Fallo Orellano CSJN

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sg 93/2013 149-01 /os1 RECURSO DE HECKO Grellend, Francisco Deni¢h c/ Corzee OFiciel de le Republica Argentina §.A. 9/ juiclo sumariel~ Conte Tipowma de Justicia de ta Navin Apc del Bicentenario. dela Declaracitn de ta Sndependoncia Nasional, Buenos Aires, + oe Joes a 2b Autos y Vistos; Considerando: Que la representacion de la parte actora plantea la nulidad y la inconstitucionalidad del art. 1° del decreto 83/ 2015 que designé como jueces'de esta Corte Suprema a los docto~ res Carlos Fernando Rosenkrantz y Horacio Daniel Rosatti, en los términos del art. 99, inc. 19, de la Constitucién Nacional, Asi- mismo recusa con causa a los mencionados abogados (art. 17 del Codigo Procesal Civil y Comercial de la Nacién). Que las disposiciones del decreto impugnado no han cobrado virtualidad hasta este momento toda vez que los profe~ sionales postulados no se han incorporado al Cuerpo. Como es de piblico conocimiento, con posterioridad al dictado de la norma en cuestion, el Poder Ejecutivo Nacional envio al Senado de la Nacién los pliegos correspondientes a los doctores Rosenkrantz y Rosatti con el fin de dar cumplimiento al procedimiento estable— cide constitucionalmente para el nombramiento de jueces de esta Corte (art. 99, inc. 4° de la Constitucién Nacional) el cual atin no ha finalizado. En tales condiciones el planteo articulado resulta prematuro por lo gue deviene insustancial que el Tribunal se “//~ -//~ pronuncie al respecto. Por ello, se declara insustancial la emisién de un pronun- ciamiento sobre la cuestién propuesta. Notifiquese y sigan los } fo ELENAL HIGHTON de NOLASCO autos segin su estado, RICARDO LUIS LOREN7E x JUAN CARLOS MAQUEOA 59 93/2013 (49-0) /est RECURSO _DE_HECHO Grelland, Froncisco Dankel c/ Correo oficial de Ta Bepiblica Argentina S.A. s/ uleto sumariai- Suprema de Justicia de la Nacitn Ajo Yel Bicontonaric data Declaracibn da la Gndependencia Nacional suenos aires, T At umd de L0d6 Vistos los autos: “Recurso de hecho deducido por la deman- dada en la causa Orellano, Francisco Daniel c/ Correo Oficial de la Republica Argentina S.A. s/ juicio sumarisino”, para decidir sobre su procedencia. Considerando: 1°) Que se desprende de las constancias de esta causa que 1a empresa postal demandada despidié al actor imputéndole haber participado en la convocatoria y realizacién de medidas de fuerza que, a criterio de la empleadora, debian considerarse ilegitimas porque no contaron con el aval de los sindicatos que representaban al personal. En la comunicacién del despido la compafiia aclaré que esas medidas consistieron en la celebracién, en un lapso de dos semanas, de sucesivas “reuniones..en el lugar de trabajo y durante la jornada habitual” que afectaron grave- mente el desarrollo normal de labor en su centro operativo de Monte Grande, lo cual se tradujo “en demora, retardo y retencién en las imposiciones postales de todo tipo confiadas por nuestros clientes”; y también indicé que con ello llegé a comprometerse la entrega de aproximadamente 6.000.000 de piezas (cfr. fs. 6/7 y 44/45 de los autos principales, a cuya foliatura se aludira en este considerando y en los dos sucesivos). Con fundamento en-la ley 23.592, el actor en su de- manda solicité que se declarara la invalidez del despido dis- puesto por la empleadora en los términos precitados calificando de discriminatoria la medida (fs. 4/16). 2°) Que la Sala I de la Camara Nacional de Apelacio~ nes del Trabajo (fs. 398/399), al confirmar la sentencia dictada en primera instancia (fs. 347/356), admitié el reclamo de inva~ lidacién del despido y condend a la demandada a reinstalar al actor en su puesto de trabajo y a pagarle tanto los salarios caidos desde el cese hasta la efectiva reincorporacién como tam- bién un resarcimiento por dafio moral de $ 10.000. Para asi decidir, la camara sostuvo que los elementos de juicio reunidos avalaban la afirmacién del trabajador de haber sido victima de un trato discriminatorio adoptado por la empresa como represalia por su participacién en medidas legiti- mas de accién gremial. Sefialé que ello era asi pues lo que la empleadora le reproché al despedirlo no fue otra cosa que su ac- tiva intervencién en la convocatoria y celebracién de reuniones en el lugar de trabajo. Ademés -afiadié- la circunstancia de que “las referidas reuniones se hallaban dirigidas a la obtencién de mejoras de salarios y contaban con la presencia de un nimero im- portante de personal” permitia vislumbrar la existencia de un “hecho colectivo encuadrable en.el art. 14 bis de la C.N. y en el convenio N° 87 de la OIT que debe ser interpretado con ampli- tud a la luz de la doctrina sentada..en los fallos ATZ y ROSSI”. En cuanto a esto ultimo, el tribunal de alzada des- carté que las medidas de fuerza en cuestién pudieran juzgarse ilegitimas por no haber sido promovidas por una asociacién sin- dical. Al respecto, puntualiz6 que la titularidad del derecho de 083 93/2013 (43-0) /os1 RECURSO DE HECHO Oreilans, Francisco Dani 2a Repobiica Argentina S.A, 9/ julcio aupariel- Corte Tuprema de Justicia de la Nacién del Bicontenario de la Declaracitn de la Independencia Nacional, huelga reconocido por el art. 14 bis de la Constitucién Nacional concierne al “gremio” entendido como grupo de trabajadores de la misma actividad u oficio unidos por una causa. Y, frente al “in terrogante de si el grupo colectivo debe estar formalizado como asociacién sindical o si baste la pluralidad concertada”, se in- cliné por la segunda alternativa haciendo suya la opinion refle~ jada en el dictamen del Fiscal General (fs. 389/395) de que seria “erréneo todo intento de limitar el ejercicio del derecho de huelga a la decisién de un sindicate organico”. Postura que, segin lo dictaminado, reconoce sustento en “la denominada ‘1i- bertad sindical negativa’ que se basa en el derecho a no afi liarse y a la cual pareceria hacer una referencia muy concreta la Corte Suprema de Justicia de la Nacién en el fallo ‘ATE ¢/ Estado Nacional’", ya que “el Alto Tribunal considera inadmisi- ble la necesidad de una afiliacién a una asociacién sindical con personeria gremial para poder ejercer la representacién de los trabajadores, y esta interpretacion..se proyecta de una manera clara sobre el sujeto del derecho de huelga porque el grupo co- lectivo estaria obligado a afiliarse a un sindicato para poder ejercer el medio de presién que cuenta con la consagracion cons- titucional”. 3°) Que contra esa decisién de la cémara la demandada dedujo el recurso extraordinario (fs. 404/417) cuya denegacién dio origen a 1a queja en examen. Entre otras cuestiones, la recurrente plantea que las referidas reuniones en el lugar de trabajo que afectaron el nor~ mal desarrollo de la labor operativa de uno de sus estableci- mientos no pudieron ser consideradas como medidas de accion di- recta legitimas porque no habia ningtin sindicato impulsandolas. Y que, por ende, el despido motivado por la conducta mencionada en el fallo en modo alguno habria implicado una discriminacién por el ejercicic de derechos gremiales. 4°) Que, con arreglo a lo establecido en la acordada 30/2007, el Tribunal llamé a la audiencia publica de caracter informativo la gue tuvo lugar el 10 de septiembre de 2015. En tal acto, tras las exposiciones efectuadas por diversos amigos del tribunal, los representantes letrados de cada una de las partes formularon sus informes y fueron interrogados sobre di- versos aspectos de la controversia conforme da cuenta el acta y los instrumentos incorporados al expediente (fs. 176/213 de la queja) . 5°) Que, tras la convocatoria a la audiencia, la par~ te actora efectué una presentacién en la que alegé la falta de subsistencia del interés recursivo de la demandada en razén de que, segin sus propias manifestaciones, e1 11 de julio de 2013 habia reincorporado al actor a su puesto de trabajo, dando con ello cumplimiento a la sentencia apelada. Solicité, en conse~ cuencia, gue se aplique la doctrina del “pago voluntario sin re~ serva” como equivalente al desistimiento tacito de la queja. Co- rrido el traslado pertinente, el planteo fue replicado y se lo tuvo presente para su oportuna consideracién por el Tribunal (cfr. fs. 150/153, 154, 163/167 y 168 de la presentacion directa). esa 93/2013 (49-0) /est co Daniel ¢/ Correo Oficial de ia Republica Argentina S.A, 9/ juicio sumarisi~ Conty Fiepromea do - Justicia de la Navién del Biventenario de la Declaracitn de ta Gndependencia Nacional a peticién no es admisible pues, de conformidad con las constancias de la causa, la reincorporacién del actor no constituyé un acto voluntario y esponténeo de la demandada sino que obedecié a una intimacion ordenada bajo apercibimiento de aplicarse una sancién conminatoria de $ 500 por cada dia de de~ mora (resolucién del 2 de julio de 2012; fs. 444 de los autos principales). Adem4s, la condena decretada involucré no solo la obligacién de reincorporacién sino también el pago de indemniza- ciones de dafios y perjuicios sin que existan elementos en el ex- pediente que demuestren que estas Ultimas hayan sido satisfe- chas. En esas condiciones, es indiferente que, como se arguye, no hubiese existido reserva expresa de continuar con el tramite de la queja, pues la actitud asumida por la enjuiciada al reins- talar al actor no puede interpretarse como una intencién de ab- dicar de la via recursiva. No se verifica, por tanto, una hipo- tesis de renuncia 0 desistimiento tacito por incompatibilidad entre los actos en cuestion y, por consiguiente, resulta inapli- cable al caso la doctrina de esta Corte sobre la materia que in- voca el demandante, la cual presupone que el cumplimiento de la condena sea voluntario y no consecuencia de una ejecucién forza- da (Fallos: 311:1435; 320:1495; 331:2765; 332:2625, entre muchos mas). 6°) Que en lo que respecta a los agravios expresados en el recurso extraordinario es menester precisar que se aten- deré exclusivamente a los que aluden a la titularidad del dere- cho a promover una huelga pues’ ponen en tela de juicio la inter pretacién que hizo el a quo de normas de indudable caracter fe- deral, y se trata de una cuestién cuyo esclarecimiento resulta fundamental para una adecuada solucién del caso. Cabe recordar que esta Corte -segin lo ha sostenido invariablemente en sus pronunciamentos- en la tarea de estable- cer la inteligencia de normas federales no se encuentra limitada por las posiciones del tribunal apelado ni por los argumentos de las partes sino que le incumbe efectuar una declaracién sobre el punto disputado segin la interpretacién que rectamente les otor- gue (Fallos: 326:2880; 328:2694; 329:2876 y 3666; 331:1615, en- tre muchos) . 7°) Que, de modo previo al examen de las reglas juri- dicas referidas a la huelga, es conveniente efectuar algunas precisiones sobre las caracteristicas de este derecho. La huelga y las medidas de accién directa asimiladas a ella -v.gr.: “pares intermitentes”, “trabajo a reglamento”, “trabajo a desgano”, etc. implican la abstencién o el retaceo de la prestacién laboral por parte de los trabajadores como me- dio de presién para lograr que se satisfagan ciertas reclamacio- nes previamente expresadas. Al obstaculizar el normal desarrollo de las actividades de produccién de bienes o de prestacién de servicios en las que los trabajadores se desempefan, las medidas de accién directa no solo perjudicen al empleador sino que tam- bién afectan los intereses de los destinatarios de dichos bienes y servicios, es decir, de los consumidores o usuarios. Es asi que el desarrollo de la huelga provoca una evidente tensién con el ejercicie de los derechos del empleador (libertad de comer- ciar, de ejercer toda industria licita, etc.) asi como también sy 93/2013 (49-01 /esa Grellang, Francisco Daniel ¢/ Corceo Oficial ce As Repubiica Argentina S.A. / julelo sumaries= Conte. Suprema de Justicia de la Nactin MArofdel Bicentenaric de la Declaraciin de la Sndependoncia Nacional con derechos de terceros o de la sociedad (de transitar, de en sefiar y aprender, a la proteccién de la salud, a la adquisicién de bienes para una adecuada alimentacién y vestimenta, a que se asegure la calidad y eficiencia de los servicios ptblicos, etc.) que también cuentan con proteccién constitucional. Esa tension entre derechos de dificil armonizacién ha llevado a que los diversos ordenamientos juridicos supediten el ejercicio del derecho de huelga al cumplimiento de determinadas condiciones 0 recaudos que configuran su marco de legalidad. De ahi la importancia de la calificacién legal de la huelga que, como 1o ha puesto de relieve reiteradamente esta Corte, consti- tuye un requisito ineludible para decidir sobre sus consecuen- cias (Fallos: 251:472; 254:58 y 65; 256:307 y 562; 265:293; 266: 191, entre varios mas). Por otra parte, también es conveniente aclarar que la huelga debe considerarse come un acto colectivo en la delibera- cién que lleva a una agrupacién de trabajadores a declararla pa- ra tutelar sus intereses. Celebrado el acuerdo sobre 1a huelga, corzesponde a cada trabajador un derecho subjetivo de realizar- la, de modo que la proclamacién de 1a huelga es una condicién previa para que surja el derecho del particular a abstenerse del trabajo o a retacearlo (cfr. Santoro Passarelli, Francesco, No- clones de Derecho del Trabajo, Estudios de Trabajo y Previsin, Instituto de Estudios Politicos, Madrid, 1963, pags. 49/50). Vale decir, que el ejercicio del derecho de huelga exhibe dos facetas. Una individual que se identifica con el de- echo del trabajador singular de adherirse o no a una huelga de~ clarada; y otra indudablemente colectiva, pues fijar reivindica~ ciones, declarar o poner fin a la huelga, o negociar la solucién del conflicto son atribuciones que necesariamente se ejercen a través de una agrupacién de trabajadores. Es evidente que el ejercicio de este derecho colective de declarar una huelga con- diciona el ejercicio del derecho individual de adherirse 0 no a ella en un sentido material y en un sentido formal. En un senti- do material, porgue no es posible adherirse a una huelga no con~ vocada. Y en un sentido formal, porque el ejercicio individual sera legitimo si legitima fuese la convocatoria de la huelga (cfr. Sala Franco, Tomés y Albiol Montesinos, Ignacio, Derecho Sindical, Tirant lo Blanch, Valencia, 1994, pag. 456). 8°) Que el derecho de huelga ingresé de modo expreso al texto de la Constitucién Nacional en ocasién de la reforma de 1957 que, mediante la incorporacién del art. 14 bis, consagré una serie de derechos de caraécter laboral y social que habian adquiride reconocimiento universal durante la primera mitad del siglo XX por via de su inclusién en las cartas constitucionales de diversos Estados (Fallos: 331:1615). La referida disposicién constitucional contiene tres mandas diferenciadas en cuanto al sujeto al que se procura tute- lar a través de la ley y de la accién estatal. En primer lugar, la norma centra su atencién en el “trabajador” disponiendo que la ley debe asegurarle una serie de derechos, entre ellos, “la organizacién sindical libre y democratica, reconocida por la simple inscripcién en un registro especial”. En segundo lugar, el precepto establece que “queda garantizado a los gremios: con- esa 92/2012 (49-0) /est RECURSO _DE_HECHO Orelland, Francisco Daniel ¢/ Correo oficial de la Repobiica Argentina S.A. s/ juicio sumarisi- Suprema de Justicia de la CNaciin Arofdel Bicentonaric dela Declaracibn de la Sndependencia Nectonal certar convenios colectivos de trabajo; recurrir a la concilia~ cién y al arbitraje; e1 derecho de huelga”. ¥, en tercer lugar, el objetivo de la regulacién es la proteccién de los beneficia~ rios de la seguridad social, a quienes se les reconocen diversos derechos y garantias. Dentro de este disefio normativo no puede dejar de ad- ve} irse que el derecho de huelga se inserta en el segundo blo- que que contiene el catdélogo de los derechos reconocidos a las entidades gremiales, y que lo hace inmediatamente después de la disposicién final del primer bloque que reconoce el derecho de sindicacién de los trabajadores. A partir del encuadre descripto y desde una perspec- tiva de andlisis que hace pie en el examen integral del texto de la norma constitucional es indudable que la titularidad del: de- recho a declarar una huelga pertenece a un colectivo de trabaja- dores organizados en funcién de intereses comunes, no al traba- jador en forma individual ni a cualquier grupo de trabajadores. Concretamente, corresponde entender que los “gremios” menciona- dos en el segundo parrafo del art. 14 bis como titulares del de- recho de declarer una huelga no son otra cosa que aquellas enti- dades profesionales que surgen como fruto del despliegue del de- recho a la “organizacién sindical libre y democratica” reconoci- do a los trabajadores en el parrafo anterior, es decir, a las asociaciones sindicales a las que la Constitucién habilita para el ejercicio de derechos colectivos cuando satisfacen el requi- sito de su “simple inscripcién en un registro especial”. La formulacién constitucional no permite conferir al término “gremios”, utilizado por el precepto, un alcance mayor al indicado. La alocucién no resulta comprensiva de cualquier grupo informal de trabajadores. Ciertamente, el art. 14 bis ha puesto especial énfasis en garantizar que las asociaciones pro- fesionales destinadas a representar a los trabajadores en el ambito de las relaciones colectivas se organicen con arreglo a los principios de libertad sindical y de democracia interna y, a tal efecto, les ha impuesto el requisito de la inscripcién en un registro especial como medida de control del cumplimiento de ta- les directivas. No resulta légico admitir, por lo tanto que, a renglén seguido, 1a misma norma otorgue de modo indistinto la titularidad de los derechos més relevantes del ambito de las re- laciones colectivas (negociar convenios colectivos, acudir a la conciliacién y al arbitraje cuando las negociaciones directas fracasan, y, en su caso, adoptar medidas de accion directa) tan~ to a las organizaciones que cumplen con todos esos recaudos como a simples grupos informales a los que no les exige satisfacer ninguno de ellos. Se afiade a lo expresado la circunst, ncia de que el aludido segundo parrafo del articulo examinado, inmediatamente después de indicar qué derechos garantiza la Constitucién 2 los “gremios”, establece que los representantes “gremiales” gozar4n de las garantias necesarias para el cumplimiento de su gestion “sindical”. Dado que los representantes gremiales a los que se alude son aquellos que desarrollan una gestion sindical, es cla~ ro que la norma se refiere a quienes ocupan cargos en sindica- tos. Y esto no hace mis que reforzar la conclusion de que en el -10- sa 93/2023 (49-0) /cst RECURSO DE HECHO Oreliend, Francisco Daniel ¢/ Corres oficial de la Republica Argentina S.A. 3/ juleio sumerisi- Sispromea de — Justicia de la Navién Ano fol Bicentonaric de la Declaraciin de la Gndependencia Nacional art. 14 bis el término “gremios” ha sido empleado como exclusi- vamente alusivo a las asociaciones sindicales. 9°) Que 1a conclusién precedentemente expuesta en- cuentra apoyo en varias expresiones vertidas en la Convencion Constituyente de 1957. En su seno se abrié un arduo debate a raiz de las di- similes posturas que aparecian reflejadas en los numerosos pro- yectos presentados sobre el tema. Algunos propiciaban que el de-~ recho de huelga se reconociera en cabeza de todos los habitantes de la Nacién, otros conferian genéricamente su titularidad a los trabajadores, en tanto que otros lo atribuian exclusivamente a “los cremios”. Tras una amplia discusién, la votacién aprobé es~ ta Wltima postura (Diario de Sesiones de la Convencién Nacional Constituyente, Aso 1957, Imprenta del Congreso de la Nacién, Buenos Aires, 1958, T. II, pag. 1462). De las exposiciones que respaldaron dicha propuesta, cabe mencion: la del convencional Jaureguiberry quien sefalé que “la huelga no es el simple derecho de no trabajar.asi como el trabajo esté contemplado en la parte del articulo 14 que es- tatuye el ‘derecho a trabajar’, no debe confundirse ese derecho individual con este derecho del trabajo que tiene un alcance so- cial. Si no se lo entiende asi, la huelga seria nada mas que la facultad de holgar”. En otro tramo de su alocucién, el referido convencional subrayo “que es derecho porque es una facultad, una facultad gue debe pertenecer al gremio, y no a los trabajadores individualmente considerados” (idem, pag. 1457) y enfatizd, tie ademis, que “la huelga no es un derecho individual de los traba~ jadores, sino un derecho colectivo que damos a quien representa esos intereses colectivos, que a juicio de la comisién no es otro que el gremio” (pag. 1463). A su turno, el convencional Acufia, refiriéndose a la propuesta de reconocer el derecho de huelga “a los trabajado- res”, afirmé que tal amplitud “puede llevar a la anarquia de la clase trabajadora en la postulacién de sus reivindicaciones fun- damentales;, y también puede significar que la falta del aval responsable del sindicato permita adoptar resoluciones de fuerza que muchas veces no estarén gestionando aquellas reivindicacio- nes fundamentales que se persiguen a través del ultimo recurso de la clase trabajadora” (idem, pag. 1457). Bn un similar orden de consideraciones el convencio- nal Corona Martinez expresé que “los que decretan una huelga son los trabajadores organizados en un gremio y no los trabajadores anarquicos”, © inmediatamente recordé: “{a]cabamos de reconocer a los trabajadores el derecho de organizarse libre y democrati- camente, con la sola inclusion en un registro”; y, por ello, consideré que debia aprobarse el texto que reconocia el derecho Ge huelga a los gremios “con esta aclaraciér que donde dice gremio se interprete ‘trabajadores organizados’; que se entienda que son los trabajadozes organizados en gremios” (idem, pag. 1458/1459). Asimismo, el convencicnal Colombo dijo que “{[lla huelga es la caja de resonancia de problemas obreros”, “[plero es el gremio quien debe declararla”. Al respecto, sefald que -12- sg 93/2013 (49-0) /osh RECURSO DE HECHO ind, Francisco Daniel ¢/ Correo oficial de wepUblica Argentina $.A, 8/ juicio sumariss~ \ laprema de Justicia de la Nacién 10 del Bicontenario deta Declaracién de la ndependencia Nacional S “[qlueremos a este pais asociado en todas sus expresiones vincu- jladas a la lucha colectiva por sus intereses; asi como vemos a los empresarios en lucha para justificar la defensa de sus in- tereses, asi queremos a la clase trabajadora aglutinada .en torno a los gremios, a los sindicatos, para que desde alli se haga po- sible la realizacién de sus grandes conquistas”. Y afadié que “[a}nunciar por via constitucional la posibilidad del derecho anérquico de un trabajador de declarar la huelga es caer en la enormidad juridica de confundir paro cimiento social de lo que significa mento que tenemos que empujar para grandes posibilidades de realizacién pag. 1459). Cabe citar, finalmente, Ponferrada quien de modo claro sostuvo que derecho de huelga.es el derecho de los sindicatos, Afladié que “las huelgas pueden ser ros organizados en gremios”. declaradas ilegitimas, y el derecho recho al gremio para que haya una entidad con huelga y en el descono- el gremio, el gran instru- que alli se concreten las de los trabajadores” (idem, la posicién del convencional “[dlesde luego, el de los obre~ laboral circunscribe el de~ responsable”; que “[e]s el gremio el que debe responder, porque el derecho se con- fiere a los trabajadores organizados; de otro modo seria inope~ rante’; y que, “(plor otra parte, al formalizarse los contratos de trabajo colectivo, es légico que éstos deben celebrarse con el gremio, tomados individualmente” (idem, pag. y no con los trabajadores 1459). -13- 10) Que el Tribunal no deja de advertir que, asi como en el debate mencionado los convencionales Acufla, Corona Marti- nez, Colombo y Ponferrada de modo claro le asignaron a la expre~ sién gremios el significado de organizacién formal de trabajado~ res, es decir, “sindicato”, otros convencionales, en cambio, le atribuyeron un significado distinto 0, si se quiere, més amplio. En especial, el convencional Bravo sostuvo que “[plertenecer al gremio es una situacién de hecho”, “(s]e perte~ nece al gremio en raz6n del oficio, de la profesién que se ejer~ cea, pero no en vazén del sindicato, cosa muy diferente: para pertenecer al sindicato hay un acto de voluntad del trabajador que se afilia a ese sindicato”; y afladio que, “{e]uando tomamos ja palabra ‘gremio’ xeferida a la huelga, lo hicimos refiriéndo- la a una situacién de hecho que hacia a los trabajadores, los que correspondia ir a la huelga, estuvieran o no afiliados: es un derecho de pluralidad de trabajadores” (Diario de Sesiones, T. 12, pég. 1457). Tambien dijo que “[1]as palabras ‘gremio’ y \sindicato’ no son sinénimos”; y, ante la observacién del con~ vencional Gonzdlez Bergéz de que “{e]1 sindicato es la organiza~ cién del gremio”, Bravo sostuvo que “[e]l sindicato puede ser una especie dentro del gremio”, y que “[1]a huelga se la conce- demos a los gremios, a los trabajadores, a los hombres que tie- nen ocupacién determinada.., con la aclaracién de que no necesita la huelga declarada por los trabajadores sex homologada por los sindicatos” (idem, pag. 1460). Esta disparidad de opiniones permite afirmar que el debate exhibié una indecisién en lo que hace a la fijacién de los conceptos, y que, en realidad, solo dejé bien en claro que -14- sg 33/2013, (43-0) /esi Oreiiano, Francisco Daniel c/ Correo Oficial d da Repiblica Argentina S.A. s/ Julcio suariei- Cont Suprema de c Justicia de ta CNaciin Arc fel Bicentenaric de la Declaracitn de ta Sndepondenoia Nacional el derecho a declarar una huelga es de carécter gremial y no in- dividual. En suma, no es posible apoyarse en lo debatido en la Convenciéa Constituyente para arribar a una conclusién definiti- va sobre el punto en discusién en esta causa. Lo que refuerza la pertinencia del criterio interpretativo expuesto en el conside~ rando 8° de este pronunciamiento que se apoya en una lectura in- tegral del texto del art. 14 bis -tal como en definitiva qued6é redactado- y relaciona su segundo pérrafo con lo dispuesto al final del primero. Que la normativa proveniente de la Organizacion Internacional del Trabajo (OIT} que se menciona en el fallo ape- lado tampoco permite sustentar la conclusién a la que arribé la ca4mara acerca de la titularidad del derecho a declarar una medi- da de fuerza. Al respecto, cabe sefialer que el Convenio 87 -sobre la Libertad sindical y 1a proteccién del derecho de sindica~ cién-, aunque no menciona expresamente el derecho de huelga, si consagra el derecho de las “organizaciones de trabajadores” y de empleadores “de organizar su administracion y sus actividades y el de formular su programa de accién” (art. 3) y establece como objeto de dichas organizaciones “fomentar y defender los in- tereses de los trabajadores o de los empleadores” (art. 10). Con apoyo en estas disposiciones, dos 6rganos instituidos para el control de 1a aplicacién de las normas de la OIT, el Comité de Libertad Sindical y la Comisién de Bxpertos en Aplicacién de -15- Convenios y Recomendaciones han dado un amplio reconocimiento @ este derecho considerandole como un corolario indisociable de la libertad de sindicacién (cfr. Bernard Gernigon, Alberto Odero y Horacio Guido, Principios de la OIT sobre el derecho de huelga, Oficina Internacional del Trabajo, Ginebra, Edicién 2000, pag. 8). El Comité de Libertad Sindical, ya en su segunda reu- nién celebrada en 1952, destacé enfaticamente que el derecho de huelga “es uno de los ‘elementos esenciales del derecho sindi- cal” y, poco tiempo después, refirié que “en la mayor parte de los paises se reconocia que el derecho de huelga constituye un derecho legitimo al que pueden recurrir los sindicatos para de- fender los intereses de sus miembros” (cfr. Libertad Sindical y Negociacién Colectiva. Informe de 1a Comisién de Expertos en Aplicacién de Convenios y Recomendaciones, Conferencia Interne~ cional del Trabajo, 81.a reunidn 1994, Ginebra, Oficina Interna- cional del Trabajo, primera edicion, 1994, § 146, pag. 69). ¥ en el mismo sentido se pronuncié la Comisién de Expertos a partir de 1959 precisando, con fundamento en los citados arts. 3 y 10 del Conven: © 87, que la prohibicién de la huelga constituye una restriccién considerable de las oportunidades que se ofrecen 4 los sindicatos para fomentar y defender los intereses de sus miembros y del derecho de los sindicatos a organizar sus activi- dades (idem, § 147 y 148, pags. 69/70). En suma, dado que la base juridica de la doctrina elaborada ‘por los citados érganos de contraler de la OIT reside basicamente en las normas del Convenio 87 que se refieren a 108 derechos y objetivos de las organizaciones sindicales, es evi- ~16- esa 93/2013 149-0) /es1 RECURSO OB HECHO Greilang, Francisco Daniel e/ Corsee Ofietal de 2a Repobiica Argentina 8A, 9/ julcio sunarisi- Wort femme Nacién del Bicentenario de la Deolaracitn de ta Gndependencia Nacional, dente que de dicha doctrina solo se sigue el reconocimiento de a atribuci6n de disponer medidas de fuerza para estas organiza. ciones, y asi lo ha entendido el Comité de Libertad Sindical (Lee Swepston, Desarrollo de las normas sobre derechos humanos y libertad sindical mediante el control de la OIT, Revista Inter- nacional del Trabajo, vol. 117, 1998, num. 2, pag. 208). En tal sentido, el Comité ha dicho que “no parece que el hecho de reservar exclusivamente a las organizaciones sindi- cales el derecho de declarar una huelga sea incompatible con las noxmas establecidas en el Convenio nim. 87” (La libertad sindi- cal. Recopilecién de decisiones y principios del Comité de Li- bertad Sindical del Consejo de Administracién de la O1T, Oficina Internacional del Trabajo, quinta edicién revisada, Ginebra, 2006, § 524, pag. 116). 12) Que el examen de la normas del Derecho Interna- cional de los Derechos Humanos que en nuestro pais gozan de je~ rarquia constitucional 0 supra legal arroja un resultado simi- lar. El Estado argentino, como se vera, asumié el compromiso de garantizar el derecho de huelga como derecho inherente a la li bertad de sindicacion. Asi, el art. 8° del Pacto Internacional de Derechos Econémicos, Sociales y Culturales, después de enumerar los dere- chos que los Estados partes se comprometen a garantizar en rela~ cién con la fundacién, la organizacién y la actividad de las asociaciones sindicales, consagra expresamente “el derecho de huelga” (inc. d), ¥ al referirse a esta disposicion, el Comité -17- de Derechos Econémicos, Sociales y Culturales, intérprete auto rizado del Pacto en el plano internacional (Fallos: 335:452), ha encuadrado a la huelga dentro de los derechos sindicales. En efecto, el Comité ha dicho que consideraba preocu~ pante que el ejercicio de los derechos sindicales como el dere- cho de huelga siga siendo objeto de restricciones excesivas en la legislacién y en la practica, y ha instado a los Estados par— tes a que armonicen su legislacién sobre ese derecho sindical con el art. 8° del Pacto, teniendo en cuenta la normativa del Convenio 87 de la OIT (cfr. Observacién Final del Informe Burun- di, del 16 de octubre de 2015, parr. 31 y 32, B/C.12/BDI/CO/1; Observacién Final del Informe de Xaszajstén, 7 de junio de 2010, parr. 22 £/C,12/KAZ/CO/1). Asimismo, mediante la Convencién Americana sobre De~ vechos Humanos, el Estado argentino asumié el compromiso de adoptar providencias para lograr progresivamente la plena efec~ tividad de los derechos que se derivan de las normas sociales contenidas en la Carta de la Organizacion de los Estados Ameri- canos (art. 26); y en el art. 45, inc. c, de la referida Carta se indica que “los empleadores y los trabajadores, tanto rurales como urbanos, tienen el derecho de asociarse libremente para la defensa y promecién de sus intereses, incluyendo el derecho de negociacién colectiva y el de huelga por parte de los trabajado~ res, el reconocimiento de la personeria juridica de las asocia~ ciones y la proteccién de su libertad e independencia, todo de conformidad con la legislacién respectiva”. Como se puede obser~ var, el reconocimiento del derecho de huelga se encuadra en una -1e- sz 93/2013 (43-0) /est RECURSO _DE_HECHO Grellano, Francisco Daniel ¢/ Correo oficial de Le Repablice Argentina S.A, s/ yuicio sumarssi~ Cdsle Suprema de Justicia deta Navitn del Bicontonario dela Deotaracién de la Independencia Nacional norma claramente alusiva a la libertad de asociarse para la de- fensa y promocién de los intereses profesionales. Por su parte, el Protocolo Adicional a la Convencién Americana sobre Derechos Humanos en materia de Derechos Econémi- cos, Sociales y Culturales -Protocolo de San Salvador- contiene una disposicién de idéntico tenor a la precedentemente referida en su art. 8° titulado “Derechos Sindicales”. 13) Que no bastan para dar sustento a una conclusién distinta ciertas expresiones como las de la Carta Internacional Americana de Garantias Sociales adoptada en Bogoté en 1948 (De- claracién de los derechos sociales del trabajador) que inmedia~ tamente después de referirse al derecho de sindicacién sefalan, sin aclaracién alguna, que “los trabajadores tienen derecho a la huelga” (cfr. arts. 26 y 27). ste instrumento internacional alude genéricamente a la huelga sin diferenciar los aspectos individuales y colectivos del ejercicio de tal derecho que anteriormente han sido puntua- lizados (cfr. considerando 7° Con lo cual solo es posible con- cluir que sus disposiciones indudablemente garantizan el derecho de los trabajadores de adherirse a una huelga declarada (art. 21), y el de las organizaciones sindicales de disponerla o de- clararla como légico corolario del derecho de sindicacién (reco- nocido en el art. 26). La imprecisién apuntada impide otergarles un alcance més amplio en lo que atafe al aspecto colectivo de la cuestién, o sea, a la atribucién de adoptar medidas de accion directa. -19- 14) Que en los precedentes “Asociacién Trabajadores del Estado” y “Rossi” esta Corte establecié que el principio constitucional de 1a libertad sindical consagra la libertad para todos los sindicatos con el propésito de que puedan realizar sus actividades sin obst&culos o limitaciones del Estado que reduz- can, injustificadamente, las funciones que les son propias: la promocién, ejercicio, defensa, fomento y proteccién de los in- tereses legitimos de orden gremial. Sobre tal base, el Tribunal declaré 1a inconstitucionalidad de preceptos legales que conce~ dian a los sindicatos reconocidos por el Estado como més repre- sentativos -mediante el otorgamiento de la personeria gremial- privilegios que excedian de una prioridad en materia de repre- sentacién en las negociaciones colectivas, de consulta con las autoridades y de designacién de delegados ante organismos inter- nacionales, lo cual iba en detrimento de la actividad de los sindicatos simplemente inscriptos que compartian con aquellos, total o parcialmente, el mismo 4mbito de actuacién (cfr. Fallos: 331:2499, considerandos 8° y 9°, y Fallos: 332:2715, consideran- dos 3° a 7°, respectivamente; asimismo, “Asociacién de Trabaja- dores del Estado s/ accién de inconstitucionalidad’, consideran- do 3°, Fallos: 336:672). Es evidente que la doctrina constitucional enunciada implica que, en lo que atafie al derecho de adoptar medidas de accién directa, los sindicatos no pueden ser discriminados en razon de su grado de representatividad. Pero no lo es menos que dicha doctrina Gnicamente se refiere a las asociaciones sindica~ les; de modo que no cabe invocarla, como lo hizo la camara, para ~20- osu 83/2013 (43-0) fost RECURSO DE ECHO Grelland, Francisco Daniel ¢/ Correo Ofieish de * ia Republica argentina s.a. s/ juiclo sumarisi- Corte Tepremea de - Justicia de ta Naciin hive del Bicentoenaric de la Declaracibn de la Independencia Nacional sustentar en ella el reconocimiento de tal derecho a los grupos informales de trabajadores. 15) Que de todo lo expuesto se sigue que la normativa federal examinada solamente confiere el derecho de declarar una huelga a las asociaciones profesionales. Por lo tante, dado que -como ha sido expresado en el considerando 8° de la presente- e1 unico requisito al que el art. 14 bis de la Constitucién Nacional supedita el ejercicio de os derechos sindicales por parte de las organizaciones de tra~ bajadores es el de su simple inscripcién en un registro espe- cial, cabe concluir que el legitimo ejercicio del derecho de huelga esta subordinado a que el sujeto que la dispone haya cum- piido con tal recaudo de inscripcion. En consecuencia, corresponde revocar el fallo apela- do. Por ello, y oida la sefiora Procuradora Fiscal subrogante: 1) se desestima la peticion articulada a fs. 150/153 de esta presentacion directa; y 2) se hace lugar a la queja, se declara procedente el recurso extraordinario y se deja sin efecto la sentencia, con el alcance indicado. Costas por su orden en aten- cién a la naturaleza de la cuestion debatida (art. 68 del Cédigo Procesal Civil y Comercial de la Nacién). Agréguese la queja al principal y vuelvan los autos al tribunal de origen para que, por quien corresponda, se dicte un nuevo fallo con arreglo al -21- presente. Asimismo, reintégrese el depésito de fs. 3, Notifique~ se y, oportunamente, _RICARDO LUIS LORENZETTI Ml ELENATHIGHTOA de NOLASCO JUAN CARLOS MAQUEDA -22- sy 93/2013 (49-0) /esa RECURSO _DE_HECHO Orellane, Francisco Daniel ¢/ Corres oficial ae da Repiblica Argentina 9.A. s/ juicic sumarisi- Orle Suprema de Justicia de la Necién iio del Bicontenario de ba Dectaracitn de ta ndependencia CNacional Recurso de queje interpuesto por el Correo Oficial de la Repiblica Argentina S.A, -deandada-, representado por 1a Dra. Maria Celia Uzal. ‘Tribonal de oxigen: Sale I de 1a Cémara Nacional de Apelaciones del Trabajo. Tribunal que intervino con antericridad: Juzgado Nacional de Primera Instancia del Trabajo n° 72 -23-

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