Discurso Transición
Discurso Transición
Discurso Transición
Queridos niños
Cada año vivimos este momento como un encuentro fuerte de sentimientos. Por un lado, el gozo
de un triunfo en la vida de nuestros chicos y el cierre exitoso de su paso por el colegio, y por otro
decir adiós a una persona con la que hemos compartido días, semanas, meses y años en vivencias
llenas de recuerdos y emociones.
Los maestros nos sentimos privilegiados. Reconocemos que haber participado en su vida es un
don, es un regalo, es un privilegio para nosotros. Así los recibimos y así los despedimos,
agradecidos por la oportunidad que nos brindaron, agradecidos por habernos invitado al concierto
maravilloso de su vida, agradecidos por la confianza que sus padres depositaron en nosotros.
Amamos lo que hacemos y nos hemos esforzado para que ustedes lo sepan, pero,
fundamentalmente, para que lo sientan. No es posible la educación humana plena sin el vínculo
del amor sincero, cuando las palabras entran por el corazón, se graban con fuerza, se convierten
en bloques de construcción, en peldaños que nos ayudan a subir más alto.
A veces resulta difícil anteponer a la persona, pero hay que hacerlo, es necesario hacerlo, aunque
esto implique cambios, renuncias, mayores exigencias o lo que sea. Nunca la persona puede ser
relegada y estamos comprometidos con ello.
Reconocemos en los padres los primeros educadores, nos sabemos continuadores del proyecto
educativo en el cual ellos han trabajado y soñado, proyecto en el que continúan trabajando con
todas las fuerzas de su corazón.
Terminamos nuestra labor con ustedes por este año, pero los esperamos para el próximo año
muy puntuales, con muchas ganas de alcanzar sus metas
Gracias queridos niños por haber abierto las puertas de su corazón para nosotros.