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ENSEÑAR A NUESTROS HIJOS
¿Quién debe enseñar? (Salmos 127:3,4) Damos gracias a Dios por las reuniones cristianas, los maestros de jóvenes y escuela dominical. Estos nos colaboran en la crianza de nuestros hijos, pero la responsabilidad de enseñarle a los hijos la pone Dios sobre nosotros como padres. No podemos evadir esta responsabilidad ni pasársela a nadie. ¿Qué deben enseñar los padres cristianos? (Deuteronomio 6:1 y 7) Los principios divinos a través de la Palabra de Dios. Esto no solo es contarles historias Bíblicas y motivarles a memorizar versículos, si no enseñarles a adoptar los principios divinos como un estilo de vida. El objetivo es que entiendan y acepten los principios y los valores de Dios. No basta con que el niño sepa que mentir es pecado, sino queremos que el niño se acostumbre a decir la verdad. Porque el hijo que ama a Dios siempre buscara la verdad. Mi hijo nació irresponsable como su papá o viceversa (Jeremías 1:5) Todo niño viene al mundo completamente inocente sin ningún perjuicio, nosotros los padres somos los que le vamos formando con algunos defectos, el niño aprende a ser responsable o irresponsable durante su formación. Al niño se le puede enseñar a ser cumplido y responsable. Desde temprana edad con algunas prácticas positivas como: recoger sus juguetes, arreglar su habitación, colaborar con limpiezas de la casa, respetar las propiedades o cosas de los demás, no botar basura en cualquier lugar, ser generoso, incluso las normas de buena cultura contestando “si señor, o no señora”. Los niños no nacen groseros, ni irresponsables. Los padres permiten que así se desarrollen. ¡Nunca celebre una grosería al niño! El consejo bíblico para los padres es: “Criadlos en disciplina y la amonestación del Señor” (Efesios 6:4) Disciplina y amonestación. (Proverbios 13:24), (Proverbios 3:11,12), (Hebreos 12:5,6) La buena crianza de los hijos es una mezcla de castigo, amonestación, consejos y explicaciones. - Con la disciplina o el castigo. Se busca corregir la mala actitud y la mala conducta por medio de la incomodidad y dolor físico. - Con la amonestación. Se busca corregir los malos pensamientos por medio de enseñanza, del diálogo sincero y amoroso. ¿Cuándo se disciplina y cuándo se amonesta? Tanto la disciplina como la amonestación se debe aplicar en el momento adecuado, cuando aumentando la edad se debe reducir la disciplina y aumentar la amonestación (la comunicación y dialogo) La disciplina y la amonestación ayudará al niño a “madurar y ser responsables, para andar por el buen camino” (Proverbios 22:6) Es por eso toda disciplina debe ir acompañada de explicaciones, aclarando al hijo dónde se equivocó y por qué, lo que hizo no es aceptable. Amonestación efectiva Con la amonestación se busca cambiar la mente y la voluntad del niño. Es decir, cambiar su forma de pensar y de actuar. Corregir su mente - su forma de pensar: 1. Se le debe explicar qué fue lo malo que hizo, y porqué es malo. 2. Se le debe explicar qué es lo correcto que debía haber hecho, y porqué es correcto. Corregir su voluntad - su comportamiento: 1. Se le debe motivar a reconocer su mal pensamiento y su mala conducta. 2. Se le debe ayudar a reconocer que se equivocó ¿Qué es obediencia? La obediencia es un acto de amor y sumisión, que va mucho más allá que cumplir normas o reglas. Error de los padres si están educando a sus hijos, solo esperan que se cumpla las normas o reglas, sin importar si lo hacen por amor o solo por cumplir ¿Cuándo se sabe si su hijo obedeció? La obediencia consta de tres elementos: 1. Acción inmediata. No cuando el hijo quiera. 2. Acción completa. No a medias. Si no ha terminado la tarea, no ha obedecido. 3. Buena actitud. No se debe aceptar sujeción de mala gana como si eso fuera verdadera obediencia. Se busca acción de buena voluntad. Si su hijo no cumplió con estos tres elementos, no ha obedecido. Para exigir esta clase de obediencia, el padre debe hablar en voz clara y normal (no gritar o alzar la voz). Asegúrese que el niño entendió sus instrucciones y está en condiciones de responder inmediatamente y capaz de hacer el trabajo antes de exigirle. ¿Cuándo se debe enseñar? En realidad la enseñanza a los hijos debe empezar desde edad temprana, considerando temas adecuadas de acuerdo a la edad, conforme van creciendo. “Estas palabras que te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarse, y cuándo te levantes” Deuteronomio 6:5-7. Para poner este versículo en práctica, tenemos que buscar maneras de pasar tiempo con nuestros hijos. Existen dos clases de momentos durante el día en las que podemos enseñarles los principios Bíblicos a nuestros hijos: (1) Momentos estructurados: Estos son tiempos planificados en familia. Consiste en apartar un momento de cada día para el altar familiar, el “minuto de Dios”, el devocional familiar. (2) Momentos inesperados: Estas son las oportunidades que presenta la vida para explicar y aplicar los principios de la palabra de Dios. Por ejemplo: - Si usted apaga la TV porque una película se está volviendo malsana, tome la oportunidad de explicarle a sus hijos porqué esa película no conviene, por qué no le agrada a Dios. - Al pasar el bus por una zona rosa, sus hijos podrán observar unas prostitutas paradas en la esquina. Esta situación se presta para hablar de los peligros de la prostitución, la tristeza de tener que vender el cuerpo. Dependiendo el ambiente, se puede comentar sobre los planes de Dios para le sexualidad, el valor de la familia, las influencias de amistades, la importancia de escoger bien los amigos o temas afines. - Si ven un incendio o una casa caída, podemos conversar sobre la brevedad de la vida, la inseguridad de lo material, o la importancia de atesorar tesoros en el cielo. Estimados padres, abramos bien los ojos. ¡Aprovechemos estas “oportunidades” que se presentan durante el día para influenciar en la mente de nuestros hijos! ¿Cómo organizar un devocional familiar? Busque un tiempo natural cuando pueda reunir a toda la familia. Lo recomendable es una vez al día. Muchos encontramos que es bueno comer juntos. El tiempo devocional familiar puede ser antes o después de una comida, o antes de acostar a los niños. Su duración puede ser de unos 5 a 10 minutos. Máximo 15 minutos. Busque material que se ajuste a la edad o la etapa que estén viviendo sus hijos. Algo que les sea interesante. Haga preguntas sobre lo leído. Trate de motivar algo de discusión y concreten una o dos aplicaciones. Para variar, algunos días, en vez de lectura Bíblica, pueden cantar unos himnos o unos coros. A veces pueden orar todos en turno, incluyendo a mamá y cada uno de los hijos. ¡Es mejor devocionales cortas diarias, que devocionales largar interrumpidas! ¿Cuándo se le explica al niño del sexo? Sencillamente cuando empiece a preguntar. Contéstele con naturalidad y siempre dígale la verdad. Se le debe dar suficiente información para satisfacer su curiosidad de ese momento. Más adelante se le podrá ampliar la explicación. Si los padres no explican estas cosas, las aprenderán de mala manera en la calle. Existen libritos sobre la sexualidad para niños. Estos pueden ser muy útiles.