Texto Domingo 3

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TEXTO 2 DE CRONICAS 7;11

TITULO: PROMESA Y COMPROMISO CAMINO CRISTIANO

Cita Bíblica: 2 Crónicas 7,11

Cuando Salomón terminó el templo del


Señor y el palacio real, llevando a feliz
término todo lo que se había propuesto
hacer en ellos, el Señor se le apareció
una noche y le dijo: «He escuchado tu
oración, y he escogido este templo para
que en él se me ofrezcan sacrificios.
Cuando yo cierre los cielos para que no
llueva, o le ordene a la langosta que devore
la tierra, o envíe pestes sobre mi pueblo, si
mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla
y ora, y me busca y abandona su mala
conducta, yo lo escucharé desde el cielo,
perdonaré su pecado y restauraré su tierra.
Mantendré abiertos mis ojos, y atentos mis
oídos a las oraciones que se eleven en este
lugar. Desde ahora y para siempre escojo
y consagro este templo para habitar en él.
Mis ojos y mi corazón siempre estarán allí.
»En cuanto a ti, si me sigues como lo hizo
tu padre David, y me obedeces en todo lo
que yo te ordene y cumples mis decretos y
leyes, yo afirmaré tu trono real, como
pacté con tu padre David cuando le dije:
“Nunca te faltará un descendiente en el
trono de Israel.” »Pero si ustedes me
abandonan, y desobedecen los decretos y
mandamientos que les he dado, y se
apartan de mí para servir y adorar a otros
dioses, los desarraigaré de la tierra que les
he dado y repudiaré este templo que he
consagrado en mi honor. Entonces los
convertiré en el hazmerreír de todos los
pueblos. Y aunque ahora este templo es
imponente, llegará el día en que todo el
que pase frente a él quedará asombrado y
preguntará: “¿Por qué el Señor ha tratado
así a este país y a este templo?” Y le
responderán: “Porque abandonaron al
Señor , Dios de sus antepasados, que los
sacó de Egipto, y se echaron en los brazos
de otros dioses, a los cuales adoraron y
sirvieron. Por eso el Señor ha dejado que
les sobrevenga tanto desastre.” »

Hay una tensión que debe de existir en la


vida del creyente entre dos palabras que
deben de formar el caminar cristiano.
La Promesa

Una es la promesa, y es que no caminamos


tras garantías humanas sino bajo lo que
Dios ha dicho de y para nosotros; por esta
razón somos hombres o mujeres de fe ya
que vamos tras lo que Dios nos ha dado en
promesa.

Hay una corriente que nos anima a caminar


tras certezas humanas y sin embargo esa
no es la esencia de un creyente.

Sabe por qué:

Solo empezara empezará a ser creyente


cuando este caminando tras una promesa;
está promesa es la garantía futura de que
hay una realidad divina que nos alcanzará.

Promesa es:

La palabra divina que propone que aunque


en este momento esté en una condición
totalmente adversa y desprovista de todo
lo que quisiera tener Dios nos dice «yo haré
esto…»
El problema es que nuestra realidad
presente parece ir contraria a esa promesa,
pero en esta hora yo quiero que
aprendamos que solo una vida guiada por
la promesa nos garantiza el futuro.

Y es que por más que hayan cosas


firmadas o promesas de humanos eso no
garantiza nada.

El compromiso
Dios no solamente nos propone promesas
sino ciertos requerimientos que nos abrirán
las puertas a esas promesas.

Entonces, como es que una persona logra


vivir bajo promesas; la Palabra no guía en
esto.

2 Crónicas 7,17

»En cuanto a ti, si me sigues como lo hizo


tu padre David, y me obedeces en todo lo
que yo te ordene y cumples mis decretos y
leyes, yo afirmaré tu trono real, como
pacté con tu padre David cuando le dije:
“Nunca te faltará un descendiente en el
trono de Israel.”
Es a partir de la experiencia de David como
modelo de promesa y compromiso.

Salomón ha avanzado en la obra de Dios,


ahora va a hacer una casa para Dios y
entonces él se le acerca y le da una
promesa.

7,12-16

El Señor se le apareció una noche y le


dijo: «He escuchado tu oración, y he
escogido este templo para que en él se me
ofrezcan sacrificios.

Cuando yo cierre los cielos para que no


llueva, o le ordene a la langosta que devore
la tierra, o envíe pestes sobre mi pueblo, si
mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla
y ora, y me busca y abandona su mala
conducta, yo lo escucharé desde el cielo,
perdonaré su pecado y restauraré su tierra.
Mantendré abiertos mis ojos, y atentos
mis oídos a las oraciones que se eleven en
este lugar.

Desde ahora y para siempre escojo y


consagro este templo para habitar en él.

Mis ojos y mi corazón siempre estarán allí.

Dios le promete que nunca se va a apartar


de este templo.

Pero ¿qué significa que Dios da su


promesa?

David se presentará como el modelo de


vida que se acerca a las promesas.

Y es que hemos visto algunas veces este


proceso en la vida de David, pero siempre
me encanta ver como David desde una
condición tan baja logra llegar a la promesa
de Dios.

Este que ni siquiera era considerado


alguien para el reinado, pero desde allí
empieza una caminata marcada por la
promesa de Dios, por eso, él es el modelo
de como debemos de afrentar esta vida
que nos propone otras opciones lejos de las
promesas de Dios.

De manera paralela aparece siempre en 1


Samuel alguien que desde arriba va en
descenso, este lo tenía todo pero lo pierde
porque toma decisiones bajo su propia
comodidad.

Si Saúl está arriba pero va hacia abajo,


David esta abajo pero va hacia arriba pero
hay una gran diferencia: «Saúl toma
decisiones desde su experiencia o
inteligencia y David va dirigido por la
promesa que Dios le ha dado»

1 Samuel 9 Y 1 Samuel 16 hablan de dos


ungimientos, por eso Saúl no puede decir
que el Dios que llama a David no es el
mismo que lo llamó a él.

Es más es el mismo profeta, por eso Saúl


no va a fallar porque haya sido otro Dios o
haya sido otro profeta, aún era la mismo
llamado pero uno aprendió a vivir bajo lo
que Dios quería y el otro se fue bajo sus
propios pensamientos.
Al final David estará gozando de la victoria
que Dios le dio y Saúl terminó en lo más
bajo perdiendo todo.

Si Salomón quiere que las promesas


divinas marquen su vida debe de saberse
guiar por las promesas.

¿Qué significa, entonces, llevar una vida


bajo promesa? Los cálculos humanos no
bastan, de nada sirven las capacidad que
tengamos.

Es como Saúl que tenía todo con él pero lo


va perdiendo hasta terminar en la nada, en
cambio a David no le cree ni sus hermanos
ni su padre, hasta le toca huir pero alcanza
todo. Es que es tan difícil llegar al camino
de la promesa, porque aún cuando
alcancemos la bendición de Dios no
debemos de perder la perspectiva para no
quedar fuera de las cosas más gloriosas de
Dios.

1 Samuel 10,20

Dicho esto, Samuel hizo que se acercaran


todas las tribus de Israel y, al echar la
suerte, fue escogida la tribu de Benjamín.
Luego mandó que se acercara la tribu de
Benjamín, familia por familia, y la suerte
cayó sobre la familia de Matri, y finalmente
sobre Saúl hijo de Quis. Entonces fueron a
buscar a Saúl, pero no lo encontraron, de
modo que volvieron a consultar al Señor :
—¿Ha venido aquí ese hombre? —Sí —
respondió el Señor —, pero se ha
escondido entre el equipaje. Fueron
corriendo y lo sacaron de allí. Y cuando
Saúl se puso en medio de la gente, vieron
que era tan alto que nadie le llegaba al
hombro. Dijo entonces Samuel a todo el
pueblo: —¡Miren al hombre que el Señor
ha escogido! ¡No hay nadie como él en
todo el pueblo! —¡Viva el rey! —
exclamaron todos. A continuación,
Samuel le explicó al pueblo las leyes del
reino y las escribió en un libro que depositó
ante el Señor . Luego mandó que todos
regresaran a sus casas. También Saúl se
fue a su casa en Guibeá, acompañado por
un grupo de hombres leales, a quienes el
Señor les había movido el corazón. Pero
algunos insolentes protestaron: «¿Y éste es
el que nos va a salvar?» Y fue tanto su
desprecio por Saúl, que ni le ofrecieron
regalos. Saúl, por su parte, no les hizo
caso.
Así empieza el camino de Saúl, con dones,
capacidades especiales y muchas ventajas
tal es que se expresa de él: «No hay otro
como él» pero en el capítulo 11 empieza
una batalla de Dios:

Cuando Saúl escuchó la noticia, el Espíritu


de Dios vino sobre él con poder.
Enfurecido, agarró dos bueyes y los
descuartizó, y con los mensajeros envió los
pedazos por todo el territorio de Israel, con
esta advertencia: «Así se hará con los
bueyes de todo el que no salga para unirse
a Saúl y Samuel.» El temor del Señor se
apoderó del pueblo, y todos ellos, como un
solo hombre, salieron a la guerra. Al día
siguiente, antes del amanecer, Saúl
organizó a los soldados en tres columnas.
Invadieron el campamento de los amonitas,
e hicieron una masacre entre ellos hasta la
hora más calurosa del día. Los que
sobrevivieron fueron dispersados, así que
no quedaron dos hombres juntos. El
pueblo le dijo entonces a Samuel: —
¿Quiénes son los que no querían que Saúl
reinara sobre nosotros? Entréguenlos, que
vamos a matarlos. Todos se fueron a
Guilgal, y allí, ante el Señor , confirmaron a
Saúl como rey. También allí, ante el
Señor , ofrecieron sacrificios de comunión,
y Saúl y todos los israelitas celebraron la
ocasión con gran alegría.
Fue un gran arranque el de Saúl , por eso
no podemos decir que Dios acompañó de
diferente manera a David pero ambos
empezaron su ungimiento con una gran
victoria: (Saúl en la batalla y David con
Goliat) Dios le dijo que Saúl iba a ser el que
librara a Israel de todos los enemigos pero
en el capítulo 13 comienza el descenso de
Saúl:

Saúl tenía treinta años cuando comenzó a


reinar sobre Israel, y su reinado duró
cuarenta y dos años. De entre los
israelitas, Saúl escogió tres mil soldados;
dos mil estaban con él en Micmás y en los
montes de Betel, y mil estaban con Jonatán
en Guibeá de Benjamín. Al resto del
ejército Saúl lo mandó a sus hogares.
Todo Israel se enteró de esta noticia: «Saúl
ha atacado la guarnición filistea, así que los
israelitas se han hecho odiosos a los
filisteos.» Por tanto el pueblo se puso a las
órdenes de Saúl en Guilgal. Los filisteos
también se juntaron para hacerle la guerra
a Israel. Contaban con tres mil carros, seis
mil jinetes, y un ejército tan numeroso
como la arena a la orilla del mar.
Avanzaron hacia Micmás, al este de Bet
Avén, y allí acamparon. Los israelitas se
dieron cuenta de que estaban en aprietos,
pues todo el ejército se veía amenazado.
Por eso tuvieron que esconderse en las
cuevas, en los matorrales, entre las rocas,
en las zanjas y en los pozos.
Los aprietos son las cosas que hacen que
nos vayamos alejando de las promesas y
nos entregamos a los brazos humanos, es
allí donde decidimos tomar el camino
equivocado.

Por eso debemos de poner atención a los


momentos más apretados de nuestra vida
porque puede ser que allí nos hayamos
alejado de lo que Dios nos dijo.
Y no creamos que los hombres de la biblia
no vivieron los días de prueba, tampoco
creamos que los líderes o pastores de la
iglesia no sufren días de aprieto.

Es allí donde en contacto con la lucha


muchos prefieren desligarse de la promesa
porque la consideran tan lejana y tan
incapaz de sacarme del problema que
estamos viviendo.

Algunos hebreos incluso cruzaron el Jordán


para huir al territorio de Gad, en Galaad

Saúl se había quedado en Guilgal, y todo el


ejército que lo acompañaba temblaba de
miedo.

Allí estuvo esperando siete días, según el


plazo indicado por Samuel, pero éste no
llegaba. Como los soldados comenzaban a
desbandarse,

¿Qué hacemos en medio de la amenaza?


muchos huyen pero es necesario esperar.

El problema de la promesa es que cuando


el tiempo avanza y la gente nos abandona
y para acabar la promesa no llega entonces
es allí donde se marcará la vida y
pongamos atención porque será en este
momento en donde empezaremos a
caminar o bajo promesa o bajo nuestras
habilidades.

El momento en que todo se está


desmoronando es terrible y las decisiones
que tomemos en este momento son las que
determinarán si aprendemos a vivir bajo
promesa.

1 Samuel 13,9

Saúl ordenó: «Tráiganme el holocausto y


los sacrificios de comunión»; y él mismo
ofreció el holocausto. En el momento en
que Saúl terminaba de celebrar el
sacrificio, llegó Samuel. Saúl salió a
recibirlo, y lo saludó. Pero Samuel le
reclamó: —¿Qué has hecho? Y Saúl le
respondió: —Pues como vi que la gente se
desbandaba, que tú no llegabas en el plazo
indicado, y que los filisteos se habían
juntado en Micmás,
Las tres realidades que nos alejan de la
promesa son:

 La gente abandona, en otras palabras me


estoy quedando solo.

 Esta sensación de perderlo todo y que


nos quedamos solos
 La promesa parece no llegar. Muchos se
han ido a esconder y tu no llegas.
¿Cuántos no hemos tomado una decisión
equivocada porque sentimos que Dios no
llega con su ayuda?
 Los filisteos se han juntado.

 Es cuando sentimos que todos los


enemigos se levantan en contra de todas
las buenas cosas que tenemos.
¿Cómo reaccionamos ante estas
problematicas? este es el momento más
díficil en la vida de un hombre o mujer que
camina bajo promesas porque determinará
todo su rumbo hacia su promesa.

1 Samuel 13,12

pensé: “Los filisteos ya están por atacarme


en Guilgal, y ni siquiera he implorado la
ayuda del Señor .” Por eso me atreví a
ofrecer el holocausto. —¡Eres un necio! —
le replicó Samuel—.

No has cumplido el mandato que te dio el


Señor tu Dios.

El Señor habría establecido tu reino sobre


Israel para siempre, pero ahora te digo
que tu reino no permanecerá.

El Señor ya está buscando un hombre


más de su agrado, pues tú no has cumplido
su mandato.

Samuel quiso resolver con sus propias


ideas lo que se le venía.

es que no es fácil esperar en la promesa


pero hagamoslo aunque parezca que tarde
porque llegará.

vivir bajo promesa es estar en la hora más


dura pero decirle a DIOS que esperaremos.
Saúl no necesitaba de sus hombres, él solo
necesitaba de DIOS y es que aunque
hubiese decidido estar solo y enfrentarse
solo ante los filisteos la victoria hubiera
llegado.

Tenía que esperar al profeta porque no es


él quien se encarga de hacer los sacrificios,
por eso esperar a samuel era esperar la
palabra de DIOS.

No es fácil esperar siete días porque no es


cosa de tiempo sino de presiones.

Quizá el primer día todos esten


emocionados peleando pero los dias y la
presión aumenta y muchos se van
apartando en lo mismo cae Saúl,
desesperado por lo que se veía y así
desobedece a Dios.

1 Samuel 13 y 14

Hay una victoria de Israel sobre los filisteos


pero en las manos de Jonatán.

1 Samuel 14,47
Después de consolidar su reinado sobre
Israel, Saúl luchó contra todos los
enemigos que lo rodeaban, incluso contra
los moabitas, los amonitas, los edomitas,
los reyes de Sobá y los filisteos; y a todos
los vencía haciendo gala de valor. También
derrotó a los amalecitas y libró a Israel de
quienes lo saqueaban.
Después de esto en el capítulo 15 se envía
a Samuel en una misión para buscar al
nuevo rey que Dios va a levantar ya que la
desobediencia de Saúl era el colmo para
Dios.

Es que Saúl tenía el problema de no poder


seguir instrucciones, al no matar al rey de
los Amalecitas actúa desobedientemente
por segunda vez.

Así la gente que no aprende a seguir


instrucciones nunca será nada y si llega
rápido caerá porque a Dios no le agrada
esto.

1 Samuel 15,22
Samuel respondió: «¿Qué le agrada más al
Señor : que se le ofrezcan holocaustos y
sacrificios, o que se obedezca lo que él
dice? El obedecer vale más que el
sacrificio, y el prestar atención, más que la
grasa de carneros. La rebeldía es tan
grave como la adivinación, y la arrogancia,
como el pecado de la idolatría. Y como tú
has rechazado la palabra del Señor , él te
ha rechazado como rey.»

Saúl termina rompiendo su posibilidad de


redención porque no es capaz de reconocer
sus faltas, lo que dice en Crónicas: «Si se
humillase mi pueblo…» Pero en ningún
momento Saúl es capaz de reconocer su
pecado y aún cuando admite su pecado no
refleja una sinceridad de corazón…
Samuel respondió: «¿Qué le agrada más al
Señor : que se le ofrezcan holocaustos y
sacrificios, o que se obedezca lo que él
dice? El obedecer vale más que el
sacrificio, y el prestar atención, más que la
grasa de carneros. La rebeldía es tan
grave como la adivinación, y la arrogancia,
como el pecado de la idolatría. Y como tú
has rechazado la palabra del Señor , él te
ha rechazado como rey.»
El versículo 30 demuestra el verdadero
corazón de Saúl.

Este no quería que Dios lo levantará sino


que la gente lo siguiera reconociendo.

Cuando nosotros buscamos el


reconocimiento de los hombres y no el de
Dios entonces hemos perdido los objetivos.

Aprendamos que a David siempre le


interesó que fuera Dios quien lo levantará,
este era de fidelidad a su Señor.

No es Dios el problema sino nuestro


corazón, en este hay orgullo que nos lleva
a la rebeldía y esta a la desobediencia y
por fin terminamos perdiendo todo lo que
Dios tenía preparado para nosotros.

En este pasaje se puede ver como


entonces un hombre que tenía todo
termina perdiéndolo por no saber
humillarse delante de Dios.
y otro que se humillo y fue levantado. Por
eso dice la biblia que Dios mira de lejos al
orgulloso y de cerca al humilde.

Para alcanzar las promesas debemos


pasar por los valles y los momentos en que
debe ser quebrado nuestro orgullo, y
cuando sintamos que nuestro orgullo
quiere salir a flote entonces debemos de
acudir a humillarnos delante de Dios.

David no paso de la promesa al trono sino


que tuvo que humillarse delante de
muchos, tuvo que pedir pan, hacerse el
loco, ir a la ciudad enemiga a refugiarse,
pero iba camino al trono.

Nos cuesta ir en este camino porque aquí


se demuestra quienes somos y si estamos
dispuestos en humillarnos.

Jesús antes de ser levantado por su padre


tuvo que pasar por mucho, pudo haber
llamado hasta a los ángeles en ayuda pero
no lo hizo porque Dios levantará siempre a
los que se humillan.

2 Crónicas 7,13
si mi pueblo, que lleva mi nombre, se
humilla y ora, y me busca y abandona su
mala conducta, yo lo escucharé desde el
cielo, perdonaré su pecado y restauraré su
tierra.
Muchas veces nuestro sufrimiento no viene
por la grandeza de la herida sino por la
grandeza del orgullo.

Saúl nunca fue capaz de reconocer su


error, en cambio, un día David se equivocó
y llego Natan a reclamarle su pecado pero
él se humilló delante de Dios y fue
perdonado.

Muchos están sufriendo en estos


momentos pero no logran humillarse
delante de Dios para reconocer su pecado,
solo son Saules que terminarán perdiéndolo
todo, por eso, en la hora de la prueba hay
que buscar al Señor, poner la cara delante
de Dios y postrarse ante él.

¿Cuándo nos hemos postrado delante de


Dios? y no siquiera arrodillados sino
postrados con el rostro en el suelo.
Porque quien se humille será exaltado pero
quien se alce será humillado.

Muchos nunca quieren perder, creen que


pueden salir adelante sin humillarse.

Este día quizá podamos sentir que el


enemigo se ha levantado en contra de
nosotros y Dios ha dado su promesa pero
debemos de aprender que Dios quiere que
nos humillemos para poder comprender el
camino de promesa nos ayudará.

Amén.

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