Temas 01-04
Temas 01-04
Temas 01-04
Todos nacemos a la vida y al amor en una familia. En ella aprendemos a amar, a perdonar y a
convivir en paz, a compartir nuestras cosas y a ayudar. En la familia aprendemos el nombre de las cosas,
en la familia damos los primeros pasos en la fe: «aprendemos a llamar a Dios, Padre».
La familia de los esposos cristianos es una pequeña comunidad del Pueblo de Dios que nace por el
sacramento del Matrimonio. Para un matrimonio cristiano, su familia es como una iglesia doméstica donde
los hijos encuentran a Dios desde su nacimiento. Antes, incluso, de participar en la vida parroquial o en la
Catequesis.
Con este tema queremos enseñar a los niños que la vida es un regalo de Dios y
que los padres son sus colaboradores inmediatos. Insistimos en la idea del
CRECIMIENTO.
La Sesión de Catequesis
1. La historia de una semilla
Para comenzar, contamos esta historia a nuestro hijo:
"Chesi, era una semillita pequeña, diminuta que dormía, desde hacía casi un año,
en el fondo de un saco olvidado en el granero. Un día el agricultor cogió el saco y lo cargó
en el tractor. Chesi se sentía inquieta con el traqueteo del viaje, pero tenía una esperanza:
¡por fin la enterrarían en la tierra mojada y ella podría sacar de dentro esa vida que tenía!
Cuando llegaron a un campo grande y espacioso, ella notó, junto con las otras
semillitas que la acompañaban, la mano cálida del agricultor que las lanzaba al aire para
que cayeran en el surco preparado. Al principio sintió como un ligero vértigo, pero al
contacto con la tierra mullida y el calor de los rayos del sol, se arrebujó en un huequecito y
se preparó para crecer y crecer hasta convertirse en un gran árbol.
El tiempo transcurría y Chesi crecía y crecía. ¡Qué bonita era la tierra! ¡Cuánto le
gustaba el sol, la lluvia, la noche estrellada. Qué bonito era vivir! Estaba contenta de
crecer junto a las otras semillas. Pero su felicidad llegó a tope cuando vio que sus hojas,
las del árbol en que ella se había convertido, daban sombra al labrador que le había
posibilitado la vida. Su vida valía para algo y esto la hizo muy feliz".
Tras narrar a nuestro hijo la historia de Chesi, le invitamos a colorear las escenas
en el cuaderno (pág. 4), insistiendo en la idea de CRECIMIENTO. Al acabar, se le
puede hacer la pregunta: ¿Cuál era la mayor alegría de Chesi? (La mayor alegría de
Chesi era vivir y crecer).
Acabamos repasando y pintando las letras del cuaderno: “ESTAMOS
CONTENTOS DE VIVIR Y CRECER”.
Con este tema QUEREMOS que los niños se reconozcan como hijos de Dios y
miembros de la Iglesia.
Este tema nos irá descubriendo la pertenencia a otra familia más grande: la Iglesia,
la familia de los hijos de Dios. Jesús envió a sus amigos a bautizara todas las gentes "En
el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo". Estas son las palabras de la
Señal de la Cruz, que es el signo de los cristianos. Desde el día de nuestro Bautismo,
hemos entrado a formar parte de la Iglesia. Por el Bautismo, Dios habita en nuestro
corazón.
La Sesión de Catequesis
1. Gracias, Señor
Hoy, nos disponemos a aprender el canto de acción de gracias al Señor, que nos
ha dado la vida y nos cuida:
Desde que yo estaba en la pancita de mamita, tú me veías, tú me veías.
Cuando estoy jugando o durmiendo en mi camita, Tú me ves y nunca me dejas.
Por eso yo digo : Gracias Señor, por estar conmigo y cuidarme con amor
Por eso yo digo: Gracias Señor, por estar conmigo y cuidarme con amor.
Los niños hacen preguntas que a los adultos nos interrogan: ¿qué es esto?, ¿para qué?... Con
ellas nos invitan a ir más allá de las cosas, nos llevan a preguntarnos por el misterio de la vida. Hablarles
de Dios es responder a sus preguntas.
Los cristianos hablamos de Dios apoyados en el testimonio y la belleza del misterio de la creación y
en la fe de la Iglesia. Ella nos dice que Dios, a quien nadie ha visto, se ha revelado en una historia de amor
cuyo centro es Jesucristo. Él nos ha anunciado la Buena Nueva de que Dios es nuestro Padre y todos los
hombres somos hermanos. La confianza, la alegría y el amor siempre acompañarán nuestra vida.
Con este tema queremos que los niños descubran el amor tan grande que Dios nos
tiene que nos ha hecho sus hijos: Dios conoce el nombre de cada uno, y nosotros
conocemos también su nombre: Dios se llama Padre. Por eso podemos hablar con Él a
través de la oración.
La Sesión de Catequesis
1. Yo sé que Dios me ama
Comenzamos haciendo la señal de la Cruz. Vamos a repasar las frases tan bonitas
que tenemos escritas en verde en este tema del Catecismo, págs. 16, 17, 18 y 19, ellas
nos muestran la relación con Dios.
Luego escribiremos en el cuaderno (pág.11) las respuestas a esta pregunta: ¿Y
cómo sé que Dios me ama? Porque me ha regalado la vida. Porque piensa en mí y me
mira con cariño. Porque me ha dado a Jesús. (Los niños pueden añadir otros porqués)
Con este tema pretendemos que los niños se vayan familiarizando con la presencia
de Dios en cada uno de los momentos de su vida: Él siempre está con nosotros. El tema
presenta diversos momentos y situaciones de la vida de los niños, para relacionarlos con
la presencia de Dios. Aunque no lo vemos, sabemos, con los ojos del corazón, que
siempre está a nuestro lado. Su compañía nos hace felices y aleja de nosotros el temor.
La Sesión de Catequesis
1. Nunca me olvido de ti
2. Dios es mi Padre
Leemos con él o ella las páginas 20 y 21 del Catecismo: Dios Padre está siempre
con nosotros.
A continuación, cogemos el Cuaderno de actividades por las páginas 12 y 13 y
establecemos un diálogo contemplando los dibujos, personalizando situaciones,
añadiendo el propio niño otras que se les ocurran. Le ayudamos a interpretar los dibujos
del cuaderno, para que caigan en la cuenta de que al fondo siempre está el papá y la
mamá que piensan en él o le acompañan: Cuando duermo, cuando lloro, cuando juego,
cuando paseo, cuando estoy en el colé... Le pedimos que coloree las figuras (el adulto)
que faltan en el cuaderno y que complete las frases sobre las cosas que hacen los
papás para cuidar a sus hijos: -Cuando duermo, mi mamá me arropa; -Cuando lloro, me
consuela; -Cuando estoy en el parque, me columpia...
3. Conclusión
Al final, le preguntamos cuál ha sido el centro de esta Catequesis: "Dios está
siempre a mi lado. Nunca se olvida de mi". Podemos terminar leyendo la oración de la
página 23 del Catecismo: “¡Quédate conmigo, Señor! No te marches de mi lado…