Ejercicio de Olfación
Ejercicio de Olfación
Ejercicio de Olfación
La combinación de estos aromas en las calles de La Laguna por estos meses del año, donde
llega el final del otoño y el comienzo del invierno, nos indican que nos acercamos, cada vez
más, a una época fría, bulliciosa, de reuniones y de festejos.
Este aire fresco y húmedo muy característico de la zona, para los amantes del frío, invita al
paseo y la admiración de las luces de navidad, ya sea solo o en compañía de aquellas
personas más allegadas y queridas.
Así, a medida que nos adentramos más en nuestra ciudad histórica, se apoderan de nosotros
los olores calientes y reconfortantes de esta época. El olor de los churros y el chocolate, como
siempre, nos invitan a entrar en la “churrería de toda la vida, El Buen Paladar”, como dicen
mis padres, para pasar un rato delicioso entrando en calor o simplemente conversando
agradablemente. de las castañas, churros y chocolate. Unido a esto también contamos con la
presencia del olor de las castañas asadas, el cual nos invade cuando llegamos o abandonamos
La Laguna por la Av. de la Trinidad, un pequeño puestito que siempre suele colocarse al final
y en medio de esta.
La mezcla de todos estos olores no solo crea una atmósfera física y presente, donde se invita
a disfrutar del momento, de la compañía y del paseo, sino que hace un viaje por la memoria
de la persona, trasladandola a los sentimientos de niñez, paseando por esas calles con su
familia en una época divertida y acogedora.
Al mismo tiempo, el frío del ambiente, contrastando con el calor de los alimentos y bebidas,
refuerza la sensación de acogida y confort. Las calles bulliciosas, llenas de gente disfrutando
de las delicias estacionales, aportan un sentido de vitalidad y alegría colectiva.
Por ello, en estas fechas y con toda esta mezcla de olores, La Laguna se convierte en una
ciudad que invita a explorar, recordar y celebrar, todo el paso de la vida y el crecimiento que
ha pasado a través de ella.