Intervención en

trastornos del
neurodesarrollo en
el niño y
adolescente
Propuesta para la
evaluación general en niños
y adolescentes
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adolescente
Propuesta para la evaluación general en niños y
adolescentes
Índice

Presentación ................................................................................................................... 3
Objetivos.......................................................................................................................... 3
1. Introducción ............................................................................................................ 3
2. Propuesta de evaluación general en niños/as y adolescentes ...................... 4
2.1. Pruebas de screening .................................................................................................... 4

2.2. Evaluación de la personalidad .................................................................................... 5

2.3. Evaluación del estado de ánimo ................................................................................ 7

2.4. Evaluación neuropsicológica y ejecutiva.................................................................. 9

2.5. Evaluación de relación interpersonal ....................................................................... 14

2.6. Evaluación de la conducta adaptativa .................................................................. 15

2.7. Evaluación de la conducta alimentaria .................................................................. 15

2.8. Evaluación del TDAH .................................................................................................... 16

2.9. Otras pruebas psicométricas ...................................................................................... 16

Conclusiones................................................................................................................. 17
Referencias bibliográficas .......................................................................................... 17

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Presentación
Entre las habilidades del evaluador se encuentra el conocimiento de los instrumentos
disponibles para la evaluación de las distintas áreas de funcionamiento psicológico. Este
debe conocer la variedad de pruebas disponibles para la evaluación de cada área,
así como los detalles de la aplicación y corrección.

En este tema se expondrán algunas de las pruebas disponibles para la evaluación de

las distintas áreas del funcionamiento psicológico en población infantojuvenil, así como
ciertas particularidades de cada una de ellas. Con ello se pretende aportar una visión
general sobre las herramientas que se pueden emplear a la hora de obtener mediciones
sobre las variables que constituyen el objeto de la evaluación en cada caso concreto.

Objetivos
Los objetivos que se pretenden alcanzar en este recurso son los siguientes:

▪ Adquirir una idea general de los instrumentos que pueden utilizarse para la
evaluación de las distintas áreas del desarrollo del niño y el adolescente, siendo
capaz de diseñar un protocolo de evaluación en población infanto-juvenil.

▪ Conocer las principales características de los instrumentos de evaluación

expuestos.

▪ Saber distinguir, entre el abanico de pruebas disponibles, las que resultan idóneas
en función de los objetivos de evaluación que se persiguen en cada caso.

▪ Ser capaz de interpretar los resultados obtenidos de los protocolos de evaluación

del desarrollo infantojuvenil.

1. Introducción
La aplicación de pruebas para la realización de una evaluación psicológica debe ir
precedida por una anamnesis o historia personal, mediante la cual se recopilará
información acerca del motivo de la evaluación, la constitución familiar, los hitos del
neurodesarrollo (adquisición del lenguaje, psicomotricidad, control de esfínteres, patrón
de alimentación y sueño), aspectos relacionados con la socialización, relaciones
familiares, hábitos de autonomía, antecedentes familiares y datos de la historia escolar,
entre otros.

Recogida toda esta información a través de la entrevista con el/la niño/a y los padres,
se procederá a aplicar las pruebas que se consideren necesarias en cada caso.

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2. Propuesta de evaluación general en niños/as y
adolescentes
Existen numerosas pruebas psicométricas para la evaluación de la población
infantojuvenil. A continuación se detallan algunas de las más relevantes, clasificadas
según las áreas que evalúan, haciendo hincapié en las características diferenciales
entre ellas.

2.1. Pruebas de screening

▪ SPECI, Screening de Problemas Emocionales y de Conducta Infantil,

Garaigordobil, M. y Maganto, C. (2012).

El objetivo de este instrumento es la identificación de problemas emocionales y

de conducta en niños/as de entre 5 y 12 años. Se aplica a los profesores de estos
alumnos, requiriendo tan solo 10 minutos en su implementación.

Surgió por la necesidad de los profesionales del ámbito educativo de disponer de

un instrumento con el que poder identificar este tipo de problemas, comunes en
las aulas, de forma rápida y eficaz.

▪ SENA, Sistema de Evaluación de Niños y Adolescentes. Fernández-Pinto, I.,

Santamaría, P., Sánchez-Sánchez, F., Carrasco, M. A. y Del Barrio, V. (2015).

Instrumento dirigido a la detección de un amplio espectro de problemas

emocionales y problemas de conducta (interiorizados, exteriorizados y
específicos) en niños/as y adolescentes con edades comprendidas entre los 3 y
los 18 años. Identifica además las áreas de vulnerabilidad del sujeto, así como los
recursos psicológicos con los que cuenta para afrontar dichos problemas.

▪ BASC, Sistema de Evaluación de la Conducta. Reynold, C. R. y Kamphaus, R. W.

(2004).

Sistema de evaluación de la conducta de niños/as y adolescentes multimétodo

y multidimensional, que incluye escalas tanto positivas (adaptativas) como
negativas (clínicas).

Es aplicable a niños/as de entre 3 y 18 años, de manera individual.

La prueba consta de un cuestionario autoinforme que se aplicará al niño/a,

además de otros dos cuestionarios, uno para padres y otros para profesores o
tutores. Esto permite recoger información del impacto de la sintomatología del
niño/a en su funcionamiento diario en los diferentes contextos (familiar y escolar).

▪ K-BIT, Test Breve de Inteligencia de Kauffman. Kauffman, A. S. y Kauffman, N. L.

(1990).

Comprende la evaluación de la aptitud intelectual desde los 4 hasta los 90 años.

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De su aplicación se obtiene una puntuación de Cociente Intelectual (CI) verbal,
otra de CI no verbal y el CI compuesto que valora el rendimiento total en el test.

Una de sus ventajas es su posibilidad de aplicación a niños/as con impedimentos

físicos, ya que ninguna respuesta supone actividad motora.

▪ CECAD, Cuestionario Educativo Clínico: Ansiedad y Depresión. Lozano, L., García

Cueto, E. y Lozano, L. M. (2007).

Instrumento que evalúa la posible presencia de un trastorno ansioso-depresivo en

personas con edades comprendidas entre los 7 y los 25 años, a través de cinco
escalas diferenciadas:

Depresión Referida a los síntomas de depresión: estado de ánimo depresivo o

irritable, insomnio o hipersomnia, inutilidad, pérdida de energía,
disminución de la capacidad de pensar, pérdida de apetito y
pensamiento suicida.

Ansiedad Hace referencia a los síntomas psicofisiológicos de la ansiedad,

como la tensión muscular o las dificultades respiratorias. Una
puntuación elevada en esta escala indica la presencia de esta
sintomatología.

Inutilidad Evalúa la percepción sobre la propia valía personal en función de la

propia capacidad para enfrentarse a aspectos de la vida cotidiana.
Una puntuación elevada en esta escala indica que la persona duda
sobre sí misma y necesita la ayuda de otras personas para afrontar la
vida cotidiana, utilizando probablemente estrategias de evitación o
escape.

Irritabilidad Evalúa la facilidad para llegar al enfado o la rabia ante situaciones

de la vida cotidiana. La evaluación de este aspecto es importante
debido a que puede confundirse con un problema conductual o de
autocontrol y no como un aspecto característico de la depresión.

Problemas Una elevada puntuación en esta escala indica que la persona

de experimenta numerosos pensamientos intrusivos y que tiende a hacer
pensamiento interpretaciones negativas.

Tabla 1. Manual CECAD. TEA Ediciones.

Su aplicación es breve y puede realizarse de forma individual o colectiva.

2.2. Evaluación de la personalidad

▪ 16-PF-APQ, Cuestionario de Personalidad para Adolescentes. Schuerger, J. M.

(2001).

Evalúa 16 variables de la personalidad y cinco dimensiones globales en

adolescentes de 12 a 19 años, las mismas que en la versión para adultos (16-PF-
5). Incluye también una sección dedicada a las preferencias ocupacionales y
otra a los problemas personales, siendo esta última de aplicación opcional.

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Escalas primarias Dimensiones Preferencias Dificultades
globales ocupacionales cotidianas

Afabilidad Extraversión Manual Desánimo

Razonamiento Ansiedad Científico Preocupación

Estabilidad emocional Dureza Artístico Imagen pobre de

sí mismo

Dominancia Independencia Ayuda Desconformidad

consigo mismo

Animación Autocontrol Gestión o Ira y agresión

comercio

Atención a normas Organización Dificultades con la

autoridad

Atrevimiento Dificultades con la

adicción

Sensibilidad Total en
dificultades

Vigilancia Dificultades en su
casa

Abstracción Dificultades en el
colegio

Privacidad Afrontamiento
deficiente

Aprensión

Apertura al cambio

Autosuficiencia

Perfeccionismo

Tensión

Tabla 2. Manual 16-PF-APQ. TEA Ediciones.

▪ MACI, Inventario Clínico para Adolescentes. Millon, T. (1993).

Se centra en el abordaje de las situaciones, problemas y preocupaciones de

los/as adolescentes entre 13 y 19 años, evaluando sus características de
personalidad y síndromes clínicos. Su aplicación es breve y resulta especialmente
útil para la evaluación y confirmación de hipótesis diagnósticas a la hora de
planificar el tratamiento, así como para medir el progreso del mismo.

▪ BFQ-NA, Cuestionario “Big Five” de Personalidad para Niños y Adolescentes.

Barbaranelli, C., Caprara, C. V. y Rabasca, A. (2011).

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Es una adaptación del modelo de los Cinco Grandes de la personalidad (McCrae
y Costa, 1987) para la evaluación de niños y adolescentes de entre 8 y 15 años a
través de las dimensiones: conciencia, apertura, extraversión, amabilidad e
inestabilidad emocional.

▪ PAI-A, Inventario de Evaluación de la Personalidad para Adolescentes. Morey, L.

C. (2018).

Evalúa las características de personalidad más relevantes en adolescentes de

entre 12 y 18 años, a través de 22 escalas: cuatro escalas de validez, 11 clínicas,
cinco de consideraciones para el tratamiento y dos de relaciones interpersonales.

Se trata de un instrumento de fácil interpretación (aporta imagen visual a través

de un gráfico de los resultados en las distintas escalas) y que proporciona una
amplia información acerca de las áreas evaluadas.

▪ CPQ, Cuestionario de Personalidad para Niños. Porter, R. B. y Cattell (2016).

Evalúa la personalidad de los/as niños/as entre 8 y 12 años a través de 140 ítems

que valoran 14 rasgos o dimensiones de la personalidad. A partir de los resultados
en estas escalas primarias se obtienen puntuaciones en tres factores de segundo
orden o dimensiones globales: ansiedad, extraversión y dureza.

La corrección online de la prueba facilita la obtención de los resultados, que

además se representan en formato de perfil gráfico a partir de las puntuaciones
obtenidas de cada una de las escalas, donde las áreas de normalidad y las
consideradas patológicas se encuentran marcadas por diferentes colores, con el
objetivo de facilitar la interpretación de los resultados.

2.3. Evaluación del estado de ánimo

2.3.1. Pruebas para la evaluación de la ansiedad-estrés

▪ STAIC, Cuestionario de Autoevaluación Ansiedad Estado-Rasgo en niños.

Spielberger, C. D. y cols. (1982).

Este cuestionario está compuesto por dos escalas de autoevaluación que miden
distintos aspectos de la ansiedad: la ansiedad-estado, que evalúa cómo se siente
el/la niño/a en un momento determinado o los estados transitorios de ansiedad,
y la ansiedad-rasgo, que hace referencia a cómo suele sentirse el/la niño/a en
general o a su tendencia a mostrar estados de ansiedad.

Su aplicación, en niños/as de 9 a 15 años, abarca tan solo 15-20 minutos.

▪ CAS, Cuestionario de Ansiedad Infantil. Spielberger, C. D. (2010).

Evalúa el nivel de ansiedad infantil en niños/as de entre 6 y 8 años. Su

administración resulta sencilla tanto por su brevedad (20-30 minutos) como por el
carácter elemental de la información que requiere, así como por la posibilidad

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de aplicarse en sucesivas ocasiones en caso de ser necesario, para evitar los
efectos negativos que puede provocar en el/la niño/a la situación de
evaluación. Además, se puede aplicar de forma individual o colectiva.

▪ IECI, Inventario de Estrés Cotidiano Infantil. Trianes, M. V., Blanca, M. J., Fernández-
Baena, F. J., Escobar, M. y Maldonado, E. F. (2011).

Con este instrumento se evalúa el estrés cotidiano en niños/as de 6 a 12 años

(Educación Primaria), a través de 22 ítems dicotómicos (sí/no) que hacen
referencia a aspectos de la vida cotidiana que pueden ser generadores de estrés
en el/la niño/a. Está formado por tres escalas que abarcan las áreas de la salud,
escolar y familiar:

o Problemas de salud y psicosomáticos, que abarcan situaciones generadoras

de estrés relacionadas con la enfermedad, las visitas médicas o la imagen
corporal.

o Estrés en el ámbito escolar, relacionado con el exceso de tareas o los

problemas de interacción con compañeros o profesores, entre otros.

o Estrés en el ámbito familiar, que aborda temas económicos o de relación con

padres o hermanos, entre otros.

2.3.2. Pruebas para la evaluación de la depresión

▪ IDER, Inventario de Depresión Estado-Rasgo. Spielberger, C. D. (2008).

Se utiliza para evaluar tanto el grado de afectación como la frecuencia de

ocurrencia de los estados de eutimia y distimia en la depresión. Es decir, en qué
medida afectan al niño/a y con qué frecuencia se produce la ausencia de
afectos positivos (eutimia) y la presencia de afectos negativos (distimia) en
personas con edades comprendidas entre la adolescencia y la adultez. Su
aplicación es breve, abarcando unos 10 minutos, y se puede llevar a cabo de
forma individual o colectiva.

▪ CDI, Inventario de Depresión Infantil. Kovacs, M. (2011).

Esta prueba consta de 27 ítems, a través de los cuales se evalúa la sintomatología

depresiva en niños/as y adolescentes de entre 7 y 15 años, concretamente la
disforia y la autoestima negativa. Cada uno de estos ítems está formado por tres
frases que hacen referencia a la intensidad o frecuencia con la que se da el
contenido del enunciado en el/la niño/a evaluado/a.

Su aplicación puede ser individual o colectiva y abarca entre 10 y 25 minutos.

Además, y como particularidad, este inventario podrá ser respondido tanto por
el/la niño/a evaluado/a como por sus padres o adultos de referencia.

▪ CDS, Cuestionario de Depresión para Niños. Lang, M. y Tisher, M. (2003).

Con esta prueba se evalúa una dimensión depresiva y otra positiva de la

depresión en niños/as y adolescentes de 8 a 16 años, con el objetivo de valorar

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todas las manifestaciones posibles de la misma. De esta manera, la dimensión
“total depresivo” abarca la respuesta afectiva, los problemas sociales, la
autoestima, la preocupación por la muerte o la salud y los sentimientos de
culpabilidad, entre otros aspectos. Por su parte, el “total positivo” hace referencia
a los sentimientos de ánimo/alegría y otros aspectos positivos, con el objetivo de
evaluar la incapacidad para experimentar placer o diversión en los jóvenes
evaluados, como componente de la depresión.

La duración de su aplicación es mayor que en las dos pruebas anteriores,

abarcando entre 30 y 40 minutos.

2.4. Evaluación neuropsicológica y ejecutiva

2.4.1. Inteligencia y aptitudes

▪ Escalas Wechsler. Wechsler, D. (1949).

Se trata de escalas de referencia para la evaluación del funcionamiento

cognitivo. Las distintas escalas abarcan la evaluación de la capacidad
intelectual en distintas edades:

o WPPSI-IV, Escala de Inteligencia de Wechsler para Preescolar y Primaria.

(2012).

Evalúa a niños/as de entre 2 años y 6 meses, y 7 años y 7 meses.

o WISC-V, Escala de Inteligencia de Wechsler para niños-V. (2005).

Abarca la evaluación de niños/as entre 6 y 16:11 años.

o Existe también una versión para la evaluación de la inteligencia en adultos

(WAIS-IV).

Estas escalas miden, a través de distintas subpruebas, las áreas de: razonamiento
verbal, visoespacial, razonamiento fluido, memoria de trabajo y velocidad de
procesamiento. Su aplicación supera los 60 minutos de tiempo. La corrección
online de estas pruebas aporta tablas y gráficos con los resultados obtenidos en
cada área, de forma que facilita su interpretación.

▪ Test de las Matrices Progresivas de Raven. Raven, J. C. y Court, J. H. (1938).

Prueba aplicable desde los 4 años que evalúa la capacidad intelectual de una
forma no verbal a través de ítems con formas geométricas y sin la influencia de
factores culturales, ya que tan solo requiere una instrucción verbal breve.

Mide concretamente la capacidad deductiva o habilidad para dar sentido a un

material desestructurado, captando su significado.

Su aplicación consiste en la presentación de matrices de dificultad creciente,

ante las que el/la niño/a ha de responder seleccionando la figura que falta. Esto

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permite evaluar aspectos como la atención y la percepción, el razonamiento
inductivo o la memoria de trabajo, entre otras funciones cognitivas.

▪ TEA, Test de Aptitudes Escolares. Thurstone, L. L. y Thurstone, T. G. (1992).

Instrumento que evalúa la inteligencia como la aptitud para aprender. Consta

de tres niveles, cada uno de los cuales explora las áreas: verbal, numérica y
razonamiento en niños/as y adolescentes de diferentes edades: TEA-1 (8 a 12
años), TEA-2 (11 a 14 años) y TEA-3 (14 a 18 años).

▪ BAS-II, Escalas de Aptitudes Intelectuales. Elliott, C.D., Smith, P. y McCullogh, K.

(2011).

Batería que evalúa las aptitudes intelectuales y el rendimiento educativo en

niños/as y adolescentes entre 2:6 y 17:11 años, utilizada en los ámbitos educativo,
clínico y neuropsicológico.

Ofrece un índice general que mide la inteligencia general y el razonamiento,

además de otros índices: verbal, razonamiento perceptivo, razonamiento no
verbal y espacial. Debido a que cuenta con un índice no verbal, se puede
emplear para la evaluación de niños/as con discapacidad auditiva, verbal o que
no dominan el idioma. Además, se utiliza para la evaluación de niños/as con
necesidades educativas especiales o para predecir el rendimiento académico,
entre otros usos posibles.

▪ Factor g-R, Test de Inteligencia No Verbal-Revisado. Cattell, R. B., Cattell, A. K. S.

y Weiss, R. H. (2019).

Diseñado para evaluar la inteligencia, eliminando la influencia del factor verbal

o el cultural, ya que tan solo requiere relacionar formas y figuras abstractas.

Se puede aplicar desde los 8 años.

2.4.2. Funciones ejecutivas

▪ Test de la Figura Compleja de Rey. Rey, A. (1941).

Test gestáltico que consiste en la copia y reproducción de memoria de una figura

compleja, aplicable a niños/as de entre 4 y 15 años, así como a adultos con
alteraciones cognitivas. Valora la percepción visual como capacidad para
reconocer, analizar y organizar estímulos en una estructura.

Su administración aporta información sobre la posible presencia de alteraciones

perceptivas, motrices o de memoria. Su aplicación en niños/as evalúa los
procesos de atención, memoria visual inmediata, capacidad de planificación y
organización viso-espacial.

▪ BRIEF-P, Evaluación Conductual de la Función Ejecutiva – Versión Infantil. Gioia,

G. A., Espy, K. A. e Isquith, P. K. (2016).

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Se trata de una versión adaptada del BRIEF-2 para la evaluación de los aspectos
cotidianos y conductuales de las funciones ejecutivas en niños/as de 2 a 5 años,
a través de las respuestas de padres y profesores.

El perfil de resultados obtenido se muestra de forma gráfica e indica el nivel de

afectación de las distintas facetas de las funciones ejecutivas.

▪ WCST, Test de Clasificación de Tarjetas de Wisconsin.

Ideado por Grant y Berg (1948) para evaluar la capacidad de abstracción, la

formación de conceptos, la perseveración y el cambio de estrategias cognitivas
como respuesta a los cambios que se producen en las contingencias
ambientales.

Constituye una prueba de referencia para la evaluación de las funciones

ejecutivas dada su sensibilidad a los efectos de las lesiones en el lóbulo frontal y,
por tanto, a la afectación de las mismas.

Se puede aplicar a niños/as a partir de los 6 años y medio, individualmente.

▪ Test de Colores y Palabras de STROOP. Charles, J. y Bolden, P. D. (1935).

Evalúa la flexibilidad o rigidez cognitiva del niño/a, a la hora de ignorar

distracciones y/o inhibir o controlar respuestas automáticas. Para ello, es
necesario enfocar y reorientar la atención, así como hacer frente a la
interferencia.

Consta de tres partes: en la primera el/la niño/a lee palabras referidas a los tres
colores que aparecerán en las láminas posteriores, lo más rápido posible, durante
45 segundos. En la segunda lámina deberá nombrar en el mismo tiempo el mayor
número de colores de los estímulos que aparecen en forma de series de “x”. En
la última lámina aparecen las palabras que designan los colores que se han
utilizado, con una tinta de distinto color; el/la niño/a deberá nombrar el color de
la tinta en cada caso, resistiendo la interferencia que supone la lectura de la
palabra.

Se aplica tanto a población infantojuvenil como adulta, de forma individual.

▪ MFF-20, Emparejamiento de Figuras Conocidas-20. Cairns, E. y Cammock, J.

(2005).

Evalúa el estilo cognitivo reflexivo-impulsivo del niño/a, a la hora de responder a

determinadas tareas, a través de la valoración de sus respuestas en cuanto a
latencia de respuesta y número de errores cometidos.

Se aplica a niños/as de entre 6 y 12 años, quienes deben decidir, entre varias

alternativas de respuesta, la que es idéntica al modelo presentado en cada
ocasión.

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2.4.3. Atención

▪ CARAS-R, Test de Percepción de Diferencias-Revisado. Thurstone, L. L. y Yela, M.

(2012).

Proporciona información sobre el rendimiento del sujeto a nivel atencional

(Aciertos Netos; A-E) y sobre su patrón de respuesta y la interferencia sobre su
rendimiento (ICI).

El Índice de Aciertos Netos (A-E) mide la capacidad visoperceptiva y atencional

del sujeto, su eficacia a la hora de realizar juicios de semejanza/diferencia
adecuados. Puntuaciones altas en este índice indican que el sujeto es eficaz en
esta tarea.

El Índice de Control de la Impulsividad (ICI) expresa el nivel de impulsividad del

sujeto a la hora de ejecutar la tarea, reflejando su estilo cognitivo dentro del
gradiente impulsivo-reflexivo. Puntuaciones altas en este índice indican un estilo
de respuesta impulsivo, que normalmente conlleva la comisión de errores.

▪ D2-R, Test de Atención-Revisado. Brickenkamp, R., Schmidt-Atzert, L. y Liepmann,

D. (2022).

Evalúa la atención selectiva y la concentración desde los 6 años a través de una

tarea de cancelación en la que se ha de reconocer y señalar determinados
estímulos, evitando la interferencia de los distractores.

▪ EMAV, Escala Magallanes de Atención Visual. García Pérez, E. M. y Magaz Lago,

A. (2011).

Evalúa la capacidad de focalización de la atención (calidad de atención) y la

capacidad para mantenerla durante un periodo de tiempo (atención sostenida).
Su aplicación es sensible a déficits en distintos aspectos de la función visual, como
la percepción, la orientación o la integración visual.

Los estímulos consisten en figuras humanas similares entre sí, entre las cuales el/la
niño/a ha de señalar solamente las que son idénticas al modelo, dándole la
instrucción de hacerlo lo más rápido posible, evitando cometer errores y
siguiendo un orden determinado.

Existen dos versiones diferentes: el EMAV-1 para niños/as entre 5 y 8 años, y el

EMAV-2 para adolescentes (9 a 18 años). En el EMAV-1 el cuaderno consta de un
menor número de estímulos.

Puntuaciones altas en la variable “calidad atencional” indican una alta precisión

por una baja comisión de errores. Puntuaciones altas en “atención sostenida”
indican un elevado número de ítems respondidos de forma correcta.

▪ CPT-3, Conners Continuous Performance. Conners, C. K. (2014).

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Evalúa la atención, impulsividad y vigilancia a través de tareas informatizadas de
ejecución continua basadas en el rendimiento del sujeto (a partir de 8 años).

▪ Nesplora Attention Kids Aula. Evaluación Neuropsicológica con realidad virtual.

Nesplora (2020).

Test que evalúa a través de la realidad virtual los procesos atencionales, la

impulsividad y la actividad motora en niños/as y adolescentes de 6 a 16 años,
sirviendo de apoyo para el diagnóstico de patologías como el TDAH.

2.4.4. Procesos lecto-escritores

▪ PROLEC-R, Batería de Evaluación de los Procesos Lectores-Revisada. Cuetos, F.,

Rodríguez, B., Ruano. E. y Arribas, D. (Dpto. I+D+i de TEA Ediciones) (2018).

Evalúa los procesos implicados en la comprensión lectora: identificación de

letras, reconocimiento de palabras, así como los procesos sintácticos y
semánticos en niños/as de entre 6 y 12 años.

Existe una versión para la evaluación de los procesos lectores en adolescentes

que cursan la Educación Secundaria o Bachillerato: el PROLEC-SE-R.

▪ ECOMPLEC, Evaluación de la Comprensión Lectora. León, J. A., Escudero, I. y

Olmos, R. (2012).

Prueba que evalúa la comprensión y competencia lectoras en alumnos/as desde

4.º de Educación Primaria hasta 4.º de Educación Secundaria.

Parte de la idea de que ante distintos textos la competencia lectora puede

mostrar distinto nivel de eficacia. Por ello, a diferencia de otras pruebas con la
misma finalidad, como el PROLEC-R, esta permite obtener unos datos de
comprensión lectora para cada tipo de texto aplicado, valorar esta simetría o
asimetría en los niveles de competencia obtenidos, así como detectar estas
diferencias intraindividuales.

▪ PROESC, Evaluación de los Procesos de Escritura. Cuetos, F., Ramos, J. L. y Ruano,

E. (2002).

Batería de evaluación de los principales procesos implicados en la escritura,

compuesta por seis subpruebas: dictado de sílabas, palabras, pseudopalabras y
frases; escritura de un cuento y de una redacción.

A través de su aplicación a niños/as entre 8 y 15 años, esta batería valora los

siguientes aspectos de la escritura:

o El grado de asimilación de las reglas ortográficas, de acentuación y de

conversión fonema-grafema.

o El uso de las mayúsculas y signos de puntuación.

o El manejo de la ortografía arbitraria.

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o La planificación de textos.

▪ TALE, Test de Análisis de Lectoescritura. Toro, J. y Cervera, M. (2014).

Esta prueba evalúa tanto los niveles generales como las características
específicas de los procesos de lectura y escritura en niños/as de 6 a 10 años.

Permite una valoración detallada de las características y tipos de errores que

comete el/la niño/a evaluado/a en ambos procesos:

o Errores en la lectura: no lectura, vacilación, repetición, rectificación, sustitución

de letras o palabras, rotación, adición de letras o palabras, omisión de letras o
palabras e inversión.

o Características de la escritura: irregularidad, oscilación, líneas anómalas,

interlineación, zonas, superposición, soldaduras, curvas y trazos verticales.

o Errores de ortografía natural y arbitraria.

o Sintaxis.

2.5. Evaluación de relación interpersonal

Para la evaluación de las habilidades sociales y las habilidades de socialización

disponemos, entre otros, de los siguientes instrumentos:

▪ EHS, Escala de Habilidades Sociales. Gismero, E. (2022).

Evalúa las habilidades sociales de sujetos a partir de 12 años, a través de la

exploración de su comportamiento en situaciones concretas, analizando
asimismo las áreas donde presenta mayores dificultades a la hora de mantener
un comportamiento asertivo.

▪ BAS, Batería de Socialización 1, 2 y 3. Silva, F. y Martorell, M. C. (2018).

Evalúa aspectos facilitadores e inhibidores de la socialización en niños/as y

adolescentes de entre 6 y 15 años (BAS 1 y 2) y de 11 a 19 años (BAS 3),
recogiendo información de profesores, padres y el propio niño/a o adolescente
(respectivamente). Aporta además una puntuación indicativa del nivel de
adaptación social global de los sujetos evaluados.

▪ AECS, Actitudes y Estrategias Cognitivas Sociales. Moraleda, M., González Galán,

A. y García-Gallo, J. (1998).

Este instrumento surge de la necesidad por parte de los profesionales de obtener

información acerca de las variables implicadas directamente en el proceso de
socialización de los/as adolescentes. Evalúa los componentes actitudinales y
cognitivos de las relaciones sociales de los/as adolescentes entre 12 y 17 años,
valorando de esta manera su competencia social, así como las variables que
facilitan o dificultan su adaptación social.

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adolescentes
2.6. Evaluación de la conducta adaptativa

▪ TAMAI, Test Autoevaluativo Multifactorial de Adaptación Infantil. Hernández

Hernández, P. (1990).

Evalúa el grado de adaptación de niños/as y jóvenes (desde 3.º de Educación

Primaria hasta la adultez) en las áreas personal, social, escolar y familiar, así como
las actitudes educadoras de los padres. Además de los resultados en estas áreas,
aporta un dato sobre inadaptación general, resultado de la suma de las
puntuaciones obtenidas en las áreas de inadaptación personal, escolar y social.

Se utiliza para detectar la posible presencia de problemas en estas áreas, así

como para valorar el cambio tras la aplicación de diferentes programas de
intervención.

Consta de tres modalidades de aplicación en función de la edad del niño/a:

primer nivel (3.º a 5.º Primaria), segundo nivel (6.º Primaria a 2.º ESO) y tercer nivel
(3.º ESO en adelante).

▪ IAC, Inventario de Adaptación de Conducta. Departamento de I+D+i de TEA

Ediciones (1981).

Evalúa, de la misma forma que el TAMAI, el grado de adaptación del

adolescente a partir de 12 años en las áreas personal, escolar, familiar y social.

2.7. Evaluación de la conducta alimentaria

▪ Imagen, Evaluación de la Insatisfacción con la Imagen Corporal. Solano, N. y

Cano, A. (1996).

Evalúa la insatisfacción con la imagen corporal (IC) a través de sus componentes:

cognitivo-emocional (pensamientos y emociones relacionados con la imagen
corporal, como el miedo a engordar o la necesidad percibida de hacer una
dieta), perceptivo (creencia de haber ganado más peso del deseado o de
presentar una figura deforme) y comportamental (frecuencia con la que se
realizan comportamientos característicos de la patología alimentaria, como
provocarse vómitos o utilizar laxantes). Esta escala se puede aplicar a
adolescentes a partir de los 11 años.

▪ EDI-2, Inventario de Trastornos de la Conducta Alimentaria. Gerner, D. M.(1998).

Se aplica al mismo rango de edad que la prueba anterior (a partir de 11 años).

Está formada por 11 escalas relacionadas con los trastornos de la conducta
alimentaria, fundamentalmente con la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa:

o Obsesión por la delgadez.

o Bulimia.

o Insatisfacción corporal.

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Intervención en trastornos del neurodesarrollo en el niño y
adolescente
Propuesta para la evaluación general en niños y
adolescentes
o Ineficacia.

o Perfeccionismo.

o Desconfianza interpersonal.

o Conciencia interoceptiva.

o Miedo a la madurez.

o Ascetismo (tendencia a buscar la propia virtud a través del sacrificio o la

propia superación).

o Impulsividad.

o Inseguridad social.

2.8. Evaluación del TDAH

▪ EDAH, Escala para la Evaluación del Trastorno por Déficit de Atención con
Hiperactividad. Farré, A. y Narbona, J. (2013).

Esta escala evalúa los principales rasgos del TDAH, así como la conducta del
niño/a evaluado/a, dada la posible coexistencia de alteraciones en ambas
áreas.

Se aplica a niños/as entre 6 y 12 años, obteniendo puntuaciones en estas cuatro

escalas: hiperactividad, déficit de atención, hiperactividad con déficit de
atención y trastorno de conducta.

2.9. Otras pruebas psicométricas

▪ ACS, Escalas de Afrontamiento para Adolescentes. Pérez, F. (1997).

▪ AF-5, Autoconcepto Forma 5. García, F. y Musitu, G. (2019).

▪ EMIC, Escalas Magallanes de Impulsividad Computerizadas. Severa Barceló, M y

Llabrés Bordoy, J. (2000).

▪ CAPI-A, Cuestionario de Agresividad Premeditada e Impulsiva en Adolescentes.

Andreu Rodriguez, J. M. (2011).

▪ QPAD, Cuestionario para la Evaluación de Problemas en Adolescentes. Sica, C.,

Rocco Chiri, L., Favilli, R. y Marchetti, I. (2016).

▪ CACIA, Cuestionario de Autocontrol Infantil y Adolescente. Capafons-Bonet, A. y

Moreno, S. (1995).

▪ Cuestionario MEVA, Motivaciones, Expectativas y Valores relacionados con el

Aprendizaje. Tapia, J. A. (2005).

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Intervención en trastornos del neurodesarrollo en el niño y
adolescente
Propuesta para la evaluación general en niños y
adolescentes
Conclusiones
De manera general se puede decir que la elección de una prueba u otra dependerá
tanto del área que se pretenda evaluar como de la edad del niño/a o adolescente, así
como de las características particulares de cada una de las pruebas disponibles para
cada fin y del motivo de consulta de los padres y/o de los niños/as y adolescentes, y de
la finalidad de la evaluación. En todas las ocasiones será necesario adaptar las
condiciones de la evaluación a las características del niño/a a evaluar.

Referencias bibliográficas
Pearson Clinical. <https://www.pearsonclinical.es/>

TEA Ediciones. <https://web.teaediciones.com/Inicio.aspx>

VV.AA. (2021) Guía para la evaluación neuropsicológica de trastorno por déficit de

atención e hiperactividad. Madrid, España. CNC (Consorcio de neuropsicología).

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