Domingo de Pentecostés - Ciclo A
Domingo de Pentecostés - Ciclo A
Domingo de Pentecostés - Ciclo A
Estaba yo un día sentado cerca del monte Toranzo, a la orilla del río Araviana, saqué
del agua una piedra hermosa, dura, redonda y la rompí. Su interior estaba
completamente seco. Esta piedra llevaba años dentro del agua, pero el agua no había
penetrado en ella.
Lo mismo ocurre con muchos de los cristianos de nuestra parroquia. Siempre inmersos
en el Espíritu pero, tal vez, por dentro secos.
Hoy es Pentecostés, la fiesta del Espíritu Santo. El Espíritu es el protagonista silencioso
pero eficaz de toda la historia de la salvación. Desde la primera página de la Biblia
hasta la última el Espíritu Santo lo llena todo, lo penetra todo, lo invade todo. El
Espíritu es el maestro interior, el maestro del corazón.
- Pentecostés, fiesta del Espíritu, ¿y dónde estaríamos nosotros sin el Espíritu?
- Pentecostés, día del nacimiento de la Iglesia, ¿y dónde estaríamos nosotros sin el
Espíritu?
- Pentecostés, la fiesta de los creyentes, ¿y cómo creeríamos en Jesucristo sin la
presencia del Espíritu en nosotros?
"Cuando llegó Pentecostés estaban todos reunido en un mismo lugar".
Con las puertas cerradas. Tenían miedo. Oraban. Esperaban la visita del Espíritu.
"Y dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: Recibid el Espíritu Santo".
Se abrieron las puertas y sus bocas para hablar de Jesús.
Ese día Jerusalén presenció la primera y más gloriosa manifestación de su historia.
Pentecostés no es la voz del hombre sino la fuerza del Espíritu.