2023 - Giusta & Angiorama - Técnicas de Tradición Europea...
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ESTUDIOS / STUDIES
RESUMEN
Presentamos evidencias materiales e interpretaciones relacionadas con la presencia de técnicas de tradición euro-
pea dentro de la arquitectura de asentamientos coloniales tardíos vinculados con la minería en la Puna de Jujuy.
Fueron considerados el derrame en aberturas, arcos y falsos arcos en la resolución de vanos y nichos, y aparejos
en espina de pez. El objetivo consistió en caracterizar las técnicas, identificar las maneras en que se incorporaron
en los asentamientos, es decir en qué espacios y contextos fueron dispuestos, y proponer interpretaciones acerca
de los modos en que participaron en las relaciones entre las poblaciones indígenas-mestizas y agentes hispanos.
El estudio está basado principalmente en sitios ubicados en las localidades de Antiguyoc, Ajedrez y Santo Do-
mingo, las cuales en el último cuarto del siglo XVIII formaban parte del curato de Rinconada. Además, incluimos
asentamientos mineros próximos y contemporáneos ubicados en el valle de Coyahuaima, que dependían jurisdic-
cionalmente del corregimiento de Atacama.
Palabras clave: modos de construir; técnicas extra-americanas; siglo XVIII; curato de Rinconada.
ABSTRACT
We present material evidence and interpretations related to the presence of European traditional techniques
within the architecture of late colonial mining settlements in Puna of Jujuy. Splayed openings, arches, and false
arches forming openings and niches, and herring-bone masonry were considered. The objective was to charac-
terize the techniques, to identifying how they were incorporated into the settlements, that is, in what kind of
spaces and contexts they were arranged, and to proposing thus interpretations about the ways they participated
in the relationships between indigenous-mestizo populations and Spaniard agents. The study is mainly based on
sites located in the towns of Antiguyoc, Ajedrez, and Santo Domingo, all of them part of the Rinconada parish in
the last quarter of the 18th century. In addition, we include nearby and contemporary mining settlements in the
Coyahuaima valley, which are jurisdictionally dependent on corregimiento of Atacama.
Key words: ways of building; extra-American techniques; 18th century; Rinconada parish.
Copyright: © CSIC, 2023. © UPV/EHU Press, 2023. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia de uso y
distribución Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional (CC BY 4.0).
1
giustamarco@yahoo.com.ar / ORCID iD: https://orcid.org/0000-0001-5765-0766
2
carlosangiorama@gmail.com / ORCID iD: https://orcid.org/0000-0001-5153-6938
TÉCNICAS DE TRADICIÓN EUROPEA EN LA ARQUITECTURA TARDOCOLONIAL DE LA PUNA DE JUJUY (ARGENTINA) 2
Madrid/Vitoria. ISSN-L: 1695-2731. https://doi.org/10.3989/arq.arqt.2023.009 ARQUEOLOGÍA DE LA ARQUITECTURA, 20, enero-diciembre 2023, e142
3 Marco Nicolás Giusta, Carlos Ignacio Angiorama
1974; Buschiazzo 1961; Gisbert y Mesa 1997; Gutiérrez ticular atracción que generaba en los encomenderos la
1983; Kronfus 1918; Wethey 1949; entre otros). Esto de presencia de minerales metalíferos como el oro y la plata
algún modo contribuyó a que el concepto de arquitectu- (Albeck y Palomeque 2009). Las explotaciones promo-
ra colonial quedara estrechamente asociado con grandes vidas por agentes hispanos comenzaron a llevarse a cabo
producciones constructivas y/o con estilos que respon- durante las primeras décadas del siglo XVII en áreas
den a un determinado canon. El análisis de viviendas, en como Cochinoca, Ajedrez, Guadalupe y Pan de Azúcar,
este mismo sentido, estuvo orientado principalmente ha- a las que luego se incorporaron Rinconada, el Cerro Gra-
cia edificaciones ubicadas en ciudades, pertenecientes al nada, Santo Domingo, entre otras (Becerra 2014). Sin
segmento social hispano o hispano-criollo, produciendo y embargo, el dominio europeo recién se consolidó cla-
reproduciendo así, una imagen estereotipada de la arqui- ramente hacia la segunda parte del siglo XVIII, lo que
tectura de momentos coloniales (Rivet y Tomasi 2009). queda de manifiesto tanto desde los aspectos económi-
Las posibles causas de este fenómeno están, a nuestro en- cos como político-administrativos. Un cierto repunte de
tender, muy bien sintetizadas por Benedet a propósito de la minería, acompañada por la producción ganadera, y
la arquitectura colonial porteña (Buenos Aires, Argenti- el robustecimiento de la estructura estatal colonial civil
na). Señala la autora: y eclesiástica, son factores que generaron la explotación
de nuevos yacimientos mineros, algunos de ellos con la
Ya desde sus orígenes, la historiografía argentina ha cen- incorporación de canchas para matanza de ganado. Esta
trado sus estudios en la arquitectura monumental, po- dinámica dio como resultado el crecimiento de numero-
niendo muy poco interés en la arquitectura doméstica y sos y variados asentamientos, habitados con mayoría de
privada. Quizás este poco interés se deba en gran parte población indígena y mestiza instalados con el propósi-
a que esta arquitectura no ha tenido la monumentalidad to de integrarse, ya sea de manera voluntaria o forzada,
ni la majestuosidad de las viviendas coloniales de otras como mano de obra en los emprendimientos hispanos.
zonas de América. Pero también es posible que estas la- El aumento y la concentración de personas impulsó la
gunas de conocimiento que sufre la arquitectura colonial creación de tres nuevos curatos, los cuales se sumaron al
porteña no sean muy distintas, en origen, a las que ha ya existente en Cochinoca: Santa Catalina en 1756, Rin-
padecido la historia de la arquitectura en general. Inspi- conada y Yavi, ambos en 1773, todos con sus respectivas
rándome en este punto en diversas reflexiones efectuadas viceparroquias. Cabe señalar que muchos de los pobla-
por A. Azkarate, me gustaría señalar algunos causales dos beneficiados con algún estatus eclesiástico eran a su
de carácter conceptual e/o ideológico. Me refiero al pre- vez asientos de mineral. Este es el caso, por ejemplo, de
dominio de corrientes historiográficas de corte conser- las viceparroquias de Santo Domingo y Antiguyoc, las
vador que han priorizado los valores monumentales de cuales no solo se ubicaban en áreas de yacimientos au-
la arquitectura, en detrimento de otras manifestaciones ríferos, sino que incluían dentro de su jurisdicción otros
arquitectónicas consideradas como “menores” y que ape- asientos mineros, ganaderos y establecimientos dedica-
nas han merecido atención alguna hasta fechas recientes. dos al refinamiento de minerales de plata (Becerra 2014;
Estoy segura de que el desconocimiento que tenemos en Giusta et al. 2022).
la actualidad sobre la arquitectura colonial porteña tiene Existe cierto consenso entre las investigaciones his-
mucho que ver con esta idea y con el predominio abso- tóricas y etnohistóricas en afirmar que las sociedades in-
luto de una mirada que ha orientado sus lentes solo a las dígenas de la Puna de Jujuy tuvieron vínculos disímiles
arquitecturas generadas por la élite (Benedet 2012: 1-2). con la administración colonial. El sector en el que se ubi-
can los actuales pueblos de Casabindo y Cochinoca estu-
vo habitado por las poblaciones homónimas, las cuales
quedaron reducidas y sujetas a encomienda desde ini-
EL ÁREA DE ESTUDIO Y SU CONTEXTO cios del siglo XVII (Palomeque 2013), trabajando prin-
SOCIOHISTÓRICO cipalmente como mano de obra del marquesado de Yavi
(Madrazo 1982). En cambio, hacia el norte y oeste (ac-
El sector de la Puna de Jujuy que conforma nuestra área tuales Santa Catalina y Rinconada) se ubicaban grupos
de estudio constituye un territorio en el que la avanza- que habrían logrado eludir el sistema de encomiendas.
da colonial se fue concretando y consolidando princi- Estas personas, junto a sus descendientes y seguramente
palmente a partir de asientos de minas, debido a la par- también inmigrantes provenientes de áreas circundantes,
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TÉCNICAS DE TRADICIÓN EUROPEA EN LA ARQUITECTURA TARDOCOLONIAL DE LA PUNA DE JUJUY (ARGENTINA) 4
fueron empadronados hacia fines del siglo como “fo- momento viceparroquia, este último con una duración
rasteros sin tierras”, y constituían la mayor parte de la aparentemente menos extensa que los otros.
población (Palomeque 1995). Nuestro análisis está en-
focado en asentamientos que se ubican hacia este último
sector mencionado, principalmente en lo que fue desde LOS POBLADOS, SUS HABITANTES Y
el año 1773 el curato de Rinconada (Vergara 1942). SU ARQUITECTURA
Este panorama nos ubica entonces frente a un área en
la que la incidencia y presencia española fueron inicial- En la quebrada de Antiguyoc (en adelante, AN) regis-
mente más restringidas que en otros espacios del mundo tramos tres sectores con arquitectura muy bien preser-
andino, pero que se incrementó en momentos tardocolo- vada a los cuales denominamos Antiguyoc 1, 4 y 7 (en
niales. A comienzos del siglo XVIII los curas del ámbito adelante AN1, AN4 y AN7). En ellos se encuentran dis-
jujeño seguían manifestando, al igual que en la centuria tribuidos un total de 23 conjuntos arquitectónicos (en
anterior, las dificultades para cumplir sus oficios de ma- adelante CA) y 8 recintos aislados. La principal concen-
nera adecuada en la región puneña, debido a la amplia ex- tración se encuentra en AN1, donde se disponen 21 CA
tensión del territorio que abarcaban las doctrinas (Vergara y los 8 recintos aislados, dentro de un área de 400 m ×
1942). Este espacio altiplánico todavía dependía eclesiás- 200 m (Fig. 2A). A su vez, allí se encuentran numerosas
ticamente del curato de Humahuaca, y solo Cochinoca ha- evidencias de explotaciones mineras consistentes en pi-
bía sido declarado viceparroquia (Cruz 2011), favorecido ques, socavones, trincheras y desmontes, las cuales se
por ser pueblo de indios de reducción y sede de uno de disponen también a lo largo de toda la quebrada. AN1
los primeros asientos mineros de la jurisdicción. Con el está conformado por un núcleo constructivo central en el
correr de los años fueron nombrándose nuevas parroquias que destacan la iglesia y un espacio despejado al frente.
y viceparroquias, es así que antes de ingresar al último A fines del año 1778 comenzó a realizarse en la Puna de
cuarto del siglo XVIII existían en la Puna de Jujuy cua- Jujuy el censo ordenado por el rey Carlos III. En el Par-
tro curatos con sus respectivos anexos. Hacia 1735 Co- tido de Antiguyoc se consignaron 282 habitantes identi-
chinoca era el único curato (Cruz 2006; Vergara 1942) y ficados de la siguiente manera: 4 españoles (3 adultos), 1
recién más de dos décadas después, en agosto de 1756, se esclava negra, 227 indígenas, 31 mestizos y 19 personas
aprobó su división. Santa Catalina fue declarada parro- para quienes no se aportan datos étnicos (Rojas 1913).
quia con anexos en Río de San Juan, Rinconada y Tafna3, Los primeros diez años de registros del libro de bautis-
y Cochinoca continuó siendo cabecera de su curato con mos (1781-1791) nos permiten saber que en ese lapso
las viceparroquias de Casabindo, Cerrillos, Yavi y Acoyte. los curas encargados solo visitaron cinco veces el lugar.
Un registro del año 1772 vuelve a indicar para la Puna de A partir de 1791 los registros se hacen más regulares,
Jujuy los curatos de Santa Catalina y Cochinoca, pero di- con al menos una visita al año (exceptuando 1818, 1819
fieren las viceparroquias de cada uno: este último incluía y 1820, años en los que no se asentaron bautismos), la
los anexos de Rinconada, Casabindo, Río de San Juan y cual por lo general se hacía en enero o julio; e incluso
Ajedrez4 (Gil Montero 2004), mientras que Santa Catalina existen años con más de una visita5. En total, en más de
comprendía a Cerrillos, Tafna, Yavi y Acoite. Hacia 1773 40 años (1781-1824) la presencia de curas quedó regis-
la división eclesiástica colonial fue adquiriendo su con- trada en 49 oportunidades. Dentro de la misma localidad
formación definitiva al crearse los dos últimos curatos, el o Partido, a 2 km de AN se encuentra el asentamiento
de Yavi, con anexos en Acoite y Cerrillos, y el de Rinco- que hemos denominado Quebrada del Maray 4 (QM4),
nada, con viceparroquias en Río de San Juan, Antiguyoc el cual estaba constituido por una estancia hispana con
y Santo Domingo (Vergara 1942). cancha de matanza de ganado y viviendas de trabajado-
En síntesis, de los sitios considerados en este trabajo, res indígenas y mestizos dedicados a trabajos mineros y
Antiguyoc, Santo Domingo y Ajedrez fueron en algún ganaderos (Giusta y Angiorama 2022).
3
Archivo del Obispado de Jujuy (AOJ), caja 13, legajo 17, folios 1-8, año 5
Fuente: https://familysearch.org/ark: registros parroquiales de 1662-1975
1756. de San José de Rinconada, Jujuy, Argentina. Libro de Bautismos de la Vicepa-
4
Archivo Histórico Provincial de Jujuy (AHPJ), Colección Ricardo Rojas, rroquia de Nuestra Señora del Carmen de Antiguyoc (1781-1824) (compuesto
caja XXVIII, folios 39-41, año 1772. por 38 folios numerados en caras rectas y vueltas [11-87]).
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5 Marco Nicolás Giusta, Carlos Ignacio Angiorama
Figura 2. Vistas parciales de algunos de los sitios analizados. A: Antiguyoc. B: Santo Domingo. C: Ajedrez. D: Chinchillayoc. Fotografías de los
autores.
El sitio Ajedrez (AJ) es un poblado conformado por despejado a modo de patio, horno para cocinar y corrales
al menos6 275 unidades arquitectónicas (en adelante (Angiorama et al. 2018). Cuenta con una posible iglesia
UA) distribuidas en una angosta quebrada a lo largo de colonial, pero a diferencia de sitios como Antiguyoc o
3,6 km, de las cuales 262 corresponderían al período co- Santo Domingo, no tiene un templo que siga usándo-
lonial, mientras que el resto forma parte de un amplio se hasta la actualidad. Este lugar habría sido uno de los
conjunto arquitectónico que habría sido edificado en el primeros en nuestra área de estudio en explotarse para
siglo XIX. Un camino formatizado recorre la quebrada obtener oro, alrededor del año 1637. Aunque tal vez no
atravesando los diversos sectores construidos, prolon- de manera ininterrumpida, la minería aurífera continuó
gándose más allá de las últimas construcciones del po- desarrollándose allí hasta el siglo XIX, mientras que
blado. Predomina la arquitectura en piedra caracterizada la del siglo XX al parecer lo hizo sobre el valle del río
por espacios rectangulares que estuvieron cubiertos a Orosmayo (Angiorama et al. 2018).
dos aguas y, en menor medida, refugios que estuvieron A 1 km al suroeste del poblado actual de Santo Do-
mingo se encuentra el sector central de la ocupación
techados con piedra en falsa bóveda (Fig. 2C). Regis-
colonial homónima. Está deshabitado, conservándose
tramos también algunas estructuras edificadas con ado-
la iglesia, su torre de campanario, un cementerio en el
be o con una combinación de adobe y piedra, y además
atrio, restos de viviendas y otros espacios construidos,
existen habitaciones excavadas bajo tierra a partir de las
todo a lo largo de unos 500 m del fondo de una que-
barrancas del río, con una pequeña abertura para el in-
brada con curso de agua temporario tributario del río
greso. En el interior de la mayoría de las unidades resi-
Uquillayoc o Santo Domingo, el cauce principal de la
denciales se hallan rasgos como poyos (plataformas para zona (Fig. 2B). La densidad constructiva que se preser-
cama y asiento), estantes, nichos y muros tipo “mesa”. va en este sector no es demasiado alta, en comparación
Algunos conjuntos arquitectónicos presentan un espacio con Antiguyoc o Ajedrez. En este caso se trata de 6
conjuntos arquitectónicos, con 31 unidades arquitectó-
nicas, de las cuales 24 son simples (conformadas por
6
Indicamos esta cantidad como mínima porque presumimos la existencia de
un recinto) y 7 son compuestas (constituidas por más
otras a partir de restos en muy mal estado de conservación. de un recinto). En un sector inmediatamente externo
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a los recintos del CA1 se observaron evidencias pro- Chica), con anexos en Calama, Aiquina, Caspana, Lasana
bablemente vinculadas a la extracción de oro, como y Cobija; y el de San Pedro de Atacama (Atacama la Alta
pozos y acumulaciones de fragmentos de cuarzo. El o la Grande), con los anexos de Toconao, Socaire y Peine
censo de 1778 señala la presencia de 54 personas en el en el actual Chile, e lncahuasi, Coranzulí y Susques en
Partido de Santo Domingo: una mujer (Gabriela Cani- la actual Argentina (Casassas Cantó 1974). Aunque Co-
zares, viuda de 50 años) para quien no se aclara filia- yahuaima habría tenido su vinculación más estrecha con
ción étnica, pero posiblemente haya sido española dado este último poblado (Odone Correa et al. 2022), recupera-
que está ubicada en primer lugar en el censo (espacio mos datos contenidos en fuentes escritas de la época que
normalmente reservado para autoridades o habitantes indican el movimiento de algunas personas desde Antigu-
hispano-criollos); 43 indígenas; 7 posibles mestizos yoc para trabajar en las minas ubicadas allí7.
(hombres registrados como soldados, junto a sus fami- En el paraje de Casablanca, ubicado a unos 7 km de
lias), y 3 habitantes para quienes no se indican datos Rosario de Coyahuaima, se encuentra un complejo de
étnicos (Rojas 1913). época colonial que estuvo destinado a actividades vincu-
En el paraje actualmente denominado Chinchillayoc, ladas con la minería, como molienda, lavado, selección y
ubicado a 3,5 km de distancia de la iglesia colonial de fundición del mineral (Angiorama y Becerra 2010). Está
Santo Domingo, registramos 2 conjuntos arquitectónicos conformado por un grupo de construcciones y tres hornos
y recintos con techo de piedra en falsa bóveda aislados de fundición, sobre ambas márgenes de un curso de agua.
asociados a evidencias de explotación aurífera. El CA1 Sobre la base de lo expuesto, nos interesa destacar al-
consiste en un perímetro rectangular de 22 m de largo × gunos aspectos a modo de síntesis vinculados a aspectos
15 m de ancho en cuyo interior se dispusieron 7 recintos poblacionales y constructivos. En primer lugar, puede
ejecutados con muros de piedra y argamasa, 2 que estu- notarse que en los asentamientos para los que contamos
vieron techados a dos aguas (R2 y R3), 4 espacios que con registros poblacionales, la presencia española no era
estuvieron cubiertos a un agua (R4 a R7) y en el centro un cuantitativamente significativa ni tampoco demasiado
ámbito despejado a modo de patio (R1) (Fig. 2D). Este úl- permanente, sino más bien intermitente. Los propieta-
timo habría contado con una galería cubierta ocupando el rios de emprendimientos comúnmente habrían residido
frente de las construcciones a dos aguas. A 130 m hacia el de manera estable en ciudades o poblados más grandes,
oeste de este conjunto se encuentra el CA2, conformado mientras que el personal religioso no se hacía presente
por 7 recintos, de los cuales 2 estuvieron techados a dos en los asientos mineros con demasiada frecuencia. Aun
aguas (R16 y R18), 1 en falsa bóveda (R17), y el resto así, los trabajos de relevamiento arquitectónico en este
son espacios descubiertos (R12 a R15). En el censo de tipo de asentamientos nos permitieron reconocer la pre-
1778-1779, se registraron 32 habitantes en el partido de sencia de técnicas de tradición europea formando parte
Chinchillay dentro del curato de Rinconada, todos anota- de una arquitectura que recurrió de manera mayoritaria
dos como “indios” (Rojas 1913: 269-270). a la articulación y estandarización de rasgos presentes
En el valle de Coyahuaima, en los alrededores de la en parte de la arquitectura andina de momentos pre-con-
localidad actual de Rosario de Coyahuaima se conservan quista (en especial de aquellos inmediatamente anterio-
numerosas estructuras residenciales junto a pozos para la res, es decir períodos tardío e inca), tanto de manera lo-
extracción de oro (Angiorama y Becerra 2010). El actual cal como en otros puntos del espacio andino: unidades
poblado consiste en un caserío ubicado en cercanías de arquitectónicas de habitación simple con plantas orto-
la iglesia y el cementerio. La ocupación colonial de este gonales; muros de piedra a hilera doble con argamasa;
lugar, asociada a las labores mineras, está evidenciada por cubiertas a dos aguas; un vano de acceso pequeño; es-
12 conjuntos arquitectónicos, los cuales reúnen un total casa o nula comunicación interna entre recintos; poca
de 52 unidades arquitectónicas. Las construcciones son presencia de ventanas; y presencia de rasgos destinados
en su mayoría de piedra con planta rectangular, estuvie- a la habitabilidad como nichos u hornacinas (incluyendo
ron techadas a dos aguas, y en su interior presentan ni- morfologías trapezoidales, las cuales forman parte del
chos, poyos y estantes. En el siglo XVIII, esta localidad
dependía jurisdiccionalmente (tanto en lo civil como en
lo eclesiástico) de la región atacameña. Recordemos que
en Atacama existían en ese momento 2 curatos, el de San 7
Archivo de Tribunales de Jujuy (ATJ), carpeta 54, legajo 1756, folio 36,
Francisco de Asís de Chiu Chiu (Atacama la Baja o la año 1780.
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7 Marco Nicolás Giusta, Carlos Ignacio Angiorama
canon constructivo incaico), poyos, muros internos, en- forman parte de las herramientas metodológicas propias
tre otros (Giusta 2020). Determinamos la existencia de de la arqueología destinadas a generar interpretaciones
una homogeneidad constructiva general, caracterizada sobre el pasado.
por una uniformidad en la ejecución de los muros, en En este trabajo nos enfocamos en los aspectos mate-
cuanto a dimensiones y tipos de aparejo, y por la presen- riales de la arquitectura, dejando de lado por ahora sus
cia de cuatro patrones constructivos, englobados en dos atributos espaciales. Partimos de la premisa que la arqui-
modalidades básicas, según se trate de la edificación de tectura no solo expresa y exhibe componentes sociocul-
espacios cubiertos o no cubiertos (Giusta y Rolón 2021). turales vinculados a modos de construir y habitar, sino
que, a través de ellos, puede ser utilizada para producir
y reproducir relaciones de diversa índole, entre ellas, de
ASPECTOS TEÓRICO-METODOLÓGICOS poder y dominación.
Y TÉCNICAS ANALIZADAS Para el estudio fueron consideradas y analizadas tres
variables cualitativas de las unidades arquitectónicas de
Concebimos a la arquitectura como una materialidad los sitios mencionados: la ejecución de la técnica deno-
compleja y multifuncional, caracterizada por una dua- minada “espina de pez” para la confección de muros;
lidad compuesta por sus elementos físicos y espaciales, la presencia de arcos y falsos arcos en la resolución
en tanto en su elaboración es construido el objeto arqui- superior de vanos y nichos; y la disposición oblicua de
tectónico en sí mismo y el espacio delimitado por este. jambas en aberturas de puertas y ventanas, cualidad co-
Al igual que otros productos sociales y culturales, los nocida como “derrame”. Si bien haremos referencias ge-
espacios construidos otorgan posibilidades de acción a nerales a sus posibles trayectorias históricas, el análisis
las personas, ya sea para satisfacer necesidades o llevar presentado, en su estado actual de avance, no persigue
a cabo determinadas prácticas (Nielsen 1995). Pero tam- como objetivo rastrear los orígenes de estas técnicas, ni
bién, en acuerdo con Eco (1986), podemos afirmar que analizar la manera en que se introdujeron en América,
la arquitectura permite comunicar, en tanto se constituye sino que procuramos evaluar su presencia, participación
como un sistema de signos. Los significados, como ha e incidencia en el marco de las arquitecturas locales,
demostrado la semiótica, son aprendidos en un contexto considerando que no poseen una tradición prehispánica.
cultural determinado, y pueden variar según cambie di- En cambio, decimos que se trata de modos de construir
cho contexto (Eco 1986). Esta comunicación y transmi- de tradición europea porque, si bien se habrían origina-
sión de significados desde un significante material, como do en regiones como Mesopotamia (Oriente Medio) y
las construcciones, se produce de manera no-verbal (cf. Egipto, se hacen frecuentes en las arquitecturas occiden-
Eco 1986; Monks 1992; Moore 1996; Rapoport 1990; tales y habrían sido introducidos en América a partir de
entre otros), y se ha demostrado que, entre los mensajes la conquista europea.
posibles, se encuentra la expresión (y también negación Para la descripción de las construcciones y sus téc-
o encubrimiento) de principios sociales de orden, rela- nicas tomamos como base los registros y criterios que
ciones de poder, ideologías, etc. (Nielsen 1995; Parker venimos desarrollando desde trabajos anteriores (Giusta
Pearson y Richards 1997; entre otros). Como indicó 2020, 2021). Solo nos parece útil mencionar nuevamen-
Branton, “The built environment, in particular, is often te el criterio utilizado para identificar los muros de una
communicative in terms of beauty, differential power, construcción, ya que facilitará la lectura de las descrip-
and symbology and is often consciously constructed to ciones en este trabajo. Arbitrariamente, denominamos
convey these qualities” (Branton 2009: 52). En este pun- “muro A” a aquel que contiene el vano principal por el
to, resulta conveniente destacar un aspecto sumamente cual se puede acceder actualmente a la construcción. La
relevante para el abordaje arqueológico de estas mani- gran mayoría de las unidades arquitectónicas analizadas
festaciones, destacado por Rapoport (1990 [1982]), y presenta una planta rectangular, en la que el ingreso se
enfatizado luego por Fletcher (1989) y Zarankin (2008): dispone en uno de los muros largos. La asignación de
la semiótica no-verbal, en lugar de recurrir a reglas se- letras continúa en sentido antihorario (B, C y D). Por
mánticas y sintácticas, se vale de secuencias, frecuen- lo general se trata de construcciones que estuvieron te-
cias, disposiciones, intensidades y atributos físicos como chadas a dos aguas, para lo cual se levantaron hastiales
el tamaño, la distancia, y la ubicación. Es decir, nada sobre las paredes cortas del perímetro, por lo que en el
más ni nada menos que los aspectos contextuales que patrón constructivo (este refiere a la regularidad, pero no
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incluye a la totalidad) corresponden a los muros B y D, Se ha planteado que este modo de disponer los compo-
siendo el C el muro largo restante, opuesto a la entrada. nentes constructivos habría tenido su origen en el ámbito
Las letras E en adelante están reservadas para subdivi- mesopotámico, cuando en el período protodinástico o di-
siones internas (Fig. 3). nástico primitivo (2800–2320 a. C.) comienzan a introdu-
cirse en los muros hiladas a sardinel de ladrillos de adobe
Aparejos en espina de pez planoconvexos (Childe 1972; Graciani García 2005). De
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11 Marco Nicolás Giusta, Carlos Ignacio Angiorama
uno de los vértices de R1, el cual genera una división del sección se encuentra alineada con el ingreso, por lo que
“pasillo” que permite el ingreso a los recintos. El muro la técnica es inmediatamente visible al acceder al recin-
correspondiente a la fachada de R2 (muro A), conser- to. Por último, con respecto al muro externo, la técnica
vado en algunos sectores hasta un máximo de 1,85 m, se dispuso en el lienzo orientado hacia el noroeste, es
exhibe cuatro pares de hiladas en opus spicatum: una en decir en dirección a la iglesia y por donde seguramente
el segmento superior, dos al centro y una casi al nivel de se accedía con mayor frecuencia a las construcciones del
la superficie, la cual fue ejecutada con menos prolijidad CA12. En este muro se ejecutaron dos pares de hiladas
y por lo tanto es menos notoria (Fig. 7A). Las hiladas en espina de pez, una hacia el segmento superior de la
centrales se dispusieron juntas, y a su vez separadas de pared y otra ubicada hacia el centro, separadas entre sí
la superior e inferior por sendas hiladas de piedras hori- por dos hiladas horizontales de piedra (Fig. 7C). El par
zontales. En ningún caso ocupan la extensión total de la superior alcanza prácticamente el largo total del muro
pared. El otro muro de R2 con espina de pez corresponde (1,6 m), pero el central se extiende hasta menos de la mi-
a la pared interna opuesta a la entrada (muro C). Su es- tad. Por último, cabe mencionar que R1 también presen-
tado de conservación es regular, con parte de la sección ta segmentos de muros con rocas dispuestas de manera
superior derrumbada, pero aun así es posible distinguir oblicua, pero no se exhibe claramente la técnica.
tres pares de hiladas en espina de pez, sin separaciones Ajedrez es otro sitio de nuestra área de estudio en el
entre ellas (Fig. 7B). Al igual que en el muro A, aquí el que hemos registrado aparejos en espina de pez (Tab. 1).
opus spicatum no se ejecutó en toda la extensión, sino Su presencia está limitada a 3 recintos dentro de un sitio
únicamente en un segmento que se adosa a R1. Dicha con más de 250 unidades arquitectónicas (Angiorama et
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13 Marco Nicolás Giusta, Carlos Ignacio Angiorama
Figura 8. Muros con espina de pez en Ajedrez. A: Lienzo exterior de muro C de CA31, R1. B: Lienzo externo de muro D de CA15(F), R1. C: Lienzo
interno de muro B de CA15(F), R1. Fotografías de los autores y de Agustín Cebe.
al. 2018), por lo que, al igual que en Antiguyoc, resulta como externo. En el exterior está compuesta por un par
altamente singular. El primero que mencionaremos es un de hiladas que se extienden prácticamente durante la lon-
recinto de piedra que estuvo techado a dos aguas ubicado gitud completa del muro. Un aspecto interesante es que el
en el CA 31, contiguo a la estructura que habría oficiado sentido de la inclinación se mantiene en dos hiladas suce-
de iglesia (CA 30). La técnica se ejecutó en el muro largo sivas, es decir que, a cada hilada, tanto la superior como
(muro C) opuesto a la entrada, tanto en su paño interno la inferior, le sigue otra de piedras oblicuas en la misma
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orientación, como pretendiendo reforzar el aspecto visual pendicular un recinto rectangular con muros de piedra
mediante la ejecución de un diseño “doble” (Fig. 8A). En que estuvo cubierto a dos aguas (R2), el cual también ex-
el interior está compuesta por dos pares de hiladas obli- hibe un muro con rocas oblicuas que podríamos asociar
cuas separados por una horizontal. El diseño que forma con la técnica que venimos describiendo, pero su aspec-
cada par está orientado en direcciones opuestas. Este re- to y disposición resultan más desprolijos. Lo llamativo
cinto presenta además dos resoluciones en arco que trata- es, además, la gran cantidad de nichos (nueve, algunos
remos de manera diferenciada más adelante. muy pequeños) y la presencia de estantes de piedra en
Por otro lado, en el sector F del CA15 de Ajedrez re- tres de las paredes. También exhibe poyos y un muro
levamos un recinto (R1) en el que lienzos de tres de sus bajo en el interior, y un poyo tipo asiento en el exterior.
muros incluyen hiladas elaboradas mediante la técnica
de opus spicatum. Se trata de una unidad arquitectónica Arcos y falsos arcos en aberturas y ni-
construida íntegramente en piedra que estuvo techada a chos
dos aguas. Es posible notar dos ingresos en la estructura,
uno abierto sobre el muro A, por el que se puede acceder La iglesia de Antiguyoc ocupa el espacio central del po-
actualmente, y otro clausurado en el muro D. En el inte- blado, y habría sido erigida durante el último cuarto del
rior contiene poyos tipo asiento en los muros largos (A siglo XVIII, cuando el lugar se constituyó en viceparro-
y C), un nicho triangular (sobre el cual trataremos más quia. Los muros están levantados casi en su totalidad en
adelante), estantes y un poyo cuadrangular en el muro piedra, con un segmento superior de ladrillos de adobe,
B; y dos nichos cuadrangulares en el muro A. La espina y presenta algunas modificaciones modernas, como su
de pez se presenta con claridad en los lienzos internos de techo de chapa de zinc. En el retablo se observan 3 ni-
los muros B, C y D, y en el exterior del muro D, sobre chos en arco, y la misma resolución muestran los claros
un segmento contiguo al ingreso clausurado. En el B, ubicados en la torre de campanario.
se dispuso casi a nivel de la superficie, que en ese caso Fuera del ámbito de la iglesia, en AN registramos
se encuentra algo más elevada debido al poyo existente. únicamente 2 recintos en los que existen resoluciones
Por encima de una primera hilada de rocas oblicuas se de este tipo. El primero corresponde al R1 del CA12, es
ubica un par de hiladas en espina de pez, las cuales no decir un espacio contiguo a aquel con aparejos en espi-
se extienden por la longitud total del muro, sino desde el na de pez. Se trata de una habitación que podría haber
vértice de las paredes A/B hasta un metro antes de B/C sido utilizada como dormitorio, ya que en su interior
(Fig. 8C). En el muro C también la espina de pez se en- contiene un poyo tipo cama. En el muro A, cerca del
cuentra casi a nivel de la superficie y está formada por un vértice con B, presenta un nicho en falso arco elabo-
único par de hiladas. Ocupa solo un segmento del muro, rado en su mayor parte a partir de rocas pequeñas dis-
próximo al vértice C/D, mientras que el resto muestra puestas de manera horizontal, con un bloque de mayor
un sector con dos hiladas de rocas oblicuas, pero ambas tamaño actuando de base (Fig. 9A). El recinto tiene en
orientadas en el mismo sentido. Por último, el muro D es total cuatro nichos, los tres restantes de forma cuadran-
el que presenta espina de pez en ambos paños. En el pla- gular, y en uno de los muros laterales se encuentran
no horizontal, la técnica se dispuso desde el vértice C/D empotrados y alineados, a una altura de 1,45 m del
y se interrumpe donde se encontraba el ingreso ahora piso, un posible “colgador” consistente en un cuerno
clausurado; mientras que en el vertical se encuentra des- perteneciente a fauna del género Bos y cuatro oqueda-
de unos 0,50 m desde la superficie hasta que comienza a des en cuyo interior se conservan restos de madera que
delinearse el hastial, alcanzando una altura aproximada tal vez servían de soporte a un estante.
de 1 m. Sobre el lienzo exterior, en el que la técnica se El CA8 de AN1 se encuentra prácticamente enfren-
encuentra mejor conservada, se observan con claridad tado a la iglesia, del otro lado del espacio despejado que
cinco hiladas oblicuas continuas, alternando el sentido podría haber actuado a modo de plaza. Ciertas caracte-
para formar el diseño en opus spicatum. Por debajo de rísticas diferencian a este conjunto del resto de las cons-
la hilada inferior, separada en un segmento por rocas trucciones del sitio. Por ejemplo, es el único con tres
horizontales, se colocaron rocas oblicuas en el mismo unidades arquitectónicas compuestas (es decir integra-
sentido, mientras que por encima de la hilada superior se das por más de un recinto), dos de ellas con las mayores
observan rocas horizontales (Fig. 8B). Como dato con- superficies techadas, y su ámbito central, o patio (R7),
textual agregaremos que a R1 se adosa de manera per- que da acceso a estas dos UA, se encuentra restringido
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15 Marco Nicolás Giusta, Carlos Ignacio Angiorama
Figura 9. Resoluciones con arco en Antiguyoc y Ajedrez. A: Nicho en falso arco en CA12, R1 de AN. B: Vano en patio de CA8 de AN. C: Entrada en
posible iglesia de Ajedrez (CA30, R1). D: Vano de puerta cegado y transformado en nicho doble en CA31, R1 de Ajedrez. Fotografías de los autores.
debido a la disposición de muros altos, de hasta 2,40 m La estructura que en Ajedrez habría funcionado como
de altura, lo cual constituye un aspecto infrecuente en iglesia (CA30) es una estructura rectangular construida
los sitios analizados. En uno de los extremos de este pa- íntegramente en piedra que estuvo techada a dos aguas y
tio se encuentra una abertura cuyo límite superior debió contaba con sus muros revestidos con revoque de barro.
haberse construido en arco. Si bien no se conserva dicho Su ingreso, ubicado en uno de los muros cortos, presenta
segmento, es posible inferirlo a partir de la curvatura que una imponente entrada con vano en arco de medio pun-
conserva uno de los lados del muro (Fig. 9B), la cual su- to, ejecutado también con piedra (Fig. 9C). En el CA
giere un arco de medio punto. Este vano comunica hacia contiguo (CA31), el recinto con muro en opus spicatum
una base de piedra que pudo haber soportado un horno. presenta también su vano de entrada resuelto en arco re-
Es posible que en algún momento haya sido utilizado bajado y al interior otro vano con arco de medio punto
como vano de puerta hacia el exterior y luego el tránsito que comunicaba con un recinto contiguo. En algún mo-
fue obturado con la colocación del horno. mento esta abertura fue cegada y transformada en nicho
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doble, conservando el remate en arco (Fig. 9D). Estuvo hiladas por debajo presenta rocas planas dispuestas a
revocado con barro, aunque este revestimiento actual- modo de estantes.
mente solo se conserva de manera parcial. En este sitio, en el sector O del CA14, uno de los con-
En R1 del CA15(F) de Ajedrez, recinto que hemos juntos con mayor cantidad y densidad de construcciones,
mencionado por presentar aparejos en espina de pez, re- registramos una unidad arquitectónica de planta rectangu-
gistramos además en su espacio interno un inusual nicho lar edificada con muros de piedra y argamasa que estuvo te-
(no se repite en otras construcciones del sitio) cuyo lí- chada a dos aguas. Además del corriente ingreso por uno de
mite superior fue resuelto mediante dos lajas en punta, los muros largos, en uno de los lados cortos (muro D) bajo
conformado un arco triangular (Fig. 8C). Se ubica en el el hastial exhibe una abertura en falso arco, parcialmente
centro del muro B, uno de los que presenta aparejo en cerrada desde el exterior por un muro bajo que se extiende
espina de pez, y enfrentado a la entrada clausurada. Dos en altura desde la superficie hasta aproximadamente 0,50 m
Figura 10. Resoluciones en arco y falso arco en Ajedrez y Chinchillayoc. A: Vano parcialmente cerrado con resolución superior en falso arco en
Ajedrez. B y C: Vanos de puertas en el CA1 de Chinchillayoc. D: Nichos en falso arco en CA2, R16 de Chinchillayoc. Fotografías de los autores.
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Figura 11. Aberturas con derrame interno en algunos de los sitios analizados. A: Vano de puerta en CHI. B: Vano de puerta en QM4. C y D: Vanos
de ventanas en AN. Fotografías de los autores.
(Fig. 10A). En el hastial, es decir por encima de la abertura (1,60 m de altura × 0,60 m de ancho) con arco de medio
mencionada, se dispusieron tres pequeñas ventanas cua- punto que comunica hacia el exterior, a lo que sería el
drangulares. Otra ventana con las mismas características se sector posterior del conjunto (Fig. 10C).
ubica en el hastial opuesto (muro B). En el CA2 de este mismo sitio, uno de los recintos
En el CA1 de Chinchillayoc, la resolución superior que estuvo techado a dos aguas (R16) exhibe dos nichos
de dos de los vanos del conjunto, ubicados en R2/R3 y resueltos en falso arco. Están ubicados sobre el muro D,
R5, fue ejecutada en arco. En el caso de R2/R3 se tra- es decir uno de los muros cortos que soportaba uno de
ta de una abertura interna de 1,80 m de alto × 0,80 m los hastiales para la techumbre. El nicho más grande se
de ancho que comunica ambos recintos, ubicada en un ubica en el centro. Para su elaboración se dispusieron
muro con hastial, la cual fue resuelta mediante un arco dos rocas prismáticas de manera vertical, sobre las cua-
rebajado (Fig. 10B). En R5 se elaboró un estrecho vano les se apoyaron de forma horizontal rocas planas más pe-
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queñas. El segundo nicho, más pequeño que el anterior, siglo XVI (Lazarovich 2022), esta se remontaría a me-
se dispuso a un lado, contra el vértice de los muros C/D. diados del siglo XVIII, de manera contemporánea a la
Para su ejecución se colocaron rocas planas utilizando capilla de Nuestra Señora de Belén, de Susques (Tomasi
como apoyos al muro C y al nicho contiguo (Fig. 10D). 2022). Se trata de un templo con doble muro formando
El sector inferior de ambos está recorrido por rocas pla- plaza, con un atrio con cuatro capillas posas y un segun-
nas que actúan a modo de estantes. do atrio dando acceso a la iglesia (Lazarovich 2022). El
En la localidad de Rosario de Coyahuaima, el R1 del nicho principal del retablo tiene su remate en arco, como
CA1 consiste en un recinto rectangular con muros de así también los vanos de ingreso a los atrios, la puerta al
piedra, de 10,10 × 4,30 m, que fue parcialmente modi- campanario y los claros para las campanas. La puerta de
ficado y es utilizado aun en la actualidad. Este conjunto ingreso a la iglesia tiene dintel recto, pero enmarcada por
arquitectónico es el que se encuentra más próximo a la una moldura de pilares y arco.
iglesia. El muro corto que se encuentra en esa dirección En Casablanca, el espacio más amplio (R3) consiste
presenta un vano en arco de medio punto ejecutado con en muros dispuestos contra un cañadón, aprovechando
ladrillos de adobe. En algún momento, tal vez como re- sus paredes como techo y cerramiento posterior. Presen-
sultado de dos eventos separados en el tiempo, fue clau- ta tres aberturas en arco rebajado. Teniendo en cuenta
surado utilizando adobe y piedras. sus medidas, dos pudieron haber funcionado como aber-
Con respecto a la iglesia que existe en la actualidad turas para puerta (el vano 1, de 2,35 m de alto × 0,85
(CA12), si bien se menciona su edificación a fines del m de ancho; y el vano 2, de 1,10 m de alto × 1,15 m de
ancho) y uno como abertura baja para desagüe (el vano
3, de 0,40 m de alto × 0,60 m de ancho).
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AN 32 1 28 5 0 33
SD 7 4 8 2 1 11
CHI 1 3 3 1 0 4
Pfu 0 0 0 0 0 0
Fu2 1 2 2 0 1 3
RCO 7 0 3 1 3 7
CBL 0 0 0 0 0 0
Totales 69 11 63 11 6 80
Tabla 2. Tipos de derrame y de unidades arquitectónicas (UA) en las que fueron registradas. Fuente: elaboración propia.
Figura 13. Distribución de las técnicas analizadas y frecuencias en cada sitio. Fuente: elaboración propia.
Los vanos de ventanas son un rasgo muy poco fre- quitectónicas, mientras que en QM4 relevamos 7 casos
cuente en la arquitectura colonial de la Puna de Jujuy. en 80 unidades arquitectónicas. En muchas de ellas tam-
Por ejemplo, en el sitio de Antiguyoc registramos 15 bién se optó por la resolución en derrame, siempre hacia
aberturas de este tipo sobre un total de 84 unidades ar- el interior (Fig. 11C y 11D). Los sitios que presentan
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recintos con ventana son AN, QM4, CHI y SD. En AN, encontrado en los muros relevados restos de revoque que
de los 14 casos en los que el estado de conservación nos pudieran haber estado cubriendo los motivos.
permitió observar sus características, 8 fueron ejecuta- En relación con las resoluciones en arco o falso arco,
das con derrame (57,1 %). En QM4 este porcentaje se de los 21 casos registrados, 12 corresponden a vanos de
reduce al 28,5 %, producto de dos casos sobre los 7 co- puertas, 6 a nichos y 3 a los claros o aberturas ubicadas
nocidos. En CHI, 4 de las 6 ventanas tienen derrame, en los campanarios de las iglesias. En su mayoría se tra-
(66,6 %); mientras que en SD ninguna de las 3 ventanas ta de la ejecución del tradicional arco de medio punto o
registradas presenta esta característica. de una de sus variantes más comunes, el arco rebajado.
Pero, además, registramos 3 nichos (uno en Antiguyoc y
dos en Chinchillayoc) y una abertura (en Ajedrez) elabo-
TÉCNICAS DE TRADICIÓN EUROPEA rados a modo de falso arco, y un nicho en arco triangular
EN LA PUNA DE JUJUY: INTEGRACIÓN (Ajedrez). Al igual que sucede con la espina de pez, esto
DE LOS RESULTADOS muestra una interesante variabilidad en la confección de
estos rasgos, lo que podría estar sugiriendo la ausencia
Para este trabajo consideramos los registros y relevamien- de personas especializadas en su construcción. Debemos
tos efectuados en 10 asentamientos con ocupaciones colo- tener en cuenta que, si bien el arco propiamente dicho
niales de la Puna de Jujuy asociados a explotaciones mi- constituye una técnica extra-americana, la construcción
neras, de los cuales en 6 hemos documentado la presencia por avance de hiladas propia del denominado “falso arco”
de las evidencias que son objeto de este análisis: Antigu- no era ajena a las poblaciones locales, acostumbradas a
yoc, Ajedrez, Santo Domingo, Chinchillayoc, Rosario de emplearla para techar espacios de forma abovedada. Se
Coyahuaima y Casablanca (Fig. 13). En total evaluamos ha documentado que la cubierta llamada “falsa bóveda”
589 unidades arquitectónicas, entre las cuales se incluyen fue aplicada en el noroeste argentino desde momentos
las iglesias de factura colonial que aún hoy están en uso prehispánicos, destinada principalmente a construcciones
por parte de las poblaciones locales. funerarias o depósitos (cf. Berberián y Raffino 1991; Co-
Con respecto a los muros en espina de pez, si bien en hen 2014; De Feo et al. 2007; entre otros) y, al menos en
numerosos recintos de los sitios analizados registramos la Puna de Jujuy, continuó utilizándose durante momentos
la colocación de piedras de manera oblicua, solo en los coloniales para techar pequeños refugios construidos en
casos detallados se dispusieron con el propósito de obte- áreas de explotación minera (Angiorama et al. 2018).
ner motivos en opus spicatum. En todos ellos se trata de En la Tabla 3 se muestra el porcentaje de frecuencia de
diseños con simetría horizontal, pero es posible notar que las técnicas de espina de pez en muros, y arcos en nichos
la aplicación de la técnica se realizó de forma variada, con y aberturas, en relación a la cantidad de UA de momentos
lo cual no es factible establecer la existencia de un único coloniales existentes en los sitios. Allí puede observarse
criterio o patrón para su confección. De los 9 lienzos ana- que estas no resultan de presencia frecuente: se registra-
lizados, correspondientes a 7 muros de 3 recintos y de una ron en solo 19 unidades arquitectónicas, 5 ubicadas en AN
pared externa adosada a uno de ellos, en 3 está confor- (2 pertenecen al CA de la iglesia: nave y campanario); 4
mada por un único par de hiladas, y en los restantes, por en Ajedrez (1 habría sido la antigua iglesia); 2 en Santo
dos o más pares de hiladas. En algunos casos las hiladas Domingo (nave y campanario de la iglesia); 3 en Chinchi-
oblicuas que conforman el diseño están acompañadas por llayoc; 4 en Rosario de Coyahuaima (3 forman parte de
otra/s en el mismo sentido. De los seis casos con dos o la iglesia: nave, campanario y atrio); y 1 en Casablanca.
más pares de hiladas, en 3 ocasiones se dispuso alguna En cambio, como hemos visto antes, las aberturas con
horizontal intermedia separando los diseños que confor- derrame muestran una mayor frecuencia y distribución.
man cada par, mientras que en los 3 restantes las hiladas Su aplicación se realizó de manera variada (derrames in-
oblicuas se presentan de manera continua. Cabe destacar ternos y externos, en aberturas de puertas y ventanas, en
que en ningún caso la técnica se ejecutó de manera tal que espacios cubiertos y descubiertos), aunque se trata pri-
ocupe la longitud total de un muro. En los 3 recintos en mordialmente de derrames internos en vanos de puertas
los que registramos la espina de pez, esta se sitúa tanto en de construcciones que estuvieron techadas.
lienzos externos como internos, con la particularidad de Consideraremos ahora de manera integrada algunas de
que al interior siempre está presente en el muro enfren- las técnicas analizadas según su presencia en los sitios es-
tado con la entrada (muro C). Por otro lado, no hemos tudiados. En Ajedrez, compuesto por más de 250 unidades
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23 Marco Nicolás Giusta, Carlos Ignacio Angiorama
con las iglesias y el hecho de que ambos pueblos en algún tecturas monumentales (como iglesias y cabildos) se re-
momento tuvieron carácter de viceparroquia. plican en el ámbito doméstico, ya sea en la casa del cura,
En relación a la resolución en arcos, ya hemos se- en haciendas o en la vivienda de algún habitante local del
ñalado la propuesta de algunos autores para quienes la común. En este sentido, el nicho u hornacina constituye
arquitectura cristiana la adoptó para sus templos como un elemento fundamental de la arquitectura doméstica co-
un símbolo celestial. Resulta indudable que el arco fue, lonial en la Puna de Jujuy. Está presente, al menos uno,
y es aún, una resolución ampliamente elegida cuando se en prácticamente todas las construcciones que estuvieron
trata de materialidades vinculadas al catolicismo, aun- techadas. De acuerdo con fuentes etnohistóricas sabemos
que esto no implica que se destinen exclusivamente a que eran utilizados para colocar objetos de todo tipo, en-
dichas construcciones. De hecho, también se dispusie- tre los cuales se encontraban aquellos vinculados con el
ron, en forma de arcadas, en galerías de construcciones culto religioso. Por ejemplo, para la zona de Potosí (Boli-
civiles, como los cabildos (e. g. Rinconada, para la Puna via), Platt y coautoras citan un fragmento del Memorial de
de Jujuy). En el mundo andino, se puede ver frecuente- 1558 de Bartolomé Álvarez (cura doctrinero en Aullagas,
mente en la arquitectura de iglesias y oratorios, tanto en actual Región de Chayanta, norte de Potosí) en el que se
aberturas ‒puertas y ventanas‒ como en nichos, como habla de los nichos:
sucede en algunos de los poblados analizados en este
trabajo y en muchísimos otros casos (cf. Gisbert y Mesa Muchas de estas huacas las hacen en figuras de carneros
1997; Benavides et al. 1977; Montandon 1950; Negro que hay en la tierra, que son sus ganados; algunas de pla-
2001; Niell 2019; Odone Correa et al. 2022; Tomasi et ta, de oro y de cobre, y de barro; algunas ponen en paños
al. 2018; entre otros12) (Fig. 14). Cuando los nichos se de su usanza, como en cama; otras en agujeros que tienen
realizan con un remate en arco o en falso arco también hechos en las paredes de sus casas a manera de alacenas,
son denominados hornacinas. A partir de referencias el cual agujero tapan y embarran de suerte que no se eche
aportadas por investigaciones arqueológicas publicadas, de ver lo que está allí (Platt et al. 2006: 143).
sabemos que se construyeron habitáculos de este tipo en
otros sitios del espacio andino con ocupaciones colonia- Para nuestra área de estudio existen referencias como
les, por ejemplo, en capillas coloniales del sitio minero las aportadas por los trabajos etnográficos de Boman
San Antonio del Nuevo Mundo, Lípez (Cruz et al. 2012) (1991 [1908]) y más tarde Juan Alfonso Carrizo. Por
y en una kallanka de Chuquiago de Suipacha (actual ejemplo, hacia comienzos de la década de 1930 este úl-
Bolivia) reocupada durante el período colonial (Raffino timo relataba para la Puna de Jujuy:
1993). También el arco es característico de soportes mó-
viles empleados durante el culto católico, como urnas y La parte más importante, el alma de la casa, es un nicho
retablos portátiles (cf. González 2018). abierto en la pared donde está un santo o la Virgen de la
En síntesis, son tres los contextos principales en los devoción; por lo común son de bulto. En San Francisco,
que hemos detectado la presencia de las técnicas más sin- lugar situado al sudoeste de Santa Catalina, vi en un ni-
gulares analizadas: ámbitos y arquitecturas claramente cho un San Juan que lo llamaban ‘tatita San Juan’ él es
destinados al culto católico (iglesias, capillas, oratorios; el patrono de las ovejas porque tiene un cordero en los
en AN, AJ, SD y RCO), lugares de trabajo (CHI y CBL) brazos (Carrizo 1934: 29-30).
y espacios domésticos (AN, AJ y CHI). Con respecto a
esta última situación, los casos que documentamos en este Esta vinculación entre las arquitecturas familiares y
trabajo, junto a otros relevados en otros ámbitos andinos, eclesiásticas en el altiplano jujeño es destacada por To-
como la presencia de hornacinas en viviendas coloniales masi et al. (2018) aún para la actualidad, lo cual marca-
del poblado inca de Chinchero (Nair 2003) y la utilización ría una clara continuidad histórica en ciertos modos de
de arcadas en casas hispanas rurales de la zona de Lima construir y habitar.
(Negro 2006), muestran que elementos propios de arqui- Con respecto al derrame en aberturas, consideramos
que podría tratarse de un rasgo replicado en América a
partir de la conquista española, si tenemos en cuenta que
fue ampliamente documentado en la arquitectura europea
12
Solo citamos algunos casos de referencia del ámbito andino, ya que por la
al menos desde época medieval, pero por el momento
cantidad son inabarcables en su totalidad. no contamos con datos de su registro en sitios prehispá-
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Cantidad de UA con
Sitio o localidad Cantidad total de UA Factor de presencia
técnicas no locales
Antiguyoc 84 5 5,95
Quebrada del Maray 4 80 0 0
Ajedrez 262 4 1,52
Santo Domingo 31 2 6,45
Chinchillayoc 20 3 15
Puerta de Fundiciones 11 0 0
Fundiciones 2 5 0 0
Rosario de Coyahuaima 52 4 7,69
Casablanca 6 1 16,6
Timón Cruz 38 0 0
Totales 589 19 3,22
Tabla 3. Factor de presencia (cantidad de UA con presencia de técnicas no locales, sobre el total de UA de cada sitio) de las técnicas de espina de
pez y arcos en los sitios considerados. Fuente: elaboración propia.
nicos. Tal vez el antecedente más cercano en el mundo ramente cuáles son las construcciones “especiales” de un
precolombino, por similitud, sean las “troneras”, ventanas poblado. Por ejemplo, además de capillas, en Antiguyoc y
oblicuas al lienzo de las murallas dispuestas en fortalezas Ajedrez podrían haber existido casas parroquiales, mien-
o pukaras incaicos (González 1980). En cambio, esta ca- tras que dueños de emprendimientos mineros o funciona-
racterística sí se encuentra en otras estructuras coloniales rios civiles podrían haber dispuesto la elaboración de ar-
de la Puna de Jujuy, como el Cabildo de Rinconada (en quitectura con estos rasgos en sus establecimientos, como
puerta y ventanas), y fue registrada en instalaciones mi- en Chinchillayoc y Casablanca. Con respecto a esto, Mc-
neras del siglo XIX de la zona de Capillitas, provincia de Guire y Schiffer ya habían señalado que:
Catamarca (cf. Delfino et al. 2014). De acuerdo con lo
relevado en los sitios que hemos analizado, se trata de un Las funciones simbólicas, bajo ciertas circunstancias,
modo de confeccionar las aberturas que al parecer adquie- llevan a los individuos y a los grupos sociales a hacer
re cierta popularidad durante el período colonial, al me- inversiones en arquitectura más allá, o a pesar de, los re-
nos en nuestra área de estudio. Su utilización pudo haber quisitos utilitarios de una construcción. Estas inversiones
tenido una trayectoria similar a la espina de pez, es decir se manifiestan en decoración, uso de materiales raros o
primero como elemento estructural o con alguna funcio- costosos, construcción a gran escala, aplicación de deter-
nalidad determinada, como mejorar la luminosidad de un minadas formas (como la planta cruciforme de una ba-
espacio cubierto, para luego aplicarse como un rasgo más sílica), y uso de técnicas constructivas particulares (…)
bien decorativo, incluso en espacios descubiertos. Proponemos que la inversión estructural en funciones
Como señalamos antes, la presencia intermitente de simbólicas aumenta en relación a una mayor diferencia-
propietarios de emprendimientos y de funcionarios espa- ción social. En las sociedades que tienen más grupos y
ñoles (o criollos) civiles y eclesiásticos permite sospechar más distinciones sociales, hay una necesidad de comuni-
que los destinatarios principales de los mensajes transmi- car materialmente cada vez más información (McGuire y
tidos por la arquitectura eran los pobladores indígenas y Schiffer 1983: 281; traducción propia).
mestizos, quienes constituían el núcleo de la población y
la principal mano de obra en las tareas mineras y ganade- En relación a los componentes constructivos utilizados,
ras. De esta manera, la arquitectura funcionaba como un se observa que en la mayoría de los casos no se emplearon
recurso mnemotécnico sutil pero efectivo, recordándoles materiales especiales, sino piedra y argamasa de barro, al
permanentemente a sus habitantes que vivían bajo un ré- igual que en casi todas las construcciones. La excepción
gimen hispano y cristiano. Por lo tanto, fue un elemento está dada por las iglesias de Antiguyoc, Santo Domingo y
que participó activamente en la construcción y reproduc- la construcción con arco de Rosario de Coyahuaima, en las
ción del orden colonial. Decimos que se trata de recursos cuales se utilizó adobe de forma total o parcial. En nues-
sutiles porque su presencia no es predominante (Tab. 3), tra área de estudio podemos considerar al adobe como un
y efectivos porque su singularidad permite identificar cla- elemento particular durante el período colonial ya que no
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