Discurso de Ronald Reagan en Berlín Occidental
Discurso de Ronald Reagan en Berlín Occidental
Discurso de Ronald Reagan en Berlín Occidental
Detrás de mí se alza un muro que rodea los sectores libres de esta ciudad, parte
de un vasto sistema de barreras que divide todo el continente europeo. Desde el
Báltico sur, estas barreras dividen Alemania con una herida de alambre de espino,
hormigón, patrullas con perros y torres de vigilancia. Más al sur, puede que no
haya ningún muro visible ni obvio. Pero sigue habiendo igualmente guardias
armados y puestos de control, sigue habiendo una restricción al derecho a viajar,
sigue siendo un instrumento para imponer sobre los hombres y mujeres comunes
la voluntad de un Estado totalitario.
Sin embargo, es aquí en Berlín donde el muro emerge con mayor claridad; aquí,
dividiendo su ciudad, donde las fotografías de las noticias y las imágenes de
televisión han dejado en la mente del mundo la impronta brutal de un continente
dividido.
Donde hace cuatro décadas había escombros, existe hoy en Berlín Occidental la
mayor producción industrial de cualquier ciudad de Alemania; ajetreados edificios
de oficinas, casas y apartamentos hermosos, orgullosas avenidas y las
extensiones de césped de los parques. Donde parecía que se había destruido la
cultura de una ciudad, existen hoy dos grandes universidades, orquestas y una
ópera, incontables teatros y museos. Donde había necesidad, hoy hay abundancia
de alimentos, ropa, automóviles y los maravillosos productos de la Ku’damm. De la
devastación, de la ruina absoluta, Uds. los berlineses han reconstruido, en libertad,
una ciudad que una vez más se cuenta entre las más grandes de la Tierra. Puede
que los soviéticos tuvieran otros planes. Pero amigos míos, hay unas cuantas
cosas con las que los soviéticos no contaban: Berliner Herz, Berliner Humor, ja,
und Berliner Schnauze. [El corazón berlinés, el humor berlinés y, sí, la jerga
berlinesa].
En los años 50…en los años 50 Kruschev predijo: “Los enterraremos [a Uds.]”.
Hay una señal que los soviéticos pueden hacer que sería inequívoca, que
promovería de manera espectacular la causa de la libertad y la paz.
(…)