Génesis 24 — Isaac y Rebeca
Génesis 24 — Isaac y Rebeca
Génesis 24 — Isaac y Rebeca
Era Abraham ya viejo, y bien avanzado en años; y Jehová había bendecido a Abraham en
todo. Y dijo Abraham a un criado suyo, el más viejo de su casa, que era el que gobernaba
en todo lo que tenía: Pon ahora tu mano debajo de mi muslo, y te juramentaré por
Jehová, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no tomarás para mi hijo mujer de las
hijas de los cananeos, entre los cuales yo habito; sino que irás a mi tierra y a mi
parentela, y tomarás mujer para mi hijo Isaac.
a. Un criado suyo, el más viejo de su casa, que era el que gobernaba en todo lo que
tenía: El siervo llamado Eliezer ocupó esta posición antes (Génesis 15:2). Al ser
descrito como el siervo más viejo de su casa, este era probablemente Eliezer. Él ocupó
una posición de gran honor y responsabilidad, manejaba todo lo que Abraham tenía.
b. Pon ahora tu mano debajo de mi muslo: Según las costumbres antiguas, esto
describe un juramento bastante serio. Abraham está sumamente preocupado, porque
no quiere que Isaac se case con una novia canaanita.
i. «La persona que iba a hacer el juramento puso su mano debajo del muslo de la
persona a quien le iba a jurar; él puso su mano sobre la parte que llevaba la marca
de la circuncisión, el signo del pacto de Dios […]. Nuestras ideas de fragilidad
pueden rebelarse contra el rito utilizado en esta ocasión; pero, cuando la
naturaleza del pacto es considerada, del cual la circuncisión fue la señal,
inmediatamente percibimos que este rito no podría usarse sin producir
sentimientos de reverencia y temor piadoso, ya que la parte contratante debe
saber que el Dios de este pacto es fuego consumidor». (Clarke)
c. Tomarás mujer para mi hijo Isaac: Abraham tuvo claro que no quería que Isaac fuera
a tener una esposa canaanita, y que la esposa debería de ser encontrada entre sus
ancestros en Ur de los caldeos (irás a mi tierra y a mi parentela).
b. Solamente que no vuelvas allá a mi hijo: Isaac, el hijo de la promesa, no dejó la tierra
prometida ni una vez.Su esposa fue traída a él, mientras permanecía en la tierra de
Canaán. Este principio era tan importante que, si la mujer no hubiera venido con el
siervo, era mejor para Isaac no tener esposa (solamente que no vuelvas allá a mi hijo).
c. A tu descendencia daré esta tierra: Abraham insistió en esto, porque Dios hizo una
promesa de pacto a Abraham y a sus descendientes de que la tierra de Canaán era de
ellos. Abraham entendió que la promesa del pacto fue pasada a Isaac, no a Ismael.
Y el criado tomó diez camellos de los camellos de su señor, y se fue, tomando toda clase
de regalos escogidos de su señor; y puesto en camino, llegó a Mesopotamia, a la ciudad
de Nacor. E hizo arrodillar los camellos fuera de la ciudad, junto a un pozo de agua, a la
hora de la tarde, la hora en que salen las doncellas por agua. Y dijo: Oh Jehová, Dios de
mi señor Abraham, dame, te ruego, el tener hoy buen encuentro, y haz misericordia con
mi señor Abraham. He aquí yo estoy junto a la fuente de agua, y las hijas de los varones
de esta ciudad salen por agua. Sea, pues, que la doncella a quien yo dijere: Baja tu
cántaro, te ruego, para que yo beba, y ella respondiere: Bebe, y también daré de beber a
tus camellos; que sea ésta la que tú has destinado para tu siervo Isaac; y en esto
conoceré que habrás hecho misericordia con mi señor.
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providenciales, lo cual a veces puede ser una buena manera de discernir la voluntad de
Dios.
i. Aun así, si uno solo ve las circunstancias y no toma en cuenta otros factores,
pueden ser una manera peligrosa de discernir la voluntad de Dios. Tendemos a
ignorar las circunstancias que nos dicen lo contrario a lo que queremos escuchar (o
atribuirlas al Diablo), mientras nos enfocamos en las circunstancias que nos dicen
lo que queremos escuchar.
ii. Pero en este caso, Eliezer establece lo que buscará antes de que suceda algo. No
se inventan las reglas mientras suceden las cosas.
d. Bebe, y también daré de beber a tus camellos: El siervo de Abraham le dijo a Dios
que le mostrara a la mujer elegida para ser esposa de Isaac a través de un ofrecimiento
para proveer agua a sus diez camellos. Eliezer era lo suficientemente sabio para pedir
una señal que fuera notable, pero (hablando en términos humanos) posible. No tentó a
Dios pidiendo fuego del cielo o protección mientras saltaba de una altura insegura.
e. Que sea esta la que tú has destinado: En cierto sentido, orando así, Eliezer puso las
probabilidades en contra de que pudiera encontrar a alguien. Tendría que ser una
mujer (inigualable) para ofrecerse a hacer esta ardua tarea.
i. Considerando que un camello puede beber hasta 20 galones (75.5 litros), dar de
beber a 10 camellos significaba por lo menos una hora de trabajo duro.
Y aconteció que antes que él acabase de hablar, he aquí Rebeca, que había nacido a
Betuel, hijo de Milca mujer de Nacor hermano de Abraham, la cual salía con su cántaro
sobre su hombro.
a. Antes que él acabase de hablar: Isaías 65:24 habla acerca de esta respuesta de
gracia a la oración: «Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré
oído».
b. Rebeca, […] salía con su cántaro sobre su hombro: El sirviente todavía no sabía si su
oración había sido contestada, solo se comprobaría con el tiempo. Rebeca era la nieta
de Nacor, el hermano de Abraham.
Y la doncella era de aspecto muy hermoso, virgen, a la que varón no había conocido; la
cual descendió a la fuente, y llenó su cántaro, y se volvía. Entonces el criado corrió hacia
ella, y dijo: Te ruego que me des a beber un poco de agua de tu cántaro. Ella respondió:
Bebe, señor mío; y se dio prisa a bajar su cántaro sobre su mano, y le dio a beber. Y
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cuando acabó de darle de beber, dijo: También para tus camellos sacaré agua, hasta que
acaben de beber. Y se dio prisa, y vació su cántaro en la pila, y corrió otra vez al pozo
para sacar agua, y sacó para todos sus camellos. Y el hombre estaba maravillado de ella,
callando, para saber si Jehová había prosperado su viaje, o no.
a. La doncella era de aspecto muy hermoso: Por lo general, se entiende que la Biblia
dice las cosas de manera atenuada, así que cuando leemos que Rebeca era hermosa,
debemos entender que era verdaderamente muy bella.
i. Rebeca es una de las mujeres de las que la Biblia dice, específicamente, que
era bella. Las otras son Sara (Génesis 12:11-14), Raquel (Génesis 29:17), Abigail
(1 Samuel 25:3), Betsabé (2 Samuel 11:2), Tamar (2 Samuel 14:27), la reina Vasti de
Persia (Ester 1:11), Ester (Esther 2:7), y las hijas de Job (Job 42:15).
b. Entonces el criado corrió hacia ella: El sirviente no pensó que era algo no espiritual
presentarse a Rebeca; pero, seguramente, no hizo nada que sugiriera que ella debía
proveer agua para los camellos. La oración no sustituye a la acción.
c. Sacó para todos sus camellos: Mientras Rebeca realizaba la tarea de dar agua a
todos los camellos, el sirviente no la detuvo. Él quiso saber si ella de verdad daría agua
a todos los camellos, o si solamente lo había dicho. Él estaba asombrado al ver que ella
hizo esto (estaba maravillado de ella).
i. Quizá Eliezer sabía que para algunos es más fácil hablar que servir. Quiso saber si
tenía el corazón de sierva, o solo el hablar.
Y cuando los camellos acabaron de beber, le dio el hombre un pendiente de oro que
pesaba medio siclo, y dos brazaletes que pesaban diez, y dijo: ¿De quién eres hija? Te
ruego que me digas: ¿hay en casa de tu padre lugar donde posemos? Y ella respondió:
Soy hija de Betuel hijo de Milca, el cual ella dio a luz a Nacor. Y añadió: También hay en
nuestra casa paja y mucho forraje, y lugar para posar. El hombre entonces se inclinó, y
adoró a Jehová, y dijo: Bendito sea Jehová, Dios de mi amo Abraham, que no apartó de
mi amo su misericordia y su verdad, guiándome Jehová en el camino a casa de los
hermanos de mi amo. Y la doncella corrió, e hizo saber en casa de su madre estas cosas.
b. Le dio el hombre un pendiente de oro que pesaba medio siclo, y dos brazaletes que
pesaban diez: Después de que Rebeca completó la señal por la que el siervo de
Abraham oró, inmediatamente le reveló preciosos regalos a ella. Esto era una señal de
la generosidad y de las riquezas del amo al que él representaba.
c. ¿De quién eres hija?: Revelar los regalos indicaba que Rebeca era la respuesta a la
oración del siervo. Después preguntó acerca de su familia. Él alabó a Dios cuando se
enteró de que ella era de la familia de Abraham.
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d. guiándome Jehová en el camino: Esto mostró la mentalidad del siervo. Sintió que
era su deber estar en el camino, y confiar en que Dios lo guiaría a lo largo del camino.
e. Y la doncella corrió, e hizo saber en casa de su madre estas cosas: Esto es una clara
imagen de la excitación de Rebeca. Un día que, probablemente, comenzó como
cualquier otro, resultó ser, notablemente, el día que cambió su vida.
Y Rebeca tenía un hermano que se llamaba Labán, el cual corrió afuera hacia el hombre,
a la fuente. Y cuando vio el pendiente y los brazaletes en las manos de su hermana, que
decía: Así me habló aquel hombre, vino a él; y he aquí que estaba con los camellos junto
a la fuente. Y le dijo: Ven, bendito de Jehová; ¿por qué estás fuera? He preparado la casa,
y el lugar para los camellos. Entonces el hombre vino a casa, y Labán desató los camellos;
y les dio paja y forraje, y agua para lavar los pies de él, y los pies de los hombres que con
él venían. Y le pusieron delante qué comer; mas él dijo: No comeré hasta que haya dicho
mi mensaje. Y él le dijo: Habla.
a. Y Rebeca tenía un hermano que se llamaba Labán: El padre de Rebeca era Betuel,
quien todavía estaba vivo (Génesis 24:50). Sin embargo, parece que Labán tomó el
liderazgo representando a la familia. Quizás, Labán ya era conocido por sus
habilidades para hacer un trato ventajoso.
b. Cuando vio el pendiente y los brazaletes en las manos de su hermana: Los ojos de
Labán estaban, definitivamente, en las riquezas que trajo el sirviente; pero también
muestra la hospitalidad apropiada a este misterioso visitante y lo saluda
calurosamente: «Ven, bendito de Jehová».
i. «Como cada verdadero siervo de Cristo, él puso los negocios de su amo antes que
su propio bienestar; aun antes de la importante necesidad de comer. Cuando un
hombre comienza a pensar más en sus necesidades que en hacer la voluntad de
Dios, deja de ser un ministro sincero». (Spurgeon)
i. «La frase, “mi amo”, es reiterada en este capítulo; la palabra “amo” aparece
veintidós veces. Eliezer no aspiraba a ninguna independencia de Abraham, ni del
hijo de Abraham. Sus pensamientos eran para su amo; sus palabras eran de
alabanza a su amo; sus obras eran en nombre de su amo. Él no era su dueño, sino el
siervo de otro. Esta es también nuestra posición». (Spurgeon)
b. Quien le ha dado a él todo cuanto tiene: El siervo de Abraham explicó que su amo
solamente tenía un heredero, y que este hijo heredaría todas las riquezas de su amo.
·Quería una mujer que dejara su antiguo hogar y se fuera a vivir con el hijo de su
amo.
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ii. «Bueno, uno dice: “Me alegro de que nos hayas hablado; lo pensaré”. No, amigo,
no quiero eso. No quiero que lo pienses. Has tenido suficiente tiempo para pensar;
oro para que el Espíritu de Dios pueda conducirte a tomar una inmediata
decisión». (Spurgeon)
b. Y sacó el criado alhajas de plata y alhajas de oro, y vestidos: Los regalos dados a
Rebeca en el pozo eran solamente el inicio. Con el acuerdo de Rebeca y su familia para
casarse con Isaac, ella recibió aún más regalos como señal de que se convertiría en una
con el que heredaría todas las riquezas de Abraham.
Y comieron y bebieron él y los varones que venían con él, y durmieron; y levantándose
de mañana, dijo: Enviadme a mi señor. Entonces respondieron su hermano y su madre:
Espere la doncella con nosotros a lo menos diez días, y después irá. Y él les dijo: No me
detengáis, ya que Jehová ha prosperado mi camino; despachadme para que me vaya a mi
señor. Ellos respondieron entonces: Llamemos a la doncella y preguntémosle. Y
llamaron a Rebeca, y le dijeron: ¿Irás tú con este varón? Y ella respondió: Sí, iré.
Entonces dejaron ir a Rebeca su hermana, y a su nodriza, y al criado de Abraham y a sus
hombres. Y bendijeron a Rebeca, y le dijeron: Hermana nuestra, sé madre de millares de
millares, y posean tus descendientes la puerta de sus enemigos.
b. Espere la doncella con nosotros a lo menos diez días: La familia de Rebeca quiso
demorar su partida por unos diez días. Eliezer permaneció enfocado en su misión y
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replicó: «No me detengáis, ya que Jehová ha prosperado mi camino».
i. «Él pensó, quizás, que había más brazaletes de oro, que se estaba separando de
su hermana por muy poco dinero, que no debía dejar que esa joya de valor
incalculable se le escapara de las manos demasiado pronto». (Spurgeon)
c. Sí, iré: Una de las cosas más impresionantes de Rebeca es su disponibilidad total de
dejarlo todo para estar con un novio que nunca había visto. Sus palabras «sí, iré», son
palabras fuertes de fe.
i. En todo esto, vemos la unión de Isaac y Rebeca como una imagen notable de la
unión de Cristo y la iglesia:
·Un hijo que se tenía por «muerto» y «se levanta de entre los muertos».
·Un sirviente sin nombre es enviado para conseguir una esposa para el hijo.
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·El nombre del sirviente realmente es Eliezer, que significa: «Dios de ayuda» o
«ayudador».
·Ella está bajo el cuidado del sirviente hasta que conoce a su novio.
ii. La manera en que Isaac y Rebeca vinieron el uno al otro también nos instruye.
Ellos estaban sirviendo a Dios y buscándolo (había salido Isaac a meditar al
campo), y Dios los juntó. Ellos, obviamente, estaban más preocupados con la
voluntad de Dios que con el pensamiento moderno que hace del amor una
cuestión puramente romántica.
iii. «Puedo decir de este capítulo que registra lo que realmente se dijo y se hizo;
pero, al mismo tiempo, lleva dentro instrucciones alegóricas con anuncios de las
cosas celestiales. El verdadero ministro de Cristo es como Eliezer el damasceno; es
enviado a encontrar una esposa para el hijo de su amo. Su gran deseo es, que
muchos sean presentados a Cristo en el día de su venida, como la novia, la esposa
del Cordero». (Spurgeon)
d. Tomó a Rebeca por mujer, y la amó: Isaac amó a su novia, y Jesús amó a su iglesia.
Podemos resumir la imagen de Isaac, Rebeca, Jesús, y la iglesia.
i. Rebeca y la iglesia:
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