PdL-6° año-Kwaheri-Orientaciones-Pdf de Referencia
PdL-6° año-Kwaheri-Orientaciones-Pdf de Referencia
PdL-6° año-Kwaheri-Orientaciones-Pdf de Referencia
“La historia de Kwaheri” es el relato de un relato, es un cuento que nos invita a pensar
sobre el “oficio de escribir”. A veces pensamos que las escritoras y los escritores “se
sientan y escriben” (porque sienten la inspiración, porque se les ocurre una historia,
porque quieren contar algo…). Es probable que esto ocurra de vez en cuando, pero, en
general, escribir es un trabajo, un proceso… escribir un cuento, un poema, una novela,
tiene siempre una historia: la historia de cómo se escribió ese texto.
Cuenta Andrea Ferrari (la autora del cuento) en una revista1, que la gran pregunta que
le hacen siempre los niños y las niñas: “¿de dónde saco las ideas?”, porque “se sienten
atraídos por los límites entre realidad y ficción, esa línea que se les presenta un tanto
difusa”.
¡Qué gran tema para abordar en el aula, para intercambiar con ellos y ellas, y para saber
un poco más acerca de la literatura!
LECTURA
1
El artículo se llama “La literatura juvenil y su presencia en la escuela”, publicado el 14 de
Mayo de 2014 por “La tinta invisible”. Disponible en:
https://latintainvisible.wordpress.com/2014/05/14/la-literatura-infantil-juvenil-y-su-presencia-en-
la-escuela/. Junto con el cuento “La historia de Kwaheri" tienen un fragmento de este artículo.
1
Lectura e intercambio: La realidad y la ficción a través de las autoras y los autores.
ESCRITURA
2
ORIENTACIONES PARA LA LECTURA
Por supuesto, no hay un único modo de leer. La manera elegida dependerá de las
decisiones del/la docente, observando las trayectorias lectoras de las niñas y los niños,
sus modos de leer habituales, la necesidad de acompañar y mediar más o menos ciertas
lecturas, etc.
Si bien no hay textos “más fáciles” o “más difíciles” (porque la dificultad de la lectura
tiene que ver, fundamentalmente, con quien lee, su historia y su relación con
determinado tipo de texto, género, conocimiento de la escritura, etc.), podemos decir
que “La historia de Kwaheri” no es un cuento “difícil” en cuanto a su vocabulario, su
organización narrativa, su complejidad temporal, etc. pero sí es desafiante, porque para
profundizar en su sentido, es necesaria la mediación docente. Y, para eso, es
importante que el/la docente se “encuentre” previamente con el cuento: lo lea, se
conecte, se relacione con ese mundo, en clave de esa necesaria pregunta:
¿Cómo invito a las chicas y los chicos a este mundo, a querer leer, a buscar
sentidos de este cuento?
Sugerimos también empezar con la lectura a través del o la docente, para “entrar” en
el relato. Esta primera lectura es un acercamiento al cuento y a todo lo que tiene para
decirnos. Luego, se profundizará en sus diversos sentidos en los sucesivos intercambios
lectores, y es importante que el o la docente haya advertido en una primera charla cuáles
son los aspectos que hay que aclarar, discutir e indagar en estos valiosos momentos
posteriores a la primera lectura.
3
Para eso están los intercambios entre lectores en el aula: para conversar sobre lo
que se leyó, intercambiar puntos de vista, identificar qué entendieron o cómo
entendieron ciertos pasajes los chicos y las chicas y empezar a profundizar en los
sentidos del cuento, en ese mundo inmenso que tiene para ofrecernos.
El/la docente puede escribir en el pizarrón o repartir copias por grupos con las siguientes
consignas, relacionadas con el intercambio anterior:
4
Elijan una opción y preparen una justificación marcando cuáles son las partes del
cuento en las que se basan para argumentar su elección:
En este relato hay dos personajes centrales, que son Luis Pedriel (el escritor) y el niño
(a quien el escritor llama “Kwaheri” pero luego entiende que no es su nombre). Una de
las particularidades que tienen estos personajes es que sabemos poco de ellos. En una
primera lectura, la información sobre Pedriel nos llega a través de la caracterización del
narrador y de su propio análisis sobre sí mismo y sobre el chico. En este sentido, la
mirada de Pedriel “tiñe” el relato y, por eso, es importante trabajar con los chicos y las
chicas en descubrir quién está hablando y dándonos la información sobre los
personajes: ¿es el narrador?, ¿es un personaje determinado?, ¿somos nosotros como
lectores, que hacemos suposiciones a partir de lo que dice el relato?... Proponemos
escribir en fichas de a dos y luego hacer un intercambio para profundizar en los
personajes, acerca de los cuales podemos decir algunas cosas:
5
Pedriel
“Aunque para todo el mundo José Luis Pedriel era un escritor, él prefería considerarse
a sí mismo un escuchador.”
Hay otras características que no están explícitas en el relato pero que podemos inferir,
como, por ejemplo, su tenacidad o persistencia, considerando todo lo que hizo para
lograr entrar en la vida del chico, en su historia, en su idioma...
En los intercambios, además, los chicos y chicas podrán encontrar otros rasgos del
escritor: su curiosidad, su solidaridad, su “creatividad”, etc.
El chico
Sabemos poco acerca del chico, solo lo que el escritor supone o averigua de él y lo que
podemos suponer: que vino en un barco desde Bujumbura, Burundi y quería ir a Brasil,
que es negro, que estaba asustado y que vino como polizón.
Hay una descripción del chico en la página 9 cuando Pedriel lo conoce y una vecina le
cuenta que había intentado robar una manzana: “Entre ellos había un muchacho de
unos 16 o 17 años, negro como el carbón, a quien el verdulero tenía agarrado de un
brazo.” Pero ¿qué más sabemos?
Un rasgo importante del chico es su nombre. A pesar de que Pedriel lo llama “Kwaheri”,
hacia el final nos enteramos de que “kwaheri”, en swahili, es “adiós”. No sabemos ni
su nombre.
_________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________
6
¿Qué piensa el personaje sobre sí mismo?
_________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________________________
Personaje: El chico
¿Qué dice el narrador sobre el personaje?
________________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________________
________________________________________________________________________________________
7
▪ Puesta en común e intercambio en torno a los personajes
Estos intercambios tienen como propósito reparar en los rasgos de los personajes, por
lo que dicen de sí mismos, pero también lo que no dicen. La o el docente se puede
llevarse las fichas y hacer una devolución señalando la diversidad de apreciaciones,
sobre todo en relación con el último punto (lo que se imaginan sobre el personaje). Es
un buen momento para discutir –volviendo al texto- si las descripciones propuestas por
los chicos se pueden sostener con lo que dice el cuento.
Tanto para Pedriel como para el lector o la lectora, la historia del chico es una
historia que hay que construir y reconstruir. La caracterización de los personajes
tiene un peso particular en este relato, porque, además de contarnos lo que le pasa a
un escritor, también nos cuenta, de algún modo, cómo se construye un personaje: entre
el “material real” y el imaginario. Como Pedriel, sabemos menos de lo que imaginamos.
Para advertir todo esto, son fundamentales los intercambios, ir releyendo entre todos el
cuento en busca de “lo que se dice del chico” y abrir “la curiosidad” a través de
preguntas:
➢ ¿Qué sabemos acerca de Luis Pedriel? ¿Por qué “se hundió en la depresión”? (pág.
7)
➢ ¿Qué sabemos acerca del chico?
➢ ¿Qué es lo que no sabemos acerca del chico pero podemos imaginar?
8
Ficha de lectura en parejas
1. ¿Por qué el chico habría intentado robar una manzana? ¿Qué habrá
sentido en ese momento? ¿Se habrá dado cuenta de que estaba
robando y lo querían castigar?
2. Es un personaje del cuento el que afirma que el chico quiso robar (no
es el narrador). ¿Damos por seguro que quiso robar? ¿O podría ser que
esa fuera una interpretación de su gesto?
3. ¿Qué estaría “aullando” en un lenguaje incomprensible? ¿Qué significa
“aullando” en esta oración?
4. ¿Están de acuerdo con la vecina que no quería que lo llevaran preso?
¿Por qué?
En la puesta en común:
La o el docente debería intervenir:
- Vinculando las respuestas de los chicos y las chicas con el cuento: se puede
preguntar por qué piensan o suponen eso, qué parte del cuento los lleva a pensar
de ese modo, si logran encontrar una palabra o frase relacionada con su respuesta,
etc.
- Discutiendo la verosimilitud de las respuestas: entre estas preguntas hay varias que
no tienen una sola respuesta “correcta” y que requieren inferencias, hipótesis,
imaginación por parte de los chicos y las chicas. Lo importante es que eso que
responden tenga sentido en el contexto del cuento, de la historia y de la realidad (ya
que es un cuento realista).
- Ampliando información: Es valioso que la o el docente se informe acerca de la
situación de algunos pueblos africanos y la inmigración, eso sumaría elementos para
comprender mejor el punto de vista del chico, su idioma, su situación.
- Ayudando a reconocer el origen de las voces narrativas: En este episodio hay varios
personajes hablando, actuando, opinando acerca del chico e interpretando sus
9
actos. Como lectoras y lectores también tomamos una posición al interpretar lo que
les pasa a los personajes, pero es importante ser consciente de ello: por eso, es
fundamental que el maestro o maestra intervenga con preguntas, comentarios,
relecturas, etc. para hacer notar a los chicos que han asumido una interpretación del
hecho, más cercana a la perspectiva de determinado personaje o a cierta mirada.
- Poniendo en evidencia el prejuicio en torno al chico: Cuando el relato dice “el
verdulero sostenía irritado que ese muchacho debía ser un peligro”, allí se muestra
el prejuicio del verdulero. La vecina no piensa lo mismo, en cambio, recurre a Pedriel
para tratar de comprenderlo. Esto expresa la presencia de personajes con diversos
puntos de vista y miradas con respecto al chico (su situación, su aspecto, su origen,
etc.).
- Ayudando a construir una perspectiva “desde el chico” (¿qué pensará, sentirá, verá,
interpretará, etc.?) para contrastar con la mirada del verdulero, por ejemplo y entrar
en la psicología de ese personaje del que sabemos tan poco pero que, sin embargo,
es “el motor” del relato y de la escritura de Pedriel.
Un tema central en este cuento es lo que le pasa al escritor (Pedriel) y el “material” con
el que construye sus novelas y sus cuentos. Al inicio se cuenta que a este escritor no le
está resultando fácil escribir, ¿por qué? ¡Porque no tiene historias!
Es fundamental que los chicos y las chicas reparen en esta preocupación de Pedriel,
porque es una información que se necesita para entender el cuento. El tema de la
creación literaria, de cómo se construye un cuento, nos lleva a reflexionar sobre
cuestiones como la diferencia entre autor/a y narrador, la “realidad” y la “ficción”, el
“material” con el que se construyen los relatos, entre otros temas. Es necesario ayudar
a los chicos y a las chicas a descubrir estas diferencias en el aula y trabajar para que
les quede claro que el “mundo inventado” de los cuentos o las novelas puede
tener que ver -mucho, poquito o nada- con la “realidad” pero siempre es una
creación, una ficción, un modo de ver, mirar, contar o mostrar esa realidad.
10
▪ Las historias escuchadas
En el cuento aparecen varias historias que Pedriel escuchó y a partir de ellas escribió
novelas o cuentos.
Proponemos una ficha de escritura en grupos para identificar estas historias cuyo
“material” es el relato de otros:
___________________________________ ______________________________
___________________________________ ______________________________
___________________________________ ______________________________
__________________________________ ______________________________
___________________________________ ______________________________
___________________________________ ______________________________
___________________________________ ______________________________
__________________________________ ______________________________
En los intercambios los chicos y las chicas deberían aprender a observar que “La historia
de Kwaheri” es una “historia acerca de cómo se escribe un cuento”. Esto conduce a abrir
muchos temas, pero fundamentalmente, la relación entre la realidad y la ficción.
11
• Esta historia se interroga (y nos interroga) acerca de los límites entre la realidad
y la ficción: la idea de que para este cuento “la realidad” termina siendo casi una
“excusa” para escribir, no un “reflejo” de lo que pasa. Tampoco se trata de “pura
invención” porque todo lo que se dice en un cuento, una novela, por fantasiosa que
sea, tiene su origen en lo conocido.
• Es fundamental ayudar a los chicos y las chicas a entender que Pedriel no cuenta
“lo que pasa”, sino lo que “a él le pasa” con lo que escucha.
• Otra cuestión importante es que los chicos adviertan que, en la ficha “Historias
escuchadas y contadas”, frente a una misma historia, todos han puesto títulos
diferentes, que “disparan” historias diferentes. Ese es el corazón de la ficción,
precisamente.
Un escritor que suele contarnos “la historia de la escritura” es Gabriel Garcia Marquez.
Compartimos este fragmento de El olor de la guayaba, un libro que contiene una
entrevista en la que el autor habla de sí mismo y sus obras.
12
Podemos proponer una pregunta para discutir en grupos:
➢ ¿Qué tiene en común lo que le pasa a Pedriel con lo que cuentan Andrea Ferrari y
García Márquez sobre el modo en que construyen sus historias?
El propósito de este primer intercambio es que los chicos y las chicas puedan advertir
la importancia que tiene en el relato el hecho de que los personajes no se comprendan,
porque eso “dispara” la imaginación de Pedriel y, con ella, la creación ficcional.
▪ Las “confusiones”
13
¿Qué sabe Pedriel del chico? ¿Cómo se entera?
¿La historia que logra escribir Pedriel es gracias a lo que sabe del chico o de lo que
no logró saber? Justifiquen su respuesta.
Hay varias cosas que Pedriel sabe con seguridad del chico y de las que se entera de
diversos modos:
- Que viene de Bujumbura, porque se lo muestra en un mapa.
- Que quiere ir a Brasil, porque lo lee en un papel que sacó de su bolsillo
- Que no se llama “Kwaheri”, porque el traductor le dice que eso quiere decir “Adiós”.
Una tarea fundamental de las chicas y los chicos como lectores es advertir el valor que
tiene el modo en que Pedriel se entera de cosas acerca de este chico: analizando,
preguntando, recurriendo a un traductor, etc. Pero, fundamentalmente, el valor que
adquiere la escritura (el mapa, el papel) a la hora de aportar información. Es
importante volver al cuento buscando esas “marcas” que le dan indicios a Pedriel acerca
del chico. Así, Pedriel es una especie de detective, que va buscando pistas para
reconstruir una historia: la del chico.
Una pregunta crucial es, por ejemplo: Pedriel entiende que el chico quiere ir a
Brasil, ¿cómo se entera?
14
▪ El traductor
Podemos proponer a los chicos una escritura individual a partir de esta información que
le quiere dar Pedriel, y que es tan importante.
15
Intercambio entre lectores
▪ La historia del niño: de polizones e inmigrantes
Como venimos viendo, del chico y su historia sabemos poco y eso es lo que despierta
la curiosidad, la imaginación y la búsqueda de Pedriel. En un momento el escritor
descubre que el chico había venido en un barco como polizón.
Al fin encontró una pequeña información en un diario que lo iluminó: decía que el
capitán de un buque de bandera filipina que venía de África había hallado un polizón
cuando estaba en alta mar y lo había encerrado en la bodega. Pensaba entregarlo a
la policía al tocar el puerto de Buenos Aires, pero entonces descubrió que el chico se
había fugado.
—Un polizón –se dijo a sí mismo Pedriel—. Esa es mi novela.
Pedriel tuvo que recurrir a una fuente de información, (a un diario), para enterarse de
dónde y cómo había venido el chico. Es valioso conversar en el aula sobre las palabras,
el valor que se les da y el modo en que se va construyendo la idea de clandestinidad,
marginalidad, delito: el chico no se había ido, sino que se había fugado, y no había
venido paseando en un barco, encerrado en una bodega. No es un turista, es un
polizón.
Para profundizar
➢ ¿Saben lo que es un polizón? Vamos a buscar en el diccionario
16
➢ ¿Cuál de los significados allí indicados es el que corresponde al personaje del
cuento?
➢ ¿Qué diferencia hay entre un polizón o un pasajero cualquiera? ¿Es una palabra
que tiene un significado positivo o negativo? ¿Por qué?
➢ Reparar en el significado de la palabra “clandestinidad” relacionada con todo lo
que le pasó al chico, con los prejuicios, con su color, su origen y su historia.
Años después de escribir este cuento, Andrea Ferrari escribió una novela llamada La
noche del polizón (Grupo Editorial Norma - 2012), en la que retoma esta historia,
profundizando, sobre todo en el personaje del chico, que se llama Karmo.
Les proponemos leer en el aula a través del o la docente, la síntesis argumental de este
libro que está en la contratapa:
Para intercambiar:
➢ ¿Qué información nos agrega este fragmento a lo que sabemos a través del cuento?
17
ORIENTACIONES PARA ESCRIBIR EN TORNO AL CUENTO
Tres sándwiches y una porción de torta después, Pedriel seguía sin saber nada de
su vida. El muchacho agradecía con gestos y cada tanto largaba extensas e
incomprensibles frases en su idioma. El escritor probó primero con algunas palabras
básicas en inglés y francés, y luego un estilo Tarzán que lo hizo sentirse levemente
ridículo.
-- Yo –dijo poniéndose la mano en el pecho--, yo, José Luis. ¿Vos?
El chico esbozó una sonrisa de compromiso, como si le hablara del tiempo, y siguió
comiendo.
Tengan en cuenta:
• El relato a escribir debe ajustarse al punto de vista del personaje elegido.
• Pueden agregar los detalles que consideren necesarios para contar lo que
siente, piensa y sabe el chico, y también lo que no puede comprender pero se
imagina.
• Les aconsejamos recurrir a:
- La caracterización del chico que se hizo en los intercambios lectores.
- La información que tengan sobre la situación de los polizones e
inmigrantes.
- El artículo de la autora “Los límites entre realidad y ficción” donde habla
de la situación de los jóvenes inmigrantes.
- Su imaginación, empatía y comprensión de lo que puede pasarle a un
chico de 14 años inmigrante en esa situación.
Como en toda situación de escritura, es fundamental orientar a los chicos y a las chicas
para planificar, escribir una primera versión y revisar su texto.
La o el docente guía y orienta la planificación del texto, reescribiendo con los chicos y
las chicas el inicio en el pizarrón. De este modo les muestra ‘cómo se hace’ y qué
cosas hay que cambiar.
18
Intervenciones de la o el docente Ejemplos
durante la planificación del texto (Maneras de orientar, preguntas que se
pueden hacer, modos de retomar alguna
reflexión, etc.)
Promueve que acudan al plan textual Vamos a hacer juntos la primera parte, les voy a
para revisar los criterios acordados. leer el inicio del texto original y después ustedes
me van a dictar cómo sería si el narrador viera “a
través de los ojos” del chico:
“Tres sándwiches y una porción de torta después,
Pedriel seguía sin saber nada de su vida.”
Yo venía desde lejos y estaba muy hambriento. Ese hombre que me había
rescatado, me hablaba y me traía alimento. Me lo comí con muchas ganas
porque tenía hambre.
19
Texto a renarrar
Después de que los grupos elaboran su primera versión, la o el docente se lleva los
trabajos y decide hacer una revisión colectiva. Para ello, elige uno de los textos, lo
pasa en la computadora y entrega una copia a cada chico/a. En la versión que
presentamos a continuación, la docente transcribió la escritura de los chicos con
ortografía y puntuación convencionales para focalizar los aspectos que deseaba
trabajar: el mantenimiento de la voz del narrador en primera persona, el uso de los
verbos y personas gramaticales, su “visión del mundo”, etc.
Les pide que, en parejas, marquen lo que cambiarían, prestando especial atención
al mantenimiento de la voz del narrador en primera persona, considerando lo
trabajado en los intercambios lectores y la planificación del texto.
Yo venía desde lejos y estaba muy hambriento. Ese hombre que me había rescatado
me hablaba y me traía alimento. Me lo comí con muchas ganas porque tenía hambre.
Yo agradecí con gestos porque no sabía hablar el idioma y le digo que estaba muy
rico y que hacía como cinco días que no comía más que manzanas robadas. El
hombre me hablaba en distintos idiomas y decía cosas raras estilo Tarzán que no
podía entender y se veía algo ridículo.
-yo Jose Luis vos
No tengo idea qué me dijo y entonces le sonreí de compromiso pero seguía teniendo
hambre y seguí comiendo
20
revisiones finales y, para eso, es fundamental un desplazamiento de la
mirada: “salir” del lugar del escritor y leer el texto como si fuera de
otro.
21
➢ Vamos a releer esta oración:
“No tengo idea de qué me dijo y entonces le
Promueve la reflexión sobre sonreí de compromiso pero seguía teniendo
cuestiones estilísticas de la hambre y seguí comiendo.”
escritura
➢ ¿Cómo podemos mejorarla? Es como
si estuviera escrito lo que se nos fue
pasando por la cabeza, ¿no? Y
tenemos que pensar cuál es el mejor
modo de escribir, cómo lo ponemos…
22
Escribir un breve relato contando la historia que dibujó el chico, desde su
propia interpretación.
En la página 15 del cuento, el chico hace un dibujo a pedido de Pedriel, que cree
ver un barco. Al final se cuenta que “Buscó los extraños dibujos que había hecho
el chico y creyó empezar a entenderlos: allí donde antes había visto una araña
ahora veía al capitán del barco, encerrándolo en la bodega.” Se puede proponer a
los chicos y chicas contar esa historia que intentó dibujar el chico, desde su propia
perspectiva.
¡Escribimos!
…………………………………………………….……………………………………
………………………………………………………………………………………..
23
2. En el medio de todo ese caos, yo aullaba en un idioma incomprensible.
…………………………………………………….……………………………………
…………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………
…………………………………………………………………………………………
Puesta en común:
A partir de las producciones de las diferentes parejas, la o el docente propone la
discusión poniendo en primer plano los siguientes aspectos:
• ¿Qué sabe y qué no sabe el narrador? El chico de la historia no sabe, por
ejemplo, que Pedriel es un escritor ni que la mujer es su vecina. ¿Cómo puede
referirse a ellos?
• Quién hace el juicio de valor. Por ejemplo, “aullaba en un idioma
incomprensible”, es algo que piensa Pedriel, no el chico. La palabra “aullar” nos
hace pensar que el chico estaba gritando, pero, como no entiende lo que decía,
lo califica como un sonido animal. En cambio, para el chico, se trata de algo que
dice en su idioma (y que, por supuesto, él entiende); quizás esté diciendo “tengo
hambre!”, “¿qué está pasando?”, “yo no hice nada malo, solo quiero una
manzana!”, etc.
• El registro del narrador y el de los personajes. El narrador y Pedriel usan un
registro bastante formal, que no es frecuente en un chico. Por ejemplo: “un papel
arrugado, que le extendí al escritor”, seguramente no sería una frase propia de
un chico: ¿Cómo lo diría? ¿Usaría la palabra “extender”? ¿Percibirá que el papel
está arrugado?, ¿le importará? Son buenas preguntas para discutir en el aula.
Finalmente, se comparten las justificaciones que dan los chicos y las chicas y se
sistematizan los cambios que se hayan acordado en relación con:
• los verbos
• el léxico
• otros cambios (los registros, los juicios de valor, etc.)
24
Yo venía desde lejos y estaba muy hambriento. Ese hombre que me había
rescatado me hablaba y me traía alimento. Me lo comí con muchas ganas
porque tenía hambre.
Yo agradecí con gestos porque no sabía hablar el idioma, le decía que estaba
muy rico y que hacía como cinco días que no comía más que lo que
encontraba. El hombre me hablaba, decía cosas que no podía entender y se
veía algo ridículo.
⎯ Yo -dijo, poniéndose la mano en el pecho -yo, José Luis. ¿Vos?
No tengo idea de qué me dijo, y entonces le sonreí de compromiso pero seguía
teniendo hambre y seguí comiendo.
• “El chico” pasa a ser “yo”. Para no reiterar “yo”, en algunos casos
se puede omitir porque ya se sabe quién está narrando la escena.
• Desde la perspectiva del chico Pedriel no puede ser nombrado,
porque suponemos que no sabe cómo se llama. Podemos llamarlo
“el hombre” o “él”.
El registro:
25
Lo aprendido vuelve al uso
Acerca de la puntuación
Puesta en común:
A partir de las producciones de las y los estudiantes la o el docente propone la discusión,
pide justificación acerca del uso de los diferentes signos y aporta la información
necesaria. Luego, se anotan las conclusiones a las que hayan llegado.
Como sabemos, los tiempos verbales propios de los relatos suelen ser el pretérito
perfecto simple y el pretérito imperfecto, que se van alternando. No quiere decir que
sean los únicos, sino los predominantes.
26
Les sugerimos una actividad. Elegir la opción correcta y justificar por qué la
eligieron:
Vi/ ví a una señora que le conto/ contó al hombre que yo había intentado
robar una manzana y el vendedor me había/ habia atrapado. Crei/ creí
entender que una de las mujeres presentes le gritaba que me dejara ir, porque
no tenía/ tenia sentido entregarme a la policía por tan poca cosa como una
manzana, pero el verdulero seguia/ seguía enojado. Y en el medio de todo
ese caos, yo trataba de defenderme como podia/ podía.
Vi/ Ví
conto/ contó
había/ habia
Crei/ creí
tenía/ tenia
seguia/ seguía
podia/ podía.
27