0% encontró este documento útil (0 votos)
24 vistas13 páginas

Denuncia Vias de Hecho Crusa

DENUNCIA VIAS DE HECHO A INSTITUCION PUBLICA

Cargado por

CARLOS BARALT
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
24 vistas13 páginas

Denuncia Vias de Hecho Crusa

DENUNCIA VIAS DE HECHO A INSTITUCION PUBLICA

Cargado por

CARLOS BARALT
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 13

Ciudadano

Fiscal Superior del Ministerio Público estado Zulia


Abog. JOSÉ GREGORIO RONDÓN MUÑOZ
SU DESPACHO

Nosotros, CENIDA CHACÍN, FREDDY ATILIO ACOSTA MONTERO,


MARBELI MORALES, y YULIS PARDO, mayores de edad, venezolanos, titulares
de las cédulas de identidad Nos. V-7.628.991, V-5.047.642, V-14.168.774, y V-
22.154.070, respectivamente. y domiciliados en esta ciudad y Municipio Maracaibo
del estado Zulia, asistidos por el abogado en ejercicio CARLOS BARALT MORÁN,
mayor de edad, venezolano, de este domicilio, titular de la cédula de identidad No.
V-7.613.274 e inscrito en el Inpreabogado bajo el No. 34.123, con el debido
respeto, conforme a lo dispuesto en el artículo 51 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, en concordancia con los artículos 267 y 268
ambos del Código Orgánico Procesal Penal, ocurrimos para exponer:
I
DE LA IDENTIDAD DE LA PARTE DENUNCIADA
Que mediante el presente escrito y de conformidad con lo establecido en
los Artículos 267 y 268 del Código Orgánico Procesal Penal, presentamos formal
DENUNCIA PENAL contra del ciudadano: ALFREDO MÁRQUEZ ABREU, mayor
de edad, venezolano, ingeniero, de este domicilio y titular de la cédula de
identidad No. V- 16.212.502 , residenciado en jurisdicción del Municipio
Maracaibo del Estado Zulia; quien funge actualmente como Presidente de la
empresa de Estado Centro Rafael Urdaneta, S.A., RIF G-20007959-2, según
Decreto del Poder Ejecutivo estadal No. 978, publicado en Gaceta Oficial del
estado Zulia Extraordinaria No. 4147, de fecha 11 de marzo de 2024, con el cual
no poseemos ningún tipo de parentesco o relación.
II
DE LA IDENTIDAD DE LA PARTE DENUNCIANTE
En la presente denuncia Penal actúa como PARTE DENUNCIANTE,
nuestras personas CENIDA CHACÍN, FREDDY ATILIO ACOSTA MONTERO,
MARBELI MORALES y YULIS PARDO y mayores de edad, venezolanos,
titulares de las cédulas de identidad Nos. V-7.628.991, V-5.047.642, V-
14.168.774, V-22.154.070 respectivamente, domiciliados en esta ciudad y
municipio Maracaibo del estado Zulia, en Residencias Colón, calle 95 (Colón) con
avenida 6, del Municipio Maracaibo del Estado Zulia, Nos. 05, 07, 01 y 02,
correspondientemente.
III
RELACIÓN ESPECÍFICA DE LAS CIRCUNSTANCIAS ESENCIALES EN LOS
HECHOS IMPUTADOS AL DENUNCIADO

-En fecha 01 y 28 de abril de 2021, durante la gestión al frente de la Gobernación


del estado Zulia del ciudadano OMAR PRIETO, fuimos notificados de formales
correspondencias emanadas de la presidencia del Centro Rafael Urdaneta, S.A.
(CRUSA), suscrita por el entonces Presidente de esta empresa pública,
ciudadano FRANCISCO URBINA NAVA, en cuyo texto se puede leer: “De
acuerdo a las políticas de vivienda establecidas por el Comandante Presidente
Nicolás Maduro Moros, se tiene planteado a través de la Gran Misión Vivienda
Venezuela la adecuación de los inmuebles ubicados en Residencias Colón, calle
95 (Colón) con avenida 6, del Municipio Maracaibo del Estado Zulia.
Se destaca que a través de la Gran Misión Vivienda Venezuela, se tiene
planteado el suministro de los materiales de construcción requeridos para que por
el sistema de auto construcción se logre el objetivo planteado, para beneficio de
su grupo familiar.
El inmueble asignado a usted con el No. (01, 02, 05 y 07) en Planta Baja del
referido Conjunto Residencial, posteriormente y concluidos los trabajos de
remodelación y adecuación, le será entregado el respectivo Certificado de
Adjudicación….(omissis)…”. Misivas éstas, que acompañamos a este escrito en
copias fotostáticas marcadas con las letras “A”, “B”, “C” y “D”.

-Posteriormente, En fecha 30 de octubre de 2023, durante la actual gestión del


Gobernador MANUEL ROSALES, fuimos notificados del contenido de los Oficios
signados con las siglas P-2023-10-078, P-2023-10-079, P-2023-10-080 y P-2023-
10-081, correspondientemente, de la misma fecha, emanado del mismo Despacho
presidencial del Centro Rafael Urdaneta, S.A. (CRUSA), actualmente bajo su
direccionalidad, donde se nos ordena la paralización de “cualquier obra o
construcción del local asignado con el No. (01, 02, 05 y 07) del Conjunto
Residencial Col (sic), hasta tanto la Procuraduría general de la República no se
pronuncie a la Legalidad (sic) de la Donación (sic) de Dicho (sic) Inmueble (sic)”,
que en copias fotostáticas anexamos a este escrito signadas con las letras “E”,
“F”, “G” y “H”.

-En virtud de estas notificaciones viciadas de nulidad absoluta, por carecer del
más elemental derecho fundamental a la defensa sin la apertura de un
procedimiento administrativo que garantizara el debido proceso, nos vimos en la
necesidad de consignar el día 15 de noviembre de 2023, ante la presidencia del
Centro Rafael Urdaneta, S.A., (CRUSA), formal Recurso de Reconsideración
sobre la actuación administrativa en cuestión, el cual adjuntamos a este escrito en
copia fotostática marcado con la letra “I”, el cual hasta la presente fecha aún no ha
sido respondido.

-De la misma manera, hemos sido conminados reiteradamente por funcionarios


del CRU utilizando vías de hecho para que desalojemos los inmuebles en
cuestión y que entreguemos las llaves, a lo que nos hemos negado
categóricamente, siendo por ello, objeto de amenazas de llevarnos detenidos en
caso de no devolver las llaves del inmueble, tratando de despojarnos de la
posesión de estos inmuebles, impidiendo que ingresemos a los descritos
inmuebles para realizar las correspondientes refracciones necesarias para la
adecuación de los locales para que sirvan de vivienda para nuestros grupos
familiares y así cumplir el fin para el cual fueron adjudicados originalmente.

IV
DE LA NULIDAD DE LOS OFICIOS P-2023-10-078, P-2023-10-079, P-2023-10-
080 y P-2023-10-081,FECHA 30/10/ 2023

Ante semejante Notificación ordenando suspender cualquier obra o construcción


de los locales asignados con los Nos.01, 02, 05 y 07 del Conjunto Residencial
Colón hasta tanto la Procuraduría General de la República no se pronuncie sobre
la legalidad de la adjudicación de dicho Inmueble, nos vemos obligados a revisar
las vías jurídicas que el ordenamiento jurídico en materia administrativa
procedimental nos lega para que la Administración pública pueda modificar sus
actuaciones administrativas eventualmente. En consecuencia, a los fines de
ilustrar la potestad de Autotutela que tiene la Administración pública debemos
tomar en cuenta que es la propia Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos,
la que dispone los límites y potestades a la Administración respecto de la revisión
de sus propios actos a saber:

De la Revisión de Oficio

Artículo 81. La administración podrá convalidar en cualquier


momento los actos anulables, subsanando los vicios de que
adolezcan.

Artículo 82. Los actos administrativos que no originen derechos


subjetivos o intereses legítimos, personales y directos para un
particular, podrán ser revocados en cualquier momento, en todo o
en parte, por la misma autoridad que los dictó, o por el respectivo
superior jerárquico. (Negritas nuestras)

Por último, el artículo 11 prohíbe la aplicación de nuevos criterios e


interpretaciones a situaciones anteriores salvo que fueren más favorables para los
administrados:

"Art. 11: Los criterios establecidos por los distintos órganos de la


Administración Pública podrán ser modificados, pero la nueva
interpretación no podrá aplicarse a situaciones anteriores, salvo que
fueren más favorables para los administrados. En todo caso, la
modificación de los criterios no dará derecho a la revisión de
los actos definitivamente firmes."(Negritas nuestras)

Vemos entonces cómo esta ley acoge algunos de los principios fundamentales
desarrollados por la doctrina, relativos a la revocación de los actos administrativos.
Reconoce la facultad revocatoria de la Administración en los actos
administrativos no creadores de derechos subjetivos, sin diferenciar que sea
por razones de mérito o de oportunidad o de ilegalidad, y la posibilidad de revocar
en cualquier momento los actos viciados de nulidad absoluta, previo procedimiento
que conceda al administrado el derecho a la defensa, tal como lo ha entendido la
doctrina y jurisprudencia patria.

Del artículo 82 antes transcrito se desprende, en principio, que le está vedada a


la Administración la posibilidad de revocar actos administrativos que hayan
creado derechos a favor de los particulares, siendo entonces que la
posibilidad de revocación puede ser ejercitada mientras el acto
administrativo no haya adquirido firmeza, puesto que la firmeza trae consigo
la cosa juzgada administrativa, acto el cual, de ser revocado, sería nulo de
nulidad absoluta, a tenor de lo dispuesto en el ordinal 2 del artículo 19 de la
Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos.

Esta imposibilidad de revocar los actos creadores de derechos a favor de


los particulares, fue admitida por nuestra jurisprudencia nacional aún antes
de la entrada en vigencia de la Ley Orgánica de Procedimientos
Administrativos, al establecer que:

La Sala, luego de un examen interpretativo y concatenado de las


normas pertinentes, estima que la Ley Orgánica de Procedimientos
Administrativos que entró a regir el 1° de enero de 1982, por una
parte, recoge los principios doctrinarios anteriormente expuestos, y
por la otra, permite poner fin a las dubitaciones observadas en la
jurisprudencia nacional en la materia que se examina. En efecto:

1.- Reconoce, como principio general, la potestad de autotutela de la


Administración Pública según la cuál los órganos que la integran
pueden revocar los actos que hayan producido con anterioridad
(artículo 82);

(…omissis…)

6.- Exceptúa de esa posibilidad de revocatoria los actos


administrativos afectados de nulidad relativa que hayan
originado derechos subjetivos o intereses legítimos, personales
y directos para un particular (artículo 82) y

7.- Aclara que el acto administrativo, que tenga un vicio de


nulidad relativa, es decir que sea anulable, si crea derechos a
favor de los particulares y ha quedado firme (por haber vencido
los lapsos para impugnarlo en sede administrativa o en vía
jurisdiccional); es un acto irrevocable por la Administración y si
esa revocación se produce, el acto revocatorio estaría viciado
de nulidad absoluta (artículo 11, 19 ordinal 2° y 82)

. (Sentencia de la Sala Político Administrativa de la entonces Corte


Suprema de Justicia de fecha 14 de mayo de 1985, Caso:
F.M.R.P.V.. Unellez)

Expuesto lo anterior, consideramos que se incurrió en un severo error decisorio


administrativo, al pretenderse que el Presidente del Centro Rafael Urdaneta, S.A.
(CRUSA), suscribiente de las írritas notificaciones antes señaladas, podía
válidamente, revocar un acto creador de derechos y obligaciones como lo son los
referidos Oficios, suscritos por este órgano directivo, del entonces Presidente
Francisco Urbina Nava, y, peor aún, sin que constase en forma alguna que estos
actos Administrativos (Oficios P-2023-10-078, P-2023-10-079, P-2023-10-080 y
P-2023-10-081, de FECHA 30/10/ 2023) que pretenden suspender los efectos de
los primeros de fecha de abril de 2021, fueran emanados de un procedimiento
administrativo previo, donde se le reconociera a nuestras personas en condición
de adjudicatarios, el insoslayable derecho a la defensa y al contradictorio, de
conformidad con las garantías previstas en el artículo 49 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela.

En efecto, la jurisprudencia patria ha sido pacífica al reconocer que para que


la Administración pueda revocar válidamente un acto administrativo, tiene
que abrir un procedimiento, de conformidad con lo previsto en el artículo 48
de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, a los fines de
asegurarle al destinatario o destinatarios del acto que pudiesen verse
afectados por la revocatoria del mismo, el legítimo ejercicio de su derecho a
la defensa. (Vid. sentencia de la Sala Político Administrativa de la extinta Corte
Suprema de Justicia, caso: “Carlos Guía Parra”).

Por ello, NO resulta ajustado a derecho que el Presidente del CRUSA de un


plumazo en forma unilateral haya pretendido Revocar los Actos Administrativos
que ya contaban con el carácter de cosa juzgada administrativa, sin ni siquiera
mediar para ello la elemental y fundamental apertura de un procedimiento
administrativo, concediéndonos el derecho a la defensa consagrado en nuestra
Carta Magna, todo lo cual los hace nula de nulidad absoluta su actual actuación, e
imposible de generar efectos jurídicos ni administrativos algunos, menos aún ya
practicadas y con carácter de firmeza administrativa.

De allí que, el Estado en el marco de equilibrar la potestad que tiene la


administración de revisión de sus actos y las posibles consecuencias que esta
generen a los administrados, muy claramente ha señalado que tal revisión no
haya causado estado, es decir, no originen derechos subjetivos o intereses
legítimos, personales y directos para un particular, en estos casos, no podrán ser
revocados.

En este mismo orden de ideas, el tratadista de Derecho Administrativo Dr. Alla R.


Brewer-carias sostiene:

“Los actos administrativos de efectos particulares, si crean o


declaran derechos subjetivos o intereses legítimos a favor de
determinadas personas, una vez firmes, es decir, una vez que
no pueden ser legalmente impugnados, tienen los efectos de
cosa juzgada (cosa decidida) administrativa, y la Administración
no puede revocarlos. Este principio de la irrevocabilidad de los
actos administrativos es de tanta importancia en materia de
seguridad jurídica, que de acuerdo con el artículo 19.2 de la Ley
Orgánica de Procedimientos Administrativos, los actos
administrativos se consideran nulos de nulidad absoluta y por
tanto, inválidos, cuando resuelvan un caso precedentemente
decidido con carácter definitivo y que haya creado derechos
particulares.” (Negritas nuestras).

El Dr. Brewer explica de igual forma lo siguiente:

“Una consecuencia del principio de la irretroactividad de los actos


administrativos es el principio general de que los derechos o
situaciones jurídicas subjetivas adquiridas o nacidas de actos
administrativos individuales, no pueden ser eliminados
posteriormente por otros actos administrativos. Es el principio
general de intangibilidad de las situaciones jurídicas nacidas de
actos individuales, o de la irrevocabilidad de los actos
administrativos de efectos particulares creadores de derechos a
favor de los administrados; principio que ha tenido consagración
legal expresa en las leyes de procedimiento administrativo de
América Latina.” (Negritas nuestras)

Como ya lo hemos manifestado, el Oficio P-2023-10-078 FECHA 30/10/ 2023 que


aquí impugnamos, adolece de una ausencia total y absoluta del procedimiento
establecido.

La doctrina ha seguido siendo puntualizada por la Sala Político Administrativa del


Tribunal Supremo de Justicia, en diversas decisiones recientes. Así, en 2000, al
referirse al tema de la auto tutela, expresó con mayor amplitud, que: “Dentro de las
manifestaciones más importantes de la autotutela de la Administración se
encuentra, precisamente, la potestad revocatoria, que no es más que la posibilidad
de poder revisar y corregir sus actuaciones administrativas y en consecuencia, la
facultad para extinguir sus actos administrativos en vía administrativa.
Esta potestad se encuentra regulada, en primer lugar, en el artículo 82 de la Ley
Orgánica de Procedimientos Administrativos, en el sentido de que los actos
administrativos pueden ser revocados en cualquier momento, en todo o en
parte, sea por la misma autoridad que dictó el acto o su superior jerarca,
siempre y cuando no originaren derechos subjetivos o intereses legítimos,
personales y directos para un particular. En estos casos la Ley en comento
prohibió, en forma absoluta, la posibilidad de que la Administración revocare los
actos administrativos que hayan creado derechos a favor de particulares, salvo
que exista autorización expresa de la Ley. Es por tal razón, que el ordinal 2 del
artículo 19 de la citada Ley, sancionó con la nulidad absoluta a aquellos
actos que resolvieren situaciones precedentemente decididos con carácter
definitivo y que hayan creado derechos a favor de particulares.

V
DE LA VIOLACIÓN AL DERECHO CONSTITUCIONAL A LA DEFENSA

El derecho a la defensa implica dos aspectos principales, a saber, por un lado el


derecho de todo administrado a ser oído durante el procedimiento, teniendo
oportunidad de expresar sus razones y descargos antes de la emisión del acto, y
que sean expresamente considerados en cuanto sean conducentes a la solución
del caso; y por otro lado, implica a la vez el derecho a ofrecer y producir los
medios probatorios que considere pertinentes en la defensa de sus derechos y a
que éstos sean apreciados a los fines de emitir el acto administrativo

Respecto a la violación del derecho a la defensa y al debido proceso,


en virtud de la inexistencia del procedimiento administrativo, la Sala Político
Administrativa en Sentencia Nº 01996, Expediente Nº 13822 de fecha 25/09/2001,
estableció lo siguiente:
“La procedencia de la sanción jurídica de nulidad absoluta impuesta
a un acto que adolece del vicio consagrado en el ordinal 4º del
artículo 19 de la citada ley, está condicionada a la inexistencia de un
procedimiento administrativo legalmente establecido, es decir, a su
ausencia total y absoluta. La doctrina y la jurisprudencia contenciosa
administrativa progresivamente han delineado el contenido y
alcance del referido vicio de procedimiento administrativo, al permitir
una valoración distinta de este vicio que afecta al acto administrativo
en atención a la trascendencia de las infracciones del procedimiento.
En tal sentido, se ha establecido que el acto administrativo adoptado
estaría viciado de nulidad absoluta, cuando: a) ocurra la carencia
total y absoluta de los trámites procedimentales legalmente
establecidos; b) se aplique un procedimiento distinto al previsto
por la ley correspondiente, es decir, cuando por una errónea
calificación previa del procedimiento a seguir, se desvíe la
actuación administrativa del iter procedimental que debía
aplicarse de conformidad con el texto legal correspondiente
(desviación de procedimiento); o c) cuando se prescinden de
principios y reglas esenciales para la formación de la voluntad
administrativa o se transgredan fases del procedimiento que
constituyan garantías esenciales del administrado (principio de
esencialidad). Cuando el vicio de procedimiento no produce una
disminución efectiva, real, y transcendente de las garantías del
administrado, sino que representa sólo fallas o irregularidades
parciales, derivadas del incumplimiento de un trámite del
procedimiento, la jurisprudencia ha considerado que el vicio es
sancionado con anulabilidad, ya que sólo constituyen vicios de
ilegalidad aquellos que tengan relevancia y provoquen una
lesión grave al derecho de defensa.” (Negritas nuestras)

En consecuencia, los actos administrativos objeto del presente Recurso de


reconsideración, adolecen del vicio de prescindencia total y absoluta del
procedimiento legalmente establecido, al omitir LA ADMINISTRACIÓN, una
fase esencial del iter procedimental, como lo es el derecho de los
adjudicatarios a la defensa y las pruebas, al conculcar la posibilidad de esgrimir
sus descargos y alegatos, en virtud de la suspensión unilateral de un acto
administrativo que ya había causado Estado, disminuyendo en forma real, efectiva
y trascendente el ejercicio efectivo del derecho a la defensa del adjudicatario, toda
vez que como ya lo expusimos,

El procedimiento administrativo está gobernado, según se establece en el Artículo


141 de la Constitución, por “los principios de honestidad, participación, celeridad,
eficacia, eficiencia, transparencia y responsabilidad en el ejercicio de funciones
públicas y con total sometimiento a la ley y al derecho;” y como se indica en el
Artículo 10 de la Ley Orgánica de la Administración Pública, por los principios de
economía, celeridad, simplicidad, objetividad, imparcialidad, honestidad,
transparencia y buena fe.
Por ello, específicamente, en todos los casos en los cuales un acto de la
administración pública puede afectar los derechos o intereses de
particulares, para poder emitirlo la administración está obligada a seguir el
procedimiento administrativo en el cual la garantía del debido proceso debe
respetarse, y particularmente debe garantizarse el derecho a la defensa. Es
decir, en el derecho administrativo venezolano, para que la Administración
pueda emitir una resolución que afecte, restrinja o limite derechos de alguna
manera o modifique la situación legal de una persona física o jurídica, debe
llevar a cabo un procedimiento administrativo previo en el que se garanticen
los derechos al debido proceso y, principalmente, a la defensa. Ello deriva de
lo establecido en la propia Constitución en materia de debido proceso como
derecho fundamental (Art. 49), por lo que su inobservancia constituye una
violación de la Constitución y no sólo de las leyes (legalidad).

La consecuencia de este principio constitucional, por ejemplo, en un


procedimiento administrativo en el que se evalúe la posibilidad de la
revocación de un acto administrativo, es que la audiencia previa de las
partes interesadas es una condición para la validez de la revocación, como
garantía del derecho fundamental de la persona involucrada a defenderse y a
ser escuchada. Es decir, el derecho al debido proceso aplica a toda acción
administrativa, de manera que la administración siempre tiene el deber de iniciar
un procedimiento administrativo antes de emitir un acto o medida que pueda
afectar los derechos o intereses de una persona o una empresa, de modo que a
éstos se les otorgue la oportunidad de presentar sus alegatos y su defensa.

El derecho a la defensa es, por lo tanto, un derecho constitucional absoluto,


establecido por la Constitución como “inviolable” en todas las etapas y grados de
la causa, tanto en procedimientos judiciales como administrativos, y es un
derecho que todas las personas poseen, sin distinciones de ningún tipo, personas
jurídicas o naturales, el cual, por lo tanto, no puede someterse a ninguna
excepción o limitación.

Para garantizar dicho derecho a ser oído, la Ley Orgánica de Procedimientos


Administrativos proporciona una serie de derechos correlacionados, tales como:
que se notifique sobre cualquier procedimiento que podría afectar los derechos
subjetivos o intereses legítimos, personales o directos de una persona (Artículo
48); tener la oportunidad de ser oído y de ser parte en cualquier momento del
procedimiento administrativo (Artículo 23); tener acceso a los expedientes
administrativos, inspeccionarlos y copiarlos (Artículo 59); presentar pruebas y
entregar expedientes (Artículos 48 y 58); que el acto administrativo tenga su
motivación formalmente (Artículo 9); que se le notifique personalmente de
cualquier acto que podría afectar los derechos, e intereses legítimos, personales y
directos de la persona (Artículo 73); así como a ser informado de los medios
legales para poder ejercer los recursos que procedan contra el acto (Artículos 73 y
77).

Ahora bien, precisamente en materia de revocación de actos administrativos,


salvo que los mismos no originen derechos subjetivos o intereses legítimos (art. 82
de la ley orgánica), cuando la administración pública tiene razones para creer que
puede revocar un acto administrativo específico a través del ejercicio de sus
poderes, debe iniciar y seguir e curso debido de un procedimiento administrativo
donde aquellos que se benefician del acto administrativo cuya validez es
cuestionada y su revocación se propone, puedan ejercer cabalmente su derecho a
ser oídos y a la defensa. Los actos administrativos revocatorios de un acto
administrativo emitido previamente, incluso si la administración lo considera
nulo e inválido, son decisiones que afectan los derechos subjetivos e
intereses de los destinatarios de dicho acto administrativo, y por lo tanto,
antes de dicha revocación debe seguirse un procedimiento administrativo
para garantizar el derecho a la defensa de dichas partes interesadas.

NO QUEDA LUGAR A DUDAS, QUE EN EL PRESENTE CASO SE HA


COMETIDO UNA FLAGRANTE VIOLACIÓN AL DERECHO A LA DEFENSA AL
PRETENDER SUSPENDER LOS EFECTOS DE UN ACTO ADMINISTRATIVO
QUE YA HABÍA CAUSADO ESTADO, SIN LA PREVIA APERTURA DE UN
PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO QUE CONCEDIERA EL DERECHO A LA
DEFENSA A LOS ADJUDICATARIOS, CUYO IRREGULAR ACTO ADEMÁS
ORDENA DE MANERA ILEGAL SUSPENDER CUALQUIER OBRA O
TRABAJOS DE REMODELACIÓN SOBRE EL INMUEBLE ADJUDICADO,
PERTURBANDO DE ESTA MANERA EL SAGRADO DERECHO
CONSTITUCIONAL A LA TENENCIA Y DISFRUTE DE UNA VIVIENDA, siendo
más grave aún, que la misma había sido donada por esta misma empresa de
Estado, adscrita al Ministerio del Poder Popular para la Vivienda y Hábitat,
incurriéndose con ello en los supuestos de nulidad absoluta de actos
administrativo consagrados en el artículo 19, ordinales 2 y 4, que a la letra dice:

Artículo 19. Los actos de la administración serán absolutamente


nulos en los siguientes casos:
(…)
2. Cuando resuelvan un caso precedentemente decidido con
carácter definitivo y que haya creado derechos particulares, salvo
autorización expresa de la ley.
(…)
4. Cuando hubieren sido dictados por autoridades manifiestamente
incompetentes, o con prescindencia total y absoluta del
procedimiento lealmente establecido.

VI
DE LAS NORMAS CONSTITUCIONALES, LEGALES Y JURISPRUDENCIA
PATRIA EN LA MATERIA

Al osar el entonces Presidente del Centro Rafael Urdaneta, S.A., suspender los
efectos de unas actuaciones administrativas que generaron derechos particulares
y más aún de superior interés como lo es el sagrado derecho constitucional
de la tenencia de unos inmuebles otorgados por esta empresa pública como
política social, en el marco de la Gran Misión Vivienda Venezuela, y
persistiendo el actual Presidente del CRUSA, ingeniero ALFREDO MÁRQUEZ
ABREU, en las vías de hecho para tratar de despojarnos de los inmuebles
adjudicados, con ello este funcionario flagrantemente se atreve a desconocer el
carácter de Orden Público que consagra el DECRETO CON RANGO, VALOR Y
FUERZA DE LEY DEL RÉGIMEN DE PROPIEDAD DE LAS VIVIENDAS DE LA
GRAN MISIÓN VIVIENDA VENEZUELA, en su artículo 7. Del mismo modo, esta
ley en su artículo 6 dispone la prohibición de paralizar las obras y negocios
jurídicos en los terrenos dispuestos para la construcción de viviendas: “Artículo 6:
…(omissis)… se realicen las obras vinculadas a la ejecución de los proyectos en
el marco de la Gran Misión Vivienda Venezuela, en tal sentido, se prohíbe la
realización de cualquier acto o negocio jurídico en contravención a dichos
fines.” (resaltado nuestro).

El derecho a la vivienda es de rango constitucional, así, del Texto Fundamental


de 1999, dispone en su artículo 82, lo siguiente:
“Artículo 82.- Toda persona tiene derecho a una vivienda adecuada, segura,
cómoda, higiénicas, con servicios básicos esenciales que incluyan un hábitat que
humanice las relaciones familiares, vecinales y comunitarias. La satisfacción
progresiva de este derecho es obligación compartida entre los ciudadanos y
ciudadanas y el Estado en todos sus ámbitos.
El Estado dará prioridad a las familias y garantizará los medios para que éstas, y
especialmente las de escasos recursos, puedan acceder a las políticas sociales y
al crédito para la construcción, adquisición o ampliación de viviendas.”

Resulta violatorio a este derecho constitucional el pretender suspender la decisión


de adjudicar un inmueble y venir poseyendo el mismo por espacio de dos (2) años,
mediante un acto administrativo de mero trámite, supeditándolo a la espera de una
Opinión por parte del órgano Consultor de la República, cuyo dictamen en el
presente caso por demás NO SERÍA DE CARÁCTER VINCULANTE, de
conformidad con el artículo 247 de la Carta Fundamental y en atención a la
doctrina vinculante de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia,
sostenido en Sentencia del 12 de julio de dos mil siete, en lo atinente a los
dictámenes emanados de la Procuraduría General de la República:

“En todo caso, la Sala reitera que aun cuando un texto legal -lo cual no es usual-
determine en un caso específico el carácter “vinculante” del dictamen de un
órgano consultivo, la opinión contenida en el mismo no reviste el carácter de un
acto administrativo con capacidad para crear derechos en favor de particulares,
pues dicha opinión se produce en el marco de una relación interorgánica y solo
está dirigida a coadyuvar en la formación de la voluntad del órgano decisor y no a
suplirla. Así se decide.”

SIENDO IMPORTANTE DESTACAR QUE DESCONOCEMOS EL CONTENIDO


DE ESA CONSULTA A LA PROCURADURÍA GENERAL DE LA REPÚBLICA, Y
SI REALMENTE SE HA HECHO TAL CONSULTA, TODA VEZ QUE NO SE
ANEXÓ A LA TEMERARIA MISIVA COMO SOPORTE A LA INSANA DECISIÓN
ADOPTADA POR USTED, LO QUE PODRÍA LLEVARNOS A LA DECISIÓN DE
ADHERIRNOS EVENTUALMENTE A ESTA SUPUESTA CONSULTA, CON LOS
ARGUMENTOS QUE COMO AFECTADOS PODRÍAMOS ESBOZAR A TALES
EFECTOS.

En tal sentido, reiteramos que detentando el carácter de orden público la


normativa inherente a la Gran Misión Vivienda Venezuela, evidenciando una
inaceptable ignorancia supina, el representante de una institución encargada
de ejecución de vivienda de interés social, desconozca los derechos que
hartamente se ha venido reconociendo por imperativo Constitucional, legal y
por la jurisprudencia pacífica y reiterada de nuestro Máximo Tribunal, en lo
que respecta al tema de los adjudicatarios y beneficiarios de la Gran Misión
Vivienda Venezuela.

Así fue puesto en evidencia por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
justicia, cuando al declarar la nulidad de la Ley de Otorgamiento de Títulos de
Propiedad a los Beneficiarios de la Gran Misión Vivienda Venezuela sancionada
por la asamblea nacional en 2016, invocando el tratamiento y alcance que se da a
este tema en el ámbito del Derecho Internacional de los Derechos Humanos,
precisó que la adecuada satisfacción del derecho a la vivienda previsto en el
artículo 82 Constitucional, no implicaba necesariamente conferir propiedad
plena a los beneficiarios o adjudicatarios de programas públicos ejecutados
para facilitar el disfrute de este derecho.

Resulta sencillamente vital para una adecuada satisfacción al derecho a la


vivienda: la obligación de conferir a los adjudicatarios del programa la
debida seguridad jurídica en la tenencia de su vivienda, indispensable para
evitar que quien ejerce ese derecho, y muy especialmente quien ha sido
beneficiado en el marco de algún plan de acción pública en este especial
ámbito, no sea expuesto a situaciones en las cuales la precariedad con la
cual ocupa el inmueble o unidad habitacional que le haya sido asignada por
la acción oficial, pueda ser usada en su contra como amenaza,
especialmente por razones políticas.

En el ámbito del Derecho Internacional de los derechos humanos, con el cual


guarda consonancia –en muy buena medida– lo que había venido siendo la
tradición normativa venezolana en esta materia, un factor vital para la adecuada
satisfacción de este derecho, independientemente de la forma jurídica que
se haya utilizado para ello, implica el obligatorio conferimiento a los
beneficiarios de la seguridad jurídica en la tenencia de su vivienda,
indispensable para protegerlos frente a situaciones de vulnerabilidad,
derivadas de desalojos arbitrarios o de privaciones coactivas ilegales.

VII
DE LOS DELITOS IMPUTADOS A LA PARTE DENUNCIADA

Las actuaciones emanadas de la Presidencia del Centro Rafael Urdaneta,


S.A., (CRUSA), que derivan en vías de hecho, en virtud que carecen del
procedimiento administrativo idóneo, se encuentran inmersa en los preceptos
jurídicos penales que sancionan la evidente perturbación al disfrute, gozo y uso de
la vivienda, así, lo prevé el capítulo VI “De las Usurpaciones”, del Título X “De los
Delitos Contra la Propiedad”, del Libro Segundo “De las Diversas Especies de
Delito” del Código Penal, donde se encuentra el tipo penal en examen:

Artículo 471-A: “Quien con el propósito de obtener para sí o para un


tercero provecho ilícito, invada terreno, inmueble o bienhechuría,
ajenas, incurrirá en prisión de cinco años a diez años y multa de cincuenta
unidades tributarias (50 U.T.) a doscientas unidades tributarias (200 U.T.).
El solo hecho de invadir, sin que se obtenga provecho, acarreará la pena
anterior rebajada a criterio del juez hasta en una sexta parte. La pena
establecida en el inciso anterior se aplicará aumentada hasta la mitad para
el promotor, organizador o director de la invasión. Se incrementará la pena
a la mitad de la pena aplicable cuando la invasión se produzca sobre
terrenos ubicados en zona rural. Las penas señaladas en los incisos
precedentes se rebajarán hasta en las dos terceras partes, cuando antes
de pronunciarse sentencia de primera o única instancia, cesen los actos
de invasión y se produzca el desalojo total de los terrenos y edificaciones
que hubieren sido invadidos. Será eximente de responsabilidad penal,
además de haber desalojado el inmueble, que el invasor o invasores
comprueben haber indemnizado los daños causados a entera satisfacción
de la víctima” (resaltado incorporado).

Artículo 472: “Quien, fuera de los casos previstos en los dos artículos
anteriores y por medio de violencia sobre las personas o las cosas,
perturben la pacífica posesión que otro tenga de bienes inmuebles,
será castigado con prisión de un año a dos años, y resarcimiento del daño
causado a la víctima de cincuenta unidades tributarias (50 U.T.) a cien
unidades tributarias (100 U.T.). Si el hecho se hubiere cometido por varias
personas con armas, o por más de diez sin ellas, la prisión será de dos
años a seis años; e igualmente se aplicará la pena respectiva por el porte
ilícito de armas” (destacado agregado)

Al tenor de las disposiciones anteriores, y de persistir las amenazas de transgredir


las disposiciones de orden público del DECRETO CON RANGO, VALOR Y
FUERZA DE LEY DEL RÉGIMEN DE PROPIEDAD DE LAS VIVIENDAS DE LA
GRAN MISIÓN VIVIENDA VENEZUELA, y las vías de hecho, elevaremos estos
argumentos de incontrastable veracidad al Presidente de la República, al órgano
de adscripción del Ejecutivo Nacional, a la Contraloría General de la República y
hoy lo hacemos ante esta Fiscalía del Ministerio Público a los fines que se
establezcan las respectivas responsabilidades de ley por la actuación
perturbadora y amenazante de la tenencia de mi vivienda adjudicada por la
institución que hoy, por decisión de una persona natural que circunstancialmente
dirige la persona jurídica pública obligada a respetar los derechos particulares que
generó la adjudicación formalmente otorgada, insiste en despojarnos de las
viviendas otorgadas a nuestros grupos familiares, todo lo cual conllevan a concluir
indubitablemente que estamos en presencia de una flagrante violación los delitos
tipificados en las normas supra mencionadas, cometidos en nuestra contra y en
perjuicio del orden público del Estado Venezolano.
.

VIII
DEL PETITORIO
Por tanto ciudadano Juez, solicitamos que se nos reconozca como
VÍCTIMAS en la causa que se forme para conocer de estos hechos, e impetramos
proceda en consecuencia, a designar un Fiscal que proceda a realizar las
diligencias de investigación que sean necesarias y pertinentes, reservándonos el
derecho a proponer oportunamente el cúmulo de pruebas correspondientes y así
mismo, solicitamos que se notifique al ciudadano denunciado: ALFREDO
MÁRQUEZ ABREU, plenamente identificado, acerca de la presente denuncia, a
los fines legales consiguientes.
IX
DE LAS MEDIDAS CAUTELARES SOLICITADAS
De conformidad a lo indicado en el Artículo 242 del Código Orgánico
Procesal Penal, numeral 9, en aras de garantizar las resultas del proceso que
eventualmente sea instaurado en contra del hoy denunciado, pedimos a esta
fiscalía Superior del estado Zulia, como medida innominada, se sirva ordenar al
ciudadano ALFREDO MÁRQUEZ ABREU, se abstenga de continuar ejerciendo
vías de hecho o actuaciones administrativas que impidan el normal uso, goce y
disfrute de las viviendas adjudicadas a los denunciantes suficientemente descritas
supra y se proceda en consecuencia a culminar el proceso de traslación de
propiedad de dichos inmuebles a los adjudicatarios beneficiarios, aquí
denunciantes.
X
DEL DOMICILIO PROCESAL DE LA PARTE DENUNCIANTE y DENUNCIADA
Conforme a lo establecido en el Artículo 181 del Código Orgánico Procesal
señalamos como domicilio procesal de la Parte Querellante la siguiente dirección:
calle 90A, entre avenidas 5 y 6, No. 5-42, Parroquia Bolívar, de esta Ciudad y
Municipio Maracaibo del estado Zulia. Teléfono 04246883477; Correo electrónico:
baraltcarlos@gmail.com.
De la parte querellada: Calle 94 con avenida 5, Sede del Centro Rafael Urdaneta,
S.A., municipio Maracaibo, Estado Zulia.

Es Justicia, en Maracaibo a la fecha de su presentación

LOS EXPONENTES:

ABOGADO ASISTENTE:

También podría gustarte