Varios Caudillos
Varios Caudillos
Varios Caudillos
la ciudad de Fort-de-France, Martinica, el 29 de abril de 1870. Fue un militar y político venezolano, que
ejerció la Presidencia de los Estados Unidos de Venezuela entre 1863 y 1868. Junto a Ezequiel Zamora,
el Mariscal Juan Crisóstomo Falcón lideró a los federalistas durante la Guerra Federal.
Aspectos económicos: Falcón buscó el apoyo de los productores del campo y del llamado
gremio de artesanos, para definir estrategias para mejorar la producción económica y llegaron
a una conclusión: Solo mejoraría la economía si había paz en el país. Lamentablemente, esta
paz se consiguió solo por poco tiempo y las incesantes sublevaciones militares acentuaron el
desorden en la administración pública.
Se hicieron obras importantes en vialidad y transporte, y hubo un repunte en la exportación de añil,
algodón, café, cacao, cueros, maderas, palos de tinte y tabaco, y pero la contribución de estos ingresos a
los recursos del país era muy poca, lo que condujo a una depresión económica peor a la de antes
de la guerra federal
ANTONIO GUZMÁN BLANCO
Aspectos positivos:
Introducción del Bolívar como moneda única del país.
El Decreto de Instrucción Pública que instituyó la educación elemental gratuita y
obligatoria.
Creación del Registro Civil liberando los asuntos privados de los ciudadanos del control
de la Iglesia Católica.
lnstalación de la Academia Venezolana de la Lengua.
La construcción de muchas edificaciones y estructuras, como el Palacio Federal
Legislativo y el Teatro Municipal de Caracas, el ferrocarril Caracas-La Guaira, el
servicio telefónico en la línea Caracas-La Guaira y la extensión de las líneas
telegráficas en el interior del país.
Logró muchos avances en la economía por su efectividad para instaurar el orden y
organización tras varias décadas de guerra civil y caos.
Aspectos negativos:
Su gobierno fue dictatorial y manipulador de alabanzas a su persona a quien llamaban El Ilustre
Americano, se le elaboraron múltiples estatuas y pinturas y a muchas instituciones nuevas y ya
existentes, se les dio su nombre.
Reprimió de manera brutal a todos aquellos que se le opusieron.
¿Cómo se caracteriza al Liberalismo Amarillo?
El liberalismo Amarillo se caracterizó por ser un período de grandes avances para el país, en lo
económico, lo institucional, lo militar y lo internacional, pero también por la dura manera de gobernar de
Guzmán Blanco quien anunciando la reconciliación y pacificación del país lo que hizo fue arrasar a su
oponentes con la muerte y el exilio, y también por acentuar uno de los peores males del país como es la
corrupción, que fue muy común durante los treinta años en que perduró el movimiento liberal amarillo, no
solo en cuanto al mal uso del dinero del estado, sino al gobierno dictatorial primero tomado por la fuerza y
luego a través de elecciones falsas presentadas como libres,
MENCIONE LOS ASPECTOS POSITIVOS DEL GOBIERNO DE JUAN CRISOSTOMO FALCÓN.
Firmó el Decreto de Garantías donde se establecieron por primera vez los derechos de todos los
ciudadanos venezolanos, como, decretar la libertad de prensa, el libre tránsito y el voto universal para los
Poderes Ejecutivo y Legislativo. Logró la paz en el país como nunca antes. También decretó la
construcción de obras públicas y caminos, y reformó el Código Civil de Venezuela eliminando la pena de
muerte.
DIFERENCIAS ENTRE DICTADURA Y DEMOCRACIA
Son diferentes formas de gobierno, la principal diferencia es como la persona que ejerce el poder llega a
ser quien manda y si los ciudadanos tienen o no el poder para cambiarlo de manera pacífica,
generalmente a través de elecciones.
En las dictaduras, el poder se centra en una sola persona, el dictador. En una dictadura no hay
elecciones democráticas, y quien se oponga al dictador no tiene manera de cambiar.
QUE IMPORTANCIA TUVO EL DECRETO DE INSTRUCCIÓN PRIMARIA PÚBLICA Y OBLIGATORIA.
Introdujo el Bolívar como moneda única del país. Firmó el Decreto de Instrucción Pública que
permitió la educación elemental gratuita y obligatoria.
Construyó muchas edificaciones y estructuras públicas, como el ferrocarril y el servicio
telefónico Caracas-La Guaira y la extensión de las líneas telegráficas en el interior del país.
Logró muchos avances en la economía.
Lamentablemente su gobierno fue dictatorial y reprimió de manera brutal a todos aquellos que se le
opusieron.
Cipriano Castro. El principal grupo opositor fue La Revolución Libertadora, en la cual el
banquero Manuel Antonio Matos del Monte, creó una coalición de caudillos que intentó
derrocarlo, produjo mucha luchas y muertes pero finalmente fallaron en su intento.
Administró bien los bienes públicos, sin embargo, la guerra contra sus opositores le obligó a suspender el
pago de la deuda externa lo que provocó un bloqueo internacional que hizo mucho daño al país.
Avances económicos.
En 1920 el Congreso promulgó la primera Ley de Hidrocarburos que inició en el país la
explotación petrolera sistematizada a través de concesiones a compañías extranjeras,
esto incrementó de gran manera las reservas nacionales, potenciando la economía del
país como nunca hasta ese momento. El 1 de enero de 1930 los recursos monetarios en
el país permitieron cancelar la deuda externa que arrastraba el país desde hacía más de
100 años.
Opositores.
Durante su gobierno hubo tres grandes intentos militares de derrocarlo, y varias
rebeliones
menores en las cuales participaron también civiles, una de las más importantes fue la de
los estudiantes universitarios que serían conocidos como La generación del 28, pues
muchos de ellos serían figuras políticas importantes en el futuro.
En los años finales del siglo XIX atraviesa Venezuela por una etapa de grandes dificultades
políticas y económicas, siendo Ignacio Andrade presidente de la República; el alzamiento del
general José Manuel Hernández; la muerte de Crespo en el campo de batalla y la rebelión del
general Ramón Guerra fueron causas que el general Cipriano Castro creyó suficientes para
alzarse en armas en tierras del Táchira, el 23 de mayo de 1899, con el propósito de tomar a
Caracas y establecer un gobierno que bautiza con el nombre de liberal restaurador. Juan
Vicente Gómez lo acompaña en esta nueva expedición militar, pero ya con el rango de
general y como segundo jefe expedicionario. Durante sus 7 años de exilio en Colombia lo
acompañó Dionisia Bello, tachirense, nativa de Capacho y con quien procreó 7 hijos: José
Vicente, Josefa, Alí, Flor de María, Graciela, Servilla y Gonzalo. La marcha del ejército de
la Revolución Liberal Restauradora dura 5 meses, atravesando el territorio de los estados
Táchira, Mérida, Trujillo, Lara, Yaracuy y Carabobo, haciendo su entrada triunfal a Caracas
en la tarde del 22 de octubre de 1899. Durante este recorrido, Gómez tuvo a su cargo la
organización de las tropas y su dotación de municiones y alimentos, apareciendo como fiador
personal de las provisiones que le cedían los comerciantes al paso de los pueblos del camino.
Durante las primeras semanas de la instalación del gobierno de la restauración liberal,
Gómez permanece en las filas del ejército, atendiendo de manera especial los numerosos
casos relacionados con los expedicionarios tachirenses que desean regresar a su tierra. A
comienzos de diciembre de 1899 es designado gobernador del Distrito Federal en sustitución
del general Julio Sarría Hurtado, cargo en el que permanece 2 meses, siendo sustituido por el
general Emilio Fernández. La situación en el Táchira se torna difícil para el nuevo gobierno,
pues aún permanecen al frente del Ejecutivo regional los generales Juan Pablo Peñaloza y
Joaquín Corona, representantes del desaparecido gobierno de Andrade. El 2 de marzo de
1900 Juan Vicente Gómez llega al Táchira con el carácter de jefe civil y militar y en su
saludo de bienvenida anuncia que regresa a su tierra nativa con el propósito de «regularizar
la administración» e invita a los tachirenses a colaborar «en la hora de las reparaciones»; una
vez cumplida su misión, regresa a Caracas a comienzos de 1901. La Asamblea Nacional
Constituyente que se reúne en Caracas en febrero de 1901 para sancionar una nueva
Constitución, dicta un decreto organizando provisionalmente la República y nombra al
general Cipriano Castro, presidente de la República, al general Ramón Ayala, primer
vicepresidente y al general Juan Vicente Gómez, segundo vicepresidente.
La situación de Venezuela durante los 2 primeros años del siglo XX era de tal manera crítica
en el orden político y social, que una sucesión de motines, la aparición de guerrillas en
diversas regiones del país y el descontento de los liberales amarillos y de los nacionalistas
por la nueva organización gubernamental, eran el prólogo de una nueva guerra civil. En
diciembre de 1901, el alzamiento del general Luciano Mendoza, en tierras de Aragua fue la
señal de que se iniciaba la Revolución Libertadora que lograría congregar un ejército de
16.000 hombres, organizada y financiada, con apoyo económico de la New York and
Bermudez Company, por el banquero y político liberal general Manuel Antonio Matos y
cuyos cuerpos regionales estaban comandados en el centro del país por los generales Luciano
Mendoza, Antonio Fernández y Luis Loreto Lima; en el oriente, por los generales Domingo
Monagas, Nicolás Rolando, Zoilo Vidal y Horacio Dúcharne y en occidente, por los
generales Gregorio Segundo Riera, Amábile Solagnie, Juan Pablo Peñaloza y Rafael
Montilla. La Revolución Libertadora constituyó la empresa revolucionaria más poderosa
desde los años de la Guerra Federal. Para que se enfrentara al general Mendoza, el presidente
Castro designó el 20 de diciembre de 1901 al general Juan Vicente Gómez con el grado de
general de división. Gómez derrota a Mendoza en el sitio de La Puerta y una segunda vez en
el Paso de Esteves; al general Antonio Fernández en un nuevo encuentro en La Puerta; luego
se dirige a los llanos de Cojedes para presentar batalla al general Luis Loreto Lima en
Tinaco, derrotándolo; Lima muere a consecuencia de las heridas recibidas. El 26 de febrero
de 1902 regresa Gómez a Caracas, después de 65 días de campaña y el 17 de marzo, el
presidente Castro lo nombra delegado nacional en los estados Lara, Falcón, Zulia, Yaracuy,
Trujillo, Mérida y Táchira y le confía la empresa de enfrentarse a la Revolución Libertadora
que se ha apoderado de los estados del norte de occidente. Riera y Peñaloza cuentan con una
organización militar y unos recursos superiores a los que poseían Mendoza y Fernández y
frente a la importancia de la misión que se le ha confiado, Gómez encomienda a los
generales Régulo Olivares y Luis Valera, realizar maniobras de distracción simulando estar
empeñados en la defensa de Coro, mientras marcha sobre el campamento de Urucure en
donde, el 16 de abril, sorprende y derrota a los jefes revolucionarios. El 26 del mismo mes,
llamado por Castro, regresa a Caracas, mientras Riera y Peñaloza reagrupan sus fuerzas y
atacan Coro, ciudad que toman después de muchas horas de combate, cayendo prisioneros
los generales Ramón Ayala y Arístides Tellería y consolidándose el frente revolucionario en
todo el norte y centro del occidente del país. La Revolución Libertadora también se apodera
de la región oriental, organizando un ejército de 8.000 hombres y en espera del desembarco
del general Matos. El 29 de abril, el presidente Castro designa jefe expedicionario del
Ejército de Oriente al general Gómez, quien se embarca en La Guaira y el 3 de mayo, en
unión del general José Antonio Velutini, sitia y ocupa la ciudad de Cumaná. El día 6, Gómez
y Velutini atacan la plaza de Carupano, en donde está atrincherado el general Nicolás
Rolando, pero los revolucionarios logran rechazar los repetidos ataques con fuertes pérdidas
para las tropas del Gobierno; en los asaltos finales a la plaza, Gómez recibe una herida en
una pierna que le imposibilita para seguir dirigiendo la acción, siendo trasladado el 16 de ese
mismo mes de mayo a Caracas. Velutini se encarga entonces de la jefatura del ejército de
oriente. Por los mismos días, el general Ramón Cecilio Farreras, segundo jefe de la
guarnición de Ciudad Bolívar, al grito de «mueran los andinos», entrega la plaza a la
revolución y con ella, todo el control de Guayana, fortaleciendo las posibilidades de un
inminente triunfo nacional. Solamente quedan en poder del Gobierno los estados Miranda,
Aragua y Carabobo, pero con la presencia de numerosas guerrillas revolucionarias, y los
estados Trujillo, Zulia, Mérida y Táchira. El 5 de julio de 1902 el presidente Castro dirige
una alocución al país y anuncia que ha encargado de la presidencia de la República al
general Juan Vicente Gómez, en su condición de segundo vicepresidente y que marcha al
oriente, al frente de una expedición militar para destruir a la revolución en sus propios
campamentos. El objetivo verdadero era el de impedir que el ejército oriental llegara a unirse
en los límites entre Aragua y Guárico con el ejército revolucionario de occidente. Fracasada
la maniobra de Castro por los desastres que sufrieron los ejércitos del Gobierno en
Guanaguana y Aragua de Barcelona, antes de que pudiera iniciar su ofensiva, el presidente
decide regresar al centro del país para esperar los ejércitos revolucionarios ya unidos, que
tienen como objetivo la toma de Caracas. Castro decide instalar su comando y presentar la
batalla en la ciudad de La Victoria, capital para entonces del estado Aragua. Sus tropas
suman 8.000 hombres y lo acompañan los generales Diego Bautista Ferrer, Leopoldo
Baptista, Emilio Rivas, Manuel Salvador Araujo, Régulo L. Olivares, Pedro María Cárdenas,
Rufo Nieves, J.B. Bravo Cañizales, Francisco Linares Alcántara, hijo y el vicepresidente
Gómez que, al comienzo de la batalla, anuncia desde Caracas al general Castro que «...debo
salir yo con 1.000 hombres que tengo disponibles...», y ante un posible asalto revolucionario
en el camino entre Caracas y La Victoria, le dice que «...con el parque que llevo trituro a
todo el que se me atraviese y le caigo al enemigo por retaguardia, dominándolo...». La
batalla de La Victoria es la más importante en la historia de las guerras civiles venezolanas,
por el número de soldados combatientes, por el moderno armamento que utilizaron ambos
ejércitos y por su duración, pues se inició el 12 de octubre y finalizó el 3 de noviembre de
1902; regresan triunfantes a Caracas el presidente Castro y el vicepresidente Gómez, pero
Castro rehúsa reencargarse del mando, continuando con el título de presidente de la
República en Campaña y comandante en jefe de los ejércitos, situación que mantuvo durante
los días del conflicto ocasionado por el bloqueo de las flotas de Inglaterra, Alemania e Italia
a los puertos venezolanos y hasta el 20 de marzo de 1903. En abril de ese mismo año, el
general Nicolás Rolando, con un ejército de 3.000 hombres, amenaza con un asalto a Caracas
y Castro comisiona una vez más a Gómez para que enfrente la nueva embestida
revolucionaria; el 11 chocan los ejércitos de Rolando y Gómez en El Guapo, en un combate
que dura 3 días y que termina con la derrota de Rolando, quien se retira a Guayana con las
tropas que salva del desastre. Apenas vencido Rolando, se anuncia un nuevo desembarco del
general Manuel Antonio Matos en tierras de Falcón y la reactivación de la lucha
revolucionaria en el occidente, principalmente en los estados Falcón y Lara. Una vez más,
Juan Vicente Gómez es el designado para comandar los ejércitos que van a enfrentarse a las
tropas de los generales Riera, Peñaloza, Montilla y Solagnie. Con la toma de Barquisimeto,
el 23 de mayo de 1903, en la que participa al lado de Gómez, en forma decisiva, el general
Rafael González Pacheco, y con el combate de Matapalo, ocurrido el 3 de junio, se liquida
definitivamente la fortaleza revolucionaria del occidente y los jefes principales del
movimiento libertador vuelven al exilio. Castro, en telegrama del 6 de junio dirigido a Coro,
le dice a Gómez: «...Felicito al vencedor en todas partes, predestinado para ser el Pacificador
de Venezuela...». Gómez regresa a Caracas y con el carácter de delegado nacional y jefe
expedicionario sobre el oriente de la República, se embarca en La Guaira, el 27 de junio,
comandando un ejército de 2.000 hombres, en 3 buques de la Armada. El 5 de julio empieza
a navegar por el Orinoco y el 11 desembarca en Santa Ana con el propósito de tomar a
Ciudad Bolívar, en donde se encuentra atrincherado Nicolás Rolando con un nuevo ejército
que había logrado formar bajo su exclusiva dirección, cuando la revolución ya está liquidada
en el resto del país. El combate empezó el 19, y el 21 de julio, después de 50 horas de lucha,
se rindió el ejército de Rolando. Era el fin de las guerras civiles en Venezuela.
El retorno de Juan Vicente Gómez a Caracas en medio de aclamaciones y arcos de triunfo,
determina el comienzo de la desconfianza entre Castro y Gómez y la división de los
integrantes del gobierno de la restauración liberal en «castristas» y «gomecistas» o
«gomistas» como se decía entonces. Las camarillas que rodean a uno y a otro harán más
profundo el distanciamiento hasta llegar a la ruptura de la amistad entre los 2 jefes. Con
Castro están los jefes liberales amarillos y nacionalistas que, durante la Revolución
Libertadora, se quedaron a su lado; en cambio, junto a Gómez, además de su numerosa
familia, están los oficiales tachirenses del ejército restaurador, que se sienten
menospreciados por Castro y el creciente grupo de ganaderos y comerciantes del centro del
país con quienes ha entrado en amistad y negocios al establecerse, en 1903, en Maracay. En
1904 se promueve una reforma constitucional para aumentar el período presidencial a 6 años,
estableciendo un período provisional de un año a fin de que la nueva Constitución entre en
vigencia en 1905 y pueda el general Castro presidir las festividades de los centenarios de
1810 y 1811. Gómez es elegido el 3 de mayo primer vicepresidente de la República, para el
período provisional y ocupa nuevamente la presidencia de la República, durante un mes,
mientras dura la visita del presidente Castro al oriente. El Congreso Nacional, el 7 de junio,
elige al general Castro presidente de la República y al general Gómez primer vicepresidente,
para el período constitucional 1905-1911. Las intrigas desatadas por las camarillas que
rodean a Castro y a Gómez son cada día más graves y el 9 de abril de 1906, Castro expide
una alocución anunciando su retiro temporal de la presidencia de la República; quería probar
si eran ciertas las noticias acerca de la conspiración de Gómez y medir el grado de su
popularidad. Este episodio, que la historia conoce con el nombre de La Aclamación es uno
de los actos más pintorescos del gobierno restaurador, por la naturaleza de los documentos
que se cruzan entre el presidente y el vicepresidente y de los gestos que escenifican ambos
personajes y concluye con la peregrinación de delegaciones de todo el país a la ciudad de La
Victoria, donde se había instalado Castro, para pedirle que vuelva a la presidencia y con su
anuncio de que regresará a Caracas y reasumirá el poder, el 5 de julio.
Noticias acerca de graves quebrantos de salud del presidente Castro empiezan a circular a
mediados de 1906 y la camarilla castrista se dispone a prepararse para la eventualidad de la
muerte del presidente, con el propósito de no permitir que Gómez llegue a encargarse del
Ejecutivo como su legítimo sucesor. Se agrupan Tello Mendoza, Revenga, Torres Cárdenas,
Celis y rodean al general Francisco Linares Alcántara, presidente del estado Aragua, a quien
escogen como candidato a la sucesión, en caso de muerte del presidente. Es el episodio
conocido con el nombre de La Conjura, durante el cual Gómez se ve amenazado en su vida y
tiene que cambiar constantemente de domicilio. Durante los años 1906 y 1907 permanece la
mayor parte del tiempo en Maracay, alejado de la actividad oficial, no obstante ser el primer
vicepresidente de la República. El restablecimiento de la salud de Castro significa el final de
La Conjura, pues él se da cuenta de que sus ministros habían escogido ya un sucesor,
dándolo por muerto. Esta reacción del presidente significa la liquidación de la camarilla
castrista, así como la recuperación de la confianza en Gómez y la reanudación de la
interrumpida amistad. El fracaso de una intervención quirúrgica en Caracas obliga al
presidente Castro a viajar a Berlín para ingresar en la clínica del cirujano Israël. El 23 de
noviembre de 1908, Castro se separa del poder y entra Gómez a desempeñar la presidencia
en su condición de primer vicepresidente. Al día siguiente se embarca Castro en el
buque Guadaloupe, rumbo a Europa. Los juicios intentados por el presidente Castro a la New
York and Bermudez Company y a otras compañías norteamericanas y francesas habían
provocado, desde 1906, graves tensiones con el Departamento de Estado y con la Cancillería
de París y traído como consecuencia la ruptura de relaciones con Estados Unidos, Francia y
Holanda. Por su parte, los jefes del liberalismo amarillo y del nacionalismo en el destierro
organizan un nuevo movimiento revolucionario, visto con simpatías por los intereses
norteamericanos. Estas circunstancias facilitan a Gómez el apoyo suficiente para organizar
un golpe de Estado y sustituir definitivamente a Castro en el ejercicio del poder.
El 5 de agosto de 1909, el Congreso Nacional aprueba una reforma constitucional que reduce
el período presidencial a 4 años; se crea un Consejo de Gobierno, en donde va a tener asiento
la mayoría de los antiguos jefes revolucionarios que regresan del destierro y se establece un
período provisional hasta el 19 de abril de 1910, en que debe entrar en vigencia la reforma.
El 11 de agosto, es elegido Gómez presidente provisional de la República y el 25 de abril de
1910, es elevado por el Congreso al rango de general en jefe de los ejércitos venezolanos. El
27 de abril, las cámaras legislativas lo eligen presidente constitucional de Venezuela para el
período 1910-1914. Pero, en 1913 Gómez decide continuar en el ejercicio del poder y esta
determinación crea la primera gran crisis en el seno de su gobierno. Los integrantes del
Consejo de Gobierno, Baptista, Ayala, Martínez, Peñaloza tienen orden de abandonar el país,
mientras Gómez declara turbado el orden público y por lo tanto, suspendido el proceso
electoral, alegando como pretexto una supuesta invasión encabezada por el general Cipriano
Castro, por las costas de Falcón. Gómez se declara en campaña y se instala en Maracay,
mientras que José Gil Fortoul, presidente del nuevo Consejo de Gobierno, ocupa la
presidencia de la República. Gómez hace su entrada triunfal a Caracas, el 1 de enero de
1914. El 19 de abril de 1914 un Congreso Nacional de Plenipotenciarios resuelve designar al
general Juan Vicente Gómez presidente provisional de la República y comandante en jefe del
Ejército; luego dictan los plenipotenciarios un Estatuto Constitucional provisional que
regiría hasta que fuera promulgada la nueva Constitución y designa presidente provisional de
la República a Victorino Márquez Bustillos y comandante en jefe del Ejército al general Juan
Vicente Gómez, disponiendo al mismo tiempo que el período provisorio duraría hasta que,
sancionada la nueva Constitución, tomasen posesión de sus puestos los funcionarios
constitucionales. En junio quedó aprobado el texto de la nueva Constitución que aumentaba
el período presidencial a 7 años.
A comienzos del siglo, el general Gómez había formado en Caracas un nuevo hogar con la
dama caraqueña Dolores Amelia Núñez de Cáceres procreando 8 hijos: Juan Vicente,
Florencio, Rosa Amelia, Hermenegilda, Cristina, Belén, Berta y Juan Crisóstomo. En los
gabinetes ministeriales y en el servicio diplomático, el presidente Gómez contó siempre con
la colaboración de intelectuales y de profesionales universitarios de notable significación en
la vida cultural venezolana y en su mayor parte, pertenecientes a la última generación de
pensadores positivistas. Gómez mantuvo siempre un grupo formado por sus compañeros de
vida militar y de personas de su intimidad, a quienes de manera permanente confiaba las
presidencias de los estados, algunos de los cuales se mantuvieron en el ejercicio de dichos
cargos durante los 27 años del régimen.
Gómez creó, por decreto de 1910, la Academia Militar como base de un Ejército Nacional,
que pondría término definitivamente al sistema de los ejércitos privados controlados por los
caudillos regionales. En este sentido, ordenó el desarme nacional y sometió a regiones como
el estado Trujillo a un verdadero régimen de ocupación durante los años 1913 y 1914
mientras que, en los actos del centenario de la independencia en 1911, hacían su
presentación los primeros cuadros del nuevo ejército organizado por el chileno Samuel
MacGill y el venezolano Félix Galavís. Era un golpe definitivo contra nuevos alzamientos
guerrilleros, al estilo del siglo XIX. En esta forma, Gómez pudo hacer frente y derrotar los
levantamientos de Horacio Dúcharne y Ángel Lanza, en 1913, en el oriente; las repetidas
incursiones guerrilleras de los generales Juan Pablo Peñaloza en tierras del Táchira y de
Emilio Arévalo Cedeño, en los llanos; de los hermanos Matías y Patrocinio Peñuela, en el
Táchira; así como la invasión de Rafael Simón Urbina y Gustavo Machado, en tierras de
Falcón y la de los generales Román Delgado Chalbaud y Pedro Elías Aristeguieta, por tierras
del estado Sucre, ambas en 1929, al igual que el levantamiento del general José Rafael
Gabaldón en Portuguesa y el alzamiento de Norberto Borges en el estado Miranda, también
en 1929.
Desde 1913 hasta 1935, con excepción de los años en que Francisco Baptista Galindo ejerció
un poder atemperador, las prisiones de La Rotunda, el castillo Libertador de Puerto Cabello
y el castillo de San Carlos en el lago de Maracaibo, así como las cárceles de las capitales de
los estados, alojaron una numerosa población de presos políticos, muchos de ellos sometidos
a la tortura de los grillos o al tormento del tortol, mientras que otros eran enviados a cumplir
tareas en la construcción de las carreteras nacionales. A partir de 1913, el presidente Gómez
eligió definitivamente como sede de la presidencia de la República y de la Comandancia del
Ejército la ciudad de Maracay, la cual fue convirtiéndose de una gran aldea en una ciudad,
con vastas construcciones militares y donde la mayoría de los colaboradores militares y
civiles del régimen edificaban sus viviendas, al mismo tiempo que Gómez ordenaba la
construcción de avenidas, parques, hoteles, teatros y edificios para sede de las oficinas
administrativas del Gobierno nacional; y al mismo tiempo que se iba convirtiendo en
propietario de las grandes haciendas que rodeaban a Maracay, iniciaba en la ciudad una etapa
de construcciones industriales como sede de las fábricas de papel, de jabón y velas, de la
ganadera industrial, del lactuario y de los telares que se había dispuesto a fundar, siendo así
el primer propietario rural y el dueño de las fábricas más modernas del país. Hasta el año
final de su gobierno, a Maracay concurrían para entrevistarse con el presidente Gómez,
además de las personalidades de su gobierno, gente de todas las condiciones sociales y la
mayor parte de las veces los recibía en el parque zoológico que rodeaba su casa de Las
Delicias, a la sombra de un samán. Era hombre de pocas palabras y orientaba las entrevistas
sometiendo al visitante a un interrogatorio destinado a enterarse de la verdadera interioridad
del visitante. Enviaba a los estados a gente sin cargos visibles, para vigilar a los presidentes.
Recibía todas las mañanas, a primera hora, el informe de los presidentes de estados, de los
jefes militares y de los jefes de las oficinas de telégrafos que estaban en la obligación de
comunicarle toda clase de noticias. Durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918) mantuvo
la neutralidad del país, no obstante las presiones de Estados Unidos y de las naciones
europeas aliadas y de ser acusado de tener simpatías progermanas. Frente a las presiones
norteamericanas, utilizó la presencia del presidente provisional, Victorino Márquez
Bustillos, que era en realidad un «primer ministro», para negarse a discutir las proposiciones
de ruptura de la neutralidad, alegando que esa materia correspondía al presidente provisional
pues él no era sino presidente electo, no juramentado. En 1919, se enfrentó Gómez a la
primera conspiración de militares académicos salidos de la Escuela Militar quienes, en unión
de estudiantes y periodistas, habían organizado una sublevación que fue descubierta
momentos antes de estallar.
El final del período constitucional 1915-1921 coincidió con el comienzo de la era petrolera y
por tanto, el comienzo de grandes cambios económicos y sociales que al final habrían de
reflejarse en el campo político, aparentemente paralizado. Esta paralización se explicaba, en
parte, debido al clima de expectativas causado por el precario estado de salud de Gómez
quien padecía, desde hacía ya varios años, de una enfermedad de la próstata. En diciembre de
1921 una retención de orina lo lleva al umbral de la muerte pero gracias a la intervención del
doctor Adolfo Bueno, logra recuperarse. Gómez promueve entonces una reforma
constitucional que aprueba el Congreso mediante la cual se restablecieron los cargos de
vicepresidentes de la República, eliminados en la Constitución de 1914, se mantiene el
período presidencial de 7 años, se elimina la Comandancia en Jefe del Ejército para volver a
atribuir el comando al presidente de la República y se le permite la reelección. El Congreso
reelige presidente para el período 1922-1929 al general Juan Vicente Gómez y nombra
primer vicepresidente a su hermano Juan Crisóstomo Gómez y segundo vicepresidente a su
hijo el general José Vicente Gómez. El 30 de junio de 1923 es asesinado en su dormitorio en
el Palacio de Miraflores el primer vicepresidente Juan Crisóstomo Gómez y mientras el
Gobierno señala a los exiliados como autores intelectuales del crimen, las versiones
populares lo explican como producto de intrigas y rivalidades en el seno de la familia de
Gómez. En 1925, el Congreso Nacional aprueba una nueva reforma mediante la cual elimina
la prohibición al presidente de la República de permanecer fuera de Caracas más de 25 días y
se fortalece el predominio del poder central al otorgársele autoridad al presidente de la
República para designar los presidentes de los estados. El objeto fundamental de la reforma
de 1925 era crear el cargo de vicepresidente de la República, eliminando las 2 vice-
presidencias, y designar al general José Vicente Gómez como vicepresidente de la
República.
En la etapa 1928-1935, Gómez decreta la creación del Banco Obrero y del Banco Agrícola y
Pecuario y promulga la primera Ley del Trabajo. El 7 de julio de 1931 presta por última vez
su juramento como presidente de la República de Venezuela. Era el lustro final de su
gobierno. Durante los 27 años de su permanencia en el poder, no varió en sus costumbres y
mantuvo las mismas de su época de hacendado y de guerrero, caracterizadas por la sencillez
en sus hábitos, su desconfianza a las camarillas, la relación directa con gente de todas las
condiciones sociales y su capacidad para utilizar en su gobierno las personalidades de mayor
prestigio intelectual con que el país contaba. La mayor parte del tiempo vivió solo, asistido
por sus edecanes y gente de confianza y visitaba a su familia a determinadas horas del día.
Fue dueño de una inmensa fortuna constituida toda en territorio venezolano, evaluada en Bs.
115.000.000 aproximadamente y que en 1936, por decisión confiscatoria del Congreso, pasó,
en su totalidad, al patrimonio nacional.
A u t o r : Ramón J. Velásquez