TBE Tema 13 Aparato respiratorio

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TEMA 13: APARATO RESPIRATORIO, FISIOTERAPIA

RESPIRATORIA, VENTILOTERAPIA.
1. INTRODUCCIÓN
El aparato respiratorio está íntimamente ligado al aparato cardiovascular. Ambos
son los encargados de oxigenar la sangre y distribuir este oxígeno por todo el
organismo.
Es un sistema de tubos que conducen el aire del ambiente desde las fosas
nasales hasta los alveolos, donde se produce el intercambio gaseoso entre el oxígeno
y el dióxido de carbono (nutre de O2 al organismo y lo depura de CO2).

2. ANATOMÍA
El aparato respiratorio está formado por distintos órganos cuya función es
abastecer y distribuir el aire, a excepción de los alveolos, que realizan el intercambio
gaseoso de oxígeno (O2) y dióxido de carbono (CO2) entre tejidos y capilares
sanguíneos.
Interiormente las vías respiratorias inferiores están tapizadas por una mucosa de
tejido epitelial, denominada mucosa respiratoria, que es un tejido especializado. Sus
células contienen y producen moco, que se encarga de atrapar las sustancias nocivas
que se encuentran en el aire inspirado, y poseen cilios que las eliminan devolviéndolas
al exterior.

2.1 Vías aéreas superiores


2.1.1 Nariz: fosas nasales
Las fosas nasales son el órgano del aparato respiratorio que comunica con el
exterior. Está formado por dos cavidades situadas por encima de la boca, separadas
por un tabique cartilaginoso y óseo denominado tabique nasal, y enmarcadas por los
diferentes huesos de la cara. En los laterales de dichas fosas hay tres elevaciones
óseas que provienen del etmoides, llamadas cornetes (superior, medio e inferior),
cuya misión es la de aumentar la
superficie por la que fluye el aire. Entre
los cornetes quedan unos canales o
meatos (superior, medio e inferior,
respectivamente), en los que
desembocan los senos paranasales y el
conducto lacrimonasal.
Los senos paranasales son cuatro
cavidades craneales recubiertas por un
epitelio secretor de moco y colaboran en
la realización de las funciones de las
fosas nasales. Son cuatro pares:
frontales, maxilares, etmoidales y
esfenoidales.

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Toda la superficie de las fosas nasales está tapizada por una mucosa ciliada y secretora
de moco, la pituitaria. En la parte más externa de la nariz estos cilios se convierten
en verdaderos pelos.
Las funciones de la nariz son:
• Calentar, humedecer y limpiar el aire inspirado, acondicionándolo para evitar
infecciones e irritaciones en el resto del aparato respiratorio.
• En la pituitaria se encuentran las terminaciones nerviosas responsables del sentido
del olfato.
• Colaborar con el proceso de fonación.

2.1.2 Faringe
La faringe es un conducto musculo-membranoso común al aparato respiratorio
y digestivo. Comunica las fosas nasales con la laringe. Está recubierta de mucosa.
Participa en el proceso de deglución y, permite el paso del aire hacia la laringe.
Se divide en tres partes:
• Nasofaringe (situada por detrás de las fosas nasales): en ella se abre la trompa de
Eustaquio que comunica con el oído medio, y se localizan dos masa de tejido
linfoide, las adenoides, vegetaciones o amígdalas faríngeas.
• Orofaringe (situada detrás de la boca): en
ella se localizan otras dos masas de tejido
linfoide, las amígdalas palatinas. Junto con
las anteriores forman un sistema de defensa
ante la entrada de gérmenes llamado “anillo
de Waldeyer”.
• Laringofaringe: a este nivel de la faringe se
separan el aparato digestivo y el
respiratorio. Este último continúa con la
laringe. A este nivel se localiza la epiglotis.

2.1.3 Laringe
La laringe es un conducto que comunica
la faringe con la tráquea. Es el órgano principal
de la fonación. Se localiza en la parte anterior
del cuello, por delante del esófago. Está
constituida por 9 cartílagos, tres impares: la
epiglotis, el cricoides, el tiroides, y tres pares
aritenoides, corniculados y cuneiformes. Tiene
funciones de fonación y de respiración.
• Epiglotis: situada detrás de la raíz de la
lengua. Cierra la laringe durante la
deglución.

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• Tiroides: situado en la parte anterior del cuello. En el varón sobresale y constituye
la “nuez de Adán”.
• Cricoides: Señala el final de la laringe y el principio de la tráquea.
• Aritenoides, corniculados y cuneiformes: se encargan de sostener y movilizar las
cuerdas vocales, modificando el tono del sonido que produce el aire al pasar por
ellas.
Las cuerdas vocales son dos gruesas bandas de tejido conjuntivo fibroso que
vibran en relación con el aire que les llega y que, junto con otros elementos, son las
responsables de la emisión de sonidos. Los distintos tonos de voz se producen según
sea el grado de separación que exista entre ellas y su tensión. Con las cuerdas tensas
se producen sonidos agudos y con las cuerdas relajadas sonidos más graves.

2.2 Vías aéreas inferiores


2.2.1 Tráquea
La tráquea es un conducto fibrocartilaginoso, de unos 11cm de longitud y 2cm
de diámetro, que se extiende desde la laringe hasta bifurcación traqueal que va a dar
lugar a la división de los dos bronquios principales. Se encuentra por delante del
esófago, en el mediastino. El mediastino es un espacio que separa los pulmones entre
sí.
Está formada por entre 15 ó 20 anillos de cartílago hialino, abiertos en su parte
posterior, que se unen entre sí por tejido conjuntivo fibroso y fibras elásticas
dispuestas longitudinalmente, lo que permite que se extienda y descienda durante la
inspiración, y ayuda a la retracción pulmonar durante la espiración. Estos cartílagos
dan firmeza a la pared e impiden que se colapse durante la respiración.
La tráquea está tapizada por mucosa respiratoria. Su función es permitir el paso
del aire desde las vías respiratorias altas hacia el pulmón.

2.2.2 Bronquios, bronquiolos y alvéolos


La tráquea se bifurca en dos conductos denominados bronquios principales, que
penetran en el pulmón a través del hilio pulmonar. El punto donde la tráquea se bifurca
en los dos bronquios se denomina carina.
El bronquio derecho es corto, ancho y vertical, mientras que el izquierdo es largo
y estrecho, debido a que la presencia del
corazón modifica el tamaño y la disposición del
pulmón. Dentro de cada pulmón, los bronquios
se ramifican en bronquios secundarios,
terciarios, bronquiolos y alveolos.
Los bronquios mantienen abiertas su luz
debido a la presencia de láminas de cartílago,
que van desapareciendo conforme se van
ramificando, siendo inexistente en los
bronquiolos de menor tamaño.

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Los bronquios y bronquiolos están tapizados en su interior por mucosa
respiratoria. Sin embargo, los alveolos sólo están cubiertos por una capa de tejido
epitelial, que permite el intercambio de gases entre el aire inspirado y los capilares
sanguíneos. Los alveolos están organizados en racimos y cada uno de ellos está
conectado con varios capilares.

2.2.3 Pulmones
Los pulmones constituyen un órgano par, situados en el interior de la caja
torácica por encima del diafragma y, separados por el mediastino. Su función es la
ventilación pulmonar mediante los movimientos respiratorios.
Tienen forma prismática con vértices superiores y bases inferiores que se apoyan
sobre el diafragma, y tiene tres bordes (anterior, posterior e inferior), y tres caras
(costal, mediastínica y diafragmática).
El pulmón derecho está dividido en tres lóbulos y el izquierdo en dos. Estos
a su vez se subdividen en segmentos. Esta distribución condiciona la de los bronquios
y bronquiolos. El pulmón izquierdo es más pequeño que el derecho, ya que parte de
su espacio está ocupado por el corazón.
Por su cara interna se encuentra una zona denominada hilio pulmonar, por
donde entran y salen estructuras. Entran: el bronquio principal, la arteria pulmonar y
las arterias bronquiales; salen: las venas pulmonares y las venas bronquiales.
El pulmón se une a las paredes torácicas gracias a una membrana que los
envuelve llamada pleura.

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2.2.4 Pleura
La pleura es una membrana serosa, delgada
y brillante, de doble capa que, por un lado,
rodea al pulmón (pleura visceral) y, por el
otro, se sitúa en la pared torácica (pleura
parietal) a la que está unida. Entre ambas
capas hay un espacio virtual relleno de líquido
pleural que, al igual que el pericardio, sirve
para facilitar los movimientos respiratorios.
Tira del pulmón en la inspiración,
expandiéndolo, y permitiendo que entre aire
en su interior.
2.2.5 Diafragma
El músculo diafragma separa la cavidad torácica de la abdominal. Tiene forma de
bóveda, estando anclado en todo su contorno a las estructuras que lo rodean: bordes
costales de la pared torácica, 11ª y 12ª costillas, vértebras lumbares y apófisis del
esternón.

3. FISIOLOGÍA
3.1 Fisiología de la respiración
La respiración o ventilación pulmonar es el proceso por el que nuestro organismo
transporta oxígeno desde la atmósfera hasta los alveolos pulmonares y elimina dióxido
de carbono desde los alveolos hacia el exterior. Se produce en varias fases: ventilación
pulmonar, intercambio de gases, transporte de gases (O2 y CO2) y regulación de la
ventilación.

3.1.1 Mecanismo de la ventilación pulmonar


Proceso mediante el cual el aire, debido a la diferencia de presión que existe
dentro y fuera de los pulmones, se mueve hacia el interior y el exterior de estos, para
mantener las concentraciones adecuadas de O2 y CO2 en los alveolos.
Inspiración: Proceso activo por el cual se inhala el aire del medio y penetran los
gases respiratorios en los alveolos. Se produce por la contracción del diafragma y de
los músculos intercostales, aumentan el tamaño del tórax al descender el diafragma
y elevar las costillas. Así se crea en el interior de los pulmones una presión negativa
que hace que el aire entre desde el exterior.

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Espiración: Es un proceso pasivo que se produce por la relajación de los músculos
respiratorios, lo que conlleva una disminución del tamaño de los pulmones. Así se
consigue en su interior
una presión mayor que
la presión atmosférica,
lo que provoca la salida
del aire hacia el
exterior, llevándose
consigo los gases que
se han intercambiado
en los alveolos.

Volúmenes respiratorios: No todo el aire que entra en los pulmones sirve para
ocupar la estructura pulmonar y no todas las veces se inspira la misma cantidad de
aire. Por ejemplo, en los bostezos, suspiros, risas y cuando lloramos, entra más
cantidad de aire en los pulmones que en condiciones normales.
Por ello se habla de una serie de volúmenes y capacidades pulmonares:
• Volumen de ventilación o basal (VVP): es el aire inspirado y espirado en cada
respiración normal. Suele rondar los 500 ml. Se denomina también volumen
corriente.
• Volumen de reserva inspiratoria (VRI): es el volumen máximo que puede ser
inspirado en una respiración profunda y forzada. Su valor es de unos 2500 ml.
• Volumen de reserva espiratoria (VRE): es el volumen máximo que puede ser
espirado, tras una espiración normal, mediante una espiración forzada. Suele ser
de unos 1500 ml.
• Volumen residual (VR): es el que queda en los pulmones tras una respiración
forzada. Su valor es de unos 1500 ml.
• Volumen respiratorio por minuto (VRM): cantidad de aire que entra en los pulmones
por minuto. Suele ser de unos 6 litros.
• Espacio muerto (EM): es el aire que no colabora en el intercambio gaseoso y que
rellena las vías respiratorias. Su valor es de 150 ml.

Se llaman capacidades pulmonares cuando hay una combinación de diferentes


volúmenes:
• Capacidad inspiratoria (CI): cantidad máxima que una persona puede inspirar tras
una espiración normal. Es la suma del VVP y el VRI (3000ml)
• Capacidad residual funcional (CRF): cantidad de aire que queda en los pulmones
tras una espiración normal. Es la suma del VRE y el VR (3000ml)
• Capacidad pulmonar total (CPT): se denomina así al volumen máximo que los
pulmones pueden alcanzar tras un esfuerzo inspiratorio. Es la suma de
VVP+VRE+VRI+VR (6000ml)

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• Capacidad vital (CV): cantidad máxima de aire que una persona puede eliminar
tras llenar los pulmones al máximo (4500 ml). Equivale a VRI+VVP+VRE.

La frecuencia respiratoria es el número de respiraciones que una persona sana


realiza en un minuto. Su valor oscila entre 14 y 20 respiraciones por minuto (rpm),
aunque esta cifra puede variar según la edad y la situación de la persona.

3.1.2 Fisiología del intercambio gaseoso (Hematosis)


La respiración pulmonar, intercambio de gases o hematosis, se realiza en los
alveolos pulmonares a través de la membrana alveolocapilar, entre la sangre venosa
sin oxigenar, que circula por los capilares pulmonares, y el aire que llega al interior de
los alveolos. Este proceso se denomina difusión gaseosa y es pasivo. Se regula en
función de las presiones parciales de los gases (O2 y CO2). Así, como la presión parcial
de oxígeno (PO2) es mayor en los alveolos que en los capilares, el gas se difundirá
desde el alveolo hasta la sangre del capilar, hasta que la presión sea igual a ambos
lados de la membrana alveolocapilar. Por el contrario, la presión parcial del dióxido de
carbono (PCO2) es mayor en los capilares que en el aire alveolar, de manera que se
difunde en sentido inverso al anterior, hasta que se igualan las presiones a ambos
lados.
El dióxido de carbono que ha pasado al aire alveolar es expulsado al exterior a
través del aire espirado. El oxígeno que ha pasado a la sangre es transportado a los
diferentes tejidos y órganos.

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Ambos gases circulan por la sangre unidos a la hemoglobina y disueltos en el
plasma en pequeñas cantidades. Esta función se conoce como transporte de gases.
La mayor parte del oxígeno se transporta unido a la hemoglobina, formando la
molécula de oxihemoglobina, que es muy estable. Por su parte, la mayor parte del
dióxido de carbono también se une a la hemoglobina para ser transportado, formando
la carboxihemoglobina.
Por último, en las células se lleva a cabo el proceso inverso al que se produce
en los alveolos, es decir, el oxígeno pasa de los capilares a las células, y el dióxido de
carbono pasa de las células a los capilares por diferencia de presión, proceso que se
conoce como respiración celular.

3.1.3 Control de la ventilación


En condiciones normales se regula por estímulos químicos, de modo que se
regula según variaciones de concentraciones de CO2, O2 y H+ (hidrogeniones). El
centro respiratorio se sitúa en la protuberancia cerebral y controla las neuronas del
bulbo raquídeo para que la ventilación se produzca de forma rítmica.
Los valores normales en sangre arterial de presión parcial de oxígeno PO2 están
comprendidos entre 90 y 100 mmHg.

4. PATOLOGÍA
4.1 Nariz, faringe y laringe
Rinitis: es la inflamación superficial de la mucosa pituitaria, que produce una
secreción mucopurulenta. Está causada por diferentes microorganismos,
especialmente virus. Para que la enfermedad aparezca son necesarias una serie de
condiciones exteriores como un enfriamiento brusco, la humedad y un medio ambiente
con sustancias alergizantes o irritantes.
Los síntomas más frecuentes son: escalofríos, cefalea, estornudos, hidrorrea,
obstrucción nasal y anosmia.
Sinusitis: es la inflamación de la mucosa de los senos nasales, que produce
supuración de las cavidades paranasales con aparición de una cefalea muy intensa.
Sus causas principales son: infecciones bacterianas, resfriados comunes y alergias.
Faringitis: es la inflamación de la mucosa faríngea producida por virus, bacterias,
procesos alérgicos y sustancias irritantes como el humo o productos químicos. Se
puede extender la inflamación a órganos con los que tiene relación como la nariz, la
faringe y el oído medio.
Laringitis: Denominada también “catarro laríngeo”, es la inflamación de la mucosa
laríngea debida a una infección (generalmente vírica), alergias e irritantes químicos.
Afecta también a las cuerdas vocales. Se caracteriza por la aparición de afonía,
ronquera, picor, tos, dolor, estridor y puede llegar a producir espasmo de la glotis y
un cuadro de asfixia (generalmente por la noche).

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4.2 Bronquios y pulmones
Bronquitis (traqueobronquitis): Es la inflamación de la mucosa bronquial, que
suele ir precedida generalmente de rinitis, faringitis, laringitis y traqueítis. Es más
frecuente en niños, ancianos, pacientes alérgicos y consumidores de drogas fumadas.
Las causas más frecuentes son infecciones bacterianas o víricas, la exposición a
irritantes tóxicos como las drogas fumadas, el clima y la contaminación ambiental.
Clínicamente cursa con tos seca o productiva, roncus, sibilancias, disnea y
cianosis en estados crónicos y avanzados de la enfermedad. La bronquitis es crónica
cuando se padece al menos durante tres meses al año y, por lo menos, dos años
consecutivos y sin otras enfermedades subyacentes.
Asma bronquial: Es el estrechamiento de las vías respiratorias, tráquea y bronquios,
de aparición brusca, debida a un aumento de la sensibilidad de la mucosa respiratoria
a diversos estímulos, lo que ocasiona dificultad respiratoria. La disnea provoca que el
paciente respire por la boca, lo que reseca el moco y se ocluye todavía más la vía
respiratoria. Suele aparecer de forma intermitente., y generalmente se produce por
alergias o infecciones de las vías respiratorias.
Cursa además de disnea, con sibilancias, tos con esputo, fiebre y taquipnea.
El cuadro asmático puede tener una duración variable, por lo que podemos hablar de:
• Crisis asmática: es de escasa intensidad y corta duración (menos de una hora).
• Ataque asmático: dura entre una hora y un día.
• Estado asmático: dura más de 24 horas.
Para su tratamiento se recomienda aumentar la ingesta de líquidos y humidificar
el ambiente, para mantener la humedad de la mucosa de las vías aéreas.
Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC): se caracteriza por una
limitación irreversible del flujo aéreo pulmonar, debida a la presencia de enfisema o
inflamaciones crónicas de las vías aéreas inferiores. Es una enfermedad progresiva.
Su causa principal es el consumo de tabaco y otras drogas fumadas.
Cursa con disnea, taquipnea en reposo, dolor torácico, hipoxia, cianosis y
hemoptisis en algunos casos avanzados de la enfermedad
Enfisema pulmonar: Es la distensión irreversible de los espacios aéreos alveolares,
con destrucción de los tabiques interalveolares, que conduce a la pérdida de
elasticidad pulmonar y a la disminución del intercambio gaseoso.
Sus principales desencadenantes son el tabaco, las infecciones bronquiales y los
agentes químicos irritantes e inhalados.
Cursa con disnea de esfuerzo, tos, taquipnea, espiración prolongada, tiraje y
cianosis.
Insuficiencia respiratoria aguda: Es la incapacidad aguda de los pulmones para
mantener la oxigenación de la sangre.
Los síntomas más característicos son los asociados a la hipoxia (desorientación,
confusión, impaciencia, taquipnea y disnea) y a la hipercapnia (cefalea, confusión,
irritabilidad, pérdida del conocimiento, somnolencia y mareos). La hipercapnia es

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cuando los valores de la presión arterial parcial de dióxido de carbono PCO2 son
mayores de 45 mmHg.
Neumonía: Es la inflamación de carácter agudo o crónico de los pulmones, que afecta
principalmente a la cavidad alveolar o a sus intersticios. Los espacios alveolares están
ocupados por exudado, por lo que se dificulta el intercambio gaseoso en las zonas
afectadas.
Se desencadena por la acción de gérmenes como el neumococo (lo más
frecuente), el estafilococo y el estreptococo.
Cursa con tos productiva, escalofríos, fiebre, dolor torácico, taquicardia, disnea
y ruidos respiratorios.
Edema pulmonar: alteración aguda o crónica que se caracteriza por el aumento del
líquido seroso en los alveolos pulmonares o en el tejido intersticial pulmonar. Hay
disnea intensa con cianosis, sudoración y variaciones del pulso y presión arterial.
Tuberculosis pulmonar: Es la infección producida por el Mycobacterium tuberculosis
o bacilo de Koch, que afecta generalmente a los pulmones, los bronquios y la pleura.
La infección puede permanecer dormida o latente durante años, pudiéndose reactivar.
Con frecuencia suele pasar desapercibida, debido a la ausencia de síntomas.
Otras veces se presenta con tos seca o escasa expectoración, hemoptisis, fiebre, dolor
torácico, disnea, sibilancias astenia y anorexia.
Carcinoma bronquial: Es, junto con el cáncer de estómago, la neoplasia que con
más frecuencia se da en los varones. Su causa principal es el tabaco. Hay una relación
directa entre la mortalidad por cáncer de pulmón y el número de cigarrillos fumados
diariamente.
Generalmente, no produce síntomas y puede permanecer durante años en
estado silente, de modo que, cuando se diagnostica la enfermedad, es ya un proceso
irreversible.

5. FISIOTERAPIA RESPIRATORIA
El objetivo de la fisioterapia respiratoria es facilitar la eliminación de las
secreciones bronquiales, disminuir la dificultad respiratoria, favorecer el intercambio
gaseoso, aumentar la tolerancia al ejercicio, prevenir disfunciones respiratorias, y
mejorar la calidad de vida del paciente.
Se suelen aplicar a los pacientes con patologías respiratorias crónicas,
inmovilizados, con ventilación asistida, aquellos que va a sufrir o han sufrido una
intervención quirúrgica que les limite la expansión torácica, y enfermos neurológicos
con afectación de la musculatura respiratoria.
Las técnicas de fisioterapia respiratoria suelen llevarse a cabo dos veces al día,
preferentemente antes del desayuno o cena, y sobre todo en aquellas situaciones en
las que existe un incremento de la secreción bronquial.
Está contraindicada en pacientes con aumento de la presión intracraneal (PIC),
con inestabilidad cardiovascular, derrames pleurales, embolia pulmonar, distensión

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abdominal, lesiones de cabeza y cuello, hemorragias, coagulopatías, estados
asmáticos y epilépticos.
Antes de movilizar las secreciones y siempre que no exista contraindicación
médica, es aconsejable proceder a fluidificar las secreciones para que puedan ser
drenadas con mayor facilidad. Para ello se utilizan humidificadores con agua destilada,
durante 15-20 minutos antes de la sesión de fisioterapia.
La fisioterapia respiratoria consta de las siguientes técnicas:
• Ejercicios respiratorios
• Movilización de secreciones
• Drenaje postural

5.1 Ejercicios respiratorios


Los ejercicios respiratorios tratan de estimular al paciente para que realice
correctamente las respiraciones, de esta manera, se consigue una respiración
profunda, se movilizan las secreciones para conseguir expulsarlas por la tos, y se
mejora la permeabilidad de las vías respiratorias. En los niños más pequeños se
recurre a la risa y el llanto.
Se realizan por lo menos una vez al día, en la posición de decúbito supino, Fowler
y semifowler.
Protocolo de realización de ejercicios respiratorios
Material
- Almohada
- Pañuelos desechables
- Gasas y guantes
- Bolsa de basura

Protocolo
1. Lavarse las manos, preparar el material, y explicar al paciente la técnica que vamos
a realizar. Pedir su colaboración.
2. Ayudar al paciente a colocarse en posición de fowler o semifowler, o bien a sentarse
en una silla. Si está contraindicado se le deja en decúbito supino con las piernas
flexionadas.
3. Puede resultarle cómodo al paciente inclinarse hacia delante ligeramente, y colocar
ambas manos sobre el abdomen o bien una sobre el abdomen y otra sobre el tórax.
En pacientes con intervenciones de tórax o abdomen, puede darles sensación de
seguridad sujetar una almohada contra el abdomen.
4. Estimularle para que haga varias respiraciones lentas y profundas, inspirando por
la nariz y espirando por la boca con los labios fruncidos. Repetir 2 o 3 veces. De
esta manera se expande el pulmón y se produce el reflejo de la tos, que ayuda a
desalojar el moco de las vías respiratorias.
5. Retirar las secreciones mediante los pañuelos o gasas y eliminarlos en el
contenedor preparado para ello.

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6. Repetir el ejercicio 3 o 4 veces.
7. Acomodar al paciente y recoger el material.
8. Anotar la técnica, las características de las secreciones y las incidencias si las
hubiera.

5.2 Espirometría de incentivo


El uso del espirómetro de incentivo ayuda al
paciente a expandir los pulmones e inhalar una mayor
cantidad de oxígeno. Esta técnica se utiliza en casos en
los que al paciente le resulta doloroso o difícil respirar
profundamente. Tiene la ventaja de que retroalimenta al
paciente mientras que respira de forma profunda. Se
llama inspirómetro o espirómetro de incentivo, en función
de la fase de la respiración que estimulan.
5.3 Percusión-vibración
La movilización de secreciones es un procedimiento de acción mecánica sobre la
pared torácica cuya finalidad es despegar las secreciones del árbol bronquial. Puede
realizarse con las manos (percusión y palmoteo o clapping), o bien utilizar un vibrador
de ultrasonidos (vibración).
Protocolo de percusión-vibración
Material
- Pañuelos de papel o gasas
- Guantes desechables
- Vibrador (según la técnica)
- Toalla
- Bolsa de basura

Protocolo
1. Lavarse las manos, preparar el material y explicar la técnica al paciente, las
molestias y las ventajas. Pedirle su colaboración.
2. Colocar la cama en posición de Trendelemburg, si no está contraindicado.
3. Colocar al paciente en decúbito lateral. Es importante que el paciente esté relajado.
4. Cubrir la zona con una toalla fina para disminuir las molestias.
5. Realizar la percusión sobre el segmento torácico elegido, aplicando golpes secos,
rítmicos y suaves utilizando las manos en forma de ventosa, “huecas”, con las
muñecas flexionadas. También se debe usar toda la fuerza del cuerpo para realizar
la técnica, por lo que debe adoptarse una postura óptima para no fatigarse. Debe
realizarse a la vez que el paciente espira lentamente. También puede realizarse
utilizando el borde cubital de la mano.
6. La percusión se realiza durante 4 ó 5 minutos.
7. Evitar aplicar los golpes sobre la columna, zona renal, fracturas y otras lesiones
internas o externas (incisiones, tumores, derrames).

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8. Para la vibración, colocar el vibrador sobre la zona para producir la vibración a la
vez que el paciente espira.
9. Si el paciente tose y elimina secreciones proporcionarle un pañuelo o gasa para
retirarlas.
10. Acomodar al paciente y recoger el material.
11. Lavarse las manos, anotar que se ha realizado la técnica, el aspecto de las
secreciones, y las incidencias si las hubiera.

5.4 Drenajes posturales


Esta técnica consiste en una serie de posturas específicas para movilizar las
secreciones bronquiales usando la fuerza de la gravedad. El objetivo es lograr que las
secreciones drenen por acción de la gravedad hacia los bronquios mayores y de estos
a la tráquea hasta conseguir expulsarlos por la tos.
Para realizarlo es preciso colocar al paciente en la posición más adecuada, según
la zona del pulmón que deseemos drenar. Cada posición debe mantenerse durante 3
o 5 minutos.
Después de realizar la técnica se deben proporcionar al paciente pañuelos y
bolsas de papel por si los necesita para retirar las secreciones. Se anota que se ha
realizado la técnica y el aspecto, color y cantidad de los esputos expulsados, así como
la reacción del paciente y las incidencias si las hubiera.
Esta técnica dependiendo de lo congestionado que se encuentre el paciente se
puede realizar entre 2 o 3 veces al día, antes de las comidas y con una duración total
de 30 minutos.
Actualmente se utiliza la posición decúbito lateral y la de sedestación, dado que
la postura Trendelemburg incrementa el trabajo respiratorio y aumente la hipoxia.

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6. OXIGENOTERAPIA
La oxigenoterapia es la administración de oxígeno a los pacientes mediante el
equipo adecuado, a una concentración mayor que la del ambiente, que es del 21%.
Con esta técnica se pretende aumentar la concentración de oxígeno en sangre y en
los tejidos sin producir depresión respiratoria. Se utiliza, sobre todo, cuando el
paciente presenta un cuadro de hipoxia y para aumentar la capacidad respiratoria.
El auxiliar de enfermería colabora con la enfermera en la realización de esta
técnica y vigila al paciente durante su realización, para detectar cambios en su estado,
y comunicárselo a la enfermera. Antes de administrar oxígeno a un paciente
debemos determinar el nivel de los gases en sangre. Para ello se utiliza la gasometría,
prueba que nos indica la cantidad de los gases en sangre arterial, o bien la
pulsioximetría en otras circunstancias. Se realiza antes de iniciar el tratamiento y
durante la realización de este, para verificar la eficacia del mismo.

6.1 Sistemas generales de administración de oxígeno


La central es una fuente general que, mediante tuberías, distribuye el oxígeno
por todos los departamentos y habitaciones del hospital. La toma de oxígeno se sitúa,
en la habitación del paciente, junto con la toma de vacío, sobre la cabecera de la
cama.
Las bombonas o balas de oxígeno son recipientes cilíndricos, de capacidad
variable, que almacenan el gas a una presión mayor que la de la atmósfera. Se utilizan
en atención domiciliaria del paciente o bien en traslados de los pacientes entre
diferentes servicios del hospital. Existen mochilas o bombonas portátiles que permiten
la deambulación.
Los elementos accesorios que se emplean para administrar
correctamente el oxígeno al paciente son:
• Manómetro de presión o manorreductor: mide la presión a la
que se administra el oxígeno desde la bombona. Se mide en
Kg/cm2.
• Caudalímetro o flujómetro: es el dispositivo que permite la
salida del oxígeno. Está graduado e litros/minuto.
• Humidificador: es el recipiente, unido al caudalímetro, lleno de
agua destilada estéril, por el que pasa el oxígeno antes de
llegar al paciente. Su objetivo es humedecer el gas para evitar
irritaciones en las vías respiratorias.

6.2 Dispositivos para la administración de oxígeno


Incluyen todos aquellos dispositivos materiales que sirven para administrar al
paciente el oxígeno pautado por el médico, según sus circunstancias, necesidades y
patologías. Pueden alcanzar diferentes concentraciones de oxígeno.

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Gafas nasales: Es un sistema cómodo para el paciente y fácil
de colocar. Son tubos similares a las sondas, pero se adaptan
a las dos fosas nasales simultáneamente. Se aconseja al
paciente que respire por la nariz, ya que si respira por la boca
diluye la concentración de oxígeno recibida. No molesta a los
ojos y el paciente puede comer y hablar con ellas puestas. Se
utiliza con frecuencia en oxigenoterapia domiciliaria.
Tienen el inconveniente de que no llevan dispositivo para regular la
concentración de oxígeno y resecan las mucosas. Se debe vigilar el estado de las fosas
nasales por si se producen irritaciones y los apoyos en las orejas de los tubos.
Mascarilla: Son dispositivos de plástico transparente que cubren nariz y boca. Regula
la administración de oxígeno entre el 21 y el 50%. Pueden tener dos orificios laterales
para que el oxígeno se mezcle con el aire ambiental.
Se sujeta a la cabeza mediante una goma, y se
adapta a la nariz mediante una banda de aluminio
maleable. Posee un dispositivo que permite ajustar
la concentración del oxígeno. Cuando se utiliza la
mascarilla hay que proteger los labios del paciente
con vaselina, y la nariz y las orejas con gasas, para
evitar que se produzcan lesiones.
También existen las mascarillas con reservorio,
bolsa de plástico adaptada a la mascarilla y gracias
a la cual se pueden obtener concentraciones de oxígeno del 100% (la concentración
de oxígeno atmosférico es de 21%).
Existen mascarillas adaptables al orificio de la traqueotomía.
Sonda nasal: Se administra el oxígeno a través de una sonda nasofaríngea, a una
concentración máxima de 40%. Se introduce por la fosa nasal hasta la Orofaringe y
se fija exteriormente con esparadrapo hipoalergénico.
No se usa mucho pues tiene el inconveniente de que produce irritación nasal, y
distensión abdominal, al introducir oxígeno en el estómago.
Tienda de oxígeno: Son tiendas de plástico transparente tendido de un soporte
metálico. Se usa especialmente en el servicio de pediatría, a niños que resulta
incómodo o difícil colocarles otro dispositivo, y a aquellos pacientes muy inquietos que
no toleran otras formas de administración de oxígeno. Pueden cubrir total o
parcialmente al paciente.
Permite regular el flujo, la concentración, la temperatura y la humedad del
oxígeno administrado.

6.3 Precauciones al administrar oxígeno


• Observar al paciente y valorar su estado cuando se inicia el tratamiento, y siempre
que se modifique la pauta de administración. Vigilar: coloración de la piel,
sudoración, alteraciones de la conciencia, ansiedad. Informar de los mismos.

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• Avisar al paciente que el oxígeno daña los ojos e indicarle que nos avise si sufre
alguna molestia. Proteger los ojos si el paciente está inconsciente.
• Humedecer la boca y las fosas nasales del paciente.
• Vigilar y almohadillar los puntos de apoyo de los distintos dispositivos.
• Revisar las conexiones y mantenerlas limpias. Vigilar si hay fugas.
• Comprobar el estado de los aparatos eléctricos cercanos.
• No utilizar productos inflamables o volátiles para la limpieza del sistema, tales como
aceites, alcohol, etc.
• Evitar materiales que generan electricidad estática (mantas de lana o tejidos
sintéticos).
• Conocer la localización de los extintores y aprender a usarlos.
• No fumar cerca de la fuente de oxígeno (muy importante en la oxigenoterapia
domiciliaria).
• Las balas o bombonas se colocan verticalmente o siempre sobre un portabotellas.
• Comprobar la capacidad restante de las bombonas.

7. VENTILACIÓN MECÁNICA
Consiste en el empleo de un ventilador o respirador mecánico para mantener la
función respiratoria del paciente por un espacio prolongado de tiempo. Es un proceso
de sustitución temporal de la función respiratoria.
Está indicada en los siguientes pacientes:
• Pacientes con insuficiencia respiratoria.
• Pacientes con alteración de los músculos respiratorios e incluso parálisis de los
mismos.
• En operaciones con anestesia general.
• Estados de coma.

Las funciones del auxiliar de enfermería en ventiloterapia son:


• Preparar y reponer todo el material indicado en cada caso.
• Mantener limpias y desinfectadas las conexiones, tubulares y respiradores.
• Si es necesario el uso del humidificador, comprobar el nivel del agua estéril.
• Colaborar en la aspiración de las secreciones y realizar la higiene oral de los
pacientes intubados.
• Si el paciente está consciente, ayudarle a comprender la necesidad de colaborar
en esta técnica.

7.1 Métodos de ventilación mecánica


Ventilación manual con balón autoinflable (Ambú®): Es un mecanismo que
permite la respiración artificial. Aplicando una mascarilla a la cara del paciente, para
que al presionar con el Ambú®, el aire expulsado por este dispositivo se introduzca
en la vía respiratoria. Esto se consigue ya que el balón, por medio de una serie de
válvulas permite el paso del aire insuflado en dirección al paciente solamente, con lo

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que se consigue una presión positiva superior a la presión intrapulmonar, que permite
que el aire se desplace en dirección a los pulmones.
El aire procedente de la espiración del paciente se elimina a través de otra
válvula unidireccional, por la parte superior del Ambú®, sin tener que retirar la
mascarilla de la cara del paciente, permitiendo volver a realizar la siguiente respiración
sin perder el tiempo.
Ventilación mecánica: Se realiza con ventiladores o respiradores. Estos aparatos
suplen o sustituyen el proceso de la respiración. Permiten controlar el volumen de
aire, la concentración de oxígeno, la presión a la que se introduce el aire, la humedad,
la temperatura…. Disponen de un sistema de alarmas que permiten su manejo seguro.
Con cualquiera de los respiradores puede conseguirse una respiración asistida
(se ayuda al paciente a respirar), controlada (el aparato controla totalmente la función
respiratoria del paciente), intermitente, a demanda, etc.

Tipos de respiradores:
• Respiradores de presión o manométricos: En estos aparatos se regula la presión
de insuflación, que se prefija. Una vez alcanzada la presión deseada, el tiempo de
insuflación se interrumpe, lo que permite la espiración espontanea.
• Respiradores de volumen o volumétricos: En ellos se puede regular la frecuencia
respiratoria por minuto, el volumen corriente, la concentración de oxígeno, la
relación entre la inspiración/espiración…Son aparatos más complejos y precisos.
Necesitan que el paciente esté intubado. Se utilizan en tratamientos largos.
Cuentan con alarmas visuales y acústicas.
• Respiradores que actúan por ciclos de tiempo: Similares a los volumétricos, regulan
todos los tiempos del ciclo respiratorio: inspiración, pausa y espiración.

7.2 Cuidados del paciente conectado a un respirador


La conexión del paciente al respirador la realiza el médico, ayudado por el equipo
de enfermería. El auxiliar de enfermería colaborará en los siguientes procedimientos
siempre que se requiera su ayuda.
• En la higiene diaria del paciente se debe prestar especial atención a la limpieza de
la boca y de los ojos.
• Prevenir úlceras por presión, tanto en los puntos de apoyo corporales como en los
puntos de apoyo de los diferentes dispositivos.
• Evitar maniobras bruscas que puedan ocasionar la desconexión del paciente de la
máquina.
• Realizar técnicas de fisioterapia respiratoria, para mantener en el mejor estado
posible el aparato respiratorio.
• Cuidados de la traqueotomía y de la cánula de traqueotomía.
• Deben cambiarse a diario los tubos, filtros y el humidificador del respirador.
• Control de los gases arteriales.

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• Estos pacientes requieren apoyo emocional y psicológico, así como el aprendizaje
de técnicas de comunicación, para evitar el aislamiento.
• Vigilar la aparición de signos acústicos o luminosos de las alarmas, avisando al
personal de enfermería.

8. TÉCNICAS ESPECIALES
Aspiración de secreciones: Consiste en la eliminación de las secreciones
nasofaríngeas, bucofaríngeas y endotraqueales del enfermo, mediante la introducción
de una sonda de aspiración a través de la nariz, boca o tubo endotraqueal en el aparato
respiratorio. Se realiza para mantener abierta la vía aérea.
La sonda se conecta a un sistema de aspiración por vacío, que puede ser central
(ubicado en la pared de la habitación) o móvil. Siempre se deben mantener las
máximas condiciones de asepsia durante toda la realización de la técnica.
La aspiración puede ser de forma continua o intermitente.
Debe de realizarse con una determinada frecuencia, y siempre que:
• El paciente esté intubado o tenga una cánula de traqueotomía.
• El paciente tenga secreciones que le supongan una dificultad respiratoria.
• Sea necesaria la obtención de muestras de secreciones para analizarlas con fines
diagnósticos.
Protocolo de aspiración de las secreciones
Material
• Sondas de aspiración
• Sistema de aspiración (vacío), portátil o central
• Bolsa de recolección de las secreciones. Debe ser transparente y estar calibrada,
para poder observar y medir las secreciones
• Conexiones en” T” o en “Y”
• Solución antiséptica
• Lubricante hidrosoluble, suero fisiológico, jeringas de 5 o 10ml
• Guantes desechables estériles
• Gasas estériles
• Protector de cama
• Contenedor para eliminar el material usado
• Ambú®

Protocolo
1. Preparar el equipo. Comprobar su funcionamiento.
2. Preparar el resto del material, cerca de la cama del paciente, para evitar
desplazamientos y pérdidas de tiempo.
3. Si el paciente está consciente, explicarle el procedimiento y pedirle su colaboración.
4. Colocar la cama en posición de Fowler.

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5. Lavarse las manos y ponerse los guantes. La enfermera permanecerá estéril
durante toda la técnica. Será el auxiliar de enfermería quien le proporcione el
material necesario en cada paso del proceso.
6. Conectar la sonda al aspirador, lubricarla e introducirla por la boca, por la nariz, a
través del tubo endotraqueal o por el orificio de la traqueotomía. Se introduce
siempre sin aspirar y se extrae aspirando lentamente. Girar la sonda al retirarla,
para evitar lesiones en la mucosa respiratoria. La aspiración no debe durar más de
10 segundos.
7. Si es necesario repetir la aspiración endotraqueal, siempre hay que utilizar una
sonda nueva. Si la aspiración es de secreciones orofaríngeas, bastará con limpiar
la sonda aspirando agua con antiséptico.
8. Enrollar la sonda en una mano enguantada y quitarse el guante con ella.
9. Apagar el vacío, acomodar al paciente, recoger el material.
10. Cambiar las botellas de recogida de secreciones, los tubos y conexiones que lo
precisen, y dejar el equipo de aspiración preparado y desinfectado para la siguiente
aspiración.
11. Lavarse las manos, registrar el procedimiento, las características de las
secreciones aspiradas, y las incidencias si las hubiera.

Traqueotomía: La traqueotomía es un procedimiento terapéutico-quirúrgico.


Consiste en la realización de una ostomía entre la tráquea y el exterior, sustituyendo
la vía aérea superior y creando así una vía aérea artificial. Una vez realizada se
introduce una cánula de traqueotomía, que se conectará al equipo de ventilación. Se
realiza en el quirófano, salvo en casos de urgencia, en los que se puede llevar a cabo
en la cama del paciente.
La cánula de traqueotomía consta de dos partes: de un maco y una hembra, y
se fija con una cinta o gasa alrededor del cuello.
Está indicada en:
• Pacientes intubados de larga duración.
• Pacientes con traumatismos severos en cara y cuello.
• Obstrucción de la vía aérea superior.
En los pacientes traqueostomizados las funciones de humidificación, calentamiento
y limpieza del aire inspirado están anulados, por lo que es necesario adoptar medidas
para compensar estas funciones:
• Uso de filtros para prevenir la entrada de partículas en el árbol respiratorio.
• Uso de humidificadores para prevenir la sequedad e irritación de las mucosas
respiratorias.

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VOCABULARIO

• Adenoides • Gasometría
• Afonía • Hemoptisis
• Agudo • Hidrorrea
• Alveolo • Hilio
• Ambú ® • Hipercapnia
• Amígdala • Hipoxia
• Anorexia • Humidificador
• Anosmia • Inflamación
• Anoxia • Inspiración
• Asfixia • Jadeo
• Asma • Laringitis
• Aspiración • Manómetro
• Astenia • Mediastino
• Bronquitis • Membrana serosa
• Cánula • Moco
• Carboxihemoglobina • Mucosa
• Caudalímetro • Neumonía
• Cianosis • Obnubilación
• Cilio • Ortopnea
• Clapping • Ostomía
• Coma • Oxígeno
• Crónico • Oxihemoglobina
• Diafragma • Pituitaria
• Disfagia • Pleura
• Disnea • Neumotórax
• Distensión • Pulsioximetría
• Difusión pasiva • Purulento
• Dióxido de carbono • Rinitis
• Edema • Roncus
• Epiglotis • Secreción
• Espacio virtual • Sibilancias
• Espasmo • Sinusitis
• Espiración • Tiraje
• Espirometría • Tos
• Esputo • Traqueotomía
• Estornudo • Úlcera
• Eupnea • Ventilación
• Faringitis
• Fiebre o hipertermia
• Filtro
• Frecuencia respiratoria

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