Guiones de Teatro

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Obra los tres cerditos

Personajes de la obra de teatro para niños Los tres cerditos


 Narrador
 Madre
 Lobo
 Cerdito mayor
 Cerdito mediano
 Cerdito pequeño
NARRADOR: Una bonita mañana de primavera, tres cerditos jugaban cerca de un arroyo y entre
todos, decidieron que ya eran mayores y que era hora de ir a recorrer el mundo.
MADRE: Hijos míos tened cuidado, más allá del arroyo hay muchos peligros. Prometedme que
allá donde estéis construiréis una casa para protegeros.
CERDITOS: Sí, mamá lo haremos.
NARRADOR: Tras varios días explorando y caminando, llegaron a un claro del bosque y
decidieron instalarse allí y construir su casa.
CERDITO MAYOR: Hagamos aquí nuestra casa, es un sitio muy bonito.
CERDITO MEDIANO: A mí no me apetece nada trabajar, hoy podemos jugar y mañana
podemos pensar en construirla.
CERDITO PEQUEÑO: Sí, sí, a jugar.
NARRADOR: Al día siguiente, un lobo que pasaba por allí y acababa de comerse dos ovejas se
acercó a los hermanos.
LOBO: Eh no corráis, no voy a acomeros, tengo la panza llena y no me entra nada más. Pero no
os apuréis, si no es hoy, será mañana, o pasado, pero vosotros tres formaréis parte de mi comida.
CERDITO MAYOR: Chicos, tenemos que tomarnos esto en serio, voy a construirme una casa
para estar a salvo de ese malvado lobo. Haré una casa de ladrillo con una chimenea para poder
preparar comidas si no podemos salir de ella porque aceche el lobo.
CERDITO MEDIANO: Yo también, pero primero voy a jugar. Después haré una casa con unos
tablones de madera que he visto junto al río.

CERDITO PEQUEÑO: La mía será de paja, la paja es blanda y se puede sujetar con facilidad.
Terminaré muy pronto y podré ir a jugar.
NARRADOR: Los cerditos pequeños pasaron gran parte del día jugando y luego rápidamente
elaboraron su casa, sin embargo, el cerdito mayor trabajó duro y con mucho esfuerzo en su casa.
LOBO: Cerditos he vuelto, tengo mucha hambre, ¡os voy a comeeeeeeer!
NARRADOR: Asustados, todos echaron a correr y cada uno se escondió en su casa, pensando
que estaban a salvo.
LOBO: Jajaja, pensáis que no voy a poder llegar hasta vosotros. Esta casita de paja no será un
obstáculo. ¡Soplaré y soplaré y la casita derribaré! Sí, la he derribado.
CERDITO PEQUEÑO: Hermano, hermano, hazme un hueco en tu casa, el lobo ha destrozado la
mía.
LOBO: No corras, pequeño cerdito, te voy a comer. Hmmm qué bien, ahora tengo a dos cerditos
dentro de otra casita que también echaré abajo. ¡Soplaré y soplaré y la casita derribaré! Uff,
tengo que hacer otro intento. ¡Soplaré y soplaré y la casita derribaré! Jajajaj, la he derribado.
CERDITO PEQUEÑO: Ahhhh, el lobo ha derribado la casa.
CERDITO MEDIANO: Corre, vamos a casa de nuestro hermano.
LOBO: Me estáis haciendo correr mucho, estoy muy enfadado, pero... ¡Soplaré y soplaré y la
casita derribaré! ¿Cómo? Esta casa no vuela por los aires. Por más que soplo, no la derribo.
Pero... ¡tengo una idea! Iré por la chimenea y los atraparé dentro de la casa.
CERDITO MAYOR: Hermanos, mientras estemos aquí atrapados podemos tomar una deliciosa
sopa que estaba preparando en una olla en la chimenea.
LOBO: Pero, qué es esto... ¡me estoy quemando la cola! Estos cerditos tenían el fuego puesto.
Tengo que ir corriendo al río a apagarme el fuego y no volveré más porque estos pequeños me
dan demasiado trabajo.
CERDITO MAYOR: Hermanos, esta vez nos hemos librado, pero ha sido gracias a mi esfuerzo y
trabajo, vosotros habéis sido muy perezosos y habéis puesto en peligro vuestras vidas.
CERDITO MEDIANO: Tienes razón, a partir de ahora voy a ser más trabajador.
CERDITO PEQUEÑO: Y yo también, no quiero más sustos como este.
Fin
OBRA CAPERUCITA ROJA
Personajes de la obra de teatro Caperucita Roja
 Narrador
 Caperucita
 Madre
 Abuela
 Lobo
 Cazador
NARRADOR: Érase una vez una niña llamada Caperucita Roja. Se llamaba así porque su
abuelita le había hecho una preciosa capa roja y le gustó tanto que ya no se la quitó. Caperucita
vivía con su madre y esta le mandaba hacer recados a su abuelita que vivía en el bosque.
MADRE: Ven, Caperucita, aquí tienes un trozo de tarta, un caldo y unos huevos. Llévaselos a tu
abuela, está enferma y le vendrán bien. Pero ten cuidado, ya sabes que tienes que atravesar el
bosque y hay muchos peligros. Ve directa, no te salgas del camino y no hables con extraños.
CAPERUCITA: Sí, mamá, tendré mucho cuidado. (Caperucita sale de la casa y va cantando por
el bosque, pero un lobo acecha tras un árbol)
LOBO: Buenos días, Caperucita Roja, ¿Adónde vas tan temprano?
CAPERUCITA: A casa de mi abuela, voy a llevarle esta cesta con comida. Está un poco enferma
y esto le va ayudar.
LOBO: ¿Dónde vive tu abuela, Caperucita Roja?
CAPERUCITA: Un poco más adelante, en un claro en el bosque. Su casa está debajo de los tres
grandes robles.
LOBO: Ah, qué bien, que tengas un buen día. (El lobo se queda frotándose las manos mientras
ve partir a Caperucita)
LOBO: Qué tierna criatura. Qué bocado más delicioso, será mejor para comer que la anciana,
pero tengo tanta hambre que me comeré primero a la abuela y de postre a Caperucita. ¡Tengo una
idea, ya sé como voy a hacerlo! (El lobo corre veloz, adelanta a Caperucita, llega a casa de la
abuelita y llama a la puerta)
ABUELITA: ¿Quién está ahí?
LOBO: Soy Caperucita Roja, abuela, traigo pastel y sopa y huevos. Ábreme.
ABUELITA: Entra Caperucita, está abierta, me encuentro enferma y no puedo levantarme. (El
lobo entra corriendo y se traga de un bocado a la abuelita)
LOBO: Mmm, esta abuelita estaba deliciosa. Ahora voy a vestirme con su ropa y me tumbaré en
su cama para sorprender a Caperucita y tragarla de un bocado antes de que salga corriendo. (el
lobo se viste con el camison y el gorro de la abuela, se mete en la cama y se tapa hasta arriba)
CAPERUCITA: ¡Hola abuelita! Uy, qué raro, la puerta está abierta. ¿Abuelita?
LOBO:(fingiendo la voz) Hola hija, pasa pasa, estoy un poco pachucha. Acércate.
CAPERUCITA: Abuelita te he traido comida y también me he entretenido a cogerte unas flores.
Pero... ¿abuelita? ¡Qué orejas más grandes tienes!
LOBO: Son para escucharte mejor, hija mía.
CAPERUCITA: Pero, abuela, qué ojos tan grandes tienes.
LOBO: Son para verte mejor, querida.
CAPERUCITA: Pero, abuela, qué manos tan grandes tienes.
LOBO: Son para abrazarte mejor.
CAPERUCITA: Ay, pero abuela, qué boca tan grande tienes.
LOBO: ¡Es para mejor comerte mejor! (El lobo da un salto y se traga a Caperucita Roja)
LOBO: Mmmm, deliciosa. Ahora estoy tan lleno que necesito echarme una siesta. (Aparece un
cazador y ve la puerta abierta y escucha un ronquido muy fuerte)
CAZADOR: Qué raro, la abuelita nunca se deja la puerta abierta, y escucho un ronquido
aterrador. Pero, ¡qué veo! Hay un lobo acostado en la cama de la abuela. Eh, tú. ¿Qué has
hecho?, ¿Dónde está la abuela?, ¿Y esa barriga tan grande? ¡Ya sé! (El cazador toma un cuchillo,
abre la panza del lobo y salen Caperucita y la Abuela)
CAPERUCITA: Ah qué miedo he tenido, qué oscuro estaba dentro del lobo.
ABUELA: ¡Gracias querido amigo! Nos has salvado.
CAZADOR: Esto no termina aquí, hay que darle un buen escarmiento a este lobo malo.
Caperucita, trae unas piedras, le llenaremos la panza con ellas mientras todavía está dormido. (Le
colocan piedras en la barriga y se van)
LOBO: Ohhh, qué pesado me siento todavía. Esta abuelita y esta Caperucita sí que son
indigestas. Voy a beber un poco de agua al estanque. (Cuando se asoma para beber, el peso de las
piedras le hace caer y se ahoga)
ABUELITA: Esta vez nos hemos salvado Caperucita, pero ¿has aprendido la lección?
CAPERUCITA: Sí abuelita, no tengo que hablar con extraños y tengo que hacer más caso a mi
mamá.
NARRADOR: Caperucita y su abuela, no sufrieron más que un gran susto, pero Caperucita Roja
había aprendido la lección. Prometió no hablar con ningún desconocido que se encontrara en el
camino. De ahora en adelante, seguiría las recomendaciones de su Abuelita y de su Mamá.

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