FORO EL MEDICO EN LA EDAD MEDIA - Maurixio Pozo

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 6

HISTORIA DE LA MEDICINA

FORO EL MEDICO EN LA EDAD MEDIA


Paralelo:
C

Docente:
Dr. JAIME ALBERTO VALDIVIEZO GUERRERO

Perteneciente a:
Maurixio Ruben Pozo Osorio

Semestre:
A-2024
EL MÉDICO EN LA EDAD MEDIA

En su comentario sobre "De sensu et sensato" de Aristóteles, escrito en 1209, Tomás de Aquino
define al nuevo profesional sanitario surgido de las universidades europeas como "el hacedor de
salud", indicando la alta aceptación que estos médicos universitarios tenían entre la élite
intelectual. Este ensayo presenta resultados de investigaciones recientes y plantea preguntas
sobre este nuevo modelo de médico universitario y su impacto en la creación de un sistema
médico asistencial capaz de abordar problemas de salud individuales y colectivos, tanto en
tiempos normales como en situaciones críticas como las pestilencias recurrentes en la Baja Edad
Media.

HACIA UNA NUEVA FORMA DE ENTENDER LA MEDICINA

Durante el periodo entre 1250 y mediados del siglo XIV, la Europa intelectual vivió un momento
de transformación significativo en la medicina. Los intelectuales europeos comenzaron a adoptar
y adaptar el conocimiento científico griego y árabe, preguntándose por primera vez sobre las
causas naturales de la salud y la enfermedad. Convencieron a los líderes políticos y a otros
sectores de la sociedad de invertir en el estudio racional de estos fenómenos, utilizando textos
clave de figuras como Aristóteles, Galeno e Hipócrates, así como de pensadores árabes como
Avicena y Averroes.

Este proceso de integración y


difusión del conocimiento se
facilitó a través de la traducción
al latín de obras griegas y árabes,
alcanzando su apogeo a
mediados del siglo XIII. La
filosofía natural, basada en
raíces helenísticas como el
aristotelismo, proporcionó
modelos de pensamiento
racional para comprender la
naturaleza humana y sus
relaciones con el cosmos. Se
desarrolló un método lógico,
principalmente el silogismo
aristotélico, para estructurar el conocimiento sobre la salud y la enfermedad, alejándose de
explicaciones mágicas y sobrenaturales.

Este cambio intelectual tuvo un impacto práctico, ya que los médicos europeos comenzaron a
ofrecer nuevas soluciones para mantener, aliviar y remediar problemas de salud mediante el
conocimiento de la naturaleza. Este proceso fue especialmente evidente en el sur de Europa,
abarcando desde el norte de Normandía hasta Sicilia y desde las costas portuguesas hasta el
Adriático. La época también estuvo marcada por transformaciones sociales y técnicas, como el
redescubrimiento del Derecho Romano, nuevas formas de producción y comercio, avances en la
construcción gótica y en la gestión del agua, reflejando un nuevo modo de entender la vida
intelectual y urbana.
LAS INSTITUCIÓN UNIVERSITARIA Y EL GALENISMO

En los primeros años del siglo XII, surgieron las Universidades como nuevas instituciones
educativas que reemplazaron a las antiguas escuelas catedralicias dirigidas por obispos. Estas
Universidades, originadas por un movimiento asociativo ciudadano en las nuevas ciudades,
ofrecían enseñanzas con un enfoque intelectual, conocido como scientia, abarcando diversos
campos como el Derecho, la Filosofía Natural, la Teología y la Medicina. Las escuelas catedralicias
anteriores se centraban en la sapientia, relacionada solo con la divinidad.

Las Universidades se convirtieron en centros de formación que abarcaban desde la Gramática


hasta la Medicina, brindando conocimientos útiles para los estudiantes que luego encontraban
trabajo en los núcleos urbanos. La Medicina se integró como parte de estas nuevas instituciones,
con un modelo de enseñanza similar en todas las universidades europeas y con un enfoque
internacional gracias al uso del latín como lengua común.

El surgimiento de las Universidades marcó un hito en la creación intelectual en medicina,


convirtiéndose en un importante motor de renovación intelectual en la sociedad europea. La
práctica médica, desde simples procedimientos como sangrías realizadas por barberos hasta
cirugías más complejas, se vio influenciada por este nuevo enfoque educativo. Médicos, cirujanos
y barberos se organizaron según el modelo gremial, reflejando la estructura estamental de la
sociedad medieval.

A medida que avanzaban los siglos bajomedievales, se observaba una creciente movilidad entre
los grupos de barberos y cirujanos, impulsada por el prestigio social asociado al conocimiento
científico y a la aplicación de la scientia en la práctica médica.

En la Europa cristiana de los siglos XIII y XIV, el prestigio de la obra manual realizada con rigor y
disciplina racional era notable, destacando la importancia de la cirugía como vertiente técnica en
medicina. Se menciona a Henri de Mondeville, cirujano francés, quien relacionó la actividad de
crear con las manos con la inteligencia humana. Tanto cirujanos como médicos basaban su
práctica en la filosofía natural, incluyendo el conocimiento de la naturaleza y la influencia de la
astrología en la concepción de la salud y la enfermedad. A través de las asociaciones gremiales,
se establecieron modelos doctrinales médicos con influencia galenista, adoptados por la
Universidad y seguidos por quienes ejercían la medicina en la Europa medieval. A pesar de los
monopolios doctrinales e institucionales, la realidad de la práctica médica era más compleja y
diversa de lo que indicaban estas normativas.
En la medicina medieval, la salud y la enfermedad se definieron en términos de equilibrio de las
cualidades básicas (cálido, húmedo, seco y frío) que definían los elementos estructurales de la
materia orgánica, según los presupuestos naturales aristotélicos. Este enfoque causó conmoción
al descubrir que la clave para distinguir entre la vida y la muerte, la salud y la enfermedad, residía
en la teoría de los elementos y las cualidades. Este descubrimiento se derivó de textos médicos
árabes que integraban doctrinas aristotélicas en un sistema práctico llamado galenismo. La
creación de universidades en el siglo XII, que incluían estudios de medicina, estuvo
estrechamente relacionada con este proceso. Los primeros avances intelectuales en medicina
universitaria se observaron a partir de los años cuarenta del siglo XIII, coincidiendo con eventos
como la conquista de Valencia y la incorporación del valle del Guadalquivir a la Corona de
Castilla.

UTILITAS Y PRÁCTICA MÉDICA

En la Edad Media, la especulación médica se consideraba justificada solo si tenía como objetivo
hacer efectivos los procedimientos para mejorar la salud. Arnau de Vilanova enfatizó que la
medicina debía ser útil para tener sentido. El concepto de utilitas estaba vinculado a la
justificación de la presencia del médico en la sociedad, demostrando la eficacia de sus
conocimientos. El derecho romano proporcionó instrumentos jurídicos para proteger la salud
individual y regular la relación médico-paciente en los núcleos urbanos. Los contratos entre
enfermos y médicos revelan que la salud como derecho individual era importante en los siglos
XIV y XV. La utilitas en medicina medieval se lograba al dotar de rigor intelectual a las prácticas
médicas, basándose en la filosofía natural aristotélica. La medicina alcanzó estatus de scientia
cuando desarrolló una doctrina coherente sobre las causas de las enfermedades, siendo
reconocida socialmente con la Universidad a partir del siglo XII. Este enfoque riguroso fue
compartido por médicos, cirujanos, farmacéuticos, e incluso por judíos y musulmanes en la
Europa cristiana, especialmente en la Península Ibérica.

EL MODELO ABIERTO DE APRENDIZAJE MÉDICO

Durante los siglos XIV y XV en Europa, a pesar de la eficacia demostrada por la Universidad en la
formación médica, la mayoría de los médicos y cirujanos se formaban según un modelo abierto
de transmisión de conocimientos, especialmente en la Península Ibérica. La escasez de médicos
universitarios dificultaba la atención médica a la población, con tasas de médicos universitarios
muy bajas en comparación con la demanda. Esta situación llevó a la coexistencia de dos tipos de
sanadores: aquellos con formación universitaria y los formados en el modelo abierto. A pesar de
los intentos legislativos por favorecer a los médicos universitarios, la convivencia de ambos tipos
de sanadores generó tensiones en la sociedad y en las relaciones internas de los médicos.
Aunque las Facultades de Medicina no suministraban todos los médicos y cirujanos, la sociedad
tomó medidas para controlar la calidad mínima de los practicantes, basándose en el modelo
universitario, aunque con limitada eficacia. Esta dualidad en la práctica médica fue una
peculiaridad de la Edad Media en Europa cristiana.

LOS SANADORES MUSULMANES Y JUDÍOS

Durante la Edad Media, en la Península Ibérica y en Europa en general, los sanadores


musulmanes y judíos se formaban principalmente a través de un modelo abierto de enseñanza,
ya que el acceso a la Universidad estaba prohibido para ellos. A pesar de las restricciones,
lograron adquirir conocimientos médicos que les permitieron ejercer la medicina y la cirugía,
incluso entre la población cristiana. Estos sanadores se integraron en el sistema médico
asistencial de la época, contribuyendo a la atención de la salud en la sociedad. Tras eventos
dramáticos, como los sucesos de 1391 en la aljama judía de Sevilla, las comunidades judías
enfrentaron dificultades para continuar con su práctica médica. Algunos judíos conversos
lograron acceder a la universidad, pero muchos de ellos fueron perseguidos y sufrieron
persecución por la Inquisición, generando un clima de miedo en la sociedad europea de la Baja
Edad Media.

EL DESARROLLO DE UNA RED DE ASISTENCIA MÉDICA

En la Europa meridional, desde el siglo XIII, se desarrolló una red de asistencia médica que
integraba médicos, cirujanos y barberos en un sistema de atención médica para brindar bienestar
a la población. Esta red, surgida entre los siglos XII y XIV, se expandió rápidamente por el
Mediterráneo occidental, siendo respaldada por autoridades civiles y eclesiásticas. En la Corona
de Aragón, por ejemplo, cada núcleo urbano contaba con al menos un sanador contratado, ya
sea médico o cirujano, cristiano o judío. Esta red, influenciada por la filosofía natural y formada
por dos tipos de sanadores, marcó una innovación en la sociología médica medieval. La
importancia de la formación médica universitaria se hizo evidente para garantizar la presencia de
profesionales técnicamente competentes en el cuidado de la salud de la población en expansión
en el sur de Europa. A pesar de los intentos de establecer universidades en la región, como en
Valencia, Murcia y Sevilla, estas iniciativas no prosperaron inicialmente, lo que llevó a la
necesidad de contar con instituciones educativas locales para formar a profesionales médicos
capacitados en la región.
En los extensos territorios de la Corona de Castilla, que se extendían desde Galicia hasta Sevilla y
Murcia, la universidad se mantuvo en la frontera norte del Duero, en Salamanca o Valladolid,
durante los siglos XIV y XV. La debilidad de las universidades castellanas y de la Corona de
Aragón, junto con la falta de instituciones educativas en el sur de España, desde Sevilla hasta
Murcia, plantea interrogantes sobre la formación de profesionales de la salud en regiones donde
las universidades eran escasas o distantes. A pesar de la formación de minorías intelectuales en
centros europeos, como evidencian las bibliotecas conservadas en Sevilla y Córdoba, se
desconoce qué tipo de sanadores atendían la demanda de atención médica en estas áreas.

El alto costo de los estudios universitarios y la creciente necesidad de servicios médicos


cualificados plantean desafíos sobre cómo se satisfacían estas demandas, especialmente en
regiones con acceso limitado a la educación médica.

EL MERCADO DE LA SALUD

La burguesía urbana en ciudades como Valencia, Sevilla, Montpellier, entre otras, convirtió la
salud en un asunto político y mercantil, reflejando la influencia de la aristotelización en la vida
cotidiana europea. Este proceso no se limitó al análisis racional de la naturaleza, sino que
también organizó el cuerpo y la vida social en torno al nuevo Derecho Romano. Se estableció una
red de asistencia médica en los núcleos urbanos europeos, donde médicos, cirujanos y barberos
eran contratados por los municipios y familias a través de acuerdos económicos. Este sistema
combinaba contratos municipales y privados, integrando a sanadores de diversas formaciones y
religiones. A pesar de los intentos políticos de regular la práctica médica, los intereses
corporativos a menudo prevalecían sobre la atención médica a una población que valoraba la
salud, pero carecía de los recursos necesarios para garantizarla, lo que resultaba en la denuncia
constante de la pobreza y la falta de atención médica en la sociedad europea bajomedieval.

LEGITIMACIÓN POLÍTICA Y CONTROL SOCIAL DE LA PRÁCTICA MÉDICA

En la Edad Media, la práctica médica estaba controlada y legitimada por la estima de los reyes y
la burguesía urbana, quienes valoraban la formación universitaria y el conocimiento como un
activo social positivo. A pesar de la importancia de la medicina galénica en la sociedad europea
medieval, surgieron conflictos entre el empirismo y el racionalismo en la práctica médica. La
presencia de médicos, ya sea con formación universitaria o empírica, era crucial para la salud de
la sociedad, aunque otros factores también influían. La nueva higiene, que equilibraba la relación
entre enfermedad y salud, no se desarrolló plenamente hasta el siglo XIX. Los sanadores
medievales contribuyeron a la percepción de la medicina como un conocimiento complejo y una
práctica curativa, influyendo en la conciencia de la población sobre la importancia de la salud y el
mantenimiento de la misma.

También podría gustarte