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La “Guerra Sucia” antes

de la “guerra sucia”
7 de julio de 1952

70 años de la Masacre
de henriquistas en la Alameda

 
Edición: agosto de 2022

©Comisión Nacional de los Derechos Humanos


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Las fotos incluidas en esta publicación pertenecen al


Archivo General de la Nación, a excepción de aquellas
que tienen su crédito correspondiente.
CONTENIDO
4
¿Violencia política de Estado o
“Guerra Sucia”?

La semilla de la “Guerra Sucia” 8


Derechos humanos vulnerados 22
Sabías que… 30
Aliados y opositores 37

43
Defensa del enemigo externo…
pero ¿y el interno?

En palabras de… 53
La exposición fotográfica de los 70 años 59

67
Quiénes estuvieron involucrados
en la matanza de la Alameda

Línea de la violencia del 7 de julio de 1952 70


L
a mayoría de los historiadores que se han dedicado en los últimos años a
estudiar la violencia ejercida por el gobierno mexicano hacia sus disiden-
tes políticos, se han centrado en temporalidades que van desde 1960 has-
ta mediados de 1980, especialmente en la década de los setenta.

Muchos han utilizado la categoría de “Guerra Sucia” para denominar al periodo. Un


término que surgió en la historiografía latinoamericana para estudiar a los regíme-
nes de los Estados militaristas o autoritarios que durante los años de 1964 a 1985
gobernaron en países como Argentina, Chile, México, Brasil, Paraguay y Uruguay,1
aunque pronto la misma historiografía latinoamericana desecharía “Guerra Sucia”
para utilizar la categoría de “Terror de Estado”, que permitía acercarse a los proce-
sos históricos con más fidelidad.

México, a diferencia de países como Argentina y Guatemala, lleva un atraso signifi-


cativo, tanto en los procesos académicos como de justicia o reparación, cuando se
trata de violaciones graves a los derechos humanos, lo que ha constiuido un obstá-
culo para la creación de un marco conceptual propio que nombre los procesos que
se han vivido en el país.

Lamentablemente, también ha cercenado y fragmentado la historia de la represión


del país, con ayuda de la amnesia colectiva que el mismo régimen ha procurado a
través de su hegemonía: los medios de comunicación, los sistemas de educación,
la misma represión y hasta destruyendo, para su beneficio, acervos documentales
fundamentales para entender la magnitud y extensión de la violencia política en
México.

Como consecuencia de nuestra memoria cercenada, hemos sido espectadores de


la revictimización de las víctimas de dicha violencia, de la desmemoria frente a pro-
yectos alternativos de nación, del olvido de los actores, entre otras muestras de ne-

1 Adela Cedillo y Fernando Herrera, Challenging Authoritarianism in Mexico, Revolutionary Struggles and
the Dirty War 1964-1982, Estados Unidos, Routledge, 2012.

5
gligencia política, además de la permanencia de un pacto de silencio e
impunidad que ha impedido el castigo de los perpetradores.

Por sus peculiaridades, el caso de México es difícil de incorporar a la ló-


gica de la represión del conjunto latinoamericano. En nuestro país, la
persecución de disidentes políticos sucedió bajo un régimen de partido
hegemónico, de un partido único, heredero de una revolución que, al ins-
titucionalizarse, dejó incumplidas las demandas centrales que le dieron
razón de ser, sobre todo la de Sufragio Efectivo. Ante esta especificidad,
tener como eje en las investigaciones categorías como “Guerra Sucia” y
otras utilizadas en Latinoamérica, impide ver los hechos históricos en toda
su extensión: “las formas específicas: técnicas y tecnologías de la violencia
política, también hablan de quien las ocupa, nos hablan del poder que las
implementa”.2

…es tan importante que el análisis de la violencia política en


México se realice estudiando las características sistemáticas
y la operatividad misma de la violencia política que el Esta-
do mexicano ejerció contra sus opositores, y las verdaderas
causas que la animaron.

Por esta razón, para la Oficina Especial para Investigar Represión y Desa-
pariciones Forzadas por Violencia Política del Estado durante el pasado
reciente, de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), es
tan importante que el análisis de la violencia política en México se realice
estudiando las características sistemáticas y la operatividad misma de la
violencia política que el Estado mexicano ejerció contra sus opositores, y
las verdaderas causas que la animaron. Algo, por cierto, a lo que no abo-
naron las investigaciones de la Fiscalía Especial de los Movimientos Socia-
les y Políticos del Pasado (FEMOSPP). En todo caso, el debate sobre cómo
denominar esa estrategia política de larga duración, como parte funda-
mental de las distintas administraciones del siglo XX mexicano, se tiene
que dar no solo como una necesidad histórica, sino como un imperativo

2 Camilo Vicente Ovalle, “Una violencia que no quiere decir su nombre”, Tesis de maestría, Fa-
cultad de Filosofía y Letras de la UNAM, 2013, p. 14, en Informe sobre la Violencia Politica de
Estado en México Marco Histórico Objeto de las Investigaciones de la Oficina Especial para
Investigar la Represión y Desapariciones Forzadas por Violencia Política del Estado Durante
el Pasado Reciente (1951-2016), Junio de 2021.

6
de justicia y reparación, así como para entender de qué manera superar
la lógica de la violencia política desde el Estado, que no ha sido del todo
erradicada.

La Oficina Especial ha ido siguiendo las huellas de la violencia política que


ejerció el Estado mexicano de 1970 a 1980, periodo en el que existe con-
senso sobre las graves violaciones a derechos humanos perpetradas por
un aparato represivo y coordinado desde el Estado que puede rastrearse
por lo menos, hasta el 7 de julio de 1952, día en que se perpetró, por par-
te de las fuerzas de seguridad del Estado, una masacre contra opositores
políticos, simpatizantes henriquistas en la Alameda Central de la Ciudad
de México. Los alcances sangrientos de este hecho, que ha sido olvidado y
evadido por la historiografía mexicana, podrían alcanzar las mismas cifras
del 2 de octubre de 1968.

Los alcances sangrientos de este hecho, que ha sido


olvidado y evadido por la historiografía mexicana, po-
drían alcanzar las mismas cifras del 2 de octubre de
1968

7
E
l 7 de julio de 1952 es una de las fechas más sombrías y olvi-
dadas en la historia de México. ¿La razón? Aquel trágico día,
en el marco de la campaña presidencial que henriquistas y
jaramillistas impulsaban, por la vía institucional, sus legítimas de-
mandas a elecciones libres y transparentes, éstas se vieron frustra-
das. El programa de la Federación de Partidos del Pueblo Mexicano
(FPPM), plasmado en la candidatura de Miguel Henríquez Guzmán,
incluía demandas que implicaban la transformación del sistema
político imperante y la vigencia plena de los derechos humanos en
México. Desde hace 70 años proponía no solamente los ejercicios
de la democracia formal, sino también de la democracia participa-
tiva, como lo son la consulta popular, el referéndum y la revocación
de mandato. Sin embargo, todo cambió cuando el Estado presi-
dencial efectuó uno de los hechos más brutales, al reprimir una
manifestación pacífica en oposición al resultado de la elección pre-
sidencial del periodo de 1952-1958, donde se le otorgaba el triunfo a
Adolfo Ruiz Cortines.

“Fue bestial. Mataron a muchos. Se decía que el avión del


presidente estaba listo porque él creyó que ahí se desa-
taba algo más. Siempre tuvieron temor de que el general
Henríquez Guzmán se alzara en armas. Pero nunca hubo
armas”

Carlos Montemayor

Activista, escritor, periodista

Los manifestantes sabían con certeza que su candidato, el general


Miguel Henríquez Guzmán, de la Federación de Partidos del Pue-
blo Mexicano (FPPM), había resultado ganador. Los partidarios de
Guzmán se reunieron para celebrar su verdadero triunfo, pero el
evento familiar pronto se convirtió en una tragedia. Este hecho re-
veló la violencia al derecho de la vida, libre elección, manifesta-
ción, reunión, siendo víctimas de detenciones arbitrarias, torturas,
tratos crueles, inhumanos y degradantes, ejecuciones extrajudi-
ciales y desapariciones forzadas por parte del gobierno de Miguel

9
Alemán Valdés, y luego de los gobiernos
de Adolfo Ruiz Cortines y Adolfo López
Mateos.

Ese día, a Henríquez le privaron de su de-


recho a ser elegido democráticamente
por la sociedad, iniciando el periodo de
la Violencia Política de Estado, conocida
como “Guerra Sucia”, evento que debe
resguardase en la memoria histórica de
los y las mexicanas.

Todo comenzó un día antes, el 6 de julio


de 1952, cuando los mexicanos votaron
por un cambio que permitiera reivindi-
car el ideario revolucionario y del car-
denismo, liderado por el general Miguel
Henríquez Guzmán, quien consolidó
su trayectoria militar dentro de las filas
constitucionalistas y, al final de la Revo-
lución, en las del Ejército Mexicano, so-
bre todo bajo la presidencia de Lázaro
Cárdenas, quien lo apoyó y le brindó su
confianza.

Henríquez Guzmán lanzó su candidatu-


Miguel Henríquez Guzmán ra en dos ocasiones. La primera fue en
1945, como representante del antecedente del Partido Revolucio-
nario Institucional (PRI). En 1945 Henríquez Guzmán contaba con el
respaldo de Cárdenas y de buena parte de los miembros del Par-
tido de la Revolución Mexicana (PRM). Sin embargo, el presidente
Manuel Ávila Camacho prefirió apoyar al secretario de Goberna-
ción, Miguel Alemán Valdés, quien resultó ganador al concluir esa
jornada electoral. A pesar de no competir a nivel presidencial, Hen-
ríquez Guzmán y sus seguidores, los henriquistas, no se dieron por
vencidos y se reorganizaron para las siguientes elecciones: las de
1952.

Durante el gobierno de Miguel Alemán, México cambió. El descontento popular


llegó a ser general, pues aquél prefirió favorecer el desarrollo de grandes empresas
nacionales y extranjeras que a la gente. La pobreza se volvió una constante, pero la
memoria de la Revolución y el cardenismo aguijonearon el sentir de la mayoría a
favor de un cambio reivindicador de aquellos ideales.1

1 https://bit.ly/3Rd9S8p

10
A finales de 1950 surgió una nueva alianza campesina, independien-
te y contestataria de la Confederación Nacional Campesina (CNC),
para ese entonces infiltrada por el gobierno alemanista y la corrup-
ción. Se llamaba Unión de Federaciones Campesinas de México
(UFCM) y fue la que respaldó la candidatura de Henríquez. Desde
el inicio, el Estado –a través de sus ramales de seguridad y autori-
dad– intentó desintegrar la organización con todo tipo de mecanis-
mos de violencia y corrupción, pero ésta se mantuvo. El 4 de junio
de 1951 obtuvo su registro como partido político, bajo el nombre de
Federación de Partidos del Pueblo Mexicano (FPPM). Con 43 mil
403 afiliados de 28 estados, había logrado integrar personas y gru-
pos de orígenes e intereses políticos y sociales antagónicos, aliados
por un sentimiento en común: la recuperación y puesta en prácti-
ca del ideario revolucionario como principio rector de México, única
forma de terminar con la corrupción del Estado y recuperar la dig-
nidad y la calidad de vida. Además, entre las propuestas del FPPM
estaban también la igualdad de derechos para la mujer, la preocu-
pación y atención a los migrantes y la moralización de los funciona-
rios públicos.

11
El Gral. Henríquez en las calles del centro histórico, el 7 de julio de 1952.

Miguel Henríquez Guzmán inició formalmente su campaña pre-


sidencial el 19 de agosto de 1951 y comenzó a recorrer el país,
visitando los poblados para escuchar a la gente y sus plantea-
mientos, en una estrategia que aprendió de Cárdenas. La cam-
paña fue turbulenta, pues sus enemigos no perdieron ocasión
para violentar a sus compañeros o amedrentar a sus seguido-
res, como sucedió el 5 de junio de 1952 en Juchitán, Oaxaca.2
Desde entonces, comenzaron una serie de prácticas por parte del
gobierno para reprimir el derecho a la libre reunión.

Las elecciones tuvieron lugar el 6 de julio de 1952 y, pese a la procla-


ma oficial de garantizar unas elecciones limpias, durante el proceso
se presentaron irregularidades y violencia. Antes de dar a conocer
las cifras finales, los periódicos aclamaron como triunfador al candi-
dato oficial del PRI, Adolfo Ruiz Cortines. Así que al día siguiente, el
7 de julio de 1952, se programó una reunión a las 19:00 para congre-
gar a los miembros y seguidores de la FPPM en la Alameda Central
de la Ciudad de México y llevar a cabo el evento nombrado Fiesta
de la Victoria. La convocatoria apareció publicada en los periódi-
cos Excélsior y La Prensa. A pesar de que asistieron cerca de 200
mil personas, se trataba de un evento pacífico de militantes. Mien-

2 https://https://bit.ly/3zHJdtw

12
tras llegaban al punto de reunión, los henriquistas gritaban “¡Fraude
electoral!” Su reclamo tenía origen en el robo de urnas y en la viola-
ción de su derecho a ejercer el voto libre.

Ante la magnitud del evento, el coronel Joaquín Foullon, jefe del


Servicio Secreto, acompañado de su primer comandante, Fran-
cisco F. Quezada, desplegó un cerco de 200 policías armados con
carabinas. Entre ellos destacaban elementos de la Policía Secre-
ta, de la Jefatura de Policía, la Policía Montada, liderada por Sil-
vano Sánchez, así como la presencia de la Brigada Motorizada, a
cargo del General Federico Amaya. También se encontraba el co-
mandante Ángel Noguera con un grupo de granaderos y agentes
del Servicio Secreto y de la Dirección Federal de Seguridad (DFS).3

Por esta razón existía una gran tensión en el ambiente. Solo falta-
ba el detonante para que se encendieran los ánimos: la señal llegó
en un abrir y cerrar de ojos: de pronto, un infiltrado con gabardina
clara disparó desde la parte superior del edificio del Partido Cons-
titucionalista al jefe de Granaderos Alberto Uribe Chaparro, quien
sufrió un roce de bala en su casco y vio sangre brotando de su ca-
beza. A partir de ese momento las fuerzas armadas comenzaron a
disparar y a golpear con sus sables contra los congregados, además

3 https://bit.ly/3aoyf2w p. 33

13
de lanzar gases lacrimógenos, obligándolos a dispersarse en dife-
rentes direcciones.

La dimensión del caos era enorme: mujeres, hombres y estudian-


tes huían en distintas direcciones; mientras que otros simpatizan-
tes hacían lo posible por defenderse de sus agresores con palos y
piedras.4 El ataque duró varias horas.

Al tiempo que aparecían los heridos, los camilleros de la Cruz Roja


y de la Cruz Verde los colocaron en ambulancias, mientras que los
fallecidos eran trasladados al callejón de García Lorca, donde eran
recogidos por elementos de Sanidad Militar.5 La estrategia represi-
va había estado planeada y organizada con antelación, específica-
mente por el general Santiago Piña.

Se estima que poco más de 200 personas fallecieron. Sus cuerpos


fueron incinerados en secreto por el gobierno en el Campo Militar
No 1.6 Pero la represión no se detuvo, sino que continó durante los
siguientes días con desapariciones forzadas y detenciones arbitra-
rias a familiares y simpatizantes del general Henríquez. Incluso dos
días después, el 9 de julio, se presentó una manifestación silencio-
sa hacia la Plaza de la Constitución, en la que se reunieron un millar
de madres que buscaban respuesta ante la desaparición de sus hi-
jos. Antes de que llegaran a su destino, el Ejército disolvió la mani-
festación y los periódicos negaron que hubiera existido.

Durante este periodo se violentaron gravemente los derechos de


libre reunión y de manifestación. Asimismo, los medios aliados del
gobierno elaboraron un discurso revictimizante, alegando que los
elementos policiacos habían actuado en “defensa propia” ante las
provocaciones de los henriquistas. El 15 de julio de 1952, esa afirma-
ción fue respondida por una nota del Heraldo del Pueblo que enun-
ciaba lo siguiente: “El pueblo fue agredido por la policía montada y
armada... los motines que se sucedieron en distintos rumbos de la
ciudad fueron ocasionados por la propia policía.”7

En varios medios se omitieron los detalles de la represión. La des-


información fue tal, que los diferentes periódicos publicaron cifras

4 INFORME ESPECIAL SOBRE LA VIOLACIÓN DEL DERECHO A LA DE-


MOCRACIA DEL PUEBLO, Y LA REPRESIÓN DE LOS DERECHOS DE
REUNIÓN Y ASOCIACIÓN POR EL ESTADO MEXICANO (1951-1965), dis-
ponible en: https://bit.ly/3PMNUb4
5 Ibid.
6 Ibid., 96
7 https://bit.ly/3OSNGik

14
Imagen: El choque entre las autoridades y los simpatizantes de Miguel Henríquez
Guzmán se dio luego de que un infiltrado disparara contra el jefe de granaderos.
Disponible en: https://bit.ly/3asgJKx

equivocadas y contradictorias, negando lo ocurrido y culpando a los ciuda-


danos. Años más tarde, el 11 de octubre de 1972, el escritor mexicano Car-
los Monsiváis recordaría aquel trágico episodio en un artículo publicado en
la revista Siempre!, señalando el 7 de julio como “uno de los hechos menos
documentados y más obscurecidos de nuestra historia”.8

8 https://bit.ly/3yelijC

15
¿Cómo era posible que una represión
tan violenta se perpetrara en México?

La justificación se encontraba en el artículo 145 del Código Penal


para el Distrito Federal en Materia del Fuero Común aplicable para
todo el país, que enunciaba lo siguiente:

“Se aplicará prisión de dos a seis años al extranjero o nacional


mexicano que realice propaganda política entre extranjeros o
entre nacionales mexicanos, difundiendo ideas, programas o
normas de acción de cualquier gobierno extranjero, que per-
turbe el orden público o afecte la soberanía del Estado Mexi-
cano.”

Por tales motivos la Policía o Ejército debía “proteger” la soberanía


nacional a cualquier costo, lo que incluía “contener a todos aque-
llos líderes y movimientos que se opusieran a las decisiones guber-
namentales”. 9

9 https://bit.ly/3yl8FTN p. 15

16
La semilla de la opresión se encontraba dentro del sistema político mexicano. Con
el paso de los años aumentaron los casos de represión.

Por esta razón, el 12 de diciembre de 1954 se publicó en el Heraldo del Pueblo un comu-
nicado de advertencia por la violación de derechos humanos: “¿Permanecerá el pueblo
indiferente? Los golpes totalitarios en contra de los derechos humanos también a ti te
tocan. ¡Alerta, pueblo mexicano, alerta! ¡Están asesinando a la libertad de México!”10

De esta manera, en México se instauró un nuevo sistema de gobierno apoyado por la


Guerra Sucia, como una serie de mecanismos y tácticas de represión que el Estado ejer-
ció sobre sus enemigos políticos.

En 1975, Octavio Rodríguez Araujo dijo en su artículo El henriquismo: última disi-


dencia política organizada en México: “Para el bloque en el poder, y particularmen-
te para la élite política, el henriquismo fue expresión de una crisis en su hegemonía;
crisis que no debía evidenciarse y que, por lo mismo, habría de ser evitada en el futu-
ro. Fue una experiencia bien asimilada. Nunca más, hasta ahora, la élite política per-
mitiría resurgimientos organizados de oposición disidente”.11

La Masacre en la Alameda, como se le conoce a la matanza de henriquistas del 7 de ju-


lio de 1952, constituyó la punta de lanza. Fue la primera vez que se registró en nuestro
país la desaparición de cuerpos de ciudadanas y ciudadanos asesinados por las fuer-
zas del Estado e incinerados en secreto en el Campo Militar No. 1. Este acontecimiento
inauguró los mecanismos que poco a poco se irían perfeccionando hasta alcanzar su
punto cumbre, más documentado, en la matanza de Tlatelolco, el 2 de octubre de 1968.

Imagen: Oficinas del Partido Constitucionalista

10 https://bit.ly/3PMNUb4
11 https://bit.ly/3P5iXyR

17
Conoce el programa de la campaña henriquista
y por qué sus seguidores hace 70 años estaban
seguros de que el pueblo había elegido a su
candidato: el general Miguel Henríquez Guzmán

El programa de la Federación de Partidos del Pueblo mexicano se oponía al


ideario del gobierno de Miguel Alemán, por lo cual se convirtió en el enemi-
go interior a vencer. Las ideas tuvieron arraigo en distintos estratos de la so-
ciedad mexicana.

18
PROGRAMA HENRIQUISTA PROGRAMA ALEMANISTA

Integra prácticamente a toda la Somete y desmiembra a los sindicatos de


izquierda: a los grupos obreros diversas industrias, elimina a la izquierda
y campesinos, a organizaciones de los órganos dirigentes centrales,
estudiantiles, de mujeres, de clases impide la existencia de una oposición
medias y a una buena parte del Ejército. y emplea políticas para controlar a los
medios de comunicación.

Toma una postura en contra de la Implementa reformas constitucionales


corrupción y el imperialismo. Asume contradictorias a la Constitución de
la defensa de la Constitución de 1917. 1917. Se aleja de la política social de
Favorece la reforma agraria y protege la Revolución Mexicana y condena al
los derechos obreros y la democracia cardenismo para darle legitimidad al
como reivindicación del cardenismo y nuevo modelo.12
la Revolución Mexicana. Consignación
de los funcionarios ilícitamente
enriquecidos.

Plantea una reforma militar profunda, Con énfasis en una doctrina de


que incluía la posibilidad de seguridad nacional utiliza técnicas para
“reconocerles el derecho de hacer aplacar las amenazas internas contra
representaciones respetuosas, dentro todo aquel que se oponga al poder
de la ley, cuando estimen que las político central y local. Utiliza al Ejército
órdenes de sus superiores jerárquicos como partícipe y ejecutor de acciones
son contrarias a la Constitución, a la de represión en contra del pueblo y
lealtad a la patria o· al honor militar”, convierte al Estado Mayor Presidencial
la organización de la Guardia Nacional en una guardia pretoriana al servicio del
y la desaparición del Estado Mayor Presidente en turno.
Presidencial, como una forma de
contener el militarismo.

12 https://bit.ly/3v0Qp18 p. 32-40

19
PROGRAMA HENRIQUISTA PROGRAMA ALEMANISTA

Hace énfasis en una política exterior Aprovecha las presiones y la polarización


independiente, en la prohibición del mundo durante la Guerra Fría. Se
de inversiones extranjeras y en alinea en favor de Estados Unidos.
la reivindicación del artículo 27 Reforma el artículo 27 constitucional,
constitucional para limitar la propiedad autorizando a gobiernos extranjeros
privada, así como en la adopción de adquirir bienes inmuebles. 13
una política de nacionalizaciones y de
ampliación de la Reforma Agraria.

Respeto al espíritu del artículo 123, garantía Da marcha atrás a la expropiación petrolera.
de integridad de los derechos obreros, Abandona el proyecto de autosuficiencia
especialmente el de huelga, el de la libre nacionalista por un modelo económico
designación de sus directivos y cuantos basado en el liberalismo.
correspondan para mantener inviolada
la autonomía sindical. Extensión del
beneficio del seguro social a los campesinos,
trabajadores del Estado y miembros de
las Fuerzas Armadas. Celosa vigilancia
de México para proteger a nuestros
connacionales en el país del Norte.

Expedición de una ley electoral que En 1946, el PRM se convirtió en el


impida al gobierno hacer y decidir las PRI, para conservar la hegemonía
elecciones. Igualdad de trato a todos los gubernamental en el país.
partidos políticos y, por consiguiente,
desaparición definitiva del partido oficial.

Voto a la mujer. Vigencia de las garantías En 1947, se realizó una reforma


individuales y los derechos sociales, constitucional al Artículo 115 de la
garantía plena de la libertad de reunión Constitución, para conceder a las
y fin de la persecución de líderes mujeres el derecho de votar en las
sociales. Libertad inmediata a todos los elecciones municipales.
prisioneros políticos. Eliminación del
llamado delito de disolución social.

13 https://bit.ly/3cq2A1k p. 3-4

20
PROGRAMA HENRIQUISTA PROGRAMA ALEMANISTA

Revisión de las concesiones otorgadas Promover una campaña para


a empresas nacionales o extranjeras atraer el capital externo, sobre todo
que exploten recursos del país, estadounidense, en la industria petrolera,
especialmente en lo que respecta al aunque con intervención marginal.
petróleo, minería y energía eléctrica.
No aceptar ningún convenio o pacto
internacional sin informar previamente a
la nación, a fin de conocer el sentir de la
opinión pública y obrar en consecuencia.

Imagen: Miguel Henríquez Guzmán leyendo su programa, en la Glorieta Colón el


29 de julio de 1951.

21
22
¿Qué son los derechos humanos?

L
os Derechos Humanos son normas que reconocen y protegen la
dignidad de todos los seres humanos. Son indispensables para
el desarrollo integral de la persona y se encuentran establecidos
dentro del orden jurídico nacional, en nuestra Constitución Política, en
los tratados internacionales y en las leyes.

Los derechos humanos son derechos inherentes, es decir, inseparables a


todos los seres humanos, sin distinción alguna por el origen étnico o nacio-
nal, género, edad, discapacidades, condición social, condiciones de salud,
religión, opiniones, preferencias sexuales, estado civil o cualquier otra que
atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menosca-
bar los derechos y libertades de las personas. Todos y todas tenemos los
mismos derechos humanos, sin discriminación alguna. Los derechos hu-
manos implican universalidad,1 interdependencia,2 indivisibilidad3 y pro-
gresividad.4

El respeto hacia los derechos humanos de cada persona es un


deber de todas y todos. De igual forma, todas las autoridades
en el ámbito de sus competencias tienen la obligación de
promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos
consignados en favor del individuo.

1 Universalidad. Todas las personas son titulares de todos los derechos humanos.
2 Interdependencia. Consiste en que cada uno de los derechos humanos se encuentran liga-
dos unos a otros. El avance de uno facilita el avance de los demás. De la misma manera, la pri-
vación de un derecho afecta negativamente a los demás.
3 Indivisibilidad: Implica que los derechos humanos no pueden ser fragmentados. El avance
de uno facilita el avance de los demás. De la misma manera, la privación de un derecho afecta
negativamente a los demás.
4 Progresividad: Constituye una obligación del Estado para asegurar el progreso en el desarro-
llo constructivo de los derechos humanos y prohíbe el retroceso.

23
Durante el periodo de Violencia Política de Estado nunca fue así. El informe
presentado por la Fiscalía Especial de Movimientos Sociales y Políticos del
Pasado (FEMOSPP) analizó los hechos violentos relacionados con el surgi-
miento y caída de las estructuras político-militares o “guerrillas” desde fi-
nales de 1960 hasta mediados de 1980, con especial minuciosidad para la
década de 1970. No obstante, los actos de violencia política ejecutados por
el Estado mexicano no iniciaron en el periodo mencionado, ya que se trata
de un proceso histórico que nos proyecta al menos hasta los hechos ocurri-
dos el 7 de julio de 1952, día en que se perpetró por parte de las fuerzas de se-
guridad del Estado una masacre contra simpatizantes henriquistas que se
manifestaban en la Alameda Central de la Ciudad de México, cuyos alcances
sangrientos han sido olvidados y evadidos por la historiografía mexicana.

El asesinato, las detenciones arbitrarias, la tortura, la persecución de gru-


po fundada en motivos políticos, la desaparición forzada y la desaparición
forzada transitoria de personas, se encuentran entre los actos establecidos
como crímenes de lesa humanidad por el Estatuto de Roma en su artículo
7. 5 Gracias a las investigaciones se puede comprobar que en este tipo de
crímenes, ocurrieron sistemáticamente en México desde 1951 y 1952.

En específico, el 7 de julio de 1952, durante la masacre en la Alameda el Es-


tado cometió graves violaciones a los siguientes derechos humanos:

5 El Estatuto de Roma es el instrumento mediante el cual se constituye la Corte Penal Interna-


cional (CPI), primer tribunal internacional de carácter permanente encargado de juzgar a los
responsables de crímenes contra la humanidad, genocidio, crímenes de guerra y, tras la Con-
ferencia de Revisión del Estatuto de Roma (Kampala, 2010), del crimen de agresión.

24
Derecho vulnerado Hecho ocurrido el 7 de julio de 1952

Derecho a la vida En los hechos ocurridos el 7 de julio de 1952 en la Alameda


Central, el Ejército y la Policía intervinieron para disolver
la manifestación disparando indiscriminadamente, con
un saldo nunca aclarado de muertos (oficialmente 7, pero
las cifras reales oscilan entre los 300 y 500, cuyos cuerpos
fueron cremados en el Campo Militar Núm. 1).

Derecho a la libertad La realización de detenciones arbitrarias contra militantes


disidentes como los henriquistas durante toda la década
de 1950 se volvió una práctica sistemática de intimidación
y el primer paso para la eliminación de la disidencia a
través de métodos ilegales, muchas veces clandestinos,
que implicaban la participación integral del Estado.

25
Derecho a la democracia

Derecho a la integridad física, Algunos diarios reportaron al menos un centenar de


psicológica y a la seguridad personal heridos, además de que se realizaron desapariciones
forzadas, torturas y ejecuciones extrajudiciales.

Derecho a la libertad de expresión El Estado usó la fuerza y todos los medios disponibles para
disolver una manifestación pacífica, catalogándola como
un motín e ignorando deliberadamente los principios de
absoluta necesidad y proporcionalidad.

26
Derecho a la libertad de conciencia La represión tenía como objetivo imponer una ideología
de Estado.

Derecho a la libertad de asociación, El 7 de julio se materializó la represión por parte del Estado
reunión y manifestación para impedir la libre reunión y manifestación pacífica de
simpatizantes de una fuerza política opositora.

27
Derecho de acceso a la justicia Nunca se permitió a las personas agredidas ni a
sus familiares tener acceso a la justicia, a causa de
un encubrimiento sistemático practicado por las
instituciones estatales.

Derecho a la audiencia y debido Las personas detenidas no fueron puestas a disposición


proceso legal de la autoridad competente. En su lugar fueron recluidas
en el Campo Militar No. 1, inaugurando su uso para
consumación de crímenes tales como desapariciones
forzadas y cremación de los cuerpos de las personas
ejecutadas extrajudicialmente.

Derecho a la seguridad jurídica en Ese día fueron detenidos arbitrariamente 524


materia de detención simpatizantes henriquistas, es decir, no hubo una
detención justificada ni legal.

28
Derecho a la reparación del daño por El uso por parte del Estado de todo su aparato ha
violaciones a los derechos humanos impedido que las familias y las y los agredidos en ese acto
de represión tengan acceso a la justicia y a la reparación de
los daños causados.

Derecho a la verdad El encubrimiento sistemático realizado por el Estado,


haciendo uso de sus instituciones ha llevado al olvido
histórico de los hechos sucedidos el 7 de julio de 1952,
construyendo una opinión pública en contra de los grupos
opositores, usando la prensa y otros medios hegemónicos
para crear animadversión contra los mismos, en un
intento por legitimar el uso excesivo de la fuerza por
parte de las agencias de seguridad y, como menciona el
mismo Informe, un pacto de silencio e impunidad que
ha impedido el castigo de los perpetradores, sin saber la
verdad completa ni las víctimas ni la población en general.

29
30
El Estado mexicano tiene obligaciones
de respetar, proteger y realizar los
derechos humanos

L
os derechos humanos incluyen tanto de- de los derechos humanos básicos. En
rechos como obligaciones. Los Estados el plano individual y colectivo, así como
asumen las obligaciones y los deberes,
debemos hacer respetar nuestros de-
en virtud del derecho internacional, de respe-
tar, proteger y realizar los derechos humanos. rechos humanos, también debemos
respetar los derechos humanos de los
¾ La obligación de respetarlos significa y las demás.
que los Estados deben abstenerse de
La aplicación de los derechos humanos a la que
interferir en el disfrute de los derechos
se encuentran obligadas todas las autoridades
humanos, o de limitarlos. se rige por los principios de universalidad, in-
terdependencia, indivisibilidad y progresivi-
¾ La obligación de protegerlos exige que dad, ya mencionados.
los Estados impidan los abusos de los
derechos humanos contra individuos Durante el periodo de violencia política de Es-
tado, no se respetaron las obligaciones de Es-
y grupos.
tado tanto de hacer, como no hacer, teniendo
una violación sistemática de los derechos hu-
¾ La obligación de realizarlos significa manos.
que los Estados deben adoptar medi-
das positivas para facilitar el disfrute

31
¿QUÉ ES LA DESAPARICIÓN FORZADA?

La Convención Internacional para la Protección de todas la Personas


contra las Desapariciones Forzadas1 en materia de derechos humanos
define la Desaparición forzada como el arresto, la detención, el secues-
tro o cualquier otra forma de privación de libertad y los tres elementos
clave para identificarla son:

1. Que es obra de personas o grupos de personas que ACTÚAN


CON LA AUTORIZACIÓN, el apoyo o el consentimiento del Es-
tado.

2. Que es obra de AGENTES DEL ESTADO.

3. SEGUIDA DE LA NEGATIVA A RECONOCER dicha privación


de libertad o del ocultamiento de la suerte o el paradero de la
persona desaparecida, sustrayéndola a la protección de la ley.

¿QUÉ ES LA DESAPARICIÓN FORZADA TRANSITORIA?

Con esta categoría se define la experiencia de aquellas personas que


fueron víctimas de detención o desaparición forzada y sobrevivieron.2
En estas situaciones, la víctima, después de estar desaparecida por un
tiempo indeterminado3, es presentada o recobra su libertad.

Esta fue una práctica represiva constante para la época: desaparecer a


las y los opositores políticos por periodos de tiempo. Un acto performa-
tivo para desalentar la oposición política a través de eliminación física
directa de cuadros dirigentes.4

La práctica de la desaparición forzada indefinida o transitoria fue po-


sible a través del uso de lugares de desaparición: lugares geográficos
para incomunicar o desaparecer a opositoras y opositores políticos por
periodos de tiempo concretos o que su desaparición se extendiese in-

1 La Convención está disponible en: https://bit.ly/3nMQnGo


2 https://bit.ly/3NRwF6R
3 La Comisión de Verdad del Estado de Guerrero (COMVERDAD) también in-
tegra la categoría de “desaparición transitoria”, la cual considera a aquellos
que estuvieron incomunicados por más de 3 días durante los 70.
4 https://bit.ly/3aog78G

32
definidamente. Los lugares de desaparición de los que hay registro que
operaron en la década de 1950 fueron las oficinas de la Dirección Fede-
ral de Seguridad (DFS), en el tercer piso del edificio Plaza de la Repú-
blica #6, la oficina migratoria de Miguel Shultz 136 y el Campo Militar
No 1. 5

Hasta el momento, se tienen indicios que Campo Militar No. 1 fue utili-
zado como lugar de desaparición forzada de disidentes y de los cuerpos
de aquellas personas ejecutadas extrajudicialmente, siendo el primer
registro que se tiene del uso de cremaciones clandestinas en su interior
y estrenado con la matanza de henriquistas en La Alameda de la Ciudad
de México, el 7 de julio de 1952.6

CONOCE EL DERECHO HUMANO A LA MEMORIA

La importancia de la memoria como derecho humano recae en su doble


dimensión, actúa como reparación de las víctimas y sus familiares evitan-
do el olvido que se traduce en impunidad, y como garantía de no repeti-
ción, ya que promueve la creación de una conciencia o memoria colectiva
en aquellos países que transitan periodos de justicia transicional.

5 https://bit.ly/3nBX2Df p. 31
6 https://bit.ly/3nBX2Df p. 31

33
¿SABES QUÉ IMPLICA EL DERECHO HUMANO
A LA VERDAD?

Por otro lado, el derecho a la verdad se invoca a menudo en el contex-


to de las violaciones manifiestas de los derechos humanos y las infrac-
ciones graves del derecho humanitario.7 Las víctimas y los parientes de
víctimas de ejecuciones sumarias, desapariciones forzadas, desaparicio-
nes, secuestro de menores o torturas exigen saber qué sucedió. El de-
recho a la verdad entraña tener un conocimiento pleno y completo de
los actos que se produjeron, las personas que participaron en ellos y las
circunstancias específicas, en particular de las violaciones perpetradas
y su motivación.

Manifestación de henriquistas en Paseo de la Reforma en 1954.

El derecho a la verdad es un concepto que ha evolucionado durante los


últimos años en el sistema interamericano. Inicialmente, la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) consideró que se trata
del derecho de las familias a conocer la suerte de sus seres queridos,
derivado de la obligación que tienen los Estados de brindar a las vícti-
mas o sus familiares un recurso sencillo y rápido que los ampare contra
violaciones de sus derechos fundamentales, conforme al Artículo 25 de
la Convención Americana de Derechos Humanos (CADH). La interpreta-
ción de este derecho ha evolucionado y actualmente se considera, por
lo menos por parte de la Comisión, que el derecho a la verdad perte-
nece a las víctimas, a sus familiares y también a la sociedad en general.

7 El derecho internacional humanitario (DIH) es un conjunto de normas que,


por razones humanitarias, trata de limitar los efectos de los conflictos arma-
dos. Protege a las personas que no participan o que ya no participan en los
combates y limita los medios y métodos de hacer la guerra.

34
Conforme a esta concepción, el derecho a la verdad se basa no solo en el Artícu-
lo 25, sino también en los artículos 1, 8 y 13 de la CADH.

De igual forma, la Comisión señaló que el derecho a la verdad surge de la obli-


gación que tiene el Estado de usar todos los medios a su alcance para investigar
seriamente las violaciones cometidas en su jurisdicción a fin de identificar a los
responsables, por lo que el Estado había violado el derecho de la familia a la jus-
ticia y al conocimiento de la verdad.8

En el caso 10.580, Informe Nº 10/95, Ecuador, Manuel Bolaños, 12 de septiembre


de 1995, la Comisión abordó el tema del derecho a la verdad por primera vez, con
motivo del caso de la desaparición de Manuel Bolaños, en Ecuador. Se denunció
que miembros del Cuerpo de Infantería de Marina del Ecuador habían puesto
bajo custodia al señor Bolaños para examinar sus documentos de identificación
y que nunca volvió a saberse de él, violándose el derecho de los y las familiares
a conocer la verdad acerca de lo ocurrido, de las circunstancias de su detención,
del fallecimiento y de la ubicación de sus restos.

De igual forma, fue hasta 1998, en el informe realizado por la CIDH sobre un gru-
po de casos de Chile en 1998,9 cuando la Comisión se pronunció por primera
ocasión en que el Artículo 13 de la CADH10 se inscribe en el marco del derecho a
la verdad, así como la primera vez que la Comisión reconoció que este derecho
pertenece a los miembros de la sociedad en general, así como a las familias de
las víctimas de violaciones de derechos humanos.

8 Para más información: https://bit.ly/3wuIdGG


https://bit.ly/3wrLMNs
https://bit.ly/3FDvKob
9 Casos 11.505, 11.532, 11.541, 11.546, 11.549, 11.569, 11.572, 11.573, 11.583, 11.595, 11.657 y 11.705,
Informe Nº 25/98, Chile, Alfonso René Chanfeau Oracye y otros, 7 de abril de 1998.
10 Artículo 13. Libertad de Pensamiento y de Expresión. Este derecho comprende la li-
bertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin conside-
ración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por
cualquier otro procedimiento de su elección.

35
36
37
Conoce cómo los medios de
comunicación abordaron la masacre

D Más que un foro abierto al debate de


esde el gobierno de Ávila Ca-
macho durante 1940-1946,
los temas de intereses públicos, [los
y tras la declaración del es-
periódicos y revistas] ofrecían una
tado de guerra en México durante la
Segunda Guerra Mundial, se suspen- triste imagen que rayaba en el servi-
dieron diversos derechos humanos, lismo frente al poder.
entre ellos, la libertad de prensa. El
objetivo era controlar la divulgación Efraín Quiñonez León
de la información extranjera que pu-
diera alterar el orden interno. Doctor en Ciencias Antropológicas

Durante el sexenio de Miguel Alemán,


la supervisión se reforzó, incluso existieron pagos extraordinarios a diarios y periodistas para
que se publicaran noticias dirigidas en la línea informativa del gobierno.

El Estado elaboró una red de telecomunicaciones que abarcaba televisión, prensa y radio. Lo
que repercutió en la información proporcionada a la sociedad mexicana. De ahí que los pe-
riódicos de la época como El Universal, Zócalo o Excelsior reportaran lo que sucedió el día de
la masacre desde una postura oficial. Es decir, dando a conocer las cifras del Estado y trans-
mitiendo que las agresiones de la policía y del ejército ocurrieron en defensa propia.

Por el contrario, aquellos periodistas que criticaron las acciones del gobierno, serían objeto
de atentados o sufrirían represión. Como fueron los casos de Vicente Villasana, director de El
Mundo de Tampico, Fernando Sánchez Bretón, director de La Semana Ilustrada o José Ma-
ría Jiménez Rubio, director de El Correo de la Tarde de Mazatlán.1

¿SABÍAS QUE…?

Durante este periodo, las personas que dirigían los diarios más importantes de Méxi-
co como Excélsior, El Universal, Novedades y La Prensa, dependían del gobierno para
el suministro de papel. 2

1 https://bit.ly/3ask4Jz p. 58
2 https://bit.ly/3yn8R5c

38
En ese contexto, el 5 y 6 de Julio de 1952, el Estado Mayor Presidencial tenía a su disposición
una amplia red de telecomunicaciones para vigilar el desarrollo de la elección.

Por tales motivos, se propone una clasificación entre medios aliados y opositores. En este
caso, la prensa aliada, en apoyo al triunfo del general Miguel Henríquez, difundió la convoc-
taroria de la reunión en la Alameda. El 7 de julio el diario El Libertador hizo un “llamado a la
población para acudir a las 6 de tarde a una Fiesta de la Victoria por el triunfo del candidato
Miguel Henríquez Guzmán”. Se repartieron volantes entre la población de la Ciudad de Mé-
xico con la invitación:

Sin embargo, los medios opositores, el sector de la prensa


que omitía la violencia ejercida por los grupos represivos,
reportaron que no existía un argumento legal para que se
llevara a cabo la Fiesta de la Victoria. Incluso al día siguien-
te de la masacre, diarios como Excélsior y El Universal infor-
maban que a los ciudadanos se les había negado el permiso
para manifestarse. Por lo que al tratarse de una manifesta-
ción y reunión pacífica “ilegal”, se justificaba el uso de fuer-
za del Estado. El ejercito o la policía contaba con el respaldo
jurídico para ejercer la represión.

Asimismo, es interesante observar, a continuación, las di-


ferentes perspectivas sobre cómo se abordó la masacre al
día siguiente, el 8 e julio de 1952.

39
NOTAS PERIODÍSTICAS DEL 8, 9 Y 10 DE JULIO

PERIÓDICOS NOTICIAS DE PERSONAS


HERIDAS/MUERTAS

LA PRENSA Publica la lista oficial de 524 detenidos, quienes


fueron enviados a la Sexta Delegación o a la
Procuraduría General de la República. No da
cifra de muertos pero reporta 100 heridos,
de los cuales 3 contaban con “lesiones de tal
gravedad, que su fallecimiento era esperado
de un momento a otro”.“Es deber de todos los
ciudadanos ofrecer su apoyo incondicional para
poner un dique a la algarada” (Editorial del día 9).

EL UNIVERSAL Reportó 1 muerto, 76 heridos y “como 400


detenidos”. “La manifestación pública organizada
el 7 de los corrientes por el Gral Henríquez
Guzmán, tuvo las innegables características de
un acto premeditado de provocación” (Editorial
del día 9).

EXCÉLSIOR Inicialmente, da la cifra de 7 muertos, aunque sin


proporcionar nombres, pero en su edición del día
9 advierte que los partes oficiales no consignan
“ni un solo muerto”.“La convocatoria para
celebrar la ‘Fiesta de la Victoria’ no tenía otra
intención que la de agitar al pueblo” (Editorial del
día 10).

40
PERIÓDICOS NOTICIAS DE PERSONAS
HERIDAS/MUERTAS

ÚLTIMAS NOTICIAS DE EXCÉLSIOR Da la cifra de 7 muertos, y 417 detenidos, pero


advirtiendo:“Hasta la hora de cerrar esta edición,
ha sido materialmente imposible localizar
ninguno de los cadáveres de las siete víctimas
que se dijo hubo anoche en el tumulto de la
avenida Juárez y otros puntos de la Ciudad.
“Heridos graves, sí los hay, pero ni un solo
cadáver.“Existen varias versiones que, desde
luego, no pudieron ser comprobadas por
nuestros redactores. Se dijo, desde anoche, que
los cuerpos de las víctimas fueron llevados a la
Jefatura de Policía, pero también se afirmó que
esos cuerpos fueron depositados en Sanidad
Militar”. (9 de julio de 1952)

ZÓCALO Reportó 70 heridos y un muerto.

EL POPULAR Refiere “numerosas detenciones” y reporta


que las ambulancias de las cruces Roja y Verde
recogieron a “más de un centenar de personas
heridas”. “Una criatura murió pisoteada cuando
la policía montada con sables desenvainados
cargó sobre los manifestantes, y la madre de la
pequeña victima resultó gravemente herida”.

41
PERIÓDICOS NOTICIAS DE PERSONAS
HERIDAS/MUERTAS

EL PORVENIR DE MONTERREY Señala, citando al Jefe de la Policía del DF, que


“probablemente” hubo 15 muertos, y menciona
“actos de violencia” también en Mérida, Veracruz,
Jalapa y Oaxaca.

“Denunciamos públicamente como


responsable de este incalificable atentado
en contra del pueblo de la Ciudad
de México al señor General Santiago
Piña Soria, jefe de Ayudantes del señor
Presidente de la República, quien estuvo
girando instrucciones al Jefe de la Policía,
para que el pueblo fuera agredido’’.
Manifiesto de la Federación de Partidos del
Pueblo, 8 de julio de 1952.

“Tras de la sarracina henriquista de ayer,


numerosas familias están viviendo un
dramático calvario que las lleva de un lado
a otro en busca de sus seres queridos, de
los cuales no han logrado saber nada. Las
cruces Verde y Roja son estación obligada
de todas estas personas. Pero las cruces
nada pueden hacer para aliviar la situación
de estas personas que llegan, una tras
otra, con la misma historia: ‘En la Sexta
(Delegación) nos dijeron que aquí tal vez
sabrían darnos razón, ya fuimos también
a la Jefatura (de Policía) y tampoco nos
supieron informar. Por favor déjenos ver
a los muertos para de una vez saber la
verdad”. Últimas Noticias de Excélsior, 9
de julio de 1952.

Más información: INFORME ESPECIAL SOBRE LA VIOLACIÓN DEL DERECHO A LA DEMOCRACIA


DEL PUEBLO, Y LA REPRESIÓN DE LOS DERECHOS DE REUNIÓN Y ASOCIACIÓN POR EL ESTA-
DO MEXICANO (1951-1965), disponible en: https://www.cndh.org.mx

42
L
a Segunda Guerra Mundial co-
menzó el 1 de septiembre de
1939 cuando Alemania inva-
dió Polonia. Una vez que el conflic-
to armado finalizó en 1945, Estados
Unidos y la Unión de Republicas So-
cialistas Sovieticas (URSS), se convir-
tieron en los países más influyentes.
A partir de ese momento, se elaboró
un nuevo orden mundial dirigido por
ambos. El mundo se dividió en dos
bloques: el comunista, liderado por
Invasión de Polonia por Alemania. (Septiembre de
la Unión de Repúblicas Socialistas So-
1939). Disponible en: https://bit.ly/2PmEchx
viéticas (URSS) y el bloque capitalista,
por Estados Unidos de América. Ante el el interés de mantener los territorios ocupados
por sus respectivos ejércitos, la tensión aumentó.

Caricaturas publicadas el 8 de julio de 1952.

44
A los dos días de la matanza se registró una manifestación
de madres y esposas demandando la presentación de los
desaparecidos, esta caricatura ridiculiza la protesta: policías
con jaulas de ratones “contra mujeres manifestantes”.

Caricatura “Contra la Guerra de Nervios”, Excelsior. 11 de julio de 1952.

La Prensa del día 10 da cuenta de la manifestación de


mujeres en el Zócalo reclamando la presentación
de los henriquistas desaparecidos.

45
El delito de disolución social como justificación de represión

En este contexto fue que el gobierno de México decidió mantener vigente el delito de
“disolución social”. Establecido desde la Segunda Guerra Mundial como un argumento
jurídico para encarcelar disidentes y desarticular los movimientos sociales.

Este delito posibilitaba la tortura y otras prácticas represivas violatorias de derechos hu-
manos que, a partir de la década de los años 1950, escala el terror de Estado a la ejecu-
ción extrajudicial y por supuesto, la desaparición forzada.

Con todo, y a pesar de todo, el Estado fue capaz así de sostener por muchos años la apa-
riencia de “democracia” y de la inexistencia de violencia política patrocinada por el Esta-
do, como uno de los elementos de la legitimidad de la violencia exterminadora. Gracias
a eso, el discurso ideológico que configuró al “enemigo” y la construcción de una estruc-
tura institucional y jurídica diseñada para la represión de los “enemigos”, posibilitaron y
articularon las prácticas represivas, al menos desde 1951.

En 1941 el presidente Manuel Avila Camacho, formuló una iniciativa para reformar y adi-
cionar el Código Penal para el Distrito en Materia del Fuero Común y para toda la Re-
publica en Materia de Fuero Federal, en el cual se incorporó el tipo penal “Delitos de
Disolución Social”.

La disolución social comprendía lo siguiente:

“Se afecta a la soberanía Nacional, cuando dichos actos puedan poner en pe-
ligro la integridad territorial de la República, obstaculicen el funcionamiento
de sus instituciones legítimas o propaguen el desacato de parte de los na-
cionales mexicanos a sus deberes cívicos.”

La publicación del 4 de diciembre de 1941 sobre el Re-


glamento de la Policía Preventiva del Distrito fe-
deral, entre sus atribuciones se destaca el carácter
Que se
represivo con base en el artículo 9, fracción VIII que se
relaciona con podría “Evitar que se celebren manifestaciones, mí-
tines y otros actos semejantes sea cual fuere su fina-
lidad, si los que pretenden llevar a cabo tales actos
carecen de la licencia respectiva”.

46
Mas adelante, el 13 de junio de 1942 se publicó en el Diario
Oficial de la Federación la “Ley de Prevenciones Genera-
les relativa a la suspensión de garantías individuales” que
enunciaba lo siguiente:

“El derecho de reunión se limita para las que


tengan por objeto tratar asuntos políticos y
tan solo para que las autoridades puedan dic-
tar aquellas medidas de vigilancia indispensa-
bles al mantenimiento del orden y tendientes
a evitar sucesos sangrientos o la posibilidad
de desórdenes derivados del apasionamiento
propio de la divergencia de opiniones en pug-
nas de carácter electoral. Fuera de este caso la
garantía conserva su integridad”. (Ley de Pre-
venciones Generales relativa a la suspensión de
garantías individuales).1

1 https://bit.ly/3uqHFky p. 27.

También se debe destacar que el 7 de abril de 1942 se expidió el Reglamento para la or-
ganización y funcionamiento de los campos militares. En el artículo 1 del Reglamento,
se planeó lo siguiente: “La creación de los Campos Militares de Instrucción tiene por

47
objeto resolver los problemas de organización, instrucción, concentración y control de
las Unidades de las diferentes Armas y Servicios del Ejercito Nacional, y de acuerdo con
la clasificación que haga la Secretaría de la Defensa Nacional serán designados Cam-
po Militar número 1; número 2, número 3 etcétera”.1 De aquí lo interesante es la palabra
resolver, que podría interpretarse de manera conveniente por el gobierno, y se podría
asociar con las represiones y la desaparición forzada.

El 29 de marzo de 1946, durante su campaña presidencial, Miguel Alemán se entrevistó


con el primer secretario de la Embajada norteamericana Guy Ray. En su encuentro le se-
ñaló que México daría “todo su apoyo a Estados Unidos”. Una idea que, de nueva cuenta,
el 1 de diciembre de 1946 reiteró en su toma de poder del ejecutivo:

“La doctrina del Buen Vecino


coincidió con los sentimientos de
nuestro pueblo… En medio de la
confusión universal de esta hora,
el Nuevo Mundo debe ser el guar-
dián de las libertades humanas”.

Miguel Alemán

Imagen: https://bit.ly/3ak4yQ0

DATO CURIOSO:
Miguel Alemán fue el primer pre-
sidente mexicano en hacer una vi-
sita oficial a Washington, Estados
Unidos.

Imagen: El presidente Miguel Alemán Valdés es recibido por el presidente estadounidense


Harry S. Truman en la Base Andrews en Washington,1947. Disponible en: https://bit.ly/3ah8vVy

1 https://bit.ly/3uqHFky p. 30.

48
Entonces se puede observar cómo se fueron elaborando los argumentos jurídicos
para organizar y crear diversos cuerpos represivos. Entre ellos encontramos al ejérci-
to, la policía, grupos del ámbito sanitario, el aparato de justicia, el servicio secreto, la
Dirección Federal de Seguridad (DFS), los gru-
pos de choque.2 Por medio de estas agrupa-
ciones, se redujeron las libertades públicas e
impedía el desarrollo de la vida democrática,
pues su objetivo era enfrentar las amenazas
políticas que se interponían en el desarrollo y
expansión.

Hay que destacar que los elementos del ejér-


cito, policía o miembros de la DSF eran envia-
dos a distintas partes del país para vigilar que
se cumplieran las órdenes del gobierno en el
Imagen: https://bit.ly/3yqlahc
ámbito local. En caso de que no fuera así, ellos
ejercían la represión a nivel local o nacional.

¿Cuál fue la actuación


de estas agrupaciones
durante el 7 de julio de 1952?

“La caballería entró en acción tirando sablazos. Los Henriquistas se


dispersaron, siendo perseguidos. En ese instante apareció el Batallón de
Granaderos de la Jefatura de Policía, que de inmediato procedió a disparar
sus gases’’.3 Diario la Prensa

2 https://bit.ly/3urUdIE p. 15.
3 https://bit.ly/3uqHFky p. 118.

49
Los represores

“Después del magnífico espectáculo dado


por el pueblo de México desarrollando,
dentro del orden y un sentido cívico
admirables las elecciones del domingo,
es de lamentarse que elementos
agitadores profesionales e inconscientes,
hayan impelido a los sucesos de ayer,
que afortunadamente no tuvieron la
gravedad cruenta que provocaron, gracias
a la conducta ponderada y serena que
siguieron tanto las fuerzas militares como
las policías”.

Lic. Fernando Casas Alemán,


Jefe del Departamento del D.F.

“Son lamentables los sucesos de ayer,


que son obra de un grupo reducido de
agitadores profesionales. Los soldados se
limitaron a coadyuvar con la policía para
mantener el orden, como es su deber. Ni un
solo cartucho quemaron”.

Gral. Gilberto R. Limón, Secretario


de la Defensa Nacional.

Federación de Partidos del Pueblo Mexicano

“La Federación de Partidos del Pueblo Mexicano presenta ante la opinión pública su
más enérgica protesta por el atropello incalificable cometido la noche de ayer con el
pueblo del Distrito Federal, que fue agredido arteramente por elementos de la policía y
las autoridades que violando la Constitución trataron de impedir a los ciudadanos que
celebraran, en una reunión pacífica, el triunfo clamoroso de su candidato, el general
Miguel Henriquez Guzmán”.

50
LAS NOTICIAS DIFAMATORIAS A LOS HENRIQUISTAS

El 9 de julio comenzó la campaña de desprestigio hacia los henriquistas. La forma en


que se relataron los acontecimientos fue trascendental para que, en un sector de la po-
blación mexicana, se formara una imagen negativa de los opositores al régimen. En la
nota del Zocalo, se menciona que los policías estaban en la Alameda para garantizar la
tranquilidad de la manifestación. Incluso se afirmó que los “henriquistas planearon el
motín del pasado lunes”. Ese comentario sin fundamento se auxilió por “los informes
que obran en poder de la policia”. A partir de la noticia, el gobierno mexicano quería
imponer su versión de los hechos, que actuaron en defensa propia al defenderse de
sus agresores.

51
Igualmente, la prensa aliada empleó pala-
bras en forma despectiva para referirse a los
manifestantes o relacionados con el gene-
ral Henriquez. Entre ellas podemos encon-
trar adejtivos como terroristas o comunistas.

A partir del 11 de julio de 1952, los periódicos


Excelsior y Zocalo designaron de comunistas
a los henriquistas, quienes buscaban deses-
tabilizar al Estado. Además utilizaron como
sinónimos las palabras vándalos y gavilleros
e incluso de alcohólicos para “legitimar así el
uso excesivo de medidas de las agencias de
seguridad para apagar las luchas armadas y
populares”.4

El gobierno mexicano interpretaba que la palabra


comunista era sinónimo de enemigo, y que se difundió
en los medios de comunicación. Por esta razón se debía
eliminar al “enemigo”.

4 https://bit.ly/3urUdIE p. 17.

52
La masacre contada por víctimas,
familiares y periodistas

L
a masacre de manifestantes henriquis- TESTIMONIOS
tas ocurrida el 7 de julio de 1952 ha que-
rido ser ocultada durante décadas de la
memoria de la sociedad. A diferencia de otros Refugio “Cuquita” García, enmarca el
crímenes de Estado que se han ido abriendo a contexto de la masacre
la investigación, este caso se ha mantenido en
el silencio casi absoluto. Incluso en los archivos “Vinieron las elecciones de 1952 entre trampas
presidenciales del AGN, la fecha del 7 de julio y atraco del P.R.I., cuando los caminos habían
de 1952 desaparece y en los catálogos de la DFS sido regados con la sangre de nuestros muer-
solo se encuentran menciones vagas. tos, asesinados por una de las tantas policías
acatando órdenes superiores. La votación en
Este silencio de los gobiernos mexicanos de las casillas fue aplastante en favor del Sr. Gral.
esas épocas se incorpora a una ya larga cade- Henríquez Guzmán y por eso el pueblo se pre-
na de violaciones a los derechos humanos, im- sentó al día siguiente junto a la Alameda a pre-
pidiendo a los familiares saber qué fue lo que gonar su triunfo: el Sr. Gral. Miguel Henríquez
ocurrió con sus seres queridos y mucho menos Guzmán, su candidato, era el Presidente electo
en dónde hallar sus restos. Sin embargo, mu- de México por la voluntad soberana del pueblo.
chos de quienes estuvieron relacionados de
manera directa o indirecta en los hechos cuen- “El pueblo fue asesinado, y hubo revista que
tan con testimonios valiosos. Compartimos al- tuvo el valor de publicar fotografías de este cri-
gunos de ellos con el propósito de contribuir a men. El pueblo nos pedía armas para repeler
la recuperación de la memoria histórica para la agresión. Tú, Lázaro Cárdenas, pasaste por la
que nunca más vuelva a ocurrir un crimen se- Alameda cuando había no menos de un cuar-
mejante en contra de la población civil, como to de millón de henriquistas y cientos de mi-
el que dio inicio al periodo hoy conocido como les que se acercaban por las diferentes calles
Violencia Política de Estado, que se prolongó hacia la Alameda. No se entregó al candidato
por varias décadas durante la entronización del triunfante, Sr. Gral. Henríquez, el poder, sino a
priismo y, posteriormente, con la falsa alternan- don Adolfo Ruiz Cortines, que había contado
cia de los gobiernos de filiación panista. con un número limitado de votos en las casi-

54
llas electorales, cuyos antecedentes muchos de Federico Amaya, que había sido agregado mili-
nosotros conocíamos y tú estuviste de acuerdo tar del maestro Muñoz Cota en el servicio diplo-
con la burla al pueblo, pues no levantaste tu voz mático. ‘Eso es lo que yo le preguntaría, general
de protesta ante tanto crimen, por el contrario, Amaya. ¿Qué pasa? Mire cómo viene la policía
hubo unas declaraciones a tu nombre en que montada’. En ese momento amagaron a un
elogiabas el régimen del Lic. Alemán, es decir hombre con un machetazo que pasó entre el
estabas de acuerdo con la burla al voto popu- señor Muñoz Cota y Amaya. No hirió a ninguno
lar. Abandonaste al pueblo a su propia suerte”.1 porque Dios fue grande. ‘Mire, general, esto es
lo que usted dice que viene a cuidar’. Entonces
Alicia Pérez Salazar, viuda de José el general ordenó: ‘¡Escuadrón, al primer poli-
cía que avance, dispárenle’… En lugar de entrar
Muñoz Cota, narra la agresión a las
en la calle Donato Guerra, los de la montada tu-
oficinas del Partido vieron que seguirse de largo, pero se daban los
frenones los caballos, que patinaban.
“Supo el gobierno que haríamos un mitin en la
Alameda, a las seis de la tarde, para celebrar la
“Pero los tanques del Ejército rodeaban las ca-
victoria. Pero desde las 10 de la mañana empe-
lles por avenida Reforma, por Morelos, Donato
zaron las estaciones de radio a transmitir: ‘No se
Guerra, Bucareli, Abraham González. El profe-
permitirá ninguna concentración. No hay per-
sor Alberto Miranda Beltrán, que se había que-
miso para que ningún agrupamiento político
dado con nosotros, sugirió: ‘¿Qué les parece
se manifieste durante el día’. En fin, decidimos
si vamos con el general Henríquez Guzmán?’
pasar antes a las oficinas de Donato Guerra 26,
Pues ahí vamos. Nos abrió el jefe de ayudan-
el principal local de nuestra Federación de Par-
tes, el capitán Adolfo Huanaco. Saludamos al
tidos. Desde el Monumento a la Revolución
general. ‘Señor, pues ya debe tener usted no-
atravesamos por la calle Lafragua hacia la de
ticias’. ‘Sé que mataron gente en la Alameda’.
Donato Guerra. Encontramos a todos listos: la
‘Señor, yo vengo de las oficinas y pasó esto’.
banda de guerra, tambores y cornetas, las ban-
‘Pepe, ¿crees que debo ir?’ ‘Señor, la gente ya
deras de nuestra Federación. De pronto llegó
se fue, ya la despaché a su casa’. Pero insistió:
un muchacho corriendo, un trabajador de la
‘Si están muriendo por mí, lo menos que pue-
Cervecería Modelo, que nos dijo: ‘Están arro-
do hacer es ir allá’… Y se subió en la carcachita
jando gases lacrimógenos y ya disparó la po-
que traía Alberto Miranda, no quiso venirse en
licía montada’. Muchos venían asfixiándose.
su automóvil lujoso. Tomamos Paseo de la Re-
Otro llegó herido. Comenzaron a concentrar-
forma y nos impidieron el paso; entramos en
se tanques de guerra por el Paseo de la Refor-
sentido contrario y al dar vuelta nos detienen
ma y uno se detuvo enfrente de nuestro local,
y cortan cartucho. ‘¡Párense ahí!’ Entonces se
a diez pasos. Del otro lado venía la policía mon-
bajó el general Henríquez Guzmán y le dijo al
tada a todo galope. Formaron los soldados un
oficial: ‘¿También a mí me van a disparar, hijos?’
semicírculo y exigieron hablar con el jefe de la
‘¡Mi general!’ Se le cuadraron y entramos en las
oficina. ‘Yo soy’, les dijo el maestro Muñoz Cota.
instalaciones. A los veinte minutos estaba toda
“Usted no sale”, amenazó el soldado y cortó car-
nuestra gente. ¿De dónde llegaron? No se ha-
tucho. En ese momento surgió otra voz: ‘Em-
bían ido, por ahí anduvieron haciéndose tontos
bajador, ¿qué hace usted aquí?’ Era el general
en los cafés de chinos de Bucareli… Se abrieron
los balcones de la planta baja. A los treinta mi-
nutos dijo el general que les agradecía su leal-
1 RENOVACION, Órgano oficial del Bloque Federa-
cionista de Occidente, 1º de mayo de 1961.. tad, que esperaran noticias de sus dirigentes,

55
que se fueran con tranquilidad a su casa, que numerosos contemplaban el inicio de la violen-
él también se iba a retirar. Todos gritaban: ‘Viva cia. En la esquina de Balderas, entre hombres
Henríquez! ¡Viva Henríquez!’ ‘Esperaré a que del ejército y policías, los fotógrafos, yendo de
salgan’, pedía el general. Salieron y el general un lugar a otro relampagueaban los flashes in-
se fue. Nos quedamos solitos y un capitán, Se- termitentemente. Hacia el Hotel del Prado la
cundino Rodríguez, nos invitó a su casa a tomar muchedumbre formada por los henriquistas,
un café, a la Colonia 201. Nos sirvieron una copa soldados y policías y simples curiosos ondu-
y me puse a llorar. ‘¿Por qué lloras?’, me pre- laba siguiendo las refriegas más notorias. Al
guntó mi amor. Y le dije: ‘Porque ya perdimos’. acercarse los guardias, los partidarios del Ge-
Al día siguiente todo fue confuso, como ocurre neral Henríquez se dispersaban en diversas di-
en México: que fueron 300 los muertos; no, que recciones, ya buscando guarecerse en el Hotel
fueron 200. Los amigos que tenía en la milicia del Prado, ya formando grupos más compac-
le informaron al general Henríquez Guzmán tos que opusieron una mayor resistencia a los
que habían sido poco más de 200 cadáveres los representantes de la autoridad. A trechos lle-
que llevaron al Campo Militar Número 1 a inci- gaban nuevos destacamentos de granaderos
nerar. La gente corría por la calle, hasta Guerre- en vehículos motorizados, soldados en Jeeps.
ro, por San Juan de Letrán. Cuando el maestro Las motocicletas ululaban a todo lo largo de la
Muñoz Cota empezó a escribir en Impacto, don Avenida trayendo provisiones de granadas la-
Regino le publicó unas fotografías de esa ma- crimógenas y llevándose a los perturbadores
tanza, increíbles. Hay una señora que está con aprehendidos.
su niño pegada a una cortina de metal, porque
los comercios bajaron sus cortinas y el de la “Pronto el disturbio localizóse en la esquina
montada está así, con el fusil. Fueron publica- de Balderas, bajo el reloj de Steele. Los gru-
das en Impacto. Seis meses después llegaban pos henriquistas, al ver llegar a los granaderos,
del interior de la República a preguntar por pa- doblaron la esquina. Un joven con aspecto de
rientes que vinieron al mitin, pero que no vol- estudiante, lanzaba estentóreos vítores al Ge-
vieron. Fue bestial, mataron a muchos”.2 neral Henríquez Guzmán. La muchedumbre
sin dejar de correr respondía a las aclamacio-
La versión de Carlos Villanueva, nes. Comenzaron a dispersarse granadas de
gases lacrimógenos. Primero se oía una deto-
reportero, testigo de los hechos
nación breve, seca; después surgía una nube
amarillenta, sulfurosa, que se expandía lenta-
“Cuando llegué al Caballito a las seis cuarenta
mente, haciendo que los grupos se replegaran.
y cinco de la tarde ya había comenzado el dis-
Algunos henriquistas, trataron de hacer frente
turbio originado por la llamada ‘Fiesta de la Vic-
a los policías en el antiguo edificio de ‘El Nacio-
toria’. Los henriquistas, después de una breve
nal’, en la calle de Colón, que actualmente se
y sangrienta contienda, se habían dispersado
encuentra derruido. De la demolición empeza-
por diversos rumbos. Adelante, hacia la Ave-
ron a sacar piedras para repartirlas. En ese mo-
nida Juárez, se veía una gran muchedumbre,
mento entre los periodistas y fotógrafos que
entre la cual destacaban los uniformes azules
seguían vertiginosamente las carreras de los
de los granaderos. En las ventanas y azoteas y
policías, para evitar que estallasen entre ellos
a prudente distancia desde las aceras, grupos
las bombas de gases lacrimógenos, comenzó
a circular la consigna de ponerse los listones
rojos de Prensa que la secretaría de Goberna-
2 https://www.jornada.com.mx/2009/01/16/index. ción había dado con motivo de las elecciones.
php?section=opinion&article=014a1pol

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Los fotógrafos que tenían este distintivo, desta- bían tomado por asalto la Catedral y que desde
cándose por el simple hecho de traer cámaras, los balcones y los frontones del templo estaban
daban sus listones a los reporteros amigos. To- ametrallando a la policía y al ejército. Detrás de
más Montero me prendió apresuradamente el las vastas columnas de los Portales me agaza-
suyo en mi solapa. Después corrió enfrente del pé un ratito. Sobre el granito protector picotea-
antiguo edificio de ‘El Nacional’. De allí en esos ron muchas avejas de plomo. Hui por la 16 de
momentos a golpes de macana los granaderos Septiembre”.4
sacaron a diez o doce henriquistas.

Guillermo López Portillo, redactor del


“Frente a la estatua de El Obrero paraban nue-
vos camiones oruga y transportes de los cuales periódico Ovaciones, testigo de la
bajaban soldados con bayonetas caladas. Va- tergiversación de las noticias
rios automóviles de marca Packard, sin placas,
corrían a toda velocidad, tocando las sirenas. “Era redactor de Ovaciones, cuando se nos en-
Por las ventanillas aparecían los cañones de los vió a cubrir la manifestación henriquista… La
fusiles ametralladoras ‘Mendoza’. Eran los ‘gua- fuerza del henriquismo era impresionante y la
ruras’, término entre afectivo e irónico con que concentración despertó en el gobierno decidi-
los periodistas y guardias secretos suelen de- da represión. Los henriquistas fueron atacados
signarse recíprocamente. con saña, arrojándose sobre hombres, mujeres
y niños elementos de la Montada que, a sabla-
“De pronto un grupo de henriquistas atacó a zos, castigaban a los más osados. Frente a mí,
algunos granaderos que trataron de disolver- a unos metros, cayó un ciudadano cortado por
los. Se sucedieron los golpes y las carreras; en el golpe de sable y doquiera se escuchaban gritos
aire se esgrimían los palos y las macanas. Caían de angustia, mezclados con las imprecaciones
los heridos al filo de la acera, rodando entre los de la soldadesca. Lo que se suponía fiesta cívica
pies de los contendientes. Unos camilleros de culminó en tragedia.
la Cruz Verde precipitadamente los recogían
en camillas y los llevaban a las ambulancias.” 3 “Los redactores llegamos a Ovaciones con el
alma en un hilo y se inició la preparación de las
Luis Gutiérrez y González, testigo de la notas de aquella acción que cualquiera hubiera
supuesto guerrera. Al llegar las fotografías cre-
balacera en el Zócalo
ció la indignación. Un soldado golpeaba a es-
pantada mujer que trataba de protegerse con
“La noche del 7 de julio de 1952, salía yo del De-
las manos. Los caballos cargaban contra el pue-
partamento del Distrito Federal… Empezaba yo
blo. De escritorio en escritorio volaron protestas,
a cruzar la plazoleta todavía enjardinada del Zó-
pero las justas indignaciones se apagaron cuan-
calo, cuando una corriente de aire aleteó sobre
do César Hernández Palacios, director del dia-
mi oído izquierdo. Si quisiera explicarla como
rio, recibió una llamada telefónica. Las órdenes
sonido –que además eso era- podría decir que
fueron terminantes: había que reescribir todo y
parecía el zumbido de una abeja pequeñita. Yo
convertir al soldado agresor en atento guardia
caminando hacia 5 de Mayo, ella hacia mí, una
que intervenía para quitar a la señora de las ma-
multitud vociferante me obligó a retroceder.
Alguien me explicó que los ‘henriquistas’ ha-

3 Nuevo Mundo, No. 100, julio de 1952. 4 Siempre!, No. 1003, 13 de septiembre de 1972.

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nos, la piedra con que pretendía atacarle. Así se la determinación de quién habrá de ejercerlo,
escribe la historia”.5 todo lo cual debe estar, y de hecho siempre ha
estado, en las manos de unos pocos que están
capacitados para ello.
Fragmento de EL CÍRCULO NEGRO, de
Antonio Velasco Piña -¿Y fue con base en esas supuestas razones
que se ordenó la matanza? Ya ahora ni quién
“-Nunca pretendimos ser una democracia, sino se acuerde de eso, pero el 7 de julio de 1952 fue-
una monarquía absoluta -replicó el anciano-. ron asesinadas en la Alameda Central de esta
Y el general Henríquez lo sabía, pero incons- ciudad un número indeterminado de perso-
cientemente, al finalizar las elecciones y recibir nas, cuyo único delito fue asistir pacíficamente
de sus partidarios informes sobre un supuesto a un mitin que tenía por objeto celebrar la vic-
triunfo electoral, convocó para que se realizase toria de su candidato a la presidencia.
al día siguiente en la Alameda Central capitali-
na una ‘Fiesta de la Victoria’. Permitirla habría -Le repito que eso fue algo muy lamentable
sido un gran error. Habría significado que per- pero necesario. El pueblo comprendió al fin
durase en el pueblo la engañosa ilusión de que que dentro del sistema político imperante las
realmente podía intervenir para decidir quién elecciones no contaban para nada y dejó de
debía ejercer el poder. Era necesario dar una prestarles atención durante muchos años. Esto
lección que quedase grabada en el inconscien- permitió que pudieran realizarse sin mayores
te colectivo de la población, haciéndole com- incidentes elecciones en todos los niveles, pues
prender que una cosa era el juguete de las ya sólo unos cuantos, los muy tontos, continua-
elecciones, diseñadas para el entretenimiento rían votando por candidatos de la oposición y el
de algunos tontos y sobre todo para crear una PRI ganaría siempre con una amplia mayoría,
fachada ante la opinión internacional, y otra requisito que si bien no era necesario para con-
muy distinta algo tan serio como lo es el real servar el poder, no dejaba de proporcionar una
ejercicio del poder, que incluye obviamente adecuada imagen ante el extranjero”.

5 El Universal, 17 de junio de 1988.

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“El único antídoto contra la desmemoria es la justicia. Por eso clamamos
desde hace años, y seguimos clamando, para que venga la justicia, para
que acabe la impunidad y se nos diga quienes y qué hicieron con nuestros
hermanos, con nuestros padres y madres, con nuestros compañeros”.

“Sabemos que hay resistencias, y es natural. Sabemos que no será fácil y que
no podemos confiar en nadie. Sólo en el pueblo, y en su capacidad de hacer
que las cosas pasen. Las más difíciles, las más extraordinarias”.

60
“No vamos a ceder. Confiamos, como confiaban los henriquistas, en que
al final, la verdad se abrirá paso y el pueblo sabrá imponerse. Y entonces
se levantarán los monumentos que haya que levantar a las víctimas,
que sabemos quienes son, igual que se sabrá evitar que se levanten
monumentos a quienes nunca dejarán de ser los perpetradores, así
hayan caído en sus “heroicas” acciones, que no merecen otro nombre que
el de crímenes de lesa humanidad.”

Rosario Piedra Ibarra, Presidenta de la CNDH en la inauguración de la expo-


sición de los 70 años de la matanza de henriquistas en la Alameda, con Ro-
drigo Avila, representante de la Secretaría de Gobierno de la CDMX, Ignacio
Henríquez Estrada, nieto del general Henríquez Guzmán, y Francisco Estra-
da Correa, Secretario Ejecutivo de la CNDH.

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Foto: Archivo General de la Nación.
Fotografías del archivo Tomás Montero.

62
Gral. Gilberto R. Limón, Secretario
Lic. Miguel Alemán Valdez, Presidente
de la Defensa Nacional.
de la República.

Gral. Santiago Piña Soria, Jefe Lic. Fernando Casas Alemán, Jefe
del Estado Mayor Presidencial. del Departamento del D.F.

Gral. Leandro Sánchez Salazar, Jefe de Policía Lic. Ernesto P. Uruchurtu, Secretario
del Distrito Federal. de Gobernación.

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Gral. Marcelino Inurreta, Jefe de la Dirección Tte. Alberto Uribe Chaparro, Jefe del Cuerpo
Federal de Seguridad. de Granaderos del D.F.

Gral. Federico Amaya, Jefe de la Brigada Corl. Raúl Caballero Aburto, Jefe de la Primera
Motomecanizada. División de Infantería.

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