LA AMERICA PORTUGUESA
LA AMERICA PORTUGUESA
LA AMERICA PORTUGUESA
COLONIZACIÓN DE BRASIL
Los primeros exploradores, navegantes europeos, navegaban de marca en marca (punto fijo de la
costa que se toma como señal para conocer la posición del barco). Sin embargo cuando comenzaron a
adentrarse en altamar, necesitaron otros métodos de ubicación y orientación.
La gran época de exploración europea comenzó en el Siglo XI cuando por primera vez se
emprendieron largos viajes por el océano. Los portugueses abrieron paso desde su pequeño reino.
En 1415, después de siglos de lucha, echaron a los musulmanes a tierra, persiguen a todos hasta el
norte de Africa, donde oyeron hablar sobre las minas de oro ocultas en el oeste del continente.
Estas historias inspiraron al príncipe Enrique de Portugal, conocido como “el Navegante”, la
idea de enviar a sus capitanes a explorar por primera vez la costa africana. En 1453, otro pueblo
musulmán, los poderosos turcos otomanos, bloquearon la ruta de comercio por tierra entre Europa y el
lejano Oriente, lo que creó en los portugueses una motivación aún mayor: la necesidad de encontrar una
ruta marina hacia las riquezas de la India. A medida que los portugueses avanzaban poco a poco por la
costa, levantaron en la orilla columnas de piedra, llamadas padróes, para señalar sus avances. Antes de
terminar el siglo, Vasco de Gama abrió la primera ruta marina entre Europa y la India.
Diego Câo.
Que la historia puede ser injusta es un hecho sobradamente documentado. La memoria colectiva rinde
muchas veces homenaje a hombres por méritos que no les pertenecen, mientras los verdaderos
autores de tales proezas o descubrimientos quedan relegados a un segundo plano o sumidos en un
relativo olvido.
Un caso llamativo, es el del nombre con que se bautizó al Nuevo Mundo descubierto por Cristóbal
Colón, América, puesto en homenaje al florentino Américo Vespucio. Similar injusticia ha venido a
afectar no ya a un hombre sino a un país entero: Portugal. El éxito del viaje de Colón otorgó a España
un papel en la memoria histórica que, si bien responde a méritos propios como atestigua la larga lista
de descubridores y conquistadores españoles, ha oscurecido el protagonismo que marinos y
cartógrafos portugueses tuvieron no sólo en los viajes que emprendieron por encargo de los reyes
lusitanos, sino en muchos de los que se realizaron bajo bandera española.En esta breve aproximación
intentaré mostrar un poco la importancia de estos marinos portugueses.
Aproximación A la conquista y colonización portuguesa de America 1
Sin el menor asomo de exageración, bien podría decirse que los navegantes portugueses fueron los
señores de la mar Oceana durante los siglos XIV, XV y XVI. La ubicación de Portugal, aislada por tierra
del resto de Europa, hizo de la mar la natural proyección de su vida comercial. Sus marineros
acumularon una experiencia oceánica y unos conocimientos geográficos que se convirtieron en tesoro
codiciado por otros reinos. Y los más prestigiosos cartógrafos del mundo hallaron en Lisboa el
escenario y la información necesarios para desarrollar la tarea de representar en sus mapas el nuevo
rostro del Mundo, tal y como se iba dibujando a golpe de viajes.
Ese proceso colectivo de descubrimiento no era, sin embargo, una mera cuestión de curiosidad
intelectual. Era el soporte para la gran guerra comercial que libraban las dos potencias marítimas de la
época: Portugal y España. Europa tenía los ojos puestos en el lejano Oriente, en sus riquezas cantadas
por viajeros como el veneciano Marco Polo. Pero, hasta entonces, el único modo de alcanzar aquellos
reinos había sido por vía terrestre, un camino lento y peligroso que debía atravesar territorios
dominados por turcos y árabes. La posibilidad de llegar hasta la remota India por vía marítima, ya fuera
rodeando el continente africano, ya atravesando la mar Océana, como proponía el genovés Cristóbal
Colón, era el reto al que se enfrentaban los marinos de la época. Y en esa carrera hacia la tierra de las
Especias, los marinos portugueses dieron los primeros pasos decisivos, al explorar la costa africana.
A comienzos del siglo XV, bajo los auspicios del infante don Henrique de Portugal, no en vano llamado
El Navegante, marineros portugueses conquistaron Ceuta y algunos años después, en 1433, Gil Eanes
navegaba hasta más allá del cabo de Bojador, en las actuales costas del Sáhara Occidental. Desde
entonces, se sucedieron las expediciones hacia la Guinea, como se conocía al territorio que hoy
comprende las costas de Senegal, Guinea, Liberia y Costa de Marfil. Y a partir de la subida al trono del
rey João II, la búsqueda del cabo que permitiera dar la vuelta al continente africano se convirtió en
obsesión para la corona portuguesa. En 1482, Diogo Cão llegó hasta el río Zaire. Y en 1488,
Bartolomeu Dias encontraba el Cabo de Buena Esperanza y, con él, la ruta hacia la India.
COLÓN
Los muchos y sólidos conocimientos geográficos que atesoraba la corte de Portugal, fueron
paradójicamente la causa de que, por aquellos años, el rey João II rechazara la propuesta de Cristóbal
Colón de buscar una ruta a través del océano hacia la India. Colón había calculado erróneamente la
distancia entre Europa y la India y los cosmógrafos portugueses lo sabían. Por ello fue rechazado su
plan. Parece evidente que Colón buscaba una medida geográfica que le permitiera afirmar que la costa
de la India estaba donde está la de América. La razón apuntada por muchos es que el marino genovés
contaba ya con un testimonio de la existencia de tierras a esa distancia, probablemente recogido de
boca de algún marinero portugués durante su estancia en Madeira. Una hipótesis defendida hoy por
prestigiosos historiadores, como Juan Manzano, pero apuntada ya en el siglo XVI por Juan Suárez de
Peralta en su Tratado del descubrimiento de las Indias y su conquista (publicado en 1579), aunque sin
precisar la nacionalidad del hipotético primer descubridor del Nuevo Mundo. En todo caso, lo que nadie
niega es que sin la experiencia marinera en Portugal y sin el acceso a los mapas y las
informaciones geográficas secretas guardadas en Lisboa, difícilmente hubiera podido Colón
diseñar su plan.
El secretismo cartográfico portugués tiene su expresión más elocuente en la disputa que enfrentó a las
coronas de Portugal y España tras el viaje de Colón. Informado João II del mismo, reclamó la propiedad
de las nuevas tierras descubiertas, amparándose en un viejo tratado firmado con Castilla en 1475. La
tensión estuvo a punto de desembocar en una guerra, pero al fin se firmó el Tratado de Tordesillas,
por el cual Castilla se quedaba con todas las tierras descubiertas más allá de una línea trazada
de polo a polo terráqueo a 370 leguas al este de las islas de Cabo Verde. En el momento de
firmarse el Tratado, 1494, apenas si se habían descubierto algunas islas de la América Central; sin
embargo, dentro de las 370 leguas establecidas para Portugal iban a ser descubiertas en el año 1500,
por la expedición de Pedro Alvares Cabral, las costas de Brasil. ¿Una casualidad?
Todo parece indicar que no. Los cartógrafos portugueses podrían conocer desde hacía años la
existencia de esas tierras gracias a los avistamientos realizados por marinos portugueses a los que, en
su búsqueda del cabo de Buena Esperanza, el régimen de vientos del Atlántico Sur había empujado
hasta la ribera brasileña. De ese modo, mientras los españoles creían haber logrado con el Tratado de
Aproximación A la conquista y colonización portuguesa de America 2
Tordesillas el privilegio de conquista para las ricas tierras de la India, los portugueses se aseguraban de
hecho dicho privilegio pues sabían que el lejano Oriente estaba mucho más allá de lo calculado por
Colón. Y además, merced a su cartografía secreta, también se habían asegurado la posesión de
algunas de aquellas tierras innombradas de cuya existencia ya estaban enterados.
Desde entonces, los esfuerzos marineros de Portugal tomaron una doble dirección. De un lado, la
colonización de Brasil. Del otro, el establecimiento del monopolio comercial con la India y Cathay (hoy
China) a través del Cabo de Buena Esperanza. Línea comercial abierta por Vasco de Gama en el año
de 1498, cuando tras dar la vuelta a África atravesó el océano Índico y arribó a Calicut (Calcuta). Dicho
monopolio contó con la oposición de los marinos y comerciantes árabes que hasta entonces lo habían
ejercido lejos de la influencia de los reinos cristianos.
La ciudad india de Goa (conquistada por Alberto de Alburquerque en 1510) se convirtió en el bastión
portugués en Asia y pronto se sucedieron enclaves en Ormuz y Malaca. Pero los intentos de establecer
relaciones comerciales con China se estrellaron contra la xenofobia de sus gobernantes, que prohibían
la entrada de extranjeros en sus territorios. Los esfuerzos de embajadores, como Tomé Pires, se
pagaron con cárcel y aún con la vida. Y los negocios clandestinos de contrabandistas portugueses
dejaron una estela de leyendas y la historia de Jorge Alvares, que en 1513 logró establecerse en una
playa aislada de la región china de Kuang Tung, que se convirtió en refugio para los portugueses que
se arriesgaban a surcar aquellas aguas. Allí fue a morir San Francisco de Javier en 1532, y allí se hizo
enterrar Alvares cuando unos moluqueños le hirieron de muerte.
Sin embargo, los sufrimientos no fueron en balde: en 1557, el mandarín de Cantón, cansado de tantas
escaramuzas con los tercos aventureros portugueses, les cedió un islote unido al continente por un
estrecho istmo donde hizo colocar un muro para indicar el final de la tierra china. Así nacía la colonia de
Macao, llamada a convertirse durante tres siglos en la cosmopolita ciudad puente del comercio con
China
ABANDERADOS
Al servicio de Portugal trabajaron destacados marinos y cartógrafos italianos, entre ellos el mismo
Américo Vespucio, que también navegaría bajo bandera española. De igual manera que el marino
portugués Fernando de Magallanes y su compatriota y cosmógrafo Ruy Faleiro, emprendieron bajo
bandera española su célebre primera vuelta al mundo, por el estrecho que hoy lleva su nombre, y que
hubo de ser finalizada por Elcano.
La aventura del descubrimiento del Mundo, emprendida desde el siglo XV, fue en realidad una
empresa colectiva europea, aunque se navegara bajo diferentes y a veces enfrentadas banderas,
llevada a cabo por un puñado de marineros de diversos países. Una gesta deslumbrante y terrible,
suma de heroicidad y de destrucción, que muestra a las claras las virtudes y los peligros de la
mentalidad europea moderna, y de la que los navegantes portugueses fueron abanderados.
LA ESCUELA DE SAGRES:
Durante el reinado de João I (1385-1433) los portugueses iniciaron la exploración y explotación de
nuevas tierras, pero la historia de esas empresas se ha deformado a causa de las leyendas. Los
audaces viajes del s.XV, que traducían el esfuerzo de toda la nación, fueron posibles gracias a un largo
período de investigaciones científicas:
En las seculares relaciones mercantiles entre Europa y Asia, los mercaderes europeos no habían
apenas ofrecido objetos de igual valor en el trueque de los productos asiáticos: seda, porcelana, piedras
preciosas y joyas, lana, drogas y especias. La balanza comercial presentaba por ello siempre un pasivo
y debía ser equilibrada mediante entregas de oro y plata. Esta fue una de las causas de la decadencia
del sistema monetario europeo, que ya a finales de la Antigüedad se había instituido, y que en la Edad
Media adquirió catastróficas proporciones.
Fue el almirante Pedro Álvares Cabral, el primer portugués que desembarcó en América del Sur, el 22
de abril de 1500. Álvares Cabral, tomó posesión de las tierras descubiertas en nombre del Rey de
Portugal y defendió todo el territorio brasileño, que gracias a las posteriores exploraciones de Américo
Vespucio, Gonçalo Coelho y Fernando de Noronha en los años1501 y 1502 se determinó que la mayor
parte de este inmenso país no figuraba al Este de la línea de demarcación establecida por el Tratado de
Tordesillas. De los escritos de un compañero de Cabral, se deduce que las grupos indígenas que
encontraron los portugueses en el actual estado de Bahía eran hospitalarios y sumisos y el suelo que
poseían era fértil.
A partir de 1530 se inició la colonización de Brasil y fue durante esa época que toda América funcionó
como un satélite de la Península Ibérica por que buena parte de las riquezas americanas llegaba a la
Metrópoli lo cual condujo al desarrollo de ésta y al notorio empobrecimiento de las tierras americanas.
En 1580 Felipe II es nombrado rey de Portugal, con lo cual Brasil pasó automáticamente, a
depender de la corona española. Durante esa época ocurrieron nuevas invasiones francesas, una en
Río de Janeiro y después otra en Maranhão, valientemente rechazada por Jerônimo de Albuquerque.
Pero la más importante de las invasiones ocurridas durante el período colonial fue la de los holandeses.
La historia económica de Brasil, desde el siglo XVI hasta 1930 puede resumirse en el nombre de cuatro
productos: “pau-brasil”, azúcar, oro y café, toda vez que su economía, en períodos diferentes y
sucesivos, se vio dominada por uno de dichos productos, por más que también se explotaran otras
riquezas. Desde la época del Descubrimiento hasta 1808, el comercio exterior del Brasil estuvo sujeto a
un régimen de monopolio(similar al español), pues todas las transacciones comerciales se hacían
exclusivamente con Portugal