La Gloria de La Iglesia 2

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 12

LA GLORIA DE LA IGLESIA SECCIÓN 2-ALEXIS VERA.

TEXTO BASE:
Efesios 1:3 “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo
con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.”
Este texto va hacer nuestra inspiración para el mensaje de esta sesión y nuestro foco de estudio,
si bien durante la sesión anterior nosotros logramos dividir la epístola, ahora nos correspondería
hablar de las bendiciones espirituales en Cristo. Nuestro foco va a estar en esta frase: “en
Cristo”.
Me gustaría hermanos citar las veces que sale mencionada esta expresión en los versículos 3
hasta el 14 del capítulo 1:
 Verso 3 “Bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo”
 Verso 4 “Escogió en Él” (aquel artículo personal está relacionado a la persona del señor
Jesucristo)
 Verso 5 “En amor” (es una medida particular que hace referencia la persona del Señor
Jesucristo, Él como el Hijo del amor de Dios)
 Verso 6 “En el Amado”
 Verso 7 “En quien tenemos redención por su sangre”
 Verso 10 “En reunir todas las cosas en Cristo”
 Verso 11 “En Él asimismo tuvimos herencia”
 Verso 13 “En Él también vosotros…fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la
promesa”

LA RELACIÓN CON DIOS ES “EN CRISTO”


Si ustedes hermanos ven todas las bendiciones espirituales qué van a parecer enumeradas del
versículo 3 hasta el 14 tienen sentido en Cristo. Veamos una pequeña ilustración para
comprender cuál es el sentido de esta expresión.
Para el apóstol Pablo, si nosotros pudiéramos tener al hermano Pablo en estos días sentado
entre nosotros y pudiéramos preguntar ¿Qué es para usted la vida cristiana? Con seguridad el no
diría, es la vida de un hombre en Cristo. Para nosotros no hay sentido en relación con Dios fuera
de Cristo, para el hombre en verdad no hay ninguna posibilidad fuera del Señor Jesucristo. No es
sólo en sentido de posición, no es que nos haya puesto en una esfera donde el Cristo es el todo,
de hecho es así, sin embargo en Cristo significa que Él es la fuente de nuestra salvación eterna,
Él la fuente de nuestra relación con Dios; Él es el sentido y el propósito, el objetivo y la meta de
todo el plan eterno de Dios. De hecho cuando Pablo Le escribió a los colosenses dice: “Él es la
imagen misma del Dios invisible” y luego da una lista de característica del Señor Jesucristo,
y dice todo fue creado en Él, por Él y para Él. Es decir que todas las cosas que existen en el
universo tiene sentido en Él. Más la iglesia particularmente de la que lo estamos refiriendo aquí
al leer la carta a los efesios, en Cristo, ha sido unido a Él eternamente.
Pero el privilegio de la primera bendición mencionada en el verso 3 “Nos escogió en Cristo
antes de la fundación del mundo……y nos bendijo con toda bendición espiritual en los
lugares celestiales en Cristo” habla de que la realidad de gestación de la Iglesia no nació en
aquel día de pentecostés, 10 días después que el Señor Jesús había sido ascendido allí en el
monte del Olivo, recuerde los relatos del final del libro de Lucas y el comienzo del libro de
Hechos. No es que la Iglesia haya sido una idea de Dios a partir de aquel momento, tampoco la
Iglesia comienza a parecer cuando Jesús habla en Cesárea de Filipo con respecto al misterio de
Cristo (la Iglesia, la Cruz y el Reino) en Mateo 16 y 17. La Iglesia tampoco comienza cuando Dios
llama al pueblo de Israel de Egipto y se revela a ellos para reunirse con ello en el tabernáculo,
cuando andaba por el desierto. La Iglesia es revelada de un modo progresivo desde la antiguo
hasta el nuevo testamento y aunque tenga una manifestación en el día de Pentecostés,
podríamos decir que de alguna manera que la Iglesia surge con toda su vida y poder aquí en la
tierra. Lo que estamos leyendo aquí nos traslada hasta antes que el mundo fuese fundado y
antes de que el mundo fuese fundado en el corazón de Dios, en aquello que nosotros decíamos
en denante, el misterio de Dios qué es Cristo. Estaba escondido un misterio en el corazón de
Cristo y ese misterio era que Dios tendría en Cristo Jesús a muchos hombres y mujeres que
vendrían a ser la plenitud del Señor Jesucristo (esa es una palabra interesante), porque otra de
las palabra clave en la carta a los Efesios es plenitud. Vamos a encontrar esa expresión en el
capítulo 1:23 y en 3:19, y también en 4:13. Palabras claves nos hablan de algo completó, y más
adelante vamos tocar nuevamente esa palabra, sólo quería destacar esa palabra.

LA RIQUEZA DE LA GRACIA DE DIOS EN CRISTO.


Pero volviendo a la idea, la Iglesia hermanos, si pudieran colocar un fundamento de aquello que
la Iglesia es, es un diseño eterno, un propósito eterno en el corazón de Dios. De alguna manera
Cristo no puede ser visto aparte de la Iglesia, ni la Iglesia vista aparte de Cristo.
Si volvemos a la ilustración anterior, donde enfatiza la expresión en Cristo, ese momento cuando
nosotros éramos pequeños, o si es que de alguna manera veo esta figura. Un niño pequeñito y
un árbol alto con frutas, piense que ese árbol es de manzanas, por ejemplo, y ese pequeñito
quiere alcanzar una de las manzanas del árbol. Si él no puede subirse al árbol y la manzana está
tan alta, él va a tirar su mano y nunca va a poder alcanzarla, pero puede venir su papá tomarlo
en brazos, subirlo en sus hombros y hacer que el niño sobre los hombros de su padre estire la
mano hacia las ramas del árbol, tomé la manzana y la coma.
¿Quién hizo el esfuerzo? El padre y el hijo. El padre ha levantado al hijo en sus hombros, el niño
jamás podría haber alcanzado la manzana si el padre no lo hubiese levantado en sus hombros,
pero el niño también levantó el brazo y pudo tomar la fruta, esa es la riqueza de la gracia de
Dios en Cristo ¿Por qué? Porque la gracia de Dios opera así. Dios hace todo y nosotros hacemos
todo en Cristo, es muy importante esta frase. Dios hace todo y nosotros hacemos todo en Él,
porque no es que Dios haga una parte y nosotros otra, y que Dios haga todo y nosotros nada,
Dios hace todo y nosotros hacemos todo en Él, igual que el pequeño que fue subido a los
hombros de su padre. El niño jamás hubiera alcanzado la rama si el padre no lo hubiera puesto
en sus hombros, pero el niño también estiró la mano por el esfuerzo del padre para tomar de la
fruta, entonces el niño puede decir también tomé la manzana del árbol, pero el padre puede
decir yo tome la manzana del árbol, porque el levanto también al muchacho.

Ahora cuando la expresión dice aquí en Cristo, la Ilustración nos ayuda entender lo siguiente,
aunque limitadamente, no nos permite comprenderlo del todo, pero significa que todo aquello
que el Señor Jesús logró por sus méritos allí en la obra de la Cruz, toda aquella herencia que el
recibió por cuanto un día glorificado en los cielos se le dijo: “mi hijo eres tú, te engendrado
hoy pídeme y te daré por herencia las naciones, como posesión tuya los confines de la
Tierra… fue ungido con óleo de alegría más que sus compañero”. El Padre lo hizo
heredero de todas las cosas, a Él lo glorifico siendo la cabeza central de todo el universo, visible
o invisible, todo lo que le pertenece por mérito al Señor Jesús ha sido dado por gracia a la Iglesia
por estar en Cristo. Ese es el significado de nuestra posición en Cristo Jesús, estamos en Él.
Ahora hermanos por maravilloso que sea eso, es sólo la mitad de la revelación, la Iglesia está en
Cristo y ahí se ven la bendiciones espirituales, las cuales vamos a leer prontamente. Allí tenemos
la Visión Celestial, en Cristo tenemos nosotros comprensión del propósito de Dios, en Cristo
podemos ver la propia gloria del Señor Jesucristo, ser transformados de gloria en gloria. Pero a
medida que nosotros estamos siendo participes de nuestra experiencia de andar, de vivir en
Cristo también hay una realidad recíproca que es la otra mitad de la revelación, una realidad
complementaria ¿Cuál es? Cristo en nosotros y nosotros en Cristo. Entonces hermanos teniendo
eso como paño de fondo vamos a leer nuevamente el verso 3 y 4.
“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda
bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, 4 según nos escogió en él
antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de
él”

NUESTRA PRIMERA BENDICIÓN: “NOS ESCOGIÓ EN ÉL”


Si nosotros pudiéramos colocar aquí una numeración, aquí está la primera bendición espiritual
en Cristo Jesús, “nos escogió en Él antes de la fundación del mundo”. Usted recuerda los
relatos en el libro de Rut, era una mujer que pertenecía a una nación extranjera, fuera del pueblo
de Israel, una nación que no tenía ningún derecho de comunión o de amistad con el pueblo de
Israel, porque era por naturaleza enemiga de Israel, Moab, por naturaleza también enemiga de
Dios, porque cuando ustedes ven la geología o cómo fue que se gestó la nación de Moab es un
asunto ¡¡atroz!! Fue originada por un insecto. Entonces la nación de Moab es toda una
degeneración que una generación, y a ese pueblo pertenecía Rut.
Un día en la tierra de Belén se escuchó que había hambre en Israel y un hombre que se llamaba
Abimelec salió junto con su esposa, sus hijos y se fueron de Israel, de la tierra Santa, de la tierra
prometida, de la tierra donde fluye leche y miel porque escuchó el rumor que había hambruna y
se fueron en busca de un destino mejor a Moab, a un lugar que era totalmente ajeno a los pactos
de la promesa de Dios, y allí cosecharon muerte. Sus hijos se casaron con dos mujeres, una era
Rut y la otra Orfa. A Noemí se le murió el esposo (Noemí era la esposa de Abimelec), a Ruth se le
murió el esposo, y a Orfa se le murió el esposo, o sea quedaron tres mujeres solas, la desgracia
completa porque en ese tiempo siendo mujeres, estando solas, viudas y pobre sin ninguna
posesión ¿Quién la podría salvar? Noemí les dijo que si alguna vez se fuera a casar y tuviere
hijos, ustedes tendrían que esperar décadas para volver a casarse, en el fondo ya tiene la
esperanza perdida, quédense aquí en Moab y yo regresaré a Belén.
En un texto dentro del capítulo 1 del libro de Rut, dónde Noemí había oído que Dios había
visitado nuevamente Belén y había visitado la tierra de Israel para dar a su pueblo el pan.
Entonces cuando Noemí escucha de la visitación del Señor, Noemí dice voy a regresar a Belén,
vuelvo sin nada pero prefiero estar en la tierra donde está el Señor y algo tocó el corazón de Rut,
no sé si fue Noemí, es muy probable que por el relato no. Noemí le insistió a Rut y a Orfa, a la
otra nuera, que se quedará en Moab y le insistió en tres ocasiones, pero Rut le dijo: “No me
ruegues que te deje y me aparte de ti, porque a dondequiera que tú vayas, iré yo, y
dondequiera que vivas, viviré. Tu pueblo será mi pueblo y tu Dios, mi Dios”.
¿Y qué ocurrió? Rut volvió a Belén junto con Noemí, en búsqueda de una nueva oportunidad para
sus vidas, en Belén que era la casa del pan, volvió aquella extranjera junto con su suegra que se
había exiliado a sí misma. Volvió esa extranjera en búsqueda de alimento, en búsqueda de
provisión y soberanamente cuando volvió y buscó donde recoger espiga, trigo y cebada, ella
descubrió que al pasar la semana que el lugar donde estaba recogiendo trigo y cebada era la
tierra de un hombre que podía redimirla.

UN PEQUEÑO PARÉNTESIS
Aquí hay hermanos que vinieron de Venezuela, o tal vez no hermanos todavía, pero que vinieron
de otros países buscando una oportunidad a estas tierras tan lejanas, tal vez rurales dentro de
Chile (un paréntesis), Dios hace arreglos soberanos para conducirnos a la redención, por eso que
dice aquí que nos escogió Dios en Cristo antes de la fundación del mundo. Rut jamás imagino,
jamás pensó que la tierra donde iba a buscar comida encontraría la salvación para su vida; la
salvación para Rut era un hombre llamado Booz, que era un pariente cercano, que podía rescatar
la heredad que ella había perdido por la muerte de su esposo, que se quiso unir a ella y que dio
el primer paso en favor a ella.
Booz es una figura del Señor Jesucristo, nuestro verdadero pariente cercano ¿Qué hizo nuestro
pariente cercano? Siendo Dios, siendo en forma de Dios, siendo Dios mismo eternamente; toma
la condición humana, totalmente Dios, totalmente hombre, Él hace los arreglos soberanos,
habiéndonos escogidos desde ante la fundación del mundo para que un día determinado dentro
de nuestras vidas, Él se revele como aquel que murió en nuestro lugar, cargando con nuestra
condenación, como aquel que delante de Dios, tomó la mano de Dios y la mano del hombre y los
reconcilió en sí mismo, y nos puso en Él en sí mismo los privilegios de tan grande salvación. Dios
hace arreglos soberanos, que Él nos llamó desde antes la fundación del mundo, y en un día
determinado aunque nosotros tengamos que creer, Él nos proporciona la fe para poder aceptar
la obra redentora del Señor Jesús ¿Y quién sabe (Perdón que sea tan directo) que Dios haya
movido las cosas de una forma tan particular, para que en búsqueda de alguna proporción o
provisión laboral usted finalmente encontrará la salvación en el corazón, en Cristo Jesús? “Cree
en el Señor Jesús y serás salvo tú y tu casa”. Perdón por este paréntesis.

El relato de Rut no muestra a nosotros la soberanía de Dios, porque Rut espigando en aquel
campo descubrió que Dios había arreglado todo para poder dar salvación a ella y no sólo a ella,
usted sabe que entre el hijo de Rut y Booz, después de unirse en matrimonio, pasaron muchas
cosas en el libro de Rut, pero del hijo de Rut y Booz nació un hombre llamado Obed, quién
engendró a Isaí y Isaí engendro a David, el primer rey de Israel y de todo linaje de David vino el
Señor Jesucristo, porque Dios provoca las cosas de un modo tan particular que todo coopera para
su propósito, y allí está el ejemplo, y allí está la Ilustración.

Dios nos escogió desde antes la fundación del mundo, es una gran parte de la verdad y Dios en
un determinado día enciende la luz en nuestro corazón y venimos a la fe del Señor Jesucristo,
eso es una parte la verdad, eso es gracia, Dios ordenándolo todo desde antes la fundación del
mundo. Hay otra parte, cree en el Señor Jesucristo, eso nos corresponde a nosotros, eso es
responsabilidad, el paso a favor de Dios que damos en el ambiente de gracia qué Él a preparado,
recibir el perdón de pecado en Cristo Jesús. Fuimos Escogidos en Él antes que el mundo fuese,
fuimos puestos por decirlo así, en los campos de nuestro Booz ¿Y sabe lo que dijo Booz a Rut,
una vez que ella estaba recogiendo espigas en su campo? “No vallas a espigar a otro
campo”. Si fuimos escogidos en Él, “no améis al mundo” son las palabras del apóstol Juan en
nuevo testamento. Si fuimos escogidos en Él, no vayas a espigar a otro campo, ese es el campo
de las inescrutables riquezas del Señor Jesucristo, dónde nos corresponde entrar, espigar,
recoger, nutrirnos, tener comunión con Él, y a medida que vamos a ese campo tal como ocurrió
a Rut, un día vendremos hacer la esposa de nuestro Redentor. Ese es el llamamiento de la
Iglesia.

LA IGLESIA, EL DISEÑO ETERNO EN EL CORAZÓN DE DIOS.


Escogidos antes de la fundación del mundo, dicho de otro modo antes que lo cimientos fueran
lanzados, Dios en su corazón había echado los cimientos de su comunión eterna con el hombre;
Cristo y la Iglesia. Antes de que el universo visible o invisible apareciera a partir de la palabra de
Dios, antes de todo eso la Iglesia estaba escondida en el corazón de Cristo. Entonces aquí hay un
aspecto precioso de la Iglesia, en su propósito, en su diseño, por así decirlo la Iglesia es eterna,
estaba eternamente escondido en el corazón de Dios. Hermanos muchas veces nosotros
tenemos una visión tan limitada que es la Iglesia, pensamos que es como una organización, en
otro tiempo pensamos que era una estructura, todavía hay mucho que le llaman la Iglesia al
espacio físico, pero mire lo que está diciendo la escritura acá, la Iglesia tiene un carácter eterno,
la plenitud de Cristo, diseñada de la eternidad y revelada en éstos tiempo.
Ahora hermanos Juan usa una expresión en una de sus epístolas: “así como Él es (refiriéndose
a Cristo), así somos nosotros en este mundo”. Entonces cuando somos puestos en Cristo,
todo lo que le pertenece a Cristo, todo lo que Él ha recibido por mérito, también le pertenece a la
Iglesia, todo lo que Cristo es en carácter también ha sido manifestado, gestado a través de la
Iglesia. La Iglesia con mayúscula, la Iglesia que representa el deseo, el diseño eterno en el
corazón de Dios. Esa es la primera bendición espiritual, Escogidos en Él antes de la fundación del
mundo.

NUESTRA SEGUNDA BENDICIÓN: “ADOPTADOS HIJOS SUYOS POR MEDIO DE


JESUCRISTO”
“En amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de
Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad”. Vamos a tomar un buen tiempo en esto.

La expresión adoptados que sale aquí en verso 5, es una definición muy restringida, muy débil
de aquella expresión que originalmente sale en el texto en griego. Si nosotros pudiéramos
trasladar la palabra al español, de lo que significa realmente ese terminó adoptado aquí, sería:
“habiéndonos predestinados para una plena filiación, por medio de Jesucristo”.
Tenemos que explicar esto ¿Qué significa esa plena filiación? Si nosotros tan sólo respetáramos
este asunto de ser hijos de Dios, el significado queda muy distante de lo que Dios quiere
realmente mostrar, porque Dios no solamente nos llama para ser parte de su familia, como
aquellos hijos que no pertenecen por naturaleza a una familia normal, es decir cuando hay una
adopción, padre y madre adoptan a un hijo que no es biológico, entonces lo hacen parte de su
familia, de una familia común, ama de tal forma como si fuera un hijo biológico, pero no
comparte la misma naturaleza, entonces la definición de adoptado es muy distante realmente de
lo que Dios quiere mostrar. Primer lugar ¿Por qué? Porque todos los que hemos recibido al Señor
Jesucristo, que hemos creído en Él, tenemos por derecho, por potestad, por gracia de Dios ser
llamados hijos de Dios. “los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de
carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”, del cielo, es decir, pertenece la misma
naturaleza qué tiene Dios en su carácter de vida, no en esencia, seguimos siendo humanos y
Dios sigue siendo Dios y Dios sigue siendo Dios en esencia, pero la misma naturaleza de vida del
cielo es dada a esos hijos, y en aquel momento que recibimos a Cristo nacemos de nuevo,
habíamos nacido del vientre de la madre pero ahora nacimos de la voluntad de Dios, habiendo
creído en el Señor Jesucristo; entonces somos hijos recién nacidos. Pero la expresión aquí
significa que “en Cristo” Dios trazó para nosotros un destino, predestinados para ser mostrado
como una plena filiación de Dios con su hijos. Hay que entender que esto fue el escrito donde la
palabra filiación era algo muy común, pero para nosotros algo muy poco común.

ENTRE TUTORES Y CURADORES


Vamos a leer un verso en el capítulo 4 de Gálatas para poder comprender este significado.
Versos 1 y 2 “Pero también digo: Entre tanto que el heredero es niño, en nada difiere
del esclavo, aunque es señor de todo; 2 sino que está bajo tutores y curadores hasta
el tiempo señalado por el padre.” Hermanos está breve descripción qué hace el apóstol
Pablo es de un proceso llamado filiación. Hay un heredero que es niño, entre tanto que el
heredero de todos los bienes del padre es un niño, dice aquí, que en nada difería del esclavo
¿Por qué? Porque era puesto bajo tutores y curadores hasta un tiempo señalado por el padre
¿Qué ocurre en ese tiempo? Cuando el heredero es niño, aunque es señor de todo, por eso
también se cumple la palabra en tiempo presente bajo tutores y curadores, Dios nos hizo un
reino de reyes y sacerdotes para sí, pero aunque no lo veamos completamente de esa manera,
aunque el niño es señor de todo en nada difiere del esclavo ¿Por qué? Cuando el hijo de un padre
rico era el heredero de toda la administración de los bienes del padre, debía aprender a
ministrar, debía crecer a la imagen del padre ¿Cómo podía hacer eso? Habían esclavos
contratados para enseñar la historia, habían esclavos contratados para enseñarle matemáticas,
artes, ciencia, qué criaban y lo instruían al niño en las materias de la vida, y una vez que el niño
hubiera crecido hasta la medida donde el padre decía sí, yo reconozco el carácter maduro en
este muchacho, entonces lo sacaba de los cuidados de los tutores y curadores. Llamaba a una
cena a todos sus amigos que conocía y le decía mi hijo ha madurado, y esa ceremonia era
filiación.
Cuando en efesios capítulo 1:5 dice: “en amor habiéndonos predestinado para ser
adoptados (filiación cómo sale en el texto original) hijos suyos por medio de Jesucristo,
según el puro afecto de su voluntad.” Es que el padre preparó para nosotros una meta,
preparo para nosotros el día de la revelación, en que un día será dicho: he aquí los hijos que Dios
me dio, por la boca del Señor Jesucristo, he aquí los hijos que crecieron a la madurez, y aquí
cuando estuvieron en la tierra estuvieron bajo tutores y curadores, en nada tal vez se
diferenciaban del esclavo. ¿Quiénes son los esclavos, los tutores y curadores? Muchas veces son
circunstancia que el Señor coloca providencialmente a nuestro alrededor y usted sabe que hay
circunstancias que no puede cambiar de su vida, circunstancias que nos mantienen en una
constante humillación delante del Señor, sufrimiento incontrolables, enfermedades, dolores,
limitaciones, carencias, angustias, dificultades económicas, sea cual fuera el Señor coloca
aquellas circunstancias de dolor para enseñar al niño, para mostrar que Él tiene una mano de
cuidado y quiere formar carácter en sus hijos, dicho de otro modo Dios nuestro Padre a de
revelar conforme a su llamamiento sobre nuestras vidas, que nosotros sus hijos, tendremos la
imagen de su Hijo, porque el gran Hijo maduro de Dios, el Hijo con mayúscula, es Jesucristo el
Señor. Pero el privilegio de nuestro llamamiento, el llamamiento de la Iglesia, porque no es sólo
individual sino es corporativo, un día va a ser revelada como un hijo maduro para Dios. Cada uno
de nosotros estamos llamados a crecer hacia esa madurez ¿Sabes cómo esa madurez se va
gestando? Por medio de dos grandes instrumentos que dio utiliza:
 El Ministerio del Espíritu Santo de Dios por la palabra
 Las circunstancias, particularmente el sufrimiento.

EL SUFRIMIENTO ES EL GRAN CAMINO PARA UNA FILIACIÓN


El sufrimiento decía Clive Staples Lewis (C.S. Lewis) el autor de las crónicas de Narnia, libro muy
conocido: “es el megáfono de Dios para una humanidad indolente”. Es decir que para todo
hombre sea cristiano o no, Dios utiliza el sufrimiento para tocar las fibras más íntimas del
corazón y hacerlo humillarse, y hacerlo que reconozca y que necesita una vida ajustada con
Dios, claro que el hombre con la soberbia, con la coraza que se coloca va acallando su
conciencia en muchas ocasiones. Pero uno de los grandes sentido del sufrimiento es doblegar el
corazón del hombre para reconocer a Dios, y en la vida del cristiano y en la vida de aquellos hijos
de Dios que están entre curadores y tutores, el sufrimiento es el gran camino para una filiación.
Aprendemos más de los dolores que de los momentos de bienestar, aunque los momentos de
bienestar también son una prueba para nuestra vida, como dijo aquel hombre Agur en
proverbios 30:8 y 9 “No me des pobreza ni riquezas; Manténme del pan necesario; 9 No
sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? Porque el dolor nos enseña,
pero el bienestar también es una prueba.

Entonces volviendo a esta idea, Dios usará muchas veces la palabra para formar carácter en
nuestro corazón, pero la palabra con sufrimiento lo llevará a profundidades espirituales
maravillosas. Usted conoce algún hermano marcado por el sufrimiento en su vida, va a descubrir
que tiene una profundidad de Cristo, que si usted también tiene una profundidad en su corazón
comprenderá que son hermanos serio, templado, que conocen realmente la mano de su Señor,
que han aprendido a discernir y conocer a su Padre. Cada vez que seamos puesto en estrecho
por la circunstancia agradezcamos al Señor, dobleguemos nuestra servís delante de Él,
esperemos de Él la salida. Pero preguntémonos delante del Señor ¿Señor qué punto de mi vida
estás tocando? ¿Qué quieres obtener? Dispongámonos a humillarnos delante el Señor, porque el
sufrimiento nos conduce a esa madurez de hijos. ¿Acaso no pasó eso con nosotros cuando
éramos niños? A lo mejor sea muy limitada está ilustración, pero no fue así que a través del
sufrimiento aprendimos lecciones importante para nuestra vida adulta, como no jugar con fuego
por ejemplo, y tuvimos que colocar la mano en una estufa caliente para poder aprender que no
la debíamos colocarla más o nuestros padres no decías no hagas esto y nosotros hacíamos lo
contrario de lo que habían prohibido. Y finalmente el padre nos tenía que corregir, porque el
padre que ama disciplina, y muchas veces las privaciones que los padres también podrían
habernos dado de aquello que nosotros estamos pidiendo, era necesario por causa del carácter
del hijo privarlo de aquello que estaba pidiendo por capricho, para que formará un carácter más
maduro; así también hace nuestro padre celestial con nosotros ¿Por qué? Y aquí quiero
hermanos mostrarle la belleza de la doctrina la filiación, de la enseñanza de la filiación.

A TRAVÉS DEL HIJO UNIGÉNITO, MUCHOS HIJOS A LA GLORIA


Mire en Juan capítulo 1:14 “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros y
vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.”
Quiero destacar esta expresión “vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre”.
Cuando la palabra dice unigénito, se refiere a un hijo único, único engendrado por Dios el Padre,
no hay otro comparado a Él, no hay otro Hijo, desde esta perspectiva. Mire que también está
expresión, de unigénito se repite en el verso 18 del mismo capítulo: “A Dios nadie le vio
jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer”.
Nuevamente la expresión Jesús es el Hijo unigénito también está en Juan 3:16 “Porque de tal
manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que
en él cree, no se pierda, mas tenga la vida eterna.”. Verso 18 “El que en él cree, no es
condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el
nombre del unigénito Hijo de Dios.”
En cuatro ocasiones en el evangelio de Juan, el apóstol utiliza la frase Hijo unigénito para
referirse al Señor Jesús ¿Sabe lo que significa eso? Que cuando el Señor Jesús estaba aquí en la
tierra, en el sentido relacional con Dios, lo que Él era para Dios, Él era el Hijo unigénito, el Hijo
único, es decir Dios no tenía otro hijo fuera de su Hijo Jesucristo ¿Qué ocurrió para que se
ensancha el corazón de Dios? Mire un texto en Hebreos 2:10-11 “Porque convenía a aquel
por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que
habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de
la salvación de ellos. 11 Porque el que santifica y los que son santificados (estos somos
nosotros), de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos”. El
punto de transición entre Dios y su Hijo unigénito y luego muchos hijos conducidos a la gloria,
está en el verso 10. Hermanos el Hijo unigénito sufrió, el Hijo unigénito sufrió inmerecidamente;
nosotros sufrimos por mérito, nosotros sufrimos porque somos tendientes a causar el mal,
aunque a veces sufrimos inmerecidamente, pero con todo el Hijo no tenía razón para sufrir, pero
Él como dice el profeta Isaías es el varón de dolores, experimentado en quebranto, como dice
otras traducciones: Él ha sufrido como nadie lo ha hecho ¿Saben por qué? Porque el dolor más
grande del Hijo de Dios, era que siendo el unigénito Hijo del Padre por toda la eternidad (no sólo
por aquellos 33 años que había estado aquí en la tierra) había sido el que había visto el rostro de
su padre. “A Dios nadie lo vio jamás; el unigénito hijo del padre….”, Él estaba con una
relación cara a cara con su Padre, eternamente, esa relación estrecha de amor, de armonía, tal
vez Cristo siempre viendo el rostro de aprobación de su Padre. Él decía yo no hago nada por mí
mismo, todo lo que oido de mi Padre lo he dado a conocer, mis palabras no son mías, mi doctrina
no es mía sino del que me envió, todo lo que había dicho y hecho, lo vivido en la tierra era un
reflejo del rostro del Padre, pero un día aquel pilar de la vida de Jesucristo, que era el rostro de
aprobación de su padre exigió a otro pilar de la vida de nuestro Señor Jesucristo ¿Por qué?
Porque el Señor Jesús en su vida tenía dos grandes pilares, uno era el rostro de aprobación de su
Padre y dos hacer la voluntad de su Padre para lo que Él había sido enviado. Un día el pilar que
significaba hacer la voluntad de su Padre hizo entrar en colapso al otro pilar que era ver siempre
el rostro de aprobación de su Padre ¿En qué momento hermanos? Cuando conducido por su
Padre hasta el calvario y colgado en la Cruz llevaba nuestros pecados sobre sus hombros. Las
agresiones más terribles que tú puedes imaginar, aquellos pecados que cometiste y ha llorado
amargamente, sumados por toda la humanidad, cargado sobre los hombros del Salvador, con
toda seguridad Dios el Padre en las alturas no podía tolerar que su Hijo cargará con tanta
maldad, entonces el Padre dio vuelta su rostro y se hizo tinieblas por tres horas sobre la tierra
¿Usted recuerda las horas de la Cruz? Y Jesús exclamó: “Dios mío, Dios mío porque me has
abandonado”. Testifica el salmista que nunca había visto un justo desamparado, pero algo
ocurrió en esa hora de la Cruz, que el mayor de todos los justos dice: “porque me has
abandonado”. En ese momento se estaba gestando nuestra filiación; Él fue separado de Dios
por un momento para que nosotros tuviésemos comunión eterna con Él.

Hermanos todos hemos sufrido con amargas lágrimas el dolor de la partida de alguien a quien
amamos, usted sabe cuánto lo echa de menos, usted sabe la falta que le hizo en aquel
momento, pero le digo lo siguiente: nuestras relaciones son tan débiles, son relaciones tan
restringidas, no sabemos amar como se debe amar, no hemos demostrado el afecto como
deberíamos y con todo no duele tanto el dolor de la separación. Ahora piense lo siguiente, el Hijo
y su Padre se habían amado y visto eternamente, y nunca habían estado separados, y el amor
del Padre por su Hijo era completo, el amor del Hijo por el Padre era completo y por un momento
debe ser cortada esa dinámica de relación para que nosotros fuéramos insertado a la familia de
Dios ¡Aleluya hermanos! ¡Aleluya y Gloria al Señor! Porque Cristo sufrió el más grande dolor de
su alma. Por eso en el Getsemaní cuando estaba siendo oprimido su corazón, Él decía: “Padre
si es posible pase de mi esta copa”. Jesús no le tenía miedo a la muerte en la Cruz, Jesús no
le tenía miedo a los clavos, no le tenía miedo a los latigazos en la espalda, ni a la corona de
espinas, Jesús estaba temblando en el corazón porque no sabía si Él lograría resistir en su alma
humana el rostro de separación de su Padre eterno, pero como dice la escritura mediante el
espíritu eterno se ofreció a Dios (Heb. 9:14) y el Señor lo sustento. Pasada esa hora cruel en la
Cruz, “Él dice tengo sed” y dice: “consumado es”.
Ahora el camino está abierto y estuvo 3 días en la sepultura, entró a la muerte y arrebató las
llaves de la muerte y del hades, venció al que tenía el imperio la muerte y levantándose en
resurrección allí en Juan capítulo 20. Mire Juan capítulo 20 una vez que Jesús resucitó, una de las
primeras que se acercó al sepulcro fue María, venía a ungirle y se dio cuenta de que la sepultura
está vacía, aparece una persona en el camino, en el huerto donde había sido sepultado Jesús y le
dice: mujer porque lloras y a quién buscas, y María le dice (pensando que era el hortelano) Señor
si tú te lo has llevado, no veo a mi maestro por aquí, dime dónde lo has puesto y yo lo llevaré
nuevamente al sepulcro y Jesús le dice: María, y ella volviéndose le dijo maestro, porque
reconoció la voz de su maestro, y miré la noticia maravillosa que le tenía que dar su maestro.
Juan 20:16-17 “Jesús le dijo:!!María! Volviéndose ella, le dijo:!!Raboni! (que quiere
decir, Maestro). 17 Jesús le dijo: No me toques (no me retengas, quiere decir esa frase),
porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre
y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.” Hermanos antes del verso 17 de Juan
capítulo 20, en los 33 años y medio que Jesús había estado con sus discípulos, nunca le había
podido llamar hermanos por naturaleza, no porque no quisiera, porque no había sido consumada
su victoria en la Cruz del calvario, más cuando Jesús nos reconcilió con Dios y nos abrió el
camino para una nueva relación con Dios, ahora como hijos puede decir: “Subo a mi Padre y a
vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios. Ve a mis hermanos y dile....”. Por eso se dice:
“no se avergüenza de llamarlos hermanos”. ¡Qué cosa maravillosa y preciosa es esto
hermano! continúa el relato después en el versículo 12 (Heb. 2) cita unas palabras del salmista:
“diciendo:
Anunciaré a mis hermanos tu nombre,
En medio de la congregación te alabaré.”

CRISTO A TRAVÉS DE NOSOTROS, LA REUNIÓN DE LA IGLESIA


Un paréntesis pequeñito ¿Sabe lo que es la reunión de la iglesia? Estamos en la esfera de la
filiación, pero aquí Jesús dice: “En medio de la congregación te alabaré.” Es Cristo a través
de nosotros anunciado el nombre de Dios a sus hermanos ¿Por qué dice la frase anunciaré en
medio de mis Hermanos tu nombre? Es Jesús quien dice en medio de la congregación te alabaré,
es Jesús, y cuando nosotros cantamos alabanzas al Señor, y cuando nos disponemos a oír la
palabra, o cuando predicamos la palabra, o cuando damos testimonio del Señor, o cuando
comemos del pan y bebemos de la copa, sea cual fuera el momento, nuestro corazón está
siendo reunido entorno al Señor Jesucristo, es Él a través de nosotros que glorifica al Padre. No
sé avergüenza de llamarnos hermanos.

CONFORMADO A LA IMAGEN DE SU HIJO


Miré como termina está progresión con respecto a la filiación. Romanos 8:29 (es un texto muy
parecido a lo que leímos en Efesios capítulo 1:5) “Porque a los que antes conoció, también
los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que
sea el primogénito entre muchos hermanos”. Comenzamos leyendo la referencia con
respecto a Jesús en el libro de Juan, el unigénito hijo de Dios, y cómo termina el propósito de
Dios revelado, primogénito de muchos hermanos; filiación.
Dios anhela muchos hijos a la imagen de su Hijo, ese es el propósito por el cual Dios por su
palabra nos lava, por los sufrimientos nos humilla y nos va enseñando y va forjando el carácter,
el carácter semejante de aquél qué fue perfeccionado por medio de las aflicciones. Si el Hijo
mayor, el hermano mayor fue perfeccionado por el sufrimiento, como será diferente en nosotros
¡Imposible! Agradezcamos al Señor por su mano puesta sobre nosotros.
Ahora hermanos aquí está revelado en la filiación, siendo una bendición espiritual (volviendo
Efesios capítulo 1) una primera columna del propósito de Dios, Dios anhela muchos hijos a la
imagen de su Hijo ¿Para qué nos llamó Dios? Para alcanzar la plena filiación, por eso que ocupa
la expresión: predestinados para ser adoptados hijos suyos, según el puro afecto de su
voluntad. Hermanos este asunto es asombroso, y no hay mucho que comentar, Dios propuso en
su corazón aquella satisfacción que Él sentía con su Hijo podía ser expresada de una manera
abundante por toda la creación, teniendo mucho más hijos semejantes a su Hijo. Sería una
satisfacción completa, aunque Dios ya estaba completo y estaba satisfecho, pero quiso repartir
por su grande amor, por el puro afecto de su voluntad, es decir por el placer de su designio que
nosotros fuésemos hijos, que vayan creciendo para obtener el carácter del Señor Jesucristo.
Otras palabras ¿Que es la Iglesia? es la expresión del carácter del Hijo de Dios.

NUESTRA TERCERA BENDICIÓN: ACEPTOS EN EL AMADO


El Verso 6, aquí hay una tercera bendición espiritual en Cristo Jesús “para alabanza de la
gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado,” quiero destacar esta
expresión “aceptos en el Amado”.
Recapitulando, hemos mencionado que fuimos escogidos antes de la fundación del mundo, esa
es la gloria de la elección, también dijimos que fuimos predestinados para un futuro fijo, trazado
para nosotros en ser hijos de Dios, y una tercera bendición ahora es ser aceptos en el Amado.

DIOS NOS VE ACEPTOS ETERNAMENTE EN EL AMADO


Hay varias formas de abordar esta expresión, pero nos parece que esta frase es tan rica.
“Aceptos” nos habla de nuestra posición delante de Dios, Dios nos recibió en Él, en el Amado.
Nuestra inclusión, sin aquella recepción divina jamás seríamos aceptos por causa de nosotros
mismos Dios no ve puestos en Cristo, Dios nos ve en su Hijo, Dios nos ama en su Hijo. El verso 4
dice: “para que fuésemos santos y sin mancha delante de él”. Un detalle importante, en
la expresión original de la palabra “para” no aparece, sino que cuando dice que no escogió
antes de la fundación del mundo siendo santos y sin mancha delante de Dios ¿Sabe lo que
significa eso? Que Dios jamás vio pecado, cuando ya somos puestos en su Hijo, Dios nos ve
santos y sin manchas estando en Cristo. Desde la perspectiva celestial, como Dios no sólo ve el
presente (Él conoce el pasado el presente y el futuro), ve como si fuera una sola imagen, un solo
día delante de Él, entonces ya nos ve santo y sin mancha eternamente, por eso no ve aceptos en
el amado.
En una historia que una vez leí dentro de un libro, aparecía que un muchachito quería ver cómo
pasaba un desfile militar en su ciudad, y justo iba pasando por delante de su casa y él parece
que se subió a una casa en el árbol, porque es donde tenía una mejor visual, y del ángulo que
podía ver el ejército marchando, él conseguía ver sólo una pequeña cantidad de soldados que
estaban pasando por frente a su ventana, cualquiera que estuviese mirando afuera tendría mejor
perspectiva y se daría cuenta que el desfile serían cuadras y cuadras de soldado, pero para el
muchacho que estaba viendo, desde la casa del árbol es su ventana, tan sólo podía verse un
radio, ese campo de visión que correspondería al menos a la mitad de su calle. Entonces para
saber si ocurría el desfile de otros soldados las cuadras posteriores o más atrás, tendría que
esperar que llegarán a su casa y hasta el frente a su ventana para poder verles. Para saber
dónde terminaba todo el desfile tendría que esperar que pasara unos 10 minutos para ver pasar
a todos los soldados por frente de su calle, hasta que el último de los soldados pasará por frente
a su ventana, esa es una expresión de la perspectiva del hombre versus la perspectiva de Dios.
Cuando nosotros estamos aquí en la tierra vemos las cosas desde la perspectiva terrenal, es
decir somos como el muchacho viendo de la ventana a todo ese desfile pasar, y tenemos que
esperar que pasen los minutos para percibir en qué momento termina la fila, porque nuestro
radio o campo de visión es muy limitado, pero desde la perspectiva de vista de Dios todas las
cosas están consumada, Él ya había visto pasar todas las cosas, Él sabía dónde empezaba y
terminaba aquel el desfile. Él sabe que un día nosotros los que fuimos llamados por Él, que
fuimos sellados por el Espíritu Santo tenemos trazado un final gracias a Dios garantizado, ya sea
nosotros un grupo de vanguardia oh entrando como los del final, de cualquier manera seremos
conformado a la imagen de su Hijo y Dios ya lo ve así, porque él tiene el panorama completo, por
eso que Él es Dios de eternidad a eternidad.
Nuestra perspectiva es limitada pero por eso el Espíritu Santo nos conduce a lugares celestiales
en Cristo Jesús, y allí podemos ver cómo Dios ve ¿Cómo ve Dios? Aceptos en el amado, Santos y
sin mancha delante de Dios, delante de Él, conformados a la imagen de su Hijo.

CRISTO NUESTRA GAVILLA DE ACEPTACIÓN


Ustedes conocen muy bien las fiestas judías, sabe muy bien que la primera fiesta en el día 14,
incluso me podría corregir si me equivoco, era la fiesta de la Pascua. Luego venían los panes
asimos, los panes sin levadura, después la fiesta de las primicias, después el Pentecostés, luego
las de las trompetas, de la expiación y finalmente los tabernáculo. La fiesta de las primicias es la
tercera de las fiestas solemnes, mire en Levítico 23 usted verá la utilidad de la ley, verso 10 y 11
“Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy,
y seguéis su mies, traeréis al sacerdote una gavilla por primicia de los primeros frutos
de vuestra siega. 11 Y el sacerdote mecerá la gavilla delante de Jehová, para que
seáis aceptos; el día siguiente del día de reposo la mecerá”. Aquí tenemos nosotros en
semilla, la revelación de Efesios capítulo 1, aceptos en el Amado ¿Por qué? La fiesta de las
primicias, cuando se tomaba los primeros granos, las primeras gavillas de la cosechas del año;
eran ofrecidas al día siguiente del día de reposo, mecidas por el sacerdote, son una figura del
propio Señor Jesucristo en su resurrección ¿Por qué? El mismo Pablo lo dice 1 Corintios capítulo
15 “más ahora Cristo ha resucitado de los muertos, Primicia de los que durmieron es
hecho”. Cristo es las primicias de Dios, Él es la gavilla mecida delante la presencia de Dios. Dios
hizo que el grano de trigo cayera en la tierra en aquel día de la Pascua, cuando todos los
corderos iban a ser sacrificado, Dios estaba sacrificando su Cordero Pascual; es verdad que fue
muerto por nuestras transgresiones, muerto por manos de pecadores, pero Él ofreció su vida.
Dios había puesto el Cordero Pascual sobre la Cruz, en aquel momento se cumplió, Cristo
nuestra Pascua que por nosotros fue sacrificada; pero luego el grano de trigo cayó en la tierra,
como Jesús dijo: “si el grano de trigo no cae en la tierra y no muere queda solo, pero si
el grano de trigo cae la tierra y muere lleva mucho fruto”. Entonces aquel grano de trigo
que cayó a tierra y murió (está mostrando el fruto después de haber sido sembrada) ¿Cuál es
ese fruto? La gavilla mecida delante de Dios; Cristo las primicias de los que durmieron, el
primogénito de entre los muertos, el primer hombre que se levantó entre todos los muertos para
no morir nunca más. Cuando Cristo entró la muerte era como un cuerpo extraño dentro de la
muerte, así como ocurrió cuando Jonás entró en el vientre de ese gran pez, y causó la indigestión
dentro de ese vientre, por eso después de 3 días cuando Jonás oro, el pez tuvo que devolverlo, lo
expulsó porque no lo podía soportar más en su vientre. Cuando Jesús entró a la muerte, hasta el
día antes, hasta el momento antes que había entrado Jesús, la muerte jamás no tuvo problemas
en recibir las almas de los hombres que entraban en ellas, pero cuando entró el Señor Jesús
después de haber ofrecido su vida, la muerte entró en un gran problema, el sistema de la
muerte colapso, porque la muerte estaba acostumbrada a recibir las almas de los pecadores,
pero cuando entró nuestro Señor Jesucristo, el santo, destruyó con su presencia a la muerte para
siempre. El día de la muerte de Cristo, fue el día de la muerte de la muerte ¡Aleluya! Entonces la
muerte no lo pudo retener. Jesús por así decirlo, disculpando la expresión, era un cuerpo extraño
dentro de la muerte, tuvo que salir fuera de la muerte y fue tal la gloria cuando salió qué dice
Mateo en el capítulo 27, que cuando Jesús hubo resucitado los sepulcros se abrieron y cuerpos
de santos que habían dormido en el Señor volvieron a la vida ¿puede percibir eso? fue tal el
impacto de la vida, fue tal el impacto de la resurrección de Jesús que otros tuvieron que salir
junto con Él, como que se abrió una grieta en la muerte y volvieron otros a la vida, aunque
murieron de nuevo porque esperar la resurrección de lo justo en el día de la venida del Señor,
pero Jesús irrumpió, destruyó para siempre el sistema de la muerte. La muerte llama a la vida de
cada uno, algún día si el Señor Jesucristo no viene antes, pero Jesús tocó la puerta de la muerte,
entró en la muerte y la destruyó para siempre; por su resurrección, no llevó cautivo a los que
estábamos cautivos y nos puso ahora en lugares celestiales; se presentó delante del Padre como
gavilla mecida, y el Padre le dijo: Hijo siéntate a mi diestra hasta que ponga a todos tus
enemigos por estrado de tus pies, además dijo: mi Hijo eres tú.., te he ungido con óleo de alegría
más que a tus compañeros.., siéntate a la diestra de la majestad en las alturas. Las puertas
eternas se abrieron para recibir al Señor Jesucristo glorificado y resucitado de entre los muertos
y en la presencia de Dios. Así Él nos llevaba incluidos, así como Jesús fue glorificado, Dios nos
hizo aceptos delante de Él. Por eso que el cumplimiento de las primicias es este, para qué seáis
aceptos.

Cuando termina Romanos capítulo 4, usted va a encontrar esta expresión: “el cual fue
entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.” La
muerte trato con nuestros pecados, su resurrección nos hizo aceptos delante de Dios ¡Gracias al
Señor! Aceptos en el amado.
Sólo quisiera citar una experiencia más, para definir este concepto y vamos a tener que terminar
en otra visita, con la descripción de estas bendiciones espirituales.

DAVID Y MEFI-BOSET, CRISTO Y NOSOTROS


En el segundo libro de Samuel, en capítulo 9 encontramos un ejemplo de misericordia
maravilloso. Usted conoce la enemistad de la casa de Saúl y David. Usted sabía que Saúl
finalmente quería quitarle la vida a David y cuando llegó el tiempo de Dios las cosas se
revistieron, y finalmente Dios había desechado el testimonio a través de Saúl y finalmente llegó
el día de su muerte y fue un día tan terrible, tan trágico y donde tambien murió Jonathan. Cuenta
la historia que una nodriza cargo a un hijo de Jonathan, que se llamaba Mefi-boset, y lo lleva en
sus brazos arrancando de la destrucción en ese día terrible para la casa de Saúl, y era tal la
desesperación, y en medio de toda esa corrida de huida el niñito se le cayó de los brazos. Y
cuando se cayó aquel niñito sus piernas se quebraron y quedó para siempre paralítico ¡¡qué
desgracia más grande!!.
Pasaron los años y un día David en su palacio le pregunta a sus siervos ¿Hay alguien de la casa
de Jonathan, de Saúl a quien puede hacer yo misericordia de Dios? Y le dicen sí, me acuerdo de
un hombre que se llamaba Mefi-boset y que está viviendo en Lodebart (lugar amargó, el lugar de
la desgracia, del olvido), allí donde nadie podía ya más reírse de la desgracia de su dolor, de la
tragedia sobre su vida, que en aquel lugar confinado al olvido podían pasar el final de su vida
para que nadie pudiera ser vejamen o humillar. David dice a su siervo: aquel Mefi-boset
paralítico, aquel olvidado quiero que lo traigas al palacio, para hacerle misericordia de mi Dios y
quiero que cuando venga al palacio, lo laves y le cambié sus vestiduras y lo sientes a mi mesa, y
quiero que coma a mi mesa para siempre, de mi comida y conmigo, además las tierras que por
herencia le correspondía a Saúl su padre quiero devolvérsela y como él es paralítico quiero que
tú las cuides, le dijo a su siervo. Pero él va a estar siempre conmigo a mi mesa (parafraseando).
Aquel siervo trajo a Mefi-boset a la presencia de David al palacio, a la corte más preciosa dentro
del palacio real, lo sentó a la mesa del rey, y Mefi-boset dijo: “¿Quién es tu siervo, para que
mires a un perro muerto como yo?” y David le dijo: “comerás siempre a mi mesa”. El
salmo 113 dice:”¿Quién como el Señor, que se sienta en las alturas, que se humilla a
mirar el mar, a los habitantes de la Tierra? El levanta del polvo al pobre, y al
menesteroso alza del muladar, para hacerlos sentar con los príncipes, con los
príncipes de su pueblo”. Cuando dice en Efesios que nos hizo aceptos en el Amado, es muy
parecida a la historia de Mefi-boset. Todos nosotros por causa del pecado tenemos una fractura
en el alma, incorregible, sumidos en la tragedia, en la tierra de la amargura, nos correspondía
vivir lejos del palacio, era imposible que nos sentaremos a la mesa del Rey; pero un día el
verdadero David, aquel del linaje de David, el verdadero heredero al trono de Israel, Jesucristo de
Nazaret, delante de su Padre hizo misericordias de Dios, y nos mandó a cargar y nos trajo a su
mesa celestial. Nos dijo nunca más van a salir de aquí, de aquella mesa celestial. El Señor nos
colocó en una mesa de comunión, la comunión que le correspondía al Padre y al Hijo
eternamente, la comunión del rostro de aprobación del Padre a su Hijo fue extendida para
nosotros a los Mefi-boset de este tiempo, los paralíticos, porque no teníamos como caminar
hacia la presencia del Rey. Entonces el Rey lo mandó a llamar. La expresión cuando David dijo
tráigame para acá, es tan tremenda, significa cárguenlo hasta acá. Jesús tal como aquella oveja,
una vez que la encontró después que se había perdido (aquella parábola de la oveja perdida) nos
cargó en sus hombros y nos hizo sentar con Dios para ver su rostro, de la faz de Dios en
Jesucristo; la gloria del Señor no hizo aceptos en Él, y la coronó con aquel recibimiento divino.
Jesús cuando oro allí en Juan capítulo 17, dijo así: “la gloria que me diste yo les he dado”,
es decir los estoy invitando a disfrutar de los privilegios de la mesa, al palacio real. “Quiero que
ande yo estoy, ellos también estén”. Si el Hijo está sentado a la diestra del Padre en lugares
celestiales, la Iglesia también. Además dijo: “te ruego que sean uno para que el mundo
crea y que vea el mundo que tú lo has amado a ellos” (esto es la Iglesia), estos son los
Mefi-boset traído a la mesa, “que lo has amado a ellos, como a mí me has amado”.

Hermanos qué asunto maravilloso es la gracia del Señor, hombres pecadores, hombres con la
tendencia y más terrible de aquello que nosotros pudiéramos hoy repudiar. Hombres fracturados
en el alma, de corazón quebrantado, hombres enlutados, prisioneros de las más terribles
cadenas, un día son llamados por el Rey para ser sentados para siempre a su mesa. La sola
presencia del Rey en su mesa y las manos del Rey partiendo el pan para convidarnos de su
bocado, sana nuestro corazón ¡Aleluya! Dios nos has aceptado en su hijo Jesús; eso es su Iglesia,
congregación de hombres lastimados invitados a un lugar que se llama gracia. Cristo siendo el
todo en todos. Un himno de Charles Wesley: “amor maravilloso, como puede ser posible
que tu Dios mío hayas muerto por mí. O qué misterio que haya muerto el Inmortal,
cómo puede ser posible que yo me beneficie de la sangre de un justo que yo mismo
mate ¡Gracias Señor!”
Amén y Amén.

También podría gustarte