_Leccion 10 Segundo Trimestre 2024-2
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EL ESPIRITISMO
DESENMASCARADO
Sábado 1 de junio
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Mateo 10:28; Eclesiastés 9:5; Isaías
8:19, 20; Juan 11:11–14, 21–25; 1 Tesalonicenses 4:16, 17; Apocalipsis 16:13, 14;
Mateo
24:23–27; 2 Tesalonicenses 2:9–12.
PARA MEMORIZAR:
“El mismo Señor descenderá del Cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con
trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros, los
que estemos vivos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados junto con ellos en
las nubes, a recibir al Señor en el aire. Y así estaremos siempre con el Señor” (1 Tes.
E
4:16, 17).
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Lunes 3 de junio | Lección
10
LAS CONSECUENCIAS MORTALES DEL
ESPIRITISMO
La fábula de que la muerte en realidad es solo la entrada a una nueva etapa
de la vida se basa en el concepto de la inmortalidad natural del alma. Esta idea
pagana se infiltró tempranamente en la iglesia, a medida que se alejaba de sus
fundamentos bíblicos en un intento de hacer comprensible su fe al amplio
mundo romano: “La teoría de la inmortalidad del alma fue una de esas
falsas doctrinas que Roma, adoptándola del paganismo, la incorporó a la religión
del cristianismo” (Elena de White, El conflicto de los siglos, p. 605).
“No teman a los que matan el cuerpo, porque el alma no pueden matar.
Antes teman al que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno” (Mat.
10:28). ¿Qué debería decirnos este versículo por sí solo sobre la
supuesta inmortalidad del alma?
Lee Eclesiastés 9:5; Job 7:7 al 9; e Isaías 8:19 y 20. ¿Qué nos enseñan
estos pasajes bíblicos sobre la muerte y la comunicación con los
muertos?
5 Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más
paga; porque su memoria es puesta en olvido.
7 Acuérdate que mi vida es un soplo, Y que mis ojos no volverán a ver el bien. 8
Los ojos de los que me ven, no me verán más; Fijarás en mí tus ojos, y dejaré de
ser. 9 Como la nube se desvanece y se va, Así el que desciende al Seol no subirá;
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Lunes 3 de junio | Lección
LA MUERTE EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
10
Lee Salmos 6:5; 115:17; 1 Reyes 2:10; 11:43; y 14:20. ¿Qué enseñan estos versículos
sobre el estado de los muertos?
43 Y durmió Salomón con sus padres, y fue sepultado en la ciudad de su padre David; y reinó en su
lugar Roboam su hijo.
20 El tiempo que reinó Jeroboam fue de veintidós años; y habiendo dormido con sus padres, reinó
en su lugar Nadab su hijo.
El Antiguo Testamento no enseña la inmortalidad del alma. Tampoco enseña que después de la
muerte los fieles vuelan a la dicha del Cielo por la eternidad, ni que después de la muerte los
infieles descienden al infierno, donde arden por la eternidad. Enseña que la muerte es un sueño.
El libro de Reyes utiliza la expresión “durmió con sus padres” para describir la muerte de los
patriarcas. Los Salmos la llaman el “sueño de la muerte” (Sal. 13:3, NVI; comparar con Sal. 90:5).
En referencia a la muerte, Job habla de no despertar del sueño (Job 14:12). El salmista añade: “Pero
yo, en justicia veré tu rostro. Quedaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza” (Sal. 17:15).
En el contexto de la derrota y la destrucción del ejército asirio, Salmo 76:6 llama “profundo
sueño” (NBLA) a la muerte de los soldados. La idea de los muertos como espíritus
incorpóreos que vuelan alrededor para comunicarse con los vivos de ningún modo es un
concepto bíblico, sino paganismo puro.
No entender la verdad sobre la muerte nos deja expuestos a los engaños de Satanás. “Muchos
serán confrontados con espíritus de demonios que perso- nificarán a parientes o amigos
queridos y que proclamarán las herejías más peligrosas. Estos espíritus apelarán a nuestros
más tiernos sentimientos de simpatía y harán milagros con el fin de sostener sus asertos.
Debemos estar listos para resistirlos con la verdad bíblica de que los muertos no saben nada y de
que los que aparecen como tales son espíritus de demonios” (Elena de White, El conflicto de los
siglos, p. 616).
Lee Daniel 12:2; y Job 19:25 y 26. ¿Qué elementos sobre el estado de los muertos
añaden estos versículos?
2 Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para
vergüenza y confusión perpetua.
25 Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se levantará sobre el polvo; 26 Y después de deshecha esta
mi piel, En mi carne he de ver a Dios;
La muerte es descansar en el sueño hasta la resurrección. No hay espíritus incorpóreos que
vuelen alrededor para comunicarse con los vivos. Aunque los paganos creían en un mundo espiritual,
los israelitas entendían la muerte como un sueño hasta la mañana de la resurrección.
Aunque lloramos por los muertos, piensa así de los que mueren en Cristo: ellos cierran los
ojos en la muerte y luego, independientemente del tiempo que pase hasta que Jesús regrese, lo
siguiente que verán será la Segunda Venida. El primer pensamiento que podrían llegar a tener en la
resurrección es: ¡Guau! Al fin y al cabo, ¡Jesús realmente regresó pronto!
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Lección 10 | Martes 4 de
junio EN EL NUEVO TESTAMENTO
LA MUERTE
Lee Juan 11:11 al 14, 21 al 25; 2 Timoteo 1:10; 1 Corintios 15:51 al 54; y 1 Tesalonicenses 4:15 al 17. La
descripción de la muerte que hacen los autores del Nuevo Testamento, ¿cómo se compara con la del Antiguo
Testamento?
11 Dicho esto, les dijo después: Nuestro amigo Lázaro duerme; mas voy para despertarle. 12 Dijeron entonces sus discípulos: Señor, si
duerme, sanará. 13 Pero Jesús decía esto de la muerte de Lázaro; y ellos pensaron que hablaba del reposar del sueño. 14 Entonces Jesús
les dijo claramente: Lázaro ha muerto
21 Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto. 22 Mas también sé ahora que todo lo que
pidas a Dios, Dios te lo dará. 23 Jesús le dijo: Tu hermano resucitará. 24 Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección,
en el día postrero. 25 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
10 pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la
vida y la inmortalidad por el evangelio
51 He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, 52 en un momento, en un abrir y
cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros
seremos transformados. 53 Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de
inmortalidad. 54 Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad,
entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.
15 Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del
Señor, no precederemos a los que durmieron. 16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con
trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. 17 Luego nosotros los que vivimos, los que
hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos
siempre con el Señor.
Tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo Testamento utilizan el sim- bolismo de la muerte como un sueño.
Al menos 53 veces en la Biblia la palabra “sueño” se equipara con la muerte. Los autores bíblicos coinciden en que no
hay existencia consciente en un alma inmortal que abandona el cuerpo inmedia- tamente después de la muerte.
El Nuevo Testamento añade una dimensión adicional, ya insinuada en el Antiguo Testamento: la gloriosa
resurrección al momento de la venida de Cristo. Los evangelios subrayan que la vida eterna solo está en Cristo. Ni
todos los demonios del infierno pueden arrebatar a los creyentes la seguridad de la vida eterna. Cristo venció a la muerte
en la Cruz. La tumba ya no puede retener a sus víctimas. La resurrección de Cristo es la garantía de que todos los
creyentes un día resucitarán de la tumba en su venida.
Fíjate en estas palabras de Pablo: “Porque si los muertos no resucitan, tam- poco Cristo resucitó. Y si Cristo no
resucitó, la fe de ustedes es vana y aún están en sus pecados. Entonces también los que durmieron en Cristo estarían
perdidos” (1 Cor. 15:16-18). ¿Qué sentido tienen estos versículos si los muertos, al fallecer, ya están en la dicha del
Cielo? ¿Qué quiere decir Pablo con que “estarían perdidos” si, de hecho, ya están en el Cielo?
Al contrario, el argumento de Pablo es que la resurrección de Cristo es el fundamento de nuestra propia
resurrección y que sin la resurrección “la fe de ustedes es vana y aún están en sus pecados”, y los muertos
permanecen en la Tierra, perdidos.
Estos versículos encajan perfectamente con otros textos bíblicos sobre la esperanza que tenemos en la
resurrección al momento de la venida de Jesús, cuando recibiremos la “herencia que nunca puede perecer, ni
contaminarse, ni marchitarse, reservada en el Cielo para ustedes” (1 Ped. 1:4). Sin embargo, si los muertos ya están en el
Cielo, ¿por qué habla Pedro de una herencia “reservada en el Cielo” para nosotros? Es evidente que los creyentes del
Nuevo Testamento anhelaban la venida de Cristo y la resurrección de los muertos, y esta esperanza les inspiraba
fidelidad en las pruebas de la vida.
¿Por qué la resurrección es una esperanza tan poderosa para la fe cristiana? ¿Qué pasaría si tuviéramos la Cruz pero no
la resurrección? ¿Qué esperanza tendría- mos? ¿Por qué, entonces, la resurrección es una parte tan importante de
nuestra fe?
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Miércoles 5 de junio | Lección
EL ESPIRITISMO EN LOS ÚLTIMOS DÍAS:
10 PRIMERA PARTE
Lee Mateo 24:5, 11 y 24; 2 Tesalonicenses 2:7 al 9; Apocalipsis 13:13 y 14; y 16:13 y 14. ¿Qué
clase de engaños enfrentará la gente en los últimos días?
7 Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; solo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su
vez sea quitado de en medio. 8 Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su
boca, y destruirá con el resplandor de su venida; 9 inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder
y señales y prodigios mentirosos
13 También hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los
hombres. 14 Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la
bestia, mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió.
13 Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos a
manera de ranas; 14 pues son espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes de la tierra en todo el
mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso.
¿Por qué es peligroso confiar en nuestras emociones? ¿Qué papel desem- peñan (bueno y malo)
en nuestra experiencia de fe? ¿Cómo puede Satanás eludir nuestros procesos de pensamiento y
apelar a nuestros sentimientos?
“Satanás ha estado preparándose desde hace tiempo para su último esfuerzo para engañar al mundo.
[...] Poco a poco Satanás ha preparado el camino para su obra maestra de seducción: el desarrollo del
espiritismo. Aún no ha logrado realizar completamente sus designios; pero lo conseguirá en el
poco tiempo que nos separa del fin. [...] Todo el mundo, menos los que estén protegidos por el poder
de Dios a través de la fe en su Palabra, será incorporado a las filas de los engañados. La gente se está
dejando adormecer en una seguridad fatal, y solo despertará cuando la ira de Dios se derrame sobre
la Tierra” (Elena de White, El conflicto de los siglos, p. 618). Nuestra única seguridad está en Jesús y en
su Palabra.
No es difícil ver cómo millones, y hasta miles de millones, que no entienden el estado de los
muertos podrían ser arrastrados por los engaños que implican la idea de que los muertos viven
después de la muerte.
Ahora mismo, ¿cuáles son algunos engaños comunes acerca de los cuales están protegidos
aquellos que entienden que los muertos duermen?
Lección 10 | Jueves 6 de
EL
junioESPIRITISMO EN LOS ÚLTIMOS DÍAS: SEGUNDA
PARTE
Nuestra esperanza de salvación está cimentada en Cristo. Sus manos man-
chadas de sangre nos llaman a aceptar el sacrificio tan gratuitamente ofrecido
a un costo infinito. Pronto Cristo regresará para reclamar a los suyos. Tito 2:13
llama “la bendita esperanza” a la segunda venida de Cristo.
El objetivo de Satanás es destruir esta esperanza. Hará milagros, señales y
prodigios, cualquier cosa que pueda alejar a la gente de la verdad bíblica y
de la salvación en Cristo.
“ ‘¡Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos
de Dios y la fe de Jesús!’ ” (Apoc. 14:12). En la lucha final, Satanás hará todo lo
posible para impedir que la gente guarde los “mandamientos de Dios” o tenga
“la fe de Jesús”, o ambas cosas. De allí la necesidad de tener cuidado con
cualquier enseñanza que, aunque venga acompañada de señales, prodigios y
milagros, nos aleje de cualquiera de estas dos características del
Remanente.
Lee Mateo 24:23 al 27; 2 Corintios 11:13 y 14; y 2 Tesalonicenses 2:9 al 12.
¿Qué nos dicen estos pasajes acerca del poder engañoso de Satanás y su
manera de obrar?
23 Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis.
24 Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y
prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos. 25 Ya os lo
he dicho antes. 26 Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad,
está en los aposentos, no lo creáis. 27 Porque como el relámpago que sale del oriente y se
muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre.
13 Porque estos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como
apóstoles de Cristo. 14 Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza
como ángel de luz.
9 inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y
prodigios mentirosos, 10 y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden,
por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. 11 Por esto Dios les
envía un poder engañoso, para que crean la mentira, 12 a fin de que sean
condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la
injusticia.
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