28 - El Fracaso y El Éxito Del Creyente

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EL FRACASO Y EL ÉXITO DEL CREYENTE,

Planes para un nuevo año

Fil 2.13; Pr 16.3; 2 Co 1.8-9.

Introducción

¿Cuántos han experimentado el fracaso en este año?

Cada año nos hacemos nuevos propósitos. Y a finales de año volvemos a hacernos los

mismos, u otros nuevos. Hacerse propósitos y no cumplirlos es una experiencia frustrante,

una sensación de derrota humillante.

Hablemos de los propósitos espirituales, ¿te hiciste algunos?, pueden ser propósitos

de hacer como leer toda la Biblia, ayudar en la obra misionera, traer visitas a la iglesia,

etc... O de carácter como ser más paciente, generoso, diligente, veraz, etc.

No es malo hacer buenos propósitos, pero sí es ESCLAVIZANTE. Es más, si tu

experiencia es de frustración voy a proponerte algo nuevo: tantos buenos no valen para

nada, así que mejor olvidarlos, ¿ok?, vamos a dejarlos de lado por un tiempo y vamos a

cambiar de técnica.

Tal vez seas un creyente comprometido, muy activo en el servicio del Señor, con

ministerios por todos lados y una agenda apretada, pero ten cuidado... hay un camino que

conduce al agotamiento, a la desilusión, y es el camino de la independencia del Señor y

del creer que puedes hacerlo todo.


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Buscando la voluntad de Dios y no la nuestra.

-Comienza el año, ¿qué hacemos?, propósitos, y ahí fallamos, decimos: "Ok, Señor, este

año he cometido errores, he perdido el tiempo, he malgastado un año, he vuelto a tropezar y

a estar bien frío espiritualmente, pero eso no va a pasar más, este año voy a ". ¡Te aseguro

que el próximo año vuelves a hacerte los mismos propósitos!

- ¿Sabes dónde está el problema?, en tu voluntad, si Dios quiere hacer algo en tu vida, tiene

que partir de Él, de ti no puede salir nada que prospere,

Is 14.27 "Porque Jehová de los ejércitos lo ha determinado, ¿y quién lo impedirá?

Y su mano extendida, ¿quién la hará retroceder?".

Is 55.10 "Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá,

sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al

que come, 11así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo

que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.".


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CUANDO TÚ TRATAS de hacer algo, ¿qué ocurre?, fracaso, derrota, decepción, tú

tienes un problema, y es que te has acostumbrado a vestirte, desayunar, salir de tu casa y

decir: "hoy tengo que hacer esto y lo otro", pero Dios dice: "¡Vamos ahora! los que decís:

Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; 14

cuando no sabéis lo que será mañana." Stg 4.13.

¡Esto es lo que decimos! este año voy a hacer esto y lo otro, ¿cómo que este año?,

¿qué tu vas a hacer qué?, ¿tú no sabes que Dios hará lo que Dios quiera en tu vida?, ¿tú no

sabes que tus planes son como nada y que tu voluntad es un castillo de paja que puede ser

quemado o derruido por el viento?

Dice Stg 4.15: "En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y

haremos esto o aquello." ¡ESO ES LO QUE DEBERÍAS DECIR!, si Dios quiere, porque es

la voluntad de Dios, es la palabra de Dios, sus órdenes las que se cumplen.

¿Debo de quedarme quieto y esperar a ver lo que Dios hace? NO.

Mira, hemos visto que lo que tú te propones no es nada, tienes una experiencia de

fracaso y derrota, tienes que aprender a ORAR. ¿Sabías que creías orar?, tienes que

aprender a orar que Dios te conceda cosas. Por ejemplo, tú quieres que este año estés celoso

en lo espiritual, con ganas de testificar, fiel al Señor, debes orar: "Señor, dame celo por Ti,

dame el deseo de testificar a las almas que no te conoces, concédemelo Señor".

"Sí, pero eso ya traté de hacerlo", puedes decirme. Claro, el problema está en que no

insististe, mira, Dios a veces nos concede cosas a la primera que se las pedimos, otras veces

no nos las concede ni a la primera, ni a la segunda. Tampoco a la quinta. Quiere ver si


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realmente deseamos lo que le estamos pidiendo, por eso parece que hace oídos sordos a

nuestra petición. Por eso debes persistir en la oración.

Pon en oración tus deseos para este año, persiste en la oración, y, sobre todo, tienes

que estar armado con este pensamiento lo que Dios se propone, eso hará. Si Dios ve que

realmente deseas aquello que le pides, que no es una oración de esas que se hacen para

quedar bien y Él da la orden, y dice: "Ok, de acuerdo, este año te concedo el año más

bendecido en los espirituales, tendrás celo por mí, deseos de santidad, amor por los

perdidos, etc.…", ¿qué pasará?, ¡la voluntad de Dios ES IRRESISTIBLE, LO QUE ÉL SE

PROPONE SE CUMPLE SIN DEMORA!, así que, si deseas algo para este año, no

acudas a tu voluntad, ruega a Dios.

Recibiendo una sentencia de muerte. (2 Co 1.8-11).

A veces lo mejor que te puede pasar es que el Señor te humille para que te des cuenta de tu

fragilidad.

Y es que el Señor nos permite pasar por experiencias de derrota para que así podamos

aprender cosas 1) en cuanto a nosotros mismos y nuestra debilidad, y 2) en cuanto a Dios y

su carácter.
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Dice el apóstol Pablo que cuando estuvieron en Asia les vinieron unos problemas enormes,

perdieron la esperanza de conservar la vida, tuvieron una sentencia de muerte...

Sentencias de muerte, ¿sabes lo que es una sentencia de muerte?, es el fin de todo, una

sentencia de muerte parece que es el fin de la esperanza, cuando ya no se te ocurre a quien

acudir, o la salida a una situación terrible que ha llegado a su final, una sentencia de muerte

es el final de un camino de dolor y lágrimas.

¿Sabes lo que es recibir una sentencia de muerte? Es quedarte sin empleo y no ver

muchas salidas, es tener problemas con un hijo y no ver que las cosas vayan a cambiar, es

que tu matrimonio esté herido gravemente y que las cosas sigan así por muchos años, es

una enfermedad que no nos abandona y que hace círculos sobre nosotros, como los buitres

sobrevuelan esperando que el caminante caiga.

La sentencia de muerte es un ángel de Dios, un enviado por Él para enseñarnos que

no podemos confiar en nosotros mismos, en nuestros amigos, en los médicos, en la suerte,

en nada ni en nadie, sólo agarrarnos con desesperación a Dios.

¿Todavía no has llegado a ese punto? Malo. Porque Dios quiere golpear tu cabeza

dura, tu corazón obstinado, tu amor al pecado, tu autoconfianza, y mientras no caigas de

rodillas clamando a Él no va a hacer nada.


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Un enviado de Dios.

Mirad el versículo 9, ¿para qué Dios nos envía esa sentencia de muerte?, "para que no

confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos".

Tenemos un problema bien grande, nuestra naturaleza, que es parte de los que somos ahora

DESCONFIADOS DE DIOS, así de sencillo; decimos que sí, que confiamos en Él pero no

dejamos de pensar en qué pasaría si Dios le fallara, y que con mucho dinero en nuestros

bolsillos sí que se podría confiar de Dios.

Somos así, pero Dios tiene una solución para seres como nosotros, es un tratamiento

de choque llamado “sentencia de muerte”, y es poner fin a todos los apoyos en los que

podías confiar.

Para que ese tratamiento funcione te tienes que volver a Dios. Confiar en Dios con

tranquilidad, desconfiando de todo lo que no venga de Él. Tienes que mirar a Él como el

niño que mira a su padre buscando que le de lo que precisa.

El problema con nuestros planes para este año es que todavía la confianza en nosotros

mismos sigue vive, por eso no sabemos orar ni oramos como si todo dependiera de
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Dios, porque un poquito de fracaso no es tratamiento suficiente, un poquito de decepción

nos hace buscar las cosas según nuestra voluntad, por eso seguimos en el círculo vicioso de

la autoconfianza.

Pero hay que tener en cuenta varias ideas erróneas, cuando la gente habla de confiar

en Dios se refiere a cosas que NO son,

-confiar en Dios no es confiar en la suerte

-no es confiar en que las cosas se arreglen por sí solas

-no es confiar en que una fuerza misteriosa que obedece a nuestros rezos a pie de

cama nos ayude como el genio de Aladino.

Dios es una persona que quiere darse a conocer, tiene su forma de ser, sus gustos,

sus cualidades, aborrece ciertas cosas y ama otras, y no es indiferente a las cosas que

hacemos. Él quiere mostrarse a nosotros, y quiere hacerlo como...

El Dios que resucita a los muertos.

¡El Dios que resucita a los muertos! Así es como (entre otras cosas) se quiere dar a conocer.

¿Quiénes son los muertos?, ¡son los que han recibido su sentencia de muerte!, los que ya

perdieron la esperanza de vida, si tú recibiste tu sentencia de muerte, si no tienes esperanza,

en una situación o en algo que no puedes cambiar de tu carácter, ¡tú eres uno de los muertos!
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Los muertos son quienes están esperando ser resucitados. Esperan el día de

resurrección. Tienen su esperanza en Dios.

¿Sabes qué significa que Dios es llamado "el que resucita a los muertos"?, ¡es el título más

poderoso!

Resucitar a un muerto es la tarea más difícil, la más imposible. Los muertos no

pueden volver a la vida. La muerte es el fin, pero ¡Dios es llamado el que resucita a los

muertos!, esto quiere decir que nuestro Dios es el "Dios de los imposible", aquello que la

gente ve imposible, aquello que tú ves incapaz de hacer, Dios lo puede hacer en ti, Dios te

lo puede dar.

Si tuviéramos fe, fe como un pequeño grano, podríamos volvernos a Dios, al Dios

que resucita a los muertos y pedirle cosas, Él nos las concedería (si es Su voluntad).

Dios nos lleva a situaciones de fracaso y derrota PARA MANIFESTARSE A

NOSOTROS CON ESE NOMBRE.


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Este año puedes comenzar pensando en Dios así, "Él todo lo puede, Él resucita a los

muertos, Él gobierna el Universo, Su voluntad es irresistible, por Su palabra fue formado el

mundo". No mires a Dios como el que te va a dar una mano con tu problema, sino como el

que va a sacarte de esa sentencia de muerte.

Confianza en Dios, pasado, presente y futuro. v. 10.

Cuando Pablo recibe esa sentencia de muerte, cuando Pablo es llevado al punto de

no retorno, se vuelve hacia Dios, ese tratamiento de choque se muestra efectivo al Pablo

volverse con confianza en Dios y decirle: "Tú eres el que en el pasado me libró, ahora me

libras y en el futuro me librarás"

En este año pasado fallaste y caíste. Este año no tiene por qué ser así. Mira, este año

puede ser el mejor año de tu vida, ¿lo crees?, puedes ver la abundancia del Señor en tu casa,

y la paz del Señor en tu alma. ¿Cómo?

Pablo mira una especie de álbum de fotos, es un álbum de fotos compuesto por

recuerdos de lo que Dios ha hecho en el pasado. Dice: "Ok, tenemos problemas, Ok, como

ministro del Señor mi carrera está a punto de terminar, ¿qué voy a hacer?, ¿voy a

lamentarme?, no, voy a mirar lo que el Señor ha hecho en el pasado con mi vida, voy a

repasar cada circunstancia en la que el Señor intervino, y ahora voy a mirar al presente, y

voy a confiar en Dios para el presente como pude confiar en Dios en el pasado, y ahora voy

a mirar al futuro y voy a confiar en Dios. Dios me libró, Dios me libra, Dios me librará".
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Vamos a pensar en este año pasado, ¿cómo intervino Dios?, Dios te puede librar ahora, sea

cual sea la situación que tengas, y en este año que viene, también te librará". Esta es una

confesión de fe, mira a Dios, no te mires a ti mismo, descansa en Dios.

Oremos que este año el Señor prospere nuestras vidas, nuestras familias, nos prospere en lo

espiritual, en lo material, en salud, nos prospere como iglesia, oramos que este año sea el

año de mayor crecimiento de la iglesia, de mayor bendición. Amén.

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