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LIBRO DE OCTAVO

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1.

EL SECRETO DE SER FELIZ

Hace muchísimos años, vivió en la India un sabio, de quien se decía que guardaba en un cofre
encantado un gran secreto que lo hacía ser un triunfador en todos los aspectos de su vida y que,
por eso, se consideraba el hombre más feliz del mundo.

Muchos reyes, envidiosos, le ofrecían poder y dinero, y hasta intentaron robarlo para obtener el
cofre, pero todo era en vano.

Mientras más lo intentaban, más infelices eran, pues la envidia no los dejaba vivir.

Así pasaban los años y el sabio era cada día más feliz. Un día llegó ante él un niño y le dijo: “Señor,
al igual que tú, también quiero ser inmensamente feliz ¿Por qué no me enseñas qué debo hacer
para conseguirlo?”.

El sabio, al ver la sencillez y la pureza del niño, le dijo: “A ti te enseñaré el secreto para ser feliz.
Ven conmigo y presta mucha atención. En realidad, son dos cofres en donde guardo el secreto
para ser feliz y estos son mi mente y mi corazón, y el gran secreto no es otro que una serie de
pasos que debes seguir a lo largo de la vida”:

“EL PRIMERO, es saber que existe la presencia de Dios en todas las cosas de la vida, y por lo
tanto, debes amarlo y darle gracias por todas las cosas que tienes.

“EL SEGUNDO, es que debes quererte a ti mismo, y todos los días al levantarte y al acostarte,
debes afirmar:
– yo soy importante,

– yo valgo, soy capaz,

– soy inteligente,

– soy cariñoso,

– espero mucho de mí,

– no hay obstáculo que no pueda vencer:

(Este paso se llama autoestima alta).

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“EL TERCER PASO, es que debes poner en práctica todo lo que dices que eres; es decir:
-si piensas que eres inteligente, actúa inteligentemente;

-si piensas que eres capaz, haz lo que te propones;

-si piensas que eres cariñoso, expresa tú cariño:

Si piensas que no hay obstáculos que no puedas vencer, entonces proponte metas en tu vida y
lucha por ellas hasta lograrlas.

(Este paso se llama motivación).

“EL CUARTO PASO, es que no debes envidiar a nadie por lo que tiene o por lo que es, ellos
alcanzaron su meta, logra tú las tuyas.
“EL QUINTO PASO, es que no debes albergar en tú corazón rencor hacia nadie: ese sentimiento
no te dejará ser feliz: deja que las leyes de Dios hagan justicia, y tú perdona y olvida.
“EL SEXTO PASO, es que no debes tomar las cosas que no te pertenecen, recuerda que de acuerdo
a las leyes de la naturaleza, mañana te quitarán algo de más valor.
“EL SÉPTIMO PASO, es que no debes maltratar a nadie; todos los seres del mundo tenemos
derecho a que se nos respete y se nos quiera.
Y por último, “levántate siempre con una sonrisa en los labios, observa a tú alrededor y descubre
en todas las cosas el lado bueno y bonito; piensa en lo afortunado que eres al tener todo lo que
tienes; ayuda a los demás, sin pensar que vas a recibir nada a cambio; mira a las personas y
descubre en ellas sus cualidades y dales también a ellos el secreto para ser triunfador y que de
esta manera puedan ser felices”.

Deseo que podamos encontrar la tan ansiada felicidad dentro de nosotros mismos y así reflejarla
a los que nos rodean, porque entre más personas sean felices, menos violencia habrá en este
mundo…..

“Quien nada aporta a la colmena no tiene derecho a probar la miel”

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2. EL PIANISTA

La sala de conciertos estaba completa; es más, se observaban en la parte de atrás algunos


asistentes de pie, urgiendo la presencia del artista; los boletos se habían agotado un mes antes
de su presentación; uno de los mejores pianistas del mundo era el protagonista de tan grande
expectación.
A la hora en punto de iniciar, apareció en el escenario. La ovación no se dejó esperar, se hizo un
profundo silencio, y sin más se escucharon las primeras notas de la Polonesa de Chopin.

Conforme iba avanzando en su magistral ejecución vimos la transformación del artista; la pasión
iba creciendo, su rostro manifestaba una profunda concentración que se reflejaba en cada nota
con una emoción que más pareciera estar tocando con el corazón que con las manos.

El sudor cubrió su frente, su cabellera se fundía con el ritmo de su música. El éxtasis en la parte
alta de su concierto no era exclusividad del artista, los asistentes estaban paralizados y en sus
rostros se reflejaban las pasiones que el músico les transmitía.

Con el violento movimiento final se cerró la magistral ejecución; los aplausos fueron
desbordantes, el público de pie lanzaba gritos de júbilo y de felicitación. El artista tuvo que volver
al escenario en cinco ocasiones más para recibir el tributo de sus admiradores.

Ya una vez en su camerino, los más importantes personajes de la ciudad tuvieron el privilegio de
saludarlo personalmente, y entre ellos, se encontraba una distinguida dama que hizo el siguiente
comentario:

— Maestro, ha tocado en forma por demás magistral, yo daría la mitad de mi vida por ejecutar un
concierto como usted lo ha hecho hoy.
El artista humildemente le contestó:

— Yo, ya lo he hecho señora.


La admiradora agregó:

— Sé que se ha preparado durante muchos años, pero explíqueme, ¿de dónde le sale toda la fuerza que
usted transmite?
El pianista respondió:

— De la pasión que siento por lo que hago. Ella es la impulsora que me hace lograr todo en plenitud.
Nunca he podido ejecutar una pieza si primero no la siento y cuando logro despertar esa musa mágica
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dentro de mí que es la pasión, sé que toco, porque la siento en el alma. De hecho, no creo que nada grande
se pueda lograr sin ella; es la fuerza que nos ha permitido tener magistrales obras de arte, iniciar
grandes proyectos, es la impulsora de la creatividad, es la fuente de energía más poderosa que radica
en el corazón de todos los seres humanos.
Atrevámonos a reconocer en nosotros la pasión que tenemos dentro para realizar la mejor obra
de arte en nuestra vida, siendo lo que somos, teniendo lo que tenemos y aún faltándonos lo que
nos falta, por la pasión podemos brillar y hacer la diferencia en nuestro hogar, en la fuente laboral,
en la sociedad.

Si reconocemos esa pasión en nuestro interior podríamos hacernos diferentes y dar lo mejor
siempre y no cada vez que nos sintamos alegres solamente. Ser mejor cada día no depende de
nuestro estado de ánimo, depende de lo que nos creamos capaces de alcanzar aún a pesar de
nuestras limitaciones. La pasión activa el deseo, el ser mejor lo culmina nuestra decisión.

FRASE REFLEXIVA: “Un cielo sin nubes puede ser hermoso, pero faltaría la lluvia que riega los
campos para que prospere la vida… Una vida sin retos puede ser cómoda, pero faltarían los triunfos y
fracasos para darle sentido a la existencia”
Ivan Thompson

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3. EL ÁRBOL DE LOS PROBLEMAS
La historia de un carpintero que tuvo un día lleno de problemas, pero que al final de la jornada
pudo darle una invaluable lección a un granjero, con su ARBOL DE LOS PROBLEMAS…
Un hombre después de pensarlo se decidió a reparar una vieja casa que tenía en una granja.
Entonces, contrató a un carpintero que se encargaría de todos los detalles logísticos de
restauración.

Un día decidió ir a la granja, para verificar como iban todos los trabajos. Llegó temprano y se
dispuso a colaborar en los quehaceres que realizaba el carpintero. Ese día parecía no ser el mejor
para el carpintero. Su cortadora eléctrica se había dañado, haciéndole perder dos horas de
trabajo. Después de repararla, un corte de electricidad en el pueblo le hizo perder dos horas más
de trabajo. Tratando de recuperar el tiempo, partió dos cierras de su cortadora. Ya finalizando la
jornada, el pegamento que disponía no le alcanzaba para mezclar su fórmula secreta de acabado.

Después de un día tan irregular, ya disponiéndose para ir a su casa, el camión se le negaba a


arrancar. Por supuesto, el dueño de la granja se ofreció a llevarlo. Mientras recorrían los
hermosos paisajes de la granja, él iba en silencio meditando. Parecía un poco molesto por los
desaires que el día le había jugado.

Después de treinta minutos de recorrido llegaron a la casa del carpintero, y de sorpresa lo invitó
para que conociera a su familia. Mientras se dirigían a la puerta, el carpintero se detuvo
brevemente frente a un pequeño árbol, de color verde intenso y por demás hermoso. Tocó
varias ramas con sus manos, mientras admiraba sus preciosas hojas.
Cuando abrió la puerta, ocurrió una sorprendente transformación. Su bronceada cara estaba
plena de sonrisas y alegría. Sus hijos se lanzaron sobre él, dando vueltas en la sala. Le dio un
beso a su esposa y lo presentó. Le invitó un refresco y una suculenta empanada. Ya
despidiéndose, lo acompañó hasta el auto.

Cuando pasaron nuevamente cerca del árbol, la curiosidad fue grande y le preguntó acerca de lo
que había visto hacer un rato antes. Le recordó su conducta con el árbol.
¡Ohh!, ese es mi árbol de los problemas, contestó.
Y luego procedió a explicar y dijo: sé que no puedo evitar tener dificultades en mi trabajo, percances
y alteraciones en mi estado de ánimo. Pero una cosa si es segura: Esos problemas no pertenecen ni a mi
esposa y mucho menos a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el “árbol de los problemas” cada
noche cuando llego a casa. Luego en la mañana los recojo nuevamente, porque tengo que solucionarlos.
Lo divertido es, dijo sonriendo el carpintero, que cuando salgo en la mañana a recogerlos, no hay tantos
como los que recuerdo haber colgado la noche anterior.

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El dueño de la granja se subió a su auto, meditando sobre la estrategia del carpintero para ser
más feliz y evitar contaminar el hogar con los problemas laborales. Entonces se dijo, valió la pena
el paseo de hoy.

Llegó a la granja y se dispuso a seleccionar su árbol de los problemas. Y desde entones cada
vez que llegaba a su hogar ya saben lo primero que hacía.
“Tenemos que saber que el mundo sólo se puede captar mediante la acción y no la
contemplación. El impulso más poderoso, en el ascenso del hombre, es el placer que le produce
su propia habilidad. Gocemos haciendo lo que hacemos bien, y habiéndolo hecho bien,
gocémonos haciéndolo mejor y lo que no sabemos aprendámoslo y gocemos aprendiendo y luego
seremos mejores porque habremos aprendido con gozo”.

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4. EL ESCLAVO

¿Tú de qué eres esclavo? ¿De las heridas que recibiste cuando eras pequeño?, ¿de tus traumas
de la infancia?, ¿de lo que alguien más decidió que fueras?, ¿de una relación que no te
satisface?, ¿de un trabajo que no disfrutas?, ¿de la rutina de tu vida?
¡Ya libérate! ¡tira ya ese costal que llevas en la espalda en el guardas el resentimiento, el rencor
y la culpa. Deja ya de culpar a otros y a tu pasado por lo que no marcha bien en tu vida. Cada
día tienes la oportunidad de empezar otra vez. Cada mañana, al abrir los ojos, naces de nuevo,
recibes otra oportunidad para cambiar lo que no te gusta y para mejorar tu vida. La
responsabilidad es toda tuya. Tu felicidad no depende de tus padres, de tus amigos, de tu
pasado, depende solo de ti.
¿Qué es lo que te tiene paralizado?, ¿el miedo al rechazo?, ¿al éxito?, ¿al fracaso?, ¿al que
dirán?, ¿a la crítica?, ¿a cometer errores?, ¿a estar solo?
¡Rompe ya las cadenas que tu mismo te has impuesto! A lo único que le debes tener miedo es a
no ser tú mismo, a dejar pasar tu vida sin hacer lo que quieres, a desaprovechar esta
oportunidad de mostrarte a otros, de decir lo que piensas, de compartir lo que tienes. Tú eres
parte de la vida y como todos, puedes caminar con la frente en alto. Los errores del pasado ya
han sido olvidados y los errores del futuro serán perdonados. Date cuenta de que nadie lleva un
registro de tus faltas, solo tú mismo. Ese juez que te reprocha, ese verdugo que te castiga, ese
mal amigo que siempre te critica, ¡eres tú mismo! Ya déjate en paz, ya perdónate, sólo tú
puedes lograrlo.
¿Cuándo vas a demostrar tu amor a tus seres queridos?, ¿Cuándo te queden unos minutos de
vida?, ¿Cuándo les queden a ellos unos minutos de vida?
El amor que no demuestres hoy, se perderá para siempre. Recuerda que la vida es tan corta y
tan frágil que no tenemos tiempo que perder en rencores y estúpidas discusiones. Hoy es el día
de perdonar las ofensas del pasado y de arreglar las viejas rencillas. Entrégate a los que amas
sin esperar cambiarlos, acéptalos tal como son y respeta el don más valioso que han recibido:
Su libertad.
Disfruta de tus relaciones sin hacer dramas. Si pretendes que todos hagan lo que tú quieres o
que sean como tú has decidido, si pretendes controlar a los que te rodean, llenarás tu vida de
conflicto. Permite a otros que tomen sus propias decisiones como has de tomar las tuyas,
tratando siempre de lograr lo que es mejor para todos. Así podrás llenar tu vida de armonía.
Y por último, ¿Qué estás esperando para empezar a disfrutar de tu vida? ¿Que se arreglen todos
tus problemas?, ¿Que se te quiten todos tus traumas?, ¿Que por fin alguien reconozca tu valía?,
¿Que llegue el amor de tu vida?, ¿Que regrese el se fue?, ¿Que todo te salga como tú quieres?,
¿Que se acabe la crisis económica?, ¿Que te suceda un milagro?, ¿Que por arte de magia todo

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sea hermoso y perfecto?
¡Despierta ya hermano!, ¡Despierta ya hermana!, ¡Esta es la vida!
La vida no es lo que sucede cuando todos tus planes se cumplen, ni lo que pasará cuado
tengas eso que tanto deseas. La vida es lo que está pasando en este preciso instante. Tú vida
en este momento es leer este párrafo, donde quiera que lo estés haciendo y con las
circunstancias que te rodean ahora. En este momento tu corazón lleva sangre a todas las
células de tu cuerpo y tus pulmones llevan oxígeno a donde se necesita. En este momento algo
que no podemos comprender, te mantiene vivo y te permite, ver, pensar, expresarte, moverte,
reír, ¡hasta llorar si quieres!
No te acostumbres a la vida, no te acostumbres a despertar todos los días y estar aburrido, o
malhumorado, o preocupado. Abre tus ojos y agradece todas las bendiciones que puedes ver,
agradece tu capacidad de oír el canto de los pájaros, tu música preferida, la risa de tus hijitos.
Pon tus manos en tu pecho y siente tu corazón latir con fuerza diciéndote: “Estás vivo, estás
vivo, estás vivo”.
Yo se que la vida no es perfecta, que está llena de situaciones difíciles. Tal vez, así es como se
supone que sea. Tal vez por eso se te han brindado todas las herramientas que necesitas para
enfrentarla: Una gran fortaleza que te permite soportar las pérdidas, la libertad de elegir como
reaccionar ante lo que sucede, el amor y el apoyo de tus seres queridos.
Se también que tú no eres perfecto, nadie lo es. Y sin embargo, millones de circunstancias se
han reunido para que existas. Fuiste formado a partir de un diseño maravilloso y compartes con
toda la humanidad sus virtudes y defectos. Así está escrito en tus genes, en los genes de todos
los seres humanos que han existido y en todos los que existirán.
Tus pasiones, tus miedos, tus heridas, tus debilidades, tus secretos y tu agresión, los
compartes con todos tus hermanos. ¡Bienvenido a la raza humana! Esos supuestos defectos
son parte de tu libertad, parte de tu humanidad.
Si te preguntas ¿Quién soy yo para decirte todo esto? Te contestaré que no soy nadie, soy
simplemente una versión diferente de lo que tú eres. Otro ser humano más entre miles de
millones, pero uno que ha decidido ser libre y recuperar todo el poder de su vida………

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5. EL HERMANO
Mire al otro lado del arroyo, en aquella granja vive mi vecino, bueno, de hecho, es mi hermano
menor. La semana pasada había una hermosa pradera entre nosotros, pero él desvió el cauce
del arroyo para que quedara entre nosotros.
Él pudo haber hecho esto para enfurecerme, pero le voy a hacer una mejor.

¿Ve usted aquella fila de desechos de madera junto al granero? quiero que construya una cerca
de 2 metros de alto, “no quiero verlo nunca más”

El carpintero le dijo: “creo que comprendo la situación”

El hermano mayor le ayudó al carpintero a reunir todos los materiales y dejo la granja por el resto
del día para ir por provisiones al pueblo.

Cerca del ocaso, cuando el granjero regresó; el carpintero justo había terminado su trabajo.

El granjero quedó con los ojos completamente abiertos y su quijada cayó.

¡No había ninguna cerca de dos metros!

En su lugar había un puente que unía las dos granjas a través del arroyo.

Era una fina pieza de arte, con todo y pasamanos.

En ese momento, su vecino, su hermano menor, vino desde su granja y abrazando a su hermano
mayor le dijo:

“Eres un gran tipo”, mira que construir este hermoso puente después de lo que te he dicho y
hecho”.

Estaba en su reconciliación los dos hermanos, cuando vieron que el carpintero tomaba sus
herramientas.

“No espera”. “Quédate unos cuantos días tengo muchos proyectos para ti”, le dijo el hermano
mayor al carpintero.

“Me gustaría quedarme”, dijo el carpintero” “pero tengo muchos puentes que construir”

Muchas veces dejamos que los malentendidos o enojos nos alejen de la gente que queremos,
muchas veces permitimos que el orgullo se anteponga a los sentimientos.

Recuerda que perdonar no cambia en nada el pasado, pero si el futuro.

No guardes rencores ni resentimientos de amargura que solo te lastima a ti, te alejan de dios y
de las personas que te quieren, Aprende a ser feliz y disfruta de las maravillas que dios ha creado.

ÉL TE AMA Y DESEA QUE TENGAS UNA VIDA DICHOSA, LLENA DE AMOR Y ARMONÍA.

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6. LOS TRES LEONES
En la selva vivían 3 leones. Un día el mono, el representante electo por los animales, convocó a
una reunión para pedirles una toma de decisión:

Todos nosotros sabemos que el león es el rey de los animales, pero hay una gran duda en la
selva: existen 3 leones y los 3 son muy fuertes.

¿A cuál de ellos debemos rendir obediencia? ¿Cuál de ellos deberá ser nuestro Rey?

Los leones supieron de la reunión y comentaron entre sí: Es verdad, la preocupación de los
animales tiene mucho sentido. Una selva no puede tener 3 reyes. Luchar entre nosotros no
queremos ya que somos muy amigos.

Necesitamos saber cuál será el elegido, pero, ¿Cómo descubrir? Otra vez los animales se
reunieron y después de mucho deliberar, llegaron a una decisión y se la comunicaron a los 3
leones.

Encontramos una solución muy simple para el problema, y decidimos que Uds. 3 van a escalar la
Montaña Difícil.

El que llegue primero a la cima será consagrado nuestro Rey. La Montaña Difícil era la más alta
de toda la selva. El desafío fue aceptado y todos los animales se reunieron para asistir a la gran
escalada.

El primer león intentó escalar- y no pudo llegar. El segundo empezó con todas las ganas, pero,
también fue derrotado. El tercer león tampoco lo pudo conseguir y bajó derrotado.

Los animales estaban impacientes y curiosos; si los 3 fueron derrotados,

¿Cómo elegirían un rey?

En ese momento, un águila, grande en edad y en sabiduría, pidió la palabra:

¡Yo sé quién debe ser el rey! Todos los animales hicieron silencio y la miraron con gran
expectativa.

¿Cómo? Preguntaron todos.

Es simple, dijo el águila. Yo estaba volando bien cerca de ellos y cuando volvían derrotados en
su escalada por la Montaña Difícil escuché lo que cada uno dijo a la Montaría.

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El primer león dijo:

¡Montaña, me has vencido!

El segundo león dijo:

¡Montaña, me has vencido!

El tercer león dijo:

¡Montaña!, me has vencido, por ahora! porque ya llegaste a tu tamaño final y yo todavía estoy
creciendo.

La diferencia, completó el águila, es que el tercer león tuvo una actitud de vencedor cuando sintió
la derrota en aquel momento, pero no desistió y quien piensa así, su persona es más grande que
su problema: El es el rey de sí mismo, está preparado para ser rey de los demás.

Los animales aplaudieron entusiastamente al tercer león que fue coronado El Rey de los
animales.

Moraleja: No tiene mucha importancia el tamaño de las dificultades o problemas que tengas.
Tus problemas, por lo menos en la mayor parte de las veces, ya llegaron al nivel máximo, pero no
tú.

Tú todavía estás creciendo y eres más grande que todos tus problemas juntos.

Todavía no llegaste al límite de tu potencial y de tu excelencia.

La Montaña de las dificultades tiene un tamaño fijo, limitado. ¡TU TODAVÍA ESTAS CRECIENDO!

Y acuérdate del dicho: “NO DIGAS A DIOS QUE TIENES UN GRAN PROBLEMA, SINO DILE AL
PROBLEMA QUE TIENES UN GRAN DIOS” ‘.

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7. EL HIPÓCRITA:

En un rincón olvidado por los mapas, pero anidado en la memoria de quienes lo habitaban, se
erigía un pequeño pueblo. En este paraje, la vida de un anciano estaba entrelazada con la de sus
dos hijos.

Uno, un fiel compañero de silencios y risas, había sido el bálsamo en los días oscuros de
enfermedad de su padre. El otro, una figura errante, solo hacía acto de presencia cuando sus
bolsillos clamaban auxilio.

Ante la inminente danza con la eternidad, el anciano, en un acto de justicia, vertió sus últimas
voluntades sobre un testamento. Un 80% de su legado al hijo presente, un 20% al ausente. Pero,
como en una travesura del destino, una jarra de manteca se volcó sobre el documento, esfumando
los nombres entre sus manchas.

El hijo ausente, avistando un horizonte dorado en la desgracia, se apresuró ante la justicia,


clamando ser el merecedor de la porción mayor. El juez, enfrentado a un enigma, pospuso su
dictamen, esperando que el tiempo desvelara la verdad.

El día del último adiós al patriarca congregó al pueblo. Mientras el hijo cariñoso envolvía su luto
en la dignidad del silencio, el otro se erigía en un teatro de lamentos y llantos, en un vano intento
por pintar un dolor que no sentía.

Sin embargo, en este teatro de la vida, la verdad tiene un guion propio. Al ser depositado el
cuerpo en la pira, las lágrimas de los hermanos se entrelazaron con el destino.

Las del hijo fiel florecieron en pétalos suaves, mientras que las del hipócrita se endurecieron en
piedras frías. Este milagro no solo tocó los corazones de los presentes, sino que se transformó en
la evidencia que el juez necesitaba para desenredar la madeja de la justicia.

Reflexiones de “El Hipócrita”:


Inevitable Revelación de la Verdad:

La historia ilustra que, independientemente de los esfuerzos por ocultarla o distorsionarla, la


verdad tiene una forma de revelarse a sí misma, a menudo de maneras inesperadas o milagrosas.
En este caso, fue a través de un evento sobrenatural que la verdadera naturaleza de cada hijo fue
revelada.

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La Falsedad no Puede Sostenerse Indefinidamente:

El hijo ausente puede haber sido capaz de fingir dolor y preocupación a corto plazo, pero su
verdadera naturaleza fue eventualmente expuesta. Esto subraya la noción de que la falsedad y la
hipocresía son insostenibles a largo plazo.

Las Acciones Hablan más Fuerte que las Palabras:

El hijo fiel no necesitó hacer un espectáculo de su dolor; sus acciones a lo largo de los años
hablaron por sí mismas. Por el contrario, el hijo ausente sintió la necesidad de exagerar su dolor
para compensar su falta de acción.

La Integridad se Mantiene en Tiempos Difíciles:

La verdadera integridad y carácter de una persona se revelan en momentos de adversidad y


pérdida. El hijo fiel mantuvo su compostura y respeto incluso en el dolor, mostrando su genuina
conexión y amor por su padre.

“No es posible esconder la verdadera naturaleza del corazón, pues siempre encuentra una
forma de revelarse.”

Conclusión:
“El Hipócrita” nos brinda una mirada profunda sobre la interacción entre la sinceridad y la
falsedad, y cómo estas se revelan ante la mirada de la justicia y la comunidad. La historia nos invita
a valorar la autenticidad y a reconocer que la verdad, aunque a veces tardía, siempre hallará su
camino para ser revelada.

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8. LOS TRES FILTROS DE SÓCRATES
En la antigua Grecia, un discípulo, lleno de ansiedad, llegó a la casa de Sócrates. Sin apenas aliento,
comenzó a hablar: «¡Maestro! Quiero contarte cómo un amigo tuyo estuvo hablando de ti con
malevolencia…»
Sócrates, con su característica calma, lo interrumpió: «¡Espera! ¿Has pasado lo que vas a decirme
por los Tres Filtros?»
«¿Los Tres Filtros?», preguntó el discípulo, confundido.
«Sí», respondió Sócrates. «El primer filtro es la VERDAD. ¿Estás seguro de que lo que me vas a
contar es totalmente verdadero?»
«No», admitió el discípulo, «lo oí de unos vecinos.»
«Entonces, ¿pasó por el segundo filtro, el de la BONDAD? ¿Es algo bueno lo que me quieres
decir?»
«No, en realidad no. Es algo malo», reconoció el discípulo.
«Veo», dijo Sócrates. «¿Qué hay del último filtro, la NECESIDAD? ¿Es realmente necesario que me
hables de esto?»
Para ser honesto, no es necesario», concluyó el discípulo.
Sócrates sonrió sabiamente y dijo: «Si lo que me ibas a decir no es verdadero, ni bueno, ni
necesario, mejor lo dejamos en el olvido.»
Reflexiones de «Los Tres Filtros de Sócrates»
Verificar la Veracidad en la Comunicación:
El primer filtro nos impulsa a buscar la verdad. En una era donde abundan los rumores y la
información errónea, confirmar la veracidad de lo que compartimos es esencial.
El Impacto Positivo de Nuestras Palabras:
El segundo filtro, centrado en la bondad, nos reta a evaluar el impacto emocional y moral de
nuestras palabras. Este filtro nos invita a elegir palabras que sean constructivas y benéficas.

La Importancia de la Relevancia y la Pertinencia:

El tercer filtro nos hace reflexionar sobre la necesidad y relevancia de nuestra comunicación. Este
filtro nos ayuda a evitar la sobreinformación, enfocándonos en lo que es verdaderamente esencial.

Evitando la Negatividad en las Conversaciones

La enseñanza de Sócrates es una herramienta valiosa para evitar caer en el chisme y la


malevolencia, promoviendo una comunicación más íntegra y respetuosa.

Construyendo Diálogos Constructivos

Al aplicar los tres filtros de Sócrates, fomentamos una comunicación más consciente y
considerada, mejorando la calidad de nuestras interacciones diarias.

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La Responsabilidad en la Comunicación

Este relato nos recuerda que somos responsables de nuestras palabras y del impacto que tienen,
instándonos a comunicarnos con intención y cuidado.

Preguntas Frecuentes sobre los Filtros de Sócrates.

¿Qué Representan los Tres Filtros de Sócrates?

Los filtros representan criterios de veracidad, bondad y necesidad, que deben guiar nuestra
comunicación.

¿Cómo Aplicar la Regla de los Tres Tamices?

Antes de hablar, pregúntate si lo que vas a decir es verdadero, bueno y necesario. Si no cumple
con estos criterios, reconsidera compartirlo.

¿Por Qué es Importante el Primer Filtro, ¿la Verdad?

La veracidad es fundamental para mantener la integridad y la confianza en nuestras interacciones.

¿Cuándo Deberíamos Usar los Tres Filtros?

Idealmente, deberíamos usarlos en todas nuestras conversaciones, especialmente cuando


compartimos información sobre otros.

Conclusión: La Importancia de una Comunicación Reflexiva.


«Los Tres Filtros de Sócrates» nos enseñan que no todas las palabras merecen ser dichas. Este
enfoque hacia una comunicación más reflexiva y ética puede mejorar significativamente nuestras
relaciones y nuestro bienestar colectivo.

Te invito a aplicar estos filtros en tu vida diaria y a compartir tus experiencias. En un mundo de
comunicación rápida, recordemos que la reflexión y la consideración son claves para un diálogo
respetuoso y significativo.

«En ‘Los Tres Filtros de Sócrates’, aprendemos que no todas las palabras merecen ser
compartidas. Este relato nos enseña a buscar la verdad, la bondad y la necesidad en nuestras
palabras, promoviendo un diálogo más respetuoso y significativo en nuestras vidas.»

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9. LOS SEIS SABIOS CIEGOS Y EL ELEFANTE

"En una ocasión había seis ancianos sabios que no gozaban del don de la vista, siendo
ciegos y empleando el sentido del tacto para experimentar y conocer las diferentes
realidades, seres y objetos del mundo. Ninguno de estos sabios había visto jamás
un elefante, y tras conocer que su rey disponía de uno le solicitaron con humildad
poder conocerlo. El monarca decidió concederles su petición y los llevó ante el
paquidermo, permitiendo que los ancianos se acercaran y lo tocaran.
Los sabios se aproximaron al animal y, uno por uno, tocaron al elefante con el fin de
saber cómo era dicho ser.
El primero le tocó un colmillo, y consideró que el elefante era liso y agudo cual lanza.
El segundo sabio se aproximó y tocó la cola del elefante, respondiendo que en realidad
era más bien como una cuerda. El tercero entraría en contacto con la trompa,
refiriendo que el animal se parecía más a una serpiente. El cuarto indicaría que los
demás debían estar errando, ya que tras tocar la rodilla del elefante llegó a la
conclusión de que se trataba de algo semejante a un árbol. El quinto lo desmintió al
tocar la oreja del ser, valorando que se parecía a un abanico. Por último, el sexto sabio
llegó a la conclusión de que en realidad el elefante era como una fuerte pared rugosa,
al haber tocar su lomo.
Tras haber llegado a distintas conclusiones, los sabios empezaron a discutir
respecto a quién poseía la verdad. Dado que todos defendían sus posiciones con
ahínco, recurrieron a la ayuda de un séptimo sabio el cual podía ver. Este les hizo ver
que en realidad todos ellos tenían parte de la razón, dado que habían estado
describiendo una única parte del conjunto del animal, a la vez que aún sin equivocarse
ninguno de ellos había podido conocerlo en su totalidad".
Un cuento clásico procedente de la India; esta historia nos habla de la necesidad
de tener en cuenta que nuestro punto de vista no es el único que existe sobre la
realidad: debemos valorar que las opiniones, creencias o conocimientos de otras
personas pueden ser tan válidas y verdaderas como las nuestras, sin necesidad de
que ninguno de los dos esté equivocado.

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10.-El fuego y el Clarín

"Cuenta la leyenda que había un pueblo en el que se producían incendios


devastadores con gran frecuencia, que arrasaban con las casas y los edificios de
todo el mundo a cada poco tiempo.
Los habitantes del pueblo decidieron reunirse un buen día para poner fin a la oleada
de incendios que se producían cada vez con más frecuencia y para ello pusieron en
común una serie de propuestas aportadas por todos los lugareños.
Enmedio de la reunión y entre todo el griterío que se había organizado, un joven alzó
la voz y explicó su propuesta:
-Me he dado cuenta de que cruzando el pueblo, al otro lado del bosque hay un pueblo
muy similar al nuestro que nunca tiene incendios como los que tenemos nosotros.
Propongo viajar hasta allí y averiguar cuál es su secreto.
Al escuchar las sabias palabras del joven, todo el pueblo estuvo de acuerdo en que
esa era la mejor opción, así que le encomendaron la difícil misión de viajar al otro
pueblo y recabar información útil para solventar el problema de los incendios.
Tras largas horas de viaje, el joven llegó finalmente al pueblo que se encontraba al
final del bosque, donde un grupo de lugareños le esperaba amistosamente para
explicar su secreto.
-No es que tengamos menos incendios que vosotros - le comentaron los vecinos del
nuevo pueblo- Simplemente nos preocupamos más de apagarlos cuanto antes y con
más rapidez que vosotros. -Y cómo hacéis para apagarlos antes que nosotros?
Preguntó el joven confuso. -Muy sencillo, tenemos un clarín (una especie de corneta),
que tocamos en seguida que se produce un incendio para alertar al resto del pueblo.
Tras oír el gran secreto, el joven regresó rápidamente al pueblo para contárselo a todo
el mundo. Una vez allí compraron un clarín que colocaron en el centro de la plaza
del pueblo, sobre un atril.
De esta forma, tanto el joven como todos los habitantes del pueblo ya estaban seguros
de que sus problemas con los incendios se habrían acabado, ya que haciendo uso del
clarín se podía advertir rápidamente a todo el mundo.
Sin embargo, en la realidad eso no fue lo que ocurrió, ya que en ese pueblo nadie
sabía tocar el clarín y los incendios siguieron sucediéndose y arrasando todo sin que
ningún habitante pudiera hacer nada".
La moraleja que nos cuenta esta historia es que a veces no sirve imitar a alguien para
solucionar nuestros mismos problemas, sino que debemos contar con los
conocimientos propios y herramientas que nos permitan sacar nuestras propias
soluciones adelante.

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10. LA ABEJA HARAGANA
(Horacio Quiroga)

Había una vez en una colmena una abeja que no quería trabajar, es decir, recorríalos
árboles uno por uno para tomar el jugo de las flores; pero en vez de conservarlo para convertirlo
en miel, se lo tomaba del todo.
Era, pues, una abeja haragana. Todas las mañanas apenas el sol calentaba el aire, la abejita
se asomaba a la puerta de la colmena, veía que hacía buen tiempo, se peinaba con las patas,
como hacen las moscas, y echaba entonces a volar, muy contenta del lindo día. Zumbaba
muerta de gusto de flor en flor, entraba en la colmena, volvía a salir, y así se lo pasaba todo el
día mientras las otras abejas se mataban trabajando para llenar la colmena de miel, porque la
miel es el alimento de las abejas recién nacidas.
Como las abejas son muy serias, comenzaron a disgustarse con el proceder de la hermana
haragana. En la puerta de las colmenas hay siempre unas cuantas abejas que están de
guardia para cuidar que no entren bichos en la colmena. Estas abejas suelen ser muy viejas,
con gran experiencia de la vida y tienen el lomo pelado porque han perdido todos los pelos al
rozar contra la puerta de la colmena.
Un día, pues, detuvieron a la abeja haragana cuando iba a entrar, diciéndole:
-Compañera: es necesario que trabajes, porque todas las abejas debemos trabajar.La abejita
contestó:
-Yo ando todo el día volando, y me canso mucho.
-No es cuestión de que te canses mucho -respondieron-, sino de que trabajes unpoco. Es
la primera advertencia que te hacemos.
Y diciendo así la dejaron pasar.
Pero la abeja haragana no se corregía. De modo que a la tarde siguiente las abejasque
estaban de guardia le dijeron:
-Hay que trabajar, hermana. Y ella
respondió en seguida:
-¡Uno de estos días lo voy a hacer!
-No es cuestión de que lo hagas uno de estos días -le respondieron-, sino mañanamismo.
Acuérdate de esto. Y la dejaron pasar.
Al anochecer siguiente se repitió la misma cosa. Antes de que le dijeran nada, laabejita
exclamó:
-¡Si, sí, hermanas! ¡Ya me acuerdo de lo que he prometido!
-No es cuestión de que te acuerdes de lo prometido -le respondieron-, sino de que trabajes.
Hoy es diecinueve de abril. Pues bien: trata de que mañana veinte, hayas traído una gota
siquiera de miel. Y ahora, pasa.
Y diciendo esto, se apartaron para dejarla entrar.
Pero el veinte de abril pasó en vano como todos los demás. Con la diferencia deque al
caer el sol el tiempo se descompuso y comenzó a soplar un viento frío.
La abejita haragana voló apresurada hacia su colmena, pensando en lo calentito que estaría
allá adentro. Pero cuando quiso entrar, las abejas que estaban de guardia selo impidieron.
-¡No se entra! -le dijeron fríamente.
-¡Yo quiero entrar! -clamó la abejita-. Esta es mi colmena.
-Esta es la colmena de unas pobres abejas trabajadoras le contestaron las otras-. Nohay
entrada para las haraganas.
-¡Mañana sin falta voy a trabajar! -insistió la abejita.
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-No hay mañana para las que no trabajan- respondieron las abejas, que sabenmucha
filosofía.
Y diciendo esto la empujaron afuera.
La abejita, sin saber qué hacer, voló un rato aún; pero ya la noche caía y se veía apenas. Quiso
cogerse de una hoja, y cayó al suelo. Tenía el cuerpo entumecido por el aire frío, y no podía
volar más.
Arrastrándose entonces por el suelo, trepando y bajando de los palitos y piedritas, que le
parecían montañas, llegó a la puerta de la colmena, a tiempo que comenzaban a caer frías
gotas de lluvia.
-¡Ay, mi Dios! -clamó la desamparada-. Va a llover, y me voy a morir de frío. Ytentó entrar
en la colmena.
Pero de nuevo le cerraron el paso.
-¡Perdón! -gimió la abeja-. ¡Déjenme entrar!
-Ya es tarde -le respondieron.
-¡Por favor, hermanas! ¡Tengo sueño!
-Es más tarde aún.
-¡Compañeras, por piedad! ¡Tengo frío!
-Imposible.
-¡Por última vez! ¡Me voy a morir! Entonces le dijeron:
-No, no morirás. Aprenderás en una sola noche lo que es el descanso ganado con eltrabajo.
Vete.
Y la echaron.
Entonces, temblando de frío, con las alas mojadas y tropezando, la abeja se arrastró, se
arrastró hasta que de pronto rodó por un agujero; cayó rodando, mejor dicho, al fondo de una
caverna.

Creyó que no iba a concluir nunca de bajar. AI fin llegó al fondo, y se halló bruscamente ante
una víbora, una culebra verde de lomo color ladrillo, que la miraba enroscada y presta a
lanzarse sobre ella.
En verdad, aquella caverna era el hueco de un árbol que habían trasplantado haciatiempo, y
que la culebra había elegido de guarida.
Las culebras comen abejas, que les gustan mucho. Por eso la abejita, al encontrarseante su
enemiga, murmuró cerrando los ojos:
-¡Adiós mi vida! Esta es la última hora que yo veo la luz.
Pero con gran sorpresa suya, la culebra no solamente no la devoró sino que le dijo:
-¿qué tal, abejita? No has de ser muy trabajadora para estar aquí a estas horas.
-Es cierto -murmuró la abeja-. No trabajo, y yo tengo la culpa.
-Siendo así -agregó la culebra, burlona-, voy a quitar del mundo a un mal bicho como tú. Te
voy a comer, abeja.
La abeja, temblando, exclamo entonces: -¡No es justo eso, no es justo! No es justo que usted
me coma porque es más fuerte que yo. Los hombres saben lo que es justicia.
-¡Ah, ah! -exclamó la culebra, enroscándose ligero -. ¿Tú crees que los hombresque les
quitan la miel a ustedes son más justos, grandísima tonta?
-No, no es por eso que nos quitan la miel -respondió la abeja.
-¿Y por qué, entonces?
-Porque son más inteligentes.
Así dijo la abejita. Pero la culebra se echó a reír, exclamando:
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-¡Bueno! Con justicia o sin ella, te voy a comer, apróntate.
Y se echó atrás, para lanzarse sobre la abeja. Pero ésta exclamó:
-Usted hace eso porque es menos inteligente que yo.
-¿Yo menos inteligente que tú, mocosa? -se rió la culebra.
-Así es -afirmó la abeja.
-Pues bien -dijo la culebra-, vamos a verlo. Vamos a hacer dos pruebas. La quehaga la
prueba más rara, ésa gana. Si gano yo, te como.
-¿Y si gano yo? -preguntó la abejita.
-Si ganas tú -repuso su enemiga-, tienes el derecho de pasar la noche aquí, hastaque sea
de día. ¿Te conviene?
-Aceptado -contestó la abeja.
La culebra se echó a reír de nuevo, porque se le había ocurrido una cosa que jamás podría
hacer una abeja. Y he aquí lo que hizo:
Salió un instante afuera, tan velozmente que la abeja no tuvo tiempo de nada. Y volvió trayendo
una cápsula de semillas de eucalipto, de un eucalipto que estaba al lado de la colmena y que
le daba sombra.
Los muchachos hacen bailar como trompos esas cápsulas, y les llaman trompitos de eucalipto.

-Esto es lo que voy a hacer -dijo la culebra-. ¡Fíjate bien, atención!


Y arrollando vivamente la cola alrededor del trompito como un piolín la desenvolvió a toda
velocidad, con tanta rapidez que el trompito quedó bailando y zumbando como un loco.
La culebra se reía, y con mucha razón, porque jamás una abeja ha hecho ni podrá hacer bailar
a un trompito. Pero cuando el trompito, que se había quedado dormido zumbando, como les
pasa a los trompos de naranjo, cayó por fin al suelo, la abeja dijo:
-Esa prueba es muy linda, y yo nunca podré hacer eso.
-Entonces, te como -exclamó la culebra.
-¡Un momento! Yo no puedo hacer eso: pero hago una cosa que nadie hace.
-¿Qué es eso?
-Desaparecer.
-¿Cómo? -exclamó la culebra, dando un salto de sorpresa-. ¿Desaparecer sin salirde aquí?
-Sin salir de aquí.
-¿Y sin esconderte en la tierra?
-Sin esconderme en la tierra.
-Pues bien, ¡hazlo! Y si no lo haces, te como en seguida - dijo la culebra.
El caso es que mientras el trompito bailaba, la abeja había tenido tiempo de examinar la
caverna y había visto una plantita que crecía allí. Era un arbustillo, casi un yuyito, con grandes
hojas del tamaño de una moneda de dos centavos.
La abeja se arrimó a la plantita, teniendo cuidado de no tocarla, y dijo así:
-Ahora me toca a mi, señora culebra. Me va a hacer el favor de darse vuelta, y contar hasta
tres. Cuando diga "tres", búsqueme por todas partes, ¡ya no estaré más! Y así pasó, en efecto.
La culebra dijo rápidamente:"uno..., dos..., tres", y se volvióy abrió la boca cuan grande era,
de sorpresa: allí no había nadie. Miró arriba, abajo,a todos lados, recorrió los rincones, la
plantita, tanteó todo con la lengua. Inútil: la abeja había desaparecido.
La culebra comprendió entonces que si su prueba del trompito era muy buena, la prueba de la
abeja era simplemente extraordinaria. ¿Qué se había hecho?, ¿dónde estaba?
No había modo de hallarla.
-¡Bueno! -exclamó por fin-. Me doy por vencida. ¿Dónde estás?
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Una voz que apenas se oía -la voz de la abejita- salió del medio de la cueva.
-¿No me vas a hacer nada? -dijo la voz-. ¿Puedo contar con tu juramento?
-Sí -respondió la culebra-. Te lo juro. ¿Dónde estás?
-Aquí -respondió la abejita, apareciendo súbitamente de entre una hoja cerrada dela plantita.

¿Qué había pasado? Una cosa muy sencilla: la plantita en cuestión era una sensitiva, muy
común también aquí en Buenos Aires, y que tiene la particularidad de que sus hojas se cierran
al menor contacto. Solamente que esta aventura pasabaen Misiones, donde la vegetación es
muy rica, y por lo tanto muy grandes las hojas de las sensitivas. De aquí que, al contacto de la
abeja, las hojas se cerraran, ocultando completamente al insecto.
La inteligencia de la culebra no había alcanzado nunca a darse cuenta de este fenómeno; pero
la abeja lo había observado, y se aprovechaba de él para salvar su vida.
La culebra no dijo nada, pero quedó muy irritada con su derrota, tanto que la abeja pasó toda
la noche recordando a su enemiga la promesa que había hecho de respetarla.
Fue una noche larga, interminable, que las dos pasaron arrimadas contra la pared más alta de
la caverna, porque la tormenta se había desencadenado, y el agua entraba como un río
adentro.
Hacía mucho frío, además, y adentro reinaba la oscuridad más completa. De cuando en
cuando la culebra sentía impulsos de lanzarse sobre la abeja, y ésta creía entonces llegado el
término de su vida.
Nunca, jamás, creyó la abejita que una noche podría ser tan fría, tan larga, tan horrible.
Recordaba su vida anterior, durmiendo noche tras noche en la colmena, bien calentita, y lloraba
entonces en silencio.
Cuando llegó el día, y salió el sol, porque el tiempo se había compuesto, la abejita voló y lloró
otra vez en silencio ante la puerta de la colmena hecha por el esfuerzode la familia. Las
abejas de guardia la dejaron pasar sin decirle nada, porquecomprendieron que la que volvía
no era la paseandera haragana, sino una abeja que había hecho en sólo una noche un duro
aprendizaje de la vida.
Así fue, en efecto. En adelante, ninguna como ella recogió tanto polen ni fabricó tanta miel. Y
cuando el otoño llegó, y llegó también el término de sus días, tuvo aún tiempo de dar una
última lección antes de morir a las jóvenes abejas que la rodeaban:
-No es nuestra inteligencia, sino nuestro trabajo quien nos hace tan fuertes. Yo usé una sola
vez de mi inteligencia, y fue para salvar mi vida. No habría necesitado de ese esfuerzo, sí
hubiera trabajado como todas. Me he cansado tanto volando de aquí para allá, como
trabajando. Lo que me faltaba era la noción del deber, que adquirí aquella noche. Trabajen,
compañeras, pensando que el fin a que tienden nuestros esfuerzos -la felicidad de todos- es
muy superior a la fatiga de cada uno. A esto los hombres llaman ideal, y tienen razón. No hay
otra filosofía en la vida de un hombre y de una abeja.

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