Dogma Central
Dogma Central
Dogma Central
19/11/2023
La información genética, heredada de los padres, reside en el genoma compuesto por ácido
desoxirribonucleico (ADN) en el núcleo celular. Este ADN se organiza en cromosomas,
incluyendo 22 pares somáticos y un par sexual (X e Y). En 1944, Avery, MacLeod y McCarty
identificaron al ADN como el material genético, pero la confirmación de que el ADN lleva la
información heredable se logró en 1952 por Hershey y Chase. Watson y Crick describieron la
estructura del ADN en 1953, destacando sus dos cadenas complementarias. La
secuenciación del ADN en 1977 estableció el orden de los nucléotidos, y finalmente, en 2001,
se completó la secuenciación del genoma humano gracias a los avances científicos y
tecnológicos.
Dogma central de la biología molecular
El dogma central de la biología molecular describe el flujo de información genética desde el
ADN hasta la formación de proteínas a través de la transcripción y traducción. El ADN,
compuesto por nucleótidos, bases nitrogenadas, desoxirribosa y ácido fosfórico, da origen a
los genes que contienen la información genética. La transcripción convierte el ADN en ARNm,
y la traducción permite que el ARNm se transforme en proteínas. Un gen, un fragmento de
ADN, incluye promotor, intrones y exones. El ARNm maduro consiste solo en la secuencia de
exones. A diferencia del ADN, el ARNm y las proteínas son dinámicos y específicos de
tiempo, tratamiento y tipo celular. El ADN humano tiene tres billones de nucleótidos y entre
30,000 y 40,000 genes, con solo el 1-2% del genoma siendo regiones codificantes, mientras
que el resto regula la expresión génica.
”Ómicas”: generalidades de análisis de muchos datos
En los últimos años, los avances tecnológicos han permitido el desarrollo de equipos
analíticos que pueden identificar y medir diversas moléculas. Esto se ha acompañado de la
creación de potentes computadoras y software para almacenar y analizar grandes cantidades
de información. El resultado es la capacidad de analizar en detalle moléculas como ADN, ARN
y proteínas, así como la creación de redes de interacción para entender sistemas biológicos
complejos.
El término "ómica" se utiliza para referirse al estudio de conjuntos moleculares, como
genómica para genes, transcriptómica para ARNm, proteómica para proteínas, y
metabolómica para metabolitos. A medida que la tecnología ha permitido analizar más
moléculas simultáneamente, se han formado equipos multidisciplinarios que colaboran en la
interpretación de datos.El aumento en el número de moléculas analizadas ha llevado a la
creación de biobancos, como el UK Biobank, que recopila muestras de grandes poblaciones
para análisis posteriores. Estos biobancos respaldan el estudio de enfermedades y mejoran
diagnósticos, prevención y tratamientos. Cada "ómica" se centra en un conjunto específico de
moléculas y utiliza metodologías particulares para su análisis. Sin embargo, la comprensión
completa de un sistema biológico requiere la integración de datos de varias "ómicas" y la
exploración de las relaciones entre ellas.
Genómica
La genómica, pionera entre las disciplinas "ómicas", se centra en el estudio del genoma o
ADN. Con avances tecnológicos, a principios del siglo XXI se logró secuenciar el genoma
humano, revelando que el 99% es común entre individuos y solo el 1% presenta variaciones
llamadas variantes de un solo nucleótido (SNV). Inicialmente, se estudiaban fragmentos de
ADN mediante hibridación y secuenciación con el método Sanger, pero las mejoras
tecnológicas permitieron la creación de la "secuenciación de siguiente generación".
Esta nueva tecnología posibilita secuenciar regiones específicas del genoma, como exones o
genes, para identificar posibles causantes de enfermedades. El descubrimiento de variantes
de un solo nucleótido llevó al desarrollo de la genotipificación, que analiza millones de
variantes simultáneamente mediante estudios de asociación del genoma completo (GWAS).
Aunque estas tecnologías han revelado variantes asociadas a enfermedades comunes, aún
existen desafíos, como comprender la función de estas variantes y su relación causal con las
enfermedades. La genómica ofrece correlaciones entre enfermedades y variantes génicas,
pero no establece la causalidad. Integrar datos de otras disciplinas "ómicas" es esencial para
comprender mejor la función de genes y variantes, avanzando en la comprensión de las
causas de las enfermedades.
Transcriptómica
La transcriptómica se ocupa del estudio de la expresión de los transcritos, incluyendo ARNm,
miARN y lncRNA, derivados de diversos genes en un momento y tejido específicos. A
diferencia de la creencia anterior de que gran parte del ADN no transcrito era "basura", se
reconoce ahora que estos transcritos no codificantes tienen funciones regulatorias en la
expresión génica. Las metodologías utilizadas incluyen microarreglos y secuenciación del
ARN (RNAseq). Los microarreglos identifican genes expresados en ciertas condiciones,
mientras que el RNAseq permite la identificación de nuevos transcritos y genes. En
aplicaciones actuales, la transcriptómica se utiliza para analizar la expresión génica en
diferentes tipos de cáncer. En México, por ejemplo, el microarreglo Oncotype RX mide la
expresión de 21 genes relacionados con el cáncer de mama, mejorando las decisiones de
tratamiento y demostrando beneficios en la expectativa de vida y la reducción de costos
asociados a la enfermedad.
Proteómica
La proteómica se enfoca en estudiar las proteínas y sus modificaciones post-traduccionales
en una muestra biológica. Tras la traducción del ARNm, las proteínas experimentan cambios
estructurales que regulan su función. La proteómica utiliza técnicas como cromatografía y
espectrometría de masas para separar, digerir, detectar y finalmente identificar proteínas.
Aunque en la clínica su aplicación está en etapas tempranas, la proteómica se utiliza para
identificar proteínas en muestras biológicas, comparar perfiles de proteínas entre casos y
controles, estudiar interacciones proteicas y determinar modificaciones post-transcripcionales.
El Proyecto del Proteoma Humano ha recopilado datos públicos con más de 30,000 proteínas
identificadas en diferentes tipos celulares y órganos. La proteómica se aplica en diversas
enfermedades como cáncer, diabetes y obesidad. En reproducción asistida, se utiliza para
analizar gametos y encontrar biomarcadores que mejoren la selección de gametos,
aumentando así la tasa de éxito en la reproducción asistida.
Metabolómica
La metabolómica se centra en analizar los metabolitos, moléculas implicadas en el
metabolismo, presentes en fluidos, tejidos u organismos en respuesta a factores genéticos,
fisiológicos o patológicos. Utilizando métodos similares a la proteómica, la metabolómica
permite cuantificar y cualificar el perfil metabólico de una muestra. En obesidad y diabetes, se
ha identificado un conjunto de metabolitos, incluyendo aminoácidos, lípidos y carbohidratos,
cuyas concentraciones se asocian con un mayor riesgo de desarrollar estas enfermedades.
Por ejemplo, en obesidad, se observa un aumento en los niveles de aminoácidos de cadena
ramificada, ácidos grasos libres y ciertos carbohidratos. Estos metabolitos ofrecen valiosa
información sobre las vías metabólicas afectadas en estas condiciones, y podrían servir como
biomarcadores para el diagnóstico y tratamiento personalizado, así como indicadores para la
prevención de enfermedades futuras.
Epigenómica.
El ADN es una estructura tridimensional que puede plegarse y regular la expresión génica, no
solo la secuencia de nucleótidos, así el enrollamiento y posición del ADN tienen relevancia en
la expresión génica. La epigenética es el conjunto de procesos que regulan la transcripción de
genes sin afectar la secuencia del ADN, principalmente a través de la metilación de
nucleótidos y la acetilación de histonas. La epigenómica se refiere a los cambios epigenéticos
globales en una muestra en condiciones específicas, como la exposición al sol y el cáncer de
piel.
Las técnicas para estudiar el epigenoma incluyen la secuenciación con bisulfito para conocer
patrones de metilación en el ADN y el uso de anticuerpos que se unen a nucleótidos
metilados. También se pueden precipitar la cromatina con anticuerpos específicos para
estudiar la modificación de histonas.
Un ejemplo importante de la aplicación de la epigenómica en la clínica es la programación
fetal, que se refiere al impacto de la exposición a condiciones nutricionales en el útero en la
salud metabólica de los hijos. La desnutrición y la obesidad materna durante el desarrollo fetal
pueden influir en la tendencia a la obesidad y las enfermedades metabólicas en la vida adulta.
La dieta materna puede regular la transcripción de genes relacionados con la formación de
tejido adiposo y el metabolismo de la glucosa, a través de la metilación del ADN. Por ejemplo,
la metilación de la región que regula la transcripción del gen de la leptina puede disminuir su
expresión, lo que lleva a una menor concentración de leptina en el suero y contribuye a la
obesidad.
Nutrigenómica y nutrigenética.
La nutrigenómica se enfoca en estudiar los cambios en la expresión de genes en respuesta al
consumo de nutrientes, alimentos o dietas. Por ejemplo, el consumo de ácidos grasos
poliinsaturados (AGPI) se ha relacionado con beneficios cardiovasculares, y se ha
demostrado que influye en la disminución de la expresión de genes relacionados con la
formación de placas de ateroma en las arterias. La dieta puede modificar el metabolismo a
nivel genético.
En contraste, la nutrigenética se centra en investigar cómo las variantes genéticas individuales
afectan la respuesta de una persona a los nutrientes. Esta disciplina reconoce la variabilidad
entre individuos dentro de la respuesta a factores dietéticos, como la cita antigua de Tito
Lucrecio que menciona que lo que es comida para unos puede ser veneno para otros. Un
ejemplo clínico de nutrigenética es la fenilcetonuria, una condición causada por mutaciones en
un gen que codifica una enzima. Los pacientes con fenilcetonuria deben seguir una dieta baja
en fenilalanina para prevenir la acumulación de un metabolito que resulta gneurotóxico.
La nutrigenética se basa en las diferencias en el ADN que afectan el metabolismo de los
nutrientes, y utiliza metodologías similares a las de la genómica. Por otro lado, la
nutrigenómica se enfoca en el impacto de los nutrientes en la expresión de genes y utiliza
tecnologías de análisis similares a las de la transcriptómica. Ambas disciplinas son
fundamentales para comprender cómo la genética y la dieta interactúan para influir en la salud
y la enfermedad de las personas.
Conclusiones
André: Las ciencias "ómicas" analizan un montón de cosas diminutas en nuestro cuerpo
usando tecnología avanzada. Ahora, el asunto es unir todas estas ciencias "ómicas" para
entender cómo interactúan y causan enfermedades. Si logramos entender eso, podríamos
diagnosticar problemas de salud más rápido, hacer medicamentos que funcionen mejor para
cada persona y hasta personalizar tratamientos basados en nuestra genética, lo que
comemos y cómo vivimos.
Rubí: El aprendizaje de las ciencias “ómicas” permite comprender mejor los mecanismos
moleculares que subyacen a las enfermedades, lo que facilita el desarrollo de diagnósticos
más precisos, pronósticos más fiables y tratamientos más efectivos y personalizados.
Ruperta: Aprender sobre las ciencias "ómicas" es como entrar en un mundo de datos enormes
y complicados. En el futuro, la idea es que los hospitales y doctores usen toda esta
información para tratar enfermedades comunes de una manera personalizada. Pero, claro,
todo esto tiene que hacerse respetando las reglas éticas y legales, como las que ya existen
para los biobancos en México.
Referencias
Frigolet ME, Hospital Infantil de México “Federico Gómez”, Gutiérrez-Aguilar R, Universidad
Nacional Autónoma de México, Facultad de Medicina. Ciencias “ómicas”, ¿cómo ayudan a las
ciencias de la salud? Rev Digit Univ [Internet]. 2017;18(7). Disponible en:
http://dx.doi.org/10.22201/codeic.16076079e.2017.v18n7.a3