0% encontró este documento útil (0 votos)
0 vistas6 páginas

Documento (2)ywhhw

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1/ 6

Introducción

El presente trabajo se ha basado en describir de una forma general


los delitos contra los poderes del estado y el orden constitucional en
lo que corresponde, “los delitos Rebelión, Sedición y Motín”. En este
trabajo nos propusimos enmarcar los objetivos de mayor relevancia
en nuestra sociedad y sobre todo aquellos que atentan contra el
orden constitucional.

Bajo esta premisa se desarrollaron a lo largo y ancho de este trabajo


cinco capítulos descritos de la siguiente manera: 1) El delito de
Rebelión. 2) Sedición. 3) Motín. 4) Conspiración para una Rebelión,
Sedición y Motín. 5)Seducción, Usurpación y Retención Ilegal de
Mando. Los cuales se desarrollaron con sus consideraciones
generales, descripción típica, los viene jurídicos protegidos, los
sujetos que actúan, tentativa y consumación del hecho típico, la
primera descripción en lo que concierne al delito de Rebelión
describimos un caso que suscito en el Perú a finales del 2004 y
comenzando el año 2005 en donde se detalla el caso de Ollanta
Humala.

Los métodos utilizados en el presente trabajo son los siguientes: el


método tradicional, en algunas partes del trabajo percibidos las
circunstancias aplicamos el método inglés.

Las fuentes que se presentan en este trabajo son de autores muy


reconocidos en el campo del derecho, esto se hizo con ayuda de mi
gran amigo Gerardo OlorteguiDa Costa, gracias a ello podemos
encontrar a los siguientes autores como: Muños Conde, Francisco.
Serrano Gómez, Alfonso. Chirinos Soto, Francisco. Bramont Arias, Luis
A. Portocarrero Hidalgo, Juan. Cabanellas Guillermo.

En este trabajo nos limitamos a describir en lo que concierne a la


rebelión, sedición y motín. Porque creemos necesario para el mejor
entender de cada uno de los lectores, ser precisos en los puntos a
tratar y señalando algunas jurisprudencias otrosí algunos ejemplos.
En este trabajo no se encontró apabullante jurisprudencia. Hemos
visto conveniente en casi cada uno de estos delitos agregar sus
respectivas concordancias para un mejor entender.
En conclusión, lo que se quiere en el presente trabajo es demostrar
las pequeñas similitudes y diferencias en los delitos de rebelión,
sedición y motín, ya que por sus pequeñas similitudes que tienen, es
que muchas veces se llega a tergiversar los términos al momento de
juzgar a un rebelde, sedicioso, aquellos que se alzan de una forma
tumultuaria, y sobre todo a nuestros amigos que comunican por
medios radiales, televisivos, etc.

OBJETIVOS

El presente texto tiene como tarea educativa, lograr en mis


compañeros el siguiente objetivo general:

Investigar la estructura de los delitos contra los Poderes del Estado y


el Orden Constitucional, “Rebelión, Sedición y Motín.”

Así mismo se plantean los siguientes objetivos específicos:

Conceptuar sobre los delitos contra los poderes del estado y el orden
constitucional

Establecer sus principales diferencias.

Determinar las concordancias.

Anotar las jurisprudencias relevantes.

Explicar si existe tentativa para el delito que se trata de perpetrar.

Establecer las penas.


TITULO XVI

DELITOS CONTRA LOS PODERES DEL ESTADO Y EL ORDEN


CONSTITUCIONAL.

CAPITULO I

Antecedentes de rebeliones en el Perú

El Perú siempre ha sido un país de rebeliones, revueltas, revoluciones,


alzamientos, asonadas y golpes de Estado. Particularmente el sur del
país tiene una larga y arraigada cultura de la revuelta, desde Ollantay
hasta el teniente-coronel Ollanta Humala, cientos de páginas se
podrían escribir sobre ellas. Podemos decir con cierto orgullo que, al
menos en golpes, somos los primeros.

En estas tierras ha habido, hay y con seguridad, habrá siempre


“salvadores de la patria” que no dudarán en recurrir a la fuerza para
derrocar a un tirano o para hacerse de todo el poder.

En esta oportunidad les ofrecemos las rebeliones a partir de los años


60 hasta el caso Ollanta Humala.

Las rebeliones de los años 60: Los años 60 fueron plagados de


rebeliones y de movimientos guerrilleros inspirados por el éxito de la
revolución cubana. Hugo Blanco y Luis de la Puente Uceda fueron los
más famosos líderes revolucionarios. Se realizaba la toma de pueblos,
haciendas y puestos militares con el fin de ganar adeptos. Pero a la
población no le interesaba la ideología que predicaban y no los
respaldó.

Fernando Belaúnde no trajo la ansiada estabilidad al Perú. En 1968 su


gobierno firmó un convenio con la International Petrolium Company
que tuvo el apoyo multipartidario. Pero el Director de la Empresa
Petrolera Fiscal, Carlos Loret de Mola, denunció que había
desaparecido la página once del acuerdo, donde estaría estipulado el
monto de la indemnización que pagaría el Estado a esa empresa. Se
produjo un gran escándalo que llevaría a una nueva Rebelión. El 3 de
octubre se produce un golpe de Estado que depone a Belaúnde. La
junta militar presidida por el General Juan Velasco Alvarado contaría
con el apoyo de la izquierda peruana y del partido comunista.

Rebelión, sedición y motín (página 2)

Partes: 1, 2

El Gobierno Revolucionario de las FFAA: El gobierno de Velasco


nacionalizó los recursos, reformó el agro, la educación, expropió las
empresas, los bancos y los medios de comunicación. El autoritarismo
campeaba y la radicalización de los bandos opuestos era evidente.
Fue un buen momento para que el General Francisco Morales
Bermúdez planeara un “relevo institucional”, es decir, un golpe al
golpista, que se produjo en agosto de 1975.

El “relevo institucional”: Morales Bermúdez estuvo cinco años en el


poder y durante su gobierno continuaron confiscados los diarios y
canales de televisión. También siguieron los encarcelamientos y las
deportaciones de los críticos al gobierno. Fue entonces que se
engendran las rebeliones y el terrorismo que sacudirían al país
durante los años 80 e inicios de los 90. El alzamiento de dos grupos
armados que sembrarían el caos y la muerte en el país y que dejarían
un saldo de más de 25 mil muertos (70 mil según la Comisión de la
Verdad instaurada en 2001).

El Autogolpe de Fujimori: En 1990¡ en medio de la híper-inflación y la


violencia terrorista, Alberto Fujimori llegó al poder sin ningún apoyo
de los partidos políticos tradicionales y tuvo que enfrentar una fuerte
oposición en el Parlamento. Fujimori acusaba al Congreso de ser
“paquidérmico” y el Congreso a Fujimori de tener actitudes
“totalitarias”.

La discusión terminó el 5 de abril de 1992, a la voz de “disolver”,


cuando Fujimori cerró el Congreso e intervino el Poder Judicial,
tomando el poder absoluto. El sui generis golpe sería conocido como
“el autogolpe” de Fujimori y contó con un respaldo de entre el 80% y
el 90% de la población.El gobierno de mano dura de Fujimori
consiguió vencer la híper-inflación y capturar a los cabecillas
terroristas.Sin embargo, Fujimori las vería difíciles cuando el 13 de
noviembre de 1992 el Grl. Jaime Salinas Sedó lideró un “contragolpe”
que a última hora fue debelado y sus líderes encarcelados.

Luego de ello Fujimori hizo una nueva Constitución, fue reelecto e


“interpretó” la Constitución para reelegirse nuevamente.

Montesinos y su intento de tomar el poder: En el año 2000 se hicieron


evidentes las fraudulentas manipulaciones del asesor presidencial
Vladimiro Montesinos, el cual controlaba casi todas las instituciones
del Estado, sobre todo, las Fuerzas Armadas. Tras exhibirse un vídeo
donde Montesinos sobornaba a un congresista, Fujimori destituyó a
Montesinos y anunció que acortaría su tercer mandato.

Pero al asesor presidencial no le gustó la idea y trató de mantenerse


en el poder deponiendo a Fujimori y colocando a un títere en su lugar,
sin embargo, gracias a la presión popular por regresar a una
verdadera democracia, Montesinos se vio obligado a huir y vivir en la
clandestinidad por varios meses hasta ser encarcelado.

Cuando los humalas eran buenos: Mientras Fujimori y Montesinos se


peleaban, en Moquegua surgió una rebelión periférica liderada por el
teniente-coronel Ollanta Humala y su hermano, el militar retirado,
Antauro Humala secundados por 50 soldados.

Los Humala se dieron a conocer entonces, como los líderes de un


movimiento ultranacionalista, racista y xenófobo llamado
“etnocacerista” que proponía la supremacía de la “raza cobriza”.

La rebelión “etnocacerista” buscaba sacar del poder a Fujimori y a los


militares corruptos que lo secundaron.

Los Humalas ganaron cierto apoyo en el sur y el respaldo de diversos


políticos que los consideraron “héroes de la democracia”.
Sin embargo, poco después fueron abandonados por sus soldados,
quienes se entregaron a sus superiores.

Más tarde, Fujimori renunció y asumió la jefatura del Estado el


presidente del Congreso, el Dr. Valentín Paniagua. Al haber cambiado
la situación política, Ollanta Humala se entregó a las autoridades. A
pesar de sus posturas radicales, Ollanta Humala fue reintegrado al
Ejército y premiado, siendo enviado a Francia y Corea como Agregado
Militar recibiendo un abultado sueldo.

Cuando los humalas se hicieron malos:En el año 2001 asumió el


gobierno del Perú el economista Alejandro Toledo. Desde sus inicios,
su gobierno fue duramente criticado por Antauro Humala, que
consideraba a Toledo “la cabeza de un gobierno corrupto y vendido a
capitales extranjeros, sobre todo chilenos”.

En diciembre de 2004, su hermano, el Comandante Ollanta Humala,


quien era agregado militar del Perú en el extranjero, fue dado de baja
intempestivamente, lo cual provocó las iras de Antauro Humala.Así,
en las primeras horas del 1º de Enero de 2005 Antauro Humala, junto
con 150 ex soldados, tomó una comisaría en la ciudad de
Andahuaylas, exigiendo la renuncia del presidente Toledo, que en ese
momento tenía 90% de impopularidad.

El asalto a la comisaría le ganó a Humala las simpatías de la


población local pero dejó como saldo cuatro policías y dos subversivos
muertos.

Según Antauro, se escogió como fecha para el asalto el 1º de Enero


porque Toledo estaría tan borracho y drogado que ellos tendrían 48
horas para actuar sin ninguna reacción del Estado.

Luego de 3 días de confusión, Antauro Humala fue hecho prisionero y


trasladado a Lima, donde continúa encarcelado.[1]

También podría gustarte