ABIGAIL
ABIGAIL
ABIGAIL
En 1740 se publicó por primera vez en Francia un cuento clásico muy popular que ha
llegado hasta nuestros días; conocido como la Bella y la Bestia.
La Biblia, sin embargo nos cuenta quizá lo que sería la versión mas real de esta historia.
Esto esta el el libro de 1 Samuel 25.
Esta historia se desarrolla los tiempos rey de Saúl, en los tiempos donde el ya ungido rey
David era un fugitivo, un perseguido, era considerado por algunos un delincuente y
donde la prudencia, la inteligencia, y la sensatez de una mujer llena de Dios impidió una
tragedia.
Es aquí; que vamos a encontrar a dos de nuestros personajes principales en este relato,
una pareja muy particular.
2 Había en Maón (la tierra de los madianitas) un hombre muy rico, dueño de mil cabras
y tres mil ovejas, las cuales esquilaba (trasquilaba/ cortaban la lana a las ovejas.) en
Carmel, donde tenía su hacienda. (esto nos habla de la notoria riqueza que este hombre
poseía) 3 Se llamaba Nabal (necedad, estupidez, impío).
El que engendra un necio (nabal), para su tristeza lo engendra, Y el padre del necio no
tiene alegría.
En cambio; Su esposa, Abigaíl (Gozo del Padre, Fuente Alegría), era una mujer bella e
inteligente.
Pero Abigail era una mujer bella no solo físicamente, sino desde el interior; porque tenía
una mente bella, cultivada en la ley de Dios.
Una Mujer con una mente cultivada en la palabra de Dios, acentuara su belleza exterior.
Ella vivía en un hogar donde la felicidad no abundaba. Seguramente que el hombre con
el que vivía no la trataba de la mejor manera, es posible que en más de una vez, ella
hubiera sido despreciada, rechazara o incluso pudo ser hasta maltratada (recuerde era
un hombre borracho), sin embargo, todo esto no fue un impedimento para que su vida
fuera piadosa.
Su nombre significa “Gozo del padre” o “padre de Gozo”. Su Gozo no estaba en las
circunstancias, no estaba en la clase de hogar que tenía o en su esposo, sino su gozo
estaba en su Padre, en Dios.
Los matrimonios en la antiguedad, era acordados por los padres desde la infancia. Es
posible (no lo sabemos), que quizá los padres de Abigail vieron en Nabal un buen partido,
donde su hija no tendría carencias materiales, pero quizá no se fijaron en el carácter del
muchacho.
Hoy en día, los matrimonios no se arreglan por lo padres, sin embargo en muchas
ocasiones los resultados son los mismos. Un matrimonio quebrado, disfuncional, dificil,
causado por una mala decisión.
Y para las que ya se casaron y estan padeciendo con un hombre así, pues ya no se
queje, usted lo escogió, ahora solo le queda orar por él; para que Dios haga su obra
sobrenatural en el.
4 Estando David en el desierto (recuerde David estaba huyendo de Saúl, era un fugitivo),
se enteró de que Nabal estaba esquilando sus ovejas (la epoca donde se les cortaba la
lana a las ovejas era un tiempo de fiesta, de alegría, de saber que la bendición de Dios
sobre sus ganados había llegado.). 5 Envió entonces diez de sus hombres con este
encargo: «Vayan a Carmel para llevarle a Nabal un saludo de mi parte. 6 Díganle: “¡Que
tengan salud y paz tú y tu familia, y todo lo que te pertenece! 7 Acabo de escuchar que
estás esquilando tus ovejas. Como has de saber, cuando tus pastores estuvieron con
nosotros, jamás los molestamos. En todo el tiempo que se quedaron en Carmel, nunca se
les quitó nada. 8 Pregúntales a tus criados, y ellos mismos te lo confirmarán. Por tanto,
te agradeceré que recibas bien a mis hombres, pues este día hay que celebrarlo. Dales,
por favor, a tus siervos y a tu hijo David lo que tengas a la mano.
La hospitalidad para los extranjeros era un deber entre los orientales (Abraham,). Lo
que humildemente David estaba pidiendo a Nabal no era nada extraordinario, sino
solamente una correspondencia a lo que el había hecho por el. (recuerde David estaba
huyendo de Saúl, necesitaba comida para el y sus hombres)
Los rebaños de ovejas, eran propensos a sufrir ataques y robos por parte de los
malhechores, de tal forma que directamente David había cuidado de las propiedades de
Nabal.
David, nunca ordeno y le pidió a sus hombres que fueran exigiendo algo, sino lo que
pidió lo hizo con respeto y cortesía.
9 Cuando los hombres de David llegaron, le dieron a Nabal este mensaje de parte de David
y se quedaron esperando. (Lo más normal era esperar una respuesta afirmativa y
amable por parte de Nabal) 10 Pero Nabal les contestó: —¿Y quién es ese tal David?
¿Quién es el hijo de Isaí? Hoy día son muchos los esclavos que se escapan de sus amos.(El
que David fuera un fugitivo era sabido por el País entero, Saúl lo buscaba por todos lados
para matarlo, para Nabal, quien tenía la razón era Saúl, no le concedió a David la
oportunidad de aclara su situación.) 11 ¿Por qué he de compartir mi pan y mi agua, y la
carne que he reservado para mis esquiladores, con gente que ni siquiera sé de dónde
viene?
Claro que si; parte del “éxito” en el crecimiento de su rebaños y en la enorme celebración
por cortar la lana a las ovejas, se lo debía a David, de no ser por el cuidado de sus
hombres, Nabal es muy posible que hubiera tenido abundancia de lana en esa
temporada.
David no tenía ninguna obligación para con el, sin embargo, el había cuidado del
ganado, lo menos que se esperaba, es que Nabal le correspondiera.
Aplicación: Somos muchas veces susceptibles a dejarnos llevar por lo que sentimos en ese
momento. Es por eso que necesitamos la ayuda de Dios en todos los momentos de
nuestra vida. Oremos Señor no nos dejes caer en tentación.
14 Uno de los criados avisó a Abigaíl, la esposa de Nabal: «David envió desde el desierto
unos mensajeros para saludar a nuestro amo, pero él los trató mal. (seguramente lo
corrió, y no solo eso quizá uso de insultos y hasta malas palabras contra ellos) 15 Esos
hombres se portaron muy bien con nosotros. En todo el tiempo que anduvimos con ellos
por el campo, jamás nos molestaron ni nos quitaron nada. 16 Día y noche nos
protegieron mientras cuidábamos los rebaños cerca de ellos. 17 Piense usted bien lo que
debe hacer, pues la ruina está por caer sobre nuestro amo y sobre toda su familia.
Tiene tan mal genio que ni hablar se puede con él.
Porque sabía la prudencia, la sabiduría y la sensatez que habían en ella. Es muy posible
que no fuera la primera vez que pasara esto. Por su carácter grosero, soberbio,
insolente, maleducado y malvado, seguramente Nabal en más de una ocasión se había
metido en problemas, en un momento de crisis como esto, lo que se necesitaba era
Inteligencia (había que pensar como evitar una matanza), sensatez (buen juicio,
prudencia y madurez para tomar buenas decisiones); buen entendimiento ( Discernir lo
que había hecho su esposo y como lo podía remediar.
En un momento de crisis en casa lo que se requiere muchas veces es tener buen juicio,
pensar las cosas antes de actuar, discernir lo que esta pasando, pedir la dirección de
Dios.
Pero que pasa la mayoría de las veces: Nos ofuscamos, aceleramos, no hemos analizado
bien la situación y ya estamos diciendo que vamos a hacer y como, y ni si quiera hemos
tomado en cuenta a Dios para nada.
18 Sin perder tiempo, Abigaíl reunió doscientos panes, dos odres de vino, cinco ovejas
asadas, treinta y cinco litros de trigo tostado, cien tortas de uvas pasas y doscientas tortas
de higos. Después de cargarlo todo sobre unos asnos, 19 les dijo a los criados:
«Adelántense, que yo los sigo.» Pero a Nabal, su esposo, no le dijo nada de esto.
Fijémonos que no actuó por actuar, ella tenía un plan. Había escuchado con atención lo
que el criado le había contado, conocía la petición de David y la negativa de su esposo
de otorgarlo.
Abigail fue guiada por Dios a tomar el mejor plan que podía hacer, reunir una cantidad
importante de víveres que suplieran la solicitud de David. Ella había oído hablar de
David, sabía que era un hombre de Dios, que derivado a la arrogancia de su esposo se
había provocado una confrontación innecesaria, así que hizo todo lo que estaba a su
alcance para traer la paz a su casa, para sus criados e incluso para el necio de su esposo.
Dios bendice a los que procuran la paz, ellos son llamados hijos de Dios Mt 5.9.
Esta era una mujer pacificadora de verdad. Una autentica Hija de Dios.
Ella no le dijo a Nabal nada no por ocultarle cosas, sino porque sabía de su negativa a
colaborar con David. Lo que ella tomo para darle a David no iba a demeritar la fortuna
de Nabal, no estaba atentando contra su esposo, sino todo lo contrario lo que iba a
hacer era evitar una guerra, era salvar la vida de su propio esposo.
20 Montada en un asno, Abigaíl bajaba por la ladera del monte cuando vio que David y
sus hombres venían en dirección opuesta, de manera que se encontraron. (A nosotros
quizá se nos hace esto sin importancia, pero de acuerdo a como eran las costumbre de la
época un mujer no podía inmiscuirse en asuntos como estos. Estaba ella exponiendo su
vida y se estaba exponiendo al desagrado y la desaprobación de su esposo en harás de
salvarlo, Esta mujer si que estaba comprometida con aquel hombre, aún y como era. ) 21
David recién había comentado: De balde estuve protegiendo en el desierto las
propiedades de ese tipo, para que no perdiera nada. Ahora resulta que me paga mal por
el bien que le hice. 22 ¡Que Dios me castigue sin piedad si antes del amanecer no acabo
con todos sus hombres!
Si, el había cuidado de la gente de Nabal, lo menos que esperaba era la reciprocidad de
su parte, pero ahora David estaba realmente indignado, la ira y el enojo habían cegado
su buen juicio, ya no estaba esperando en la justicia de Dios, ahora, estaba por ejercer
su propia justicia.
Cuando la ira y el enojo se apoderan de nuestra vida, el juicio se nubla, queremos que se
aplique nuestra justicia, y no la de Dios, queremos venganza y no justicia. No queremos
saber quien nos lo hizo, sino quien nos lo pague. Pero de esa forma no opera la justicia
de Dios. Incluso esto se refleja en nuestra forma de orar.
23 Cuando Abigaíl vio a David, se bajó rápidamente del asno y se inclinó ante él,
postrándose rostro en tierra. 24 Se arrojó a sus pies y dijo: —Señor mío, yo tengo la
culpa. Deje que esta sierva suya le hable; le ruego que me escuche. 25 No haga usted
caso de ese grosero de Nabal, pues le hace honor a su nombre, que significa “necio”. La
necedad lo acompaña por todas partes. Yo, por mi parte, no vi a los mensajeros que
usted, mi señor, envió.
No cabe duda que esta mujer estaba llena de Dios y actuó con sabiduría.
Ella no llego buscando con arrogancia ante David, sino que llego con el mayor de los
respetos que los orientales de ese tiempo mostraban, se bajo rapidamente del asno, se
inclino ante David y puso el rostro en tierra (eso quiere decir literalmente eso, su cara
estaba en el suelo).
El que habla sin pensar hiere como un cuchillo, pero el que habla sabiamente sabe
sanar la herida.
Muchas veces el enojo nos hace faltarnos al respeto con el esposo, con los hijos y eso en
vez de unir a la familia la lleva a separarse. Esto habla de una mujer poco sabía.
2) Tomo una culpa sobre si por algo que ella misma no había hecho.
Pues ella asumió la culpa de su esposo. No fue acaso lo que Jesús mismo hizo por
nosotros delante del Padre. No acaso el tomo nuestro pecado y lo cargo en la cruz.
A veces pensamos, ¿Porque voy a asumir la culpa de algo que no hice yo?, ¿Porque voy a
dejar pasar esto que me ofendió tanto? Esto no se puede quedar así, mi nombre y mi
honor esta en juego.
Tengan la misma manera de pensar que tuvo Jesucristo: Aunque Cristo siempre fue
igual a Dios, no insistió en esa igualdad. Al contrario, renunció a esa igualdad, y se hizo
igual a nosotros, haciéndose esclavo de todos. Como hombre, se humilló a sí mismo y
obedeció a Dios hasta la muerte: ¡murió clavado en una cruz!
3) A pesar de como era Nabal, ella intercedió ante David para salvarle la vida.
Pudiendo derramar su corazón por toda una vida de sufrimiento a lado de ese mal
hombre, Abigaíl intercedió ante David por la vida de su esposo.
No lo excuso, no dijo hay no se fijo lo que hizo, no se dio cuenta, no ella sabía como era
su esposo, un hombre necio, que no era de hoy sino de siempre que el había actuado
asi, pero ella era su esposa, estaba comprometida a cumplir sus votos delante de Dios
con ese hombre hasta que la muerte los separara, lo que menos quería era que David lo
matará.
Le dijo a David “Mira, el siempre a sido a si, no solo contigo, lo hace siempre, pero por
favor no lo tomes en cuenta”. Esa mujer esta cumpliendo con el mandamiento de Jesús
de “amar a su prójimo como a si mismo” Ella estaba amando a Nabal con una amor que
todo lo sufre, todo lo espera, todo lo soporta.
Por supuesto que no, pero Abigaíl era una mujer fiel a Dios, su gozo no estaba en su
esposo, no en las circunstancias, estaba en su Padre Dios.
Nosotros, tampoco merecíamos el amor con el cual Dios nos amo, y el no sigue amando
aún a pesar que a veces le damos la espalda, a pesar de nuestra infidelidad, el no nos ha
abandonado.
Es con ese amor que hemos recibido de Dios, que debemos amar a los demás, es que a
veces no lo merecen, muy seguramente, pero si el amor de Dios habita en nuestros
corazones, es nuestro deber mostrarlo a los demás, aún y cuando son intratables.
26 »Pero ahora el SEÑOR le ha impedido a usted derramar sangre y hacerse justicia con
sus propias manos. ¡Tan cierto como que el SEÑOR y usted viven! (En su palabra Dios
apareció en primer lugar (de la abundancia del corazón habla la boca), no yo, fíjese que
ella nunca se adjudico ningún crédito) Por eso, pido que a sus enemigos, y a todos los
que quieran hacerle daño, les pase lo mismo que a Nabal. (Que sea Dios el que haga la
justicia, esa debe ser siempre nuestra petición de oración, que se haga su justicia no la
nuestra) 27 Acepte usted este regalo que su servidora le ha traído, y repártalo entre los
criados que lo acompañan.(Sus palabras estaban llenas de humildad, ) 28 Yo le ruego
que perdone el atrevimiento de esta servidora suya. Ciertamente, el SEÑOR le dará a
usted una dinastía que se mantendrá firme, y nunca nadie podrá hacerle a usted ningún
daño, pues usted pelea las batallas del SEÑOR. 29 Aun si alguien lo persigue con la
intención de matarlo, su vida estará protegida por el SEÑOR su Dios, mientras que sus
enemigos serán lanzados a la destrucción. 30 Así que, cuando el SEÑOR le haya hecho
todo el bien que le ha prometido, y lo haya establecido como jefe de Israel, 31 no tendrá
usted que sufrir la pena y el remordimiento de haberse vengado por sí mismo, ni de haber
derramado sangre inocente. Acuérdese usted de esta servidora suya cuando el SEÑOR le
haya dado prosperidad.
Esta mujer conocía lo que Dios iba a hacer con David, tenía una visión espiritual clara.
Creía que Dios haría algo por su pueblo cuando David llegara al trono. Por eso para ella
era muy importante que David no se manchara las manos innecesariamente.
David estaba airado, pero Abigail no, ella fue disciplinada en su hablar, en lugar de
reclamar suplico, en lugar de gritar, su dulce voz salida de sus labios calmo el ardiente
corazón de David.
Tal como cuando David tocaba para Saúl y el espíritu salía de el, asi la dulce melodía
que salio de los labios de Abigail apago el furor en el corazón de David.
32 David le dijo entonces a Abigaíl: —¡Bendito sea el SEÑOR, Dios de Israel, que te ha
enviado hoy a mi encuentro! 33 ¡Y bendita seas tú por tu buen juicio, pues me has
impedido derramar sangre y vengarme con mis propias manos! 34 El SEÑOR, Dios de
Israel, me ha impedido hacerte mal; pero te digo que si no te hubieras dado prisa en
venir a mi encuentro, para mañana no le habría quedado vivo a Nabal ni uno solo de sus
hombres. ¡Tan cierto como que el SEÑOR vive! 35 Dicho esto, David aceptó lo que ella le
había traído. —Vuelve tranquila a tu casa—añadió—. Como puedes ver, te he hecho caso:
te concedo lo que me has pedido.
Nosotros nunca podremos medir el efecto que nuestras palabras provocaran en los
demás y tampoco las acciones que estás desencadenarán.
Su conversación debe ser siempre agradable y de buen gusto, y deben saber también
cómo contestar a cada uno.
Una palabra bien dicha en el momento oportuno, puede ser de bendición en la vida de
los nuestros.
36 Cuando Abigaíl llegó a la casa, Nabal estaba dando un regio banquete. Se encontraba
alegre y muy borracho, así que ella no le dijo nada hasta el día siguiente. 37 Por la
mañana, cuando a Nabal ya se le había pasado la borrachera, su esposa le contó lo
sucedido. Al oírlo, Nabal sufrió un ataque al corazón y quedó paralizado. 38 Unos diez días
después, el SEÑOR hirió a Nabal, y así murió.
Esta mujer nos muestra el verdadero compromiso, a pesar de como era su marido, ella
permaneció fiel con el. No por lo que Nabal era, sino porque ella estaba guardando el
pacto que había hecho con Dios.
Para no enviarle un disgusto a Nabal, ella espero hasta la mañana cuando estuviera
sobrio para contarle lo que Dios había hecho por ellos. Pero Nabal en lugar de ser
agradecido, seguramente se lleno de ira, y por ello le dio un ataque al corazón.
10 Día después Dios tomo la vida de Nabal y libro a esta noble mujer de aquella vida de
sufrimiento.
39 Cuando David se enteró de que Nabal había muerto, exclamó: «¡Bendito sea el SEÑOR,
que me ha hecho justicia por la afrenta que recibí de Nabal! El SEÑOR libró a este siervo
suyo de hacer mal, pero hizo recaer sobre Nabal su propia maldad.» Entonces David
envió un mensaje a Abigaíl, proponiéndole matrimonio.(David vio en esta mujer una
gran consejera, una gran compañera, pero sobre todo una mujer temerosa de Dios) 40
Cuando los criados llegaron a Carmel, hablaron con Abigaíl y le dijeron: —David nos ha
enviado para pedirle a usted que se case con él.41 Ella se inclinó, y postrándose rostro
en tierra dijo: —Soy la sierva de David, y estoy para servirle. Incluso estoy dispuesta a
lavarles los pies a sus criados. 42 Sin perder tiempo, Abigaíl se dispuso a partir. Se
montó en un asno y, acompañada de cinco criadas, se fue con los mensajeros de David.
Después se casó con él.
Dios la honró a esta mujer, ella se caso con un hombre temeroso de Dios. Aún a pesar de
los años de sufrimiento al lado de Nabal, Dios recompenso su prudencia, sabiduría,
valentía.
Años más tarde tuvo un hijo con David el cual su nombre es Queliab (2 S 3:3) o Daniel (1
Cr 3.1). Su nombre significa Dios es mi juez.
Ella nunca espero en su propia Justicia, sabía que Dios era su Juez, el era su gozo,
durante años ella honro a Dios con su conducta, con su sensatez para actuar y con su
sabiduría para hacer frente a las crisis.