Descubrimiento de America
Descubrimiento de America
Descubrimiento de America
Cuando éramos niños festejábamos el 12 de octubre como el “día de la raza”, el objetivo era
sentirnos orgullosos del mestizaje y de la raíz europea que le dio origen
Sin embargo, con el paso del tiempo, se ha preferido hablar, como lo sugiere el historiador Miguel
León Portilla, de un “encuentro entre dos mundos”.
1. Primero llegaron los vikingos.- Cristobal Colón no fue el primer europeo en pisar tierras
americanas. Al menos 500 años antes que él, los vikingos ya habían hecho exploraciones, De
acuerdo con “Las sagas nórdicas”, una antigua colección de relatos y leyendas escandinavas, un
vikingo llamado Leif Ericson lideró una expedición desde Groenlandia hacia lo que hoy es América
del Norte, Se encontró con una tierra de bosques, arroyos llenos de salmón y vidales de uvas
silvestres. Por eso llamó al nuevo territorio como Vinlandia. Pero los vikingos no fueron los únicos.
Hoy se sabe que los asiáticos también cruzaron por el estrecho de Bering. Y hay una fuerte
discusión sobre si la papa es originaria de América del Sur o fue traída por los polinesios.
2. Quién era Cristobal Colón (el padre del “Descubrimiento de América”).- Cristobal Colón nació en
Génova, Italia, en el año de 1451. Fue hijo de un comerciante y tejedor de origen humilde. Fue
autodidacta, pero desde muy pequeño tuvo espíritu aventurero y se hizo navegante para recorrer
el mundo. Sus primeros viajes fueron con fines mercantiles, más tarde aprendió a hacer mapas.
3. La necesidad de buscar nuevas rutas mercantiles.- En el siglo XII la mayoría de las rutas
comerciales de Europa occidental se dirigían a la búsqueda de productos orientales. Los europeos
necesitaban bienes que no producían como seda, cerámica, marfiles, perfumería y armas, Cuando
el Imperio Romano de Oriente cayó, el Imperio Otomano se hizo con el control del comercio a las
Indias, nombre como se le conocía al continente asiático. Los reinos europeos se vieron obligados
a encontrar otros caminos. Portugal, por ejemplo, decidió rodear la costa de África para llegar
hasta allá., Aunque Cristobal Colón (Christophorus Columbus) no fue el primer europeo en
América sí fue quien trazó una ruta de ida y vuelta a través del océano Atlántico y dio a conocer la
noticia.
5. Nadie lo escuchaba.- Durante varios años visitó cortes europeas intentando buscar
financiamiento para su expedición, pero nadie le hacía caso por considerar que se trataba de una
misión arriesgada y muy costosa. Mientras tanto, los árabes seguían dominando el comercio por
tierra.
6. La reina Isabel le da un voto de confianza.- En abril de 1492, Isabel de Castilla decidió aceptar el
proyecto de Colón. Ella y su esposo, Fernando, los Reyes Católicos, acababan de recuperar
Granada, la última posición de los musulmanes, así que podían intentar buscar nuevas rutas
comerciales.
Isabel firmó las Capitulaciones de Santa Fe, gracias a las cuales Colón recibió el dinero para su
misión, 2 millones de maravedíes, alrededor de 1.2 millones de euros de ahora, según el
historiador español Antonio Domínguez Ortiz “Por esta razón la empresa colombina es calificada
de castellana e isabelina, ya que el interés y los esfuerzos que mostró la reina hicieron posible el
viaje”, explica el libro Historia de México de Miguel León Portilla, Isabel, la Católica creyó en los
proyectos de Cristóbal Colón, a pesar de las muchas críticas y reacciones políticas adversas de la
Corte y los científicos. Foto: Wikipedia
7. El viaje con las “Tres carabelas”.- El navegante armó su flota con 88 hombres y tres carabelas,
barcos especialmente equipados para atravesar el Atlántico. Fueron llamadas La Niña, La Pinta y La
Santa María, El 3 de agosto de 1492, Cristobal Colón zarpó del Puerto de Palos en Huelva rumbo a
lo desconocido. Tenía 40 años. Su misión era meramente mercantil, no llevaba armas, ni religiosos.
8. Llega a una isla del Caribe.- Colón se dirigió a occidente en busca de la ruta más corta para llegar
a las Indias. Después de 72 días, no sin penurias y un intento de amotinamiento de la tripulación,
por fin avistaron tierra. El tripulante Rodrigo de Triana fue quien gritó las dulces palabras: ¡Tierra a
la vista, La primera tierra americana que pisó fue la isla Guanahuani que bautizó con el nombre de
San Salvador, llamada hoy Watling y que pertenece al grupo de las Bahamas en el Caribe. Después
se dirigió a lo que hoy es Cuba y Santo Domingo. Reclamó las tierras como parte de España. Estaba
convencido de que había llegado a las Indias, De acuerdo con el libro Historia Mínima de México,
del Colegio de México, “no fue sino en los primeros años del siglo XVI cuando quedó descartada la
idea original de Colón y comprendieron los españoles que se trataba de un nuevo continente hasta
entonces insospechado por ellos”.
9. Colón hizo tres viajes más.- A su regreso a España, Colón contó sus hazañas. Paisajes
asombrosos, “indios” desnudos y pacíficos… Llevó ante los reyes algunos nativos prisioneros, loros,
plantas desconocidas en Europa y un poco de oro. Cuando vieron el oro, Isabel y Fernando
autorizaron un segundo viaje. Esta vez la ambición sería mayor. Ya no iban 88 hombres sino 2,500.
Tampoco encontraría a las tribus pacíficas, pero eso es otra historia, Hizo tres viajes más a
América. Fundó nuevos asentamientos, ocupó distintos cargos como gobernador y virrey, pero en
1500 fue acusado de tiranía y de quedarse con bienes para sí mismo. Fue enviado de vuelta a
España donde perdió todos sus privilegios, Cristobal Colón falleció en Valladolid el 20 de mayo de
1506. Es considerado el descubridor de América, aunque murió creyendo que había llegado a las
Indias.
Cristóbal Colón, en representación de los Reyes Católicos de Castilla y Aragón, realizó cuatro
famosos viajes desde Europa a América en 1492, 1493, 1498 y 1502. En el primero de ellos llegó a
América el 12 de octubre de 1492, a una isla de las Bahamas llamada Guanahani. Foto: Wikipedia
De Phirosiberia
10. El nombre de América surge por otro explorador.- Los europeos conocieron de América
productos como el cacao, la papa, el maíz y el tomate, pero a la vez, introdujeron en el nuevo
continente la cebolla, el trigo y animales como los caballos y los cerdos que antes eran
desconocidos, El nombre que lleva ahora el continente fue dado por otro explorador italiano,
Américo Vespuccio, quien participó en otros expediciones a principios del siglo XVI y en cuyos
diarios ya describe que esas tierras no eran las Indias, sino que formaban parte de un nuevo
continente entre Europa y Asia.
COLONIZACION DE AMERICA
La colonización europea del continente americano fue un proceso histórico de apropiación y
ocupación de los territorios ultramarinos recién “descubiertos” por Colón en el año 1492, por
parte de las grandes potencias europeas.
Los principales interesados en el reparto del llamado Nuevo Continente fueron el Imperio Español
y el Imperio Portugués, y posteriormente el Imperio Británico, Reino de Francia y los Países Bajos.
También existieron iniciativas mucho menores de parte de Alemania, Dinamarca, Suecia, Rusia,
Italia y Escocia.
Este proceso se inició a finales del siglo XV y culminó con las numerosas Guerras de Independencia
americanas del siglo XVIII que dieron origen a un conjunto de jóvenes repúblicas autónomas, cuyo
destino era convertirse en los actuales países americanos.
La Conquista de América. Período de violentos enfrentamientos entre los invasores europeos y los
distintos y numerosos pueblos aborígenes americanos, como el Imperio Azteca o el Imperio
Incaico, entre muchísimos otros.
La Colonización propiamente dicha. Durante la cual se fundó una sociedad colonial dependiente
de Europa y estructurada en base a clases raciales bien delimitadas: negros, indios y blancos.
Distintos reyes administraban jurídicamente los permisos para conquistar América, La llegada de
los colonos europeos a América no fue precisamente en son de paz. Venían en pos de territorios
nuevos que anexar a sus distintos imperios, sedientos de nuevas riquezas y en franca competencia
por la supremacía mundial.
Los distintos reyes administraban jurídicamente los permisos para la conquista, que financiaba la
burguesía insurgente de la época y que consistían básicamente en ocupaciones militares y la
fundación forzada de los primeros poblados europeos en el continente.
Ello implicaba, claro está, subyugar a las distintas naciones aborígenes que se resistían al saqueo,
cuando no simplemente erradicarlas o reducirlas a reservas, como en el caso de la conquista
británica. A eso debe sumarse la debilidad de los pueblos nativos frente a la viruela y las distintas
enfermedades que llevaron consigo los europeos, cuyas consecuencias se sintieron más allá del fin
de la guerra, así como su aniquilación sistemática en labores forzadas impuestas por sus
conquistadores.
Las víctimas totales de la invasión del continente americano se estiman en unos 70 millones de
muertos, la matanza más grande en la historia de la humanidad.
LA INCORPORACIÓN DE LA ESCLAVITUD
Dado que las diezmadas poblaciones aborígenes no eran suficientes en número y en destrezas
para el trabajo de fundación y sostén económico de las nacientes colonias europeas, se inició el
traslado forzoso de esclavos africanos hacia América.
Estos individuos eran arrancados de sus tierras y vendidos a colonos y latifundistas europeos para
iniciar la explotación de los diversos bienes económicos que abundaban en el Nuevo Continente,
ya sea agrícolas, minerales y pesqueros.
Los negros esclavos carecían de todo tipo de derechos y estaban sujetos a la voluntad de sus amos
blancos, mientras que los indios ocupaban un estado de semi-esclavitud denominado
servidumbre, encargados de tareas domésticas y exploratorias. Ninguno, sin embargo, era tenido
por individuo libre ni tenía derecho a bienes o a propiedades.
En honor a la verdad, habría que señalar también la bula papal Sublimis deus, promulgada por
Paulo III en 1537, en donde afirmaba el derecho de los indígenas a la libertad y a recibir una
educación cristiana. Ello amparó a la diezmada población indígena de las brutalidades de la
esclavitud, pero no de la imposición cultural que prohibió sus costumbres y sentenció la mayoría
de sus lenguas a la extinción.
Asediada por la reforma protestante del norte de Europa, la Iglesia Católica halló en la conquista
de América y en el rol predominante que junto a su Santa Inquisición jugó en el orden de la
naciente sociedad colonial, el oxígeno suficiente para sobrevivir hasta nuestros días.
EL MITO DE EL DORADO
La desmedida ambición de los conquistadores españoles, quienes solían ser ciudadanos de a pie
buscando su fortuna en las Américas para volver a una posición mejorada en Europa, los llevaba a
menudo a creer en leyendas de origen incierto, respecto a ciudades hechas todas de oro y plata y
otras riquezas, A esas ciudades imaginarias las denominaban los indígenas El Dorado, y muchas
expediciones se perdieron siguiendo su rastro supuesto en las selvas de la Amazonía.
EL INICIO DE LA MUNDIALIZACIÓN
Esto se hizo particularmente notable después de la Independencia Americana, cuando las jóvenes
naciones se convirtieron en los más grandes y cercanos vendedores de materia prima de
Occidente, un rol que ocupan todavía, desplazando incluso el comercio con India y las colonias
orientales.
EL MESTIZAJE
La sociedad colonial sostuvo sus normativas raciales hasta el final de sus días, pero eso nunca
implicó que no hubiera contacto y sincretismo entre las razas. Era frecuente en el Brasil colonial
que los colonos portugueses tomaran esposas indígenas y engendraran una descendencia difícil de
catalogar, lo mismo que hacían los amos españoles con sus esclavas negras, dando origen a
familias paralelas a la de su matrimonio europeo. Los colonos ingleses, en cambio, puritanos en su
mayoría, fueron siempre renuentes a la mezcla.
Hizo falta, entonces, nuevas designaciones para las mezclas resultantes, cuyo término más
arbitrario sería el de “pardo”, categoría en la que entraba todo aquello que resultara inclasificable
y sospechosamente mixto, Tal y como las distinciones raciales, las culturales tampoco no fueron
tan tajantes como pareciera, y la prolongada convivencia entre las razas propició un sincretismo
creciente, cuyo resultado es el crisol cultural que hoy caracteriza a la América Latina.
LA SOCIEDAD COLONIAL ESTABA LIDERADA POR UNA CLASE SUPERIOR BLANCA Y EUROPEA.
Si bien la distinción racial era clave en el reparto de los derechos durante la colonia, con un
margen de movilidad social prácticamente nulo, era la participación en el trabajo manual, algo
muy mal visto según las doctrinas católicas imperantes, la que separaba a la élite de las clases
inferiores.
De esa manera, la sociedad colonial estaba integrada, en primer lugar, por una clase superior
blanca y europea, minoritaria, que acaparaba los cargos de funcionariado estatal o se dedicaban al
comercio a través de grandes plantas de producción con mano esclava. En segundo lugar, por una
servidumbre indígena y un variado sector mestizo que ocupaba una posición comercial
intermedia, y finalmente los esclavos negros, mulatos o zambos, encargados de las labores
mineras, agrícolas y de mano de obra.
Este sistema de desigualdades fue clave para sembrar la semilla de la rebelión libertadora que, en
muchos casos, ofrecía la posibilidad de una sociedad heterogénea de ciudadanos libres e iguales.
Algunas zonas de más difícil acceso o más cuestionable supervivencia, como la selva amazónica, la
Patagonia austral, el Gran Chaco y los desiertos del norte de Centroamérica, no pudieron ser jamás
reducidos a control de los europeos, Gracias a ello se mantuvieron, y algunos lo hacen aún hoy en
día, como los últimos bastiones de sociedades precolombinas en un continente que les fue
arrebatado.
Aunque parezca mentira, existen aún posturas encontradas en torno al modo en que se debe
nombrar y recordar la conquista y colonización americanas. Movimientos indigenistas y de
memoria aborigen han luchado a favor de la visibilización y reconocimiento de la masacre de los
pueblos nativos, en contra de eufemismos como “el encuentro de dos mundos” o “el día de la
raza”.