Una Economía de Paz Basada en La Reparación

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UNA ECONOMÍA DE PAZ BASADA EN LA

REPARACIÓN

AN ECONOMY OF PEACE BASED ON REPARATIONS

Wilman Yornel Robles González *


Daniel Felipe Sánchez Pulgarín **

Fecha de entrega: 02 de diciembre de 2020


Fecha de aceptación: 22 enero de 2021

Resumen

Este artículo presenta las dificultades que Colombia experi-


menta en el periodo denominado postconflicto, demostrando
* Filósofo de la Universidad
Nacional de Colombia y An-
que, en lo que sería una transición hacia la paz, persisten las
tropólogo de la Universidad dinámicas del conflicto y la violencia. Además, examina las
de Antioquia-Colombia. Ac-
tualmente se desempeña
estructuras económicas subyacentes al conflicto armado y
como profesional social en resalta los problemas que han enfrentado los procesos de re-
la Organización de los Pue- paración. Finalmente, el artículo propone algunos lineamien-
blos Indígenas de la Ama-
zonía Colombiana – opiac. tos para diseñar estrategias económicas que permitan reparar
Correo electrónico: wyro- integralmente a las víctimas y concluye mostrando que, más
blesg@unal.edu.co
** Antropólogo de la Uni- que un modelo económico “sostenible”, es necesario optar
versidad de Antioquia-Co- por un modelo económico “reparador” que subsane los daños
lombia. Actualmente es
profesional social en la Or-
ocasionados a las víctimas individuales, colectivas y ambien-
ganización de los Pueblos tales.
Indígenas de la Amazonía
Colombiana – opiac y rea-
liza la maestría en Inter- Palabras clave: Víctimas, postconflicto, economía, paz, re-
vención Social con énfasis paración.
en Posconflicto y Paz de
la Universidad de Antio-
quia-Colombia. Correo elec-
trónico: danielf.sanchez@
udea.edu.co

MIRADA ANTROPOLÓGICA • Año 16, No. 20, 2021, pp. 85-110 85


Una economía de paz basada... Robles González Wilman Y., Sánchez Pulgarín Daniel F.

Abstract cai, considerando que en este año se dio


una transición de un tipo de violencia
This article presents the difficulties Co- bipartidista, protagonizada por el par-
lombia is experiencing in the so-called tido Liberal y el partido Conservador,
post-conflict period and demonstrates hacia una violencia de corte insurgente,
that, in what was to be a transition to protagonizada por los grupos armados
peace, the dynamics of conflict and vio- al margen de la ley, donde, paulatina-
lence persist. It examines the economic mente, las Fuerzas Armadas Revolucio-
structures underlying the armed conflict narias de Colombia, Ejercito del Pueblo
and highlights problems that have ham- (farc-ep), adquirieron el papel princi-
pered the securing of reparations for pal. De la misma manera, se consideró
the victims. Finally, the article propo- el 2016 como el punto final del periodo
ses guidelines for economic strategies a esclarecer puesto que en este año el
designed to provide full reparations to Estado colombiano y la guerrilla de las
the victims and concludes that, more farc-ep firmaron el Acuerdo final para
than a "sustainable" economic model, it la Terminación del Conflicto y la Cons-
is necessary to strive for a "restorative" trucción de una Paz Estable y Duradera
model with reparations covering dama- (en adelante Acuerdo Final o Acuerdo
ges to individuals, communities, and the de Paz).
environment. Sin embargo, tanto el punto de par-
tida, como el punto de cierre tienen sus
Keywords: Victims, Post-conflict, Eco- salvedades. En el caso de 1958, muchos
nomy, Peace, Reparation. sectores, dentro de los que se encuen-
tran los pueblos indígenas, han mani-
festado que las dinámicas que se pre-
Hablar de post acuerdo no significa sentaban mucho antes de este momento
hablar de postconflicto tuvieron implicaciones directas en sus
condiciones de vida y en los hechos que
La Comisión para el Esclarecimiento de se desarrollaron posteriormente. En este
la Verdad la Convivencia y la no Repe- caso, las discriminaciones históricas,
tición (en adelante Comisión de la ver- las distintas bonanzas que han llegado a
dad) estableció que el periodo de tiem- las comunidades, fomentando el interés
po objeto de análisis y esclarecimiento económico por los territorios indígenas,
de las causas y dinámicas del conflicto afros y campesinos y la disminución de
armado interno colombiano (cai) abar- la población a causa de esas mismas bo-
caría los hechos ocurridos entre el año nanzas sumergieron a la población indí-
1958 y el año 2016 (Comisión de la gena y a la rural en general a una situa-
verdad, 2019). Se definió que 1958 se- ción de vulnerabilidad que, además, fue
ría el punto de partida del análisis del aprovechada por los grupos armados;

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dinámicas que también deben ser objeto lencia "anormales" típicas de los perío-
de análisis. dos de guerra.1 Esta es una situación por
Un hecho similar ocurre con el 2016. considerar en la formulación de estrate-
Aunque en este año se firmó el Acuerdo gias, cuyo objetivo sea la transición de
final y poco después tuvo lugar el proce- la guerra a la paz y la reparación integral
so de desmovilización y desarme de las de las víctimas.
farc-ep, es evidente que muchas diná-
micas conflictivas aún se mantienen en
el territorio colombiano. En efecto, en el Experiencias y desafíos en materia de
caso colombiano, no existe una frontera reparación
entre la violencia vivida en el periodo de
conflicto y la violencia experimentada Los sesenta años de conflicto interno,
después del acuerdo de paz. Diariamen- con distintos protagonistas que van des-
te se registran hechos que no deberían de el Estado (por acción y omisión),
ocurrir en un escenario de paz. Ame- hasta los grupos armados al margen de
nazas y asesinatos a líderes sociales, la ley y los terceros involucrados, nos
enfrentamientos entre grupos armados, han dejado con más de nueve millones
ejercicios de control territorial por par- de víctimas oficiales —una quinta parte
te de la fuerza pública, confinamiento de la población total del país— y con un
de poblaciones étnicas, desplazamiento escenario complejo para lograr materia-
forzado, dinámicas de violencia rela- lizar los acuerdos que se pactaron en el
cionadas con el narcotráfico, entre otros 2016 en la Habana (ruv).2
hechos, demuestran que el territorio co- En su momento, se afirmó que tan-
lombiano no se encuentra en un escena- to el Acuerdo de final, como el Sistema
rio de Postconflicto, solo en un escena- Integral de Verdad, Justicia, Reparación
rio de post acuerdo. Razón por la cual
el número de víctimas ha aumentado y
el proceso de reparación iniciado hace
1. En original, “whether “post-conflict” is a viable
más de diez años se ha convertido en un category in the Latin American context; and, se-
asunto interminable (El tiempo, 2020). cond, whether it is possible to make a clear diffe-
Estos hechos nos llevan a hacernos las rentiation between “normal” forms of violence typi-
cal of the “post-conflict” as opposed to “abnormal”
mismas preguntas que se han hecho au- forms of violence typical of war periods” (Rojas,
tores como Rojas (2008) en otros con- 2008).
textos de “Postconflicto”, a saber, si la 2. Cabe resaltar que esta cifra corresponde a
los registros oficiales del Registro Único de Vícti-
categoría de Postconflicto es válida en el mas. No obstante, el subregistro de víctimas es un
contexto latinoamericano y si es posible fenómeno que se presenta en Colombia debido
hacer una clara diferenciación entre las a que la mayoría de los hechos victimizantes se
presentan en zonas alejadas del país donde no
formas de violencia "normales" típicas
hay presencia institucional para llevar a cabo un
del "Postconflicto" y las formas de vio- registro adecuado.

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y No Repetición (sivjrnr), conforma- hacia el aumento de asesinato y despla-


do por la Jurisdicción Especial para la zamiento a líderes sociales después del
Paz (jep), La comisión de la Verdad y la acuerdo, la falta de avance en la repara-
Unidad de Búsqueda de Personas Dadas ción colectiva de las víctimas y la poca
por Desaparecidas (ubpd), guiarían su capacidad de las entidades nacionales y
accionar asumiendo la centralidad de las territoriales para asumir los procesos de
víctimas y su derecho a la reparación in- reparación en el marco del post acuerdo.
tegral (Acuerdo final, 2016). Este sumario de dificultades y desa-
La uariv y el snariv nacieron en fíos en materia de reparación de víctimas
2012 a partir de la promulgación de la implícitamente pone en evidencia dos
ley 1448 de 2011 y los decretos de ley hechos importantes: por un lado, los pro-
4633, 4634 y 4635 de 2011, por medio cesos de reparación se han desarrollado
de los cuales se dictaron medidas de de forma desarticulada, desconociendo
atención, asistencia y reparación inte- la importancia de integrar a la pobla-
gral a las víctimas del conflicto armado ción víctima a las dinámicas sociales,
interno y se tipificaron los lineamientos políticas y económicas de la población
especiales para desarrollar los procesos en general; por otro, se desconoce que,
de reparación de víctimas pertenecientes precisamente, el problema de la repara-
a la población étnica (indígena, afroco- ción y el conflicto interno responden a
lombiana y Rom). Estas instituciones, causas estructurales políticas y socioe-
para 2020, cuentan con más de ocho años conómicas que deben transformarse para
de experiencia en atención y reparación garantizar la finalización del conflicto y
a las víctimas del conflicto armado. Sin la no repetición. ¿En qué consisten estas
embargo, el balance no es positivo. causas estructurales?
La Comisión de Seguimiento y Mo-
nitoreo a la Implementación de la Ley
1448 de 2011 (y los decretos asociados) Continuidades estructurales del
ha presentado seis informes en los que conflicto armado
recoge las dificultades que se vienen pre-
sentando en materia de reparación indi- El sociólogo y matemático noruego Jo-
vidual y colectiva. En su último informe, han Galtung desarrolló reflexiones muy
además de relacionar estas dificultades, productivas relacionadas con distintos
presenta el balance del cumplimiento de procesos de violencia y de paz. Él distin-
las recomendaciones que ha emitido en gue entre violencia personal, violencia
informes anteriores conforme a una se- estructural y violencia cultural. Si bien
rie de ejes que apuntan a una reparación en la primera se puede identificar fácil-
integral. En el comunicado de prensa mente a la víctima y al victimario, en la
109 de 2019, la Contraloría General de segunda los victimarios no son precisa-
la República —cgr— dirige su atención mente actores específicos, sino estructu-

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ras sociales y condiciones de vida, que las verdaderas causas estructurales del
no solo producen más víctimas, sino que conflicto en Colombia; en tanto no se
mantienen las dinámicas del conflicto surta este análisis, considerando que los
en países como Colombia. Algo simi- grupos armados no son los únicos ni los
lar ocurre con la violencia cultural que, principales responsables de la situación,
según Galtung, se refiere a ideologías, no se lograrán transformaciones reales.
convicciones o sistemas de valores que Uno de los pocos intentos de exponer
sustentan y legitiman la violencia directa la necesidad de evaluar la responsabili-
o la estructural (Gugel, 2008). dad de sectores como el Estado y otros
Desde este punto de vista es posible impulsados por las políticas de este,
advertir que la victimización y el conflic- se presenta en el Decreto Ley 4633 de
to mismo no son fenómenos con una úni- 2011. En este documento se conceptuali-
ca causa o responsable. Al contrario, se zan una serie de daños que devienen no
trata de fenómenos que se mantienen en solo del accionar de los grupos armados,
territorios específicos porque persisten sino de lo que allí se denominó “factores
dinámicas estructurales que no se han subyacentes y vinculados”; dentro de los
superado y que no han sido reconocidas. que destacan el accionar de las empre-
En algunos casos, como el de los pueblos sas privadas en articulación con la per-
indígenas, el accionar de los grupos ar- misibilidad del Estado, la presencia de
mados en sus territorios, la acción y omi- la fuerza pública y la colaboración de
sión del Estado y la presencia de terceros algunas organizaciones criminales. No
que desarrollan actividades perjudiciales obstante, el hecho de considerar estos
para el ambiente y las comunidades, han fenómenos como “factores subyacen-
puesto a esta población en una situación tes y vinculados” continúa alivianando
caracterizada por el riesgo de extermi- la carga de los verdaderos responsables
nio físico y cultural (Corte Constitucio- y el impacto que tienen en la población
nal Auto 004 de 2009). Lo que significa vulnerable del país. En este sentido, es
que la victimización y la violencia en pertinente profundizar en las políticas
Colombia tiene un carácter multicausal públicas del Estado que han fomentado
que se manifiesta no solo en el nivel per- el desarrollo de ciertas actividades, como
sonal de forma directa sino también de la extracción de recursos que operan de
forma estructural. Sin embargo, hasta el la mano con el accionar de los grupos ar-
momento el análisis jurisprudencial que mados.
se ha hecho sobre el conflicto armado en Actividades legales auspiciadas por
Colombia ha centrado la atención en los el Estado en zonas y contextos carac-
grupos armados y ha expiado la culpa terizados por la presencia constante del
de muchos actores que no han asumido conflicto armado han devenido en una
la responsabilidad en su dimensión real. serie de impactos a la población, cuya
En otras palabras, no se ha socavado en magnitud excede a los daños ocasiona-

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dos por el accionar directo de los actores El desarrollo como premisa econó-
armados. Es necesario entender que las mica universal
políticas públicas y el modelo económi-
co de la nación tienen un alto impacto El bloque ideológico mencionado ante-
en las dinámicas que se presentan en las riormente ingresó a América Latina con
regiones marginadas; al punto de fomen- el discurso del Desarrollo, el cual traía
tar y mantener la presencia de los grupos implícito, como lo indica Escobar (1995)
armados que justifican y anclan sus acti- “la transformación total de las culturas y
vidades a esas mismas políticas, impo- formaciones sociales de tres continentes
sibilitando la transición de la guerra a la de acuerdo con los dictados de las nacio-
paz y la transformación de la situación nes del llamado Primer Mundo” (p.13).
de las víctimas. Esto fue posible gracias al estableci-
De ahí la necesidad de que en este miento de un régimen de representación
nuevo espacio que abre la firma del que permitiera asumir el subdesarrollo,
Acuerdo final, se piense la reparación como categoría problemática para Lati-
desde una perspectiva más amplia y es- noamérica, Asia y África, basada en la
tructural considerando no solo la nece- aceptación del atraso y en la conside-
sidad de reparar a las víctimas, sino de ración de poseer valores decadentes en
reflexionar y repensar las circunstancias relación con los países industrializados.
que contribuyeron a esa victimización y Pero como se puede observar, en los paí-
las dinámicas que continúan producién- ses latinoamericanos estas políticas de
dola. desarrollo, incluso setenta años después
Es decir, es indispensable, cuestionar de la importación de este sueño prome-
la posibilidad misma de hablar de repa- tedor, no trajeron consigo los frutos es-
ración si esta se limita a la superación de perados. Por el contrario, argumentamos
la condición de víctima de violencia per- aquí que socavaron los cimientos cultu-
sonal, excluyendo la condición de vícti- rales y económicos de estas sociedades,
ma de violencia estructural causada por convirtiéndose en núcleos principales de
el sistema económico, político y social los conflictos de las regiones del “Tercer
fundamentado en el concepto de desa- mundo”.
rrollo. Concepto que se materializa en la Para América Latina ha sido normal
vocación extractiva exacerbada del país, encontrar en las dinámicas históricas que
específicamente en los territorios habita- acontecieron después de la segunda mi-
dos por población étnica. Esta ideología tad del siglo xx el discurso del desarro-
de desarrollo y progreso ha servido para llo, habitualmente expuesto en políticas
legitimar la violencia estructural y, por económicas de transformación territo-
ende, puede identificarse con la tercera rial, difundidas por el Fondo Monetario
forma de violencia que propone Galtung, Internacional y el Banco Mundial. Uno
a saber, la violencia cultural. de los grandes triunfos de este discurso

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fundamentalista y sus políticas inter- los discursos, se asume una postura de


vencionistas se expresa en la naturaleza objetividad, soportada en el raciocinio
universal del concepto de “desarrollo” y la ciencia occidental como único ca-
y en la forma como se puede alcanzar. mino posible para superar las dificulta-
Ciertamente, des de América Latina. Sin embargo, el
término desarrollo es el eufemismo del
Lo que comparten todos los fundamen- capitalismo, que pretende desde el fin de
talismos (incluyendo el eurocéntrico) es la Segunda Guerra Mundial superar las
la premisa de que hay una sola tradición crisis de los países subdesarrollados por
epistémica desde la que se puede alcan- medio de la industrialización, el libre co-
zar la Verdad y la Universalidad. […] mercio, la competencia, la tecnificación
La “geopolítica del conocimiento” de y el consumo; insumos que en su gran
la filosofía occidental siempre ha pri-
mayoría van en contravía de las realida-
vilegiado el mito del “Ego” no situado.
des históricas concretas de muchas co-
[…] Al desvincular la ubicación episté-
mica étnica/racial/de género/sexual del munidades de América Latina.
sujeto hablante, la filosofía y las cien- La experiencia latinoamericana al
cias occidentales pueden producir un respecto no ha sido muy exitosa. En los
mito sobre un conocimiento universal países en los que se implementaron estas
fidedigno que cubre, es decir, disfraza estrategias de corte capitalista neolibe-
a quien habla, así como su ubicación ral, generalmente durante las dictaduras
epistémica geopolítica y cuerpo-políti- del Cono Sur, no generaron los resulta-
ca en las estructuras de poder/conoci- dos esperados. En efecto,
miento (Grosfoguel, 2006, p. 20).
The political violence upon which the
Esta geopolítica del conocimiento, project of the liberal nation-state was
abordada también por Walter Mignolo built looms behind the apparent diffe-
(2003), es el foco principal de las rela- rence brought about by what anthropo-
ciones de poder que se presentan entre logists call “the neoliberal reform” or
países de corte capitalista desarrollados “the neoliberal project.” The new forms
y aquellos llamados del tercer mundo. of governmentality and subject-making
introduced in post–cold war Latin Ame-
Por una parte, se asume que los discursos
rica cannot but repeat forms of violence
y prácticas que se desprenden de países e
as part of the new grammar of domina-
instituciones desarrollados son el reflejo
tion (Rojas, 2008, p. 271).
de un camino a seguir por sus pares del
sur, si se quiere superar el subdesarro-
La implementación de estas reformas
llo e incluso el conflicto y la violencia
termina acentuando las diferencias entre
que afecta a algunos países ubicados
los países desarrollados y los países sub-
en estas zonas. Por otra parte, en tanto
desarrollados y entre las élites locales y
se desconoce el lugar de enunciación de
la población históricamente vulnerable.

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En efecto, la lógica del desarrollo en una Sólo una crisis —real o percibida— da
escala internacional se ha traducido en lugar a un cambio verdadero. Cuando
intervencionismo y en la articulación de esa crisis tiene lugar, las acciones que
los países dentro de una cadena de pro- se llevan a cabo dependen de las ideas
ducción global. En esa cadena los paí- que flotan en el ambiente. Creo que esa
ses necesitados de desarrollo terminan ha de ser nuestra función básica: desa-
rrollar alternativas a las políticas exis-
fortaleciendo su vocación primaria de
tentes, para mantenerlas vivas y activas
producción, acentuando la dependencia
hasta que lo políticamente imposible se
al capital de las potencias y agudizando vuelve políticamente inevitable (Fried-
la brecha económica entre la población. man en Klein, 2008, p.7).
Países como Chile, que implementaron
estrategias de este tipo durante y des- El gobierno chileno implementó una de
pués de la dictadura, experimentaron estas alternativas en un supuesto inten-
las consecuencias de la potenciación del to por fortalecer la economía durante la
proyecto neoliberal como la principal dictadura. Sin embargo, pese al desas-
apuesta para pilotear los momentos de tre ocasionado, el modelo se mantuvo
crisis. después de la dictadura, desconociendo
Naomi Klein (2008) observa que eco- que el fortalecimiento de las políticas
nomías de corte capitalista y neoliberal, de corte neoliberal4 fue el fundamento
fueron instaladas e implementadas en de los conflictos socioeconómicos. La
muchas ocasiones —como fue el caso maximización del capital en contraparte
de Chile— después de acontecimientos a la función social de las instituciones
de carácter catastrófico o durante épocas de salud, educación, pensiones, entre
de crisis. La autora ha denominado a este otros, agigantó la brecha entre los gru-
fenómeno «capitalismo del desastre». pos sociales, que experimentan la preca-
Apoyada en los postulados de la Escuela rización de los derechos fundamentales
de economía de Chicago, en cabeza del en favor de la acumulación de capital de
nobel de economía Milton Friedman, unos pocos, beneficiados por el discurso
esta corriente de intervención económica
ingreso a Chile en la crisis producida por
la transición gubernamental del gobierno
militar de Augusto Pinochet.3 Ese mo- formados en la escuela de economía de chicago.
mento coyuntural chileno posibilitó la En Chile, fueron conocidos como “Los Chicagos
inserción de las apuestas económicas de Boys”.
4. Bajo la influencia de los economistas de la
la escuela de Friedman, quien afirmaba escuela de Chicago, los militares chilenos abrie-
que, ron la economía al exterior, dejando de lado el
camino tradicional del proteccionismo y afectan-
do a los sectores económicos tradicionales chile-
3. Muchos de los asesores económicos del nos, como la agricultura o el sector textil. (Molina,
gobierno de Augusto Pinochet son economistas 2013, pár. 3).

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del progreso o desarrollo. Paula Molina reformas neoliberales acentúan la bre-


(2013) demuestra cómo los reclamos y cha entre las poblaciones vulnerables y
protestas chilenas son productos históri- las élites locales. En este sentido, recor-
cos de estas políticas económicas capi- dando los planteamientos de Galtung, la
talistas, implementación de proyectos neolibera-
les vinculados a la idea de desarrollo y
Las protestas estudiantiles que se han de producción capitalista terminan legi-
reiterado desde 2011 apuntaron a al- timando formas de violencia estructural
gunas de las falencias de este modelo, y cultural. En Colombia sucede algo si-
que hoy se debate en Chile mientras en milar. El modelo económico imperante
las librerías proliferan títulos como "El durante los años del conflicto se mantie-
derrumbe del modelo", "El regreso del ne y se piensa como la estrategia para
modelo", "Radiografía crítica al mode-
superar la guerra y reparar integralmen-
lo chileno", "Capitalismo a la chilena"
te a las víctimas del conflicto.
o "El Otro Modelo" (pár. 10).
De ahí la necesidad de plantear al-
ternativas de consolidación de una paz
Pérez Esquivel, nobel de paz argentino,
basada en una reparación integral que
arguye el mismo argumento para las
realmente responda a las necesidades
protestas chilenas presentadas en 2019:
específicas de las comunidades víctimas
Lo que pasa en Chile no es aislado, lo del conflicto, que reconozca todas las
que pasa en Chile es parte de toda una formas de violencia y victimización es-
política de dominación. Así que como tructurales y que reconozca el papel del
en un momento tuvimos que luchar y modelo económico en el desarrollo y
superar las dictaduras militares, hoy te- permanencia del conflicto. Sin embargo,
nemos que superar esta recolonización este ejercicio es demasiado complejo
de nuestros pueblos y el sometimiento considerando que Colombia ha sido uno
de los pueblos, porque estas políticas de los países latinoamericanos en los
neoliberales que nos impusieron el fmi que el discurso del desarrollo, del creci-
y bm cometen graves violaciones a los miento económico y la vocación extrac-
derechos de los pueblos (Pérez Esqui- tivista han calado profundamente en las
vel, 2019, entrevista a El Periódico). estructuras económicas, políticas y so-
ciales. En efecto, estos conceptos e ideas
Vemos entonces que las estrategias eco- no solo se han asumido como guías para
nómicas basadas en ideas capitalistas y planificar el desarrollo de la nación, sino
neoliberales están intrínsecamente vin- como elementos deontológicos estructu-
culadas con las estructuras conflictivas rales de la realidad colombiana.
de los países subdesarrollados, tanto en
el plano internacional, como en el local.
En este último plano los proyectos y las

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El caso colombiano trategia que buscaba generar flujos de


recursos que pudieran ser empleados
Desde que se iniciaron las negociaciones con el fin de superar la pobreza y las
con las farc-ep en el primer periodo de dificultades que deja la violencia. Las
gobierno de Juan Manuel Santos (2010- dificultades de estas estrategias pueden
2014) se buscó teóricamente construir observarse desde dos puntos de vista: el
y desplegar diversas estrategias de ac- primero pone en evidencia las falencias
ción social de corte interinstitucional de la relación crecimiento económico-
para hacerle frente a las vicisitudes que mayor empleo-mayor distribución (Pu-
se presentaban con el fin de preparar al lido, 2011), como objetivo esperado de
país para un eventual Postconflicto. Es las políticas económicas, que no se re-
por esto que, la elección de acciones so- fleja en la práctica, ya que no se tienen
ciales, económicas y políticas que miti- en cuenta factores como las exenciones
garan la reproducción de los elementos arancelarias, la corrupción y la falta de
constituyentes del conflicto se plantea- reinversión de capital en los territorios
ban como un elemento determinante concretos; el segundo, desenmascara las
para alcanzar la paz estable y duradera. orientaciones de corte desarrollista ex-
Para este propósito, el Plan Nacional de tractivista-minero, criticadas fuertemen-
Desarrollo de Colombia (pnd) proponía te por ir a contra pelo de las prácticas y
y preveía aunar esfuerzos colectivos para cosmogonías de la población que hacen
la superación de la pobreza y el éxito del parte de los procesos de construcción de
proceso de paz por medio de las denomi- paz, violentando su cultura, poniendo en
nadas cinco locomotoras de crecimiento riesgo su soberanía alimentaria y repro-
económico: 1) innovación, 2) agricultura duciendo prácticas violentas ligadas a la
y desarrollo rural, 3) vivienda y ciuda- desaparición física y cultural.
des amables, 4) desarrollo minero, y 5) La relación crecimiento económi-
expansión minero-energética. Si bien, co-mayor empleo-mayor distribución
era necesario formular propuestas que es discutible como estrategia de mejo-
impactaran de manera significativa los ramiento de condiciones específicas de
contextos específicos que han sufrido existencia. Pulido (2011) afirma que,
los avatares de la guerra, estas debían aunque es cierto que el aumento de em-
indicar un rumbo económico que diver- pleos genera una mejora en las condicio-
giera, en gran medida, de la naturaleza nes de vida de los ciudadanos, el caso
desarrollista presente en la configuración colombiano no sería un ejemplo adecua-
histórica económica desde la segunda do para esta ecuación. Por una parte, el
mitad del siglo xx, en parte generadora autor expone que, en la primera década
del conflicto armado en Colombia. del siglo xxi, Colombia experimentó
Las locomotoras de crecimiento eco- periodos de alto crecimiento económico
nómico se presentaron como una es- que no repercutieron en el incremento

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de empleos, y mucho menos en la distri- empresas de explotación, sobre todo a


bución de los recursos. En palabras del las extranjeras. Para el 2001 se habían
autor: ofertado cerca de 2.9 millones de hectá-
reas de tierras donde había certeza de la
Mientras que la tasa de crecimiento existencia de depósitos mineros, asimis-
promedio entre 2002 y 2010 fue cer- mo se ofertaron alrededor de 17.6 millo-
cana al 4.5%, la tasa de desempleo nes de hectáreas para operativizar en los
promedio para el mismo periodo se próximos diez años, sin considerar que
ubicó en el 14.1%; por otra, a pesar estas áreas requerían más información
de las tasas de crecimiento económico sobre sus depósitos mineros (Acosta &
positivas, el Gini para el periodo 2002-
Carvajal, 2019).
2010 se mantuvo en promedio en 0.581
Muchas de los territorios ofertados
con un mínimo de 0.573 y un máximo
de 0.594. […], ni siquiera durante los se ubican en zonas que albergan a po-
años de mayor crecimiento económico blación vulnerable y, en la mayoría de
en el país, ésta dinámica favoreció una las ocasiones, víctimas del conflicto
reducción en la desigualdad. Eviden- armado y la violencia cultural-estruc-
temente, el crecimiento económico es tural. Esa misma vulnerabilidad ha sido
una condición necesaria, pero no sufi- aprovechada como estrategia para con-
ciente para disminuir la brecha entre seguir el consentimiento voluntario o
ricos y pobres (p. 26). involuntario de las comunidades, pues
se espera que las regalías, los impuestos
De lo anterior se infiere que el discurso a la explotación y los acuerdos directos
social del modelo económico dista en con las empresas traigan cosas positivas
gran medida de su aplicación real. La a estos actores. Sin embargo, parte de la
orientación capitalista neoliberal de acu- reinversión que se debe realizar por par-
mulación por parte de unos pocos, arti- te de estas compañías a las comunidades
culada al discurso de mejor distribución afectadas por los procesos de explota-
de los excedentes generados, fomenta la ción-extracción minero-energética no se
operatividad de una dinámica socioeco- ven reflejadas en el aumento del empleo
nómica basada en el desarrollo, impul- para las mismas, ni en otro tipo de be-
sada por la productividad constante, la neficios. En otras palabras, se establece
transición de los capitales públicos al una lógica de extracción con una racio-
privado y la explotación de los recursos nalidad que pretende la maximización
naturales. Este último punto se ve refle- de los excedentes económicos, pero no
jado en las exenciones arancelarias que su adecuada distribución social.
se les otorgan a las empresas extranjeras Precisamente, parte de la crítica al
justificadas en la confianza inversionis- modelo económico está direccionada a
ta. Para Colombia esto significó la oferta la hegemonía de esta dimensión de la
exacerbada del territorio nacional a las vida social en el contexto sociocultural,

MIRADA ANTROPOLÓGICA • Año 16, No. 20, 2021, pp. 85-110 95


Una economía de paz basada... Robles González Wilman Y., Sánchez Pulgarín Daniel F.

omitiendo la importancia de lo ambien- desmedido de los recursos naturales y la


tal y lo cultural, sobre todo en territorios contaminación a gran escala. Estos fe-
mayormente afectados por las dinámi- nómenos generan cambios sustanciales
cas del conflicto armado. El extractivis- en las prácticas de vida de los actores y
mo y el sector minero-energético traen consolidan una presión sobre los recur-
consigo problemáticas articuladas a la sos, poniendo en riesgo la pervivencia
imposición de prácticas productivas que física y cultural de los pueblos y la bio-
ponen en peligro a los territorios, las co- diversidad de los territorios.
munidades étnicas y campesinas y sus Entre estas reflexiones resulta inte-
prácticas culturales que articulan lo eco- resante la forma como Eduardo Gudy-
nómico, lo natural y lo cultural. nas (2015) discute el papel que tiene el
La problematización del extracti- extractivismo en la formulación de las
vismo converge con discusiones con- políticas económicas en los países de
temporáneas de la Ecología Política en América Latina; las cuales, en reiteradas
América Latina. Principalmente lo que ocasiones, van en contravía de los usos y
se plantea en este texto coincide con la costumbres de las comunidades locales
forma como Enrique Leff (2006) proble- que se asientan en esta zona del mun-
matiza “la desnaturalización de lo natu- do. El extractivismo,5 como lo proble-
ral”, promoviendo el derecho a ser natu- matiza Gudynas (2009) tiene una larga
ral y superando la condición de objeto tradición histórica en América Latina,
de dominio en la que ha sido sumergida desempeñando un papel clave en el esta-
la naturaleza por las racionalidades eco- blecimiento de las economías de países
nómicas capitalistas y extractivistas. En como Colombia y Perú. Los impactos
este sentido, Leff afirma que las luchas generados por esta práctica productiva
por la diferencia cultural, las identidades son enormes, no solo para los territorios
étnicas y las autonomías locales sobre el específicos, sino para los enclaves cul-
territorio —presentes generalmente en turales de las comunidades que se ven
comunidades afrodescendientes, campe- inmiscuidas en estos procesos.
sinas e indígenas— contribuyen a rede-
finir las relaciones económicas más allá Actividades como la megaminería a
de la escasez de los recursos, la produc- cielo abierto son una «amputación»
ción en masa y la separación del hombre ecológica […] Además, se utiliza
y la naturaleza. todo tipo de contaminantes (distintas
En la misma línea, Martínez-Alier
(2011) propone ir más allá de las lógi-
cas economicistas que ven en el creci- 5. Se define extractivismo aquí como “modos
miento económico, las inversiones y el de apropiación de grandes volúmenes o con alta
intensidad de recursos naturales, para ser en su
cambio tecnológico un futuro de progre-
mayoría exportados como materias primas” (Gud-
so indiscutible, lo cual justifica el uso ynas, 2009, p. 112)

96 Año 16, No. 20, 2021, pp. 85-110 • MIRADA ANTROPOLÓGICA


Una economía de paz basada... Robles González Wilman Y., Sánchez Pulgarín Daniel F.

sustancias peligrosas en la minería, elementos estructurantes de orientacio-


fugas y derrames de hidrocarburos y nes y políticas capitalistas neoliberales,
aplicaciones de agrotóxicos en los mo- que no han solucionado los problemas
nocultivos). Por lo tanto, los extracti- que plantean superar y sumergen en con-
vismos envuelven impactos ambien- diciones de pobreza y violencia a las co-
tales muy graves, que cubren amplias munidades allegadas a estos territorios.
superficies, con muy pocas opciones de
A su vez, esta perspectiva de desa-
ser amortiguados o remediados, y muy
rrollo capitalista atenta contra la riqueza
difíciles de gestionar al estar anclados
en los mercados globales (Gudynas,
cultural de los pueblos en Colombia. Pa-
2017, p. 112). radójicamente, muchos de los territorios
con gran riqueza natural susceptibles de
Para Colombia las experiencias no son explotación de recursos naturales ha-
más confortables. Casos como el mega- cen parte de comunidades ancestrales
proyecto minero del Cerrejón —sobre y campesinas donde se ha focalizado el
el cual giran discusiones en torno a las conflicto armado. Es así que los sistemas
afectaciones ecológicas de los ríos que de vida y pensamiento de estas poblacio-
hacen parte del acervo cultural de los nes se ven sumergidos en las lógicas de
Wayúu en la Guajira— y las explora- operatividad económica del capitalismo,
ciones de Anglo Gold Ashanti en Caja- reduciendo sus prácticas culturales a
marca —que podría impactar negativa- simples supervivencias de épocas ante-
mente las formas de vida campesina y riores, encasillándolas como economías
el paisaje rural de la región—, solo son que poco aportan al desarrollo socioe-
parte de la estrategia política que permi- conómico que se necesita actualmente
te el fortalecimiento del extractivismo y (más aún en una etapa de Postconflicto).
los proyectos minero-energéticos en el Como resultado, se consolidan unas re-
país. Ligado a ello, Colombia no tiene laciones de interpelación cultural donde
la tecnología y estructura para operar es- se disputan capitales económicos, políti-
tos proyectos a gran escala. Esto permite cos y simbólicos. Estos encuentros, por
la implantación de reformas como la ley lo menos en Colombia, se han visto su-
685 (2001) que favorece la participación blevados a la hegemonía del discurso del
de empresas privadas en los procesos de desarrollo sobre otras formas de existen-
exploración y explotación de minerales cia, que articulan los procesos económi-
e hidrocarburos (Díaz Ayure, 2014), y la cos a lo simbólico y lo natural.
ley 963 (2005) que define los principios En este sentido, la crítica a las pro-
para la estabilidad a los inversionistas en puestas político-económicas, como en el
Colombia, posibilitando la ampliación caso de las locomotoras de crecimiento
de los contratos, (M. Sañudo, A. Quiño- económico para superar la pobreza y
nes, J. Copete, J. Díaz, N. Vargas, A. Cá- enfrentar el proceso de Postconflicto, se
cer, 2016); que siguen reproduciendo los fundamentan en que ellas obedecen a la

MIRADA ANTROPOLÓGICA • Año 16, No. 20, 2021, pp. 85-110 97


Una economía de paz basada... Robles González Wilman Y., Sánchez Pulgarín Daniel F.

hegemonía de las condiciones de produc- el universo de víctimas y los diferentes


ción capitalista neoliberal, que no miti- sujetos de reparación que introducen los
gan las condiciones estructurantes que enfoques diferenciales.
reproducen las relaciones de conflicto. La reparación desde este punto de
Es posible afirmar que, la continuación vista, no solamente se enfoca en el esta-
de un pensamiento que ubica al princi- do de las víctimas. La reparación involu-
pal causante de los daños en un agente cra considerar todos esos elementos que
concreto, como un dictador o los grupos en Colombia se han constituido como
armados, y en tanto se desconozca el pa- “factores subyacentes y vinculados al
pel que tienen estos modelos económi- conflicto armado” (Decreto Ley 4633,
cos en la reproducción de la violencia y 2011), con el fin de generar una estra-
la victimización de la población, no será tegia que permita superar y transformar
posible transitar de la guerra a la paz, ni los focos de vulneración que, sobre todo,
reparar integralmente a las víctimas. afectan a poblaciones marginadas y a
los territorios sobre los que se asientan.
Estos factores, más allá de constituirse
La victimización en Colombia como focos de vulneración supeditados
al conflicto armado, se relacionan direc-
Recordemos que el Acuerdo Final, en tamente con las causas estructurales del
el papel, tiene como objetivo principal conflicto en Colombia. Por ello, es nece-
transitar de la guerra hacia la paz me- sario establecer y evaluar el papel de los
diante la transformación de las causas y factores subyacentes y vinculados y, a
dinámicas estructurales del conflicto ar- partir de allí, formular las estrategias ne-
mado. Este proceso parte del reconoci- cesarias para superarlos. En algunos in-
miento de la centralidad de las víctimas formes del Ministerio del Interior (2017)
tanto en el desarrollo de los ejercicios de enfocados en las víctimas diferenciales
reparación como en la construcción de del conflicto armado se han agrupado
escenarios de convivencia que paulati- estos factores en seis categorías, de las
namente permitan recuperar la tranqui- cuales dos se relacionan directamente
lidad en los territorios. Sin embargo, la con el tema que nos compete: por un
construcción de paz no es un asunto que lado, el desarrollo de actividades econó-
atañe exclusivamente a las víctimas y los micas lícitas o ilícitas en los territorios;
victimarios (incluyendo en estos últimos por otro, los procesos socioeconómicos
al Estado colombiano). Al contrario, se que, sin tener relación directa con el
trata de un proceso que requiere trans- conflicto armado, resultan exacerbados
formaciones estructurales de fondo; más o intensificados por causa de la guerra.
aún, considerando las dificultades para Estos puntos traen a colación un par
llevar a cabo los planes de reparación de elementos que no han sido valorados
adelantados por la uariv y el snariv, en su dimensión real: las actividades

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Una economía de paz basada... Robles González Wilman Y., Sánchez Pulgarín Daniel F.

económicas y los procesos socioeconó- minero energético y por las políticas


micos. Dichos componentes se relacio- económicas del Estado colombiano han
nan directamente con las políticas públi- generado un tipo de daño y una cate-
cas del Estado colombiano impulsadas goría de víctima, cuya reparación in-
por un modelo económico monodepen- volucra la transformación del modelo
diente, basado en el extractivismo, cuya económico de la nación.6 En efecto, los
naturaleza nociva no ha sido develada en pueblos indígenas, que hacen parte de la
su totalidad. En tanto se continúe consi- población con mayores impactos en sus
derando que los daños ocasionados por sistemas de vida, han argumentado que
las actividades económicas impulsadas sus territorios
en los territorios son solamente un “factor
subyacente y vinculado al conflicto” y no También son considerados como vícti-
la causa estructural del mismo, el número mas del conflicto armado interno, por-
de víctimas continuará engrosándose y que los hechos vinculados y derivados
no será posible generar una transición del del mismo han ocasionados daños a
conflicto hacia la paz. su equilibrio y armonía, afectando la
Prueba de ello son las estrategias que vitalidad que poseen de acuerdo con
los sistemas de pensamiento indígenas
hasta el momento se han formulado con
y con ello, afectando la salud y sobe-
el fin de reunir los recursos suficientes
ranía alimentaria de las comunidades
para financiar la paz (dentro de las que se indígenas, debido al estrecho vínculo y
encuentran las locomotoras relacionadas al carácter colectivo de la relación que
en el acápite anterior). Estas estrategias existe entre las comunidades indígenas
recaen en formulaciones basadas en los y sus territorios (Min interior, 2017, p.
principios del modelo económico que 41).
ha ocasionado daños incalculables en el
territorio y en la población colombiana, Las acciones que han profanado a los te-
además de generar una monodependen- rritorios no se reducen a hechos “vincu-
cia económica. Desde 2012 “la economía lados y derivados del conflicto armado”.
colombiana viene presentando un acele- Por el contrario, muchas de los daños se
rado crecimiento del sector extractivo” relacionan con actividades que emergen
(Institución  Friedrich-Ebert-Stiftung,
2014 p. 5), situando en un segundo y ter-
cer plano la producción agropecuaria y
manufacturera; lo que ha impulsado su- 6. Cabe aclarar que la única víctima de los
proyectos extractivos no son los territorios y el
perlativamente la implementación y prio- ambiente. En la mayoría de los casos las comuni-
rización de proyectos de corto extractivo dades ubicadas en zonas cercanas experimentan
a lo largo y ancho del territorio nacional. un deterioro paulatino en sus condiciones de vida,
razón por la cual uno de los principales fenóme-
Evidentemente estos proyectos im-
nos asociados a estas actividades son los despla-
pulsados por los intereses del sector zamientos masivos de comunidades.

MIRADA ANTROPOLÓGICA • Año 16, No. 20, 2021, pp. 85-110 99


Una economía de paz basada... Robles González Wilman Y., Sánchez Pulgarín Daniel F.

de formas económicas lícitas. No obs- los que se han implementado este tipo
tante, la atención se ha volcado hacia de proyectos. En lugar de mejorar las
los impactos que generan el accionar condiciones de vida de las poblaciones
de actores ilegales en los territorios, lo cercanas a los perímetros de ejecución,
que ha expiado la responsabilidad de los las acciones adelantadas en el marco de
actores legales. De ahí la necesidad de los proyectos terminan agudizando las
evaluar el impacto real de las activida- problemáticas socioeconómicas de co-
des económicas respaldadas y fomenta- munidades étnicas y campesinas. Las
das por el Estado colombiano, con el fin brechas sociales entre la población me-
de frenar la vulneración sistemática a los tropolitana y la población rural se agu-
territorios y las comunidades asentadas dizan considerando que estas últimas
en ellos. En departamentos como el Pu- pierden la posibilidad de gestionar sus
tumayo, que ha sido caracterizado como propios recursos en tanto se les arreba-
un departamento de vocación minera y ta la posibilidad misma de ejercer un
como una zona estratégica para impul- control sobre los espacios que, en casos
sar este sector, se registran daños dentro como los de los pueblos indígenas, han
de los que destacan, ocupado de forma milenaria. En con-
secuencia, los modelos económicos de
Tala indiscriminada de la selva en dife- corte neoliberal con una fuerte tenden-
rentes zonas; alteración de las fuentes cia al extractivismo, no se ajustan a la
de agua; contaminación con el agua de realidad colombiana, ni a las necesida-
lluvia […]; contaminación aérea por des actuales del planeta. Colombia no
óxidos y clorofluorcarbonados; dese- puede seguir persiguiendo el fantasma
cación o intervención de quebradas del desarrollo a través del extractivismo.
y riachuelos; represamiento de aguas
La política de reparación en Colom-
contaminadas en diferentes sectores;
bia no puede tener como fundamento un
disminución y ahuyentamiento de la
fauna terrestre; reducción notoria de modelo económico que se constituye
la fauna acuática; desaparición de es- como el causante estructural del conflic-
pecies vegetales originarias; fragmen- to y de las vulneraciones sistemáticas a
tación de algunas zonas usadas para la la población y los territorios. De hecho,
caza y la pesca; y, alteración de ciclos el modelo económico a implementar en
y redes tróficas (Ramírez, 2012, p. 69). este escenario de transición debe fun-
damentarse en la reparación de las víc-
Estas afectaciones asociadas a las acti- timas y de los territorios. Pues hasta el
vidades extractivas de la empresa Texas momento, la reparación se ha asumido
Petroleum Company en el municipio de como una carga y no se ha articulado con
Orito en el departamento de Putumayo las políticas económicas del Estado. En
entre 1963 y 1981 (Ramírez, 2012) se otras palabras, Colombia requiere de la
reproducen en todos los territorios en implementación de un modelo económi-

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Una economía de paz basada... Robles González Wilman Y., Sánchez Pulgarín Daniel F.

co cuya principal causa y finalidad sea que potencien y hagan pertinentes estra-
la reparación involucrando activamente tegias donde primen la paz entre las cul-
a la población víctima y marginada de turas, principal apuesta en un país con
las políticas públicas del Estado. diversas características étnicas (Braü-
chler, 2018). En concreto, permitir gene-
rar espacios donde puedan ser atendidas
Economía basada en un dialogo in- la pluralidad de perspectivas, en los que
tercultural se resignifiquen los conocimientos, los
métodos, y las representaciones respecto
Repensar los cimientos básicos de los a lo que se ha sido, se es y se puede lle-
modelos económicos que serán claves gar a ser como pueblo, desde una mira-
para superar la etapa de conflicto requie- da horizontal, basada en las prácticas y
re la implementación de un giro episte- conocimientos de los procesos de base,
mológico (Mignolo, 2007) que resigni- interpelando la legitimación, jerarqui-
fique las relaciones medio ambientales, zación y exclusión que han prevalecido
culturales, políticas y económicas de los históricamente en Colombia (Lander en
actores sociales que interactúan en este Vásquez, 2015).
proceso de Postconflicto.7 Para esto es La interculturalidad, en este contex-
necesario, por una parte, tener en cuenta to, permite divisar posibilidades econó-
la percepción de las comunidades como micas de paz que faciliten la reconstruc-
agentes activos donde la “subjetividad ción de historias, prácticas culturales,
cultural” implanta condiciones de esta- cosmogonías y economías, generando
bilidad cultural y ecológica, sin desarti- movimientos sociales dentro del con-
cularse de las relaciones sociales exter- glomerado cultural del país. Vásquez
nas (Leff, 1986); y por otra, la necesidad (2020) lo expresa como la configuración
de implementar diálogos interculturales de un hacer decolonial que se sustenta
en

7. Enfatiza en la necesidad de realizar un giro Una rica variedad de prácticas que van
epistémico decolonial, que parte por reconocer más allá del desarrollo y la globaliza-
una genealogía alterna de la irrupción de la mo- ción económica, reivindicando la soli-
dernidad. Este giro epistémico posibilita develar daridad frente al culto al individualis-
las redes que subyacen a la relación entre las ge-
nealogías de las historias locales y los designios
mo reinante y asumiendo perspectivas
globales, permitiendo la emergencia del pensa- filosóficas, políticas, culturales, econó-
miento de frontera y la diferencia colonial (Esco- micas y sociales pazificas que tensio-
bar, 2003). Al respecto, Mignolo (2007) argumenta nan los contenidos epistemológicos y
que el pensamiento decolonial está constituido ontológicos de la modernidad colonia-
por el desprendimiento y la apertura: desprendi-
miento de la modernidad/colonialidad, y la aper- lidad. (p.107)
tura que permite entender el mundo desde otros
lugares de enunciación.

MIRADA ANTROPOLÓGICA • Año 16, No. 20, 2021, pp. 85-110 101
Una economía de paz basada... Robles González Wilman Y., Sánchez Pulgarín Daniel F.

Lo anterior permite visualizar “una rra y particularmente su concentración,


economía de paz otra” apoyada en la la exclusión del campesinado y la mar-
solidaridad entre las culturas, teniendo ginación de las comunidades rurales. En
como eje coyuntural la experiencia de la este sentido, ¿Cuáles serían los pilares
violencia, que, aunque se ha basado en del modelo económico a implementar
elementos globales ligados al desarro- en el periodo de post acuerdo en el terri-
llo, se expresa de manera diferencial en torio colombiano?
las comunidades y territorios. Una eco-
nomía de paz que posibilite reconstruir
la pluralidad de historias, sociedades, Víctimas y reparación en sentido am-
culturas, políticas, filosofías, estéticas y plio
economías que han sido subalternadas
por la maquinaria colonial capitalista Un modelo económico enfocado en la
(Vásquez, 2015). reparación debe entenderse en un senti-
Para Colombia, la Reforma Rural do amplio. Aunque se aplica al contexto
Integral y los Planes de Desarrollo con colombiano de Postconflicto, tienen el
Enfoque Territorial —herramienta de potencial de ser implementado en esce-
implementación de la reforma rural por narios donde no se han desarrollado con-
los siguientes diez años a la firma del flictos armados de índole nacional, pero
conflicto— son escenarios potencial- en los que existen víctimas de activida-
mente interesantes para la superación des lícitas fomentadas por los gobiernos
de las economías de guerra, y la imple- de distintos países y sus modelos econó-
mentación de economías otras en las que micos. En otras palabras, el sentido am-
las voces y prácticas de las comunida- plio del término reparación se articula
des puedan ser implementadas. Es una con el sentido amplio de los términos
posibilidad de desmantelar el mito del víctima y daño. No solo el conflicto ar-
postextractivismo (Gudynas, 2015) evi- mado genera daños y victimizaciones.
denciando la farsa de los supuestos be- Toda víctima merece ser reparada y todo
neficios de este modelo de desarrollo, su daño debe compensarse.
necesidad de ser el eje del crecimiento Las peores crisis humanitarias y am-
económico y la hegemonía sobre las al- bientales en Colombia no responden es-
ternativas que nacen de las experiencias pecíficamente a los hechos y dinámicas
locales. Este giro es de suma importan- del conflicto armado. Por mencionar un
cia en la consolidación de condiciones caso, la situación del pueblo y el terri-
que contribuyan a reversar los efectos torio Wayúu de la Guajira colombiana
del conflicto. Se trata de una transforma- no deviene del conflicto armado. Por el
ción que aporte a solucionar las causas contrario, la extracción del carbón líci-
históricas del mismo, como la cuestión ta y respaldada por el Estado ha sido la
no resuelta de la propiedad sobre la tie- principal causante de las afectaciones y

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Una economía de paz basada... Robles González Wilman Y., Sánchez Pulgarín Daniel F.

muertes en esta zona del país. De hecho, compromisos internacionales que man-
los resultados negativos han sido agru- tienen al país en el primer sector de la
pados en dos categorías: afectaciones a cadena de producción encargado de pro-
los entornos de vida y medios de sub- veer las materias primas,8 existen otros
sistencia, y afectaciones a los entornos elementos que deben considerarse. En
sociales y las relaciona comunitarias primer lugar, en el balance costo bene-
(Institución  Friedrich-Ebert-Stiftung, ficios los daños ambientales nunca son
2014); es decir, la articulación entre los calculados en su dimensión real.9 El cos-
daños al ambiente y las afectaciones a la to ambiental y los daños a la población
población. no se visibilizan de tal manera que pue-
Pese a que estos impactos ya han dan hacer contrapeso a los beneficios
sido documentados y denunciados, la económicos que traen las regalías para
actividad minera asociada a la extrac- los Estados. En segundo lugar, como ya
ción de carbón en los departamentos de se ha advertido, este sector cuenta con
la Guajira y el Cesar no ha cesado. Al el respaldo de los gobiernos que muchas
contrario, al igual que esta región, mu- veces se articulan con sectores armados
chas zonas del país han experimentado que terminan garantizando la implemen-
una nueva oleada de explotación legiti-
mada por los apellidos que han sido aña-
didos a estas actividades y los principios
que la respaldan. Minería sostenible, 8. Según el análisis que plantea Immanuel Wa-
llerstein (2005), dentro de las lógicas del Moderno
minería responsable, desarrollo sosteni- sistema mundo existen unos roles asignados de
ble, explotación responsable y sosteni- acuerdo con una división internacional del traba-
ble, Fracking responsable y sostenible, jo. En consecuencia, regiones enteras tienen a su
cargo una serie de actividades dentro de una lógi-
entre otros términos, han permitido que ca mundial. Estos roles, además, se configuraron
las actividades nocivas continúen desa- y re-significaron en el mismo momento en que en-
rrollándose en Colombia y en gran parte tró en vigor el discurso del Desarrollo. Desde esta
lógica, regiones como Latinoamérica solo pueden
de la región latinoamericana. Este hecho
alcanzar el desarrollo aportando recursos o mate-
aumenta constantemente el inventario rias primas para garantizar el funcionamiento de
de daños ambientales, el número de des- la cadena de producción internacional.
plazamientos, el número de víctimas de 9. El problema radica en sopesar daños de
carácter cualitativo con supuesto beneficios de
amenazas, el número de comunidades carácter cuantitativo. Desde esta lógica la eva-
puestas en riesgo de exterminio físico y luación de los proyectos siempre asigna un pa-
cultural y, sin embargo, los frutos pro- pel preponderante al valor de los recursos que se
extraen y a las regalías que generan los mismos
metidos por el modelo económico (más aun cuando los estudios sobre los impactos
¿Por qué razón continúa fomentán- ambientales no se realizan de forma adecuada).
dose este tipo de proyectos y por qué Sin embargo, si se asignara un valor real a los
daños ambientales y socioculturales los costos de
se mantienen este modelo económico?
la reparación de estos excederían el valor de los
Aparte de la vocación minera y de los beneficios que generan los proyectos.

MIRADA ANTROPOLÓGICA • Año 16, No. 20, 2021, pp. 85-110 103
Una economía de paz basada... Robles González Wilman Y., Sánchez Pulgarín Daniel F.

tación de los proyectos. Además, inclu- les, un campesino no pueda mantener


so cuando se advierten los daños poten- sus cultivos, y los jóvenes no cuenten
ciales de ciertos proyectos, con oportunidades laborales afines a
sus usos y costumbres, la única opción
El Estado colombiano se enfrenta a otro seguirá siendo participar de economías
problema, que tampoco es nuevo, y ilícitas.
probablemente aún más difícil de com- La reparación requiere de un mode-
batir: la corrupción. Corrupción dentro lo económico propio. La reparación no
de la fuerza pública, corrupción de al- puede fundamentarse en un modelo eco-
gunas autoridades locales (alcaldes) nómico que prioriza un sector de la pro-
y también corrupción o complicidad
ducción que, paradójicamente, ocasiona
frente a las empresas mismas (Massé,
tantas víctimas como el conflicto armado
2012, p. 41).
y que mantienen las injusticias sociales.
La reparación no puede edificarse sobre
La extracción termina siendo solo un
la base de proyectos que favorecen ini-
buen negocio que favorece a un número
ciativas basadas en la explotación de re-
reducido de individuos que no experi-
cursos en zonas donde precisamente se
mentan las transformaciones que sufren
ubica la población víctimas. Los recur-
los territorios, que no viven los despla-
sos para la reparación no pueden prove-
zamientos y que no ven agudizadas sus
nir de un sector que reproduce un círcu-
problemáticas socioeconómicas.10 Pro-
lo vicioso: impulsar proyectos con el fin
blemáticas que a la larga se constituyen
de generar recursos para las víctimas del
como los principales focos de conflicto,
conflicto armado mientras se ocasionan
en tanto la población se ve obligada a
daños ambientales y socioculturales. La
participar de otro tipo de actividades que
reparación, en síntesis, no se garantiza
muchas veces se relacionan con econo-
desde el modelo económico actual.
mías de carácter ilegal. Este hecho no
ha permitido que el conflicto y las eco-
nomías asociadas a él desaparezcan de
Economía reparadora
los territorios. En tanto un indígena no
cuente con un territorio donde pueda
Países como Colombia no pueden con-
desarrollar sus actividades tradiciona-
tinuar implementando y favoreciendo
iniciativas basadas en la explotación,
desconociendo la responsabilidad que
10. Este hecho termina reproduciendo las ló-
estas tienen en los impactos ambienta-
gicas de “centro-periferia” en escenarios nacio- les y socioculturales. Tanto Colombia
nales e internacionales, en tanto unas cuantas en un sentido estricto, como el mundo
elites acaparan los beneficios de la explotación,
en un sentido amplio, requieren de una
mientras que la población marginada y periférica
termina recibiendo todos los impactos negativos. economía reparadora, no de una soste-

104 Año 16, No. 20, 2021, pp. 85-110 • MIRADA ANTROPOLÓGICA
Una economía de paz basada... Robles González Wilman Y., Sánchez Pulgarín Daniel F.

nible. Una economía pensada desde la A pesar de que a nivel constitucio-


reparación debe fundamentarse en al nal y jurídico los pueblos indígenas
menos tres principios: en primer lugar, y comunidades afrocolombianos han
buscar la reparación de todos los tipos logrado un amplio reconocimiento de
de víctimas y daños asociados a todos sus derechos y una legitimización de
los fenómenos sociales (no solamente sus formas de vida; en la práctica11 aún
al conflicto armado); en segundo lugar, existe una violencia epistémica y es-
minimizar los impactos negativos en el tructural que margina otras formas de
ambiente y la población; en tercer lugar, entender la realidad, de relacionarse
otorgar el papel principal a las víctimas con el entorno y de usar los recursos
como gestoras de la reparación (enten- disponibles en los territorios. Por ello,
diendo a las víctimas en el sentido am- ni la constitución política, donde se re-
plio ya mencionado) reconociendo el conocen derechos fundamentales a la
valor de su conocimientos enmarcado población indígena y afrocolombiana,
en formas culturales específicas. ni legislaciones como la ley 70 de 1993
Este último punto constituye el epi- donde se estipulan medidas encamina-
centro de esta propuesta, en tanto re- das a preservar y promover las formas
conoce que los sujetos históricamente culturales y económicas propias de las
marginados y vulnerados poseen “una comunidades afrocolombianas (Art. 26.
cantidad de prácticas significativamen- Ley 70 de 1993), han sido suficientes
te diferentes de pensar, relacionarse, para legitimar estas formas culturales
construir y experimentar lo biológico y y económicas ni para garantizar la per-
lo natural” (Escobar, 2000, p. 71). Estas vivencia física y cultural de las comu-
prácticas se articulan conformando sis- nidades indígenas, afrocolombianas y
temas de vida complejos fundamentados campesinas.
en la relación armónica con el entorno. Los conocimientos de estas pobla-
De manera que, antes de volcar el mo- ciones en torno al manejo y la gestión
delo económico es necesario realizar del territorio han sido marginados de los
un giro epistémico que visibilice, reco- paradigmas epistémicos desconociendo
nozca y legitime los sistemas de vida su potencial para planificar acciones sin
y conocimiento de las poblaciones que daño que beneficien a la población y a
han sido las mayores víctimas del con- los territorios. En lugar de aprovechar
flicto armado y del modelo económico la diversidad de formas de compren-
vigente. Esto considerando que, tanto el der y relacionarse con el entorno, los
conflicto armado, como los proyectos de
extracción de recursos han enfocado su
accionar en zonas periféricas donde se 11. Las leyes se construyen con supuestos de
integralidad, sin embargo, en su contenido se per-
asientan principalmente poblaciones in-
ciben lógicas verticales que se acentúan en su in-
dígenas, afros y campesinas. terpretación y aplicación (Rappaport, 2005).

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Una economía de paz basada... Robles González Wilman Y., Sánchez Pulgarín Daniel F.

gobiernos han optado por invisibilizar e Estos movimientos sociales étnicos


incluso eliminar a las poblaciones que y campesinos, a través de sus estructu-
poseen estos conocimientos, al punto de ras organizativas, tienen un papel fun-
llevarlas al riesgo de exterminio físico y damental a la hora de volcar las lógicas
cultural. De ahí la necesidad de generar de relacionamiento y articulación del
un cambio estructural que reconozca el Estado con las poblaciones rurales, so-
protagonismo que tienen los pueblos in- bre todo en términos económicos y po-
dígenas, las comunidades afro y el cam- líticos. En efecto, en esas instancias de
pesinado en la gestión de los espacios concertación se han logrado negociar
y los proyectos económicos ajustados a varias políticas públicas, proyectos de
las realidades territoriales. ley y planes nacionales de desarrollo
Las mismas comunidades indíge- que han permitido, de cierta manera, vi-
nas, afrocolombianas y campesinas han sibilizar los principios de vida de estas
gestionados espacios de participación poblaciones históricamente marginadas
desde el siglo pasado a través de mo- y reconocer la realidad de la población
vimientos sociales que devienen en la víctima en Colombia (MPC, 2013). Es
configuración de instancias organizati- necesario dotar de un mayor protago-
vas de alto nivel. Entre estas instancias nismo a estas instancias, ya que aún se
destacan el Consejo Regional Indígena mantienen lógicas verticales de relacio-
del Cauca (cric), la Organización Na- namiento y tendencias de los gobiernos
cional Indígena de Colombia (onic) o la nacionales a centralizar sus políticas,
Organización Nacional de los Pueblos generando abandono estatal en las zonas
indígenas de la Amazonia Colombiana rurales de Colombia donde se asienta
(opiac) (y las demás organizaciones población indígena, afro y campesina.
indígenas nacionales), por parte de los Hasta ahora, el modelo económico
pueblos indígenas; el Congreso de los centraliza los beneficios y la atención a
Pueblos, por parte de las comunidades la población en las ciudades capitales, lo
campesinas; y la Conferencia Nacional que genera un flujo de población de la
de Organizaciones Afrocolombianas periferia hacia el centro, cuyo principal
(cnoa), como instancia nacional en la resultado ha sido el abandono e incluso
que convergen las tongas afrocolombia- la renuncia forzada a los territorios. Una
nas regionales. Asimismo, se han logra- economía basada en el reconocimiento
do crear instancias nacionales de nego- de los saberes marginados debería de-
ciación como la Mesa Permanente de venir en un contraflujo poblacional que
Concertación de los Pueblos Indígenas fortalezca las dinámicas locales.
(mpc) donde se ha hecho un esfuerzo in- Desde el modelo económico vigen-
calculable por posicionar los derechos y te lo local ha sido puesto a disposición
las formas de vida de la población indí- de las necesidades globales, la periferia
gena de Colombia. ha asumido los costos de mantener el

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Una economía de paz basada... Robles González Wilman Y., Sánchez Pulgarín Daniel F.

funcionamiento de los centros poblacio- tencial de modelo económico reparador


nales y la vida en los territorios ha per- no debe limitarse ni a las víctimas del
dido todo atractivo en comparación con conflicto armado, ni al territorio na-
las ventajas de vivir en los centros po- cional. Los territorios, el ambiente y la
blacionales. Por ello, la mayoría de los población requieren de un plan de repa-
problemas, incluyendo los relacionados ración con un alcance global. Es decir,
con el conflicto armado, devienen del es necesario propender por estrategias
abandono de los espacios locales y peri- económicas que no agudicen las proble-
féricos. De hecho, la explotación misma máticas existentes y que busquen trans-
de los recursos se fundamenta en el des- formar la situación de los sujetos y eco-
conocimiento de la ocupación territorial sistemas vulnerados por las dinámicas
de grupos humanos. Sin embargo, estos del conflicto y por las mismas dinámicas
territorios no pueden ser comprendidos del modelo económico dominantes.
al margen de las poblaciones que tradi- En síntesis, este ejercicio implica
cionalmente los han ocupado. buscar forma diferente de responder a
En otras palabras, las víctimas del las preguntas: ¿cómo vamos a producir?
conflicto armado colombiano requieren ¿Quién va a producir? y ¿Quiénes serán
de un modelo económico que les permi- los beneficiarios de la producción?
ta ser gestoras de sus propios planes de
reparación. Planes que deben articular-
se con lógicas económicas nacionales e Referencias
incluso trasnacionales resignificadas. Es
decir, con lógicas económicas que emer- El Periódico. (06/11/2019). Protestas en
gen de este nuevo modelo. En conse- Chile son Resultado de la "Domina-
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