La Gloria de La Iglesia 2
La Gloria de La Iglesia 2
La Gloria de La Iglesia 2
TEXTO BASE:
Efesios 1:3 “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo
con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.”
Este texto va hacer nuestra inspiración para el mensaje de esta sesión y nuestro foco de estudio,
si bien durante la sesión anterior nosotros logramos dividir la epístola, ahora nos correspondería
hablar de las bendiciones espirituales en Cristo. Nuestro foco va a estar en esta frase: “en
Cristo”.
Me gustaría hermanos citar las veces que sale mencionada esta expresión en los versículos 3
hasta el 14 del capítulo 1:
Verso 3 “Bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo”
Verso 4 “Escogió en Él” (aquel artículo personal está relacionado a la persona del señor
Jesucristo)
Verso 5 “En amor” (es una medida particular que hace referencia la persona del Señor
Jesucristo, Él como el Hijo del amor de Dios)
Verso 6 “En el Amado”
Verso 7 “En quien tenemos redención por su sangre”
Verso 10 “En reunir todas las cosas en Cristo”
Verso 11 “En Él asimismo tuvimos herencia”
Verso 13 “En Él también vosotros…fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la
promesa”
Ahora cuando la expresión dice aquí en Cristo, la Ilustración nos ayuda entender lo siguiente,
aunque limitadamente, no nos permite comprenderlo del todo, pero significa que todo aquello
que el Señor Jesús logró por sus méritos allí en la obra de la Cruz, toda aquella herencia que el
recibió por cuanto un día glorificado en los cielos se le dijo: “mi hijo eres tú, te engendrado
hoy pídeme y te daré por herencia las naciones, como posesión tuya los confines de la
Tierra… fue ungido con óleo de alegría más que sus compañero”. El Padre lo hizo
heredero de todas las cosas, a Él lo glorifico siendo la cabeza central de todo el universo, visible
o invisible, todo lo que le pertenece por mérito al Señor Jesús ha sido dado por gracia a la Iglesia
por estar en Cristo. Ese es el significado de nuestra posición en Cristo Jesús, estamos en Él.
Ahora hermanos por maravilloso que sea eso, es sólo la mitad de la revelación, la Iglesia está en
Cristo y ahí se ven la bendiciones espirituales, las cuales vamos a leer prontamente. Allí tenemos
la Visión Celestial, en Cristo tenemos nosotros comprensión del propósito de Dios, en Cristo
podemos ver la propia gloria del Señor Jesucristo, ser transformados de gloria en gloria. Pero a
medida que nosotros estamos siendo participes de nuestra experiencia de andar, de vivir en
Cristo también hay una realidad recíproca que es la otra mitad de la revelación, una realidad
complementaria ¿Cuál es? Cristo en nosotros y nosotros en Cristo. Entonces hermanos teniendo
eso como paño de fondo vamos a leer nuevamente el verso 3 y 4.
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda
bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, 4 según nos escogió en él
antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de
él”
UN PEQUEÑO PARÉNTESIS
Aquí hay hermanos que vinieron de Venezuela, o tal vez no hermanos todavía, pero que vinieron
de otros países buscando una oportunidad a estas tierras tan lejanas, tal vez rurales dentro de
Chile (un paréntesis), Dios hace arreglos soberanos para conducirnos a la redención, por eso que
dice aquí que nos escogió Dios en Cristo antes de la fundación del mundo. Rut jamás imagino,
jamás pensó que la tierra donde iba a buscar comida encontraría la salvación para su vida; la
salvación para Rut era un hombre llamado Booz, que era un pariente cercano, que podía rescatar
la heredad que ella había perdido por la muerte de su esposo, que se quiso unir a ella y que dio
el primer paso en favor a ella.
Booz es una figura del Señor Jesucristo, nuestro verdadero pariente cercano ¿Qué hizo nuestro
pariente cercano? Siendo Dios, siendo en forma de Dios, siendo Dios mismo eternamente; toma
la condición humana, totalmente Dios, totalmente hombre, Él hace los arreglos soberanos,
habiéndonos escogidos desde ante la fundación del mundo para que un día determinado dentro
de nuestras vidas, Él se revele como aquel que murió en nuestro lugar, cargando con nuestra
condenación, como aquel que delante de Dios, tomó la mano de Dios y la mano del hombre y los
reconcilió en sí mismo, y nos puso en Él en sí mismo los privilegios de tan grande salvación. Dios
hace arreglos soberanos, que Él nos llamó desde antes la fundación del mundo, y en un día
determinado aunque nosotros tengamos que creer, Él nos proporciona la fe para poder aceptar
la obra redentora del Señor Jesús ¿Y quién sabe (Perdón que sea tan directo) que Dios haya
movido las cosas de una forma tan particular, para que en búsqueda de alguna proporción o
provisión laboral usted finalmente encontrará la salvación en el corazón, en Cristo Jesús? “Cree
en el Señor Jesús y serás salvo tú y tu casa”. Perdón por este paréntesis.
El relato de Rut no muestra a nosotros la soberanía de Dios, porque Rut espigando en aquel
campo descubrió que Dios había arreglado todo para poder dar salvación a ella y no sólo a ella,
usted sabe que entre el hijo de Rut y Booz, después de unirse en matrimonio, pasaron muchas
cosas en el libro de Rut, pero del hijo de Rut y Booz nació un hombre llamado Obed, quién
engendró a Isaí y Isaí engendro a David, el primer rey de Israel y de todo linaje de David vino el
Señor Jesucristo, porque Dios provoca las cosas de un modo tan particular que todo coopera para
su propósito, y allí está el ejemplo, y allí está la Ilustración.
Dios nos escogió desde antes la fundación del mundo, es una gran parte de la verdad y Dios en
un determinado día enciende la luz en nuestro corazón y venimos a la fe del Señor Jesucristo,
eso es una parte la verdad, eso es gracia, Dios ordenándolo todo desde antes la fundación del
mundo. Hay otra parte, cree en el Señor Jesucristo, eso nos corresponde a nosotros, eso es
responsabilidad, el paso a favor de Dios que damos en el ambiente de gracia qué Él a preparado,
recibir el perdón de pecado en Cristo Jesús. Fuimos Escogidos en Él antes que el mundo fuese,
fuimos puestos por decirlo así, en los campos de nuestro Booz ¿Y sabe lo que dijo Booz a Rut,
una vez que ella estaba recogiendo espigas en su campo? “No vallas a espigar a otro
campo”. Si fuimos escogidos en Él, “no améis al mundo” son las palabras del apóstol Juan en
nuevo testamento. Si fuimos escogidos en Él, no vayas a espigar a otro campo, ese es el campo
de las inescrutables riquezas del Señor Jesucristo, dónde nos corresponde entrar, espigar,
recoger, nutrirnos, tener comunión con Él, y a medida que vamos a ese campo tal como ocurrió
a Rut, un día vendremos hacer la esposa de nuestro Redentor. Ese es el llamamiento de la
Iglesia.
La expresión adoptados que sale aquí en verso 5, es una definición muy restringida, muy débil
de aquella expresión que originalmente sale en el texto en griego. Si nosotros pudiéramos
trasladar la palabra al español, de lo que significa realmente ese terminó adoptado aquí, sería:
“habiéndonos predestinados para una plena filiación, por medio de Jesucristo”.
Tenemos que explicar esto ¿Qué significa esa plena filiación? Si nosotros tan sólo respetáramos
este asunto de ser hijos de Dios, el significado queda muy distante de lo que Dios quiere
realmente mostrar, porque Dios no solamente nos llama para ser parte de su familia, como
aquellos hijos que no pertenecen por naturaleza a una familia normal, es decir cuando hay una
adopción, padre y madre adoptan a un hijo que no es biológico, entonces lo hacen parte de su
familia, de una familia común, ama de tal forma como si fuera un hijo biológico, pero no
comparte la misma naturaleza, entonces la definición de adoptado es muy distante realmente de
lo que Dios quiere mostrar. Primer lugar ¿Por qué? Porque todos los que hemos recibido al Señor
Jesucristo, que hemos creído en Él, tenemos por derecho, por potestad, por gracia de Dios ser
llamados hijos de Dios. “los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de
carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”, del cielo, es decir, pertenece la misma
naturaleza qué tiene Dios en su carácter de vida, no en esencia, seguimos siendo humanos y
Dios sigue siendo Dios y Dios sigue siendo Dios en esencia, pero la misma naturaleza de vida del
cielo es dada a esos hijos, y en aquel momento que recibimos a Cristo nacemos de nuevo,
habíamos nacido del vientre de la madre pero ahora nacimos de la voluntad de Dios, habiendo
creído en el Señor Jesucristo; entonces somos hijos recién nacidos. Pero la expresión aquí
significa que “en Cristo” Dios trazó para nosotros un destino, predestinados para ser mostrado
como una plena filiación de Dios con su hijos. Hay que entender que esto fue el escrito donde la
palabra filiación era algo muy común, pero para nosotros algo muy poco común.
Entonces volviendo a esta idea, Dios usará muchas veces la palabra para formar carácter en
nuestro corazón, pero la palabra con sufrimiento lo llevará a profundidades espirituales
maravillosas. Usted conoce algún hermano marcado por el sufrimiento en su vida, va a descubrir
que tiene una profundidad de Cristo, que si usted también tiene una profundidad en su corazón
comprenderá que son hermanos serio, templado, que conocen realmente la mano de su Señor,
que han aprendido a discernir y conocer a su Padre. Cada vez que seamos puesto en estrecho
por la circunstancia agradezcamos al Señor, dobleguemos nuestra servís delante de Él,
esperemos de Él la salida. Pero preguntémonos delante del Señor ¿Señor qué punto de mi vida
estás tocando? ¿Qué quieres obtener? Dispongámonos a humillarnos delante el Señor, porque el
sufrimiento nos conduce a esa madurez de hijos. ¿Acaso no pasó eso con nosotros cuando
éramos niños? A lo mejor sea muy limitada está ilustración, pero no fue así que a través del
sufrimiento aprendimos lecciones importante para nuestra vida adulta, como no jugar con fuego
por ejemplo, y tuvimos que colocar la mano en una estufa caliente para poder aprender que no
la debíamos colocarla más o nuestros padres no decías no hagas esto y nosotros hacíamos lo
contrario de lo que habían prohibido. Y finalmente el padre nos tenía que corregir, porque el
padre que ama disciplina, y muchas veces las privaciones que los padres también podrían
habernos dado de aquello que nosotros estamos pidiendo, era necesario por causa del carácter
del hijo privarlo de aquello que estaba pidiendo por capricho, para que formará un carácter más
maduro; así también hace nuestro padre celestial con nosotros ¿Por qué? Y aquí quiero
hermanos mostrarle la belleza de la doctrina la filiación, de la enseñanza de la filiación.
Hermanos todos hemos sufrido con amargas lágrimas el dolor de la partida de alguien a quien
amamos, usted sabe cuánto lo echa de menos, usted sabe la falta que le hizo en aquel
momento, pero le digo lo siguiente: nuestras relaciones son tan débiles, son relaciones tan
restringidas, no sabemos amar como se debe amar, no hemos demostrado el afecto como
deberíamos y con todo no duele tanto el dolor de la separación. Ahora piense lo siguiente, el Hijo
y su Padre se habían amado y visto eternamente, y nunca habían estado separados, y el amor
del Padre por su Hijo era completo, el amor del Hijo por el Padre era completo y por un momento
debe ser cortada esa dinámica de relación para que nosotros fuéramos insertado a la familia de
Dios ¡Aleluya hermanos! ¡Aleluya y Gloria al Señor! Porque Cristo sufrió el más grande dolor de
su alma. Por eso en el Getsemaní cuando estaba siendo oprimido su corazón, Él decía: “Padre
si es posible pase de mi esta copa”. Jesús no le tenía miedo a la muerte en la Cruz, Jesús no
le tenía miedo a los clavos, no le tenía miedo a los latigazos en la espalda, ni a la corona de
espinas, Jesús estaba temblando en el corazón porque no sabía si Él lograría resistir en su alma
humana el rostro de separación de su Padre eterno, pero como dice la escritura mediante el
espíritu eterno se ofreció a Dios (Heb. 9:14) y el Señor lo sustento. Pasada esa hora cruel en la
Cruz, “Él dice tengo sed” y dice: “consumado es”.
Ahora el camino está abierto y estuvo 3 días en la sepultura, entró a la muerte y arrebató las
llaves de la muerte y del hades, venció al que tenía el imperio la muerte y levantándose en
resurrección allí en Juan capítulo 20. Mire Juan capítulo 20 una vez que Jesús resucitó, una de las
primeras que se acercó al sepulcro fue María, venía a ungirle y se dio cuenta de que la sepultura
está vacía, aparece una persona en el camino, en el huerto donde había sido sepultado Jesús y le
dice: mujer porque lloras y a quién buscas, y María le dice (pensando que era el hortelano) Señor
si tú te lo has llevado, no veo a mi maestro por aquí, dime dónde lo has puesto y yo lo llevaré
nuevamente al sepulcro y Jesús le dice: María, y ella volviéndose le dijo maestro, porque
reconoció la voz de su maestro, y miré la noticia maravillosa que le tenía que dar su maestro.
Juan 20:16-17 “Jesús le dijo:!!María! Volviéndose ella, le dijo:!!Raboni! (que quiere
decir, Maestro). 17 Jesús le dijo: No me toques (no me retengas, quiere decir esa frase),
porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre
y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.” Hermanos antes del verso 17 de Juan
capítulo 20, en los 33 años y medio que Jesús había estado con sus discípulos, nunca le había
podido llamar hermanos por naturaleza, no porque no quisiera, porque no había sido consumada
su victoria en la Cruz del calvario, más cuando Jesús nos reconcilió con Dios y nos abrió el
camino para una nueva relación con Dios, ahora como hijos puede decir: “Subo a mi Padre y a
vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios. Ve a mis hermanos y dile....”. Por eso se dice:
“no se avergüenza de llamarlos hermanos”. ¡Qué cosa maravillosa y preciosa es esto
hermano! continúa el relato después en el versículo 12 (Heb. 2) cita unas palabras del salmista:
“diciendo:
Anunciaré a mis hermanos tu nombre,
En medio de la congregación te alabaré.”
Cuando termina Romanos capítulo 4, usted va a encontrar esta expresión: “el cual fue
entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.” La
muerte trato con nuestros pecados, su resurrección nos hizo aceptos delante de Dios ¡Gracias al
Señor! Aceptos en el amado.
Sólo quisiera citar una experiencia más, para definir este concepto y vamos a tener que terminar
en otra visita, con la descripción de estas bendiciones espirituales.
Hermanos qué asunto maravilloso es la gracia del Señor, hombres pecadores, hombres con la
tendencia y más terrible de aquello que nosotros pudiéramos hoy repudiar. Hombres fracturados
en el alma, de corazón quebrantado, hombres enlutados, prisioneros de las más terribles
cadenas, un día son llamados por el Rey para ser sentados para siempre a su mesa. La sola
presencia del Rey en su mesa y las manos del Rey partiendo el pan para convidarnos de su
bocado, sana nuestro corazón ¡Aleluya! Dios nos has aceptado en su hijo Jesús; eso es su Iglesia,
congregación de hombres lastimados invitados a un lugar que se llama gracia. Cristo siendo el
todo en todos. Un himno de Charles Wesley: “amor maravilloso, como puede ser posible
que tu Dios mío hayas muerto por mí. O qué misterio que haya muerto el Inmortal,
cómo puede ser posible que yo me beneficie de la sangre de un justo que yo mismo
mate ¡Gracias Señor!”
Amén y Amén.