Collarín Cervical e Inmovilizador Tetracameral

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Collarín Cervical

Collarín Cervical
e Inmovilización
Tetracameral
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Collarín cervical

Definición

Dispositivo que sirve para inmovilizar la columna a nivel cervical, con el fin de
evitar lesiones de la médula espinal, tanto en la recogida como en el transporte y
posterior transferencia del lesionado.

Inmovilización: técnica de preparar y recoger a un lesionado para su posterior


manejo, movilización y traslado, teniendo en cuenta en todo momento su estado
y las posibles lesiones, evitando agravar o empeorar su situación.

Indicaciones

En cualquier situación en la que sospechemos posible lesión. Habrá que tener


en cuenta las diferentes situaciones en las que, por el mecanismo lesional, pre-
suponemos una lesión espinal potencial (ver traumatismo vertebral y medular).

En el paciente politraumatizado, la colocación del collarín cervical es priori-


tario realizándose junto al manejo de la vía aérea.

El objetivo primordial del collarín cervical es proteger la columna de una


compresión.

Material necesario

Collarín cervical.

Existen distintos tipos de collarines cervicales. Los que se usan con más fre-
cuencia son:

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o  Blando: de espuma, no utilizados para la inmovilización cervical prehos-
pitalaria.
o  Semirrígido (Thomas): de plástico, no permiten el acceso a una vía aérea
accesoria.
o  Rígido (Philadelphia, Neclot, Stifneck, X-Collar): posee cuatro apoyos;
mentoniano, esternal, occipital y cervicodorsal.
o  De vacío: requiere más tiempo para su colocación.

Según han demostrado diversos estudios, los rescatadores deben escoger un


collarín cervical que pueda ser colocado con un movimiento mínimo, en el menor
tiempo posible y limitando movimientos cervicales durante el transporte. Ade-
más, deben permitir el acceso a la vía aérea y la ventilación sin obstruirla, acceso
anterior para una vía quirúrgica y toma de pulso carotideo, adaptarse a los dife-
rentes tamaños de cuello, ser radiotransparentes y compatible con RNM, fáciles
de limpiar y resistentes a condiciones climatológicas adversas. Los que más se
aproximan a estas características son los collarines rígidos tipo Philadelphia.

Collarín tipo Phipadelphia. (Foto propiedad del autor)

Aun así, los collarines cervicales rígidos no inmovilizan al 100%. Limitan la


flexión en un 90% y la extensión, la inclinación lateral y la rotación en un 50%.
Son dispositivos importantes para la inmovilización, pero siempre deben usarse
conjuntamente con una estabilización manual o una inmovilización de la colum-
na.

Diversos estudios han demostrado que la forma más correcta de estabilizar


e inmovilizar la columna vertebral después del trauma y prevenir las lesiones de
la médula espinal es mediante la colocación de un collarín cervical rígido junto
con el inmovilizador lateral (dama de elche) sobre una tabla espinal con correas.

Descripción de la técnica

Depende de la posición del paciente: decúbito prono, supino o sedestación.


En cualquier caso es necesaria la presencia de dos profesionales para realizar
correctamente esta técnica.

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• V aloración inicial de toda la columna cervical en busca de alteraciones de la
vía aérea, ventilación y circulación, como: desviación de la tráquea, lesiones
traqueales, enfisema subcutáneo, ausencia de pulso carotideo.
• Aplicar y mantener la estabilización manual de la cabeza y el cuello en una
posición alineada neutra (paciente con la nariz al frente sin flexión extensión
ni rotación). La cabeza del paciente se sujeta y desplaza hacia esta posición,
excepto si está contraindicado (ver más adelante).

Medición cuello. (Foto propiedad del autor y de Santiago Sancho Mancebo)

Si el paciente está en decúbito supino, nos colocaremos a la cabeza del mismo


tumbados o arrodillados. Situaremos nuestras manos a ambos lados de la cabeza
del paciente, cubriendo las orejas con las palmas y dirigiendo la punta de los de-
dos hacia los pies del paciente. El cuarto y quinto dedos de cada mano rodean la
parte posterior del cráneo del paciente. Es recomendable que apoyemos los codos
y los antebrazos en el suelo o en nuestras rodillas para dar mayor estabilidad y
apoyo.

Siempre que tengamos que girar a un paciente, se mantendrá la estabilización


manual. También lo haremos una vez puesto el collarín hasta asegurar la estabi-
lización completa.

Tracción cervical. (Foto propiedad del autor y de Santiago Sancho Mancebo)

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• C on los dedos, medir la distancia que hay entre la mandíbula inferior del
paciente y el hombro. Para ello colocaremos los dedos paralelos a la man-
díbula.
• Seleccionar el collarín que tenga esta medida tomando como referencia
nuestros dedos o, en caso de disponer de uno estándar, ajustarlo a esta me-
dida deslizando las partes móviles del mismo y fijándolas. Si la medida se
encuentra entre dos tallas de collarín aplicaremos primero la más pequeña.

Regular tamaño collarín.


(Foto propiedad del autor y de Santiago Sancho Mancebo)

• D
 ebemos retirar la ropa lo máximo posible para que el collarín se ajuste
bien, al igual que los pacientes con pelo largo. Colocar el collarín mientras
se mantiene la estabilización manual fijando primero el mentón y pasando
el extremo del collarín entre la base del cuello del paciente y la superficie
donde estaba apoyado. Fijarlo la parte distal al velcro cuando se visualice.

Colocación collarín.
(Foto propiedad del autor y de Santiago Sancho Mancebo)

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• M
 antener la estabilización manual hasta que el paciente esté totalmente in-
movilizado en un tablero largo y con el inmovilizador lateral.

Mantener estabilización.
(Foto propiedad del autor y de Santiago Sancho Mancebo)

• O
 tras formas de estabilización cervical según posición inicial del paciente
en un vehículo: por la parte posterior, por la parte anterior y por el lateral,
como se muestran en las fotos que hay a continuación.

Acceso lateral. (Fotos propiedad del autor y de Santiago Sancho Mancebo)

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Complicaciones

La colocación de un collarín cervical no está libre de complicación entre las


que se encuentran:

• L esiones espinales por movilización inadecuada del cuello.


• Movimientos de flexión cervical producidos por aplicación de una talla pe-
queña de collarín.
• Movimientos de extensión cervical por la colocación de una talla grande de
collarín e incluso libertad de movimientos si la barbilla queda en su interior
sin estar fijada.
• Incomodidad, dificultad respiratoria y compresión vascular a nivel del cue-
llo por cierre excesivo del collarín.
• Desprendimiento del collarín, obstrucción de la vía aérea y pérdida brusca
de inmovilidad por cierre inadecuado del collarín.

En un lesionado cervical, la insuficiencia respiratoria suele ser la principal cau-


sa de muerte en los primeros momentos. Esto implica la apertura de la vía aérea
conjuntamente con la inmovilización de columna cervical de una forma correcta.

Observaciones

Un collarín cervical eficaz se asienta sobre el tronco, la parte posterior de la


columna dorsal, la clavícula y los músculos trapecios. De este modo se permite
un ligero movimiento en las dos últimas vértebras cervicales y primera dorsal,
pero impidiendo su compresión. El collarín rígido permite que la carga inevitable
que se produce entre la cabeza y el tronco se transfiera de la columna cervical al
collarín, eliminando o minimizando la compresión cervical que podría surgir de
otro modo.

Es primordial elegir el tamaño correcto según cada caso así como estar bien
adiestrados en la colocación del mismo.

La posición neutra alineada correcta de la cabeza se mantiene sin ejercer una


tracción significativa. Solo se tira lo suficiente en caso de pacientes que se encuen-
tren sentados o de pie para descomprimir el eje axial.

La cabeza se debe mantener en todo momento en la posición alineada neutra


estabilizada manualmente hasta completar la inmovilización mecánica del tronco
y la cabeza.

Mover la cabeza desde su posición original en el momento del accidente a una


posición alineada correcta conlleva menos riesgos que si el paciente se estabiliza
y evacua en una posición incorrecta.

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El movimiento de la cabeza del paciente hacia una posición alineada neutra
se encuentra contraindicado en unos pocos casos. Si en el momento de alinear la
cabeza y el cuello hacia la posición neutra aparece alguno de los siguientes signos,
debemos interrumpir dicho movimiento:

•  resencia de resistencia al movimiento y/o crepitaciones.


P
• Espasmo de la musculatura cervical.
• Incremento del dolor.
• Comienzo o incremento de déficit neurológico con presencia de adormeci-
miento, cosquilleos o pérdida de la capacidad motora.
• Compromiso de la vía aérea o la ventilación.

En estos casos la cabeza del paciente la inmovilizaremos en la misma posición


en la que nos la encontramos mediante otros dispositivos (collarín cervical de
vacío) o continuar con la inmovilización bimanual.

Cuidados posteriores

Es importante mantener al paciente agitado, inquieto o violento en una in-


movilización adecuada. En la mayoría de los casos es debida al dolor, confusión,
hipoxia, alcohol o drogas.

Los inmovilizadores no deben ser retirados hasta que se descarte radiológica-


mente la existencia de lesión espinal.

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Inmovilizador tetracameral o «Dama de Elche»

Definición

Es un dispositivo diseñado para ayudar en la inmovilización de la cabeza y


cuello de pacientes que lo precisen. Evita el tambaleo de la cabeza hacia los late-
rales en el momento que se produzca el traslado.

Está formada por las siguientes piezas:

• U na base rectangular semirrígida, que en sus 2/3 partes está cubierta de


velcro.
• Dos piezas de forma trapecial con velcro en su base y un orificio centrado a
la altura de las orejas de la víctima.
• Dos tiras, para la fijación del inmovilizador al tablero espinal o camilla de
cuchara y otras dos para fijarlas al paciente.

Dama de Elche. (Foto propiedad del autor)

Indicaciones

Se utiliza conjuntamente con el collarín cervical, consiguiéndose realizar de


este modo, una inmovilización segura de la cabeza y evitando cualquier movi-
miento lateral de cabeza que pudiera producirse. Se usa para inmovilizar la cabe-
za con el paciente en una camilla de cuchara o en un tablero espinal.

Para transporte de pacientes con fractura de la columna cervical o lesión me-


dular.

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Dama de Elche en tablero espinal. (Foto propiedad del autor)

Material necesario

• I nmovilizador tetracameral o «Dama de Elche».


• Collarín cervical.
• Tabla espinal larga.

Descripción de la técnica

• L a técnica de colocación de este dispositivo tiene que ser realizada al menos


por dos personas.
• Previamente tendremos colocado siempre un collarín cervical.
• La base del inmovilizador debe estar fijada a la tabla espinal mediante las
dos cintas laterales y la superior.
• Manteniendo una persona la inmovilización manual de la cabeza y columna
cervical del paciente, esta se apoyará en la base y se pegarán al velcro a la
misma altura las dos piezas trapeciales laterales sin presionar. Ambos orifi-
cios laterales deben quedar a la altura de las orejas de la víctima para permi-
tir al paciente que nos escuche y para poder valorar la salida de líquido del
conducto auditivo (ej. otorragia).
• Colocaremos las correas para sujetar el dispositivo al paciente. Primero la
inferior a la altura del mentón del collarín. Hay que tener especial cuidado
de no fijarla al mentón del paciente ya que podríamos impedir así la aper-
tura bucal.

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Técnica para la colocación de la Dama de Elche.
(Fotos propiedad del autor)

• A continuación colocaremos la cinta de sujeción superior sobre la frente del


paciente.
• En caso de realizar esta técnica sobre camilla de cuchara y, debido a que
ambos laterales de la camilla están separados, la técnica varía. Una persona
mantendrá la inmovilización manual de la cabeza y columna cervical, que
habrá sido inmovilizada anteriormente con un collarín cervical tipo Phila-
delfia.
• Tras mantener una ligera tracción y elevar el mínimo necesario colocaremos
la base del inmovilizador sobre la camilla de cuchara, con la línea media a
la altura de la nariz del paciente. Fijaremos dicha base a través de las correas
a la camilla de cuchara.
• En cualquier caso, se mantendrá manualmente la posición neutra de la ca-
beza del paciente hasta que el dispositivo esté colocado por completo.

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Complicaciones

La colocación de la fijación inferior del dispositivo directamente sobre el men-


tón puede impedir la apertura de la vía aérea.

La incorrecta fijación del dispositivo a la camilla o tablero espinal puede ori-


ginar movimientos que repercutan sobre la columna cervical.

Observaciones

Este tipo de dispositivo está diseñado en un principio para adultos pero, al


poderse mover las dos piezas trapeciales sobre el velcro según las dimensiones de
la cabeza, podría también emplearse en niños.

Este material suele estar revestido con vinilo, siendo resistente al agua. Por
otro lado, está diseñado para no interferir con la RMN, TAC y Rx.

En algunas unidades se dispone de otro modelo de Dama de Elche más rígido,


en lugar de velcro, los laterales están fijados a la base y se deslizan según tamaño
de la cabeza.

Dama de Elche. (Foto propiedad del autor)

En caso de no tener este dispositivo, puede improvisarse uno de características


similares mediante sacos rellenos de arena dispuestos en los laterales de la cabeza
del paciente y unidos al mismo con cinta aislante, una vez colocado previamente
el collarín cervical.

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Cuidados posteriores

Es necesario comprobar su correcta colocación para no disminuir su efectivi-


dad así como la correcta adhesividad del velcro por el acúmulo de suciedad.

Evitaremos la compresión de las orejas del paciente, pues produce mo-


lestias.

Bibliografía

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Collarín Cervical

BIBLIOGRAFÍA

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• A.A.V.V. (2014) Inmovilizador tetracameral o “Dama de Elche”. En Manual de
soporte vital avanzado en combate. Ministerio de Defensa. España.2

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Uso con fines académicos
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Uso con fines académicos

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