Filosofía 11-3
Filosofía 11-3
Filosofía 11-3
“Camino a la excelencia”
Por tal motivo, sus libros se convirtieron en obligada consulta para muchas generaciones de
jóvenes, inconformes con el conservadurismo imperante bajo diversas circunstancias y
países, que exigían un pensamiento laico, renovador y crítico de la moralidad anquilosada y
la injusticia social prevalecientes en muchas sociedades de distintas épocas.
Concebía a la cultura con una clara función desalientadora y pregonaba a todas voces que
esta permitía al hombre controlar sus condiciones de vida.
Su obra en general se inscribe entre los grandes logros del pensamiento filosófico
latinoamericano del siglo XX. Muchos afirman que incluso trascendió el ámbito académico
y se convirtió en una herramienta ideológica más, que contribuyó al nacimiento de ideas
renovadoras y nutritivas de varias generaciones decididas a cambiar el destino de los
pueblos de nuestra América.
Una gran ventaja que la que contó Ingenieros para indagar sobre la naturaleza humana en
su corta vida fue haber cursado estudios de Medicina en su Argentina natal, y dedicarse a
los estudios de Psicología y Psiquiatría con las herramientas que le ofrecía el desarrollo de
las ciencias al nacer el siglo XX.
◘ Toda juventud es inquieta. El impulso hacia lo mejor sólo puede esperarse de ella: jamás
de los enmohecidos y de los seniles. (…)
◘ El hombre mediocre es una sombra proyectada por la sociedad; es por esencia imitativo y
está perfectamente adaptado para vivir en rebaño, reflejando las rutinas, prejuicios y
dogmatismos reconocidamente útiles para la domesticidad.
◘ En el verdadero hombre mediocre la cabeza es un simple adorno del cuerpo. Si nos oye
decir que sirve para pensar, cree que estamos locos.
◘ El escritor mediocre es peor por su estilo que por su moral. Rasguña tímidamente a los
que envidia; en sus collonadas se nota la temperancia del miedo, como si le erizaran los
peligros de la responsabilidad. Abunda entre los malos escritores, aunque no todos los
mediocres consiguen serlo; muchos se limitan a ser terriblemente aburridos, acosándonos
con volúmenes que podrían terminar en el primer párrafo. (…)
◘ Si existiera la moral eterna -y no tantas morales cuantos son los pueblos- podría tomarse
en serio la leyenda bíblica del árbol cargado de frutos del bien y del mal. Sólo tendríamos
dos tipos de hombres: el bueno y el malo, el honesto y el deshonesto, el normal y el
inferior, el moral y el inmoral. Pero no es así. Los juicios de valor se transforman: el bien
de hoy puede haber sido el mal de ayer, el mal de hoy puede ser el bien de mañana. Y
viceversa.
Conclusiones