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11.

ASIA Y ÁFRICA: DE LA DESCOLONIZACIÓN


A LAS NUEVAS POTENCIAS
En la segunda mitad del siglo XX, el proceso de descolonización cambió el mapa
político del mundo. En Asia y África, sobre las fronteras de los imperios coloniales
europeos, surgieron decenas de nuevos Estados. Para muchos de ellos, la independencia
fue el fruto de acuerdos, pero en otros casos, sin embargo, fue el resultado de cruentos
conflictos bélicos.

La mayoría de los nuevos países independientes tuvieron que enfrentarse a la pobreza y


a nuevas formas de dependencia política y económica. Ellos forman la mayoría de los
países pobres de la Tierra. La historia de los nuevos países asiáticos y africanos ha
estado marcada por los conflictos internos, la inestabilidad política y las guerras.

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1. LA DESCOLONIZACIÓN Y EL TERCER MUNDO

La descolonización fue el proceso histórico que, a lo largo de tres décadas (1945-1975)


permitió la independencia de las colonias de los imperios europeos situados en Asia y
África. Fue un proceso relativamente rápido en el que se sucedieron acuerdos pacíficos
y también guerras sangrientas.

A la dominación territorial le siguió la dependencia económica y la inestabilidad


política. El llamado tercer mundo, formado por los países pobres del Sur, quedó
separado del mundo rico del Norte por la brecha creciente del subdesarrollo.

1.1. Los factores del camino hacia la independencia

Desde principios del siglo XX y en algún caso como la India desde antes, el
nacionalismo irrumpió definitivamente en Asia y África. El nacionalismo vendría a dar
sentido y legitimidad a la reacción antioccidental de muchos pueblos asiáticos y
africanos integrados en los imperios occidentales.

Las élites indígenas enviaron a sus hijos a estudiar a las universidades europeas y allí se
impregnaron de las ideas de democracia y libertad. Al volver a sus países de origen
sufrieron el sistema colonial que les discriminaba y les excluía de los cargos
administrativos y políticos. Estos hombres formaron los cuadros de los primeros grupos
nacionalistas y anticolonialistas.

Tras la Primera Guerra Mundial, el presidente estadounidense Wilson, en el 5º de sus 14


puntos para un nuevo orden mundial, abogaba por el reconocimiento del derecho a la
autodeterminación de los pueblos. En los años treinta, los movimientos nacionalistas de
las colonias aumentaron su presencia y su influencia. Sus principales dirigentes
procedían de las élites locales, y se habían educado en instituciones y universidades
europeas.

En el año 1945, con un continente europeo devastado por más de cinco años de
violencia y destrucción, era evidente la debilidad de las potencias coloniales europeas.
La población de las colonias, que había participado en la guerra con personas y
recursos, no estaba dispuesta a olvidar las promesas de libertad recibidas a cambio de
ayuda. Muchos pueblos iban a reclamar su independencia en el nombre de los mismos
principios invocados para luchar contra el fascismo.

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Por otra parte, los líderes de los movimientos nacionalistas convirtieron la defensa de su
cultura y su identidad en movilizaciones independentistas, capaces de conectar a las
minorías ilustradas con las masas populares. La ideología de estos movimientos era
diversa. En paralelo, la ideología colonialista se vio seriamente cuestionada.

En los países desarrollados de Occidente, la opinión pública comenzó a estar a favor de


la concesión de la independencia de las colonias. Las coces críticas contra el
imperialismo denunciaban la existencia de negocios lucrativos en manos de una
minoría, mientras la mayoría de la población tenía que asumir un elevado coste humano,
económico y político de la administración colonial.

Los dominios de África y Asia se percibían en las metrópolis como algo lejano y ajeno,
sobre todo en aquellos lugares, que eran la mayoría, donde la presencia de población de
origen europeo era casi irrelevante.

La ONU incorporaba en su Carta fundacional el principio de igualdad entre todos los


pueblos y el reconocimiento del derecho de autodeterminación. En 1960 se aprobó la
resolución 1514 condenaba la dominación y explotación de los pueblos como una
negación de los derechos humanos fundamentales. La ONU se convirtió en un foro de
expresión y legitimación de los movimientos anticoloniales.

Estados Unidos y la Unión Soviética apoyaron en gran medida las reivindicaciones


nacionalistas y propiciaron la emancipación de las colonias. Ambas potencias estaban
muy interesadas en atraer a los nuevos Estados hacia sus respectivos bloques y áreas de
influencia.

En la Conferencia de Bandung (1955) se sentaron las bases de una organización política


internacional situada al margen de los dos grandes bloques capitalista y socialista, el
Movimiento de Países No Alineados. Marcó la aparición de líderes de gran prestigio
internacional y dio gran impuso al proceso descolonizador. El Movimiento de Países No
Alineados se constituyó formalmente en la Conferencia de Belgrado (1961).

1.2. El tercer mundo

El concepto “tercer mundo” surgió en 1952 en un artículo publicado por el demógrafo


francés Alfred Sauvy. Se puede diferenciar:

-Primer mundo: englobaba a los países desarrollados occidentales.

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-Segundo mundo: estaba formado por los países socialistas que permanecían dentro de
la órbita de la URSS.

-El “tercer mundo” tenían un denominador común, la pobreza y el subdesarrollo, y una


aspiración política, la posibilidad de crear una fuerza anticolonial independiente de las
grandes superpotencias.

1.3. Inestabilidad política y subdesarrollo

Los dos rasgos que definen a la gran mayoría de países del tercer mundo ha sido su
inestabilidad política y su dependencia económica. Los intentos de formación de
democracias parlamentarias fracasaron en la mayoría de los nuevos Estados debido a la
situación social, cultural y económica.

El militarismo impidió la construcción de una Administración y una sociedad civil


sólida y estable. Las guerras estaban provocadas por divisiones étnicas, religiosas o
culturales, por disputas en torno a las fronteras arbitrarias, o por la confrontación, en un
escenario local, de los dos bloques de la Guerra Fría.

La característica que mejor define al tercer mundo es su situación de pobreza,


subdesarrollo y dependencia económica. Coexistían y siguen coexistiendo altas tasas de
crecimiento demográfico con una renta per cápita muy baja y una desigualdad social
interna extrema.

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El subdesarrollo nació en la época del imperialismo, cuando las economías de las
colonias quedaron subordinadas a los intereses de las metrópolis. Siguió después de la
independencia, cuando se creó una nueva forma e dominio, el neocolonialismo. Las
antiguas colonias mantienen una dependencia comercial, tecnológica y financiera
respecto a los países desarrollados occidentales.

En los años noventa del siglo pasado, cuando se derrumbó el mundo comunista, el
concepto de Tercer Mundo empezó a perder significado y unidad interna. Actualmente,
la expresión Norte-Sur identifica la frontera geográfica que separa a los países del
Norte, que acumulan la mayor parte de la riqueza, y a la mayoría de los países pobres
del Sur. Destaca la situación penosa del África subsahariana donde, medio siglo después
de la independencia, se siguen sucediendo hambrunas, epidemias, golpes de Estado y
guerras civiles.

2. EL SUR Y EL SUDESTE ASIÁTICO

El proceso de descolonización comenzó en Asia, en los años posteriores a la Segunda


Guerra Mundial. En apenas una década, las regiones que pertenecían al imperio
británico, francés y holandés se convirtieron en países independientes.

1.2. India y Pakistán

India era la posesión más preciada de Reino Unido. La administración británica,


encabezada por un virrey, dejaba una amplia autonomía a los gobiernos de los
protectorados y principados locales. La mayoría de la población permanecía atada a la
tierra. En las ciudades, donde la industria era muy escasa, destacaba la pequeña
burguesía formada por comerciantes y funcionarios.

En el seno de la élite indígena, en 1885, nació el Partido del Congreso. En 1906, la


minoría de religión islámica, en rivalidad constante con los hindúes, fundó la Liga
Musulmana.

Después de la Primera Guerra Mundial, los nacionalistas comenzaron a reclamar la


independencia política del país. Su dirigente más señalado fue Mahatma Gandhi, un
líder carismático que criticaba los efectos de la industrialización colonial, reclamaba el
regreso a la cultura ancestral hindú y propugnaba la resistencia pasiva.

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En los años treinta, después de varias revueltas populares y duras acciones represivas, el
movimiento nacionalista se extendió a las clases populares urbanas y al campesinado.
En 1945, Reino Unido accedió a conceder la independencia siguiendo los pasos del Plan
Mountbatten. Los independentistas estaban liderados por dos políticos, Pandit Nehru,
del Partido del Congreso, y Ali Jinnah, de la Liga Musulmana.

En agosto de 1947, la colonia quedó dividida en dos Estados independientes. Por un


lado, la Unión India, de mayoría hindú, que abarcaba el 81% del territorio. Por otro,
Pakistán, de mayoría musulmana, con un 19% de la superficie dividida en dos zonas
separadas. En 1971, Bangladés se convirtió en un país independiente, después de una
cruenta guerra civil.

La partición de la India produjo numerosos enfrentamientos violentos, con más de


medio millón de muertos, y una oleada de millones de refugiados, hindúes y
musulmanes, hacia uno y otro lado de la frontera.

El territorio fronterizo de Cachemira pasó a ser un espacio disputado, causa de varias


guerras y de continuas tensiones que llegan hasta la actualidad.

Desde su creación, Pakistán ha sido gobernado con frecuencia por dictaduras militares.
India, sin embargo, ha mantenido un sistema político democrático dominado durante
varias décadas por la familia de Nehru.

2.2. El Sudeste asiático

Las demás posesiones británicas en Asia accedieron rápidamente a la independencia


después de la India:

En 1948 lo consiguió Birmania. Ese mismo año se creó el Estado de Ceilán, que en
1972 pasó a denominarse Sri Lanka. La independencia de Malasia se retrasó hasta
1957. Singapur, desgajado de Malasia, obtuvo su independencia en 1965.

La mayoría de las antiguas colonias británicas han permanecido vinculadas a la corona


de Reino Unido a través de la Commonwealth, asociación dedicada a fomentar las
relaciones económicas y culturales entre los países que la integran. En las colonias
francesas y holandesas de Asia, el proceso de descolonización no fue pacífico.

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En lo referente a la Indochina francesa; en 1946, la Liga Comunista del Viet Minh,
dirigida por Ho Chi Minh, proclamó la República Democrática de Vietnam. Francia no
aceptó los hechos y comenzó una larga guerra de desgaste que se prolongó hasta 1954,
cuando el ejército francés fue derrotado en la batalla de Dien Bien Phu.

En la Conferencia de Ginebra (1954) se acordó la creación de tres Estados


independientes: Laos, Camboya y Vietnam. El territorio vietnamita quedó dividido en
dos zonas, separadas por el paralelo 17, en espera de un referéndum que nunca se
celebró.

En Indonesia, el final de la guerra fue aprovechado por el Partido Nacionalista de


Sukarno para declarar su independencia. Países Bajos no aceptó y comenzó una guerra
de guerrillas. En 1949, el fracaso militar del ejército holandés y la presión internacional
permitieron la proclamación de la República de Indonesia.

3. EL EXTREMO ORIENTE: CHINA Y JAPÓN

En 1945, China y Japón sufrían los efectos de su participación en la Segunda Guerra


Mundial. China vivía inmersa en una cruenta guerra civil que desangraba al país. Japón,
derrotado y agotado por le esfuerzo bélico, permanecía ocupado por las tropas de
Estados Unidos y sometido a duras condiciones políticas y económicas.

3.1. La Revolución china

En 1912 China se convirtió en una república dominada por el Kuomintang. En los años
treinta, la dictadura impuesta por el general Chang Kai-chek encontró la oposición del
Partido Comunista Chino, liderado por Mao Zedong.

Los partidarios de Mao, acosados por el Kuomintang, emprendieron una estratégica


retirada por el centro del país, la Larga Marcha. Durante la ocupación japonesa,
nacionalistas y comunistas se unieron para combatir a los invasores. Pero en 1945
volvió a estallar una durísima guerra civil que terminó, en 1949, con el triunfo final de
Mao y la proclamación de la República Popular China.

En las décadas siguientes, el programa de la dictadura comunista, basado en la


colectivización agraria y en la nacionalización de la industria, produjo una
transformación radical del país. En 1958, Mao puso en marcha el “Gran Salto
Adelante”, una movilización general de toda la población. El objetivo era transformar la

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tradicional economía agraria China a través de una rápida industrialización y
colectivización agraria mediante la creación de miles de comunas de campesinos.

En la década de los años sesenta, China rompió relaciones con la Unión Soviética y
siguió su propia vía hacia el socialismo. En 1966, Mao, con el apoyo de una parte del
ejército y de los estudiantes más radicales, comenzó la llamada Revolución Cultural.
Una campaña de movilización popular contra el inmovilismo de los políticos y de los
funcionarios y excesos de la burocracia, que provocó con una dura represión.

Los negativos resultados de la Revolución Cultural provocaron un giro político: Zou


Enlai, primer ministro crítico con ese proceso, forzó una apertura al exterior, visible con
el establecimiento de relaciones diplomáticas con nuevos países occidentales y el
ingreso de China en el Consejo de Seguridad de la ONU.

La muerte de Mao, en 1976, abrió una nueva etapa. Subió al poder Deng Xiaoping, un
defensor de la liberalización económica y de la apertura internacional del régimen.
Emprendió una serie de reformas con el objetivo de modernizar la agricultura, la
industria, la ciencia y el ejército.

Se aplicó un sistema mixto que mantenía una estructura socialista con espacios para las
relaciones capitalistas. Pero el crecimiento económico no se vio acompañado por una
apertura política. En 1989, el Gobierno contestó a las manifestaciones y peticiones de
reformas democráticas con la declaración de la ley marcial y una violenta represión.

3.2. Japón: la expansión económica

La derrota final contra Estados unidos supuso la ocupación de su territorio, la supresión


del ejército nipón y el control de sus instituciones. Pero el contexto de la Guerra de Fría
y el inicio de la guerra de Corea provocaron que terminara la ocupación y llegó la ayuda
técnica y financiera. El resultado fue que antes de terminar la década de 1960 se había
convertido en la tercera potencia económica mundial.

El “milagro” económico japonés se explica varios factores: mano de obra cualificada;


inversión estatal en desarrollo científico; construcción de concentraciones industriales;
gran impulso a las exportaciones; disciplina y respeto a la jerarquía; la no inversión en
gastos estatales. La imagen del éxito de Japón en el exterior quedó asociada a los
productos electrónicos, la informática y el sector del automóvil.

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Pero desde finales de la década de los años ochenta sufrió también los efectos de la
recesión económica, la competencia de los llamados “dragones asiáticos” y los
problemas asociados a la degradación del medio ambiente.

4. EL DESPERTAR DE ÁFRICA

Los dos imperios más importantes, el británico y el francés, dominaban la mayor parte
de los territorios, divididos por fronteras arbitrarias que separaban a tribus y pueblos. El
continente estaba sometido a un régimen de administración colonial que perseguía,
sobre todo, la explotación de los recursos naturales y el control de la mano de obra
indígena.

4.1. Los nacionalismos africanos

El proceso de descolonización comenzó a finales de la década de 1950 debido al pobre


desarrollo social y económico de la mayoría de los territorios. La oleada
descolonizadora estaba relacionada con la existencia de una nueva élite africana que
había sido educada en las universidades europeas y conocía el ideario de libertad,
democracia y emancipación.

En esos años surgieron muchos partidos y organizaciones nacionalistas. Así nació el


panafricanismo, una corriente política que promovía la solidaridad y la unión entre los
pueblos africanos en su objetivo común de lucha contra el colonialismo europeo. El
proyecto utópico de una futura unión africana de carácter federal impulsó el desarrollo
de los movimientos de liberación y ayudo a extender la conciencia nacional entre la
población.

Liberia era una república fundada a mediados del siglo XIX por colonos
estadounidenses de raza negra. Etiopía había recuperado su independencia durante la
Segunda Guerra Mundial.

4.2. El África negra británica

En primer lugar, cabe destacar la evolución gradual de los territorios coloniales hacia su
independencia y el carácter pactado y pacífico del proceso. El primer país que logró su
independencia fue Ghana (1957). Su primer presidente, Kwame Nkrumah, fue uno de
los líderes la creación de la Organización para la Unidad Africana (hoy en día Unión

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Africana). En Kenia sí hubo un largo enfrentamiento violento entre el movimiento
independentista radical Mau-Mau y los colonos británicos.

Los mayores conflictos tuvieron lugar en las colonias del África austral, donde las
minorías de raza blanca eran importantes y pretendían mantener su hegemonía política y
económica. Son los casos de la Unión Sudafricana y de Rodhesia, que declararon su
independencia de manera unilateral en los años sesenta, poniendo en marcha una
política de segregación racial (apartheid) hacia la mayoría de la población negra.

-Sudáfrica. La larga lucha de los negros continuó hasta 1990, cuando se produjo la
liberación de Nelson Mandela, el líder del Congreso Nacional Africano, lo que significó
el fin del apartheid y el comienzo de un estado democrático.

-Rodhesia. El régimen se mantuvo hasta 1980, cuando la mayoría negra logro el poder y
creó el Estado multirracial de Zimbabue.

4.3. El final del imperio francés y del imperio belga

La emancipación de las colonias francesas del África occidental y ecuatorial comenzó


en 1956 con una ley de autonomía que abrió paso, dos años más tarde, a la celebración
de un referéndum. En un primer momento, la mayoría de los territorios decidieron
permanecer dentro de la llamada Comunidad Francesa.

Pero ese proyecto no cuajó y en 1960 todas las colonias subsaharianas optaron por la vía
de la independencia. En este sentido destaca la figura de Sedar Senghor, líder de la
independencia de Senegal.

Un caso bien diferente fue el de la independencia del Congo Belga. En un principio la


rígida administración belga no concedió la independencia. Pero en 1960 Bélgica se vio
obligada a concederle la independencia ante el empuje del Movimiento Nacional
Congoleño de Patrice Lumumba. Los enfrenamientos étnicos y los intereses creados por
la enorme riqueza del subsuelo provocaron una cruenta guerra civil que, tras el asesinato
de Lumumba en 1961, culminó, en 1965, con la instauración de la dictadura militar de
Mobutu.

En la colonia de Ruanda-Burindi (antigua colonia belga), los enfrentamientos tribales


entre los tutsis y los hutus continuaron después de 1961, cuando se crearon do Estrados
independientes. En 1994 se produjo el genocidio de Ruanda, un intento de exterminio

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de la población Tutsi por parte del gobierno hegemónico Hutu en el que se asesinó
aproximadamente al 70% de los Tutsis.

4.4. Las últimas colonias

En 1960, la Somalia italiana se convirtió en una república independiente En 1968, la


colonia española de Guinea Ecuatorial consiguió su emancipación. A principios de la
década de 1970, solo quedaban en África las colonias portuguesas.

La intransigencia de la metrópoli provocó una guerra casi permanente contra las


guerrillas del Frente de Liberación de Mozambique y del Movimiento para la
Liberación de Angola. El conflicto se extendió hasta 1974, cuando la Revolución de los
Claveles terminó con la dictadura y abrió un proceso de rápida descolonización. Se
crearon las repúblicas de Guinea-Bisáu, Cabo Verde, Mozambique y Angola.

5. EL MUNDO ISLÁMICO

Es una inmensa región diversa y compleja, unida por la seña de identidad de la religión
y la cultura islámicas. En las últimas décadas del siglo XX el mundo islámico se
convirtió en uno de los espacios más conflictivos del mundo debido a los intereses
económicos y estratégicos, los enfrentamientos culturales y religiosos y las divisiones
políticas.

5.1. La descolonización del Magreb

La región del Magreb es el espacio más occidental del mundo islámico. En Libia el
proceso de emancipación comenzó en 1951, como resultado del acuerdo de las
potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial.

En esos años se produjo el auge de los movimientos nacionalistas que luchaban contra
el dominio francés en Marruecos (Istiqlal) y en Túnez (Neo Destur). En 1956 Francia y
España concedieron la independencia a Marruecos. Se estableció una monarquía
encabezada por el rey Mohamed V. En ese año, también Túnez consiguió su
independencia constituyéndose como una república presidida por Habib Burguiba.
España entregó Sidi Ifni a Marruecos en 1969.

Argelia era una colonia muy vinculada a la metrópoli donde nueve millones de
musulmanes convivían junto a un millón de colonos europeos. Las movilizaciones

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nacionalistas fueron contestadas con una represión durísima. Entre 1954 y 1962, el
Frente de Liberación Nacional, liderado por Ben Bella, disputó una larga güera contra
las tropas francesas (medio millón de muertos). La guerra de guerrillas, atentados y
enfrentamientos aislados incluyó también la llamada batalla de Argel (1957). La guerra
provocó casi medio millón de muertos y una escalada de atentados terroristas brutales,
detenciones arbitrarias, torturas y deportaciones masivas. En Francia, la guerra argelina
produjo una crisis política interna, donde un grupo de generales creó la OAS, que
cometió muchos actos violentos. En 1960, el general De Gaulle disolvió la OAS y
comenzó negociaciones con los líderes argelinos, que culminaron con la concesión de la
independencia en 1962.

5.2. Oriente Próximo y Oriente Medio

La desaparición del Imperio Otomano convirtió a las antiguas provincias de Egipto,


Oriente Próximo y Arabia en protectorados controlados por Reino Unido y Francia. En
la época de entreguerras, el desarrollo del nacionalismo árabe, el sionismo y el
descubrimiento de yacimientos de petróleo convirtieron a la región en una zona de
creciente conflictividad.

Egipto era, en teoría, un reino independiente desde 1922. Pero sus Gobiernos, como el
del rey Faruq I, estaban controlados por Reino Unido. En 1952, una revolución dirigida
por militares nacionalistas proclamó una república. Su presidente, Gamal Abdel Nasser
(1952-1970), un militar de ideas socialistas y nacionalistas, se convirtió en un líder del
mundo árabe. Bajo el Gobierno de Nasser se instituyó un régimen de orientación
socialista que realizó amplias reformas.

El panarabismo fomentado por Nasser dio sus frutos con la creación, en 1958, de una
República Árabe Unida formada por Egipto, Yemen y Siria, que tuvo una vida muy
breve. Siria era un país independiente desde 1941, dominado por el partido Baas, de
orientación socialista. El golpe de Estado de 1963 le acercó más a la órbita de la Unión
Soviética.

Durante esta época se desarrolló el socialismo árabe, una ideología política basada en
una combinación de panarabismo y socialismo. Su influencia intelectual y política llegó
a su cenit durante la década de 1950 y 1960.

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La península arábiga. Al frente de los países creados en la península arábiga se situaron
monarquías absolutistas como la de Arabia Saudí, independiente desde 1932 y Emiratos
Árabes. Son regímenes teocráticos gobernados de acuerdo con la ley islámica, con
grandes reservas petrolíferas y vinculados con el mundo occidental.

En Irán reinaba el sah Reza Pahlevi desde 1941. Una dictadura de carácter militar
apoyada por Reino Unido y Estados Unidos, quienes controlaban la explotación de
petróleo. La corrupción interna, el despilfarro de la monarquía y la represión de
cualquier disidencia provocaron un creciente malestar social que fue encauzado por el
movimiento islámico de los ayatolás chiitas. En 1979 se produjo una revolución que
obligó al sah a salir hacia el exilio y se creó la República Islámica de Irán, dirigida por
el ayatolá Jomeini.

Irak se independizó en 1930. Estaba gobernado desde 1958 por militares. Desde 1979
fue su presidente Hasan Husein (partido Baaz). En 1980 comenzó una larga guerra entre
Irán e Irak. Algunos países árabes y Estados Unidos apoyaron a Sadam Husein porque
su régimen laico suponía un freno al fundamentalismo iraní. La paz alcanzada en 1988
no fue el final de las tensiones y hostilidades violentas de esta zona estratégica. Otras
dos guerras enfrentaron a Irak con coaliciones internacionales: guerra del Golfo (1990-
1991) y Guerra de Irak (2003-2011).

Afganistán también se ha convertido en un foco de tensión con varios conflictos


sucesivos, como la guerra civil de 1978 a 1992, la dictadura talibán y la intervención
armada internacional del año 2001.

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5.3. El conflicto árabe-israelí

A finales del siglo XIX, Palestina formaba parte del Imperio Otomano. Se estima que
unos 25.000 judíos emigraron a Palestina en la llamada primera aliyah (la inmigración
judía a la Tierra de Israel), desde 1881 a 1903.

En Palestina ya vivía una pequeña comunidad de judíos que no eran sionistas, es decir,
no buscaban hacerse con el control de la zona y establecer una patria exclusiva o
mayoritariamente judía, sino que convivían con musulmanes y cristianos desde tiempo
inmemorial.

El caso Alfred Dreyfus estalló en Francia a partir de 1894 y tuvo importantes


repercusiones para los judíos. El capitán francés Dreyfus, judío, fue acusado
injustamente de espiar a favor de Alemania, y fue víctima de un proceso judicial
antisemita. A partir de ese caso, el periodista austrohúngaro Theodor Herzl, se convirtió
en el padre del sionismo político y del concepto del actual Estado de Israel. Su objetivo
era la creación de un nuevo país para el pueblo judío. Poco a poco la idea empezó a
calar con fuerza entre las comunidades judías de Europa.

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El goteo de migrantes a Palestina continuó casi sin interrupción. Un momento decisivo
fue la Declaración Balfour, una carta que lord Arthur Balfour, ministro de Asuntos
Exteriores del Reino Unido, escribió a lord Lionel Walter Rothschild, líder de la
comunidad judía británica, en 1917, en plena Primera Guerra Mundial. La declaración
hacía referencia por primera vez a la creación de un “hogar nacional” judío.

La reacción de la población no judía, que comprendía casi el 90% de los habitantes de


Palestina, fue de rechazo. La inmigración judía creció con fuerza por el antisemitismo
en Europa.

El Mandato de Palestina, oficialmente Palestina, fue una administración territorial


encomendada por la Sociedad de Naciones al Reino Unido en Oriente Medio, tras la
Primera Guerra Mundial y como parte de la partición del Imperio otomano, con el
estatus de territorio bajo mandato. Aunque el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda
administraba estos territorios de facto desde 1917, el Mandato entró en vigor en junio de
1922 y expiró en mayo de 1948.

La población judía en Palestina pasó de 84.000 personas en 1922 a 650.000 en 1947. La


mayoría de la población, 1.300.000, seguía siendo árabe. La tensión migratoria
desembocó en una espiral de violencia que incluyó una revuelta árabe, episodios de
represión de las autoridades del Mandato y varios atentados perpetrados por árabes y
también por judíos.

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En 1947 Reino Unido anuncia que abandonará el territorio. Ese mismo año además la
ONU aprueba una resolución para dividirlo en dos Estados: uno judío y otro árabe-
palestino. Mientras que Jerusalén quedaría bajo un régimen internacional. Los árabes
rechazan el plan de partición.

En 1947, el Exodus, un buque fletado en Francia por la organización clandestina


Haganá, lleva a 4.500 inmigrantes judíos a bordo. La mayoría supervivientes del
Holocausto. Su objetivo es establecerse en Palestina, donde en la antigüedad vivió el
pueblo hebreo. El viaje del Exodus es solo caso más célebre.

Cuando el buque se acercó a las costas palestinas, las autoridades del Reino Unido les
cerraron el paso. El caos obligó a Reino Unido a cambiar su política migratoria y pasó a
impedir la llegada de más judíos. Por eso el barco acaba siendo devuelto a Europa y sus

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pasajeros internados en campos para deportados. Aun así, muchos si consiguieron llegar
al destino inicial.

En 1948 David Ben-Gurión declara el nacimiento del Estado de Israel. Se define desde
el principio como un Estado judío, algo que condiciona el conflicto para siempre. Un
día después el nuevo país es atacado por las fuerzas armadas de Egipto, Líbano, Siria,
Jordania e Irak. Israel gana esta guerra y el Estado palestino no se llega a crear.

La primera guerra árabe-israelí (1948-1949) permitió que el nuevo Estado judío


ampliara su territorio y lograra un acceso a Jerusalén.

El mundo árabe quedó dividido y el proyecto de creación de un Estado palestino


desapareció. Son los años de la Nakba (catástrofe), la expulsión o huida de más de
700.000 palestinos que se refugian en otros países cercanos (Jordania, Siria y Líbano) y
cuyo regreso nunca permite Israel.

El mapa se reconfigura, Egipto pasa a controlar Gaza, mientras que Jordania se hace con
Cisjordania. Israel por su parte amplía sus fronteras y se queda con el 77% de la
Palestina que había estado bajo el mandato británico.

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En 1956, con ocasión del conflicto del canal de Suez, las tropas israelíes conquistaron la
península del Sinaí, aunque luego se retiraron debido a las presiones internacionales.

Guerra de los Seis Días. En 1967, Egipto, Siria y Jordania se habían movilizado para
una nueva confrontación, cuando Israel sorprende con un ataque preventivo que le lleve
a una rotunda victoria. Israel le arrebata la península del Sinaí a Egipto y los Altos del
Golán a Siria. También ocupa Jerusalén Este y la totalidad de Cisjordania y Gaza. Eso
provoca más desplazados y que miles de palestinos, que hoy son millones, vivan bajo
un régimen de ocupación militar israelí.

Tras la guerra de los Seis Días, Israel emprende casi de inmediato un proceso de
colonización de las tierras ocupadas.

En octubre de 1973 estalla la guerra del Yom Kipur. Israel es sorprendido por un ataque
conjunto de Egipto y Siria para recuperar los territorios que le habían sido arrebatados.
Es una agresión que Israel no ve venir. Este conflicto se enmarca dentro de la Guerra
Fría. De un lado, los árabes están apoyados por la URSS. Por otro, Israel cuenta con el
apoyo de Estados Unidos, lo que acaba siendo crucial para su victoria.

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El camino de la diplomacia dio sus primeros frutos en 1977, cuando Egipto reconoció al
Estado de Israel. Fue el paso previo a los Acuerdos de Camp David, firmados al año
siguiente por Menachem Begin (Israel) y Anwar el-Sadat (Egipto). Egipto recuperó el
Sinaí.

El problema palestino quedó sin resolver. Desde 1964, la Organización para la


Liberación de Palestina (OLP), dirigida por Yaser Arafat, nació para representar al
pueblo palestino y contribuir a la lucha armada.

En 1982, el ejército israelí invadió el sur del Líbano para destruir las bases de las
milicias palestinas. En 1987 surgió la intifada, una revuelta callejera de los jóvenes
palestinos contra la ocupación israelí. Ese año nace Hamás, que son las siglas del
“Movimiento de Resistencia Islámica”. Este movimiento compite por representar a los
palestinos con Al Fatah, el principal partido de la OLP, nacionalista y laico.

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Continuaron las tensiones y enfrentamientos hasta que en 1991 la Conferencia de
Madrid abrió la vía diplomática, que permitió, en los Acuerdos de Oslo de 1993, la
firma de una “paz por territorios”. Esto supone la retirada parcial de las fuerzas israelíes,
la creación de la Autoridad Nacional Palestina y cierto autogobierno en las zonas
ocupadas.

La idea era que los pactos durasen cinco años y después negociar una paz definitiva.
Hamás se opone y la brecha con la organización de Arafat aumenta. Pero esa ventana de
esperanza de paz se va cerrando rápidamente. Al menos cuatro factores contribuyen a
ello:

 La masacre que Hebron llevada a cabo por un colono israelí en 1994.


 Una oleada de atentados suicidas palestinos.
 El asesinato de Isaac Rabin a manos de un ultranacionalista israelí en 1995.
 La consistente expansión de los asentamientos.

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En el año 2000 estalla la segunda intifida. La frustración por los escasos resultados
logrados por los acuerdos y una visita del presidente israelí Ariel Sharón a la Explanada
de las Mezquitas prende de nuevo la mecha de la protesta, que se vuelve más violenta.

En 2005 Israel decide salir de Gaza y evacua sus militares y colonos judíos, pero sigue
controlando su espacio aéreo, frontera terrestre y costa. Así somete a la franja a un
desabastecimiento de suministros que impide el desarrollo. Para la ONU sigue siendo
una ocupación.

En Cisjordania siguen los puestos militares de control, las redadas, el muro de


separación, las demoliciones de hogares, etc. En 2006 Hamás gana las elecciones
palestinas. Se produce un boicot diplomático internacional, y en la lucha interna por el
poder en los territorios ocupados, expulsa a Al Fatha de Gaza. Ese partido laico de
mantendrá al frente de la Autoridad Nacional Palestina en Cisjordania.

En 2007 Israel impone un bloqueo a Gaza en el que Egipto colabora. A partir de 2008
Hamás e Israel entran en un ciclo de enfrentamientos armados. Hay conflictos de relieve
en 2008, 2012 y 2014.
En todo este tiempo el Estado israelí consolida su política de asentamientos ilegales. En
las últimas décadas el número de colonos en Cisjordania se ha cuadruplicado.
Actualmente son 500.000 y otros 200.000 en Jerusalén Este.

En 2020 se firman los Acuerdos de Abraham, supone la normalización de las relaciones


de Israel con Emiratos Árabes Unidos, con Baréin y Marruecos.

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