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Hueso esfenoides

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Hueso esfenoides

Vista superior (plano coronal) del hueso esfenoides humano.

Rotación del esfenoides en 3D


Nombre y clasificación
Latín [TA]: os sphenoidale
TA A02.1.05.001
Gray pág.147
[editar datos en Wikidata]
El hueso esfenoides (en griego: σφηνοειδής, "en forma de cuña"1) es un hueso impar
situado en la parte media de la base del cráneo que forma parte de la estructura
interna profunda de la cara, de las fosas nasales y del propio cráneo. En él se
encuentra la silla turca donde se aloja la glándula hipófisis.

Se encuentra entre la porción horizontal del frontal, la porción basilar del


occipital, y las porciones escamosa y petrosa del temporal.

Presenta un cuerpo, central, y seis prolongaciones laterales; dos alas mayores, dos
alas menores y dos apófisis pterigoides.2 Este hueso, característico de primates,
se desarrolla a partir de la fusión de varios huesos que se presentan de manera
independiente en otros animales: los aliesfenoides (alas mayores), los
orbitoesfenoides (alas menores), el basiesfenoides y el preesfenoides (ambos
impares, forman el cuerpo) y los pterigoides (forman las apófisis pterigoideas).3

Cuerpo
De forma cúbica, ocupa la parte central del hueso esfenoides. Aloja a los dos senos
esfenoidales (recubiertos de mucosa y separados por un tabique)
Cara superior
Presenta, desde donde se empieza a describir, en la línea media una cresta (cresta
esfenoidal) que articulada continúa a la apófisis crista galli y que termina en una
punta llamada proceso etmoidal del esfenoides, o espina etmoidal, por su
articulación con este.

A los lados de esta cresta existe una superficie lisa semicóncava, el yugo
esfenoidal; en él se articula la lámina papirácea del etmoides. Después del yugo se
observa el canal óptico esfenoidal,o surco quiasmático, que es donde se aloja el
quiasma (estructura resultante del entrecruzamiento de los nervios ópticos: el
derecho envía la información a la región occipital izquierda y viceversa) de los
nervios ópticos terminando en ambos lados con unos agujeros llamados agujeros
ópticos y atrás con el tubérculo pituitario y sirve de límite anterior para la
silla turca, o fosa pituitaria, donde se aloja la hipófisis, que está situada dos
centímetros por delante y dos por encima del meato auditivo interno.

Dorsalmente (posteriormente) la silla turca está limitada por la lámina


cuadrilátera del esfenoides (o dorsum sellae), que en sus ángulos superiores
presenta unos salientes denominados apófisis clinoides posteriores.

Cara inferior
Lleva en la línea media la cresta esfenoidal inferior, muy saliente en su parte
delantera, donde se continúa con la cresta esfenoidal anterior, formando el pico
del esfenoides. La cresta inferior se articula con el borde superior del vómer que
tiene forma de ángulo diedro y se constituye así el canal esfenovomeriano medio,
comprendido entre la cresta y el fondo del canal vomeriano. A los lados de la
cresta inferior existen unas superficies lisas de forma triangular con base
interna, que forman la parte más posterior del techo de las fosas nasales, más
hacia afuera se desprenden hacia abajo las apófisis pterigoides.

Alas menores
Llamadas también apófisis de Ingrassias, surgen de la parte antero-superior de cada
lateral del cuerpo del esfenoides, en dirección casi horizontal. Forman la parte
posterior de la fosa craneal anterior, la región postero-medial de las órbitas, el
techo de las fisuras orbitarias superiores, y del canal óptico. La unión de las
alas menores con el cuerpo se denomina cresta esfenoidal y sus extremos mediales
forman las apófisis clinoides anteriores.

Alas mayores
Parten de ambas caras laterales del cuerpo del esfenoides, dirigiéndose primero
lateralmente y luego adelante y arriba. Forman parte de la fosa craneal media, de
la región postero-lateral de las órbitas, de la parte inferior de las fisuras
orbitarias superiores y de la mayor parte de las fisuras orbitarias inferiores.
Presentan varios orificios, como el oval, el redondo y el espinoso, puntos de paso
de vasos y nervios.

Apófisis o procesos pterigoideos


Forman dos láminas óseas, dirigidas verticalmente de arriba abajo, que parten a la
vez de la cara inferior del cuerpo del esfenoides y del borde interno de sus alas
mayores. Cada una de las alas presenta una base, un vértice, dos caras (interna y
externa) y dos bordes (anterior y posterior). La base, situada en la parte
superior, está atravesada de delante a atrás por un conducto recto, que es el
llamado conducto vidiano (por el que pasa el nervio del mismo nombre).

El vértice, bifurcado, está formado por dos láminas óseas, que se designan con el
nombre de lámina lateral y lámina medial; esta última termina con un gancho por el
cual se desliza el rafe pterigomandibular, donde se insertará por anterior el
músculo buccinador, y por posterior, el músculo constrictor superior de la faringe.
Entre las dos láminas se encuentra una escotadura que, en el cráneo articulado,
está ocupada por la apófisis piramidal del palatino. La cara interna de la lámina
medial, estrecha y plana contribuye a formar la pared externa de las coanas
(aberturas nasales posteriores). La cara externa de la lámina lateral, ancha y
rugosa, forma la pared interna de la fosa cigomática (que sirve de inserción al
fascículo inferior del pterigoideo lateral). El borde anterior, liso por arriba, es
rugoso en su parte inferior para articularse con el palatino; además los bordes
anteriores de la lámina medial y lateral se unen entre sí a ese nivel. El borde
posterior queda libre. Entre la cara interna de la lámina lateral y la cara externa
de la lámina medial se forma una excavación profunda, la fosa pterigoidea, que
junto con la apófisis piramidal del palatino darán inserción para el músculo
pterigoideo medial. En la parte inferior e interna de la fosa pterigoidea, se
encuentra una pequeña depresión oval, la fosita escafoidea o navicular (para el
periestafilino externo).

Importancia del esfenoides en la evolución humana


Estudios recientes sugieren la hipótesis según la cual los cambios (por mutación)
de la posición del esfenoides han implicado transformaciones en la capacidad
cerebral y, transitivamente, avances en las capacidades cognitivas e intelectuales.

Dentro de la línea filogenética que desemboca en el Homo sapiens se periodizan las


siguientes etapas:

Hace 60 millones de años los prosimios tenían un esfenoides horizontal y plano como
la inmensa mayoría de los demás animales con cerebro.
Hace unos 40 millones de años, en los simios el esfenoides tenía una primera
inclinación hacia abajo lo cual permitía un aumento de la capacidad encefálica. Los
lóbulos occipitales obtuvieron más espacio y así se logró un perfeccionamiento de
la visión estereoscópica y probablemente de la memoria visual.
Hace menos de 12 millones de años se produjo una nueva inclinación hacia abajo,
esto en la línea evolutiva dio origen a los antropoides, lo cual implica un cerebro
aún mayor en proporción al resto del cuerpo.
Hace unos 6 millones de años, con los Australopithecus, la inclinación del
esfenoides se volvió a acentuar, y con ello se incrementó la capacidad
neurocraneal.
Hace 2 millones de años se produjo la misma inclinación hacia abajo del esfenoides,
coincidiendo con un total bipedismo. Tal bipedismo, supone la necesidad de un
cerebro voluminoso con redes neuronales complejas como para mantener esa posición
opuesta a la gravedad. Es también probable que esa nueva posición del esfenoides
permitiera un habla rudimentaria, cuyos fonemas eran chasquidos y tonos guturales.
Entre 200 000 y 160 000 años atrás el esfenoides obtuvo la inclinación que se
encuentra en el Homo sapiens. Este hecho coincide con un aumento de la capacidad
cerebral, (en especial de los lóbulos frontales) y una mayor irrigación sanguínea
para el cerebro.

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