genérica, en trabajos de campo y entrevistas de un libro imprescindible, de consulta obligada
maestros y gentes de los ámbitos rurales tra- para estudiosos de cualquier aspecto de la his- dicionales […] Estos datos, insisto, abren un toria, la geografía, la economía, la arquitectura campo de investigación de enorme interés que y el arte del siglo xvi, que se presenta además se tiene que completar con metodologías espe- en una atractiva y bien cuidada edición. cíficas ya utilizadas en este tipo de análisis.
Tampoco olvida López Guzmán referir testi-
monios artísticos: las pinturas elaboradas por 9 los indios en los muros de las casas habitación, y no sólo en conventos. Y además insiste en Modernidad arquitectónica en Sinaloa el carácter prioritario de la “cotejación visual” Alejandro Ochoa Vega del observador directo, que permite definir las características de un número importante México, Difocur, Sinaloa/Ayuntamiento de Culiacán/
de poblaciones del Virreinato. Se puede decir, uas-Facultad de Arquitectura y uam-x,
con razón, que este minucioso repaso repre-
senta para el lector una especie de fantástico viaje que le deja satisfacciones y despeja ciertas por incógnitas. Al recorrer su contenido, le queda jorge alberto manrique claro, como indica el autor, que no únicamente las iglesias de una sola nave, sino también los planos y la elevación de los grandes estableci- Sobre la arquitectura moderna en la ciudad mientos mendicantes —que no pueden iden- de México hay una bibliografía muy grande, tificarse con otros del siglo xvi en Europa—, que crece constantemente desde los años cin- son peculiares expresiones mexicanas. cuenta del siglo xx. No ocurre lo mismo en el Las conclusiones del investigador son rela- resto del país. En Monterrey, en Guadalajara, tivamente breves, pero muy ricas en ideas y en en Puebla y en otras ciudades ya han aparecido ellas aparecen replanteadas cuestiones funda- libros muy valiosos que se ocupan de los cen- mentales, como la aceptación de la nueva cul- tros urbanos, así como de los aspectos genera- tura por los indígenas. Una ruta honesta, ética, les de la arquitectura moderna. Pero en revistas fruto de sus visitas a muchos de los lugares y y publicaciones escasean estudios que regis- ejemplos que describe, todo llevado a cabo tren la actividad edilicia en el mapa completo con la libertad que proveen la sensibilidad y el de México. El libro Modernidad arquitectónica conocimiento. El orden que el doctor López en Sinaloa, de Alejandro Ochoa Vega, viene a Guzmán dio a los asuntos, la clara presenta- cumplir esa tarea, y lo hace con eficacia. ción de ellos, las fotografías, muchas de su En , Ochoa empezó a trabajar como propia autoría, junto con los planos, mapas y joven profesor en la Universidad Autónoma de espléndidas láminas que acompañan la obra Sinaloa, en Culiacán. Se interesó en la arqui- Territorio, poblamiento y arquitectura de México tectura de la ciudad, inició sus investigacio- en las Relaciones geográficas de Felipe II per- nes sobre este fenómeno y reunió información miten afirmar con toda certeza que se trata de adecuada para cumplir su objetivo. Desde DOI: http://dx.doi.org/10.22201/iie.18703062e.2009.95.2299
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ha sido profesor en la Universidad Autónoma del periodo lo protagonizaron tres arquitectos
Metropolitana de Xochimilco. Ha publicado brillantes, los tres relacionados por sus obras varios libros sobre la región sinaloense, las salas y por la amistad que los unía: Francisco Arti- de cine, la arquitectura contemporánea y otros gas, Germán Benítez y Fernando Best. Ellos temas. Se doctoró en historia del arte en la practican una arquitectura definitivamente Facultad de Filosofía y Letras de la unam, y ha moderna, bajo el influjo de Mario Pani. Cada obtenido diversos reconocimientos. uno sigue su camino de acuerdo con su perso- En la primera parte del libro, el autor se nalidad y entonces se ven las maneras de hacer ocupa de Culiacán. Cita los antecedentes his- de cada uno: por ejemplo, al aplicar los reves- tóricos, desde la Colonia hasta . Que- timientos con ladrillo o los huecos redondos dan pocos vestigios de la época novohispana, (los llamados “de barco”) o los recursos para y lo que queda está alterado. En el siglo xix proteger del sol, los parasoles, etc. Constru- se construyeron: el Seminario (), la Casa yeron edificios de oficinas, comercios, casas de Moneda () y la fábrica de hilados El particulares, cines e iglesias. Por su parte, Coloso, las tres obras ya desaparecidas. Entre Roberto Saavedra y Jaime Sevilla resultaron cuartelazos y epidemias, no se hicieron cons- muy importantes en la edificación de cen- trucciones importantes sino hasta el Porfiriato. tros educativos y en proyectar escuelas con un En se construyó el ferrocarril de Altata estilo mesurado, donde lo útil se conjuga con a Culiacán, cuya instalación provocó un auge lo agradable. en el mercado. En este tiempo, la capital se Con el tiempo, estos arquitectos y otros convirtió en diócesis y fue cuando se iniciaron accedieron al funcionalismo del corte de Le las obras de la iglesia mayor, que se concluyó Corbusier y de Juan O’Gorman, como el edi- en . Luis Molina, que llegó a Culiacán en ficio de la Preparatoria Central de la Universi- , fue el arquitecto más importante de su dad Víctor Manuel Bazúa, que se terminó de época: levantó obras urbanas, casas, el Teatro construir en y donde se usó una estruc- Apolo, el Colegio Rosales, el Santuario y el tura de fierro aparente. Jorge Molina Montes Puente. proyectó el nuevo Santuario, donde utilizó cas- La modernidad arquitectónica llegó a carones de concreto a la manera de Félix Can- Culiacán en , y Ochoa estudia los edi- dela, y Augusto H. Álvarez construyó el primer ficios que se hicieron desde ese tiempo hasta edificio alto de la ciudad: La Nacional. Agus- . El ingeniero Constantino Haza, que tín Hernández ganó un concurso en con venía de Mazatlán, creó en el casino, su proyecto de la Universidad de Sinaloa, que paradigma del art déco. Un caso especial es el se cuenta entre sus obras tempranas, lejos de de Juan Segura, arquitecto que influyó en toda las referencias prehispánicas posteriores. Aquí una época, entre los años veinte y cuarenta, en adopta un plan racionalista y simple, con volú- la ciudad de México, con el estilo “escuela de menes y espacios equilibrados, pero la obra artes decorativas”. Segura residió en Culiacán quedó inconclusa. unos años y en construyó la escuela de El autor ilustra en “Fin de siglo en Culia- Navolato, en la que adoptó un partido simé- cán” las continuidades, rupturas y búsque- trico que refleja otra obra suya realizada en das de a , es decir, el variado Orizaba, pero ahora simplificada. El centro panorama de la ciudad. Subsisten en ellas las DOI: http://dx.doi.org/10.22201/iie.18703062e.2009.95.2299
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corrientes funcionalistas junto a la ruptura sobrio aunque elegante a la vez, además de
posmoderna, incluido el regionalismo —la otros hoteles, edificios y bancos. Sergio Pru- actividad arquitectónica sigue dando frutos. El neda construyó el Club Balboa y muchas funcionalismo tiene ejemplos notables, como otras obras en la ciudad. Ochoa Vega agrupa el edificio El Dorado, de Guillermo Ruiz, y el en su libro a varios arquitectos a los que llama Banco del Atlántico, de Gustavo Villa Velás- los “últimos funcionalistas”: Quirino Ordaz, quez. A esta tendencia de fin del siglo per- Raúl Cárdenas e Imanol Ordorika, quien tenecen el nuevo Palacio de Gobierno, de hizo el hotel El Cid. Eduardo de la Vega Echavarría, la Biblioteca Los Mochis es una ciudad reciente. Entre de la Universidad, de Roberto Rosas y José sus edificios destacan el Palacio Municipal, Ángel Rodríguez, y especialmente las obras que construyó Germán Benítez, así como el de Antonio Toca, que se distinguen por un hotel Beltrán. Ambas son obras de corte fun- cuidadoso diseño y una fértil imaginación, cionalista, estilo que predominó en las edifi- en casas particulares, edificios de oficinas y caciones urbanas locales con la llegada de la sobre todo en el Centro de Ciencias y el Con- segunda generación de arquitectos, la mayo- greso del Estado. En los últimos años, el pos- ría egresados de la unam, como Elías Ramírez modernismo ha cambiado la ciudad con ideas Badillo, Jorge Pérez, Carlos Grandio y José nuevas, lo que se puede ejemplificar con los Cándano Montemayor, entre otros. edificios de comercio y hoteles de Rogelio El libro de Alejandro Ochoa es un recuento Quintanilla y Eugenio Barraza, mientras que de la historia de la arquitectura moderna en la expresión regionalista se ilustra con Carlos Culiacán, Mazatlán y Los Mochis; su utilidad Ruiz Acosta. salta a la vista. La investigación de ese autor es En la segunda parte del libro, Ochoa acuciosa, la información revela muchos datos se refiere a Mazatlán, y en la tercera, a los desconocidos y se obtuvo de fuentes como Mochis. En Mazatlán, Joaquín y Gabriel archivos, entrevistas y periódicos. En mi opi- Sánchez Hidalgo edificaron varias quintas y nión, va más allá de la simple historia de la el Palacio Municipal; entre los años veinte y arquitectura. Se trata de una reflexión teórica cuarenta, este último se adhirió a la moder- sobre el fenómeno edilicio. Esto se aprecia nidad en el Cine Zaragoza. Por otra parte, especialmente en los capítulos III y IV, donde dos hermanos, Guillermo y José Freeman, se ocupa del análisis tipológico y arquitectó- construyeron varios edificios de estilo art nico, razonamiento que aparece también en déco, y después se convirtieron a la moderni- los comentarios distribuidos a lo largo de todo dad funcionalista. Jorge Tarriba, el arquitecto el texto. Se trata de una investigación crítica más importante de esta tendencia, levantó el sobre las obras arquitectónicas y sus proyectos, hotel de Cima, en la playa, con un diseño que se nutren de la teoría.