Grassi E
Grassi E
Grassi E
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Edición N° 9 - agosto 1995
(invierno para el hemisferio sur)
INTRODUCCION
Pero hay dos cuestiones de fondo que en realidad dan sentido a mi preocupación
por el desarrollo del campo del trabajo social. Una es de carácter ético y tiene
que ver con la participación como docente en la formación de trabajadores
sociales: los "problemas de formación" que se expresan como reclamos de
manera reiterada, necesariamente me interpelan como tal. -3-
Se trató -entonces- de una acción "coherente" con lo que se iba definiendo como
posibilidad del conocimiento de la sociedad, en pugna con aquellos sistemas
metafísicos; no había activismo ciego, sino propuestas de intervención fundadas
en "el estado del conocimien to y del método" por entonces.
Pero si las ciencias sociales se fueron definiendo como tales a partir de esta
ruptura y evolucionando en el sentido de una complejización de su cuerpo teórico
y metodológico (en cuyo interior la "tensión teoría / empiria" se manifestaba en
la confontación entre paradigmas), en lo que se constituye como el campo de la
"asistencia social" (hacia finales del siglo XIX), la cuestión no está presente como
confrontación interna, en la medida en que ésta no se desarrolla articulada a Ias
ciencias sociales, sino en estrecha vinculación con la medicina, la psiquiatría y
el derecho.
A partir de allí, la asistitencia social define su intervención como la puesta en
''práctica" de los pnncipios y normas derivadas de aquellas disciplinas y dirigidas
a ajustar los comportamientos (individuales y familiares) a una normalidad
predefinida desde estos campos.
b. A aquel origen fuertemente marcado por esta división del trabajo, hay que
sumar la marginación de la formación de los/as asistentes y trabajadores
sociales de los centros académicos de las ciencias sociales -8-, como otra
manifestación (y reforzamiento) de esta separación; a su vez la
proliferación (que aún se mantiene) de institutos terciarios de formación y
titulación, alejados de ámbitos de producción de conocimiento, también
condicionan la estrategia de reproducción del campo, en dirección del
activismo.
Aunque en diferentes momentos de la historia de la profesión se fueron
dando distintos niveles de acercamientos con las ciencias sociales, éste
estuvo "marcado" por este rasgo básico de la dicotomización de la
práctica -9- de los trabajadores sociales.
"El arte, en ciencias sociales, está sin duda en ser capaz de poner en juego
"cuestiones teóricas" muy importantes, respecto a objetos "empíricos"
muy precisos, frecuentemente menores en apariencia [...]
Lo que cuenta, en realidad, es la construcción del objeto, y la eficacia de
un método de pensar nunca se manifiesta tan bien, como en su capacidad
de constituir objetos socialmente insignificantes en objetos científicos o
reconstruir I...] objetos socialmente importantes, aprehendidos desde un
ángulo imprevisto..." (Bourdieu, 1989)
Ahora bien, acordé antes con Danani que el trabajo social ha tenido una reacción
conflictiva con el conocimiento, del cual la teoría es la expresión sistemática.
Esta conflictividad se expresa, entre otras cuestiones, en que se ha Ilevado al
extremo una forma dicotómica de pensar la actualidad, que separa radicalmente,
realidad / teoría; discurso / acción; etc. Pretendo cuestionar primero esta
dualización, para poder avanzar en la idea de la implicancia de la investigación
(producción de conocimientos) en la práctica profesional.
Por eso la teoría está obligada a explicitar y validar sus supuestos y sus
proposiciones sobre la realidad. Esto nos coloca en el plano epistemológico, en
el cual hay que discutir acerca de los criterios de validación del conocimiento en
ciencias sociales.
No pretendo entrar en este plano, sino sólo para aludir -por necesidad de la
argumentación- a lo que NO puede ser un criterio de validación de la teoría
social.
Sólo como referencia general, conviene recordar que, desde una perspectiva
positivista la validación se da por contrastación con observaciones empíricas o
experimentales.
En cambio, desde lo que algunos autores definen como pospositivismo
(Alexander, 1991), la distinción teoría / dato empírico es analítica, no ontológica;
tales datos se construyen analíticamente y se sustentan en aquellos cuerpos
teóricos que consideramos que poseen mayor certeza por "su coherencia
lógica, amplitud de visión, perspicacia interpretativa, relevancia valorativa,
fuerza retórica y consistencia argumentativa" (Alexander, 1991).
Afirmamos antes que el acceso del sujeto a su mundo (la realidad) es siempre
un acceso mediado por esquemas de percepción e ínterpretación y que éstos, a
su vez, son históricamente construidos.
Esto es, tales interpretaciones no son pura subjetividad, no expresan una
esencialidad del sujeto (particular o colectivo), sino que son la expresión
subjetivada de estructuras históricas de percepción y ordenamiento de la
realidad, simultáneamente construidas por la propia acción de representación y
ordenamiento (categorizaciación) del mundo por parte de sujetos
diferencialmente ubicados (y también categorizados) en esas estructuras; y
capaces de construir categorías y ordenamientos alternativos, como quedó visto
al hacer referencia a los problemas sociales.
Como dice A. Heller (1977), "en nuestra vida cotidiana verdadero y correcto
[...] coinciden. ]...] si mis cogniciones sobre un instrumento bastan para
manejarlo correctamente [...] son verdaderas; si mis cogniciones sobre la
sociedad bastan para moverme adecuadamente, también son verdaderas".
-19-
Y esto no significa -insisto- que cada trabajador social deba ser un investigador,
sino un profesional que opera a partir de un instrumental producido
colectivamente y socializado en el marco de un campo autónomamente
constituido.
Porque, como dice Bourdieu, se trata, ante todo, de un "método de pensar".
BIBLIOGRAFIA
NOTAS
-1- Me refiero al Seminario-Taller para la Elaboración del Proyecto de
Investigación, que desarrollamos en la Carrera de Trabajo Social de la
Universidad de Buenos Aires. El mismo está a cargo del Equipo de
Cátedra de 1a Matcria Antropología Social II de la Carrera de Trabajo
Social de la que soy su Titular, y que integran además, las profcsoras Ana
Domínguez Mon y Silvana Campanini y la Ayudante Alumna María
Carman. Del equipo del Seminario aludido forma parte también la alumna
de la carrera y (como Carman) becaria de tnvestigación de la UBA, Stella
Cabral. Su objetivo práctico es facilitar la elaboración de proyectos de
investigación que purdan ser presentados a los llamados anuales a
concurso de becas de investigación de la UBA. El objetivo estratégico es,
obviamente, incentivar la formación de investigadores en el campo del
trabajo social. COmo se desprende, la rica participación de este equipo
en el trabajo de Seminario interno y con los alumnos, alimenta las ideas
aquí contenidas.
-3- Suelo escuchar, con cierta desazón, que se reiteran reelamos que
hace más de 20 años hacíamos quienes entonces éramos alumnos y
advertíamos que no es la formalidad del título profesional lo que acredita
al desempeño profesional. Entonces recibíamos por respuesta un
reproche: "quieren recetas", con lo que la crítica quedaba neutralizada.
Hoy existe la posibilidad del debate, pero exige el compromiso de todos
con una dedicación seria al estudio.
-8- Esta situación no ha sido idéntica en elr esto del país: en las
Universidades más jóvenes, la Carrera se integró a las Facultades de
Humanidades y Ciencias Sociales (como es el caso de la Universidad
Nacional de Misiones) o de Ciencias Políticas (Universidad Nacional de
Rosario), por citar sólo algunos ejemplos. Sin embargo, han proliferado
también escuelas e institutos de nivel terciario, sin articulación con centros
académicos.
En el caso de la Escuela de Asistentes Sociales de la Universidad
Nacional de Buenos Aires, permaneció en la órbita de la Facultad de
Derecho hasta 1985, año en que por presión del movimiento estudiantil,
en el marco del reciente reingreso a la vida democrática, pasó a depender
directamente del Rectorado de la Universidad para, finalmente, pasar a
formar parte de la actual Facultad de Ciencias Sociales como Carrera de
Trabajo Social.
-12- Al respecto, ver el desarrollo más detallado que hace Parisi (1993).
-13- Aunque las comparaciones suelen ser odiosas, a vaces pueden
resultar ilustrativas, si no se pretende asimilar un caso al otro: el ejercicio
de la medicina es un ejercicio profesional; eso no conduce a que todos y
cada uno de los miembros de este campo (los médicos) sean
investigadores ellos mismos o que en su práctica cotidiana (en el
consultorio, en el hospital o en la sala) hagan investigación. Pero la
práctica médica es una práctica profesional y la de cada médico en
particular, es expresión de aquélla, colectivamente constituida y
reconocida como práctica científica; esto es, sustentada en la
investigación en áreas diversas que atañen al campo: biología,
farmacología, teconología médica, etc)
-15- Por eso digo antes que se trata de problemas que una soiedad define
como tal, a partir de la capcidad de un sector o grupo de hacer
hegemónico sus criterios y argumentos. La constitución de determinadas
situaciones como "problemas sociales". o a la inversa, la
desproblematización" de otras, implica confrontaciones y luchas
ideológicas por significar los mismos. La violencia doméstica, es por
ejemplo, una cuestión recientemente instituida como tal (como violencia,
y por tanto como problema que interpela a instituciones públicas). Y esto
es el resultado de las luchas feministas por los derechos iguales de las
mujeres. Hasta no hace mucho tiempo -y aún hoy para buena parte de la
sociedad- esto era una "cuestión privada" y parte del derecho del marido
sobre su esposa. Cuestión similar ocurre con los niños: el castigo físico
puede ser un "correctivo" o un "abuso", depende del criterio que se
imponga, de donde -a su vez- se definirá o no una problemática social.
Que la vivienda, la salud, la educación, etc., sean definidas como
derechos o mercancías, tiene que ver también con la problematización o
desproblematización del acceso a los mismos.
-22- "Para no ser el objeto de los problemas que se toman por objeto es
necesario hacer la histori de la emergencia de esos problemas, de su
constitución progresiva, es decir del trabajo colectivo cumplido en la
competencia y la lucha que ha sido necesaria para hacer conocer y
reconocer esos problemas como problemas legítimos, confesables,
publicables, públicos y oficiales. Se puede pensar en los problemas de la
familia, el divorcio, de la delincuencia, de la droga, del trabajo femenino,
etc. En todos los casos se descubrirá que el problema que el positivismo
ordinario (que es el primer movimiento de todo investigador) acepta como
de suyo, ha sido socialmente producido en y por un trabajo colectivo de
construcción de la realidad social...." (Bourdieu, 1989)