Far Maco
Far Maco
Far Maco
ASIGNATURA:
PSICOPATOLOGÍA Y PSICOFARMACOLOGÍA
DOCENTE:
CICLO: V
SECCIÓN: MA
ELABORADO POR:
GRUPO: 5
CHINCHA - PERÚ
2024
1
ÍNDICE
1. Definición de disfunciones sexuales 3
2. Clasificación de las Disfunciones Sexuales 4
2.1 Disfunciones sexuales masculinas 5
● Disfunción eréctil 5
● Eyaculación precoz 6
● Eyaculación retardada 7
● Disfunción sexual orgásmica 7
● Hiposexualidad 8
2.2 Disfunciones Sexuales Femeninas 8
● Trastornos del deseo sexual 9
● Trastornos de la excitación sexual 10
● Trastornos del orgasmo 11
● Vaginismo 11
● Dispareunia (dolor durante el acto sexual) 12
3. Factores Causales de las Disfunciones Sexuales 13
3.1Factores biológicos 13
● Hormonas 13
● Enfermedades crónicas (diabetes, hipertensión, etc.) 13
● Medicamentos 14
3.2 Factores psicológicos 14
● Estrés 14
● Ansiedad 15
● Depresión 15
● Trauma sexual y abuso 16
3.3 Factores socioculturales 16
● Normas sociales y culturales 16
● Expectativas y presión de género 18
4. Diagnóstico de las Disfunciones Sexuales 19
4.1 Evaluación de las disfunciones sexuales 20
4.1.1 Instrumentos de evaluación 21
5. Tratamiento y Enfoques Terapéuticos 24
5.1 Tratamientos médicos (medicación, dispositivos) 24
a. Tratamiento Hormonal 24
b. Fármacos para la Disfunción Eréctil 24
c. Anestésicos Tópicos o Fármacos para Eyaculación Precoz 24
d. Lubricantes y Productos Vaginales 24
e. Dispositivos Médicos 25
5.2 Terapia psicológica (terapia cognitivo-conductual, psicoterapia) 25
5.3 Terapias sexuales (educación sexual, terapia de pareja) 26
a. Educación Sexual: 26
b. Materiales Educativos: 27
5.4 Enfoques alternativos (acupuntura, hipnosis) 27
2
Las disfunciones sexuales son alteraciones persistentes o recurrentes en alguna de las fases
de la respuesta sexual humana que generan malestar significativo o problemas en las
relaciones interpersonales. Estas fases incluyen el deseo, la excitación, el orgasmo y la
resolución, y cualquier interrupción en ellas puede afectar la experiencia sexual. Las
disfunciones pueden presentarse en personas de cualquier género y etapa de la vida, con
causas que pueden ser psicológicas, biológicas o sociales, o una combinación de estas.
Las causas de las disfunciones sexuales son multifactoriales. Entre los factores
psicológicos se encuentran el estrés, la ansiedad, la depresión o los traumas previos. Los
factores biológicos incluyen enfermedades crónicas, desbalances hormonales o efectos
secundarios de ciertos medicamentos. Además, las influencias culturales y sociales, como la
falta de educación sexual o los tabúes en torno a la sexualidad, también desempeñan un papel
importante en el desarrollo de estas disfunciones.
El tratamiento de las disfunciones sexuales requiere una aproximación integral. Esto puede
incluir terapia psicológica o de pareja, intervenciones médicas como el uso de fármacos, y
cambios en el estilo de vida, como la reducción del estrés y la mejora de los hábitos
saludables. Una evaluación adecuada y el enfoque multidisciplinario son esenciales para
abordar eficazmente estas condiciones y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas.
estímulo sexual, como la disfunción eréctil en los hombres o la dificultad para lograr la
lubricación adecuada en las mujeres. Los trastornos del orgasmo, como la anorgasmia o la
eyaculación retardada, afectan la capacidad de alcanzar el clímax sexual, incluso cuando hay
una adecuada estimulación. Finalmente, los trastornos relacionados con el dolor sexual, como
la dispareunia (dolor durante el coito) y el vaginismo (contracción involuntaria de los
músculos vaginales), pueden hacer que las relaciones sexuales sean incómodas o incluso
imposibles.
Los trastornos del deseo sexual afectan la motivación o interés hacia la actividad sexual.
Entre ellos, el más común es el deseo sexual hipoactivo, caracterizado por una baja o nula
inclinación hacia el sexo, acompañado de malestar o dificultades en la pareja. Otro trastorno
es la aversión sexual, donde la persona siente un rechazo extremo o incluso miedo hacia las
relaciones sexuales, lo que puede estar relacionado con experiencias traumáticas o ansiedad.
Los trastornos del orgasmo incluyen problemas para alcanzar el clímax, a pesar de una
estimulación adecuada. En las mujeres, esto se conoce como anorgasmia, una condición que
puede ser primaria (nunca ha experimentado un orgasmo) o secundaria (dificultad adquirida
después de un periodo normal). En los hombres, se presentan la eyaculación precoz, que
ocurre antes de lo deseado, y la eyaculación retardada, que es la incapacidad de eyacular a
pesar de la estimulación.
Por último, los trastornos relacionados con el dolor sexual afectan tanto a hombres como a
mujeres. La dispareunia se refiere al dolor persistente durante o después del coito, mientras
5
que el vaginismo, exclusivo de las mujeres, consiste en una contracción involuntaria de los
músculos vaginales que impide o dificulta la penetración. Estas condiciones suelen estar
asociadas con factores psicológicos, físicos o una combinación de ambos.
● Disfunción eréctil
La disfunción eréctil (DE), también conocida como impotencia, se caracteriza
por la incapacidad persistente o recurrente para lograr o mantener una erección
suficiente para la actividad sexual. Sus causas pueden ser físicas, como
enfermedades cardiovasculares, diabetes, obesidad, o problemas hormonales, o
psicológicas, como ansiedad, depresión o estrés. También pueden intervenir
factores relacionados con el estilo de vida, como el consumo de tabaco, alcohol
o drogas. Su tratamiento incluye cambios en el estilo de vida, fármacos
(inhibidores de la fosfodiesterasa como el sildenafil), terapia psicológica y, en
casos más graves, dispositivos mecánicos o cirugía.
Causas físicas:
1) Enfermedades cardiovasculares (arteriosclerosis, hipertensión).
2) Diabetes mellitus (daño nervioso y vascular).
3) Desequilibrios hormonales, como bajos niveles de testosterona.
4) Efectos secundarios de medicamentos (antihipertensivos, antidepresivos).
5) Consumo de tabaco, alcohol o drogas.
Causas psicológicas:
1) Estrés, ansiedad de desempeño, depresión o conflictos de pareja.
Tratamiento:
1) Fármacos orales como inhibidores de la fosfodiesterasa-5 (sildenafil,
tadalafil).
2) Terapia psicológica para abordar problemas emocionales.
6
Causas:
1) Factores biológicos, como hipersensibilidad del pene o alteraciones en los
niveles de serotonina.
2) Factores psicológicos, como ansiedad, experiencias sexuales traumáticas o
falta de comunicación con la pareja.
Tratamiento:
1) Terapias conductuales: Técnicas como "parar y apretar" o el "método del
inicio y detención".
2) Fármacos: Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) o
anestésicos tópicos para reducir la sensibilidad.
3) Terapia psicológica para trabajar la ansiedad de desempeño.
7
● Eyaculación retardada
La eyaculación retardada, o disfunción eyaculatoria, se refiere a la
dificultad persistente o incapacidad para eyacular, a pesar de una estimulación
sexual adecuada. Este trastorno puede ser situacional o generalizado, y sus
causas son tanto psicológicas (falta de atracción, conflictos en la pareja) como
físicas (lesiones nerviosas, efectos secundarios de medicamentos, como los
antidepresivos). El tratamiento incluye abordar los factores emocionales,
ajustar la medicación si es el caso, y, en ocasiones, el uso de técnicas
específicas para estimular la eyaculación.
Causas:
Causas:
1) Hormonales: Bajos niveles de testosterona.
2) Psicológicas: Depresión, estrés crónico, ansiedad o conflictos de pareja.
3) Sociales y culturales: Factores religiosos, tabúes o experiencias sexuales negativas
previas.
4) Físicas: Enfermedades crónicas, fatiga o consumo de ciertos medicamentos.
Tratamiento:
1) Terapia hormonal en casos de déficit de testosterona.
2) Terapia psicológica para tratar las causas emocionales.
3) Mejora del estilo de vida: Reducción del estrés, ejercicio regular y dieta balanceada.
2.2 Disfunciones Sexuales Femeninas
Las disfunciones sexuales femeninas abarcan una serie de alteraciones en las diferentes
fases de la respuesta sexual: deseo, excitación, orgasmo y resolución. Estas condiciones
pueden ser de naturaleza persistente o recurrente y, al igual que en los hombres, afectan
significativamente la calidad de vida de las mujeres, generando malestar emocional,
dificultades en la pareja y baja autoestima
9
Causas:
Tratamiento:
Tratamiento:
● Vaginismo
El vaginismo es una disfunción caracterizada por la contracción involuntaria de
los músculos del tercio externo de la vagina, lo que dificulta o impide la
penetración durante el acto sexual. Esta condición puede estar relacionada con
miedo al dolor, experiencias traumáticas previas, ansiedad o creencias
negativas sobre el sexo. En casos más graves, incluso los exámenes
ginecológicos o el uso de tampones pueden resultar imposibles. El tratamiento
incluye terapia psicológica, técnicas de relajación, uso progresivo de
dilatadores vaginales y ejercicios para fortalecer el control muscular, como los
ejercicios de Kegel.
Causas:
Las disfunciones sexuales pueden tener múltiples causas, muchas de las cuales están
relacionadas con factores biológicos, hormonales, enfermedades crónicas y el uso de ciertos
medicamentos. Estos aspectos, en conjunto o por separado, influyen significativamente en la
capacidad de las personas para experimentar y disfrutar de su vida sexual.
3.1Factores biológicos
● Hormonas
● Medicamentos
● Estrés
● Ansiedad
erección o con la eyaculación rápida, mientras que en las mujeres puede estar
vinculada con dificultades para alcanzar el orgasmo o experimentar placer durante el
acto sexual. La ansiedad también puede generar tensión muscular y dificultar la
relajación necesaria para disfrutar de las relaciones sexuales, lo que agrava aún más
los problemas. En algunos casos, la anticipación de un fracaso sexual puede llevar a
evitar las relaciones sexuales por completo, lo que afecta negativamente la autoestima
y las relaciones interpersonales.
● Depresión
- Por otro lado, la depresión es un trastorno psicológico que puede tener un impacto
significativo en la vida sexual de una persona. La depresión a menudo se acompaña
de una pérdida de interés generalizada en actividades que antes eran placenteras,
incluido el sexo. Las personas con depresión suelen experimentar una disminución del
deseo sexual, dificultad para excitarse y problemas para alcanzar el orgasmo. Esto
puede deberse tanto a los síntomas emocionales de la depresión, como la tristeza o la
falta de energía, como a los efectos secundarios de los medicamentos antidepresivos,
que frecuentemente contribuyen a las disfunciones sexuales. Además, la percepción
negativa de uno mismo y la sensación de inutilidad que acompañan a la depresión
pueden generar barreras adicionales para mantener una vida sexual saludable.
- En algunas culturas, las normas sociales también dictan cómo deben comportarse los
hombres y las mujeres en el ámbito sexual, perpetuando desigualdades y estereotipos
que afectan negativamente la salud sexual. Por ejemplo, las mujeres pueden ser
condicionadas a ver su sexualidad como algo que debe ser controlado y reprimido,
siendo juzgadas si expresan libremente sus deseos o buscan satisfacción sexual. Este
fenómeno, conocido como "doble moral sexual", contrasta con las expectativas hacia
los hombres, a quienes se les permite e incluso se les fomenta ser sexualmente activos
y dominantes. Este desequilibrio puede resultar en una falta de comunicación entre
parejas, insatisfacción sexual y, en algunos casos, disfunciones sexuales relacionadas
con la ansiedad o la frustración.
18
- Además, algunas culturas ejercen un control más severo sobre la sexualidad mediante
prácticas como el matrimonio arreglado, la mutilación genital femenina o la
criminalización de las relaciones fuera de los parámetros heteronormativos. Estas
prácticas refuerzan la idea de que la sexualidad debe ser regulada estrictamente por la
sociedad y no por el individuo, lo que puede provocar traumas, represión y una
desconexión emocional con la propia sexualidad.
- Por otro lado, las normas sociales también determinan el grado de aceptación hacia la
diversidad sexual, incluyendo las orientaciones sexuales no heteronormativas y las
identidades de género diversas. En contextos donde las normas son excluyentes o
discriminatorias, las personas LGBTQ+ pueden enfrentar estigmatización, rechazo o
violencia, lo que tiene un impacto profundo en su salud sexual y emocional. En estos
casos, las disfunciones sexuales pueden surgir como resultado de la internalización de
estas normas negativas, llevando a problemas como la falta de deseo, el miedo a la
intimidad o la disociación durante el sexo.
- En el caso de los hombres, las expectativas culturales suelen enfatizar que deben ser
siempre activos, dominantes y físicamente capaces en las relaciones sexuales. Se
espera que tengan un deseo sexual constante, sean "expertos" en satisfacer a sus
19
parejas y logren el orgasmo cada vez que mantienen relaciones. Estas presiones
pueden generar ansiedad de rendimiento, especialmente cuando un hombre siente que
no cumple con estos ideales. Esta ansiedad, a su vez, puede provocar problemas como
la disfunción eréctil o la eyaculación precoz, creando un ciclo de inseguridad y
frustración. Además, los hombres pueden ser menos propensos a buscar ayuda para
problemas sexuales debido al estigma asociado con admitir vulnerabilidades, lo que
perpetúa el impacto negativo de estas expectativas.
- Por otro lado, las mujeres suelen enfrentar presiones de género que las posiciona
como pasivas o complacientes en el ámbito sexual. Muchas culturas promueven la
idea de que las mujeres deben priorizar el placer de sus parejas por encima del propio,
lo que puede llevar a la insatisfacción sexual y a una desconexión con sus propios
deseos y necesidades. Además, la creencia de que las mujeres deben ser "modestas" o
"recatadas" en su comportamiento sexual puede generar sentimientos de culpa o
vergüenza al explorar su sexualidad, afectando su deseo sexual y su capacidad para
disfrutar del acto íntimo. En algunos casos, estas expectativas también refuerzan la
idea de que las mujeres deben tolerar prácticas sexuales no deseadas para mantener
una relación, lo que puede resultar en aversión al sexo o dolor durante las relaciones
(dispareunia).
- Además, tanto hombres como mujeres enfrentan presiones relacionadas con los
estándares de belleza impuestos por la sociedad, que a menudo afectan la autoestima y
la percepción de atractivo sexual. Las expectativas de mantener un cuerpo "perfecto"
o cumplir con ciertos ideales físicos pueden generar inseguridades que interfieren con
la confianza en la intimidad, dificultando la relajación y el disfrute durante las
relaciones sexuales.
El abordaje de las Disfunciones Sexuales (DS) pasa, como en cualquier otro problema
de salud, por preguntar a los pacientes por su sexualidad, lo que permitirá una detección
activa. Resulta especialmente importante en pacientes con patologías como la HTA, diabetes,
depresión, ansiedad u otras psicopatologías, con hábitos tóxicos, que toman medicación
crónica o simplemente pacientes añosos que es probable que estén teniendo alguna dificultad
—por los cambios propios de la edad— en su desempeño sexual.
- Empatía: nuestra capacidad para ponernos en el lugar del paciente y que éste
se sienta comprendido, refuerza la relación asistencial y tiene incluso un
primer efecto terapéutico.
La evaluación de las DS exige por parte del médico tener en cuenta diversas áreas,
como la médica, psicológica, social, sexual y relacional del paciente, además de las
esperables dificultades y falta de hábito del paciente para hablar de su sexualidad.
Debido a la más que probable falta de tiempo para una evaluación más detallada se
citará al paciente para una consulta programada que nos permita el abordaje sexológico del
mismo.
● Evaluación social y del estilo de vida: debemos conocer los hábitos de vida del
paciente sexológico, ya que una relación sexual de calidad requiere un mínimo
de tiempo, tranquilidad e intimidad con la pareja. Bienes estos escasos para
muchas personas con el ritmo de vida actual. Un inadecuado estilo de vida
puede resultar un factor determinante para el desarrollo de múltiples DS, por
lo que su detección y modificación son muy importantes.
● Exploración física:
● Pruebas complementarias:
Las disfunciones sexuales son alteraciones que dificultan la respuesta sexual, el deseo, la
excitación o la satisfacción durante la actividad sexual. Su tratamiento es multidimensional,
abarcando aspectos psicológicos, médicos y emocionales, y se adapta según la naturaleza
específica de la disfunción y las características del individuo o la pareja. El tratamiento varía
según la disfunción, pero generalmente incluye una combinación de los siguientes enfoques:
5.1 Tratamientos médicos (medicación, dispositivos)
a. Tratamiento Hormonal
(en mujeres con sequedad vaginal o atrofia vaginal posmenopáusica). Este tratamiento debe
ser supervisado por un médico especialista, como un endocrinólogo o ginecólogo, para evitar
efectos secundarios y garantizar su efectividad.
Para la eyaculación precoz, se utilizan anestésicos tópicos (como lidocaína) para reducir la
sensibilidad del pene y prolongar el tiempo antes de la eyaculación. Además, ciertos
antidepresivos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS),
pueden retrasar la eyaculación al influir en los niveles de serotonina en el cerebro.
En mujeres con sequedad vaginal o dolor durante el coito, los lubricantes a base de agua o
silicona pueden proporcionar un alivio inmediato. Los hidratantes vaginales de uso regular y
los estrógenos tópicos son opciones efectivas para tratar los síntomas más persistentes de la
atrofia vaginal.
e. Dispositivos Médicos
En los hombres, las bombas de vacío y los anillos de constricción pueden ser alternativas no
invasivas para lograr y mantener una erección. En las mujeres, los dilatadores vaginales son
útiles para tratar el vaginismo y mejorar la elasticidad vaginal, reduciendo el dolor durante la
penetración.
a. Terapia Sexual
● La terapia sexual es un enfoque especializado que aborda directamente los problemas
sexuales.
● Su objetivo principal es reducir la ansiedad relacionada con el desempeño sexual,
mejorar la comunicación entre la pareja y explorar barreras emocionales o cognitivas
que interfieren con la sexualidad.
c. Terapia de Pareja
d. Psicoterapia Individual
27
● En casos donde las disfunciones tienen raíces en traumas previos (como abuso
sexual), estrés crónico, ansiedad o depresión, la psicoterapia individual es esencial.
● Aborda emociones reprimidas, inseguridades personales o conflictos internos que
interfieren con la respuesta sexual.
a. Educación Sexual:
● Desmitifica conceptos erróneos, como la idea de que el desempeño sexual debe ser
"perfecto".
● Promueve actitudes positivas hacia el cuerpo y la sexualidad, ayudando a los
pacientes a sentirse más cómodos y seguros en su intimidad.
b. Materiales Educativos:
Se utilizan recursos como libros, vídeos y guías interactivas para enseñar sobre anatomía
sexual, respuesta fisiológica y estrategias para mejorar la intimidad.
● Los materiales educativos ayudan a los pacientes a entender que las variaciones en la
respuesta sexual son normales y que las expectativas irreales pueden causar
frustración.
c. Comunicación en Pareja
La falta de comunicación entre las parejas es una causa frecuente de disfunciones sexuales.
Este enfoque enseña a las parejas a dialogar abierta y honestamente sobre sus deseos,
necesidades y temores.
que impida o dificulte una correcta resolución sexual o una incapacidad para controlar o
sentir el orgasmo.
- Brindar temas generales que se valoran como necesarios como son los
relacionados con el concepto de sexualidad, mitos y prejuicio, la respuesta
sexual y los factores psico-sociales y tóxicos que pueden afectarla, así como la
orientación sexo-erótica y sexualidad.
a) Conocer a tu pareja
Lo primero que debes hacer es conocer a la otra persona. Si tu pareja padece alguna
enfermedad de transmisión sexual, o por ejemplo es propensa a la candidiasis vaginal, será de
gran ayuda saberlo de antemano para saber cuándo se debe, o no, mantener relaciones.
b) La comunicación
Practicar algún deporte o hacer ejercicio también nos ayudará a evitar problemas de
salud sexual, ya que experimentaremos una mejora emocional y al encontrarnos bien con
nosotros mismos aumentara la libido. Sin olvidarnos de la condición física, no menos
importante para poder disfrutar del sexo.
Otro de los deportes que se recomienda practicar para mejorar la salud sexual es
pilates, siempre y cuando no se tengan problemas de suelo pélvico. El yoga también
contribuye a combatir problemas de apetito sexual.
d) Informarse
31
Uno de los principales problemas que existen hoy en día es la falta de información, o
más bien deberíamos decir de interés. La información está a nuestro alcance, cada vez más
disponible y accesible, sin embargo aún existe mucho desconocimiento del propio cuerpo y
una mentalidad de “yo tengo todo bajo control” o “esto no me va a pasar a mi”. El mejor
remedio es informarse, leer, consultar al médico y conocerse a uno mismo.
La práctica de riesgo más común suele ser practicar sexo sin anticonceptivos, un error
frecuente y común con dolorosas consecuencias: enfermedades de trasmisión sexual,
embarazo no deseado, etc.
f) No fumar
g) Higiene corporal
Mantener una buena higiene corporal también evita contraer infecciones. Un cuerpo
limpio es sinónimo de un cuerpo sano. Sin embargo, en lo que respecta a la salud sexual
debemos tener especial cuidado, entre otras cosas, en evitar la eliminación del vello público o
recordar orinar después de mantener relaciones, una práctica que deberíamos llevar a cabo
con el fin de protegernos de enfermedades que pueden poner en peligro la salud.
h) Control de emociones
Una de las principales cosas que debemos hacer es evitar relaciones tóxicas. También
es importante el autocontrol, ya que el estrés puede reducir el deseo sexual.
i) Recurre a expertos
Una dieta con un alto contenido en grasas saturadas puede derivar en problemas de
índole sexual, como la disminución de la concentración de espermatozoides en la eyaculación
o menos líquido espermático.
32
La falta de diálogo abierto y honesto sobre los problemas sexuales puede generar un
vacío en la relación. La incomodidad o el miedo a enfrentar la situación pueden llevar a evitar
conversaciones importantes, lo que a su vez incrementa los malentendidos y el
distanciamiento. Cada intento fallido de conexión íntima puede convertirse en un recordatorio
silencioso de una carencia compartida, fomentando el resentimiento y debilitando la
confianza mutua. La intimidad, que debería ser un puente hacia una mayor cercanía
emocional, se transforma en una fuente de conflicto, distanciando a las personas que antes se
sentían unidas.
En última instancia, las disfunciones sexuales no solo afectan la vida íntima, sino que
impactan la calidad de vida general de la pareja. Las rutinas diarias se ven salpicadas por la
insatisfacción y el descontento, lo que compromete la cooperación y el apoyo mutuo. La
pareja deja de ser un refugio emocional y se convierte en un campo de batalla silencioso
donde cada interacción está cargada de tensión no resuelta. Superar este desafío requiere
valentía, empatía y, en muchos casos, la intervención profesional para reconstruir no solo la
intimidad física, sino también la conexión emocional que sostiene la relación.
33
Las disfunciones sexuales no solo afectan la esfera íntima de las personas, sino que
también tienen profundas consecuencias sociales y culturales que influyen en la forma en que
los individuos se relacionan con su entorno y en cómo son percibidos por la sociedad. En
muchas culturas, la sexualidad está estrechamente vinculada con conceptos de éxito personal,
poder y validación social, lo que significa que aquellos que experimentan disfunciones
sexuales pueden enfrentarse a un estigma social significativo. Esta presión cultural puede
generar sentimientos de aislamiento y exclusión, ya que las personas pueden sentir vergüenza
o temor a ser juzgadas si se descubre su condición. La disfunción sexual, al ser un tema
considerado tabú en muchas sociedades, lleva a que quienes la padecen eviten hablar de ello,
lo que refuerza el aislamiento y dificulta la búsqueda de apoyo.
El impacto de las disfunciones sexuales en las relaciones sociales también puede ser
considerable. La falta de satisfacción o el deterioro de la relación de pareja debido a estos
problemas puede afectar la interacción con amigos, familiares y colegas. Las tensiones
acumuladas en la vida íntima pueden proyectarse en el ámbito social, generando conflictos o
distanciamiento en otras relaciones. Además, en contextos donde la sexualidad está
fuertemente ligada a la identidad de género o a las expectativas sociales, el no cumplir con
los estándares establecidos puede llevar a una sensación de fracaso social. Los hombres, por
ejemplo, pueden sentirse presionados por la idea cultural de que la virilidad está directamente
relacionada con el rendimiento sexual, mientras que las mujeres pueden internalizar la
percepción de que su valor está vinculado a su capacidad para satisfacer a su pareja.
deterioren no solo las relaciones íntimas, sino también el bienestar general del individuo
dentro de su comunidad.
36
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Kingsberg, S. A., & Woodard, T. (2015). Disfunción sexual femenina. Obstet Gynecol, 125,
477-86.
https://asgoped.wordpress.com/wp-content/uploads/2016/04/disfsexfem_15.pdf
Vizcaíno Alonso, M. D. C., & Montero Vizcaíno, Y. (2021). Promoción de salud sexual y
acciones para la prevención de disfunciones sexuales. In I Simposio de Salud Familiar
GRAMGI. file:///C:/Users/USER/Downloads/190-466-1-PB%20(2).pdf