Sintaxis II

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Sintaxis (II)

1. Subordinadas sustantivas o completivas


- se pueden sustituir por un pronombre demostrativo: eso, ese, esa…
- se forman con: la conjunción que, los infinitivos, los relativos sin antecedente, los interrogativos y el si
completivo.
- funcionan de lo mismo que pueden funcionar los sustantivos / frases nominales: sujeto, directo, atributo,
término de una frase preposicional.

Ya decía él que mañana no había clase


El resultado de esta política es que las palabras adquieren significados insospechados
Me gusta mucho comer chocolate
Al poeta José Emilio Pacheco, el olfato le decía si los libros eran buenos o malos
Las narices le ordenaban lo que debía comprar
Quienes dicen eso no saben lo que dicen
Muchos nos preguntamos qué haremos en el futuro
No sé cuál de los dos me gusta más
Mañana me dirá cuándo quiere cerrar el trato
Mañana me dirá dónde quiere cerrar el trato
Nos preguntaron cómo contribuiríamos a la conservación del planeta
Mañana me dirá cuánto vale el becerro
La que más le gustaba no le hacía nada de caso
Soñé con que me tocaba la primitiva
Fuimos al corpiño para que el niño aprobase lengua
Nunca tuvo muchas ganas de estudiar nada

2. Subordinadas adjetivas
- se forman con los relativos cuyo antecedente está justo antes y con los participios.
- funcionan de lo mismo que suelen funcionar los adjetivos: modificador de un sustantivo y predicativo.

Hay un piso en la parte vieja que cuesta poco dinero


Esa fue el camino por el que llegué a la cueva
Logramos alcanzar la cifra de 47 millones de personas empadronadas en España
Acabó el verano acribillada por los mosquitos
Los científicos cuyos trabajos se publican en esa revista se hacen famosos
Se trataba de un artículo valiente donde expresaban su preocupación
3. Subordinadas adverbiales
- se pueden sustituir por un adverbio y funcionan de complemento circunstancial.
- se forman con las conjunciones cuando, donde y como, y con los gerundios.

La niña entró en el aula cantando una canción


Cuando me lo dijo, me caí de espaldas
Te lo dejamos donde nos dijiste
Me parece que lo haremos como lo hiciste tú
Al oscurecer se posaban sobre las cruces blancas (=Cuando oscureció...)

4. Construcciones oracionales (= estructuras / oraciones bipolares): construcción causal,


oración adversativa, estructura condicional...

Causales: porque, pues, puesto que, ya que, en vista de que, dado que...
Consecutivas:
intensivas: era tan alto que no entraba por la puerta;
no intensivas: por tanto, así que, conque, luego, por consiguiente, de manera que, de
modo que... ;
Adversativas:
restrictivas: pero; sin embargo...
exclusivas: sino; sino que...
Concesivas: aunque, a pesar de que, aun cuando, si bien, por más que...
Comparativas: tan, más, menos... que (inferioridad, igualdad, superioridad).
Condicionales: si, en el caso de que, con tal de que, siempre y cuando, como…
Reales o necesarias [la condición está en modo indicativo]: si lo haces con cuidado,
lo consigues/conseguirás; si has estudiado, aprobarás; si dijo la verdad, entonces no tendrá
problemas; si tengo dinero, me lo compro; si juego mañana, marco un gol seguro.
Hipotéticas, posibles o potenciales [modo subjuntivo y aún puede ocurrir]:
si lloviese, podríamos regar las plantas; si me tocase la lotería, dejaría de trabajar.
Irreales o imposibles [modo subjuntivo y de realización imposible]: si hubieras
tenido dinero, habrías comprado el billete; si hubiese nacido en 1920, habría podido conocer a
Adolf.

[Cuando no se expresan los nexos, se dice que las unidades están yuxtapuestas: estoy cansado, me voy = estoy cansado, así que me voy]
Preguntas de poner ejemplos de (normalmente, dentro de un texto):
1. Una subordinada sustantiva en función de sujeto
Comer chocolate es sano y bueno. La que compré ayer tiene algunos defecto.
Me gusta que me digan las cosas a la cara

2. Una estructura causal / una oración causal


Llegué tarde ya que el tren sufrió una avería; Puesto que no había nadie, me marché; no le
dije la verdad porque no me iba a creer...

3. Una subordinada adverbial


Me compró el regalo cuando ya había pasado mi cumpleaños. Déjalo donde ella no lo vea;
Me parece que lo hizo como se lo había dicho yo.

4. Una subordinada sustantiva en función de complemento directo


Lee lo que le mandan. Dijo que no quería leer. Me preguntó varias veces qué quería.

5. Construya una oración condicional potencial y otra irreal o de cumplimiento imposible


Si le comprasen el coche, no tendrían que andar todo el día llevándolo a todas partes.
Si fuese invisible, me lo llevaría todo de esa tienda.

6. Una oración adversativa / una oración subordinada adversativa


Nadie sabe la verdad, pero algunos la sospechan. No es que no pueda, sino que se niega
a hacerlo.

7. Construye tres oraciones (o cláusulas) cuyos sujetos sean un sintagma o frase nominal
o sustantiva, una subordinada sustantiva y una construcción coordinada
La casa está en llamas. Poca gente sabe la verdad.
Es terrible lo que pasa en Ucrania
Su chaqueta y su pelo estaban sucísimos

8. Una subordinada de relativo con cuyo


Las personas cuya sangre tiene un bajo contenido en oxígeno tienden a una coloración
azulada en la piel

9. Una construcción coordinada


Pepito y Pepita. A mí me gusta Pepito y ella odia a Pepita

10. Una oración interrogativa indirecta: Dime de una vez qué es lo que quieres
Indica el tipo de unidad y la función de los elementos subrayados:

El otro día aprendí un nuevo concepto nacido en redes sociales: “filosofía delulu”. La frase
en que más se usa es: “Delulu is the solulu”, que traducido quiere decir “autoengañarse es la
solución”. Enseguida pensé en autoayuda y las fórmulas mágicas de la felicidad tan de moda
según las que debemos creer que nuestra felicidad depende de nosotros mismos.

¿Que nos quedamos sin trabajo? ¿Que nuestros hijos reciben una educación que los sitúa
bajo mínimos en el informe PISA? ¿Que recibimos un mal diagnóstico médico? Pensamiento
positivo: “Todo va a salir bien”.

Me parece que evidencia cómo coaches, psicólogos sin escrúpulos o autores de libros de
autoayuda a la caza de lectores ingenuos quieren convencernos de que “Si algo no te va bien es
culpa tuya, maja”, restándole importancia a los elementos que, sin duda ninguna, son los que en
realidad ayudan a que todo nos vaya bien.

Sí, lo sé, nuestro cerebro segrega dopamina y mil otras sustancias que nos ayudan a
funcionar mejor si creemos que somos felices, bien, pero, amigos, poco podrán hacer esas
sustancias si la realidad no nos acompaña. Quizás nos darán un respiro, pero poco más. La idea
se basa en que se puede estructurar la mente hacia lo positivo, no para atraerlo sin más, sino para
creer que es posible. Pero yo me pregunto, por ejemplo, cómo pensar en positivo en un país que
tiene según los últimos informes la mayor tasa de pobreza infantil de Europa. Cómo, si no actúa el
Estado para resolverlo, claro está.

Me pregunto ahora qué pasará con estas generaciones, inmersas en la nueva religión del
narcisismo, el egocentrismo, las superexpectativas, la autoayuda y el pensamiento positivo, qué
harán cuando, al final, constaten que no siempre suelen cumplirse.

Porque no basta con creer en el éxito profesional para que este llegue, ni aspirar a un
mundo en paz si no exigimos a nuestros gobernantes que apuesten por él, ni creer que viviremos
felices si no podemos pagar el alquiler con nuestro sueldo, ni curarnos si no existe una sanidad
pública. Sería mucho más productivo ponerse a trabajar pensando en mejorar el mañana de
todos, y no en que todo va a salir bien. Porque el esfuerzo, el optimismo, la gratitud, la creencia en
la felicidad, la sonrisa como respuesta o lo que se nos ocurra, poco o nada tendrá que hacer si
ocultamos el lado negativo de las cosas porque, solo siendo conscientes de que existe ese lado,
solo así, lograremos hacer algo para intentar cambiarlo. Porque ni siempre somos felices, ni
siempre conseguimos lo que nos proponemos, ni pasa nada por no serlo o no conseguirlo.

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