Historia de La Tecnologia T.P

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INSTITUTO SUPERIOR DE FORMACIÓN DOCENTE SAUCE.

PROFESORADO DE EDUCACIÓN TECNOLÓGICA.

El origen y la evolución de la imprenta

ESPACIO CURRICULAR: PEDAGOGÍA EDUCACIONAL.

PROFESOR: QUIROZ, SUSANA

ESTUDIANTES: ALEGRE CURRIE, DANA MICAELA.

LEGUIZA, CECILIA MARIA LUJAN.

QUIRÓZ, AGUSTINA AYELEN.

RAMIREZ ROMERO, IVANA ANTONELA.

SANCHEZ, IVAN DAVID.

ZABALA, LISETTE ANAHI.

AÑO LECTIVO: 2024.


Introducción

La imprenta refiere a un mecanismo capaz de reproducir textos e


imágenes en un soporte de papel, de tela o de otros materiales, con el fin de
producirlos a gran escala.

Inicialmente operaban en base a dos planchas metálicas entre las cuales


se introducía el material a imprimir, y en las cuales se habían distribuido y
entintado los moldes tipográficos (letras) en el orden correcto del texto.
Entonces se presionaba las planchas y el texto quedaba marcado en la
superficie.

La imprenta fue inventada en el siglo XV y perfeccionada con el pasar de


los años, pero desde entonces permite la reproducción serial de libros, revistas,
folletos, vestimentas y otros artículos dotados de textos e imágenes, a través
de diversos métodos de presión y entintado.
Origen de la imprenta

La imprenta con tipos de madera se usó por primera vez en China en el


año 593 por Monjes budistas, que imprimían seda y telas de colores. Antes del
año 900, ya se imprimía libros de oraciones.

El sistema de caracteres de móviles para la impresión de textos fue


inventado en China, entre los años 1041-1048 Pi Cheng (Bi Zeng). Los
caracteres se hacían con tierra cocida, de manera análoga a la que utilizan los
tipógrafos actuales, ya que el conjunto del texto compuesto de esta manera se
encerraba en un cuadro de hierro.

En 1297 y 1298, Wang Chen perfecciono este sistema realizo letras en


madera dura con las que imprimió en 1313, su tratado de agricultura disponía
de un catálogo de 60.000 caracteres que le permitieron imprimir en un mes una
centena de ejemplares de una gaceta local.

Se supone que los caracteres móviles chinos, pudieron llegar a Europa


con las tropas mongolas que invadieron rusia en 1240. Polonia en 1259 y
Hungría en 1283. La invención, que se extendió en los vastos territorios
asiáticos, llego sin duda a Europa. Bien fue descrita por viajeros, o tal vez se
dispuso de caracteres chinos en madera gracias al intercambio comercio, que
entonces era bastante frecuente.

Entre 1423 y 1437, el holandés Laurens Janzsoon, más conocido por el


nombre de coster, intento adaptarlo a los caracteres latinos. Siendo estos
claramente más pequeños que los chinos, coster choco con dificultades que no
le permitieron terminar.

Mientras tanto, artesanos holandeses y germanos abandonaron los


caracteres de maderas en beneficios de caracteres metálicos, utilizándolos del
siguiente modo: los caracteres se realizaban en relieves sobre latón y cobre,
luego se aplicaban sobre una superficie de madera dúctil, como la arcilla o en
plomo caliente, letra a letra, para reconstruir el texto; finalmente se fundía el
plomo sobre la matriz que así se obtenía lista para la impresión.

Este procedimiento recuerda mucho al estampado de una pieza en una


matriz de las prensas modernas y debió construir el punto de partida de la
imprenta, excepto que ni la profundidad de los moldes, ni la lineación de los
caracteres obtenidos eran satisfactorios y cada estampo de una pieza en una
matriz tendía a embotar el carácter original. La impresión metalográfica se
practicó, sin embargo, mal que bien, durante varios años, fundamentalmente en
Estrasburgo.

Este perfeccionamiento técnico sirvió de punto de partida para el alemán


Johannes Gutenberg, quien tuvo la idea de volver a los caracteres móviles de
la siguiente manera: las matrices de las letras se confeccionaban por separado,
a partir de los modelos de cobre o de latón, para la función de los caracteres en
plomo, igualmente individuales.

Estos últimos se componían y reunían en una tabla de madera, y a


continuación se ligaban para la impresión. Hacia 1439, Gutenberg invento
también la prensa, de la que es el creador original, la cual le permitió tener por
fin una impresión profunda y regular de sus planchas y textos. Hacia 1475 el
alemán Peter Schoffer mejoro la técnica de Guterbeg poniendo a punto las
matrices de acero, le permitían colar caracteres en cobre, más precisos, más
regulares y menos deteriorables.

¿Quién invento la imprenta?

El inventor de la imprenta, es el alemán Johannes Gutenberg en el año


1440, en la ciudad de Maguncia (Alemania). La imprenta, permitió generar una
cantidad hasta entonces inimaginable de libros, de papel impreso y de
conocimiento.
Un conocimiento que, de golpe, podía salir de los cuatros paredes de los
monasterios y esparcirse por todas partes. Los monasterios eran básicamente
los únicos lugares del mundo occidental donde se guardaba una mínima parte
de la cultura que generaban los humanos. De cada libro, existían solo unas
pocas copias hechas a mano que llegaban a muy pocos.

A pesar de que siempre se habla de Gutenberg como el inventor de la


imprenta, en realidad no invento nada, en el año 1200, ya había libros impresos
gracias a piezas que tenían las letras grabadas. Y en el siglo X, los chinos ya
imprimían textos con letras hechas de barro convenientemente entintadas.

Pero todos los sistemas eran limitados o no funcionaban bien. Las letras
se estropeaban enseguida, o no encajaban correctamente las unas junto a las
otras. Costaba muchos hacer libros, y cuando lo conseguían solo podían
imprimir pocos ejemplares.

El mérito, indiscutible, de Gutenberg fue inventar una imprenta que fuera


funcional, que permitiera imprimir grandes cantidades de libros de manera
rápida y eficiente, al menos según los parámetros de aquel tiempo.

Uso piezas de tipografía de metal mucho más resistente y de mejor


calidad. Encontró el sistema de prensar el papel de modo que la impresión
fuera de calidad, eligió el tipo de tinta de calidad adecuada para usarlo todo.

Casi todo esto ya estaba inventado, pero fue Gutenberg quien lo agrupo
para darle utilidad. Aquello fue una revolución, se dice que en cincuenta años
se generaron más libros que en los mil años anteriores.
El uso de la tinta

Los primeros en usar tinta fueron los chinos, hace probablemente cinco
mil años, para ennegrecer superficie de piedras con una mezcla de hollín,
gelatina animal y aceite. En otros lugares de elaboraron otros tipos de tintas
con un colorante vegetal o un pigmento mineral y algunas sustancias que
sirven de aglutinante. Cuando Gutenberg inventa la imprenta, en Europa hay
dos tipos de tinta: la que usaban griegos y romanos hecha de hollín, cola y
agua, y otra hecha de sulfato de hierro, hiel, goma y agua; ninguna servía para
la imprenta, así que tuvo que inventarse otra hecha a base de aceite de
turpentina y aceite de nueces.

La tipografía

Los chinos graban sus textos sobre unos sellos, mientras que aquellos
del próximo oriente solo tiene un empleo figurativo. La escritura ideográfica
china es tan compleja que rápidamente se fomenta la investigación de
procedimientos y estructura mecánica. Al contrario, las escrituras alfabéticas
occidentales, que permiten el uso de la letra cursiva, son más fáciles de escribir
a mano.

En el siglo XIV A.C; en invento de la tinta y luego, en el siglo I, el del


papel, son obviamente dos factores de suma importancia tanto como la
demanda sostenida de libros religiosos y de textos confucianos.

Primeros textos impresos

En China, el uso de términos directamente ligados a la nueva técnica se


remonta al siglo VII. Sin embargo, el primer texto impreso conocido data del
siglo VII. Se trata de un rol de papel descubierto en Corea de Sur (pero con
certeza importado de China) que contiene un Sutra budista. Los arqueólogos
fechan se realización entre 704 y 751.

En cuanto al primer libro impreso, fue hallado por el gran arqueólogo y


explorador británico Aurel Stein, en 1907, en Tunhuang, Asia central. Es una
traducción al chino del “Sutra del diamante” (escrito originalmente en sánscrito),
efectuada por el erudito Wang Chieh y fechada en el año 868.
Lenta difusión en China

Las técnicas de la imprenta se propagan en el transcurso del siglo X.


Unas imprentas se establecen en Loyang y Khai-feng, en el norte; en
Szechuan, Nanking y Hangchow, en el sur. A partir de la época Song (960-
1279), estas técnicas empiezan a ser explotadas hacia países vecinos.

Los budistas emprenden entonces un proyecto enorme: la impresión de


todo el conjunto del canon budista. Cada una de las seis ediciones publicadas
entre 971 y 1321 implica el grabado de 60.000a 80.000 bloques. Esto da idea
del nivel alcanzado por la imprenta china en una época en que, en los
monasterios occidentales, los copistas todavía sufrían con sus manuscritos

Invento de los caracteres móviles

Durante el reinado de Ching Li (1041-1048), el plebeyo Pi Sheng invento


los caracteres de imprenta móviles. Tomo arcilla pegajosa y la corto en
caracteres tan delgados como el borde de una moneda. Cada carácter formaba
un tipo único. Los quemo en el fuego para endurecerlos. Antes había
preparado una placa de metal: la había cubierto de una mezcla de resina de
pino, de cera y de cenizas de papel.

Cuando deseaba imprimir, cogía un marco de hierro y lo colocaba


encima de la placa. Allí disponía los tipos, apretados los unos contra los otros.
Cuando el marco estaba lleno, formaba un bloque solido de tipos. Lo colocaba
cerca del fuego para calentarlo.

Cuando la pasta (del fondo) estaba ligeramente fundida, cogía una tabla
lisa y la apretaba contra la superficie para que el bloque de tipos se volviera tan
pajero como una piedra de afilar. Para imprimir tan solo una o dos copias, este
método no fácil. Sin embargo, para la impresión de centenas o miles de copias,
era maravillosamente rápido.

Al principio, la imprenta se confunde con el grabado en madera. A partir


de un bloque grabado, se puede ejecutar unas 15.000 copias impresas, y
10.000 más después de haber retocado el bloque. Este proceso requiere por
supuesto el grabado de un nuevo bloque para cada texto. Los caracteres
móviles se imponían luego como una alternativa imprescindible.

Esa innovación decisiva se atribuye a Pi Sheng durante la primera mitad


del siglo XI. Desaparece hasta el siglo XIII, época en que se usó de los
caracteres móviles (de madera) vuelven merced letrada, Wang Chen.

La fabricación de los caracteres móviles en metal fusiles empieza en


Corea a fines del siglo XIV, y en el siglo XV, en China. Luego, la imprenta es
adoptada en consecuencia de la conquista del Turquestán por los mongoles en
el siglo XIII. La llegada de las hordas mongólicas en Polonia (1259) y en
Hungría (1283) pareciera haber favorecido su transformación hacia Alemania.

Difusión en Europa

En todo caso, en Europa, las técnicas de xilografía se conocen desde


1377, año en que la existencia de los naipes está comprobada. En Francia y en
Alemania, las telas impresas se conocen más temprano aun, en los siglos VI y
VII, y los grabados sobre madera que se venden entre 1400 y 1450, en
Alemania meridio-nal y en Venecia bajo la forma de “libros” se parecen
notablemente a los libros chinos.

Según Tsien Tsun-Hsum, parece que los grabadores en madera


europeos no solamente han visto las muestras (de libros) chinas. Tal vez, las
han recibido de misioneros u otros que han sido instruidos en estos métodos no
europeos durante una estadía en china.

La tesis de la adopción de una técnica china no está comprobada. Sin


embargo, ya sea una adopción o un invento independiente, la aparición en
Occidente de los caracteres de imprenta móviles en la época del renacimiento
es perfectamente lógico.

En efecto, es menos preciso, aunque más fácil usar los caracteres


móviles para la impresión de escrituras alfabéticas que exigen en total un
centenar de tipos (mayúsculas, minúsculas, números y puntuación). Mientras el
chino cuenta con 53000 caracteres junto con 400 radicales y un surtido
completo de caracteres que puede llegar a alcanzar unos 450000 tipos.

Como se reproducían los libros antes de la imprenta

para llegar donde estamos actualmente, la civilización ha pasado por


varios procesos para poder plasmar la sabiduría y el conocimiento en algún tipo
de formato que perdurase y se pudiera conservar para las siguientes
generaciones.

La reproducción de libros es muy anterior a la invención de la imprenta


de caracteres móviles. Posiblemente se practica desde el tercer o segundo
milenio antes de nuestra era, en Oriente Próximo y en Oriente Medio. Pero se
diferencia de la edición en sentido moderno por el hecho de que las obras
copiadas no se vendían; las copias, de textos religioso o políticos, se hacían
principalmente para evitar su destrucción por el paso del tiempo.

Estas obras constituían un privilegio de las castas dirigentes. Con toda


probabilidad, fue en Roma, en el siglo I a. de C, donde apareció la edición
comercial. Los autores depositaban el original de un texto en casa de un
copista; allí se copiaban varios ejemplares y se vendían a cualquier cliente que
lo solicitara (las obras eran relativamente caras, dado que las copias se
efectuaban en pergamino, material claro).

A continuación, el copista abandono unos derechos al autor. Este es


efectivamente el principio de la edición comercial tal como existe hoy en día.
Tras la caída del imperio romano, la práctica de la copia se traslada a los
monasterios y vuelven a no ser comercial, o, en tal caso, de un comercio muy
restringido.

Con la creación de las universidades, a partir del siglo XII en Europa, se


restaura la profesión de editor (entonces se le llamaba estacionario). La
imprenta de caracteres móviles le dio evidentemente un impulso considerable.
Podemos considerar que la edición moderna, se crea con el Copyright
Act británica de 1709, que protegía los derechos de los autores durante
veintiún años, permitiendo a los editores republicar un texto tras este periodo
sin pagar derechos; pero sobre todo aseguraba a los autores un derecho de
continuidad, y por tanto rentas estables, proporcionales a las ventas.

Primer libro impreso en español

El primer libro impreso en español fue el Sinodal de Aguilafuente (actas


el sínodo celebrado en este pueblo de Segovia) de Juan Parix primer impresor
de España, en 1472.

En cambio, en algunos historiadores se descantan por otra opción. Dicen


que fue el primer libro en castellano que imprimió fue Comprehensorium de
Johannes Grammaticus, impreso en 1475. Los Reyes Católicos promocionaron
la edición de algunos libros, entre ellos la primera Gramática castellana, de Elio
Antonio de Nebrija, impresa en Salamanca en 1492.
Evolución de la imprenta

En 1710, Jacob Christof Le Blon descubre la tricromía, impresión a partir


de tres colores básicos: rojo, azul y amarillo. Ese mismo año, el holandés Van
Der Mey descubre la estereotipia, impresión basada en planchas de plomo que
acelera las impresiones.

La tipografía es descubierta en 1796 por el austriaco Alois Senefelder,


que usa places de piedra caliza para imprimir en plano.

Posteriormente se inventaría la impresión en color. Pero vamos a ver


estas mejores y evoluciones de imprenta con más detalle:

 Estereotipia o monotipia

La estereotipia es un procedimiento de impresión que permite obtener


una página impresa por medio de un molde fundido sobre una página
tipográfica compuesta con caracteres móviles.

El molde, realizado en hueco, está en positivo, mientras que la pagina


estereotipada en relieve, aparece en negativo y por lo tanto permite imprimir la
página en positivo. Este procedimiento representa una etapa esencial en la
evolución que conduce desde la imprenta de caracteres móviles a las prensas
rotativas modernas.

Fue inventada por artesanos impresores renanos a principios del siglo


XV, pero permaneció mucho tiempo sin consecuencias debido a la imperfección
de los moldes. La lentitud de la impresión tipográfica le devolvió su vigencia a
principios del siglo XVIII.

Por aquel entonces, su lentitud se agravo a causa de lso


frecuentes accidentes debidos a la dificultad que entrañaba manejar las
páginas montadas que, al caer, se deshacían. Se cambiaron entonces por
pasteles de caracteres que hay que recomponer; además, la composición de
obras de varias decenas o centenas de páginas exigían almacenar grandes
cantidades de caracteres.
En 1725, el escoces William Ged abordo el problema logrando poner a
punto la técnica esbozada tres siglos antes; es decir, realizo sobre las páginas
compuestas matrices en las que colaba un metal dando la forma de una placa,
que podía servir para la impresión.

De este mod, los caracteres tipográficos podían ordenarse sin


desperfectos, incluso antes de la impresión del libro. Este procedimiento
presentaba una ventaja añadida, la de conservar las placas estereotipadas con
el fin de reutilizarlas en reimpresiones posteriores.

Ged intento introducir su técnica en Londres, pero la hostilidad de los


impresores ingleses le condujo al fracaso. Cuando, casi medio siglo más tarde,
compatriotas de Glasgow, Alexander Tilloch y Andrew Foulis, retomaban la
idea, se vieron obligados a disimular, para no suscitar la colera de sus
comprades.

En 1784, el alemán Franz Hoffmann se empeñó en implementar esta


técnica en Paris y obtuvo el privilegio exclusivo de su “nuevo arte” de imprimir;
él y su hijo publicaron, a finales de ese año, un Journal polytype des Sciences
et des arts, que suscito los elogios de Lavoisier, pero levanto la colera de los
impresores, esta vez parisinos.

Este sistema permitía ganar tiempo de tal forma que les hacía sombrar, y
en lugar de adoptar la estereotipia, lo resolvieron haciendo abolir el privilegio de
Hoftmann y logrando prohibir la técnica.

El año siguiente, sin embargo, Joseph Carez de Toul, obtuvo la


autorización del ministro de justicia para realizar la estereotipia, que bautizo
monotipia. Esta comenzó a imponerse mucho más fácilmente porque se pensó
utilizar para la fabricación de asignados (papel moneda) y de billetes de lotería
infalsificables.

Aunque la técnica misma no estaba totalmente puesta a punto, la colada


de metal caliente sobre caracteres tipográficos no proporcionaba moldes muy
preciosos, como consecuencia de la deformación por el enfriamiento.

Entre 1793 y 1797, Louis Etienme Herhan Firmin Didot y Nicolas Marie
Gatteaux, quienes acabaron asociándose, pudieron a punto un método de
prensado en frio de la placa matriz. Herhan, con autentico genio, simplifico la
estereotipia eliminando la etapa en la que había que recurrir a los tipos.

Estos se componían ellos mismos a partir de matrices, y Herhan invento


un procedimiento que consistía en utilizar directamente estas matrices para
componer los textos y hacer el fundido de la matriz de impresión; de este modo
obtuvo caracteres muchos más finos y una impresión mucho más nítida.

Este procedimiento llamado monotipia conducirían a la invención, en


1896, de la componedora-fundidora del americano Lanston, capaz de fundir
líneas enteras que luego bastaba con ajustarlas en chasis.

Fotograbado:

En el transcurso de las investigaciones que debían llevar a la invención


de la fotografía, Nicéphore Niepce invento el fotograbado; ocurría en 1816.
Esta invención se basa en las propiedades del betún de Judea, sustancia que
presenta la peculiaridad de endurecerse con la luz y volverse indisoluble con
esencia de trementina. Trazando pues un dibujo sobre una placa de cristal, y
colocando esta sobre otra placa bañada en betún de Judea. Niepce obtuvo una
especie de “negativo” de su dibujo.

Las partes expuestas a la luz se endurecían y quedaban en relieve,


mientras que las otras se disolvían en el ácido. Esta invención daría lugar al
heliograbado, puesto a punto en 1875 por el austriaco Karl Klietsch, quien llego
al grabado sobre metal a partir de un negativo fotográfico.
La placa metal grabado era bañada en tinta y luego limpiada; la tinta se
quedaba en las ranuras del grabado reconstruyendo el documento en positivo
sobre el papel. El heliograbado inaugura la era de la prensa ilustrada.

La impresión en color

El origen de la impresión en colores es oscuro y, a juzgar por algunas


cartas para jugar (naipes) impresas en varios colores y que datan del siglo IX,
esta técnica habría nacido en China. Se ignora cuál era exactamente el
procedimiento y se supone que consistía en aplicar tintas de colores diferentes
sobre un mismo bloque de madera grabada, que bastaba con pasarlo luego por
una prensa.

Sin duda, este fue el procedimiento empleado por Gutenberg para


obtener las rubricas e iníciales en rojo de su Biblia “de 42 líneas”, el primer libro
impreso con caracteres móviles (otras iniciales o rubricas se colorearon a
mano).

Posteriormente, los impresores de Maguncia producían libros con


rubricas e iniciales en dos colores, y las grandes iniciales del psalterio, impreso
en 1457 por Peter Schoffer, tiene complicados arreglos en rojo y azul, cuyo
secreto fue desvelado en 1830 por el inglés sir William Congreve. “La inicial se
componía con dos elementos de madera o de metal, que encajaban igual que
las piezas de un rompecabezas y que se entintaban por separado y luego se
encajaban cuidadosamente”.

Este fue el procedimiento que retomo en 1486 el célebre maestro


impresor ingles Saint Albans, quien producía blasones impresos en cuatro
colores, azul, rojo y marrón; el amarillo, curiosamente, se aplicaba con un
pincel.

A principios del siglo XVI, hizo su aparición una técnica de grabado en


madera, derivada de la anterior, que se conoce con el hombre de chiaroscuro.
No se sabe si fue antes en Alemania o en Italia, y el nombre de su inventor es
desconocido.

Consistía en realizar un grabado con trazos fuertes, cuyos diferentes


espacios se coloreaban de modo diferente; el trazo negro servía para tabicar
los colores y recogía las rebabas. Paralelamente aprecio la técnica de las
platillas, utilizada esencialmente para la producción de naipes.

En 1630, la técnica se extendió a la talla dulce (no serán al agua fuerte


hasta más o menos un siglo después). Los resultados dependían del talento del
grabador. Podemos decir que no se produjo ningún invento fundamental de
impresión a colores desde el de Schoffer,

Pero, en 1719, el alemán de origen francés Johann Christoff Le Blon


patento un procedimiento (sin duda inventado antes) que era extraordinario por
su prefiguración de las teorías de óptica, ya que se fundaba en la utilización de
colores primarios para la reconstrucción del espectro. Le Blon lo utilizo para la
reproducción de obras maestras de pintura.

De este modo, realizaba varias planchas de una misma obra, vigilando la


localización perfecta de los cuatro colore, es decir, su perfecta superposición;
cada plancha se trabajaba en mezzo-tinto en función de un color primario, y la
superposición de las tiradas en azul, amarillo y rojo, permitía reconstruir los
colores originales de la obra (además había una tirada en negro). La
superposición del azul y del rojo daba violeta; la del azul y amarillo, verde; la de
rojo, amarillo y negro, marrón, etc.

La intensidad de cada color en tirada final dependía de la densidad de la


trama del mezzo-tinto, las tramas tupidas producían colores oscuros y las
tramas abiertas lo contrario. Este procedimiento, publicado en Francia en 1756,
conoció un éxito inmenso.

Estaba basado en el empleo de tintas transparentes, las únicas capaces


de producir el efecto deseado. Apuntaremos de paso que este efecto se
aproxima mucho al de la cuatricromía por clisado en cinc, que vio la luz en el
siglo XIX. La trama cuadriculada del mezzo-tinto parecía confundirse con la
rama de malla de los clichés fotográficos.

Hacia 1818, Alois Senefelder extendió el procedimiento de tricromía o


cuatricromía a la litografía, de la que era inventor. Era el nacimiento de la
cromolitografía. Algunos impresores, como las ingles William Savage,
realizaron hazañas de variedad incorporando hasta treinta colores diferentes en
grabados en talla dulce, en chiaroscuro o en cromolitografía.

Otros, como las ingles George Baxter, combinaban sabiamente el


grabado en acero para los trozos negros y el grabado sobre madera para los
colores. El desarrollo de la foto permitió en 1858, obtener mecánicamente la
reproducción en colores por medio de la realización de clichés sobre cinc, de
los cuatros planchos que se debían tirar con los colores primarios; cada cliché
se hacía por medio de un filtro en color de la misma imagen.

La patente fue depositada por el inventor Louis Ducos du Hauron en


1858. Señalaremos que el cinc ya se empleaba para grabado; la primera vez lo
hizo el austriaco Joseph Trentsenky en 1822, y que la cincografía la había
comercializado el socio de Senefelder, Knecht como sustituto de la litografía.

La imprenta inicialmente presentaba las siguientes características

 Copiaba el modelo de los sellos de caucho de la


antigüedad, presionando el papel entre planchas metálicas.
 Dicha presión provenía de un sistema de atornillado que
impedía que el papel se moviera y que generaba la suficiente fuerza
para imprimir.
 Las letras eran tipos móviles, es decir, moldes metálicos
que debían ordenarse en la secuencia correcta para reproducir el texto.
 Inicialmente incorporó la xilografía y otras técnicas
tradicionales debido a limitaciones en el molde tipográfico.
 La imprenta se perfeccionó en el siglo XIX, gracias al
invento de la linotipia por parte de Ottmar Mergenthaler.

Tipos de imprentas

Muy posteriormente, gracias a la revolución industrial y a las nuevas


tecnologías, surgieron formas más sofisticadas de impresión. Hoy en idea
existen distintos tipos de imprenta, como son:

 OFF-SET: la imprenta “tradicional”, aunque muy alejada de


la inventada en el medioevo, es el fruto del siglo de mejoramiento del
proceso, gracias a los adelantos tecnológicos. Operan la base a
planchas tipográficas con cuatros tintas diferentes (en base a sus
colores, o CMYK).
 DIGITAL: aprovechando la revolución computacional, la
imprenta se renovó para incorporar la tecnología virtual y la transmisión
rápida de datos. Las impresoras caseras y portátiles de una PC ordinaria
son un buen ejemplo, que operan en base a otros principios como el
láser o la inyección de tinta.
 ROTATIVA: las imprentas en que se hace el periódico,
dotadas de grandes rodillos móviles entre los que se prensa el papel,
para producir rápidamente cientos de pliegos de periódico o de otros
formatos.

La evolución de la imprenta a nivel tecnológico

Hasta el siglo XVIII siempre se habla de prensas manuales, desde las


primeras prensas de tornillo, pasando por las que incluían muelles en el siglo
XVII, hasta la aparición de las prensas de hierro hacia 1800, fecha en la que
empezaron a sustituirse los tornillos por palancas.

En aquella época, las mejores prensas manuales solo eran capaces de


producir unas 300 impresiones por hora, cifras que superaban las prensas de
hierro. Porque usaban moldes mucho más grandes que los de madera.

A largo del XIX se desarrollaron numerosas invocaciones para satisfacer


la necesidad de una mayor rapidez en los tipos de impresión y de
abaratamientos de los costes. En primer lugar, fue la prensa accionada por
vapor, seguida por la prensa de cilindro, que evolucionó hacia la rotativa y la
prensa de doble impresión, la cual permitía la impresión a doble cara. A finales
de siglo XIX comenzó la impresión en rotativa continua, que usa el papel de
bobina, o la impresión por sublimación.
Conclusiones

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