planeta solar
planeta solar
planeta solar
El sistema solar es un sistema planetario que vincula, por efecto de la gravedad, a un conjunto de
objetos astronómicos. Los sistemas planetarios están formados por una o varias estrellas
centrales, y distintos objetos que orbitan a su alrededor. En el caso del sistema solar, la estrella
central es el Sol.
El sistema solar está constituido por 8 planetas, 5 planetas enanos y una enorme cantidad
de cuerpos menores.
¿Qué es un planeta?
Un planeta es un objeto celeste sin luz propia que orbita una estrella y tiene una masa suficiente
que le hace adoptar forma esférica debido a su propia gravedad. La Unión Astronómica
Internacional distingue a los planetas de los planetas enanos porque los segundos no han
conseguido limpiar su órbita; es decir, que la comparten con otros objetos importantes, como
asteroides, cometas y otros cuerpos pequeños.
La clasificación de planetas o planetas enanos no tiene nada que ver con su naturaleza intrínseca,
relevancia o interés desde el punto de vista científico.
Los planetas del sistema solar son (en orden de cercanía al Sol): Mercurio, Venus, Tierra, Marte,
Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
Plutón, que antes se consideraba un planeta, forma parte hoy de los 5 planetas
enanos reconocidos del sistema solar, junto a Ceres, Haumea, Makemake y Eris.
Mercurio es un planeta rocoso con gran cantidad de cráteres. La gravedad en Mercurio es de 3,7
m/s²; es decir, los objetos pesan 62% menos que en la Tierra.
Mercurio es el planeta más cercano al Sol y tiene un tamaño un poco mayor a la Luna de la Tierra,
lo que lo hace el más pequeño de los 8 planetas que conforman el sistema solar. No posee
satélites.
A pesar de su proximidad con el Sol, no es el planeta más caliente de todos, debido a que carece
prácticamente de atmósfera. Incluso, se cree que hacia sus polos podría haber cráteres muy
profundos y oscuros que albergan hielo. Mercurio gira a gran velocidad en torno al astro solar,
tardando solo 88 días terrestres en completar cada vuelta; sin embargo su rotación es mucho más
lenta que la de la Tierra. Mercurio logra girar sobre su propio eje apenas 1,5 veces cada vez que le
da la vuelta al Sol. Durante el día, sus temperaturas llegan a los 430 °C, pero por las noches
descienden hasta los -185 °C. Carece de estaciones, ya que su eje de inclinación es apenas de 2º.
Su atmósfera y temperatura, en cambio, son muy distintas a las de la Tierra. Venus es el planeta
más caliente del sistema solar. La presión atmosférica de Venus es 90 veces mayor que en la
Tierra. Su temperatura alcanza los 463,85 °C. Esto se debe al efecto invernadero extremo que
causan el dióxido de carbono y las nubes de ácido sulfúrico que conforman su densa atmósfera.
El Sol en Venus sale por el oeste, debido a que su rotación va en el sentido contrario al resto de
los planetas del sistema solar. Venus tarda 243 días terrestres en dar una vuelta sobre su propio
eje, y 225 días en dar la vuelta alrededor del Sol.
La Tierra es el tercer planeta más cercano al Sol. Es una esfera achatada en los polos; por lo tanto,
su diámetro ecuatorial (12.756 km) es 43 km más amplio que su diámetro polar. La atmósfera en
la tierra está compuesta en un 99% de Oxígeno (20,95%) y Nitrógeno (78,08%). Es un planeta
con gran cantidad de agua en estado líquido.
La temperatura atmosférica va de -89,15 °C a 56,7 °C, con un promedio de 14,05 °C. Es el planeta
rocoso más grande del sistema solar. La tierra posee un satélite, la Luna, que ejerce una gran
influencia sobre las mareas y las estaciones.
Los elementos más abundantes del planeta son el oxígeno, el silicio, el aluminio y el hierro. Su
composición, campo magnético, posición y órbita, conjugan un conglomerado de difíciles
condiciones que han hecho posible la aparición, mantenimiento y evolución de seres vivos desde
momentos tempranos de su formación; siendo el único planeta con vida del que se tienen
pruebas.
Marte es el único planeta en el sistema solar, además de la Tierra, donde se han encontrado
evidencias de agua líquida. También se cree que hay agua congelada en los polos del planeta y
bajo su superficie.
Las misiones espaciales han probado que Marte tuvo alguna vez un clima más cálido. Esto, junto a
la presencia de otros elementos como el carbono, el nitrógeno y el fósforo, pudo ofrecer
condiciones adecuadas para la vida en el pasado. De igual modo, se han descubierto moléculas
orgánicas, lo que sugiere que albergó o alberga formas de vida microscópicas.