Amor Inesperado
Amor Inesperado
corazón de las jóvenes debutantes. Entre ellas, Pénélope Featherington, que había
aprendido a navegar las intrigas de la alta sociedad con astucia y un poco de sarcasmo. Sin
embargo, había un nombre que siempre lograba sacar de quicio a Pénélope: Colin
Bridgerton.
Una noche, en un baile en la mansión de los Featherington, Colin se acercó a Pénélope con
esa sonrisa arrogante que la hacía hervir de rabia.
—¿Sigues escribiendo esas cartas de amor para tus amigas, Pénélope? —bromeó, con un
destello de burla en sus ojos.
—Preferiría escribir sobre un hombre que realmente vale la pena, Colin —respondió ella,
cruzando los brazos con desdén.
A medida que los días pasaban, la tensión entre ellos crecía. Sin embargo, un giro
inesperado los obligó a colaborar. La madre de Pénélope había decidido que su hija
necesitaba un pretendiente, y Colin, por alguna extraña razón, se ofreció a ayudarla a
encontrar uno.
Una noche, mientras paseaban por los jardines de un evento, Pénélope se encontró
compartiendo sus sueños y aspiraciones con Colin. Ella le habló de su pasión por la
escritura y de cómo anhelaba ser reconocida por su propio talento, no solo como la hija de
los Featherington.
Colin, sorprendido por su sinceridad, comenzó a ver a Pénélope bajo una nueva luz. Ya no
era solo la chica sarcástica que lo desafiaba; era una mujer con sueños y deseos.
—No tienes que conformarte con lo que otros esperan de ti, Pénélope —dijo Colin, su voz
suave y sincera—. Eres más de lo que crees.
Esa noche, mientras las estrellas brillaban sobre ellos, Pénélope sintió algo cambiar en su
interior. La chispa que antes era rabia se transformó en algo más profundo.
El baile de la temporada llegó, y Pénélope se sintió nerviosa. Colin había sido un apoyo
constante, pero el miedo a perder su amistad la paralizaba. Cuando él llegó, vestido con su
mejor traje, el aire se volvió electrizante.
Ella asintió, su corazón latiendo con fuerza. Mientras bailaban, Colin se inclinó hacia ella y
susurró:
—He estado pensando… tal vez no solo te veo como una amiga.
Pénélope sintió que su corazón se detenía. ¿Podría ser que Colin también había sentido lo
mismo?
Y así, en medio de bailes y susurros, Pénélope y Colin comenzaron su propia historia, una
donde el amor siempre triunfa sobre el odio.