explícitamente si la participación en la investigación compromete el
objetivo de mejora de bienestar del paciente, pues ésta es la primera prioridad.
• En este sentido, habrá que cerciorarse que no ser elegido un sujeto para un estudio o su
negativa a participar en el mismo no tiene efectos indeseados en cuanto al futuro cuidado
que se le aplique. No olvidemos que el tiempo, por ejemplo, es un recurso limitado que,
empleado en una actividad investigadora, deja de emplearse en otras más directamente
asistenciales.
• Si la participación en un ensayo se asocia a riesgos apreciables como por ejemplo el desarrollo
de efectos medicamentosos adversos, el procedimiento debe contar con mecanismos para
detectar esos efectos lo antes posible, asegurando al paciente la posibilidad de renegociar y
rechazar su participación a lo largo del proceso.
• Siempre serán preferibles los procedimientos observacionales frente a los invasivos.
• Es aconsejable, con permiso del paciente, informar a y buscar el acuerdo de los familiares,
para evitar posibles y futuros conflictos.
59
Cuidados
Continuos
• Sería muy conveniente que los equipos que comenzaran o realizaran investigación en CP
realizaran talleres o cursos acerca de las cuestiones éticas y no sólo metodológicas en
investigación en CP.
• Los ensayos clínicos han de pasar obligatoriamente por la autorización de un Comité de
Ensayos Clínicos. Para otro tipo de investigaciones sería muy aconsejable contar con un
informe de valoración de un Comité de Bioética, también conocidos como Comités de Ética
para la Asistencia Sanitaria (CEAS).
4
Daniel Callahan propone que la medicina paliativa configure un ideal médico de la misma
categoría que el de la erradicación de las enfermedades y, por tanto, la investigación sobre el
proceso de morir y el alivio del sufrimiento humano, constituyen un imperativo de investigación
tan importante y urgente como el estudio científico que se lleva a cabo en, pongamos, neurocirugía
u otra especialidad de la medicina. Toda una invitación a seguir investigando en nuestro ámbito.
Una última consideración. La dominación del modelo de ciencia básica en medicina ha llevado
a los clínicos a buscar conocimiento basado en datos duros, con un cierto desprestigio de otras
realidades más inobjetivables y más difíciles –que no imposibles– de evaluar, como pueden
ser los aspectos emocionales, los espirituales o los valores. La separación de datos duros
y blandos deriva de la separación del cuerpo del paciente de la biografía del mismo. Los CP
surgen como un desafío a la separación de cuidar y curar, de paciente y familia y de objetividad
clínica y compasión humana. La intervención clínica no puede estar únicamente basada en la
“medicina basada en la evidencia”, pues esto llevaría a una consideración parcial de la persona
(su organismo, sus síntomas) y a prescindir de otras variables, como son las afectivas5 o las
propiamente morales, tan importantes en la relación clínica con estos pacientes. Se trata de
dar un sí al rigor metodológico y un no rotundo a la rigidez clínica del protocolo que, en último
término, es un medio, pero nunca un fin en sí mismo.
PERSPECTIVAS FUTURAS
Finalmente, hemos de planificar una investgación en CP que sea factible y fácilmente reproducible.
Así es necesario formar comités multidisciplinares dentro de las distintos Hopitales integrados
por todos los especialistas que traten pacientes oncológicos en fase terminal y que sea el seno
de estos donden se gesten hipótesis, fuente de investigación.
60
Cuidados
Continuos
Desconocemos las implicaciones que puede tener la personalidad de los pacientes en la fase
final de su vida. No existen estudios descriptivos que analicen los distintos aspectos de la
personalidad y su influencia en la fase final de la vida y en la elaboración del duelo.
Tambien tenemos que extender la investigación a los cuidadores. Es nuestra obligación ofrecer
bienestar a los familiares de nuestros pacientes. Debemos estudiar cómo influye tambien la
personalidad de estos en la elaboración del duelo, en el afrontamiento de las noticias, en la
capacidad de controlar el estrés que pueda suponer ver como la enfermedad va deteriorano al
paciente.
Podemos concluir que la investigación en CP ha sido escasa en los últimos años por diversas
cuestiones. El campo de los cuidados paliativos es tremendamente atractivo y la investigación
es necesaria para ofrecer el máximo bienestar a los pacientes. Esta investigación tiene sus
peculiaridades inherentes al campo de estudio, lo cual la hace exclusiva, siendo su máximo
exponente buscar el bienestar en la esfera espiritual, emocional y física de los pacientes y
ciudadores.
61
Cuidados
Continuos
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62
AREA DE
CUIDADOS
CONTINUOS
Terapias paliativas especIficas
en OncologIa
Dra. Pilar García Alfonso
Jefe de Sección. Servicio de Oncología Médica.
Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Madrid
La incidencia del cáncer en España en 2012 ha sido de 215.534 casos, con una tasa estandarizada por
edad de 215,5 casos por 100.000 habitantes por año, según datos GLOBOCAN 2012. La predicción para
2015 es de 227.076 casos, con un crecimiento de nuevos casos que se produce en mayor medida a costa
de la población mayor de 65 años. La tendencia mundial en los países occidentales es la disminución de
la mortalidad de los tumores de mayor incidencia.1 Sin embargo la OMS estima que en 2020 habrá 20
millones de personas con cáncer de las que el 55% de los pacientes morirán por dicha enfermedad.
Por lo tanto se calcula que 11 millones de pacientes en el mundo y más de 100.000 pacientes en
España, se enfrentarán a una estrategia terapéutica meramente paliativa y que la mayor actividad
asistencial de los oncólogos médicos seguirá teniendo una intención paliativa. Sin embargo, no
curar no significa que los tratamientos oncológicos específicos utilizados no consigan un gran
beneficio en el paciente. Para estos pacientes en los que la curación no es posible el objetivo es
la “cronificación” de la enfermedad, ya que los tratamientos oncológicos específicos obtienen un
claro incremento en supervivencia global, en supervivencia libre de progresión y en calidad de
vida. Un claro ejemplo de esta situación es el cáncer de colon en el que la quimioterapia paliativa
asociada a terapia biológica ha conseguido doblar la mediana de supervivencia de los pacientes con
enfermedad metastásica.
Dentro del concepto de ¨Cuidados Continuos¨ del paciente oncológico, los cuidados paliativos
están presentes en todas las fases de la enfermedad sin posibilidad de curación. Sin embargo,
cuando el paciente llega a un punto en el cual ya no puede justificarse el tratamiento oncológico
específico los cuidados paliativos pasan a ser el enfoque total de atención, administrándose para el
alivio de los síntomas y los problemas emocionales del cáncer.
65
Cuidados
Continuos
CIRUGÍA PALIATIVA
A pesar de los avances actuales en el campo de la radioterapia, la quimioterapia y las terapias dirigidas, la
cirugía oncológica continúa siendo una parte fundamental en el manejo multidisciplinar de los pacientes
con cáncer. Aunque acostumbramos a asociar la cirugía oncológica con el tratamiento curativo y radical
del cáncer, ésta juega un papel importante y específico en el manejo paliativo de los pacientes con tumores
malignos avanzados. La cirugía paliativa agrupa un conjunto de procedimientos empleados con intención no
curativa con el único objetivo de mejorar los síntomas del paciente contribuyendo a mejorar su calidad de
vida aunque con ello no se logre, en la mayoría de las ocasiones, un aumento de la supervivencia.5 La terapia
quirúrgica en el contexto paliativo entraña la toma de decisiones complejas entre las que se deben tener en
cuenta factores como la edad del paciente, la agresividad del tumor, la extensión local de la enfermedad,
la esperanza de vida y la gravedad de los síntomas. Hay que tener presente que la mayor parte de estas
intervenciones se asocian con elevadas tasas de morbilidad y mortalidad muy probablemente debido a la
fragilidad de los pacientes y a factores de riesgo específicos como la desnutrición severa. Por todo ello,
cuando se considera la cirugía paliativa en pacientes con cáncer, riesgos de complicación, morbilidad y
mortalidad deben sopesarse frente a los beneficios potenciales en términos de control de los síntomas.6
Las situaciones en las que esta forma de tratamiento está indicada son numerosas:
• Cirugía de resección y/o derivación intestinal: Indicada en el caso de obstrucción intestinal por
tumores digestivos o ginecológicos avanzados. En el caso de la obstrucción intestinal total, la
cirugía representa la única alternativa de tratamiento para el alivio sintomático. En pacientes
con cáncer de colon siempre que sea posible es preferible llevar a cabo la resección del tumor
primario y la reconstruccióndel tránsito intestinal mediante anastomosis primaria. El manejo
de las pacientes con cáncer de ovario es más complejo ya que con frecuencia la obstrucción
intestinal afecta a distintos puntos del tracto digestivo resultando obligada la realización de
resecciones amplias o de ostomías múltiples. En los casos en los que la cirugía no sea posible puede
valorarse la colocación de una endoprótesis enteral por vía endoscópica con el fin de restituir el tránsito
intestinal disminuyendo la morbi-mortalidad que conlleva la cirugía. La inserción de prótesis no solo
está contemplado en los tumores colorrectales y ginecológicos sino que también se emplean en la
disfagia maligna, en los tumores gastroduodenales y pancreáticos irresecables y en el tratamiento de
las fístulas esófago-bronquiales. Aunque se trata de un procedimiento poco invasivo no está exento de
complicaciones siendo las más frecuentes la perforación y la migración de la prótesis.6
• Cirugía para el control de hemorragias: El control del sangrado tumoral puede llevarse a cabo
mediante técnicas endoscópicas, radiológicas o a través de la ligadura quirúrgica de los vasos
sanguíneos. Existen determinados factores que pueden favorecer el sangrado:7
- El desarrollo del tumor en áreas con una alta concentración de vasos sanguíneos
(tumores de cabeza y cuello y del sistema nervioso central).
- Tratamiento con fármacos que, como efecto secundario, pueden favorecer el sangrado
(bevacizumab).
66
Cuidados
Continuos
• Cirugía antiálgica: Debe ser considerada en pacientes con una esperanza de vida superior
a 6 meses, con un estado general lo suficientemente bueno para soportar la intervención
y siempre después de haber agotado tratamientos menos agresivos que implican el uso
de medicación analgésica y la realización de bloqueos nerviosos.8
• Otras técnicas: Se trata de intervenciones poco invasivas que contribuyen a mejorar enormemente
la calidad de vida del paciente y entre las se incluyen la traqueotomía para asegurar
la ventilación pulmonar; la gastrostomía para asegurar la nutrición del paciente, la
evacuación de líquido pericárdico, pleural o abdominal y la realización derivaciones de la
vía biliar o urinaria.
A pesar de que la cirugía paliativa es una parte importante de la práctica oncológica los estudios
realizados en este campo son insuficientes.
RADIOTERAPIA PALIATIVA
La radioterapia con intención curativa y como única modalidad terapéutica se utiliza en la enfermedad
de Hodgkin en estadios localizados, en estadios localizados de algunos tumores de cabeza y cuello,
cáncer de próstata, tumores ginecológicos, tumores cerebrales y algunos tumores de piel. En general la
radioterapia forma parte del tratamiento multidisciplinario en combinación con cirugía y/o quimioterapia.
Puede utilizarse como tratamiento paliativo de muchos tumores para aliviar la sintomatología y las
complicaciones generadas por estos. Está indicada su utilización para tratar hemorragias, obstrucción de
órganos y dolor visceral refractario.
Es especialmente eficaz como analgesia en las metástasis óseas dolorosas y para prevenir fracturas.
Además mejora de la compresión de raíces nerviosas o de la médula espinal. Tiene un papel reconocido
en las metástasis cerebrales. La radioterapia holocraneal paliativa además de reducir los síntomas
neurológicos obtiene un incremento en la supervivencia y una disminución en la probabilidad de muerte
por causa neurológica. El desarrollo tecnológico permite administrar nuevas técnicas como la braquiterapia
endobronquial en cáncer de pulmón planificada mediante TAC 3D, que obtiene una rápida mejoría de la
ventilación y/ o de la hemoptisis en casos de tumores endobronquiales.9
Las dosis empleadas para el tratamiento paliativo son menores que las utilizadas en el tratamiento curativo
y conllevan menos efectos secundarios. También pueden utilizarse en casos de urgencias oncológicas
como son la compresión medular, obstrucción de vías aéreas o en el síndrome de vena cava superior.
67
Cuidados
Continuos
QUIMIOTERAPIA PALIATIVA
La quimioterapia paliativa es el procedimiento terapéutico habitual de la mayoría de los tumores
sólidos no susceptibles de cirugía radical, sobre todo cuando se encuentran en etapas avanzadas,
particularmente cuando hay metástasis. La quimioterapia al reducir el tamaño tumoral puede
prolongar la supervivencia global y la supervivencia libre de progresión mejorando la calidad de
vida y controlando los síntomas. La utilización de los diferentes esquemas de quimioterapia
dependerá de muchos factores dependientes del estado general del paciente y de la
agresividad tumoral, que nos lleven a la elección del esquema más adecuado capaz de
controlar el crecimiento tumoral con la menor toxicidad posible.
HORMONOTERAPIA PALIATIVA
El tratamiento con hormonas es comúnmente utilizado en el manejo del paciente paliativo. Sus
indicaciones principales se basan en:
A diferencia de la quimioterapia, el tratamiento hormonal tiene una acción más selectiva ya que
detiene el crecimiento tumoral mediante la inhibición de receptores hormonales específicos o
de factores de crecimiento que estimulan a la célula tumoral. Esta acción más dirigida favorece
su indicación en pacientes frágiles al ser tratamientos cuyo perfil de efectos adversos es bien
tolerado.
68
Cuidados
Continuos
Los corticoides se emplean frecuente para el alivio de los síntomas del paciente paliativo
(anorexia, astenia, disnea, disfagia, hipercalcemia, emesis, obstrucción intestinal, compresión
medular, síndrome de vena cava superior...). Aunque sus indicaciones son amplias es
importante seleccionar adecuadamente la dosis y el tiempo de tratamiento, monitorizando
en todo momento los efectos secundarios derivados de su uso.
69
Cuidados
Continuos
Salvo en casos de alteraciones genéticas claves como el GIST, donde el Imatinib ha sido
paradigmático en su eficacia, el tratamiento más eficaz de los biológicos es en combinación
con la quimioterapia. Esta combinación incrementa la eficacia de estos esquemas, sin
embargo, a pesar de su mayor eficacia, suelen tener la intención de controlar la enfermedad
y debiendo ser considerados tratamientos paliativos. Estos fármacos pueden actuar a nivel
de la membrana (anticuerpos monoclonales e inhibidores de la tirosinquinasas), a nivel
intracelular (inhibidores de tirosinquinasas, del proteosoma, de la farnesiltransferasa,
de mTOR, del ciclo celular, de la deacetilasa de histonas y terapia génica), atacando el
entorno del tumor (inhibidores de la angiogénesis, de las metaloproteasas y de la matriz
extracelular) o activando el sistema inmunológico del huésped. 14
Los fármacos biológicos de mayor interés son los que tienen biomarcador predictivo
de respuesta (tabla 1) si bien hay otros fármacos con gran impacto clínico como los
antiangiogénicos (bevacizumab, aflibercetp, regorafenib, sunitinib, etc..) que no tienen
biomarcador.
En el caso del melanoma, la inmunoterapia con IFN e IL-2 alcanza una tasa de respuesta
del 30%. En el carcinoma renal, el IFN y la IL-2 forman parte del arsenal terapéutico a
utilizar inicialmenteen el tratamiento paliativo de la enfermedad avanzada. Otro tratamiento
eficaz con inmunoterapia es el ipilimumab, anticuerpo monoclonal humano que se une al
antígeno tipo 4 del linfocito T humano, bloqueando la interacción con sus ligandos activando
de esta manera la proliferación de células T. En combinación con quimioterapia en primera
línea de melanoma metástasico ha incrementado la eficacia del tratamiento.14
70
Cuidados
Continuos
CONCLUSIÓN
Las terapias paliativas específicas oncológicas tienen una eficacia reconocida al controlar, no solo
la sintomatología del paciente, sino también al incrementar la supervivencia global mejorando
la calidad de vida. Sin embargo, la recomendación actual es la integración del tratamiento
oncológico estándar con el cuidado paliativo de manera temprana en el curso de la enfermedad
de los pacientes diagnosticados de enfermedad tumoral metastásica y/o alta carga sintomática
de optimizar los cuidados del paciente.15
71
Cuidados
Continuos
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72
EMESIS EN ONCOLOGiA
Dr. Enrique Aranda Aguilar
Jefe de Servicio. Servicio de Oncología Médica.
Hospital Universitario Reina Sofía. Córdoba
Los tratamientos aplicados en oncología tienen como finalidad la eliminación de todas las
células tumorales pero en ese objetivo hay que tener en cuenta los efectos secundarios
de cada uno de los tratamientos, que en la situación más extrema pueden dar lugar a una
muerte tóxica.
Afortunadamente se han producido grandes avances que podemos resumir en: conocimiento
de la fisiopatología e identificación de neurotransmisores, desarrollo de modelos animales
para el estudio preclínico, uniformidad en los estudios clínicos con fármacos antieméticos
con criterios de evaluación de eficacia aceptados y publicación de guías clínicas que
orientan en el tratamiento preventivo de esta toxicidad.
73
Cuidados
Continuos
• Dependientes del paciente: la edad (pacientes jóvenes), sexo (mujer), historia de cinetosis,
consumo de alcohol, experiencia de emesis en tratamientos previos.
Los fármacos citotóxicos de dividen en cuatro categorías según su capacidad emetógena, sin
profilaxis antiemética (Tabla 1):
74
Cuidados
Continuos
(Modificado de3)
75
Cuidados
Continuos
Son los que aparecen antes de la administración de quimioterapia. Este efecto tóxico se explica
como un reflejo condicionado (pauloviano); se relaciona con una experiencia negativa pasada:
tratamientos previos, llegada al hospital, estímulos visuales y olfativos de la consulta o del
hospital de día.
Aguda: Es la que aparece desde varios minutos después de iniciado el tratamiento hasta las
primeras 24 horas, con un picomáximo entre las 5 – 6 horas.
Diferida o prolongada: Aquella que aparece de forma tardia, relacionada con la aparición de segundos
metabolitos de los fármacos. Se ha descrito en pacientes que reciben esquemas con ciclofosfamida.
Por fallo de tratamiento: Aparece a pesar de haber instaurado un tratamiento preventivo y requiere
tratamiento de rescate.
NEUROFISIOLOGÍA DE LA EMESIS
Las náuseas y vómitos secundarios a la administración de quimioterapia pueden desencadenarse
por varios mecanismos
• Central, con estímulo de Zona gatillo quimioreceptora (CTZ), localizada en el área postrema,
suelo del IV ventrículo que recibe estímulos a través de la sangre y LCR. Posee receptores de
dopamina, serotonina, neurocinina 1, histamina y muscarínicos.
Una vez activada, libera neurotransmisores que estimulan el Centro del vómito, en la cercanía
del núcleo del tracto solitario, que es la zona efectora y desencadena la emesis. Recibe estímulos
de CTZ, (vestíbulo, corteza cerebral y tracto digestivo).
• Se ha descrito un mecanismo adicional por estímulo directo de los fármacos en el área postrema 1,6.
76
Cuidados
Continuos
Ondansetron: Puede administrarse por vía oral o iv. con una biodisponibilidad del 90%, se
une a proteínas plasmáticas y tiene una vida media de tres horas. Los efectos secundarios
más frecuentes son: cefalea, estreñimiento, elevación de enzimas hepáticas, enrojecimiento
facial y abdominal o reacciones de hipersensibilidad.
Granisetron: Este fármaco puede administrarse por vía oral, iv o transdérmica. Tiene una
vida media de 9 h, con una biodisponibilidad del 60%. Se metaboliza en hígado.
Tropisetron: Se absorbe bien y alcanza l máxima cocentración a las tres horas. La vida media
depende del tipo de metabolismo de la esparteína / debrisoquina, con una variabilidad de 8 a
45 horas. La biodisponibilidad depende de la dosis administrada.
La dosis recomendada es de 5 mg (oral o iv) antes de la quimioterapia.
Dolasetron: Se absorbe bien por vía oral, con una vida media de 7 – 9 horas. No se recomienda
la vía iv por el riesgo de arrtimias. La dosis es de 100 mg.
77
Cuidados
Continuos
Palonosetron: Representa una segunda generación de antagonistas de receptores 5 HT3. Induce una
internalización del receptor de la serotonina, con una inhibición prolongada, mantiene su acción hasta
40 horas. Actúa sinérgicamente con los fármacos inhibidores de neurokinina-1.
La dosis es de 0,25 mg por vía iv 30 minutos antes de la QT. No requiere ajustes de dosis
en ancianos.
Aprepitant: Administrado por vía oral durante tres días, junto con ondansetron y dexametasona,
ha demostrado mejorar el control de la emesis aguda y retardada inducida por quimioterapia
altamente emetógena y moderadamente emetógena.
La pauta habitual es 125 mg vía oral una hora antes de la quimioterapia (día 1) y 80 mg vía oral
los días 2º y 3º. Los efectos secundarios más frecuentes son: hipo, anorexia, estreñimiento,
astenia cefalea y elevación de transaminasas.
Interacciona en el metabolismo de otros fármacos. Aumenta las concentraciones plasmáticas
de los fármacos metabolizados por CYP3A4: corticosteroides (reducción de dosis oral 50% e
intravenosa 25%), midazolam y otras benzodiacepinas y debe emplearse con precaución en
pacientes en tratamiento con otros fármacos metabolizados por esta enzima y con estrecho
margen terapéutico. Disminuye las concentraciones de fármacos metabolizados por CYP2C9.
Hay que mantener las mismas precauciones con respecto a las interacciones con otros
fármacos que se metabolicen por CYP3A4.
78
Cuidados
Continuos
Metoclopramida: A dosis bajas tiene efecto antidopaminérgico y a dosis altas actua como
antagonista de serotonina (anti 5HT3). Parece tener una relación dosis respuesta.
Los efectos extrapiramidales limitan su uso sobre todo en niños, adultos jóvenes y
ancianos.
Benzodiacepinas: Se emplean junto con otros fármacos antieméticos. Son muy útiles en
la prevención de la emesis anticipatoria (lorazepam, 1 – 2 mg).
79
Cuidados
Continuos
Antagonistas NK-1
Aprepitant 125 mg vo. Días 2º y 3º: 80 mg vo
Antagonistas 5-HT3
Dolasetrón 100 mg vo.
Tropisetrón 5 mg iv / vo
Corticoides
Dexametasona 12 mg iv / vo. 4 mg vo /12 h, días 2º, 3º, 4º
80
Cuidados
Continuos
En otras ocasiones ocurre un fallo del tratamiento preventivo en los ciclos siguientes de
tratamiento. Debemos considerar:
Dieta:
• Evitar comidas muy condimentadas, dulces, fritos, grasas, así como alimentos que
desprendan aromas fuertes.
• El día del tratamiento realizar una comida ligera, pocas cantidades y varias veces
es preferible que una gran comida.
• Evitar las comidas preferidas después de la quimioterapia, porque pueden identificarse
con las náuseas.
• Líquidos en pequeña cantidad y frecuentemente: bebidas isotónicas, refrescos de
té, zumos, preferiblemente fríos y no durante las comidas.
Otras medidas:
• Ropa cómoda, holgada y que no apriete.
• Si siente náuseas, relájese y respire lenta y profundamente. No se fuerce a comer.
• Después de comer descanse sentado, no se tumbe en al menos dos horas.
• Evite lugares con olores fuertes (comida, tabaco, perfume…); sonidos o imágenes
desagradables; conducir o hacer largos trayectos en vehículo.
• Cuidar la higiene oral.
• Evitar fármacos gastrolesivos y disminuir la medicación oral.
81
Cuidados
Continuos
82
Cuidados
Continuos
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14.14 NCCN (www.nccn.org/)
83
OTRAS COMPLICACIONES DIGESTIVAS
Dr. Jaime Feliu Batlle
Jefe de Servicio. Servicio de Oncología Médica.
Hospital Universitario la Paz. Madrid
MUCOSITIS
La mucositis es una reacción inflamatoria que afecta a la mucosa de todo el tracto
gastrointestinal como consecuencia de la toxicidad sobre el epitelio que puede producir
la administración de la quimioterapia o la radioterapia.
El paciente expresa este daño mucoso en forma de dolor relacionado con la ingesta si la
mucositis afecta a la cavidad oral o a la vía digestiva superior, pero en ocasiones puede
referir síntomas más inespecíficos como ardor o quemazón a lo largo del tracto digestivo.
Clínicamente es característica la presencia de eritema mucoso, en los grados más leves
de mucositis, o ulceraciones, para los más severos (1).
85
Cuidados
Continuos
La prevención de la toxicidad es primordial. Una correcta higiene bucal reduce la incidencia y la gravedad de
la mucositis. La presencia de piezas dentales en mal estado es un factor local predisponente para el daño
mucoso por lo que se recomienda una valoración odontológica con extracción de piezas dentales previa a la
radioterapia.
No existe un tratamiento preventivo eficaz, aunque en la práctica diaria se utilicen enjuagues con manzanilla,
agua con bicarbonato, antisépticos con clorhexidina cuya finalidad es evitar la proliferación de la flora
saprofita que ante el daño epitelial favorece la sobreinfección de las mucosas. Fármacos como la glutamina,
la amifostina, el factor estimulante de la proliferación de queratinocitos (palifermina) no han demostrado
resultados concluyentes en ensayos clínicos.
El uso de láser (He-Ne LEL) antes de la sesión de radioterapia, para prevenir o retrasar la aparición de
mucositis oral, ha sido estudiado en ensayos clínicos pero el esquema necesita ser definido (3).
Una vez establecido el daño, el tratamiento es sintomático. Debemos insistir en el control del dolor utilizando
fármacos según la intensidad del mismo y monitorizando la respuesta con la escala EVA. Es frecuente el uso
de geles de lidocaína al 2%, benzidamina 0,15% (15 ml cada 2-3 horas) que actúan como anestésicos locales
y están especialmente indicados antes de las comidas para asegurar una adecuada ingesta oral y evitar
pérdida de peso, tan frecuentemente asociada a la mucositis (4).
En caso de esofagitis o gastritis se recomienda el uso de hidróxido de aluminio e hidróxido de magnesio (200
mg cada uno) que por su acción antiácida impiden el crecimiento bacteriano. El sucralfato es un protector de
la mucosa gástrica. Es más efectivo en la prevención de la mucositis por quimioterápicos que por radioterapia
donde los resultados son discordantes. Se puede administrar 1 g en suspensión cuatro veces al día, antes de
las comidas y después de los antiácidos ya que requiere un medio ácido para actuar (4).
En caso de sobreinfección por Candida spp., se añadirá tratamiento con Fluconazol oral (dosis
de carga 100mg dia 1, seguido de 1 comprimido de 50mg al día durante 7-14 días). En caso
de mala evolución clínica, se valorará descartar infecciones virales como virus herpes simple o
citomegalovirus, principalmente, instaurando tratamiento específico.
86
Cuidados
Continuos
DIARREA
La diarrea es la expresión clínica del daño mucoso intestinal. Se presenta aproximadamente en un
10% de los pacientes con cáncer avanzado. Las principales causas son el efecto tóxico de la
radioterapia o de algunos quimioterápicos, la enfermedad injerto contra huésped en los
trasplantes hematológicos y las causas infecciosas. En la tabla 3 se reflejan los grados
de diarrea y su significado.
La diarrea por toxicidad de la quimioterapia obedece a un daño sobre las células en división
de las criptas del epitelio intestinal. La ruptura de la capacidad secretora y absortiva
altera los gradientes osmóticos, dando mayor secreción de fluidos y electrolitos. En la
tabla 4 se describen los principales quimioterápicos causantes de diarrea (5).
FÁRMACO CARACTERÍSTICAS
Irinotecán Toxicidad limitante de dosis
80-90% pacientes algún grado de diarrea10-20% diarrea grado 3-4.
Combinación 5-FU + Irinotecán: 11-14% diarrea grado 3
87
Cuidados
Continuos
Como vemos en la tabla 4, en sus formas más severas (grado 3-4), su principal repercusión es el
deterioro en la calidad de vida del paciente o la administración de dosis subóptimas de quimioterapia
o radioterapia que pueden condicionar la efectividad de los mismos. La presencia de dolor
espasmódico abdominal moderado-severo, empeoramiento del estado general, náuseas/vómitos,
fiebre, neutropenia, rectorragia o signos de deshidratación complican cualquier tipo de diarrea.
Respecto a su manejo, va a depender del grado y/o presencia de estas complicaciones.
- Diarrea leve (grado 1-2) no complicada: Suprimir alimentos con lactosa, fibra vegetal, grasas,
fomentar la ingesta de 2-3 litros de líquidos que contengan electrolitos. Si no mejora con medidas
dietéticas está indicado el uso de loperamida (dosis inicial 4 mg seguido de 2mg cada 4 horas o
después de cada deposición, hasta un máximo de 16 mg diarios).
- Diarrea severa (grado 3-4) o diarrea grado 1-2 complicada: Solicitar coprocultivo para descartar
causas infecciosas: Clostridium difficile, E coli, Shigella, Salmonella, Campilobacter, así como
hemocultivos si fiebre. Respecto al tratamiento, aplicaremos las mismas recomendaciones dietéticas
mencionadas anteriormente. Está indicado el tratamiento con Octreótride: 100-150 mcg sc / 8h
o (25-50 mcg/h iv) con aumento de dosis de hasta 500 mcg/8h o 25-50mcg/h hasta controlar los
síntomas e incluso antibióticos intravenosos (fluoroquinolonas). Por supuesto se debe suspender la
quimioterapia o la radioterapia hasta la resolución del cuadro.
ESTREÑIMIENTO
El estreñimiento esta provocado por la falta de movimiento regular intestinal que conlleva dificultad
para la defecación con un reducido número de deposiciones y/o heces anormalmente escasas
y duras. Aunque no existe una definición exacta de estreñimiento en el paciente oncológico,
disponemos de los criterios de Roma III (Tabla 5) que definen el estreñimiento funcional.
88
Cuidados
Continuos
El tratamiento del estreñimiento engloba medidas generales encaminadas a eliminar los factores
causantes del mismo y tratamiento farmacológico.
Medidas generales. La actividad física y la ingesta de líquidos junto con una dieta rica en fibra
permiten un bolo más blando y pesado, favoreciendo el peristaltismo y reduciendo el tiempo
de tránsito intestinal. Asimismo es necesario solucionar otros posibles factores etiológicos
subyacentes como las alteraciones iónicas, o si es posible, la reducción o retirada de fármacos
favorecedores de estreñimiento.
La reacción a los diferentes quimioterápicos puede manifestarse con un patrón de citolisis por
necrosis hepatocelular, colestasis, esteatosis, fibrosis hepática u obstrucción sinusoidal (7).
La presentación clínica es variable, desde alteraciones bioquímicas asintomáticas hasta una
hepatitis aguda con ictericia. En el diagnóstico diferencial deben incluirse patologías hepáticas
coexistentes, progresión tumoral a nivel hepático o toxicidad por otros fármacos. La valoración
de la severidad de la toxicidad hepática se realiza de forma indirecta a partir de parámetros
bioquímicos o clínicos (Tabla 7) (2).
89
Cuidados
Continuos
Riesgo de
Hipoalbuminemia N- < 3 g/dl 2-3 g/dl < 2g/dl Muerte
muerte
Encefalopatía
Fallo hepático Encefalopatía
moderada/ Muerte
(clínico) leve, asterixis
severa, coma
90
Cuidados
Continuos
Tabla 8
INHIBIDORES
MICROTUBULOS
Vinorelbina/Vincristina Raro
INHIBIDORES
TOPOISOMERASA
Irinotecan
Topotecan Raro
Etoposido Raro Raro
DERIVADOS PLATINO
91
Cuidados
Continuos
Alquilantes:
Los agentes alquilantes raramente se asocian a hepatotoxicidad. La ciclofosfamida podría provocar necrosis
hepática cuando se utiliza en pacientes con vasculitis tratados previamente con azatioprina. Otros alquilantes
como la ifosfamida o el melfalan no presentan una clara relación con daño hepático, aunque podrían
provocar citolisis. La dacarbazina, ha sido relacionada de forma excepcional con toxicidad hepática vascular
Nitrosureas:
La carmustina y lomustina producen una depleción de las reservas hepáticas de glutation que provoca un
incremento en el riesgo de daño hepático habitualmente en forma de elevación de transaminasas reversible.
Antimetabolitos
Los antimetabolitos muestran un potencial hepatotóxico variable. Su metabolismo hepático habitualmente
conlleva ajuste de dosis para aquellos casos con disfunción hepática.
Aunque el 5-Fluorouracilo (5FU) raramente provoca toxicidad hepática, cuando se asocia con oxaliplatino
se ha descrito esteatosis hepática, y en combinación con irinotecan puede producir daño hepático vascular.
Capecitabina provoca frecuentemente hiperbilirrubinemia reversible, sin embargo no es necesario
ajuste de dosis en pacientes con disfunción hepática. Cuando se utiliza a dosis altas, la citarabina
produce elevación transitoria de las transaminasas. La hepatotoxicidad inducida por metotrexate
es dependiente de la vía de administración: mientras que su uso intravenoso a dosis altas conlleva
transaminitis transitoria, la vía oral a dosis bajas puede provocar típicamente fibrosis hepática. La
gemcitabina se asocia comúnmente a una elevación leve de transaminasas sin repercusión clínica,
aunque excepcionalmente se han comunicado casos de colestasis intrahepática fatal.
Antibióticos antitumorales:
La adriamicina no ha mostrado toxicidad hepática, salvo elevación de transaminasas o bilirrubina de forma
ocasional. Sin embargo su metabolismo es hepático y requiere ajuste de dosis en casos de colestasis.
Inhibidores de microtúbulos:
Los pacientes tratados con paclitaxel y docetaxel presentan elevación de transaminasas, bilirrubina y
fosfatasa alcalina en el 5-20% de los casos. Vincristina y vinorelbina también pueden provocar elevaciones
transitorias de transaminasas y bilirrubina. En casos de enfermedad hepática se recomienda reducción de
dosis para este grupo de fármacos.
Inhibidores de la topoisomerasa.
Irinotecan se ha asociado a daño hepático vascular y esteatonecrosis en combinación con 5FU,
especialmente en pacientes con elevado índice de masa corporal. En caso de insuficiencia hepática
es necesario ajuste de dosis puesto que, a diferencia del topotecan, su eliminación depende casi
completamente del metabolismo hepático. Aunque excepcionalmente, se han descritos casos de necrosis
hepatocelular severa con etopósido, y administrado a dosis altas se ha asociado a hepatitis tóxicas
resueltas espontáneamente.
92
Cuidados
Continuos
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93
ASTENIA. PREVENCIoN Y TRATAMIENTO
Dr. Francisco Javier Lavernia Giner
Médico Adjunto. Servicio de Oncología Médica.
Fundación Instituto Valenciano de Oncología. Valencia
La astenia es un síntoma muy común en los pacientes con cáncer y en aquellos que han sobrevivido a
la enfermedad y se encuentran en seguimiento, libres de recaída. Puede persistir meses,
e incluso, años después de haber finalizado el tratamiento lo que hace que a medida
que aumenta la expectativa de vida de los pacientes con cáncer va adquiriendo más
importancia.
95
Cuidados
Continuos
Existen trabajos que demuestran que la astenia secundaria al tratamiento es tan frecuente
que el 95% de los pacientes que reciben radioterapia y/o quimioterapia presentan algún
grado de astenia(5) y varía, también, en función del tumor, de manera, que se ha reportado
por ejemplo, que la incidencia de astenia durante el tratamiento varía entre el 37%-78%
de los pacientes con cáncer de pulmón y afecta entre el 28%-91% de mujeres con cáncer
de mama. En ocasiones la astenia es parte de un grupo de síntomas y está asociada a la
depresión, dolor y anorexia (6).
MEDICION DE LA ASTENIA
Mediante los tests de rendimiento muscular podemos medir algunos aspectos de la astenia
en los enfermos oncológicos. Disponemos de un gran número de cuestionarios, más de
59, que nos pueden ayudar a mejorar el conocimiento de la astenia(7). En una revisión
efectuada por Minton y Stone (8), estos autores identifican, únicamente, 14 escalas que
han sido validadas y/o ampliamente utilizadas en pacientes con cáncer. De todas ellas, las
más utilizadas (tabla 1) son la subescala de fatiga del cuestionario de calidad de vida de
la European Organization for Research and Treatment (EORTC-QLQ-C30), el Functionan
Assessement of Cancer Therapy for Fatigue (FACT-F) y el Fatigue Questionnaire (FQ), siendo
los dos primeros los que los autores recomiendan por considerarlos fiables, reproductibles,
sensibles a los cambios y por haber sido validados en más de 5000 pacientes con cáncer.
El Brief Fatigue Inventory, es otro cuestionario, ampliamente conocido, que utiliza 9 items. Uno
de los puntos de interés de este cuestionario es el haber sido validado por 1700 pacientes, la
mayoría de ellos de habla no inglesa, lo que le puede conceder mayor nivel de reproductibilidad
y comprensión por pacientes de zonas geográficas diferentes.
En general, los cuestionarios deben ser fácilmente entendibles y requieren un tiempo para su
contestación por lo que en los estudios deberían comunicarse las tasa de no
complimentación. En la práctica diaria muchos pacientes son preguntados acerca de la intensidad
de su astenia sobre una escala numérica que va del 0 al 10 (Rhoten Fatigue Scala), considerando
el valor mayor o igual a 4 como el punto de corte para iniciar algún tipo de intervención (8)
96
Cuidados
Continuos
A nivel intracelular se producen una serie de disfunciones que condicionan un aumento del
calcio intracelular y un anormal funcionamiento de las mitocondrias con el consiguiente
déficit de producción de ATP (11).
Otras hormonas que se cree pueden tener un papel en generar astenia son los andrógenos,
ya que se ha demostrado que los pacientes con cáncer y astenia tienen niveles más bajos
de testosterona y epiandrosterona y la inhibición del eje hipotalámico-adrenal condiciona
disminución de niveles de testosterona, estrógenos y progesterona.
Se cree que las citoquinas proinflamatorias (IL-2, IL6 y TNF-α) pueden contribuir a la
aparición de astenia secundaria a cáncer por medio de la anemia, caquexia, anorexia y
depresión.
Según la NCCN existen una serie de factores tratables que se relacionan con la aparición
de astenia (fig 1)
97
Cuidados
Continuos
Figura. 1 Factores tratables que contribuyen al desarrollo de astenia en el paciente con cáncer
Transtornos Dolor
del sueño
ASTENIA
Distress emocional: Anemia
Ansiedad
Comorbilidades:
Depresión
Disfunción endocrina
Alteraciones cardiacas
Alteraciones respiratorias
Alteraciones neurológicas
Alteraciones renales
Alteracioness hepáticas
Infecciones
TRATAMIENTO
El adecuado tratamiento de la astenia secundaria a cáncer empieza por identificar los factores
que contribuyen a su aparición. Se debe preguntar acerca de su intensidad, características,
factores que contribuyen a su mejoría y el impacto que produce en la actividad diaria. Deben
tenerse en cuenta los síntomas de depresión.
La intensidad con la que se propone el estudio de los factores que contribuyen al desarrollo de
la astenia debe ser acorde a la situación y pronóstico de la enfermedad. Se considera
adecuado tener presentes los siete factores que se describen como como factores de astenia
asociada a cáncer en la figura 1.
En general, es difícil identificar una única causa dado que, habitualmente, se trata de la suma de
múltiples factores como la enfermedad en progresión y los efectos secundarios del tratamiento.
Hay autores que recomiendan restringir el tratamiento farmacológico ya que puede no estar
exento de toxicidad y efectos secundarios
98
Cuidados
Continuos
TRATAMIENTO NO FARMACOLÓGICO
Se deben emplear medidas no farmacológicas para tratar de mejorar la astenia que padecen los
enfermos con cáncer. Entre estas medidas se encuentran las normas educacionales dirigidas
al paciente, medidas de higiene del sueño, terapia cognitiva-conductual y ejercicio.
El descanso, utilizado por muchos pacientes, frecuentemente, no recupera la energía e incluso podría
empeorar la astenia, a largo plazo (16).
En una revisión efectuada en 2009 (17) se demuestra que cuatro de cada cinco ensayos clínicos
randomizados sobre intervención psicológica basada en la terapia cognitivo-conductual, con el
objetivo de disminuir el nivel de astenia, fue eficaz en la reducción de la astenia durante el tratamiento
antineoplásico. En estos ensayos los pacientes reciben formación sobre autocuidado y técnicas de
afrontamiento.
TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO
Medidas no farmacológicas
Tratamiento farmacológico
• Agentes hematopoyéticos • Psicoestimulantes
• Corticoides • Carnitina
• Antidepresivos
Estimulantes de la hematopoyesis:
Existen múltiples publicaciones sobre el efecto de la eritropyetina-α y la darbopoetina.
Globalmente, el resultado de los estudios publicados proporciona evidencia acerca dela certeza
que estas hormonas pueden mejorar la astenia y la calidad de vida en pacientes con cáncer
y astenia secundaria (19). Los incrementos de hemoglobina observados (1,8-2,6 g/dl) son los
responsables de esta mejoría. Los pacientes refieren mejor nivel de energía y actividad así como
mejor calidad de vida global.
Psicoestimulantes:
La medicación psicoestimulante como el metilfenidato puede ser eficaz para el control de la
astenia secundaria a cáncer. Se ha demostrado que entre sus efectos, aumenta la atención y
el estado de alerta y reduce la astenia. El metilfenidato (Rubifen®, Concerta®, Medikinet®) es
99
Cuidados
Continuos
un estimulante del sistema nervioso central con estructura química similar a las anfetaminas.
Aunque muestre mejoría de la astenia, en ensayos clínicos abiertos, esta mejoría sólo alcanzó
la significancia en ensayos clínicos doble ciego frente a placebo (20). Los efectos secundarios
que pueden observarse son lo comunes a los psicoestimulantes como taquicardia, irritabilidad,
insomnio, anorexia, náuseas e inestabilidad emocional y deben tenerse en cuenta a la hora de la
toma de decisiones.
Parece demostrado que un mes de tratamiento tiene efectos positivos en pacientes con astenia
intensa. Los efectos secundarios más habituales fueron la cefalea, infecciones, nauseas,
ansiedad, nerviosismo e insomnio.
Actualmente, se están efectuando estudios para aclarar el papel del modafinilo en pacientes en tratamiento
con quimioterapia y en los que ya han finalizado el tratamiento con quimioterapia y/o radioterapia.
Antidepresivos:
Los síntomas de depresión son frecuentes en los pacientes con cáncer. Se estima que la depresión
mayor tiene una prevalencia del 5%-50%, en función del método de diagnóstico utilizado.
Corticoides:
Disponemos de diferentes estudios con diferentes corticosteroides utilizados para el tratamiento de
la astenia (18). Todos muestran mejoría de los síntomas, especialmente, el dolor y mejoría de la calidad
de vida con disminución de la astenia en pacientes con cáncer metastásico. El inconveniente del uso
de la corticoterapia está en los efectos secundarios de su utilización a largo plazo.
Los corticoides deben ser utilizados en pacientes en fase terminal o en aquellos con cáncer avanzado
y astenia secundaria.
Progestágenos:
El progestágeno acetato de megestrol, proporciona disminución de la astenia e incremento de la
energía, apetito y sensación de bienestar.
Carnitina:
Se han realizado algunos estudios con carnitina demostrándose que la administración de 500-600 mg/
dia durante 1-4 semanas incrementa los niveles de carnitina en plasma y mejora, significativamente, la
astenia, aunque hay estudios con comunicaciones contradictorias, por lo que sería conveniente disponer
de ensayos clínicos randomizados que puedan aclarar estas diferencias entre diferentes comunicaciones.
100
Cuidados
Continuos
RESUMEN
La astenia es un síntoma relacionado con el cáncer muy frecuentemente, más aún en pacientes
con cáncer avanzado.
Sus causas no son bien conocidas. Se ha relacionado con los efectos secundarios de los tratamientos
como quimioterapias, inmunoterapias, hormonoterapias o radioterapia y aunque en los últimos
años se va avanzando en el conocimiento bioquímico de las circunstancias que pueden ocasionar su
aparición, viéndose implicadas substancias como la serotonina o el 5- hidroxitriptófano, todavía quedan
por aclarar mecanismos que puedan justificar su desarrollo. El tratamiento es complejo debido a
la falta de conocimiento de los factores que la generan. Se han empleado múltiples fármacos con
resultados poco claros y en los casos que pueden beneficiar son necesarios estudios randomizados
que sean capaces de aclarar el papel real de las diferentes drogas. Otras armas terapéuticas que
pueden ser de utilidad son el control y tratamiento de la anemia, adecuado control analgésico
y la corrección de los desequilibrios psicológicos que con frecuencia padecen los enfermos con
enfermedades malignas avanzadas.
101
Cuidados
Continuos
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Cuidados
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103
ANEMIA: PREVENCIoN Y TRATAMIENTO
Dra. María Dolores Pineda Pineda
Facultativo Especialista de Área. Servicio de Oncología Médica
Hospital General de Ciudad Real
DEFINICION DE ANEMIA
Si bien no existe un consenso internacional, se puede definir como un nivel de hemoglobina
(Hb) en sangre ≤ 11-12 g/dl o con un descenso ≥ 2 g/dl por debajo del nivel basal, por
reducción en la concentración de hemoglobina, número de hematíes en sangre o volumen
celular en sangre por debajo de niveles normales. En general podemos definir la severidad
de la anemia de la siguiente forma:
No sólo la quimioterapia convencional puede ser causa de anemia sino también las nuevas
terapias biológicas dirigidas, que aumentan el riesgo en un 7%, sobre todo los inhibidores de la
tirosina quinasa (gefitinib, erlotinib, sunitinib), inhibidores de mTOR y trastuzumab, en cáncer de
pulmón y de mama5.
105
Cuidados
Continuos
La anemia en los pacientes con cáncer se ha relacionado con un peor pronóstico, peor
respuesta al tratamiento oncológico, además de una merma en la calidad de vida¹.
Hemoglobinopatías
Talasemia
Hemólisis
106
Cuidados
Continuos
DIAGNOSTICO
El objetivo será identificar las posibles causas de anemia y si es posible corregirlas antes de
iniciar el tratamiento oncológico. Para ello es preciso determinar e identificar los siguientes
parámetros y condiciones:
• Porcentaje de reticulocitos en sangre (índice de reticulocitos, IR): normal entre 1-2%, será inferior
cuando la producción de hematíes esté disminuida (por déficit de hierro, vitamina B12, ácido fólico,
anemia aplásica, infiltración tumoral de médula ósea o toxicidad medular por el tratamiento), y será
superior cuando la producción de hematíes es normal o incrementada por sangrado o hemólisis.
• Frotis de células sanguíneas, infiltración de médula ósea si sospecha (mediante aspirado o biopsia).
• Hemorragia digestiva (mediante endoscopia digestiva alta, baja, test de sangre oculta en heces,
cápsula endoscópica).
• Hemólisis (test de Coombs positivo, nivel de haptoglobina bajo, LDH alta, bilirrubina indirecta elevada,
coagulación intravascular diseminada), en pacientes con neoplasias hematológicas y antecedente
de enfermedad autoinmune.
• Niveles de hierro en suero, ferritina, índice de saturación de transferrina (IST), vitamina B12, ácido
fólico): para plantear la necesidad de suplementos orales o intravenosos de hierro, vitamina B12
(oral o intramuscular), ácido fólico oral:
- Déficit absoluto de hierro: ferritina < 30 ng/mL e IST < 20%.
- Déficit funcional de hierro: ferritina 30-800 ng/mL e IST 20-50%.
- No déficit de hierro: ferritina > 800 ng/mL o IST ≥ 50%.
107
Cuidados
Continuos
Es necesario tener en cuenta que en el paciente oncológico, con enfermedad crónica y estado
inflamatorio, la ferritina puede estar falsamente elevada y aún así presentar déficit de hierro. Si
existen datos discordantes entre niveles de ferritina e IST, predominará el valor de la ferritina a la
hora de decidir administrar suplementos de hierro.
• Insuficiencia renal (tasa de filtrado glomerular < 60 ml/min/1.73 m² durante al menos 3 meses
consecutivos, déficit de eritropoyetina).
Una vez descartadas las anteriores causas y corregidas, si persiste la anemia se llegará al diagnóstico
de anemia de enfermedad crónica o inducida por quimioterapia (Tabla II).
Tabla 2: Clasificación de la anemia inducida por tratamiento según los Criterios Comunes de
Toxicidad de Efectos Adversos del Instituto Nacional del Cáncer americano (CTCAEv4.03):
En general, ocupa un volumen de 289 ml, y para una persona estándar de 70-75 kg, sube
la concentración de hemoglobina aproximadamente 1,1 g /dl. y se conserva a temperatura
entre 2 y 6 º.
Incluso su uso puede estar justificado en algunos pacientes de la Unidad de Paliativos, por
su mejora sobre la astenia.
108
Cuidados
Continuos
Para el resto de pacientes oncológicos, dependerá además del grado de severidad de la anemia,
y severidad de síntomas, así como de su rapidez de instauración. Una buena referencia es
trasfundir por debajo de hematocritos de 25 (hematocrito = aproximadamente hb x 3)
Reacciones alérgicas 30 %
Aloinmunizaciones 1,5%
En las aloinmunizaciones, pueden verse involucrados antígenos del sistema HLA o plaquetarios,
que hayan sobrepasado el filtrado previo.
109
Cuidados
Continuos
Respecto las reacciones hemolíticas retardadas, sobre los 3-7 días, que hacen que la trasfusión
sea ineficaz, suelen estar mediados por aloinminizacion a los antígenos Rh y Kidd, poniéndonos
sobre sospecha el test de Coombs, un descenso de haptoglobina, y el aumento de bilirrubina
indirecta entre otras.
El edema pulmonar cardiogénico se solventa con furosemida y con un ritmo de infusión de 1ml/
kg/h, es decir en no menos e hora y media, a dos horas6.
SUPLEMENTOS DE HIERRO
Lo ideal es usarlo cuando, haya niveles séricos de hierro bajos, o bien de ferritina o un IST de
20-30 %. Se combina con EPO o sin ella.
Existen varios preparados, en el mercado, destacando los formatos ferrosos, en forma de:
ferroglicina, fumarato, glucoheptato y sulfato.
El hierro, se absorbe en mayor cuantía cuanto más acido esté el pH del estomago, por lo que debe
ser tomado en ayunas. En algunos pacientes, produce nauseas, vómitos, estreñimiento y diarrea
y siempre tiñe las heces de negro. Se recomienda ferroterapia al menos por 3 meses.
110
Cuidados
Continuos
Pese a la alarma de la Agencia Europea del Medicamento (AEM), sobre sus reacciones
alérgicas, es especialmente útil en ferropenias severas, como las asociadas a sangrado, + /-
coexistencia de insuficiencia renal. Al ser mayor el aporte, hay más riesgo de hemosiderosis
a largo plazo.
Epoetina zeta.: Eporatio TM. Esta última es un biosimilar, importante para conseguir
abaratar el precio de estos productos. Los biosimilares de EPO existen en el territorio de
la AEM desde el año 2008, y gozan de una legislación estricta y especifica. En concreto,
esta EPO biosimilar se obtiene a partir de ADN recombinante de células de ovario de
hámster chino.
Loa AE fueron ampliamente usados, en la década pasada. En 2007, la FDA, tras revisar
varios metaanálisis, emitió una alerta y la AEM en 2008, sobre el aumento de morbilidad
y mortalidad, con un hazard ratio (HR) de 1.1, cuando se usaban con cifras de hb > a 12 g /
dl. 8 Se objetivó un incremento en la tasa de eventos tromboembólicos, incluidos arteriales,
y con independencia de que el paciente pudiera tener otros cofactores predisponentes.
In vitro, parece ser que actúan sobre, el endoteliocito, por lo que podría subir la tensión arterial,
y desequilibrar por daño endotelial, la cascada protrombótica y quizás cierto efecto promitótico
en algunos oncocitos de algunas estirpes celulares10.
Actualmente se recomienda su uso con cifras de hb entre 10 y 11 g/dl , según las distintas guías,
para obtener cifras de hb en torno a 12 g /dl.
La adición de hierro, aumenta su eficacia, aunque solo se ha podido demostrar con el uso de
hierro intravenoso.
Se debe suspender el tratamiento con AE, cuando a las 8 semanas, no hayamos, logrado un
aumento de hb de 1-2 g /dl.
Si se alcanza la cifra de 12 / dl, se debe entonces, pasar a la dosis de mantenimiento, que debe
ser menor que la de ataque, en concreto un 25 % menos de dosis, para la EPO alfa y un 40 %
menos para la beta.
111
Cuidados
Continuos
Por sus efectos secundarios, los AE, no deben usarse fuera de sus indicaciones, y no usarse
fuera del tratamiento oncológico activo, considerando éste hasta un máximo de 6 semanas
desde su finalización.
Otro efecto secundario, pero raro, es la aplasia pura de células rojas, por la presencia de
anticuerpos neutralizantes, por lo que éstos últimos deben buscarse si aparece anemia
brusca refractaria no explicable.
Hasta un 7 % de los pacientes tratados con AE, pueden tener un leve descenso del
plaquetocrito, sin significación clínica pues no baja el recuento por debajo de 100.000
plaquetas/ ml.
Las cuestiones planteadas para el uso de agentes eritropoyéticos (AE) en esta guía son:
•Cuáles son las características definitorias de los pacientes con enfermedades tumorales
apropiados para el tratamiento con AE .
Para los pacientes apropiados para el tratamiento con AE, cuál es el manejo adecuado de
estos agentes.
112
Cuidados
Continuos
III a. Anemia inducida por Se recomienda el uso de epoetina o darbapoetina en pacientes con hb por debajo de 10 g/dl,
quimioterapia: umbral para para disminuir las transfusiones.
el inicio de tto con AE. La transfusión de hematíes es otra opción, dependiendo de la severidad y otras circunstancias
clínicas.
III b. Anemia inducida El nivel óptimo para el empleo de AE con niveles de hb entre 10 y 12 g/dl no puede ser determi-
por quimioterapia: nado con la evidencia disponible, por lo que se deben tener en cuenta criterios clínicos, riesgo/
Inicio cuando hb > = 10 beneficio y preferencias del paciente.
pero < 12 g/dl La transfusión de hematíes es una opción.
V. Inicio y modificación de dosis Se recomienda seguir las indicaciones de la FDA: epoetina 150 U/kg 3 veces por semana o
40.000 U /semana subcutánea; darbapoetina 2’25 mcg/kg semanal ó 500 mcg / 3 semanas
subcutánea. Las modificaciones de dosis se deben hacer siguiendo las indicaciones de la FDA.
VII. Hb diana La hb se debe incrementar hasta alcanzar la menor concentración para evitar transfusiones,
que puede variar según pacientes y condiciones.
Se debe reducir la dosis de AE cuando la hb alcance un nivel suficiente para evitar transfusio-
nes o el incremento exceda de 1 mg/dl en 2 semanas.
IX. Anemia en pacientes No se recomienda el empleo de AE en pacientes oncológicos que no reciben quimioterapia.
sin quimioterapia
113
Cuidados
Continuos
1. Previo al tratamiento con AE se deben identificar otras causas de anemia (déficit de hierro
onutricional, hemólisis..). Se deberá valorar valorar transfusión como tratamiento adicional
con niveles inferiores a 9 g/dl de hb.
En pacientes con niveles entre 11-11,9 g/dl, se debe considerar el tratamiento con AE en
casos seleccionados.
3. Se puede considerar el tratamiento con AE con anemia no inducida por quimioterapia con
niveles de hb entre 9-11 g/dl.
5. No hay evidencia de que los suplementos orales de hierro incrementen la respuesta a AE.
Sí hay evidencia de que el tratamiento con hierro intravenoso mejora la respuesta a AE.
Se plantearon varias cuestiones previas a la elaboración del consenso: cuál es el impacto de los
AE sobre los niveles de hb o los requerimientos transfusionales, cuál es el impacto de los AE
sobre la calidad de vida, cuáles son los niveles de hb adecuados para el inicio del tratamiento y
cuáles los niveles diana, cuál es el mejor régimen de tratamiento, impacto sobre la cifra de hb de
la administración de hierro, impacto de los AE en la supervivencia y pertinencia de su uso en la
anemia crónica asociada a tumor o la anemia inducida por radioterapia.
114
Cuidados
Continuos
1. La anemia es un problema infravalorado en pacientes con cáncer; como consecuencia, muchos pacientes no
son tratados.
2. Se recomienda que los fármacos específicos empleados para el tratamiento de la anemia se denominen ESAs.
3. Los ESAs disponibles en la práctica son muy efectivos, alcanzando entre 50-70% de respuestas.
6. Se recomienda medir la calidad de vida con herramientas sólidas y simples (LASA, FACT-An, PERFORM…).
7. Se deben descartar otras causas de anemia antes de iniciar el tratamiento con ESAs.
8. Se recomienda un nivel de hb por debajo de 11 g/dl para el inicio del tratamiento; si hb está por debajo de
9 g/dl, se debe considerar la transfusión de hematíes.
9. Monitorizar los síntomas y comorbilidad antes del inicio del tratamiento con ESAs.
10. Objetivos: mejorar síntomas y mantener los niveles de hb en torno a 12 g/dl o incrementarlos entre 1-2 g/dl
pero sin sobrepasar los 13 g/dl.
11. La primera evaluación se debe realizar entre la tercera y sexta semanas, y posteriormente con el
mismo intervalo.
13. Se deben administrar suplementos de hierro si ferritina < 100 ng/ml o índice de saturación de
transferrina < 20%.
14. Regímenes cada semana o cada 3 semanas: darbapoetina alfa 150 mcg semanal darbapoetina alfa 500 mcg
cada 3 semanas epoetin alfa 40.000 UI semanal epoetin alfa 30.000 UI semanal
16. No existe clara evidencia de mejora en la supervivencia con el uso de ESAs. Los niveles de seguridad de hb están
entre 12-13 g/dl, pero siempre por debajo de 13 g/dl.
18. No se considera el uso profiláctico de ESAs, pero se deben considerar en asociación con regímenes
altamente anemizantes.
19. No se recomienda el tratamiento con ESAs el tratamiento de la anemia crónica asociada al cáncer.
115
Cuidados
Continuos
La Guía NCCN (versión 2.2014) también establece unas directrices y advertencias sobre el empleo
de AE en el tratamiento de la anemia inducida por quimioterapia14.
En pacientes con anemia sintomática ( niveles de hb entre 7-9 g/dl) o asintomáticos con
comorbilidad (insuficiencia cardiaca congestiva, enfermedad coronaria, enfermedad pulmonar
o enfermedad vascular cerebral..), la Guía considera la transfusión de hematíes como primera
opción.
Se recomienda el empleo de AE en pacientes con niveles de hb < 11 g/dl o > 2 g/dl por debajo de
los niveles basales, siguiendo las indicaciones de la FDA en cuanto a dosificación y ajustes de
dosis. Además, aconsejan sopesar riesgos y beneficios en cuanto al uso de AE versus transfusión
de hematíes.
También se advierte del incremento del riesgo tromboembólico (del 48 al 69% según 4 metaanálisis)
a tener en cuenta cuando se emplean AE, por lo que se recomienda especial precaución cuando
existen factores de riesgo para trombosis: historia previa de tromboembolismo, mutación,
hipercoagulabilidad, niveles elevados de plaquetas, HTA, esteroides, inmovilización prolongada,
cirugía reciente, ciertos tratamientos del mieloma, tratamientos hormonales..).
CONCLUSIONES
El tratamiento de la anemia en pacientes oncológicos es un aspecto fundamental a ser tenido
en cuenta por la elevada prevalencia que presenta y por la importante repercusión que presenta
en la calidad de vida, y que con frecuencia es infravalorado e infratratado. En los últimos años
se han desarrollado agentes eritropoyéticos especificos como las epoetinas y darbapoetinas,
especialmente dirigidos al tratamiento de la anemia inducida por quimioterapia. El empleo
correcto de estos agentes ajustados a las indicaciones de la FDA y de las distintas Guías de
Práctica Clínica internacionales, ha mostrado disminuir los requerimientos transfusionales y una
mejora en la calidad de vida de los pacientes. Es fundamental considerar unos niveles de hb
diana, que las guías establecen en torno a 12 g/dl, y que no se deben sobrepasar, por haberse
demostrado en diversos estudios un incremento de la mortalidad. Además, se debe tener en
cuenta el incremento del riesgo tromboembólico con el empleo de estos agentes.
116
Cuidados
Continuos
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Alteraciones de la Coagulacion. Manejo
de la Enfermedad Tromboembolica
y Trombosis Venosa Profunda
Dr. Andrés J. Muñoz Martín
Médico adjunto. Unidad de Tumores Digestivos. Servicio de Oncología Médica.
Hospital General Universitario Gregorio Marañón, Madrid.
Los tumores sólidos con mayor riesgo de ETV son: páncreas, estómago, pulmón, riñón,
ovario y los tumores cerebrales. Por el contrario entre las neoplasias con menor riesgo de
desarrollar un evento tromembólico venos se encuentran el cáncer de mama y los tumores
epidermoides de cabeza y cuello2.
119
Cuidados
Continuos
Mutaciones protrombóticas
hereditarias (factor V Catéter venoso central
Leyden)
Raza (mayor riesgo
afroamericanos)
120
Cuidados
Continuos
PROFILAXIS DE LA ETV
La ETV es una complicación prevenible con medidas profilácticas sencillas (medidas mecánicas y
medidas farmacológicas). Existen cuatro escenarios de tromboprofilaxis en los pacientes oncológicos:
121
Cuidados
Continuos
alternativas heparina no fraccionada (HNF) o fondaparinux, aunque parece existir una menor
eficacia de fondaparinux en comparación con HBPM. Los pacientes con contrainidcación para
la tromboprofilaxis farmacológica deben ser considerados para tromboprofilaxis mecánica. En
el momento actual no existe evidencia suficiente para recomendar la tromboprofilaxis extendida
más allá del alta hospitalaria de forma rutinaria
.
Tabla nº3: Tromboprofilaxis en el paciente médico ingresado: ensayos clínicos
Fondaparinux sc
5,6% vs 10,5%
ARTEMIS 849 15,4% (2,5 mg/24 h) 0,47 20 17%% vs 3,9%
p=0,029
vs. placebo
9,7% vs 19,5%,
Enoxaparina sc
5,5% vs 14,9% p=NS
MEDENOX 866 12,4% (40 mg/24 h) 0,37 11
p<0,001 RR 0,50
vs. placebo
NNT 10
sc: subcutaneo. NS: no significativo. NTT: número de pacientes necesario tratar para evitar un evento
122
Cuidados
Continuos
actual de ETV asociada a CVC se desconoce debido a la mejora de los materiales de fabricación
empleados siendo significativamente menos trombogénicos y a que gran parte de los eventos son
asintomáticos o mínimamente sintomáticos. Los datos más recientes estiman una incidencia de
ETV sintomática del 4% y aproximadamente 30% de ETV asintomática dependiendo del método
de screening empleado 5. Múltiples estudios aleatorizados y metaanálisis han analizado el valor
de la tromboprofilaxis farmacológica sin encontrar un beneficio significativo en la reducción
del riesgo de ETV, por esta razón no se recomienda la tromboprofilaxis de rutina en pacientes
portadores de CVC. Diversas estrategias de colocación de CVC se han asociado con una reducción
del riesgo de trombosis, por lo que se recomienda insertar el CVC en el lado derecho, en la vena
yugular y la punta del catéter debe de localizarse en la unión de la vena cava superior y la aurícula
derecha.
Los pacientes con mieloma múltiple tratados con talidomida o lenalidomida asociado a
quimioterapia o dexametasona presentan alto riesgo de desarrollar un evento tromboembólico
venoso. Los estudios más recientes han descrito una incidencia de ETV 12%-28% de los pacientes
tratados sin tromboprofilaxis. En el momento actual se recomienda tromboprofilaxis de forma
rutinaria en pacientes con mieloma múltiple cuando reciben tratamiento con esta combinación,
con HBPM en pacientes con factores de riesgo y ácido acetilsalicílico o HBPM o en pacientes sin
factores de riesgo adicionales6.
123
Cuidados
Continuos
Nº de
Estudio Tipo de tumor HBPM Dosis
pacientes
1 mg/kg/24h x3m,
CONKO 004
312 Páncreas Enoxaparina seguido de 40
ASCO’10
mg/24h
Pulmón, colon-recto,
SAVE ONCO
3212 estómago, páncreas, ovario Semuloparina 20 mg/24h
NEJM’12
y riñón
Metaanálisis
3538 Múltiples neoplasias - -
Cochrane 2012
Análisis conjunto
≈6.000 Múltiples neoplasias - -
Akl NEJM’12
TRATAMIENTO DE LA ETV
TRATAMIENTO INICIAL
Comprende los 5-10 primeros días tras el diagnostico del episodio trombeombólico. Hasta el
momento no se dispone de estudios randomizados que valoren específicamente el tratamiento
inicial de la ETV en el paciente con cáncer. La evidencia existente procede de análisis de
subgrupos de ensayos clínicos randomizados desarrollados en población general, que incluían
pacientes con y sin cáncer. La HBPM ajustada a peso corporal se ha convertido en el fármaco de
elección para la terapia inicial de la ETV (Tabla nº6). La administración subcutánea de HBPM es
al menos tan eficaz y segura que la HNF y no requiere monitorización de laboratorio estrecha con
el tiempo de tromboplastina parcial activada (TTPA) permitiendo el alta precoz de los pacientes.
En comparación con la HNF la HBPM reduce de forma significativa la mortalidad a 3 meses en
los pacientes oncológicos (RR: 0,71; IC95%: 0,52-0,98) sin aumentar el riesgo de sangrado7. HBPM
se asocia con un perfil de toxicidad más favorable con menor riesgo de desarrollar osteoporosis y
trombopenia asociada a heparina. Fármacos alternativos si la HBPM no es una opción disponible
124
Cuidados
Continuos
2,0% vs 3,9%
0,7% vs 0%
4m *(VTE+ATE) 7,4% vs 7,9% 53
p=0,18
p=0,02
23,0% vs 3,4%
12 s 3,4% vs 3,2% 9,0% vs 3,0% -
RR 0,145, p=0,002
son fondaparinux y HNF intravenosa. HBPM y fondaparinux deben de ser empleados con precaución
en pacientes con obesidad mórbida (índice de masa corporal > 40) e insuficiencia renal severa por
la incertidumbre en la posología y el efecto anticoagulante. HBPM se eliminan por vía renal y en
pacientes con aclaramiento de creatinina < 30 ml/min se recomienda la monitorización de rutina
con anti-Xa. En pacientes inestables con alto riesgo de sangrado o candidatos a procedimientos
invasivos, se puede considerar la terapia con HNF intravenosa por la rápida reversibilidad de su
efecto anticoagulante tras su suspensión. La única en la que la HNF permanece como el modo
preferido de anticoagulación inicial es la EP masiva con hipotensión arterial asociada o shock. Debido
a la falta de datos en la población de pacientes con cáncer, las indicaciones y contraindicaciones
para el uso inicial de terapia trombolítica son esencialmente las mismas que para el paciente
no oncológico. Se debe valorar cuidadosamente el riesgo/beneficio en cada paciente debido al
alto riesgo de sangrado mayor o letal. Generalmente se recomienda en pacientes con eventos
trombóticos amenazantes para la vida o con riesgo de pérdida de una extremidad. Múltiples
agentes trombolíticos y posologías se han empelado, sin embargo no se ha demostrado la
superioridad de ningún régimen o agente frente a los demás.
125
Cuidados
Continuos
s.c.: subcutánea
Tabla 5: estudios randomizados en el tratamiento a largo plazo de la ETV en pacientes con cáncer
Recurrencia
Ensayo Sangrados
Fármaco N ETV HR Mortalidad
clínico mayores
(AVK vs HBPM)
CANTHANOX Enoxaparina 146 21.1% vs. 0,70 (0,12-4,08) 16% vs. 7% 22,7% vs. 11,3%
20029 10.5% p=0.09 p=0,09 p = 0,09 p=0,07
LITE 200611 16% vs. 7% 0.44 (0.17-0.99) 7% vs. 7% 47% vs. 47%
Tinzaparina 200 p=0.044 p=0.044 p=NS p=NS
*Estudio de tres ramas que compara AVK, enoxaparina 1,0 mg/kg/24 horas y enoxaparina 1,5 mg/kg/24horas
n: número de pacientes; HR: hazard ratio; n: número de pacientes
126
Cuidados
Continuos
El método de elección para monitorizar el tratamiento con HBPM es la medición de antiXa. No se recomienda
la monitorización de rutina en los pacientes oncológicos, únicamente se considera en los pacientes con alto
riesgo de recurrencia o sangrado: pacientes ancianos, insuficiencia renal, trombopenia, etc.
En pacientes con neoplasias del sistema nervioso central que desarrollan ETV se recomienda una terapia
anticoagulante similar a la descrita en otros pacientes con cáncer. Se recomienda una monitorización
estrecha cuidadosa incluida la determinación de anti-Xa para reducir el riesgo de hemorragia asociado al
tratamiento anticoagulante en el sistema nervioso central.
Existe controversia sobre el manejo adecuado de la trombosis asociada a catéter ante la escasa evidencia
existente. El tratamiento de elección de la trombosis asociada a catéter es la terapia anticoagulante y se
recomienda un manejo similar a TVP de miembros inferiores (dosis, duración, etc.) De forma rutinaria no
se recomienda la retirada sistemática del catéter, únicamente se contempla la retirada si existe: infección
asociada, catéter no funcionante, fracaso o contraindicación de la anticoagulación o bien no se necesita
para continuar la atención oncológica.
Por el momento, ante la ausencia de datos el tratamiento o prevención de la ETV en los pacientes con
cáncer con los nuevos anticoagulantes orales no se recomienda. Ante la escasa evidencia existente
no existe una recomendación uniforme de la dosificación de la terapia anticoagulante en pacientes
con trombocitopenia. Se debe de valorar individualmente el riesgo de sangrado en cada paciente.
Generalmente se recomienda mantener la misma dosis anticoagulante hasta una cifra de plaquetas
comprendidas entre 50.000-100.000 y suspender el tratamiento anticoagulante con cifras de plaquetas
entre 20.000-50.000. Se contempla reducciones de dosis del 50% o dosis profilácticas con dosis
comprendidas entre 20.000-100.000.
127
Cuidados
Continuos
128
Cuidados
Continuos
129
Cuidados
Continuos
RESUMEN
• Se recomienda la valoración del riesgo de ETV en un paciente que inicie tratamiento con
quimioterapia mediante el score de Khorana.
• El fármaco de elección para las distintas indicaciones de profilaxis en el paciente oncológico es la HBPM.
• El tratamiento de elección de la ETV en los pacientes con cáncer, tanto en la fase inicial como en el
tratamiento a largo plazo, es la HBPM. Se recomienda una duración del tratamiento
anticoagulante de 6 meses. En pacientes en los que persistan los factores de riesgo (cáncer
activo o tratamiento con quimioterapia) se recomienda valorar continuar la anticoagulación
más allá de 6 meses.
• El tratamiento de la EP y TVP incidental debe ser similar al tratamiento de los eventos sintomáticos.
• El método de monitorización de la terapia anticoagulante con HBPM es la medición de anti-Xa.
• No existe un tratamiento estándar para la recurrencia de la ETV en los pacientes con oncológicos.
Entre las opciones terapéuticas se incluyen el incremento de la dosis de anticoagulante, el
cambio a otro fármaco anticoagulante alternativo y la implantación de un filtro de vena cava.
• (Endnotes)
130
Cuidados
Continuos
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131
Sindrome febril en oncologia
Dra. Elvira del Barco Morillo
F.E.A. Servicio de Oncología Médica.
Hospital Universitario de Salamanca. Salamanca
A pesar de los avances en el conocimiento de los factores de riesgo, del diagnóstico y el tratamiento, las
infecciones continúan siendo una causa frecuente de morbilidad y mortalidad en los enfermos oncológicos. El
incremento en el número de patógenos implicados y la aparición de infecciones por bacterias resistentes a los
antibióticos utilizados habitualmente constituyen un importante problema en el manejo de estos pacientes1.
Multitud de factores relacionados con la propia enfermedad, los tratamientos administrados
o manipulaciones iatrogénicas provocan una especial predisposición a las infecciones en el
paciente oncológico. (Tabla 1)
En la mayoría de las ocasiones, la neutropenia febril es debido a bacterias que forman parte de la flora
endógena. En un estudio realizado en 757 pacientes con bajo riesgo de complicaciones2 se constataron
cultivos positivos en el 21%, en los cuales el 49% eran debidos a bacterias gram positivas, principalmente
Sthaphlylococcus aureus y epidermidis, el 36% a bacterias gram negativas, donde destacaba la presencia
de enterobacterias, y hasta en un 15% se aislaron ambas.
133
Cuidados
Continuos
estudios más recientes muestran de nuevo una mayor proporción de bacteriemias por gram negativos4.
Un estudio realizado en España por Gudiol et al5 comparó los hemocultivos positivos en pacientes con
neutropenia febril en dos periodos distintos, el primero de ellos de, 1991 a 1996, donde estaba establecida
la profilaxis con antibioterapia, y otro, entre 2006 a 2010, sin ella. Se observó un descenso de infecciones
por gram positivos de un 64% a un 41% por el contrario las bacteriemias por gram negativos aumentaron
de un 28% a un 49%, al igual que las cepas multirresistentes.
TERAPIA ADMINISTRADA
MANIPULACIONES IATROGÉNICAS
Exposición a antibióticos de Cambio de flora y resistencias Bacilos gram negativos resistentes, gram
amplio espectro positivos, hongos
Profilaxis TMP/SMX o Desarrollo de resistencias Bacteriemia por Streptococcus viridans, bacilos
fluoroquinolonas gram negativos resistentes, gram positivos
134
Cuidados
Continuos
Otros patógenos que pueden estar implicados son los hongos y los virus, principalmente en
neutropenias de alto riesgo. Son más frecuentes en tumores hematológicos debido a que la duración
de la neutropenia suele ser mayor, al uso de altas dosis de corticoides de forma prolongada y a la
utilización previa de antibioterapia.
Se solicitará una determinación sanguínea completa que incluya hemograma, función renal, hepática,
iones y orina, así como una radiografía de tórax. Es importante saber que la ausencia de parámetros
infecciosos no excluye en pacientes con neutropenia, la presencia de infección. Se deben obtener,
siempre que sea posible antes de la instauración de tratamiento antibiótico, al menos dos cultivos de
sangre de diferentes lugares de punción, incluyendo los catéteres venosos cuando están presentes,
repitiéndose diariamente si persiste la fiebre6. De igual manera, se extraerán cultivos de otros
potenciales lugares de infección, cuando así lo indique la clínica (orina, heces, esputo, etc).
GRUPOS DE RIESGO
En la evaluación inicial de los pacientes con neutropenia febril, debemos determinar el riesgo que
tienen de sufrir complicaciones potencialmente graves que puedan ocasionar incluso la muerte del
paciente, para definir un tratamiento hospitalario o ambulatorio y la mejor antibioterapia en cada uno
de los casos. Para ello se han desarrollado sistemas para clasificar a los pacientes en bajo riesgo o
alto riesgo de complicaciones.
El primero de ellos fue el modelo de Talcott (Tabla 2) que describió por primera vez la heterogeneidad
de esta patología, estableciendo cuatro grupos de riesgo7. Las desventajas que tienen este modelo es
que mas de un 50% eran pacientes hematológicos, los grupos I y II eran pacientes con complicaciones
ya establecidas y el grupo III esta representado principalmente por pacientes con leucemia que no
están en respuesta tras tratamiento quimioterápico. El grupo IV lo conforman los pacientes de bajo
riesgo sin ninguna característica de los otros 3 grupos. Se realizó un estudio prospectivo y hasta un
30% de los pacientes catalogados en este grupo y dados de alta, requirió posteriormente ingreso8.
El sistema MASCC desarrollado por Klastersky et al9. únicamente define dos grupos: bajo riesgo de
complicaciones o alto riesgo dependiendo de si la suma de ítems es mayor o igual a 21 puntos
(Tabla 3). Dos de los ítems evalúan la presencia de complicaciones ya establecidas dentro
de un sistema pronóstico de las mismas, como son la hipotensión y la deshidratación. En el
estudio inicial los pacientes que desarrollaron alguna complicación seria no llegaron al 15%,
probablemente debido a que todos los pacientes recibieron tratamiento hospitalario con un
buen soporte. El valor predictivo positivo fue del 91%. En estudios posteriores varió de un 86%
a un 93%10,11, quizás un valor poco asumible si decidimos realizar un tratamiento ambulatorio a los
pacientes categorizados como bajo riesgo.
135
Cuidados
Continuos
CARACTERÍSTICAS PUNTUACIÓN
Extensión de la enfermedada
- Asintomático 5
- Síntomas leves 5
- Síntomas moderados 3
Ausencia de hipotensión 5
Ausencia de enfermedad pulmonar obstructiva crónica 4
Tumor sólido y ausencia de infección fúngica 4
Ausencia de deshidratación 3
Paciente ambulatorio al inicio de la fiebre 3
Edad menor de 60 añosb 2
Una puntuación > 21 identificaría a los pacientes con bajo riesgo de complicaciones y de muerte. a. Elegir un solo item.
b. No aplicable en pacientes < 16 años. En niños, un recuento de monocitos > 100/mm3, ausencia de comorbilidad y
radiografía de tórax normal, indican un bajo riesgo de infecciones bacterianas importantes.
136
Cuidados
Continuos
Por lo tanto, los sistemas de clasificación deben servirnos de ayuda en la toma de decisiones pero
actualmente, no deben ser tomados como criterios únicos.
Los patógenos más frecuentemente implicados en las neutropenias febriles son los gram
positivos, a pesar de lo cual es importante la cobertura de gram negativos, dado que su
virulencia es mayor; además, estos últimos son responsables de la mayoría de infecciones
del tracto respiratorio, biliar, digestivo y urinario.
MONOTERAPIA
La monoterapia formada por un beta-lactámico con actividad frente a Pseudomona
aeruginosa (Cefepime, Meropenem, Imipenem, Piperacilina/tazobactam y Ceftazidima)
es el tratamiento estándar en los pacientes con neutropenia febril. Numerosos estudios
han demostrado su equivalencia frente a regímenes combinados, con menor presencia
de efectos adversos 13. Una de las preocupaciones de la monoterapia es la posibilidad de
que su eficacia se vea disminuida por la aparición de bacterias resistentes; como en el
caso de la Ceftazidima. Actualmente se desaconseja el uso en muchos centros. Por ello,
se considera de suma importancia conocer las resistencias locales para el mejor manejo
antibiótico.
TRATAMIENTO COMBINADO
Numerosos regímenes de combinación han sido estudiados, pero ninguno de ellos ha
demostrado superioridad frente a la monoterapia, por lo que su uso se reserva para
pacientes con clínica de infección que indique su necesidad. El régimen estándar es la
asociación de un beta-lactámico con actividad antipseudomona y un aminoglicósido.
También puede utilizarse un beta-lactámico y una fluoroquinolona, siempre y cuando los
pacientes no hayan recibido profilaxis con quinolonas. (Tabla 4)
137
Cuidados
Continuos
Si alergia a penicilinas: Aztreonam 1-2 g/8 horas IV Gentamicina ó Tobramicina 3-5 mg/kg/12 horas IV
Imipenem 0,5 g/6 horas ó 1 gr/8 horas IV Linezolid 600 mg/12 horas IV ó VO
138
Cuidados
Continuos
ESÓFAGO
Pirosis, disfagia, odinofagia, naúseas y Iniciar tratamiento antifúngico
vómitos
Considerar cobertura de virus herpes simple
SENOS PARANASALES
TAC de senos como técnica diagnóstica de elección
DOLOR ABDOMINAL
Antibióticos con cobertura de anaerobios
DOLOR PERIRRECTAL
Valorar TAC abdomino-pélvico
139
Cuidados
Continuos
PULMÓN
TAC torácico
Neumonía cosa, cosa, cosa, cosa Valorar añadir cobertura empírica para patógenos atípicos (fluoroquinolonas
ó macrólidos para cubrir Micoplasma y Legionella)
CELULITIS
Considerar tratamiento con cobertura de gram positivos
INFECCIONES URINARIAS
Iniciar cobertura de gram negativos y modificarlo en función de cultivos
140
Cuidados
Continuos
TRATAMIENTO AMBULATORIO
En aquellos pacientes que, tras una evaluación inicial, son considerados de bajo
riesgo, puede plantearse el tratamiento ambulatorio, tras un periodo de observación
hospitalaria. Estos pacientes deben ser evaluados diariamente, para valorar el ingreso
en caso de empeoramiento de su situación clínica o persistencia de la fiebre.
La elección del agente para la terapia empírica antifúngica depende de cuales sean los
hongos más frecuentes en cada hospital y de las toxicidades de cada fármaco. En los
pacientes que no hayan recibido profilaxis, la Candida spp suele causar la mayoría de
infecciones fúngicas invasivas. En pacientes en los que se ha utilizado Fluconazol como
profilaxis, la infección fúngica invasiva más frecuente se debe a Aspergilus spp, seguido
de cándidas resistentes a Fluconazol, como C. Krusei o C. Glabrata.
141
Cuidados
Continuos
Los fármacos de elección para el tratamiento empírico son la Anfotericina deoxicolato, las fórmulas
lipídicas de Anfotericina, Caspofungina, Voriconazol o Itraconazol. En pacientes que presenten
neutropenia febril persistente y se documenten infiltrados nodulares pulmonares, la primera
sospecha ha de ser el Aspergilus spp y el tratamiento de elección Voriconazol 18, en pacientes
que hayan recibido profilaxis con azoles es preferible cambiar de grupo terapéutico por la
posibilidad de resistencias y utilizar Anfotericina liposomal19. En pacientes que no presenten
infiltrados pulmonares y no hayan recibido profilaxis, la Caspofungina u otra Equinocandina
cubren perfectamente la Candida spp y son bien toleradas 20.
La duración del tratamiento antimicrobiano viene determinado por la identificación del foco
infeccioso, el organismo causante, la respuesta clínica del paciente y la recuperación de los
neutrófilos (Figura 1)
*CON FOCO INFECCIOSO O PATÓGENO AISLADO, EN PACIENTES CON BUENA RESPUESTA CLÍNICA.
Se recomienda mantener el tratamiento antibiótico al menos hasta que la cifra de neutrófilos
sea igual o mayor de 500/mm3 . En infecciones de piel o mucosas no complicadas, pueden ser
suficiente con 7 a 14 días de tratamiento. En las bacteriemias generalmente se considera
adecuado un tratamiento de 10 a 14 días, o incluso más, si el foco infeccioso es pulmonar
o de senos paranasales.
142
Cuidados
Continuos
EVALUACIÓN INICIAL
RESOLUCIÓN COMPLICACIÓN
FOCO INFECCIOSO Ver “Modificaciones de
terapia empírica inicial”
INGRESO
Considerar la adición
Sin foco Con foco de G-CSF ó GMCSF
Considerar tranfusión
de granulocitos
Continuar hasta N ≥ 500 mm 2
143
Cuidados
Continuos
PERSISTENCIA DE LA FIEBRE.
Debe reevaluarse cuidadosamente la anamnesis, exploración física, radiografía de tórax,
estado de catéteres y cultivos realizados previamente; en caso de que no se llegue a identificar
la etiología infecciosa y el paciente continúe con fiebre tras 3-4 días de tratamiento, han de
considerarse las siguientes pautas:
144
Cuidados
Continuos
Las fluoroquinolonas han conseguido reducir los episodios febriles y las infecciones por gram negativos,
pero no proporcionan cobertura adecuada frente a gram positivos. La asociación con un antibiótico
activo frente a este subgrupo no está indicada, ya que no disminuye la mortalidad y sí aumenta, de
manera significativa, las resistencias.
PROFILAXIS ANTIFÚNGICA
No debe ser usada rutinariamente, sino sólo en un grupo de pacientes con riesgo elevado de
infección por hongos (trasplante alógenico, leucemia aguda, tratamientos prolongados con altas
dosis de corticoides). La profilaxis secundaria se recomienda en aquellos pacientes que han padecido
previamente una candidiasis. Los fármacos más utilizados son Fluconazol, Itraconazol y Posaconazol23.
PNEUMOCYSTIS JIROVECII
La profilaxis con Trimetoprim/Sulfametoxazol (TMP/SMZ) está indicada en pacientes con alto riesgo de
neumonía por P. jirovecii, entre los que se encuentran aquellos que reciben tratamientos prolongados
con corticoides, los que reciben Temozolamida y radioterapia concomitante o Alemtuzumab, pacientes
con leucemias linfocíticas agudas, o aquellos que se someten a trasplantes autólogos o alogénicos.
En caso de no ser posible la profilaxis con TMP/SMZ, las alternativas terapéuticas son la Atovacuona,
Dapsona o Pentamidina.
ANTIVIRALES
La profilaxis para herpes virus simple y virus varicela-zoster se recomienda en pacientes sometidos a
trasplante de médula ósea, y en pacientes con leucemia aguda durante los periodos de neutropenia,
pudiendo utilizarse Aciclovir o Valaciclovir. En el resto de pacientes su uso debe ser individualizado. En
los que han requerido tratamiento por una reactivación de herpes simple, es recomendable valorar la
profilaxis secundaria.
VACUNAS
- Las vacunas inactivadas casi nunca están contraindicadas en los pacientes con cáncer y, si bien
su eficacia puede estar disminuida, deben administrarse cuando sea necesario, incluso durante el
transcurso de la quimioterapia; en estos casos, se deberá esperar al menos 7 días tras la última
dosis de tratamiento.
- Por el contrario, las vacunas compuestas por virus vivos no deben administrarse en pacientes en
tratamiento activo. Sin embargo, si pueden ser administradas en pacientes en remisión completa,
tras 3 meses de finalizar el tratamiento.
- La vacunación anual frente al virus influenza debe recomendarse a todos los pacientes que se encuentran
recibiendo tratamiento de quimioterapia; de manera ideal, debe administrarse 2 semanas antes del
comienzo de tratamiento. La vacuna debe valorarse de igual manera en los familiares, personal
médico y otros individuos que estén en contacto con pacientes inmunodeprimidos.
145
Cuidados
Continuos
- Los pacientes con antecedentes de infección por hepatitis B, tienen riesgo de sufrir una reactivación;
por ello, la profilaxis debe ser considerada en los de alto riesgo y esta debe comenzarse una
semana antes del tratamiento y continuarse hasta 6 meses después de finalizar el mismo.
En los pacientes con neutropenia febril, los factores estimulantes de colonias reducen la
duración de la neutropenia, sin que hayan demostrado un beneficio en la supervivencia. Las
recomendaciones actuales para el uso de CSF se resume en los siguientes puntos:
PROFILAXIS
Primaria
Se refiere al inicio de tratamiento con factores estimulantes de colonias durante el primer ciclo
de quimioterapia mielosupresora con el fin de prevenir las complicaciones por neutropenia
en los sucesivos ciclos. Se recomienda cuando el riesgo de neutropenia febril con el esquema
de quimioterapia es del 20% o mayor24. Múltiples estudios randomizados 25,26 coinciden en el
beneficio de la profilaxis primaria en estos casos debido a la reducción de la frecuencia de
hospitalización por infecciones y episodios de neutropenia febril, siendo menos claro su impacto
en la supervivencia durante el episodio y a largo plazo27.
Secundaria
Un episodio previo de neutropenia febril, incrementa el riesgo desarrollar un nuevo episodio en
los sucesivos ciclos en un 50%. La administración de CSF disminuye aproximadamente a la mitad
este riesgo; sin embargo, la disminución de la dosis del esquema de quimioterapia sigue siendo
actualmente la opción mas recomendada por ASCO y EORTC, excepto en aquellos casos con
complicaciones durante el episodio de neutropenia febril o en los que la reducción de la densidad
de dosis pueda comprometer el tratamiento.
TRATAMIENTO
Pacientes neutropénicos sin fiebre
No se ha demostrado beneficio clínico con la administración de CSF en pacientes neutropénicos que
permanecen afebriles, por lo que en estos casos no debería ser utilizado de rutina.
146
Cuidados
Continuos
147
Cuidados
Continuos
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MANEJO DE LA TOXICIDAD NEUROLOGICA
Dr. Ramón de las Peñas Bataller
Jefe de Servicio. Servicio de Oncología Médica
Consorcio Hospitalario Provincial de Castellón. Castellón
Podemos dividir la neurotoxicidad en 2 grandes grupos: 1.) Sobre el SNC y 2.) Sobre el SPC.
El cerebro es un órgano con un riesgo lesivo particular y el daño producido puede dar lugar a una
disfunción aguda, subaguda o crónica. Los síntomas de este daño pueden aparecer de forma aislada
o combinada: crisis convulsivas, síntomas focales como hemiparesia o trastornos de las funciones
corticales superiores, ceguera cortical, inestabilidad de la marcha, etc;estos síntomas pueden
aparecer de forma inmediata o con un intervalo de tiempo tras la administración de la quimioterapia
responsable. Ciertas toxicidades están muy relacionadas con la forma de administración de los
fármacos; así, la meningitis aséptica es exclusiva de la quimioterapia intratecal. Otras formas de
toxicidad están más relacionadas con el fármaco utilizado, como ocurre con la ataxia por daño
cerebeloso. En algunos casos, la toxicidad producida es indirecta: el rituximab, por ejemplo, es
responsable de un mayor riesgo de leucoencefalopatía multifocal progresiva producida por la infección
por virus JC, como resultado de la inmunosupresión provocada por el anticuerpo monoclonal.
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Dado que las opciones terapéuticas son escasas, es fundamental la prevención y el diagnóstico
precoz de los daños neurológicos sobre el SNC, por lo que es importante su conocimiento,
así como su monitorización cuidadosa y sistemática de los mismos. Es importante saber,
asimismo, que la toxicidad por quimioterapia sobre el SNC puede ser dosis limitante y
acumulativa y que, en la mayoría de los casos, viene determinada no solo por las dosis de los
fármacos, sino también por lo esquemas utilizados, así como por factores de riesgo asociados,
como la coexistencia de morbilidad previa a nivel del propio SNC. Los fármacos que con más
frecuencia producen neurotoxicidad central son la ifosfamida, el metotrexate y la citarabina,
aunque la lista de posibles agentes tóxicos es amplia (tabla 1)1.
• La encefalopatía aguda por citostáticos es la que aparece al cabo de horas o días tras su
administración. Cursa con un cuadro confusional o de delirio, en el que son frecuentes las
alucinaciones visuales y la agitación psicomotriz. Pueden ocurrir crisis convulsivas y son
típicas las mioclonias. Hay que hacer un diagnóstico diferencial con otras múltiples causas
del mismo cuadro clínico: estatus convulsivo, encefalitis, síndromes paraneoplásicos,
trastornos metabólicos e infeciones2. Los fármacos que con más frecuencia lo provocan son
la ifosfamida a dosis altas y el metotrexate. Suelen ser cuadros autolimitados, aunque se
han descritos toxicidades severas, con daños irreversibles y, en algún caso, con curso fatal.
En el caso de la ifosfamida, se ha planteado la eficacia del tratamiento precoz con tiamina
a dosis de 100 mg/ 6 h y el tratamiento de la encefalopatía ya establecida, la administración
de azul de metileno por vía IV. Sin embargo, la mejor opción es la prevención de la toxicidad
con las medidas que se consideran estándar en el uso de la ifosfamida a dosis altas, no
olvidando que uno de los factores pronósticos de neurotoxicidad es la cifra baja de albúmina
plasmática antes de la infusión del citostático. En el caso de la neurotoxicidad central aguda
por metotrexate no hay un tratamiento específico, aunque se ha descrito la utilidad de la
administración de metionina y de folato para revertir el cuadro clínico.
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• La disfunción cerebelosa cursa con ataxia axial, disartria y nistagmo tras la administración
de la quimioterapia –fundamentalmente citarabina y menos frecuentemente, 5-FU.
Normalmente es dosis-acumulativa y se relaciona con diversos factores de riesgo:
edad avanzada, insuficiencia renal y aumento basal de la fosfatasa alcalina. Suele ser
reversible, aunque con una alta tasa de recurrencia en ciclos posteriores.
• Otras formas de neurotoxicidad menos frecuentes: los infartos cerebrales, con un perfil
clínico de isquemia y que, en algunos casos, se han relacionado con una microangiopatía
tóxica; la mielopatía tóxica, relacionada con la exposición directa al fármaco
por su administración intratecal6; la ceguera cortical, rara complicación tras la
administración de cisplatino o fludarabina; la leucoencefalopatía multifocal, descrita
tras la administración de capecitabina y la meningitis aséptica relacionada con la
quimioterapia intratecal.
Es mucho más frecuente que la neurotoxicidad central, y el interés por ella ha ido aumentando
no sólo por su prevalencia, sino por su importante impacto en la calidad de vida de los
supervivientes al cáncer, pues se calcula que hasta en un 40% de éstos puede haber
algún síntoma asociado a la neurotoxicidad periférica inducida por la quimioterapia;
esta importancia viene explicada porque los agentes citostáticos más relacionados
con esta toxicidad son utilizados en tumores de alta prevalencia y con altas tasas de
supervivencia= cáncer de mama, colon, testículo y neoplasias hematológicas.
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Aunque el cuadro clínico de la NPQ es muy similar entre los diferentes citostáticos, pueden
existir diferencias en el perfil de riesgo y en los mecanismos patogénicos. La quimioterapia
puede afectar a cualquier componente del sistema nervioso periférico, pero es a nivel del
ganglio de la raíz dorsal donde la mayoría de fármacos ejerce su acción lesiva, dado que
es la parte más vulnerable por estar menos protegida por la barrera sangre-nervio, lo que
explicaría la predominancia de la semiología neurológica sensitiva.. Tanto los compuestos
derivados de platino como los alcaloides de la vinca, la talidomida y el bortezomib se
acumulan en el ganglio dorsal y producen allí el daño neuronal8. Los taxanos provocan un
daño por interferencia en la dinámica de los microtúbulos dando lugar a una disrupción
del transporte axonal, también provocado por los alcaloides de la vinca. Otras potenciales
dianas del dañoen el sistema nervioso periférico son las mitocondrias axonales –taxanos- y
la integridad del retículo endoplásmico de las células de Schwann –bortezomib-. Por último,
también se ha descrito daño en la vasculatura del nervio por el efecto antiangiogénico –
talidomida- y a nivel axonal en las fibras terminales por degeneración walleriana –taxanos,
vincristina y talidomida-. El oxaliplatino es responsable de una neurotoxicidad aguda
particular, producida por lesión directa sobre los canales de sodio axonales, que origina una
hiperexcitabilidad del nervio periférico9.
VALORACIÓN DE LA NPQ
Valoración clínica:
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Las formas más comunes de valoración de la NPQ están incluidas es las escalas de valoración de
toxicidad, siendo la más utilizada la NCI-CTCAE (National Cancer Institute Common Terminology
Criteria for Adverse Events) 12 y, específicamente, la subescala de toxicidad neurológica sensitiva.
Sin embargo, existe solo un moderado nivel de concordancia interobservador 46% a 71%- y una
considerable variación interescala. Tiene una especial limitación en su efecto techo y suelo, siendo
muy válida para graduar toxicidades poco o muy severas pero no para estados intermedios de
severidad.
La denominada Total Neuropathy Score (TNS) 13 desarrollada por la Johns Hopkins University es una
amplia escala de valoración específica para toxicidad neurológica que combina ítems de síntomas y
de valoración objetiva de pérdida de sensibilidad, así como valores neurofisiológicos; ha sido validada
en estudios multicéntricos y se correlaciona bien con otras medidas de disfunción sensorial. Su
amplio rango de valores la hace más precisa y responde bien a la progresión sintomática, dando más
información en los grados de toxicidad que oscilan entre moderados y severos –NCI 2 y 3-.
Existen formas más sencillas de la TNS que también han sido validadas: la forma clínica –TNSc-
que no requiere equipamiento especializado y la forma reducida –TNSr- que omite la valoración
de los umbrales de sensibilidad vibratoria así como la valoración motora y autonómica.
Tras estudios comparativos entre las escalas, parece ser que la TNSc fue mejor que la NCI-
CTCAE en términos de respuesta y sensibilidad14, por lo que actualmente se considera la
escala de valoración a utilizar en la rutina clínica diaria.
Las escalas de valoración reportadas por el propio paciente han ido adquiriendo importancia
para realizar una valoración global de la NPQ tanto desde el punto de vista diagnóstico como
para su pronóstico. Generalmente el paciente aporta más datos y más intensos que las
recogidas en las escalas objetivas realizadas por los clínicos. Destaca un estudio realizado con
más de 600 pacientes tratados con oxaliplatino en el que hubo concordancia de valoración entre
pacientes y clínicos en solo el 65% de los casos y además los pacientes refirieron síntomas de
neuropatía en un promedio de 2 meses antes de que las detectaran los clínicos.
Hay numerosos cuestionarios de autovaloración para los pacientes, entre los que destacan
el QLQ-CIPN20 de la EORTC15, el Patient Neurotoxicity Questionnaire (PNQ) 7 y el Functional
Assessment of Cancer/Gynecologic Oncology Group-Neurotoxicity (FACT/GOG-Ntx) 16que, quizás
es el que ha demostrado mayor consistencia.Escalas de valoración asociadas a citostáticos.
Se han desarrollado numerosas escalas de valoración específicas de neurotoxicidad para
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Una escala similar se ha diseñado para la neurotoxicidad por cisplatino y comprende tres
subescalas para neurotoxicidad periférica, ototoxicidad y fenómeno de Raynaud17.
Existe una escala de valoración del dolor neuropático asociado a neurotoxicidad por
quimioterapia que está pendiente de validación y que es muy importante, ya que más del 50%
de los pacientes que tienen NPQ van a desarrollar un dolor crónico neuropático18.
Valoración neurofisiológica
Incluidos en la valoración clínica objetiva se encuentran todos los estudios neurofisiológicos que
pueden apoyar el diagnóstico de NPQ. Estos estudios –denominados de conducción nerviosa-,
miden, fundamentalmente, la amplitud y la velocidad de conducción de los potenciales de
acción sensitiva y de los potenciales de acción motora. Los estudios de conducción nerviosa
dan una información muy válida y objetiva acerca de la extensión de la pérdida axonal en
pacientes con NPQ19-21. El dato característico va a ser la disminución de la amplitud de los
potenciales de acción sensitivos, pues confirma que se trata de la típica neuropatía axonal.
El principal problema de los estudios de conducción nerviosa –además de la necesidad del
equipamiento-es que los cambios característicos pueden aparecer de forma tardía, una vez
se ha desarrollado la NPQ. Por ello, se han investigado nuevas técnicas neurofisiológicas
que consigan detectar la NPQ de forma precoz, entre ellas están los estudios de excitabilidad
nerviosa, quehan demostrado utilidad en la neuropatía por oxaliplatino, ya que son capaces
de demostrar alteraciones antes que los estudios de conducción nerviosa22,23. Globalmente,
los estudios neurofisiológicos deberían estar incluidos en todos los estudios clínicos de NPQ,
sobre todo cuando se esté analizando la eficacia de fármacos neuroprotectores.
Valoración farmacogenética
Taxanos: El paclitaxel provoca una neuropatía sensitiva dosis limitante que afecta
predominantemente a la sensibilidad térmica y dolorosa, además de la vibratoria y posicional.
Desde el punto de vista neurofisiológico existe una afectación mixta axonal y desmielinizante.
En consecuencia hay una debilidad moderada con disestesias distales que se puede manifestar
ya de forma precoz -a las 24-72 horas después de la exposición al farmaco - y se puede seguir
de mialgias y dolor de tipo neuropático, formando parte lo que se denomina síndrome álgico
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Cuidados
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agudo por paclitaxel y que suele ser premonitorio de una futura neuropatía sensitiva25,26.
Conforme se hace más severa la neuropatía, la debilidad deja paso a la ataxia y a la torpeza de
manos que interfiere con las actividades de la vida diaria.
La severidad va en relación con la dosis acumulada, de forma que más del 50% de los pacientes
que han recibido dosis superiores a 300 mg/m2 presentan neuropatía clínica, sobre todo si se
suman otros factores de riesgo como el alcoholismo o la diabetes. Son también factores de
riesgo de neuropatía la infusión de corta duración -3 horas- y el esquema de administración
–cada tres semanas-.
La sintomatología neurológica suele ser reversible, pero hay casos en los que persiste
la debilidad motora. No hay datos de eficacia para los fármacos neuroprotectores como la
amifostina en la neuropatía por paclitaxel, sólo la gabapentina y la amitriptilina han demostrado
cierta eficacia en el control del dolor neuropático acompañante27.
El docetaxel puede provocar neuropatía, aunque con menos frecuencia que el paclitaxel, de las
mismas características y con dosis acumulada por encima de 400 mg/m2.
La neuropatía crónica por oxaliplatino es muy similar a la que produce el cisplatino, aunque
con una menor tasa de incidencia de ototoxicidad. Es una toxicidad exclusivamente sensitiva
por afectación axonal y se manifiesta como disestesias distales en extremidades, debilidad
progresiva y ataxia en casos graves. Es una toxicidad acumulativa y dosis limitante –grado 3 en el
15% de los pacientes con dosis acumulada de 750-850 mg/m2, llegando al 50% de los pacientes
con dosis superiores a 1200 mg/m2. Aún en los casos más severos suele ser reversible en
un plazo de 12-16 semanas tras la interrupción del tratamiento 28-31. Entre los tratamientos
de la neurotoxicidad por oxaliplatino se han investigado los fármacos anticomiciales, como
la gabapentina y la carbamacepina, que han demostrado –sobre todo la primera- eficacia en
la mejoría sintomática de la neurotoxicidad crónica, aunque no han podido confirmarse tales
resultados en estudios bien diseñados y prospectivos. La infusión de calcio y magnesio antes y
después de la infusión de oxaliplatino parece que disminuya la incidencia y la intensidad de la
neuropatía aguda 32.
Cisplatino: La neuropatía periférica es la toxicidad más frecuente del cisplatino, originada por
una degeneración axonal con desmielinización secundaria. Se afectan fundamentalmente las
fibras nerviosas largas, dando lugar a un cuadro clínico por neuropatía sensitiva: disestesias
distales que pueden adquirir un patrón ascendente, algias, pérdida de la sensibilidad
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Vincristina: La neurotoxicidad periférica inducida por vincristina es el modelo para todos los
alcaloides de la vinca. Se trata de una toxicidad acumulativa y dosis dependiente. Es inducida
por una lesión axonal mixta sensitivo-motora, por lo que su sintomatología inicial es similar a
la producida por los derivados del platino, en forma de disestesias y parestesias distales, a lo
que sigue en severidad la aparición de debilidad distal que provoca una importante afectación
funcional. En casos aislados se han descrito también mononeuropatías con afectación aislada
de pares craneales y, en dos tercios de los pacientes, coexiste con una neuropatía autonómica
responsable de estreñimiento pertinaz e íleo paralítico, vejiga neurógena, impotencia e
hipotensión ortostática. El tratamiento de la neuropatía inducida por vincristina consiste en
suspender el tratamiento, sobre todo si aparecen datos de afectación motora. En casos leves
puede ser suficiente espaciar las dosis hasta completar el tratamiento. Los casos de neuropatía
severa pueden tardar más de 3-6 meses en resolverse, pudiendo quedar déficit funcional de
forma indefinida36,37. No existe actualmente un neuroprotector eficaz demostrado.
Talidomida: La neuropatía es una de las toxicidades más comunes del tratamiento con
talidomida y el motivo más frecuente de suspensión del farmaco. Se trata de una neuropatía
sensitiva –disestesias en manos y pies- y motora –debilidad y calambres musculares- por
afectación tanto de las fibras largas como de las cortas38. Aunque puede ser dosis dependiente,
la neurotoxicidad por talidomida está relacionada, sobre todo, con el tiempo de exposición,
siendo prácticamente constante en los pacientes que llevan tratamientos de más de un año de
duración
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Cuidados
Continuos
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Toxicidad renal y vesical
Dr. Josep Manuel Piera Pibernat
Jefe de Servicio. Servicio de Oncología Médica.
Hospital Donostia de San Sebastián. Guipúzcoa
Los enfermos oncológicos pueden presentar diversas complicaciones renales o vesicales, debidas
tanto a la enfermedad como a los tratamientos administrados. En este capítulo se revisan, desde
una perspectiva práctica, los problemas causados por los fármacos más empleados en oncología.
Se repasa la patogenia de la nefrotoxicidad, su repercusión clínica y analítica y, especialmente, su
tratamiento y prevención.
La función renal depende, esencialmente, del estado de hidratación y perfusión corporal. Algunos
de los procesos que sufren los enfermos oncológicos provocan una reducción en la ingesta de
líquidos (mucositis, disfagia), o bien un incremento en las pérdidas (emesis, diarreas, hemorragias).
En ocasiones disminuye la perfusión renal por un estado de shock, o se produce un secuestro de
fluídos (insuficiencia cardíaca congestiva, edemas, ascitis). Otras veces se compromete la función por
el depósito de elementos propios del organismo (hipercalcemia, proteínas de Bence Jones), o por
infiltración u obstrucción tumoral de las vías urinarias. Por último, y en especial, el riñón puede verse
afectado por la acción directa de los medicamentos.
Muchos citostáticos y sus metabolitos activos se excretan total o parcialmente por vía renal y pueden
afectar, según el producto de que se trate, a diferentes estructuras: el glomérulo, el túbulo proximal
o distal, el intersticio e incluso la microvascularización del riñón. De la misma forma, algunos
medicamentos o sus metabolitos pueden provocar complicaciones a nivel de las vías urinarias,
fundamentalmente en la vejiga, porque es allí donde permanecen durante más tiempo en contacto
con el urotelio.
El cisplatino es uno de los fármacos antineoplásicos más usados, que tiene como inconveniente
una marcada nefrotoxicidad. Se excreta por vía renal en >90%, provocando un daño directo en el
epitelio tubular proximal y distal que lleva a una necrosis tubular aguda. El daño tubular aumenta
si se administran simultáneamente otros agentes nefrotóxicos (ej: aminoglucósidos, anfotericina
B, aciclovir, ciclosporina o contraste yodado).
163
Cuidados
Continuos
En caso de toxicidad severa, el cisplatino puede causar un fracaso renal agudo que requiera
diálisis. Aunque suele recuperarse, es fácil que deje algún grado de disfunción permanente.
La hipomagnesemia, la hipopotasemia y la hiponatremia crónicas sintomáticas se tratan con
suplementos orales de magnesio, potasio y sodio; en algunos casos con hipomagnesemia
refractaria puede ser útil el uso de amiloride, diurético ahorrador de potasio que disminuye la
pérdida tubular de magnesio.
Para prevenir o minimizar el daño renal lo habitual es recurrir a la hidratación forzada, que
favorece la diuresis y reduce la concentración del cisplatino en el filtrado glomerular. Se debe
garantizar una diuresis mínima de 100 mL/h desde 2 horas antes hasta, al menos, 6 horas
después del cisplatino.
Se aconseja administrar suero salino (a razón de 250 mL/h como mínimo) antes y después del
citostático, porque la presencia de cloro reduce la hidrólisis de cisplatino en el túbulo y se suma al
efecto protector de la hidratación. Lo mejor es infundir, además, el cisplatino diluído en 250 mL de
suero salino hipertónico (3%), más rico en iones cloro, aunque el suero salino normal (0,9%) puede
bastar. Además de la hidratación, se puede forzar la diuresis con furosemida o manitol. Algunos
autores recomiendan evitar el uso sistemático de la furosemida, por su potencial ototóxico y porque
en estudios sobre animales parece incrementar el riesgo de nefrotoxicidad. La administración de
suplementos de magnesio junto con el cisplatino reduce la hipomagnesemia, aunque no la elimina.
CARBOPLATINO
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Cuidados
Continuos
En los raros casos en que se presenta, la insuficiencia renal aguda por carboplatino es similar a
la del cisplatino, pudiendo llegar a requerir diálisis y, aunque suele recuperarse, es fácil que deje
algún grado de disfunción permanente.
METOTREXATO
La precipitación del metotrexato provoca una rápida insuficiencia renal que puede llegar,
incluso, a la anuria. La insuficiencia renal es casi siempre reversible, apreciándose la
elevación de la creatinina durante la primera semana y la posterior normalización en el
plazo de 1 a 3 semanas (3). Sin embargo, las consecuencias pueden ser muy graves, incluso
letales, al posibilitar la permanencia de dosis altas de metotrexato en el organismo, lo
cual incrementa de forma marcada su toxicidad hematológica y mucosa.
Cuando aparece el fallo renal por precipitación, las medidas terapéuticas se deben
orientar al lavado de los túbulos empleando diuréticos de asa como la furosemida, pues la
alcalinización de la orina resulta poco eficaz en esa situación. Aunque se pueden aplicar
medidas como la hemodiálisis, la hemoperfusión con carbón activado o la plasmaféresis,
la gran fijación del metotrexato a las proteínas plasmáticas y su amplio volumen de
distribución extravascular reducen su eficacia. Lo que parece más útil, pero es difícil de
conseguir, es la administración de carboxipeptidasa G2, enzima bacteriano que convierte
el metotrexato en metabolitos inactivos.
165
Cuidados
Continuos
iniciados al menos 6 horas antes y mantenidos hasta 24-48 horas después de la infusión del
fármaco. Además, en estos casos es imprescindible determinar diariamente la creatinina
y los iones séricos; si la creatinina obtenida a las 20-24 horas del inicio del metotrexato
se ha incrementado en más del 50% con respecto a la basal, se aumenta el leucovorin a
100 mg/m2 cada 6 horas hasta que los niveles de metotrexato sean menores de 5 x 10-8
M (otras denominaciones son 5 x 10(-8) mol/L o bien 0,05 micromolar). Los niveles séricos
de metotrexato deben determinarse también si el fármaco se administra a pacientes con
insuficiencia renal (aclaramiento de creatinina <60 mL/min).
IFOSFAMIDA
Las alteraciones analíticas relacionadas con la función tubular renal son prácticamente
constantes con las dosis altas de ifosfamida, aunque suelen recuperarse después de cada
ciclo de tratamiento y rara vez presentan expresión clínica. Los análisis pueden evidenciar
glucosuria o aminoaciduria renal, fosfaturia e hipofosfatemia, hipopotasemia y acidosis
metabólica hiperclorémica, a los que puede asociarse un ligero aumento de la creatinina.
Se han descrito casos de hiponatremia por secreción inadecuada de hormona antidiurética.
En caso de toxicidad severa por asociación con otro agente nefrotóxico, como el cisplatino,
puede aparecer una necrosis tubular aguda.
Las dos estrategias eficaces para prevenir o minimizar la toxicidad renal de la ifosfamida
son fraccionar las dosis en varios días y asegurar una adecuada hidratación. Durante la
administración de ifosfamida a dosis altas se recomienda efectuar determinaciones
plasmáticas diarias de creatinina, sodio, potasio, cloro, magnesio y CO2, además de un
sedimento y una bioquímica automatizada de orina. A diferencia de lo que ocurre con la
toxicidad vesical, el mesna no previene la toxicidad renal de la ifosfamida (5).
166
Cuidados
Continuos
CICLOFOSFAMIDA
MITOMICINA C
El síndrome hemolítico urémico suele manifestarse por una elevación progresiva de la creatinina,
que aparece a menudo meses después de completar el tratamiento. A veces se acompaña de una
anemia hemolítica microangiopática que puede debutar de forma abrupta unas semanas antes
del fallo renal y de una púrpura trombótica trombocitopénica. La evolución es incierta, pudiendo
oscilar entre la recuperación -dejando una ligera insuficiencia renal residual- y la muerte por
complicaciones neurológicas, respiratorias, cardiocirculatorias o hematológicas.
Las únicas estrategias que se han mostrado útiles, aunque no siempre, son la plasmaféresis o la
inmunoadsorción del suero en una columna de proteína A estafilocócica.
Dado que la aparición del síndrome es difícil de predecir y suele ser tardía, la única medida
aconsejable es no sobrepasar una dosis total acumulada del fármaco de 50 mg/m2 (7).
Nitrosoureas
167
Cuidados
Continuos
existe una relación directa con las dosis totales acumuladas, siendo algo más frecuente
en el caso de la semustina. Morfológicamente, se presenta como una nefritis intersticial
con gloméruloesclerosis y clínicamente se expresa como una elevación progresiva de la
creatinina, que puede llegar a precisar diálisis, sin evidencia de daño tubular. La clínica
puede aparecer tardíamente, incluso meses o años después de completar el tratamiento.
Para prevenir la nefrotoxicidad de estas nitrosoureas se recomienda no superar los
1.000-1.200 mg/m 2 de dosis acumulada de cualquiera de ellas (8).
No existe consenso acerca de las medidas preventivas, que van desde limitar la dosis de
estreptozocina a menos de1,5 g/m 2 por semana hasta forzar la diuresis, infundiendo 4
litros de suero salino al 0,9% en dos horas, durante su administración (9). De todos modos,
la práctica más recomendable es realizar controles periódicos de sangre y orina para
detectar la aparición de proteinuria o una reducción en el aclaramiento de creatinina que
suelen preceder a la elevación de creatinina en sangre, con el fin de detectar precozmente
la aparición de la nefrotoxicidad.
Pemetrexed: Se han descrito casos de diabetes insípida nefrogénica y fallo renal agudo
en pacientes tratados con él.
168
Cuidados
Continuos
CITOCINAS
La interleukina-2 puede provocar insuficiencia renal por efecto tóxico directo sobre el riñón y por falta de
perfusión debida al síndrome de extravasación capilar. La toxicidad renal es, generalmente, reversible tras
interrumpir el tratamiento y aportar suero salino y vasopresores (12).
El interferón alfa puede ser una causa ocasional de proteinuria, incluso masiva, acompañada de insuficiencia
renal y con escasa traducción histológica.
ANTICUERPOS ANTI-EGFR
Los dos anticuerpos anti-EGFR actualmente disponibles disminuyen la reabsorción del magnesio a nivel del
asa de Henle, provocando hipomagnesemia con frecuencia: cetuximab (22%) y panitumumab (39%, con un
4% de casos de grado 3-4 que precisa suplementos orales o intravenosos). La hipomagnesemia se resuelve
al interrumpir el tratamiento, pero es conveniente controlar periódicamente los niveles de magnesio en estos
pacientes y hay que sospecharla en aquellos que desarrollen debilidad muscular durante el tratamiento.
AGENTES ANTIANGIOGÉNICOS
Tanto los agentes que bloquean los ligandos del VEGF (bevacizumab, aflibercept) como los inhibidores de
tirosin kinasas que bloquean el dominio intracelular del VEGFR (sunitinib, sorafenib, pazopanib, axitinib,
vandetanib) provocan una proteinuria, generalmente asintomática aunque, en ocasiones, llega a producir un
síndrome nefrótico. Se desconoce la patogenia dicha proteinuria que, en todo caso, es más frecuente si existe
una patología renal previa (13).
En la práctica, se recomienda que en los pacientes tratados con bevacizumab se monitorice de forma mensual
la proteinuria en orina de 24 horas; ante un aumento progresivo de la misma es necesaria la reducción de
la dosis de tratamiento y, si la cantidad de proteínas en orina es mayor a 2 g/24 horas, se recomienda su
interrupción.
IMATINIB
Se han descrito casos de necrosis tubular aguda y de trombosis microangiopática, especialmente cuando se
usan dosis de 800 mg/d.
TRASTUZUMAB
En los estudios de postcomercialización se han descrito algunos casos de glomerulopatía con síndrome
nefrótico, descubiertos tras un intervalo de entre 4 y 18 meses después de haberse iniciado el tratamiento.
169
Cuidados
Continuos
Los síntomas de cistitis se acompañan de microhematuria en el 7-53% de los casos, con hematuria
macroscópica en el 0,6%-15% de los casos. Generalmente, se presentan poco tiempo después
de la administración aunque, a veces, aparece años más tarde. La administración prolongada
de oxazafosforinas puede provocar fibrosis o hemorragias crónicas e, incluso, se han descrito
carcinomas transicionales de vejiga en hasta el 5,5% de pacientes tratados crónicamente con
ciclofosfamida oral por enfermedades reumáticas.
La mejor estrategia es la prevención, que para ambos fármacos se realiza aportando una
hidratación suficiente y asociando mesna, antídoto específico que se fija a la acroleína en la
orina, inactivándola. Habitualmente, se administra por vía intravenosa en una dosis equivalente
al 60% de la dosis de ifosfamida o ciclofosfamida, repartida en tres fracciones iguales, la primera
antes de la quimioterapia y luego a las 4 y 8 horas de la misma. La ASCO recomienda administrar
un bolus intravenoso de mesna equivalente al 20% de la dosis de ifosfamida junto con ella,
seguido de dos dosis orales equivalentes al 40% de la dosis diaria de ifosfamida o ciclofosfamida
y administradas, respectivamente, a las 2 y 6 horas de la quimioterapia (15).
Es importante que la primera dosis sea intravenosa, pero parece que con la vía oral posterior se
consigue una eliminación más constante y duradera del mesna en la orina.
170
Cuidados
Continuos
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171
TOXICIDAD CARdiACA Y PULMONAR EN
LARGOS SUPERVIVIENTES DE CaNCER.
Dr. Jesús García Mata
Jefe de Servicio. Servicio de Oncología Médica.
Complexo Hospitalario de Ourense (CHOU). Ourense
El cáncer es uno de los principales problemas de salud de la sociedad occidental a día de hoy
por su incidencia, prevalencia y sobre todo por su mortalidad. Los esfuerzos en la investigación
en las últimas décadas han generado como recompensa el aumento de la supervivencia de
los pacientes con cáncer en algunos casos y la curación en otros. En la obtención de estos
beneficios, además de la cirugía y la radioterapia, entre otras estrategias, ha jugado un papel
importante el tratamiento médico con fármacos, entre los que se encuentra la quimioterapia.
Estos tratamientos no están exentos de efectos secundarios, o toxicidad, que en ocasiones puede
ser crónica y convertirse en un problema de salud para los pacientes una vez que están curados.
La cardiotoxicidad y neumotoxicidad en los largos supervivientes, son dos de las principales
toxicidades producidas por las terapias frente al cáncer.
CARDIOTOXICIDAD
Los tratamientos antineoplásicos pueden producir toxicidad sobre múltiples órganos y tejidos,
apareciendo en la mayoría de las ocasiones en aquellos con células de rápido recambio (mucosas,
cuero cabelludo...) siendo, en estos casos, casi siempre reversibles. El miocardio está formado
por células de capacidad limitada para su regeneración, lo que hace al corazón más susceptible
a una toxicidad permanente. Entendemos como cardiotoxicidad tardía en largos supervivientes
aquella que aparece o se mantiene tras dos años de la finalización del tratamiento1.
173
Cuidados
Continuos
o bien tardía, pudiendo esta última afectar a los largos supervivientes. La toxicidad tardía puede
aparecer durante el periodo variable entre un año y 10 a 30 años después del uso de los fármacos.
Existen varias estrategias para intentar disminuir el desarrollo de cardiotoxicidad relacionada con las
antraciclinas, como son el uso de antraciclinas liposomales (menos cardiotóxicas; OR 0,18, 95% CI 0,08 -
0,38 en el metanálisis), el uso de IECAS y beta-bloqueantes o el uso del dexrazoxano, un análogo del EDTA
(ácido etildiaminotetracético) quelante del hierro y capaz de reducir la cardiotoxicidad por antraciclinas3,
aunque su uso no está muy expandido ya que no está claro que preserve la función del ventrículo izquierdo
a largo plazo y, por otro lado, hay dudas acerca de si podría favorecer el desarrollo de segundas neoplasias4.
En cualquier caso son necesarios más estudios.
El mecanismo por el que las antraciclinas producen cardiotoxicidad no es bien conocido. Podrían
estar implicados la formación de radicales libres de oxígeno y un daño mitocondrial (daño subcelular)
que disminuirían la producción de energía necesaria para la relajación del miocardio, produciendo así
disfunción diastólica5,6.
Existen una serie de factores de riesgo para el desarrollo de cardiotoxicidad con la administración de
antraciclinas8, algunos de ellos son: enfermedad cardíaca previa, hipertensión arterial, combinación con
otros antineoplásicos, combinación con radioterapia, edad avanzada o edad infantil y por supuesto la dosis
acumulada.
La miocardiopatía producida por antraciclinas puede ser inicialmente asintomática o subclínica para
después evolucionar a un deterioro de la función ventricular9 con disfunción diastólica, disfunción sistólica
y finalmente insuficiencia cardíaca congestiva por miocardiopatía dilatada. Además pueden aparecer
arritmias asociadas.
El tratamiento no suele diferir mucho de la insuficiencia cardíaca por miocardiopatía de otras causas. Se
utilizarán beta-bloqueantes, diuréticos a dosis bajas y calcio-antagonistas en caso de disfunción diastólica.
Si aparece disfunción sistólica, se utilizarán diuréticos, IECA, beta-bloqueantes y digitálicos, pudiéndose
incluso plantear el trasplante cardíaco en casos seleccionados.
174
Cuidados
Continuos
C) Ciclofosfamida:
Es un agente alquilante que puede causar disfunción ventricular aguda en un rango del 7-28%
de los pacientes en los días 1 a 10 después de su administración, lo que da lugar a arritmias,
desórdenes de la conducción eléctrica, ICC aguda, miocarditis e incluso taponamientos cardiacos12.
E) Radioterapia:
La radioterapia ha contribuido a la curación de diversos tumores que se originan en la región
del tórax, como el cáncer de mama, el cáncer de pulmón, o la enfermedad de Hodgkin.Pero el
tratamiento ionizante puede producir daño sobre el corazón, siendo capaz de afectar al pericardio,
al miocardio, a las válvulas cardíacas, a las arterias coronarias o al sistema de conducción en los
largos supervivientes apareciendo, en algunos casos años e incluso décadas después de finalizar
el tratamiento14. La mayor parte de los datos disponibles se han extraído de estudios realizados en
pacientes con cáncer de mama y enfermedad de Hodgkin.
Se piensa que la radioterapia, actuando sobre los vasos sanguíneos, el miocardio y el pericardio
condiciona la aparición de fibrosis que, posteriormente, se va a traducir en alteraciones en la
función de estas estructuras. La aparición de fibrosis en el miocardio puede desencadenar una
cardiopatía restrictiva, dando lugar a una disfunción diastólica y no sistólica como en el caso de las
antraciclinas.
Se conocen algunos factores de riesgo para el desarrollo de cardiotoxicidad por radioterapia, como
son la dosis total recibida, la dosis por fracción, el volumen irradiado del corazón, la combinación con
otros agentes cardiotóxicos o la presencia de cardiopatía previa (o factores de riesgo cardiovascular
como el tabaquismo, la hipertensión arterial, la diabetes mellitus las dislipemias…).
Del análisis de datos de mortalidad por causa cardíaca en pacientes tratadas de cáncer de mama
en la década de los 70 y principios de los 80 se deduce que existía mayor daño cardíaco cuando
se irradiaba la mama izquierda que cuando se irradiaba la mama derecha y que esta diferencia
se hacía mayor transcurridos de 15 años tras el fin del tratamiento. Para las pacientes tratadas
desde principios de los 80 en adelante se encuentran menos diferencias y menor toxicidad, tal vez
por mejora en las técnicas de radioterapia o tal vez por un tiempo de seguimiento insuficiente15.
D) Trastuzumab:
Tras la realización de ensayos clínicos con trastuzumab en el tratamiento del cáncer de mama
(aprobado por la FDA en 1998 para el tratamiento de la enfermedad metastásica y en 2006 para el
175
Cuidados
Continuos
tratamiento adyuvante) se sabe que este anticuerpo monoclonal puede producir cardiotoxicidad
que suele ser asintomática, con un descenso en la fracción de eyección del ventrículo izquierdo o
menos frecuentemente producir clínica de insuficiencia cardíaca congestiva16. Su administración
en combinación con antraciclinas no se recomienda, por el alto riesgo de insuficiencia cardíaca
congestiva (grado III/IV NYHA) que supone y existe, que puede llegar hasta el 16%, por lo que se
suele utilizar en esquemas secuenciales. La combinación con otros fármacos como los taxanos
no incrementa significativamente los episodios de insuficiencia cardíaca congestiva17. El hecho
de que esta toxicidad sea reversible en la mayoría de los casos, incluso tras la reanudación del
fármaco, y que no dependa de la dosis acumulada hace pensar que será bastante poco frecuente
la toxicidad tardía en largos supervivientes. En cualquier caso será necesario esperar a tener
mayor tiempo de seguimiento de los estudios. Se recomiendan controles periódicos con ecografía
cardíaca durante el tratamiento y puede ser de utilidad en el seguimiento posterior.
NEUMOTOXICIDAD
En los pacientes expuestos a los tratamientos antineoplásicos los pulmones también se
pueden ver afectados por la toxicidad, aunque cabe señalar que ésta suele presentarse de
manera aguda más que de forma crónica o tardía, en cualquier caso, conviene conocer algunos
de estos tratamientos que pueden resultar dañinos para nuestros pacientes en el futuro.
A) Bleomicina:
La bleomicina es el fármaco que más frecuentemente produce toxicidad pulmonar en
largos supervivientes de cáncer. Se utiliza en esquemas para tumores germinales (BEP) y
enfermedad de Hodgkin (ABVD, BEACOPP…), entre otros. La forma más común de toxicidad
pulmonar producida por bleomicina es la neumonitis, que puede evolucionar hacia una
fibrosis pulmonar.
Existen varios factores de riesgo para el desarrollo de neumonitis por bleomicina, como son
la edad (> 40 años), el tabaco, la insuficiencia renal (Filtrado glomerular < 80 ml/min), la
concomitancia con radioterapia sobre el tórax, la administración de oxígeno y la dosis total de
bleomicina (> 300 UI), por ello se recomeienda no alcanzar las 400 UI18.
La incidencia de esta neumonitis por bleomicina es muy variable, en función de los criterios que
se utilicen para su diagnóstico (clínicos y/o radiológicos), la población estudiada y los esquemas
de quimioterapia (en la mayoría de los casos, poliquimioterapia) y en algunos casos puede
llegar hasta el 46%, con una mortalidad en torno a un 14% de los pacientes que desarrollan la
neumonitis y un 3% del total de los pacientes tratados con bleomicina.
El daño pulmonar producido por bleomicina parece iniciarse durante el tratamiento, y está
mediado por mecanismos inmunes, con producción de citocinas y radicales libres de oxígeno que
estimulan el desarrollo de fibroblastos y el depósito de colágeno en el parénquima pulmonar, lo
cual se traduce en una neumonitis que puede evolucionar hacia una fibrosis pulmonar19.
La clínica puede variar en función del grado de afectación pulmonar. Suele comenzar
con tos seca, fiebre y disnea progresiva que puede hacerse de reposo, con aparición de
taquipnea con aumento del trabajo respiratorio y cianosis.
176
Cuidados
Continuos
En los estudios radiológicos se suele encontrar un patrón retículonodular o intersticial en ambas bases
pulmonares, aunque puede ser unilateral.
La realización de una broncoscopia con biopsia transbronquial puede ser de ayuda, aunque no definitiva.
El estudio histológico suele mostrar cambios inflamatorios. También es necesaria la realización de
estudios microbiológicos.
Las pruebas de función respiratoria tienen utilidad para el diagnóstico y seguimiento, pero puede
no haber correlación entre la afectación clínica y las alteraciones en las pruebas. Se suele detectar
disminución de la capacidad vital, la capacidad pulmonar total y la capacidad de difusión del monóxido de
carbono (DLCO), siendo este último el primer parámetro que se altera en el desarrollo de la neumonitis.
B) Radioterapia:
La irradiación utilizada para el tratamiento de tumores en el tórax puede producir cuadros de
neumonitis en un 5-20% de los pacientes, y su incidencia es más alta cuando la radioterapia
se administra para el tratamiento de neoplasias de pulmón, que cuando se utiliza en la
adyuvancia del cáncer de mama (< 10%)20. Estos cuadros de neumonitis pueden evolucionar
hacia una fibrosis pulmonar después de meses o incluso años.
C) Otros agentes:
Otros fármacos como el BCNU (Carmustina) o el Busulfán, utilizados en regímenes
de acondicionamiento e inducción para la realización de trasplantes de médula
ósea pueden producir neumonitis intersticial hasta en un 26 - 34% de los casos. El
tratamiento también se basa en la administración de corticoides.
177
Cuidados
Continuos
CONCLUSIÓN
Con los logros alcanzados en el tratamiento del cáncer, tal vez ha llegado la hora de mirar
hacia el futuro y empezar a pensar en sus supervivientes, pues se estima que en España, habrá
más de dos millones de personas curadas de cáncer en el año 2015 y seguramente serán
necesarios programas de seguimiento para ellos. No se debe descuidar la investigación en
nuevos tratamientos para seguir optimizando la terapia anticancerosa, buscando mayores tasas
de curaciones, con fármacos que tengan la menor toxicidad posible y, por supuesto, una mayor
colaboración entre las especialidades médicas repercutirá una mejor atención al paciente así
como en el rápido desarrollo de la investigación en este campo de la medicina.
178
Cuidados
Continuos
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DISFUNCIoN GONADAL Y VIDA SEXUAL
EN EL PACIENTE ONCOLoGICO
Dr. Pedro Pérez Segura
F.E.A. Servicio de Oncología Médica.
Hospital Universitario Clínico San Carlos. Madrid
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud la “sexualidad” es un aspecto central del ser
humano, presente a lo largo de su vida. Abarca al sexo, las identidades y los roles de género, el
erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual. Se vive y se expresa a
través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas,
papeles y relaciones interpersonales. La sexualidad puede incluir todas estas dimensiones; no
obstante, no todas ellas se viven o se expresan siempre, pues está influida por la interacción
de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales,
históricos, religiosos y espirituales”. [1] Se desprende por tanto de esta definición que existen
diversos funcionamientos sexuales normales individuales que dependerán de esa multitud de
factores.
Específicamente en el paciente oncológico tanto la enfermedad tumoral per se como los diversos
tratamientos que se emplean en su manejo pueden condicionar un estado de disfunción sexual.
Además ésta puede ser multifactorial, condicionada por factores exclusivamente físicos y
fisiológicos o por factores psicológicos. Respecto a su incidencia en la mayoría de las fuentes se cita
su aparición después de varios tratamientos antineoplásicos en un 40 y un 100% de los pacientes.[2]
La mayor parte de la información deriva de mujeres con cáncer de mama o tumores ginecológicos
y de hombres con cáncer de próstata. Se conoce menos sobre otros tipos específicos de cáncer
(especialmente tumores sólidos) y su relación con la disfunción sexual. En las publicaciones se
describe que cerca del 50% de las mujeres que han padecido un cáncer de mama presentan
alguna forma disfunción sexual a largo plazo, proporción similar a la encontrada en mujeres con
cáncer ginecológico. [3] En cuanto a los hombres la disfunción eréctil es la principal forma de
disfunción sexual investigada, y presenta una prevalencia de entre el 60 y 90%. [4]
Dentro de los problemas sexuales en el paciente con cáncer se describen con mayor frecuencia:
181
Cuidados
Continuos
• Eyaculación retrógrada
• Incapacidad de lograr el orgasmo - anorgasmia
• Cambios en la percepción de sensaciones genitales debidos a dolor o a la pérdida
o alteración de la sensibilidad pélvica.
Una forma de abordar los problemas de disfunción sexual en el enfermo oncológico es mediante el
análisis y estudio del eje hipotálamo-hipófisis-gónadas. Como es sabido la actividad gonadal tanto
testicular como ovárica, es regulada por el hipotálamo e hipófisis. En el primero se sintetiza la hormona
liberadora de gonadotropinas (GnRH) la cual induce en la adenohipófisis la producción de LH y FSH, las
llamadas gonadotropinas. Éstas actuan en el tejido gonadal promoviendo la síntesis de testosterona, en el
caso del varón o de estradiol y progesterona en el caso de la mujer. De la alteración de este eje se derivan
diversas manifestaciones que abarcarán desde importantes trastornos del desarrollo, en el caso de los
niños, hasta síntomas relacionados con la libido y otros aspectos de la esfera sexual del adulto.
Las alteraciones de la función gonadal pueden ser secundarias a un estado de insuficiencia primaria
ovárica o testicular, produciéndose así un cuadro clínico de hipogonadismo primario caracterizado por
un aumento en las concentraciones de gonadotropinas y descenso de la testosterona y el estradiol, o bien
pueden deberse a una alteración en el área hipotálamo-hipofisaria conduciendo a un hipogonadismo
secundario, en el que se produce un descenso tanto de las concentraciones de gonadotropinas como de
las hormonas esteroideas gonadales.
En el primero, la infiltración neoplásica por un tumor primario o lesión metastásica a nivel del
sistema nervioso central y/o a nivel gonadal conduce generalmente a un estado de disfunción
o déficit de carácter irreversible. Igual ocurre cuando la destrucción es mediada por diferentes
medidas terapéuticas como la radioterapia, la cirugía y/o la quimioterapia.
182
Cuidados
Continuos
• Edad.
• Funcionamiento sexual y vesical previo.
• Ubicación del tumor.
• Tamaño del tumor.
• Amplitud de la resección quirúrgica.
En los pacientes con cáncer colorrectal las disfunciones sexuales y urinarias son
complicaciones reconocidas tras la resección de la lesión tumoral, sobre todo cuando es de
localización rectal. La causa principal de la disfunción secundaria de la resección quirúrgica
parece ser el daño de los nervios autonómicos de la pelvis a lo largo de la aorta distal.
La incidencia de esta disfunción genitourinaria dependerá del tipo de abordaje quirúrgico
y las lesiones nerviosas podrán ocurrir por vía directa o por daño de los vasos que irrigan
los nervios. La lesión de los nervios hipogástricos (simpáticos) o de los nervios sacros
viscerales (parasimpáticos), o de ambos, durante la resección quirúrgica es la causa más
probable de disfunción urinaria y sexual. La conservación del plexo pélvico se constituye, por
tanto, en un elemento necesario para el mantenimiento de la función eréctil y se requiere
de la preservación del nervio hipogástrico y el plexo pélvico para el normal funcionamiento
eyaculatorio y el orgasmo.
Respecto al cáncer de próstata es motivo de controversia actual saber si las nuevas técnicas
de prostatectomía radical, conservadoras de los nervios, son más efectivas para preservar la
función eréctil que la radioterapia. La prostatectomía radical en general conlleva un daño
de los nervios que regulan el flujo sanguíneo del pene, produciéndose una disminución de la
oxigenación de los tejidos y aumento de los depósitos de colágeno que interfieren en el proceso
de relajamiento, fenómeno esencial para la erección. La radioterapia, por su parte, daña el
sistema arterial de transporte sanguíneo al pene. [8] En general, los estudios de seguimiento
estiman la incidencia de disfunción eréctil entre un 10 y 40%, tanto con una estrategia
terapéutica como con la otra. En este sentido se precisan más estudios de seguimiento a largo
plazo para evaluar objetivamente el daño acumulativo que tanto la cirugía como la radioterapia
pueden ocasionar a nivel de la función eréctil, en poblaciones que sean comparables, por edad,
y estado funcional, entre otros factores.
183
Cuidados
Continuos
Igualmente frecuentes son las alteraciones de la longitud del pene tras la prostatectomía y la
radioterapia, vistas hasta un 60-70% de los pacientes, que implican reducciones de longitud
de hasta un 9-10% (aproximadamente 1cm).
En el caso del cáncer testicular los datos sugieren que, aunque los hombres con este
diagnóstico pueden referir una mayor cantidad de problemas en el ámbito sexual a corto plazo,
la función sexual y su ejercicio a largo término son equiparables a los de la población general
y estos hallazgos son independientes de la estrategia terapéutica adoptada: orquiectomía
versus orquiectomía más disección ganglionar retroperitoneal con o sin quimioterapia y/o
radioterapia.
• Craurosis vulvar
• Adelgazamiento de tejidos vulvares y vaginales.
• Disminución de la elasticidad tisular.
• Disminución de la lubricación vaginal.
• Sofocos.
• Infecciones urinarias frecuentes.
• Cambios bruscos de ánimo.
• Astenia.
• Irritabilidad.
184
Cuidados
Continuos
• Náuseas.
• Vómitos.
• Alopecia
• Diarrea.
• Mucositis.
• Variaciones en el peso (aumento o pérdida).
• Disgeusia y alteraciones del olfato.
Todos estos efectos secundarios, de forma independiente o en conjunto, pueden hacer que los pacientes
padezcan una inhibición sexual. También los tratamientos de quimioterapia se relacionan de forma directa,
en el caso de la mujer, con trastornos como la dispareunia, la sequedad vaginal y una capacidad reducida
de alcanzar el orgasmo. En los hombres no es frecuente que los medicamentos citotóxicos produzcan de
forma clara una la disfunción eréctil.
Como ya se ha mencionado previamente los fármacos citotóxicos, tienen un efecto gonadal deletéreo
directo. En el caso del varón, el testículo se comporta como una glándula tanto exocrina como endocrina,
produciendo tanto espermatozoos como testosterona. La espermatogénesis se desarrolla en los túbulos
seminíferos y las células de Leydig son las responsables de la función endocrina; así, los agentes
quimioterápicos pueden afectar la espermatogénesis: por destrucción o lesión de un tipo celular específico
del epitelio germinal. Las fases de proliferación y meiosis pueden ser normales, pero la maduración del
esperma puede ser anormal, dando lugar a espermatozoos maduros incompetentes funcionalmente. La
quimioterapia puede afectar también a las células de Leydig o a otros elementos de soporte nutricional
cuya alteración puede modificar el microambiente necesario para la producción de células germinales
normales. La poliquimioterapia suele producir una azoospermia más duradera que la monoquimioterapia;
la traducción clínica de esta depleción germinal será la atrofia testicular detectable por examen físico,
azoospermia u oligospermia marcadas e infecundidad. Esta pérdida del epitelio seminífero provoca un
marcado incremento de FSH y niveles normales o algo elevados de LH. El aumento de FSH depende
del grado de anaplasia germinal. Cuando la aplasia es total, los niveles de FSH aumentan cinco veces
sobre el valor basal mientras que, cuando es parcial, el incremento es inferior. Los niveles de LH y de
185
Cuidados
Continuos
testosterona suelen estar dentro la normalidad. Es rara la aparición de trastornos en las características
sexuales secundarias o cambios específicos en la función sexual. [10] Tabla 1.
Alto Ciclofosfamida
Mostaza nitrogenada
Busulfán
Clorambucilo
Melfalán
Procarbazina
Nitrosoureas
Actinomicina D
Bajo-Moderado Doxorrubicina
Carboplatino
Tiotepa
Arabinósido de citosina
Vincristina
Vinblastina
Bleomicina
Dacarbazina
Daunorubicina
Epirubicina
Etopósido (VP-16)
Fludarabina
5-fluorouracilo (5-FU)
6-Mercaptopurina (6-MP)
Metotrexato
Mitoxantrona
186
Cuidados
Continuos
Factores Psicológicos:
No es inusual que los pacientes crean que su vida sexua, de una u otra manera es la causa del
cáncer; esta creencia es aún mayor en aquellos con una neoplasia maligna en el área pélvica
o genital. Por su parte, la depresión es hasta un 25% más prevalente en los pacientes
oncológicos que en la población general, y condiciona un desinterés por múltiples áreas
incluida la esfera sexual.
Respecto a la imagen corporal, es variable en las personas el efecto que producen los tratamientos
quirúrgicos radicales, estos incluyen las mastectomías en las cuales, dependiendo de la técnica
quirúrgica reconstructiva, algunas mujeres incluso pueden llegar sentirse más atractivas. En
general intervenciones como las ostomías, sean del aparato respiratorio, digestivo o urinario,
afectan la percepción del propio atractivo sexual, al igual que las resecciones quirúrgicas del área
facial. En general, cualquier intervención de carácter mutilante puede llegar a afectar en mayor o
menor grado la vida sexual de un paciente. Lo que concluyen los expertos en este sentido es que
la propia imagen sexual previa (el llamado “autoesquema sexual”) contribuye significativamente
a un adecuado comportamiento sexual y a la capacidad de respuesta de la persona.
187
Cuidados
Continuos
Otros recursos disponibles incluyen cuestionarios breves que miden la disfunción sexual.
En hombres se aplican, por ejemplo, el Brief Sexual Male Functioning Inventory (BMSFI, 11
puntos) y el International Index of Erectile Function (IIEF, 15 puntos), escalas validadas
que miden aspectos como la función y la satisfacción sexuales. Los problemas sexuales
también se pueden identificar con otra escala más corta, de 5 puntos, el Sexual Health
Inventory for Men (SHIM) [11]; En mujeres hay también varias mediciones breves con
cualidades psicométricas que evalúan el funcionamiento y la satisfacción sexuales: Sex
History Form (SHF, 46 puntos), Brief Index of Sexual Functioning for Women (BISF-W,
22 puntos), Derogatis Interview for Sexual Functioning (DISF/DISF-SR, 25 puntos),
Changes in Sexual Functioning Questionnaire (CSFQ, 35 puntos), Golombok-Rusk
Inventory of Sexual Satisfaction (GRISS, 28 puntos), y el Female Sexual Function Index
(FSFI, 19 puntos). [12]
Además de las medidas que se obtienen por expresión directa del paciente, se dispone
de evaluaciones médicas objetivas de la respuesta fisiológica sexual. En hombres se
pueden utilizar el Rigiscan®, que es un instrumento electrónico computarizado que mide
la suficiencia de las erecciones nocturnas; también sirven los estudios ecográficos del
pene para documentar la hemodinámica de la erección y estudios hormonales. En las
mujeres: el índice de maduración vaginal para medir la estrogenización, el examen pélvico
para identificar las fuentes del dolor que se manifiesta durante la actividad sexual, y los
estudios hormonales.
SHF 46 Aplicable
BISF-W 22 Aplicable
DISF/DISF-SR 25 Aplicable
CSFQ 35 Aplicable
GRISS 28 Aplicable
FSFI 19 Aplicable
BMSFI 11 Aplicable
IIEF 15 Aplicable
SHIM 5 Aplicable
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Cuidados
Continuos
189
Cuidados
Continuos
- Otro de los métodos de tratamiento es mediante los dispositivos de vacío. Hay diferentes bombas
de vacío para lograr la erección que una vez alcanzado un buen estado de tumescencia emplea una
banda constrictora en la base del pene para el mayor tiempo posible. Es un método que tiene como
ventaja el producir erecciones normales, pero está indicado solo en los casos en los que se obtiene
cierta tumescencia ante estímulos sexuales. Respecto a sus complicaciones es un tratamiento no
recomendable en pacientes con trombopenia o anticoagulación dado el riesgo de isquemia al usar la
banda constrictora durante más de treinta minutos.
Las prótesis peneanas consituyen un tratamiento quirúrgico y son: un método definitivo para la mayoría
de los pacientes que lo eligen. Representa una solución óptima en enfermos con disfunción eréctil y
larga expectativa de vida. [13] Se observan tasas de éxito del 90-95%, sobre todo en pacientes que se
han sometido a cirugía pélvica, y en los que han durante más de seis meses, ya que algunos pacientes
recuperan la erección espontáneamente transcurrido este tiempo es un tratamiento relativamente
sencillo, que se puede realizar bajo anestesia local o, más frecuentemente, general. Los dispositivos
incluyen tres tipos: de varilla (poco utilizadas actualmente), de componente hidráulico único y de
multicomponente hinchable.
- Otra opción terapéutica disponible en los pacientes oncológicos, con menos tasas de abandono que
las inyecciones intracavernosas y los dispositivos al vacío (cercanas al 60%), es el uso de inhibidores de
la fosfodiesterasa-5, como el sildenafilo (Viagra®), el vardenafilo (Levitra®) y el tadalafilo (Cialis®). Los
estudios ponen de manifiesto un mayor efecto terapéutico en aquellos enfermos con disfunción eréctil
leve (tasas de respuesta del 74%) que en aquellos con disfunción moderada (tasas menores al 28%) o
severa. En el momento no existen estudios comparativos de eficacia entre estos fármacos.
En cuanto a la paciente oncológica las opciones terapéuticas quirúrgicas abarcan desde las
técnicas reconstructivas de cirugías mutilantes, como la reconstrucción mamaria, hasta la
reconstrucción vaginal.
190
Cuidados
Continuos
-En el aspecto médico el manejo de los síntomas menopáusicos se puede hacer mediante el uso
de humectantes vaginales y lubricantes a base de agua sobre todo en las pacientes que no son
aptas para la sustitución de estrógenos.
- Los parches de testosterona pueden ser de utilidad en mujeres con disminución de la líbido;
algunos estudios demuestran un incremento de la líbido hasta 4 veses respecto a las ramas
control. Estos fármacos sólo están aprobados por la EMA en casos de disfunción sexual
secundaria a ooforectomía rádica o quirúrgica
191
Cuidados
Continuos
BIBLIOGRAFÍA
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192
Toxicidad cutanea, alopecia
y organos de los sentidos
Dra. Encarnación Adrover Cebriá
F.E.A. Servicio de Oncología Médica.
Complejo Hospitalario Universitario. Albacete
La piel es el órgano de mayor tamaño del ser humano: nos defiende y a su vez nos ayuda a
interrelacionar con el medio que nos rodea; en la época en la que vivimos de intercomunicación
constante, la imagen corporal tiene una especial importancia y en el caso de pacientes oncológicos,
la piel puede ser un fiel reflejo de polimedicación (interacciones medicamentosas, reacciones
de hipersensibilidad..), afectación directa o indirecta del cáncer subyacente, o de las terapias
antineoplásicas. Todas las estructuras de la piel pueden verse afectadas por la quimioterapia.
El daño en los anejos especialmente el cabello (alopecia) y las uñas, constituyen una verdadera
limitación en las actividades sociales de los pacientes y dificultan su integración sociolaboral.
Entre los efectos adversos cutáneos los más frecuentes son hiperpigmentación, eritema y
fototoxicidad; en ocasiones alcanzan grados severos pero muy rara vez requieren suspensión del
tratamiento, en general es suficiente con adaptar las dosis o instaurar terapias de prevención
y control. Se especula que la toxicidad dermatológica deriva de la acción antimitótica de los
fármacos o por reacciones de hipersensibilidad pero, lo cierto es que, la patogenia de la mayoría
de estas reacciones cutáneas es desconocida, máxime si hablamos de terapias biológicas.
Reconocerlas y manejarlas es fundamental para optimizar el control de los síntomas, prevenir la
morbilidad asociada al tratamiento y facilitar la continuidad de la terapia anti cancerosa.
193
Cuidados
Continuos
Inhibidores multiquinasas: Sorafenib y sunitinib, cuya toxicidad más frecuente es una reacción
cutánea mano-pie (EPP), en forma de ampollas o hiperqueratosis en regiones traumáticas o de
fricción. En ocasiones, también pueden aparecer en regiones periungueales. Estos síntomas
pueden acompañarse de parestesias y rubor. También puede aparecer despigmentación de piel y
pelo. Se han descrito pacientes tratados con sorafenib que han desarrollado queratoacantomas y
carcinomas de células escamosas cutáneos, en estos casos se recomienda la escisión quirúrgica.
Pazopanib es otro inhibidor multiquinasas, cuyo efecto más característico es el cambio de
coloración del cabello (a gris/blanco), aunque también podemos encontrar erupción cutánea,
alopecia, despigmentación de la piel, hiperhidrosis o piel seca.
Vandetanib: inhibidor de VEGFR, EGFR y RET, indicado en cáncer medular de tiroides metastásico,
produce exantema leve (67%) y fotosensibilidad.
Inhibidores RAF: Vemurafenib y dabrafenib son inhibidores tipo I, aprobados para el tratamiento
del melanoma metastásico con mutación BRAF V600E. Se han descrito reacciones graves de
hipersensibilidad: síndrome de Stevens-Johnson, necrolisis epidérmica tóxica o exantema
generalizado. En estos casos se debe interrumpir el tratamiento de forma permanente. También
se ha asociado con la aparición de carcinoma de células escamosas, queratoacantomas y nuevos
melanomas cutáneos; éstos últimos sin que exista una asociación clara confirmada; se recomienda
en estos pacientes, en seguimiento estrecho y coordinado con dermatólogos para un diagnóstico y
tratamiento temprano de estas lesiones. Un 68% de los pacientes desarrolla un exantema foliculo-
céntrico en tronco y en la cara y en ocasiones evoluciona hacia un eritema coalescente, afectando
caras extensoras de las extremidades, abdomen y espalda; puede asociar prurito. También es
típica una marcada fotosensibilidad con exposiciones bajas a luz ultravioleta A (40% pacientes) por
lo que se recomienda una especial educación del paciente para que evite exposiciones solares y use
adecuadamente cremas con filtro solar (SPF≥ 30) varias veces al día. Otros efectos relacionados
son hiperqueratosis plantar, queratosis actínica, paniculitis (semejando eritema nodoso), alopecia
o sequedad cutánea. Parece que la toxicidad cutánea gº3 es mayor con la secuencia de tratamiento
ipilimumab-vemurafenib.
194
Cuidados
Continuos
Tratamiento:
Grado 2: picor o hipersensibilidad o dolor < 50% de la piel: aplicar emolientes y antihistamínicos;
si persiste, valorar añadir esteroides tópicos y consultar con dermatólogo; si
intolerable, reducir dosis vemurafenib.
Grado 3: picor o hipersensibilidad o dolor ≥50% de la piel: consultar con dermatólogo; aplicar
emolientes, esteroides tópicos y antihistamínicos; valorar añadir prednisolona oral
0.5 mg/k/día durante 5-7 días. Interrumpir vemurafenib hasta < gº1 y reiniciar con
dosis reducidas.
Grado 4: S. Stevens Johnson, necrolisis epidérmica tóxica, eritema diseminado con ampollas,
descamación o afectación de mucosas. Suspender vemurafenib definitivamente
y remitir al paciente a centro especializado para medidas de soporte intensivas y
esteroides iv.
Inhibidor MEK. Trametinib: produce una característica tricomegalia y un aclaramiento del pelo; se ha
visto que cuando se combina con dabrafenib, disminuyen de forma considerable las lesiones
cutáneas inducidas por esta última droga y el exantema es más leve y menos frecuente;
esto apoya la hipótesis de que las lesiones cutáneas inducidas por inhibidores de RAF son
debidas a una estimulación paradójica de MAP quinasas en los queratinocitos normales.
Inhibidor HER: Lapatinib inhibidor de la tirosín kinasa de Her1 (EGFR) y Her2; sus efectos
dermatológicos son la EPP y erupción cutánea/dermatitis acneiforme, usualmente leves.
Inhibidor ALK: Crizotinib, produce erupciones cutáneas la mayor parte de bajo grado.
Inhibidor proteasoma: Bortezomib, es frecuente que aparezca exantema, con prurito y piel
seca; en raras ocasiones, el eritema progresa hasta una necrolisis epidérmica tóxica o
Síndrome de Stevens-Johnson. También se han descrito trastornos de la pigmentación y
fotosensibilidad.
195
Cuidados
Continuos
Tratamiento:
Aunque todos los ITKs previamente comentados pueden tener efectos tóxicos a nivel
cutáneo, lo más frecuente es que los encontremos con erlotinib, gefitinib y vemurafenib,
para estos casos podemos utilizar corticoides o analgésicos tópicos o sistémicos, si
fuera necesario, reducir la dosis de los fármacos temporalmente hasta la mejoría de los
síntomas y reanudar posteriormente a dosis completas. Antibióticos y antihistáminicos
en los casos de sobreinfección añadida o prurito. Dependiendo del grado de afectación
usaremos unos métodos u otros. Para el tratamiento del exantema, recomendamos
seguir las instrucciones de manejo del cetuximab (véase más adelante) salvo indicaciones
específicas.
Las Recomendaciones Generales, son aplicables en todos los casos de toxicidad cutánea:
Uso de cremas hidratantes sin alcohol ni aloe vera y geles de ducha basados en avena o aceites. El
uso de cremas hidratantes con vitamina K como profilaxis/tratamiento del exantema secundario
a la terapia anti EGFR no está avalado por ensayos clínicos aleatorizados. Se recomienda aplicar
protectores solares varias veces al día (SPF≥15) con filtros físicos: óxido de zinc, talco o caolín.
Tratar hiperqueratosis y callosidades antes de iniciar los tratamientos, aplicar cremas con urea
o ácido salicílico, evitar calzados constrictivos, ejercicio vigoroso (aumenta la tensión en las
palmas de manos y pies), y agua muy caliente.
Anticuerpos monoclonales:
Rituximab, Anticuerpo monoclonal quimérico IgG1 contra el antígeno CD20, puede ocasionar
erupciones cutáneas de 30 minutos a dos horas después del inicio de la infusión, y la llamada
enfermedad del suero caracterizada por fiebre, artralgia y erupción cutánea morbiliforme que a
menudo tiene acentuación acral.
Bevacizumab, Anticuerpo monoclonal humanizado contra el VEGFR, puede producir lengua
geográfica y vitíligo.
Cetuximab (anticuerpo monoclonal quimérico IgG) y Panitumumab (anticuerpo monoclonal humano
IgG2) se unen a la porción extracelular del EGFR, bloquean la unión de sus ligandos y estimulan
su internalización. Su uso mayoritario es en cáncer colorrectal avanzado KRAS nativo. La mayor
parte de los efectos adversos son cutáneos y alteraciones ungueales. Comparados con los ITKs, la
toxicidad cutánea es más severa y afecta a un porcentaje mayor de pacientes (93-96%). La forma más
característica es una erupción acneiforme de predominio facial, y hemicuerpo superior con múltiples
lesiones centradas en folículos y ocasionalmente pustulosas. La alteración ungueal es una paroniquia
dolorosa con ocasional aparición de granuloma piogénico y sobreinfección por Estafilococo aureus. La
erupción es dosis-dependiente y se inicia en las 3 primeras semanas de tratamiento. Se ha establecido
una correlación significativa entre la aparición de erupción acneiforme y la eficacia del tratamiento en
términos de respuesta y probabilidad de supervivencia. Las guías MASCC recomiendan un tratamiento
profiláctico/preventivo desde el mismo inicio del tratamiento, con lo que se reduciría la incidencia de
exantema gº ≥2 en más del 50% de los pacientes, sin afectar la eficacia del tratamiento antitumoral.
196
Cuidados
Continuos
Tratamiento:
Profilaxis: Hidrocortisona 1% crema, cremas hidratantes y protectores solares (SPF≥15) varias veces al
día y doxicilina oral (100 mgs/12h) durante las 6 primeras semanas de tratamiento.
Grado 1: Erupción cutánea que no presenta síntomas, aplicar medidas de soporte, jabón antiséptico.
Grado 2: Igual que el gº1 pero presentando síntomas como prurito; se recomienda lavados con
jabones antisépticos, crema de corticoide (hidrocortisona 1%) por la mañana y clindamicina gel por
la noche; se puede añadir un antihistáminico para el prurito y doxicilina/minociclina oral.
Grado 3: Erupción confluente, dolorosa acompañada de máculas, pápulas o lesiones vesiculares
extendiéndose en cara, tórax, espalda o más del 50% de la superficie corporal. Suspenderíamos
cetuximab durante unos días mientras se pautan corticoides tópicos y doxiciclina o minociclina 100
mgs/día (preferible en áreas con altos índices ultravioleta). En pacientes que no respondan a las
medidas previas, se puede plantear isotretinoína a dosis bajas (20-30 mgs/día).
Grado 4: Dermatitis exfoliativa generalizada y/o presencia de úlceras. Habría que suspender el
fármaco definitivamente y trasladar al paciente a una unidad especializada.
La analgesia es será útil en pacientes que refieran dolor. Es posible la sobreinfección estafilocócica,
sugiriéndose cultivar y tratar. Hay tener en cuenta que los efectos cutáneos secundarios por ITKs
son temporales y disminuyen en intensidad con las exposiciones posteriores.
Ipilimumab: es un anticuerpo monoclonal contra el antígeno 4 del linfocito T citotóxico (CTLA-4). El CTLA-
4 es un regulador negativo de la activación de los linfocitos T. Los efectos adversos son causados por la
activación inapropiada del sistema inmune contra los órganos del paciente, y se caracterizan por infiltración
linfocitaria y liberación de citoquinas tipo TNF. Estas reacciones son acumulativas y dosis dependientes y
generalmente se inician de manera rápida. Las lesiones cutáneas ocurren típicamente a las 2-3 semanas de
la administración del Ipi: exantemas máculopapulares generalizados son la forma más común (47-68%). La
inmensa mayoría son leves o moderados. El 1% de los pacientes desarrollan síndrome de Stevens-Johnson.
Manejo toxicidad grados 1-2: Tratamiento sintomático (antihistamínicos, corticoides tópicos: crema
de betametasona tópica 0.1%). Si exantema o prurito no mejoran o persisten 1-2 semanas, iniciar
prednisona oral 1 mg/kg o equivalente.
Grado 3: omitir la siguiente dosis y reanudar cuando proceda. Las dosis omitidas no deben ser
administradas para completar el esquema. Iniciar prednisona oral.
Citoquinas:
Son compuestos proteicos producidos por las células mononucleares e implicados en la regulación de
la actividad celular incluyendo los procesos inmunitarios.
Interferones alfa y gamma, podemos encontrar dermatitis de contacto, psoriasis, lupus y pénfigo entre
otros, aunque la toxicidad cutánea es poco frecuente y dosis-dependiente.
Interleukina 2: Puede producir eritema cutáneo en la zona de la inyección que puede progresar a
eritrodermia, sin precisar ningún tratamiento específico. También puede producir exacerbaciones
de trastornos inflamatorios y autoinmunes como vitíligo, pénfigo, dermatomiosistis o psoriasis.
197
Cuidados
Continuos
Inmunomoduladores/inmunosupresores:
La talidomida y lenalidomida, indicadas en el Mieloma Múltiple, pueden producir exantemas
y piel seca que suelen desaparecer por sí mismos en las dos primeras semanas de
tratamiento; otras veces aparecen decoloraciones de la piel. En raras ocasiones, el exantema
puede ser potencialmente peligroso, moderado al inicio y hacerse posteriormente severo con
descamación de toda la superficie corporal; puede aparecer súbitamente a los pocos minutos
de haber tomado el medicamento, o bien horas después. Si se maneja adecuadamente, es
reversible.
198
Cuidados
Continuos
Tratamiento:
En los casos de dermatitis aguda, se recomienda interrumpir el fármaco hasta la resolución del
cuadro y reducir dosis o prolongar el intervalo de administración. La aplicación de medidas tópicas
con cuidado de las heridas, aplicación de emolientes junto con medidas analgésicas y antisépticas
constituyen la base del tratamiento.
En las zonas irradiadas pueden observarse con el paso del tiempo cambios de pigmentación,
atrofia epidérmica, aparición de telangiectasias y fibrosis subcutánea.
Tratamiento: los cuidados específicos de la piel del área irradiada durante el periodo de
administración de la radioterapia incluyen medidas de hidratación local y prevención de
úlceras y sobreinfección, evitando jabones y aceites; se recomiendan aplicación de cremas
específicas O/W, y en ocasiones, corticoides tópicos. Pasado el momento de toxicidad aguda,
pueden usarse cremas hidratantes convencionales de pH neutro y aceites.
TOXICIDAD EN ANEJOS
Alteraciones ungueales
Los agentes con mayor toxicidad sobre la uña son los taxanos, EGFRI, doxorrubicina, 5-FU
y vincristina. Estos efectos no ponen en riesgo la vida del paciente pero sí crean grandes
preocupaciones cosméticas.
La paroniquia es una inflamación habitualmente dolorosa al tacto de los pliegues de las uñas con
ocasional aparición de granuloma piogénico y sobreinfección por Estafilococo aureus.
199
Cuidados
Continuos
La onicolisis es la pérdida de adherencia entre la uña y el lecho ungueal, es típica de los taxanos
(docetaxel y paclitaxel), habiendo casos con pérdida total o parcial de la uña. Son alteraciones con
impacto cosmético y sólo en casos especiales precisarán AINES por dolor y antibióticos tópicos en
caso de paroniquia. Por regla general estas alteraciones desaparecen tras la retirada del fármaco. Hay
antitumorales como la bleomicina, que alteran el flujo sanguíneo de las uñas produciendo isquemia que
se desarrolla varios meses después del tratamiento. Otros fármacos disminuyen el crecimiento de las
uñas como es el caso del metotrexato.
La leuconiquia transversal se caracteriza por manchas blancas en las uñas, algunos agentes
quimioterápicos que la pueden producen son doxorrubicina, ciclofosfamida y vincristina. No precisa de
tratamiento específico.
Recomendaciones:
Limpiar las uñas y aplicar cremas o lociones hidratantes en las manos y pies, al menos una vez al día.
Consultar a un podólogo antes de iniciar el tratamiento con EGFRI (especialmente en casos de uñas
encarnadas o situaciones que puedan predisponer a una paroniquia).
Alopecia
La pérdida de cabello es uno de los efectos secundarios más frecuentes, si bien no todos los
quimioterápicos producen alopecia. Se trata de un efecto tóxico reversible, aunque con gran
repercusión psicológica en los pacientes, impactando en su calidad de vida en ocasiones de forma muy
traumática, con consecuencias en su autoimagen, equilibrio psicológico y social y motivando rechazos
o abandonos de los tratamientos oncológicos. El 80-95% del cuero cabelludo se encuentra en fase
anágena (crecimiento activo): estas células son las más afectadas por los tratamientos oncológicos
inhibiendo su división y produciendo el efluvio telógeno. Otros factores que influyen en el crecimiento
del folículo son fenómenos hormonales, infecciosos o enfermedades sistémicas que pueden producir
el efluvio teló geno. La pérdida de cabello depende de la vía, dosis y pauta de administración de los
medicamentos. Las terapias a dosis altas y regímenes de quimioterapia de combinación, causan más
alopecia comparados con agentes individuales a dosis bajas con administración oral. La caída del
cabello suele comenzar a las 2-3 semanas del tratamiento y se recupera a partir de los 2-6 meses del
cese de la quimioterapia. La pérdida de pestañas y cejas es más variable, en el caso de éstas últimas, a
veces irreversible (caso de taxanos).
Los agentes antitumorales que producen mayor grado de alopecia son los alquilantes (ciclofosfamida,
ifosfamida), antraciclinas (doxorrubicina, daunorrubicina, idarrubicina), taxanos (docetaxel y paclitaxel),
etopósido y alcaloides de la vinca (vinblastina y vindesina). Con ciclofosfamida, busulfán y docetaxel se
han descrito casos de alopecia irreversible. Otro grupo de fármacos con moderado potencial alopeciante
son mitomicina, irinotecan, metotrexato, topotecán, bleomicina, vinorelbina, mitoxantrone y 5-Fluoracilo
entre otros. El interferón produce alopecia hasta en el 50% de los pacientes tratados y es independiente
de la dosis. Con algunas terapias biológicas también se han descrito alopecias parciales.
La radioterapia craneal también origina alopecia que será reversible y parcheada con dosis bajas
(50Gy), en caso de dosis mayores probablemente sea irreversible. La pérdida del cabello comienza los
primeros 7-10 días de tratamiento, y será más evidente tras el primer o segundo mes de tratamiento,
recuperándose a partir de los 3-6 meses de finalizar la radioterapia. Una vez acabados los tratamientos
el pelo vuelve a crecer pero puede que de forma distinta tanto en forma, textura y coloración.
200
Cuidados
Continuos
Tratamiento:
No existe ningún tratamiento efecto para prevenir la alopecia. Los gorros hipotérmicos que
producen vasoconstricción superficial del cuero cabelludo han demostrado alguna eficacia. El
método consisten en la aplicación local de baja temperatura para producir vasoconstricción
y evitar la llegada del agente citotóxico al cuero cabelludo. Su uso está muy limitado porque
parece que hay un aumento de metástasis localizadas en cuero cabelludo en ciertas neoplasias
como linfomas o leucemias. El Minoxidil, utilizado para alopecia androgénica, acorta la duración
y reduce la severidad de la alopecia, pero no previene la caída del cabello.
Tricomegalia:
Es un efecto adverso frecuentemente relacionado con el uso prolongado de EGFRI y otros ITKs
y se manifiesta como un crecimiento irregular y aberrante de las pestañas con elongación,
oscurecimiento y tortuosidad. Suele estar asociado con otras complicaciones oculares como
meibomitis y disfunción de la lacrimación. El manejo consiste en el recorte periódico de las
mismas.
ALTERACIONES OCULARES
Conjuntivitis
Aparece por efecto directo del quimioterápico sobre la conjuntiva ocular, aunque también se ve
favorecida por la caída de las pestañas. Se relaciona con 5 fluorouracilo y arabinósido de citosina,
Cuando se cronifican pueden producir la estenosis (obstrucción) del conducto lacrimal. Se tratan
con colirios con corticoides y antiinflamatorios.
Pérdida de visión
Alteraciones de la agudeza visual y cambios en la percepción de los colores, son las alteraciones
que aparecen más frecuentemente. Uveítis, iritis o episcleritis han sido descritas con ipilimumab
y vemurafenib y pueden requerir corticoides tópicos. Se ha descrito una retinopatía vascular
con la administración de cisplatino o BCNU intraarterial. El tamoxifeno se asocia a una mayor
incidencia de cataratas.
Alteraciones auditivas
Con cisplatino puede aparecer una pérdida de audición en las frecuencias altas, paralela a la
neurotoxicidad del fármaco. Es una toxicidad dosis acumulada e irreversible y en ocasiones
también aparece toxicidad vestibular.
201
Cuidados
Continuos
BIBLIOGRAFÍA
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http://www.cancer.net/navigating-cancer-care/how-cancer-treated/personalized-and-targeted-
therapies
Todas las fichas técnicas de los medicamentos relacionados en el capítulo pueden encontrarse
en: European Medicines Agency. http://www.ema.europa.eu/docs/en_GB/document_library/
202
TOXICIDAD DE LOS NUEVOS AGENTES
BIOLoGICOS DIANA-ESPECiFICOS
Dra. Cristina Caballero Díaz
Médico Adjunto. Servicio de Oncología Médica.
Hospital General Universitario de Valencia
El concepto agente biológico diana-específico o target, hace referencia a fármacos que actúan directamente
sobre proteínas o mecanismos implicados en la proliferación y crecimiento de las células tumorales.
Estas dianas moleculares frente a las que se dirigen los nuevos agentes incluyen una gran variedad de
moléculas: proteínas del ciclo celular, moduladores de apoptosis, moléculas de señalización intracelular,
receptores de crecimiento y moléculas implicadas en la capacidad de invasión y en la angiogénesis1.
Cuando los nuevos agentes diana-específicos se comparan con la quimioterapia tradicional y se estudia
su perfil de seguridad, se objetiva evidencia de menor toxicidad debido a que presentan una mayor
selectividad por el tejido patológico que por el tejido sano, este hecho unido a los resultados positivos de
respuesta obtenidos en el tratamiento de los distintos tumores, ha propiciado el amplio desarrollo de estos
agentes, su inclusión en ensayos clínicos, y su uso, cada vez más frecuente, en la práctica clínica diaria2.
Aún así, a pesar de la alta selectividad de los nuevos agentes biológicos diana-específicos por las células
tumorales, su espectro de toxicidad, el rango de gravedad de ésta y los posibles efectos adversos derivados
de un uso prolongado de los mismos aún permanecen estudio, y el manejo de éstos va a precisar, en
ocasiones, un abordaje multidisciplinar 2.
El objetivo de este capítulo es realizar una breve descripción de las diferentes toxicidades relacionadas
con los nuevos agentes diana-específicos, describir los mecanismos patogénicos más frecuentemente
implicados para, poder prevenirlas y tratarlas en la medida de lo posible.
GENERALIDADES
Los agentes diana-específicos frente a los receptores de los factores de crecimiento epidérmico
han demostrado ser eficaces en el tratamiento de distintos tumores sólidos. Se han descrito 4
receptores de factores de crecimiento epidérmico: HER-1 (epidermal growth factor receptor,
EGFR o c-erb B1), HER-2 (c-erb B2), HER-3 (c-erb B3) y HER-4 (c-erb B4)2. De los 4 receptores,
los dos que presentan mayor implicación terapéutica son EGFR y HER-2. 2.
203
Cuidados
Continuos
EGFR se expresa de forma habitual en las células de los distintos tejidos del organismo. Las
células normales presentan alrededor de 40.000-100.000 receptores, sin embargo, en muchas
células tumorales la expresión de EGFR se encuentra ampliamente aumentada, presentando
algunos tumores un porcentaje de sobreexpresión de EGFR cercano al 100%. En la actualidad
varios mecanismos de inhibición de EGFR han sido investigados, de todos ellos, los que tienen
mayor aplicación clínica son los anticuerpos monoclonales (mAbs) y los inhibidores tirosin-
kinasa (TKIs). El mecanismo de acción de ambos es distinto; de modo que mientras los
mAbs actúan bloqueando el dominio extracelular del receptor, los TKIs actúan bloqueando
a nivel intracitoplásmico el sitio del receptor ATP-dependiente y la cascada de señalización
intracelular2.
Hipomagnesemia
Deshidratación
Hipocalcemia
Cefalea
1-10%
Conjuntivitis
Gastrointestinales
Blefaritis, Queratitis
< 1%
TVP y TEP
204
Cuidados
Continuos
TOXICIDAD CUTÁNEA
Los efectos adversos más frecuentemente documentados con los IEGFR son los derivados
de la toxicidad dermatológica. Ocurre en un 50-100% de los pacientes sometidos a
tratamiento, siendo dicha toxicidad más florida con Cetuximab y Panitumumab. La forma
más común de presentación es la llamada reacción papulopustular o rash acneiforme,
que afecta al 60-80% de los pacientes. Es generalmente de leve a moderada y severa
únicamente en 5-20% de los mismos. Se define como una erupción dermatológica
confinada fundamentalmente a zonas ricas en glándulas sebáceas como son: cara, cuello,
zona retroauricular, espalda, parte superior de tórax y cuero cabelludo, pudiendo afectar
a otras zonas pero siempre respetando las palmas de las manos y las plantas de los pies 3.
La erupción es dosis dependiente y tiende a ser más severa, más frecuente y extensa con
los anticuerpos monoclonales que con los ITK 4. La cronología de esta toxicidad pasa por
distintas fases:
Normalmente el rash se resuelve en unas 4-6 semanas desde la aparición, quedando en la zona
afecta una evidente sequedad cutánea4.
Por lo que respecta a los mecanismos fisiopatológicos que generan esta toxicidad, se sabe
que EGFR juega un papel crítico e importante en la epidermis, estimulando el crecimiento
de la misma, inhibiendo la diferenciación celular, protegiendo frente al daño inducido por
la radiación ultravioleta, y acelerando la cicatrización de las heridas. EGFR se expresa
en los queratinocitos de la epidermis, en las glándulas ecrinas sebáceas, y en el epitelio
del folículo piloso. Por tanto, la inhibición del EGFR por los distintos fármacos conlleva
a cambios a estos niveles, alterando la proliferación del queratinocito, su diferenciación
y migración, y en definitiva, su fisiología. Estos hechos podrían explicar la xerosis y la
reacción papulopustular4.
Otras toxicidades cutáneas3,4 que pueden aparecer en relación al uso de IEGFR incluyen:
• Los cambios a nivel piloso se definen por tricomegalia, crecimiento más lento del pelo del
cuero cabelludo que se vuelve más fino y rizado, e hipertricosis en la zona facial
205
Cuidados
Continuos
• Telangiectasia
e Hiperpigmentación: como resultado final de la resolución de la erupción
acneiforme. puede agravarse con la exposición solar.
La toxicidad cutánea derivada del uso de IEGFR parece estar relacionada con la respuesta tumoral
y la supervivencia del paciente. Por tanto, la aparición del rash y su severidad podría ser un
marcador predictivo de la eficacia de los IEGFR. Esta correlación ha sido ampliamente estudiada
con Erlotinib y estudios similares se han llevado a cabo con Cetuximab y Gefitinib. No obstante,
estas correlaciones precisan ser validadas con estudios prospectivos, y hoy por hoy, no se puede
asumir que la no aparición de rash con el tratamiento implique la inefectividad del mismo, aunque
sí nos obliga en los pacientes en los que aparezca rash a realizar un buen manejo y tratamiento del
mismo, para mejorar la cumplimentación y agotar la respuesta del tratamiento con IEGFR.
Reacción impacto
TOXICIDADES síntomas sobreinfeccion
pustulo-papular vida diaria
prurito o fragilidad
Moderada Generalizada mínimo no
cutánea leve
Sobreinfectado o
prurito o fragilidad
Severa Generalizada significativo con posibilidad de
cutánea severa
sibreinfección
El objetivo principal del tratamiento de la toxicidad cutánea es aliviar el malestar físico y emocional
que sufren los pacientes, en especial aquellos que tienen un peor pronóstico o se encuentran en
fases de enfermedad avanzada. Si la toxicidad no se trata adecuadamente, la cumplimentación
del tratamiento puede verse comprometida, y en definitiva, sus resultados.
El tratamiento debe de ser individualizado, con una valoración adecuada del tipo y extensión
de las lesiones, precisando en los casos más severos de un manejo multidisciplinar con los
dermatólogos.
Medidas generales:
- Humedecer las zonas secas de la piel 2 veces al día con un emoliente sin alcohol
- Evitar la exposición solar, con aplicación de protector solar 1-2 horas previas a la exposición
206
Cuidados
Continuos
No requiere intervención
LEVE Lavado de las zonas afectadas con jabón antiséptico No requiere
dos veces al día.
Como conclusión podemos resaltar que la toxicidad cutánea es fácilmente manejable y sólo en
casos severos va a precisar la interrupción del tratamiento5.
TOXICIDAD GASTROINTESTINAL
La toxicidad gastrointestinal descrita con los IEGFR es consecuencia del daño producido a nivel
de la mucosa del intestino delgado y colon, produciendo un exceso de fluidos secretados en la
luz intestinal. Parece que el EGF interviene en el mantenimiento de la integridad de la mucosa
y la maduración del epitelio escamoso del tracto gastrointestinal y su deficiencia se relaciona
con la presencia de sintomatología gastrointestinal. De este modo, la diarrea es la principal
toxicidad limitante de dosis de los TKI de EGFR, y se potencia con la adición de otros fármacos
quimioterápicos, como es el caso de la asociación de cetuximab con irinotecan en CCR.
REACCIONES DE HIPERSENSIBILIDAD
Las reacciones infusionales de hipersensibilidad aparecen de forma frecuente en los tratamientos
con mAbs IEGFR, principalmente con el uso de Cetuximab. Aproximadamente, el 20 % de los
pacientes en tratamiento con Cetuximab van a experimentar una reacción de hipersensibilidad
de cualquier grado durante la infusión del fármaco. El 3 % presenta toxicidad grado 3-4, sobre
todo, durante la primera dosis de fármaco; por ello, es obligatoria la premedicación con un
antihistamínico H1 antes de las administraciones.
207
Cuidados
Continuos
Toxicidad,
Modificación de la dosis
NCI-CTC Tratamiento recomendado
del fármaco del estudio
Grado
HIPOMAGNESEMIA
La aparición de hipomagnesemia, es un efecto secundario frecuente con los mAbs IEGFR, que
aparece en el 22 % de los pacientes tratados con Cetuximab7 y en el 39 % de los pacientes tratados
con Panitumumab (4 % presenta hipomagnesemia grado 3-4 que precisa tratamiento mediante
suplementos orales o intravenosos). El mecanismo fisiopatológico consiste en una alteración en la
reabsorción del magnesio a nivel de la porción ascendente del asa de Henle, donde se reabsorbe el
70% del magnesio filtrado y donde EGFR se expresa de forma importante. Cuando se bloquea el EGFR
por los mAbs IEGFR se interfiere en el transporte de Magnesio provocando una depleción del mismo.
Es importante recordar, en los pacientes que estén en tratamiento con Cetuximab o Panitumumab,
realizar una medición rutinaria del magnesio sérico, y sospechar la hipomagnesemia en aquellos
pacientes que desarrollen debilidad muscular durante el tratamiento.
TOXICIDAD PULMONAR
Toxicidad descrita principalmente con los TKI de EGFR, tanto Gefitinib como Erlotinib.
Frecuentemente se trata de una enfermedad pulmonar intersticial cuya fisiopatología no está del
todo aclarada, parece ser que EGFR tiene un papel importante en el mantenimiento y reparación
del tejido epitelial que regula la producción de mucina en las vías aéreas.
208
Cuidados
Continuos
La toxicidad pulmonar por Gefitinib, ocurre típicamente dentro de los primeros 90 días de
tratamiento, con una incidencia en torno al 1-2 % en las series Japonesas y una mortalidad
en torno al 0.87% y una incidencia del 0,3 % en EEUU. Se trata de una neumonía Intersticial de
aparición aguda, siendo fatal en un tercio de los casos y cuya frecuencia aumenta en pacientes
con antecedente de fibrosis pulmonar, historial de tabaquismo y/o radioterapia torácica previa8.
Por todo ello, la indicación de Gefitinib debería ser cuidadosa, especialmente en pacientes
con comorbilidades pulmonares, y en aquellos con sintomatología respiratoria o hallazgos
radiológicos de fibrosis durante los 2 primeros meses de inicio de tratamiento con Gefitinib8.
Se han descrito episodios de pneumonitis con el uso de Erlotinib a dosis de 150 mg (la dosis
habitual), un porcentaje pequeño de pacientes ( 1 %) desarrollaron pneumonitis severa y fallo
respiratorio, produciéndose el fallecimiento en el 100% de los mismos9.
El manejo de la pneumonitis inducida por drogas (tanto de Gefitinib como Erlotinib) consiste
en la interrupción del agente causal y la corticoterapia sistémica. Es importante excluir la
causa infecciosa de la pneumonitis antes de iniciar el tratamiento corticoideo, por el efecto
inmunosupresor que éste ocasiona. En casos severos, el paciente puede precisar del uso de
ventilación mecánica.
Afatinib es un inhibidor irreversible de la familia de receptores ErbB que inhibe el receptor del
factor de crecimiento epidérmico tipo 1 (ErbB1 o EGFR) tipo 2 (ErbB2 o HER2) y el ErbB4.
La diarrea asociada a afatinib suele aparecer normalmente durante las primeras dos semanas
de exposición al fármaco. El diagnóstico y el tratamiento precoz de la diarrea son esenciales para
evitar tener que disminuir la dosis o el abandono del mismo, por ello se recomienda dar fármacos
antidiarreicos al comienzo del tratamiento con una cantidad diaria de líquido de más de dos litros
con sales y azúcar para evitar hiponatremia e hipocaliemia.
209
Cuidados
Continuos
GENERALIDADES
El VEGF es un factor predominantemente proangiogénico, que se une a varios receptores
endoteliales, principalmente VEGFR-1 y VEGFR-2, desencadenando una cascada de señalización
intracelular que permite la proliferación endotelial y la angiogénesis. El VEGF juega un
papel fundamental en diversos procesos fisiológicos como la cicatrización de las heridas y el
mantenimiento de la integridad de la mucosa, por ello, su inhibición puede desembocar en
distintos efectos adversos, poco frecuentes con los tratamientos quimioterápicos clásicamente
utilizados2. Las moléculas que se dirigen específicamente frente a la vía de señalización del VEGF
aprobadas actualmente para el tratamiento de distintos tipos de tumores son:
La principal diferencia entre estos dos grandes grupos de fármacos es la disponibilidad oral de los
inhibidores TK frente a los VEGF, que sólo pueden utilizarse por vía intravenosa. Como consecuencia
de la inhibición de la vía del VEGF, las toxicidades más frecuentemente documentadas, común a
todos ellos y cuyo manejo es necesario conocer son: la hipertensión, la proteinuria, los eventos
tromboembólicos, las complicaciones hemorrágicas y la perforación gastrointestinal.
Hipertensión
Es un efecto de clase de todos los inhibidores de la angiogénesis, tanto de los anticuerpos monoclonales
como de los ITK. Es consecuencia del papel principal del VEGF en regular el tono vasomotor y el
mantenimiento de la tensión arterial. Fisiopatológicamente se explica por la disminución en la producción
y la liberación de óxido nítrico, que es un potente vasodilatador, por parte de las células endoteliales10.
210
Cuidados
Continuos
En el caso de que con la utilización de dos fármacos antihipertensivos a dosis máximas no sea
suficiente para la normalización de cifras, o que la hipertensión se acompañe de signos y síntomas
de daño orgánico, el tratamiento con inhibidores de angiogénesis deberá ser interrumpido11.
Proteinuria
De forma extraordinaria, el uso de inhibidores de angiogénesis puede desembocar en un
síndrome nefrótico o necesitar de hemodiálisis, pero objetivar proteinuria asintomática en los
pacientes tratados con estas nuevas drogas no es infrecuente, sobre todo asociado al uso de
Bevacizumab12.
En la práctica diaria, los pacientes que estén siendo tratados con Bevacizumab requieren
monitorización mensual de su proteinuria en orina de 24 horas, de manera que ante aumento
progresivo de la proteinuria es necesario la reducción de la dosis de tratamiento y si la proteinuria
en orina es mayor a 2 g/24 horas, la interrupción del mismo.
Los factores de riesgo más importantes asociados al desarrollo de estos eventos son: la edad
superior a 65 años, presentar una historia previa de este tipo de patología y desde el punto de
vista fisiopatológico parece ser que el daño endotelial es básico.
Aunque hay datos suficientes para afirmar que el tratamiento anticoagulante combinado con
Bevacizumab es seguro, ante la aparición de cualquier evento tromboembólico atribuible a un
inhibidor de angiogénesis, las recomendaciones actuales consisten en la interrupción inmediata
del tratamiento12.
HEMORRAGIA
El VEGF tiene un papel fundamental en mantener la integridad de los tejidos y la reparación de
las heridas, de modo que su inhibición puede interferir en estos procesos fisiológicos, facilitando
un retraso en la cicatrización y favoreciendo complicaciones hemorrágicas, así como permitiendo
que la integridad tisular se vea amenazada (mucositis).
211
Cuidados
Continuos
Por ello, Bevacizumab no debe administrarse nunca en pacientes con historia reciente de
hemoptisis de más de media cucharada de sangre roja.
También se ha descrito un aumento del riesgo de hemorragia en los pacientes tratados con otros
antiangiogénicos como Regorafenib, apareciendo un 21.4% de efectos hemorrágicos siendo la
mayoría de ellos epistaxis13.
PERFORACIÓN
El uso de inhibidores de la angiogénesis aumenta el riesgo de perforación gastrointestinal
(gástrica, intestino delgado o colon). Típicamente se manifiesta como un abdomen agudo, por ello
la exploración meticulosa y repetida del paciente con dolor abdominal que está siendo tratado
con inhibidores de angiogénesis es obligatoria.
MUCOSITIS
El VEGF, como se ha referido anteriormente, tiene un papel fundamental en el mantenimiento y
la integridad de los tejidos, así como en la reparación de la mucosa dañada. Por ello, su inhibición
puede llevar a lesiones en la mucosa del tracto digestivo. La incidencia de diarrea con Sunitinib
es del 29% (el 3% era grado 3-4), y del 58% para Sorafenib14.
El manejo de estos efectos adversos no difiere de los métodos convencionales del tratamiento de
la mucositis y la diarrea.
212
Cuidados
Continuos
ASTENIA
La administración de inhibidores de la angiogénesis (tanto ITK de VEGFR como anticuerpos
monoclonales anti-VEGF) se asocia con astenia de intensidad leve a moderada, o incremento
de su intensidad. Se considera uno de los efectos secundarios más frecuentes en los pacientes
tratados con ITK con una frecuencia de aparición del 73% en los pacientes tratados con
Sorafenib14, del 51% en los tratados con Sunitinib14-16, del 52% de los tratados con Axitinib17, >30%
con Regorafenib13 y del 14% en los tratados con Pazopanib18 pero con una incidencia de astenia
G3-4 inferior al 10% en todos los casos. La anemia como causa de astenia secundaria al uso de
estos agentes no suele ser frecuente, pero el hipotiroidismo como causa tratable de astenia sí
que debe ser investigado (ya que ocurre en más del 50 % de pacientes tratados con Sunitinib).
HIPERTRANSAMINASEMIA
Ambos agentes, tanto los ITK de VEGFR como los anticuerpos monoclonales anti-VEGF, pueden
producir elevación de cifras de transaminasas, y a veces, hepatotoxicidad limitante de dosis.
COMPLICACIONES NEUROLÓGICAS
El síndrome de leucoencefalopatía posterior reversible (RPLS) con una incidencia de <0.1%
ha sido descrito con el uso de Bevacizumab. Se trata de un trastorno neurológico que se
puede manifestar como cefalea, letargia, confusión, ceguera y otros trastornos neurológicos
consecuencia de edematización de la sustancia blanca posterior. Frecuentemente se asocia a
hipertensión moderada o severa pero no es preciso para el diagnóstico, el cual se hará mediante
técnica de imagen con IRM.
Por ello, los inhibidores de VEGF deben ser usados con precaución en pacientes con hipertensión
arterial mal controlada, administrándose tras un adecuado control de la misma.
213
Cuidados
Continuos
Aparece con una frecuencia aproximada del 45.2% en los pacientes tratados con Regorafenib,
19% de los pacientes tratados con Sorafenib y del 18% de los tratados con sunitinib, pero con una
frecuencia inferior al 5% de grado 3-4 en la mayoría de ellos.
CARDIOTOXICIDAD
La toxicidad cardiaca relevante clínicamente es muy poco frecuente en tratamiento con ITK, siendo
la disfunción ventricular izquierda el principal efecto adverso (hasta un 12% de los pacientes con
CCRm)14-16 con sunitinib, alcanzando G3-4 en 1-2% de los mismos. No obstante en el 27% de los
pacientes tratados con sunitinib presentan disminución de la FEVI.
Las arritmias, incluida bradicardia y la prolongación de los intervalos PR y QT, se han visto
muy rara vez >1% de los casos con sunitinib. En el tratamiento con Pazopanib la disfunción
ventricular izquierda es el principal efecto adverso (hasta un 12% de los pacientes con CCRm)18
En el caso del tratamiento con Bevacizumab se ha objetivado un riesgo de Insuficiencia cardiaca
congestiva (ICC) grados 2-4 del 1.7%12.
HIPOTIROIDISMO
El hipotiroidismo, definido como cuadro clínico caracterizado por astenia, cambios tróficos,
estreñimiento y letargia, así como alteraciones bioquímicas como la elevación de TSH, es un
efecto adverso frecuente secundario al tratamiento con Sunitinib,14,16,,19-21. Se objetivan niveles
anormales de TSH en aproximadamente el 60 % de los pacientes, y un 30 % puede desarrollar
un hipotiroidismo primario y persistente. En este último grupo de pacientes, un 40 % tuvieron
supresión de las concentraciones de TSH previo al desarrollo de hipotiroidismo, sugiriendo
tiroiditis en el mecanismo de producción.
Por lo que respecta al manejo de esta toxicidad, dada la alta frecuencia de hipotiroidismo y los
síntomas inespecíficos acompañantes, los pacientes deberían ser monitorizados (TSH y T4) antes
del comienzo del tratamiento con Sunitinib y cada 2 o 3 meses, teniendo en cuenta que bajos
niveles de TSH en pacientes con leves síntomas de tirotoxicosis puede preceder al establecimiento
del hipotiroidismo.
214
Cuidados
Continuos
Cuando la clínica del hipotiroidismo se ha establecido, ha de ser tratado; incluso debe ser
considerado su tratamiento en aquellos casos con hipotiroidismo subclínico.
HEMORRAGIA SI SI SI SI SI SI
PERFORACION SI SI SI SI SI SI
ASTENIA SI SI SI SI SI SI
DIARREA NO SI SI SI SI SI
EPP NO SI SI SI SI SI
HIPOTIROIDISMO NO NO SI SI SI SI
TOXICIDAD
NO SI SI SI NO SI
CARDIACA
AFLIBERCEPT
Es una proteína recombinante de fusión formado de partes de dos receptores de VEGF fusionados
a una parte de una proteína inmunitaria. Al unirse al VEGF, el ziv-aflibercept le impide que
interactúe con los receptores en las células endoteliales, por lo cual se bloquea el crecimiento y
la formación de vasos sanguíneos nuevos.
215
Cuidados
Continuos
Formación de fístulas y perforaciones: Del estudio pivotal y los distintos estudios fase II y fase
III se notificaron fístulas (anales, enterovesicales, enterocutáneas, colovaginales, intestinales)
en el 1.5% de los pacientes tratados. Además se objetivó un 0.5% de riesgo de perforación
gastrointestinal.
Hipertensión arterial : se notificó hipertensión (todos los grados) en el 41,2% de los pacientes
siendo hasta en un 19.1% grado 3. En la mayoría de los casos apareció en los primeros 2 ciclos
de tratamiento.
TRASTUZUMAB
Anticuerpo monoclonal humanizado IgG1, que se une selectivamente y con alta afinidad al
dominio extracelular del EGFR-2 o HER-2.
Los efectos secundarios más frecuentes asociados al tratamiento con Transtuzumab son:
Cardiotoxicidad
El ensayo clínico pivotal que dio la aprobación de Trastuzumab en el cáncer de mama
metastásico que sobreexpresaba HER-2, se publicó en 2001, siendo la principal toxicidad
observada la cardiotoxicidad28, existiendo mayor riesgo con la edad y al asociar Antraciclinas con
Trastuzumab22.
Los resultados de los ensayos clínicos con Trastuzumab adyuvante muestran que la combinación
de éste con Taxanos administrados de forma secuencial tras la administración de quimioterapia
con régimen de antraciclinas, aumenta el riesgo absoluto de insuficiencia cardíaca congestiva
sintomática (grado III/IV de la NYHA) entre el 0.6 % en el ensayo HERA y el 4.1 % en el ensayo
NSABP B-31.
216
Cuidados
Continuos
Por lo que respecta al manejo de la toxicidad, se ha establecido que ante la aparición de insuficiencia
cardíaca congestiva se ha de interrumpir definitivamente el tratamiento, y temporalmente cuando
se detecte un descenso de la fracción de eyección del 15 % (respecto a nivel basal previo a inicio
del tratamiento) o por debajo del 50 %. Trastuzumab puede ser reiniciado a las 4-8 semanas si se
comprueba que la FEVI retorna a límites normales y la disminución absoluta respecto a su nivel
basal en menor al 15 %.
Hay datos que sugieren que en pacientes con enfermedad metastásica con un descenso significativo
de la FEVI, el tratamiento con betabloqueantes o IECAs puede permitir la reintroducción del
tratamiento con Trastuzumab, asumiendo por parte de la paciente y del médico responsable el
equilibrio riesgo-beneficio22.
Por todo lo expuesto, es muy importante en pacientes que inicien un tratamiento con
Trastuzumab realizar una correcta valoración de la función cardíaca previo al inicio del mismo
y un seguimiento posterior de la misma. Prestando atención a los pacientes en tratamiento
adyuvante libres de enfermedad, que hayan recibido regímenes con Antraciclinas y Trastuzumab,
ya que la cardiotoxicidad puede aparecer a largo plazo.
Reacciones infusiones
Durante la primera infusión de Trastuzumab, en el 40 % de las pacientes, aparece una reacción
consistente en fiebre y escalofríos. Se trata con Paracetamol, resolviéndose el cuadro en la gran
mayoría de casos, únicamente la interrupción permanente de Trastuzumab es requerida en <1%
de pacientes.
Otros signos o síntomas que pueden aparecer durante la reacción infusional son náuseas,
vómitos, dolor (habitualmente en la zona tumoral), rigidez, cefalea, disnea, rash y astenia.
En aquellos pacientes que durante la infusión de Trastuzumab experimenten disnea o hipotensión
clínicamente significativa, se ha de interrumpir la infusión, y se han de iniciar medidas médicas
que incluyan la administración de difenhidramina, broncodilatadores, corticosteroides, oxígeno y
epinefrina, si precisa. De forma que, la administración de trastuzumab deberá ser definitivamente
interrumpida en los pacientes en los que acontezca una reacción infusional severa.
Toxicidad pulmonar
La incidencia de pneumonitis inducida por trastuzumab se estima en un 0,4 a 0,6 %, esta
pneumonitis puede presentarse con una progresión rápida de infiltrados pulmonares y fallo
respiratorio tras haber recibido la primera dosis de trastuzumab o después de 6 semanas de
tratamiento. La mortalidad de esta complicación se sitúa en torno al 0,1 %.
Otra de las toxicidades pulmonares también registrada con el uso de trastuzumab es la alveolitis
neutrofílica aguda y la neumonía organizada tras el tratamiento con trastuzumab
217
Cuidados
Continuos
LAPATINIB
Lapatinib es una pequeña molécula inhibidor tirosin-kinasa (ITK) que presenta una acción
doble: inhibe el dominio tirosin-kinasa intracelular de EGFR/ErbB-1 y HER-2/ErbB-2.
La principal toxicidad derivada del uso del Lapatinib, es la gastrointestinal, y más concretamente
la diarrea. Aparece diarrea de cualquier grado en el 60 % de los pacientes que reciben
tratamiento combinado (lapatinib + capecitabina), sólo el 1 % experimenta diarrea G4. También
es frecuente la aparición de rash que ocurre en el 27 % de los pacientes, tratados con la
combinación.
La seguridad cardíaca del fármaco, también ha sido evaluada. Los datos se han recopilado de
todos los estudios fase I-III, en los cuales se ha objetivado que el 1.6 % de los pacientes tratados
con lapatinib experimentaban una disminución de la FEVI, con una disminución sintomática de
la misma en el 0,2 %.
En el estudio fase III que dio la aprobación a lapatinib no hubieron eventos cardíacos sintomáticos,
y no se objetivaron diferencias estadísticamente significativas en la caída de la FEVI entre los
dos brazos de tratamiento, si bien existía el sesgo de que las pacientes participantes en el
estudio tenían un “buen perfil cardíaco”, ya que previamente habían recibido trastuzumab y
mantenían una buena FEVI23.
TRASTUXUMAB-EMTANSINA
Trastuzumab emtansina, es un conjugado anticuerpo-fármaco dirigido contra HER2 que
contiene el anticuerpo monoclonal IgG1 humanizado anti-HER2 trastuzumab, unido mediante
enlace covalente al inhibidor microtubular DM1. La conjugación de DM1 a trastuzumab
confiere selectividad al agente citotóxico por las células de tumores que sobreexpresan HER2,
lo que potencia el transporte intracelular de DM1 directamente hacia el interior de las células
malignas.
De los ensayos clínicos fase II y fase III del fármaco en que un total de 884 han sido tratados
con T-DM1 se objetiva que las principales toxicidad observadas fueron: (≥25%) hemorragia
(incluido epistaxis), elevación de transaminasas, astenia, dolor musculoesquelético y cefalea,
la mayoría de las cuales grado 1-2. Las Reacciones adversas a medicamentes (RAM) de Grado
3 ó 4 más frecuentes (> 2%) fueron trombocitopenia, fatiga, elevación de las transaminasas,
anemia, hipopotasemia, dolor musculoesquelético y neutropenia24.
218
Cuidados
Continuos
PERTUZUMAB
Anticuerpo monoclonal recombinante humanizado que se une de forma específica al
dominio de dimerización (subdominio II) de la región extracelular del receptor HER2,
inhibiendo por consiguiente la dimerización del receptor. Esto implica un mecanismo de
acción innovador y único, ya que es capaz de bloquear la heterodimerización dependiente
de ligando del receptor HER2 con otros miembros de la familia HER (EGFR/HER1, HER3 y
HER4).
Entre los efectos adversos más frecuentes (>50%) objetivados de las más de 1400 pacientes
tratadas en el ensayo clínico fase III y los distintos ensayos clínicos fase II fueron diarrea,
alopecia y neutropenia. Las RAM de Grado 3-4 más frecuentes (> 10 %) fueron neutropenia,
neutropenia febril y leucopenia, y las reacciones adversas más graves fueron neutropenia
febril, neutropenia y diarrea.25
219
Cuidados
Continuos
GENERALIDADES
Rituximab es un anticuerpo monoclonal quimérico humano-murino, cuya diana molecular a la que se
une es el antígeno CD20. Rituximab produce una rápida eliminación de la circulación de las células B,
de tal forma que los niveles de células B tardan una media de 12 meses en volver a la normalidad tras
finalización del tratamiento.
Los mecanismos por los que rituximab induce la muerte celular son varios: la citotoxicidad dependiente
de complemento, la citotoxicidad celular dependiente de anticuerpo y la estimulación de la vía apoptótica26.
Los datos de seguridad para rituximab en función de los distintos ensayos clínicos realizados han permitido
establecer que los efectos secundarios más frecuentes son los derivados de la infusión del fármaco.
En conjunto, la toxicidad del rituximab en combinación con quimioterapia es bien tolerada, y a excepción
de la reacción infusional y la mayor toxicidad hematológica, no añade mucha más toxicidad relevante al
régimen de quimioterapia utilizado26.
REACCIÓN INFUSIONAL
La reacción infusional asociada a Rituximab de intensidad leve-moderada, y que consiste en
fiebre y escalofríos, ocurre en la mayoría de pacientes durante la perfusión del fármaco; de hecho,
se ha objetivado hasta en el 77 % de los mismos durante la primera infusión, disminuyendo en
subsiguientes infusiones, siendo del 14 % en la octava.
Otros síntomas frecuentes que pueden ocurrir durante la infusión de Rituximab son: náuseas,
astenia, hipotensión, prurito, cefalea, broncoespasmo, rinitis, mialgias y urticaria. Generalmente,
ocurren entre los 30 y los 120 minutos tras haber iniciado la infusión, y se resuelven disminuyendo
la velocidad de perfusión o interrumpiendo la misma, precisando en ocasiones de medidas de
soporte farmacológico.
INFECCIONES
Rituximab induce depleción de células B en el 70 a 80 % de los pacientes con LNH, asociándose
con una disminución de inmunoglobulinas séricas en un mínimo número de ellos. Es por eso, por
lo que el tratamiento con Rituximab, puede predisponer a infecciones.
En datos que disponemos del uso de Rituximab en el tratamiento de LNH folicular o de bajo
grado CD20 positivo en recaída o refractario al tratamiento, la incidencia de eventos infecciosos
fue del 31 %. Procesos infecciosos graves (grado 3 o 4) incluyendo sepsis, se dieron en el 2% de
pacientes.
220
Cuidados
Continuos
4 meses tras el inicio de Rituximab36. Es por ello que los pacientes portadores de VHB (virus
hepatitis B) deberían ser seguidos y monitorizados analíticamente durante el tratamiento y varios
meses después de finalizarlo. Ante aparición de reactivación de VHB, el tratamiento con Rituximab
deberá ser interrumpido inmediatamente e iniciarse la terapia antiviral correspondiente26.
TOXICIDAD HEMATOLÓGICA
En datos que disponemos del uso de Rituximab, la citopenia grado 3 o 4 se objetivó en el 48 %
de pacientes tratados, estas citopenias estaban distribuídas de forma que apareció linfopenia
en el 40 %, neutropenia en el 6%, anemia en el 3% y trombocitopenia en el 2% del total de los
pacientes tratados. La duración mediana de la linfopenia, que fue la toxicidad hematológica más
frecuente, fue de 14 días, aunque puede prolongarse bastante en el tiempo26.
Toxicidad Gastrointestinal
El bloqueo de CTLA-4 ocasiona una alteración de la regulación de la inmunidad de la mucosa
gastrointestinal que ocasiona diarrea y colitis e incluso alteraciones en otros puntos del aparato
digestivo. La afectación fundamental es del colon descendente. Histológicamente se observa un
infiltrado neutrofílico en el 46% de los pacientes, linfocitico en el 15% o mixto en el 38% de los
enfermos .
221
Cuidados
Continuos
La diarrea se observa en el 44% de los pacientes que reciben dosis de 10 mg/kg, con diarrea de grado III a
IV en el 18% de los pacientes . En el estudio de registro de la dosis de 3 mg/kg en segunda línea, la toxicidad
gastrointestinal ocurrió entre el 29 y 32.1% siendo de grado III o superior del 5.8 al 7.6% . Los pacientes
se presentan con diarrea, dolor abdominal, rectorragia y aumento de la frecuencia de deposiciones, en
ocasiones se asocian otras complicaciones como esofagitis, gastritis o yeyunitis . La colonoscopia muestra
úlceras mucosas en los casos severos.27
En la evaluación de estos pacientes con diarrea se realizará diagnóstico diferencial con otras causas como
infecciones o enfermedad intestinal inflamatoria y se determinará la enterotoxina del Clostridium difficile.
Los pacientes con diarrea leve grado I se manejarán de forma sintomática con reposición
hidroelectrolítica y antidiarreicos como la loperamida o el difenoxilato . En las diarreas persistentes
o moderadas de grado II se interrumpirá el tratamiento con ipilimumab, y se administrará
tratamiento sintomático igualmente. Si no hay rápida mejoría se iniciará corticoterapia con
prednisona a dosis de 1 mg/kg/día. Si la diarrea persiste o es de grado III a IV se interrumpirá el
tratamiento anti CTLA-4 y se iniciará corticoterapia intravenosa con metilprednisolona 2 mg/kg
durante una o dos semanas, debiendo reducirse posteriormente de forma muy progresiva en al
menos 4 semanas. Si la corticoterapia a dosis altas no produce mejoría del paciente en 48 a 72
horas se iniciará tratamiento con infliximab.
Toxicidad cutánea
La toxicidad cutánea es la más frecuentemente, apareciendo hasta en el 65% de los casos.
Típicamente es de grado leve siendo de grado III o superior en menos del 3% de los pacientes
(44). Clínicamente aparece tras una media de 3.6 semanas (36, 50), caracterizándose por
lesiones maculopapulares que pueden ser fuertemente pruriginosas. En el 2.5% de los casos se
pueden presentar toxicidades extraordinariamente severas como síndrome de Stevens Johnson,
necrolisis epidérmica toxica o necrosis cutánea.27
Toxicidad Hepática
Aparece en el 3 a 9% de los pacientes tratados siendo de grado III o superior en el 1% de los casos .
Clínicamente suele manifestarse como elevación asintomática de las transaminasas o la bilirrubina
aunque en ocasiones esto se acompaña de síntomas sistémicos como fiebre o malestar 27.
El manejo correcto de estos enfermos requiere que se excluyan otras causas de enfermedad
hepática como la progresión de la enfermedad, las infecciones víricas, la hepatopatía etílica En los
casos de toxicidad grado I a II se omitirá el ipilimumab hasta que se resuelva y se administraran
esteroides a dosis bajas al menos durante 30 días (48). En las toxicidades grado III a IV se finalizará
el tratamiento con ipilimumab y se administrarán corticoides a dosis altas por vía intravenosa.
222
Cuidados
Continuos
Endocrinopatías
Son muy raras y se pueden manifestar desde síntomas leves e inespecíficos llegando hasta
complicaciones potencialmente mortales. Puede aparecer hipotiroidismo, hipertiroidismo
asociado a tiroiditis, hipopituitarismo, hipofisitis, insuficiencia suprarrenal e hipogonadismo27
La hipofisitis es el trastorno endocrinológico más frecuentemente asociado a ipilimumab
ocurriendo en el 1-6% de los pacientes que reciben tratamiento 27. Se supone que es producida
por la infiltración linfocítica de la hipófisis seguida del daño a las células productoras de
hormonas. Clínicamente se manifiesta por cefalea, mareo, debilidad y alteraciones visuales y
se suele producir más allá de seis semanas después de haber comenzado el tratamiento con
ipilimumab. La IRM con gadolinio muestra un hipófisis aumentada de tamaño y heterogénea
siendo estos hallazgos inespecíficos .
OTRAS MOLÉCULAS
MATINIB MESYLATO
Imatinib es un inhibidor selectivo de la señal de trasnducción capaz de inhibir los receptores de
tirosin-kinasa BCR-ABL, C-KIT y PDGF (factor de crecimiento derivado de plaquetas) .
De los datos de tolerabilidad obtenidos de los distintos estudios podemos decir que los efectos
secundarios más frecuentes producidos por Imatinib son29:
223
Cuidados
Continuos
Toxicidad no hematológica
El Rash fue el efecto adverso reportado en todos los estudios analizados con frecuencia 20-66%,
siendo unos de los efectos no hematológicos más frecuentes. Además del rash se han objetivado
otras toxicidades cutáneas asociadas al tratamiento con Imatinib, como son: la hiperpigmentación
o hipopigmentación de la piel y el cuero cabelludo, la siringometaplasia escamosa ecrina, la
pitriasis rosada de Gilbert y el riesgo más elevado de sufrir infección por herpes zoster.
Las algias son también efectos adversos frecuentemente asociados al tratamiento con Imatinib,
consistente en dolor abdominal (27%), artralgias (13-28%), mialgias (21%) y dolores óseos.
Toxicidad hematológica
La toxicidad hematológica más frecuentemente observado en los 3 ensayos prospectivos fueron:
neutropenia 37.6%, trombocitopenia 20.4% y anemia 9.3%. Altas dosis se asociaron con mayor
mielosupresión y estos efectos secundarios fueron observados más frecuentemente en pacientes
con crisis blástica.
De la misma forma, Everolimus, es un inhibido m-TOR con biodisponibilidad oral que se une con
gran afinidad a su receptor intracelular FKBP12, interaccionando dicho complejo con m-TOR e
inhibiendo la cascada de señales.
Los efectos tóxicos más frecuentemente observados37 (>30%) en el tratamiento con ambos
inhibidores fueron: rash, astenia, mucositis, náuseas, edemas y anorexia: La alteraciones
de laboratorio más frecuentes (>30%) fueron: anemia, hiperglucemia, hiperlipemia e
hipercolesterolemia30.
224
Cuidados
Continuos
Reacciones de hipersensibilidad: manifestadas como anafilaxia, disnea, flushing y dolor precordial, son
el efecto secundario más frecuentemente asociado con la infusión de Temsirolimus, siendo necesario
premeditar al paciente con antihistamínicos (difenhidramina) 30 minutos antes de la infusión.
La astenia apareció en el 50% de los pacientes tratados con ambos fármacos, de los cuales el
11% presentaron grado 3-4.
Neumonitis Intersticial se ha objetivado hasta 29% de los pacientes tratados con Temsirolimus30 y 13%
de los tratados con everolimus, siendo hasta un 15% grado 3-4 en el tratamiento con Temsirolimus que
solo se objetiva en un 3% con everolimus31. Los síntomas principales son la tos y la disnea, aunque la
manifestación más habitual son los hallazgos radiológicos (patrón en vidrio deslustrado en 71% de los
casos). Suele aparecer en las primeras 8 semanas de tratamiento y las causas no han sido establecidas.
Las principales toxicidades obtenidas de los estudios pivotales fueron: la astenia (61 %), diarrea
(57 %), estreñimiento (42 %), neuropatía periférica (36 %), trombocitopenia (35 %), pirexia (35 %),
vómitos (35 %) y anemia (26 %).
Como toxicidad reseñable con el uso de bortezomib, destacar la reactivación de la infección por virus
herpes zoster y herpes simple, documentada en el13 % de los pacientes que recibieron este tratamiento.
225
Cuidados
Continuos
Las principales toxicidades asociadas al tratamiento con vemurafenib en los ensayos clínicos
fueron: cutáneos, artralgia y astenia. Se objetivaron reacciones cutáneas de fotosensibilidad
grado 2-3 hasta en el 12% de los pacientes32.
Carcinomas cutáneos: Se han notificado casos de Carcinoma de células escamosas en pacientes tratados
con vemurafenib. La incidencia en todos los estudios fue aproximadamente del 20%. La mayoría de las
lesiones extirpadas, analizadas por un laboratorio central independiente para su evaluación patológica,
fueron clasificados como un subtipo de carcinoma de células escamosas (CCE)- queratoacantoma o
caracterizados como queratoacantoma mixto (52%). Se manifestó normalmente al comienzo del tratamiento
con un tiempo medio hasta la primera aparición de entre 7 y 8 semanas. Los casos fueron normalmente
tratados mediante una simple extirpación quirúrgica y los pacientes generalmente continuaron con el
tratamiento sin modificar la dosis. Reacciones de hipersensibilidad: Se han notificado reacciones graves
incluyendo anafilaxia. Las reacciones graves de hipersensibilidad pueden incluir el síndrome de Stevens-
Johnson, rash generalizado, eritema o hipotensión. En los pacientes que experimenten reacciones graves
de hipersensibilidad, se debe interrumpir permanente el tratamiento.
Prolongación del intervalo QT: En un estudio fase II, no controlado, abierto, en pacientes con melanoma
metastásico previamente tratados, se ha observado una prolongación del intervalo QT dependiente de
la exposición. La prolongación del intervalo QT puede dar lugar a un aumento del riesgo de arritmias
ventriculares, incluyendo Torsade de Pointes. No se recomienda el tratamiento con vemurafenib en
pacientes con alteraciones no corregibles de los parámetros electrolíticos (incluyendo el magnesio), con
síndromedeQTlargooqueestántomandomedicamentos,delosqueseconocequeprolonganelintervaloQT.
Antes del tratamiento con vemurafenib, después de un mes de tratamiento y tras la modificación de la
dosis, se debe controlar el electrocardiograma (ECG) y los electrolitos (incluyendo el magnesio) en todos
los pacientes.
Crizotinib es una molécula pequeña, inhibidor selectivo del receptor tirosina-quinasa (RTK) ALK
y sus variantes oncogénicas (es decir, eventos de fusión de ALK y mutaciones seleccionadas de
ALK). Crizotinib inhibe también la actividad tirosina-quinasa del receptor del factor de crecimiento
de los hepatocitos (HGFR, c-Met).
La reacciones adversas de cualquier grado más frecuentes (>20%) fueron trastornos de la visión,
náuseas, diarrea, vómitos, edema, estreñimiento y cansancio. Las reacciones adversas de grado
3 ó 4 más frecuentes (≥3%) en ambos estudios fueron aumento de la ALT y neutropenia.33
Destacar la elevada frecuencia de trastornos de la visión (60% de los pacientes), tales como
diplopia, fotopsia, visión borrosa, alteración de la visión y moscas volantes. Estos eventos se
notificaron como leves (96%), moderados (3%) y graves (<1%) con una mediana de tiempo hasta
el comienzo de 10 días.
226
Cuidados
Continuos
Se debe destacar por su gravedad, que Crizotinib se ha asociado a casos de neumonitis de carácter
grave, potencialmente mortal o mortal relacionada con el tratamiento, con una frecuencia
del 1%. Todos estos casos se produjeron en el plazo de los 2 meses siguientes al comienzo
del tratamiento. Se debe monitorizar a los pacientes con síntomas pulmonares indicativos de
neumonitis. Debe interrumpirse el tratamiento si se sospecha neumonitis.
Se ha observado prolongación del intervalo QTc, que puede dar lugar a un incremento en el riesgo
de taquiarritmias ventriculares (por ejemplo, Torsade de Pointes) o muerte súbita. El riesgo de
prolongación del intervalo QTc puede aumentar en pacientes en tratamiento concomitante con
antiarrítmicos y en pacientes con enfermedad cardiaca relevante pre-existente, bradicardia o
alteraciones electrolíticas.
227
Cuidados
Continuos
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229
Metatasis oseas.
Tratamiento Multidisciplinar
Dr. José Ángel Arranz Arija
F.E.A. Servicio Oncología Médica
Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Madrid
El hueso es la tercera localización metastásica más frecuente después del pulmón e hígado. El
80% de las metástasis óseas en mujeres tienen su origen en carcinomas de mama o pulmón, o
en carcinoma de próstata o pulmón en el caso de los varones. El resto se originan sobre todo a
partir de tumores primarios de riñón, colon, tiroides, o de origen desconocido.
La gran mayoría de las metástasis óseas ocurren en el esqueleto axial y proximal, por orden de
frecuencia: columna vertebral, pelvis, costillas y extremidades proximales. Salvo en el caso del cáncer
de pulmón, las metástasis distales al codo o rodilla son muy raras. Se estima que aproximadamente
un 10% de los pacientes oncológicos desarrollarán metástasis en la columna vertebral.
Las metástasis óseas se manifiestan habitualmente por uno o varios de estos cinco síndromes
clínicos:
• Dolor
• Hipercalcemia
• Fracturas patológicas
• Síndrome de compresión medular
• Síndrome de compresión radicular
En un 10% – 20% de los casos la presencia de una fractura patológica, compresión medular o
insuficiencia medular son el primer signo de diseminación ósea.
231
Cuidados
Continuos
MÉTODOS DIAGNÓSTICOS
El diagnóstico fundamental se realiza mediante la demostración radiológica de una lesión ósea
compatible con metástasis. El diagnóstico diferencial se plantea con tumores óseos primitivos,
infiltración por linfoma, mieloma, displasia fibrosa, osteomielitis y enfermedad de Paget. Las
principales técnicas radiológicas usadas en el diagnóstico de metástasis son:
• Radiología simple: útil para el diagnóstico básico (presencia de una o varias lesiones
destructivas óseas), las características de la mismas (lítica, blástica o mixta), así como para
evaluar el grado de erosión de la cortical. En pacientes con mieloma múltiple la serie ósea
forma parte de la evaluación básica de la enfermedad.
• Tomografía axial computarizada: es la técnica más sensible para detectar destrucción ósea,
así como para cuantificar el grado de destrucción de la cortical.
• Resonancia magnética nuclear: es la técnica más sensible para la evaluación de la extensión
anatómica intramedular y/o extra-ósea de la lesión, así como para confirmar/descartar
la presencia de compresión medular o radicular en pacientes con lesiones de columna
vertebral.
• Ganmagrafía ósea: es una técnica muy sensible para la detección de lesiones ocultas sin
traducción clínica o radiológica, así como para la evaluación de su actividad biológica.
El diagnóstico debe incluir también una valoración del riesgo de fractura, que es mayor en
pacientes con metástasis líticas, en diáfisis de huesos sometidos a carga, con rotura de la
cortical, y con lesiones múltiples4.
Algunos datos analíticos pueden ayudar también al diagnóstico de metástasis óseas. La fosfatasa
alcalina refleja actividad de los osteoblastos, que si es en respuesta a una actividad osteolítica,
indirectamente indica actividad tumoral. Su elevación es por tanto inespecífica, y puede no estar
elevada en lesiones puramente líticas. Algunos tumores presentan elevación de los marcadores
tumorales (CEA, Ca 15,3, Ca 19,9, PSA, o pico monoclonal). El N-telopeptido del colágeno tipo II
es un marcador de resorción ósea pero su uso no está generalizado.
232
Cuidados
Continuos
En pacientes sin tumor primario conocido o con imagen radiológica dudosa, es aconsejable la
realización de una biopsia, preferiblemente de lesiones con componente de partes blandas o
de una zona mecánicamente segura (mejor metáfisis que diáfisis, mejor acetábulo que cuello
femoral, etc). La biopsia percutánea con aguja gruesa obtiene resultados positivos en el 65% de
los casos si la lesión es lítica, pero solo en el 35% de las blásticas. El éxito diagnóstico de las
biopsias abiertas es del 85%.
Es importante destacar que ante una lesión sospechosa y única, y sobre todo en ausencia de un
diagnóstico oncológico previo, se debe considerar la posibilidad de un tumor primario óseo, y por
tanto no se deben realizar maniobras diagnósticas ni terapéuticas que faciliten su diseminación
ni comprometan su curabilidad.
Analgesia
El tratamiento analgésico es una parte esencial en el manejo terapéutico de los pacientes con
metástasis óseas, pues supone una gran contribución al mantenimiento de su calidad de vida.
Para ello es fundamental el uso adecuado de analgésicos y co-analgésicos, que modulan la
transmisión del dolor. En función de la intensidad del dolor, se seguirán los diferentes niveles de
analgesia de la Escala de la OMS, empezando por tratamiento analgésico no opioide (paracetamol
y AINEs) para el dolor leve, añadiendo analgésicos opiodes débiles (codeína, tramadol), o potentes
(morfina, oxicodona, hidromorfona y fentanilo), para el dolor moderado y severo.
La elección del tratamiento sistémico para la enfermedad metastásica ósea se basa en los mismos
criterios que los utilizados para otras manifestaciones metastásicas de la neoplasia, por lo que el
tratamiento debe ser elegido según el tipo de tumor. En dicha elección hay que tener en cuenta,
además de la edad y el estado funcional del paciente, el hecho de que en tumores hematológicos
como el mieloma, o incluso en tumores sólidos como algunos adenocarcinomas, puede haber
también infiltración de la médula ósea, por lo que existe un mayor riesgo de mielotoxicidad con
la administración de agentes citostáticos.
233
Cuidados
Continuos
Hay que tener especial cuidado a la hora de valorar la respuesta a los tratamientos sistémicos ya
que, en ocasiones, una aparente recalcificación de lesiones puede corresponder en realidad a la
progresión de lesiones mixtas con componente osteoblástico, y una mejor visualización de una
lesión en respuesta, debido al depósito de calcio, puede ser interpretada como progresión. La
mejoría en las lesiones de partes blandas puede ayudar a la correcta valoración del tratamiento.
Tratamientos locales
• Radioterapia
La radioterapia es el tratamiento paliativo más utilizado para la mayoría de las metástasis óseas
dolorosas, y también para evitar y tratar la aparición de un síndrome de compresión medular. Los
esquemas de tratamiento, dosis y campos, deben ser diseñados por el oncólogo radioterapeuta,
quien además debe valorar las dosis de irradiación que recibirán los tejidos adyacentes, como por
ejemplo la médula espinal, que en ocasiones son limitantes. En determinadas localizaciones, es
posible plantear reirradiación de áreas previamente tratadas, tanto como parte del tratamiento inicial
del tumor primario (por ejemplo cáncer de próstata o mama), como de metástasis sintomáticas.
Los pacientes con síndrome de compresión medular, tienen una posibilidad de mejoría de más
del 60% cuando inician la radioterapia con poca o ninguna sintomatología neurológica, pero en
aquellos que ya presentan alteración de esfínteres, menos del 40% recuperan su función tras el
tratamiento. Los mejores resultados se obtienen en pacientes con un buen performance status, y
que están en régimen ambulatorio (escasa sintomatología), o tienen solo una historia muy recortada
de inmovilidad (menos de 24 horas). Estos pacientes deben empezar el tratamiento antes de 24
horas, pues se trata de una verdadera urgencia terapéutica. El esquema más recomendado para
reducir el riesgo de recidiva es la administración de 20 Gy en 5 fracciones o 30 Gy en 10 fracciones6.
• Tratamiento quirúrgico
De forma general, el tratamiento quirúrgico de las metástasis óseas está indicado cuando haya
dolor no controlado por medios habituales, presencia o riesgo de déficit neurológico (compromiso
nervioso, radicular o medular), presencia o riesgo de fracturas que originen inestabilidad o pérdida
de función, o necesidad de citorreducción que facilite la actuación de otros procedimientos.
La cirugía de metástasis en huesos largos o pelvis está indicada en caso de que exista una
fractura patológica o ésta sea inminente. Aproximadamente el 90% de estas situaciones ocurren
en el fémur o región peri-acetabular y húmero. En estos casos, la destrucción ósea a menudo se
extiende proximal y distal al sitio de la fractura real, y para obtener una adecuada consolidación
234
Cuidados
Continuos
Tambien se puede hacer cirugía menos invasiva sobre lesiones con fractura – aplastamiento de
columna vertebral ocasionadas por la infiltración metastásica del hueso. La vertebroplastia consiste
en la inyección percutánea de cemento (metilmetacrilato) en el cuerpo vertebral, con intención de
aliviar el dolor y de que sirva de soporte interno, evitando así que progrese el colapso de la vértebra
fracturada. La cifoplastia consiste en la inserción de un globo en el interior del cuerpo vertebral
fracturado con intención de expandirle, para posteriormente retirarlo e inyectar el cemento. De esta
forma se consiguen mejores resultados no solo respecto a la mejoría del dolor, sino también en la
restauración de la altura del cuerpo vertebral y de la cifosis producida tras el colapso vertebral. Su
eficacia es mayor cuando se realizan en los primeros meses tras la fractura.
La indicación de estas técnicas debe ser realizada por un especialista, pero de forma general se emplean
en el tratamiento paliativo de hemangiomas sintomáticos, y en fracturas vertebrales osteoporóticas
dolorosas o producidas por metástasis óseas osteolíticas, mieloma múltiple, infiltración linfomatosa,
histiocitosis y otras. Estas técnicas no están indicadas en pacientes con tumores primarios vertebrales,
alteraciones de la coagulación, sospecha de infección en la vértebra o sus proximidades, ni en pacientes
con antecedentes de alergia al cemento o contraste. Existe contraindicación para ellas, al menos relativa,
en pacientes con intrusión del muro posterior en el canal medular. Las principales complicaciones
del procedimiento son debidas a la salida del cemento desde el cuerpo vertebral hacia los espacios
paravertebrales (disco intervertebral, foramen, venas epidurales anteriores, etc.), lo que puede
ocasionar compresión medular o radicular (especialmente peligrosos en columna cervical y torácica),
e incluso embolismo pulmonar por metacrilato. Para reducir este último riesgo, no es recomendable
tratar más de 3 niveles vertebrales en una sola sesión. En cualquier caso, y aunque dos revisiones
sistemáticas avalan la utilidad de estas técnicas, sería recomendable la realización de ensayos clínicos
mejor diseñados antes de recomendar definitivamente su utilización de forma más generalizada11,12.
• Bifosfonatos
Los bifosfonatos son fármacos sintéticos análogos del pirofosfato inorgánico, que tienen una
alta afinidad por el calcio, por lo que tras su administración se fijan en el hueso, actuando allí
como fármacos inhibidores de la resorción ósea osteoclástica, aunque el mecanismo molecular
preciso que da lugar a esta inhibición no está del todo aclarado.
235
Cuidados
Continuos
Varios ensayos clínicos han demostrado la eficacia de AZ en cáncer de mama, cáncer de próstata
resistente a la castración y otros tumores sólidos, en cuanto a su capacidad para reducir el riesgo
de aparición de EREs, y retrasar el tiempo hasta su aparición 14, 15, 16.
> 60 4,0 mg
50-60 3,5 mg
40-49 3,3 mg
30-39 3,0 mg
236
Cuidados
Continuos
Los efectos secundarios más frecuentes son hipocalcemia (5%), osteonecrosis mandibular
(ONM, 1.3%) y reacciones de fase aguda con síntomas pseudogripales que pueden durar hasta 3
días después de la infusión.
Todos los pacientes deben tomar suplementos de al menos 500 mg de calcio y 400 UI de vitamina
D diarios, excepto si presentan hipercalcemia.
Los pacientes que en los ensayos clínicos desarrollaron ONM generalmente presentaban
factores de riesgo conocidos, como procedimientos dentales invasivos, higiene bucal deficiente u
otra enfermedad dental preexistente, infecciones, o tratamientos concomitantes (quimioterapia,
radioterapia en cabeza y cuello, o inhibidores de la angiogénesis). Se recomienda la realización
de una revisión dental con un tratamiento odontológico preventivo antes de iniciar el tratamiento
con AZ. Durante el tratamiento, estos pacientes deben evitar someterse a procedimientos
dentales invasivos.
Las reacciones de fase aguda que ocurren tras la primera administración de AZ son transitorias
y no constituyen un motivo para su retirada. Estos síntomas pueden minimizados mediante la
administración preventiva de analgésicos.
• Denosumab
Denosumab es una anticuerpo monoclonal humanizado (IgG2) que se une con alta afinidad y
especificidad a RANKL, impidiendo la activación de su receptor RANK localizado en la superficie
de los precursores de los osteoclastos, y en los osteoclastos. De esta forma se evita la interacción
RANKL/RANK, y se inhibe la formación, función y supervivencia de los osteoclastos, lo cual
provoca el descenso en la resorción ósea.
Denosumab está indicado en la prevención de EREs en adultos con metástasis óseas de tumores
sólidos. La eficacia y la seguridad de denosumab frente a ácido zoledrónico se ha comparado
en tres ensayos aleatorizados, realizados de forma doble ciego, en pacientes con neoplasias
avanzadas con afectación ósea, que nunca habían sido tratados con bisfosfonatos por vía
intravenosa: adultos con cáncer de mama, otros tumores sólidos o mieloma múltiple y cáncer de
próstata resistente a la castración. En ellos, denosumab demostró superioridad frente a AZ en
retrasar el tiempo hasta la aparición del primer ERE y posteriores17, 18, 19.
La dosis recomendada es 120 mg administrados en una única inyección por vía subcutánea cada
4 semanas, en el muslo, abdomen o la parte superior del brazo. No se requieren ajustes de
dosis en pacientes con insuficiencia renal. La experiencia en pacientes sometidos a diálisis o con
insuficiencia renal grave (Clcr < 30 ml/min) es limitada.
Los efectos secundarios más frecuentes son hipocalcemia (9.6%) y ONM (1.8%). Todos los
pacientes deben tomar suplementos de al menos 500 mg de calcio y 400 UI de vitamina D diarios,
a no ser que presenten hipercalcemia. Las recomendaciones para evitar la ONM son las mismas
que en el tratamiento con AZ.
• Radiofármacos
Los radiofármacos son fármacos emisores de radiación que se unen con alta afinidad a
los huesos, especialmente en la zona en que se encuentran las metástasis. Los diversos
radiofármacos difieren entre sí en su composición química, en el tipo de partículas que emiten,
vida media, y dosis terapéuticas utilizadas. Los tres radiofármacos disponibles hasta la fecha son
237
Cuidados
Continuos
El Radio-223 es un nuevo radiofármaco emisor de partículas alfa que está indicado para el
tratamiento de pacientes con carcinoma de próstata resistente a castración, con metástasis
óseas sintomáticas y sin metástasis viscerales conocidas. Un estudio fase III reciente, se ha
demostrado que este radiofármaco incrementa tanto la supervivencia global como el tiempo
hasta la aparición del primer ERE20.
238
Cuidados
Continuos
BIBLIOGRAFÍA
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Cuidados
Continuos
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240
DERRAME PLEURAL, ASCITIS
Y DERRAME PERICARDICO
Dr. Francisco Javier Barón Duarte
Servicio de Oncología Médica
Complejo Hospitalario Universitario de Santiago. A Coruña
DERRAME PLEURAL
Es el acumulo anormal de líquido en la cavidad pleural.
INCIDENCIA
La incidencia estimada de Derrame Pleural (DP) en países occidentales es de 320 casos por
100,000. 1
PREVALENCIA
El 75% de los DPN son debidos a cáncer de pulmón, mama, ovario y linfomas. 3 En un Hospital
General el 25% de todos los DP son DPN y en pacientes con neoplasias el 30 a 70% de los DP son
exudados. 3
PRONÓSTICO
Las supervivencias mejoran conforme aumenta la eficacia de los tratamientos sistémicos
antineoplásicos. Se consideran factores pronósticos el recuento leucocitario mayor de 12.000,
albumina sérica ≤ 35 g/L y pO2 < 71 mm Hg con una mediana de supervivencia de 42 días si están
presentes los 3 factores y 702 días si no está presente ninguno 4.
El drenaje pleural de cualquier tipo no mejora per se la supervivencia aunque puede mejorar el
confort y calidad de vida del paciente. Incluso en presencia de una neoplasia conocida el derrame
pleural del paciente es benigno en un 50% de casos. 5
241
Cuidados
Continuos
ETIOPATOGENIA
La pleura es una membrana serosa que recubre el parénquima pulmonar, mediastino, diafragma e
interior de la cavidad torácica de forma continua con transición entre pleura parietal y visceral en el hilio
pulmonar. Se forma de células mesoteliales sobre tejido conectivo con vasos sanguíneos y linfáticos y se
comporta como membrana semipermeable. El líquido pleural lubrica el movimiento de los pulmones
producido por los cambios de volumen durante las fases de la respiración. Es un ultrafiltrado plasmático
que se forma y reabsorbe constantemente en equilibrio con la presión hidrostática y oncótica de la sangre.
Las dos pleuras tienen Acuoporinas, proteínas transmembrana, que delimitan un canal y dejan pasar
pequeñas moléculas al espacio pleural como la glucosa pero no grandes moléculas como la albúmina. Se
produce un pequeño flujo continuo de líquido que forma una película de unos 10 mm de grosor.
Uno o más de estos mecanismos generan DP que puede producir alteraciones en la fisiología
y mecánica respiratoria. Un pulmón no expansible (PNE) es una complicación mecánica por la
cual el pulmón no es capaz de expandirse hasta la pared torácica, impidiendo la normal aposición
entre las pleuras visceral y parietal. La restricción de la pleura visceral es la causa más habitual.
El PNE se subdivide en: pulmón en proceso de atrapamiento (PPA) y pulmón atrapado (PA) que
son dos etapas evolutivas de un continum en el que la afectación inflamatoria o neoplásica de la
pleura visceral se resuelve con tratamiento específico (PPA) o genera fibrosis de la pleura visceral
que impide la expansión pulmonar durante la extracción del líquido pleural (PA). Este hecho tiene
drásticas repercusiones en la decisión terapéutica respecto al tipo de drenaje pleural. 6
• Signos y síntomas: la disnea, tos, y dolor pleurítico son los más comunes.
• Semiología: se halla matidez a la percusión, disminución o ausencia de vibraciones vocales
e hipoventilación.
• Laradiografía de tórax posteroanterior y lateral suele confirman la presencia de DP de más
de 75 ml. El DP puede borrar el ángulo costofrénico, presentar localización subpulmonar
simulando elevación del diafragma, o situarse entre la cisura o a nivel mediastinico. Los
grandes derrames pueden llegar a opacificar un hemitórax produciendo desplazamiento
del mediastino al lado opuesto. En caso de derrames pequeños estos pueden detectarse
radiográficamente en decúbito lateral sobre el lado afectado, por ecografía pleural o TAC.
242
Cuidados
Continuos
El DPN suele ser un exudado producido por aumento de permeabilidad y se define por la presencia
de uno de estos tres criterios: ratio Proteínas del líquido pleural/proteínas séricas >0,5, ratio LDH del
líquido pleural/LDH sérica >0,6 o LDH del líquido pleural más de dos tercios del límite superior normal
para el suero. Son los criterios de Light cuya especificidad no alcanza el 100 %
Estudio citológico: sensibilidad media del 60 %. Si no se obtiene un resultado con la primera muestra,
debe remitirse una segunda, una tercera toracocentesis solo mejora la rentabilidad en un 5% y debe
evitarse.
TRATAMIENTO
El objetivo global es proporcionar rápido alivio de síntomas, calidad de vida con estancias hospitalarias cortas
y el menor número de procedimientos y efectos adversos posibles. Se recomienda establecer un pronóstico
de supervivencia (Sup.) pues solo los DPN de linfomas y neoplasias germinales con curables.
Para establecer pronóstico es útil el PAP score. Si la Sup. estimada es de < 1 mes (grupos B y C del PAP
score) el tratamiento será conservador potenciando el uso de opioides para el tratamiento sintomático de la
disnea/dolor así como corticoides y Oxigenoterapia si fuera preciso. Se puede valorar toracocentesis si con
ella el paciente obtiene alivio de los síntomas. Si el PAP score da supervivencia > 1 mes se pueden plantear
opciones derivativas del DPN así como Tto. antineoplásico.
243
Cuidados
Continuos
El mejor método para prevenir la reacumulación del derrame pleural aún no está plenamente
establecido. Lo más utilizados son el catéter pleural permanente o la pleurodesis por inyección
de sustancia esclerosante pleural.
ALGORITMO
• SUP < 1 MES… TTO DE SÍNTOMAS (dolor, disnea, tos..) con opioides, corticoides,
oxígeno…+ ¿toracocentesis?
Toracocentesis
Reacumulación
Pulmón rápida
Atrapado (< 3-4 semanas)
Si No
Catéter
Pleurodesis
permanente
244
Cuidados
Continuos
• Colon, gástrico, mama, páncreas pulmón pueden causar carcinomatosis peritoneal y/o
metástasis hepáticas masivas que conducen a producción de líquido por las células
tumorales a la cavidad peritoneal, obstrucción/compresión de venas portales o fallo
hepático.
• Linfomas causan obstrucción de ganglios linfáticos con acúmulo de ascitis quilosa. Se
detectan en líquido linfocitos de alto grado pero no masa.
245
Cuidados
Continuos
CLÍNICA
El paciente manifiesta distensión, dolor abdominal (por invasión de nervios, compresión
capsular hepática o presión de la pared abdominal), acortamiento de la respiración, saciedad
precoz.
DIAGNÓSTICO
Se basa en:
• Exploración física: puede evidenciarse signo de la oleada, matidez cambiante, nódulo no herniario
adyacente a ombligo (nódulo de la Hermana Mary Joseph, sugestivo de malignidad). En ocasiones
vemos datos de fallo cardiaco, estigmas de cirrosis, ictericia, ginecomastia, distensión yugular.
246
Cuidados
Continuos
• Terapias dirigidas:
- Peritonectomía con quimioterapia intraperitoneal: en mujeres con cáncer de
ovario, la causa más común de carcinomatosis peritoneal, el tratamiento de elección es
este13. Más de la mitad de las pacientes con cances de ovario avanzado tendrá una remisión
completa aunque sólo el 10-30% permanecen libres de progresión a largo plazo. Pacientes
con mesotelioma, pseudomixoma peritoneal y posiblemente pacientes seleccionados
con carcinomatosis peritoneal aislada de adenocarcinoma de apéndice o colorrectal
pueden beneficiarse de terapia citorreductora agresiva con quimioterapia intraperitoneal
hipertérmica.La administración de quimioterapia intraperitoneal permite contacto directo
de altas concentraciones de drogas antineoplásicas con la cavidad peritoneal.
- AntiVEGFR: El VEGFR parece tener un papel importante en permitir a los tumores
llegar al peritoneo y parece que alivian sintomáticamente a las mujeres con ascitis
refractaria.
- Catumaxomab: es un anticuerpo contra la molécula de adhesión epitelial (EpCAM)
y el antígeno de células T CD3. Disponible en EE.UU como terapia contra carcinomas
epiteliales EpCAM positivos 14.
DERRAME PERICARDICO
El pericardio es un saco fibroelástico que recubre el corazón y la raíz de los grandes vasos. Está compuesto
por una capa visceral y otra parietal, separadas por una cavidad que contiene entre 50 y 100 mililitros de
un fluido lubrificante ultrafiltrado del plasma. Se entiende por derrame pericárdico la presencia de una
cantidad de líquido mayor a la citada, y se define el taponamiento cardíaco como el síndrome secundario
a la compresión del corazón por un derrame pericárdico. Ambas entidades son un continuum en cuanto
a la gradación de la severidad de la afectación pericárdica, que va desde ligeros aumentos de la presión
intrapericárdica sin repercusión clínica, hasta un cuadro de bajo gasto cardíaco que desemboca en la
muerte del paciente si éste no recibe un tratamiento adecuado.15
EPIDEMIOLOGÍA
El cáncer es la causa más frecuente de derrame pericárdico en el mundo occidental. En las series
autópsicas la afectación pericárdica está presente en el 15-30% de los pacientes oncológicos. Los tumores
pericárdicos primarios (e.g. mesoteliomas, fibrosarcomas, etc.) son excepcionales, siendo lo más
frecuente la afectación metastática. El cáncer de pulmón en primer lugar, seguido por el
247
Cuidados
Continuos
cáncer de mama y en tercer lugar las neoplasias hematológicas (leucemias y linfomas) son los tumores
que con más frecuencia afectan al pericardio. Hasta en el 20% de los casos, el derrame pericárdico
puede ser la primera manifestación de una neoplasia, y es la razón por la que debe excluirse un cáncer
en todos los casos de enfermedad pericárdica aguda que debuta como taponamiento cardíaco, o con
un rápido aumento de derrame pericárdico, o un curso recurrente del mismo. Otros derrames
pericárdicos no neoplásicos en pacientes oncológicos son los secundarios a la pericarditis post-
irradiación torácica; los inducidos por fármacos, o los de causa infecciosa.16
ETIOPATOGENIA
Los pacientes con tumores malignos pueden desarrollar enfermedad pericárdica fundamentalmente
por extensión directa o diseminación metastásica a través de vasos linfáticos o sangre en el pericardio.
En la mayoria de los casos la invasión metastática obstruye el drenaje linfático y venoso cardíaco
originando un derrame pericárdico.
DIAGNÓSTICO
Las manifestaciones clínicas secundarias a la presencia de derrame pericárdico son inespecíficas y
dependen en gran medida de la velocidad de acumulación de fluido en el espacio pericárdico y de la
distensibilidad de éste. Aquellos pacientes que presentan derrames de crecimiento lento y progresivo
pueden estar asintomáticos con acúmulos de fluido pericárdico de más de 1 litro, mientras que un
acúmulo de sólo 150 mililitros puede provocar un taponamiento cardiaco si se origina de forma
aguda.17
Síntomas y signos:
Los síntomas asociados a la presencia de un derrame pericárdico son por orden de frecuencia:
disnea, tos, ortopnea y dolor torácico. Los signos clínicos del derrame pericárdico tampoco son
específicos, destacando la hipotensión, taquicardia, taquipnea, distensión venosa yugular; pulso
paradójico (descenso de 10 mmHg o más en la presión arterial sistólica durante la inspiración)y
edemas periféricos.
Pruebas complementarias:
• Electrocardiograma (ECG): puede mostrar alteraciones inespecíficas, como una reducción en el voltaje
del QRS y un aplanamiento difuso de las ondas T. En presencia de un derrame pericárdicos severo
y/o taponamiento pericárdico puede observarse alternancia eléctrica (cambios de la morfología
del QRS a latidos alternos debido al bamboleo del corazón que lo aproxima o aleja de la pared
torácica).
• Radiografía de tórax: una prueba normal no excluye el diagnóstico de derrame pericárdico dado que
el agrandamiento de la silueta pericárdica no aparece hasta que se acumulan al menos 250 mililitros
de fluido en el saco pericárdico. En algunas ocasiones la silueta cardíaca adopta una forma de
“cantimplora”ocultando los vasos hiliares.
• La TAC y RNM: son técnicas complementarias que detectan derrames pericárdicos, su distribución
y en ocasiones también su naturaleza, pero su capacidad para cuantificar un derrame es limitada.
248
Cuidados
Continuos
TRATAMIENTO
El manejo terapéutico de los pacientes con derrame pericárdico maligno no está estandarizado
y debe realizarse de forma coordinada y multidisciplinar por un equipo de oncólogos, cardiólogos y
cirujanos cardiovasculares. A la hora de decidir la terapéutica más adecuada, en cada caso individual
debe valorarse no sólo el estado general del paciente, el pronóstico de su enfermedad fundamental,
la sensibilidad tumoral a los tratamientos sistémicos y la repercusión hemodinámica de la afectación
pericárdica, sino también la experiencia del equipo en la utilización de las distintas técnicas
terapéuticas.19
Los derrames pequeños y asintomáticos pueden ser manejados de forma conservadora mediante
observación y tratamiento de la enfermedad de base. Por el contrario, la presencia de un taponamiento
cardiaco es una urgencia médica que requiere una pericardiocentesis percutánea guiada por ecografía
por un facultativo experto, dejando un catéter intrapericárdico para drenaje del contenido pericárdico.
La pericardiocentesis, por sí sola es insuficiente para garantizar la paliación a largo plazo dada
tasas de recurrencia de hasta el 90% en los 3 meses siguientes a la realización de la citada técnica.2
Señalar que el tratamiento sistémico puede prevenir las recurrencias hasta en el 67% de los casos. En
centros con experiencia, ante la recurrencia de un derrame pericárdico maligno, ofrecen una opción
de tratamiento no quirúrgico mediante una pericardiotomía percutánea con balón, que crea una
comunicación directa-pleuro pericárdico, lo que permite el drenaje de líquido al espacio pleural.16,19
RESUMEN
El derrame pericárdico maligno es un problema grave de salud. La presentación clínica es variable,
y el paciente puede estar hemodinámicamente inestable en el contexto de un taponamiento
cardíaco. El manejo depende del pronóstico del paciente y varía desde pericardiocentesis a
cirugía cardiotorácica.
249
Cuidados
Continuos
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250
SINDROME DE VENA CAVA SUPERIOR
Dra. Purificación Martínez del Prado.
Jefe de Servicio. Servicio de Oncología Médica
Hospital Universitario Basurto. Bilbao, Vizcaya
El Síndrome de Vena Cava Superior (SVCS) fue descrito por Williams Hunter en 1757 en un
varón de 39 años con diagnóstico de aneurisma de aorta sifilítico(1). El SVCS es consecuencia de
la obstrucción, total o parcial, del flujo sanguíneo a nivel de la vena cava superior (VCS) (2). Se
considera una situación subaguda que requiere un diagnóstico rápido para planificar el mejor
tratamiento definitivo dependiendo de la patología subyacente.
FISIOPATOLOGÍA
La obstrucción de la VCS está causada por la invasión o compresión externa de procesos
patológicos adyacentes que engloban el pulmón derecho, los ganglios linfáticos u otras
estructuras mediastínicas. También puede deberse a trombosis de la VCS.
La dilatación de las venas colaterales es progresiva durante varias semanas. Como resultado la
presión venosa del hemicuerpo superior es muy elevada al inicio pero disminuye con el tiempo.
A pesar de la circulación colateral, la presión venosa central permanece elevada, produciendo
los síntomas y signos característicos del SVCS.
La severidad de los síntomas depende de la velocidad con la que ocurre la obstrucción completa
de la VCS y la aparición de la circulación colateral. Los pacientes con patología maligna
desarrollan síntomas precoces en semanas o meses por el rápido crecimiento del tumor.
Sin embargo los procesos infecciosos que producen fibrosis mediastínica, como por ejemplo
la histoplasmosis, pueden precisar años para desarrollar síntomas secundarios al SVCS. El
edema intersticial de cabeza y cuello es visualmente lo más llamativo, pero generalmente con
251
Cuidados
Continuos
pocas consecuencias. El edema cerebral, aunque raro puede ser fatal. El tracto respiratorio
superior puede estrecharse por el edema nasal y laríngeo. Otros procesos que pueden
contribuir al compromiso neurológico o laríngeo son la existencia de metástasis cerebrales o
la compresión traqueal. (3)
ETIOLOGÍA
A lo largo de los años la patología infecciosa como la sífilis y la tuberculosis han sido la causa
más importante del SVCS sin embargo en las últimas décadas se ha remplazado por la patología
maligna que representa el 90% de todos los casos de SVCS. En la actualidad las complicaciones
trombóticas han aumentado por la mayor utilización de dispositivos intravasculares. (4)
Patología tumoral
Más del 4% de los pacientes con cáncer de pulmón desarrollan SVCS durante el curso de su
enfermedad. Ocurre en más del 10% en el carcinoma microcítico de pulmón y en menos del
2% en el CPNCP y esta diferencia se debe probablemente a su distinta cinética de crecimiento.
La obstrucción venosa resulta de la compresión extrínseca de VCS por el tumor primario o los
ganglios mediastínicos o por invasión directa de la vena cava.
Más del 4% de los pacientes con LNH desarrollan SVCS. La incidencia depende del subtipo
histológico siendo el más frecuente el linfoma mediastínico primario de célula grande B con
esclerosis con más del 60% de los casos de SVCS. El Linfoma de células grandes difuso y
el linfoma linfoblástico son los subtipos más frecuentes asociados con SVCS representando
el 21% mientras que otros subtipos suponen el 4%.(6) En la mayoría de los LNH el síndrome
se produce por compresión extrínseca por las adenopatías sin embargo en los pacientes con
linfoma intravascular (angiotropico) la obstrucción intravascular es el mecanismo primario del
SVCS.
Otros tumores malignos menos frecuentemente asociados con SVCS incluyen timoma y
otras neoplasias tímicas, tumor germinal mediastínico primario, teratoma, mesotelioma y
otros tumores sólidos con metástasis ganglionares mediastínicas (cáncer de mama el más
frecuente).(3)
Patología no tumoral
252
Cuidados
Continuos
CLÍNICA
Los síntomas y signos (Tabla 1) del SVCS están relacionados con el incremento de la presión
venosa en el hemicuerpo superior y la redistribución de la circulación venosa. Aparecen de
manera gradual y progresiva a lo largo de varias semanas.
El incremento de presión produce edema de cabeza y cuello, párpados, torso superior, y brazos,
con circulación venosa colateral visible.
El edema de laringe o faringe puede producir ronquera, tos, estridor, disnea (que es el síntoma
más frecuente) y disfagia.
Puede haber síntomas neurológicos secundarios al edema cerebral como cefalea, confusión,
obnubilación, convulsiones, síncope o posiblemente coma. (4)
Las varices esofágicas en el SVCS crónico son raras pero pueden producir sangrado.
SÍNTOMAS SIGNOS
Disnea 63% Dilatación venas del cuello 66%
Hinchazón facial 50% Dilatación venas del tórax 54%
Tos 24% Edema facial 46%
Hinchazón brazos 18% Cianosis 20%
Dolor torácico 15% Plétora de la cara 19%
Disfagia 9% Edema de brazos 14%
253
Cuidados
Continuos
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico del SVCS esta basado en la presentación clínica combinando los síntomas y
signos descritos previamente.
Debe realizarse un diagnós tico diferencial con otras patologías como la insuficiencia
cardiaca congestiva, el taponamiento cardiaco, las metástasis cerebrales, o el síndrome de
Cushing.
Estudio de imagen
Radiografía de tórax: anormal en el 84% de los casos. El hallazgo más frecuente es el
ensanchamiento mediastínico y derrame pleural.
Ecografía dúplex: es el estudio de elección en pacientes portadores de catéteres venosos
permanente con edema de extremidad para descartar trombosis venosa en la vena subclavia,
axilar y braquiocefálica
TAC con contraste: identifica el nivel y extensión de la obstrucción venosa, localiza las vías
de drenaje venoso de la circulación colateral, y permite identificar la causa subyacente de
obstrucción venosa incluyendo el tamaño de la masa tumoral y localización. (9)
RNM venografía: está indicada en pacientes con alergia al contraste o mal acceso venoso
para estudios con contraste.
Diagnóstico histológico:
El diagnóstico histológico es necesario para la elección del tratamiento del SVCS asociado
a malignidad. Las técnicas mínimamente invasivas como citología de esputo, citología de
líquido pleural o la biopsia de los ganglios linfáticos palpables (ej, supraclavicular) pueden
diagnosticar hasta 2/3 de los casos. (4)
Ante la sospecha de linfoma, debe realizarse una biopsia con aguja gruesa si no es posible
una biopsia escisional.
La biopsia de medula ósea está indicada para el diagnóstico y estadificación de los pacientes
con sospecha de LNH o carcinoma microcítico de pulmón.
254
Cuidados
Continuos
TRATAMIENTO
El objetivo primario del manejo del SVCS es aliviar los síntomas y tratar la causa subyacente con
una intención curativa o paliativa. (Tabla 2)
Trombosis por
catéter venoso Otras causas Histología Histología
central desconocida desconocida
Medidad
Quimioterapia Radioterapia generales*
+-
Iniciar técnicas
Radioterapia diagnósticas
Fracaso terapeútico
Considerar RT
Considerar técnicas especiales urgente o
(endoprótesis, angioplastia...) endoprótesis**
255
Cuidados
Continuos
Los síntomas causados por el efecto masa (ej: parálisis de la cuerda vocal, compromiso del árbol
traqueobronquial, o corazón) no deben ser considerados como secundarios al SVCS.
• La cabeza debe elevarse para disminuir la presión hidrostática y el edema de cabeza y cuello,
aunque no hay datos que documenten la eficacia de esta maniobra (3)
256
Cuidados
Continuos
• Diurético: en series retrospectivas de pacientes con SVCS y diferentes etiologías, la tasa de mejoría
clínica es similar entre los pacientes que reciben corticoides, los que reciben diuréticos o a los que se
administran ambos tratamientos. Por tanto se suelen recomendar. (3)
Quimioterapia
La quimioterapia (QT) es el tratamiento inicial del SVCS sintomático para los pacientes que se
presentan con un carcinoma microcítico de pulmón, linfoma no Hodgkin y tumores de células
germinales. La mejoría sintomática suele ocurrir entre una y dos semanas tras el inicio del
tratamiento. (3). En algunas situaciones se contempla el añadir RT concomitante o secuencial a la
QT sistémica para disminuir las recurrencias locales y mejorar la supervivencia global. (4)
Radioterapia
La mayoría de los tumores que causan SVCS son sensibles a RT y al menos en el
cáncer de pulmón la mejoría sintomática es visible en menos de 72 h. Existe una
mejoría completa de los síntomas en el 78% de los pacientes con CMP y en el 63%
CNMP en dos semanas. La recurrencia post-tratamiento se objetiva en el 17 y 19%
respectivamente Las medidas objetivas del cambio en la obstrucción de la vena cava,
pueden no ir paralelas a la mejoría sintomática. El 31% de los pacientes consiguen una
respuesta completa de la obstrucción de la vena cava y el 23% parcial. El beneficio de
la RT es temporal.
Stent endovascular
Su utilización restablece el retorno venoso y produce una mejoría de los síntomas de forma
rápida. Dependiendo de las series, el éxito de la técnica con mejoría de la clínica es del 95% de
los casos, con una mortalidad precoz del 2,4%. La recaída ocurre en el 21.9% de los pacientes
con un porcentaje de re-stent efectivo del 75%. La recurrencia se incrementa significativamente
en los casos de oclusión inicialmente asociada a trombosis o stent de acero. (11) La incidencia de
reoclusión por trombosis o crecimiento del tumor en otras series es del 11%. (12)
257
Cuidados
Continuos
No hay estudios randomizados que comparen la eficacia del stent con la radioterapia y/o
quimioterapia paliativas. El tratamiento anticoagulante a largo plazo no influye en el riesgo
de recurrencia ni de complicaciones. (11)
En pacientes que presentan clínica grado 4 como obstrucción de la vía aérea edema
cerebral puede ser el tratamiento inicial ya que produce una paliación sintomática rápida
sobretodo en pacientes con CPNCP y mesotelioma. En pacientes con SVCS recurrente
que han recibido QT y/o RT previa es también una opción de tratamiento para mejorar los
síntomas. En tumores quimiosensibles el papel del stent endovascular es incierto, se reserva
para sintomatología severa. (4)
Trombolisis:
Los pacientes con trombosis extensa y obstrucción estenótica de la VCS pueden
beneficiarse del tratamiento trombolitico. Este disminuye la duración de la obstrucción y
el número y longitud de los stents necesarios, además de reducir el riesgo de trombosis.
Alternativamente el trombo puede eliminarse por trombectomía endovascular mecánica. El
tratamiento trombolitico tras la colocación de un stent por SVCS no mejora los resultados y sin embargo
puede incrementar el riesgo de hemorragias, por lo que no se recomienda. (4)
Otros
La angioplastia no produce un beneficio duradero en el SVCS maligno como maniobra única. Una
complicación infrecuente pero fatal es la ruptura venosa.
El by-pass quirúrgico en pacientes con SVCS maligno ha sido remplazado por el stent
endovascular.
258
Cuidados
Continuos
CONCLUSIONES
El SVCS es una obstrucción del flujo sanguíneo en la VCS. La mayoría de las veces secundaria a
malignidad y de ellas 95% por cáncer de pulmón o linfoma no Hodgkin.
Solo se considera una urgencia médica si el paciente presenta estridor, edema laríngeo o depresión
del SNC por edema cerebral y el tratamiento indicado es la colocación de un stent endovascular y
RT urgente para disminuir el riesgo de fallo respiratorio agudo y muerte. (Grado IB).
259
Cuidados
Continuos
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260
Manejo del ENFERMO con
comorbilidades
Dra. Pilar Garrido López
Jefe de Sección. Servicio de Oncología Médica.
Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid
El término comorbilidad fue acuñado por Feinstein en 1970 para describir el fenómeno de superposición
de trastornos en un mismo paciente (1). Su frecuencia se incrementa con la edad de forma que se considera
que cuatro de cada cinco personas mayores de 65 años tienen al menos una enfermedad crónica.
Sabemos que para muchos tipos de cáncer el riesgo se incrementa con la edad cronológica, de
forma que hoy en día, al menos el 60% de todos los cánceres aparecen en personas mayores de 65
años. En Europa se espera que para el año 2050 la población mayor de 60 años constituya el 40%
de la población total y que de ellos un tercio tengan edades superiores a los 80 años (2). Ese mismo
estudio revela que España e Italia serán los países con un porcentaje menor de jóvenes (14-22%).
En este segmento de población, la presencia de múltiples patologías de forma simultánea tiene
una implicación muy relevante para el manejo del cáncer dado que las personas mayores y las
personas con comorbilidad suelen estar poco representada en los ensayos clínicos. Por ello, la
información con respecto a la efectividad de determinados tratamientos a menudo se extrapola
de estudios de pacientes jóvenes sin comorbilidades.
Si bien el envejecimiento se puede definir como una pérdida progresiva de la reserva funcional de
múltiples sistemas orgánicos con la consiguiente pérdida de tolerancia al estrés, la estimación de
la reserva funcional individual y de la esperanza de vida es muy compleja, siendo la evaluación de la
comorbilidad uno de sus pilares fundamentales. Quizás por ello es muy difícil, al realizar una búsqueda
bibliográfica sobre pacientes con cáncer, separar los términos comorbilidad y edad avanzada.
261
Cuidados
Continuos
De forma ideal la comorbilidad debe ser evaluada como un índice, es decir, una cifra que exprese
el riesgo de muerte y de complicaciones terapéuticas.
Estos índices o escalas son herramientas útiles para predecir la mortalidad no relacionada
con el cáncer y el grado de tolerancia al tratamiento pero es necesario consensuar el número
y tipo de condiciones que deben incluir. Los índices más utilizados, todos ellos fáciles de
usar, son: 4
Aunque todos estos índices tienen un objetivo común que es intentar predecir la
supervivencia de los pacientes con cáncer, existen diferencias entre ellos; por ejemplo,
los índices de Charlson y NIA/NCI se calculan a partir de valores individuales para
condiciones de salud. Por otro lado, ninguno está diseñado para analizar efectos
sinérgicos o multiplicativos y sólo se incluyen medidas funcionales en el de Greenfield.
En cualquier caso, el más utilizado en nuestro medio es el de Charlson 5.
262
Cuidados
Continuos
En estudios aleatorizados y controlados se demostró que la CGA era muy útil en el tratamiento de
varios problemas geriátricos 6 y en la detección de problemas nuevos no sospechados (esto se observó
hasta en el 75% de las personas analizadas). Además, si se repite anualmente, se puede observar un
incremento de hasta el 30% en la incidencia de nuevos problemas en esa misma población.
En los pacientes oncológicos ancianos la CGA aporta datos relevantes. Por ejemplo, la comorbilidad
puede aumentar la susceptibilidad a las complicaciones derivadas del tratamiento pero si se ha
identificado, en ocasiones puede mejorarse antes de iniciar el tratamiento y, por tanto, contribuir
a disminuir el riesgo. La CGA también evalúa la dependencia funcional y las condiciones
socioeconómicas, que pueden impedir el cumplimiento del tratamiento o potenciar el riesgo de
complicaciones. Así mismo, es capaz de identificar la debilidad, situación en la que la reserva
funcional está prácticamente agotada y, por último, permite evaluar de forma simple la esperanza
de vida basándose en el estado funcional, la comorbilidad, el estado cognitivo, y la presencia o no
de síndromes geriátricos.
La evaluación funcional en un paciente anciano no incluye solo la medida del estado general
de acuerdo a las escalas habituales en oncología sino también el análisis de las actividades de
la vida diaria (AVD) y las actividades instrumentales de la vida diaria (AIVD). Esta evaluación es
importante ya que la dependencia funcional se asocia a una menor supervivencia aunque es
difícil de corelacionar con el estado funcional, la evaluación de la comorbilidad en este contexto
comprende actualmente el análisis de los siguientes procesos: coronariopatía, insuficiencia
cardiaca congestiva, bronconeumopatía crónica obstructiva, insuficiencia renal, enfermedades
cerebrovasculares, diabetes, artropatía limitante de la movilidad y anemia, ya que todos ellos han
demostrado que pueden comprometer la supervivencia 4.
Una vez analizadas las ventajas de la CGA, hay que recordar que ésta no ha sido estandarizada
y que por tanto no está claro que proporcione una evaluación exacta de los riesgos y beneficios
del tratamiento. En cualquier caso, la recomendación es identificar tres grupos de pacientes con
expectativas de vida diferentes y distintos riesgos de complicaciones: los pacientes del grupo 1
son independientes desde el punto de vista funcional y no presentan una comorbilidad importante,
los del grupo 2 son dependientes en una ó más AIVD y pueden presentar una ó dos entidades
comórbidas y los del grupo 3 son los pacientes débiles o frágiles, es decir aquellos que dependen
en una ó más AVD, tres ó más procesos comórbidos y uno ó más síndromes geriátricos (delirio,
incontinencia, osteoporosis, etc.). Así a partir de esta clasificación puede plantearse un algoritmo
con diferentes propuestas terapéuticas adecuadas a cada grupo.
FUENTES DE INFORMACIÓN
Los datos recogidos de la historia clínica son la base para obtener el índice de comorbilidad de cada
paciente. Sin embargo, existen sesgos como, por ejemplo, los derivados del diferente número de visitas
hospitalarias o ingresos que pueden existir entre dos pacientes con la misma patología. Otra fuente de
información es la medicación de cada paciente sobre todo en los estudios de caso-control.
263
Cuidados
Continuos
Las entrevistas personales pueden suponer una fuente de información adicional en estudios de
prevalencia de determinadas condiciones de comorbilidad en la población general pero son poco
útiles en los pacientes oncológicos. Existe, además, el riesgo de que el paciente no recuerde o no de
importancia a determinados antecedentes y por ello se recomienda contrastar siempre la información
con la reflejada en la historia clínica.
Por último, los certificados de defunción pueden ser una fuente adicional de información si bien los
datos de comorbilidad reflejados, al menos en pacientes que fallecen por una enfermedad oncológica,
son limitados.
En el estudio de Satariano y cols, se observó una tendencia clara, aunque sin significación
estadística, entre comorbilidad y diagnóstico de cáncer de mama en estadio precoz;
así, el porcentaje de mujeres diagnosticadas con enfermedad localizada fue del 52.4%
en mujeres sin comorbilidad y del 61% entre las que tenían tres o más condiciones de
comorbilidad 7. En un estudio italiano de 593 pacientes que analizaba el estado general
y la comorbilidad en pacientes ancianos y no ancianos con y sin cáncer 8, los resultados
sugerían que el estado de salud de los ancianos oncológicos era peor que el de los
“jóvenes” oncológicos pero mejor que el de los ancianos sin cáncer. La explicación para
ello podría estar en el hecho de los los ancianos con mejor estado de salud tienen más
posibilidades de acceder al diagnóstico.
Un estudio de cohortes basado en población danesa encontró que los pacientes de edad
avanzada con cáncer colorrectal y de pulmón tenían una mayor prevalencia de comorbilidad en
comparación con la población general, según las puntuaciones de índice de Charlson. La razón
probable de estos hallazgos es que los factores de riesgo conocidos para el cáncer colorrectal
o de pulmón, como el tabaquismo, la obesidad y la inactividad física, son también comunes a
enfermedades no relacionadas con el cáncer como la cardiopatía isquémica. 9
264
Cuidados
Continuos
Debido a que la prevalencia de la comorbilidad aumenta con la edad, el número de pacientes con
cáncer y comorbilidad aumenta concomitantemente. Esto es lo que refleja un estudio de 49.646
mujeres de 67 años de edad o más con cáncer de mama en EEUU.10 En estos pacientes, el 23% de
mujeres de 85 a 89 años y el 11,2 % de las mujeres entre 67 a 69 años tenían comorbilidad severa.
En el estudio danés, el 53% de los pacientes mayores de 60 a 74 años se encontró que tenían, al
menos, una comorbilidad, y esta proporción aumentó al 63% en pacientes mayores de 75 años.
CÁNCER DE PULMÓN
El cáncer de pulmón se asocia al tabaco y es más frecuente en pacientes de edad avanzada,
condiciones ambas claramente asociadas a comorbilidad.
En un estudio realizado en 1.155 pacientes con cáncer de pulmón se recogieron datos sobre 56 condiciones
de comorbilidad y se analizó el impacto en la supervivencia. Los resultados demostraron que sólo el 11.7%
de los pacientes analizados no tenía comorbilidad mientras que el 54.3% tenían 3 ó más condiciones. En el
análisis multivariante, 19 condiciones se asociaron a la supervivencia: SIDA, tuberculosis, cáncer metastático
previo, enfermedades tiroideas, trastornos hidroelectrolíticos, anemia, enfermedades sanguíneas, demencia,
patología neurológica, insuficiencia cardiaca congestiva, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, asma,
fibrosis pulmonar, enfermedades hepáticas, sangrado gastrointestinal, patología renal, patología del tejido
conectivo, osteoporosis y enfermedad vascular periférica. En cuanto a las variaciones en la supervivencia, el
estudio argumenta que el estadio es responsable tan sólo del 25.4%, mientras que la comorbilidad explica el
6.1%, el tratamiento el 9.2% y la edad el 3.7%. Como era de esperar, la comorbilidad tiene mayor influencia
en la supervivencia en los estadios precoces, si bien según los autores, el índice de Charlson no es capaz
de detectar mucha de la información relevante. La influencia de la comorbilidad en la supervivencia fue
relativamente pequeña en el último informe Anual de la Nación de EEUU, probablemente debido a que el
pronóstico suele ser negativo, incluso en los estadios iniciales de la enfermedad.2,11.
En cuanto al impacto de la comorbilidad en el tratamiento del cáncer de pulmón avanzado, Grönberg y cols
analizaron 402 pacientes encontrando que la supervivencia era similar entre los que tenían comorbilidad
severa y los que no (6.9 meses versus 8.1 meses p=.34), similar frecuencia de neutropenia (48% versus
42%; p=.16), pero mayor de neutropenia febril (12% versus 5%; p=.012) y de muertes por infecciones
neutropenicas (3% versus 0%; p=.027). También hallaron más trombopenia (46% versus 36%; p=.03), pero
no más riesgo de sangrado (3% versus 4%; p=.65). En general, la calidad de vida fue peor.3
CÁNCER DE PRÓSTATA
Entre los hombres diagnosticados con cáncer de próstata localmente avanzado, y las edades
comprendidas de 75 a 84 años, la probabilidad de morir por cáncer aumentó al hacerlo la comorbilidad.
Los pacientes con enfermedad diseminada tenían una alta probabilidad (> 54%) de muerte relacionada
con cáncer sin importar la edad o el nivel de comorbilidad.3
265
Cuidados
Continuos
En una revisión alemana sobre 444 pacientes, se analiza el impacto del índice de Charlson en la mortalidad
de pacientes sometidos a prostatectomía simple. Los autores encuentran que, de las 19 condiciones
analizadas, sólo la insuficiencia cardiaca congestiva, la enfermedad vascular periférica, la enfermedad
pulmonar obstructiva crónica y la patología renal severa se asocian a un exceso de mortalidad. Por
tanto, sugieren readaptar el índice de Charlson al menos para este subgrupo de pacientes. 12
CÁNCER COLORECTAL
En una revisión retrospectiva sobre 531 pacientes con carcinoma colorectal resecado,
se analizó que parámetros influían en la supervivencia. Los autores encontraron que la
mortalidad no debida al cáncer se asociaba a estadios I y II de la clasificación TNM, índice de
Charlson elevado y estancia prolongada (más de 48 horas) en la unidad de cuidados intensivos.
Por otro lado una serie holandesa analizó la prevalencia de condiciones de comorbilidad en esta
población siendo la patología cardiovascular, el cáncer previo y la hipertensión las más comunes. No
encontraron asociación entre comorbilidad y tasa de resección, pero sí con una menor supervivencia.
CÁNCER DE MAMA
En una revisión efectuada por Yancik en el año 2001 sobre 1800 mujeres posmenopáusicas
con cáncer de mama, se observó que en las mujeres de más de 75 años realizaban con una
frecuencia menor, estadísticamente significativa, tanto la linfadenectomía axilar como el
tratamiento adecuado de acuerdo a los consensos internacionales. Así mismo, la presencia
de diabetes, fallo renal, ictus, patología hepática, enfermedad tumoral maligna previa o
tabaquismo fueron factores significativos para una mortalidad precoz.16
266
Cuidados
Continuos
En un estudio prospectivo piloto sobre 15 pacientes ancianas con cáncer de mama a las que se
les realizó una evaluación geriátrica mediante los test de la CGA cada 3 meses, se observó
una alta prevalencia de comorbilidad así como de riesgo farmacológico (10 pacientes),
psicosocial (5 pacientes) y nutricional (8 pacientes). Los autores concluyen que es una
exploración muy útil y factible en el ámbito asistencial. Estos mismos autores, en una
revisión efectuada en al año 2000, recomendaban incluir el análisis de la comorbilidad en
las recomendaciones para toma de decisión sobre tratamiento adyuvante en las pacientes
ancianas 10
CONCLUSIONES
La edad avanzada se asocia con una mayor incidencia de cáncer y también de enfermedades
crónicas. En el año 2030 se espera que el 20% de la población norteamericana tenga más de 65
años y que el 60% de los cánceres aparezcan en ese segmento de población 2, 3.
267
Cuidados
Continuos
BIBLIOGRAFÍA
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268
Atencion al anciano oncologico
Dra. María del Mar Muñoz Sánchez
F.E.A. Servicio de Oncología Médica.
Hospital General Virgen de la Luz. Cuenca
El número de ancianos que acuden a las consultas externas de Oncología Médica está aumentando.
Al oncólogo que valora a este grupo poblacional se le plantean muchas dudas acerca de las opciones
terapéuticas, pues debe balancear cuáles son los beneficios que se pueden derivar del tratamiento
(considerando además la esperanza de vida del anciano), y cuáles pueden ser sus repercusiones
(toxicidad hematológica, no hematológica, deterioro funcional e incluso muerte). En muchas
ocasiones, el tratamiento del anciano oncológico es subóptimo, en especial, porque predomina
el temor a inducir una toxicidad severa en estos pacientes; en otros casos, el tratamiento resulta
demasiado agresivo para la capacidad del anciano, causando un daño severo.
La edad por sí sola no debiera utilizarse como único factor en la toma de decisiones; hay que
considerar también otros factores, tales como la comorbilidad, la situación funcional del paciente,
su estado cognitivo y de ánimo, su situación nutricional y su riesgo social. Para poder evaluar
todos y cada uno de estos factores, es fundamental la realización de una Valoración Geriátrica
Integral (VGI) así como una formación específica en Oncogeriatría.
En este capítulo se hace una descripción somera de la situación actual de la Oncogeriatría, de las
peculiaridades del tratamiento del paciente anciano y de las distintas herramientas para evaluar
de forma global a este paciente, con la intención de conseguir un tratamiento óptimo en cuanto
a máxima eficacia y mínima toxicidad.
269
Cuidados
Continuos
En la actualidad, el 50% de los tumores malignos ocurren en personas con 65 años o más. Los datos de
los resultados finales sobre supervivencia y epidemiología (SEER: Surveillance, Epidemiology and End
Results) del Instituto Nacional del Cáncer indican que las personas que sobrepasen los 64 años tienen
11 veces más riesgo de desarrollar cáncer que las personas entre 25 y 44 años y este riesgo es 2-3
veces mayor que en aquéllas entre 45 y 64 años. Como consecuencia, más de las dos terceras partes
de los pacientes con determinadas neoplasias (cáncer de colon, recto, estómago, páncreas, vejiga)
tienen 65 años o más; y más del 50% de todos los tumores malignos hematológicos se diagnostican
en la ancianidad.
Si continúa la tendencia actual de crecimiento de la población, en el año 2020, puede que el 60% de
todos los cánceres afecten a los ancianos (1).
La incidencia cruda anual de cáncer en Europa es de 338 por cada 100000 habitantes en Europa
del este, y de 447 por cada 100000 habitantes en Europa Occidental; y dicha incidencia aumenta
con la edad.
Debido al crecimiento de la población, el manejo de los ancianos con cáncer representa un reto para
la comunidad médica. La expectativa de vida se ha incrementado tanto en hombres (pasando de los
48 años en 1900 hasta los 71 años en 1980), como en mujeres (de los 51 años hasta los 77,7 años) (1).
Se ha estimado que en los países industrializados, la expectativa de vida podrá superar los 90 años en
mujeres.
Aproximadamente el 70% de las muertes atribuidas al cáncer ocurren en personas con 65 años o más.
Es evidente que el 35% de las muertes por cáncer en hombres y el 46% de las muertes por cáncer en
mujeres ocurren a partir de los 74 años. La mortalidad específica por cáncer sigue aumentando en
función a la edad, y, a pesar del considerable progreso en el manejo y en el tratamiento del cáncer en
la población en general, la mortalidad en ancianos ha aumentado un 15-20% entre 1970 y 1994.
En Europa, la supervivencia a los 5 años ajustada por edad, de cualquier tumor, fue del 55,8% (IC 95%:
55,3-56,2%); en EEUU fue del 62,9% (IC 95%: 62,6-63,2%) y en España, del 59,0% (IC 95%: 56,9-61,2%) (2).
Pero el cáncer también tiene un impacto dramático sobre la autonomía de los ancianos. Con frecuencia,
incrementa el deterioro progresivo que ocurre durante el envejecimiento. En el año 2050, la “ratio”
de dependencia aumentará desde el 22% actual al 46% (9). La posibilidad de que el cáncer produzca
discapacidad es mucho mayor en ancianos que en jóvenes. Si por este motivo, no se administra el
mejor tratamiento disponible, se produce un impacto negativo sobre el pronóstico.
Con la edad disminuyen la capacidad de adaptación externa a los cambios y la eficacia de los
mecanismos de control. Esto se refleja en la lentitud de respuestas tales como el equilibrio
hidroelectrolítico, glucemia, tensión arterial, etc. Por otro lado, con el envejecimiento se modifica
la composición corporal, aumenta el volumen plasmático, disminuye el agua corporal total, el
agua extracelular y aumenta el tejido adiposo, lo que influye en la tolerancia al tratamiento.
270
Cuidados
Continuos
Con el envejecimiento también se produce una serie de cambios fisiológicos a nivel de la absorción,
distribución y metabolismo hepático de los medicamentos. En pacientes con patologías a nivel
de cualquiera de esos niveles se necesita ajustar la dosis de algunos medicamentos, máxime, si
esas patologías son graves. Por todo esto, se debe hacer un manejo especial de la medicación en
el anciano, y por tanto, de la quimioterapia.
FISIOPATOLOGÍA DE LA FRAGILIDAD
Numerosas líneas de investigación sugieren que los ancianos disponen de una reserva funcional
concreta y de unos mecanismos de compensación. Por ejemplo, Frost interpretó la osteoporosis
como un intento del organismo para reducir el peso de los huesos cuando estos se han vuelto
demasiado pesados para ser movidos por músculos ya debilitados (4).
La compensación es algo positivo, pero no se debe olvidar que las personas que están compensando
también tienen un alto riesgo de descompensar. Por ejemplo: si una persona está usando la
reserva muscular para compensar problemas de equilibrio, ya no le quedará fuerza muscular
“extra” para enfrentarse a otras situaciones críticas. De esta manera, basado en los términos de
“susceptibilidad y compensación”, se puede comprender por qué los ancianos son cognitivamente
“frágiles”: pueden ser capaces de orientarse perfectamente en tiempo y en espacio cuando
están en su medio habitual, pero entran en delirio severo justo después de ser hospitalizados. El
concepto de fragilidad y de pérdida de reserva puede ser especialmente útil entre los oncólogos.
Se sabe que los ancianos son más susceptibles que los jóvenes a la mielosupresión secundaria
a la quimioterapia. Los efectos mielotóxicos más prolongados y severos son la muestra de que
tienen una menor reserva hematopoyética, causada la edad o por la comorbilidad ligada a la
edad. Esta disminución en la reserva hematopoyética suele estar compensada y no afecta al
número basal de granulocitos, por lo que no se detecta inicialmente. Sin embargo, la “fragilidad
hematopoyética” tiene severas consecuencias ante situaciones estresantes (por ejemplo, la
administración de quimioterapia). Todo esto resalta la importancia que tiene conocer métodos
de evaluación de la reserva fisiológica. La Beca SEOM Jóvenes Investigadores 2008-2009 titulada
“La pérdida de reserva orgánica como detector de fragilidad en ancianos con cáncer tratados con
quimioterapia”, desarrollada en la Sección de Oncología Médica del Hospital General Virgen de la
Luz de Cuenca, intenta hacer una introducción a este problema, y se espera que sus resultados
se publiquen en breve.
No se pretende hacer una descripción somera de cada una de las escalas y cuestionarios
empleados en la VGI aplicada por un especialista en Geriatría. Como éste es un tema muy amplio,
cuya explicación podría ocuparnos todo un manual, vamos a centrarnos en los aspectos de la VGI
aplicada al ámbito de la Oncología.
271
Cuidados
Continuos
Pulmón: 38%
15 min
Mama: 25%
Hurria 2006 N 245 >65 a (R: 65-95 a) (Md 12,5 min);
Hematológicos: 20%
R: 2-60 min
Colorrectal: 18%
Mama: 34,6%
Colorrectal: 16,2%
Molina-Garrido N 99 >70 a 12,9 min
Pulmón: 14,4%
2011 (78,7 a; R: 70,4-95) R: 9,5-20,5
Próstata: 14,4%
Hematológicos: 13,1%
(N= número de pacientes incluidos; a= años; R= rango; Md= mediana; min= minutos)
Recientemente, Hurria et al, han defendido la aplicación de un nuevo modelo de VGI en el seno
de los grupos cooperativos de Oncogeriatría (9). El empleo de un modelo homogéneo de VGI
permitiría una mejor interpretación de los resultados de los estudios, y sería interesante que los
distintos investigadores interesados en la Oncogeriatría, utilizaran siempre el mismo.
272
Cuidados
Continuos
Desde hace más de 50 años, los oncólogos han empleado la escala de Karnowsky (Karnowsky
Performance Status Scale) para medir el nivel de actividad de los pacientes con cáncer y los
cuidados que requieren. El estudio de Repetto et al demostró que la VGI en el anciano oncológico
añade información adicional al estado funcional, medido, por ejemplo, mediante el Performance
Status (PS) (10).
La dependencia en una o más de las actividades básicas de la vida diaria (ABVD) (baño, continencia,
alimentación, transferencia, ir al baño, vestido) clasifica a una persona como frágil, y predice que
dicho anciano tendrá complicaciones si se somete a cualquier circunstancia que implique estrés
(por ejemplo, la administración de quimioterapia). Asímismo, la dependencia en actividades
instrumentales de la vida diaria (AIVD), o en ABVD, se asocia a un aumento de la mortalidad, de
desarrollo de demencia, y un mayor riesgo de toxicidad asociada a la quimioterapia.
Dada la ambigüedad de la definición de fragilidad, son múltiples los autores que han intentado
hacer operativo este concepto, y han proporcionado una lista de criterios objetivos. Como
consecuencia, se ha propuesto una serie de escalas y de índices de cribado, cuya finalidad es
conseguir una mejor definición y cuantificar con más precisión este síndrome. Estos cuestionarios
de cribado permiten seleccionar a los pacientes que puedan beneficiarse de una VGI completa, y
evitar la aplicación de la VGI en aquellos ancianos que realmente no la necesiten. Aun así no se
sabe cuáles de estos índices son los mejores para conseguir una definición adecuada, ni cuáles
son preferibles en el ámbito de la Oncogeriatría.
En el ámbito del cáncer en el anciano, los cuestionarios de cribado de fragilidad más utilizados
son el Vulnerable Elderly Survey (VES-13), el Geriatric-8 (G-8) y el Groeningen Frailty Index (GFI).
273
Cuidados
Continuos
Más recientemente se ha comparado el cuestionario VES-13 con los criterios de Linda Fried
(proyecto “Cardiovascular Health Study” [CHS]), observándose una mayor sensibilidad con esta
segunda herramienta de cribado.
Sin embargo, a pesar de que se trata del cuestionario más difundido y más utilizado en cuanto al
cribado de fragilidad, algunos autores consideran que el VES-13 no puede reemplazar ni sustituir
a la VGI, porque, según los distintos estudios en los que se ha empleado, su valor predictivo
negativo no supera el 70% y, como consecuencia, no permite definir bien quiénes son los
ancianos candidatos a un estudio más profundo, es decir, a la VGI (12).
El cuestionario G-8 tiene una sensibilidad del 85% y una especificidad del 65% para un punto
de corte de 14 puntos. Este cuestionario, según los autores, es una buena herramienta de
cribado de fragilidad.
Por otro lado, el cuestionario de Barber es el más empleado en España a nivel ambulatorio.
El cuestionario de Barber sólo se ha utilizado en una ocasión en el ámbito de la Oncogeriatría
(estudio español), y se observó que su correlación con la VGI y su capacidad para predecir
fragilidad no es alta.
Por último, Hamaker et al han llevado a cabo una revisión sistemática de distintos
cuestionarios de cribado en ancianos oncológicos (VES-13, Triage Risk Screening Tool
[TRST], G8, GFI, Barber, criterios de Linda Fried y la VGI abreviada), y concluyen que,
por el momento, ninguna de las herramientas de cribado tiene un adecuado poder
discriminativo (13).
274
Cuidados
Continuos
Por otro lado, el índice de Hurria et al, que también incluye variables de la valoración geriátrica,
variables de laboratorio, y otras relacionadas con el propio paciente, con el tumor y con las
características del tratamiento, permite clasificar a los pacientes en bajo, intermedio o alto
riesgo de presentar toxicidad por quimioterapia (15).
La creación de tales índices, al igual que la aplicación de un modelo de VGI puede facilitar una
atención adecuada al anciano oncológico.
CONCLUSIONES
La investigación en Oncogeriatría debe centrarse, entre otros aspectos, en mejorar una valoración
geriátrica estandarizada en ancianos con cáncer, en aumentar los conocimientos biológicos de
este grupo de la población y en desarrollar ensayos clínicos específicos para los pacientes más
vulnerables y/o para aquellos mayores de 75 años de edad. Por el momento, no hay un modelo
unánime de VGI en ancianos oncológicos, pero existe evidencia científica suficiente que indica
que debe llevarse a cabo dicha valoración. Sin embargo, a pesar de los intentos para sustituir la
VGI por otras herramientas más fáciles de aplicar y que consumen menos tiempo en la consulta,
por el momento, ninguno de los cuestionarios analizados, ha demostrado ser capaz de sustituir
a la VGI en este contexto.
275
Cuidados
Continuos
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276
CUIDADOS CONTINUOS EN
LARGOS SUPERVIVIENTES
Dr. Emilio Alba Conejo
Jefe de Servicio. Servicio de Oncología Médica
Complejo Hospitalario Regional.Hospital Virgen de la Victoria. Málaga
Una de las principales metas en la atención integral de los pacientes con cáncer es la de abordar
la situación en la que se encuentran los pacientes que sobreviven a la enfermedad y dar respuesta
a las necesidades que presentan. Según los últimos registros de GLOBOCAN 2012 (1), hubo 32.6
millones de personas viviendo con cáncer en el mundo en dicho año, y el informe realizado por
la SEOM El Cáncer en España 2014 refleja una prevalencia del cáncer a los 5 años en nuestro
país de 581.688 casos. La incidencia de cáncer en nuestro país tiende a aumentar lentamente,
lo que puede explicarse por el crecimiento y envejecimiento progresivo de la población. Por otra
parte, la disminución en la mortalidad global por cáncer tiende a disminuir a una tasa lenta
pero constante, sobre todo por la mejoría en diagnóstico precoz y en el tratamiento. Estos datos
reflejan la disociación creciente entre incidencia y mortalidad por cáncer en nuestro país, lo
que se traduce en un mayor número de personas que vivirán con cáncer o habrán superado
la enfermedad. Estas cifras indican la necesidad creciente de asegurar la atención a miles de
personas que se enfrentan a una situación para la cual la sanidad aún no ha sido capaz de dar
respuesta, como es la de proporcionar unos adecuados cuidados continuos a los supervivientes
de cáncer.
En el Decálogo Ejecutivo del Plan Integral de Atención a los Largos Supervivientes de Cáncer
de la SEOM se estableció que en general se consideraría un largo superviviente a “aquella
persona que a los 5 años del diagnóstico y tratamiento se encuentra libre de enfermedad, lo que
en la mayoría de los casos significa curación. Este periodo de 5 años puede ser más reducido
en algunos tumores agresivos propios de edades tempranas como ciertos tumores infantiles,
tumores testiculares ó linfomas agresivos y puede ser más extenso en algunos tumores como el
cáncer de mama y el cáncer de próstata.”
Los problemas que presentan los largos supervivientes de cáncer difieren de los presentados por
aquellos pacientes que se encuentran en la fase aguda de la enfermedad. Tras un primer periodo
marcado por una importante preocupación por la enfermedad y su pronóstico, un tratamiento
agresivo con sus toxicidades derivadas, y un desplazamiento a un segundo plano de otros
aspectos de la vida de los pacientes, surge un periodo de transición en el que van apareciendo
preocupaciones en torno al manejo de las secuelas físicas y psicológicas, la toxicidad diferida,
la rehabilitación y la promoción de hábitos saludables. De hecho, los pacientes supervivientes al
cáncer parecen tener una percepción de su calidad de vida similar a la de aquellos que padecen
enfermedades crónicas graves(2).
277
Cuidados
Continuos
Los problemas de salud más comunes a los que se enfrentan los largos supervivientes son:
Problemas psicológicos:
Sobre todo ansiedad y depresión(3). Es muy común debido al enfrentamiento con la propia
enfermedad, la incertidumbre acerca de su futuro tanto a corto como a largo plazo y la
dependencia que supone a veces este tipo de enfermedad. La actitud terapéutica tiene que ir
encaminada, entre otros objetivos, a la mejora de la calidad de vida del paciente y a incentivar la
consecución de su proyecto vital sin que la enfermedad suponga un obstáculo a la misma.
Alteraciones cognitivas:
Relacionadas con tres factores principales: tratamiento antineoplásico, genética y el propio cáncer.
Las estrategias terapéuticas van encaminadas fundamentalmente a la terapia ocupacional así
como el abordaje de las alteraciones emocionales, alteraciones del sueño, astenia, dolor, y las
comorbilidades. En segunda instancia, varios estudios han demostrado la utilidad de fármacos
psicoestimulantes como modafinilo(4) y metilfenidato.
Astenia:
Presente en hasta el 95% de los pacientes. Está en relación con la anemia, alteraciones
hidroelectrolíticas, endocrinas, renales o pulmonares, insomnio, medicación y alteraciones psicológicas.
Los ámbitos de actuación comprenden la educación del paciente y su familia, la actividad física
regulada, y en última instancia el uso, nuevamente, de fármacos psicoestimulantes.(5)
Dolor:
Para poder hacer frente a un síntoma tan frecuente y que afecta en gran medida a la calidad de
vida del paciente es importante valorarlo en cuanto a su intensidad así como a sus características.
El abordaje debe hacerse de una manera multidisciplinar disponiendo para ello de las siguientes
vías:
278
Cuidados
Continuos
Alteraciones sexuales:
• Toxicidad gonadal: Independientemente del sexo, dicha toxicidad depende del tratamiento
(quimioterapia, radioterapia, etc), el tipo de neoplasia, edad y otros problemas previos
de fertilidad. Dentro de los tratamientos podemos clasificarlos en: alto riesgo
(acondicionamiento para trasplante con ciclofosfamida, irradiación corporal total,
radioterapia sobre ovarios, esquemas de quimioterapia como CMF, FEC, CAF en mayores
de 40 años); riesgo intermedio (CMF, FEC, CAF en paciente entre 30-39 años, AC en mujeres
mayores de 40 años); riesgo bajo (ABVD, CHOP, CVP)
- Mujeres: también depende del tipo de cáncer. Las más frecuentes son la alteración
de la vascularización, disminución de los folículos, alteración del ciclo hormonal,
distorsión funcional de ovarios o trompas de Falopio, útero o cérvix.
279
Cuidados
Continuos
que los pacientes infravaloren dicho problema o que no le den la importancia que tiene
debido a que están más centrados en el diagnóstico o el tratamiento de su enfermedad y en
ocasiones pueden verse sobrepasados por ello. Disponemos en la actualidad de multitud
de técnicas para la preservación de la fertilidad, que han sido recientemente revisadas y
actualizadas (10):
Otras toxicidades:
• Pulmonar: neumonitis, fibrosis pulmonar (sobre todo con bleomicina, busulfán o radioterapia).
Preocupación por hábitos de salud a seguir, riesgo de recidiva tardía y de transmisión genética
de la enfermedad.
Una vez conscientes de la amplia variedad de problemas de salud que pueden presentar los
largos supervivientes al cáncer, es lógico pensar que necesitamos de estrategias y modelos
sanitarios que nos permitan abordarlos.
280
Cuidados
Continuos
cáncer. Para establecer este tipo de planes, es imprescindible determinar en primera instancia qué
es lo que necesitan este tipo de pacientes así como los profesionales que han de llevarlo a cabo; y en
segunda instancia, el cómo implantarlo.
A la hora de elaborar los SPC, hay que basarse en los 3 pilares principales que van a formar parte:
Pacientes:
• Toxicidades: solicitan información sobre aquellas que persisten, cómo hacerles frente y
poder convivir ellas. Sobre todo les preocupan los síntomas físicos como la astenia y otros
psicológicos como la depresión.
El médico de atención primaria: el objetivo de los SPC no son sólo los pacientes, también
involucran a los médicos de familia para que formen parte fundamental de estos programas.
281
Cuidados
Continuos
• Seguimiento: la mayoría no cree que esté bien cualificado para realizar el seguimiento (no
están familiarizados), lo cual hace necesario facilitar la labor mediante guías de práctica
clínica y familiarización con estos programas.
Oncólogo médico: consideran necesario la implementación de los SPC ya que mejoran la relación
médico-paciente y ejerce efecto terapéutico indirecto sobre el paciente, disminuyendo la
ansiedad acerca del seguimiento. Por otra parte consideran que supone un sobreesfuerzo
por parte del personal sanitario, sobre todo en cuanto al tiempo necesario para llevarlo a
cabo.
Oeffinger (11) creó un plan de cuidados para adultos supervivientes que fueron tratados
en la infancia de Linfoma de Hodgkin de alto riesgo, basado en la aparición de cáncer de
mama y toxicidades cardiovasculares. Con ello, consiguió mayores tasas de utilización de
la mamografía y el ecocardiograma. Por otra parte, Grunfeld (12) realizó un estudio donde
aleatorizó paciente con estadíos precoces de cáncer de mama a realizar el seguimiento
por el oncólogo vs médico de atención primaria (al que se le hacen recomendaciones para
el seguimiento así como un informe acerca de la historia oncológica del paciente). Los
resultados fueron similares en ambas ramas en cuanto a tasas de recurrencia y calidad de
vida.
Por lo tanto, uno de los objetivos de los SPC es la satisfacción del paciente, disminuir o
incluso eliminar esa inquietud que los largos supervivientes oncológicos, inevitablemente,
poseen acerca de su futuro inmediato y de su seguimiento.
En 2012, Tayla Salz et al publican un revisión sobre los SPC (cáncer de mama y colorrectal)
de 53 hospitales de EEUU (13). Para ello, elaboran un score sobre los puntos básicos que
la IOM recomienda que tengan los SPC para después compararlos con los de los propios
hospitales. Un alto porcentaje incluía el tratamiento quimioterápico recibido, destacando la
práctica ausencia de información sobre otros tipos de tratamiento (psicológico, nutricional,
etc). Asimismo, la gran mayoría aportaban las pruebas necesarias a realizar durante
el seguimiento. Existiendo, por el contrario, poca información acerca del manejo de las
toxicidades secundarias al tratamiento. Por último, llama la atención la poca información
acerca de asesoramiento legal, asistencia financiera, información sobre los seguros, así
como el impacto que supone en las relaciones sentimentales (disfunción sexual o problemas
conyugales).
Podríamos establecer una serie de acciones básicas que deberían conseguirse en un Plan de
Cuidados Continuos a los Largos Supervivientes, entre los que se encontrarían:
282
Cuidados
Continuos
• Elaborar una Guía de Práctica Clínica para los profesionales que van a formar parte del proceso.
• Estratificar a los pacientes según el riesgo de recidiva para diseñar planes de actuación
que tengan en cuenta estas diferencias.
Tal y como está estructurado actualmente nuestro sistema de salud, la inmensa mayoría de los recursos
se destinan a la atención médica en el diagnóstico, tratamiento y detección precoz de recaídas, así como
al estrecho seguimiento de los pacientes durante los primeros años de la enfermedad. Los profesionales
implicados en esta primera etapa están bien formados en el manejo del tratamiento y las toxicidades derivadas
del mismo, así como la atención de otros problemas médicos derivados de la enfermedad durante la fase
aguda, si bien estas habilidades no siempre podrán asegurar un buen cuidado de los largos supervivientes.
Se han descrito varios modelos para hacer frente a la demanda asistencial que genera el correcto seguimiento
y tratamiento de los largos supervivientes al cáncer, entre los que encontramos:
Este modelo es probablemente el más adecuado para nuestro país ya que se beneficiaría de la amplia
cobertura y accesibilidad de atención primaria que brinda nuestro sistema de salud. Sin embargo tiene sus
objeciones fundamentalmente debido a la heterogeneidad de los diversos tipos de cáncer, de sus tratamientos
y del riesgo de recidiva según el paciente, lo que hace difícil que un médico de atención primaria pueda
adquirir un conocimiento tan amplio como para que todo el peso del seguimiento recaiga sobre él. Para
resolver el problema es esencial la buena comunicación entre los servicios de Oncología y los centros de
salud, con un intercambio de información constante y con una participación compartida. Para dar respuesta
a esta necesidad se ha planteado el concepto de “Oncólogo de enlace”, que ya se está poniendo en práctica
en proyectos piloto de nuestro país. Las funciones de esta figura serían la de agilizar las vías de diagnóstico,
asegurar una correcta continuidad en el cuidado de los pacientes entre los servicios de Oncología y la Atención
Primaria, coordinar y facilitar los cuidados domiciliarios, colaborar en la actualización de conocimientos de
otros profesionales médicos y, en definitiva, brindar la máxima calidad asistencial a los pacientes siendo
parte del circuito compartido de los cuidados continuos a los largos supervivientes. (14)
283
Cuidados
Continuos
Modelo especializado:
Otro punto de interés si queremos asegurar un correcto abordaje integral del largo superviviente
es potenciar la investigación en cuidados continuos. A pesar de la mejoría en la investigación
médica del cáncer en nuestro país, la mayoría de los recursos se han centrado en la investigación
básica y en el tratamiento de la enfermedad aguda, incluyendo los ensayos clínicos. Sin embargo,
los recursos asignados a la investigación en el control de síntomas a largo plazo son escasos,
como lo es también la bibliografía acerca de este tema. También existe un déficit de investigación
en el campo de la enfermería entorno a este asunto.
Se requiere por tanto asignar recursos para la realización de estudios descriptivos que reflejen la
situación real de estos pacientes, para lo cual necesitamos conocer la incidencia y prevalencia de
las secuelas físicas y psíquicas, segundos tumores, toxicidad tardía y su repercusión sobre otras
comorbilidades y recidivas tardías.
Durante el tratamiento los pacientes tienden a descuidar los hábitos físicos saludables lo cual
puede empeorar su salud cardiovascular. Además algunos tratamientos para el cáncer también
tienen un efecto deletéreo en el sistema cardiovascular. Algunos estudios han mostrado que
el ejercicio es seguro en los pacientes supervivientes, lo que ha sido estudiado sobre todo en
pacientes con cáncer de mama. Por otra parte, la actividad física se ha asociado a una menor
incidencia y recurrencia de cáncer, así como una supervivencia mayor.(15)
Por otra parte, los supervivientes al cáncer tienen un mayor riesgo de infección debido a
la inmunosupresión que pueden presentar por tratamientos previos y a la disminución de
anticuerpos que ya presentara el paciente. Antes de plantearnos la vacunación de nuestros
pacientes deberemos comprobar previamente el estado inmune que presenten. El recuento
leucocitario debería ser normal y los pacientes no deben estar bajo tratamiento inmunosupresor
ni quimioterapia. En general se recomiendan las vacunas inactivadas para neumococo, influenza,
tétanos, difteria, tos ferina y VPH. La administración de vacunas atenuadas deberá valorarse de
forma individualizada por el mayor riesgo que presentan en población inmunodeprimida.
284
Cuidados
Continuos
BIBLIOGRAFÍA
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285
MANEJO DE METaSTASIS CEREBRALES
Dr. Antonio Viana Alonso
Coordinador de Oncología Médica. Sección de Oncología Médica.
Hospital Nuestra Señora del Prado. Talavera de la Reina. Toledo
Las metástasis cerebrales (MC) se encuentran entre el 20-40% de las autopsias de los
pacientes con cáncer en el adulto (75% parenquimatosas, a las que nos referiremos y el
resto se localizarían en la duramadre y leptomenínges)1-2, alrededor de 14,3 casos por 100.000
habitantes y año3. La incidencia de las MC se correlaciona con la distribución de los cánceres
en la población general1-4 tabla 1º, y esta a su vez depende del riesgo que cada tumor tiene
de metastatizar a nivel cerebral5 y de la técnica que se utilice para su diagnóstico (tomografía
axial computerizada, TAC o resonancia magnética nuclear, RMN craneal).
Actualmente estas prevalencias e incidencias están cambiando por las nuevas medicaciones y
técnicas terapéuticas (quirúrgicas y radioterápicas) que disponemos, que permiten aumentar
la supervivencia de los enfermos con un mayor control de la enfermedad extracerebral. Esto ha
generado un aumento de la prevalencia de enfermos con MC en cánceres que habitualmente
eran poco frecuentes el hallarla, como sucede con el cáncer de colon.
Tabla 1. Incidencia de metástasis cerebrales según tumor primario, según distintos autores.
Entre:
Pulmón 18-64% (las series con mayor número de casos aprox. 50%)
Mama 14-21%
Colorectal 2-12%
Melanoma 2-16%
Renal 2-8%
287
Cuidados
Continuos
La aparición de MC varía según el tipo de tumor (riesgo de metastatización), y la fase en que nos
encontremos (fase inicial o fase avanzada del tratamiento). Al diagnóstico, cerca de un 10% de los
pacientes con carcinoma microcítico de pulmón presentan MC. El riesgo aumenta a un 20%
durante el tratamiento.
En el 60-80% de los casos aparecen MC en pacientes con cáncer ya conocido, con un intervalo
medio de aparición de 6 meses para el pulmón; y de 2-3 años para el melanoma, mama, riñón
o ginecológico6. En el 20-30% restante aparecen de forma sincrónica con el diagnóstico del
primario.
CLÍNICA
La clínica está condicionada por la localización de la MC, al incremento de la presión
intracraneal o a las complicaciones del propio tumor. Habitualmente el crecimiento del
tumor y el edema perilesional son los causantes de los síntomas y menos frecuentemente
la hidrocefalia obstructiva. Las complicaciones neurológicas agudas, crisis comiciales se
pueden producir en un 10-20% y en un 5-10% se producen eventos vasculares (ictales o
sangrados intralesionales). El sangrado tumoral es más frecuente en el melanoma, el cáncer
de tiroides, el hipernefroma y el coriocarcinoma.
Menos de un tercio de los pacientes con MC no presentan síntomas y su detección suele ser
incidental durante la realización de estudios de extensión.
288
Cuidados
Continuos
DIAGNÓSTICO
La prueba habitual de diagnóstico de MC sigue siendo el TAC cerebral con contraste, aunque hemos
de considerar la RM cerebral para aumentar la sensibilidad de la prueba previa y si la precisamos
para establecer el plan terapéutico global (no estaría justificado realizar exclusivamente un TAC
en metástasis única que cumplan criterios neuroquirúrgicos, figura 1).
METÁSTASIS CEREBRAL
< 3 cm Radioterapia
Cirugía si es
Radioterapia holocraneal +/-
viable +
esteroataxica Quimioterapia
radioterapia
+ Radioterapia según beneficio
holocraneal
holocraneal clínico
Si no es viable
y menor de 3 cm
Rdioterapia
esteroataxica +
radioterapia
holocraneal
289
Cuidados
Continuos
Factores pronósticos:
La RTOG ha identificado tres niveles de factores pronósticos en ensayos clínicos8,9 (Tabla 3). La
supervivencia media de los pacientes del nivel 1 es de 7,1 meses y solo de 4,2 y 2,3 meses para
los pacientes del nivel 2 y 3.
1 > 70 Sí 7,1
2 > 70 No 4,2
3 < 70 Sí o No 2,3
Otros factores pronósticos están asociados con la medida terapéutica a realizar. Así, se
establecen factores pronósticos para la neurocirugía, para la radioterapia y la radioterapia
esteroatáxica, etc. y por el tipo de tumor y la quimioterapia. En muchos de estos estudios
cobra un papel significativo estadístico el número de metástasis cerebrales a tratar (1, de 1
a 3 o más de 3).
Tratamiento:
El tratamiento debe ser siempre multidisciplinar y debe abarcar todos los aspectos del
individuo que se pueden ver afectados por la enfermedad metastásica cerebral. Toda medida
terapéutica debe aportar calidad de vida y no sólo exclusivamente supervivencia, siendo el
control sintomático una de las opciones.
• Enfermedad limitada cerebral (1-3 lesiones): Para una lesión única accesible quirúrgicamente
o en algunos pacientes con un número limitado de metástasis la cirugía seguida de la
radioterapia esteroatáxica RE o la radioterapia holocraneal RH sería la opción adecuada.
290
Cuidados
Continuos
Medidas específicas:
• Cirugía: La cirugía estaría indicada para el control rápido de los síntomas resultantes
del efecto de masa (hidrocefalia obstructiva, etc), para mejorar el control local de
las metástasis cerebrales (en aquellos referidos previamente de buen pronóstico), y
para establecer un diagnóstico histológico cuando se sospecha proceso tumoral y sólo
tenemos una afectación metastásica única cerebral. La indicación estaría limitada por
el control de la enfermedad extracraneal y por las posibles secuelas postquirúrgicas.
Hay bibliografía para el manejo del tenipósido en metástasis de cáncer de pulmón microcítico11
y el topotecan; la fotemustina en metástasis de melanoma12 concurrente con la radioterapia y la
temozolomida13. Pero también tenemos la combinación de lapatinib-capecitabina en mujeres con
afectación metastásica cerebral Her2 sobreexpresado14 y el erlotinib15, entre otros.
Control de síntomas:
El beneficio clínico del tratamiento con Dexametasona se aprecia en las primeras horas
y se alcanza el máximo beneficio entre las 24 y 72 horas.
Disponemos del Manitol al 20% en situaciones de mayor compromiso.
El efecto de las medidas para el control del edema vasogénico a corto plazo tiene un
efecto deletéreo.
291
Cuidados
Continuos
• Otros: Se deben tener en cuenta las medidas rehabilitadoras sobre todo en aquellos casos
con buen pronóstico al igual que la utilización de sillas, andadores, etc. que faciliten las
actividades de la vida diaria. El apoyo psicológico del enfermo y familiares para poder
conllevar la situación junto con el apoyo sociosanitario deben estar incluidos entre nuestras
actividades terapéuticas.
292
Cuidados
Continuos
BIBLIOGRAFÍA:
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293
SiNDROME DE COMPRESIoN MEDULAR
Dr. Ángel Artal Cortés
Jefe de Sección. Servicio de Oncología Médica.
Hospital Universitario Miguel Servet. Zaragoza
Causas: Los tumores que producen CM con mayor frecuencia son el cáncer de pulmón,
el de mama y el mieloma (5). Las metástasis óseas son mucho más frecuentes y hasta
un 40-70% de los pacientes con cáncer desarrollan metástasis vertebrales (la primera
localización ósea), pero de ellos sólo un 5-10% desarrollan CM. Un 20% de las CM son
la primera manifestación del tumor y en este caso se trata sobre todo de tumores hema-
tológicos.
En niños los tumores que más frecuentemente provocan CM son sarcomas (sobre todo el
de Ewing), neuroblastoma, tumores germinales y linfoma de Hodgkin (6).
FISIOPATOLOGÍA
El mecanismo por el cual se daña la medula espinal tiene relación con su localización
dentro de un espacio cerrado, rodeado por el saco tecal y el espacio epidural, rodeado por
el cuerpo vertebral, láminas, pedículos y apófisis espinosas.
295
Cuidados
Continuos
Los mecanismos implicados son diversos. En la mayor parte de los casos se deben a diseminación
hematógena dentro de los cuerpos vertebrales. En otros, como en el cáncer de próstata, los plexos
venosos probablemente desempeñen un papel por drenaje retrógrado producido por la maniobra de
Valsalva. En un 10% de los casos (sobre todo linfomas) una masa paraespinal puede alcanzar el es-
pacio epidural a través del agujero de conjunción y raramente (< 4%) aparece una lesión intraespinal
o intraepidural.
En el caso de la afectación ósea el cuerpo vertebral suele estar afectado y la masa es anterior o late-
ral a la médula. Probablemente este crecimiento tumoral afecta al plexo venoso lo que produce ede-
ma (primero en la sustancia blanca medular y después en la gris) y finalmente se produce un infarto
y necrosis medulares (8). El beneficio de los corticoides podría estar relacionado con la disminución
de este edema vasogénico. La fractura patológica del cuerpo vertebral y el desplazamiento de los
fragmentos óseos pueden provocar de manera mecánica la CM.
PRESENTACIÓN CLÍNICA
En la CM es fundamental un alto índice de sospecha y reconocer precozmente los síntomas para me-
jorar los resultados, sobre todo desde el punto de vista funcional. A pesar de ello, incluso en series
recientes (9) un elevado porcentaje de pacientes no son ambulatorios en el momento del diagnóstico.
• Dolor. Es el síntoma inicial más frecuente (70-95% de los pacientes) y suele preceder al resto
de síntomas neurológicos en varias semanas. Típicamente es intenso, tiende a empeorar progre-
sivamente y empeora con el decúbito, la presión de las apófisis espinosas, las maniobras de Val-
salva (y la tos). Puede deberse a afectación del periostio, las raíces nerviosas o la propia médula.
En ocasiones (sobre todo en la afectación lumbar) puede aparecer irradiación metamérica.
• Síntomas neurológicos. La debilidad muscular se halla en más de 2/3 en el momento del diag-
nóstico.
Cuando la lesión se encuentra por encima del cono medular tiene el patrón piramidal típico con
hiperreflexia por debajo del nivel lesionado y respuesta plantar en extensión (signo de Babinsky).
Suele afectar a los grupos musculares proximales (flexores en miembros inferiores y extensores
en los superiores). Si se afecta la “cauda equina” existe disminución de los reflejos osteotendi-
nosos. En general la debilidad es simétrica y evoluciona a la incapacidad para la marcha y la
parálisis.
Los hallazgos sensitivos (insensibilidad y parestesias) son menos frecuentes, pero también se hallan
presentes en la mayoría de los pacientes si se les pregunta. El nivel sensitivo suele localizarse por
debajo del de la lesión anatómica (1 a 3 segmentos) y en la afectación de la “cauda equina” aparece
hipoestesia en silla de montar. Los signos de Lassège y Lhermitte, aunque poco específicos, suelen
ser positivos.
La pérdida del control de esfínteres suele ser tardía y no suele ser un síntoma aislado (salvo en la
afectación exclusiva del cono medular). La forma más frecuente es la retención urinaria (el uso habi-
tual de opioides en este contexto puede enmascarar la alteraciones esfinterianas).
Se deben evaluar todos los grupos musculares y la sensibilidad y se recomienda utilizar la explora-
ción detallada siguiendo el esquema ASIA (10), definiendo la lesión medular en la escala ASIA (Tabla 1).
296
Cuidados
Continuos
Tabla 1. Descripción de los niveles de afectación medular de acuerdo con los criterios de la
American Spinal Injury Association (ASIA)
DIAGNÓSTICO
Además de la anamnesis y la exploración neurológica minuciosa el diagnóstico de la CM se basa
en la demostración radiológica de la compresión del espacio epidural. Las exploraciones com-
plementarias de que disponemos son:
Escáner de columna.
Su utilidad se limita a aquellos pacientes en los que no se puede realizar una RM.
Mielografía
Durante mucho tiempo fue la técnica de elección antes de la RM. Varios estudios han com-
parado el escáner con mielografía y la RM encontrando que ambas técnicas son equiva-
lentes en sensibilidad y especificidad (13). El escáner puede ser una opción diagnostica para
pacientes en los que la RM está contraindicada. Raramente puede deteriorar el cuadro
neurológico si existe un bloqueo completo del líquido cefalorraquídeo (LCR).
Gammagrafía ósea.
Puede detectar lesiones óseas pero no informa de la afectación del saco tecal, por lo
que su utilidad es limitada.
297
Cuidados
Continuos
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Estos pacientes pueden presentar otras causas de dolor dorsolumbar y además pueden presen-
tar disfunción neurológica por otros motivos:
TRATAMIENTO
El objetivo principal en el tratamiento de la CM es preservar y mejorar la función neurológica
(particularmente la capacidad para la deambulación), además del control del dolor, mejorar
o preservar la calidad de vida y evitar complicaciones (4). Muchas veces aparece en el contex-
to de una enfermedad neoplásica avanzada por lo que habrá que adecuar el tratamiento a la
extensión tumoral, la esperanza de vida y los deseos del paciente (14).
El tratamiento debe comenzarse inmediatamente una vez conocido el diagnóstico. Las me-
didas generales incluyen analgesia (adecuada a la intensidad del dolor, generalmente ele-
vada), la profilaxis de la enfermedad tromboembólica (salvo cirugía inminente) y del estreñi-
miento. No es necesario mantener encamado al paciente (salvo signos de inestabilidad de
la columna), aunque sí evitar movimientos bruscos y maniobras que desencadenen dolor.
298
Cuidados
Continuos
de pacientes tratados con cirugía (con o sin radioterapia (RT)) o sólo RT no mostró ventajas
de la cirugía (19) e incluso podía empeorar la estabilidad vertebral.
El segundo fue un estudio fase III aleatorizado publicado por Patchell (21) interrumpido
precozmente al encontrar en un análisis intermedio que el tratamiento combinado de
cirugía descompresiva seguida de RT (comparado con RT sola) lograba que la propor-
ción de pacientes que mantenía su capacidad para deambular era mayor (84 frente a
54%, p= 0,0001) y se conservaba durante más tiempo (122 frente a vs 13 días, p=0,003).
Este estudio también demostró un aumento en la mediana de supervivencia (123 y 100
días respectivamente, p= 0,033). Se excluyeron tumores radiosensibles (hematológicos y
germinales), la duración de la paraplejia tenía que ser inferior a 48 horas, existir un solo
nivel de compresión, ausencia de otros problemas neurológicos (metástasis cerebrales)
y expectativa de vida mayor de 3 meses.
Resulta imprescindible por tanto seleccionar adecuadamente a los pacientes que pueden
beneficiarse de este procedimiento considerando su estado general y expectativa de su-
pervivencia. Esto incluirá los pacientes que cumplan los criterios de inclusión del estudio
de Patchell et al. Hay otras situaciones en las que comúnmente se acepta el tratamiento
quirúrgico: ausencia de diagnóstico anatomopatológico de cáncer (casos en los que es la
primera manifestación del tumor), segmento vertebral previamente irradiado o existen-
cia de fractura patológica o inestabilidad vertebral. En este último supuesto se puede
considerar también la utilización de técnicas menos agresivas como la vertebroplastia (23).
Hemos visto que durante mucho tiempo la RT externa ha sido el tratamiento más común
en los pacientes con CM. Si se ha realizado un tratamiento quirúrgico previo la RT se ad-
ministrara de manera complementaria 2 - 3 semanas tras la intervención. Si se descarta
la resección, la RT se administrará lo antes posible. Los objetivos en estos casos incluyen
la descompresión del tejido nervioso por su efecto citorreductor y mejorar el control del
dolor (lo que se consigue en el 70% de los casos). La mejoría de la función neurológica
299
Cuidados
Continuos
es más variable: entre el 60-80% de los pacientes ambulatorios consiguen mantener esta
función y un 20-30% de quienes tienen una paraparesia pueden recuperar la capacidad para
caminar (incluso un 2-6% de los parapléjicos, sobre todo en tumores muy sensibles y si la du-
ración de la paraplejia es inferior a 12 horas).
La respuesta a la RT está relacionada con la histología del tumor. En general los tumores sólidos
son considerados moderadamente radiosensibles (mama y próstata) o radiorresistentes (mela-
noma, tiroides, colon, riñón, pulmón) y en ellos la probabilidad de recuperar la deambulación es
menor. Los tumores hematológicos (y tal vez el carcinoma microcítico de pulmón) son radiosen-
sibles y las posibilidades de mejoría más elevadas.
No hay que descartar el uso de quimioterapia en esta situación, pero sólo en pacientes con tumo-
res altamente quimiosensibles (hematológicos o germinales) y asociada a RT o cirugía.
PRONÓSTICO
El pronóstico de la CM depende principalmente del tipo histológico y de la extensión del tumor
primario. La mayor parte de los pacientes fallecían el primer mes cuando no recibían tratamien-
to. Cuando se tratan la mediana de supervivencia oscila entre 3 y 16 meses y en la mayor parte de
casos la muerte se produce por la progresión del tumor primario. El principal factor pronóstico
es el estado neurológico.
Se han desarrollado diferentes índices pronóstico cuya utilidad más evidente sería ayudar a la
selección de pacientes que se beneficien de cirugía. El más utilizado es el de Tokuhashi pero su
capacidad de predecir supervivencia es limitada y parece que sólo el índice ASA, el Karnokfski y
la enfermedad extraósea mantienen su capacidad predictiva en el análisis multivariante (26).
RESUMEN
La CM es una complicación importante en pacientes oncológicos. Su incidencia no es muy ele-
vada en general, aunque sí lo es en pacientes con enfermedad avanzada y determinados tipos
tumorales. Es importante mantener un alto índice de sospecha para su detección precoz y evitar
complicaciones neurológicas que son difíciles de revertir. Hay que pensar en ella sobre todo en
pacientes con enfermedad neoplásica avanzada, con metástasis óseas y dolor dorso-lumbar,
pero también es obligatorio tenerla presente ante cualquier paciente oncológico con dolor y da-
tos incipientes de afectación radicular o medular. El diagnóstico se establece mediante RM y el
tratamiento óptimo incluye, en casos seleccionados, cirugía y radioterapia (Figura 1).
300
Cuidados
Continuos
Considerar otros
Radiculopatía/mielopatía estable RM antes de 24 horas diagnósticos
Corticoides
Cirugía/estabilización
Radioterapia
301
Cuidados
Continuos
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303
LINFEDEMA EN EL LARGO
SUPERVIVENTE DE CaNCER
Dra. Carmen Beato Zambrano.
F.E.A. Servicio de Oncología Médica.
Hospital NISA Sevilla-Aljarafe. Sevilla.
El sistema linfático está formado por una compleja red de vasos y ganglios que tienen como
misión el drenaje y el transporte de sustancias. El linfedema obedece a una sobrecarga
funcional de este sistema en la que el volumen linfático excede las posibilidades de transporte.
La concentración de macromoléculas intersticiales da lugar a un aumento de la presión
oncótica en los tejidos, multiplicando el edema. La acumulación de residuos, específicamente
proteínicos, desencadena la recogida de neutrófilos, macrófagos y fibroblastos en la zona
edematosa. Se desarrolla así una inflamación crónica de bajo grado, facilitando que se depositen
fibras de colágeno desorganizadas y de lugar a fibrosis. La consiguiente constricción de los
vasos recolectores de linfa disminuye la capacidad de transporte y agrava aún más la estasis
linfática. La dilatación secundaria de los vasos linfáticos genera, a su vez, la desestructuración
de las válvulas, agravando aún más el problema. Como consecuencia, la piel suprayacente
se vuelve metaplásica y la dermis se queratiniza, dando lugar a papilomas. Por otro lado, la
proteina estancada, supone un caldo de cultivo para las bacterias, facilitando la aparición de
infecciones1.
305
Cuidados
Continuos
Obesidad
Artritis inflamatorias
Imagen 1
EPIDEMIOLOGÍA
La prevalencia del linfedema en EE.UU. asciende a 2-3 millones de casos, de los cuales
el linfedema secundario supone la mayor parte. Aunque no hay uniformidad en los
datos sobre su incidencia y prevalencia netas, es bien es sabido que ambas están
en relación directa con la prevalencia del cáncer de mama, al que de manera más
frecuente aparece asociado. Según la Sociedad Americana de Oncología (ASCO), existen
actualmente dos millones de supervivientes de cáncer de mama en EE.UU. y el 20% de
ellos padecen linfedema. El reciente meta-análisis de Disipo 2, que analiza 72 estudios,
cifra su incidencia combinada en esta población en 16.6%, 21.4% cuando se restringe
a los estudios de cohortes. Por otro lado, su prevalencia ha tendido a aumentar en las
últimas décadas, de manera paralela a la disminución de las tasas de mortalidad del
cáncer de mama 3.
ETIOLOGÍA
Los datos más fiables en relación a la etiología del linfedema proceden de series
centradas en el carcinoma de mama 4-5. De acuerdo a una revisión llevada a cabo por
ASCO, los factores de riesgo más importantes para el desarrollo del linfedema son
los que muestra la tabla 2. Un reciente meta-análisis de 29 estudios muestra que
los factores con mayor peso son la cirugía extensa (linfadenectomía, número de ganglios
resecados) y el sobrepeso.
306
Cuidados
Continuos
307
Cuidados
Continuos
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
El inicio suele ser insidioso y progresivo, aunque en algunos casos, el debut puede ser brusco y
estar en relación a una infección, un traumatismo o la picadura de un insecto. Dos tercios son
unilaterales, aunque la lateralidad depende de la causa que lo produce.
Al inicio, hay edema en el miembro afecto, con piel de tacto suave y aspecto de piel de naranja.
Cuando el linfedema se hace progresivo desaparece la piel de naranja como consecuencia de
la fibrosis intersticial. En esta fase evolutiva, el paciente referirá sensación de pesadez, tirantez,
leve molestia o incluso dolor en el miembro afectado. Con el empeoramiento del linfedema, el
engrosamiento dérmico se manifiesta, por fibrosis cutánea. La piel suprayacente se convierte en
hiperqueratósica, y puede evolucionar a lesiones cutáneas verrucosas y vesiculares.
En etapas posteriores del linfedema, los pacientes pueden desarrollar una dificultad de movimiento
en la extremidad afectada como consecuencia del aumento de peso. En esta fase, suele existir
limitación en la capacidad para realizar actividades de la vida diaria.6
A las manifestaciones físicas, se asocian sus efectos psicosociales, ya que el linfedema afecta a
las actividades ordinarias de la vida diaria, incluyendo las tareas propias del hogar, las deportivas
o de ocio, y las referentes al desarrollo del trabajo, lo que incide negativamente en la calidad
de vida7.
DIAGNÓSTICO
La orientación diagnóstica se puede llevar a cabo mediante una correcta anamnesis y exploración
física. Las exploraciones complementarias disponibles se deberían reservar para los casos en
que con la anamnesis y la exploración física no se pueda llegar a un diagnóstico claro. En estos
casos suele bastar con un Eco-Doppler con transductor vascular de 7,5 a 10 mhz, en manos
de un operador bien entrenado, para diferenciarlo de un lipoedema o un edema inespecífico, y
descartar una insuficiencia venosa agregada. Se debe observar el grado de fibrosis y la presencia
de lagunas linfáticas. Es el examen de elección fácil, rápido y no invasivo. Otros exámenes como
la linfangiocintigrafía, TC, RNM y linfangiomagnetogramas, por coste, invasividad y complejidad
debieran ser utilizados en casos excepcionales, precirugía o para fines investigacionales, pero no
para la práctica diaria.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
El linfedema suele ser unilateral, crónico, duro y no cede con el decúbito. Si es de inicio agudo,
pensaremos en una trombosis venosa profunda, y si es crónico, por insuficiencia venosa crónica.
En este último, puede ser unilateral o bilateral, existe empastamiento muscular blando y suele
mejorar o ceder con el decúbito, dependiendo de la cronicidad. Pensaremos causa sistémica
si, agudo o crónico, es bilateral, de consistencia blanda (deja fóvea) y cede parcialmente con el
decúbito.
La tabla de la imagen 3 muestra el diagnóstico diferencial del linfedema, según los síntomas
ssean uni o bilaterales. Las fotografías de la parte inferior muestran, por orden de aparición, una
trombosis venosa profunda, un edema traumático, la hipertrofia de un miembro inferior, edema
de la insuficiencia cardiaca, lipoedema y edema de la nefropatía.
308
Cuidados
Continuos
LINFEDEMA PRIMARIO
Causas inflamatorias
Hipertrofia de la extremidad
Lipedema
Nefropatía
Hipoproteinemia
Fármacos (calcioantagonistas)
TRATAMIENTO
La finalidad del tratamiento es conseguir un equilibrio entre la carga proteica linfática y la
capacidad de transporte de la linfa. Para conseguirlo, además de detener el proceso de la
enfermedad, se requiere de un tratamiento fisioterapéutico a largo plazo. La educación del
paciente es fundamental, para que asuma la existencia de una enfermedad crónica que no tiene
cura pero si una mejoría notable que dependerá en gran medida de su motivación, dedicación y
continuidad del tratamiento, con controles médicos permanentes y cuyos verdaderos resultados
se verán a largo plazo, jamás en forma inmediata.
Los objetivos del tratamiento médico son la reducción del volumen del miembro, la recuperación
funcional, desaparición del dolor y mejora de las condiciones de la piel. Asimismo, reduccion la
fibrosis y la prevención y tratamiento de procesos intercurrentes.
309
Cuidados
Continuos
Son muchas las ventajas del DLM, tanto en sus efectos fisiológicos como los terapéuticos:
• Efecto drenante: es el que se provoca por la salida del líquido de los espacios intersticiales,
ya sea conduciéndolo por sus vasos naturales o bien desviándolo hacia otras áreas funcionales,
creando nuevas anastomosis (conexiones entre distintos vasos) o abriendo vías existentes.
• Efectos sobre la musculatura: tanto sobre el músculo liso como estriado. Actúa sobre la
musculatura de la pared intestinal, favoreciendo el peristaltismo por lo que resulta de gran
utilidad en el tratamiento del estreñimiento. Por otra parte, tiene efectos tonificantes sobre las
paredes de las arterias y potencia el movimiento de los vasos linfáticos. Además ejerce una
acción reguladora del tono muscular sobre la musculatura estriada.
• Efectos
Inmunes: esto lo logra de modo indirecto, ya que al drenar mejor los tejidos
asegura el flujo eficiente de estas células defensivas a todos los tejidos.
310
Cuidados
Continuos
Cinesiterapia
Parte del tratamiento contra los linfedemas implica la realización de ciertos ejercicios físicos 11-12,
diseñados específicamente para actuar en tres niveles:
• Primer nivel. Buscarán vaciar las cadenas ganglionares próximas a los grandes colectores.
• Segundo nivel. Incluye ejercicios que buscan mejorar el trabajo de la bomba muscular
linfática y favorecer el drenaje a través del tejido intersticial.
• Tercer nivel.
Ayudan a movilizar las articulaciones y las zonas edematizadas.
Además fortalecen la extremidad afectada. A título general, cualquier ejercicio físico que
favorezca el control del sobrepeso será favorable para quienes padecen linfedemas. Los más
recomendables son la natación o aquagym, y el Tai-Chi. Sin embargo, se deberían evitar
ejercicios como el aerobic o el trampolín, que pueden ocasionar daños. Por su parte, los
chorros de agua fría también pueden ser beneficiosos para mejorar el linfedema.
Vendajes compresivos
Resultan parte fundamental del tratamiento y control del linfedema, y se realizan ya sea con
vendajes compresivos o con medias elásticas, con la recomendación general de que se utilicen
los tejidos más finos que la compresión necesaria permita13. Esto es así porque se deben evitar
definitivamente zonas de estrangulamiento en la piel, y además garantizar que la compresión
sea confortable y decreciente (mayor en pierna o antebrazo y menor en muslo o brazo). Las
vendas se utilizan mientras se realiza el drenaje linfático manual y deben ser colocadas por el
fisioterapeuta tras la finalización de cada sesión y mantenidas durante el descanso nocturno. Las
medias elásticas hechas a medida deben tener una compresión extra-fuerte (>60 mm Hg). Al
igual que las vendas, se utilizan al concluir la sesión de DLM. Por lo general su colocación puede
ser dificultosa, sobre todo para pacientes mayores. Deben colocarse por la mañana, antes de
levantarse de la cama y retirase al finalizar el día para sustituirlas por el vendaje compresivo.
Por lo general, para la colocación de este último en forma correcta es necesaria la asistencia de
una persona.
El kinesiotape es una técnica nacida hacia los 70’s en Corea y Japón. Se trata de una cinta elástica
adhesiva fabricada con un grosor, peso y elasticidad similares al de la piel humana. Además de
ser hipoalergénica, es resistente al agua y elástica longitudinalmente. Fue desarrollada para
facilitar los movimientos y simularlos durante el reposo, ayudando en la función muscular sin
limitar los movimientos corporales. Basada en el concepto de que la actividad muscular es
imprescindible para recuperar la salud, el kinesiotape logra mejorar la circulación sanguínea
y linfática, pero además tiene efectos analgésicos, mejora de la movilidad articular y normaliza
el tono muscular. El mecanismo de actuación sobre el linfedema se genera al producir una
elevación de la piel, creando más espacio en la zona del subcutáneo, donde se encuentran los
vasos iniciales linfáticos (linfangiones), los capilares y diversos receptores aferentes y eferentes.
Tal elevación disminuye de modo inmediato la presión, restableciendo la circulación sanguínea
y la evacuación linfática. Pero además, el movimiento del paciente provoca que el kinesiotape
realice un bombeo que estimula la circulación linfática durante todo el día. La colocación del
kinesiotape dependerá de la zona a tratar. No obstante, lo común es que se recurra a tiras largas
y finas con una ligera tensión. Es muy importante la dirección de colocación de las tiras para
311
Cuidados
Continuos
favorecer el retorno linfático en el sentido correcto, procurando lograr una anastomosis artificial.
Como efecto adicional, el kinesiotape favorece la cicatrización, ayuda a eliminar o reducir adherencias
y facilita la circulación linfática a ambos lados de la cicatriz. También se utiliza con éxito, para ayudar
en la reabsorción de las equimosis. Esta técnica tan favorable sólo debe ser practicada por personal
calificado, que tiene acabado conocimiento de la anatomía y la fisiología humanas, además de las
diferentes alternativas de aplicación del vendaje de acuerdo a los objetivos que se buscan. No se debe
aplicar en zonas recién irradiadas, recién intervenidas o que presenten heridas recientes.
Tratamiento médico
Los diuréticos no son útiles en el linfedema, ya que aunque pueden movilizar temporalmente el
agua, las proteínas del espacio intracelular derivan en un aumento de la presión osmótica que hace
que el edema se reacumule. Las benzopironas podrían mejorar el linfedema crónico según un estudio
australiano publicado en 1993. Este ensayo, que era aleatorio, doble ciego, controlado y transversal,
demostró una disminución del linfedema moderada aunque estadísticamente significativa cuando se le
comparaba con placebo, a expensas de un toxicidad fundamentalmente hepática. Sin embargo, estos
resultados no se han reproducido posteriormente en otros estudios de diseño similar14-15. A pesar de
esto, muchos autores recomiendan la 5-6-benzo-alfa-pirona como parte del tratamiento rehabilitador.
Cuidado de la piel
El objetivo de este cuidado debe ser evitar la colonización dérmica por bacterias y hongos, eliminarlos de
las grietas e hidratar para controlar la xerosis. La limpieza diaria con jabón de aceite mineral proporciona
un buen control de la población bacteriana a la vez que humidifica. En los casos en los que exista una
solución de continuidad, se recomienda la aplicación antibiótica tópica.
El tratamiento quirúrgico se reserva para casos muy seleccionados en los que las medidas
conservadoras han fracasado y presentan complicaciones a largo plazo. No existen, hasta el
momento, series que demuestren resultados alentadores.
312
Cuidados
Continuos
Evitar toda punción o herida en la piel. Cuidar meticulosamente la piel, las uñas y las cutículas.
Ocuparse inmdediatamente de todas las heridas, pequeñas o grandes. Hacer uso de antibióticos
tópicos o sistémicos cuando corresponda.
Evitar mangas y accesosrios ajustados, y evitar la constricción que pueda causar una ropa interior
inapropiada
Evitar ejercicios violentos o agotadores. Realizar ejercicio aeróbico que implique al brazo afecto
solo cuando este se encuentra bien sujeto por ropa adecuada.
Dado que el linfedema puede darse incluso varias décadas tras el tratamiento, es adecuado advertir
a los pacientes que estas precauciones se deben tomar de manera indefinida.
No existe evidencia que sustente unas determinadas recomendaciones. Por lo tanto, las precauciones
se guían por las fisiopatología y se fundamenta en dos principios generales: no incrementar la
producción linfática, que es directamente proporcional al flujo sanguíneo, y no aumentar el bloqueo
del transporte linfático.
Es esencial informar adecuadamente a los pacientes que han sido tratados quirúrgicamente con
linfadenectomía en algún miembro sobre las medidas recomendables para evitar la aparición del
linfedema.
313
Cuidados
Continuos
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314
Urgencias metabolicas en Oncologia
Dr. Fernando Henao Carrasco
Médico Adjunto. Servicio de Oncología Médica.
Complejo Hospitalario Regional Virgen Macarena. Sevilla
Los trastornos hidroelectrolíticos constituyen una de las causas más frecuentes de ingreso
o de complicación en el paciente oncológico. Hemos estructurado el capítulo de manera
que podamos comprender la fisiopatología de los trastornos metabólicos que ocurren
con mayor frecuencia en el paciente tumoral para posteriormente realizar su diagnóstico
etiológico más correcto finalizando por el tratamiento. Trataremos en este capítulos las
alteraciones de los iones calcio, potasio y sodio, glucosa y repasaremos el síndrome de
lisis tumoral.
Hablamos de hipercalcemia, cuando se detectan cifras de calcio total superiores a 10,5 mg/
dl y de calcio iónico superiores a 5,6 mg/ml (1,4 mmol/l).
Los valores normales de calcemia oscilan entre 8,5 y 10,5 mg/dl (2,2-2,6 mmol/l). Estos
valores son los del calcio total, y no los de la fracción ionizada que es la biológicamente
activa, de esta forma se debe “corregir” el nivel de calcio por los niveles de albúmina de
la sangre. Esto ocurre ya que el laboratorio nos ofrece valores de calcemia total y que son
parangonables con valores de calcemia corregida cuando la albúmina está en los rangos
de la normalidad. Si hay una hipoalbuminemia el calcio biológicamente activo, es decir, el
calcio iónico sería superior y en consecuencia el calcio corregido también sería superior a
los valores que nos ofrece la calcemia medida. Para calcular el calcio corregido que nos
ofrecería información fiable de la cantidad de calcio biológicamente activo se utilizan las
fórmulas siguientes:
Ca corregido (mg/dl) = Ca medido (mg/dl) + [(Albúmina ideal (g/dl)- Albúmina medida (g/dl)) 0,8]
Calcio corregido (mg/dl) = Calcio medido (mg/dl) / 0,6 + [proteínas totales (g/dl)/18,5]
315
Cuidados
Continuos
Ca corregido (mg/dl) = Calcio medido (mg/dl) + 0,8 (4,4 – albúmina medida en g/dl)
Calcio corregido (mg/dl) = calcio medido (mg/dl) – albúmina (g/dl) + 4
Hay tres mecanismos fundamentales por los que se produce hipercalcemia en el paciente
con cáncer: metástasis osteolíticas con liberación local de citokinas (incluidos los factores
activadores del osteoclasto); secreción por parte de las células tumorales de la proteína
relacionada con la hormona paratiroidea (PTHrP); y la producción tumoral de calcitriol
(1,25- dihidroxivitamina D).
Clínica: El cuadro clínico, como en la mayoría de los trastornos hidroelectrolíticos es muy variable
e inespecífico. Se caracteriza por astenia (síntoma muy frecuente), debilidad muscular, letargia,
poliuria, polidipsia, anorexia, náuseas, vómitos, dolor abdominal. Puede dar lugar a cambios en
ECG en hipercalcemias superiores a 15 mg/dl, arritmias cardíacas, bloqueos AV que pueden
progresar a paro cardíaco.
316
Cuidados
Continuos
En todos los casos habrá que monitorizar los iones plasmáticos y mantener un buen control de la diuresis.
HIPOCALCEMIA
Concentración de calcio plasmático total inferior a 8,0 mg/dl o un calcio iónico inferior a
4,65 mg/dl (0,8 mmol/l).
Clínica: Las manifestaciones clínicas dependen del grado de hipocalcemia y de la rapidez con que
se instaura, así las hipocalcemias crónicas suelen ser asintomáticas hasta que acontece algún
factor desencadenante. Irritabilidad, trastornos de memoria, neurosis, psicosis, alteraciones ECG y
tetania serían los signos y síntomas más frecuentes de hipocalcemia.
317
Cuidados
Continuos
Tratamiento:
HIPERPOTASEMIA
Se produce cuando las cifras de K en sangre son superiores a 5,5 mg/dl. Relativamente infrecuente
en el paciente oncológico, se da con más frecuencia en personas mayores polimedicados en
tratamiento con diuréticos ahorradores de potasio. Hay que tenerla en cuenta en el Síndrome
de Lisis tumoral. Es la complicación hidroelectrolítica más grave. Clínicamente cursa con
alteraciones en ECG, puede producir arritmias y muerte del paciente.
Tratamiento:
318
Cuidados
Continuos
- Exceso de volumen: Usar diuréticos y reponer agua libre con con Suero glugosado SG al 5%
HIPONATREMIA
Se define hiponatremia como la concentración de Na+ en plasma por debajo de los 135 mEq/l.
Es el trastorno hidroelectrolítico más común en oncología pero su variable espectro clínico hace
que pase muchas veces desapercibido. Para un buen manejo terapéutico deberemos realizar
un correcto diagnóstico para lo que necesitaremos una bioquímica básica con iones Na+, K+,
osmolalidad plasmática y análisis urinario con iones y osmolaridad urinaria.
El síndrome de secreción inadecuada de ADH está producido por la liberación por parte de las
células tumorales de la hormona antidiurética, especialmente relacionado con el carcinoma
microcítico de pulmón (hasta un 44% de los pacientes afectos por este tumor desarrollarán SIADH
en su evolución), puede prácticamente verse en todos los tumores, siendo también frecuente
en carcinoma de cabeza y cuello y linfomas, y descrito en tumores digestivos, timoma, ovario,
cerebrales, próstata, mama....
El SIADH se define como aquella hiponatremia que acontece en un entorno de euvolemia clínica con
osmolalidad plasmática disminuida por debajo de 275 mOsm/kg, Osm urinaria por encima de 100
mOsm/kg, natriuresis mayor a 40 mmol/L. La secreción de vasopresina está incrementada a pesar
de osmolalidad plasmática muy disminuida, la hormona antidiurética va a unirse a los receptores
V2 situados en la membrana citoplasmática de las células del túbulo colector renal generando una
cascada intracelular de señales desencadenando la síntesis de acuaporina 2 la cual va a favorecer el
paso de agua desde la orina al interior del plasma. Por lo tanto, la hiponatremia secundaria a SIADH
es un desequilibrio hidroelectrolítico dependiente del manejo del H2O más que del Na+.
319
Cuidados
Continuos
Hasta hace poco años, no había tratamiento específico para la hiponatremia secundaria al SIADH, únicamente
la solución salina hipertónica y la restricción hídrica eran los tratamientos aceptados. La restricción hídrica,
por su parte, está asociada a numerosas desventajas, no suele ser factible en este subgrupo de pacientes que
precisan grandes cantidades de hidratación para tratamientos intravenosos, la velocidad de corrección de la
hiponatremia suele ser inadecuada, prolonga la hospitalización del paciente con hiponatremia y suele tener
un mal cumplimiento terapéutico por parte de los pacientes. Otros tratamiento como la urea, demeclociclina
y litio han entrado en desuso por su complejo manejo y su importante toxicidad.
Figuras:
Paciente candidato a tratamiento con quimioterapia
Suero Salino
Quimioterapia (QT) Asintomática Sintomática
Hipertónico (SSH) 3%2
Monitorización Tolvaptán3
Corrección (Na+p) Iniciar QT (esperar 24h entre
SSH y Tolvaptán)
Iniciar QT
320
Cuidados
Continuos
Tratamiento No tratamiento de
Sintomática Asintomática
de soporte* la hiponatremia
Valorar tratamiento
(Na+p) < 120 mmol/L (Na+p) > 120 mmol/L
de soporte*
Suero Salino
Tolvaptán
Hipertónico 3%2
Recientemente han aparecido fármacos que actúan sobre la causa fundamental de la hiponatremia
en SIADH, los vaptanes (Tolvaptan, Samsca ®). Tolvaptan actúa sobre el receptor V2 de las células
del túbulo colector de la nefrona compitiendo de forma directa con la ADH e impidiendo su función
favoreciendo la excreción de H20 en la orina e impidiendo su reabsorción. Es un fármaco seguro, con
sed como efecto secundario principal, disponible en las presentaciones de 15 mg y 30 mg. Tiene la
ventaja de ser oral y que permite al paciente mantener la ingesta hídrica que desee así como poder
utilizar esquemas de prehidratación para los tratamientos citostáticos.
HIPERGLUCEMIA
En la actividad clínica diaria observamos numerosos casos de pacientes con hiperglucemia,
probablemente debido al frecuente empleo de glucocorticoides en oncología. Los glucocorticoides
alteran, entre otros, el metabolismo hidrocarbonado induciendo hiperglucemia, lógicamente ésta es
más manifiesta en pacientes diabéticos.
321
Cuidados
Continuos
Clínica: Cifras inferiores a 200 mg/dl de glucemia no suelen dar síntomas y son bastante bien toleradas
por los pacientes; a medida que van incrementándose los valores de glucemia aparecen los signos
y síntomas leves propios de la hiperglucemia (diabetes) como poliuria, polidipsia, polifagia, prurito,
etc., a los más graves con afectación del equilibrio hidroelectrolítico, dolores abdominales, vómitos
etc., y del sistema nervioso central como astenia, embotamiento progresivo de la memoria, cefaleas.
En situaciones graves podemos encontrar pacientes en coma cetoacidótico o en coma hiperosmolar.
HIPOGLUCEMIA
Puede observarse en ocasiones, especialmente en pacientes con disminución de la ingesta
secundaria a los tratamientos con quimioterapia o radioterapia. También puede estar
causada por tumores productores de insulina como los insulinomas.
El SLT a menudo ocurre tras el inicio de tratamiento con quimioterapia en pacientes con
linfomas de alto grado (especialmente el linfoma de Burkitt) y la leucemia linfoblástica aguda.
También puede producirse de manera espontánea y puede darse con mayor frecuencia y
en otros subtipos tumorales que presenten altos índices de proliferación, gran carga
tumoral (enfermedad bulky >10 cm o leucocitosis por encima de 50.000), LDH dos veces por
encima del rango de la normalidad o aquellos con una alta sensibilidad a tratamientos con
quimioterapia.
Clínica: El cuadro clínico del SLT se caracteriza fundamentalmente por nauseas, vómitos,
diarrea, astenia, anorexia, letargia, obnubilación, arritmias cardiacas, tetania, síncope e incluso
puede llegar a producir muerte súbita.
322
Cuidados
Continuos
El tratamiento del SLT debe priorizarse en el sentido de minimizar los efectos nocivos de la
hiperpotasemia que sucede en las primeras horas de instaurarse el cuadro con el consiguiente
riesgo de complicaciones graves.
1º Suero Glucosado Hipertónico más insulina de acción rápida disuelta a un ritmo de entre 21
ml/h. y 100 ml/h. (p.ej. Glucosado 10% + 10 U.I. De Insulina Cristalizada, o bien Dextrosa al 20% +
10 o 20 U.I. De Insulina Cristalizada). Monitorizar los niveles de glucosa y de potasio.
2º En pacientes con disfunción renal se utilizan altas dosis de Furosemida (80 a 200 mg. i.v. Cada
30 minutos). Si no hay respuesta valorar Diálisis.
3º Para corregir la Hipocalcemia sintomática puede administrarse Calcio intravenoso a la menor
dosis posible que corrija la sintomatología del paciente.
323
Cuidados
Continuos
BIBLIOGRAFÍA
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classification. Br J Haematol. 2004;127(1):3–11
324
Extravasaciones y toxicidad
vascular. Accesos Venosos.
Dr. Alfonso Gúrpide Ayarra
Consultor. Departamento de Oncología.
Clínica Universidad de Navarra. Pamplona
Concepto y prevalencia: Se denomina extravasación a la salida del líquido que se está administrando
por vía intravenosa al tejido que rodea la vena, y en particular, cuando el fármaco tiene capacidad
de producir daño tisular. La magnitud del daño depende de la localización, el medicamento (figura 1)
y cantidad extravasada, la concentración del mismo y las medidas adoptadas.
La prevalencia se sitúa en un 0,5 a 6%1. Son más frecuentes en niños dados el tamaño de sus
vasos y la dificultad del acceso venoso. Existen menos datos respecto a las extravasaciones
asociadas a vía central, aunque la información disponible sugiere que la incidencia es similar.2
Respecto a los fármacos, muchos antineoplásicos producen daño celular directo (ej. antraciclinas)
y en otros casos son los excipientes (ej. Cremophor del paclitaxel).Se dividen en vesicantes,
irritantes y no tóxicos4 (Tabla 1). Los que se unen al DNA (ej antraciclinas) producen muerte
celular directa y los complejos DNA-antraciclina se liberan y son captados por las células
por endocitosis5. El agente tóxico permanece en la zona, y el daño progresa en extensión y
profundidad. Los que no se unen al DNA (ej Alcaloides de la Vinca) tienen un efecto tóxico
indirecto en las células y pueden ser metabolizados en el tejido y más fácilmente neutralizados.
La elección del lugar de venopunción es importante: el mejor es el antebrazo y se evitarán las
articulaciones o el dorso de la mano. Se debe considerar el empleo de un acceso central en
todo paciente con venas frágiles o problemáticas.
Diagnóstico: Los síntomas son inespecíficos: dolor, edema y eritema. Para las antraciclinas se
puede utilizar como prueba diagnóstica la microscopía de fluorescencia. El daño tisular suele
ser subestimado2 y la resonancia magnética puede ayudar a visualizar la cantidad extravasada.
El diagnóstico diferencial incluye la tromboflebitis (mucho más frecuente) o una reacción local
de hipersensibilidad, pudiendo aparecer fenómenos “recall”.
325
Cuidados
Continuos
326
Cuidados
Continuos
327
Cuidados
Continuos
- La hialuronidasa es una enzima que degrada la matriz intracelular y favorece la difusión del
fármaco disminuyendo la concentración en la zona afectada. Se administra por la misma
cánula extravasada y mediante inyección subcutánea. Debe emplearse en la primera hora
tras la extravasación. No está comercializada en España pero puede conseguirse a través del
Ministerio como medicación extranjera (Hyalase®).
Se aplicará frío seco en las extravasaciones por antraciclinas (también liposomal), amsacrina,
cisplatino, mitomicina, mitoxantrona, ecteinascidina y fotemustina. En el caso del oxaliplatino
se desaconseja expresamente su uso. Si se emplea dexrazoxano no debe aplicarse
simultáneamente frío para evitar la vasoconstricción que limitaría su actividad. La aplicación de
calor queda reservada a los alcaloides de la Vinca y está contraindicado en extravasaciones por
ifosfamida o ciclofosfamida, antracilinas y dactinomicina. Respecto a la protección de la luz solar
debe realizarse siempre en extravasaciones por mitomicina y dacarbacina y se aconseja para
bleomicina, 5-fluorouracilo, metotrexato, vinblastina o taxanos 2.
Los principales mecanismos son la alteración del endotelio, el espasmo vascular y la alteración
del sistema fibrinolítico y de la función plaquetar.
Las nuevas drogas y en concreto los antiangiogénicos provocan distintas patologías vasculares
que limitan su uso. Pueden producir hipertensión arterial y vasculopatías el bevacizumab,
sorafenib, sunitinib y cediranib. Además se han relacionado con la aparición de hemorragias,
con afectación coronaria y con fenómenos tromboembólicos arteriales y venosos, todos ellos en
probable relación con la afectación del endotelio vascular8.
Citostáticos como el cisplatino, el carboplatino y la vinblastina, pueden desencadenar la aparición
de accidentes cerebrovasculares.
328
Cuidados
Continuos
La asociación existente entre el tratamiento con bleomicina o cisplastino, y el desarrollo del Síndrome
de Raynaud ha sido muy estudiada. Aparece frecuentemente entre el tercer y sexto mes del inicio de
la quimioterapia, y en algunos casos persiste durante años tras el tratamiento. Se ha atribuido a la
hipomagnesemia inducida por el tratamiento.
ACCESOS VENOSOS
Acceso venoso periférico: La vía periférica en miembros superiores es la más utilizada. Es barata
y sencilla. En tratamientos cortos, cuando el acceso a la circulación central no es necesario y si el calibre
fino del catéter es suficiente, será de elección. En pacientes obesos, muy delgados o con accesos pobres
presentan una mayor dificultad y en ocasiones puede contraindicarse su colocación en una extremidad
concreta por la presencia de una fístula arteriovenosa o antecedentes de mastectomía y linfadenectomía.
Su utilización reciente, la presencia de signos de flebitis o trombosis, signos de hematoma o infección
descartará la elección de esas zonas para su colocación. Las venas de las piernas o el cuello pueden
ser utilizadas en situaciones concretas. La vena yugular puede ser canulada incluso en situaciones de
depleción de volumen en pacientes encamados ,en posición de Trendelemburg o con la maniobra de
Valsalva. En cuanto a las venas de la extremidad inferior pueden también ser utilizadas en casos aislados.
La safena a nivel del maléolo o la vena dorsal del pie pero solo las utilizaremos si no es posible en la
extremidad superior ya que dificultan la movilidad del paciente y pueden causar con mayor frecuencia
fenómenos de tromboembolismo. La canulación de la vía venosa periférica es dolorosa pudiendo
plantearse en casos concretos la aplicación de anestesia local con lidocaína, bupivacaína, tetracaína y otros
.Es un procedimiento seguro pero no exento de complicaciones como la flebitis, extravasación, infección, o
hematomas. Son menos frecuentes el embolismo gaseoso, necrosis de la piel, síndrome compartimental,
lesión nerviosa, arterial, tendinosa o la formación de un aneurisma venoso.
Acceso venoso central: Permite tener un acceso más seguro y de larga duración
para administrar citostáticos, tratamientos antimicrobianos prolongados y nutrición
parenteral. Para un acceso central rápido y tratamiento corto, se utilizan los llamados
exteriorizados simples. En tratamientos más largos se tuneliza el trayecto a nivel
subcutáneo pectoral, con catéteres centrales exteriorizados tunelizados (Hickman,
Broviac, Groshong o Quinton).
329
Cuidados
Continuos
Los catéteres centrales con reservorio subcutáneo (PORT-A-CATH), son los más utilizados
y con los que se dispone de un acceso venoso seguro y cómodo. Tienen dos componentes:
el reservorio y el catéter. Existen además, sistemas con doble cámara y catéteres
con doble luz para poder realizar dos infusiones simultáneas o de gran volumen. Los
dispositivos con reservorio totalmente implantable son cómodos y reducen la ansiedad
por las punciones repetidas y las complicaciones 10. Existen contraindicaciones para su
colocación que pueden ser transitorias o definitivas: la infección activa, presencia de
enfermedad pulmonar obstructiva severa, trastornos hematológicos como pancitopenia,
plaquetopenia o alteraciones de la coagulación, procesos dermatológicos o radioterapia
previa en la zona elegida para la colocación, así como alergia conocida al catéter.
Hay que considerar los riesgos potenciales, normalmente asociados a la colocación o uso
de cualquier dispositivo o catéter permanente. Éstos incluyen riesgos por su colocación,
como hematomas, infección, hemotórax, neumotórax, daño o lesión de vena o arteria,
lesión de plexo braquial o del conducto torácico, arritmias y taponamiento cardíaco. Otros
riesgos son la exteriorización a través de la piel, bacteriemia o sepsis, extravasación,
desconexión, rotura, migración, oclusión, rechazo o trombosis del catéter, tromboflebitis
y tromboembolismo 11.
330
Cuidados
Continuos
BIBLIOGRAFÍA
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331
ostomias
Dr. Antonio Colmenarejo Rubio.
Jefe de Servicio. Servicio de Oncología Médica.
Hospital Central de la Defensa “Gómez Ulla“. Madrid
Hoy en día, y gracias a la investigación de los profesionales dedicados al cuidado de los enfermos y de las
compañias dedicadas a la fabricación de los distintos dispositivos a aplicar sobre el estoma, se dispone de
una amplia variedad de éstos; lo que hace más fácil su utilización y el mantenimiento en condiciones idóneas.
Sin embargo, y a pesar de estos avances, la realización de una ostomía es siempre un choque emocional
para el enfermo. Esto es así principalmente por dos motivos.
En primer lugar muchos enfermos asocian la ostomía a una situación terminal de su enfermedad y es
difícil eliminar esta opinión cuando se informa al paciente de la necesidad de realizarla. Adquiere, en estas
circunstancias especial importancia la comunicación entre médico y paciente. El médico debe explicar, de
manera clara y profunda, los motivos por los que hay que recurrir a la intervención y las característicsa
de la misma. En segundo lugar, las ostomias, en la mayoría de los casos, provocan una clara alteración
de la imagen corporal y de los hábitos de vida de los enfermos. Cualquiera de las ostomías
más frecuentes, digestivas, del área ORL o urinarias, implican alteraciones de los modos de vida. Por
ejemplo, y aunque la ostomía obedezca a procesos benignos, la realización de la misma impide
algunos tipos de vestimenta, lo que puede repercutir de manera negativa, en su calidad de vida.
333
Cuidados
Continuos
Independientemente del lugar y finalidad del estoma se pueden establecer una serie de reglas
generales para una correcta realización del mismo.
Así, el primer criterio a tener en cuenta es intentar mantener la mayor cantidad posible del
órgano o sistema afecto. Por ejemplo, las ostomias de alimentación se deben realizar lo más
cerca posible de la cavidad oral tratando de conservar el camino natural de los alimentos. Por
el contrario, las ostomias de descarga, o evacuación, se realizarán lo más distales posibles,
preservando la mayor cantidad de intestino posible. Esto es así, fundamentalmente, en las
ostomías que afectan al aparato digestivo ya que este criterio ayuda al mantenimiento de la
función del órgano afecto.
Otro criterio que se debe tener en cuenta es la vascularización, tanto de la zona del estoma
como del órgano que se exterioriza. Debe evitarse, por un lado, la isquemia o congestión del
estoma ya que esta circunstancia pueden dar lugar, a medio plazo, a complicaciones como
retracción y estenosis de la piel del estoma. Por otro lado, y para evitar la posible necrosis
del órgano afecto, se debe intentar que el trayecto, desde éste hasta la piel, sea lo más corto
posible asegurando así una buena irrigación y la eliminación de la posibilidad de torsiones, que
también podrían provocar la isquemia.
Los dispositivos que se utilizan para recoger las emisiones de las ostomías pueden clasificarse
en bolsas cerradas o abiertas según dispongan de un orificio para su vaciado periódico, lo que a
su vez permite su utilización en varias ocasiones (abiertas), o aquellas que se deben cambiar
cuando han recogido estas emisiones (cerradas) (Fig. 1 ,2 y 3 ).
334
Cuidados
Continuos
Asimismo, las bolsas se pueden clasificar según el número de piezas de las que están
compuestas. En este sentido existen bolsas con una parte para adherir a la piel, a la que
posteriormente se adhiere la bolsa, bolsas de dos o tres piezas, o un solo bloque formado por
el dispositivo de adhesión y la bolsa propiamente dicha, bolsas de un sola pieza. ( Figura 1 y 2 ).
Bolsa
Bolsa
Adhesivo
Pinza
Placa
335
Cuidados
Continuos
Dentro de estos dispositivos abiertos se encuentran las bolsas de urostomía que siempre
disponen de una apertura inferior provista de un grifo que permite la evacuación periódica de la
orina sin el cambio de la bolsa. (Fig. 4).
336
Cuidados
Continuos
337
Cuidados
Continuos
Todas las bolsas están constituidas por: un adhesivo ,un filtro, un plástico y cubierta suave, el
clipper (cierre) de seguridad, las válvulas de vaciado y anti-reflujo y pinzas para el canal de
vaciado.
Bolsa
• El adhesivo, o disco, es la parte de la bolsa que la une con la piel. Es una parte
importante del dispositivo porque de su constitución depende, en gran medida, la tolerancia
a su uso. Los materiales utilizados han evolucionado desde los primeros compuestos
de óxido de zinc hasta las actuales resinas sintéticas y resinas mixtas. Estas, forman una
estructura que se adhiere a la piel pudiendo encontrarse en la actualidad adhesivos con
resinas libres de aros que las conforman y, a la vez, proporcionan la rigidez necesaria. Estos
adhesivos tienen la ventaja de una flexibilidad total y una capacidad de sujeción a la piel y de
la bolsa al adhesivo, similar a la bolsa con adhesivos con aros.
• Los filtrosse utilizan, tanto en bolsas abiertas como en bolsas cerradas, y tienen como
misión dejar pasar el gas, evitando el aumento de la bolsa, pero evitando el mal olor
del mismo. Están constituidos por varias capas de distintos materiales, entre ellos foam
de poliuretano y carbono activado, que permiten el paso del gas y ayudan a realizar la
retención de los olores.
• El cuerpo de la bolsa, propiamente dicho, está compuesto por una membrana de plástico,
films de 4 o 5 capas, y una cubierta suave de telas sin tejer que aportan un tacto más suave
e impiden la visualización del contenido hasta su evacuación.
338
Cuidados
Continuos
• La unión de esta bolsa al adhesivo se realiza a través de un clip de seguridad que asegura
la sujeción entre ambas partes de la bolsa. Es importante que esta unión sea lo más
estanca posible, para evitar la fuga de olores y gas por la misma, y no por la válvula antes
mencionada, y que sea fácil de usar dado que en ocasiones el cambio de bolsa es muy
frecuente.
•A estas partes se unen las válvulas de vaciado y anti reflujo y pinzas para el canal de
vaciado, en el caso de las bolsas abiertas. Si la bolsa es de urostomía estas pinzas del canal
de vaciado se sustituyen por una válvula de vaciado con tapón que permite la evacuación
rápida de la orina.
Además de estos criterios puede ser necesario tener en cuenta la morfología del estoma. Esta
circunstancia no afecta al tipo de bolsa sino a la forma del disco adhesivo que se coloca
en la piel. Si el estoma es plano, se ha retraído y hundido en la piel circundante o existen
pliegues cutáneos alrededor del estoma es aconsejable la colocación de un disco convexo que
proporciona una mayor presión periestomal, con lo que conseguiremos una mejor estanqueidad
de la bolsa sobre el estoma. Si a pesar de esto no se consigue la perfecta adhesión del disco
a la piel pueden ser necesarias la utilización de resinas moldeables que pueden adaptarse a
cualquier tipo de superficie formando una capa uniforme a la que adherir el disco ( Fig. 5 ).
339
Cuidados
Continuos
Por último, no se debe olvidar, una vez realizada la correcta elección del dispositivo siguiendo
los criterios antes mencionados, el cuidado del estoma y de la piel periestomal. Por un
lado el estoma se debe limpiar cuidadosamente eliminando los restos de heces y secándolo
posteriormente. Por otro lado, la piel periestomal no debe ser alterada por medios físicos o
químicos. Entre los primeros se debe tener en consideración el limpiado de la piel con una
esponja suave y jabón neutro para secar a continuación con una toalla. Asímismo, se debe
ser cuidadoso al retirar el adhesivo evitando en lo posible los tirones y, como se mencionó
previamente, utilizando dispositivos de varias piezas para pieles sensibles. Desde el punto de
vista de la agresión química el mayor daño se produce si el orificio de la placa adhesiva es ancho
y no ajusta con el estoma; esta situación conduce a un constante contacto de las heces y orina
con la piel y la consecuente maceración, irritación e infección de la misma.
OSTOMÍAS DIGESTIVAS
Las ostomías digestivas constituyen la mayoría de estos procedimientos ya que las enfermedades
neoplásicas que afectan al tracto digestivo son de las de mayor frecuencia dentro de la patología
tumoral. Asimismo, y junto con las ostomías del tracto urinario, son las que han recibido más
atención por parte de la industria e investigadores hasta conseguir los actuales accesorios que
contribuyen de manera decisiva a la buena tolerancia de las mismas. En este apartado revisaremos
las indicaciones y cuidados de las ostomias digestivas.
Las esofagostomías consisten en la sección del esófago y el abocamiento del extremo proximal a
la piel. Se realizan para evitar el paso de saliva desde la boca hacia tramos inferiores del tracto
digestivo debido a la imposibilidad de progresión de la misma por obstrucción. La etiología suele
ser, cáncer de faringe, esófago o del área ORL, aunque podría ser necesaria su realización por
patologia benigna, como ingesta de caústicos. Hoy en día es una técnica casi en desuso gracias a
la existencia de prótesis, endoprótesis autoexpansibles, que permiten, en casi todos los casos, la
solución de la obstrucción y el paso de la saliva hacia el estómago. El cuidado de estos estomas es
complicado dado que la saliva sale continuamente y es un potente irritante de la piel cercana. Es
preciso colocar una bolsa colectora ajustada a la ostomía para evitar el contacto de la saliva y la piel.
Es preferible que estas bolsas sean de vaciado para no tener que retirar la misma frecuentemente.
340
Cuidados
Continuos
Sin embargo, las gastrostomías mas frecuentes son las de alimentación ya que se utilizan para
múltiples enfermedades, normalmente no relacionadas con patología gástrica, y como alternativa
a alimentación parenteral. Estas gastrostomías suelen ser definitivas aunque en los últimos años, y
gracias a la aparición de las endoprótesis, las que se realizaban por causa de obstrucción del esófago
han disminuido en frecuencia. Si es preciso efectuar una gastrostomía de alimentación hoy se prefiere
la técnica de la gastrostomía endoscópica percutánea. En ésta, sólo se precisa sedación profunda, en
cuanto método anestésico, y se puede utilizar la sala de endoscopia. Tras la realización de una endoscopia
rutinaria se practica una punción transcutanea, que comunica el exterior con la cavidad gástrica,
pasando a continuación una guía que se extrae con la pinza de endoscopia al retirar el endoscopio. Esta
guía servirá posteriormente para introducir una sonda de French que progresará hasta el estómago
con los movimientos deglutorios. Una vez fijada la sonda se puede iniciar su utilización a partir de las
24 horas con alimentación liquida al principio y posteriormente con alimentación mas densa, incluidos
los preparados nutricionales comercializados. Es aconsejable, asimismo, comenzar con poca cantidad
de alimentación evitando en lo posible la administración en bolo y siendo preferible la utilización de
bombas de alimentación continua.
Las gastrostomías no presentan tantos problemas para su cuidado como la esofagostomía, dado que
no se produce la salida de contenido gástrico; por la manera de realización y por estar taponada
tras la utilización. Los enfermos, con un mínimo entrenamiento, pueden realizar vida prácticamente
normal, incluida la práctica deportiva. Con el paso del tiempo la piel alrededor de la sonda puede
adquirir un aspecto granulomatoso, con sangrado al roce, que puede ser tratado con nitrato de plata.
La sonda debe ser limpiada con agua después de cada uso para que no queden restos alimenticios en
su interior que al solidificarse formarían un tapón en el interior. Si el paciente logra un largo tiempo de
supervivencia puede ser necesario el recambio por deterioro.
La yeyunostomía es el abocamiento del yeyuno proximal. Sus indicaciones son infrecuentes ya que
se utiliza en enfermos que no pueden alimentarse de manera oral y tampoco son tributarios para la
realización de una gastrostomía. Como las ostomías anteriores pueden ser temporales o definitivas
y están indicadas en enfermos con neoplasias gástricas, o del esófago distal, en los que no se
puede efectuar una gastrostomía dada la invasión del estómago por la neoplasia. En el cuidado de las
yeyunostomías es muy importante evitar el contacto de la piel con el contenido intestinal y el alimento,
si refluyen, ya que esto puede originar lesiones cutáneas intensas y difíciles de tratar. Hay que tener
en cuenta que tanto la bilis como la secreción pancreática son mucho más agresivas que el contenido
gástrico. La nutrición para la yeyunostomía debe ser completamente líquida y se precisan mas de cinco
horas por cada litro de alimentación. Exige la utilización de bombas de alimentación continua.
La ileostomía es el abocamiento del ileon terminal a la piel. Se practica cuando ha sido preciso realizar
una colectomía total y la ileostomía se convierte en el orificio de descarga definitivo. No es frecuente
en los enfermos neoplásicos y si en la enfermedad inflamatoria intestinal. Se suele situar en la fosa
ilíaca derecha evitando las rugosidades del ombligo y las depresiones naturales del abdomen ya que
el producto de la ostomía es muy irritante y si la bolsa colectora no es suficientemente estanca se
lesionaría gravemente la piel. Cuando comienza a funcionar se elimina más de un litro diario. Su
manejo y cuidado son similares a los de la colostomía siendo la complicación mas frecuente la diarrea,
que en ocasiones supera los cuatro litros día. En ocasiones se realiza de forma temporal para proteger
las suturas en casos de intervenciones quirúrgicas complejas con colectomía, reconstruyéndose
posteriormente.
341
Cuidados
Continuos
Las colostomías son el abocamiento del colon por alguna de las partes que lo componen.
Así, se puede hablar de cecostomías, si se aboca el ciego, transversostomías, colon transverso,
y sigmoidostomias, si se aboca el sigma. Salvo la cecostomía, en la que en ocasiones se puede
colocar una sonda, el resto de colostomías se realizan dejando en la piel el extremo del
colon. Esta técnica se denomina colostomía terminal y se suele utilizar en las amputaciones
abdominoperineales por carcinoma de recto. Para las transversostomías se puede utilizar la
colostomía sobre varilla.
Que una colostomía sea permanente o temporal depende fundamentalmente del proceso
patológico por el que se realizó. Es importante definir esto al realizarla ya que un gran número
de colostomías que pretendieron ser temporales se transforman en permanentes en la medida
que el cuadro clínico de base no logra resolverse. Si la colostomía va a ser permanente debe
ser de tipo terminal (derivar totalmente el tránsito), realizada en un lugar de fácil manejo
para el paciente y lo más distal posible ya que las deposiciones serán más formadas. El lugar
mas adecuado para este tipo de colostomía es en el cuadrante inferior izquierdo, por debajo
del ombligo, a 3-4 cm. lateral a la línea media y transrectal, fijando el peritoneo a la serosa
del colon y también el mesocolon a la pared lateral del abdomen, evitando así una serie de
complicaciones que analizaremos más adelante. En aquellos pacientes en los que se puede
realizar la reconstrucción posterior del tránsito intestinal, ésta debe realizarse a través de
una laparotomía y a 8 semanas de efectuada la colostomía, para dar tiempo que se resuelva la
inflamación generada por el acto quirúrgico previo.
Como hemos mencionado previamente, las colostomías también se denominan según la zona
del colon donde se efectúan. La cecostomía, abocamiento del ciego, es un procedimiento
descompresivo que está destinado a drenar gas y líquido, pero no sirve para material particulado.
En general se realiza a través de una sonda tipo Petzer, Malecot o Foley calibre 32 French. La
cecostomía es de difícil manejo ya que el contenido ileal es líquido y difícil de controlar en una
ostomía plana como generalmente es la cecostomía.
En la actualidad son pocas las indicaciones para realizar una cecostomía y casi todas las causas
son de etiología benigna. Así, las perforaciones y traumatismos de la zona cecal son tratados
major con resecciones y anastómosis primarias. Si las condiciones locales o generales del
paciente no lo permiten, es recomendable efectuar una ileostomía y fístula mucosa con el colon
distal a la resección.
342
Cuidados
Continuos
Las complicaciones crónicas suelen originarse en el domicilio del enfermo. Las mas frecuentes
son la estenosis y retracción, producidas por abscesos o isquemia crónica del muñón, y las hernias
y prolapso intestinal. Sin embargo, las complicaciones que mas preocupan al enfermo son las que
tienen que ver con la frecuencia y consistencia de las evacuaciones y el cuidado de la piel ya que
estas circunstancias son las que más pueden afectar su calidad de vida. En este sentido, es útil
aconsejar al paciente medidas dietéticas que le ayuden a mantener una frecuencia y consistencia
de las heces lo mas normal posible aunque pueda ser necesaria la utilización de laxantes o, en
caso contrario, de astringentes. En el caso de estreñimiento pertinaz pueden llegar a ser necesarias
irrigaciones del colon a través del estoma siendo conveniente que la enseñanza de la técnica la realice
un profesional, diplomado en enfermería, especializado en ostomías.
La isquemia y/o necrosis de una ostomía digestiva, tanto si es de una colostomía o de una ileostomía,
es una situación grave que ocurre, normalmente, en un espacio temporal muy cercano a la cirugía
(primeras 24 horas). Lo común es que se produzca en pacientes con pared abdominal gruesa y/o en
ostomías de tipo terminal. En caso de resecciones tumorales del colon sigmoide debe efectuarse, dentro
del procedimiento quirúrgico oncológico, la ligadura de la arteria mesentérica inferior en su salida de la
aorta, lo que puede ayudar, o provocar, que la colostomía fabricada con colon descendente sea límite en
cuanto a irrigación. Por otro lado, y en el caso de las ileostomías, la confección de la misma requiere de
un segmento de ileon de aproximadamente 8 cms., conservando su irrigación para extraerlo a través de
la pared abdominal y poder evertirlo al exterior. Cuando este segmento se torna isquémico, se reconoce
porque cambia de coloración y sus bordes no sangran. Si la necrosis del colon o ileon exteriorizado va
mas allá de la aponeurosis, la indicación es efectuar en forma urgente una nueva ostomía, por el riesgo
de perforación hacia la cavidad peritoneal.
El prolapso de una colostomía ocurre con mayor frecuencia en las que se realizan en asa y su causa
es una confección defectuosa al dejar un orificio aponeurótico demasiado grande y un colon proximal
redundante no sin fijado a la pared. En ocasiones el prolapso puede tener compromiso vascular, lo que
requiere de reparación inmediata. Los prolapsos que ocurren en ostomías temporales se resuelven al
reanudar el tránsito intestinal, en cambio los que se presentan en ostomías permanentes, requieren de
corrección quirúrgica local o la fabricación de una nueva ostomía.
Otra de las complicaciones tardías de las ostomías digestivas son las hernias paraostómicas.
Ocurren por una apertura de la fascia o aponeurosis demasiado grande o por localizar la ostomía
por fuera del músculo recto abdominal y tienen, en general, poca tendencia a complicarse
pero son muy molestas para el paciente en la medida que no se logra adecuar bien la bolsa de
colostomía. La reparación puede ser local, reparando el orificio herniario colocando una malla
alrededor de la colostomía, o simplemente reubicando la colostomía en otro sitio. La hernias
alrededor de la ileostomía son raras.
343
Cuidados
Continuos
La retracción de la ostomía es una complicación contraria a la herniación. Ocurre por una inadecuada
movilización del colon, pared abdominal gruesa, o mesenterios cortos, lo que provoca que la colostomía
sea umbilicada. Requiere de cuidados de la piel prolijos o simplemente fabricar una nueva ostomía. Por
otro lado, las retracciones de las ileostomía ocurren en forma frecuente y son una de las causas más
comunes por las que hay que rehacerla. Se originan por la utilización de un segmento de ileon demasiado
corto, por compromiso vascular isquémico del segmento exteriorizado o por aumento excesivo de peso
del paciente en el post-operatorio.
La estenosis del orificio de la ostomía es una complicación tardía que puede ocurrir a nivel de la piel
o de la aponeurosis del musculo de la pared abdominal. Aparece después de isquemia del segmento
exteriorizado, infección local o una apertura en la piel demasiado pequeña. Si la estenosis está a nivel
de la piel se puede reparar en forma local, en cambio si está a nivel de la aponeurosis puede repararse
localmente o a través de una laparotomía.
De todas las complicaciones de la ostomias quizás la que mas preocupa a los pacientes son las alteraciones
de la piel periostomia. Ésta se genera cuando una ostomía ha sido mal confeccionada, en especial una
ileostomía, ya que el flujo ileal es corrosivo y puede causar inflamación, infección y dolor en la zona.
Muchas de estas complicaciones deben ser anticipadas por el cirujano, realizando la ostomía en un lugar
de fácil acceso y visibilidad para el paciente, practicando una ostomía a través del músculo recto abdominal
y en un lugar de la piel que permita el uso de aparatos protésicos que pueden ajustarse con facilidad.
Siempre hay que considerar, y tener en cuenta, de manera primordial, que una ostomía, sea temporal
o permanente, y como hemos comentado previamente, puede producir trastornos psicológicos en los
pacientes, tales como ansiedad, depresión, problemas sexuales y , quizás, aislamiento social que , por otro
lado, agravan las alteraciones de la propia enfermedad. Por ello, frecuentemente se requiere de apoyo
psicológico o bien de la integración del enfermo en grupos de pacientes ostomizados que les sirven de
ayuda. La presencia de una enfermera con experiencia en ostomías es, asimismo, de gran ayuda para
estos pacientes.
Para tratar de evitar estas complicaciones psicológicas, y/o físicas, se han establecido una serie de
“consejos“ o “recomendaciones”, que se pueden indicar al paciente ostomizado para minimizar sus
problemas. Asi, se puede comentar con el enfermo que:
• Limpie a diario , y suavemente, la piel que rodea el estoma solo con agua tibia (podría ser que
note una cantidad pequeña de sangre durante el lavado, lo cual entra dentro de la normalidad).
• Seque el área con golpecitos ligeros o deje que el aire la seque.
• Es posible tomar baños o duchas con la bolsa o sin ésta.
• Aplique barreras, bordes o pastas en la piel para rodear el estoma antes de colocarse la bolsa.
• Vacíe la bolsa , aproximadamente, cuando esté llena en un tercio de su capacidad.
• Cambie la bolsa de la colostomía antes de que haya una fuga, a ser posible no más de una vez
por día y no menos de una vez cada tres o cuatro días.
• Irrigue la colostomía según las indicaciones de su médico o enfermera.
• Consulte a una enfermera y/o médico si tiene cualquier pregunta.
• Considere incorporarse a algún grupo de apoyo o asociación de ostomizados.
344
Cuidados
Continuos
OSTOMÍAS UROLÓGICAS
Las derivaciones urológicas consisten en el abocamiento de alguno de los órganos del sistema
urológico a la piel. Estas derivaciones alteran el recorrido natural de la orina y se pueden
clasificar en continentes, no se produce emisión constante de la orina al exterior, e incontinentes,
se produce una eliminación al exterior de la orina de manera continua y según se origina en los
riñones.
• Nefrostomía, comunicación directa del riñón con la piel a través de un cateter que atraviesa
el parénquima renal.
• Pielostomía, derivación de la orina al exterior a través de un cateter insertado directamente
en la pelvis renal, sin atravesar el parénquima.
• Ureterostomía cutánea, que consiste en abocar uno o los dos uréteres a la piel, pudiendo
haberse abocado, a su vez, un uréter previamente al otro. Dento de estas la ureteroileostomía
tipo Bricker es una ureterostomia especial, casi siempre secundaria a cistectomía por
carcinoma de vejiga, en la que se derivan los dos uréteres a una neovejiga no continente,
realizada con ileon, que posteriormente se ostomiza definitivamente a la piel.
• Cistostomía, consiste en la derivación, a través de una sonda, desde la vejiga a la piel con una
punción suprapúbica.
• Uretrostomía, es una técnica poco utilizada que consiste en derivar el curso de la orina desde
la uretra hasta la piel a través de un estoma en periné.
• Urostomía continente, que es una técnica similar al Bricker pero en la que el ileon utilizado
se ostomiza mediante un mecanismo valvular que impide la salida continua de la orina.
Precisa de sondajes intermitentes que vacían el contenido del asa que realiza las funciones
de neovejiga.
Las complicaciones del estoma urinario son similares a las que se producen en los estomas
digestivos. Así, las complicaciones precoces son la dermatitis periestomal, el edema del
estoma, la necrosis, la hemorragia y la dehiscencia. En las complicaciones tardias pueden
aparecer también dermatitis, estenosis, retracción y hernias del estoma. La dermatitis, precoz
y tardia, aparece como consecuencia de una mala adaptación del dispositivo colector,
cambios frecuentes del adhesivo o alergia a la resina. El tratamiento depende de la causa
etiológica y así se necesitará recortar el disco adhesivo y hacerlo como “anillo al dedo”,
cambiar de resina, utilizar resinas moldeables, para evitar rugosidades cutáneas, o elegir un
dispositivo colector que no sea preciso cambiar en varios dias. Si la dermatitis es intensa puede
ser necesaria la aplicación de pomadas con esteroides y/o antibióticos siendo aconsejable,
en este caso, el seguimiento por un dermatólogo.
345
Cuidados
Continuos
El edema es una complicación aguda que aparece en el postoperatorio inmediato y que suele
ceder con la aplicación de frio local, por ejemplo compresas de suero fisiológico. La necrosis,
que como en las ostomías digestivas aparece por un deficiente, estrecho, anillo cutáneo por
el que sobresale el estoma, precisa de tratamiento quirúrgico en función de su intensidad
variando desde la resección simple de la zona necrótica, en casos leves, a la reintervención,
en los mas graves. La hemorragia del estoma ocurre en el postoperatorio inmediato y puede
requerir intervención quirúrgica, también dependiendo de la causa y gravedad de la misma. Si la
hemorragia es tardía suele aparecer por lesión irritativa del estoma y suele ceder con frio local.
En este sentido cobran especial relevancia los cuidados de las urostomías practicados tras
la realización de la misma. Si la urostomía se ha practicado mediante cateter, caso de las
nefrostomías y pielostomías, es preciso atender a la fijación del cateter a la piel, a la permeabilidad
del mismo y al estado de la zona de punción. Es importante, asimismo, educar al paciente en el
cuidado de su ostomía y comprobar que el adiestramiento ha sido correcto. Es preciso mostrar
la importancia de la higiene, con lavado de manos y desinfección del estoma, despues del
manejo del mismo, así como los cuidados a realizar despues de la cura o utilización. En el caso
de las urostomías cutáneas, Bricker y ureterostomía cutánea, es preciso comprobar no solo
el grado de funcionamiento sino también la morfología del estoma, comprobando su tamaño,
adherencia a la piel periestomal, posibles lesiones cutáneas, etc. .Es importante elegir un
colector que no requiera retiradas frecuentes ya que la orina fluye continuamente, es preciso
realizar varias evacuaciones diarias de la bolsa lo que la hace mas proclive a posibilidades de
cambio. Es aconsejable utilizar bolsas de varias piezas que permiten su recambio sin retirar el
disco, lo que disminuye el daño a la piel periestomal. Por último, las urostomías continentes,
como se ha mencionado al principio, exigen un autosondaje periódico de la neovejiga a través del
pequeño estoma y con una frecuencia de 5-6 veces al día. Es importante educar al enfermo en la
técnica del sondaje para que no lesione el estoma siendo útil el uso de sondas de baja fricción.
Como en el caso de las colostomías se pueden establecer algunos consejos generales para los
enfermos urostomizados
• Limpie cada dia suavemente la piel que rodea el estoma con agua tibia solamente (podría ser que
note una cantidad pequeña de sangre durante el lavado, lo cual entra dentro de la normalidad).
• Seque el área con golpecitos ligeros o deje que el aire la seque.
• Es posible tomar baños o duchas con la bolsa o sin ésta.
• Aplíquese barreras, bordes o pastas en la piel para rodear el estoma antes de colocarse la bolsa.
• Vacíe la bolsa cuando la tercera parte esté llena.
346
Cuidados
Continuos
347
Cuidados
Continuos
Como en los casos anteriores se han establecido una serie de consejos generales, como los de
la Sociedad Americana del Cancer, para los pacientes traqueostomizados como son:
• Tenga cuidado de que no entre agua en la traqueotomía mientras se baña. Puede utilizase
un babero con el lado plástico hacia afuera para evitar que entre agua y le permita respirar
durante la ducha . También se pueden adquirir cubiertas especiales protectoras.
• Eviteir a nadar y manténgase con mucho cuidado alrededor de lugares acuáticos (playa,
lagos, etc.). Estar alrededor de agua que pueda llegar al cuello será un riesgo para usted
porque el agua se introduciría a sus pulmones.
• Use una bufanda o camisa de tela delgada (como una de algodón) que cubra la abertura pero
que permita el paso del aire. Esto ayuda a proteger el estoma del polvo y de fibras sueltas.
• Solicitever a un terapeuta respiratorio, enfermera de ostomía o terapeuta del habla si
necesita más información.
CONCLUSIONES
La realización de una ostomía siempre constituye un momento de incertidumbre y desasosiego
para el enfermo que, en la mayoría de los casos, interpreta la situación como un posible
final de su vida o un cambio importante en la calidad de la misma, sobre todo en los enfermos
oncológicos que ya tienen sobre si la carga del diagnóstico y de lo que esto significa en nuestra
sociedad. Es importante que el médico advierta esta situación para apoyar intensamente al
enfermo y su familia. En este sentido es fundamental la comunicación, transferencia, mediante
la cual podremos resolver al enfermo todas aquellas dudas que surjan sobre el pronóstico,
futuros tratamientos, complicaciones o evolución de su enfermedad a partir de la realización
de la ostomía. Los avances actuales, fruto del trabajo del personal sanitario dedicado a estos
enfermos, fundamentalmente diplomados en enfermería, y de las industrias dedicadas a la
elaboración de productos para estos enfermos, hacen que el enfermo pueda enfrentarse, con
mayor facilidad, a la realización de estas intervenciones.
348
Cuidados
Continuos
BIBLIOGRAFÍA
Dada la conveniencia de aportar una visión global sobre el tema recomendamos, para la
búsqueda de información mas precisa sobre los productos existentes y el cuidado de los
estomas, la consulta de páginas web que tratan ampliamente tanto los aspectos técnicos como
la problemática desde el punto de vista del paciente. Entre ellas se pueden mencionar:
- http://www.cancer.org/espanol/servicios/cuidadoresdelasalud/fragmentado/la-atencion-del-
paciente-con-cancer-en-el-hogar-una-guia-para-los-pacientes-y-sus-familias-care-at-
home-stomas-or-ostomies.
- http://www.madrid.org/cs/Satellite?cid=1142427572219&language=es&pagename=
HospitalRamonCajal%2FPage%2FHRYC_contenido Final.
- http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/patientinstructions/000204.htm
- http://www.estomaterapia.com/
- http://www.convatec.com
- http://www.coloplast.es.
- http://www.hollister.com/
349
Nutricion en pacientes con cancer
Dr. Juan Antonio Virizuela Echaburu
Médico Adjunto. Servicio de Oncología Médica
Hospital Universitario Virgen Macarena. Sevilla
El estado nutricional y la dieta juegan un papel fundamental en todo el proceso del cáncer desde la
prevención hasta la fase final de la enfermedad. Así, una adecuada alimentación ayudaría a prevenir el 35%
de todos los cánceres, proporción equiparable al porcentaje de tumores que se evitarían abandonando el
tabaco. Por su parte, la pérdida de peso involuntaria y la desnutrición son muy frecuentes durante el
cáncer especialmente en fases avanzadas y en tumores localizados en páncreas, estómago, esófago o
cabeza y cuello asociándose con el 20% de las muertes en estos pacientes.1,2 Esta pérdida de peso conlleva
una peor tolerancia a los tratamientos del cáncer, una reducción de la calidad de vida y de las expectativas
de supervivencia. Su causa es el síndrome de anorexia-caquexia asociado al cáncer (SACC), estado en el
que existe un metabolismo basal aumentado de forma persistente que no se compensa con una ingesta
calórica-proteica adecuada y que provoca deterioro funcional y sufrimiento psicológico.1
La prevalencia global oscila entre el 40% en el diagnóstico de cáncer y el 70-80% en fases avanzadas
de la enfermedad. La prevalencia de SACC según el origen tumoral primario es: 83-85% en neoplasias
pancreáticas y gástricas; 54-60% en neoplasias de pulmón, próstata y colon; 48-32% en neoplasias de
mama, sarcomas, linfomas y leucemias.1 La supervivencia de los enfermos que presentan SACC en
neoplasias de estómago, páncreas, próstata, colon y mama es significativamente inferior a la observada
en aquellos pacientes que no la presentan.1 La asociación de radioterapia y quimioterapia en tumores de
esófago, ápex pulmonar o cabeza y cuello se relaciona con un alto riesgo de SACC, debido a la frecuente
asociación de trastornos deglutorios y de la mucositis causada por dichos tratamientos.
351
Cuidados
Continuos
Entre los factores digestivos que pueden contribuir significativamente a la aparición del SACC
destacan: disgeusia, náuseas, disfagia, odinofagia, mucositis, estreñimiento, malabsorción y
obstrucción intestinal.
Los mediadores humorales del SACC generan una respuesta biológica del huésped a la presencia
del tumor, entre ellos destacan:
Las diferentes citoquinas (TNF-α, IL-1, Il-6, IFN-γ) intervienen como mediadores humorales de la
anorexia a nivel hipotalámico, no solo a través de su interacción con neuropéptidos y hormonas,
si no también mediante la inducción de cambios en la actividad de los canales iónicos neuronales
hipotalámicos.
Las consecuencias metabólicas y endocrinológicas del SACC se pueden resumir en: intolerancia
a la glucosa, aumento de la gluconeogénesis hepática, aumento del recambio de glucosa,
disminución de captación muscular de glucosa, hiperlipemia, aumento de la lipólisis, aumento
del recambio proteico, aumento de la proteolisis, degradación proteica muscular, resistencia
a la insulina, aumento de hormonas contra-reguladoras (catecolaminas, cortisol, glucagon) y
liberación de factores inflamatorios de respuesta rápida.
352
GENERALIDADES Cuidados
Continuos
Neuropéptido Y
Xerostomía Glucagón
Xerostomía Enteritis Cortisol CRF
Mucositis Catecolaminas Melanocortina
Emesis Leptina
Gástrica Diarrea Fístula CCK
Sd. Asa aferente Dehiscencia ↓INGESTA ANOREXIA
Sd asa ciega Infección
Sd Dumping Sd intestino corto
Malabsorción
HIPERMETABOLISMO: ↑gasto energético basal
Lipolisis: ↑ácidos grasos libres, ↓depósitos grasos
Proteolisis: ↓músculo esquelético y cardiaco,
ALTERACIONES METABÓLICAS
↑reactantes fase aguda, = proteínas viscerales
Apoptosis por activación sistema ubicuitina-proteosoma
Gluconeogénesis: ineficaz en aporte energético, ↑ lactato
Insuf cardíaca
Fístulas Toxicidad
Anemia Infecciones Malabsorción Disnea CONSECUENCIAS
Dehiscencias Peor pronóstico
Úlceras decúbito
Reservado derechos autor
Deterioro de la calidad de vida, del estado general y de la imagen corporal. Copyright® 2007
Edemas
La desnutrición es la causa del 20% de la mortalidad en pacientes con cáncer. Dra Paula J Fonseca
La valoración y seguimiento del riesgo nutricional se puede establecer mediante: valores
antropométricos, determinaciones biológicas (proteínas plasmáticas, excreción de creatinina o
3-metil-histidina), composición corporal (impedancia bioeléctrica corporal), índices nutricionales
(combinan valores antropométricos y biológicos) e instrumentos validados de valoración.
Además de todos los anteriores, un examen físico completo y una historia clínica y entrevista con
el paciente son necesarios para conocer qué le está dificultando la ingesta y sus preferencias
alimenticias para poder establecer un tratamiento eficiente.
Los valores antropométricos más utilizados son la reducción de peso y el IMC. Una reducción de
peso superior al 10% en los últimos 6 meses o del 5% en menos de un mes y un IMC < 20 kg/m2
se consideran criterio de desnutrición.
353
Cuidados
Continuos
El Malnutrition Screening Tool (MST)1 y la valoración global subjetiva generada por el paciente
(VGS-GP)1 son instrumentos validados de gran utilidad en el diagnóstico de riesgo nutricional y
del SACC. El MST es un cuestionario de cribado sencillo y rápido (figura 2). Comparado con la
VSG-GP, el MST tiene una sensibilidad similar y una especificidad ligeramente inferior (86%). Una
puntuación en el MST ≥ 2 detecta riesgo de malnutrición, si se considera ne cesario se puede
completar con una valoración nutricional más amplia como la escala VGS-GP de la cual solo es
necesario recoger los parámetro que se tienen en cuenta en el computo global para el cálculo del
estado nutricional (figura 3).
Puntos
¿Ha perdido peso recientemente de forma involuntaria? No 0
No estoy seguro 2
Si he perdido peso
De 1 a 5 kg 1
De 6 a 10 kg 2
De 11 a 15 kg 3
Más de 15 kg 4
No sé cuanto 2
¿Come mal por la disminución del apetito? No 0
Si 1
354
Cuidados
Continuos
Grupo de riesgo
A: Bajo B: Medio C: Alto
El SCRINIO Working Group y el European Palliative Care Research Collaborative, basándose en el consenso
de expertos y en métodos cualitativos, (estudio Delphi), han propuesto una clasificación evolutiva
del SACC7: pre-caquexia, caquexia y caquexia refractaria que referiremos más adelante para
referir el mejor abordaje según el momento (figura 4).
Las personas sanas y supervivientes del cáncer deben consumir alimentos saludables para
prevenir el cáncer o evitar su recaída, es decir, alimentos con propiedades antitumorales como
los que se recogen a continuación. Así mismo, según la fase del SACC7, pre-caquexia, caquexia y
caquexia refractaria, los objetivos y prioridades varían como se describe debajo.
355
Cuidados
Continuos
Otros alimentos básicos para prevenir el cáncer o su recurrencia son: pan y cereales integrales, legumbres,
pescado azul y aceite de oliva. Como plantas medicinales o especias con propiedades antitumorales
contrastadas destacan la cúrcuma, las semillas de sésamo y lino, el rooibos y la uña de gato.
Por el contrario, los alimentos que por su composición rica en grasas y azúcares y pobre en
nutrientes, deben consumirse esporádicamente y en pequeñas cantidades son:
- los
alimentos en conserva, envasados, ahumados o en salazón que favorecen sobre todo el
cáncer de estómago, esófago y cabeza y cuello
- los alimentos hipercalóricos con alto contenido en grasas saturadas de origen animal que no
deben superar el 10% del total de grasas consumidas cada día. Estas abundan en el beicon,
panceta, mollejas, codillos, manos, embutidos, manteca, en patés y también, aunque menos,
en la carne roja y queso curado. Conviene sustituirlos por pescados azules, carnes magras
o de caza o jamón ibérico ya que aquellos junto con la obesidad y la reducción del ejercicio
físico influyen en la aparición de cánceres hormonodependientes como el de mama, próstata
y útero y también de cáncer colorrectal, de riñón, vía biliar
- lasbebidas gaseosas, azúcares refinados, bollería, pasteles, pastas, confituras y demás
productos de repostería, dado que contienen altas concentraciones de azúcares y de grasas,
y escaso aporte de nutrientes.
• Dieta8
Si domina la falta de apetito, además de las medidas farmacológicas expuestas en el
apartado 5.3., se puede ofrecer al paciente una modificación de su estilo de vida y hábitos
alimenticios. Así, el ejercicio físico, un simple paseo de 20 minutos, ayuda a potenciar la
masa muscular, es el mejor estimulante del apetito y logra un efecto relajante que favorece
la ingesta. También se estimula el apetito bebiendo pequeñas cantidades de caldo, zumo
ligeramente ácido o una infusión de artemisa o cardo santo, plantas medicinales con
propiedades orexígenas.
356
Cuidados
Continuos
Se debe intentar realizar unas cinco comidas al día y potenciar los alimentos energéticos en
el desayuno como cereales integrales, avena, germen de trigo, pan o galletas combinados con
lácteos; tomar un bocadillo, un zumo o una pieza de fruta a media mañana y media tarde y
una pequeña ingesta, por ejemplo de un vaso de leche con galletas al acostarte. Para mejorar
la ingesta, es adecuado comer sentado en la mesa, en un ambiente agradable y tranquilo, si
es posible acompañado e intentar dedicar al menos 20 minutos a cada comida cuidando la
presentación, textura y variedad de cada plato, dando preferencia a las apetencias del paciente
y sirviéndole pequeñas cantidades para que pueda terminarlo sin inconvenientes.
Son ricos en nutrientes y un buen apoyo para recuperar peso, energía y vitalidad los
siguientes alimentos: semillas de sésamo, avena, germen de trigo y otros germinales como
semillas de alfalfa, cebada y brócoli; levadura de cerveza, polen, aceitunas, papaya, piña,
ruibardo y los condimentos como las hierbas aromáticas, ajo y cebolla. La mejor fuente de
aporte proteico en pacientes oncológicos desnutridos son el huevo, carne magra, pescado
blanco (el azul a pesar de ser más saludable es de digestión más pesada), quesos blandos
y el jamón ibérico.
Si el paciente tiene saciedad precoz que le dificulta la ingesta, la toma de zumos de varias
frutas o purés de varias verduras cocinados con nata o leche puede asegurar que en poca
cantidad ingiera suficiente aporte. Así mismo, los frutos secos y el chocolate negro son
alimentos calóricos ricos en sales y minerales.
Figura 4: Abordaje del SACC según la fase evolutiva: pre-caquexia, caquexia y caquexia refractaria
357
Cuidados
Continuos
Las dietas trituradas de alto valor energético se presentan como purés listos para consumir
o instant liofilizados (polvo) que se reconstituyen con caldo/agua/leche/ nata/aceite y tienen
sabor a distintos platos como pollo, ternera, pescado, verdura, huevo, papilla de cereales
y frutas, o como postres de frutas en forma de compota instantánea que se reconstruyen
con agua o zumo. Están indicados en pacientes que tienen dificultad para la masticación
o deglución.
Los enriquecedores son los módulos de nutrientes o alimentos que añadidos a la alimentación
tradicional permiten mejorar sus características nutricionales aumentando el aporte de
distintos macro o micronutrientes según las necesidades. Los módulos de nutrientes
comercializados incluyen los carbohidratos, indicados en pacientes con insuficiencia renal;
las grasas (triglicéridos de cadena media, MCT), en pacientes con insuficiencia pancreática
y las proteínas, en pacientes con SACC o situaciones de estrés metabólico. El módulo más
usado en pacientes con cáncer es la glutamina para la prevención o tratamiento de la
mucositis, los módulos de fibra como tratamiento del estreñimiento o la fibra soluble en la
enteritis. Los módulos de alimentos como leche en polvo, nata, queso, huevo duro picado,
picatostes de pan duro, tacos de jamón serrano, frutos secos, mantequilla, harina de avena
y/o aceite enriquecen las comidas aumentando el aporte calórico.
358
Cuidados
Continuos
La alimentación artificial, parenteral y enteral, está indicada en pacientes con una esperanza de
vida no limitada, cuando con una nutrición tradicional y/o suplementada no se puede cubrir
al menos la mitad de las necesidades básicas diarias o cuando existe una desnutrición
severa. Para pautar nutriciones artificiales el médico que atiende al paciente debería
valorar la conveniencia de derivarlo a una Unidad o Servicio de Nutrición especializado.
La nutrición parenteral es una medida invasiva, cara y excepcional por lo que solo debe
emplearse en casos en los que la nutrición enteral esté contraindicada por: diarrea o
malabsorción severa, tubo digestivo no disponible, vómitos incoercibles, obstrucción
intestinal, íleo, intestino corto, pancreatitis severa o fístula digestiva de alto débito, siempre
que el paciente tenga un acceso vascular adecuado y una expectativa de vida superior a 3
meses.
359
Cuidados
Continuos
El acetato de megestrol (AM) fue aprobado en 1993 por la Food and Drug Administration (FDA) para
el tratamiento del SACC y es el único fármaco autorizado por dicho organismo para este síntoma al
ser efectivo en la mejoría de la anorexia y en el aumento de peso con un nivel de evidencia IA y de
recomendación A11, 12. Hasta la actualidad ningún fármaco ha demostrado superioridad frente al AM en
eficacia y tolerabilidad (corticosteroides, dronabinol, procinéticos, ácidos ω-3,…). Además, el AM es un
fármaco bien tolerado, con una baja incidencia de efectos adversos (edemas periféricos, ocasionalmente
erupción cutánea, prurito, impotencia, raramente alteraciones menstruales, diarrea, intolerancia
gástrica, cefalea, insuficiencia suprarrenal, hiperglucemia y trombosis). Algunos autores sugieren
que el aumento de peso puede ser debido principalmente a la retención de líquidos y a la aparición
de edemas. Sin embargo, los estudios que registraron la composición corporal con IBC en enfermos
con caquexia asociada a SIDA confirman un aumento relevante de agua pero también de MLG. Los
fenómenos tromboembólicos son los efectos adversos más temidos del AM, con una incidencia es
inferior al 5%. Cabe destacar la publicación de 3 meta-análisis sobre la eficacia del AM en el SACC que
incluyeron más de 25 ensayos clínicos controlados y más de 3.500 enfermos.12,13,14 El grupo de control
en los diferentes ensayos fue placebo u otros fármacos potencialmente activos en el SACC (cisaprida,
dronabinol, ácido eicosapentaenoico, corticosteroides, nandrolona). La dosis media de AM utilizada fue
480 mg/día durante una mediana de 12 semanas de tratamiento. Los meta-análisis confirmaron que el
AM aumenta el apetito (riesgo relativo [RR]=2,33, IC95%:1,52-3,59)12,13,14, el peso (RR=2,16, IC95%:1,45-
3,21)12,13,14 y la calidad de vida (RR=1,81, IC95%:1,13-2,89).14 No se observaron diferencias significativas
en los efectos secundarios en relación a placebo u otros fármacos, excepto en la aparición de edemas
(RR=1,67-1,74).12,13,14 Se confirmó que la eficacia del AM es dosis dependiente en el rango entre 160 y
480 mg/día, dosis superiores no demostraron mejoría en los resultados.14 Globalmente el AM mejoró
el apetito en más del 30% de los enfermos y favoreció una ganancia ponderal en el 35%. El número de
pacientes que necesitaban ser tratados (NNT) fue 8 para el aumento de peso y 3 para la mejoría de la
anorexia.
En relación con los glucocorticoides, las diferentes revisiones sistemáticas de la literatura concluyen
que dexametasona [3-6 mg/día], prednisona [15 mg/día] y metilprednisolona [12 mg/día]) inducen
aumento del apetito y ganancia de peso. Sin embargo, su actividad es de corta duración (menor a 4
semanas) y provoca más efectos secundarios a largo plazo (resistencia a insulina, retención hídrica,
miopatía esteroidea, fragilidad cutánea, insuficiencia suprarrenal alteraciones del sueño y cognitivas)
comparados con placebo y MA.1,15 Globalmente existe un alto nivel de evidencia (IB) con un favorable
grado de recomendación (B), siempre que se use en casos seleccionados (necesidad de acción muy
rápida), durante un periodo de tiempo corto y teniendo en cuenta los efectos secundarios a largo plazo.
El papel de los anteriores y de otros fármacos en el SACC se recoge en la figura 6.
360
Cuidados
Continuos
Fármacos eficaces pero que requieren confirmación en más ensayos clínicos controlados
Cannabinoides*
Los resultado de investigación son contradictorios.
Ácidos grasos ω-3*
* En monoterapia no ofrecen una eficacia superior al AM.
Bortezomib, AINEs*
Fármacos cuya eficacia no ha sido confirmada en ensayos clínicos controlados
Procinéticos
Los ensayos clínicos no confirman su eficacia. Su utilización no puede
Pentoxifilina recomendarse, excepto en el caso de los procinéticos (metoclopramida,
Ciproheptadina cisaprida) para el tratamiento de las náuseas o estasis gástrica si existe
como factor facilitador del SACC.
Sulfato de hidracina
AINEs: Anti-inflamatorios no esteroideos* Antag: antagonista AcMo: Anticuerpo Monoclonal SARMs: Análogos
moduladores de los receptores de andrógenos
Actualmente, diferentes estudios sugieren que el tratamiento multimodal que asocia diferentes fármacos
activos puede ofrece una mayor eficacia que el uso aislado de estos. Por ejemplo, la asociación del AM
con un procinético para evitar las malas digestiones y la saciedad precoz, con un AINE, para reducir la
respuesta inflamatoria tumoral y las citoquinas y si el paciente tiene depresión, con un antidepresivo
orexígeno como la mirtazapina o si se asocia caquexia, con un suplemento nutricional con EPA.
361
Cuidados
Continuos
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362
DETERIORO COGNITIVO Y ALTERACIONES
DEL SUENO EN EL PACIENTE ONCOLOGICO
Dr. Alejandro Tres Sánchez.
Jefe de Servicio. Servicio de Oncología Médica.
Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa. Zaragoza.
Los tratamientos del cáncer son particularmente agresivos e incluyen estrategias multimodales como
cirugía, radioterapia, quimioterapia, hormonoterapia e inmunoterapia. Estos tratamientos no son altamente
específicos sobre el tejido tumoral y tienen como consecuencia efectos secundarios sobre otros órganos.
El deterioro cognitivo puede ser provocado por el cáncer y/o sus tratamientos. Sus síntomas son en su
mayoría transitorios pero en algunos casos pueden persistir años después del tratamiento del cáncer1,2.
Se estima que el deterioro cognitivo relacionado con la quimioterapia será más frecuente en el futuro.
En la actualidad, según las series analizadas, este declive cognitivo se puede observar en el 14-75%
de las pacientes con cáncer de mama que han recibido tratamiento quimioterápico adyuvante, tras el
tratamiento de quimioterapia, influyendo consecuentemente en la calidad de sus vidas2,3.
Es nuestro objetivo revisar el daño cognitivo secundario al tratamiento con quimioterapia, excluyendo
los casos de afectación del sistema nervioso central (SNC) o que hayan recibido radioterapia
holocraneal profiláctica como causas objetivas del deterioro referido.
SINTOMATOLOGÍA
Las manifestaciones típicas del deterioro cognitivo se describen en la Tabla 1, pudiéndose
manifestar algunos o todos los síntomas que se enumeran1, siendo la pérdida de memoria y la falta
de concentración los síntomas reportados más frecuentes 2.
Tabla 1. Preocupaciones típicas reportadas por los pacientes con deterioro cognitivo1.
Lapsos de memoria
Dificultad para la concentración o mantener la concentración focalizada en una tarea
Problemas para recordar detalles como nombres, fechas o números de teléfono
Dificultad para realizar varias tareas a la vez como llevar una conversación y cocinar
Disminución de la velocidad del lenguaje
Dificultad para recuperar palabras
363
Cuidados
Continuos
Los dominios cognitivos afectados son muy variables entre los pacientes y la exposición a la quimioterapia
no parece ser específica de ningún dominio cognitivo. Perder la memora remota sin embargo, no suele
estar involucrada en esta constelación de síntomas.
Sin embargo, los resultados del meta-análisis realizado sobre los déficits cognitivos en las pacientes
con cáncer de mama sugiere que 6 meses después de finalizar el tratamiento quimioterápico se pueden
esperar déficits cognitivos leves en la capacidad verbal y visoespacial5.
Otros estudios muestran que el deterioro cognitivo ya estaba presente con anterioridad a la administración
de cualquier tratamiento para el cáncer, lo cual añade aún más complejidad a su evaluación1, motivo por
el que debemos ser cautos a la hora de extrapolar conclusiones de cada uno de los trabajos realizados.
ETIOLOGÍA
Se han sugerido muchos mecanismos para explicar estos cambios cognitivos en pacientes con
cáncer, en ausencia de evidencia que explique una única etiología1.
1. La neurotoxicidad debida al daño directo por la quimioterapia ha sido observado en numerosos estudios.
Cuantificar el daño producido por los citostáticos es más complejo debido a sus combinaciones y a los
tratamientos concomitantes a los que se expone el paciente con cáncer. La Tabla 2 hace referencia a
los agentes citostáticos a los que se ha asociado neurotoxicidad como efecto secundario.
364
Cuidados
Continuos
2. La disfunción del sistema inmune y un perfil de citoquinas alterado es otra hipótesis compleja. Los
tratamientos antineoplásicos pueden elevar varios tipos de citoquinas que conducen al estrés oxidativo
y a la inflamación contribuyendo al decline cognitivo. Las citoquinas proinflamatorias circulantes han
mostrado deterioro en el aprendizaje, memoria y sueño en modelos animales. El diagnóstico de cáncer
por sí mismo es un facto fisiológicamente estresante y el estrés activa las citoquinas proinflamatorias y
sus vías de señalización.
3. El factor genético también puede ser otra posible etiología. Aquellos pacientes que presenten el
alelo ԑ4 del gen APOE, puede ser más vulnerables para desarrollar un deterioro cognitivo, aunque
el mecanismo de interacción entre la quimioterapia y APOE no está clara en la actualidad, podría ser
debido a la función en la reparación neuronal de este genotipo.
4. El estado hormonal también ha de tenerse en cuenta en aquellas pacientes con cáncer de mama o
cáncer ginecológico que presentan menopausia inducida por la cirugía o tratamientos sistémicos debido
a que los receptores estrogénicos presentes en áreas del cerebro juegan un rol en el funcionamiento
cognitivo aunque no disponemos de suficiente evidencia científica que lo demuestre1. Aunque no existe
suficiente evidencia científica y algunos datos al respecto son contradictorios en algunos estudios, los
tratamientos hormonales podrían afectar la función cognitiva de las pacientes 5
5. Otros aspectos que se presentan en el paciente con cáncer y que afectan el área cognitiva másallá del
cáncer y/o sus tratamientos son la depresión, ansiedad, astenia y las alteraciones del sueño como se
describirá a continuación.
Todo ello puede explicar la disfunción cognitiva en aquellos pacientes con cáncer sin afectación
directa sobre el SNC bien por el cáncer o por terapias directas sobre el mismo 1.
EVALUACIÓN
El deterioro cognitivo asociado al cáncer y/o a sus tratamientos es realmente difícil de medir de
forma subjetiva y objetiva. Existen tres formas de evaluación de impacto que el cáncer ejerce
sobre el desarrollo cognitivo1,3.
2. Evaluaciones subjetivas. Las evaluaciones subjetivas son muy útiles en el entendimiento del
estrés del paciente y su percepción de la alteración de las funciones cognitivas. La primera escala
desarrollada para valorar la función cognitiva en el tratamiento del cáncer, The Functional
Assessment of Cancer Therapy-Cognitive Funciton Scale tampoco se ha correlacionado con
los resultados de los test neurofisiológicos1. Otras escalas como European Organization for
Research and Treatment of Cancer Quality of Life Questionnaire (EORTC QLQ-C30) muestra en
algunos estudios correlación con los resultados objetivos6.
365
Cuidados
Continuos
La literatura es limitada para poder extrapolar conclusiones debido a los múltiples factores
de confusión asociados al estudio del deterioro cognitivo en pacientes con cáncer.
TRATAMIENTOS
Las investigaciones realizadas sobre las opciones de tratamientos para los cambios cognitivos
en relación al cáncer están aún en desarrollo1,2,7. Estos incluyen:
Los psicooncólogos pueden ayudar a determinar los dominios afectados y crear estrategias
compensatorias; así como una evaluación de otros posibles problemas como la depresión y
estados de ansiedad.
Estas intervenciones pueden limitar el impacto negativo del estrés sobre el sistema inmune
pudiendo ser beneficiosas para la respuesta neuroendocrina e inmune, aunque no existen
estudios que evalúen el impacto de estas intervenciones sobre marcadores biológicos, como
mediadores de la inflamación o cambios en el sistema neuroendocrino sobre los pacientes con
cáncer 1,3.
2. Intervenciones farmacológicas. En general, todos los fármacos que interfieren con las vías de
señalización de las citoquinas son potenciales dianas de tratamientos en investigación3.
366
Cuidados
Continuos
3. Ejercicio físico y dieta. La actividad física es una herramienta para disminuir el número de
problemas médicos del paciente, incluyendo el control cardiovascular, control glucémico,
control de peso, densidad ósea, depresión y la morbi-mortalidad en general. Existe un número
importante de estudios en la última década que sugieren que el ejercicio puede tener un impacto
beneficioso en la memoria y cognición2,8. La combinación de ejercicio físico y dieta saludable tiene
un impacto en la reparación neuronal con un importante rol en los circuitos neuronales y siendo
crucial para el desarrollo de habilidades cognitivas en estudios realizados en pacientes con daño
cerebral 8.
CONCLUSIONES
La disfunción cognitiva en el paciente con cáncer puede ser un problema transitorio
durante el curso de los tratamientos o permanecer años después pudiendo tener otras
implicaciones, como puede ser la transición a una actividad diaria normal y laboral. Esta
dificultad puede ser debida en parte a las comorbilidades asociadas a los tratamientos
recibidos. El abordaje multimodal de estas complicaciones será la clave del éxito del
tratamiento.
367
Cuidados
Continuos
De todas las herramientas de las que disponemos en la actualidad, el ejercicio físico y los
tratamientos psicooncológicos nos aportan un amplio margen de beneficios en los supervivientes
de cáncer como es la disminución en la fatiga, depresión y ansiedad; consecuentemente aportarán
una mejora en la calidad de vida de los pacientes.
Las definiciones con las que podemos trabajar en la consulta diaria son 11:
• Los síntomas de insomnio o sueño interrumpido: Dificultad transitoria para conciliar o mantener el
sueño, con una duración mayor de 2 semanas y en respuesta a estímulos externos que generan
ansiedad o estrés.
• Insomnio agudo: Sueño no reparador o de baja calidad que afecta al funcionamientodiurno y de hasta
un mes de duración.
• Síndrome de insomnio o insomnio crónico: Dificultad para conciliar el sueño o despertares nocturnos
de más de 30 minutos de duración que ocurre más de 3 noches por semana, con afectación del
funcionamiento diurno y que genera estrés, con una duración mayor de1-3 meses.
Mención especial merece la melatonina, que es la única hormona producida por la glándula
pineal, con un ritmo circadiano, de forma que los niveles plasmáticos nocturnos se pueden
multiplicar por 10. En ese ritmo circadiano participa el ciclo luz-oscuridad, pero también
señales intrínsecas independientes de la cantidad de luz. Los estudios actuales, sugieren que
la secreción nocturna de melatonina participa en el proceso de iniciación y mantenimiento del
sueño, así como el control del ritmo circadiano. Actúa sobre tres tipos de receptores, que se
localizan fundamentalmente en el núcleo supraquiasmático (MT1), retina e hipocampo (MT2) y
órganos periféricos (MT3).
368
Cuidados
Continuos
Las alteraciones en el ritmo circadiano y en el sueño pueden favorecer y agravar procesos infecciosos
y ser un posible agente cancerígeno. Y a la inversa, ya que también las células tumorales y su entorno
secretan citoquinas que pueden alterar el ritmo circadiano.
DIAGNÓSTICO
La mayoría de las guías aconsejan una detección en la consulta y recomiendan dos sencillas preguntas:
1) ¿Tiene Ud. problemas de sueño más de tres días a la semana?
2) Estos problemas ¿afectan a su rendimiento diario?
Si la respuesta a ambas preguntas es “sí”, se recomienda un estudio más pormenorizado del
paciente 9,11, que puede incluir un “diario del sueño” realizado durante dos semanas. Además, se debe
realizar una correcta evaluación de los factores predisponentes (miedo anticipatorio a la noche o al dolor
relacionado con ella…), precipitantes (tos nocturna…) y que lo perpetúan. En los pacientes oncológicos, son
además otros muchos factores los que pueden interferir en la calidad del sueño (Tabla 3):
TRATAMIENTO NO FARMACOLÓGICO:
a. Medidas higiénicas: Aunque se recomiendan de forma habitual, hay poca evidencia
sobre su eficacia como intervención única (Tabla 4).
369
Cuidados
Continuos
TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO
Aunque no hay ensayos clínicos aleatorizados en pacientes con cáncer, los conocimientos que se tienen
sobre el empleo de tratamientos farmacológicos en la población general, pueden aportar datos de interés
para su empleo en la población oncológica. Hay que considerar la posibilidad de dependencia en el empleo
del tratamiento a largo plazo y emplear la dosis mínima durante el menor tiempo posible, aunque estas
consideraciones tienen que ser contextualizadas con el pronóstico y la expectativa del vida del paciente 11,13.
• Mirtazapina: Como efecto secundario produce insomnio, a dosis bajas. También produce
aumento de peso.
• Paroxetina: Aunque estudios recientes refieren una leve mejoría en el sueño en los
pacientes en ratamiento con paroxetina, no parece un fármaco apropiado para el
manejo inicial del insomnio.
370
Cuidados
Continuos
i. Valeriana: Hay un ensayo fase III por Debra et al, que no ha demostrado beneficio
en el empleo de la valeriana para mejorar el sueño.
CONCLUSIONES
Se debe hacer un correcto acercamiento diagnóstico a las alteraciones del sueño en el paciente
oncológico, evaluando todas las circunstancias que pueden interferir con él o alterarlo. El
tratamiento debe basarse en medidas no farmacológicas (terapia conductual)12 y si éstas fracasan
o no se pueden emplear, añadir las medidas farmacológicas necesarias durante el menor tiempo
posible y con la menor dosis posible, empleando fármacos de los que se disponga de evidencia
suficiente 11.
371
Cuidados
Continuos
Haloperidol 1 - 10mg
372
Cuidados
Continuos
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373
DOLOR: DEFINICIoN, TIPOS PATOGeNICOS,
ETIOLOGiA Y EVALUACIoN DEL DOLOR
Dr. Javier Cassinello Espinosa
Jefe de Sección. Servicio de Oncología Médica.
Hospital Universitario de Guadalajara. Guadalajara
375
Cuidados
Continuos
376
Cuidados
Continuos
incluso por la toxicidad neurológica inducida por el tratamiento con quimioterapia o con radioterapia.
Son cuadros frecuentes de dolor neuropático las plexopatías, la neuropatía post-quimioterapia y la
compresión medular.
• Dolor psicógeno o psico-social, que es un dolor complejo, dado que interaccionan en él factores tales
como la ansiedad, la angustia y el miedo; de hecho, en no pocas ocasiones, el dolor no responde al
tratamiento analgésico habitual, por lo que se piensa que puede intervenir un componente psíquico
que exige otro tipo de manejo. Al ser el dolor una experiencia somato-psíquica, la experiencia
dolorosa se ve muy influida por el ambientes psico-social que rodea al individuo; así, se acuña el
término dolor psicosocial que hace referencia a la influencia negativa de factores tales como miedo,
angustia, desconocimiento de la enfermedad, existencia de conflictos internos, aislamiento personal
o social etc., sobre la respuesta al tratamiento analgésico. Este dolor psico-social se caracteriza
por la necesidad de un aumento constante de las dosis de analgésicos con nula o escasa eficacia.
Los hallazgos más frecuentes en los pacientes con dolor psicosocial son: conflictos familiares
no resueltos, aislamiento, soledad, falta de adaptación con miedos y angustias no expresadas, y
atribución al dolor de mensajes negativos para el paciente y su familia.
En el 70% de los pacientes, el dolor se desarrolla cuando un tumor invade o comprime los tejidos
blandos, el hueso o las estructuras nerviosas. El 20% restante de dolor por cáncer se produce
como resultado de los procedimientos diagnósticos y terapéuticos, mientras que menos del 10%
es debido a enfermedades no neoplásicas.
377
Cuidados
Continuos
La cirugía es una causa frecuente de dolor en pacientes con cáncer; los procedimientos quirúrgicos
incluyen la remoción o reducción del volumen tumoral, la realización de biopsias, o el tratamiento de
una complicación tumoral (ej, obstrucción intestinal).
Las lesiones de los nervios secundarias a abordajes quirúrgicos, son más frecuentes después de
la cirugía del cáncer de mama, la toracotomía, la disección radical del cuello y la amputación de
miembros.
La lesión de los nervios locales después de una disección radical del cuello, en ocasiones
produce dolor por tensión y disestesias en el área afectada. Así mismo, la pérdida funcional
de la musculatura cervical podría desencadenar un “hombro caído” o atrapamiento del nervio
supraescapular.
La quimioterapia puede producir dolor de intensidad severa en los pacientes con cáncer. Sus principales
causas incluyen: flebitis, extravasación, mucositis, cistitis hemorrágica y neuropatía periférica.
Los ejemplos de dolor inducido por la radioterapia incluye: mucositis, reacciones locales en la piel,
enteritis, proctitis, fibrosis con síndromes de atrapamiento de nervios y mielopatía por radiación, entre
otros.
378
Cuidados
Continuos
Algunos pacientes pueden experimentar dolor tras la administración de otros tratamientos: Los
glucocorticoides pueden causar necrosis aséptica de la cadera y dolor perineal grave cuando se
administra rápidamente en dosis altas. Los bifosfonatos en ocasiones causan dolor óseo multifocal y/o
mialgias. Los factores estimulantes de progenitores granulocíticos, podrían desencadenar osteomialgias
de intensidad leve a moderada y síntomas constitucionales como fiebre y cefalea durante el período
de administración. Los pacientes tratados con interferón ocasionalmente pueden experimentan un
síndrome pseudogripal (fiebre, escalofríos, mialgias, artralgias y cefalea).
Por último, mencionar el dolor que causan las complicaciones vasculares tromboembólicas bien
arteriales y/o venosas tan frecuentes en los pacientes con cáncer.
• La subjetividad
• La multidimensionalidad
• La variabilidad del dolor
Las recomendaciones de Cleeland8 para la evaluación del dolor en la práctica clínica cotidiana son:
• Realizaruna entrevista clínica para determinar las características del dolor y su impacto en
el paciente.
• Aplicar una escala numérica de graduación (de 0 a 10) de la intensidad del dolor y del omponente
afectivo. Dicha evaluación debe basarse en una estrategia que posea sencillez, posibilidad
de cuantificación, relevancia de los datos recogidos y que éstos sean documentables en la
Historia Clínica. Esta evaluación debe basarse en 9 principios:
1. Creer en el dolor referido por el paciente.
2. Realizar una historia exhaustiva al paciente valorando con relación al dolor:
379
Cuidados
Continuos
La mayoría de los autores recomienda realizar una entrevista clínica básica y la aplicación de
una sencilla escala de medición de la intensidad de dolor (EVA, escala categórica numérica, etc.).
ESCALAS Y CUESTIONARIOS
Las escalas establecen una valoración unidimensional mientras que los cuestionarios realizan
una valoración multidimensional. La ventaja de las escalas es la rapidez: en menos de 30
segundos puede tenerse una aproximación de cuánto le duele al paciente. Existen escalas de
valoración de la intensidad, del componente afectivo y de la localización.
Escalas de Intensidad: Las escalas de intensidad pueden ser numéricas, verbales o visuales analógicas.
a. Escala numérica9, donde la intensidad del dolor viene dada por un número del 0 al 10,
donde 0 significa ausencia de dolor y 10 dolor de la máxima intensidad.
b. Escala descriptiva simple o verbal10, donde una palabra define la intensidad del dolor
(Fig. 1). El paciente elige la categoría que más se ajusta a la intensidad de su dolor.
c. Escala Visual Analógica (EVA o VAS) ideada por Scott Huskinson en 1976. Es la más utilizada
y validada (Fig.2)11. El paciente marca el lugar en la recta que más se ajusta a su grado
de dolor. Con esta escala, además, podremos comparar la intensidad del dolor con otro
momento posterior para ver los posibles progresos realizados con el tratamiento aplicado.
380
Cuidados
Continuos
a.Cuestionario breve del dolor (Brief Pain Inventory) 12: mide la intensidad, localización y calidad
del dolor (Fig. 3). Recoge efectos del dolor sobre el estado de ánimo y funciones personales.
Registra la historia personal, la intensidad, las características, los factores agravantes, la
etiología y la localización del dolor. Las preguntas del cuestionario se refieren al momento
de la prueba y a la semana anterior.
Breve inventario del dolor (Forma breve) Breve inventario del dolor (Forma breve) (continuación)
381
Cuidados
Continuos
b. Cuestionario de dolor de Mc Gill (Mc Gill Pain Questionnaire)13: Es uno de los cuestionarios más
conocido y validados, sin embargo, en la práctica clínica se utiliza muy poco por su complejidad
y extensión que requiere un largo tiempo de cumplimentación. Consta de 78 adjetivos de
dolor distribuidos en 20 categorías que valoran 4 dimensiones: la sensorial, la emocional,
la valorativa y una miscelánea. Existe una forma más sencilla, el Cuestionario abreviado de
Mc Gill (Pain Questionnaire Abreviado SFMPQ) que consta de tan sólo 15 descriptores con 2
dimensiones, la sensorial y la emocional.
c. Tarjeta memor ial de evaluación del dolor (Memorial Pain Assessment Card)14: Mide el dolor, el alivio
y el estado de ánimo a través de cuatro apartados: una escala de intensidad de dolor, una lista con 8
descriptores de dolor, una escala de grado de alivio y una escala de estado de ánimo (Fig. 4).
Ligero 1
Intensidad Molesto 2
del dolor Intenso 3
Insoportable 4
Raramente 1
Frecuencia Frecuente 2
del dolor Muy frecuente 3
Contínuo 4
Ocasionalmente 1
Consumo de Regular y pocos 2
analgésicos Regular y muchos 3
Muchísimos 4
Ligera 1
Moderada 2
Incapacidad Ayuda necesaria
Total 3
4
Normal 0
Despierta alguna vez 1
Horas de sueño Despierta varias veces 2
Insomnio 3
Sedantes +1
382
Cuidados
Continuos
En este momento cabe hacerse una pregunta: ¿cómo evaluamos el dolor en la práctica clínica
diaria? El empleo de escalas y cuestionarios supone una ventaja de mayor sistematización y
menores sesgos y es de elección en estudios epidemiológicos, en ensayos clínicos, en estudios
experimentales y en estudios de control de calidad. Ahora bien, ¿son útiles en la toma de
decisiones en la práctica clínica diaria? Realmente cabe decir que son de utilidad controvertida,
que precisa de un tiempo excesivo y que son de limitada aplicabilidad en pacientes con deterioro
cognitivo o bajo PS.
Así pues, la evaluación del dolor en la práctica clínica diaria radica en tres niveles:
• primer nivel: se debe determinar la intensidad del dolor mediante la E V A (escala visual analógica)
• segundo nivel: deben determinarse las características más importantes del dolor: localización
(dibujo), patrón temporal, cualidad del dolor (adjetivos descriptores) y respuesta al tratamiento
analgésico previo.
• tercer nivel:determinación del impacto del dolor sobre la vida del paciente, en relación con la
calidad de vida, el estado de ánimo (aspectos afectivos), capacidad funcional, interacción social
y síntomas recurrentes.
La valoración objetiva del dolor, cuando ofrezca armas diagnósticas simples, válidas y
reproducibles, ayudará a confirmar la aproximación subjetiva al mismo.
383
Cuidados
Continuos
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384
TRATAMIENTO DEL DOLOR
Dra. Yolanda Escobar Álvarez
Coordinadora Médico Adjunto. Servicio de Oncología Médica.
Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Madrid
El tratamiento del dolor oncológico es tan complejo como el propio síntoma e implica la
intervención de múltiples disciplinas médicas y numerosos fármacos y técnicas.
• El paciente y sus cuidadores deben estar implicados en dicho tratamiento, para lo cual
recibirán información sobre la medicación, su dosificación e intervalos y sus efectos adversos
a fin de que puedan informar al personal sanitario.
• La prescripción de los fármacos debe hacerse a horas fijas, nunca “según necesidad” o
“cuando aparezca el dolor”.
• La mejor vía de administración es la que resulte más cómoda para el paciente y más
conveniente para mantener su actividad habitual. La más recomendada en la literatura es
la vía oral .
• Los efectos adversos más frecuentes deben ser prevenidos, sobre todos las náuseas, los
vómitos y el estreñimiento en el caso de los opioides y la toxicidad digestiva en el de los
AINE´s, de forma que la receta para los analgésicos se acompañe de la de aquellos fármacos
que prevengan su toxicidad.
• Hay que hacer una reevaluación frecuente tanto de lo logrado en analgesia como de los
efectos adversos para cambiar las dosis si es preciso o, incluso, cambiar el fármaco.
385
Cuidados
Continuos
Han mostrado en ensayos clínicos superioridad analgésica respecto al placebo pero no diferencias
entre sí, de modo que no hay ninguno claramente superior (6). Tampoco resulta de mayor utilidad
asociar dos AINEs pero hacerlo sí incrementa la toxicidad.
Tienen techo terapéutico y, por ello, dosis máximas recomendadas.
Deben usarse con precaución en pacientes ancianos.
Sus efectos adversos más comunes son gastrointestinales, renales y cardiovasculares.
Asociados a los fármacos del tercer escalón -opioides mayores- han mostrado un aumento de
la analgesia y una disminución del consumo de opioides. Hay una débil evidencia respecto a que
debe preferirse el paracetamol para combinar con opioides por su perfil de efectos adversos más
favorable (4).
En la tabla 1 se recogen los AINEs de uso habitual, sus dosis y sus toxicidades principales.
Adaptado de JA. Virizuela et al. Clin Transl Oncol 2012; 14: 499-504.
386
Cuidados
Continuos
La utilidad de los fármacos del segundo escalón se ha valorado en estudios con limitaciones
metodológicas y potencia estadística insuficiente, por lo que la recomendación para su uso es
débil y podrían ser sustituídos en la práctica clínica por dosis bajas de un opioide del tercer
escalón (5).
El 90% es metabolizada a M3G, un metabolito sin actividad opioide, responsable de los efectos
neuroexcitatorios y, el resto, a M6G, que tiene un efecto analgésico 200 veces más potente que
la morfina. Su eliminación es renal, por lo que se recomienda disminuir la dosis y aumentar los
intervalos en pacientes mayores de 65 años o con disfunción renal previa. Su vida media es de 2 a
3,5 horas y la duración de acción de 3 a 6 horas, aunque existe una forma de absorción lenta que
se administra cada 12 horas.
Vías de administración: oral (biodisponibilidad del 20-30%), rectal, SC, IV, IM e intratecal.
Para la vía oral se recomienda una dosis de inicio de 5-10 mg c/ 4 horas. La relación de dosis de
morfina equianalgésicas entre vía oral y parenteral es 2:1 o 3:1
387
Cuidados
Continuos
Los otros fármacos de este grupo de los que disponemos en España son: fentanilo, oxicodona, buprenorfina,
hidromorfona, tapentadol y metadona. (7) Todos ellos actúan sobre el receptor opioide mu y producen la
analgesia y los efectos adversos “de clase” de forma bastante similar. El fentanilo transdérmico presenta
la ventaja de poderse administrar en pacientes con problemas de deglu-ción o intolerancia a la morfina y
la comodidad de aplicarse cada 72 horas.
La oxicodona oral tiene dos presentaciones como tal (una de acción rápida y otra lenta) y una presentación
en asociación con naloxona que reduce la incidencia de estreñimiento en los pacientes que la usan, sin
que se comprometa el efecto analgésico. Es un fármaco que ha mostrado utilidad en el dolor neuropático.
La hidromorfona oral tiene la ventaja de administrarse cada 24 horas.
La buprenorfina trandérmica, al igual que el fentanilo, tiene la ventaja de evitar la vía oral y de una
dosificación espaciada en 72 horas, además de poder ser utilizada en pacientes con insuficiencia renal o
en tratamiento con hemodiálisis sin necesidad de reducir la dosis.
La metadona es útil en el dolor nociceptivo y en el neuropático y tiene un rápido comienzo de acción pero
su variabilidad farmacocinética traducida en una variable vida media plasmática y también impredecible
duración del efecto analgésico hacen su uso complicado, salvo para expertos.
Respecto a la capacidad analgésica podemos concluir de los metaanálisis realizados que es similar
para morfina, oxicodona, fentanilo e hidromorfona, por lo que cualquiera de ellos puede utilizarse como
opioide de primera elección en el tercer escalón y también pueden sustituirse entre sí, usando dosis
equianalgésicas, mediante el proceso conocido como rotación de opioides, en caso de mala respuesta
analgésica o toxicidad intolerable (Tabla 2)
Su variedad es una ventaja a la hora de ofrecer al paciente la vía, el intervalo y el perfil de toxicidad
más adecuado para su situación y necesidades. En la tabla 2 se ilustra la tabla equianalgésica de las
Recomendaciones de la SEOM (8)
388
Cuidados
Continuos
Ya se ha referido que, ante un paciente con dolor intenso que no haya usado opioides previamente,
es correcto iniciar el tratamiento con dosis bajas de opioides mayores, utilizando lo que se
conoce como “ascensor analgésico”, técnica que permite obtener un mejor control analgésico
en un periodo de tiempo más breve.
Acerca de la utilidad de la asociación de AINEs con opioides en el tercer escalón, una revisión
sistemática de la Cochrane que incluye cinco artículos y otra búsqueda que encuentra siete
muestran una evidencia débil de que la combinación puede tener un efecto analgésico aditivo y
permitir la reducción de la dosis del opioide.
El patrón de titulación ha sido la morfina de liberación normal, que tiene 4 horas de duración del
efecto, pues las formulaciones de liberación rápida son más flexibles en el periodo de búsqueda
de dosis idónea y también cuando el dolor está mal controlado.
Sin embargo, esta técnica no se basa en ensayos clínicos controlados sino en las favorables
características famacocinéticas del fármaco.
389
Cuidados
Continuos
La aparición de varios opioides con presentaciones de liberación retardada por vía oral
y transdérmica ha hecho que se explorase en la práctica clínica la posibilidad de titular con
ellos y los resultados han sido buenos, pero siempre complementando dicho tratamiento con
la administración de opioides de liberación rápida según necesidad del paciente y en dosis
proporcionales a las diarias totales del opioide de base que se recomienda que sean entre el 10
y el 15% de las mismas.
Se recomienda empezar con dosis bajas en aquellos pacientes que no hayan recibido opioides
previamente, como de 60 mg de morfina oral al día o 25 µg/h de fentanilo trandérmico (10).
Para pacientes que pasen de un segundo a un tercer escalón analgésico por ineficacia, se
recomiendan 60 mg de morfina, con dosis de rescate de un 16% de la dosis diaria total y no se
recomienda el fentanilo transdérmico hasta haber alcanzado la estabilidad analgésica.
En pacientes que ya están recibiendo un opioide , el incremento de dosis debe ser del 33 al 50%
de la dosis previa, mientras se titula, hasta alcanzar la óptima.
El objetivo final es poder conocer la dosis diaria total necesaria del opioide de liberación rápida
para poder convertirla en dosis equianalgésica de un opioide de vida media retardada, para
mayor comodidad del paciente.
En la práctica clínica se hace con mucha frecuencia ante las siguientes situaciones (11):
No se conoce el mecanismo específico por el cual la rotación aumenta la eficacia analgésica, pero
se han establecido una serie de hipótesis que incluyen la variabilidad individual en la respuesta a
los distintos agonistas mu y también la presencia de tolerancia cruzada incompleta entre ellos.
La clave para hacer correctamente una rotación es conocer las dosis equianalgésicas de los
distintos opioides, así como sus características farmacocinéticas y farmacodinámicas.
Hay numerosas tablas equianalgésicas que son la base de las recomendaciones clínicas acerca
de la correcta rotación de opioides pero, en general, los estudios en los que se basan suelen
tener limitaciones importantes, por lo que la información que aportan es variable.
390
Cuidados
Continuos
En general, se recomienda que la dosis obtenida en las tablas se reduzca al hacer el cambio
pera evitar sobredosificaciones y también se recomienda titular el nuevo fármaco hasta obtener
la dosis idónea. En la tabla 4 se establecen recomendaciones clínicas para hacer la conversión
de vía y la rotación de opioides (12).
1.- La rotación debida a toxicidad requiere una dosis de segundo opioide un 30-50% menor que la dosis
equivalente, debido a la tolerancia cruzada incompleta.
2.- La rotación debida a un dolor no controlado requiere la dosis equianalgésica, sin disminución.
3.- Un 30% de los pacientes tratados con opioides necesitan una vía de administración alternativa, como
ocurre en el caso de aparición de náuseas,vómitos o mucositis.
4.- Antes de iniciar una rotación por presencia de toxicidad, considerar el tratamiento de los efectos
adversos establecidos, el descenso de la dosis del opioide si el dolor está controlado y el uso de fármacos
adyuvantes asociados.
5.- Cuando se empiece a titular un nuevo opioide, considerar los cambios farmacocinéticas debidos a la
edad, las comorbilidades, el género, las interacciones medicamentosas y los posibles fallos de órganos.
6.- Los opioides agonistas parciales obtienen menor analgesia por incremento de dosis en dosis altas
que los agonistas totales o los opioides con alta actividad intrínseca, como la metadona; además, las
equivalencias analgésicas cambian con las dosis.
7.- La rotación entre opioides de corta y larga duración de acción se debe hacer con mucho cuidado para
evitar la sobredosificación.
8.- Ante la presencia de disfunción orgánica, la rotación puede ser potencialmente desastrosa a pesar
de respetar las dosis de las tablas equianalgésicas.
9.- Los opioides pueden empeorar un dolor cólico intestinal; para este tipo de dolor, usar mejor
corticoesteroides, glicopirrolato u octreótido.
10.- Resolver la toxicidad producida por un opioide lleva tiempo; su persistencia después de haber hecho
una rotación puede deberse a un bajo aclaramiento del primer opioide y no a la toxicidad del nuevo.
11.- Rotar a un nuevo opioide antes de alcanzar unos niveles estables del primero carece de sentido
desde el punto de vista farmacológico.
El concepto de dolor irruptivo es diferente del de dolor crónico, pero ambos están íntimamente
relacionados.
Las características del DIO requieren que el fármaco adecuado para su control actúe rápidamente
y durante un periodo breve de tiempo.
Hasta la aparición de los fentanilos trasmucosos era la morfina de liberación normal el fármaco
más usado para su control pero ni los 30 minutos que tarda en empezar el efecto analgésico ni
las 3-4 horas de duración de su acción se corresponden con las necesidades de control de un
episodio típico de DIO (13) .
391
Cuidados
Continuos
Los fentanilos trasmucosos se han diseñado específicamente para esta indicación y a lo largo
de los años han aparecido en diferentes presentaciones en nuestro país: comprimido bucal
con soporte, comprimido sublingual, comprimido efervescente oral, fentanilo nasal en pectina,
fentanilo nasal en solución acuosa y película soluble oral (Tabla 4); todas ellas se componen de
citrato de fentanilo, cuya alta liposolubilidad hace que la absorción sea prácticamente inmediata
y sus niveles plasmáticos en sangre, muy altos.
Aunque el efecto es similar para todos ellos, hay alguna característica que los diferencia y que
hace que sea preferido uno u otro en determinadas situaciones de los pacientes (14) (15) (16) (17) (18) (19).
Tpo. Inicio
efecto 15 min 10 min 5 min 7-11 min 10 min No referido
Tmax: 20-40 min. 48 min 20 min 22,5-240 min 12-15 min 60 min
Duración
No referido No referido No referido No referido No referido No referido
efecto
Tpo hasta
2ª dosis 30 min 30 min 4 horas 15–30 min 10 minutos 4 horas
392
Cuidados
Continuos
Los fármacos adyuvantes se consideran las barandillas de los escalones de la escalera analgésica; son
aquellos fármacos que ayudan a controlar el dolor junto con los analgésicos pautados. Algunos tienen
efecto analgésico aunque no se formularon para tal indicación, otros no calman directamente el dolor
pero cambian su percepción y otros, finalmente, tienen un mecanismo de acción desconocido pero
están consagrados por el uso.
Se utilizan, sobre todo, en el dolor neuropático (DN), el cual responde sólo parcialmente a los opioides y precisa,
para ser controlado, que se añada alguno de ellos; los opioides que mejor respuesta han mostrado frente
al dolor neuropático cuando se combinan con los adyuvantes son la oxicodona, la morfina y la metadona; el
tapentadol ha mostrado eficacia en DN benigno pero todavía no tiene evidencia en DN oncológico.
El manejo del dolor neuropático es difícil y complejo y suele precisar la introducción sucesiva de
distintos fármacos con diferentes mecanismos de acción; dichos fármacos pueden añadirse en
cualquiera de los escalones de la escalera analgésica de la OMS (20).
393
Cuidados
Continuos
El más usado en Oncología es la dexametasona por su elevada potencia, larga duración de acción
y mínimos efectos mineralocorticoides. Se recomienda iniciar dosis de 8 mg/día con ajustes
posteriores según respuesta analgésica y efectos adversos y hacer un descenso paulatino de la
dosis cuando se retiren.
• Loa radiofármacos de uso actual para el dolor óseo tumoral son el Estroncio 89 y el Samario 153.
Ambos se administran por vía endovenosa y son útiles para tratar localizaciones metastásicas
múltiples de tipo blástico o mixto y con dolor refractario; se requiere una aceptable función
de la médula ósea y del riñón. La tasa de respuestas es de 45 a 90% y la duración de la
analgesia, de 2 a 6 meses. El Radio 223 es el último en aparecer y tiene la ventaja de emitir
partículas alfa con poca capacidad de penetración; su toxicidad principal es la anemia y el
dolor óseo en un 20% de pacientes. No está disponible en nuestro país todavía.
394
Cuidados
Continuos
BIBLIOGRAFÍA
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Cancer Pain Episodes. Journal of Pain and Sympt Manag 2014;47(4):772-785.
14.Ficha técnica de Actiq
15.Ficha técnica de Effentora
16.Ficha técnica de Abstral
17.Ficha técnica Pecfent
18.Ficha técnica Instanyl
19.Ficha técnica Beakyl
20.Athina Vadalouca, Efklidis Raptis, Elena Moka, Panagiotis Zis, Panagiota Sykioti and Ioanna
Siafaka. Pharmacological Treatment of Neuropathic Cancer Pain: A Comprehensive Review of
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395
CUIDADOS
DEL FINAL
DE LA VIDA
El final de la vida. Sintomas y
complicaciones mas comunes
Dr. Nofre Pons Sureda
Médico Adjunto. Servicio de Oncología Médica.
Fundacion Hospital Comarcal D’Inca. Illes Balears
Los pacientes con cáncer mueren de su enfermedad en la mitad de los casos. Cuando se trata
de pacientes avanzados, la mayoría en manos de los oncólogos, esta proporción aumenta
considerablemente. Como profesional y responsable de estos enfermos, el oncólogo médico debe
tener los conocimientos y la actitud necesaria para resolver los problemas clínicos que conllevan
estos pacientes. Son los últimos días de la vida. Posiblemente los más importantes de su vida.
399
Cuidados
Continuos
La realidad es que la definición “los últimos días” de un paciente oncológico viene determinada
por distintos valores:
Por ello, los oncólogos, debemos estar formados para una atención digna, implicada, y con la calidez
necesaria para facilitar estos “últimos días”, tal vez-quién sabe- los más importantes de la vida del paciente
Posiblemente hasta este momento, -aunque el paciente lleve tiempo sin tratamiento activo para
su enfermedad.- no se ha contemplado el final de la vida como una situación inmediata.
Los objetivos en esta nueva situación van encaminados a mantener en lo posible la dignidad del
paciente. (Tabla 1)
• Control de síntomas
• Adaptación psicológica del paciente a sus carencias
• Mantenimiento de su movilidad y autoimagen
• Cuidado de su intimidad y la de su entorno familiar
• Satisfacción de sus necesidades espirituales
• Información continuada según las demandas del paciente
400
Cuidados
Continuos
La Tabla 2 recoge las variables clínicas y analíticas más importantes como factor pronóstico.
SÍNTOMAS FRECUENTES
El paciente sufre una serie de síntomas que evolucionan en su gravedad a lo largo de los días, se
controlan unos y aparecen otros. En contra de lo que asumen a menudo la familia, la sociedad e
incluso algunos profesionales, no es el período en el que “ya no hay nada que hacer” sino la etapa de
la enfermedad en que más intensivamente debemos valorar y tratar los síntomas.
DOLOR
El control del síntoma dolor ya se comenta extensamente en otros apartados de este libro. Sin
embargo, debemos advertir que en el ámbito hospitalario, siguen falleciendo los pacientes con dolor
en un porcentaje no aceptable.
En el paciente avanzado y en sus últimos días, la disminución de conciencia no debe ser una razón
para disminuir las dosis de opioides. Es más: posiblemente exija una enérgica re-titulación de las
dosis de fármacos, por aumento de la intensidad del síntoma.
DISNEA
La disnea es un síntoma frecuente al final de la vida. Puede deberse a causas propias de la enfermedad
tumoral (primario de pulmón, linfangitis carcinomatosa, derrame pleural, etc. o bien a patologías
asociadas: insuficiencia cardíaca con edema agudo de pulmón, tromboembolismo pulmonar,
broncopatía crónica, sobreinfección respiratoria, etc.
Curiosamente las metástasis pulmonares raramente ocasionan disnea por ellas mismas. No
aconsejamos en esta fase de enfermedad gasometrías arteriales rutinarias, en primer lugar por ser
una prueba dolorosa, pero además no siempre se relaciona con la percepción de “falta de aire” del
paciente.
401
Cuidados
Continuos
El soporte psicológico, con las técnicas de control de respiración, es de gran ayuda, ya que
el paciente presenta indisolublemente junto con la disnea, un elevado nivel de ansiedad que
puede llegar al pánico. El uso de benzodiacepinas de corta duración (alprazolam sublingual, o
midazolam endovenoso) puede ser útil en las crisis.
CANSANCIO Y FATIGA
Constituye el síntoma más frecuente en los últimos días del paciente oncológico.
El cansancio invencible, que dificulta la movilidad, se asocia a menudo a la anorexia y a una
percepción negativa de la imagen corporal.
Además, existen factores derivados del tratamiento actual o previo del paciente. La mayoría
de nuestros pacientes reciben corticoides por diversas razones, entre ellas la anorexia. Estos
medicamentos provocan o agravan la sarcopenia.
Si no se le da importancia que se merece a la hora de valorar los síntomas, tal vez sea por
la ausencia de medidas terapéuticas efectivas: los anabolizantes esteroideos, progesterona,
o los derivados de anfetamina se han utilizado con escasos resultados. La estrategia médica
más efectiva es promover la aceptación, en lo posible, de la situación por parte del paciente, y
estimular su movilidad, evitando encamamiento las veinticuatro horas.
ANOREXIA
Íntimamente ligada al cansancio y con las parecidas conclusiones respecto a la efectividad terapéutica.
En estos pacientes se deben suprimir las restricciones habituales por patologías asociadas: dieta sin
sal, diabética, etc. ya que no ayudan en absoluto a hacer apetecibles los platos, y pierden relevancia
como factor protector de la salud.
La dieta libre, con los alimentos que más apetezcan al paciente. Raciones pequeñas, en platos
pequeños y aprovechar las horas del desayuno para la mayor ingesta, son pequeñas ayudas.
402
Cuidados
Continuos
Es importante la labor de educación a la familia para evitar la presión sobre el paciente a que coma.
“Si no come se morirá” es la frase más repetida en las habitaciones de nuestros pacientes. Si bien el
soporte nutricional es un factor importante en los pacientes en tratamiento activo, este deja de tener
significado en la fase final de la enfermedad.
Se han utilizado diversos fármacos antianoréxicos: Tanto los corticoides a distintas dosis, como
el megestrol a dosis de 400-800 mg/día mejoran subjetivamente la sensación de anorexia,
y disminuyen la pérdida de peso, pero no mejoran la sarcopenia. La metoclopramida, la
ciproheptadina y los cannabinoides se han ensayado con resultados poco concluyentes.
DELIRIUM
El delirium, con o sin agitación psicomotora, es una complicación frecuente en los pacientes
ingresados y a menudo es el primer signo del proceso agónico.
La incidencia del delirium en los pacientes con cáncer avanzado se ha calculado en un 30% (7)
La desorientación temporo-espacial, preferentemente nocturna, se acompaña de sufrimiento
psíquico del paciente y ansiedad asociada a la familia.
Se trata de una decisión vital que repercute directamente sobre la calidad asistencial. El
porcentaje de pacientes terminales que mueren bajo sedación es altamente variable según
la localización (domicilio, hospice, unidad de cuidados paliativos, hospital de agudos…) y con
diferencias importantes culturales y geográficas. En un estudio multicéntrico internacional,
los pacientes que morían con sedación farmacológica oscilaban entre el 15 y el 36%, Este
estudio otorgaba a nuestro país, concretamente un hospital de Madrid, el 22% de sedación
terminal. (8)
403
Cuidados
Continuos
La sedación es un acto asistencial. Forma parte de la praxis médica y está sometido a las normas
de la bioética. No sedaremos por tranquilidad del médico o de la familia. El paciente seguirá
siendo soberano en sus decisiones en la medida en que la realidad lo permita.
1. Por tanto, es una decisión que toma el médico. Esta decisión, la sedación farmacológica
al paciente terminal debe tomarse, a ser posible, después de una discusión entre el
equipo asistencial sobre la oportunidad de la misma. Por otra parte, es imprescindible el
consentimiento informado y la participación de la familia y del propio paciente, en los casos
seleccionados en que la comunicación con el mismo tenga la consistencia que lo permita.
La condición sine qua non para la sedación farmacológica es que presente síntomas incapaces
de ser controlados por las maniobras farmacológicas llevadas al límite.
• Disnea
• Agitación/ delirium
• Dolor
• Hemorragia Masiva
• Estridor laríngeo
• Sufrimiento psicológico no soportable por el paciente.
MOMENTO DE LA SEDACIÓN
Es conveniente que la decisión de sedar al paciente se tome por el equipo asistencial habitual,
que conoce la historia clínica y la biografía del mismo (relaciones familiares, actitud ante la
enfermedad, etc...) y no por el médico en horas intempestivas. Por ello sigue en discusión la
oportunidad de la sedación en salas de urgencias, salvo situaciones clínicas límite (hemorragia
masiva, estridor, disnea grave, etc...)
Debe respetarse hasta el final el deseo del paciente en relación al momento en que quiera iniciar
la sedación: despedida, confirmación de las últimas voluntades...
IRREVERSIBILIDAD
La sedación farmacológica es una maniobra terapéutica reversible desde el punto de vista
técnico, pero las trascendentales connotaciones de la misma la convierten, en la práctica, en
irreversible. Es decir, si procedemos a una sedación es para controlar unos síntomas ante una
muerte evidente. No hay marcha atrás.
Pautas de sedación
404
Cuidados
Continuos
1 Ansioso, agitado.
Morfina. Se podría discutir si es necesaria la morfina en la sedación. Lo que si está claro es que
la mayoría de los pacientes ya llevan pauta de opioides, y es una medida prudente mantenerlos,
y tal vez aumentar la dosis. La dosis se mantendrá por vía endovenosa, 45- 60 mg cada 24 horas.
La excepción es si el paciente utiliza analgesia con mórficos transdérmicos, con lo que se puede
mantener esta vía
VALORACIÓN
La primera valoración se hará a los 60 minutos de iniciar la sedación. Es muy útil la escala de
Ramsay (9) , si previamente hemos planificado el nivel de sedación que queremos conseguir.
Si no se consigue el objetivo, subiremos el ritmo de infusión un 10%, y, por consiguiente, la dosis
de 24 horas. Seguiremos valorando al paciente cada hora hasta estar seguros de conseguir el
grado de sedación planificado.
Una sedación bien indicada no debe durar más de 72 horas. A partir de este término, la ansiedad
familiar ante la incertidumbre del desenlace se convierte en el problema más importante a
controlar.
405
Cuidados
Continuos
MEDIDAS COMPLEMENTARIAS
Y no menos importantes en las últimas horas. Corresponden a los cuidados de enfermería, que deben
participar del objetivo único, el confort del paciente y la llegada de una muerte digna.
Cuidados de la boca. Obligadas en la sedación. El paciente presenta xerostomía por los fármacos y la
oxigenoterapia (prescindible en estos momentos). Es preciso un protocolo específico de humidificación,
antisepsia y aspirado de secreciones.
Supresión de constantes vitales prescindibles. Dejan de tener sentido y solo añaden molestias
al paciente. Debe de explicarse este detalle a los familiares. Pueden mantenerse, si se considera
necesario como factor pronóstico la temperatura y tensión arterial
Disminución del aporte hídrico. Un paciente sedado tiene tendencia a la oliguria o anuria, hará fácilmente
edemas y anasarca. Como la sensación de sed es independiente del aporte hídrico, reduciremos al
mínimo la entrada de sueros.
Atención a la familia: Tendremos el mismo rigor y delicadeza en la información a la familia como en los
días antes de la sedación. A ser posible se instalará al paciente en habitación individual o se bloqueará
la cama del compañero de habitación para conseguir una muerte en condiciones de intimidad familiar.
CONCLUSIONES
La etapa final del paciente oncológico, sus “últimos días”, supone un cambio de objetivos, no de
intensidad de la atención médica y de enfermería.
La misión del oncólogo medico en esta situación es favorecer una muerte digna con el menor
sufrimiento del paciente y familia. Los síntomas en esta etapa son múltiples y cambiantes.
Requieren una atención intensiva La decisión de sedación farmacológica es un acto médico,
irreversible y con indicaciones determinadas, con necesidad de consentimiento informado al
menos de la familia del paciente.
406
Cuidados
Continuos
BIBLIOGRAFÍA
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407
Tratamiento de sintomas refractarios en
el final de la vida. Sedacion paliativa
y terminal, sus indicaciones y
consideraciones eticas
Dr. Albert Tuca Rodríguez
Médico Coordinador. Servicio de Cuidados Paliativos.
Hospital Clínic i Provincial. Barcelona
409
Cuidados
Continuos
CONCEPTO Y DEFINICIONES
La formulación general tanto del concepto de síntoma refractario como el de sedación,
especialmente cuando se asocian en una decisión clínica, esconde una ambigüedad semántica
que puede inducir a confusión en la práctica clínica. Por dicho motivo, es importante definir
dichos conceptos, acotando y especificando su contenido.
Síntoma refractario
El término refractario puede aplicarse cuando un síntoma o complejo sintomático no puede ser
adecuadamente controlado a pesar de los intensos esfuerzos para identificar un tratamiento
tolerable que no comprometa la consciencia del paciente (Cherny y Portenoy, mod.) 2,6,11
Para que este concepto sea operativo en los argumentos clínicos de toma de decisiones,
forzosamente se ha definir en un marco de severidad sintomática, temporalidad y resistencia
terapéutica.
Severidad
Como hemos dicho antes y contemplando todas las dimensiones humanas del sufrimiento, la
vivencia del síntoma adquiere un significado único y singular para cada paciente. En el ámbito
de toma de decisiones clínicas, especialmente cuando implica una indicación de sedación, la
severidad sintomática ha de alcanzar el carácter de intolerable.
Resistencia terapéutica
Es importante confirmar que se han agotado todas las posibilidades terapéuticas que sean
posibles para un adecuado control sintomático sin comprometer el nivel de consciencia del
enfermo.
Tiempo razonable
La confirmación de la resistencia a las medidas paliativas habituales requiere el tiempo
necesario para su utilización y la confirmación de la ausencia de una respuesta adecuada. Se
tiene que actuar con diligencia y agilidad porque no sería justificable mantener a un enfermo
en una situación devastadora e intolerable más allá de un tiempo razonablemente corto.
Sedación
La Sociedad Española de Cuidados Paliativos ha formulado las siguientes definiciones
atendiendo a la diferencia entre sedación paliativa y terminal. 3
Sedación paliativa
“Se entiende por sedación paliativa la administración deliberada de fármacos en las
combinaciones y dosis requeridas, para reducir la consciencia del paciente con enfermedad
avanzada o terminal, tanto como sea preciso para aliviar adecuadamente uno o más síntomas
refractarios y con su consentimiento explícito, implícito o delegado”.
410
Cuidados
Continuos
Los síntomas refractarios que condicionan la indicación de sedación en estos estudios varían
también ostensiblemente según el diseño del estudio. Se acepta que las causas más frecuentes
de sedación son la disnea, el delirium, el dolor y el sufrimiento psicológico (Tabla 1).
Ventafridda (1990) 52 49 17 8 - - -
Ojeda (1987) 74 6 37 3 8 - -
Stone (1997) 20 20 60 - - - 26
Morita (1999) 41 13 42 2 - - 2
Porta (1999) 23 23 21 6 9 2 36
Faisinger (2000) 27 7 62 9 3 - 11
Chiu (2001) 23 10 57 - - - -
Valor medio 35 19 44 6 7 2 19
411
Cuidados
Continuos
En términos generales, los neurolépticos son los fármacos de primera línea en el caso de indicación
de sedación por delirium. En el resto de casos las benzodiazepinas de acción rápida e incisiva, como el
midazolam, son los fármacos más adecuados (Figura 1). Si no hay una respuesta adecuada se pueden
utilizar los neurolépticos y benzidiazepinas en combinación. En el medio domiciliario o si existe imposibilidad
de venoclisis, la vía subcutánea ofrece una excelente alternativa para administración de fármacos
sedantes. Todos estos fármacos, excepto el propofol, tienen una alta biodisponibilidad y efectividad por
vía subcutánea, ya sea de forma intermitente o en infusión continua (bombas portátiles). El propofol es un
fármaco muy útil por su rapidez de acción y por la también rápida reversión del estado de alerta una vez
detenida la infusión 9. Por este motivo se utiliza con frecuencia como tercera opción en el caso de ausencia
de respuesta a las primeras medidas en la sedación terminal o en la sedación paliativa cuando se prevé su
reversibilidad en minutos o pocas horas (exploraciones, curas dolorosas intolerables).
• Disnea
Indicación de sedación • Dolor
• Hemorragia
• Ansiedad / Pánico
• ...
• Delirium
1ª opción: 1ª opción:
• Levomepromazina • Midazolam
2ª opción: 2ª opción:
• Midazolam • Levomepromazina
Si no hay respuesta
3ª opción:
• Propofol EV
• Fenobarbital
(posible SC)
412
Cuidados
Continuos
CONSIDERACIONES ÉTICAS
Se ha discutido mucho sobre la similitud entre la sedación y la eutanasia, llegando incluso
algunos autores a definir la sedación como una eutanasia lenta. La diferencia fundamental se
basa en el objetivo, la proporcionalidad y el carácter temporal (circunstancial o planificado).
Se puede considerar la sedación paliativa o en agonía como una práctica éticamente lícita
basándose en el principio de doble efecto:
Como es obvio, es muy importante explorar y conocer la voluntad del paciente en estos casos. Si
es posible, en casos de enfermedad incurable y rápidamente progresiva, sería muy importante
la planificación anticipada de cuidados. Este proceso comprende una invitación a pensar, hablar y
compartir los pensamientos y deseos del paciente en referencia a su atención médica y de cuidados
en el proceso de final de vida. El plan anticipado de cuidados involucra al propio enfermo, su familia
y el equipo asistencial, que establecen un proceso reflexivo que comprende:
• Revisión de los puntos de vista y valores personales sobre el proceso de final de vida.
• Confirmación grado de conocimiento y comprensión de de la situación clínica actual y
su pronóstico. Si es necesario mejorar el grado de conocimiento e introspección de la
información recibida.
• Reflexión sobre las opciones de tratamiento y atención.
• Facilitación
el proceso de tomas de decisiones avanzadas sobre las opciones de cuidado
en el final de la vida de forma autónoma y compartida con el equipo asistencial.
• Constanciadocumental del proceso y en su caso la formalización de un documento de
voluntades anticipadas (DVA).
El consentimiento informado por escrito para la sedación terminal muchas veces es difícil de
obtener debido a que la indicación se establece en le contexto de una situación crítica de extremo
sufrimiento del paciente o de incapacidad cognitiva. Es más, intentar formalizar un consentimiento
por escrito podría ser “poco sensible, inoportuno e incluso nocivo”, considerándose suficiente el
consentimiento verbal expresado y reflejado en la historia clínica. 11,13 En el caso de que no sea
posible valorar la voluntad del paciente, ya sea por la situación clínica o de deterioro cognitvo, los
413
Cuidados
Continuos
datos obtenidos en la comunicación previa con el enfermo explorando sus valores y significados,
así como sus estrategias de afrontamiento, pueden facilitar la toma de decisiones compartida
con la familia. En estos casos y en ausencia de un DVA formalizado, adquiere especial relevancia
el registro en la historia clínica del plan avanzado de cuidados y/o la delegación de la toma de
decisiones en la familia o personas vinculadas al enfermo (consentimiento por substitución o
delegado). Cuando no existen familiares o personas vinculadas y el enfermo no es competente
para expresar sus decisiones autónomas, se entiende que el equipo sanitario puede asumir
razonablemente la responsabilidad en las intervenciones que a su a su juicio clínico beneficien
más al paciente. 3,7,8,11,13
CONCLUSIÓN
• La sedación paliativa o terminal responde a la necesidad clínica de controlar una situación
sintomática intolerable y sin posibilidad de respuesta a los tratamientos habituales.
• La necesidad de sedación terminal surge con frecuencia de forma súbita, asociada a un
deterioro rápido del estado general del paciente que anuncia la inminencia de su muerte.
Esta característica confiriere el carácter irrepetible de la situación, de forma que una
actitud dubitativa en la toma de decisiones puede mantener al enfermo en un sufrimiento
innecesario más allá de un tiempo razonable. Por dicho motivo y comprendiendo la
innegable dificultad clínica de su indicación, es importante haber explorado precozmente
todos los tratamientos habituales posibles y su grado de respuesta, así como los valores
y voluntades del enfermo.
• La sedación terminal o paliativa se acepta como éticamente lícita considerando la
necesidad imperativa de paliación y su proporcionalidad, siempre y cuando se contemplen
y registren de forma clara todos los argumentos clínicos que la justifican.
414
Cuidados
Continuos
BIBLIOGRAFÍA
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415
CUIDADOS Y TRATAMIENTO DURANTE
LA AGONiA
Dra. Yolanda Vilches Aguirre
Oncólogo Médico. Unidad Cuidados Paliativos.
Hospital Universitario La Paz. Madrid.
La agonía se ha definido como el estado que precede a la muerte, en aquellas enfermedades en que la
vida se extingue gradualmente 1 o como el estado de dolor, lucha y sufrimiento que padecen
las personas antes de morir 2.
Esta última fase, junto con el momento del diagnóstico de cáncer, son las dos situaciones
más estresantes a las que se enfrenta el paciente oncológico y su familia. El paciente puede
experimentar síntomas muy cambiantes que no se controlan adecuadamente, los familiares
pueden percibir este empeoramiento e interpretarlo de manera inadecuada y el equipo
médico, puede tener la sensación de fracaso y de que no puede hacer nada más por el
paciente. Nada más lejos de la realidad 5,6. Como dice Cassidy, “ los pacientes ya saben que
no somos dioses, lo único que piden es que no los abandonemos” 7.
417
Cuidados
Continuos
biológicas, de las emocionales y de la relación con el entorno. Esto es un proceso, por lo que no
podemos predecir de forma exacta la hora en la que va a ocurrir, aunque sí podemos y debemos
anticiparnos a los síntomas. En ocasiones la muerte puede aparecer de forma brusca y súbita,
por ejemplo tras una hemorragia masiva. Si no hemos previsto esta posible complicación puede
generar bastante angustia en la familia 9. Esto sucede en un 10% de los pacientes incluidos en
Servicios de Cuidados Paliativos.10
Tabla 1
- Dolor 26%
- Disnea 25%
Los signos que nos pueden ayudar a reconocer la fase de agonía se ven en la tabla 2 12
418
Cuidados
Continuos
6. Afectación sensorial:
- Visión borrosa y desenfocada
- Se mantiene el oído y tacto hasta el final
7. Síntomas psicoemocionales:
- Hiperactivos: crisis de ansiedad, agitación.
- Hipoactivos: tristeza, resignación, miedo
8. Aparición de estertores
419
Cuidados
Continuos
Los signos y preocupaciones que expresan los familiares ante la difícil situación a la que se
enfrentan, se ven en la tabla 3 13
• Cansancio físico
• Estréspsicoemocional: a veces reacciones emocionales “intempestivas” y
peticiones poco realistas
• Grandemanda de atención y soporte. Necesitan información concreta sobre el
tiempo disponible, los síntomas que aparecen.
• Gran ansiedad sobre la forma de “tratar” al paciente
• Demanda de ingreso ante el miedo de la muerte en casa
• Acumulación de las “tareas pendientes” que resultan difíciles de afrontar:
solución de conflictos familiares, aspectos legales y financieros, despedida, apoyo
religioso….
• Preocupaciones relativas a la presencia de los niños y ancianos de la familia
• Sentimientos de inutilidad y desesperanza, y sensaciones de “culpa”
Algunos autores 14 han estudiado, a partir de las opiniones de los familiares, los factores
relacionados con una “buena calidad de muerte”. Algunos de estos factores son:
1.- El objetivo más importante es mantener al paciente tan confortable como sea posible, dando
prioridad al control de síntomas.
420
Cuidados
Continuos
2.- Revisar fármacos y suspender aquellos que no sirven para mantener el confort del paciente.
Si el paciente es portador de Desfibrilador Automático Implantable (DAI), valorar desconectar
la función de choque eléctrico, ya que en esta fase las descargas para evitar la parada cardiaca
pueden ser dolorosas y molestas para el paciente.
3.-Cambiar la vía de administración de fármacos, por la dificultad para utilizar la vía oral. La vía
subcutánea es la alternativa para la administración de la mayoría de fármacos útiles en esta fase
(opioides, ansiolíticos, neurolépticos).
4.-Indicar pautas fijas de tratamiento de los síntomas presentes y pautas condicionales para
posibles cambios en la evolución o aparición de nuevos síntomas.
7.-Asegurar una adecuada información a la familia sobre todo lo que está sucediendo. Avisar a la
familia de posibles y frecuentes nuevos síntomas en esta fase. En el domicilio deben proporcionarse los
teléfonos de contacto necesarios (Centro de Salud, Urgencias Domiciliarias, Hospital de Referencia).
8.- Mantener comunicación estrecha con el resto del equipo, sobre la situación del paciente y
de su familia. Dejar constancia en la historia clínica. Orden de no reanimación cardiopulmonar
9.-Ofrecer la posibilidad de recibir apoyo espiritual y religioso según la confesión o rito que
practiquen.
Hay distintos instrumentos que examinan algunos aspectos de los cuidados al final de la vida. Dentro de
los que utilizan la “satisfacción de cuidados” como medida de resultados merecen destacarse la Family
Satisfaction Scale18 (FAMCARE), desarrollada en Canadá, y la Satisfaction Scale for Bereaved Family
Receiving Inpatient Palliative Care19 (Sat-Fam-IPC), desarrollada en Japón. Ambas consisten en una serie
de preguntas que evalúan diferentes áreas de cuidados con respuestas en escala tipo Lickert que se pasan
al cuidador después del fallecimiento del paciente. Otro grupo de instrumentos utilizan diversos aspectos
de la calidad de cuidados prestados en la fase final de la vida como indicadores principales. Todos se basan
en entrevistas con el cuidador principal del paciente. Los más difundidos son el Views of Informal Carers20
(VOICES), desarrollado en el Reino Unido, el Toolkit of Instruments to Measure End-of-life care21 (TIME),
desarrollado en EEUU para evaluar la calidad de cuidados en la última semana de vida, y el cuestionario
de Quality of Dying and Death22 (QODD), desarrollado también en EEUU para evaluar el tratamiento de los
síntomas de los pacientes en la fase agónica y las percepciones de los cuidadores sobre los cuidados.
Ninguno de estos instrumentos se encuentra todavía validado en español.23
421
Cuidados
Continuos
Higiene: El paciente debe estar confortable y limpio en todo momento. Utilizar ropa de
cama ligera y cambiarla al menos una vez al día.
Cuidados de la piel: Para hidratar la piel se pueden dar masajes suaves con crema
hidratante. Las curas están dirigidas principalmente a controlar el olor y a evitar el dolor.
Se pueden administrar anestésicos tópicos o metronidazol con éste fín. Si el aseo o las
curas incomodan al paciente se puede administrar una dosis de cloruro mórfico 5 mg sc
y/o midazolam 2,5-5 mg sc quince minutos antes.
Cuidados de la boca: Retirar dentadura postiza. La debilidad del paciente que hace que
respire por la boca, la oxigenoterapia, los fármacos y la deshidratación producen gran
sequedad oral. Se debe humedecer boca con una gasa o spray y poner crema en los labios.
Existen preparados comerciales de saliva artificial que pueden ser útiles. La hidratación
parenteral no mejora la xerostomía. Evitar si es posible la administración de oxígeno con
mascarilla o reservorio ya que es incomodo, favorece la xerostomía y dificulta los cuidados
de la boca. Puede ser suficiente con la administración de oxígeno en cánulas nasales.
422
Cuidados
Continuos
pacientes sin deterioro cognitivo previo ,la deshidratación puede aumentar el riesgo de
delirium y dificultar la relación del paciente con su familia, por lo que puede plantearse
la hidratación 25,26. En el paciente comatoso la hidratación no contribuye al control de
síntomas y puede empeorar las secreciones respiratorias, la cuantía de los vómitos y obligar
al sondaje urinario en caso de retención de orina. Si por el motivo que sea, planteamos
mantener la hidratación durante la fase agónica y el paciente tiene vías periféricas en
mala situación puede realizarse hidratación subcutánea o hipodermoclisis administrando
alrededor de 500 a 1000 ml de suero salino que es menos irritante por vía sc o glucosalino
en infusión continua en palomilla colocada en el abdomen cada 24h 27
Dolor: La mayoría de los pacientes terminales están en tratamiento con opioides potentes
por vía oral o transdérmica. Generalmente el dolor no suele ser un problema si previamente
ha estado bien controlado. En estos casos debe mantenerse la analgesia y únicamente
pasar de vía oral a subcutánea en dosis equivalentes a medida que el paciente deja de
tragar o mantener la vía transdérmica 28. La supresión brusca de los opioides en ésta fase
puede producir un síndrome de abstinencia y aumentar el disconfort, por lo que aunque el
paciente esté en coma no deben suspenderse. Se pueden disminuir de forma progresiva o
aumentar el intervalo entre dosis si se requiere.
Sin embargo hay pacientes en los que el dolor aumenta o aparece de nuevo, por lo que si
no estaban en tratamiento con opioides potentes deben iniciarse y si ya estaban tomando
opioides, debe subirse la dosis un 30-50%. Es raro en esta fase que el dolor no se controle
aumentando la dosis de opioides.
En la serie de Lichter y cols con 200 pacientes en las últimas 48 horas de vida, se vio que en
un 13% disminuyeron las necesidades de opioides potentes, en un 44% se incrementaron y
no se modificaron en un 43% 30.
423
Cuidados
Continuos
Hay pacientes (hasta un 18%) que se quejan de dolor con la movilización o simplemente al tocarlos,
incluso estando inconscientes. La debilidad, pérdida de peso y la inmovilización que produce
rigidez en las articulaciones es causa de dolor. La movilización pasiva de las articulaciones en
los días previos a la agonía puede evitar este dolor. Los sonidos o quejidos que en ocasiones emite
el paciente no significan que tenga dolor, lo cual debe explicarse a la familia. Sólo valoraremos
estos quejidos si se acompañan de gesto de dolor, administrando dosis extra de analgesia.
424
Cuidados
Continuos
SINTOMAS RESPIRATORIOS
Disnea: Es un síntoma frecuente en las últimas horas de vida y genera gran angustia en el
paciente y su familia.
Los estertores son más frecuentes en pacientes con tumores cerebrales, cáncer de pulmón, si
hay patología pulmonar previa, si la fase de agonía es prolongada y si se mantienen dosis altas
de sueroterapia 34.
El tratamiento va dirigido a secar las secreciones. Para ello utilizaremos anticolinérgicos como
butilbromuro de hioscina (Buscapina ®) a dosis de 20-40 mg sc o IV / 6-8h o hidrobromuro de
hioscina (Escopolamina®) a dosis de 0,5-1 mg sc/ 4-6 horas. Para que sea efectivo el tratamiento
debe de instaurarse de forma precoz.35
Como medidas no farmacológicas podemos colocar al paciente en decúbito lateral con la cabeza
ligeramente inclinada hacia delante para que la boca quede cerrada y disminuir el ruido. La
aspiración no está indicada , ya que es traumática y poco efectiva. La emplearemos sólo cuando el
enfermo esté inconsciente , las secrecciones estén en la orofaringe y para tranquilizar a la familia.
Si los estertores premortem van acompañados de taquipnea ruidosa, movimientos exagerados del tórax
y abdomen, hay que combinar el tratamiento con cloruro mórfico o midazolam subcutáneos. 12 ,16
425
Cuidados
Continuos
Es importante tener en cuenta que no todos los delirium son terminales, que pueden aparecer
en otros momentos de la evolución del enfermo con cáncer avanzado y que la causa puede
ser reversible en un 50% de los pacientes. La angustia que produce en la familia el delirium
hiperactivo, puede llevar al médico a realizar una sedación temprana, sin haber descartado las
causas potencialmente tratables.
Para el tratamiento del delirium terminal debemos plantear medidas ambientales y farmacológicas:
Respecto a las ambientales es importante explicar bien a la familia que está sucediendo para
evitar que con su actitud inquieten más al paciente. El delirium terminal se produce por
mal funcionamiento cerebral y no indica necesariamente malestar o sufrimiento. El entorno
debe ser tranquilo, con pocos acompañantes, tono de voz suave, luz tenue y constante. En
la fase final la familia no debe contradecir al paciente ni intentar orientarlo, como se
recomienda en etapas previas. Deben evitarse las medidas de restricción física. El manejo
farmacológico del delirium está indicado en aquellos pacientes que están agitados o
tienen alucinaciones desagradables y no es necesario en pacientes agónicos con delirium
hipoactivo.
426
Cuidados
Continuos
La benzodiacepina más utilizada es el midazolam (15-30 mg cada 24h), por vía subcutánea.
A pesar de estas medidas de tratamiento, entre un 10-20% de pacientes con delirium requieren
sedación para controlar los síntomas. En estos casos se utilizará levomepromazina , midazolam
o propofol en casos refractarios.
MIOCLONIAS MULTIFOCALES
Son sacudidas rápidas y repetidas de distintos grupos musculares y se ven con frecuencia en la fase de
agonía. Puede ser un dato precoz de neurotoxicidad opioide que puede mejorar con la sustitución
de la morfina por otro opioide. Pueden aparecer también por la administración de fármacos con
acción anticolinérgica como metoclopramida y neurolépticos, por la supresión de fármacos como
benzodiacepinas, anticonvulsivantes, por fallo hepático, renal, hiponatremia e hipoglucemia.
Debe de explicarse a la familia las causas, para evitar angustia y revisar el tratamiento. Si no hay causa
tratable el fármaco de elección es el midazolam, entre 10-30 mg en infusión continua, vía subcutánea o IV 12.
FIEBRE
Es un síntoma frecuente en los últimos días de vida que produce angustia en la familia .Puede
estar producida por la destrucción de las células del organismo en el proceso de la muerte y no
por sobreinfección 16. Si es alta podemos utilizar antitérmicos por vía IV o ketorolaco ,diclofenaco
subcutáneo. Pueden ponerse compresas de agua templada y destapar al paciente, pero es
fundamental explicar a la familia que la fiebre es un signo más de la fase de agonía y que
habitualmente no incomoda al paciente.
HEMORRAGIA MASIVA
Es una situación poco frecuente. Es una hemorragia que puede causar la muerte del paciente
en pocos minutos si no cede . Puede ser una situación muy impactante para el paciente si
está consciente y para la familia, sobre todo si no les hemos avisado de ésta posibilidad ,ante
pacientes de riesgo. La muerte por hemorragia no es dolorosa. Si el paciente está inconsciente
no se dará cuenta. Si está consciente habrá que sedarle para disminuir la angustia. Se utiliza el
midazolam 5-10 mg vía IV ó 10-20 mg vía subcutánea, subiendo dosis de forma progresiva si es
necesario. Es conveniente disponer de paños verdes para disminuir el impacto del color rojo de
la sangre tanto en el domicilio como en el hospital.
427
Cuidados
Continuos
En la fase agónica puede haber síntomas refractarios como la agitación terminal, disnea, angustia
o hemorragia masiva que no pueden ser controlados a pesar de los intensos esfuerzos por hallar un
tratamiento tolerable que no comprometa la consciencia del paciente. En estos casos se indicará la
sedación. Esto no quiere decir que haya que sedar a todos los pacientes agónicos ni que todos los pacientes
que están en fase de agonía y que tienen disminución del nivel de conciencia es porque están sedados.
Sin embargo la sedación de un enfermo terminal puede ser una decisión compleja que tiene
implicaciones físicas , éticas y morales, por lo que debe ser tomada en conjunto por el paciente ,
familia y equipo de tratamiento
Las características que en líneas generales pueden definir una buena muerte son: Morir sin
dolor y sin otros síntomas mal controlados, que no se prolongue de manera artificial el proceso
de muerte, morir acompañados por la familia y amigos sabiendo que también se va a intentar
disminuir su sufrimiento, haber tenido la posibilidad de ser informados adecuadamente sobre
la enfermedad participando en la toma de decisiones, elegir donde se desea morir (domicilio o
hospital) contando en cada caso con el apoyo sanitario adecuado.
El testamento vital o documento de voluntades anticipadas pretende recoger las preferencias del
paciente acerca de las líneas de tratamiento que quiera o no recibir, para que sean respetadas
cuando ya no tenga capacidad de decisión. De esta manera se podrán prevenir determinadas
situaciones, aunque está claro que no pueden evitarse todas las dudas y conflictos que pueden
surgir en las fase final de un enfermo.Está claro que lo que nuestros pacientes nos piden es
recibir el mejor tratamiento posible para su enfermedad, proporcionado a la fase de la misma
y acompañado de las mayores dosis posibles de comprensión y afecto para ellos y sus familias.
428
Cuidados
Continuos
BIBLIOGRAFIA
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429
Cuidados
Continuos
430
AREA DE
habilidades
COMUNICACIoN E INFORMACIoN.
APOYO PSICOEMOCIONAL
Dr. Ángel Inoriza Rueda
Médico Adjunto. Servicio de Oncología Médica
Hospital General Juan Ramón Jiménez. Huelva
De acuerdo con la bibliografía los resultados de una comunicación efectiva son los siguientes:
COMUNICACIÓN: GENERALIDADES
Para llegar a nuestro objetivo de entablar con nuestros pacientes una verdadera comunicación
efectiva hemos de abarcar diversos aspectos que desglosamos a continuación:
433
Cuidados
Continuos
Recomendamos, antes de dar ningún tipo de información, evaluar los deseos o necesidades
particulares de los pacientes de una manera general, con preguntas abiertas. Por ejemplo,
podemos explicar que hay tres tipos de enfermos. Unos quieren tanta información como sea
posible, buenas y malas noticias; otros sólo quieren saber información positiva; y por último,
otros desean que sea el médico quien decida cuánta información desean conocer. El enfermo, de
esta manera, puede posicionarse en la opción que mejor se adapte a sus deseos. Nos dará pistas
de cómo quiere que manejemos el asunto de la información en su caso. Siempre dejaremos la
posibilidad abierta de que cambie de opinión más adelante si lo desea. Nos mostraremos en
cada momento de la evolución de la enfermedad abiertos a sus necesidades de información.
Ser informados de que existe la posibilidad de elegir cuánta información desean, por ejemplo:
en mi consulta hay tres tipos de enfermos (y explicar los tres anteriores), usted cuál es… normaliza
la existencia de estas tres clases de pacientes y nuestro respeto a cualquiera que sea la postura
que adopte nuestro paciente-problema 5.
De manera intuitiva pensamos que el primero de estos componentes, los mensajes verbales,
son esenciales. Sin embargo, diferentes estudios coinciden en el hecho de que sólo un 30% del
contenido total del mensaje se vehicula a través de palabras 6.
Bajo el término “comunicación no verbal” (70% del mensaje) agrupamos el aspecto general del
individuo, los gestos realizados con las manos y la cara, las expresiones faciales incluyendo la
mirada, la posición del cuerpo y sus movimientos, y la tonalidad, timbre y oscilaciones de la voz,
así como la cadencia del habla, es decir, el paralenguaje.
434
Cuidados
Continuos
Además de extremar nuestra atención a lo que se transmite con el lenguaje no verbal, hay otras
técnicas útiles que proporcionan apoyo psicoemocional y ayudan a la adaptación que el paciente
precisa, como el Counselling 7.
El Counselling es una herramienta que vuelve más eficaz la comunicación con el paciente, que le ayuda a
la toma de decisiones y a la búsqueda de nuevas opciones. Confía en la persona y en sus recursos como
el mejor elemento de cambio. Apoya el cambio, no por la imposición, sino por la elección; es un elemento
de persuasión racional, no manipulador ni coactivo; por ello, utiliza la pregunta y la confrontación
para que el paciente reflexione y tome la decisión que considere más adecuada para él mismo ante
una situación determinada. Se expresa con preguntas en lugar de con afirmaciones, provocando que
el paciente encuentre las respuestas por sí mismo; desarrolla la capacidad de escucha; facilita las
manifestaciones emocionales; trata de convertir las dificultades en oportunidades; utiliza la empatía
y, en general, conduce al paciente hacia el conocimiento de sus problemas y necesidades a fin de que
pueda decidir la solución a los mismos según su propia escala de valores y sus mecanismos adaptativos
adquiridos en otras problemáticas en el pasado. Al utilizar la pregunta y no la aseveración provoca que el
paciente se de respuestas a sí mismo dentro de su propio marco de referencia, facilitando la adherencia
al tratamiento y el fortalecimiento de su propia capacidad de cuidarse y ayudarse a sí mismo.
Derecho a la información:
Ley General de Sanidad, artículo 5, (BOE 102, 29/4/1986):
Todo enfermo tiene derecho a recibir información clara y objetiva de su enfermedad, tratamiento
y pronóstico. A que se le dé, en términos comprensibles, a él y a sus familiares o allegados,
información completa y continuada, verbal o escrita, sobre su proceso, incluyendo diagnóstico,
pronóstico y alternativas de tratamiento.
Desde el punto de vista legal existen dos excepciones a la obligatoriedad de informar al enfermo:
b. El llamado privilegio terapéutico según el cual el médico puede omitir una información
si ésta supone un riesgo vital para el paciente (trastornos psiquiátricos graves, riesgos
o intentos previos de suicidio, etc.) En tal caso excepcional, el médico debe reflejar en
la historia clínica el motivo por el que ejerce dicho privilegio.
435
Cuidados
Continuos
Conspiración de silencio:
En nuestro entorno cultural todavía es frecuente ocultar el diagnóstico o pronóstico al paciente
de una enfermedad oncológica. La familia supone que el paciente ignora que su enfermedad es
incurable y de mal pronóstico, y pretende evitar que se entere de ello. A veces los profesionales
sanitarios, conniventes con la persuasión familiar, ocultan el diagnóstico o pronóstico al paciente,
creándose la situación conocida como conspiración de silencio.
La familia pretende autoprotegerse a ella misma ya que también tienen sus miedos, sus temores
y sus dificultades para mantener una comunicación sobre este tema con el paciente.
Igualmente la familia quiere proteger al paciente, pero es un falso proteccionismo ya que se le niega
al paciente la posibilidad de hablar y expresar sus sentimientos con respecto a su situación para
evitarle sufrimientos o por el temor a su reacción al conocer la verdad: deprimirse, suicidarse, etc.
El suicidio es muy raro dentro del grupo de población oncológica 8 y cuando ocurre suele existir
patología psiquiátrica preexistente al diagnóstico de cáncer. Sin embargo, las ideas repetidas
por el paciente, en este sentido, deben ser tomadas en cuenta y consultar con el psiquiatra de
manera urgente.
Todo el equipo médico debería conocer el grado de información que tiene el enfermo y su familia,
además de adquirir habilidades específicas para comunicar “Malas Noticias”.
Se recomienda el uso de una sistemática que no deje cabos sueltos en el proceso, en aras de
conseguir que el impacto emocional para el paciente sea el menor posible. Se trata de amortiguar
su impacto emocional. Nuestro objetivo principal, si queremos dar una mala noticia de una forma
adecuada, es proveer información realista con el menor daño posible, facilitando el proceso de
adaptación a la nueva situación planteada al paciente y su familia.
436
Cuidados
Continuos
437
Cuidados
Continuos
Cuando se detecte una conspiración de silencio debemos intentar romper dicha conspiración
basado en los estudios que indican que los pacientes no están de acuerdo con su mantenimiento
en más del 70% 4. Recomendamos seguir los siguientes pasos:
Normalizar la actitud de la familia haciendo ver que aceptamos que lo que buscan es evitar
sufrimiento al enfermo. “Usted conoce a su esposo mejor que nosotros. Quizás podría darnos
3.-
alguna información acerca de él que nos ayude a plantear el tema de la manera menos dolorosa
posible”
Transmitir nuestro punto de vista (sin imposición, invitar a contemplar otros puntos de vista...)
4.-
informando de las ventajas de la comunicación y los inconvenientes de la incomunicación (*).
6.- Explicar los derechos del paciente y nuestro respeto y obligación legal ante ellos.
Ante una negativa rotunda y total de la familia, aparcar el tema para otro momento u otra
7.-
entrevista. Nunca enfrentarnos a la familia.
Nuestro talante en todo momento será el de buscar aliados para hacer frente común contra
10.- la enfermedad. Si no se consigue romper la conspiración en esta primera fase habrá que
intentarlo en posteriores entrevistas. En un pequeño número de casos será imposible.
* Los efectos negativos de no tener una buena comunicación son el aislamiento del enfermo,
el incremento de todos los temores y amenazas y la incapacidad de ofrecer soporte y ayuda, no
poder ventilar sus emociones (desahogarse). Por el contrario, los efectos positivos de una buena
comunicación pueden resumirse en una importante reducción del aislamiento del enfermo,
que puede compartir esta situación difícil, la disminución de la incertidumbre y muchos de los
miedos, el aumento de su capacidad de adaptación, el respeto por su autonomía y protagonismo
y la mejor realización de los objetivos terapéuticos definidos conjuntamente con el enfermo. Esto
se explicará adecuado al nivel cultural de cada familiar.
438
Cuidados
Continuos
El enfermo hostil confunde y desborda al personal sanitario, generando en éste una respuesta
defensiva igualmente agresiva que en nada ayuda a resolver el problema 1. En esta situación es
importante:
Reconocer la hostilidad y empatizar con el enfermo: “Entiendo que saber que tiene un cáncer le pueda
3.
hacer sentir tanta ira...”
6. Identificar lo más temido por el enfermo hostil. La hostilidad suele encubrir un temor concreto o tristeza.
8. Aclarar al enfermo el impacto que tiene su hostilidad sobre el personal para que pueda controlarla.
9. NO DEJARSE INTIMIDAR.
10. Si fuera necesario estar preparado para una posible agresión y pedir ayuda (intentar no estar solo).
Identificar aquellas conductas, verbalizaciones y planes de futuro del enfermo que son manifestación
1.
de la negación.
Respetar la negación: no forzar al enfermo a enfrentarse a información para la que aun no está
2. preparado psicológicamente, a no ser que interfiera con la preparación del tratamiento. La negación
suele desmontarse gradualmente y por sí sola con la evolución de la enfermedad.
439
Cuidados
Continuos
Cuando a pesar de los esfuerzos realizados para controlar los síntomas, no tenemos alternativas
médicas para hacerlo o la situación es insostenible para el paciente (dolor intratable, sangrado
masivo irrecuperable, delirio, disnea, vómitos incoercibles, distrés psicológico o crisis de pánico)
hemos de plantear la sedación.
Plantear la sedación en la fase final de la enfermedad, pero antes de que preveamos que será
2.
necesaria o cuando el paciente plantee la posibilidad en algún momento evolutivo de la enfermedad.
Hacerlo especialmente en situaciones en las que se prevea un final de difícil control sintomático sin
3.
esperar a que sea algo abrupto e inesperado.
Asegurarnos que el paciente comprende el porqué de la medida y dar apoyo psicológico ante la
4.
reacción emocional que producirá plantear esta medida.
5.
La familia debe estar implicada en el proceso de comunicación.
El paso a la Unidad de Cuidados Paliativos (UCP) es uno de los procesos de comunicación que
más afecta a la psicología del paciente oncológico pues significa en la mayoría de los casos la
pérdida de esperanzas de curación, el fallo de los tratamientos oncológicos y el mal control
sintomático que requiere una atención específica sobre ellos en dicha unidad.
440
Cuidados
Continuos
Por ello, el oncólogo se encuentra en una situación delicada en la que debe extremar sus
habilidades de comunicación.
Nuestra recomendación en este caso es:
Explicar que los tratamientos oncológicos suministrados hasta la fecha han sido efectivos (o
2.
ineficaces) pero ahora el mejor tratamiento posible es uno centrado exclusivamente en los síntomas.
Explicar que este equipo (UCP) está en contacto permanente con nosotros, que le va a atender en
4. su domicilio si lo precisa y que en cualquier momento que lo requiera pueden derivarlo nuevamente
a nuestra consulta/hospital caso de que lo necesitara.
Hacer un seguimiento inicial conjunto que asegure la sensación de continuidad y evitar así el
5.
sentimiento de abandono.
Preguntar por el impacto emocional que produce este hecho en el paciente, normalizar las
6. reacciones emocionales empáticamente y dar soporte emocional. Ofrecer nuestra ayuda siempre
que lo precise.
Centrar las expectativas en objetivos realistas, ahora que la curación no es posible y que los
7.
tratamientos oncológicos no van a reportar mejora de su calidad de vida.
Dejar aclarado que vamos a realizar un informe clínico completo que remitiremos a su Médico de
Atención Primaria y a su Especialista de Cuidados Paliativos indicando todos los acontecimientos
8.
ocurridos desde el inicio de su enfermedad y que, una vez finalizado el tratamiento oncológico
específico, iniciamos ahora el tratamiento sintomático de la misma.
Para resumir, la comunicación en oncología es una herramienta básica con la que podemos y
debemos actuar, como en otros aspectos de la especialidad, con ayuda de protocolos. Cada
miembro de la unidad puede imprimir su propio “estilo de comunicación” pero sin dejar cabos
sueltos y haciendo que el paciente sienta un modo de actuar/comunicar uniforme, atendiendo a
sus demandas de información al menor coste emocional posible. Habrá que dejar tiempo para que
los mecanismos de adaptación de los enfermos se pongan en marcha, facilitando dicho proceso y
suministrando apoyo emocional.
441
Cuidados
Continuos
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442
LA FAMILIA COMO DADORA Y
RECEPTORA DE CUIDADOS
Dra. Olga Donnay Candil
Adjunto. Servicio de Oncología Médica.
Hospital Universitario de la Princesa. Madrid
Incidencia del Cáncer en España por edad para el 2012 y predicción para el 2015.
443
Cuidados
Continuos
Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) a 31 de enero
de 2014, los tumores fueron la segunda causa de muerte en ambos sexos, responsables de 27,5
de cada 100 defunciones.2
Las cifras dan cuenta de la magnitud del problema, de sus repercusiones sanitarias y, no menos
importantes , sus repercusiones socio-laborales.
El tratamiento del cáncer, ó de al menos, una mayor parte de los tumores, debe de ser
multidisciplinar; el mayor conocimiento de esta enfermedad , ha generado una mayor complejidad
de la terapéutica y por tanto una necesidad de “especialización“. Este abordaje multidisciplinar
del tratamiento, también implica la multidisciplinaridad de los cuidados, lo que deriva en varios
conceptos imprescindibles, que deben estar siempre presentes:
• La atención debe de ser integral atendiendo a las necesidades físicas, psicológicas, sociales
y espirituales del paciente.
• Los cuidados no pueden ser asumidos de forma individualizada, sino que serán fruto de un
trabajo en equipo, que permita aúnar los esfuerzos y la coordinación de los mismos, con un
único fin: cuidado del paciente. Se harán de forma coordinada entre los diferentes niveles
de atención ,primaria y especializada, y con los recursos sociales disponibles como el
voluntariado, ONGs y asociaciones de pacientes y familias.
• La familia, no solo es la principal fuente de estos cuidados, sino que como parte de la
realidad del paciente, debe de ser objeto de cuidados por parte del equipo asistencial;
no es posible plantear el cuidado del paciente, sin implícitamente asumir el cuidado de
la familia
La familia es el grupo social más influyente en el individuo, base de la sociedad y origen del
aprendizaje y afrontamiento de los miembros de la misma. De alguna manera, la salud de las
familias determina la salud de la comunidad 1. Al mismo tiempo es quien más afectada se ve
por los problemas de cada uno de sus componentes y muy especialmente por los problemas de
salud .
444
Cuidados
Continuos
Aunque la familia ejerce globalmente la función de cuidado, siempre existe una persona
que asume la mayor parte de éstos , ó al menos la responsabilidad y coordinación de los
mismos.
445
Cuidados
Continuos
El diagnóstico y al menos la sospecha de una enfermedad grave, como el cáncer, desencadena una
serie de inquietudes y miedo tanto en el paciente como en la familia. En este momento, la familia
será la principal fuente de apoyo al enfermo y sus cuidados van dirigidos fundamentalmente a:
Pero de forma simultánea, ya en esta fase la familia debe de ser receptora de cuidados, tanto por
parte de los miembros entre sí como por parte del equipo asistencial. La familia necesita:
446
Cuidados
Continuos
En este periódo, al desgaste físico se va superponiendo el desgaste emocional, que afecta de forma
más exclusiva al cuidador principal. También en esta fase , los cuidados están más estructurados y
las funciones mejor delimitadas; existe una mayor organización del cuidado y esto es en gran medida
debido a la interrelación entre el paciente y el equipo asistencial. Igualmente, en esta fase es mayor el
consumo de recursos sociales. En definitiva , existe una mayor adaptación por parte de la familia. Como
dadora de cuidados , la familia será la encargada de:
• Mantener el estado físico del paciente, con los cuidaos personales que precise; aseo personal,
acompañamiento en las consultas médicas y a lo largo de los tratamientos. Participar en las
curas, y movilizaciones del paciente.
• Detectar cambios no esperados en su evolución , valorando de forma precoz posibles
complicaciones de la terapia.
• Ayudar en las gestiones que el paciente precise llevar a cabo, respetando sus decisiones y
ayudándole en la toma de las mismas.
• Acompañar al paciente. En este aspecto, así como en otros muchos , no debe pasar
desapercibida la labor del voluntariado.
• Facilitar la comunicación para la verbalización de sus estados de ánimo; ser capaces de
asumir éstos , aún cuando en ocasiones puedan ser dolorosos para la familia.
Como receptora de cuidados, la familia atraviesa una etapa de mayor susceptibilidad y precisa
mayor atención por parte del equipo asistencial. Una vez asentados los cambios , será necesario
un apoyo para la continuidad de los cuidados; necesita:
• Más ayuda en los cuidados del paciente, más deteriorado ; hará necesaria una mayor
participación de los profesionales en los cuidados; desde el simple adiestramiento hasta la
realización de las curas por parte del equipo; es muy importante en esta fase el papel de la
enfermería.
• Reforzar al cuidador principal y su relación con el resto de los miembros; identificar sus
expectativas; detectar de forma lo más precoz posible en qué medida la evolución del
paciente repercute en las emociones y estados de ánimo del cuidador.
• Escucha de forma tolerante y comprensiva , compartiendo sus sentimientos y así , mediante
la empatía , reconvertir los sentimientos negativos de frustración , en sentimientos de utilidad
y eficacia. Refuerzo positivo a la labor desempeñada; la familia necesita sentirse aprobada.
• Facilitar pauta de actuación ante situaciones de difícil manejo, como crisis de ansiedad ,
pánico o trastornos cognitivos. No siempre el cuidador principal está capacitado para la
resolución de las mismas.
• Valoración por el psicólogo con el fin de facilitar la adaptación .
• Prevenir la claudicación familiar, mediante a) la detección de aquellos factores que hacen al
cuidador más vulnerable,; b) por otro lado , enseñar y fomentar su autocuidado , manteniendo
su estado físico y su actividad social; permitiéndole tiempo para sí mismo ; ser capaz de
pedir ayuda y colaboración tanto a los familiares como al equipo.
• Ayuda en la comunicación con el enfermo y el resto de los familiares; comunicación que
deberá ser lineal , abierta y empática .
• Valoración por el trabajador social, con el fin de coordinar las ayudas externas que puedan
ser necesarias.
447
Cuidados
Continuos
La agonía abarca los últimos 2-3 días da la vida, y supone el lento cese de las funciones vitales,
aunque en ocasiones esto puede aparecer de forma brusca y súbdita en el transcurso de la
enfermedad.
• Dará prioridad a la confortabilidad del paciente, extremando el control del dolor y de otros
síntomas predominantes , colaborando en los ajustes de la medicación y en las vías de
administración de la misma .Evitar medidas poco útiles e innecesarias en esta etapa.
• Dará cobertura a sus necesidades espirituales/ religiosas del paciente; permitirá la expresión
de su espiritualidad en sus múltiples facetas; la comunicación en esta fase adquiere su
mayor relevancia, sobre todo la forma no verbal.
• Asumirá los cuidados del sepelio.
• Asegurará que las disposiciones del paciente se lleven a cabo según sus deseos y últimas
voluntades.
• Reestructuración nuevamente de la familia, con los cambios , ahora ya definitivos que ha
originado el fallecimiento.
• Como receptora de cuidados, la familia
• Precisará un mayor apoyo y seguimiento por parte del equipo asistencial, con directrices
precisas y asimilables por parte del cuidador y del resto de familiares: son momentos de
confusión y de pánico.
• Control exquisito de los síntomas, con especial atención al dolor ó la disnea, síntomas muy
agobiantes para la familia. Promover la sedación en caso de síntomas incontrolables,
conociendo los deseos del paciente y en consenso con la unidad familiar.
• Acompañamiento más continúo, con información acerca de la posible evolución de los
acontecimientos; adelantarse a las situaciones venideros y previsibles, asegurando que
estos no ocurran “por sorpresa”.
• Ayuda en la resolución de los trámites burocráticos tras el fallecimiento.
• Información de los posibles recursos sociales que puedan precisar, en función de las
condiciones sociales del núcleo familiar.
• Soporte psicológico para aquellos miembros que lo precisen, por personal cualificado,
Detección de factores predisponentes de duelos patológicos , para un precoz manejo del
mismo. Ayuda en la elaboración del duelo.
448
Cuidados
Continuos
certeza de la curación. Por tanto, en los cuidados del paciente deberemos de incluir aquellos
correspondientes a la fase de supervivencia.
Los cuidados en esta etapa se dirigen a aminorar las secuelas de la enfermedad; son muchos los
aspectos en los que se puede ”cuidar” al superviviente , pero de forma sucinta pueden agruparse:
• Apoyo y acompañamiento en las revisiones y controles médicos con vistas a la detección precoz
de recaídas de la enfermedad. Detección de segundas neoplasias . La familia juega un papel
importante en el hecho de desdramatizar y tranquilizar al paciente, ante cada “ reválida “.
• Soporte en la adaptación a las secuelas y complicaciones de los tratamientos realizados ,que
en ocasiones pueden condicionar cierto grado de invalidez ó minusvalía.
• Incentivary potenciar terapias rehabilitadoras. Soporte emocional en relación a las secuelas
psicológicas, unas veces debidas al tratamiento y otras meramente secundarias a la vivencia
sufrida.
• Modificación de relaciones familiares. Superación del miedo al rechazo. Fomentar la autoestima.
• Potenciar y restaurar el rol social del paciente: facilitar su incorporación a su entorno social,
y lo que es más importante, promover e impulsar la reinserción laboral del individuo.
RESUMEN
La familia continúa siendo la principal proveedora de los cuidados del paciente,actuando como
una unidad funcional ,donde todos y cada uno de sus miembros participan en las distintas etapas
del cuidado .La familia necesita por parte del equipo asistencial adiestramiento en los cuidados y
soporte emocional. La fase de supervivencia es otra etapa más en el cuidado del paciente.
449
Cuidados
Continuos
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450
EL PROCESO DE DUELO DURANTE Y
DESPUeS DEL PROCESO ONCOLoGICO:
UNA ACTUALIZACIoN
Dra. Maria Die Trill
Coordinador Unidad Psiconcología. Servicio de Oncología Médica.
Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Madrid
La pérdida de un ser querido se encuentra entre los sucesos vitales negativos y/o
traumáticos que pueden afectar de forma significativa a la salud física y emocional de
las personas que la sufren. Existen muchas teorías que intentan describir la complejidad
del proceso de duelo y las formas de aliviarlo. En este capítulo se describirán las más
relevantes y actuales, así como algunas pautas básicas para aliviar las diferentes
formas de duelo (anticipatorio, duelo complicado).
El diagnóstico de una depresión mayor no está indicado, según este manual, a menos que los
síntomas se mantengan dos meses después de la pérdida (1). Sin embargo en la nueva versión del
manual (DSM-V, aún no disponible en castellano) el duelo no excluye el diagnóstico de depresión (2).
451
Cuidados
Continuos
452
Cuidados
Continuos
El Duelo Anticipatorio
• Facilitar
oportunidades para que la familia pueda reforzar sus vínculos a través del cuidado,
y sus miembros puedan resolver aspectos difíciles de la relación con el paciente;
• Facilitar
que la familia comparta la tristeza por las múltiples pérdidas que tienen lugar a lo
largo del proceso de enfermedad;
• Facilitar la comunicación abierta y las oportunidades para expresar aprecio, reconocimiento,
completar asuntos inconclusos, y despedirse;
• Informar de recursos sociales y sanitarios disponibles
• Proporcionar intervenciones psicoeducativas sobre las numerosas formas en las que se puede
manifestar el duelo, incluyendo ansiedad, negación, hostilidad o evitación
• Identificar factores de riesgo de duelo complicado
• Informar sobre la participación de los niños en el proceso de enfermedad y muerte
La familia del paciente está en estos momentos excepcionalmente atenta a todos los detalles relacionados
con el bienestar del paciente. Recuerdos muy vívidos de estos momentos pueden acompañar a los
familiares durante un tiempo prolongado después de la muerte. Es importante mantener a la familia
lo mas informada posible acerca de cómo y cuándo se espera que tenga lugar el fallecimiento;, así
como de los cambios que se producen en la agonía; facilitar el consenso familiar en cuanto a decisiones
médicas que se deban tomar y acompañar con serenidad, valorando las necesidades emocionales de
los familiares más cercanos. De igual importancia es la información acerca de la burocracia que rodea
a la muerte. Respetar la expresión de dolor y facilitar la aceptación de la pérdida son fundamentales,
ésta última a través de la participación de la familia en los cuidados postmortem, asistencia al funeral,
o celebración de otros rituales religiosos/espirituales; ver al fallecido, etc.
Igualmente importante es tener en cuenta cómo la cultura puede influir sobre las expresiones
de duelo agudo. Un intermediario cultural puede asistir respondiendo de forma sensible a las
prácticas religiosas y culturales de la familia, y a las relacionadas con la realización de autopsia, así
como a la necesidad de permanecer junto al cuerpo. Deben intentarse prevenir el duelo inhibido (4).
453
Cuidados
Continuos
Las familias generalmente aprecian significativamente que los profesionales transmitan su pésame a
través de una llamada telefónica u otro medio (por ejemplo, una carta de duelo) una vez se ha producido
la muerte. Asimismo, sería importante evaluar las necesidades familiares de recibir apoyo psicológico
especializado, de participar en grupos de duelo, o de recibir ansiolíticos o hipnóticos para las alteraciones
del sueño. Informar acerca del proceso de duelo normalizando sus manifestaciones, y ayudar al doliente
a recoger los bienes del fallecido son igualmente importantes.
El curso y las expresiones de duelo varían enormemente, incluso dentro de una misma familia. Normalizar
estas diferencias dentro de la familia y ayudar a los familiares a entender que uno no sufre más por llorar
más que otro miembro, o emitir más expresiones abiertas de dolor, es imperativo. Es difícil distinguir entre
un duelo “normal” y un duelo patológico durante los primeros meses del duelo, pudiéndose observar un
amplísimo abanico de emociones, conductas, pensamientos y síntomas físicos (4).
En general, los modelos contemporáneos que explican el duelo inciden en que las diferentes etapas de éste se
solapan y no ocurren en una secuencia universal preestablecida. Asimismo, coinciden en que las emociones
intensas pueden fluctuar en las fases iniciales del duelo, y que éste lo puede experimentar el doliente a lo
largo de toda su vida, aceptando por tanto, que el duelo no se “resuelve”. Estos modelos no establecen
límites firmes de tiempo en los cuales se deba producir la adaptación a la pérdida, aunque reconocen que
las sanciones culturales pueden determinar la duración de las expresiones de duelo (3, 4). Stroebe y Schut
(10)
desarrollaron un modelo de afrontamiento del duelo como proceso dual, donde el deudo puede oscilar
entre dos direcciones a través de: (1) un movimiento de afrontamiento de la pérdida (centrado el la pérdida);
y (2) un movimiento de “re-enganche” con la vida (centrado en la recuperación), como modo de adaptación a
la muerte de un ser querido. Así, en algunos momentos, el doliente necesitará evitar y negar la pérdida para
poder desarrollar otros roles, llevar a cabo ciertas actividades, y modificar algunos aspectos del estilo de
vida que llevaba antes del fallecimiento, oscilando su movimiento pues, entre la evitación y el acercamiento.
Freud (6) diferenció la melancolía del duelo, al que consideró como un proceso intrapsíquico privado. A partir
de su modelo psicoanalítico el interés se centró en el “trabajo” del duelo, orientado a ayudar al paciente a
disolver el vínculo de apego al difunto, con el fin de poder moverse hacia una salida normal del duelo (7).
Para Bowlby (7) la expresión emocional durante el duelo no es una simple respuesta privada a la pérdida,
sino un esfuerzo por parte del doliente por restablecer la conexión con el fallecido (objeto perdido), y obtener
así consuelo y alivio. La frase “tareas de duelo” fue acuñada por Freud (6) y retomada posteriormente por
Worden (9), para quien el duelo es un proceso, no un estado, descartando este autor la noción de “fases” del
duelo descrita previamente (8) considerando que las mismas implican cierta pasividad por parte del doliente.
Para este investigador las tareas del duelo incluyen: (1) aceptar la realidad de la pérdida; (2) experimentar
la aflicción y trabajar las emociones y el dolor para evitar el bloqueo de los sentimientos y la negación del
454
Cuidados
Continuos
sufrimiento presentes en el duelo; (3) adaptación al entorno sin la presencia del fallecido, donde el doliente
deberá desarrollar nuevas habilidades, asumir nuevos roles, y buscar nuevas fuentes que le den sentido a
su vida; y finalmente, (4) la “reubicación” emocional del fallecido, encontrándole un lugar en la vida psíquica
del doliente que le permita a éste reenganchar con la vida de manera más saludable, desde la intención de
moverse hacia el futuro.
La perspectiva sociofuncional del duelo descrita por Bonanno (11) postula que la recuperación posterior a la
pérdida estaría más relacionada con la activación y facilitación de las emociones positivas que con el trabajo
con las emociones negativas que surgen durante el duelo. Las emociones positivas no sólo no impedirían un
trabajo adecuado de duelo, sino que jugarían un papel importante en la recuperación emocional del doliente.
Este autor destaca pues, la importancia de poner mayor atención a la recuperación del doliente tratando de
activar, facilitar y/o maximizar las emociones positivas, en lugar de atender sólo a la expresión de los afectos
negativos y del malestar presentes en el duelo.
El duelo puede poner fin a una situación estresante cuando el doliente ha cuidado del fallecido durante un
periodo muy complicado y/o prolongado de tiempo, o cuando ha sobrellevado una carga afectiva muy intensa
durante la administración de estos cuidados. En estas circunstancias, la muerte podría finalizar una situación
de sufrimiento por acompañar a quien padece una enfermedad terminal severa o con quien se mantuvo una
relación abusiva previa.
Actualmente es ampliamente aceptada la idea de que la mayoría de los dolientes o bien experimentan una
reducción en sus síntomas de duelo con el paso del tiempo, o bien pueden aprender a convivir con él. Aunque
puede constituir una experiencia profundamente dolorosa, la mayor parte de las personas se adaptan a la
pérdida siendo capaces de:
• Reconocer la pérdida
• Transformar su relación con el fallecido
• Volver a implicarse con el trabajo y las actividades de ocios
• Mantener y desarrollar relaciones interpersonales adecuadamente
• Considerar su vida y su futuro como potencialmente significativos y satisfactorios
Ello no impide sin embargo, que las emociones asociadas al duelo se revivan y/o intensifiquen
en situaciones en las que el doliente se enfrente a los aniversarios, ocasiones especiales, o a
determinados recuerdos del fallecido.
Se han descrito riesgos de morbilidad y mortalidad asociados a la pérdida de un ser querido, enfatizándose
la conexión entre el desarrollo de ciertas enfermedades y el aumento de tasas de mortalidad en dolientes,
y considerándose la relación entre el duelo, la depresión y la funciones inmunológica y neuroendocrina (12).
455
Cuidados
Continuos
especialmente durante sus etapas iniciales, pudiéndose fácilmente confundir duelo con depresión.
Además, este cambio en el manual diagnóstico podrá llevar a un sobre-diagnóstico de depresión en
dolientes así como a un mayor uso de tratamientos psicofarmacológicos para aliviar los síntomas del
duelo, pudiendo inhibirse su expresión.
En algunos dolientes, el estrés generado por la pérdida puede interactuar con una salud mental
ya vulnerable previamente al fallecimiento. Aquellos dolientes que tienen una historia de abuso de
sustancias tóxicas (drogas, alcohol), trastorno bipolar o trastorno psicótico tienen un riesgo elevado
de que su trastorno mental recidive durante el duelo. Junto a la reacción de duelo pueden aparecer
ansiedad por separación, trastorno de pánico, ansiedad generalizada, fobias, y/o trastornos de
somatización. En los casos en los que el doliente ha percibido las circunstancias de la muerte como
traumáticas, puede desarrollarse un trastorno de estrés postraumático. Un error frecuente es el
diagnóstico de un trastorno de adaptación durante una reacción “normal” de duelo.
Es importante diferenciar entre una reacción patológica a la pérdida y la depresión y ansiedad asociados
al duelo. En el caso del duelo prolongado o complicado, los dolientes parecen estar “atascados” en su
reacción de duelo, luchando contra la realidad de la pérdida y exhibiendo un conjunto de síntomas
que son tan intensos y tan prolongados en el tiempo que exceden significativamente la respuesta a la
pérdida culturalmente esperada. Los duelos prolongados no son muy frecuentes, ocurriendo en un
10% y un 20% de la población general (13). La persona afectada rumia sobre la muerte y anhela una
reunión con el fallecido, sintiéndose inseguro en lo que se refiere a su identidad y al lugar que ocupa
en el mundo. Su vida carece de significado y en su visión de futuro no cabe ninguna idea de alegría,
satisfacción o placer. Al duelo prolongado lo definen sus síntomas y la intensidad y duración de éstos.
Los criterios para el diagnóstico de duelo prolongado o complicado incluyen (13):
456
Cuidados
Continuos
Con el fin de detectar el riesgo de desarrollar duelos complicados, es importante evaluar a todos los
miembros de la familia, independientemente de la calidad de la relación que hayan mantenido con el
paciente. Dicha evaluación debe completarse con información proporcionada por los profesionales
que formen el equipo multidisciplinar, y debería iniciarse en el momento en el que el paciente comienza
a recibir cuidados paliativos, repitiéndose tras la muerte y seis meses después de producirse ésta.
• LA
NATURALEZA DE LA MUERTE: Tal es el caso de muerte súbita, muerte traumática,
muerte estigmatizada o muerte debida a un trastorno hereditario
• LAS CARACTERÍSTICAS DEL FALLECIDO, por ejemplo si éste era un niño o un adolescente
• LAS CARACTERÍSTICAS DEL DOLIENTE: Tal es el caso de progenitores que pierden a un
hijo; madres solteras; número de hijos supervivientes; historia de pérdidas; apego inseguro;
estresores vitales simultáneos al fallecimiento; distress pre-mortem elevado; historia de
enfermedad física o mental; aislamiento; ausencia de creencias espirituales o religiosas; e
incapacidad para emplear estrategias eficaces de afrontamiento.
• LASRELACIONES INTERPERSONALES, tales como percibir escaso apoyo de los demás o
percibirlos como antagonistas; la ausencia de un confidente; la desconexión de las fuentes
de apoyo previamente o inmediatamente después del fallecimiento; relación ambivalente o
dependiente con el fallecido; y niveles bajos de cohesión, comunicación o capacidad para
resolver conflictos en las familias.
• Laidentificación de los procesos básicos que subyacen a los síntomas, esto es, ayudar a
procesar y a integrar conceptualmente la pérdida en el conocimiento autobiográfico existente;
facilitar la re-estructuración de las creencias e interpretaciones desadaptativas que hace el
doliente de la experiencia de muerte; ayudar a reducir y sustituir las estrategias de evitación.
457
Cuidados
Continuos
La Terapia Centrada en el Significado (17, 20) se centra en la capacidad que uno tiene de escoger
la actitud que quiere mantener hacia el sufrimiento, y facilita la definición del sentido utilizando
esquemas cognitivos e incluyendo un trabajo activo relacionado con la construcción del legado y
la evolución de la propia vida. Se facilita asimismo, la reconexión con fuentes de sentido valiosas
(creativa, experiencial y actitudinal) con el fin de aumentar la sensación de sentido y de propósito
en la vida.
CONCLUSIÓN
La pérdida de un ser querido es una de las experiencias más dolorosas a las que se enfrenta
el ser humano. Poder anticipar la pérdida, como ocurre en el caso del paciente con cáncer,
posibilitará una mayor aceptación de la muerte. El duelo anticipatorio se ve ocasionalmente
dificultado por la necesidad de hospitalización del paciente, su derivación a cuidados paliativos,
y los problemas concomitantes a la enfermedad (por ejemplo, familiares, laborales, etc.) entre
otras cosas.
Las reacciones de duelo varían enormemente de una persona a otra, incluso dentro de una
misma familia, y de un grupo cultural a otro. Incluyen síntomas depresivos tales como tristeza
significativa, anorexia, dificultad de concentración, sensación de anhelo, intentos por mantener
vivos los vínculos con el fallecido, etc. Es importante conocer el proceso normal de duelo para
poder identificar adecuadamente reacciones patológicas ante una pérdida (por ejemplo, duelo
complicado) y saber diferenciarlo de otras patologías mentales, tales como depresión, trastorno
de estrés post-traumático, etc.
458
Cuidados
Continuos
Los nuevos modelos del duelo integran variables biológicas, psicológicas, sociales y espirituales,
y coinciden en que el duelo puede persistir a lo largo de la vida del doliente con momentos de
mayor intensidad emocional, aceptando por tanto, que el duelo no se “resuelve” en un momento
puntual. Se han descritos asimismo, nuevos modelos psicoterapéuticos de aplicación al duelo
complicado, centrados en la búsqueda de sentido, en teorías cognitivo-conductuales, en la
restauración o en la pérdida misma.
459
Cuidados
Continuos
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460
PREVENCIoN DEL ESTRES PROFESIONAL
Dra. Cristina Grávalos Castro
Médico Adjunto. Servicio de Oncología Médica.
Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid
El trabajo es un aspecto importante de la vida ya que, además de ser una fuente de ingresos,
proporciona satisfacción y contribuye a la sensación de bienestar personal.
Los síntomas relacionados con el estrés varían desde un leve malestar a un sentimiento de
infelicidad y de ansiedad, y en casos más extremos llegan a producir dependencias de drogas,
alcoholismo, tabaquismo, divorcio, problemas psiquiátricos e incluso suicidio2. Se podría pensar
que el suicidio es una consecuencia muy excepcional, pero lamentablemente en los últimos años
trabajadores de empresas en las que los niveles de estrés y las condiciones de riesgo son muy
elevados se han suicidado. Los medios de comunicación se han hecho eco, por ejemplo, de los
casos de France Telecom.
461
Cuidados
Continuos
A pesar de que se distinguen estos dos tipos de estrés, en general cuando se habla de estrés
profesional se hace referencia al distrés profesional, que se define como una respuesta
perjudicial, física y emocional, producida en el ambiente laboral, y que es al que nos referiremos
a partir de aquí en este capítulo cuando empleemos el término estrés.
El burnout es el resultado final del estrés y puede ocurrir en cualquier profesión. En psicología
clínica el concepto de burnout fue propuesto por primera vez por Freudenburger3 y, según
Maslach y col4, el burnout derivado de presiones continuas en el trabajo que no son manejadas
de forma efectiva consta de tres dimensiones: agotamiento emocional, despersonalización y
reducción del rendimiento personal.
Para medir el burnout se utiliza la escala Maslach Burnout Inventory (MBI) que está constituida
por 22 items en forma de afirmaciones sobre las actitudes y sentimientos de los profesionales
acerca de su trabajo. La subescala de agotamiento emocional consta de 9 preguntas y su
puntuación máxima es 54, la subescala de agotamiento emocional consta de 5 items y su
puntuación máxima es 30 y la subescala de rendimiento personal tiene 8 items y su puntuación
máxima es 48. Una puntuación por encima de 26 en el agotamiento emocional, por encima de 12
en la despersonalización y por debajo de 32 en el rendimiento personal en las subescalas de MBI
representan niveles elevados críticos de burnout5.
462
Cuidados
Continuos
Las discrepancias entre las expectativas y los valores de un profesional motivado y la realidad de
condiciones laborales adversas favorecen el estrés laboral y pueden conducir al burnout por vías
disfuncionales de hacerle frente. El burnout profesional se ha relacionado con la edad, el género, el
estado marital y la educación.
Existe una fuerte asociación entre burnout, depresión y enfermedades físicas. La alexitimia también se
asocia al burnout profesional, siendo un factor de riesgo independiente de la depresión7. La alexitimia
significa literalmente “sin palabras para los sentimientos” y hace referencia a una construcción de
la personalidad caracterizada por falta de fantasía, poca capacidad para el pensamiento simbólico y
dificultades para experimentar y verbalizar las emociones.
La personalidad del profesional tiene un papel importante. El sentido de coherencia, una alta
autoestima y el sentimiento de competencia son características individuales que parecen proteger a
los trabajadores de burnout.
Entre los profesionales de la salud, incluida la oncología, los factores frecuentes de estrés y burnout
derivados de la organización están relacionados con horarios, turnos, sobrecarga cuantitativa,
consultas con un número elevado de pacientes, escasez de tiempo, falta de reconocimiento de la
labor realizada, limitada participación en los procesos de toma de decisiones, falta de circulación de
la información, etc. Los derivados de la atención a los pacientes y familiares son, por ejemplo, dar
malas noticias, mala evolución de los pacientes, que son hechos que se repiten día a día y que pueden
conducir a una sensación de fracaso, sin olvidar otros factores como las malas relaciones entre los
profesionales del mismo servicio, de otros servicios o con el equipo directivo del hospital.
Las personas reaccionan de manera diferente ante las mismas circunstancias. Lo importante es
la evaluación subjetiva que hace la persona de su situación; salvo casos extremos, la situación
por sí sola no permite determinar el grado de estrés que puede provocar.
PREVALENCIA
A pesar de su relativamente alta prevalencia, el estrés laboral y el burnout a menudo pasan sin
detectarse durante un largo periodo de tiempo.
En Oncología algunos autores han abordado este tema. En 1991, Whippen y Canellos8 analizaron
la prevalencia del burnout en un grupo representativo de oncólogos americanos. Quinientos
463
Cuidados
Continuos
noventa y ocho (60%) de 1.000 suscriptores del Journal of Clinical Oncology elegidos al
azar devolvieron cumplimentada la encuesta que se les había enviado. El 56% de los
que respondieron referían haber experimentado burnout en su vida profesional. No se
observaron diferencias significativas entre el burnout y la especialidad dentro de oncología,
año de finalización del periodo formativo o lugar donde trabajaban. Sin embargo, sí se
observaron diferencias significativas entre el tipo de práctica y la incidencia de burnout:
los oncólogos de instituciones universitarias reportaron una menor incidencia de burnout
(47%) que el resto de profesionales (64%; p=0.0003). La frustración o el sentimiento de
fracaso fue la descripción más frecuentemente elegida (56%) del burnout, y la razón más
frecuente elegida (57%) para explicar la existencia de burnout fue el tiempo insuficiente
personal o de vacaciones. Para aliviar el burnout, la mayoría de los respondedores (69%)
indicaron la necesidad de más tiempo personal o de vacaciones. Como factores que
contribuyen al burnout seleccionaron los cuidados paliativos o a terminales y la alta
carga de trabajo.
464
Cuidados
Continuos
Se sabe poco sobre la prevalencia y causas de burnout entre los oncólogos jóvenes.
Blanchard y col 11 enviaron una encuesta a 215 residentes de oncología médica o
radioterápica en Francia, que estaba dividida en siete partes: demografía, nivel de
burnout (MBI), tipo de estresores, trabajo emocional, sentido de equidad en el trabajo,
tipo de apoyo, nivel de salud general y consumo de alcohol/drogas. La tasa de respuesta
fue del 72% (154/215). El agotamiento emocional y la despersonalización se reportaron en
el 25% y 38% de los residentes, respectivamente. La prevalencia del burnout fue del 42%,
definido por niveles anormalmente altos en los dos parámetros anteriores. El burnout
se asoció con una percepción menor de la salud personal (muy buena/buena vs media/
mala, p=0.0006). Los niveles de burnout fueron más elevados entre los residentes que no
se sentían recompensados adecuadamente por su trabajo y su compromiso (p< 0.01).
No encontraron características demográficas (edad, género, estado marital, duración del
tiempo que llevan trabajando) que fueran predictivas del burnout. No hubo diferencias
entre residentes de oncología médica y oncología radioterápica (p=0.55). Los autores
concluyen que el nivel de burntout entre los residentes de oncología de Francia es alto, y
que pueden influir múltiples factores como edad joven, falta de experiencia, sobrecarga
de trabajo y el hecho de que los residentes suelen atender a pacientes muy enfermos o
al final de la vida. En cuanto a las intervenciones necesarias para mejorar esta situación
proponen grupos de apoyo, un entrenamiento (coaching) más intenso por parte de los
facultativos senior, programas de entrenamiento sobre “dar malas noticias” y desarrollo
de habilidades para el manejo del estrés.
En otro estudio italiano, Fimiani y Savastano 12 evaluaron mediante MBI los tres
componentes del burnout para examinar las diferencias entre enfermeras del
departamento de oncología y enfermeras del hospital de día. De las 20 enfermeras
consultadas, contestaron 14 (70%), 9 del departamento y 5 del hospital de día. El 50%
presentaban niveles elevados de agotamiento emocional. La despersonalización estaba
presente en niveles elevados en el 28.6%, niveles medios en el 21.4% y niveles bajos en
el 28.6%. El rendimiento personal bajo estaba presente en niveles elevados en el 14.3%,
medios en 14.3% y bajos en 71.4%. No se observaron diferencias por el sitio de trabajo.
En resumen, las enfermeras de los servicios de oncología y de hospital de día tienen
síntomas de burnout en un porcentaje considerable.
Un último estudio es el recientemente publicado por Shanafelt y col 13. Entre octubre 2012
y marzo 2013 enviaron una encuesta a 2.998 oncólogos de Estados Unidos, de los que
1.117 la contestaron de forma completa. En los resultados destaca que semanalmente
los oncólogos trabajaban una media de 57.6 horas y atendían una media de 52 pacientes
ambulatorios. 484 (44.7%) oncólogos presentaban burnout con agotamiento emocional
y/o despersonalización según la escala MBI. Las horas dedicadas a la atención directa de
los pacientes fue el factor predictor profesional dominante. La mayoría de los oncólogos
estaban satisfechos con la elección de su carrera (82.5%) y su especialidad (80.4%). Las
conclusiones son que la satisfacción por la carrera es alta, las tasas de burnout entre los
465
Cuidados
Continuos
oncólogos parecen similares a las descritas recientemente entre los médicos de Estados
Unidos en general y los oncólogos que dedican mayor cantidad de su tiempo profesional
a la atención de los pacientes parecen tener el riesgo más elevado de burnout.
CONSECUENCIAS
Las consecuencias negativas para los profesionales de la salud por el estrés laboral
pueden afectar al trato con el paciente y su familia y al éxito de las organizaciones
sanitarias. El burnout conlleva una productividad y efectividad menores en el trabajo y
se asocia a varias formas de “abandonar el trabajo”: absentismo, baja laboral y cambio
de trabajo. Sin embargo, no todas las personas con burnout están de baja laboral. El
proceso de baja laboral es complejo y está influenciado no solo por cuestiones de salud,
sino también por una serie de factores físicos, psicológicos y sociales 14,15.
PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO
Aunque las organizaciones no pueden proteger a los profesionales de los problemas de
estrés que aparecen por cuestiones personales y aspectos de su vida privada, sí pueden
contribuir a una mayor protección frente al distrés en los lugares de trabajo. Dada la
magnitud del problema y los costes asociados con el estrés/burnout en el lugar de
trabajo, un número de organizaciones han planteado una serie de medidas para que los
individuos manejen mejor el estrés o para reducir las fuentes de estrés en el ambiente
laboral.
• Las acciones que se toman a nivel más local (por ejemplo, dentro de un departamento
o de un equipo) tiene a enfatizar la interface entre el individuo y la organización
(por ejemplo, clarificando roles o aumentando la autonomía y la involucración del
personal).
• Las intervenciones sobre la organización tienen como objetivo reducir el estrés a un
nivel “macro”. Por ejemplo, modificando ciertos aspectos de la estructura de la
organización, revisando el proceso y la política de selección de personal, o adaptando
el entorno laboral a las necesidades de los empleados.
466
Cuidados
Continuos
Murphy 18, a su vez, propone un modelo que clasifica las intervenciones de acuerdo a tres
niveles: el nivel primario (reducir las fuentes de estrés), el nivel secundario (mejorar el
manejo del estrés por el profesional) y el nivel terciario (rehabilitación y tratamiento).
467
Cuidados
Continuos
Prevención secundaria/terciaria
Prevención primaria
(reducir las consecuencias de los
(reducir las causas de estrés)
factores de estrés)
Rotación de tareas
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Cuidados
Continuos
Aunque las intervenciones secundarias y terciarias son más populares dentro de las
organizaciones, los estudios muestran que se asocian con una reducción de los síntomas
psicológicos y fisiológicos de estrés pero que sus efectos positivos suelen ser de relativa corta
duración y de extensión limitada.
Además, los programas que se centran en los individuos no suelen tener impacto en las medidas
de la organización como productividad o satisfacción laboral, mientras que las medidas a
nivel de organización se unen a mejoras en la salud de los individuos y en el rendimiento de la
organización.
Los autores concluyen afirmando que existe evidencia de una reducción pequeña, pero
relevante, en los niveles de estrés en los trabajadores sanitarios con las intervenciones dirigidas
directamente a la persona, al interface persona-trabajo y a la organización.
Estos resultados deberían fomentar una política más activa de gestión del estrés en las
instituciones sanitarias pero, antes de que se implementen a gran escala, consideran necesarios
estudios de mejor calidad y mayor dimensión.
Por último, y a pesar del aumento considerable del número de publicaciones científicas sobre el
estrés en el trabajo, es necesario intensificar la investigación en las intervenciones sobre este
tema a nivel de las organizaciones, y en concreto en el área de la oncología.
469
Cuidados
Continuos
CONSIDERACIONES PRÁCTICAS
A nivel práctico en Oncología, además de lo comentado a nivel teórico, diversas estrategias
pueden ayudar a reducir el estrés en el ambiente laboral, como son las siguientes:
• Hábitos de vida saludables, ejercicio físico, tiempo libre, aficiones, sentido del humor, amigos
y buen entorno familiar-social.
• Formación en habilidades para el manejo del estrés: cursos sobre gestión del tiempo, sobre
dar malas noticias, etc
• Contribuir a una oncología de excelencia participando en la investigación y/o la formación
continuada/docencia.
• Fomentar un buen ambiente en el trabajo y establecer alianzas.
• Entusiasmo por la especialidad de oncología médica y compromiso con los objetivos del
hospital que finalmente se centran la mejor atención a los pacientes y la sociedad.
• Solicitar apoyo psicológico, si es necesario.
470
Cuidados
Continuos
471
Cuidados
Continuos
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472
BIOeTICA EN CUIDADOS CONTINUOS
Dr. Joaquín Montalar Salcedo
Jefe de Servicio. Servicio de Oncología Médica.
Hospital Universitari I Politècnic la Fe. Valencia
Procede del griego y refiere la correlación existente entre la vida y los principios
o pautas de la conducta humana. El Juramento Hipocrático es el primer código de
conducta médica, que deriva las decisiones correctas siempre al médico “Haré uso del
régimen de vida para ayuda del enfermo según mi capacidad y recto entender”; situación
dominante que se ha mantenido a lo largo de la historia.
473
Cuidados
Continuos
En 1971 el oncólogo norteamericano Van Potter define la bioética como la disciplina que
combina el conocimiento biológico con el de los valores humanos.
474
Cuidados
Continuos
PRINCIPIO ETICOS
Los principios de ética básica ( Tabla 1) son criterios generales que sirven de base a las normas
de actuación de un grupo social o profesional.
• Autonomía: respeto que toda persona se merece por ser autónoma o para ser
protegida cuando su capacidad de decisión esté afectada. Tiene en cuenta la libertad
y la responsabilidad del paciente, que es quien decide lo que es bueno para él, para
lo cual tiene que estar perfectamente informado. La falta de confidencialidad y la
conspiración de silencio atentan contra este principio.
Aunque en un principio no se consideró que hubiera ningún tipo de prioridad entre los cuatro
principios, sí debe prevalecer una ética de mínimos (no maleficencia y justicia) sobre una de
máximos (beneficencia y autonomía).
En cuanto a miembro de una sociedad todo ser humano tiene que aceptar un conjunto de reglas
y valores comunes como son la protección de la integridad física, psíquica y espiritual de los
individuos y la protección de la integridad interpersonal y social (no maleficencia), evitando la
discriminación, la marginación o la segregación de unos individuos por otros en las cuestiones
básicas de la convivencia (justicia). Por otra parte todo se humano aspira a la perfección y la
felicidad y en consecuencia al máximo, pero este máximo no es igual para todos, sino que depende
del sistema de valores que cada uno acepte como propio, ello está regido por los principios de
autonomía y beneficencia.
El problema del cumplimiento de estos principios aparece cuando existe conflicto entre ellos.
475
Cuidados
Continuos
La profesión médica está al servicio del hombre y de la sociedad; en consecuencia, respetar la vida
humana, la dignidad de la persona y el cuidado de la salud del individuo y de la comunidad son los deberes
primordiales.
La atención a todos pacientes se realizará con la misma diligencia y solicitud, sin discriminación alguna.
Por otra parte, el médico está obligado a procurar la mayor eficacia en su trabajo y el rendimiento óptimo
de los medios que la sociedad pone a su disposición, debiendo de velar también para que en el sistema
sanitario se den los requisitos de calidad, suficiencia asistencial y mantenimiento de los principios éticos,
obligándose a denunciar las deficiencias, en tanto puedan afectar a la correcta atención de los pacientes.
Los beneficios del tratamiento específico son cuestionables en ciertas neoplasias y la indicación de
tratamiento específico es, en gran parte, opcional, y una cuestión de valores. En todos los casos, el
“balance” entre coste (toxicidad, molestias, incomodidades, traslados, análisis y coste económico) y
beneficio (posible mejora de la supervivencia y de la calidad de vida) reside exclusivamente en el enfermo,
debidamente asesorado y sin presiones de ningún tipo; no obstante en todos los casos debe realizarse el
tratamiento paliativo adecuado y respuestas a las demandas emocionales, o soporte a la familia.
En el paso a una situación de enfermedad avanzada-terminal hay que redefinir objetivos y métodos; en
este caso los elementos de la toma de decisiones son múltiples e incluyen a todos los actores en un
proceso gradual, en el que hay que evitar situaciones de gran antagonismo. Hay elementos dependientes
del enfermo, que debe ser inducido a expresar sus preferencias, expectativas y elecciones; la familia
desempeña también un papel determinante, asi como el estado de la enfermedad (deterioro, pronóstico,
evolución previsible, tipo de complicaciones), y el tipo y complejidad de la complicación las cuales
determinarán las posibilidades y actitudes. Aquí cabe aplicar los conceptos de “proporcionalidad”, eficacia
previsible, efectividad (y sentido común) de la terapéutica concreta.
En la situación de agonía, los dilemas suelen centranse en la hidratación y la nutrición, la sedación frente
al control de síntomas y los principios de la intencionalidad y/o doble efecto. La definición clara de objetivos
y su distinción de los efectos secundarios, el concepto de intencionalidad terapéutica, la gradualidad, y la
participación de enfermo, familia y equipo en la toma serena de decisiones son los aspectos metodológicos
y conceptuales.
Es aconsejable tener protocolizadas las situaciones más frecuentes y revisar frecuentemente las
decisiones tomadas en cada caso.
476
Cuidados
Continuos
La relación médico enfermo desde de la tradición Hipocrática, impuso al médico actuar conforme
el “Principio de Beneficencia”, donde el paciente mantenía respecto al médico una situación
injusta, desigual, de dependencia, confiada y esperanzada. Esta situación, concebida hasta hace
un tiempo no lejano en el marco de una ética naturalista y un paternalismo, ha ido cambiando y,
en la actualidad, no se entiende esta relación si no es como un encuentro personal entre médico y
paciente en la que se ayuda al enfermo a tomar decisiones sobre los procedimientos diagnósticos
a emplear y, una vez que ha sido informado de las posibilidades y alternativas, le facilita tomar
decisiones sobre el tratamiento a recibir, “Principio de Autonomía”.
La calidad de la relación del médico con los pacientes incide decisivamente en la calidad de la
asistencia sanitaria y la imagen de los médicos y de la Medicina en la sociedad.
La normativa legal sobre este punto es extensa: Ley General de Sanidad, Convenio Europeo
de Bioética, Ley 41/2002 Básica Reguladora de la Autonomía del Paciente, de Derechos
y Obligaciones en materia de información y documentación clínica, Ley 33/2011 de Salud
Pública.., así como existe Legislación Autonómica que no hace más que remarcar e incidir en
dichas regulaciones.
• Por parte del médico se atiende el objetivo de prevenir o curar la enfermedad o , al menos,
disminuir sus efectos, y evitar el sufrimiento.
• Por parte del paciente, la compensación económica (honorarios o salario) que será el medio
de vida del profesional.
Según el Código de Deontología Médica, la asistencia médica exige una relación plena de
entendimiento y confianza entre el médico y el paciente; ello presupone el respeto del derecho de
éste a elegir o cambiar de médico o de centro sanitario, para lo cual los médicos han de facilitar
el ejercicio de este derecho e institucionalmente procurar armonizarlo con las previsiones y
necesidades derivadas de la ordenación sanitaria.
Por contra, el médico sólo podrá suspender la asistencia a sus pacientes sí llegara al
convencimiento de que no existe la necesaria confianza hacia el; lo comunicará al paciente
con la debida antelación y facilitará que otro médico se haga cargo del proceso asistencial,
transmitiéndole la información sanitaria para preservar la continuidad del tratamiento.
477
Cuidados
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Si algo tienen en común los cuidados continuos y la bioética es la visión multidisciplinar de sus
actuaciones y sus recomendaciones, para las cuales no sirve la simple declaración de buenas
intenciones, pues lo que se espera es un nivel de respuesta superior al que resultaría de la suma
de las contribuciones individuales de sus miembros, si bien en el trabajo en equipo uno de ellos
debe de asumir ser el líder y establecer, no solo el control de las deliberaciones, sino también
ser el interlocutor válido de cara al enfermo.
Un elemento esencial es dar a conocer al paciente o a sus allegados la identidad del médico
responsable de su proceso asistencial, así como la de aquel que en cada momento le preste atención.
La Ley 41/2002 define la figura del médico responsable como el profesional que tiene a
su cargo coordinar la información y la asistencia sanitaria del paciente, con el carácter de
interlocutor principal del mismo en todo lo referente a su atención e información durante el
proceso asistencial, sin perjuicio de las obligaciones de otros profesionales que participen en las
actuaciones asistenciales.
Esta figura es especialmente importante en las enfermedades crónicas o de larga evolución, en las que
el paciente mantiene una relación continuada con “su médico”, el cual le irá informando del devenir del
proceso diagnóstico y terapéutico; el ejercicio de la medicina en equipo no puede menoscabar la figura
del médico responsable del paciente que coordina la actividad asistencial y que mantiene siempre con
el enfermo una relación continuada e integradora que da seguridad y confianza.
INFORMACIÓN AL PACIENTE
En el proceso de tomar decisiones médicas surgen a menudo diferentes factores que el médico
debe de considerar y que no se reducen estrictamente al campo del conocimiento técnico y
científico, sino que van más allá, exigiendo un análisis ético y legal de sus resultados.
La Ley General de Sanidad especifica que “todos tiene derecho a que se le dé en términos
comprensibles, a el y a sus familiares allegados, información completa y continuada, verbal y
escrita sobre su proceso, incluyendo diagnóstico, pronóstico y alternativas de tratamiento.
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Cuidados
Continuos
Al informar se cumple con el derecho del paciente a ser informado, pero la información
también se da con un propósito definido, tanto ética como legalmente: permitir a los
pacientes conocer sus alternativas de tratamiento y colaborar en la toma de decisiones
que necesariamente se deben de plantear.
En los casos en los que el diagnóstico es grave y la evolución probablemente fatal, hay
que tener en cuenta que el paciente tiene derecho a saber pero también tiene que estar
preparado para ello y el médico debe de valorarlo, así como encontrar el equilibrio para
informar con veracidad sin privar de la esperanza.
CONSENTIMIENTO INFORMADO
El consentimiento informado se define como la conformidad expresa del paciente, libre voluntaria
y consciente, manifestada en pleno uso de las facultades después de recibir la información
adecuada con tiempo suficiente y claramente comprensible, ante una actuación (procedimiento
diagnóstico o terapéutico) que afecte a su salud.
Se desprenden de dicho concepto los requisitos imprescindibles para que el consentimiento sea
válido ( Tabla 2):
La Ley Básica de Autonomía de los pacientes hace referencia a las características del
Consentimiento Informado al señalar que “el consentimiento será verbal por lo general; sin
embargo, se prestará por escrito en los siguientes casos: intervención quirúrgica, procedimientos
diagnósticos y terapéuticos invasores y, en general, aplicación de procedimientos que suponen
479
Cuidados
Continuos
• Autenticidad: vendrá definida por haberse cumplido todos los pasos anteriores.
riesgos e inconvenientes de notoria y previsible repercusión negativa sobre la salud del paciente”.
El consentimiento lo debe dar siempre el propio paciente cuando sea mayor de edad y no
incapacitado legalmente; en los casos de imposibilidad legal se contempla que también puedan
otorgarlo los familiares y, en su defecto, por las personas allegadas; en las situaciones en que se
hubiera designado previamente a una persona, le corresponderá a ella este cometido.
Se podrá actuar sin consentimiento, si hay riesgo para la salud pública o una situación grave
y urgente para la seguridad y la integridad física o mental del paciente, según la ciencia y la
conciencia del médico, aplicando de esta forma el “Principio de Beneficencia”, pasando a un
segundo plano el “Principio de Autonomía”; debiéndose se deberá de comunicar el hecho a la
autoridad judicial en un plazo máximo de 24 horas, y/o al paciente tan pronto como se haya
superado la situación de urgencia.
480
Cuidados
Continuos
RENUNCIA AL TRATAMIENTO
La posibilidad de rechazar los tratamientos forma parte de los derechos de los pacientes a tomar
decisiones autónomas en relación con su salud.
Actuar contra la voluntad del paciente es una actitud maleficente, y la razón no es técnica (por la
incorrección o no indicación del tratamiento propuesto), sino ética, por ausencia de respeto a la
autonomía y los derechos del paciente.
Determinadas situaciones pueden viciar todo el proceso de información y la obtención del C.I.
Son ejemplos de ello: un proceso de comunicación inadecuado con el paciente y/o con la familia,
el hastío de los médicos ante la falta de colaboración del paciente o ante la insistencia en su
renuncia al tratamiento propuesto, una deficiente información o una incorrecta evaluación de la
481
Cuidados
Continuos
capacidad del paciente,. En consecuencia, habrá que revisar y mejorar las prácticas profesionales
para evitar que un enfermo no reciba la atención indicada.
Desde Hipócrates, y basado en el principio “primun non nocere”, el médico está dispensado de
actuar cuando el paciente solicita un procedimiento inaceptable ya sea por razones científicas,
éticas o legales.
El Código Deontológico Médico también dice: “Si el paciente exigiera del médico un procedimiento
que éste, por razones científicas o éticas, juzgase inadecuado o inaceptable, el médico, tras
informarle debidamente quedará dispensado de actuar”.
VOLUNTADES ANTICIPADAS
Las instrucciones previas, directrices anticipadas, voluntades anticipadas o testamento vital, son
una manifestación de la autonomía del paciente para la toma de decisiones, una modalidad de
consentimiento informado prospectivo, ejercido en previsión de una futura incapacidad.
Finalidades de las Voluntades Anticipadas ( tabla 4)
Este tipo de documento surgió en EEUU en 1991 con la Patients Self-Determination Act, a raíz de
la repercusión que tuvo el caso Nancy en el que se señaló la pertinencia de una prueba clara y
convincente de la voluntad de la enferma. Posteriormente se legisló en 1993 sobre la necesidad
de que los centros sanitarios proporcionaran información escrita a sus usuarios sobre el derecho
a tomar decisiones clínicas, incluido el de no consentir en las decisiones del médico y a redactar
un documento de Voluntades Anticipadas.
En nuestro ámbito el Convenio de Oviedo, vigente en España desde el año 2000, dice que:
“serán tomados en consideración los deseos expresados anteriormente con respecto a un
intervención médica por un paciente que, en el momento de la intervención, no se encuentre en
disposición de expresar su voluntad”. Posteriormente la Ley 41/2002 regula lo que se ha querido
482
Cuidados
Continuos
llamar Instrucciones previas”, fijando a su vez que cada Comunidad Autónoma determine el
procedimiento necesario para que se garantice el cumplimiento.
No podrán tenerse en cuenta las voluntades anticipadas que incorporen previsiones contrarias al
ordenamiento jurídico o a la buena práctica clínica, o que no se correspondan exactamente con
el supuesto que el sujeto ha previsto en el momento de emitirlas.
Deberá ser siempre un documento escrito, pudiendo ser revocado libremente y en cualquier
momento, dejando constancia de ello igualmente por escrito.
Cuando exista el documento de voluntades anticipadas éste se hará llegar, bien por la persona
que lo otorgó o por sus allegados al centro sanitario donde esté siendo atendida para que sea
incorporado a la historia clínica. Está prevista la creación de un registro centralizado a nivel
autonómico.
Las decisiones de representación exigen actuar en nombre y en beneficio de otra persona; resulta
difícil ponerse en el lugar del otro y cuáles son sus expectativas vitales, sus valores personales y
sus objetivos de vida; en estos casos las decisiones tienen que tomarse siguiendo el criterio del
“mayor interés” del paciente.
483
Cuidados
Continuos
PACIENTES INCAPACES
Hay circunstancias en las que el paciente pierde la capacidad para la toma de decisiones, pero ello
no invalida la condición de sujeto moral y de los derechos del paciente, sino únicamente supone la
imposibilidad o dificultad para ejercerlos y para tomar decisiones de forma autónoma.
En caso de que los profesionales asistenciales concluyan que un paciente no es capaz de tomar
decisiones autónomas, han de averiguar si ha otorgado un documento de instrucciones previas
expresando sus deseos en relación con la situación clínica en cuestión; consultaran la historia
clínica del paciente, donde debe de constar todo el proceso de planificación anticipada de la atención,
también con los profesionales que hayan intervenido, en particular con su médico de cabecera, con
su representante si lo asignó, y finalmente con los familiares o allegados.
En esas condiciones la obligación, tanto de los familiares como de los profesionales, es respetar la
decisión expresada por los enfermos, si la hubiere, y proveerlos de unos buenos cuidados paliativos.
FINAL DE LA VIDA
Loa avances de la medicina moderna han sido tan importantes que, a veces, generan en los ciudadanos
una especie de delirio de inmortalidad, y en los médicos una omnipotencia, lógicamente fuera de la
realidad, ello puede interpretarse equívocamente como un fracaso profesional. Estas situaciones han
determinado que nuevamente se llame la atención sobre el paciente en fase terminal.
La Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL) estableció unos criterios para definir la
situación de enfermedad terminal ( Tabla 6):
Con estas premisas se enmarca la Medicina Paliativa, ya definida como: La atención total, activa
y continuada de los pacientes y sus familias por un equipo interdisciplinar cuando la expectativa
no es la curación. La meta fundamental es la calidad de vida del paciente y su familia sin intentar alargar
la supervivencia. Debe de cubrir las necesidades físicas, psíquicas, sociales y espirituales de los pacientes
y de sus familiares. Si es necesario el apoyo debe incluir el proceso de duelo.
La Medicina Paliativa no debe alargar la vida por medio de la obstinación o el encarnizamiento terapéutico, ni
la debe de acortar por medio de la eutanasia; sencillamente, respeta, ayuda y cuida al paciente hasta el final.
• Presencia de una enfermedad avanzada, progresiva e incurable.
• Falta de posibilidades razonables de respuesta al tratamiento específico.
• Presencia de numerosos problemas o síntomas intensos, múltiples, multifactoriales
y cambiantes.
• Gran impacto emocional en paciente, familia y equipo terapéutico, muy relacionado
con la presencia, explícita o no, de la muerte.
• Pronóstico de vida inferior a seis meses.
484
Cuidados
Continuos
El paciente terminal precisa de la presencia acogedora, frecuente y tranquilizadora del médico; éste debe
escuchar al paciente mientras esté consciente y sea capaz de comunicarse y contestar a sus preguntas de
forma verídica, mesurada, prudente y esperanzadora.
Desde el punto de vista médico se valorará estrictamente la conveniencia de realizar pruebas diagnósticas
y/o tratamientos de más que dudosa eficacia y se dará prioridad a la comodidad y el descanso del paciente
por encima de pautas rígidas menos transcendentes en estos momentos finales de la vida, como son el
control de las constantes o el aseo. Se valorarán también las dificultades en la ingesta oral, por lo que
se tendrá que plantear la supresión de toda medicación que no contribuya de forma eficaz a alcanzar el
objetivo del mayor confort posible o en caso contrario buscar la mejor vía y menos molesta de acceso.
También se debe favorecer a petición del paciente la presencia de soporte espiritual y religioso ya que con
ello se disminuirá la ansiedad y la intranquilidad.
Por otra parte, se sabe que uno de los motivos por los que algunas veces el médico no es lo suficientemente
solícito con los enfermos terminales es la angustia ante su propia muerte, que ve reflejada en la muerte de
su paciente. Esta angustia genera mecanismos de defensa, uno de los cuales es el activismo terapéutico
que, con frecuencia resulta difícil de entender para quien lo contempla por la desproporción que manifiesta
entre la relevancia de los medios empleados y el carácter irrisorio del resultado previsto.
La obstinación terapéutica es uno de los riesgos potenciales de la aplicación indiscriminada de los recursos
tecnológicos de los que hoy dispone el médico.
La reprobación de la obstinación terapéutica queda clara en el Código de Deontología Médica “El médico no
deberá emprender o continuar acciones diagnósticas o terapéuticas sin esperanzas, inútiles u obstinadas.
Ha de tener en cuenta la voluntad explícita del paciente a rechazar dicho tratamiento para prolongar su
vida. Cuando su estado no le permita tomar decisiones, tendrá en consideración y valorará las indicaciones
anteriormente hechas y la opinión de las personas vinculadas responsables”.
Cada vez más, las personas tienen terror a la obstinación terapéutica, por este motivo ha adquirido tanta
importancia el documento de Voluntades Anticipadas.
EUTANASIA
Una de las premisas de las actuaciones médicas es que no se actué contrariamente al ordenamiento
jurídico o a la Lex Artis y esto ocurre con la decisión de un final de vida.
Una razón de peso en contra de la eutanasia es la certitud de que es médicamente posible controlar
la situación de sufrimiento de un enfermo en situación terminal gracias a la correcta aplicación de los
cuidados paliativos. Este dato, científicamente demostrado, nos lleva a atender al enfermo en situación
de enfermedad terminal con la exigencia de paliar el sufrimiento final del proceso de morir respetando
el proceso natural de la muerte, evitando la obstinación terapéutica, dando la posibilidad de vivirla
humanamente con sentido y atendiendo de forma integral.
El Código Penal de 1995, en su artículo 143 párrafo cuarto, donde se regula la acción eutanásica refiere
que: “el que causare o cooperare activamente con actos necesarios y directos a la muerte de otro, por la
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Cuidados
Continuos
petición expresa, seria o inequívoca de éste, en el caso de que la víctima sufriera una enfermedad grave que
conduciría necesariamente a su muerte, o que produjera graves padecimientos permanentes y difíciles de
soportar, será castigado con la pena..”
Es de destacar la diferenciación que se hace entre lo que es la “inducción”, que es una actividad mental y
la “cooperación necesaria”, que es una actividad material de ayuda - en concreto para que se pueda dar el
suicidio - de la acción eutanásica. Como consecuencia de esta norma legal queda bien definido que para
que se dé el supuesto de eutanasia deben concurrir los requisitos siguientes: que se coopere activamente
a la muerte, que los actos en relación con la muerte sean necesarios y directos, que medie petición expresa
seria e inequívoca del suicida o de la persona necesaria que quiere morir en este sentido y que se tenga en
cuenta que sea una enfermedad grave que habría de conducir necesariamente a la muerte.
Una primera interpretación de esta ley es que mantiene la punidad de las conductas de participación en un
juicio ajeno, lo que induce a pensar que tan solo la inducción al suicidio pudiera presentar merecimiento
y necesidad de pena; por el contrario, las conductas de cooperación en un acto en acto lícito libremente
asumido por el titular de la vida no deseada no debiera merecer castigo.
El Código de Etica y Deontología Médica recoge como deber del médico el de intentar la curación y la
mejoría del paciente, siempre que sea posible “y cuando ya no lo sea, permanece su obligación de aplicar
las medidas adecuadas para conseguir el bienestar del enfermo, aun cuando de ello pudiera derivarse, a
pesar de su correcto uso, un acortamiento de la vida. En tal caso, el médico debe informar a la persona
más allegada al paciente y, si lo estima apropiado, a esta misma”. Se dice, además, que “ha de tener en
cuenta la voluntad explícita del paciente a rechazar el tratamiento para prolongar la vida y a morir con
dignidad. Y cuando su estado no le permita tomar decisiones, el médico tendrá en consideración y valorará
las indicaciones anteriores hechas por el paciente y la opinión de las personas vinculadas responsables”.
Respecto al texto del artículo 15 de la Constitución de 1978, para algunos autores no permite el derecho
a la vida no compatible con la dignidad humana, y si ésta supone el rechazo a cualquier intento de
instrumentalización, en aras a salvaguardar el libre desarrollo de la personalidad, es indudable que el
sujeto puede disponer libremente de su vida; no obstante el Tribunal Constitucional parece defender una
interpretación que garantice el derecho a la vida, de forma que establecería la obligación de los poderes
públicos de respeto y protección frente a terceros.
En el fondo y como resumen, las discusiones sobre el final de la vida se encuadran en dos ideas básicas:
• El derecho a decidir sobre las opciones clínicas y el tratamiento como parte del Principio
de Libertad y Autonomía Individual.
Seguimos, no obstante, necesitados de un diálogo entre médicos, juristas, legisladores, y éticos donde se
pueda llegar a un consenso en las resoluciones que se alcancen para la clarificación de los problemas
lo cual nos permitiría optimizar la asistencia a los pacientes crónicos, críticos y terminales asi como
tutelar los derechos de los enfermos y de los profesionales de la sanidad y precisar en la medida que sea
necesario las conductas punibles; en conclusión se trata de poder conseguir una Medicina de excelencia.
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Cuidados
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RESPONSABILIDAD DE LA FAMILIA
La responsabilidad de la familia en los cuidados de un paciente existe, pero el problema está en dónde se
pone el límite tanto en el tipo de actuaciones como en la intensidad de las mismas.
Hay situaciones en que la claudicación familiar es evidente, en estos casos el sistema tendría que
garantizar los mínimos asistenciales. No podemos obviar que hay cuidados de relación y afectivos en los
que la familia no puede ser sustituida, pero sí en otros muchos que tiene que ver con la asistencia técnica
y que si no se ofrecen ponen en riesgo a los primeros.
Cada vez es más frecuente encontrarnos ante situaciones en las que la familia no puede hacerse cargo del
paciente, pues percibe un coste personal, económico o grupal muy alto y no está dispuesto a sufragarlo;
en estos casos no debemos hacer juicios de valor previos y, con una discusión razonada se puede llegar a
soluciones satisfactorias.
SOSTENIBILIDAD
Seguir el “Principio de Justicia”, es decidir lo que corresponde a cada persona en cada caso, dar a cada
uno lo suyo; desde una óptica utilitarista, el fin es obtener el mejor bienestar para el mayor número de
personas.
La distribución de los recursos en asistencia sanitaria siempre es un reto que se hace más acuciante en
tiempos de dificultades económicas y que no puede ni debe de ser ajeno a la profesión médica, ya que los
médicos son garantes de los pacientes; su implicación debe hacerse a través de las instituciones donde
se toman las decisiones. La colaboración del médico en este aspecto es un deber ético que no se debe
rechazar, debiendo actuar con lealtad primero hacia al paciente y después hacia el sistema sanitario.
Se sabe que los recursos son limitados y que su utilización dependerá de las prioridades de los distintos
intervinientes, que buscan obtener un mayor beneficio al menor coste; de ello se deriva un conflicto entre
el que decide (que no solo piensa en el paciente, sino también en la sociedad) y el que necesita recursos
(que es un problema concreto a resolver); de esta forma, el médico en busca de la eficiencia tiene que
convivir en un sano equilibrio.
487
Cuidados
Continuos
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MEDICINA INTEGRATIVA EN EL
PACIENTE ONCOLoGICO
Dra. Pilar Lianes Barragan
Jefe de Servicio de Oncología Médica.
Hospital de Mataró. Barcelona.
Desde hace décadas el inevitable y creciente interés de los pacientes diagnosticados de cáncer
por la medicina complementaria lleva a muchos de ellos a la búsqueda y en última instancia, a
la necesidad de un buen asesoramiento en este campo por parte del profesional sanitario. En
concreto, de aquel profesional que formará parte de la trayectoria de una enfermedad que va a
impactar de forma inevitable en su vida: el oncólogo.
La Sociedad de Oncología Integrativa Americana (SIO) define la Oncología Integrativa como “la
práctica de la medicina donde se reafirma la importancia de la relación entre el médico y el
paciente, se enfoca a la persona de forma integral para ser informada en base a la evidencia, y se
hace uso de todos los enfoques terapéuticos apropiados, profesionales de la salud y disciplinas
para lograr la salud y la curación óptima”.
La Oncología Integrativa se ha descrito específicamente como una ciencia y una filosofía que se
centra en la salud del paciente oncológico y propone una serie de enfoques que acompañan a
los tratamientos convencionales como la cirugía, la quimioterapia, las terapias moleculares y la
radioterapia, presentando como principal objetivo el bienestar del paciente con cáncer.
Una vez que conocemos el significado de esta ciencia, es importante saber que para abarcar el
campo de la Oncología Integrativa se debe conocer la diferencia existente entre las llamadas
“terapias complementarias” y las “alternativas”.
Las terapias alternativas son un conjunto de terapias promovidas, de forma general, como un
sustituto de la atención médica del paciente. Por definición, las terapias alternativas no han sido
científicamente probadas y, a menudo, no tienen ningún fundamento científico siendo, incluso,
refutadas en diferentes ocasiones.
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Continuos
El uso de ambas terapias es un hecho común en el paciente oncológico por lo que conociendo la
utilidad de las terapias complementarias y lo que la sustitución de éstas por terapias alternativas,
sin evidencia de seguridad y/o eficacia, puede provocar, se recomienda encarecidamente la
necesidad, por parte del oncólogo, de indagar de forma rutinaria sobre el uso de tales terapias
durante la evaluación inicial de los pacientes con cáncer1.
Muchos estudios han confirmado que la mayoría de los pacientes sometidos a tratamientos oncológicos
convencionales también utilizan de una forma individual la medicina integrativa2.
Realizando una estratificación basada en la evidencia actual, podemos establecer que el uso de estas
“disciplinas” es más frecuente entre las mujeres que entre los hombres asociándose a una menor edad,
una educación superior, un mayor estatus socioeconómico y al propio diagnóstico de la enfermedad
oncológica al generar un comportamiento activo frente a ella y un cambio en las perspectivas de vida y
creencias donde el objetivo final será recuperar la salud y mejorar la calidad de vida.
El amplio uso de terapias complementarias y alternativas también puede desafiar y frustrar tanto a los
profesionales sanitarios como a los pacientes, dando lugar a una brecha en la comunicación que afecte
negativamente a la relación entre ellos.
Esta falta de comunicación también puede surgir de la percepción del paciente de que los profesionales
son indiferentes frente al uso de las terapias no convencionales, una percepción que puede conducir a
una pérdida de confianza en el vínculo terapéutico.
La negación al tratamiento
Cuando los paciente comparten el motivo de su negación al tratamiento mencionan varias razones
como son el miedo a los efectos adversos (especialmente la quimioterapia), la incertidumbre sobre
la efectividad del tratamiento, la impotencia, la pérdida de control sobre su salud, la negación (de su
enfermedad), trastornos psiquiátricos, una disfunción en el sistema de atención sanitaria y, sobre todo,
cuestiones relacionadas con la comunicación y la relación médico-paciente.
Por otro lado, el perfil del paciente que rechaza el tratamiento convencional es, la mayoría de las veces
de autosuficiencia, seguridad y posición activa frente a su vida, enfermedad y opciones de tratamiento.
Se trata de un paciente que a menudo toma decisiones que reflejan sus valores y creencias subyacentes
en lugar de confiar en la evidencia o el asesoramiento médico. Esto, en muchas ocasiones, nos lleva a
categorizar a los pacientes de manera dicotómica: los que se puede curar y los que no6. Los pacientes
que entran en la primera categoría y rechazan el tratamiento convencional son considerados “difíciles”.
La evidencia actual sugiere que los profesionales de la salud con frecuencia se sienten incómodos cuando
se trata de pacientes que toman decisiones que van en contra del consejo médico. En tales situaciones,
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Continuos
la comunicación entre los pacientes y el equipo de atención de la salud puede llegar a ser tan tensa que
incida en el contacto y calidad de la interacción terapéutica.
La toma de decisiones de tratamiento es un proceso continuo, por lo que los pacientes que inicialmente
rechazan el tratamiento convenvcional pueden más tarde optar por someterse él si se les da el apoyo
adecuado, la información y el tiempo necesario para tomar la decisión. Los pacientes necesitan sentir que
no han sido excluidos definitivamente del sistema de atención de la salud, aún si toman decisiones que son
contrarias a las recomendaciones de su equipo médico.
Los profesionales sanitarios que permanecen abiertos al dialogo y son conscientes de los sutiles
mensajes no verbales de los pacientes, crean un ambiente donde los pacientes se sienten libres para
comunicar el uso de estas terapias. La evidencia sugiere que los pacientes admitidos de esta manera
son menos proclives a seguir terapias alternativas y tienen más probabilidades de adherirse a programas
convencionales de tratamientos basados en la evidencia.
Queda pues manifiesta la necesidad de proporcionar por parte de los profesionales una orientación
abierta y basada en la evidencia a aquellos pacientes que utilizan o están interesados en la búsqueda de
la medicina complementaria o alternativa. El pacientes deberá ser informado del enfoque convencional
de tratamiento, la naturaleza de las terapias complementarias específicas, las expectativas realistas y los
riesgos y beneficios potenciales.
Actualmente sabemos que la comunicación con el paciente durante el tratamiento del cáncer ha
demostrado ser beneficiosa para su satisfacción personal, para la toma de decisiones, el control de
la ansiedad, el cumplimiento terapéutico e, incluso, para el juicio que se puede dar hacia la praxis. La
comunicación es, por tanto, reconocida como una habilidad clínica fundamental en la medicina, incluyendo
el tratamiento del cáncer.
A pesar de los avances en el tratamiento del cáncer, los pacientes continúan experimentando un nivel de
insatisfacción física, social, económica, emocional y espiritual durante su enfermedad.
Diferentes estudios han demostrado que a los factores psicosociales, como la depresión, la ansiedad y
el apoyo social inadecuado, se asocian un aumento de la morbimortalidad y una disminución del estado
funcional en los pacientes con cáncer.
Mao JJ et al.3 observaron que los pacientes insatisfechos con el sistema de atención sanitaria eran los
que más recurrían al uso de terapias complementarias con el objetivo de solventar dicha insatisfacción,
muchas veces condicionada por una falta de comunicación con su oncólogo.
Aunque no se ha demostrado que el uso de esas terapias cabe con dicha insatisfacción, lo que sí queda
claro es que debido al aumento en la publicidad sobre las múltiples modalidades de tratamientos
complementarios y alternativos, el paciente buscacada vez más asesoramiento informado y comunicación
con su médico responsable lo que de forma indirecta, afecta a su satisfacción terapéutica. Esto hace, en
última instancia que los pacientes califiquen a su terapeuta en un rango superior a su oncólogo, respecto
a la escucha y el apoyo emocional como se demuestra en un estudio canadiense en cáncer de mama.
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MODALIDADES 5
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• Ejercicio fisico 9: La mayor parte de la investigación sobre ejercicio físico está centrada
en el beneficio significativo que produce en los supervivientes con cáncer en cuanto a su
calidad de vida, el bienestar emocional y la astenia. Se han realizado ya estudios clínicos que
demuestran, incluso, aumento de supervivencia, sobre todo en pacientes con cáncer de mama,
colorectal y próstata. Hay evidencia de que la actividad física está asociada con la reducción del
riesgo de contraer cáncer de colon y de mama y arios estudios sugieren que probablemente
también reduce el riesgo de contraer cáncer de próstata, pulmón y endometrio.
Otras modalidades menos utilizadas pero que también han mostrado beneficio son la visualización, las
terapias artísticas (musicoterapia, etc…) y la hipnosis.
Para los pacientes que padecen ansiedad o dolor, se recomienda como parte del tratamiento
multimodal impartidas por un terapeuta entrenado en masaje en el paciente oncológico. (Grado
de recomendación: 1C)
Todas han demostrado beneficio en pacientes con cáncer metastásico en cuanto a su calidad de
vida, control del dolor e insomnio.
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Terapias energéticas
Las terapias basadas en una filosofía de los campos bioenergéticos son seguras y pueden
proporcionar algún beneficio para reducir el estrés y mejorar la calidad de vida. Existen pruebas
limitadas en cuanto a su eficacia para el manejo de síntomas, incluyendo la reducción del
dolor y la fatiga. Grados de recomendación: 1B para reducir la ansiedad, 1C para el dolor,
la astenia y la gestión de otros síntomas.
Medicina tradicional 10
Terapias biológicas 11
Se recomienda también que los suplementos dietéticos, tanto botánicos como vitamínicos,
se supervisen debido a las posibles interacciones con otros fármacos empleados durante
el tratamiento (Grado de recomendación: 1B).
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• Parael control de la caquexia y anorexia se usan suplementos con aceite pescado, ácidos
grasos omega-3 y avena sativa; para el de la astenia, el ginseng, y la menta piperita entre
otros..
• El
zingiber officinalis (jengibre) se usa para las náuseas y los vómitos, el psyllium (plantago
ovata) para el estreñimiento.
Conocer las indicaciones de todas estas terapias complementarias también hace necesario
conocer en qué situaciones su uso puede estar asociado a un determinado riesgo.
Existen interacciones farmacológicas respecto a la vía de la citocromo p-450 que desde el punto
de vista del abordaje terapéutico debemos conocer.
Estas interacciones pueden hacerse de dos formas, según como actúen los productos:
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CONCLUSION
El paciente buscará y utilizará la medicina integrativa y complementaria para intentar reducir las
toxicidades provocadas por los tratamientos, controlar los síntomas producidos por la enfermedad,
para proteger y estimular la inmunidad e, incluso, para prevenir las recurrencias. Utilizará suplementos
nutricionales, dietas y practicará una gran cantidad de técnicas corporales y de relajación y su
oncólogo será partícipe de ello. La Oncología Integrativa es cada vez mas una realidad que debemos
conocer, afrontar y recomendar como parte del arsenal terapéutico integral de nuestros pacientes.
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BIBLIOGRAFIA
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APENDICE
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El trato con los pacientes crea tensiones, intrapersonales e interpersonales, que conducen a
estrés. En ocasiones se generan sentimientos de desesperanza y futilidad que minan nuestra
capacidad de ayudar. El personal sanitario tiene un mayor riesgo de sufrir tensión emocional
y es más vulnerable. Sobrelleva sentimientos de baja autoestima, pobre realización personal,
ineficacia en su trabajo, ira y frustración que conducen al rechazo del cuidado. ¿Qué es lo que
soporta a los profesionales sanitarios a pesar de estar sometido a condiciones ambientales
adversas? ¿De qué recursos disponen a la hora de afrontar tales circunstancias? ¿Qué valor
tiene el sentido del humor como herramienta útil en esas situaciones? Saber encontrar el humor
y compartir una sonrisa con los demás en los momentos adecuados puede ser un poderoso
antídoto. En ninguna escuela se nos prepara para afrontar las frustraciones diarias con buen
ánimo, saber fluir con los aconteceres manteniendo la esperanza y la confianza.
501
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efectivo ante el estrés y situaciones adversas. El término humor nos lleva al concepto de resiliencia
(resistencia), definiendo esta última como la capacidad que tiene una persona para lograr vivir
bien y desarrollarse positivamente a pesar de condiciones ambientales complicadas. Como dice
Samuel T. Coleridge “no hay un espíritu bien conformado al que le falte el sentido del humor”. Es
algo que fluye de nuestro interior y se expresa en el cuerpo, en la emoción y en el espíritu. El incluir el
humor y la risa durante nuestra labor diaria mantiene al espíritu sin vaciarse de energía, nos hace aliviar
la fatiga y dejar de autocompadecernos. Aprender a emplear el sentido del humor es fundamental, es fácil
y barato y bien utilizado nos ayuda a relativizar los problemas. El humor fomenta el bienestar, y el bienestar
a su vez fomenta el humor. El humor puede cambiar positivamente las vidas tanto de terapeutas como de
los individuos con los que trabajan. El sentido del humor es la capacidad natural de la especie humana que
hace que la vida, no sólo sea soportable, sino que la hace rica, placentera y deseable. Durante los últimos
siglos los médicos se han formado para practicar la medicina como una “ciencia seria” y como un arte
de “curar”. Para los maestros de la medicina antigua que no tenían microscopios, cámaras de fibra
óptica o tecnología microchip, los estados de ánimo y los sentimientos del paciente se consideraban
indicadores fundamentales. Las tres dimensiones que caracterizan al poseedor del sentido del humor
son: 1) apreciación del humor y del disfrute de la vida; 2) afrontamiento optimista de los problemas; 3)
establecimiento de relaciones positivas3. Las investigaciones científicas llevadas a cabo en el campo
de la medicina psicosomática demuestran que se puede “enfermar de preocupación”. Es probable
que el estrés sea la causa principal de enfermedad en nuestra vida diaria. La salud es una interacción
vibrante, dinámica y armoniosa entre el cuerpo y la mente, entre el propio “Yo”, la sociedad y la vida4.
El introducir el humor como algo que puede contribuir al bienestar del personal sanitario y de sus
pacientes puede parecer anacrónico y hasta poco serio. Desde la más remota antigüedad la función
terapéutica de la risa franca y cordial es reconocida por sabios, filósofos y médicos. Cuando se siente
uno enfermo o tiene algún dolor es evidente que no está para risas. La seriedad del rostro fue la
imagen defendida secularmente por el cristianismo: “Más vale sufrir que reír, pues dolor por fuera cura
por dentro” Eclesiastés, 7, 4. En el refranero español encontramos la réplica: “De hombre que nunca
se ríe, nadie se fíe”. Cierto es que reírse de todo es propio de necios, pero no reírse de nada puede ser
de presuntos mentecatos. La relación entre el carácter taciturno y la enfermedad física la tenía clara
hace muchísimo tiempo Galeno, que averiguó que las mujeres con un temperamento melancólico
tenían más probabilidades de padecer tumores de mama que las jocosas. Está descrita la asociación
inversa entre la enfermedad coronaria y el sentido del humor5, así como la relación existente entre el
humor y la empatía6. La carencia de sentido del humor es un factor de riesgo para enfermar, dándole
la vuelta al argumento nos damos cuenta que la presencia del mismo es una medicina de gran
utilidad. Wender7 en su artículo titulado “el humor en medicina” explica como acorta las distancias
interpersonales y culturales, facilita la comunicación de malas noticias y, además, permite expresar
la frustración proporcionando la adaptación en situaciones de ansiedad y depresión. La función del
sentido del humor está localizada en el hemisferio derecho, mientras que la sede del razonamiento
lógico y mecánico está en el hemisferio izquierdo, se localiza anatómicamente en las siguientes
estructuras: corteza prefrontal ventral, núcleo accumbens (inclinado), hipocampo y amígdala. Este
armazón neuronal tienen que ver con: la creatividad, la intuición, la imaginación, la meditación y la
respuesta afectivo-emocional2.
¿QUÉ ES EL HUMOR?
El humor es aquello que tiende a provocar la risa, la sonrisa o la sensación subjetiva de diversión
(juego). Es una emoción positiva y puede utilizarse como sinónimo de una sensación de alegría. Es un
mecanismo eficaz para afrontar situaciones difíciles. El humor es una capacidad tanto innata como
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aprendida. Es una manera sana de sentir una distancia entre “yo” y el problema. Es parte integral del
comportamiento humano en cada día de la vida. Es una forma de comunicación y un canal útil para
liberar ansiedad, tensión, e inseguridad. Así mismo es un buen mecanismo de defensa. Es distinto
para cada persona y cultura. Un hombre puede llorar por lo que otro ríe. La capacidad para ofrecer
humor es exclusiva del ser humano y, por tanto, su actividad se desarrolla en el intelecto. El humor
es una actividad intelectual que ocupa un lugar especial en las interacciones sociales humanas. Para
definirlo una anécdota puede valer más que mil palabras. Al preguntarle a Sócrates si era mejor casarse
o no casarse, éste respondió: “De cualquiera de las dos cosas que hagas te arrepentirás”. Intentar definir
el humor es un desafío inalcanzable. El Diccionario de la Real Academia define el término humorismo
como la “manera de enjuiciar, afrontar y comentar las situaciones con cierto distanciamiento ingenioso,
burlón y, aunque sea en apariencia, ligero”. Definiciones que proceden de los propios humoristas son:
“El humor es la actitud más cierta ante la efimeridad de la vida; es el deber racional más indispensable,
y en su almohada de trivialidades, mezclada de gravedades, se descansa con plenitud” Ramón Gómez
de la Serna; “El humor es no tener miedo a pensar” Mingote8. Es una forma de comportamiento humano
por la que somos capaces de percibir, apreciar o expresar circunstancias o hechos graciosos, divertidos,
incongruentes o absurdos. Realmente podemos decir que, al igual que la belleza está en los ojos de los
que la ven, el humor se halla en la mente de quien lo percibe. Debemos ejercer nuestra capacidad
para distanciarnos de los inevitables problemas de la vida diaria y disfrutar al máximo de lo bueno
que la vida nos aporta en cada instante. El humor nos remite a un tipo de percepción que hasta ahora
hemos relegado para dar prioridad a la lógica. Nos señala la posibilidad de insertar ciertos cambios
en esa percepción y nos muestra que dichos cambios pueden modificar instantáneamente nuestras
emociones, algo que la lógica nunca conseguirá9. El humor no necesariamente ha de llevar a la risa,
ni a la sonrisa siquiera, cumple su tarea “sólo” con mostrarnos que pueden verse las cosas de formas
muy diferentes a las acostumbradas. Si algo logra el humor es separarnos de lo rutinario, distanciar
el problema y permitirnos afrontarlo con recursos renovados. Es un buen mecanismo de defensa
para gestionar la ansiedad cuando la situación no pude cambiarse.
LA RISA
La capacidad de sonreír y reír comienza en el vientre materno siendo un simple movimiento muscular
reflejo, en el segundo mes de la vida fuera del útero se convierte en sonrisa social. La risa aparece un
poco más tarde en torno a los 4 meses y supone expresión de felicidad2. La risa amable y la jovialidad
están desapareciendo del semblante de muchas personas. Si conseguimos sonreír en una situación
difícil, la desdramatizamos y nos da fuerza para enfrentarnos a la misma.
Los niños de 7-10 años se ríen en torno a 300 veces al día, mientras que los adultos, que todavía
ríen, lo hacen menos de 7 a 15 veces diarias10. Hay personas que raras veces se ríen y otras que no
tienen necesidad de que tal cosa ocurra. ¿Se puede hablar de la decadencia del sentido del humor
en la época dorada de la tecnología? La risa no está de moda, el lenguaje del gesto está siendo
reemplazado, cada vez más, por el de las máquinas. Vivimos en una orgía digital donde hasta el
pensamiento se digitaliza. ¿El Homo sapiens ha sido sustituido por el Homo Digitalis11? . Debemos
preocuparnos de que ese precioso don que es la risa no desaparezca del rostro de los seres humanos.
Sólo una línea muy fina separa la comedia de la tragedia, o lo que es lo mismo la risa del llanto. La risa
y el llanto pertenecen al grupo de vocalizaciones no verbales afectivas de los seres humanos. Ambas
traducen la función de la amígdala, la ínsula y córtex auditivo en el hemisferio derecho del sistema
nervioso central12. La risa por su parte es una de las respuestas fisiológica al humor. La sonrisa es una
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expresión humana innata. Los niños sordos y los niños ciegos sonríen. La primera sonrisa suele aparecer
a partir de las seis semanas de vida y constituye nuestro primer lenguaje y forma de comunicación. Al
principio el sonreír es un comportamiento físico que poco a poco va evolucionando hasta convertirse
en una conducta emocional. La risa es una manifestación de alegría o regocijo, es una respuesta física
involuntaria en forma de emoción placentera. Lo que une a los seres humanos sin excepción son las
emociones y sus manifestaciones. Las emociones se sienten y son nuestra dimensión humana común,
son innatas, universales, muchas de ellas positivas y otras negativas que siempre deben ser expresadas
y oídas. Tanto la risa como el llanto se contagian. Las emociones del profesional sanitario, positivas o
negativas, terminan afectando al enfermo. La sonrisa es la más contagiosa de las señales emocionales,
y el hecho de sonreír alienta los sentimientos positivos. La risa ayuda al cuerpo a seguir adelante con la
tarea de vivir. La autoinducción del gesto de sonreír puede optimizar nuestro estado anímico. La risa es:
lenguaje, comunicación, relajación, libertad, perdón, aceptación, tolerancia, juego, amor y signo de
vida. Es el mejor lubricante para las actividades de la vida diaria. La risa es la distancia más
corta entre dos personas. “Si ayudas a alguien a reír, le estás ayudando a vivir” Robert Holden.
Si vas por la vida siempre corriendo es difícil fijarse en el lado cómico de la vida. Las prisas
matan las risas. El buen humor y la risa nos permiten desacelerar, fluir y ser más felices.
“Una sonrisa no cuesta nada, pero da mucho. Enriquece a los que la reciben sin empobrecer a los
que la ofrecen. Sólo se tarda un instante, pero su recuerdo dura a veces para siempre13” La risa
es socialmente contagiosa, lo mismo sucede con las toses o los bostezos, no así con el hipo.
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El humor desde el punto de vista terapéutico actúa a tres niveles: a) nivel cognitivo, ayudando
a pensar de forma racional frente a pensamientos distorsionados e ideas irracionales; b) nivel
afectivo, proporcionando sentimientos de alegría y gozo; y c) nivel de conducta, favoreciendo las
experiencias innovadoras y posibilitando nuevas maneras de actuar. Aparta momentáneamente
nuestra atención de las preocupaciones y da una perspectiva nueva al problema. Charlie Chaplin
anunció en cierta ocasión: ”La vida es una tragedia si se contempla de cerca, pero una comedia si
se ve desde un plano general conjunto”. Gran parte de los sufrimientos que experimentamos no
son consecuencia de los problemas, sino de nuestra manera de afrontarlos. El humor como
recurso terapéutico en el proceso psicoterapéutico, ha sido excluido de forma deliberada durante
años, olvidando que es un recurso que hay que nutrir, cultivar y conservar. El sentido del humor
no nos devolverá lo perdido, pero nos ayudará a recobrarnos de la pérdida. No cambiará las
cosas de modo permanente, pero hará que todo vaya bien durante algunos instantes. Es como el
limpiaparabrisas de un coche que no evita la lluvia pero nos permite ver. El humor nos mantiene
equilibrado en situaciones difíciles, en momentos decisivos como el de la muerte, el sufrimiento
y la enfermedad es beneficioso para la persona que pasa por la dura prueba, y también para
los que la rodean. Ser excesivamente solemne en el transcurso de la aflicción puede resultar
mortífero. Dice un proverbio chino: “No es posible evitar que las aves del dolor vuelen sobre nuestras
cabezas, pero podemos impedir que aniden en nuestros cabellos”. Es importante buscar el humor
en los procesos de morir y sufrir una pérdida, así como concederse uno mismo y a los demás el
permiso de reírse en aras de la muerte. En el trance de la muerte, el humor tiene dos ventajas
adicionales. Nos ayuda a enfrentarnos a la ansiedad que nos produce la idea de nuestra propia
muerte, y ayuda a las personas relacionas con el moribundo a aceptar su pérdida. Platón decía
que muchas veces ayudó una broma donde la seriedad solía oponer resistencia. Sufrir una grave
enfermedad ya es suficiente castigo. Centrarse siempre en ella todavía empeora la situación.
Es de vital importancia que, como paciente, como asistente sanitario o como alguien a quien
le importa el bienestar del enfermo, mantengamos la moral elevada y una actitud positiva que
incluya la esperanza, la alegría y la risa. La risa concita múltiples propiedades y experiencias
humanas.
La enfermedad, la muerte y el dolor nos abruman hasta el punto que olvidamos el humor para aliviar
las horas más amargas. En una enfermedad en fase terminal, olvidamos lo vivificante que puede ser el
humor para el paciente y lo importante que es ayudarle a soportar las pérdidas físicas y psicológicas.
Aunque alguien esté muriendo sigue estando vivo de momento. La risa es la distancia más corta entre dos
personas. Para los familiares y amigos del enfermo moribundo el humor puede ser una fuente de entereza
y valor. La risa durante el duelo es un signo de que alguien emerge desde el fondo del sufrimiento
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IRONÍA HUMOR
ES UN ARMA ES UNA VIRTUD
ES DESPRECIO ES AMOR
DOMINA LIBERA
DESPIADADA MISERICORDIOSO
HUMILLANTE HUMILDE
LLEVA PARTE DE MALA FE NUNCA HAY MALA FE
VA EN CONTRA DE ALGO RÍE DE UNO MISMO
HACE SUFRIR AYUDA A VIVIR
CREA AMARGURA Y DA FELICIDAD Y CREA
RESENTIMIENTO BUEN RECUERDO
ES MALEFICENTE ES BENEFICENTE
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