Hora Santa DOMUND 2024

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Hora Santa

Del mensaje del Papa para la Jornada Mundial de las Misiones 2024

Sabemos que el celo misionero en los primeros cristianos tenía una fuerte dimensión
escatológica. Ellos sentían la urgencia del anuncio del Evangelio. También hoy es importante
tener presente esta perspectiva, porque nos ayuda a evangelizar con la alegría de quien
sabe que «el Señor está cerca» y con la esperanza de quien está orientado a la meta,
cuando todos estaremos con Cristo en su banquete nupcial en el Reino de Dios. Así pues,
mientras el mundo propone los distintos “banquetes” del consumismo, del bienestar
egoísta, de la acumulación, del individualismo; el Evangelio, en cambio, llama a todos al
banquete divino donde, en la comunión con Dios y con los demás, reinan el gozo, el
compartir, la justicia y la fraternidad.

Monición inicial

Hermanos, con estas palabras nos preparamos para tener un encuentro con Jesús
Sacramentado. Avivemos nuestra fe y confianza en su presencia Eucarística. Pidamos
humildemente la gracia de su Espíritu para dirigir a Él nuestra alabanza y adoración.
Presentemos a Él nuestros gozos y esperanzas, preocupaciones y sufrimientos. Él más que
nadie nos comprende y viene en nuestra ayuda. Pongamos a sus pies nuestros miedos y,
reconociéndonos frágiles pidámosle la fortaleza para salir de nosotros mismos al encuentro
del prójimo, unidos como Iglesia, para cumplir con su misión.

Exposición del Santísimo


Entonamos un canto de adoración a Jesús sacramentado.
En este momento entra el sacerdote o el ministro y expone al Santísimo.
Todos de rodillas.

Ministro

Señor nuestro Jesucristo, que, con tu Pasión, Muerte y Resurrección sellaste la nueva alianza
con tu pueblo y bajo las especies del pan y del vino te quedaste en medio de nosotros,
concede, a cuantos reconocemos tu presencia real y verdadera en la Eucaristía, saber
descubrir tu presencia en nuestras familias, Iglesias domésticas, así como en cada uno de
nuestros hermanos y hermanas. Tú, que vives y reinas con Dios Padre en la unidad del
Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos. Amén.

Canto misionero
Momento de silencio para orar

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Lector 1
Del Santo Evangelio según San Mateo (22, 1-9)

Jesús les habló otra vez en parábolas, diciendo:


«El Reino de los Cielos se parece a un rey que celebraba las bodas de su hijo. Envió entonces
a sus servidores para avisar a los invitados, pero estos se negaron a ir. De nuevo envió a
otros servidores con el encargo de decir a los invitados: "Mi banquete está preparado; ya
han sido matados mis terneros y mis mejores animales, y todo está a punto: Vengan a las
bodas". Pero ellos no tuvieron en cuenta la invitación, y se fueron, uno a su campo, otro a su
negocio; y los demás se apoderaron de los servidores, los maltrataron y los mataron. Al
enterarse, el rey se indignó y envió a sus tropas para que acabaran con aquellos homicidas e
incendiaran su ciudad. Luego dijo a sus servidores: "El banquete nupcial está preparado,
pero los invitados no eran dignos de él. Salgan a los cruces de los caminos e inviten a todos
los que encuentren".

Lector 2

Después de que los invitados rechazaron la invitación, el rey, protagonista del relato, dice a
sus siervos: «Salgan a los cruces de los caminos e inviten a todos los que encuentren».
Reflexionando sobre esta palabra clave, en el contexto de la parábola y de la vida de Jesús,
podemos destacar algunos aspectos importantes de la evangelización, los cuales resultan
particularmente actuales para todos nosotros, discípulos-misioneros de Cristo, en esta fase
final del itinerario sinodal que, de acuerdo con el lema “Comunión, participación, misión”,
deberá relanzar a la Iglesia hacia su compromiso prioritario, es decir, el anuncio del
Evangelio en el mundo contemporáneo.

Lector 3

En la parábola, el rey pide a los siervos que lleven la invitación para el banquete de bodas
de su hijo. Este banquete es reflejo de aquel escatológico, es imagen de la salvación final en
el Reino de Dios, realizada desde ahora con la venida de Jesús, el Mesías e Hijo de Dios, que
nos dio la vida en abundancia, simbolizada por la mesa llena «de manjares suculentos, […]
de vinos añejados», cuando Dios «destruirá la Muerte para siempre».

.02
Lector 4

La misión de Cristo es la de la plenitud de los tiempos, como Él declaró al inicio de su


predicación: «El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca». Así, los discípulos de
Cristo están llamados a continuar esta misma misión de su Maestro y Señor. Recordemos al
respecto la enseñanza del Concilio Vaticano II sobre el carácter escatológico del compromiso
misionero de la Iglesia: «El tiempo de la actividad misional discurre entre la primera y la
segunda venida del Señor [...] Es, pues, necesario predicar el Evangelio a todas las gentes
antes que venga el Señor».

Lector 5

Esta plenitud de vida, don de Cristo, se anticipa ya desde ahora en el banquete de la


Eucaristía que la Iglesia celebra por mandato del Señor y en memoria de Él. Y así, la
invitación al banquete escatológico, que llevamos a todos a través de la misión
evangelizadora, está intrínsecamente vinculada a la invitación a la mesa eucarística, donde el
Señor nos alimenta con su Palabra y con su Cuerpo y su Sangre. Como enseñaba Benedicto
XVI, «en cada Celebración eucarística se realiza sacramentalmente la reunión escatológica
del Pueblo de Dios. El banquete eucarístico es para nosotros anticipación real del banquete
final, anunciado por los profetas y descrito en el Nuevo Testamento como “las bodas del
cordero”, que se ha de celebrar en la alegría de la comunión de los santos»

Lector 5

el banquete nupcial que Dios ha preparado para el Hijo, permanece abierto a todos y para
siempre, porque su amor por cada uno de nosotros es grande e incondicional. «Dios amó
tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino
que tenga Vida eterna». Quienquiera, todo hombre y toda mujer es destinatario de la
invitación de Dios a participar de su gracia que transforma y salva. Sólo hace falta decir “sí” a
este don divino y gratuito, revistiéndonos de él como con un “traje de fiesta”, acogiéndolo y
permitiéndole que nos transforme.

Breve momento de silencio


Canto
Breve momento de silencio

.03
Lector 1

Nada hay más hermoso que haber sido alcanzados, sorprendidos, por el Evangelio, por
Cristo. Nada más bello que conocerle y comunicar a los otros la amistad con él ». Esta
afirmación asume una mayor intensidad si pensamos en el Misterio eucarístico. En efecto,
no podemos guardar para nosotros el amor que celebramos en el Sacramento. Éste exige
por su naturaleza que sea comunicado a todos. Lo que el mundo necesita es el amor de
Dios, encontrar a Cristo y creer en Él. Por eso la Eucaristía no es sólo fuente y culmen de la
vida de la Iglesia; lo es también de su misión: «Una Iglesia auténticamente eucarística es una
Iglesia misionera.

Lector 2

En un mundo desgarrado por divisiones y conflictos, el Evangelio de Cristo es la voz dulce y


fuerte que llama a los hombres a encontrarse, a reconocerse hermanos y a gozar de la
armonía en medio de las diferencias.

Lector 3

La misión universal requiere el compromiso de todos. Por eso es necesario continuar el


camino hacia una Iglesia al servicio del Evangelio completamente sinodal-misionera. La
sinodalidad es de por sí misionera y, viceversa, la misión es siempre sinodal. Por tanto, una
estrecha cooperación misionera resulta hoy aún más urgente y necesaria en la Iglesia
universal, así como en las Iglesias particulares.

Lector 4

El Señor ofreció a los esposos y a todos los invitados la abundancia del vino nuevo, signo
anticipado del banquete nupcial que Dios prepara para todos, al final de los tiempos.
Supliquemos también hoy su materna intercesión por la misión evangelizadora de los
discípulos de Cristo. Con la alegría y la solicitud de nuestra Madre, con la fuerza de la
ternura y del afecto, vayamos y llevemos a todos la invitación del Rey Salvador.

Breve momento de silencio


Canto
Breve momento de silencio

.04
Lector 1

Unidos como Iglesia, con el corazón dispuesto y a una sola voz respondamos:
Iremos, Señor, a los cruces de caminos a cumplir tu mandato.

Señor, más de una vez hemos recibido la invitación pero no hemos atendido,
pero hoy estamos aquí, dispuestos a cumplir tu voluntad.
Iremos, Señor, a los cruces de caminos a cumplir tu mandato.

Jesús, Palabra viviente, no permitas que nos apartemos de ti, revístenos de


fiesta, para que con renovado celo misionero llevemos tu mensaje de la
salvación.
Iremos, Señor, a los cruces de caminos a cumplir tu mandato.

Padre nuestro, guía a tu Iglesia, para que, caminando en sinodalidad, cumpla


con tu misión de evangelizar a cada persona y a cada pueblo hasta los
confines de la tierra.
Iremos, Señor, a los cruces de caminos a cumplir tu mandato.

Señor, te pedimos por quienes dejaron su patria para consagrar su vida a la


Misión, que tu Palabra los ilumine y que tu presencia los conforte en los
momentos difíciles.
Iremos, Señor, a los cruces de caminos a cumplir tu mandato.

Señor, que, en esta Jornada Mundial de las Misiones, retomemos la conciencia


de nuestro bautismo y nuestra responsabilidad con el cumplimiento de tu
Misión.
Iremos, Señor, a los cruces de caminos a cumplir tu mandato.

Lector 2

iremos, Señor, a los cruces de caminos a cumplir tu mandato, para que en cada rincón se
conozca la Buena Nueva. Vayamos todos juntos como peregrinos-misioneros de la
esperanza, en camino hacia la vida sin fin en Dios, hacia el banquete nupcial preparado por
Él para todos sus hijos.

.05
Ministro

En comunión con todo el pueblo de Dios, oremos y presentemos a Jesús sacramentado, las
necesidades de las Iglesias de los distintos continentes y la misión que se vive en cada uno
de ellos.
Oramos diciendo: Fortalece con el fuego de tu Espíritu a todos los misioneros.

Lector 1

Por el continente africano y todos los que realizan la misión evangelizadora para que
fortalecidos por la gracia y sabiduría del Espíritu continúen ofreciendo la ayuda fraterna y
solidaria dando respuesta a los desafíos de las situaciones sociales y políticas, reflejadas en la
pobreza y la migración.
Oremos: Fortalece con el fuego de tu Espíritu a todos los misioneros.

Lector 2

Por el continente americano y por la misión de la Iglesia para que la fe en Jesucristo dinamice
la esperanza y la valentía profética para trabajar por la paz, la justicia y el respeto a la
dignidad de todos.
Oremos: Fortalece con el fuego de tu Espíritu a todos los misioneros.

Lector 3

Por el continente europeo y la misión de la Iglesia, para que el Espíritu del Señor haga
renacer la experiencia profunda de la fe, el sentido de trascendencia, y la sensibilidad para
recobrar la memoria histórica del patrimonio espiritual con el que cuentan.
Oremos: Fortalece con el fuego de tu Espíritu a todos los misioneros.

.06
Lector 4

Por el continente de Oceanía y por la misión de la Iglesia para que en apertura y respeto a
las diferentes culturas se comparta la alegría del Evangelio, el plan salvífico de Dios para su
pueblo.
Oremos: Fortalece con el fuego de tu Espíritu a todos los misioneros.

Lector 5

Por el continente asiático y por la misión de la Iglesia en este continente que camina hacia
su propia identidad, transformándose en Iglesia evangelizadora para sí misma y para los
demás, desde la pureza de un corazón que busca a Dios a través de la meditación y la
contemplación. Y por quienes a causa de la fe en Cristo y su compromiso a favor de los que
sufren son perseguidos.
Oremos: Fortalece con el fuego de tu Espíritu a todos los misioneros.

Lector 6

Por todos nosotros para que vivamos con generosidad, alegría y esperanza nuestro ser de
discípulos y misioneros colaborando en el proyecto del Reino de Dios en el aquí y el ahora
que nos toca vivir.
Oremos: Fortalece con el fuego de tu Espíritu a todos los misioneros.

Ministro

Padre de bondad, Tú que eres rico en amor y misericordia, que nos enviaste a tu Hijo Jesús
para nuestra salvación, escucha a tu Iglesia misionera. Que todos los bautizados sepamos
responder al llamado de Jesús: "Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos".

Fortalece con el fuego de tu Espíritu a todos los misioneros, que en tu nombre anuncian la
Buena Nueva del Reino. María, Madre de la Iglesia y Estrella de la Evangelización,
acompáñanos y concédenos el don de la perseverancia en nuestro compromiso misionero.
Amén

Breve momento de silencio


Canto
Breve momento de silencio

.07
DOMUND 2023 Hora Santa

Ministro

Agradecemos al Señor desde lo que ha tocado e iluminado hoy a nuestro corazón y resuena
para una mejor actitud de vida como bautizados, discípulos y misioneros para llevar a todos
el Evangelio.

Puestos todos en pie con amor y gratitud, entonamos un canto eucarístico y el


ministro reserva el Santísimo.

.08

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