Los Fertilizantes y Su Uso
Los Fertilizantes y Su Uso
Los Fertilizantes y Su Uso
c om
A. DEFINICIONES
1. Macroelementos: este grupo incluye a los macroelementos primarios (nitrógeno, fósforo y
potasio) y a los secundarios (calcio, magnesio y azufre).
2. Microelementos: cada uno de los elementos químicos siguientes: boro, cloro, cobalto, cobre,
hierro, manganeso, molibdeno y cinc.
3. Fertilizante o abono: cualquier sustancia orgánica o inorgánica, natural o sintética que aporte
a las plantas uno o varios de los elementos nutritivos indispensables para su desarrollo
vegetativo normal.
4. Fertilizante o abono mineral: todo producto desprovisto de materia orgánica que contenga,
en forma útil a las plantas, uno o más elementos nutritivos de los reconocidos como esenciales al
crecimiento y desarrollo vegetal.
5. Fertilizante o abono mineral simple: producto con un contenido declarable en uno solo de
los macroelementos siguientes: nitrógeno, fósforo o potasio.
6. Fertilizante o abono mineral complejo: producto con un
contenido declarable de más de uno de los macroelementos
siguientes: nitrógeno, fósforo o potasio.
7. Fertilizante o abono orgánico: el que procediendo de residuos animales o vegetales,
contenga los porcentajes mínimos de materia orgánica y nutrientes, que para ellos se determinen
en las listas de productos que sean publicadas por el Ministerio de Agricultura, Pesca y
Alimentación.
8. Fertilizante o abono organo-mineral: producto obtenido por mezcla o combinación de
abonos minerales y orgánicos.
9. Fertilizante o abono mineral especial: el que cumpla las características de alta solubilidad,
de alta concentración o de contenido de aminoácidos que se determine por el Ministerio de
Agricultura, Pesca y Alimentación.
10. Corrector de carencia de microelementos: el que contiene uno o varios microelementos y
se aplica al suelo o a la planta para prevenir o corregir deficiencias en su normal desarrollo.
11. Enmienda mineral: cualquier sustancia o producto mineral, natural o sintético, capaz de
modificar y mejorar las propiedades y las características físicas, químicas, biológicas o
mecánicas del suelo.
12. Enmienda orgánica: cualquier sustancia o producto orgánico capaz de modificar o mejorar
las propiedades y las características físicas, químicas, biológicas o mecánicas del suelo.
13. Riqueza o concentración de un abono: contenido en elementos fertilizantes asimilables
por las plantas. Para un determinado elemento, se expresa en tanto por ciento de unidades
fertilizantes. La legislación establece unas cantidades mínimas para poder considerar que un
determinado producto contiene el elemento en cuestión. En España, el contenido de cada uno de
los elementos que determinan la riqueza garantizada de cada producto, se expresa de la
siguiente forma y en el siguiente orden:
15. Equilibrio de un abono compuesto: relación existente entre los elementos que lo
componen. Para su cálculo normalmente se toma como referencia el nitrógeno, dividiendo cada
riqueza por la correspondiente al nitrógeno.
Los abonos sólidos son los de mayor uso en España y suelen presentarse en las siguientes
formas:
a) Abonos en polvo, con grado de finura variable según el tipo de fertilizante. Normalmente no
son aconsejables, ya que su manejo resulta molesto, entorpecen el funcionamiento de las
máquinas y sufren pérdidas en la manipulación. Sin embargo, esta forma sin puede ser
apropiada cuando la solubilidad en agua es escasa o nula, y resulta idónea en los casos en los
que el abono se mezcla íntimamente con el suelo.
b) Abonos granulados. Aquéllos en los que al menos el 90 % de las partículas presentan un
tamaño de 1-4 mm. Esta presentación permite un manejo más cómodo, un mejor funcionamiento
de las abonadoras, una dosificación más exacta y una distribución sobre el terreno más
uniforme.
c) Abonos cristalinos, que facilitan la manipulación y distribución.
d) Abonos perlados (prill). Mediante el sistema de pulverización en una torre de gran altura, se
obtienen esferas de tamaño muy uniforme, al solidificarse las gotas durante la caída.
e) Abonos macrogranulados. Constituidos por grandes gránulos, de 1-3 cm de diámetro e incluso
mayores, de liberación progresiva de los elementos nutritivos.
Dentro de los fertilizantes líquidos, los tipos más característicos son los siguientes:
Los abonos líquidos ofrecen las siguientes ventajas respecto a los sólidos:
Entre los abonos gaseosos únicamente se emplea el amoníaco anhidro, que es una gas a la
temperatura y presión normal. Para que pase a estado líquido y facilitar el almacenaje y el
transporte, se comprime y vuelve a transformarse en gas cuando se inyecta en el suelo.
1.2.2. Abonos NP
a) Abono NP. Producto obtenido químicamente o por mezcla, sin incorporación de materia
orgánica fertilizante de origen animal o vegetal. En las primeras etapas de crecimiento del
cultivo, es de uso muy común el fosfato monoamónico , cuya fórmula química es: NH4H2PO4
(peso molecular de 115).
b) Abono NP que contiene crotonilidendiurea o urea formaldehído, según los casos.
1.2.3. Abonos NK
a) Abono NK. Producto obtenido químicamente o por mezcla, sin incorporación de materia
orgánica fertilizante de origen animal o vegetal. Es de uso muy común el nitrato potásico, cuya
fórmula química es KNO3 (peso molecular de 101,1). Este abono es la principal fuente de
potasio en fertirrigación y además aporta nitrógeno, siendo especialmente importante en aguas
de baja calidad agronómica.
b) Abono NK que contiene crotonilidendiurea, isobutilidendiurea o urea formaldehído,
según los casos.
1.2.4. Abonos PK
a) Abono PK. Producto obtenido químicamente o por mezcla, sin incorporación de materia
orgánica fertilizante de origen animal o vegetal. Es de uso muy común el fosfato monopotásico
en fertirrigación, cuya fórmula química es KH2PO4 (peso molecular de 136,1). Este abono se
emplea básicamente como fuente de fósforo, aunque también suministra potasio, en aguas con
pocos bicarbonatos en las que no se puede aplicar todo el fósforo como ácido fosfórico.
f) Producto obtenido por ataque ácido de la roca fosfórica: ácido fosfórico. Su fórmula
química es: H3PO4 (peso molecular de 98). Al igual que el ácido nítrico, interviene en la
destrucción de los bicarbonatos. También se emplea como fuente de fósforo tanto en cultivos en
suelo o en enarenado como en cultivos sin suelo.
Otro aspecto a tener en cuenta para el uso de quelatos es su reactividad frente a los sustratos.
La reactividad de los quelatos con grupos fenólicos, como orto Fe-EDDHA, no viene motivada
tanto por la competencia de iones sino por la posibilidad de ser retenidos en el suelo por óxidos
amorfos o materia orgánica, lo cual dificulta el transporte de hierro hacia la superficie radicular,
disminuyendo su eficacia. Dicha retención depende del pH, siendo superior a bajos valores de
pH, por lo que se recomienda su uso para sustratos a pH superiores a 6 ó 6,5.
En el caso de los sustratos mixtos como el “enarenado”, el quelato interacciona con todos los
materiales con los que entra en contacto, debiendo tener presente la reactividad de cada uno de
ellos. No obstante, son la capa orgánica y el suelo arcillosos los que más influyen en la
reactividad del sustrato. Cuando la capa orgánica está neutralizada, el Fe-EDDHA o quelatos
similares, son los que podrán aportar más hierro a las plantas, pero si el pH es ácido habrá que
aportar Fe-DPTA o Fe-EDTA, aunque pueden precipitar en la línea de goteo o cuando entran en
contacto con un suelo calizo de la capa inferior. Sin embargo, aunque la arena de la capa
superior sea caliza, suele ser poco reactiva, por lo que su influencia será escasa.
5. ENMIENDAS MINERALES
Carbonato cálcico molido, carbonato cálcico magnésico, cal viva, cal apagada, espuma de
azucarería, margas y productos similares, anhidrita, carbonato magnésico, óxido de magnesio
(magnesita), merl.
6. ABONOS ORGÁNICOS, ORGANOMINERALES Y ENMIENDAS ORGÁNICAS
6.1. Abonos orgánicos
a) Abono orgánico sólido. Producto sólido obtenido a partir de residuos animales y/o vegetales.
b) Aminoácidos. Producto en solución acuosa obtenido por alguno de los siguientes procesos:
hidrólisis de proteínas, fermentación o síntesis. Su aplicación ofrece una serie de ventajas:
aportan nitrógeno directamente utilizable por las plantas, ahorrando el gasto energético que
implica la asimilación de los nitratos y provocan un aumento de la resistencia al estrés hídrico,
salinidad, heladas, etc. Además, pueden incorporar triptófano en su composición, que como
precursor del ácido indolacético, potencia el desarrollo del sistema radicular.
Fertilizantes líquidos
Solución de SULFATO DE
MAGNESIO
Solución Nitrogenada N-20
Solución Nitrogenada N-32
Solución NPK ácida 12-3-5 +
0,08B
Solución NPK ácida 12-3-6
Solución NPK ácida 12-3-6
Solución NPK ácida 12-3-
6+0,5MgO+TE
Solución NPK ácida 12-4-4
Solución NPK ácida 12-4-6
Solución NPK ácida 12-4-6 (F2)
Solución NPK ácida 12-4-6 IV
Solución NPK ácida 12-4-6 IV+TE
Solución NPK ácida 12-4-6 PCl
Solución NPK ácida 12-4-
6(F3)+1MgO
Solución NPK ácida 12-4-6+1MgO
Solución NPK ácida 12-4-
6+1MgO+TE
Solución NPK ácida 12-5-5
Solución NPK ácida 12-5-5
Solución NPK ácida 12-5-
5+TE(F1)
Solución NPK ácida 12-5-5PCl
Solución NPK ácida 12-8-4
Solución NPK ácida 3-6-12
Solución NPK ácida 4-12-4
Solución NPK ácida 4-4-10
Solución NPK ácida 4-8-12
Solución NPK ácida 4-8-12
Solución NPK ácida 4-8-12+TE
Solución NPK ácida 5-10-10
Solución NPK ácida 5-10-10 (F1)
FERTILIZANTES SÓLIDOS
FOSFATO MONOAMÓNICO
FOSFATO MONOPOTÁSICO
NITRATO AMÓNICO
NITRATO CÁLCICO
NITRATO POTÁSICO
NPK 10-40-10 con oligoelementos Cristalino
NPK 10-5-25 con oligoelementos Cristalino
NPK 15-10-15 con oligoelementos Cristalino
NPK 15-5-32 con oligoelementos Cristalino
NPK 17-5-19 con oligoelementos Cristalino
NPK 18-18-18 con oligoelementos Cristalino
NPK 20-5-10 con oligoelementos Cristalino
NPK 7-12-40 con oligoelementos Cristalino
SULFATO DE MAGNESIO
SULFATO POTÁSICO
Sólidos cristalinos
Las dos características más importantes que deben reunir los fertilizantes sólidos para ser
utilizados en fertirrigación son: que sean altamente solubles, es decir, que el residuo seco a
15oC sea menor del 0,5%, y que contengan altas concentraciones en elementos nutrientes.
Además de los fertilizantes incluidos en el cuadro I, otras sales fertilizantes también son
comercializadas para su utilización en fertirrigación.
Fertilizantes líquidos
Los fertilizantes líquidos son generalmente abonos compuestos triples (NPK) que se utilizan en
la concentración de fabricación para su inyección directa sin dilución previa. Existen numerosas
fórmulas triples (NPK), dobles (NMg, NCa) y simples (N, P, K).
De los fertilizantes líquidos, el ácido fosfórico (H3PO4) es el más utilizado en sistemas de
fertirrigación debido a sus propiedades. Se comercializa como disolución del ácido fosfórico con
una riqueza del 72-75% en ácido (d = 1,67 gr/cm3) y una riqueza del 52% de P2O5. El peso
molecular del H3PO4 es de 98 y el peso equivalente correspondiente a una ionización H3PO4 ÷
H2PO4- + H+ es de 98, deduciéndose que 1 miliequivalente de ácido fósfórico del 75% en
volumen es de 0,081 ml. Es recomendable no mezclarlo con otros fertilizantes e inyectarlo a
concentración comercial.
El ácido nítrico
Aunque el ácido nítrico (HNO3) no está considerado como un fertilizante, su importancia en la
fertirrigación se debe a sus propiedades. Se utiliza principalmente para controlar el pH de la
disolución de riego y eliminar los precipitados de carbonatos de calcio y magnesio en tuberías y
goteros. Comercialmente, es una disolución acuosa del 60% en ácido (d = 1,36 g/cm3) con una
riqueza del 12,6% de N. El peso molecular del HNO3 es de 63 y el peso equivalente de 63,
deduciéndose que 1 miliequivalente de ácido nítrico del 60% en volumen es de 0,08 ml. Cuando
se aporta durante todo el ciclo de cultivo, el N incorporado debe ser tenido en cuenta en el
balance del abonado nitrogenado. Debe inyectarse independientemente a los fertilizantes.
El ácido fosfórico y el ácido nítrico deben ser almacenados en tanques especiales situados
dentro o fuera de la nave donde se ubica el cabezal de riego, con los sistemas de seguridad
(cerramientos) necesarios para que no pueda ser manipulado por personas ajenas al
responsable del riego.
Fertilizantes de microelementos
Se denominan microelementos, micronutrientes u oligoelementos aquellos elementos nutritivos
que, siendo esenciales para las plantas, son consumidos en pequeñas cantidades. Son el Fe,
Mn, B, Zn, Cu y Mo.
Su aplicación en fertirrigación debe ser práctica habitual, ya que las raíces de las plantas están
confinadas a los volúmenes de suelo humedecidos por los goteros, en donde el agotamiento de
nutrientes es muy rápido. En muchos casos, el deficiente uso de microelementos en las
disoluciones nutritivas es causa de problemas nutricionales en las plantas y responsables de
descensos en la producción.
Los fertilizantes de microelementos pueden ser de origen inorgánico, de origen orgánico y
complejados. En todos los casos, los fertilizantes sólidos de microelementos deben ser
altamente solubles, dependiendo la concentración del fertilizante del tipo de abono. El cuadro II
presenta las sales fertilizantes y ácidos inorgánicos de microelementos y sus características.
El problema que presenta la utilización de los fertilizantes de microelementos es su precipitación
cuando se mezclan con otros fertilizantes de macroelementos o bien con el suelo, debido
fundamentalmente a la estabilidad del ión en la disolución según el valor del pH. Para que el ión
sea estable en la disolución, debe evitarse su mezcla con otros abonos de macroelementos,
generalmente P y Ca, y con otros microelementos, así como distribuirse la concentración
adecuada a lo largo del ciclo de cultivo, utilizando fórmulas apropiadas al pH del medio de
cultivo.
Además de las sales inorgánicas, otra fuente de microelementos son los quelatos. Los quelatos
son compuestos químicos en los que una molécula orgánica rodea y se enlaza por varios puntos
a un ión metálico, de manera que le protege de cualquier acción desde el exterior evitando su
hidrólisis y precipitación. Los quelatos son moléculas muy estables que aumentan la absorción
de los nutrientes quelatados. La eficacia de un quelato depende de la estabilidad del ión del pH
de la disolución, para lo que se dispone de distintas formulaciones de quelatos para rangos de
pH distintos. El cuadro III muestra los elementos quelatados y sus características.
Otra fuente de abonos de microelementos que se utiliza extensamente en fertirrigación son los
microelementos complejados. Los agentes más utilizados son poliflavonoides (elementos
complejados Ca, Mg, Fe, Mn, Zn) y aminoácidos (elementos complejados Ca, Mg, Fe, Mn, B, Zn
y Cu).
Mezcla de fertilizantes
En el proceso general de la fertirrigación, la mezcla de fertilizantes sólidos en disolución es
práctica habitual, permitiendo disminuir el número de tanques de disoluciones madre. Ciertos
fertilizantes se pueden mezclar sin ningún tipo de problema, otros deben mezclarse en el mismo
instante de su utilización y el resto no se puede mezclar debido a que existe incompatibilidad de
ciertos iones a permanecer en solución a una elevada concentración. El conocimiento en cada
caso de las posibilidades de mezcla facilita el manejo adecuado de los fertilizantes y evita
precipitados que rompen el equilibrio establecido y dan lugar a obstrucciones en la red de riego.
El cuadro IV presenta los fertilizantes que pueden o no mezclarse. El ácido fosfórico y el nitrato
de calcio son los fertilizantes más problemáticos. Deben incorporarse separadamente. El ácido
fosfórico no debe mezclarse con fertilizantes que lleven en su composición Ca, Mg y Fe. Su
reacción con el Ca y Mg del agua de riego puede producir precipitados de fosfatos de Ca y de
Mg. Las fórmulas sulfato tampoco deben mezclarse con Ca y Mg dando lugar también a
precipitados de sulfatos de Ca y Mg. Los abonos líquidos deben utilizarse sin mezclar con otros
fertilizantes sólidos, dado que se pueden presentar reacciones que den lugar a precipitados que
rompen el equilibrio y el pH de la disolución.
Elección del tipo de fertilizante
Para la elección de las sales fertilizantes se tendrán en cuenta las siguientes características:
solubilidad y pureza de la sal, riqueza de los elementos nutrientes, índice de salinidad, contenido
de iones tóxicos y coste del fertilizante.
Aunque el factor costo del fertilizante figura en último lugar, tiene una gran importancia
económica, de forma que en la elección del fertilizante deben seleccionarse aquéllos que,
manteniendo las mismas características, presenten la unidad fertilizante de menor coste.
Disoluciones concentradas de fertilizantes
Las disoluciones concentradas de fertilizantes se forman en depósitos de disoluciones madre,
inyectándose con inyectores en la conducción principal de la red de riego, diluyéndose en las
tuberías y formando la disolución nutritiva de riego que es aportada por los goteros.
La concentración máxima de las disoluciones concentradas (madre) de fertilizantes simples no
ha de sobrepasar el 75% de la solubilidad máxima del abono según la temperatura del agua y
del 30% para los nitrogenados. Cuando se trata de disoluciones en las que se mezclan dos o
más fertilizantes distintos (de macroelementos), la concentración de la disolución madre a
considerar será la del fertilizante de menor solubilidad. Teniendo en cuenta lo expuesto
anteriormente, en la programación y ejecución de la fertirrigación es recomendable utilizar en las
disoluciones madre el intervalo de concentración comprendida entre 0,10 y 0,15 kg/l, no siendo
conveniente bajar de 0,10 kg/l para no sobredimensionar los tanques de disoluciones madre. En
períodos de temperaturas frías (< 15oC) se utilizarán 0,10 kg/l y cuando la temperatura del agua
sea > 20oC se podrán utilizar 0,15 kg/l.
La disolución madre debe estar protegida de los factores ambientales que influyen en su
composición, como la luz, la humedad, las altas temperaturas, etc.
Disoluciones nutritivas de riego
La disolución nutritiva de riego es una disolución acuosa que contiene los nutrientes esenciales y
necesarios para las plantas en formas iónicas directamente asimilables por las raíces.
Todas las disoluciones nutritivas de riego deben suministrar todos los elementos esenciales
cuando el medio de cultivo carece de ellos o no los aporta el agua de riego. En cultivo sobre
suelo, el aporte de macroelementos será imprescindible y la de microelementos los que pudieran
producir deficiencias. En el caso de la fertirrigación sobre sustratos inertes, la disolución nutritiva
de riego estará compuesta por todos los elementos esenciales.
Todas las disoluciones nutritivas suministran siempre tres macronutrientes en forma de cationes:
K+, Ca2+, Mg2+. Otros tres aparecen en forma aniónica: NO3-, PO4H2- y SO42-.
La concentración de cada fertilizante en la disolución de riego dependerá de las cantidades de
fertilizantes incorporadas al agua de riego. Viene dada por la expresión:
ta⋅1000 / Q⋅S⋅Ci= Ti
en la que Ci es la concentración de cada fertilizante o mezcla de fertilizante en la disolución
nutritiva de riego en g/l; Ti la cantidad de fertilizante a aportar en kg/ha; S la superficie de riego
en ha; Q el caudal continuo de riego en l/h; y ta el tiempo de abonado en horas.
El pH de la disolución nutritiva será función del pH del agua de riego. La calidad del agua, a su
vez, depende del sustrato geológico y de las condiciones climáticas. En las regiones donde las
aguas están generalmente cargadas de iones bicarbonato dan una reacción fuertemente
alcalina, lo que implica la necesidad de utilizar ácidos al preparar la disolución nutritiva. La
cantidad de ácido a adicionar dependerá de la naturaleza del agua de riego y del ácido que se
utilice.
Es necesario, por tanto, disponer de un análisis completo del agua en el que figure la
concentración de iones solubles, siendo conveniente realizar una curva de variación del pH del
agua con la adición del ácido elegido.
La disminución del pH de la disolución nutritiva de riego en cultivos sobre suelo no es necesaria
en términos generales, sobre todo en suelos con elevado efecto tampón. Sin embargo, sí es
conveniente bajar el pH del agua en la última fase del riego, con el fin de dejar el agua residual
de la red de riego una vez parada la instalación en medio ácido (pH = 5,5-6) y de esta forma
evitar precipitados de carbonatos y otras sales que pudieran obturar goteros y otros
componentes de la instalación.
El ácido utilizado generalmente es el nítrico, empleándose concentrado o diluido. En caso de
utilizar ácido nítrico durante todo el proceso del riego, se debe tener presente la cantidad de N
aportado, que en algunos casos puede alcanzar hasta el 50% de las necesidades totales del
cultivo.