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“Coraline” (2009) fue una rareza en su estreno: La película de Henry Selick estuvo lejos de ser un éxito

masivo, en buena medida por lo terrorífica que resultaba para los niños; pero con los años se ha
convertido en un clásico y ha inspirado numerosas teorías de fans. ¿Es el gato en realidad un
alienígena venido de un planeta remoto enviado a capturar a una fugitiva de una prisión galáctica,
conocida como “la bruja”? Probablemente… no…
En este post quiero hacer algo distinto de todas las teorías sobre “Coraline”, desde las más locas a
las más razonables, y es enfocarme en todas las fuentes de la fábula. Esperando que estas arrojen un
poco de luz acerca de lo que vemos en la pantalla.
1) Una historia personal vivida por el escritor Neil Gaiman siendo niño.
Gaiman dice que se inspiró para escribir “Coraline” en algo que le ocurrió cuando tenía la edad de la
protagonista: En su pueblo había una casa que estaba siempre cerrada y con las ventanas tapiadas.
Allí vivían una niña que debía tener su misma edad y su abuela. Pero la niña no iba a la escuela y su
abuela no la dejaba salir. Nadie había visto nunca a la niña, aunque al pasar cerca de la casa, se oía la
voz de una niña cantando y, a veces, se la oía discutir con su abuela a los gritos. Sabían que la casa
había sufrido un incendio años antes, por lo que una de las hipótesis era que la niña estaba
desfigurada y le daba vergüenza mostrarse en público. Una tarde, varios niños entraron en la casa de
la anciana por una ventana, buscando conocer a su vecina misteriosa; pero, aunque había ropas de
niña tirada por el suelo, ninguna chica vivía ahí. En cambio, encontraron una cuna con lo que parecía
un bebé carbonizado, o quizás era una muñeca, con botones por ojos y la boca cosida. Los niños
huyeron y les contaron a sus padres lo que habían visto. Resulta que la nieta de la anciana había
muerto en el incendio. La abuela fue internada en un psiquiátrico, en donde pedía que le devolvieran
su muñeca, porque decía que la muñeca tenía el alma de su nieta.
Aunque he visto por ahí que se menciona esta anécdota como “la historia real que inspiró Coraline”,
su única fuente rastreable es el propio relato de Gaiman. Y quiero recordarles una cosa: los escritores
son mentirosos profesionales. Pero, tanto si esta historia es real como si fue inventada a posteriori
por Gaiman, arroja luz sobre el trasfondo de “Coraline”.
2) Una influencia concreta y rastreable: “It”, de Stephen King.
La bruja, también conocía como “la otra madre” o “la beldame”, igual que el payaso Pennywise,
adopta una forma amistosa y familiar para acercarse a sus presas, los niños. Y, cuando revelan su
verdadera forma, ambos tienen cierto aspecto de arañas: símbolo de un depredador que ha tejido
pacientemente su trampa.
Se ha observado que, en el libro, It tiene un antagonista: un ser sobrenatural con aspecto de tortuga,
que no fue incluido en ninguna de las adaptaciones cinematográficas, que tendría cierto paralelismo
con el gato de Coraline.
3) Pero, además de “It”, hay otras dos o tres influencias literarias que conviene mencionar. Una, es
una influencia común a “it” y “Coraline”, que es el cuento de Hansel y Gretel. Como en el cuento
medieval, uno de los recursos con los que la bruja intenta seducir a Coraline es con golosinas. (Por
cierto, me encanta el detalle de la escena donde la bruja alimenta a una planta carnívora con
chocolates: que más adelante vamos a descubrir que son en realidad insectos).
4) La otra influencia es muy puntual, pero claramente intencional. Cuando el libro describe a la bruja,
nos explica que: “La otra madre no podía crear: sólo podía transformar, retorcer y cambiar”. Lo cual es
casi una cita textual de una famosa sentencia de Tolkien: “El mal no puede crear nada nuevo; sólo
puede corromper y arruinar lo que crearon las fuerzas del bien”.
Esto lo vemos, no sólo en el hecho de que, en el otro mundo, no hay nada realmente original: solo
copias de algo que existe en el mundo real; sino también en el hecho de que la bruja, buscando ser
amada por Coraline, no hace su mejor esfuerzo por mostrarse como alguien digno de ser amado, sino
que imita la forma de alguien a quien Coraline ya ama e intenta usurpar su lugar. Las últimas dos
posibles influencias que quiero mencionar son más teóricas.Una es de la teoría de la propaganda y se
conoce como la estrategia de la gradualidad. Sylvain Timsit la resume así: “Para hacer que se acepte
una medida inaceptable, basta aplicarla gradualmente, a cuentagotas, por años consecutivos.” Un
cambio que provocaría una rebelión si se impusiera de una sola vez, se va volviendo gradualmente
aceptable al dividirlo en varios pasos intermedios. La bruja le dice sucesivamente a Coraline que ella
es, primero, su “otra madre”; después se define como “sus mejores padres”; más tarde les llama a los
verdaderos padres de Coraline “sus antiguos padres”; para finalmente pretender que ella es su madre
y su verdadera madre no existe. Y, cuando Coraline le responde que ella no es su madre, se ofende y
le exige que se disculpe. Creo que todos podemos pensar fácilmente ejemplos de propaganda en los
que, donde debería haber ido el adjetivo “falso”, este fue reemplazado por “otro”, “nuevo” o “mejorado”.
Para finalmente pretender que la falsificación es la cosa real y, la cosa real, nunca existió. Y la última
influencia que reconocí y que quiero mencionar es la teoría freudiana de los sueños. Freud decía que
el pensamiento humano se rige por dos principios distintos: El principio del placer, que distingue lo
deseable de lo repulsivo; y el principio de realidad, que distingue lo que existe de lo que no. Estos dos
principios cumplen funciones distintas, pero complementarias: uno establece lo que quiero y el otro
determina si eso que quiero es obtenible en el mundo exterior. Ahora bien; mientras que en la vigilia
nos regimos principalmente por el principio de realidad, cuando dormimos el principio del placer es
rey: y por eso los sueños tienen un aspecto tan distinto del de la vigilia. Todo sueño, dice Freud, es
una satisfacción de deseos. Buena parte de los trastornos mentales se explican como una irrupción
de la lógica propia de los sueños en la vida diurna. El principio de realidad es negado incluso en la
vigilia. En un sentido metafórico, el gato previene a Coraline diciéndole que: “Quizás tu pienses que
este mundo es un sueño hecho realidad”. Lo que, en sentido figurado, quiere decir que, si algo es
demasiado bueno para ser verdad… eso quiere decir que no es verdad. Y, sin embargo, el otro mundo
es un sueño hecho realidad. No en el sentido al que se refiere el gato, sino en el sentido al que se
refiere Freud. Todo en el otro mundo es la realización de los deseos de Coraline, pero nada de ello es
real. La bruja, por su parte, está atrapada en ese mundo onírico, en donde ella controla todo y a todos
como marionetas, pero no puede salir al mundo real. Esto se corresponde con un trastorno mental
específico: el trastorno de personalidad narcicista. En el mundo narcisista de la bruja, hay tres clases
de seres: ella, que ocupa el rol de una diosa menor, creadora de un mundo pequeño y escondido. Sus
sirvientes, creados por ella a partir de plantas, insectos, ratas o polvo. Estos simbolizan a los
secuaces, a veces millones de ellos, que un narcisista carismático logra reclutar y poner a sus
órdenes. En la jerga de la psicología se llaman “monos voladores” (metáfora que, por cierto, procede
de los sirvientes de otra bruja de cuento: “El mago de Oz”). Por último, están los niños. Como explica
el gato, la bruja necesita algo que no sea ella para poder amarlo. Pero la bruja, como cualquier otro
narcisista, es incapaz de amar verdaderamente algo o a alguien; por lo que los niños que caen en su
trampa son encerrados detrás de un espejo, en donde gradualmente se van esfumando hasta
convertirse en nada. Este espejo es (creo) una referencia al mito original de Narciso. Coraline y los
otros niños ocupan el rol de la ninfa Eco. Esto es todavía más claro en el cuento, donde los fantasmas
no tienen forma física y son sólo voces, igual que Eco en el mito, y con el tiempo han ido olvidando
quienes fueron. Quien ama un espejo, ve toda diferencia consigo mismo, todo indicio de tener una
personalidad propia, como una imperfección: un error en el reflejo. Por eso la persona real encerrada
detrás del espejo del narcisista se va convirtiendo gradualmente en nada. Desde luego; todas estas
interpretaciones y teorías sólo les interesan a los espectadores adultos. ¿Funciona “Coraline” como
película para niños?. Las historias sobre lo mucho que se asustaron los niños que vieron esta película
en los cines es muy probable que estén exageradas. Además: los verdaderos cuentos infantiles
siempre fueron un poco terroríficos. Historias como “Hansel y Gretel” o “Caperucita roja” buscan
prevenir a los niños contra los peligros reales del mundo, de un modo en que ellos puedan entenderlo.
¿Cuál es el punto de cuentos infantiles con la moraleja de “Todo está perfecto en el mundo, no te
cuides de nada”? (¿O alguien cree que es una casualidad que, un par de años antes de llevar hombres
disfrazados de mujeres a leer cuentos a las escuelas, se prohibió un cuento en donde un depredador
se disfraza de abuelita para poder acercarse a una niña?) “Coraline” creo que cumple muy bien su
objetivo de narrar una nueva versión de una fábula clásica, con una moraleja más necesaria hoy que
nunca.

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