La Explicación Del Campo A y El Campo - A

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UNA EXPLICACIÓN DEL CAMPO A Y EL CAMPO –A

Martín Smud

Le prometí a una colega que iba a escribir algo sobre el rectángulo a y –a y la singularidad que
aparece por fuera destotalizando ese universo previo.

X (Singularidad)

A -A

Después que lo prometí, me acordé que hacía más de un año estaba intentando escribir algo acerca
del tema. Intentando cumplir con mi palabra y con el deseo que había comenzado cuando percibí
que este esquema no sólo ayudaba a los estudiantes a comprender la relación entre moral y ética
sino que perjudicaba la posibilidad de pensar. ¿Cómo es posible que algo ayude a comprender al
mismo tiempo que perjudique el pensar? No era muy difícil la contestación: ése es el objetivo del
cualquier esquema. La idioscincracia norteamericana tan eficaz en el mundo parte de un esquema
del bien y del mal pero hurgando un poquito notamos las dificultades de pensamiento que ello
conlleva y las consecuencias que eso tiene en la realidad del mundo.

El esquema ayuda tanto como perjudica en el acceso a lo real. Los investigadores, los pensadores le
dado muchas vueltas al asunto y han ubicado otras formas de hacer comprehensible lo real como
son los grafos, las ecuaciones, la topología. Se ha tratado de darle movimiento desde la misma base
que intenta representar algo de ese inefable que sostiene Kant constituye lo real.

El estudiante tiene que saber que un esquema te ayuda a ubicar varios elementos y que llegado un
momento lo tenés que abandonar haciendo las despedidas del caso, arrojarlo a la mar y saber
agradecer todo lo que te permitió y evitó pensar. Este escrito será como una oleada que llega a la
costa, al menos serán cuatro grandes olas con cuatro ejemplificaciones: la belleza, la salud, el
significante, el poder y que nadie debe enfrentarse al oleaje sin un poco de temor. Cuando la cosa
se ponga brava mejor salir y esperar a que amaine. No es causar temor en épocas especializadas en
“aterramiento” sino tener la delicadeza de decir hasta acá hoy.

El esquema tiene una apariencia sencilla que quedándose un rato observándolo comienza a
desplegar unas dificultades crecientes que convienen ir por etapas, como sostenía Aristóteles de lo
más simple a lo más complejo para en un momento saltar a la dialéctica, a la negación de la
afirmación negada, para luego terminar contentos de haber cerrado un día en nuestra formación y
en la materia que nos toca este cuatrimestre.
Si hoy en día ciertas personas frente a la pandemia, sostienen egoístas que “morirán los que tengan
que morir”, nosotros también podríamos decir “terminarán de leer los que tengan que terminar”
pero jamás he coincido con esta mirada, prefiero pensar no es la diferencia de capacidad, en el azar
y el destino, en la constancia y en el deseo. La roca se cincela por la mano del mar que sigue
constante su eterno machacar y en un momento detiene su obra para que la observemos.

Lo primero que hay que saber que no se trata de un rectángulo con raya al medio, me acuerdo que
en mi niñez estaba de moda el peinarse con raya al medio, nada más alejado de este esquema done
la raya siempre separa a dos rectángulitos de diferentes dimensiones: uno grande mayoritario, el
llamado normópata y el rectángulo menor, minoritario: el llamado transgresor para algunos,
“excepciopata” para otros. El nuevo esquema entonces ya cambia bastante.

X Singularidad
CAMPO A CAMPO -A

Normópata Excepciopata

Norma Transgresión

Regla Excepción

Es imposible que el límite, la frontera, la separación se realice en la mitad, la justicia es una


búsqueda, un anhelo, una utopía del ser humano pero en cambio descubre una gran fricción entre
la mayoría y la minoría, entre la norma y la transgresión, entre la regla y la excepción que si bien
están dentro del mismo universo por ser los seres humanos habitantes del lenguaje, no deja de
ilustrar una historia donde la minoría ha sido negada, reprimida, obligada al cambio de opinión,
dejada sola, internada, torturada, integrada, expulsada y todo lo que la historia nos ha mostrado
que no es lugar aquí para contar.

Otra cuestión importante que si pensamos al universo como el A y el –A, si le preguntásemos como
está tan de moda en épocas de pandemia, los xxxxxx de números, cuantos elementos tenemos,
muchos que tenemos dos elementos, mas avivados dirán tres, el A, el –A, y la raya de separación
que tiene el estatuto de toda frontera, no se puede cruzar y del otro lado hablan otro idioma, utilizan
otra moneda, se visten distinto y tienen otra relación con el bien y el mal. Se trata más que de una
frontera, de campos en diferentes dimensiones de la experiencia, el salto de un campo a otro, es
saltar el acantilado cuyo fondo no se puede divisar. Otros aún más avivados, dirán que los elementos
son siete, el campo A, el –A, la barra fronteriza imposible de cruzar, y los cuatro polos. Y ya algunos
se van despertando y descubren que el juego se volvió exponencial, y que los elementos implican
polos, entrecruzamientos, puntos de fuga.

Algunas cuestiones intentaremos descubrir aquí, no por afán de complicados sino para no volver a
leer, por favor parciales como los que les tocó leer al docente el último cuatrimestre que sin estar
mal, cuando los leías no lograbas contener la respiración para la clase siguiente para explicarles algo
que ahora estaba escribiendo.

El campo A y –A no es el campo de la afirmación y de la negación de lo mismo, no se trata de


Antígona que entierra al cuerpo del hermano y del monarca Creonte que ha hecho un decreto que
prohíbe el entierro de ese hermano de Antígona. No se trata de so, el docente se sulfura. Y no por
los estudiantes sino porque el principal problema es que muchos ubican una negación entre A y –A
cuando el esquema muestra que al menos son tres las negaciones que están implicadas en este
esquema.

Este interesante juego que jugaremos ya nos lo enseñó, Greimas un lingüista con su llamado
cuadrado semiótico apalancándose en Aristóteles y en Hegle nos enseñó una cuestión fundamental
para no caer en algún tipo de debilidad mental “leve”, las negaciones son al menos tres:

a- La oposición
b- La contradicción
c- La complementaridad.

Ahora vemos nuevamente el esquema.


Negación de complementaridad

Negación de oposición

Veamos como lo dice Greimas ubicando un ejemplo ligado al bien y el mal, si pensamos que cuando
hablamos de estas dos categorías estamos hablando de dos categorías, bienvenidos entonces a un
nuevo mundo conceptual.

No encontramos el bien y el mal sino cuatro polos, el bien, el mal, el no bien, y el no mal. Y tres tipos
de negaciones diferentes; la contrariedad, la contradicción, la complementaridad. Si alguno todavía
no hizo la experiencia de la evidencia, permítanme utilizar un concepto más empírico que el bien y
el mal, que es el concepto de la belleza:
Lindo tiene a su contrariedad en feo, tiene su contradicción en no lindo, y su complementaridad en
no lindo. Es fácil la demostración, con un amigo siempre nos divertimos cuando decía, tengo linda
nariz, si, tengo lindos ojos, si, tengo linda boca, si, tengo lindo pelo, si, ¿soy lindo? Todos le
respondemos tomando consideración a la verdad de lo aseverativo, le decimos: no sos feo.

Otra experiencia un poco menos graciosa, una chica con un chico, la chica le pide afirmación de su
belleza, le pregunta: ¿No soy linda? El chico le responde: no sos fea. La contradicción que le propone
es devuelta con un sillazo simbólico que duele a la altura de un bofetón. A vecs, casi siempre la
belleza nos trae contrariedades, mesto lo saben muy bien las chicas y los chicos lindos, les chiques.
Un chico está con una chica linda, es muy linda pero en un momento la contrariedad, vemos ese
gesto feo, que la fea que la vuelve dramática al campo de la fealdad, no hay ni siquiera tranquilidad
en el campo de lo lindo. Mismo una chica linda en los momentos en que se acerca un chico le dispara
todos sus complejos, no le gusta el lunar que tiene en la espalda, el chico se sonríe al ver a la linda
preocupada por sus contrariedades y sus complejos.

Para quienes seguir, el esquema tiene puntos de fuga. Pero bueno el campo de fuga de la parte
superior es el significante, del castado derecho es la negación de sí, del lado inferior la verdad, del
lado izquierdo, el deseo pero antes de seguir nos detendremos para por lo menos mirar el camino
recorrido.

En primer lugar, el universo que es cuadrangular, se separa en dos que no implican homogeneidad,
no implican dos cuadrados semejantes sino la emergencia de un rectángulo más grande, que será
de ahora en más la norma, la regla, la mayoría, y otro rectángulo más pequeño que será la minoría,
la excepción, la transgresión. Un tema muy importante es la separación porque ahí podemos
encontrar desde la castración, la hiancia, la imposibilidad como así también la idea de lo neutro. La
neutralidad no es quedarse en el medio sino ubicar algo de ese frontera, de ese límite y quedarse
en esa rara topología, ese topos que no es del campo A y del campo –A, como podrán imaginar es
una tarea ciclópea y peligrosa, no conviene y quizás no se puede mantenerse mucho tiempo allí sin
caerse por alguno de los dos lados pero es tarea para uno de los deseos imposibles: el deseo del
psicoanalista.

Y por último hemos aprendido en esta primera oleada que el campo a y el campo –a no implican
una oposición sino al menos tres: la contrariedad, la contradicción y la complemetaridad. Quién
sostenga una sola negación en el lenguaje no hace más que ir con la tendencia mayoritaria de la
separación maniquea de la realidad entre buenos y malos, lindos y feos, en definitiva seguir las
prerrogativas que están llevando al planeta a una tremenda homogenización de débiles mentales
leves.

12 de septiembre del 2020

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